Musica en Colombia Siglo Xix

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Historia III

Sergio Botero

Durante el siglo XIX en distintos países de Europa se impulsó la idea de desarrollar y


conservar los elementos culturales propios de cada nación. Así, la intención de conservar
un patrimonio cultural constituyó grandes transformaciones directamente vinculadas a la
identidad y al nacionalismo en Europa. Sin embargo, en América, las luchas
independentistas que marcaron una “emancipación parcial” de los virreinatos europeos,
definieron también un cambio en la cultura, y sobre todo en la educación musical.

Uno de los ritmos del territorio de la Nueva Granada que fueron determinantes en el
desarrollo de la música colombiana y que hoy en día hacen parte del repertorio nacional, es
el bambuco. Hacia 1850 aparecen representaciones del pintor Ramón Torres Méndez de
gente bailando bambucos en diferentes espacios, y siempre acompañados de músicos con
sus instrumentos. Cabe resaltar que durante esta misma época, en Europa la danza mas
popular era el vals, sin embargo ambas se bailaban diferente, pues el bambuco tenía la
particularidad de bailarse separado.

Este ritmo también tiene la característica, al igual que varios ritmos en América Latina
como la chacarera argentina, de ser un ritmo sesquiáltero. Es decir que juega entre lo
ternario y lo binario. Compositores como José maría Párraga, se atrevieron a escribir y
transcribir a las primeras partituras de bambucos. Es importante resaltar que para el
momento, Colombia estaba cultivando un repertorio romántico nacionalista que también se
acogía a la iniciativa de países europeos de fusionar danzas tradicionales con recursos de
composición para piano, música de cámara y orquesta sinfónica.

La educación musical empezó a gestarse con la creación de conservatorios en Europa,


cuyos modelos comenzaron a replicarse en el nuevo continente. El siglo XIX, podría
decirse que marcó un momento propicio para la fundación de conservatorios, tanto en
Europa como en América.
Los primeros conservatorios en ciudades como Venecia y Nápoles pertenecían a orfanatos
y sobresalieron por la influencia de distintas organizaciones de caridad. Así, las compañías
de ópera buscaban futuros cantantes en dichos espacios. Por esto, los conservatorios
empezaron a vincular y a contratar a profesores de alto nivel y reconocimiento. Sin
embargo, Francia sobresale como el país que cuenta históricamente con el primer
conservatorio organizado para la formación profesional del músico sin propósitos
caritativos.

Sobre esto, es interesante ver como la enseñanza musical de cada conservatorio tenía una
especialidad diferente. Por ejemplo, la enseñanza musical de París se enfocaba en la
formación de interpretes instrumentistas y cantantes para la ópera, mientras que en Praga
se intensificaba la formación de intérpretes de ensambles.

En estas escuelas muchos compositores colombianos continuaron sus estudios y cuando


volvieron a Colombia fundaron escuelas y conservatorios basadas en el legado musical
europeo y en su enseñanza. Uno de los colombianos que más influyó en la educción
musical del país fue el compositor y pianista Honorio Alarcón, quien estudió en el
conservatorio de Leipzig.

De esta manera hacia 1846, por primera vez se fundó en Colombia La Sociedad
Filarmónica de Bogotá. Una asociación con amplia proyección artística cuyo objetivo era
reforzar el nivel de los músicos residentes. El fundador fue el inglés Henry Price, quien por
11 años mantuvo el proyecto en pie, hasta 1857 cunado se disolvió por falta de recursos. No
fue hasta 1882 que su hijo Jorge Wilson Price retomó la iniciativa de su padre y fundó La
Academia Nacional de Música de Colombia, la cual estuvo vigente hasta el año 1910.

Uno de los estudiantes mas reconocidos que estudió en dicha academia, fue el compositor
Guillermo Uribe Holguín (1880-1971). Sin embargo él obtuvo una beca para continuar sus
estudios en Paris. De tal manera, cuando volvió de Francia en 1910 decidió asumir la
dirección de La Academia Nacional de Música pero cambiándole el nombre a
Conservatorio Nacional de Música de Colombia.
Su trabajo como pedagogo musical fue bastante criticado porque el pensum que estructuró
para el conservatorio era casi exclusivamente una apología al legado francés. Es decir, no
presentaba reestructuraciones y tampoco tenía un verdadero espacio para el estudio de la
música colombianas, era bastante poco. Según Uribe Holguín, no era música que estuviera
a la altura de la música europea. Sin embargo en sus composiciones se logra ver un juego
entre la música colombiana y la música francesa. Uno de sus profesores de composición fue
el francés Vincent d’Indy.

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