Manual Luborsky
Manual Luborsky
Manual Luborsky
Principles of Psychoanalytic
Psychotherapy, a manual for supportive-expressive treatment,
EEUU, Basic Books.
1. Introducción:
La psicoterapia es efectiva. La mayoría de las personas que buscan ayuda por diversos
síntomas realmente la reciben en los encuentros terapéuticos.
Los tratamientos ya no se limitan al abordaje de enfermedades mentales sino que se
extienden a la resolución de problemas de personalidad o carácter y a la optimización
del funcionamiento social y vincular.
La psicoterapia psicodinámica, que surge del psicoanálisis, es una de las que se usa con
mayor frecuencia.
Luborsky, basándose en postulados de la teoría psicoanalítica y de conclusiones extraídas
de investigaciones, estableció las operaciones básicas de la psicoterapia expresiva y de
apoyo1 orientada psicoanalíticamente (SE) y propuso un esquema que sirve de guía para
aprender o perfeccionar la técnica terapéutica.
Psicoterapia Psicoanálisis
Teoría psicoanalítica Teoría psicoanalítica
Transferencia Transferencia
No se aconseja No se aconseja
Puede ser breve Prolongado
Focal No focal
Adaptable a un amplio rango de Neurosis
pacientes con diferentes diagnósticos
y aplicable a pacientes graves
1 o 2 sesiones por semana Alta frecuencia semanal
Cara a cara Diván
Combinación de técnicas expresivas Técnicas expresivas
con técnicas de apoyo en
proporciones variables
El paciente trata de decir todo lo que Regla fundamental
piensa
1
Los términos supportive-expressive se refieren a las dos clases de técnicas utilizadas en este tipo de
psicoterapia, las de apoyo, que tienen que ver con la relación con el terapeuta, y las expresivas, que apuntan a
la comprensión de lo expresado por el paciente.
cambiado es lo que hace el paciente en contra de sus propios intereses, lo
autodestructivo.
3) Incorpora aspectos relacionados con el apoyo: vivencia por parte del paciente del
tratamiento y del vínculo con el terapeuta como beneficiosos. Muchos de estos
aspectos, que forman parte de los factores curativos no específicos, derivan de la
estructura del tratamiento: citas regulares, preocupación del terapeuta por detectar
las metas que el paciente pretende alcanzar con el tratamiento, trabajo en equipo,
etc. Ciertos pacientes en determinadas ocasiones requieren provisión extra y/o
explícita de estos aspectos. El riesgo que implican es que ocupen demasiada
preponderancia con respecto a las técnicas expresivas y limiten el desarrollo del
paciente. A mayor severidad psiquiátrica más imprescindibles se vuelven las
técnicas de apoyo.
4) Prescindencia de aconsejar: se trata de una terapia centrada en el paciente, el
terapeuta trabaja más sobre lo que el paciente dice que dando respuestas
preestablecidas.
5) Cara a cara.
6) Duración variable: puede ser con final abierto (TO: time open-ended) o
predeterminado (TL: time limited, 6 a 25 sesiones).
7) Frecuencia baja: 1 o 2 sesiones por semana.
8) Focal: el trabajo se dirige hacia ciertas metas establecidas al inicio. Usualmente el
foco es una faceta del CCRT y sus síntomas asociados.
2. Cambio psicoterapéutico:
¿Qué cambia?
La personalidad.
El cambio más obvio pasa por una mejoría en los síntomas, sobre todo en aquellos
incluidos en las metas del tratamiento.
Lo que requiere ser modificado en la personalidad son los conflictos psicológicos, cuya
expresión más accesible y utilizable en un tratamiento son los problemas de relación, que
suelen estar directamente relacionados con el sufrimiento del paciente.
Los conflictos inherentes a un modelo relacional formulable como “tema de relación
conflictiva central” (CCRT: Core Conflictual Relationship Theme) son potencialmente
transferibles y pueden actualizarse de manera estereotipada vínculo tras vínculo.
El CCRT comprende 2 clases de componentes que usualmente están en conflicto:
A: deseo, necesidad o intención (Ello).
B: función de control o ejecutiva con acceso a información acerca de las condiciones
interna y externas relevante para la posible expresión y satisfacción de A (Yo y Superyó). B
determina las respuestas a A, que se dividen en dos clases: respuestas del objeto (RO) y
respuestas del self (RS).
Ejemplo: la principal queja de una paciente (“No puedo tener una relación con un
hombre”) expresaba uno de los objetivos iniciales del tratamiento:
Formulación de su CCRT: “Quiero ser capaz de abrirme en una relación (deseo) pero me
da miedo porque me van a rechazar (RO, consecuencia negativa; la RS sería “entonces me
repliego”). Este CCRT determinaba todas sus relaciones. A veces era parcialmente
consciente del paralelo entre su problema y el de su madre, y no era consciente del daño
que esperaba de su padre en respuesta a su impulso a abrirse a los hombres, incluyéndolo2.
A pesar de los cambios, el CCRT tiende a permanecer reconocible. Las modificaciones
más notables se observan en las consecuencias (por ejemplo: tener expectativas positivas
en vez de negativas).
Los cambios en los pacientes que mejoran incluyen:
- Mayor comprensión de los modelos de relación conflictiva (levantamiento de la
represión).
- Incremento en la capacidad de dominio de los componentes del CCRT (el paciente
se posiciona desde otro lugar).
- Exclusión e inclusión de ciertos componentes del CCRT.
Estos cambios habilitan al paciente para funcionar en un nivel de organización y
desarrollo más elevado.
Las cualidades del paciente influyen el los resultados del tratamiento, los pacientes más
sanos son los que más se benefician. Otras cualidades favorables son: libertad
emocional, iniciativa, flexibilidad y optimismo. También ayuda que haya similitudes
entre terapeuta y paciente: edad, estado civil, ocupación, etc.
Cuando un paciente consulta debe ser atendido lo antes posible para que pueda comenzar
el tratamiento en el momento en que se encuentra listo.
La preparación del paciente es crucial para su resultado. En la entrevista preliminar, que
tiene efectos positivos sobre el tratamiento, se le explica la naturaleza del mismo y se
propicia el desarrollo de expectativas apropiadas. Hay que contarle al paciente cómo se
lleva a cabo, qué tiene que hacer él y qué hará el terapeuta. Aclararle que él será el que más
hablará y que el terapeuta no propondrá soluciones sino que lo ayudará a aprender a
resolver sus problemas. Precaverlo ante la posibilidad de que al ir mejorando algunas
personas de su ambiente cercano le digan que está peor, o de que en cierto momento él
pierda el entusiasmo, etc.
4. Relación de apoyo:
Algunas de las actividades con las que el terapeuta puede facilitar el desarrollo de una
alianza de ayuda son:
Tipo 1:
1) Apoyar con palabras y gestos el deseo del paciente de alcanzar sus metas.
2) Expresar comprensión y aceptación.
3) Desarrollar el gusto por el paciente: cuando un paciente desagrada al terapeuta
puede ser que haya alguna cuestión contratransferencial en juego. Siempre se
encuentra algún aspecto del paciente que sea aceptable o agradable.
4) Ayudar al paciente a conservar aquellos recursos y actividades que elevan el
nivel de funcionamiento: por ejemplo, si el paciente intenta encontrar o conservar
un trabajo o finalizar sus estudios el terapeuta debe explorar con el paciente todo
lo que se oponga con el cumplimiento de estos objetivos. Esto es esencial en
pacientes graves.
5) Transmitir una actitud esperanzada aunque realista acerca de la posibilidad de
cumplir los propósitos. Puede haber etapas con mínimos progresos o ninguno, en
ellos es importante recordar que estos períodos son inevitables, que el progreso
tiende a darse por saltos y no gradualmente, que tarde o temprano terapeuta y
paciente descubrirán qué es lo que causa el estancamiento, que se puede recurrir a
una supervisión o incluso derivar al paciente a otro colega o sugerir al paciente
que elija otro terapeuta.
6) Reconocer en ocasiones apropiadas que el paciente ha hecho algún progreso hacia
las metas. El tratamiento se desarrolla paso a paso, mirar atrás en las escalas de
descanso para ver en perspectiva todo el trayecto recorrido ayuda a sostener la
motivación.
7) Alentar al paciente a expresarse: sobre todo en los temas que evita.
Tipo 2:
1) Fomentar el vínculo: por ejemplo hablando de “nosotros”.
2) Expresar respeto por el paciente.
3) Reconocer las crecientes habilidades del paciente para hacer lo mismo que el
terapeuta valiéndose de las herramientas del paciente. Por ejemplo, cuando al
paciente asiente lo dicho por el terapeuta con un gesto, alentarlo a que exprese
verbalmente su acuerdo o su manera de entender lo tratado.
4) Referirse a situaciones en las que terapeuta ya paciente han estado juntos:
construir un bagaje de experiencias comunes.
5) Comprometerse en una investigación conjunta: comprender puede hacerse de
manera tal que apoye al paciente.
5. Técnicas expresivas:
Mediante las técnicas expresivas el terapeuta sienta las bases para que el paciente exprese
pensamientos y sentimientos, los escuche y reflexione sobre ellos con el objetivo de
entender y modificar lo que haga falta. Es posible usarlas en mayor proporción en
pacientes con adecuada fortaleza yoica, tolerancia a la ansiedad y capacidad de
reflexionar sobre las relaciones interpersonales.
El terapeuta sigue la corriente del discurso del paciente para discernir el significado de los
síntomas y los problemas de relación asociados a ellos expresados en el CCRT.
Fases de la comprensión:
1) Escuchar: lo que el paciente comunica. Si el terapeuta no alcanza a entender lo que
está pasando sólo debe seguir escuchando. Hay diferentes maneras de escuchar que se
corresponden con distintas situaciones: 1- al comienzo de la sesión hay que escuchar
con “frescura” y con hipótesis que sean sólo tentativas; 2- mas adelante el terapeuta
necesita elaborar una hipótesis para ayudar al paciente a manejar el problema
emergente y 3- a partir de las respuestas del paciente el terapeuta evalúa la exactitud
de sus hipótesis.
2) Comprender: implica reflexionar y evaluar y requiere tiempo y paciencia, ya que
el terapeuta sólo entiende algo cada tanto. Lo que entiende se relaciona con las
intenciones del paciente y sus consecuencias, especialmente si estas tienen relación
con la principal área de sufrimiento del paciente, expresada en síntomas o en el
CCRT, incluyendo la relación con el terapeuta.
3) Responder: el terapeuta le dice al paciente algo de lo que ha entendido.
4) Volver a escuchar: hay que limpiar la mente para escuchar abiertamente y sobre
todo prestar atención a la reacción del paciente a las respuestas del analista.
Tanto el terapeuta como el paciente van entendiendo progresivamente cada vez más acerca
de las dos facetas de las comunicaciones del paciente: 1- los síntomas que más
interfieren y el dolor psíquico y 2- su contexto interpersonal. Este contexto se compone
de factores internos (versiones del CCRT) y externos (conductas de los demás que según
el paciente encajan en el CCRT) que precipitan y hacen que perduren los síntomas y el
sufrimiento.
Es muy importante poder captar el CCRT en las primeras sesiones porque este será el foco
de los escuerzos terapéuticos.
Principios para entender el CCRT:
1) Entender los síntomas en el contexto de las relaciones y los temas asociados:
hay que atender a los síntomas y a los afectos relacionados, que suelen ser ansiedad o
depresión, y a los cambios que les sobrevienen a lo largo de la sesión. En sentido
amplio un síntoma se define como una disfunción en una función o capacidad
usualmente intactas. Ej.: en una sesión una paciente habla entusiasmada y en
determinado momento su tono empieza a decaer, pasa de la espontaneidad al
aburrimiento (esto constituía uno de sus principales síntomas); el cambio fue
gradualmente entendido así: temía expresar entusiasmo porque siendo niña era más
importante gustar a sus padres mostrándose quieta y tranquila, si se mostraba
entusiasmada sentía que molestaría a su padre y esto le daba culpa.
2) Atender a las modificaciones de los “estados mentales”: los pequeños cambios
del paciente en la sesión pueden reflejar cambios en constelaciones mayores.
Identificar estos grandes cambios otorga sentido a los muchos cambios mínimos que los
componen. El contexto de los cambios mayores usualmente revela su factor
desencadenate.
3) Formular el CCRT: hay que formular y reformular recurrentemente el tema central
de la relación transferencial y localizar los principales problemas de relación. Esto
puede hacerse: a- partir de los principales síntomas o b- con la ayuda de un método.
Como los temas se repiten en las sesiones, se los detecta fácilmente si se atiende a la
redundancia. Además, se van aclarando progresivamente al investigarse nuevos
ejemplos. Ej. de un paciente varón: Deseo: “Quiero sentirme capaz en comparación con
otros, especialmente otro hombre”, Consecuencias: “sufro por sentirme incapaz y me
deprime la culpa por intentar rebajar a otro, cómo a mi padre” (la formulación combina
los síntomas mas importante con el principal contexto en el que surgen). El patrón que
siguen las relaciones del paciente con los otros puede ser descubierto metódicamente
utilizando un sistema cuantitativo y objetivo. El esquema de cómputos toma en
cuenta tanto las referencias directas (el paciente o el terapeuta explicitan las
conexiones) como las indirectas (inferidas) a las relaciones. Método CCRT: 1- se
toma a los “episodios relacionales” (narraciones del paciente acerca de su
interacción con otros) como unidad a inspeccionar y puntuar; 2- el CCRT se expresa
mediante una oración que contiene dos componentes: el deseo, necesidad o intención
del paciente y sus consecuencias (de otros y del self). Ej.: “Quiero que X me preste
atención, pero X me rechazará y yo me enojaré”; “Desearía encontrar un hombre que
me diera el apoyo que necesito, pero no debería porque tengo que ser independiente y
porque ningún hombre me podrá dar ese apoyo”; “Me gustaría triunfar y ser reconocido
pero esto lastimaría a mi padre y a mi hermano”. El CCRT revela la percepción del
paciente de algún tipo de peligro evocado por un vínculo y el peligro generalmente
involucra alguna situación de desamparo esperado o recordado que provoca ansiedad;
3- para formular el CCRT hay que atender a lo que prevalece, a lo que el paciente
expresa con mayor frecuencia.
4) Prestar atención a cada esfera de la tríada de relaciones: 1- relación actual del
paciente con el terapeuta; 2- relaciones actuales del paciente con otros (pareja,
familiares, amigos, colegas, etc.) y 3- relaciones pasadas (padres). Ver como se reiteran
en las tres esferas ayuda al paciente a entender más sus problemas de relación. No es
necesario trabajar las tres esferas en cada sesión pero es útil hacerlo cada tanto. De las
tres esferas, la primera es la que tiene más potencial de impacto terapéutico ya que es
la arena en la que pueden activarse y resolverse los problemas de relación del paciente.
Tomadas en conjunto las tres esferas reflejan el patrón de la transferencia.
5) Considerar la secuencia de los temas: hay que tener en cuenta a continuidad de
los temas en una sesión, en sesiones sucesivas y comparar lo actual con el material de
las dos primeras sesiones.
6) Hacer revisiones: una mirada retrospectiva puede hacerse antes, durante o
después de la sesión. Se pueden tomar notas de las partes más importantes o hacerse un
resumen de la esencia de la sesión. El terapeuta, basándose en su revisión, puede
proponerse algunos objetivos pero estos no deben interferir con la apertura de su
escucha.
7) Tomar a los síntomas como intentos de solución de problemas: ver a las
consecuencias del CCRT como pruebas fallidas y costosas de resolver algo puede
llevar a poder plantear otras alternativas. Ej.: hombre con sobrepeso. CCRT: “Quiero
ser cuidado, pero nadie lo hará, entonces ni intento dejar de comer”. La solución
alternativa fue tratar de autocontrolarse y de conseguir directamente lo que necesitaba
de los demás.
8) Distinguir las percepciones de las interpretaciones del paciente: el CCRT puede
funcionar como una lente que distorsiona. En ocasiones el terapeuta debe reconocer
su participación como estímulo pata determinada interpretación del paciente.
Inferencias:
Respuesta:
Para responder el terapeuta debe saber qué decir y cómo y cuándo hacerlo.
Volver a escuchar:
El terapeuta debe escuchar la respuesta del paciente a su respuesta y usarla como guía
para su próxima respuesta. Las respuestas del paciente usualmente brindan datos para
comprender otra rama del CCRT. Es importante mantener un equilibrio entre abrirse a lo
que el paciente está diciendo y lo sabido sobre sus problemas de relación.
Antes de terminar la hay que minimizar el estrés que provoca la separación y asegurar que
perdure lo ganado con el tratamiento.
Conviene recordar cada tanto la estructura temporal del tratamiento (fases definidas:
comienzo, desarrollo y final) y conversar con el paciente acerca de las condiciones para
finalizarlo.
Es importante aclarar que alcanzar los objetivos no implica el fin de todos los problemas
del paciente.
El tema del que habla el paciente (por Ej.: aumento en la autoestima) cuando se refiere a la
posibilidad de ir terminando el tratamiento suele ser el tema que al ser elaborado permite
finalizarlo.
Las mejorías pasan más por los síntomas que por los problemas de relación, aunque es
probable que el paciente los maneje mejor después del tratamiento.
Algunos pacientes pretenden concluir su terapia prematuramente, en general esto es
causado por alguna cuestión transferencial difícil de enfrenar. En estos casos hay que
interpretar la transferencia y si esto no funciona hay que intentar aliviar la presión del
paciente.
Los pacientes suelen reaccionar a la separación con: enojo, impulsos retaliativos,
sentimientos de soledad y desamparo y con sensación de distanciamiento.
Es corriente que hacia el final resurjan los problemas iniciales. Esto puede significar que
el paciente crea que sin el terapeuta volverá a ser como era antes del tratamiento. Hay que
aclararle que las mejorías no dependen de la presencia física del terapeuta y recordarle que
él ha interiorizado las herramientas usadas en el tratamiento. Además, es importante
explicarle que el proceso de cambio continúa después del fin del mismo.
Es conveniente que el paciente tenga la posibilidad de volver a contactarse con el
terapeuta si quiere hacerlo y a veces se puede arreglar con él un seguimiento programado.
7) Variaciones:
En realidad para todos, pero especialmente para los pacientes con síntomas somáticos o
psicosomáticos es recomendable un examen médico al inicio del tratamiento,
8) Analogías:
9) Método CCRT:
Para formular el CCRT hay que revisar una serie de “episodios relacionales” (RE:
relationship episode) seleccionados de las sesiones de un paciente. Los RE son partes de las
sesiones en las que el paciente narra sus interacciones con otras personas incluyendo al
terapeuta. A veces las interacciones con el terapeuta son actuaciones. Los RE pueden ser
actuales (REc: current RE) o pasados (REp: past RE).
Una transcripción de 20 minutos de una sesión puede ser un segmento adecuado si
contiene un numero suficiente de RE (7).
Los RE se numeran (#1, #2, etc.) y se marcan con un línea vertical en el margen izquierdo
aclarando al comienzo el objeto central, que es la principal persona con la cual el paciente
interactúa en el RE [Ej.: Objeto: María (esposa)]. Luego se consignan en la hoja de
resultados de CCRT y se sintetizan en la hoja de resumen de CCRT.
El CCRT fue desarrollado como una medida de un patrón de relación repetitivo. Como
este mismo patrón reaparece en la relación con el terapeuta es justificado considerar al
CCRT como una medida de la transferencia.
Como la teoría psicoanalítica postula que reexperimentar y reelaborar el modelo
recurrente de relación es el principal agente de cambio, sería justamente esta la variable
que habría que medir para evaluar las modificaciones que se producen en un tratamiento.
Los componentes del CCRT permanecen a lo largo del tiempo. Los pacientes que no
mejoran no lo modifican, pero aun en los que mejoran el componente relativo al deseo
tiende a persistir más que las respuestas.
Ejemplo del CCRT un paciente;
1- Al inicio del tratamiento: “Quiero expresamente, competir y superar a otros hombres,
pero no podría tolerarlo porque me daría culpa y ellos no lo podrían tolerar debido a su
fragilidad”.
2- Al finalizar el tratamiento: el deseo permanecía igual pero las consecuencias se habían
modificado, el paciente expresaba sus intereses y mostraba sus habilidades sintiéndose
cómodo y reconocía que los demás podían aceptarlo.
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