Los Amores de Tristan y Sus Dos Isoldas
Los Amores de Tristan y Sus Dos Isoldas
Los Amores de Tristan y Sus Dos Isoldas
Reinvención surrealista
del mito artúrico
del amor cortés
Registro General de la Propiedad Intelectual: 04/2012/19077
Depósito Legal: SE967-2014
FOL TANTRIS
o
TRISTAN LOCO
al revés
narra
En tanto que obra dramática, Fol Tantris (2009-2014) es una síntesis de varias obras
que Salvador Dalí (1904-1989) escribió en diversos momentos de su trayectoria o
dejó esbozadas. Para servir de nexo entre ellas, y empleando el Método Paranoico
Crítico (MPC) del pintor, se ha reconstruido, en estilo surrealista, el mito de Tristán e
Isolda vuelto del revés[1], según la norma imperante en la obra del catalán. El
objetivo inicial fue celebrar los setenta años transcurridos desde el estreno del ballet
daliniano Mad Tristan, partiendo del texto Tristán Loco (1938) y de su adaptación
escénica de 1944. Dicho objetivo se cumplió estrictamente al presentar en público, el
15 de diciembre de 2014 en Sevilla, la maqueta de una obra de arte total (OAT)
construida en torno al texto Fol Tantris, publicado asimismo en formato de libro
tradicional de manera independiente en 2014 y con la fecha simbólica del 11 de
mayo, aniversario del nacimiento del pintor.
Además de incluir muchos elementos de la “cosmogonía” daliniana[2], las obras de
Dalí que se han utilizado fueron las siguientes: Dream of Venus (1939), Bacanal
(1939), Laberinto (1941), Gala (1961), Être Dieu-Ópera poema (1974), y Mártir,
“tragedia erótica” inacabada[3] de los años setenta. En consonancia con los
postulados del arte contemporáneo, que por un lado es multidisciplinar y por otro
lado es poco sensible a la calidad técnica de las obras[4], la pieza Fol Tantris se auto
define[5] como “Texto poético-teatral para música recompuesta, danza reconstruida,
imágenes pregrabadas fijas y en movimiento, y notas hermenéuticas o escolios”, todo
lo cual se resume en el apelativo de “Ópera Magna surrealista” a entender en un
sentido alquímico[6]. Esta obra, pues, tiende a configurarse como una verdadera
Gesamtkunstwerk (obra de arte total) wagneriana, modelo y objetivo del propio Dalí
que acometió su Tristán partiendo de la ópera de Richard Wagner y distorsionándola
para dotarla de un estilo surrealista.
A pesar de tener el antecedente de Wagner que le habría permitido hablar con toda
propiedad de su Tristán como de una “obra de arte total”, Dalí prefirió llamarlo
“ballet paranoico crítico”, y reservó la denominación de “ópera” para una obra de arte
sonoro y Performance de unos veinte años posterior, la ya citada Être Dieu (Ser
Dios). De hecho, el artista de Figueres siempre persiguió la idea de una “gran ópera”.
Se refiere a ella en una carta a Federico García Lorca[7], en su autobiografía de
1941[8] y en el prólogo[9] de su novela Rostros ocultos de 1944, de modo que, al
retomar este proyecto de su Tristán, era obligado dotarlo con los ropajes de una OAT.
En nuestro libro Tristán, Richard Wagner y Salvador Dalí: un mito y dos genios para
la obra de arte total del futuro, dedicamos un capítulo a la exposición de nuestras
ideas teóricas sobre la utopía que es la OAT, razón por la que aquí nos limitaremos a
unos apuntes más concisos.
Dalí no fue el único artista de su siglo en perseguir la OAT. Se pueden mencionar a
Jean Cocteau[10], a Maurice Béjart y a Ludmilla Tchérina[11], entre otros, pues ellos
han estado directamente relacionados con el pintor. La OAT se basa en el concepto de
“exposición-espectáculo” y su propósito es experimentar, en el sentido científico del
término. Como tal, el proceso creativo y su documentación forman parte integrante
de la obra que no puede cerrarse como “producto final” salvo cuando fallece su
artífice. Dicho artífice es denominado artor, neologismo creado por Jean-Clarence
Lambert[12] en 1971 para referirse a los creacionistas y a todos los artistas de
Happening, Performance y acción, contracción de las dos palabras “ar-tista” y “au-
tor”. Para ser fiel al “espíritu daliniano”, esta obra se ha elaborado voluntariamente a
contra corriente, de las propias tendencias del arte contemporáneo —pese a
respetarlas en algunos aspectos concretos— y, en algún momento, también al revés
de cómo pudiera haberlo hecho el propio Dalí.
Tal como llegó hasta nosotros, el proyecto daliniano Tristán Loco era varias cosas
distintas al mismo tiempo. Contenía muchos diálogos, a los cuales vertía parte de su
libro sobre el Ángelus de Millet, es decir, era un teatro filosófico. Nosotros hemos
desarrollado este aspecto redactando el texto dramático Fol Tantris propiamente
dicho, insistiendo en el tema de la herejía que no pudo tratar Dalí en Mártir, a pesar
de dejar clara su intención de hacerlo.
Se requerían partes cantadas por un coro de voces femeninas, “melodías de vendedor
ambulante” interpretadas en un piano de cola por un concertista ad hoc, y fragmentos
de la ópera de Wagner Tristán e Isolda. Nosotros hemos realizado un collage musical
que sirve de banda sonora para toda la obra, con una duración igual a lo que dura la
lectura en voz alta del texto de base por unos actores profesionales que leen, como si
fueran músicos, a prima vista y en un atril vertical.
El pintor deseaba un decorado móvil, del cual dejó descripciones y bocetos. Se sabe,
por el vídeo de archivo de 1944 que se conserva en la biblioteca municipal de Nueva
York, que una parte de la escenografía se movía efectivamente. Nosotros hemos
empleado las llamadas nuevas tecnologías con este fin, al sustituir el decorado por
imágenes fotográficas que deben proyectarse en las paredes blancas de un espacio
escénico vacío, o mediante la utilización de las pantallas de varios ordenadores
funcionando simultáneamente.
Dalí incluía partes coreografiadas destinadas a resaltar los momentos álgidos del
drama. En su obra final, todo fue danzado o mimado y no hubo partes habladas ni
cantadas. Nosotros hemos reconstruido los veinticuatro minutos que duró
exactamente la obra escénica original según el vídeo de archivo no sonorizado
conservado, y hemos colocado esta parte coreográfica al inicio de la segunda parte de
un hipotético espectáculo completo, como se solía hacer en la ópera de París en el
siglo XIX. De representarse nuestra obra en un teatro más o menos al uso, se
estructuraría en las susodichas dos partes. Los actos primero y segundo, como
primera parte de la representación[13], un descanso, y como segunda parte, la danza
y el acto tercero. La duración total sería de unos 120 minutos.
Dalí quería “dirigir él mismo su ópera”, cosa que nosotros hemos hecho en todo
momento. El Surrealismo produjo obras literarias y plásticas, pero no ha quedado
claro que hubiese habido una música[14]© y una danza propiamente surrealistas[15].
El arte contemporáneo ha dado, en música, recomposiciones y obras de arte sonoro y,
en la escena, obras de arte de acción. La danza contemporánea en algunos casos se
aleja mucho de la danza y se acerca a la Performance, pero no existen tendencias
claramente surrealistas, al menos no nos han llegado noticias de artistas actuales que
integraran explícitamente el surrealismo en sus creaciones, y menos todavía creasen
empleando el MPC como hiciera Dalí y como hemos hecho nosotros.
Al tratarse de una obra de arte total (OAT), Fol Tantris posee un aspecto holístico
particular que conviene exponer claramente. El arte-terapia es una de las disciplinas
que cada vez adquieren mayor predicamento en nuestra sociedad. Asimismo
numerosos terapeutas llamados alternativos han difundido métodos peculiares de auto
sanación. Ante el fracaso repetido de numerosas psicoterapias y otros procedimientos
afines, el artor se ha visto obligado a recurrir a la práctica desinteresada[16] del arte
contemporáneo con un objetivo decididamente orientado a su propia auto sanación.
El planteamiento científico del arte no es algo nuevo, pero sí bastante infrecuente en
la actualidad, en la que la especialización alcanza cotas muy altas. El artor de la
presente OAT reivindica para sí el derecho a comportarse al mismo tiempo como un
investigador erudito y como un creador de formas artísticas, todo unido y, como
repetía con humor Dalí “por el mismo precio” —en nuestro caso: gratuitamente.
También pretende incluir los aspectos más psíquicos e incluso místicos, a esta obra,
para que pueda decirse con propiedad que es una obra total. La intención del artor,
pues, consiste en conectarse con la verdad de los mitos y la sabiduría tradicionales
mientras está creando con la fantasía aliada con el humor.
A pesar de la mala fama que rodea la espiritualidad Nueva Era, las ideas que le son
propias condicionan a todos los individuos en nuestro actual mundo global. El artor
de la presente OAT comprobó, tras investigar este tema, que la Nueva Era aún parece
carecer de una expresión artística propiaÄ, y pensó que la OAT era sin duda la mejor
candidata.
Hablar de las múltiples dimensiones del cosmos no resulta ser ninguna extravagancia,
puesto que muchos científicos de renombre lo hacen desde que la Teoría de Cuerdas y
Super Cuerdas se ha difundido a partir de los años ochenta del siglo XX. Estas
múltiples dimensiones permiten abrir la consciencia y desarrollar el ser humano en
todos sus aspectos. La intención del artor no es el adoctrinamiento ni el proselitismo,
sino ofrecer sencillamente un ejemplo de cómo le fue posible auto sanarse mediante
una OAT y recuperar una calidad de vida óptima. Por ese motivo, sugiere que la
creatividad se vaya uniendo de modo voluntario a lo intelectual para actuar en
sinergia y favorecer la obtención de un desarrollo integral de la persona, con el
evidente beneficio que comporta a nivel personal y colectivo.
Por otra parte, Fol Tantris puede definirse como “erística disfrazada de teatro”.
La estructura del drama sigue, sin embargo, el esquema tradicional en tres partes,
exposición, nudo y desenlace, o si se prefiere, purgatio, illuminatio y unio, dentro de
una unidad espacio temporal de acción. Las notas juegan un doble papel, informativo
e irónico. El pintor británico Ronald B. Kitaj añadía explicaciones a sus obras[17],
cosa que irritaba a los críticos, y preguntaba: “¿Era una casualidad que yo fuera el
único pintor exégeta de mi generación?” Las notas son una suerte de obra paralela a
la obra literaria, pero forman parte de ella. En el caso presente, el autor del texto es el
mismo que el de las notas, aunque pudiera parecer que se trata de dos individuos
diferentes. La extensión[18] de dichas notas se justifica de varias maneras. La
preparación media del lector no le permite disfrutar de toda la materia erudita
integrada en el texto, pero todo lector tiene derecho al placer del texto (Barthes).
Además, el MPC no es fácil de definir en teoría, pero se entiende perfectamente
explicado con ejemplos concretos y aplicado a casos precisos. No sólo Dalí empleó el
MPC para elaborar su obra, sino que lo legó a la posteridad como un herramienta
fecunda para crear obras de pensamiento-arte, obras de arte total. Ignorar ese método
es auto condenarse, como intelectual y como artista, a producir obras para consumo
popular y con fecha de caducidad, que no aportan casi nada provechoso al receptor,
obras previsibles y de corto alcance, que no estimulan particularmente la inteligencia
del público, como suele ocurrir con el arte contemporáneo más oficial. Las notas que
se incluyen sirven, pues, para demostrar que puede existir un arte contemporáneo
más comprometido con la totalidad del ser humano, a cuyo desarrollo pleno pretende
contribuir activa y eficazmente.
El violinista Gidon Kremer (Riga, 1947), refiriéndose al Miserere de Valentín
Silvestrof (Kiev, 1937), dijo que “si Mozart compusiera hoy un Miserere, sonaría
igual que la música del Miserere de Silvestrof”[19]. Del mismo modo, nosotros
decimos que si Dalí rehiciera su OAT Mad Tristan setenta años después de su primer
estreno, el resultado sería al 97% la obra que el lector tiene en sus manos.
“Todo texto es un intertexto”, aseveraba Roland Barthes. Al reinterpretar de un
modo freudiano y surrealista la visión que Wagner legó del mito de Tristán, Dalí se
comportó exactamente igual que lo hicieron los autores en todas las épocas. Frappier
dijo que el Cligès (1176) de Chrétien de Troyes, que era al mismo tiempo “un hiper-
Tristán, por el esfuerzo de superación”; un “anti-Tristán, por la evidente intención
polémica”; y un “neo-Tristán, por ser una versión revisada y corregida”[20]. Aquel
“intenso y extenso debate sobre Tristán” que se inició en el siglo XII, se prolonga
todavía en el siglo XXI en nuestra “revisión” surrealista y pro daliniana (filodalista)
que lleva por título Fol Tantris. Ópera magna, y ahora firma
Anonymus Siete, Agosto de 2016
Prólogo
Mujer (Reponiéndose del gran esfuerzo): No. En verdad. No vale la pena… Yo, su
mujer[35]… ¿Velar su sueño? ¡Borracho[36]! Borracho como[37]… En coma etílico.
Luz de linterna[38] centrada sobre un reloj blando rodeado por una corbata, sobre la mesilla de
noche. Marca las seis. La luz se apaga.
Cada día a las seis llega a casa así. Se jacta de emplear el piloto automático. Se cree
que es un avión. Un avión de carne[39]. Yo lo arrojo a la cama. No se despierta. ¡Un
año contado desde que nos casamos, un año tengo que soportarlo así! Dice haber
hecho un voto[40]. Dice que, después, se portará bien. Me honrará como su esposa.
No volverá a emborracharse. Dejará de vestir el pantalón de tres perneras. Cree ser
Guillermo Tell[41]. Su obsesión: las manzanas. Está loco. ¿Qué digo? ¿Loco él?
Menos que yo, que lo cuido por amor, disfrazada de ballena[42].
La mujer sale por donde entró, arrastrando con ligereza sorprendente la silla de ruedas. Breve
pausa, con oscuridad total.
En la otra extremidad de la cama, luz sobre otra mujer, que estaba en escena invisible. Está
inmóvil, de pie, sobre la cama de agua. Tell (el hombre) se mueve en sueños. Un paraguas
negro[43] se abre por encima de él y lo oculta en parte. Golpe de cuenco tibetano. La mujer
empieza una danza[44] ritual salvaje pero muy lenta. Lleva una túnica color celeste en la que hay
dibujada una clave de sol negra tan grande como ella. Poco a poco resplandece toda ella como un
sol. La danza hace crecer de la cama unos arbustos que florecen rápidamente a su alrededor. Tell
se mueve de nuevo y el paraguas cae al suelo. Sin despertar, habla en sueños. La danza continua
mientras él habla.
Tell: No. No te vayas. Amada visión. Mi sol sólido. Quédate. Aurora. Clara. El sol
está contigo. Se ha ido. ¡Sol! ¡Mi Sol! Ida. ¡Ay!
De un sobresalto violento se despierta intentando ponerse de pie, sin lograrlo a causa de sus tres
piernas. La luz se apaga sobre la bailarina que se vuelve invisible. El hombre gime y luego grita
muy fuerte.
¡IDASOL!
Cae otra vez sobre la cama. Se arrastra hacia el lugar donde estaba la mujer y se para. Recoge del
suelo el paraguas. Lo abre y lo cierra. Lo abre otra vez y se oculta a medias detrás, asomando un
ojo, que mira en dirección a la otra extremidad de la cama.
¿Soñé? No. Imposible soñar cuando se está muerto[45]. Simulo dormir cuando llego
a casa. Para no dar explicaciones a mi mujer. Bajo el paraguas, se rebobina la película
de siempre. Ella, mi Amada, se acerca a mí como Sol, bailando entre sus rayos. Se
pone velos. Se quita velos. La veo, siento su calor, me embelesa. Todo es deseo y
dicha. ¡Ay! Pero se va.
Mueve el paraguas, y lo cierra. Se lo coloca en diagonal, a través del pecho. Muy triste.
Se ha ido.
Se arrastra hacia la mujer invisible, se para y observa.
Arbustos, flores, un mensaje suyo. No sé leer[46]. ¿Me amará como yo la amo?
Huele a…
Golpe de cuenco y luz fuerte y repentina sobre Idasol. El resto, en total oscuridad. Idasol reanuda
su danza ritual, con un cuenco en una mano, al que golpea entre cada frase, acompañándose.
Idasol: ¡No! No me casaré con el rey Marco. Prefiero como esposo al rey Dólar.
Matrimonio: asunto financiero. Marketing seis punto cero. Soy la sacerdotisa[49] y
soy la diosa. Ella triple y yo cuádruple. Para pendular[50], el cosmos nos necesita por
igual a ella y a mí. Todo empieza en la corte del rey[51]. Hacia ella se va navegando.
Guillermo Tell simula dormir sobre las ondas de una cama de agua. Bajo un paraguas
negro. En el castillo de la Ballena[52]. Su sueño es más real que la vigilia[53]. De
tanto comer manzanas[54], ha terminado atragantándose. Un trozo se le ha quedado
en la glotis. De un golpe[55], canta un Do de pecho. Desafinado. Todo comienza
cuando el fotón, como un rayo, sale disparado al terminarse la licuefacción del
agujero negro[56]. En la punta del fotón está el deseo con la forma de un vaso. Se
llena con Sol y desborda. Luz y tiniebla se separan. En la grieta se infiltra El Rayo.
Yo lo capto con el cuarzo piramidal de mi sortija y lo dirijo al Centro[57].
Sin fuego, concentrando los rayos de luz con la gema tallada, hace hervir el líquido contenido en
su cuenco.
¡Veneno soluble[58]! ¡Víbora! Disolvente universal[59]. Pócima contra el
matrimonio[60]. Cocinada durante los siete días de navegación entre Avalon y Golfo
de León. Cada día añado un veneno: genciana, belladonna, datura, árnica, uncaria,
tanaceto, trigonella[61]. (Salen chispas y humo del cuenco.) ¡Oh, Cally Berry[62]! Te
invoco. Con tu fuego múltiple, seca y pulveriza este bebedizo fatal. Redúcelo al
tamaño de esta cápsula. Comprime sus átomos para que se aceleren. Tragando la
cápsula, me salvo de la boda. No me casaré con el rey nunca más. Me esperará, pero
no llegaré. Me buscará, pero me esconderé. ¡Muerte! ¡Quimera! ¡Excitante quimera,
dispara sobre mí[63]! ¡Desintegra mis moléculas! ¡Per-a-dan-jot-cha-vah! ¡Heyo
Toyo Ho[64]!
Se coloca la cápsula en la boca. Golpea el cuenco. Tell, de un salto gigantesco, llega hasta ella, y
cae de rodillas a sus pies, agarrándola por los codos y gritando.
Tell: ¡NOOO!
La sorpresa y el impacto hacen que Idasol expulse la cápsula tosiendo.
Idasol: ¡Mi cápsula! ¡Mi confitura de caballo[65]! ¡Mi dulce mortal! ¿Tres piernas
elásticas? ¡Un monstruo siciliano[66]! ¿De dónde sale? No lo invoqué. ¿Con qué
derecho se interpone? ¿Por qué me arrebata mi caldero?
Tell (La suelta con desdén): ¡Ah! Sólo una mujer más. Retahíla de preguntas que no
esperan respuestas. (Le devuelve el cuenco y sigue hablando para sí.) De lejos, se
parecía a una diosa. De cerca, “el sol es un astro frío y sus rayos son oscuros”.
Idasol: “De cerca nadie es normal”[67].
Tell (Recoge del suelo la cápsula y se la da.): Toma: mis disculpas con tu veneno. Lo
siento mucho. Te había confundido con Idasol.
Idasol: ¡Si soy Idasol! ¿Eres Tantris? ¿El rey del Golfo de León? ¿El sobrino del rey
Marco?
Tell (Confundido): No sé, no lo recuerdo. Tuve muchos nombres, todos perdidos[68].
Ahora, creo, soy Guillermo Tell, el hijo de Guillermo Tell. Un portugués que tiene
banco en Suiza.
Idasol: ¿En Sion, donde nació Parsifal?
Tell: No. En Ginebra, con sucursal en Lanzarote.
Idasol: ¿Has encontrado el Grial?
Tell: No me suena haber buscado esto. Me dedico a bailar.
Idasol: Con tantas piernas, tienes mérito.
Tell: Me ayudo con la muleta. Así, mira.
Breve danza “de las muletas”[69]. Se interrumpe bruscamente para volver a la postura durmiente
al percibir que entra lentamente la Mujer con su carretilla. Idasol desaparece al instante en la
oscuridad.
Mujer: No tardará en despertar. Debe creer que he estado velando su sueño. ¿Dónde
está la muleta? Se ha movido soñando. El paraguas… por el suelo. Y ni rastro… de
muleta. Extraño.
Breve pausa. Tell simula despertarse. Se despereza con borborigmos ad hoc. La mujer le da una
camisa blanca y él se la pone.
Tell: Hace muchos años, tenía instintos asesinos. Cuando veía a una chica guapa,
sentía ganas de morderle los brazos, las mejillas, igual que un lobo. Planeaba cortarla
en rebanadas, como un carnicero. La hipnotizaba. Con cualquier pretexto la obligaba
a subir conmigo al campanario de la catedral de Toledo. Quería arrojarla al vacío.
Matarla. Pero nunca lo hacía. La frustración engordaba mucho mi deseo, hasta tal
punto que se condensó en una tercera pierna. Cada vez que la circunstancia se volvía
a presentar, probaba nuevas maneras de comérmela.
Mujer (Asustada, pero disimulando): ¿De veras? ¿Querías matar a la muchacha?
Tell: No sé si era en mis pesadillas o en la realidad. Si fue en la vida real, digamos
que es mentira. Si fue en sueño, entonces será cierto[70]. (Con súbita brusquedad.)
Dame el desayuno.
Mujer (Con repugnancia): ¡Tu pichón crudo sin desplumar[71]!
Tell (Se lo arroja a la cabeza): ¡Está frío! Sabes que me gusta la sangre tibia del
pichón recién ahogado por tus blancas manos[72]. ¿Hay leche?
Mujer: Sí. Con miel. (Le tiende un biberón[73] grande.) La miel es más dulce que la
sangre[74].
Tell (A penas lo prueba y lo rechaza, “más caprichoso que nunca”[75]): Quita. No
tengo hambre. Vete. Quiero dormir más. Dame el paraguas. Y no vuelvas. Hasta las
doce. Hasta que te llame.
La mujer sale, llevándose la carretilla.
Tell (Con gestos de director de orquesta o del lenguaje de los sordomudos, está
mimando locamente lo que dice): Demasiado sumisa. Me ocultará algo. ¿Sería capaz
de ponerme los cuernos? ¿Con el caballero cobarde[76]? La veo más delgada. El traje
de ballena le huelga. ¡Bah! No importa. Mi única pasión: la pierna. Es la parte más
angelical de la anatomía. (Apunta en su agenda.) “Tener siempre un par de piernas de
repuesto”. Los ángeles no necesitan tener alas de repuesto[77]. Pronto voy a hacerme
la manicura. Especialmente en las moscas. Las moscas saltan más y mejor que el
hombre, porque tienen más piernas. Sus patas son más eléctricas y más elásticas. La
electricidad estática se invierte para entrar en estado de anti gravedad. La verdad más
grave es que todos los secretos van a ser desvelados. La verdad es una y simple. Se
saca a la luz por una sola fuerza: Amor. Violento, arrollador, Amor es conflicto,
“Polemos”[78]. Tantos siglos de esfuerzos humanos para conseguir la paz sin ningún
resultado. Los hombres son unos cretinos. Supergelatinosos[79], incluso. Fracasan y
no saben cómo ni por qué. Pero persisten. Dicen que quieren la paz[80] en el mundo.
Se hacen la guerra con la palabra paz en la bandera. La paz sería la abolición de todos
los deseos. Cosa absolutamente imposible. El hombre fue creado en estado puro
como Deseo[81]. Nadie puede destruir ni cambiar esto. Es una verdad divina. La ley
dual impera y hace sufrir. Esto carece de solución. Porque no es un problema. La ley
dual gobierna sólo la materia densa. Hay tres materias. Física, biológica,
psíquica[82]. Una para cada dimensión del mundo tridimensional. Las tres materias
son duales en sí mismas. La bipolaridad de la estructura tripolar de la realidad es un
rompecabezas chino. Sirve únicamente para confundirnos. Su fin es expandir la
conciencia. (Otra vez apunta en la agenda:) “Urgente salir de este rollo”. ¿Salir?
¿Cómo? ¡Saltando a la dimensión cinco! Y para saltar, cuantas más piernas se tienen,
mejor y más lejos se salta. En definitiva, lejos es el único lugar adonde me apetece
ir[83].
Pausa. Se ilumina progresivamente toda la larguísima cama y la fuente que mana de ella cayendo
al estanque en forma de tapa de piano de cola gigante. Idasol se hace visible donde estaba inmóvil.
Ella y el hombre, que se conocen de antiguo, se acercan el uno al otro mediante una improvisada
danza automática y surrealista de seducción animal.
Idasol (Muy risueña): No me lo puedo creer, Tantris: ¿¡estás casado!?
Tantris (Excesivamente serio): Igual que tú con el rey.
Idasol (Muy seria también): Pero yo no lo amo.
Tantris (Muy sonriente): Yo tampoco. (Poco a poco más serio, hasta angustiarse.) Ya
se sabe: “Un caballero cortés puede a la vez estar casado y permanecer fiel a su
Dama[84]”. ¿Y tú? Casada, ¿eres fiel a tu Hami-Go[85]?
Idasol: La cuestión no se plantea. (Pausa) Cuéntame algo nuevo. (Pausa) ¿Cómo fue
tu boda?
Tantris: Tú has estado en ella. ¿No te acuerdas?
Idasol: Él que no la recuerda eres tú.
Tantris: Nada se va a arreglar.
Idasol: Todo se va a arreglar.
Le muestra la cápsula con el veneno que preparaba en la escena anterior. Tantris se sobresalta y su
pierna sobrante se separa de él. La disimula rápidamente bajo la cama.
La Mujer de Tantris, vestida de ballena como al comienzo, se materializa entre ellos. Lleva además
un tutú clásico blanco colocado alrededor de su cabeza a modo de velo nupcial o pamela, y sonríe
feliz. Le tienden las manos, para que suba a la cama, y se coloca entre ellos dos. Se produce una
analepsia o flash back onírico.
Tantris: “La idea antigua del trabajo indigno del hombre libre[94] se vuelve a
encontrar en la caballería”, escribe Henri Pirenne en Historia de Europa, página 113.
Mujer: ¿Indigno? ¿El trabajo?
Tantris: Castigo de Adán por comer demasiadas manzanas.
Mujer: ¿Cómo vivir sin trabajar?
Tantris: Reciclando.
Mujer: ¿Reciclando qué?
Tantris: La energía vital.
Mujer: Me engañas. Intentas confundirme con tus raciocinios.
Tantris: Por favor, Fricka[95], no me hagas pensar que pudiese parecerme a Wotan.
Obligado a elegir, prefiero ser Brunilda.
Mujer: Imposible, eres un hombre.
Tantris: Esto tú no lo sabes.
Mujer: Volvamos al comienzo: ¿por qué no trabajas, Teseo[96]?
Teseo: Por la misma razón que te hará no tener hijos.
Mujer: Explícate de una vez.
Teseo: Somos anteriores al Pecado original. O bien… Dios nos ha perdonado. Nuestra
misión es: “hacer lo contrario”[97]. Todos trabajan. Todos procrean. Nosotros, no.
Cuestión de fastidiar al mundo, haciéndolo todo al revés.
Idasol: Herético. Te exterminarán.
Teseo (Con gran júbilo): ¡Ojalá!
Mujer: No se remonta impunemente la corriente de toda la época. Estoy dudando si
me casaré contigo o no.
Idasol: La herejía no se contagia, tranquilízate.
Mujer: ¿Y si caigo en tentación?
Teseo (Enfático y doctoral): Hay dos categorías de tentaciones: las que se resisten y
las que hacen caer. Todas son permanentes y recompensadas.
Idasol: La más sanitaria de las cabras[98] siempre pasa factura.
Breve silencio. Del telar baja un tocado especial compuesto por un bonsái en una maceta rodeada
de hojas de roble, que se sitúa encima de la cabeza de Idasol para que cumpla con sus funciones
sacerdotales.
Teseo: Ponte los guantes blancos, pues vamos a casarnos ya. La gran sacerdotisa no
tiene tiempo que perder con este asunto.
Blancas manos[99]: ¿Y tú? ¿Dónde está tu espada verde para la bendición?
Teseo: La extravié en el laberinto, cuando fui a matar el toro. Pero con su piel, me
hice un traje, mira, de torero. ¿Te gusta?
Se viste con chaqueta de torero para la boda.
Blancas manos: ¡Puaj! Este verde botella cortocircuita mi “azul-Klein[100]”.
Idasol (Inspirada, con tono de profecía): Botella de Klein[101] en cuatro
dimensiones es igual a Banda de Moebius en dos dimensiones.
Torero (Igual): Y de la Triada al Uno.
Blancas manos (Prosaica): ¿Por qué se dice que dos que se casan son uno? En la
práctica, llegan más pronto a ser tres.
Torero (Disconforme): La aritmética dice: Uno más uno igual a dos. Dos no igual a
uno. Para tener uno sumando dos iguales, tienen que ser mitades. Un hombre no
puede ser medio hombre ni una mujer mitad de mujer.
Idasol: En el comienzo, cada ser humano era andrógino y Rebis. Hoy sólo hay
mitades que se buscan y se unen para formar solamente de vez en cuando unas
rarísimas unidades.
Blancas manos: Esto es el misterio y el poder del amor.
Torero (Con desprecio): El amor es locura.
Idasol: Toma, Torero: la muleta, en lugar de tu espada perdida.
Idasol sostiene por el mango un horcón pequeño o “muleta daliniana”. Los novios apoyan
ritualmente y con unción cada uno una mano en las dos extremidades.
Blancas manos (Soñadora): Yo veo en la muleta una rama del árbol genealógico…
Idasol: Blancas manos, ¿cuál es tu nombre?
Blancas manos: Ydas Aal.
Idasol: Torero, ¿cuál es tu nombre?
Torero (Con cursilería): Don Tancredo[102].
Idasol: Tancredo, Ydasal; Ydasal, Tancredo: en nombre de la unidad del fotón con el
neutrino, os declaro marido y mujer. Mujer y marido. Ite, missa est.
Los expulsa de la cama. Una fuerza invisible atrae el tocado de arbusto hacia arriba.
Tancredo: Alea jacta est.
Ydasal: ¿Por qué nos echa fuera tan aprisa? ¿Hemos hecho algo mal? ¿Tan poca
pompa tiene el ritual? ¿Será esto el matrimonio?
Tancredo: ¡Tú! ¡Siempre preguntas cuatro cosas a la vez sin esperar una sola
respuesta! Mujer odiosa, ¡apártate de mí!
Ydasal: Eso sí que no lo entiendo. ¡Ingrato! ¡Cruel! ¡Embustero! Te vistes de luces
para seducirme y luego pretendes abandonarme. (Golpe de cuenco tibetano.) ¿Qué es
esto? Tengo miedo.
Tancredo: ¡La ira de Dios sobre ti! ¡Huye! ¡Escóndete en la primera gruta que
encuentres! ¡A la cripta del castillo de la ballena! (Fin del Flashback)
Fotograma de la video proyección que se incluye en la maqueta de la presente Obra de Arte Total.
Oscuridad. Breve pausa. Sigue el cuadro que quedó interrumpido por el flash back. Luz sobre la
cama. Idasol y Tantris, tumbados, abrazados, vestidos igual que antes.
Tantris: Ahora te tocaría a ti contarme tu noche de boda.
Idasol (Recitando mecánicamente una fábula aprendida): Obligué mi esclava a
ocupar mi lugar en el tálamo. Pedí apagar todas las velas y antorchas[103], y ella se
colocó entre los brazos del rey. Después de consumado el matrimonio, el rey pidió
luz y bebida. Me levanté supuestamente para servirle.
Tantris: Hay quien dice que le gustó tanto al rey la primera vez que quiso repetir.
Pero entonces, estabas tú en la cama con él, y no tu esclava…
Idasol: Sí, pero el vino estaba mezclado con hierbas. El rey narcotizado[104] soñó
que su noche nupcial se prolongaba eternamente. Yo no iba a desengañarlo.
Tantris: Y… ¿desde aquella primera noche, qué pasó?
Idasol: Nada. El rey caza, pesca, baila el minué, pide siempre una copa de vino antes
de acostarse. Yo le doy su somnífero y sueña otra vez. No hace el amor más que en
sueños.
Tantris: ¿Me podrías dar una prueba de la verdad de lo que dices?
Idasol: Por supuesto. Llevo casada más de seis meses y no estoy embarazada.
Tantris: Excelente. Mi tío el rey, entonces, está cornudo.
Idasol: No digas eso. Suena muy feo. Y mi esclava es una chica muy honrada. No
tiene novio ni amorío. Es… La muda de Portici.
Tantris: ¿Y no está embarazada?
Idasol: Le hice tomar la píldora del día después, por precaución. (Pausa.) ¿Y tú?
¿Cuándo vas a ser padre?
Tantris (Feroz): ¡Nunca! Mi matrimonio es blanco. Mi vocación es la herejía, no la
reproducción. Por respeto a la vida verdadera, que es la vida eterna, no engendraré a
ningún ser mortal[105].
Idasol: ¿Qué prueba me das de tu sinceridad? ¿De tu fidelidad?
Tantris: Por ahora, ninguna. Salvo el estar en esta cama junto a ti. La prueba de mi
loco amor, la tendrás cuando muera por ti, mi sol, mi diosa, mi aurora boreal.
Idasol: Prefiero que vivas y no tener prueba. Yo sé que me amas como yo te amo.
Tantris: Yo te amo más.
Idasol: Y yo te amo mejor[106].
(Se besan apasionadamente.)
Tantris: Un beso es siempre perturbador.
Idasol: Sin el beso no se podría concebir la unión alma cuerpo en un todo unificado,
unido y único.
Tantris: El beso amoroso es una constricción del amor. Labio contra labio, se está
demasiado junto. Este apretujón labial no da espacio tiempo suficiente al Amor
expansivo.
Idasol: No critiques la simetría homeostática del beso[107].
Tantris: La boca es un límite, una limitación. En ella se revela finito lo infinito del
amor.
Idasol: El beso es palabra de carne. La limitación de lo limitado revela en el beso su
infinito ilimitado. Cualquier límite incita al desbordamiento. El beso intercepta el
límite propio de la boca.
Tantris: Me temo que todo beso de amor profane lo sagrado del amor mismo, porque
el sentido del tacto, pendular y dual, mutuo y reversible, impone a lo tocado una
reciprocidad intrínseca, sospechosa de poder satisfacer —cosa tabú— el deseo. Tocar
lo intocable es el rito de la profanación.
Idasol: Con el beso te consagro en el amor para luego poder profanarte. Y una vez
profanado, purificarte y consagrarte otra vez. Sin fin.
Tantris: Vivo y muero en mi beso y por tu beso.
(Otro beso largo y apasionado.)
Tantris: Amor mío, ¿sabes? Mi último descubrimiento[108] científico es que, en el
comienzo, Dios vivía en la montaña de queso[109].
Idasol: ¿De queso?
Tantris: Sí. Después de cierto tiempo, olía mal, sobre todo el Camembert. Dios lo
arrojó lejos y la montaña se derrumbó. Entonces, Dios se fue a vivir al Walhalla, que
estaba construido con manzanas. Se sabía que había una manzana podrida cada vez
que Federico Schiller asomaba la nariz[110].
Idasol: ¿Era un rinoceronte?
Tantris: No, era un unicornio.
Idasol: Como tu tío. De aquella época data la costumbre de llamar manzana un grupo
de casas. Pero, dime, ¿qué pasó con el Camembert exiliado por Dios?
Tantris: Se transformó en el primer reloj del mundo.
Idasol: ¿En reloj? ¿Cómo?
Tantris: Dos espadas de héroes combatientes, las agujas. Y los golpes que se
asestaron, registrados alrededor para que persistiera su memoria[111].
Idasol: Luego, el primer reloj del mundo fue…
Tantris: …un queso más podrido que un burro. Y el tiempo algo que apesta y sólo
sirve para llenar las cajas de los bancos suizos.
Idasol: No te quejes de los relojeros. Gracias a ellos tú eres rico y vives sin trabajar.
Nosotros dos, estamos fuera del espacio tiempo, en la esfera eterna e infinita de
Amor.
Tantris: No te fíes. Estaremos hasta las doce menos cinco. Porque a las doce en punto
mi mujer vendrá a despertarme de este sueño. Amor y tú, que sois uno y lo mismo, os
haréis invisibles de nuevo.
Idasol: Háblame de Amor, querido. Cuéntame otra vez nuestra remota historia de
amor.
Tantris (Muy lírico, habla cantando -”Sprachgesang[112]”-): En el primer acto,
estaba la suma sacerdotisa del matriarcado, el hada blanca Isolda, ante un espejo
mágico recordando en flash back todas las hazañas de Tristán, cuando mató a su rival
en la isla, cuando llegó a casa de la curandera disfrazado de músico polaco[113],
cuando ella adivinó su verdadera identidad al descubrir la melladura en su espada y
quiso matarlo. Todo se visualiza en el espejo. Isolda invoca con una fórmula mágica a
Tristán que se resiste, pero termina obligado a materializarse ante ella. Discuten y, de
repente, Isolda decide matar a Tristán. Coge un veneno de su bolso y lo vierte en una
botella de ginebra disimuladamente. Luego le propone beber en signo de
reconciliación. Tristán tiende su copa, que siempre lleva consigo porque es
ortoréxico, igual que Marsilio Ficino. Isolda le sirve la ginebra y él bebe. A media
copa toma un respiro para gastar una broma. Dice que es la primera vez que le pone
los cuernos a un amigo. Se refería a Lanzarote, obviamente. Isolda presa de
remordimiento por envenenar a tamaño héroe, le arrebata la copa y la apura de un
trago, pensando morir ella también y saldar así su deuda kármica. Pero no hay suerte.
La copa de Tristán estaba tallada en piedra filosofal y, por el efecto mandorla[114], el
veneno mortal se ha transformado en filtro de amor. Sin saber lo que les está pasando,
Tristán e Isolda caen en brazos el uno del otro, ebrios de amor loco. Telón.
Segundo acto. Isolda ante su espejo mágico. Mientras se está peinando, cuenta a su
reflejo todo lo sucedido, la boda con el rey, Brangania puesta en sustitución suya en
el tálamo, el hipnótico, la cita con Tristán junto al muro de los cajones en el
jardín[115]. En el espejo, ve a su amado impaciente por recibir la señal. Isolda hace al
espejo juramento de no perder nunca la virginidad que la hace omnipotente como
druidesa. Luego apaga la antorcha y Tristán llega a la cita, disparado como un fotón.
Se aman castamente, empleando el gran arcano. En el espejo mágico, Isolda ve que la
corte se acerca para sorprenderlos juntos. Metamorfoseado en ruiseñor por Isolda,
Tristán logra escapar sin ser visto. Telón.
En el tercer acto, el ruiseñor Tristán[116] ha sido herido por la flecha de un cazador
de Diana. Moribundo en su castillo, yace bajo el gran tilo. Isolda lo ve en su espejo y
se apresura en socorrerle. Se metamorfosea en barco y sus vestidos en velas[117].
Cruza el golfo de León empujada por la fuerte tramontana y cuando llega al castillo
de la ballena, encuentra junto a Tristán muerto una araña viuda negra sorda y sin
patas. Con el rayo de su mirada, Isolda desintegra a la araña y quema a Tristán en una
hoguera de sándalo en la que ella también se inmola[118], muriendo por amor. De las
cenizas de ambos, nace un Fénix. Las dos almas de los amantes se funden en forma
de dos anacardos imbricados[119]. El Fénix come el anacardo, lo excreta y lo vuelve
a comer, simbolizando el ciclo de la inmortalidad[120]. El telón no se baja porque
nunca termina este ciclo.
Idasol (Después de una breve pausa): Tristán era y será siempre un milagro para
Isolda. ¿Cómo mereció ella ser amada por un hombre como él? Esto le resultaba cada
vez más incomprensible. Y ella misma, amándole, transgredió con creces todo cuanto
existía en materia de amor mítico, único e imposible, el amor de los héroes puros y
divinos.
Tantris: Isolda era la alta mensajera de los mundos sagrados, la cuidadora del amor
bienaventurado, la suave amada, el sol de la medianoche que anuncia “la noche para
la vida”. Etéreos, se mezclaban Isolda y Tristán, dentro de sí y cada uno con el otro,
como la pócima afrodisíaca que bebían en el buque fantasma.
Idasol: Tristán e Isolda, consagrados por la noche de su amor prohibido, anhelaban
sólo la nocturnidad eterna, añoranza de la vida intrauterina, de la vida en Edén antes
del Pecado original.
Breve pausa.
Tantris (Cambiando el tono de la voz): El acanto de la desesperanza enrosca y
desenrosca sus hojas.
Idasol (Imitándolo): El helecho tiene la misma cara mal afeitada que el campo de
remolachas[121].
Tantris: Amar sin cantar es tan imposible como vivir sin respirar.
Idasol: Amar sin morir es tan inútil como intentar hablar sin palabras.
Tantris: En el principio era el canto, que es el verbo musical.
Al mismo tiempo dicen o cantan los dos (como si fuera un madrigal de Gesualdo):
Tantris: “Cuando el hombre se enamora, se pone a cantar como un ruiseñor para
enseguida... componer una ópera”
e Idasol: “Cuando un hombre se enamora, se pone a cantar de contratenor, lo que
enseguida le obliga a… componer una ópera”.
Idasol: Para hacer la ópera necesita una bañera.
Tantris: O una cama de agua, como la vaca en la edad de oro[122].
Idasol: El músico ha de tumbarse en la bañera vacía.
Tantris: Amando mucho se marea.
Idasol: Al poco rato se siente como un ciprés creciendo dentro de la bañera[123].
Tantris: El que ama debe lanzarse a navegar.
Idasol: La pasión es un maremoto.
Tantris: Sin miedo a naufragar, izamos la vela, tomamos los remos.
Idasol: Yo naufrago en tus brazos, mecida por las olas del placer, embriagada de
amor.
Tantris: Ebrio de amor, me ahogo en las ondas de tus besos infinitos.
Con palabras más lentas a partir de este momento.
Entra Ydasal empujando fatigosamente la carretilla con rueda rota. Ellos fingen dormir, tumbados
de costado, cara a cara, separados por la distancia de sus brazos extendidos, las cuatro manos
unidas y los dedos entrelazados, el paraguas cerrado colocado entre ellos. Ydasal los alcanza, los
ve y deja caer la carretilla de sorpresa.
Ydasal: ¡Cielos! ¡Mi marido![126] ¡Y con la mujer del camarada Marco Rey! Al Gran
Ácrata, le sientan bien los cuernos. Pero, ¿a mí? (Gesto trivial de ponerse los
cuernos.) No hacen juego con mi trenza. Cierto: yo me salvo. No soy del todo mujer.
En fin, ¿qué hacer sin Eurídice? Siempre se está sola cuando más se necesita el
consejo del alma. ¿Despertarlos? No sé si puedo ni debo despertar a los que duermen
en su pecado. ¿Matarlos mientras duermen? Mmm… Mal ejemplo me dio el
caballero cobarde. ¿Qué veo? ¡Una espada entre ellos! Y yo sin arma ni protección ni
amparo, yo indefensa, con mi carretilla… No soy más que una pobre engañada.
Breve silencio. Observa a la pareja dormida desde todos los ángulos y las perspectivas posibles,
como si buscara algo que no encuentra. Desalentada, se sienta sobre la carretilla. Suspira. Se
levanta sobresaltada y sube a la cama. En pie sobre ésta, empieza a saltar frenéticamente, como si
saltara a la comba[127], pero sin comba. Pasa de la cama al estanque, salpicando con agua a los
durmientes[128]. Sube otra vez a la cama de agua que se mueve violentamente bajo sus saltos. La
pareja no tiene otra opción sino despertar.
Tantris: Violenta tempestad ha parado en seco mi sueño.
Idasol: La nave zozobra.
Tantris: ¡Ah! Parece que la tempestad remite.
Idasol: Cuando rabia así, no dura mucho.
Ydasal: Desengáñate, mujer adúltera que te dedicas a engañar a tu marido con el
marido de la esposa más virtuosa y fiel. La rabia y la venganza no hacen más que
empezar.
Tantris: ¡Calla, mujer! Me has traicionado. Te había dicho: “No vuelvas hasta las
doce. Déjame dormir tranquilo.” Me has desobedecido. Dios te castigará.
Ydasal: El culpable se exculpa culpando a la inocente. El mundo está del revés.
Idasol (Con calma y tono doctoral): Y si quieres ponerlo al derecho, sólo tienes que
hacerlo todo al revés.
Tantris: ¡Calla, te dije! Espuma cuántica sale de tus labios. Estás frenética de celos y
de ira. Estás muy fea. Recobra tu compostura. Mírate en el espejo que hay al fondo de
tu carretilla.
Ydasal atiende el consejo. Los amantes no cambian de posición ni actitud. Ydasal vuelve hacia
ellos con recobrada dignidad: mantiene erguidos los dedos meñiques de ambas manos[129],
afectando la distinción más aristocrática, pero sin caer en el ridículo.
Ydasal: Mi marido en pleno adulterio… Estoy sorprendida, cariño.
Tantris: No. El sorprendido, soy yo. Tú estás estupefacta[130].
Ydasal: ¿Quién es ésta, que alumbra como el alba, hermosa como la luna, radiante
como el sol?[131]
Tantris: ¿No reconoces a la suma sacerdotisa que nos casó en el bosque lleno de
murmullos?
Ydasal: Era de noche. No se veía bien.
Tantris: Se entiende. Ahora no lleva puesta su corona de hojas de roble. Tienes que
pedirle perdón por haberla despertado de su sueño sagrado.
Ydasal: ¿Perdón? ¡Ah! ¡Es el colmo! Se acuesta con mi marido y me tengo que
disculpar yo.
Tantris: No digas vulgaridades, mujer. Una diosa no se acuesta con nadie.
Ydasal: ¿Una diosa? Desvarías. ¿Será posible? Tienes la cara de alguien que acaba de
salir de un ciprés.
Idasol (Rectificando, según su costumbre): No de un ciprés, sino de un chopo
blanco[132].
Ydasal: No me lo puedo creer. ¡Estás enamorado!
Tantris: Quien ama no se enamora. Quien se enamora no ama.
Ydasal: Salmos chinos. Al marido cornudo se los cantarás. A mí, no.
Tantris: Lo que tú cantas está desafinando. Te vas por el tritono a la quinta del
lobo[133]. He dicho “una diosa” y lo mantengo. Aleteia: Diosa de Verdad. Si eres
pura de todo engaño, mírala a los ojos. Si no, ten gratitud porque te deja verla de
espaldas.
Ydasal: Tú la estás mirando a los ojos…
Tantris: “Diosa” y “mirada”, en griego, se dicen igual: Thea.
Idasol: Lo divino es “El mirar en lo desoculto y dar una señal”[134].
Tantris: De ahí la supremacía del ojo que es capaz de mirar y ver.
Ydasal: Todo esto no me aclara lo que va a pasar ahora con vuestro adulterio.
Tantris: El porvenir es el pasado mirado desde atrás.
Idasol: Ninguno de los dos tiene sustancia real. Lo grande es el instante presente en el
que se está mirando.
Tantris: No es grande en sí mismo. Lo es porque un “Yo” está mirando y porque la
mirada es Diosa. No hay grandeza fuera de ella. Esta diosa es la suma sacerdotisa
identificada con su divinidad.
Ydasal: La religión es narcisista.
Tantris: Igual que el amor.
Idasol: En la religión de amor, el ser humano adora a su criatura: un dios hecho a su
imagen ideal, un dios que está dentro del hombre.
Ydasal: Estábamos hablando de una diosa.
Tantris: No te dejes confundir por los géneros gramaticales. La Cábala enseña que
Dios tuvo un primer pensamiento que tenía el aspecto de una fémina, pero esto
sucedía mucho antes de la in(ter)vención de Eva. De aquel pensamiento divino
primordial surgieron las jerarquías de los ángeles. Entre éstos hubo algunos que
crearon el mundo con materia, se rebelaron contra la fémina pensada por Dios y la
aprisionaron en ese mundo[135]. Así, ella se encarnó repetidamente en sucesivos
cuerpos de mujer. Alguna vez fue Elena de Troya, otra fue la mujer de Simón el
mago, otra vez aún fue la Isolda de Tristán.
Ydasal: Todas mujeres adúlteras, pues. Bonita teoría para embobar a los bobos.
Tantris: Mujer sin inteligencia, hija de Eva y de Lillith, de nada sirve querer
instruirte. Tú no eres capaz de aprender. ¡Qué error tan grande fue el mío al casarme
contigo! Inútil sacrificio que me conduce a mi propia ruina.
Idasol: Serénate. Para docente no sirves, eso es todo.
Tantris: Tienes razón. “No tengo ningún interés en ser un maestro: es algo demasiado
ridículo”[136].
Idasol: Ella aprenderá sufriendo, como todos. Este destino se cumple siempre.
Ydasal: ¡Tú! Si conoces el destino, sabrás cómo voy a vengarme de vuestra ofensa.
Idasol: Me lo preguntas porque tú misma no lo sabes.
Ydasal: Si fueras de verdad una diosa, leerías en mi pensamiento, y saldrías corriendo
de aquí al instante.
Tantris: Deja tus vanas amenazas. ¿A quién crees atemorizar? Eres tú la que tiene
miedo, porque no sabes qué hacer. Sin embargo, es muy sencillo. No tienes que hacer
nada. Ésta es la solución de tu problema. Aprende que donde no hay solución, no hay
problema[137].
Idasol (Desde su “mundo pentagonal”, rectificando una vez más): Mejor decir: “La
solución es darse cuenta de que no hay problema, pues todo es ilusión”. Nada hay
absolutamente real. No obstante, la esencia de lo falso en sí misma, es verdad.
Tantris: La verdad de lo falso consiste en ocultar su verdadera naturaleza de ser falso.
Idasol: Como el oro falso: es algo que oculta su ser de no ser oro.
Ydasal: Por esta razón, las joyas falsas son preferibles a las verdaderas. Brillan más y
parecen mejores[138]. Cuando se las pierde o te las roban, no pasa nada. Así que, por
muy ilusorio que sea vuestro adulterio, yo os denunciaré y obtendré reparación.
Tantris: ¿Hay algo roto?
Idasol: La rueda de la carretilla.
Ydasal: A ver si tendrás ganas aún de burlarte de mí en presencia de tu marido el rey
cornudo[139].
Tantris: Maleducada, no insultes a mi tío.
Ydasal (Furiosa)): ¡Tu tío, un rey de gallos[140]! Y vosotros dos, adúlteros e
incestuosos.
Tantris: El tabú se inventó para incitar a la transgresión. Insensata, ¿cómo piensas
conseguir que el rey preste atención a tus chismorreos? ¡Si no tienes tarjeta ni
contraseña para entrar en la web de la corte!
Ydasal: Lo voy a llamar por teléfono. Tengo el número de su línea directa.
Idasol: ¿Qué es… “Te-Lé-Fo-No”?
Tantris: Una involución de la telepatía.
Ydasal: El teléfono, señora, es una máquina que funciona con monedas[141]. Se ha
inventado especialmente para informar de su suerte a los maridos cornudos.
Tantris: Los ojos solares parabólicos[142] que vigilan las almenas del castillo cortan
la señal de los móviles. Estamos fuera de cobertura.
Ydasal: Por eso mismo llamaré desde la cabina telefónica.
Idasol: ¡Sí! Un artilugio que crece en medio del bosque de los druidas. Tiene por
norma ir sobre ruedas y hablar cada vez que se le hace tragar una moneda. Ahora me
acuerdo. Pero... esto es algo que… ¡data de la época de… antes del Diluvio[143]!
Mientras habla, Ydasal extrae de debajo de la cama una cabina telefónica[144] paralelepipédica
de acero y cristal. La cama se hunde en este lugar. Arrastra la cabina sobre pequeñas ruedas que
no se ven. La coloca en posición vertical y se encierra dentro. Realiza su llamada telefónica bajo
las miradas primero atónitas y luego divertidas de la pareja.
Tantris: Se parece a una ballena dentro de un acuario.
Idasol: Por teléfono, todo cuanto se dice es engañoso. Por ello es el medio ideal para
decirle a un hombre que lo están engañando.
Tantris: Yo pienso que va a desencadenar un ciclón. Quiero decir, un ciclón en el
ciclotrón.
Idasol: Contra este aguacero tenemos un gran paraguas...
Tantris: ...La inocencia de toda culpa. Todo ha sido un simulacro. Lo asumiré hasta
las últimas consecuencias.
Idasol: Y yo también junto a ti y con tu permiso, ya que te amo.
Tantris: Más te amo yo hasta el delirio, tú lo sabes. Te amo más allá de la dicha y del
sufrimiento.
Idasol: Cogidos de las manos nos arrojaremos a la hoguera cantando[145].
Tantris: Nos lanzaremos al vacío del instante supremo en el que el goce absoluto es
un total zozobrar.
Ydasal sale de la cabina con paso incierto y vuelve junto a ellos. Se contemplan los tres durante un
instante en silencio. Las miradas, de repente, se ven a través de una lente fotográfica “ojo de pez”.
Idasol mira a Ydasal que mira a Tantris que mira a Idasol. Toda la visión que tiene el público está
deformada en semi esfera por la lente ojo de pez. Al fondo, se ve la imagen de un ojo heterotópico
cuyas pestañas se alargan, crecen y florecen. Las flores son nardos o lirios. El efecto ojo de pez
cesa en cuanto habla el personaje.
Tantris: ¿Qué noticias traes?
Ydasal: Estáis condenados… a muerte.
Idasol: Otro castigo nos hubiera extrañado mucho.
Tantris: Te da más miedo a ti anunciarnos la sentencia que a nosotros recibirla[146].
Idasol (Exaltada, tras una breve pausa): Quien no muere de Amor nunca ha vivido ni
conocido Amor.
Tantris (Entusiasmado): La muerte por amor es la única muerte que vale algo, pues
garantiza la inmortalidad a los que la viven con una plena aceptación consciente.
Idasol: ¡Viva la muerte de Amor[147]!
Ydasal: ¡Oh! No me esperaba esto. Es increíble, es pasmoso.
Tantris: Está petrificada de estupor.
Idasol: Está confusa y sobrecogida por lo inaudito del caso.
Ydasal: ¿Qué clase de prodigio es esto que llamáis Amor?
Tantris: Algo totalmente inverosímil. No preguntes. Di quién nos va a ejecutar.
Ydasal: Yo… yo qué sé… Si me dijeran que voy a morir, gritaría, me escondería,
intentaría huir[148]. No sé. No me quedaría quieta, como estáis, inmutables, felices…
Tantris: Aún te queda mucho por aprender.
Ydasal: Dices bien. Quiero saber cómo esta mujer ha conseguido que la ames. ¡Si tú
eres impotente[149]!
Idasol: Para una bruja es fácil impedir con hechizos la consumación de un
matrimonio inoportuno. Pero esas mañas provocan sólo impotencias aparentes y
transitorias, no reales ni definitivas. Además, ten en cuenta que contra cualquier
hechizo hay un antídoto. ¿No te suena el elixir de amor? Un afrodisíaco mágico, una
bebida erotónica[150].
Tantris: Hay una sola clase de impotencia: la que afecta a la razón discursiva cuando
no comprende lo que sucede en las esferas superiores a ella.
Ydasal: Si no entiendo mal, incluso con esta excusa me has engañado. De todos, la
más impotente soy yo. No puedo nada contra ella, por ser una diosa. No puedo nada
contra ti, porque no te hice caer en tentación.
Idasol: En verdad lo has dicho: no hay engaño ni adulterio. Nuestro amor es
sublimado y puro. Trasciende todas las leyes: humanas y morales.
Ydasal: Por eso mismo debéis morir. Esta situación es intolerable.
Tantris: Completamente de acuerdo contigo. Ya te pregunté por el verdugo. Date
prisa. Llámalo o contéstame.
Ydasal: ¿El verdugo? Le servirá la espada que hay sobre la cama entre vosotros dos.
Idasol: ¿Qué espada? ¿Alucinas?
Tantris: Miope y paranoica. Donde hay un paraguas tú ves una espada, cegada por tu
deseo de venganza.
Le arroja el paraguas a la cabeza. Ella lo evita y lo recoge del suelo. Los apunta con él como si
fuera un rifle. Tiembla de miedo y de cólera.
Ydasal: Vais a morir: ¿tenéis un último deseo?
Idasol (Con gran sorpresa, que le hace tartamudear): ¿Un de-se-o?
Tantris: Con la muerte de amor tenemos colmado y satisfecho el único deseo al que
se llega tras renunciar a todos los deseos.
Idasol: Mira: yo te deseo que conozcas alguna vez el amor loco.
Tantris: Y yo te deseo que seas amada con locura[151].
Ydasal: Os gusta tanto morir que sería pecado mataros.
Deja caer sin violencia el paraguas sobre la cama, a cierta distancia de ellos.
Tantris: ¡Ah! Pero esto tiene que terminar. No es más que un sueño, pero es una
pesadilla. Hay que ponerle fin, sea como fuere.
Idasol: Yo tengo la cápsula del veneno soluble, Amado.
La saca de un bolsillo de su vestido y se la enseña.
Ydasal: ¿Qué cápsula? ¿Qué veneno?
Tantris: Un sola cápsula para dos[152]. Si la trago yo, ¿vivirás sin mí? ¡Impensable!
Si la tragas tú, ¿viviré sin ti? ¡Imposible![153]
Idasol: Podemos tomar la mitad cada uno.
Tantris: ¿Hará efecto?
Idasol: Es un veneno muy potente.
Tantris: Si rompemos la cápsula, el veneno va a derramarse. Mal asunto. (Silencio
dubitativo.)
Idasol: ¡Eureka[154]!
Tantris: ¿Tienes la solución?
Idasol: ¡Claro!
Tantris (Con la cursilería que le caracteriza): Date prisa. Dímela. No me hagas
languidecer.
Idasol (Encantada por su ocurrencia genial): Pongo la cápsula en mi boca y tú... me besas
con pasión. La rompemos con nuestros dientes y el veneno nos mata a los dos de una
vez.
Tantris: ¡Excelente!
Ydasal: ¡Esperad! Yo no soportaré ver este mortal beso de amor.
Tantris: Cuando leas después a Pico della Mirandola, comprenderás qué cosa llamaba
“la morte di bacio”[155].
Idasol: Tu mujer es sensible. Para que no sufra, nos ocultaremos bajo el paraguas.
Tantris: ¡Magnífico!
La pareja se pone en pie sobre la cama. Ella sostiene la cápsula. Él se dispone a abrir el paraguas.
Luces muy potentes sobre ellos.
Ydasal: ¿Qué es esto? ¿Ya no tienes tres piernas? ¿Qué piensas hacer con el paraguas
del Rey Loco? ¿Por qué os ponéis de pie para morir?
Tantris: Detestable manía de preguntarlo todo del tirón.
Idasol: No te enfades. Vayamos por partes. La muerte es el suceso más digno de la
vida. Si lo mejor de la vida se vive acostado, es decir, horizontalmente, la dignidad de
la muerte requiere verticalidad. Los amantes, como los toreros, por dignidad o por
instinto atávico, se ponen en pie para morir[156].
Tantris: Las otras preguntas no tienen respuestas.
Idasol (En confidencia, a Ydasal): Ya no tiene tres piernas porque el filtro de amor le
ha vuelto omnipotente.
Ydasal: ¿Qué quieres decir con esto?
Idasol: Pues, que ahora, puede… (bajando la voz) …poseer a todas las mujeres del
mundo.
Ydasal: ¿Tristán sería otro don Giovanni / Casanova?
Idasol: Algo así como un segundo Tiresias, sí. Ha cambiado de sexo.
Tantris: ¿Estáis tramando algo contra mí?
Ydasal: Paranoico, tú.
Idasol: ¡Ea! (Dice lo que sigue en italiano.) A la guerra d'amore! A la morte di
bacio!”
Luz sobre el reloj: se ve que faltan escasos segundos para que sean las doce. Idasol coloca la
cápsula en su boca. Se abraza al hombre que la besa, justo con el primer toque de carillón del
reloj. Al poco de iniciar el beso, él abre el paraguas. Éste se vuelve totalmente transparente
dejando ver a la pareja. Se ilumina suavemente desde el interior y la luz crece en intensidad. De su
circunferencia se desprende una gran cantidad de confetis multicolores y brillantes lentejuelas que
caen a sus pies. Cuando termina esta lluvia seca[157], las luces se apagan súbitamente todas a la
vez. Se oye un grito terrible seguido por el duodécimo toque del reloj. Telón muy rápido.
Entre-sueño
Se iluminan únicamente las dos extremidades de la larga cama-fuente. La parte más lejos del
público, ocupada por el hombre tendido, dormido. La más cercana, ocupada por las dos mujeres
sentadas una frente a la otra, en postura más o menos yoguica. Entre ellas, un paño negro bordado
con símbolos cabalísticos. Una es Idasol, cartomántica, con un búho disecado sobre el hombro
izquierdo. Viste a la moda oriental, puede llevar careta y estar doblada por otra actriz. La
consultante es Ydasal, con ropas Hippies, casi irreconocible también. Hacen una lectura de Tarot.
Incluso han cambiado sus nombres.
Ida[224](sol) (Enseñando sucesivamente diversos montones de cartas.) Esto es tu pasado;
aquí, tu presente; y allí, tu futuro.
Mientras la consultante hace un gesto de impaciencia por saber lo que anuncian las cartas, se oye
a Tantris hablar en sueños. Sin embargo Idasol/Ida es la única que lo oye, pues ella es ubicua; la
otra, no. Por lo que se sorprende mucho con ciertas palabras sin sentido para ella, pero que
responden a las de Tantris. Él ve en su sueño la escena del Tarot.
Tantris: Te espero desde hace un minuto.
Ida: Un minuto sobre el Sol es mucho más largo que un minuto sobre la Tierra[225].
Ydasal/Blanca (Mirando con sorpresa a la cartomántica): Dime el futuro; el resto ya lo
conozco.
Ida: Paciencia, Blanca. El futuro es la continuidad del presente y éste, la
consecuencia del pasado. Hay que leer las cartas en su orden correcto.
Blanca: Harás lo que quieras.
Ida: Cada carta del Tarot es un quantum de energía. De una carta a la otra, sólo se
puede pasar dando un salto cuántico[226]. Del mismo modo, en tu vida, no hay
cambios que no sean saltos cuánticos. Todo el problema consiste en aprender a saltar
adecuadamente, sin tropezar ni perder el aliento.
Tantris (Mientras habla con la voz pastosa característica del durmiente o del borracho, Ida
remueve y mezcla las cartas para la extensión): La mecánica cuántica es como el amor.
Nadie la comprende, ni los que trabajan en ella, ni los enamorados. Pero se cree en la
Q como se cree en el amor. Porque predice fenómenos verificados con asombrosa
exactitud.
Ida (Responde a Tantris, que ella sola oye, como se dijo): La mecánica cuántica es algo
incomprensible y sucede como en el amor. Si alguien se acerca a comprender algo,
siente vértigo.
Tantris: ¡Qué cobarde es la mente humana! ¡Marearse ante las cosas que ella misma
proyecta fuera de sí y no es capaz de reconocer como suyas[227]!
Blanca: No juegues con mis nervios, Ida. Al grano, por piedad.
Ida: Veo que naces en Bretaña. Debajo de un manzano. Un árbol que da manzanas.
Una tarde de lluvia. Tu hermano se llama Andrés. Es médico. Pero no ejerce. Escribe
libros. Libros raros. Que la gente lee sin entender nada.
Tantris: No son para leer… Son libros para arrojarse a la cabeza.
Ida: Como te quiere mucho, te busca un buen marido. Elige a su mejor amigo, Tete,
un músico que canta de contratenor y se acompaña al teremín.
Blanca: ¿Qué instrumento es éste?
Ida: El más casto de todos. Suena con sólo acercarse a él, sin tocarlo.
Blanca: No entiendo.
Ida: No importa.
Blanca: ¿Me caso con él?
Ida: Como no.
Blanca: ¿Cómo es?
Ida: Es un hombre sin cabeza. En su lugar, tiene… un diente de león[228].
Blanca: ¿Qué dices? ¡Qué horror! No quiero verlo.
Ida: Cierto. Te casas con él de noche, en un bosque oscuro, sin apenas ver nada.
Blanca: Cuenta, cuenta: ¿cómo es posible que me case así?
Ida (Removiendo las cartas para leerlas.): Espera. Esta boda no está clara. Antes, veo más
cosas que hace tu marido.
Blanca: ¿Tete?
Ida: Sí. Él sabe hacer… pompas de jabón hexaédricas[229].
Blanca: Qué cosa más rara. Y con esto, ¿se gana la vida?
Ida: No. No lo necesita. Tiene herencia suficiente para vivir como un rey.
Blanca: ¿Y yo?
Ida: Y tú, como una reina. No te preocupes. Aunque… Espera.
Blanca: ¿Qué pasa? Dime.
Ida: No preguntes sin cesar. Cada vez que hablas, se corta un poco el fluido
energético de mi visión. Paciencia y silencio. Yo te diré todo lo que vea en las cartas.
Blanca: Bien, me callo.
Ida: Te veo empujando un… una… carretilla[230].
Blanca: ¿Una...? (Se pone la mano sobre la boca.)
Ida: Una carretilla llena de… ¿paja? No. No es paja, es un paje, un niño. ¡Ah!
Comprendo. Paseas por juego a tu hijo en una carretilla. Tiene gato.
Blanca: ¿Tengo un hijo?
Ida: Claro. Para eso te casas, ¿no?
Blanca: Prefiero tener una niña.
Ida: Luego, después, más adelante… A ver. ¿Hijos? Pues… No. Aquí está escrito que
no tendrás ninguno.
Blanca: ¿Cómo? ¿Soy estéril? ¡Qué vergüenza! Adoptaré…
Ida: Espera. No eres estéril. Es tu marido… Bueno. Volvamos acá. La boda.
Momento de gran trascendencia.
Tantris (De lejos, como antes, pero nítidamente audible.) ¿Por qué no le dices la verdad?
Que no consumaré nunca la boda con ella, por ser fiel a mi hieródula amada, la única
esposa autorizada para el abrazo reservado y sagrado.
Ida: ¡Silencio!
Blanca: No digo nada.
Ida (Alucinada, entra en trance y habla): Tu boda es… un casamiento furtivo… un
cazador furtivo... una furtiva lágrima… Hay un hechizo de balas, un filtro o un elixir
de amor… Esto es: te casas en el bosque con un cazador, Erik, que ha soñado justo
antes de la boda que te marchabas con un holandés. Está muy enfadado. No se fía de
ti. Te conduce hasta el altar y allí… saca su espada. No. No es una espada. Sí. Es una
espada. Verde.
Blanca está cada vez más horrorizada.
Tantris: Muy sabio aquél que adivinara, en su profecía, lo que significa cada palabra.
Ida (Lo que dice se realiza en escena por una bailarina que es Blanca desdoblada): Tú bailas
alrededor del altar[231]. (Se utilizará una cabina telefónica colocada de canto como altar.)
Bailas cantando un himno a la diosa del matrimonio. Subes al altar. Te tumbas
encima. Elevas las piernas para atraer la energía de la diosa por las plantas de tus
pies. Abres las piernas en V para recibir la fertilidad sagrada. Tu esposo aprovecha
esto para acercarse con su espada. Su intención está clarísima. Quiere sacrificarte,
inmolarte allí mismo, cortándote la cabeza de un tajo. La diosa aparece con un
relámpago y un trueno terribles. Y… te salva la vida. Luego desaparece y deja en su
lugar un joven roble.
Tantris: Dejo en éxtasis mi alma arrebatarme.
Ida: Tu esposo se arrepiente de su instinto asesino. Corta unas ramas finas del roble,
trenza con ellas una corona y te la ciñe. Es el homenaje a la esposa.
Silencio. Ida sale del trance.
Blanca: Y… después, ¿qué ocurre?
Ida (Remueve las cartas, está confusa y se enfada un poco): ¿Después? Truenos, relámpagos.
No veo nada. Nada más. Estás casada. ¿No te basta? ¿Qué más quieres?
Blanca: No sé. Quiero saber… si soy feliz, si me quiere mi marido.
Ida: ¿Qué más da? La pasión es enemiga del matrimonio[232]. Se sueñan como
unidos precisamente porque son del todo incompatibles. ¿Matrimonio por amor
quieres tú? ¡El mayor engaño posible! Para que crezca el amor como un arbusto sobre
la cabeza[233], tiene que haber obstáculos, muchos impedimentos. El deseo tiene que
quedar insatisfecho[234]. Recuerda esto, Blanca: entre hombre y mujer el amor
verdadero es imposible desde que Lucifer lanzó su maldición contra Adán y Eva.
¿Qué te crees? ¿Capaz de anular el Pecado original?
Tantris: De esto me encargo yo con mi herejía[235].
Ida: El único amor posible es Narciso, y para amar hay que morir. Eros y Thanatos.
Te daría demasiado miedo, ni lo pienses.
Tantris: Muy pocos tienen la suficiente sed para beber el filtro[236].
Ida: La pasión no es para casarse. El amor es algo mortal. Si lo ignoras, te abocas a
muchas desgracias sin solución.
Blanca: No puede ser. Yo me caso porque lo quiero…
Ida: ¿Ah, sí? Pues, desengáñate.
Tantris: La mayor monstruosidad espiritual, moral y social es el matrimonio por
amor. Porque nunca va a durar siempre ese amor y lo que vale es lo eterno.
Ida: ¿Lo has oído?
Blanca: ¿Qué debo oír?
Ida: Lo único legítimo es amor sin sexo y sexo sin amor[237].
Blanca: Tus palabras me destrozan completamente. Yo creo en el amor[238]. Creo
que el amor es la única motivación para casarme. Y sin esto, nunca sería feliz.
Ida (Tras contemplarla un instante con piedad): Entre hombre y mujer, cuando surge Amor,
es para que aprendan que su amor no es la realidad verdadera, sino una ilusión. Que
no es un fin en sí mismo, sino el camino, el medio de la salvación. A la salvación se
llega por el deseo insatisfecho, sublimado y trascendido.
Blanca: No puede ser. Es inaceptable. Es inhumano. Es injusto.
Ida: ¡Allá tú! Desgracias y sufrimientos serán tu lote hasta que aprendas que es así y
no hay otra verdad.
Recoge las cartas y dobla el paño.
Blanca: ¿Terminó la lectura? Poca cosa me has anunciado de lo que va a ser mi vida.
Ida: Te dije lo más importante, lo que nadie te ha dicho antes, lo único que te será
útil. Pero lo rechazas. Si quieres, puedo hacer otra extensión.
Blanca: Sí, una cruz cabalística, por favor.
Mientras reinstala el paño, mezcla las cartas y las extiende, habla Tantris.
Tantris: Amor nace de la visión de Belleza. Sólo se ven imágenes que no son cosas.
Son reflejos de las cosas; no son las cosas en sí. Cuando el reflejo visto es el del
amante en la naturaleza, Amor es bueno. Si el reflejo se forma en el espejo brindado
por los ojos de otro ser humano, Amor es malo porque el amante se equivoca. Cree
amar al otro por ignorar que todo está dentro de él y que su mente lo proyecta. Lo que
ve en el otro es la imagen de su propio amor. Es fácil demostrar que sólo Amor
enamora. Y Amor está en el amante, no en el amado. La confusión llega al paroxismo
cuando este fenómeno es recíproco y simultáneo entre dos personas.
Ida (Designando las cartas de las que extrae la información comunicada): En otra vida fuiste
belga. Te llamabas (deletrea): E, L y S, A; Elsa. Mataste a tu hermano.
Blanca: ¿Cómo?
Ida: Ahogándolo, en un lago. El hada que es la dueña del lago[239] te castigará. Todo
el mundo te acusa. Tú querías reinar sobre el país pero no tenías derecho. Por eso lo
mataste. Un español te defiende de la acusación. Se enamora de ti y te casas con él.
Pero eres muy preguntona y esto aburre al español que te abandona. Te arrojas al
lago, de desesperación.
Blanca: ¿Me ahogo?
Ida: Se supone. ¡Ah! Espera. No. Tu hermano resucita del lago y te salva del
naufragio. Es un santo, un ángel. Tiene pluma. Lleváis la corona del reino a medias
entre los dos. (Silencio.)
Blanca: ¿Ves otras cosas?
Ida: Sí. El hada del lago te convierte en pez. Una especie de… ballena. Eres muy
bella, a pesar de ser ballena. Y cantas muy bien.
Blanca: ¿Canto?
Ida: Sí, más o menos como la Caballé. Eres una cantante-ballena magnífica[240].
Tanto que cuando mueres, para conservarte, te hibernan. Una ballena congelada,
como decía Einstein[241]. Mientras, el español se ha vuelto loco. Se va por el mundo
contando que es un caballero del Grial, que viaja en una barca tirada por un cisne,
que sus padres eran una morsa y un cachalote[242]…
Blanca: Su complejo de Edipo no estaba resuelto.
Ida: Sin duda. Aquí veo… ¡Oh!
Blanca: ¿Qué?
Ida: Algo terrible.
Blanca: Dime.
Ida: Con una mentira, has hecho morir a un hombre y una mujer que se amaban de un
amor sublime.
Blanca: No puedo ser tan malvada.
Ida: Eso dicen las cartas. El Tarot nunca miente[243].
Blanca: Depende de cómo se interprete.
Ida: La cartomántica soy yo. No se discute lo que digo porque no hablo por mí. Las
cartas son las que hablan por mi boca. Y te acusan de mentirosa y asesina.
Tantris (Como antes, habla durmiendo y sola Idasol lo oye): Está perdonada. No la hagas
sufrir más. Los amantes eran tan inocentes que no podían morir. Hubo un milagro.
Ahora están todos redimidos.
Ida: Vale. Tienes oportunidad para salvarte. Sólo tienes que confesarte y arrepentirte
sinceramente. Confiesa, sin demora, toda tu felonía pasada.
Blanca: ¿Confesar qué?
Ida: Cuando llamaste por teléfono al rey comunista y…
Blanca: ¡Ah! ¡No!
Ida: Sí, sí. Confiesa. Arrepiéntete. Es tu última oportunidad.
Blanca/Ydasal: Qué tormento. No recuerdo nada.
Idasol: Irás al infierno, Ydasal.
Ydasal: ¡Ah! ¡No! El rey… estaba comunicando. Repetí varias veces la llamada
desde la misma cabina telefónica. Hasta que se me agotaron las monedas. Al final,
dejé un mensaje en el contestador automático. Lo más probable, se borraría, con la
programación de limpieza sistemática por número desconocido.
Tantris: Entonces el rey no sabe que está cornudo.
Del telar cae sobre el rostro de Tantris un gran pluma negra, como las plumas de avestruz. Le hace
estornudar y se despierta.
Ydasal (Sobresaltada): ¿Quién ha estornudado?
Idasol: Tu remordimiento de conciencia.
Tantris: La pluma del cisne negro ahora. También la clonaré.
Ydasal: ¿Quién habla?
Idasol: ¿Oyes voces? Es natural. No temas. No pasa nada.
Ydasal: Es mi marido. Ha despertado. No quiero que me sorprenda ante una lectura
de Tarot.
Idasol: Tu marido… Sí, justamente, aquí está, es el Arcano diecisiete[244]. Se vuelve
pintor por ti. Ve en tus manos el blanco que contiene todos los colores. Tú posas. Él te
retrata. Es una manera de hacer el amor. Esto dura el tiempo de la luna de miel.
Luego, deja el caballete por el caballo y se va de viaje. Derecho feudal. No te puedes
quejar. Te quedas con el retrato[245].
Ydasal: No me quejaría. Me sentiría la más feliz, si solamente quisiera poner en mis
manos su destino para siempre. ¡Cuánto lo amaría! Incluso me conformaría con
acariciar su pierna falsa con la sombra del lóbulo de mi oreja[246].
Idasol: Te queda la opción de pedir el divorcio.
Repentina oscuridad sobre las dos mujeres que desaparecen.
Cuadro tercero
Sólo se ve a Tantris en un extremo de la cama. Desde que despertó estornudando, ha espiado a las
dos mujeres sin ser advertido. Se arrastra hacia el lugar que ambas ocupaban, medio paralítico de
piernas.
Tantris: Idas. Visiones idas. El sol y la sal. Imagen doble y fugitiva, ¿cuándo me serás
devuelta? Ida y vuelta. Laberinto del sueño. Sin salida. Con doble salida. Túnel de la
noche oscura. A la salida, el sol brilla. Laberinto sin centro mas con doble salida. ¡Ay!
¡Ser el electrón de Feynman! La entrada, falsa salida, no se vuelve a encontrar sin sal.
En la otra salida, el sol. “L’amor e la guerra / la sal de la terra![247]” Un poco de sal
da sabor. Solamente sal, amargor y no amor. Ydasal e Idasol. Idas las dos. Una de sal,
a su cocina. La otra al sol, la divina. Perdidas las dos. ¡Ay, ay de mí! ¿Por qué hay dos
Isoldas?
Al instante aparece Idasol que se materializa saliendo de un fogonazo de luz. Viste como al
principio, la túnica con clave de Sol. Tantris, dejando de ser paralítico de repente, se pone de pie
sobre la cama de agua que, al moverse bajo sus pies, le hace tambalearse un poco. Se arroja a los
brazos de la visión que lo acoge amorosamente. Se abrazan con efusiva pasión hasta caer,
abrazados, sobre la cama, en un violento arrebato de dicha superlativa recíproca. Los dos hablan
cantando a la vez.
Tantris: ¡Idasol, amor mío! ¿Eres tú? ¿Eres mía?
Idasol: ¡Amor mío, Tantris! ¿Eres tú? ¿Eres mío?
Tantris (Solo): ¡Sublime cocinera!
Idasol: ¡Más loco que una cabra!
Tantris: Loco de amor loco, que no es sino el amor cortés modernizado. ¡Tú, cabra
sanitaria! ¡Burro podrido[248], yo!
Idasol: ¡Tanto tiempo lejos de ti!
Tantris: Veo tu luz después de ocho minutos.
Idasol: La cápsula milagrosa hizo efecto al instante.
Tantris: Interacción cuántica: es cien mil veces más rápida que la luz[249].
Idasol: “Una acción fantasmal a distancia[250].”
Tantris: ¿Cuál es tu fantasma?
Idasol: ¿Yo? ¡Soy casta![251]
Tantris: La excusa del filtro no engaña: nos amamos desde toda la eternidad y en
todas las “dispomensiones[252]”.
Idasol: Brebaje de amor garante de la muerte por amor.
Tantris: Certidumbre de inmortalidad: cocinado en la sagrada copa que se llena de
sangre y leche.
Idasol: A condición de no derramar nunca leche en la sangre.
Tantris: Y de apurar la copa entre los dos siempre de un solo y mismo trago sin
respirar.
Idasol: Inspirando sin espirar[253].
Tantris: Espíritu, mi alma: ¿te vi dedicarte al espiritismo?
Idasol: Sibila, pitonisa, druidesa.
Tantris: Y mantis…
Idasol: …religiosa. ¡Tiresias[254]!
Tantris/Tiresias: Echaste las cartas a mi mujer.
Idasol: La tienes desesperada por vuestra boda sin consumar.
Tiresias: Averiguaste que tu marido no sabe nada.
Idasol: ¡Tú! Sé prudente cuando clones la pluma negra. La blanca procede de
Maat[255], pero la otra es…
Tiresias: Uso magia apotropáica.
Idasol: Mejor. Así todo te sale bien.
Tiresias: Si sale bien, bien. Y si sale mal, mejor[256].
Idasol: ¡No tengas tanto bigote! Tu mujer te traicionará.
Tantris: Esto ya ha sucedido. Se te olvidó darle cuerda a tu reloj blando. Me estás
profetizando algo del pasado.
Idasol: Así nunca me equivoco.
Tantris: Mi dicha será perfecta cuando la muerte me libre de ella para poder fundirme
contigo en la eternidad.
Idasol: Entonces, dime una cosa: ¿por qué te has casado?
Tiresias: Para cambiar de sexo.
Idasol: Frivolidad.
Tiresias: Fatalidad, deberías decir. Soy el Caballero que Lanzarote desposó a la fuerza
con la Dama[257].
Idasol: Mas en el Castillo del Gozo[258], encontraste a Eurídice.
Tantris e Idasol cantan[259] dos veces seguidas al unísono y en contrafactum del Aria de Orfeo, de
Gluck “J’ai perdu mon Eurydice”, con acompañamiento de lira mediterránea de doce cuerdas ad
libitum:
Tantris e Idasol: “¿¡Encontrar a Eurídice!? / ¡Qué felicidad tan grande! / ¡Dichosa mi
suerte! / ¡Alegre mi vida! / ¿¡Encontrar a Eurídice!? ¡Sí! / De placer me moriré. /
¡Eurídice, Eurídice!”
“¿¡Encontrar a Eurídice!? / ¡Qué felicidad tan grande! / ¡Dichosa mi suerte! / ¡Alegre
mi muerte! / ¿¡Encontrar a Eurídice!? ¡Sí! / De placer yo viviré. / ¡Eurídice,
Eurídice!”
Tantris: Alegría suprema.
Idasol: Supremo deleite.
Tantris: “La voz de Amor es dulce como el canto de la lira”.
Idasol: ¿Amar? ¡Epifanía del ánima!
Tantris: ¿El deseo? ¡Es la transparencia! Una casa de cristal, ventanas sin cortinas.
Idasol: Día sin noche. Luz sin sombra.
Tantris: Alba sin crepúsculo.
Idasol: Amanecer perenne.
Tantris: Aurora del éter.
Idasol: Aurora boreal.
Tantris: “Aurora de los cuatro elementos”: es el título de mi mejor pintura. Una
tortuga, para la caja de resonancia. Una horquilla de cuerno[260], para los mangos. El
clavijero, un teléfono. Y un árbol en flor, palmera nutricia, vibrante, a modo de
cuerdas.
Idasol: Amar es una lira.
Tantris: Orfeo es Eurídice[261].
Idasol: Isolda es Tristán[262]. Pero tú, sabio por amor como Brunilda, dime ¿por qué
había dos Isoldas?
Tantris: Porque un lunes de Pentecostés[263], cuando se hópera[264] la
metamorfosis de Narciso[265], cuando sacan a bailar a la Virgen del Rocío[266],
mientras el rey Arturo estaba almorzando su erizo de mar a la confitura de caballo, de
repente, en el cielo, se hicieron visibles dos soles. Uno en Oriente, otro en
Occidente[267]. El rey llamó a su astrólogo y le pidió una explicación. Pero éste no
sabía la razón ni el sentido de tan inaudito fenómeno. Y el rey lo mandó colgar.
Tiempo después, Parsifal desveló que los dos soles significaban que el Grial se había
hecho visible y que el mundo debía aprender que era cinco cosas diferentes a la
vez[268], una en cada dimensión. Por ley de correspondencias, esos dos soles son las
dos Isoldas. Una es el Grial, y la otra es su sombra. Pero también hay otro sentido.
Isolda la Rubia, divina y solar, es el alma espiritual. Isolda de las Blancas Manos,
humana y lunar, el alma psicológica. Tristán no es un hombre, es la Mónada. La
Mónada tiene dos almas. Tras la caída, los tres fueron separados[269]. Desde
entonces son nómadas y se buscan por laberintos y desiertos para recomponer su
unidad primordial en el Pleroma. Las dos almas se parecen como hermanas gemelas.
Ambas se disputan el amor de su príncipe, su principio, la Mónada. Se creen rivales
hasta que se reconocen mutuamente y entonces se fusionan. Tras lo cual la Nómada
del Deseo puede por fin tragárselas y volver a ser la Mónada en su Patria celeste, en
el seno de Dios.
Idasol: La Mónada es un fotón. Cada fotón crea una pareja de partículas, un electrón,
el alma humana; y un positrón, el alma divina. Electrón y positrón se fusionan para
reconstituir el fotón, que es su propia anti partícula, demostración última de que el
fotón es anterior a la ley dual y se rige sólo por la aseidad.
Tantris: La mantis religiosa hembra y la partícula tienen la misma reacción: cautivas,
se aceleran. La aceleración de la mantis consiste en devorar al macho. La partícula
también se come a otras partículas, cada vez que colisionan. El choque de dos
partículas es una manera de coito en el que una de ellas absorbe a la otra.
Idasol: ¿Es éste tu último descubrimiento científico?
Tantris: No. El último es la pulgada al cuadrado. Una unidad de medida para calibrar
la cuarta dimensión donde no hay espacio ni tiempo. La cuarta dimensión se rige por
veinticuatro leyes específicas que yo muestro en mi pintura con el icono de la muleta.
Idasol: ¿Las muletas que usaban los leprosos en la época de Isolda y con las que
Tristán les libró batalla para rescatar a su amada[270]?
Tantris: Esas mismas, exactamente. La pulgada simple o bidimensional es la distancia
que recorre una pulga dando un salto.
Idasol: Una suerte que no salte a la comba.
Tantris: Si saltara, lo haría en puntas y con un solo pie.
Idasol: Pero nunca ha ocurrido que una pulga se transforme en
Pentanthropothéos[271] colisionando con el arco iris.
Tantris: Nunca. La pulgada doble, la tridimensional, es la anchura del dedo pulgar. Se
trata del dedo de Dios, obviamente, aquél que en ocasiones “nos mira con malos
ojos”, como decía Satie. La pulgada cuadridimensional combina la distancia recorrida
y el tiempo empleado en recorrerla. Como se trata del dedo de Dios, se le extrae la
raíz cúbica después de elevar al cuadrado la pulgada. A causa del volumen de Dios,
que se conoce por manifestarse en la Trinidad.
Idasol: Trishoola kaha[272]. ¿Y cómo llegaste a calcular esto? Te ayudaría Pitágoras.
Tantris: No fue necesario, pues en la uña de mi dedo pulgar izquierdo he pegado un
trocito de tu espejo mágico y así veo a distancia todo cuanto sucede, hasta lo
infinitamente pequeño.
Idasol: Intentas confundirme. La fórmula de Narciso no es la pulgada al cuadrado.
Tantris: Por mucho que te ame, ¿piensas que te voy a entregar mi secreto?
Idasol: “El secreto del hombre se entrega siempre a oscuras y de prisa[273]”.
Tantris: En mi pulgar con espejo veo las cuatro caras de lo que sucederá al rato en el
mundo de tres coordenadas.
Idasol: Siendo quiral el universo, funciona igual de bien en sentido opuesto. O sea
que, enfocando al mundo tridimensional, puedes ver retrospectivamente todo cuanto
tuvo lugar anteriormente dentro del éter.
Tantris: Tienes razón. Es así cómo fabriqué mi Busto de mujer retro spectivo[274] y
lo utilicé como prototipo de las figuras que ornan mi Sala de las Estatuas[275], a su
vez anticipo del corredor Talía de Palladio en Vicenza[276].
Idasol: Has inventado la tele visión[277] de ida y vuelta sin cables.
Tantris: Claro. El pulgar tiene mucha afinidad hermética con las pulgas.
Idasol: ¿Te refieres a las pulgas que mezclas al buda para hacer la confitura de
caballo?
Tantris: Por supuesto. Los magos ocultan en su falso pulgar todo cuanto hacen
aparecer. Si a éste le acoplas un muelle, se pone a saltar como una pulga. Y, ¿qué es la
pulgada? La medida de las pantallas de televisión.
Idasol: En mi bola de cristal, pude ver tu boda en directo.
Tantris: Seguro que no te gustó nada. A mí, la tuya tampoco me gustó. Ver a mi tío
babear como un viejo ante ti, mujer tan joven, hermosa, casta e inteligente como
Ennoia[278]… Era muy indecoroso.
Idasol: ¿Se lo has dicho?
Tantris: ¡Qué va! Pero, luego, voy a llamarlo por teléfono. Quiero proponerle un
cambalache de mujeres[279].
Idasol: ¿En serio?
Tantris: ¿Me has traído tu prueba de amor?
Idasol: ¿Y tú la tuya?
Tantris: Yo pinto a mi mujer únicamente de espaldas. En la pared, al fondo, hay un
espejo enmarcado. Mi mujer, sentada, se mira al espejo y me da la espalda. Entre ella
y yo, están el caballete y el pincel igual que una espada desenvainada en una cama.
Es garantía de castidad.
Idasol: No me engañas: no se me escapa que os encontráis en el espejo.
Tantris: Las parejas que se dejan ver de espaldas no se aman. El marco del espejo
simboliza el matrimonio convencional. Estar juntos es sólo una ilusión. El amor,
como sabes, es otra cosa que el matrimonio. Si no hay obstáculos entre los amantes,
pronto dejan de amarse. Yo te amo mucho más desde que estás casada, porque me
eres prohibida. Y me casé pensando que también tú me amarías más.
Idasol: Sólo sabré que me amaste de verdad cuando hayas muerto de amor por mí.
Tantris: A eso voy, por el camino de la herejía, el camino de Santiago. Pero no tengo
una buena jirafa para hacer el Tao.
Idasol: Puedes hacerlo en bicicleta.
Tantris: La bici no arde tan fácil como la jirafa. Y colocar un teclado en el manillar
resulta incómodo. Conducir con una mano y tocar el piano con la otra… Para Ravel,
vale[280]; para Beethoven, no. Me faltan manos de repuesto. Mientras que la jirafa,
tan pronto estalla en cohetes como se convierte en un piano[281]. El camino de la
salvación se recorre bailando y va de la boda al buda. El tantrismo es mi herejía.
Breve baile de “Tandava”.
Idasol: Y... ¿quién es tu buda?
Tantris: Entra.
Idasol: No capto la agudeza.
Tantris: Sal[282].
Idasol: No puedo irme ahora. No antes de que llegue Tristán[283]…
Tantris: Tristán deja de ser triste cuando goza la alegría pura de la muerte de amor.
Única redención para la fatalidad del filtro. El batido famoso, ¿era de fresa o de
chocolate?
Idasol: ¡De melocotón!
Tantris: ¡Ah! En la tradición, David tocaba el arpa. Orfeo, la lira. Y Tristán, el
teremín.
Idasol: Yo toco el cuenco tibetano.
Tantris: Y yo te toco a ti. ¡Qué afinada suenas! ¡Qué ricos son tus armónicos! Infinita
melodía del amor recíproco e irrealizable.
Idasol: Vade retro, tañedor de senos. El deseo desprecia a Venus. La pasión de Tristán
rinde culto a Eros.
Tantris: Teseo es Deseo con interpolación ocultista de la T de Dios, Zeus, Théos. Dios
creó Deseo y se llamó Adam Kadmon entre los hebreos; y Teseo entre los griegos,
sólo para velar la Gnosis.
Idasol: Con el velo de Isis que ningún mortal ha levantado jamás.
Tantris: El Superhombre de Nietzsche es el mismo hombre de deseo del Filósofo
Desconocido[284], el discípulo de Pascualy.
Idasol: Teseo confundió a Fedra con su hermana Ariadna y amando a ésta se fugó con
aquélla por error dionisíaco.
Tantris: El príncipe Siegrfried confundió a Odile con Odette, ambas hijas del mismo
brujo y, amando a la blanca, eligió como esposa a la negra para desgracia de todos.
Idasol: Tristán se volvió loco a causa de una segunda Isolda que lo enamoró
confundiéndola con la primera que se hallaba lejos de él.
Tantris: Estas tres confusiones son un karma único, el karma de ser bígamo, como
Adán.
Idasol: El Arcano VI del Tarot. ¿Cómo salvarse?
Tantris: Con la Fórmula de Narciso, aprendida en la Gaya Ciencia: dos al cuadrado
igual a infinito. Yo hice en el jardín un muro con cajones que reproduce la perspectiva
de Palladio y me sirve para entrar en la cómoda de Mallarmé[285].
Idasol: ¿La cómoda del soneto?
Tantris: Esa misma.
Idasol: En tu muro, ¿no estarás incómodo? ¿Has previsto un cajón para cada pata de
la mesa del rey Salomón?
Tantris: La mesa, como el Grial, ya no está en este mundo. Sólo queda la pata que le
arranqué cuando fui Tarik, en 711, y con la que hice mi muleta de invulnerabilidad,
mi cetro de poder.
Idasol: Error. Esta pata la uso yo como baqueta para mi cuenco tibetano.
Tantris: ¿Cuándo me la robaste, que no me di ni cuenta?
Idasol: En un arrebato de pasión, me la entregaste como prenda de tu amor.
Tantris: Entonces, mi muleta no es mágica como yo creía. No se lo digas a nadie, me
perderías.
Idasol: Confía en mí. Si quieres llamar a tu tío, es buena hora. Después, habrá salido
de caza. Tu cabeza para el amor.
Tantris: Mi corazón para la muerte.
Se despiden con esta contraseña cabalística.
Interludio
Tantris se encierra en la misma cabina telefónica que se usó en el primer acto. Se oye como si no
estuviera cerrada la cabina. El resto del escenario, en total oscuridad. El teléfono es el caparazón
del bogavante que comía en una escena anterior.
Tantris: ¡Oiga! ¿Tito Grusho? Soy yo. ¿Quién? Tu sobrino, el Chico, el rey león.
¿Estás resfriado? Te escucho toser. ¿Sabes? “Las Divas” están a punto de estrenar
Kali Yuga[286]. ¿Que si me estoy volviendo loco? Ah, no, estabas tosiendo, perdona.
Es la costumbre de que, por ser un genio, todos me dicen loco. Oye, Tito… ¡Vaya
bronquitis! Hay que ver cómo estás tosiendo. Escucha. He tenido una idea genial. Tu
mujer ya te ha servido bastante. Estás aburrido con ella ¿verdad? ¡Pobrecito, cómo
tose! Sí, decía, tu mujer. No te dio hijos. No te sirve. Casado por razón de Estado.
¡Caramba! ¿Será la tos ferina? Mi idea genial es que te la voy a cambiar por otra
mujer, una que tiene blancas manos ¿quieres? Toser no es una respuesta. A tu rubia, le
empiezan a salir canas. ¿Yo, borracho? Oye, Tito, tose, y déjame hablar. Tengo una
chica en casa ¡guapííísima! ¿Me oyes, Tito? Creí que se había cortado. Ah, no:
estabas tosiendo, vale. La chica es sobrina de reina. De la Ginebra. ¿Que si se
emborracha? Pero, ¿qué dices, Tito? En mi casa no hay borrachos ni borracheras
desde que vivo ebrio de una clase de embriaguez que nunca acabará y empezó el día
de tu boda[287] al probar el vino con especias que me ofreció la reina en su copa de
oro… ¿No has oído nada porque estabas tosiendo? Mejor. Te decía que tu mujer, que
no te cuida la tos ni te hace caso, la tienes que repudiar. Y me la llevo, no te
preocupes[288]. En su lugar, te doy la otra, la blanca, y tú la sientas en el trono. De
veras, es una muñeca. Que sí, que sí quieres. Una blanca nuevecita a cambio de una
rubia canosa: ¡sales ganando! Pero, ¡por Dios! ¿Por qué no dejas de toser, Tito? ¿Que
soy un loco divertido? Podría ser. ¿Lo que quiero hacer yo con la reina? … No, no se
cortó. Estaba tosiendo. Me pegaste la bronquitis. Mi plan es genial, ¿verdad? La
llevaré… a mi casa de cristal, una que acabo de hacer enteramente con rosas[289]. De
ahí, podrá irse al país de los inmortales. Sí, a Avalon, con tu abuelo el rey Arturo y
sus once caballeros que asierran día y noche aquella tabla sin conseguir hacerla
redonda. ¿Me oyes, Tito? Se cortó. ¡Ah, no, suerte! Mañana mismo te la traigo, pues.
Sí, te traigo a la blanca Dama de tus sueños, Tito. Y me llevo a la otra a cambio,
claro. ¿De acuerdo? ¿Ya no toses más? ¿Estás curado? ¡Enhorabuena! ¿Tito? Esta vez
sí se ha cortado.
Cuelga con desdén y al salir de la cabina se topa con su mujer.
Cuadro cuarto
Sola se ve la muleta transformada en copa con los perfiles de los amantes en imagen doble. Todo lo
demás, en total oscuridad.
Entre-sueño
La larga cama sirve como pasarela para un desfile de moda[313]. Las tres
nadadoras sincronizadas del comienzo de los dos “sueños” anteriores deambulan en
ella en sentidos opuestos, una y otra vez. Lucen “trikinis” muy escotados y muy
sexys. Durante el pase-paseo juguetean con diversos objetos que intercambian entre
exclamaciones y risas discretas. Estos objetos son una calavera, una coliflor, el
paraguas negro, la muleta y la bola o pelota dorada. Luz sobre el reloj. Son las seis
de la tarde. Toque de campanas. Las tres modelos se colocan en línea al borde de la
cama justo encima del estanque. Muestran sus vientres ahuecados mediante una
fuerte contracción muscular[314] y unas repentinas deformaciones de sus omóplatos
que sobresalen con forma de senos, los cuales se transforman rápidamente en cortas
alas de pájaro, con plumas blancas. A la decimoctava campanada se arrojan al
estanque sin producir salpicaduras de agua y vuelven a salir al instante
transformadas en sirenas, con los pechos al desnudo. Cada sirena lleva en cada
mano tres serpientes cortas que se agitan. Las serpientes son de color rojo, amarillo
y azul[315]. Las tres sirenas caminan a pasos muy cortos sobre sus colas hasta el
dosel de la cama donde colocan las dieciocho serpientes —que dejan de agitarse—
alternando sus colores. Las sirenas desaparecen en la oscuridad por detrás de la
cabecera.
Sueño tercero
Cuadro primero
Por el lado opuesto al dosel de la cama, entra despacio Tantris, con su mujer del brazo,
conversando amablemente mientras pasean por un jardín imaginario, es decir, entre pilas de
cajones de distintos tamaños extraídos de muebles de todo tipo. Él viste pantalón negro y camisa
blanca; ella, un vestido rojo bastante corto y ceñido.
Tantris: …zozobrando.
Ydasal: Te encuentro fascinante.
Tantris: Yo también.
Ydasal: No seas adulador, no tienes ni una sola mirada para mí.
Tantris: Hablaba de mí mismo[316], ingenua.
Ydasal: Ingenua, sí y por culpa tuya solamente.
Tantris: Está bien.
Ydasal: Casi un año llevamos casados y me contaste más de cien veces la historia de
Tristán e Isolda, siempre de una manera diferente. No sé de dónde sacas tanta… (Un
grito de él le corta la palabra y los inmoviliza.) ¿Qué sucede?
Tantris: Me duele horriblemente el dedo gordo del pie izquierdo. Igual que a David
cuando empezó a esculpirle Miguel Ángel.
Ydasal: Has bebido Burdeos en el almuerzo.
Tantris: ¿Qué dices? ¡Ay de mí! Me quedaré cojo[317]. Lo que me faltaba. Se
acabaron los paseos.
Ydasal (Imitando la habitual cursilería del hombre): Durante el Bajo Imperio, las
romanas que se echaban un nuevo amante le mandaban cortar una pierna[318]. Toda
la sangre que la irrigaba refluía así en el pene y mejoraba la erección. Ayer
Dulcamara pasó por el castillo con su elixir famoso, que es un buen Burdeos, y le
compré una botella para ti. No te quejes, mientras conservas tus dos piernas.
Tantris: ¿De qué cosa no serías capaz? Tendré que repudiarte. Nunca habría tenido
que dejar de desconfiar de ti. Eres un demonio.
Ydasal: ¿Por qué tenía tres piernas Guillermo Tell?
Tantris: Porque no tenía cabeza.
Ydasal: Sin duda, estaba loco. Y tú, deberías recordar tu misión y redimirme.
Tantris: ¿Convertirte a la herejía? Hay que nacer en ella. Tú perteneces a otra oleada
de Creación que yo. Todos mis intentos han fracasado ya.
Ydasal: El diablo eres tú. Me desposaste sólo para hacerme sufrir.
Tantris: Te aseguro que estás completamente equivocada.
Ydasal: Si no me redimes, no tiene sentido haberte casado conmigo.
Tantris: Ha sido un acto de sublime coquetería[319]. O tal vez una huida desesperada.
Y sin tal vez[320]. Era la única, la última salida. Salida al revés como tu nombre
indica[321]. En cuanto a redimirte… La vida es la falta a redimir. La falta inicial de
vivir, de nacer como ser mortal. Y tu mayor reproche es precisamente que yo
mantenga la fidelidad a esta herejía.
Ydasal: Mentiras. Si no te acuestas conmigo es porque amas a otra mujer. ¿Por qué no
casarte con ella?
Tantris: Ya lo estaba.
Ydasal: Adúlteros, no sé cómo no os morís de pura vergüenza.
Tantris: Sólo la amo, porque no la tengo. Al poseerla, la perdería.
Ydasal: ¿Cómo puedes vivir separado de quién amas?
Tantris: Me junto con ella en sueños. Hacemos la Botella de Klein. Y lo que tú
quieres, es hacer la máquina de coser[322]. Una cosa es amor sin sexo. La otra sería
sexo sin amor. No te engañes; no te haría más feliz.
Ydasal: Me haría mujer y me haría feliz.
Tantris: Sería una felicidad falsa.
Ydasal: ¿Cuál es la diferencia?
Tantris: La falsa tiene fecha de caducidad. La verdadera es eterna. Para ser feliz, hay
que aprender, y sólo se aprende sufriendo. Sufrir enseña a discernir entre ilusión y
realidad absoluta. Una vez sabios, somos felices ya para siempre.
Ydasal: ¿Cómo saber que es para siempre?
Tantris: Porque se trata de una felicidad incondicional. No depende de nada ni de
nadie. Y se alimenta de sí misma. Igual que el amor verdadero.
Ydasal: Nada hay que dure siempre en la tercera dimensión. Y el amor… ¿Qué es el
amor?
Tantris: Amar... es gozar del deseo en estado puro. Puro de todo riesgo de quedar
satisfecho. (Suspira.) Dios es Amor. Pero el mundo es malo. Dios no hizo el mundo
de los mortales ni el pecado. Todo esto fue hecho por Su sombra, el demiurgo, el
envidioso, el divisor, el gran arrogante. Cuando Dios le mandó ponerse al servicio de
Adán, se negó a obedecer. Por envidia y prevaricación fueron creadas entonces todas
las cosas que conocemos en este mundo de sufrimiento[323]. El bien y el mal luchan
sin fin, luchan a muerte. El bien y el amor siempre triunfan, no puede ser de otra
manera. Aunque las armas del enemigo estén envenenadas y las manzanas que da de
comer al hombre estén emponzoñadas, siempre hay una curandera, una isolda, que
conoce el remedio y cura completamente. Cura por amor.
Ydasal: Es pura locura. Pero no has contestado mi pregunta.
Tantris: No has preguntado bien. Confundes amar con enamorarse, como todo el
mundo. Enamorarse es… Cuando hay una gota de saliva en la comisura de los labios
y esa gota se transforma en una perla por efecto de la fascinación amorosa. El poeta
ve a su amada con la boca llena de perlas y la llama “mi tesoro”. Mas esas perlas son
sus dientes y todos los dientes están diseñados para devorar. El mejor ejemplo, la
mantis. A eso llama la gente amor porque no sabe lo que dice. Dios los perdone. Lo
mismo que las partículas tienen cada una su anti partícula, esta clase de amor falso
tiene la suya, el desamor. Con el desamor, la gota de saliva del principio se convierte
en mosca[324]. Y la falsa felicidad de los pseudo amantes en una tortura insoportable.
Esto es lo que quieres de mí, pero no lo vas a conseguir jamás.
Ydasal: ¿Con qué derecho me niegas a mí, tu esposa, lo que le das a ella, tu amante?
Es una gran injusticia. Nadie te obligó a desposarme.
Tantris: Me casé contigo porque estaba loco.
Ydasal: Dices bien, loco, ya lo creo.
Tantris: A fuerza de amar, perdí la cabeza. Ya no sabía a quién amaba. Una y otra vez
la amaba a ella y me enamoraba de ti[325]. Había sido imprudente clonando al
mismo tiempo y en el mismo laboratorio-laberinto las dos plumas de cisne: “La una
era la otra, / y las dos eran ninguna[326]”. A fuerza de desearla no tenía otros deseos.
Con una mirada o un beso al año, curaba mis tormentos. “Me quitó el corazón, / me
quitó a mí mismo, me quitó el mundo. / Y después ella misma se me hurtó. / Me dejó
solo con mi deseo. / Solo con mi corazón anhelante[327]”.
Ydasal: ¡Qué envidia! ¡Cuánto la amas!
Tantris (Sobresaltándose y luego cada vez más extasiado): ¿Si la amo? Sin duda, sí.
De hecho, ya ni lo sé. No sé si soy yo quien la amo. No sé si es amor. Ella es Amor.
Amor es lo que amo. Al amor, sí, amo. A ella, no lo sé. Hay un deslizamiento. Ella es
un reflejo de él. Su doble, su espejo. Él está en mí. No fuera de mí. Yo lo conozco y
lo amo. Amor soy yo. Amor es mi ser verdadero. De ser lo contrario, no podría amar.
Idasol o Ydasal: no las amo. Amo Amor. Amo amar. Me amo a mí mismo cuando yo
soy Amor. Yo me amo porque soy Amor. Y yo soy Amor pues me amo y amo[328].
Ydasal: Alucino. Y… ¿quién es Idasol?
Tantris: Es una forma de luz que me acoge con los brazos abiertos, me saluda y me
besa, y me susurra al oído su amorosa canción iraní que, traducida, dice así: “Yo soy
tú mismo, ámame. Ámate. Y aléjate de mí. Así preservarás tu ser verdadero[329].”
Ydasal: Ahora comprendo bien que la amas de verdad.
Tantris: Sólo sabré si la amé de verdad cuando haya muerto de ese “amarla”. No
antes. ¿Por qué hemos dejado de pasear?
Ydasal: Cojeabas y te dolía un pie.
Tantris: El vino ¡ah! Querías envenenarme.
Ydasal: ¡Loco! No sé qué hacer para que me quieras.
Tantris: ¿Crees en el filtro de amor?
Ydasal: Sí y no. Ya no sé en qué creer. Me estoy volviendo loca. Tanto contarme la
historia de Tristán e Isolda, su filtro, su amor… La culpa es tuya.
Tantris: Como no. ¿Sabes siquiera lo que es un filtro de amor?
Ydasal: Un afrodisíaco quimérico. Un mito. Yo qué sé.
Tantris: Era una emulsión holográfica[330]. Un veneno. Tristán e Isolda deseaban
morir. Ya se amaban antes de beber el filtro. Su amor era natural y habría terminado
en desamor y en cualquier momento como el amor al uso. Entonces bebieron el filtro
para morir ellos haciendo que su amor les sobreviviera. Su amor se volvió mágico,
divino, heroico, furioso, dantesco, gigantesco, bruniano[331], eterno[332]. Un amor
para morirse de amor. Un amor para amarse más allá de la muerte.
Ya se amaban antes de beber el filtro. Pero su amor no era suficientemente grande
para identificarlo como tal. No era bastante fuerte para impulsarlos a transgredir los
tabúes religiosos y sociales que les prohibían amarse. Entonces la mano de la diosa
Amor[333] cambió las pócimas. El filtro hizo posible su amor dentro de lo imposible
que seguía siendo. Pasaron del nivel de la tragedia, que es una solución al amor, con
la muerte, al nivel de la locura. La locura es necesaria para tomar conciencia de que
todo es ilusión. La locura es entrañable y dulce, amiga mía. Siempre que se acerca a
nosotros, lo hace con una partitura de amor[334].
Breve pausa.
Ydasal: Y el amor, ¿no sería también una ilusión, en tu teoría?
Tantris: Deja de preguntar. Es una costumbre perezosa. Ya es tarde. Tengo que
hacerme la manicura. Soy impresentable.
Ydasal: Y como tienes cita con tu amante…
Tantris: No tengo cita ni es mi amante en el sentido que das a esta palabra. Esto no
quita que tenga que hacerme la manicura. De otro modo, ella no podría arrancarme
las uñas con sus dientes[335] en prueba de amor. Sus dientes que no son perlas, sino
pequeñas hojas de afeitar. Y tú, aprende que la posesión es el suicidio del amor, es lo
último que busca el amor verdadero. Porque el amor verdadero encuentra su goce
máximo en la exacerbación del deseo. Y el supremo deseo sólo exalta los deseos para
sacrificarlos mejor. El amor verdadero requiere la separación de los que se aman. Así
demuestran su constancia y su fidelidad.
Ydasal: “¡Extraño amor el que se aleja del amado para conservarse mejor[336]”.
Tantris: Amor errado el que se mata a sí mismo con la repetida satisfacción del
sensual deseo, hasta que la rutina aniquila todo deseo.
Ydasal: Me estás dando una esperanza. Pues si deja de ser amor lo que se consuma en
la posesión, entonces sin saberlo tú ni yo, tal vez me ames.
Tantris: Amor es una fuerza que a la vez atrae y repele, algo tan inconcebible como
un imán monopolar. Éste es su gran misterio. Une a los que están separados. Separa a
los que están juntos.
Ydasal: Entonces, no quiero perder ni una sola ocasión para separarme de ti.
Se marcha rápidamente, dejando asombrado a Tantris. Breve pausa. Pronto recuperado de su
sorpresa, se dispone a hacerse la manicura, sentado al borde de la cama, moviendo sin cesar las
piernas en una especie de danza, por encima del estanque. La manicura consiste esencialmente en
aplicar laca de un color diferente a cada uña, en varias capas, y dejarlas secar adecuadamente,
mientras lee en voz alta una especie de folleto de instrucciones en el cual aparenta buscar la
manera de proceder para hacerse la manicura, aunque el texto resulte siendo completamente
absurdo e ininteligible.
Cuadro segundo
Tantris (Leyendo con cierta dificultad para articular las palabras desconocidas):
Tonólogo[337] tímido y tentador de la taza[338] de té tibio con tostada, por tu guasa
tomado sin tomate ni ti, Santi, tabernáculo sin título. Yo tampoco[339].
Todo termina cuando un tábano titila la tibia de Tristán. Este tabique torcido
transmite tal cual toda la Teoría del Tuistor teofágico con su temperatura telúrica.
Cada trago en tercera sin tritono es un testigo testamentario, terriblemente
trascendental, térmico y termométrico tatuado.
Las temerarias torpezas del talentoso taxidermista Tell se truecan en tuercas por el
trasvaso tabú de los trescientos treinta y tres veces setenta tallos de la trasnochada
Tabla trapezoidal del Talmud.
Es la te del tartamudo Grupo T de Tarragona[340], traductor tosco del tiempo terrenal
al tenebroso toledano, tachado por tensores telegráficos que titubean tornasolando sin
tregua un trepidante tandava[341] terrorífico.
La te del triunfo taquigráfico de Trajano[342] transfigurado por los tendones de su
taladrada tráquea en tensión tomista. La te tangible y tenaz de las tradicionales
tinieblas tiroidales y testiculares que tiritan un tácito traumatismo transcontinental.
La te que transmuta la tienda del termita ermitaño en el totémico agujero de gusano o
tubo trinacrio con tridente.
La te de la tenebrosa y teosófica tuba wagneriana, taciturno tema tópico que totaliza
los términos tensoriales tangentes, tergiversados por el ternero Teócrito en su tajante
y tortuosa tesis triplicada del tritón tierno, o tango-twist transpirando un tríptico
triangular tridimensional traslúcido y… (Vuelve la página tomando una respiración
más profunda) … trigonométrico.
Tanto truena la te que si se tañe sin temblar es la mi-Tad de una orques-Ta. Timbales,
trompeta, trucha, tímpano, tambor, trombones, tritus, teclados, trompa, tetracordo,
tabla, teremín, tamtan, triángulo, tetrardus, tambura… (Un profundo suspiro.)
Total: que está Tete, de tío transitorio, tranquilamente tendido en la tumbona, y tritura
tabaco en un tazón de tequila con tila, sin tardanza, tosiendo sin tasa todas las tardes
de puro tedio teologal. (Breve pausa.) Tauro es Tierra. Telón.
Tantris muerde el dedo gordo de su pie y la video proyección muestra al mismo tiempo que muerde
una taza de porcelana blanca a la que arranca un bocado que sangra y al que simula tragar[343].
Idasol (Ha entrado sin ser advertida. Vista un traje de noche muy elegante, rosa y negro):
¡Tonterías!
Tantris: No: tragedia.
Idasol: ¡Trivialidades!
Tantris: No: teatro total. (Se sobresalta.) ¿Quién me da la réplica?
Idasol: ¿No me conoces? ¿No me reconoces?
Tantris (Arrojándose a sus brazos): ¡Amada mía! Por fin aquí, en mis brazos. Yo, en
los tuyos. Todo termina.
Idasol: Empieza todo.
Tantris: ¿Otra vez?
Idasol: Oí tu invocación, tu llamada, mientras estaba echando el Tarot.
Tantris: Es el colmo, ¿verdad? Yo, el tocófobo[344], ¡darte un toque!
Idasol: ¿Hay algo nuevo?
Tantris: Velázquez.
Idasol: Velázquez es, en la pintura, lo mismo que la mónada de Leibniz vista por el
Tao: bebida anafrodisíaca, limonada.
Tantris: Ahora, mis estudios de danza versan sobre la técnica Limon[345].
Se contorsiona cómicamente para mostrar lo aprendido.
Idasol (Muy seria): Te han hecho beber un nuevo filtro de amor.
Tantris: Elixir de amor romántico vendido por un charlatán. No actúa. El filtro de
amor auténtico era una emulsión holográfica. Igual que es un holograma cilíndrico la
Eucaristía, pues cada hostia contiene toda la información de Dios. Al beber la
emulsión holográfica de la imagen del ser amado, éste luego está en quien lo ama.
Todo el ser de Tristán está lleno de millares de pequeñas Isoldas, una dentro de cada
burbuja de la limonada mágica.
Mientras habla Tantris, Idasol se pone una bata blanca encima de su vestido de noche, se cuelga
un estetoscopio del cuello y se coloca una máscara negra de larga nariz, que es la típica de los
antiguos médicos de Venecia. Mientras, se oye el canto de un ruiseñor.
Idasol: Te inyectaré un antídoto preventivo, por pura precaución protocolaria.
Tantris (Se arremanga y presenta su codo a la jeringuilla): No sería necesario. Pero
no discutiré contigo. (Expresa un gran dolor al recibir la inyección, pero se domina y
no se queja[346].) Prefiero mil veces los tormentos del amor a la tortura de esta
inyección.
Breve silencio. Se miran a los ojos intensamente.
Tantris: ¡Ah! ¡Cómo quema y duele este suero! No es una vacuna, es lava de volcán
en mis venas. Si no fuera que, viniendo de ti, cualquier dolor es placentero… ¡Oh!
¡Ah!
Empieza a rugir como un león y sufre violentos espasmos y convulsiones. Se está volviendo
rabioso. Se abalanza sobre Idasol y la muerde en los brazos, en las mejillas. Ella cree primero que
se trata de un acceso de pasión, pero el dolor de los mordiscos la hace defenderse, luchando
cuerpo a cuerpo. Se le cae la máscara de médico y la bata es desgarrada a medias.
Idasol: Amor mío, ¿qué furor es éste?
Tantris: ¡Idasol! ¡Ay de mí! Me has envenenado. Voy a morir.
Idasol: Imposible. Eres inmortal por amar.
Tantris: Más valía comer sólo espárragos verdes de Aranjuez durante un año[347].
Me siento otra vez como en el gran acelerador de hadrones. Y muchísimo peor. ¿Qué
me has inyectado, Divina?
Idasol: El contraveneno al elixir de amor romántico, nada más.
Tantris: ¡Ah! Estoy en la hoguera. Me quema la Inquisición. En el campo
florido[348]. Oigo el ruiseñor. Tengo un dolor insoportable en el codo, querida. No
son las costras del pan, ni la aguja de la encajera[349]. Es el Eros heroico[350]. Dolor
del parto. La diosa que tengo en el cerebro está naciendo. Mi muslo se abre y sale de
él otra deidad. ¡Ay! Me sacaron sin anestesia una vértebra sacra. ¡La muerte de
Baco[351]!
Se desmaya sobre la cama y parece muerto. Entra Ydasal como una furia y agrede a Idasol.
Ydasal: Asesina. Vampiresa. Bruja brujísima. Mataste a mi marido. Criminal.
Asesina. Bruja. Mi marido… querido…
Se desploma llorando y se abraza al hombre inerte. A su vez Idasol se acerca a él.
Idasol: No hay muerto que el amor no resucite.
Ydasal: ¡Diablesa!
Idasol (Rectificando con mucha dignidad): Druidesa.
Ydasal: ¿Por qué matarlo? Él te amaba… No a mí… Yo lo quería… tanto…
Los sollozos le cortan la palabra. Se abraza con más fuerza al cuerpo del hombre.
Idasol (Para sí): No entiendo nada. (Rebusca en su maletín de médico.) El sérum…
que le inyecté… era… ¡Dios mío! ¡El filtro del amor loco! (A Ydasal.) La culpa es
tuya y de tu elixir de amor.
Ydasal: ¿Qué dices? Estás loca.
Idasol: La loca eres tú. Tu marido vive. Está desmayado. Bésalo, si lo quieres.
Ydasal: ¿Yo…? (No se lo piensa, se abalanza sobre él y lo besa fogosamente. Al
instante, él despierta.)
Tantris: ¿Dónde estoy? ¿Qué me ha pasado? ¿Por qué me besa mi mujer? ¿Habéis
tramado las dos un nuevo complot contra mí?
Ydasal: Ahora eres tú quien pregunta cuatro cosas a la vez.
Tantris: ¿Yo? ¿Qué dices? ¿He cambiado de sexo? ¿Tiresias? ¡La serpiente! ¡Ay de
mí!
Idasol: Un poco de calma. Todo esto tiene arreglo. Hay aquí otra ampolla del mismo
sérum. ¿Qué prefieres, Tantris? ¿Se la inyecto a tu mujer? ¿O me la pongo a mí
misma? Elige pero date prisa. No te lo pienses mucho.
Tantris: La ampolla es para ti. A ella... Ni con sérum... Ni con bebedizo... (A media
voz.) No la amaré nunca.
Idasol, muy rápida, se inyecta en el antebrazo la otra dosis del amor loco. Lanza un espantoso
grito de dolor y cae desmayada. Tantris la recoge y la abraza tiernamente.
Ydasal (Completamente trastornada): ¿Se ha suicidado? No me lo puedo creer. ¿Es
esto lo que llaman “la muerte de amor”? Se parecen a Romeo y Julieta. Está claro que
yo sobro completamente aquí. Ahora sólo faltaría que se volviesen albinos los dos.
Estarían redimidos[352]. Vueltos a Edén antes del parto de Eva por Adán.
Sobre el estanque se materializan dos cisnes, uno blanco, el otro negro. Nadan muy lentamente.
Ydasal (Alucinada): ¡Los cisnes! Vienen a buscar a mi marido y su amante. Se los
van a llevar al cielo. ¡Ah! ¡No! No pregunté su nombre[353]. No fui yo. No, no. Fue
mi hermano… ¡Ah!
Enloquecida, se arroja como Ofelia al estanque, lo cual hace desaparecer los cisnes. Idasol
-despertada entre tanto por un beso casto de Tantris- y éste se precipitan y retiran del estanque el
cuerpo desmayado de Ydasal. La acomodan sobre la cama y la rodean con cajones. Luego ellos
dos se van a la otra extremidad de la cama, junto al dosel donde están las serpientes multicolores,
que se ven en penumbra. Allí se tumban y se abrazan.
Cuadro tercero
Ydasal va a buscar la carretilla, la deposita en el sitio que le indica un gesto de Tantris y abandona
el escenario. Tantris e Idasol disponen una sábana[389] de la cama entre la cabina telefónica y la
mesilla de noche y se ocultan en parte detrás. Arrojan piezas de ropas por encima de la sábana y
reaparecen vestidos igual que antes[390]. Él lleva además sólo una estola sacerdotal verde.
Transforman la cama, separando sus diversas partes, de modo que al centro queda una cama
pequeña que se eleva y sirve como altar. Ambos danzan ritualmente alrededor para consagrarlo;
también suben encima, se tumban, bajan de él, etc. Tantris pone en evidencia que, por la manicura
antes realizada, lleva las uñas muy largas y pintadas como un arco iris de vivos colores. Al final de
la danza, se colocan a ambos lados de este altar, ella a la izquierda, él a la derecha.
Idasol (Leyendo en un gran libro): Liturgia de la Palabra. Primera lectura. En aquel
tiempo, Orfeo era la teoría de cuerdas bosónicas del tipo heterótico O. Eurídice, la
teoría de cuerdas bosónicas de tipo heterótico E. Estaban rodeados de seres objetos
físicos y metafísicos no perturbativos llamados P branas y de líneas geodésicas. Todo
podía ser desmaterializado con el sonido de una lira de doce cuerdas. Había una
cuerda de lira para cada subgrupo de cuerdas de la teoría heterótica. La lira aseguraba
el falsacionismo de la teoría unificada o Teoría del Todo.
Pasa el libro sagrado a Tantris por encima de la cama-altar.
Tantris (Leyendo, igual): “Orfeo, mito griego cerrado sobre sí mismo como
Ouroboros, tiene la estructura de una máquina infernal y es análogo y/o sucedáneo al
Pecado original de los hebreos”. Julien Gracq, Prefacio de El rey pescador, 1, 9, 47.
(Pasa el libro.)
Idasol (Leyendo en el gran libro): Liturgia de la Palabra. Segunda lectura. En aquel
tiempo, Tristán aún era Teseo.
Pasa el libro.
Tantris (Lee, igual): Estaba dentro del laberinto[391]. Se encontraba con el toro.
Combatían sin cobardía. El toro hería a Teseo. Éste vestía de torero a la moda de la
época de Vermeer de Delft[392]. Herido, Teseo lograba matar al toro, arrinconándolo
en una pequeña isla[393]. Los cuernos eran envenenados y la herida se infectaba,
incurable. Necesitaba con urgencia el bálsamo milagroso del amor que lo cura todo.
El bálsamo tenía una fórmula secreta. La druidesa Isolda, sacerdotisa tántrica, era la
única capaz de cocinar el remedio.
Idasol (Recibiendo el libro y leyendo, como antes): En aquel tiempo, Isolda dirigía las
maniobras[394] de un submarino atómico amarillo[395] en el Golfo de León. Por
causas atmosféricas[396], la corrida litúrgica tuvo que trasladarse del laberinto
veneciano a la plataforma sin petróleo de un portaaviones de nata montada a punto de
nieve con el auxilio de San Ramón Nonato[397]. La matanza de los mini toros azules
se convirtió en la pesca del atún[398]. (Pausa) Para celebrar la victoria del torero,
éste bebió a medias con su protectora una gran copa del Mar Rojo. Ella se transformó
primero en roble, luego en cabina telefónica y recibió el nombre de Adal Giza. Él se
metamorfoseó en helicóptero, una especie cruzada de mantis religiosa con
saltamontes, y subió al cielo arrobado en su éxtasis misticamoroso. Al final, el
submarino privado de su gobernanta se hundió comiendo pollo crudo y desesperado
en la bahía de Nápoles en ese momento atravesada por el rayo verde. El Lago Rosa se
puso a cantar como una pantera y los espectadores regresaron a casa con un trozo de
atún para cenar. A partir de entonces, se dejó de decir “Pan y toros”, y se dijo
“Cucarachas y atún”.
Pausa. Tantris se quita la estola para vestir una chaqueta negra enteramente cubierta por copas
cosidas en ella[399]. Hay doce catavinos de cristal y doce copas de metal.
Tantris: Después de aquella faena espectacular se ha votado la ley que prohíbe fumar
en los submarinos y los laberintos.
Acerca la carretilla al altar. Se ve que está lujosamente forrada con cojines multicolores, pieles y
sedas, además de tener la rueda normal, no rota como al comienzo. Idasol se recuesta
voluptuosamente en ella[400]. La carretilla se presenta ahora como una mecedora cuyo suave y
lento balanceo ininterrumpido resulta levemente hipnótico. Tantris se mueve en torno a ella como
volaría una mariposa[401] alrededor de una flor. Una por una separa las copas de cristal de la
chaqueta y las entrega a Idasol.
Tantris: Toma, Amada, diosa mía, el sacrificio de mi fe. Mi fe en ti y mi fidelidad.
Idasol: ¿Eres fiel, en verdad?
Tantris: Tuyo por siempre, eternamente fiel a nuestra hierogamia.
Las copas contienen una especie de gelatina verde y antes de entregarlas a Idasol, Tantris coloca
un corto canuto[402] que sirve a beber. Idasol simula probar la bebida verde, expresando que es de
su agrado. Luego dispone las copas colgándolas de la carretilla-mecedora, rodeándose con ellas.
En las copas metálicas Tantris vierte en diversas proporciones leche caliente humeante y fría, para
obtener leche tibia. Cada vez que recibe una copa con leche, Idasol la cata de diversa manera,
empleando dedo, nariz, lengua, punta del pelo y dedo gordo del pie. También las cuelga de la
mecedora[403]. Los gestos de ambos son muy lentos, como en la danza Butoh[404]. Cuando todas
las copas han sido entregadas, Idasol se levanta de la carretilla, él se quita la chaqueta, se
abrazan, ella se pone la chaqueta, él se sienta en la carretilla. Mismo ritual en sentido inverso.
Tantris coge cada copa, la olfatea o la cata, y la entrega a Idasol que la sujeta a la chaqueta.
Durante todo este proceso dialogan a media voz, hablando más lentamente de lo normal.
Idasol: El canto del ruiseñor es un conjuro mágico que hace materializarse un
unicornio.
Tantris: Cuando el canto desafina, aparece un rinoceronte.
Idasol: Blanco. ¿Cuál es tu último descubrimiento científico[405]?
Tantris: Me pregunté: ¿Puede un campo de girasoles ser un campo cuántico, aunque
los girasoles no salten? La respuesta es Sí. La demostración sigue. No saltan pero
giran, como su nombre indica. De modo que la rotación de los girasoles, desde su
inercia, produce fuerzas centrífugas.
Idasol: Las que se fugan hacia el centro. Pero, ¿el centro de qué?
Tantris: Del campo cuántico.
Idasol: ¿Cuántos cuánticos centros tiene el campo de girasoles?
Tantris: Uno o muchos, según se mire. Y ello precisamente por ser un campo
cuantiosamente concéntrico.
Idasol: De noche, los girasoles dejan de girar para dormir. ¿A dónde se dirigen sus
fuerzas centrífugas?
Tantris: Al centro de la flor, donde hacen crecer las semillas más aprisa que de día. El
crecimiento se visualiza en forma de una curva logarítmica[406].
Idasol: El campo de girasoles es mucho más cuántico cuando acaban de sembrarlo
porque entonces cada pipa es un cuanto puro que salta de verdad en el instante de la
germinación.
Tantris: Para mí las semillas son meras condensaciones locales del campo. Su energía
germinativa viene y va, perdiendo por esta razón su carácter individual o particular y
disolviéndose en el campo fundamental. El campo es completamente cuántico cuando
los fotones del Sol que hacen girar los girasoles se combinan con las fuerzas
electromagnéticas del sustrato terroso.
Idasol: ¿No hay distinción entre partículas sólidas y espacio circundante?
Tantris: No. Todo es energía, con tasas vibratorias variables y distintas. Hay una sola
energía. Todo esto ya lo había explicado Leonardo mucho mejor y antes que yo. El
campo es la única realidad.
Idasol: ¿Es pura ilusión la ciudad?
Tantris: Totalmente. Todas las ciudades nacen en medio del campo. El único campo
que nace en la ciudad es el campo de batalla para las guerras de religión. Walter
Thirring me decía que “la presencia de un girasol como materia es meramente una
perturbación del estado perfecto de campo en este lugar”.
Idasol: Al fin y al cabo, esto que llaman materia es puro accidente. Lo mismo existe
que podría perfectamente no existir.
Tantris: Y todo ello sin incidir en lo más mínimo sobre mi demostración. Dado que
las partículas no arrojan sombra por carecer de entidad física y vivir en una
dimensión cero, cada partícula está siempre y exactamente, contra Heisenberg, donde
el vacío fundamental tiene el capricho de manifestarse en tránsito.
Idasol: Conclusión: los girasoles en su campo son un campo cuántico. Pero, ¿con qué
están cuantificados? ¿Con un quantum de moscas, o con un quantum de libido[407]?
Tantris: Buena pregunta. Razonemos con lógica supralógica aristotélica[408]. Los
girasoles en su campo son un campo cuántico porque existen al mismo tiempo como
una forma continua (el sustrato, las raíces, el campo, en una palabra), y como una
forma discontinua (las flores y dentro de ellas, cada semilla o pipa, que es discontinua
por su mero comportamiento picifactórico[409] particular). Es onda porque todo el
conjunto gira al unísono. El sol es su director de orquesta. Cada rayo es una batuta de
repuesto. Y a la vez es corpúsculo, porque cada pipa crece a su propio ritmo, el cual
sufre constantes variaciones o cambios de compás por la perturbación de los insectos.
Idasol: Los insectos perturbativos serán entonces los cuantos que cuantifiquen el
campo de girasoles cuánticos.
Tantris: Tal vez. Pero es muy complicado calcular, incluso con probabilidades
infinitesimales, cuántas especies de insectos hay en un campo de girasol y cuántos
individuos de cada especie hay en tal o cual momento, pues los insectos tienen la
detestable manía de comerse unos a otros con frenesí y sin tregua. Además, cada año
los entomólogos descubren decenas de nuevas especies de insectos hasta ese
momento completamente ignotas. Yo creo más firmemente en el poder cuantificante
del cuerno de rinoceronte. A causa de su gratificante y envidiable curva logarítmica.
Lo utilizo como maceta para cultivar un testigo-girasol bonsái transgénico. La punta
del cuerno le permite girar con elegancia y una soltura perfecta.
Idasol: Cuidado si se te convierte en derviche sin querer. Yo pienso[410] que tendrías
que probar a rehacer todos estos cálculos poniendo coliflores en lugar de girasoles.
Tantris: Buena idea. Será mucho más fácil, porque ya se sabe que lo que cuantifica la
coliflor es la aguja de la encajera[411].
Idasol: ¿Seguro que no es la del reloj?
Se ilumina el reloj blando y se oye su carillón.
Tantris: Las once de la noche ya. Cómo vuela cuando nos amamos este maldito
tiempo que no existe para nada más.
Oscuridad. Se baja el telón para un cambio de escenario. La música “de amueblar” (Satie)
continúa sonando hasta que se levante otra vez el telón, entonces cesa.
Finale
Luz tenue únicamente sobre el estanque. Se ven flotar dos colchonetas[412] hinchables. En una
está Tantris, vistiendo camisa rosa, pantalón, pajarita y sombrero de copa negros. En la otra
Idasol, vestida igual que antes. Duermen. Entre ellos flota la muleta. Largo silencio. La música
anuncia que desde el fondo oscuro avanza algo. A medida que se acerca, se ve que es una especie
de barco velero con dos piernas[413]. Llegado a plena luz, se ve en lo alto del mástil central, una
gran corona dorada con pedrerías. De entre las velas del barco, sale una voz ronca, grave y
deformada.
Voz: ¿Dónde están los adúlteros? No escaparán a mi venganza. No se salvarán del
castigo. (El barco busca sin encontrar.) ¿Dónde están? ¡Castigo del más allá sobre los
adúlteros! (Sigue buscando sin resultado.) ¡Ah! ¿Cómo es posible? ¿Desaparecidos?
¿Dónde?
Poco a poco la angustia hace olvidar al personaje cambiar su voz y se aprecia que, disfrazada de
rey Marke, es Ydasal quien viene en busca de los amantes.
Ydasal (Enmarañada entre cuerdas y velas del barco que lleva alrededor del cuerpo): Lo han
abandonado todo. Sábana, cama, cabina telefónica, carretilla… ¿Qué será esto, en la
mecedora?
Toca un objeto que emite un sonido. Se asusta, lo suelta y retrocede. El sonido cesa. Se acerca de
nuevo y coge el objeto. Se trata de un pequeño ordenador portátil que emite sonidos mecánicos,
parecidos a los llantos de un bebé. Ydasal gira el objeto en todos los sentidos para verlo mejor.
¡Qué cosa tan extraña! Nunca vi nada semejante. Parece una máquina, pero da la
sensación de llorar como un bebé. No me lo puedo creer. ¡La prueba de su adulterio!
Les ha nacido un niño y lo han abandonado.
Devuelve el objeto a su lugar. El ruido se hace más fuerte y se interrumpe en seco. Gran silencio.
Ydasal: Ahora, un silencio de muerte. Tengo miedo. Sola en el castillo. ¡Ah! ¡Un
fantasma! El marido de la amante de mi marido. Mi marido… tan querido…
Se pone a buscarlo llorando, llamándolo desesperadamente mientras se quita furiosamente trozo
por trozo las velas y los mástiles del barco.
Ydasal[414]: ¿Tell? ¡Guillermo Tell! ¿Dónde estás? Ni piernas ni manzanas. ¡Torero!
¿Tete? ¿Dónde? ¿Tancredo? ¡Teseo! Mi tesoro… ¿Te escondes? Ha desaparecido.
¡¡Tetantriseo!! ¡Tantris! Me robaste el alma y no te encuentro más. ¡Trencavel!
¿Tarsifol? No está. ¡Tariel[415]! No responde. De pena, me moriré. ¡Tristán[416]!
En eco se oyen tres voces femeninas repetir tres veces[417] ¡Tristán! desde debajo de la tapa del
piano.
Ydasal: ¿Voces? Vienen del agua.
Se acerca al estanque. Tropieza con el paraguas negro. Se asusta. Comprueba que está roto y
destrozado. Lo abandona en el suelo.
¡Ah! ¡Qué horror! Aquí están, muertos, ahogados, flotando sobre el agua. Mi marido
y la viuda del rey pop. Los adúlteros. Castigados. O… ¿redimidos? ¿Cómo saberlo?
Se canta bajo el agua… Ellos juntos y yo desolada, sola. Algo flota entre ellos. ¿Qué
será? ¡La muleta! ¿Por qué? El rey loco[418] y la médica Indasol[419]… Ahogados
en el piano… ¿Para qué? Si ya sabía que se amaban con locura y hasta morir. No era
necesario castigarme así, dejarme sola, viuda, en este castillo en ruinas, lleno de
fantasmas… Yo… Yo era inocente… Inocente…
Se desploma sobre la cama y solloza tan fuerte que la cama de agua se agita y el movimiento
alcanza el estanque que se agita también, despertando a la pareja.
Idasol (A media voz): ¡Tantris! ¡Despierta! El mar empieza a moverse. Vamos a
naufragar. Despierta, Tantris.
Tantris (Tanteando a su alrededor, lo cual aumenta la agitación del agua): Me han
llamado en el sueño. Voces. Llantos. ¿Idasol? ¿Eres tú? ¿Por qué lloras? Yo te amo.
No debes llorar. ¿Dónde estás? No te veo.
Idasol se acerca a él flotando en la colchoneta, tropieza con la muleta a la que aprovecha como
remo para salir del estanque. Ayuda al hombre a salir a su vez.
Idasol: Estoy aquí, Tantris, nos quedamos dormidos. Con la muleta entre los dos, en
prueba de castidad. Quién llora es tu mujer. Cree que has muerto. La tienes que
consolar.
Tantris (Mal despertado): ¿Yo? (Viendo el barco en la pantalla-decorado del fondo,
se asusta.): ¡Tu marido, querida!
Idasol: Él no puede ser. Es su fantasma. Venido en barco. Desde Tintagol[420]. Tu
mujer fue a buscarlo. Cómo llora, la pobre. Hay que consolarla.
Tantris (Con el tono que usan los niños en sus juegos): Somos muertos. La vamos a
asustar todavía más.
Idasol: De pena se va a morir. Ten piedad de su amor.
Tantris (Recuperando su antigua cursilería): ¿Su amor? De poca fe y de poco fiar.
Hipnotizando a un enjambre de moscas, las obligué a configurar una silla. Pues bien,
mi mujer desconfiaba de mi poder, siempre se negó a sentarse en la silla. Tenía miedo
a caerse.
Se acercan a Ydasal, como sonámbulos. Ella sigue sollozando, sin verlos.
Ydasal: Su doble suicidio prueba su adulterio. Él deseaba arder, decía, arder sin saciar
su deseo jamás. Desear, decía, es el bien supremo. Incomparable con el placer
dividido por dos y fugitivo de poseer.
Tantris (Para sí, como soñando): Nostalgia, languidez, infinito anhelo que persigue a
la sombra inalcanzable…
Idasol (Lo mismo): La mayor fruición está en mi deseo, no en ti, que no conozco, que
tal vez no existe…
Ydasal (Llorando): El amor verdadero… tiene que ser… místico. Un topacio. No son
verdad los cuerpos ni los sentimientos… ¡Ah! Yo sólo quería… quisiera… quiero…
solamente… (Gritando, enloquecida, y saltando fuera de la cama.) ¡Que no pudiera
poseerme mi marido sino matándome ni yo gozar de él sino muriendo[421]!
Su grito despierta a los otros dos y pone en marcha el ordenador del que salen voces ininteligibles
y espeluznantes. Idasol se precipita para apagarlo. Maquinistas invisibles desde debajo modifican
la forma de la cama. Se quitan dos cabinas telefónicas —se guardan aparte— y se reordena el
colchón en una forma ovalada.
Tantris e Idasol (Dándose las manos, al unísono): Matándome me harás vivir pues
para mí vivir es morir y morir será vivir por siempre.
Ydasal súbitamente calmada[422], les echa una breve mirada y se dispone a salir. A medio camino,
se vuelve.
Ydasal: Mientes, Tantris. Si no consumaste la boda, no es porque no amabas a tu
mujer. Suponiendo que a tu amante tampoco la poseyeras jamás, entonces, te casaste
por otra razón.
Dicho lo cual se colocan los tres formando corro entre la cama que sigue transformándose y las
cabinas telefónicas, para danzar una especie de sardana que, por muy lenta, no llega a serlo. A
cada cambio de personaje el sentido del corro —la antigua carola— se invierte.
Tantris: Para que sea la cerilla que encienda mi hoguera, no mi libido.
Ydasal: Chopo Blanco[423] también se casó para que su mujer encendiera la hoguera
de su herejía.
Tantris: La mujer es sólo una cerilla. Hay que desprenderse de ella. El fin es arder.
Arder siempre más hasta que todo sea ceniza.
Ydasal: ¡Ay! ¡Mis cenicitas…![424]
Tantris: Imprescindibles cenizas para resucitar o clonar el ave del paraíso y que todo
retorne al caos primigenio.
Idasol: Adán volviendo a ser como antes del Pecado original: una superficie esférica
de dimensión cero, o sea, dos puntos. Un ovocípedo transparente de deseo puro,
hecho con cuerdas geodésicas que bailan a la vez diez danzas diferentes.
Ydasal: La danza de las diez muletas.
Tantris: Faltaban dos, igual que en los mandamientos. Por error me casé con una
ballena, y no funcionó. No debía casarme más que con una jirafa.
Idasol: La herejía es la consumación perversa del matrimonio. Morir es reintegrarse
en el Uno. Gozar nuevamente de lo indistinto.
Tantris: Tuve un sueño. Un sueño premonitorio. Quise erigirle un monumento.
Ydasal: Tu herejía fue tu sueño. O tal vez, ¿tu amor?
Idasol: Las dos cosas a la vez. Son una sola y la misma.
Tantris: ¡Sí, sí! Mi gran sueño fue… (Suelta las manos de las dos mujeres y comienza
a deambular con vehemencia y entusiasmo) …¡ser pintor! Pintar es hacer
cromodinámica cuántica. La QCD es el reino del quark, una clase suculenta de queso
fresco batido. El gluon es el quantum que se adhiere al quark para formar mesones y
barriones. Éstos últimos se emplean a la limpieza, barriendo a los primeros, cuando al
amanecer regresan borrachos a sus casas en silla de ruedas.
Idasol (Danza ante Tantris intentando interceptarle): El queso que pinta bien puede
estar “arriba”, “abajo”, o de importación, en cuyo caso es “extraño” puesto que viene
del extranjero.
Tantris (Siguiendo con el mismo juego, que tal vez no lo sea, la evita
cuidadosamente): También hay un quark que tiene mucho encanto[425] y me seduce
especialmente. El día del Viernes Santo contribuye activamente a la performance del
Grial.
Ydasal (Imitando alternativamente los gestos de Tantris y los de Idasol): Hay quien
dice que el Grial es un grill, una especie de barbacoa en la que todas las viandas se
asan sin fuego, por milagro, y siempre da de comer a los que se acercan, es
inagotable. ¿Será posible?
Idasol: Claro que sí. Y el queso quark se puede envasar de dieciocho maneras
distintas, basta con añadirle en diversas proporciones ocho gluones, espesantes de
diferentes densidades.
Tantris (Para en seco su danza, lo que desestabiliza a las mujeres. Luego anuncia
con énfasis, en tono de profeta bíblico): “Durante la última cena del mundo, todo iba
a alcanzar la perfección. Había pan. Había vino. El único problema fue que, en el
último instante, para comulgar a fondo, faltó el queso.”[426]
Idasol: El pan explotó en el momento de partirlo, pues dentro llevaba una granada.
Tantris: El detonador de la mini bomba H disimulado bajo la corteza del pan era…
Ydasal: … una jirafa. Con la explosión del pan, todo el cuadro se cubrió con migas y
pedazos duros de corteza terrestre, de tal modo que ya no se podía ver la cara del
señor de la casa.
Idasol: Mientras nadie le advertía, Galahad se sentó en el asiento peligroso…
Ydasal: …en la silla de moscas…
Tantris: …a la que habían crecido dos ruedas y cuatro alas cortas, posiblemente
arrancadas a los buitres de Wotan[427].
Idasol: La bicicleta accionaba con sus pedales las cuatro alas de modo alterno. Las
dos alas de ambas asas del manillar batían en sentido opuesto a las dos alas colocadas
detrás del sillín.
Tantris: El invento de este helicópodo[428], vehículo paradójico gemelo que se
mueve sin avanzar ni retroceder y llega siempre a reflejarse en el espejo un segundo
antes que en la retina del observador…
Idasol: …provocó inevitablemente el más superlativo éxtasis en las neuronas de
Albert Einstein.
Ydasal: Lo cual le impulsó a cruzar el escenario riéndose a carcajadas y tan fuerte que
lo oyeron los budas mismos.
Tantris: Galahad, una vez sentado a sus anchas ante la mesa redonda del artúrico rey
Salomón, olvidándose de hacer la pregunta[429] para la cual se le había convidado,
se quedó de piedra al ver cómo descendía sobre el Grial no la paloma de Picazo[430]
sino el telón de motos en marcha de Dalí.
Ydasal: Un buitre de Wotan se había comido a la palomita, y con sus alas de repuesto
se llevó el Grial a la roca de la valquiria, rodeada por el fuego mágico, desde donde
nunca más volvería a Montserrat.
Tantris: La aparición de las narices y los cuernos de rinocerontes, abajo y a los lados,
en mi gran óleo de la cena, significan que el Grial será buscado en vano hasta que
todos los hombres se hayan vuelto castos o se hayan metamorfoseado en Ión
Esko[431].
Idasol: Lo nunca soñado acababa entonces de hacerse completa realidad[432].
Tantris: Mi cuadro era en verdad mucho mejor que su ópera. “El monumento al más
bello de todos los sueños”.
La cama ha terminado de redondearse, pero sin que el dosel ni las serpientes cambien de sitio.
Ydasal sube a la cama y camina hacia las serpientes a las que empieza a encantar con el mantra
que les conviene.
Ydasal: Oh-sí, Oh-so-ah, Oh-si-has, Ah-sí.
Repite el mantra muchas veces hasta el trance. Tantris conduce por la mano a Idasol y ambos se
tienden sobre la cama repitiendo el mismo mantra.
Tantris e Idasol: Oh-sí, Oh-so-ah, Oh-si-has, Ah-sí.
Con las dieciocho serpientes Ydasal forma una sola serpiente grande (Ouroboros) con la que rodea
a la pareja. Con la decimoctava serpiente Ydasal se hace picar como Cleopatra. La larga serpiente
se hincha con helio[433] y se transforma en un tubo[434] dentro del cual Ydasal entra a gatas y
cabe. Mira detenidamente a los amantes.
Tantris: Isis, Holda[435], ¿me amas?
Idasol: ¡Oh, rústico Pantris[436]! Si te amo, sí.
Se besan. Ydasal los mira y desaparece en el interior del tubo cerrándolo sobre sí mismo desde
dentro. Luz sobre el reloj. Las doce en punto de la noche. No suena el carillón. Se corta el agua de
la fuente que, desde la cama, caía al estanque. Al instante las tres sirenas salen furiosas.
DALINITIS AGU(L)DA[441]
Descripción de la obra de arte total Fol Tantris.
La complejidad de las diferentes partes o “avatares” de que consta esta obra
multidimensional obliga a exponer con cierto detalle la naturaleza de cada avatar, el
género artístico al cual pertenece, su contenido exacto y la función que cumple dentro
de la economía total de esta obra. El diagrama, necesariamente conciso, sólo será
inteligible con algunos comentarios aclaratorios, que ofreceremos a continuación,
pues.
Elegimos denominar “dimensión” (letra D en diagrama) cada esfera o “mundo
propio” donde se desenvuelve y “existe” cada avatar de esta macro-obra artística, por
analogía con la Teoría multidimensional del universo (TMW).
Por tanto, 2ª D, 3ª D, etc., se lee “2ª Dimensión”, “3ª Dimensión”, etc. Por
“Dimensión” se entiende un aspecto determinado del multiverso según la Teoría de
Cuerdas y la Teosofía, sistemas de pensamiento en los que el “mundo real” consta de
siete (o más) “dimensiones” o “niveles” o “planos” que se entrelazan sin confundirse.
La 3ª D es el mundo físico y material conocido en estado de vigilia. La 5ª D es el
mundo de los sueños; la 6ª, el mundo mental, etc.
Del mismo modo que se conoce por “tercera dimensión” el mundo físico
tridimensional donde vivimos en estado de vigilia, y éste está al centro de la
estructura mental y perceptiva del ser humano común y actual, hemos colocado al
centro del diagrama lo que constituye el punto de partida de todo el proceso creativo.
En efecto, lo mismo que sucede habitualmente cuando se quiere componer una ópera,
lo primero consistió en disponer —en nuestro caso, escribiéndolo nosotros mismos—
de un libreto, es decir, de un argumento dramático en forma de texto literario escrito.
Sin embargo, vamos a variar el orden de los objetos a explicar, y empezar por la
Las palabras del título se explican como sigue. “Karandash” es una manera fonética
aproximativa de escribir una palabra rusa que significa “lápiz”. La elegimos porque la
esposa de Dalí, Gala, era rusa, como todo el mundo sabe, y porque un lápiz es un
objeto esencial para un artista plástico como lo fue Dalí. “Mutus Liber”, que significa
“Libro mudo”, se refiere a los libros de alquimia medievales en los que no había
ningún texto, sino únicamente imágenes que describían las operaciones de la
transmutación alquímica. Dalí siempre se ha declarado alquimista. Este avatar de
nuestra obra es, pues, un libro que narra con las solas imágenes la misma ficción que
el texto poético-dramático Fol Tantris. Su finalidad es conformar una especie de
“Sinfonía para sordos”, pues sólo se dirige a la vista. Requiere conocimientos de
simbología para ser cabalmente entendido, y la elección de las imágenes se ha hecho,
como en la totalidad de la obra, con el empleo del Método Paranoico crítico (MPC).
Las imágenes están impresas en papel y a todo color. Hay un ejemplar único,
concebido como un “libro de artista”, según los parámetros vigentes en arte
contemporáneo. Su utilidad consiste en ser hojeado mientras se está escuchando el
texto de Fol Tantris cuya lectura por actores[442] ha sido objeto de un montaje de los
fragmentos más satisfactorios desde el punto de vista técnico —los que incluían
menos fallos en la pronunciación de las palabras leídas “a prima vista”—. De esa
manera, el receptor de nuestra OAT dispone de las imágenes que se corresponden con
el texto, sin necesitar ningún aparato reproductor de imágenes, como es el caso para
los otros “Sueños plásticos” de esta misma composición. Karan Dash es un álbum de
fotografías y cromos que recuerda el mismo álbum que Dalí, siendo un niño, cuenta
en La vida secreta haber confeccionado para regalarlo a su amigo Butxaques.
Ø 3ª dimensión: Fol Tantris. Libro en papel y audio libro. Sueño poético. También
disponible en formato digital pdf. Se trata de la auto edición o a cuenta de autor
del texto dramático y poético (141 páginas, 20,5 X 14,5 cm) que sirve de base,
punto de partida y referencia constante para todos los demás avatares de la OAT
titulada a su vez Fol Tantris a falta de un título más conveniente. La tirada inicial
fue de 50 ejemplares, distribuidos gratuitamente en zonas de liberación
bookcrossing, y con posible seguimiento en esta página de internet. La imprenta
fue “Minerva”, una copistería del campus universitario de Viapol en Sevilla, sita
en la esquina de la calle Barrau con la calle Ramón y Cajal, que cesó su actividad
a mediados del año 2016. Se eligió esta imprenta por su nombre, Minerva, en
recuerdo del collage de Dalí Minerva loca, loca, loca, ilustración para Memories
of Surrealism (1968, nº 1283[443]). La fecha del colofón, 11 de mayo de 2014,
quiso coincidir con el ciento diez cumpleaños del pintor, y es levemente apócrifa,
pues la realización material de los ejemplares se llevó a cabo en mayo de ese año,
pero unos días después del 11. Lleva como nombre de autor el pseudónimo
Anonymus Cinco, en referencia al anonimato de las obras de arte medievales y
porque se trata de una obra “póstuma” y “apócrifa” de Salvador Dalí, que nosotros
nos hemos limitado a canalizar y transcribir. El “Cinco” se corresponde con la
cifra “del mundo pentagonal” del pintor, mencionado en Cincuenta secretos
mágicos para pintar. Al existir un manuscrito famoso llamado Anonimus Cuatro
que dio su nombre a un grupo de música antigua, elegimos el cinco también como
una continuación de ese cuatro del ensemble musical de nuestra devoción. El texto
está acompañado de una multitud de notas eruditas, aclaratorias y hermenéuticas,
que se ampliarán en una prevista segunda edición, en preparación[444]. El número
de depósito legal es verídico (SE967-2014), así como las fechas “2009-2014” que
fueron las de su concepción-redacción, si bien la mención “AUTOEDITORA
ALDAMALY” es pura fantasía, donde se disimula el nombre de Dalí mezclando
sus sílabas a las del nombre Alma. Por fin, decir que el volumen se completa con
el breve texto teatral El juicio de los siete jerséis que no es otra cosa que la
adaptación del capítulo VIII de Confesiones inconfesables de Dalí, escrito el 7 de
octubre de 2006 para celebrar el 75º aniversario de dicho juicio, a producirse el 5
de febrero de 2009, pero que se quedó como proyecto no realizado.
[1] Aunque parezca obvio, aclaramos sin embargo que las palabras Fol y Tantris son
las inversiones de Tristán y de Loco, título del original de Dalí, por traducir “loco” al
antiguo francés “Fol” (fou) de manera que también se produzca una conexión mental
con el nombre del héroe wagneriano Parsifal, que se descompone, en el libreto, en sus
dos sílabas “Parsi” y “Fal”, a las que también se mencionan invertidas como “Fal-
Parsi”. Ya Wagner jugaba sobre la semejanza entre “Fal” y “Fol”, al presuponer que
“Fal” significaba “loco”, igual que “Parsi” significaría “puro” de acuerdo con el
nombre de la etnia Parsi de la India.
[2] Las opiniones, ideas y teorías filosóficas, religiosas y científicas que contiene el
texto literario Fol Tantris proceden del pensamiento de Salvador Dalí y están
documentadas en la bibliografía disponible, siendo objeto constante de notas a pie de
página en el libro editado. La autora de la re-composición no asume personalmente el
credo de Dalí, pero sí lo ha estudiado en profundidad y lo respeta escrupulosamente.
[3] Obra que se puede considerar como el último avatar del Happening que Dalí
empezó a hacer siendo estudiante en Madrid, llamado por él “mi Parsifal” o “Parsifal
de Madrid”, según cuenta en La vie secrète de Salvador Dalí (1941), y que seguiría
realizando y “saboteando” a lo largo de los años cincuenta, sesenta y setenta,
llamándolo entonces “Parsifal de Nueva York”.
[4] A este respecto conviene recordar que “Nadie puede discriminar una obra de arte
fotográfico sobre la base de la técnica o del material empleados”, como escribe
Marco Meneguzzo en El siglo XX. Arte contemporáneo, Editorial Electa, 2006, sin
paginación.
[5] Para mayor claridad y detalle, remitimos al diagrama que se incluye después de
este Prefacio.
[6] Ampliamente justificado por las constantes declaraciones de ser alquimista hechas
por Dalí. “Ópera Magna” es la “Gran Obra” de los Filósofos (los alquimistas).
[7] “Querido Lorquito: (…) Tengo un gran proyecto de ópera que se basa en
personajes importantes (…) Pienso que podríamos hacer algo juntos” (Poesía, nº 27-
28, p. 96). La carta está fechada h. 12/15 de abril de 1934.
[8] Describe, en La vie secrète de Salvador Dalí, p. 197 y passim, las vicisitudes de
una obra de arte de acción que designa con el nombre del héroe operístico
wagneriano Parsifal.
[9] “El año 1927, hallándome sentado (…) en Madrid, en compañía del llorado poeta
Federico García Lorca, planeamos conjuntamente la composición de una ópera de
gran originalidad. La ópera era una de nuestras pasiones comunes (…) amalgamación
de todos los géneros líricos (…) El día en que recibí en Londres las noticias de la
muerte de Lorca (…) me dije a mí mismo que yo solo haría nuestra ópera. He
continuado desde entonces en mi firme decisión de realizar este proyecto algún día
(…) Por lo tanto, haré “nuestra ópera” (…) Proyecto hacer todo lo necesario para la
representación de esta ópera: el libreto, la música, los decorados, los ropajes… Y,
además, yo mismo la dirigiré” (Rostros ocultos, 1944, en Obra Completa, Destino,
2004, vol. 3, p. 386s). A pesar de esas declaraciones, nunca llevaría a cabo Dalí este
proyecto, circunstancia que motivó nuestra empresa de “recomposición”, iniciativa de
la que hay algunos precedentes en la Historia del arte contemporáneo, por ejemplo,
citaremos el caso de Jonathan Harvey, quien “acabó” en 2007 la ópera fallida Die
Sieger (The Victors) de Richard Wagner, con el título de Wagners Dream empleando
los esbozos dejados por el compositor sajón.
[10] « Une œuvre d’art doit satisfaire toutes les Muses. C’est ce que j’appelle :
Preuve par neuf. » (Le coq et l’arlequin, 1926). La mención de las musas me autoriza
a incluir una cita del ballet Apollon Musagète de Balanchine, al que empresté la pose
final para acabar el “Segundo Sueño” de mi recomposición coreográfica porque,
además, esta imagen me pareció la más adecuada para representar la flor del
Taraxacum (Diente de león) que usó Dalí como símbolo de la locura de Tristán y que
era difícil mostrar de otra manera.
[11] Estos dos últimos, colaboradores de Dalí en el ballet Gala, Venecia, 1961.
[12] Catálogo Dalí. Todas las sugestiones…, Madrid, 2013, p. 41s.
[13] Término y concepto completamente inadecuados al espíritu accionistas de Fol
Tantris, pero que empleamos para entendernos.
© Para este tema en particular, véase nuestro ensayo La música clásica surrealista:
de Erik Satie a Salvador Dalí, hacia la Obra de Arte total del Futuro. Una propuesta
de regeneración integral para el Arte Contemporáneo (2017, inacabado).
[15] Breton odiaba la música. Los Ballets rusos de Diaghilev fueron vanguardistas sin
ser precisamente surrealistas. Solo Massine probó crear un estilo coreográfico
decididamente irracional, por asimilar lo irracional con lo surrealista. No fue
comprendido y nadie parece haberle seguido. La técnica experimentada por Massine,
y que encandilaba a Dalí, consistía en dividir el cuerpo del bailarín en dos partes
independientes. Mientras la parte superior gesticulaba locamente, la mitad inferior
ejecutaba los pasos más virtuosos de la danza clásica. Esta técnica desconcertaba a
los críticos, al público y a los propios ejecutantes, acostumbrados a la coordinación
armoniosa de sus movimientos. Las ideas de Massine se correspondían con los
conceptos de Dalí, que imaginó “apéndices líricos” a los cuerpos de “mujeres
desmontables” y, por poner un ejemplo, probaba colocar los senos en la espalda, una
idea que hemos incluido en nuestra recomposición (véase fotograma en
contraportada).
[16] Entiéndase: arte no comercial, arte fuera de circuitos oficiales de la cultura
institucionalizada.
Ä Existe una llamativa contradicción entre la influencia ejercida por la espiritualidad
New Age sobre los artistas actuales, que incluyen conceptos Nueva Era en sus obras,
y su costumbre de molestarse cuando el público los detecta conscientemente. A este
respecto, tuvimos una experiencia personal significativa con los montajes de Carlus
Padrissa (Balsareny, 1959) de la Tetralogía de Wagner (coproducción Palau de les
Arts “Reina Sofía” de Valencia y Maggio musicale Fiorentino, 2009).
[17] Kitaj, en The Guardián del 06.02.2002, citado por Norman Lebrecht, ¿Por qué
Mahler?, 2011, p. 192.
[18] Tenemos un ejemplo de notas muy densas en la edición a cargo de Ornella Volta
de los textos de Erik Satie Cuadernos de un mamífero (Acantilado, Barcelona, 2006).
La tradición clásica de los escolios nos justifica también.
[19] Oído en Radio Clásica.
[20] Citado p. 23 de la Introducción redactada por J. Rubio Tovar, para la edición
castellana de Cligès publicada por Alianza editorial, Madrid, 1993.
[21] Según la costumbre, las acotaciones se escriben en cursiva. Las notas sin
números (por ejemplo, un poco más adelante, a la palabra Teseo) se hallan al final del
libro.
[22] El traje de Arlequín tiene su origen en la vestimenta de seis colores que lucían
los druidas en la cultura celta. Dalí se mostró ser un neo druida (véase nuestro estudio
exhaustivo de este tema, “El Neo Druidismo de Salvador Dalí”, 2016) y ha
comentado la figura de Arlequín a propósito de su óleo Apoteosis del Dólar. En el
texto Tristan Fou (1938), Dalí pedía un pianista que tocase “melodías de vendedor
ambulante”.
[23] Fue un excéntrico embajador británico, mecenas del pintor. El título original de
la pieza está en francés. Se puede interpretar como una alusión humorística de
Berners (mariposa) discutiendo con su mayordomo (sapo) que, además, era su pareja
sentimental (gay). También puede aludir a una de las 72 posturas del Kama Sutra, con
sentido surrealista.
[24] La cama de agua existió en el siglo XIX con finalidad médica, y fue reinventada
hacia 1970 en EEUU. Dalí, en principio, no conocía antecedentes cuando dibujó su
cama-fuente en 1932 (véase catálogo de la exposición Todas las sugestiones poéticas
y todas las posibilidades plásticas, París-Madrid, 2012-2013, p. 322). Ahora bien, el
poeta medieval Béroul, autor de un poema sobre Tristán, que conocería Dalí por las
modernas traducciones de Joseph Bédier, a las que ilustró en sucesivas reediciones,
describía el escenario de los encuentros secretos entre los amantes de Cornualles
junto a un escalón de mármol y una fuente, bajo un gran pino.
[25] Representan a las tres ondinas, en un afán de emular a Dalí que deseaba incluir
en su ballet Mad Tristan elementos de otras óperas de Wagner, para configurar una
Obra de Arte total. Este elemento se hará en vídeo.
[26] Dalí incluía un coro en su texto de 1938.
ª Los titulares aparecen con tipografías que se justifican de la manera que
explicamos a continuación. El diseño para los epígrafes y el prólogo son
relativamente neutros, pues lo único buscado es poner un énfasis claro sobre el título
de estas secciones.
Los “actos” del texto dramático propiamente dicho se llaman “Sueños” y no “actos”
como en la literatura clásica, porque se trata de una obra surrealista, y para el
Surrealismo, los actos son sueños y viceversa. La tipografía elegida para el
señalamiento de cada “Sueño” es de dos dimensiones, porque el mundo onírico está
sometido a dos coordenadas en lugar de las tres coordenadas del espacio físico en el
cual se mueve el ser humano en estado de vigilia.
Dentro de cada acto, la subdivisión habitual se hace en escenas. Para adecuarnos al
ámbito pictórico propio de Dalí cuya obra estamos reelaborando siguiendo el modelo
original, hemos llamado las escenas “cuadros” y hemos optado por una tipografía
capaz de sugerir la “Perspectiva Palladio” tan cara a Dalí y asociada a su obra Mad
Tristan.
Otras partes del texto se sitúan a un nivel diferente de la acción lineal y necesitan una
denominación particular. Estos episodios se han destacado mediante una tipografía
multicolor unificadora, porque se hace mención de un supuesto invento de Dalí que
permitiera “soñar en tecnicolor”. Estos pasajes reciben diferentes títulos: entresueño,
interludio, flash back, indicando así en cada caso cual es su función específica dentro
de la obra.
à El juego de palabras que hace derivar —paranoicamente, y a la manera de Dalí— la
palabra Tesoro del nombre del héroe mitológico Teseo no es pura fantasía del autor
(Anonymus Cinco). Dalí realizó un ballet sobre el mito de Teseo, Laberinto (1941)
con la misma compañía (Ballets rusos del Marqués de Cuevas) y el mismo coreógrafo
(Léonide Massine) que su Mad Tristan. Muchos estudiosos de la leyenda medieval de
Tristán han hecho observar que tenía elementos comunes con la de Teseo, por
ejemplo, la vela negra cuyo sentido sería que Isolda no se encuentra a bordo de la
nave para socorrer al herido Tristán. Por otra parte se dice de Perceval que “tiene
cabeza de oro” (Perlesvaux). Como Dalí gustaba de amalgamas “surrealistas” y eligió
los dos personajes de óperas wagnerianas Parsifal (Perceval) y Tristán para sus obras
más esotéricas, es lícito imaginar que Teseo en un avatar áureo (entiéndase: hecho de
la misma materia que la Piedra Filosofal) podría ser asimilado, por las ondinas
cantoras, con el fabuloso oro del Rin (el tesoro) que deben custodiar.
[27] Poeta japonés autor de Haiku. Su Haiku más famoso dice así: “Un viejo
estanque. / Se zambulle una rana. / Ruido de agua.” La rana está justificada por el
“sapo” del título de la pieza pianística anterior. El sapo “tiene como misión romper la
luz astral, por una absorción que le es peculiar”, escribe Juan Eduardo Cirlot
(Diccionario de símbolos, p. 400). El mundo “astral” es la esfera onírica (desde que
la llamara así Paracelso, según atestigua E. Schuré), que tanto interesó a Dalí y al
Surrealismo. Es en sapo en lo que Alberich se metamorfosea, en la ópera de Wagner
El oro del Rin. El rey merovingio Clodoveo I llevaba en su escudo la imagen de tres
sapos. Tras recibir el bautismo, los sustituyó por tres flores de lis. Dalí incluyó en el
decorado de Mad Tristan un lienzo conocido por las letras LYS dibujados a su
reverso, cuya interpretación resulta controvertida.
[28] No decir sus nombres es un efecto voluntario.
[29] El ballet de Dalí Gala (Venecia, Béjart, 1961), empieza mostrando a varios
personajes entrando en escena en sillas de rueda ortopédicas reales. La idea del
hombre inválido (tullido) obsesionó a Dalí desde Babaouo (1932). En Bacanal
(1939), incluyó a varios enanos.
[30] Se trata de la carretilla típica del cuadro El Ángelus de Millet, tan importante
para Dalí.
[31] Dalí insistía siempre en los actos irracionales, incómodos, torpes y penosos.
[32] Las “tres piernas” se inspiran en el óleo de Dalí El enigma de G. Tell (1933-
1934), donde el personaje posee una nalga hipertrofiada que puede ser su tercera
pierna. Del título de esta pintura se extrae la idea de que el personaje de Tantris, en su
locura, se crea que es G. Tell.
[33] Color usado por André Breton para sus trajes como el color luciferino más
adecuado al pensamiento surrealista.
[34] La manta debe ser “escocesa” porque en la leyenda medieval de Tristan
(Gottfried von Strassburg), su padre, Rivalen Canelengres, era señor de Lohnois o
Loonia, al sur de Escocia, a pesar de que otros autores mencionen otros lugares (Saint
Pol de Léon, en Armórica). Los colores rojo y verde son los más habituales, y además
recuerdan una aventura de Gauvain en un cementerio (Victoria Cirlot, Figuras del
destino, 2005, p. 213).
[35] En la leyenda, Tristán contrae matrimonio con Iseo de las Blancas Manos,
cuando se encuentra separado de su amiga Iseo la Rubia, esposa del rey Marco, su
tío. Dalí (texto de 1938) especifica que “la mujer de Tristán es americana”. Más allá
de la ironía, hay que detectar un lapsus de origen paranoico que genera un hecho
perteneciente al —llamado por los surrealistas— azar objetivo, a saber que la
confusión entre “armoricana” (origen de la Iseo que desposa Tristán; nótese que la
otra Iseo, la amada, es irlandesa) y “americana” acaba coincidiendo con los datos
“reales” aportados por la leyenda medieval.
[36] Se supondrá que el filtro de amor de Tristán e Isolda, al ser a base de vino, pudo
embriagarlos. En Folie Tristan, el caballero insiste en el hecho de que está “ebrio de
un modo permanente” desde la ingesta del filtro. Por otra parte, hay que recordar el
tema literario de la “embriaguez sin vino”, presente en la poesía sufí y recogido por
Goethe.
[37] Al auto censurarse se nos muestra este personaje como radicalmente anti
surrealista.
[38] En la exposición surrealista de 1938 en París se usaban linternas como medio de
iluminación.
[39] “Avión de carne”, denominación emprestada a la obra de Salvador Dalí.
[40] En la leyenda medieval de Tristán e Isolda, el héroe tomaba pretexto de un voto
para no consumar el matrimonio con Isolda Blancas Manos antes de que transcurriese
un año desde su boda.
[41] Véase nota 14.
[42] En Folie Tristan, el caballero declara que su madre fuera una ballena. Este
detalle es curioso, porque recuerda otra leyenda relativa a la concepción de Meroveo
por un monstruo marino, lo que en esoterismo significa su pertenencia a la raza
Lémur o humanidad existente en la quinta esfera espiritual (Sefira, del árbol
cabalístico). Si el autor hace de la mujer del protagonista una ballena, esto justifica
que no quiera consumar su matrimonio, pues ella lo ignora, pero él sí sabe (o intuye)
que se encuentra casado con su propia madre, hecho que justifica la posterior alusión
al complejo de Edipo de Tantris. Recordemos lo que escribe Mircea Eliade: “El héroe
debe su condición prestigiosa de rey o de santo al hecho de haber nacido de un
animal acuático” (El yoga, inmortalidad y libertad, 1972, p. 241). Según el estudioso
Manuel Plana, la ballena de Jonás, en la Biblia, simboliza una fuerza que se opone a
la salvación del alma, cosa que hace la mujer del protagonista en la presente obra,
razón por la cual está vestida “de ballena”.
[43] El paraguas es un fetiche daliniano que se introdujo en muchas obras.
[44] L’acte manqué, coreografía de Hélène Vanel sobre idea de Salvador Dalí, en la
inauguración de la Exposición Surrealista de París en 1938, es la referencia implícita
de esta secuencia.
[45] “Señor, ¿sabéis de cierto si estamos vivos?”, Francisco de Quevedo.
[46] Es conocida la creencia de que el trovador Wolfram von Eschenbach habría sido
analfabeta. En los poemas medievales, se dice que la carta de Tristán a su tío es
escrita por el eremita, y que el rey no sabe leer y se hace leer la carta por su canónigo.
En aquella época, los nobles despreciaban la instrucción básica y dejaban a los
clérigos la tarea de leer y escribir. Los sabios druidas no ignoraban la escritura (las
runas) pero nunca escribieron sus doctrinas.
[47] La madreselva es una planta odorífera que entra en la composición de numerosos
perfumes. En la ópera de B. Britten, El sueño de una noche de verano, el libreto hace
decir a Oberón que Titania duerme junto a una mata de madreselva. El famoso Lai de
Marie de France que trata de Tristán e Iseo incluye el nombre de la planta madreselva
(chèvrefeuille) en su título. La dispersión de perfume fue un elemento exigido por
Dalí en su ballet Gala (Venecia, Béjart, 1961).
[48] Béroul, versos 679 a 700: Tristán simula dormir y ronca ruidosamente en el
episodio de la leyenda llamado “de la flor de harina”.
[49] Quien preparó el filtro de amor-muerte era Isolda madre, quien lo bebió fue
Isolda hija. En algún momento, el “Complejo de Edipo Narcísico” hace que las dos
Isoldas se confundan. Cuando entra en escena la tercera Isolda, la de las “Blancas
Manos”, es cuando Tristán pierde la razón (en el poema de Gottfried von Strassburg).
[50] Variante de texto: “Para ser siete”. Otra variante: “Para perdurar”.
[51] En la materia de Bretaña, todos los relatos empiezan en la corte del rey Arturo y
generalmente en Pentecostés.
[52] Entre los innumerables castillos mencionados en Perlesvaux, uno es el castillo
de la Ballena, sin que se explica nada acerca del origen de tal nombre (verso 9715:
Chastel de la Balaine).
[53] Idea sostenida por la doxa surrealista.
[54] La manzana sirve para aludir a Guillermo Tell, que fue retado a acertar con una
flecha disparada por su ballesta una manzana puesta en equilibrio sobre la cabeza de
su joven hijo. También recuerda que Avalon, la isla donde duerme el rey Arturo (que
no ha muerto), es una isla cubierta de manzanos, una variante del Jardín de las
Hespérides.
[55] El golpe de glotis, técnica canora desaconsejada por Manuel Patricio García.
[56] Los temas científicos interesaban mucho a Dalí, que disfrutaba de sus
razonamientos y conclusiones “surrealistas”.
[57] “El fuego debe encenderse dentro del caldero, no debajo”, Jeffrey B. Russel,
Historia de la brujería, Paidos, Barcelona, 1998, p. 210.
[58] “Poison soluble”, subtítulo del Primer Manifiesto del Surrealismo, 1924.
[59] Sustancia alquímica secreta, que no es otra que el amor tántrico. En Alquimia, el
“disolvente universal” es mostrado como el Ouroboros (Cirlot, Op. Cit., p. 351).
[60] Inversión voluntaria del filtro de amor que bebieron Tristán e Isolda.
[61] Nombres de especies botánicas utilizadas en fitoterapia.
[62] Uno de los nombres de la diosa que invocan los wicanos.
[63] Recuerdo del “Cadáver exquisito” que rezaba: “La rue Mouffetard frissonnante
d’amour amuse la chimère qui fait feu sur nous”.
[64] Respectivamente, palabras de conjuro cabalístico y grito guerrero de la valquiria
en la ópera de Wagner.
[65] Inventada por Dalí, la “confitura de caballo”, al igual que la “cabra sanitaria” y
el “burro podrido”, es una metáfora en el metalenguaje privado del artista surrealista
que inventó nuevas maneras de nombrar realidades surreales hasta ese momento
carentes de nombre por no haber existido nunca con anterioridad, al menos eso
deseaba hacer creer Dalí, aunque de hecho recogiera antiguas tradiciones de
conocimientos esotéricos y para comunicarlas al mundo bajo una forma aceptable, les
diera un envoltorio poético “surrealista”.
[66] La Trinacria o tótem de Sicilia es un monstruo hecho de una cabeza y tres
piernas. Dalí lo incluye en sus dibujos como “cabeza de Medusa” a partir de 1938,
año de su viaje a la isla y de la redacción del texto Tristan Fou.
[67] Caetano Veloso. La cita anterior es de Fulcanelli, reproduciendo un aserto de El
Cosmopolita, todo un clásico en la literatura alquímica.
[68] Ésa es la respuesta de Parsifal a Gurnemanz en la ópera de Wagner. Para Dalí,
hay una coincidencia entre los dos héroes, Parsifal y Tristán, que podrían ser dos
aspectos de un mismo ente espiritual y divino.
[69] Danza descrita por Dalí en el libreto de su ballet Tristán Loco pero no realizada
en escena.
[70] Episodio basado en relatos autobiográficos de Dalí.
[71] Salvador Dalí, Tristán Loco, 1938, Obra Completa, 2004, vol. 3, p. 953. El
pichón es una paloma del Grial al revés, y también evoca, por su sacrificio, al cisne
que mata Parsifal al comienzo de la ópera de Wagner. Para complacer al maniático
esposo del que es la esclava, la Mujer debe ella misma sacrificar el animal con sus
manos, vieja costumbre de Bacantes.
[72] Isolda Blancas Manos (aquí: Ydasal, más adelante en el texto), esposa de Tristán
en la leyenda medieval. Se casó con ella por error, a causa de la similitud del nombre
con la única mujer a la que amó, Isolda la Rubia. Dalí, en su novela Rostros ocultos
(1944) hace que dos personajes se casen por error.
[73] Dalí empleaba biberones que llenaba con leche tibia y colgaba de una mecedora
para fabricar el objeto surrealista de funcionamiento simbólico llamado Máquina de
pensar, y causó el rechazo del poeta comunista surrealista Louis Aragon, que rompió
con Breton y el Surrealismo a causa de este malgasto del alimento. La anécdota es
referida en muchos libros y el propio Dalí la evoca en Confesiones inconfesables.
[74] Título de un cuadro perdido de S. Dalí, 1927.
[75] “Me siento más caprichoso que nunca”, apuntaba Dalí en su diario íntimo de
adolescente.
[76] Un personaje del roman anónimo medieval Perlesvaux.
[77] Cita de un verso de Federico García Lorca.
[78] Dalí joven se refería con frecuencia a Heráclito.
[79] Término frecuentemente empleado por Dalí.
[80] Basado en declaraciones de S. Dalí.
[81] Enseñanza cabalística.
[82] Stéphane Lupasco. Dalí lo conoció en un programa de televisión en 1978 (dato
en catálogo Todas las sugestiones…, 2013, p. 46, nota 6).
[83] Este monólogo es una imitación de los textos automáticos surrealistas, en los
que, como en el juego del Cadáver exquisito, las ideas se concatenan siguiendo la
lógica paranoica dictada por las obsesiones inconscientes de cada sujeto.
[84] Se trata de uno de los temas centrales discutido en las Cortes de Amor durante la
Edad media.
[85] Parodia de la habitual cacografía daliniana. Manera burlesca de enfatizar la
palabra amigo, tan esencial en el amor cortés, que es el amor de Tristán e Isolda, que
se vuelve del revés en una perspectiva daliniana.
[86] Teología gnóstica, base de la herejía del personaje. Muchas de las ideas de Dalí,
que parecían extravagantes o surrealistas, eran emprestadas a filosofías heterodoxas
raramente estudiadas.
[87] Se trata de un refrán popular andaluz.
[88] Característica del personaje de Tristán en la obra citada de Dalí, Tristán Loco,
1938.
[89] En la leyenda medieval, Tristán de Leonís, tiene en sus armas un león.
[90] En Diario de un genio, S. Dalí alude a André Breton diciendo que su moral es
tan rígida como una cruz de San Andrés.
[91] Alusión a la obra de arte contemporáneo Un roble (1976), del escultor británico
Michael Craig Martin, consistente en un vaso lleno de agua presentado sobre una
repisa de cristal.
[92] Título de una conferencia de S. Dalí en 1934: “El misterio surrealista y
fenomenal de la mesilla de noche”, publicada por Félix Fanès, La construcción de la
imagen.
[93] Frase auténtica de Salvador Dalí, al llegar a Nueva York en 1934.
[94] Maurice Nadeau, Histoire du Surréalisme (Seuil, Paris, 1964, p. 62) explica que
los surrealistas huyeron del trabajo por ideal surrealista. En el siglo XIX, Hugo Wolf,
compositor que terminó su vida insano (por lo que viene a cuenta, dado que nuestro
héroe está loco), rechazaba cualquier trabajo que no fuera “ser nombrado Dios del
hemisferio sur” (Alma Mahler, Recuerdos de Gustav Mahler, Acantilado, Barcelona,
2006, p. 103).
[95] El personaje, obsesionado por las óperas de Wagner, interpreta todo en función
de ellas, como hacen los paranoicos. De momento, además, se desconoce el nombre
de la “Mujer de Tristán” (Dalí, 1938). El pintor era proclive a poner motes a sus
allegados, y también a cambiarlos sin previo aviso ni explicación.
[96] El cambio repentino de nombre se justifica porque así sucede en los sueños.
[97] Jean Cocteau dijo a propósito de Dalí que “no era libre de hacer lo que le viniera
en ganas”, sino que estaba “obligado a hacerlo todo al revés de cómo lo hace el resto
de la gente” y subrayaba lo trágico que era tener un destino tal. Antes de enjuiciar al
pintor por sus tomas de posición “inaceptables”, habría que tener presente esta
circunstancia fundamental puesta en evidencia por el gran sabio que fue Cocteau. Nos
muestra que Dalí sigue los postulados filosófico-religiosos del antinomismo,
predicado por adamitas y bogomilos entre otras tendencias heterodoxas históricas.
[98] “La cabra sanitaria” era el acto gratuito surrealista en la jerga personal de S. Dalí.
[99] Mismo cambio de nombre que el anteriormente producido, con la misma
justificación.
[100] El color “azul-klein” se debe al artista conceptual francés Yves Klein. En
cuanto al verde botella, como ya dijimos, era el color de los trajes del jefe de los
Surrealistas, André Breton.
[101] La Botella de Klein es un ente matemático de la cuarta dimensión, de cierto
predicamento entre los artistas de la Vanguardia histórica. Lo mismo sucede con la
Banda de Moebius. Véase Jean Clair, Sur Marcel Duchamp et la fin de l’art, 2000.
Salvador Dalí incluyó en el boceto nº 836 destinado al telón de boca de su ballet Mad
Tristan (1944) una alusión pictórica a esos dos entes matemáticos, por la aplicación
del método paranoico crítico.
[102] Dalí solía narrar una historia acerca de cierto torero llamado don Tancredo que
por miedo al toro se quedaba, en lugar de torear, quieto sobre una peana en la plaza
de toros, anticipando al hombre de bronce callejero. Se alude a este tipo de
pantomima en una novela de Pío Baroja, La busca, y en una película, El inquilino. En
un programa de mano de la empresa Pagès para un evento taurino del 5 de mayo de
2014, el periodista Fernando Martínez (Sevilla) acredita la existencia del
dontancredismo. Como se daba el caso de que el propio Dalí se declaraba “cobarde”,
aquí Tantris se identifica como tal a su vez al decir llamarse Don Tancredo. Además,
casarse bajo seudónimo invalida el enlace. Este detalle es importante para el amigo
de Iseo, que le permanece fiel, pese a haberse casado (por error).
[103] Así sucedió en la leyenda de Tristán e Iseo, según los poemas medievales
conservados.
[104] Este narcotizar al esposo es un ardid al cual recurren las esposas que tienen
amantes, en numerosas leyendas orientales y occidentales, por ejemplo, en Cligès, de
Chrétien de Troyes. En La Valquiria de Wagner, también se narcotiza al marido.
[105] El encratismo fue uno de los puntos esenciales recogidos por Bogomil (hereje
búlgaro del siglo X) que lo emprestó al maniqueísmo gnóstico y lo transmitió al
catarismo.
[106] Atribuido a Víctor Hugo.
[107] Inspirado en el filósofo Jean-Luc Nancy (Anthropos, nº 205, Barcelona, 2004).
[108] Tantris es un “tipo esnob”, según la definición de Pío Baroja (“El mérito para
los esnobs, es hacer siempre descubrimientos”). Salvador Dalí valoraba
especialmente y en positivo el hecho de ser esnob. Véase el capítulo de Confesiones
inconfesables intitulado “¿Cómo ser super esnob?”.
[109] En Diario de un genio, Dalí comenta que alguna vez declaró a unos “jesuitas”
que sus relojes blandos equivalían a Cristo pues eran de queso como Él (sic).
[110] Es conocida la afición de Schiller por husmear manzanas podridas. Las
materias en descomposición atraían mucho a Dalí en su juventud hasta tal punto que
se confundía su saprofilia con una más nefanda coprofilia.
[111] La persistencia de la memoria es el título dado por Dalí a la pintura donde se
ven los primeros relojes blandos.
[112] T. Adorno escribe “Sprechgesang” pero José Luis Téllez (libreto de Siegfried,
Maestranza, Sevilla, 2012-2013, p. 17) escribe “Sprachgesang”, canto hablado.
Tampoco nos aclara el diccionario de alemán Larousse consultado cuál de las dos
maneras es la más correcta, dado que su significado es el mismo.
[113] Apodo que los Residentes pusieron a Salvador Dalí cuando llegó a Madrid en
1922. Tristán era músico y en la leyenda cambió de nombre para obtener la curación
de sus heridas por parte de Isolda.
[114] Marius Schneider, El origen musical de los animales-símbolo en la mitología,
Siruela, Madrid, 1998.
[115] Dalí diseño un telón de fondo nunca realizado que constaba de cajones
apilados, véase el texto citado de 1938 en el que se describe su utilidad dramática.
[116] Esta metamorfosis debe recordar la del protagonista de la novela de Apuleyo,
El asno de oro. En los poemas medievales, se dice que Tristán sabía imitar el canto
del ruiseñor, y de esa manera hacía saber a Isolda que la estaba esperando en su lugar
secreto de cita. Hacia 1933, Dalí escribió en una carta a Paul Éluard que “El hombre
que se enamora se pone a cantar como un ruiseñor y enseguida compone una ópera”,
frase que se cita más adelante. ¿Sabía Dalí que Wagner había compuesto Tristán e
Isolda en compensación de su frustrado amor por Mathilde Wesendonck? Lo cierto es
que en Babaouo (1932), Dalí llama Matilde a la amada del protagonista.
[117] Detalle basado en un diseño conocido de Dalí que originó el personaje del
Buque Fantasma en el ballet Mad Tristan (1944). Del personaje-velero será cuestión
al final de este texto dramático.
[118] Referencia a la Inmolación de Brunilda.
[119] Icono-concepto de la pintura daliniana, los anacardos imbricados representan
un recuerdo del juego infantil “de las grutas” descrito en La vida secreta de Salvador
Dalí, y plasmado en la coreografía del ballet Mad Tristan mediante los grupos de
“Genios del bosque” y sus cuerpos entrelazados. Los anacardos imbricados también
representan la imagen exacta de una Botella de Klein.
[120] Basado en el libro de Dalí Dix recettes d’immortalité.
[121] Traducción literal de Beethoven, siguiendo una manía de Julio Cortázar,
traductor y escritor, que llamaba a Marcel Duchamp, Marcelo Delcampo.
[122] Film de Dalí y Buñuel, La edad de oro muestra en una de sus secuencias una
vaca sobre una cama. La misma idea será retomada por Dalí en fotoperformances de
1939-40 en Hampton Manor: se ve una vaca sobre la tapa de un piano de cola y otra
vaca dentro de la biblioteca de la mansión de su anfitriona Caresse Crosby. El
llamado Cow Confort de norma en la Unión Europea contempla el empleo actual de
camas de agua para la rumia y el descanso de las vacas: este elemento “actual” se
introduce para que la obra presente pueda ser dicha “de arte contemporáneo”.
[123] Dalí dixit.
[124] Fragmento inspirado en el texto de Wagner para el Acto II de su ópera Tristán e
Isolda.
[125] Inspirado en la famosa frase de Lautréamont.
[126] Frase estereotipada, pero en una circunstancia invertida. Dalí reflexionó sobre
el valor surrealista del estereotipo combinado con el anacronismo; por esta razón, hay
anacronismos también en Fol Tantris.
[127] Icono-concepto daliniano frecuente es la muchacha que salta a la comba. Aquí
el acto está a medio camino del acto fallido y del acto gratuito, ambos de gran
trascendencia para la estética del Surrealismo.
[128] Otra referencia a la danza de Hélène Vanel, en la exposición surrealista del
1938.
[129] Detalle consignado por Dalí en su texto de 1938.
[130] Cita de un autor muy conocido.
[131] Cita del Cantar de los Cantares.
[132] Populus Alba, Mártir.
[133] Nociones de musicología: Tantris es un erudito (¿pedante?).
[134] Cita del Poema de Parménides. Toda la disertación filosófica subsiguiente está
basada en las Lecciones sobre Parménides de Martin Heidegger (1942).
[135] Elementos de la teología gnóstica antes referida.
[136] Cita de Erik Satie.
[137] Cita de Marcel Duchamp. El consejo del Tao es “No actuar”.
[138] Cita de Salvador Dalí.
[139] Cernunnos, divinidad celta que adoraban Gala y Dalí, como lo sugiere
poderosamente la extraña y abundante colección de cornamentas que acumularon en
su casa de Port Lligat, la cual está decorada también con una escultura de Diana, la
Diosa wicana de su devoción secreta.
[140] “Rey de gallos”, Capítulo II de La vida del Buscón de Francisco de Quevedo.
[141] “Ça marche avec des pièces”, sketch famoso (hacia 1982) del actor Francis
Perrin. En aquellos años se utilizaban mucho las cabinas telefónicas públicas, que
funcionaban con monedas, para insultar de modo impune a la gente que caía mal o
por mera diversión marcando al azar números de abonados desconocidos. El insulto
más frecuente era decirle “Cornudo” a quién descolgaba el teléfono, para reírse de su
enfado. Dalí se hizo eco de la moda imperante cuando redactó un panfleto contra los
artistas abstractos y lo intituló Los cornudos del viejo arte moderno.
[142] Modernización de los “ojos floridos” pintados por Dalí para los decorados de
su ballet Mad Tristan. Lo que tiene gato es que en Perlesvaux se describe un castillo
en cuyas ventanas se asoman unas mujeres cautivas cuyas lágrimas agrandan los ojos,
produciendo un efecto similar al obtenido por Dalí con las pinturas de su decorado
surrealista (caso de “azar objetivo”).
[143] Se refiere a la abundante lluvia de fotones y neutrinos que, según el
Teosofismo, destruirá la Quinta Humanidad terrestre (o raza Aria), no al diluvio
universal que anegó a los Atlantes o Cuarta Humanidad terrestre. Al estar los
personajes en un Sueño tienen acceso tanto al conocimiento del futuro como al del
pasado.
[144] Fetiche daliniano.
[145] Históricamente, los herejes cátaros se arrojaron a la hoguera cantando, en
marzo de 1244 en Montségur. Dalí estrenó su ballet neo cátaro exactamente
setecientos años después, cumpliendo así una profecía cátara según la cual “A los
setecientos años, el laurel (la herejía) reverdecerá”. Y nosotros estrenamos esta obra a
los setenta años de haberlo hecho Dalí.
[146] Lo dijo Giordano Bruno a los jueces de la Inquisición.
[147] Plagio del grito “¡Viva la muerte!” de los revolucionarios de cierta época.
[148] Salome, ópera de Richard Strauss, basada en Oscar Wilde. Dalí participó en un
montaje de Peter Brook en 1949 para el Covent Garden.
[149] Dalí insistía mucho sobre el “Complejo de impotencia” de su personaje Tristán.
Para él las carretillas incluidas en el ballet simbolizaban la impotencia. Véase el
citado texto de 1938.
[150] Neologismo formado combinando “erótica” y “tónica”; se trata de un detalle
destinado a dotar la presente obra de ese aspecto “arte-contemporáneo” que tanto
suelen apreciar los críticos.
[151] Última frase de la novela de André Breton L’amour fou, 1937.
[152] “Une aspirine pour deux” (1978), obra teatral de Francis Perrin (1947).
[153] Argumentos de Tristán a punto de morir para justificar la muerte de Isolda,
según algunas versiones medievales de la leyenda.
[154] Exclamación habitual de Dalí.
[155] Ioan Peter Culianu, Eros y magia en el Renacimiento, p. 94, expone que “Pico
elaboró una especulación erótica que persistiría: la morte di bacio; el amante es el
símbolo del alma, la amada es la inteligencia, y su beso es la unión extática, que
propicia la contemplación plena de las Inteligencias Angelicales, en un arrebato
celestial”. Dalí, en Rostros ocultos (1944), desarrolla su versión surrealista de la
morte di bacio unida a los postulados medievales de la fin’ amors, y le da el nombre
de Clédalismo.
[156] Félix Grande, Verticalidad.
[157] Símbolo alquímico que se añade al “efecto especial” de la lluvia cayendo desde
dentro del paraguas, idea que extraemos del Taxi lluvioso (1938) de Dalí y de la
“nevada dentro de un túnel del metro”, del acervo surrealista.
[158] Título de un cuadro de Salvador Dalí, Costilla y cerilla. El cangrejo chino,
1983, nº 1614.
[159] Según dibujos de Dalí.
[160] Peire d’Alvernes, trovador contemporáneo de Guillermo IX, de Marcabru y
otros. La réplica se inspira en Denis de Rougemont, L’amour et l’Occident, p. 89.
[161] Receta del propio pintor.
[162] En una carta de ca. 1933, Dalí escribía a André Breton acerca de unos recientes
grabados de Picasso que “se pueden cantar o arrojar a la cabeza”.
[163] Así lo describe Dalí en su texto de 1938. Se trata de una evidente parodia
blasfema del Lavatorio de los pies de Cristo y del conocido episodio del Evangelio
que relata la unción de Cristo por María Magdalena.
[164] Frecuente imagen de un personaje en este atuendo en la pintura de Dalí. Es un
símbolo masónico de cierto grado de iniciación. Jaume Miravitlles, amigo de infancia
y durante toda la vida del pintor, era un dignatario masón en la Gran Logia de
Barcelona (véase Ignasi Puig, El Dalí esotérico, 2000). Es lícito pensar que por él
estuviera Dalí en contacto con la simbología masónica que abunda en Mad Tristan.
[165] La anécdota de la cerda en el cuadro consta en los textos autobiográficos del
catalán. La clonación ya se practicaba en la Alquimia antigua, su resultado se
denominaba “Homúnculos”. Dalí repetía ser un alquimista.
[166] Dalí estaba especialmente obsesionado por estos dos cuadros muy populares.
[167] Está documentado el uso de tales pinceles, así como del ámbar líquido, que
Dalí adquiría en la parisina tienda Sennelier, Quai Voltaire nº 3, en contra de ciertas
afirmaciones de autores mal informados, por ejemplo, Anne Bernard, en el catálogo
de la Retrospectiva de 1978-79 en Beaubourg, p 403 a 414.
[168] Leer Dalí, obviamente.
[169] Para Dalí, “la encajera es un rinoceronte”.
[170] “Ratón calvo”: debido a la ignorancia de algún traductor del francés al
castellano, pues “chauve-souris” se traduce por “murciélago”, se podía leer en algún
libro esto que parecía “surrealista”, según la opinión de Guadalupe Grande, que
contaba la anécdota (Madrid, 1984). Viene a cuenta porque Dalí, en Être Dieu.
Ópera-poema (1974) repite la palabra “Pipistrello” a modo de trabalenguas.
[171] La gota de sangre está representada en el telón Tristán e Isolda, propiedad de la
Dionysos Art Fund, con sede en Sorengo, Suiza italiana, sociedad fundada en 2009 y
que se disolvió por quiebra en los últimos meses del año 2014, según informa en la
red Italy Europe 24. La obra fue prestada a la compañía teatral de Daniele Finzi Pasca
con sede en Lugano, para el espectáculo La Veritá, estrenado el 17 de enero de 2013
en Montréal, Quebec y se ignora su actual paradero. En el boceto nº 836 previo al
telón no se ve dicha gota de sangre. En los textos medievales, hay gotas de sangre
sobre la nieve, que suscitan un éxtasis en Perceval, y gotas de la sangre de Tristán
sobre la flor de harina, esparcida entre su cama y la de Iseo para probar el adulterio.
[172] Elemento presente en la pintura surrealista del genio de Figueres.
[173] Los relatos de sueños eran una de las actividades fundamentales de los
miembros de grupo surrealista.
[174] “La piel del agua”, metáfora poética original de Federico García Lorca
plasmada en imagen por Dalí en varios cuadros.
[175] Detalle presente en textos medievales del mito de Tristán e Isolda. La llamada
“Gruta del amor” está adornada por una cama que es a la vez un altar, lo que el poeta
Horacio Martín (1940-1990) recordaría en sus obras Rubáiyátas (1978) y Daena
(1985).
[176] Alusión a la pose de piernas en “V” de la bailarina sobre un pedestal en honor a
“CHIMERA”, en Mad Tristan (1944).
[177] Tanto en la leyenda medieval como en el texto de 1938 de Dalí se hace
mención de este color “surrealista” para la espada del héroe. Tiene un sentido
alquímico, relacionado con un estado de la materia llamado Viriditas.
[178] Los textos medievales (Perlesvaus, entre otros) mencionan una espada de
vidrio, color verde botella por tanto, que es la que sirvió a la degollación del Bautista.
El “héroe sin miedo” es el Siegfried de la Tetralogía wagneriana, que forja por
segunda vez la espada Notung.
[179] Circunstancia descrita al comienzo del Acto III de la ópera de Wagner Tristán e
Isolda.
[180] Dalí realizó Performances en que se hacía fotografiar tendido vestido sobre una
cama en actitud durmiente y teniendo un gran paraguas negro abierto por encima de
él. Véase el volumen 8, Album, de la Obra completa, Destino, 2004. Una de las ideas
fijas de Dalí en los años de creación del ballet Mad Tristan era precisamente la figura
del rey Luis II de Baviera.
[181] En la leyenda medieval, Tristán se ve en sueños atacado por un ave rapaz. Dalí
pudo inspirarse en este episodio para dibujar uno de los telones escénicos, el que
anunciaba la segunda parte del ballet, que comenzaba con la escena de Tristán
durmiendo en una “cama de hojas”, a su vez referente al episodio del bosque de
Morrois. La cultura neo druida incluye también imágenes de grandes aves rapaces, de
modo que este telón se hallaba en consonancia con la simbología general del ballet,
mezcla de Francmasonería y Druidismo, por haber sido encargado al pintor por una
sociedad secreta norteamericana cuya filosofía era la síntesis de esas dos corrientes
del pensamiento, la AODA (The Ancient Order of Druids in America), fundada en
1912 y que sigue existiendo en la actualidad, al menos su presencia en la red lo
atestigua así.
[182] Las alas abiertas son un símbolo parsi y/o caldeo muy antiguo. La iconografía
masónica y rosacruz se las apropió. Dalí realizó una Silla con alas de buitre (1960, nº
1421) e incluyó la imagen de un ave en la secuencia del sueño narrado de la película
Spellbound de Hitchcock.
[183] Cita encontrada en Denis de Rougemont, L’amour et l’Occident.
[184] Circunstancias exactas del caballero Tristán. La noción de “Hijo de Rey”
subyace aquí. Se debe entender como la empleaba el filósofo francés Arthur
Gobineau (1816-1882).
[185] Presente en las descripciones del ballet por Leslie Norton. Las fotografías de
época la dejan suponer sin más, colgando de los pies de la bailarina que interpretaba a
Chimera.
[186] Véase el telón de fondo para la primera parte del ballet, basado en el boceto nº
833.
[187] Proceso descrito al revés por Dalí en su texto de 1938. La Tierra Desolada o
desierta y estéril es consecuencia de la enfermedad incurable del rey del castillo del
Grial, en la materia de Bretaña.
[188] Icono-concepto daliniano.
[189] El empleo del método paranoico crítico permite hacer del medieval Tristán de
Leonís y rey golfo que llevaba larga peluca rubia despeinada en el ballet el señor de
esta zona del mar que era el paisaje natural de Dalí.
[190] Una corona hecha, como el yelmo mágico del Nibelungo, con el “Oro del Rin”
o mejor dicho del Ródano, los dos ríos europeos que nacen en la misma fuente.
[191] Texto de Dalí, 1938.
[192] Parsifal redime a Kundry cuya seducción es capaz de resistir, en la ópera de
Wagner.
[193] Ideas documentadas de Dalí.
[194] Ídem.
[195] Parodia de la Teoría M de la ciencia oficial.
[196] Referencia a una foto-performance de la artista de acción Ester Ferrer en la que
se autorretrata coronada por una coliflor. Dalí dejó dicho que “La coliflor es la base
de todo arte” (Conferencia en la Sorbonne, diciembre de 1955).
[197] Icono-concepto daliniano del ciclista con pan sobre la cabeza, que simboliza al
sodomita.
[198] Alusión a una fotografía de Albert Einstein en bicicleta, tomada en Santa
Bárbara en 1933.
[199] Cita de Dalí. Lo dijo en referencia a las teorías de André Breton (Confesiones
inconfesables, capítulo VIII).
[200] Se refiere a Eugène Ionesco (1909-1994), autor de la pieza teatral Rhinocéros
(1959).
[201] Pasaje hermético. Pitágoras, en la leyenda, rehusaba comer habas y pisar un
campo de habas. Se cuenta que se dejó matar por miedo a esconderse entre matas de
habas. Este detalle no suele explicarse; tiene conexión con la iniciación de Pitágoras
en Egipto y con la práctica celta del geis o tabú. Pitágoras está considerado como un
druida.
[202] La madre de Tristán. En otros relatos, es el nombre de la amada de Perceval.
[203] Así muestra Dalí al personaje de Guillermo Tell en sus pinturas. Tell es la figura
freudiana del padre, rol que en los años treinta asumía Breton en la “vida secreta de
Salvador Dalí”.
[204] Gnosticismo.
[205] Título de una obra de Erik Satie, sin duda el único músico surrealista, tal y
como Breton reconoció en un texto tardío (editado por Árdora, Madrid, 2007, en
Memorias de un amnésico, de Erik Satie). Véase el facsímil en el catálogo de la
exposición Satie en el Museo IVAM de Valencia, 1996.
[206] Lucy, la “primera mujer” para los antropólogos actuales. La torpeza en la
pronunciación imita los aspavientos y trabalenguas habituales de Dalí.
[207] Otra palabra de doble lectura.
[208] Gran tema de disputas teológicas en diversas religiones.
[209] Enseñanza cabalística.
[210] Sandro Botticelli.
[211] Dalí escribe en Cincuenta secretos mágicos para pintar que el color de Dios es
el amarillo de Nápoles.
[212] Dalí, Mártir, tragedia inacabada, Obra completa, Destino, 2004, vol. 3, p. 1021.
Amarillo es el color del poder mental, en simbología. Dalí lo elige para dar a entender
que la boda del Príncipe Populus Alba no se consumará.
[213] Uno de los inventos de Dalí, las lentes para soñar en tecnicolor, incluían pulgas
vivas que debían provocar fosfenos al durmiente.
[214] Letra de una canción “comprometida” de Guy Béart, La vérité.
[215] “La celeste Iseo”, escribe Mario Roso de Luna, Wagner mitólogo y ocultista,
1917, p. 206. Este autor ocultista muy a la moda en su día fue conocido de Dalí, sin
duda. El padre de Iseo la Rubia procedía de África, de modo que Aida e Isolda
pudieran ser primas. En la historia de la ópera, consta que Wagner y la Liebestod de
Tristán influyeran en Verdi, en La Traviata y en Aida. Se sabe que el rey Luis II de
Baviera, tan admirado por Dalí, había hecho interpretar El idilio de Siegfried de
Wagner a modo de Obertura a una representación de Aida.
[216] El primer trovador, Guillermo IX de Aquitania, fue uno de los jefes de la
Primera Cruzada; también era un aristócrata excéntrico, precursor potencial del
surrealismo.
[217] Esta carta y la respuesta de Tristán son textos medievales anónimos
conservados.
[218] Dalí mencionaba en un texto de los años treinta las “pequeñas nalgas frías de
Gala”, su esposa. Todo este relato mezcla elementos emprestados a la literatura
medieval con ocurrencias obtenidas mediante la aplicación del método paranoico
crítico.
[219] Cléo de Mérode (Cléopatre Diane de Mérode, 27-9-1875/17-10-1966),
bailarina en la Ópera de París. De hecho, aquí se deforma la historia, igual que Dalí
acostumbraba hacerlo. Quien apareciera alguna vez con sus joyas en una bandeja
sostenida por su criada era la cortesana Liane de Pougy. La anécdota se debe a
Jacques Chazot, La mémoire des autres, París, 1982, p. 177. El voluntario error se
justifica porque Cléo de Mérode tenía las orejas despagadas y salientes como se ve en
las fotografías del joven Dalí. Además, su nombre Cléo es diminutivo de Cleopatra
que, por ser egipcia, es más acorde con el espíritu de Mad Tristan cuya acción se
desarrollaba ante un telón directamente inspirado en el cuadro Los caballos de
Faraón, de Herring. Por esos elementos de origen egipcio en la obra de Dalí (que se
deben a su simbología masónica), se menciona la ópera Aida, de Verdi, la cual narra
una historia de “amor en la muerte” o de amor “hasta la muerte” igual que el mito de
Tristán e Isolda. Por otra parte, el hecho de que se llamase Liane (liana) la
protagonista de la anécdota presenta una conexión conceptual con el diseño del telón
de “los árboles-féminas” (nº 833) del ballet. En cuanto a Jacques Chazot (1928-
1993), pasaba por ser “el último surrealista vivo que queda en Francia” en palabras de
Max Ernst. Chazot fue étoile de la Ópera de París y conoció bien a Dalí.
[220] La idea de que los pechos femeninos sentarían mejor creciendo en la espalda
fue ilustrada por Dalí en uno de sus Happening. El alcornoque es un árbol con
protagonismo en la novela de Dalí Rostros ocultos.
[221] Quien fuera a Brasil “a cazar grandes mariposas” y allí se suicidara junto a su
esposa fue Stefan Zweig, amigo de Dalí.
[222] Relato encontrado en una entrevista de Dalí.
[223] Fórmula documentada de un hechizo tradicional.
[224] Ida fue un personaje mitológico, que cuidó de Zeus en su infancia, y dio su
nombre al Monte Ida, donde tuvo lugar el famoso Juicio de Paris, del cual es una
parodia el Juicio de los siete jerséis publicado en anexo.
[225] Eso dicen los científicos autorizados.
[226] Otra referencia a la Ciencia, que apasionaba a Dalí por su lenguaje
“surrealista”.
[227] Enseñanza cabalística.
[228] En el boceto nº 836 para el telón del ballet, Dalí muestra a Tristán en la figura
de un hombre con una flor-semilla de diente de león (Taraxacum) en sustitución de la
cabeza. Se trata de un símbolo de significado múltiple. Uno de ellos es la locura del
personaje, aludida en el título Mad Tristan.
[229] Protagonistas absolutas del ballet Gala (1961) montado en colaboración con
Maurice Béjart y estrenado en La Fenice, Venecia. Dalí las fabricó, recurriendo a sus
conocimientos de geometría sagrada, mediante estructuras similares a las que se
utilizan en los grupos de espiritualidad Nueva Era para canalizar las energías
cósmicas. Este tipo de estructuras, de alambre, en forma piramidal de varios pisos, se
denomina “portal estelar”.
[230] Muy importante fetiche daliniano, la carretilla aparece en la pintura hacia 1932
y el artista nunca lo abandona, llegando a escribir incluso un guion para un film que
nunca se rodó, La carretilla de carne.
[231] Se describe la coreografía filmada en un ensayo de 1944 y conservada en la
New York Public Library, Lincoln Center, Nueva York, documento bien conocido por
los especialistas en la obra de Dalí.
[232] Concepción medieval, también llamada “de Antiguo Régimen” en la historia
del pensamiento. Dalí profesaba personalmente estas ideas inaceptables para una
mente moderna y posmoderna. Ana Martos Rubio (Papisas y teólogas, Nowtilus
(sic), Madrid, 2008, p. 167) escribe: “Hay que considerar que el matrimonio por amor
fue un invento del siglo XVIII”. No obstante, Chrétien de Troyes en su roman Cligès,
fechado en 1176, reivindica —contra la filosofía del Tristán y las leyes de la
fin’amors que datan del mismo siglo XII— que no sólo el amor sea compatible con el
matrimonio, sino que este último sea el marco del pleno desarrollo del amor humano
heterosexual.
[233] Dalí impuso a todos los bailarines llevar ramas vegetales encima de las cabezas
desde 1939 hasta 1944 en sus diferentes montajes teatrales. Para el pintor
significaban la libido sublimada por las prácticas del amor tántrico.
[234] Dalí se sentía orgulloso por haber inventado el “Clédalismo”, una perversión
erótica —algo que actualmente se denomina parafilia— destinada a formar triada con
las previamente descubiertas por otros y conocidas como sadismo y masoquismo. El
“Clédalismo” consiste en hallar placer en la insatisfacción del deseo. De hecho se
trata —como hemos comentado anteriormente— de una simple exageración
paranoica del ideal medieval del amor cortés, que adquiere así un tinte surrealista.
[235] En Mártir, la herejía del protagonista consiste, según los apuntes dejados por
Dalí, en “anular el Pecado Original”.
[236] Cita de Denis de Rougemont, en L’amour et l’Occident.
[237] No sólo Dalí profesaba esta clase de ideas “heréticas”, también el diseñador
Karl Lagerfeld hizo declaraciones similares a la prensa.
[238] Eso mismo respondía Carlos Lozano a Dalí cuando éste intentaba demostrarle
que amor y sexualidad no deben confundirse ni mezclarse si se quiere conservar el
juicio sano.
[239] Alusión a Bibiana o la Dama del Lago, que raptó a Lanzarote siendo un bebé, y
lo educó como hijo adoptivo suyo. Aquí se mezclan las leyendas artúricas con el
argumento de la ópera Lohengrin de Richard Wagner.
[240] Anécdota narrada en El Dalí de Amanda [Lear]. Al salir de una función de
ópera en el Liceo de Barcelona, Dalí habría exclamado refiriéndose a Montserrat
Caballé: “¡Qué magnífica ballena! Me haría falta una así en mi Museo.”
[241] Se conserva una carta de Einstein en la que se dirige a un amigo llamándolo en
broma “ballena congelada”. La hibernación fue tema de interés del pintor de
Figueras.
[242] En los textos medievales conocidos con el título de Folie Tristan, el héroe
cuenta, para divertir a su público, cuando se muestra disfrazado de “loco” —juglar
antecesor de Arlequín—, que sus progenitores fueron más o menos estos animales
exóticos del polo norte. Aquí y por aplicación del método paranoico crítico se
superponen las leyendas de Tristán y de Lohengrin.
[243] “Les cartes sont sincères et ne mentiront pas”, Bizet, Carmen, acto III.
[244] Arcane 17, libro de André Breton.
[245] Alusión al Retrato ecuestre (nº 1416) pintado en 1974 por Dalí de Carmen
Bordiú Franco que pasó a ser propiedad suya cuando divorció.
[246] Rostros ocultos, de Salvador Dalí.
[247] Versos del poeta surrealista catalán Joan Salvat Papasseit, muy admirado por
Dalí. Aparecen citados en epígrafe de su obra de arte sonoro Être Dieu (1974).
[248] En La femme visible (1930), Dalí subtitula partes de su libro “La chèvre
sanitaire” y “L’âne pourri”.
[249] Noticia científica publicada en 2013.
[250] Albert Einstein llamó así la interacción cuántica: “spukhafte Fernwirkung”.
Roger Clarke ha escrito: “¿Son los fantasmas sucesos cuánticos?” (Historia de los
fantasmas, Siruela, Madrid, 2016, p. 282). En 1964, se dio a conocer el teorema del
entrelazamiento, por el físico John Stewart Bell.
[251] Diálogo famoso atribuído a Georges Bataille y André Breton. Algunos
historiadores, sin embargo, discuten tal autoría y hacen remontar su origen a un
humorista de cabaret de finales del siglo XIX. En el estreno (15.12.2014) se pidió al
actor que leía el texto decir esta réplica en alemán: “Ich –bin keusch”, para hacer un
guiño a la réplica de Kundry a Klingsor en el acto II de Parsifal, de Wagner.
[252] Neologismo del autor, contracción conceptual de dimensiones y posiciones.
[253] Los ejercicios de Yoga avanzada hablan de una técnica respiratoria no dual.
[254] Tiresias, mantis (adivino) famoso de la mitología griega, cambió dos veces de
sexo a la vista de una pareja de serpientes copulando. El tema sirvió de base a la
pieza teatral Las tetas de Tiresias (1917) de Guillaume Apollinaire, obra en la que
aparece por primera vez el término “surrealista” en lengua francesa. La obsesión
(fingida) de Dalí por el insecto de predicamento surrealista llamado mantis religiosa
oculta muy probablemente otra obsesión más real por la transexualidad, compartida
con Breton (pese a su homofobia oficial) que dejó dicho: “Desearía poder cambiar de
sexo como cambio de camisa”.
[255] Divinidad egipcia del equilibrio, de cierta influencia en la ideología masónica y
rosacruz. Se simboliza con una pluma de cisne blanco. Dalí la incluye en uno de sus
óleos más herméticos, Equilibrio intra-atómico de una pluma de cisne (1947, nº 909).
[256] Declaración de Dalí a un periodista, en los años setenta. La entrevista está
publicada en el volumen correspondiente de la Obra completa de Dalí, edición
Destino, 2004-2006.
[257] En Perlesvaus.
[258] Un castillo mencionado en Perlesvaus.
[259] Se trata de parodiar el gran dúo de amor del acto II de la ópera de Wagner
Tristán e Isolda (1865).
[260] El cuerno donde se sopla denota autoridad y expresión de órdenes en la
iconografía medieval (María Itzel López Martínez, Representaciones del héroe en los
ms. de Chrétien de Troyes, tesis, Universidad Pompeu Fabra, 2014, p. 366).
[261] Tristán, según una interpretación esotérica, equivale a Orfeo, puesto que toca el
arpa celta de cinco cuerdas, que es una variante de la lira antigua, y obtiene con su
música semejantes prodigios que Orfeo; recordemos que en la leyenda, Tristán herido
por Morholdt, se deja ir a la deriva en una barca sin vela ni remos, pero tocando su
arpa; llega así hasta Irlanda donde finalmente encuentra a Isolda que le cura su herida
y a quien, a modo de pago, enseña a tocar el arpa. Esto sucede antes de que beban el
filtro de amor.
[262] En la ópera de Wagner, en el acto II, los amantes expresan su deseo de
intercambiar sus respectivas identidades como una manera de amarse plenamente.
[263] En la materia de Bretaña se repite que las grandes celebraciones de las cortes,
tanto la del rey Arturo como la del rey Marke de Cornualles, tienen lugar en
Pentecostés, lo cual induce a opinar que muchos contenidos de estos textos han de ser
interpretados como conceptos pertenecientes a la herejía Pentecostalista, a la que Dalí
adscribe su gran óleo La Última Cena (1955, nº 1098).
[264] Cacografía daliniana.
[265] Cuadro famoso de Dalí, 1937, nº 645. En el poema del mismo título, Dalí
también alude a la festividad de Pentecostés.
[266] Costumbre folklórica andaluza (provincia de Huelva). Esta alusión no es
peregrina, sino acorde con la amistad entre Dalí y García Lorca, y con el título del
film surrealista Un chien andalou (1929).
[267] Mencionado en textos medievales del ciclo artúrico.
[268] Perlesvaus.
[269] Enseñanza gnóstica (herejía paleocristiana).
[270] Episodio de la leyenda medieval.
[271] Palabra del lenguaje ocultista que designa el ser humano, perfecto por integrar
los cinco cuerpos sutiles que hacen de él un dios.
[272] Nombre del mudra de la Trinidad divina, en sánscrito: “Trishoola”.
[273] Verso de Federico García Lorca.
[274] Aquí en dos palabras, “retro” y “spectivo”. Obra de Dalí, 1932; véase catálogo
Dalí. Afinidades electivas, 2004, p. 265.
[275] En la leyenda, Tristán construye una especie de museo de cera avant la lettre
donde se recrea en imaginación contemplando estatuas de los seres queridos de los
que vive separado.
[276] Varios dibujos de Dalí muestran dicho “corredor” o “falsa perspectiva”,
asociados al proyecto escénico Tristán Loco, desde 1938, aunque no pasaron a los
decorados del montaje de 1944.
[277] En dos palabras.
[278] Entidad espiritual que simboliza el principio femenino y cuyo nombre varía de
una escuela a otra. Es la misma cosa que Daena y Shekhina.
[279] En Folie Tristán, se alude a un intercambio de mujeres, según la extendida
costumbre escandinava antigua de compartir el lecho conyugal con todo extranjero,
en virtud de las leyes sagradas de la hospitalidad. Georges Duby escribe: “Tales
traslados de esposas del lecho de un marido al de otro no dejaban de producirse con
frecuencia en la alta aristocracia” (Damas del siglo XII, Madrid, 1995, p. 20).
[280] En alusión al Concierto para la mano izquierda.
[281] El piano jirafa existe, no se trata de ninguna elucubración surrealista.
[282] Koan zen tradicional.
[283] Dalí anciano, según relatan los biógrafos bien informados, escuchaba cada
tarde la música de Wagner Preludio y muerte de amor, de la ópera Tristán e Isolda. Y
cada vez retenía a Antoni Pitxot diciéndole: “No te vayas, no antes de que llegue
Tristán”, aludiendo a la reaparición del “motivo de Tristán” al final del Preludio.
[284] Louis Claude de Saint Martin, escritor francés esoterista del siglo XIX, autor de
L’homme de désir. De su doctrina derivó la filosofía martinista, que se enseña en las
escuelas de la Rosa+Cruz.
[285] Stéphane Mallarmé, poeta francés del siglo XIX. Anécdota de “la cómoda de
Mallarmé” referida por Dalí en textos autobiográficos.
[286] Mala traducción voluntaria de “Ein düst’rer Tag / dämmert den Götter”, o sea:
“Un día de oscuridad / amanece para los dioses”, El oro del Rin, escena 4. En nuestro
texto, se parece al anuncio de un nuevo disco de un imaginario grupo de música Pop.
[287] Cita de una versión del mito de Tristán.
[288] En el episodio de la leyenda llamado Folie Tristan, el héroe disfrazado de loco
pide al rey Marke que le entregue la reina Isolda porque la ama. Está diciendo la pura
verdad, pero como nadie lo reconoce como Tristán, todos se ríen mucho de su
“locura”. El trovador Peire Vidal (ca. 1183-ca. 1204) también jugó a mostrarse como
un loco por amor a su Dama, la Loba de Pennautier.
[289] Detalle presente en Folie Tristan.
[290] Imitación de los juegos de palabras surrealistas, basados en el automatismo.
[291] Alusión al queso con que los herejes Artotiritas, registrados por San Agustín,
celebraban la comunión cristiana. Dalí se valía de este antecedente para declarar que
sus “relojes blandos” eran “de queso” y simbolizaban a Cristo, como dijimos en una
nota anterior. En boca del personaje, la pregunta “¿Hay queso?” hace eco a otra que
hizo anteriormente: “¿Hay leche?” En efecto, ha transcurrido algún tiempo…
[292] En la leyenda, la esposa de Tristán, Isolda Blancas Manos, le hace estas
preguntas en su noche de boda ante la negativa del héroe a consumar el matrimonio.
[293] Dalí en sus textos autobiográficos narra cómo declaró a su primera novia de la
adolescencia “No te amo”, para gran desesperación de la joven. No obstante, esta
anécdota puede ser totalmente apócrifa e inventada por el pintor maduro para ilustrar
su cínica perversión “Clédalista” a la que ya nos hemos referido.
[294] Se trata de un dato documentado, en ciertas épocas de puritanismo. Esta
mención por parte del personaje confirma su carácter esnob y cínico cuyo modelo es,
obviamente, el propio Dalí.
[295] “Mosca” es la manera de decir Moscú, en italiano.
[296] El violento choque frontal evoca la colisión descrita por Dalí entre él mismo y
un pescador, véase El mito trágico del Ángelus de Millet.
[297] Alusión a los “niçoïdes” o corpúsculos de plasma quark gluon con los que Dalí
dijo haber pintado Assumpta corpuscularia lapislazulina (1952, nº 1009). La palabra
“nice”, en francés medieval, significaba “necio” y caracterizaba a Parsifal. Existe la
posibilidad de que, para Dalí, “niçoïde” evoque también a “parsifal” entendido por él
como un Happening grupal.
[298] Hay autores medievales que dicen que Parsifal nació en Sion, ciudad suiza en la
ribera del Lago Leman, diametralmente opuesta a la ciudad de Ginebra.
[299] Existe esta noción matemática.
[300] Término empleado en la Teoría de Cuerdas.
[301] Incense es una coreografía de Ruth St Denis que interpretó Plisetskaya hasta los
setenta años o incluso más edad.
[302] Alude al título de un cuadro de Dalí.
[303] La religión musulmana prohíbe oler perfumes durante el Ramadán.
[304] Marcel Duchamp, Fresh window.
[305] Título de un cuadro de Dalí. La “ventana” de Duchamp tenía por título La
Batalla de Austerlitz.
[306] Se trata del ya mencionado electrón de Feynman (Richard Philip Feynman,
11.05.1918-15.02.1988).
[307] Exclamaciones de Dalí, frecuentes y documentadas.
[308] Gottfried von Strassburg.
[309] El reloj blando de Dalí es un queso Camembert, como todo el mundo sabe. Se
refiere otra vez a la herejía de los Artotiritas.
[310] Yabir fue el más importante filósofo y alquimista de su siglo.
[311] Entiéndase: el órgano de Johann Sebastián Bach, autor de El clave bien
temperado.
[312] El “Mar Rojo” está representado en la medalla Tristán e Isolda (1952) de Dalí:
es el “vino especiado”, o sea, el filtro de amor de la leyenda medieval. J. Cocteau
parece haber plagiado la joya de Dalí en una cerámica, “El deseo”, de 1958.
[313] Detalle incluido por Dalí en su texto de 1938.
[314] Uddhiyana Bandha. Esta contracción abdominal es una práctica de yoga —de
ahí la postura de yoga en la imagen de portada de este libro—. Se sabe por
documentos fotográficos y textos que Dalí consideraba muy importante este detalle,
pues para él representa un canon de belleza femenina idealizada y la idea de la no
procreación característica de la herejía cátara. La aparición de senos en la espalda
como germen de unas alas angelicales también es idea del pintor.
[315] Según grabados alquímicos tradicionales. Dalí repetía gustosamente que era
alquimista.
[316] Plagio del la “conversación de Dalí con la mujer-cóccix”, que se puede leer en
Diario de un genio.
[317] Es de la autoría de Dalí la anécdota según la cual beber vino de Burdeos
produce cojera.
[318] Otra anécdota referida por el propio Dalí. No se ha conseguido comprobar su
veracidad histórica.
[319] Así definía Denis de Rougemont el matrimonio de Tristán con Iseo-de-las-
Blancas-Manos.
[320] Costumbre daliniana de decir “Tal vez, y sin tal vez”.
[321] El aprecio que sentían los surrealistas por los anagramas se refleja en las
inversiones de sílabas de los nombres en esta obra, basadas también en el antecedente
relatado por los poetas medievales según los que Tristán invierte su nombre y se hace
llamar Tantris.
[322] El coito, en la jerga personal del pintor.
[323] Teología cabalística y gnóstica.
[324] Todo este razonamiento está presente en el pensamiento documentado de Dalí.
[325] Gottfried von Strassburg, en su poema Tristán e Isolda, analiza detenidamente
el proceso de enloquecimiento del héroe confundido por la belleza y la “cortezia” de
Isolda Blancas Manos cuyo nombre le recordaba cruelmente a su amante perdida,
Isolda la Rubia.
[326] Versos de Federico García Lorca, Diván del Tamarit (1936).
[327] Versos de un trovador, citados por Denis de Rougemont.
[328] Esta tirada se inspira en el estilo de las Lecciones sobre Parménides de
Heidegger; a posteriori, nos recuerda la definición del amor que diera alguna vez el
actor francés Alain Delon: “Amo que me amen como yo me amo.”
[329] Cita de un poeta iraní real que se apropiaron muchos poetas desde la Edad
media hasta el mismísimo Richard Wagner en el texto de su ópera Tristán e Isolda.
[330] Dalí se interesó tanto por la holografía que llegó a declarar que bebería una
emulsión de la imagen de su mujer tan amada, Gala, a lo cual Denis Gabor le repuso:
“No lo haga, es un veneno”.
[331] De Giordano Bruno.
[332] Retahíla de adjetivos, propia del estilo literario empleado por Dalí en sus textos
de la década de los treinta.
[333] Frau Minne, en la literatura cortés alemana.
[334] Cita de un verso del poeta Félix Grande (1937-2014).
[335] Acción realizada por Dalí con la complicidad de una modelo en el transcurso de
una conferencia surrealista dictada en Alemania en los años treinta. Se trata de una
variación sobre el tema del ojo cortado con la navaja de afeitar en el film Un chien
andalou.
[336] Verso tradicional, citado por Denis de Rougemont.
[337] Neologismo del autor. Dalí redactó un texto automático aliterado en T como
parte de su “tragedia erótica” inacabada Mártir. Se ha desarrollado la idea hasta las
últimas consecuencias en este monólogo del personaje, escrito con la aplicación más
estricta del método paranoico crítico.
[338] Alusivo a varios dibujos de Dalí de una “taza portuguesa” (deformado en “por
tu guasa”). Resulta imposible explicar todos los juegos de palabras y sólo aclaramos
algunos de ellos.
[339] Referencia a la conferencia “Picasso y yo”, 1951.
[340] Grupo de artistas de vanguardia cuya existencia está documentado.
[341] Danza del destructivo dios cósmico hindú Shiva Nataraja.
[342] Obsesión tardía del pintor.
[343] Propuesta vanguardista de los Surrealistas: comer muebles y objetos
(“Canibalismo de los objetos” en la obra de Dalí).
[344] Varios biógrafos han escrito que Dalí sentía fobia a ser tocado, cosa muy
discutible si se observan bien las fotografías del artista a lo largo de toda su vida. De
hecho, el término “tocófobo” es un lapsus voluntario imitado de los que hacía Dalí,
puesto que la palabra correcta es “pseláfobo” (Véase Camilo J. Cela, Enciclopedia
del erotismo, SEDMAY Ediciones, 1976, p. 979).
[345] José Limon (1908-1972), bailarín y coreógrafo mejicano. El apellido no lleva
tilde en la o, igual que se ortografía en inglés y en francés.
[346] Se dice que Giordano Bruno murió quemado vivo “sin exhalar un solo grito”.
[347] En una entrevista de Dalí se encuentra esta alusión.
[348] Campo di Fiori, en Roma, lugar donde fue quemado G. Bruno por la
Inquisición.
[349] Se recuerda aquí el episodio narrado en La vida secreta de Salvador Dalí, en el
que asocia el cuadro de Vermeer La encajera con el dolor producido por costras de
pan en su codo apoyado en una mesa, un día en que se deleitaba escuchando el canto
de un ruiseñor, símbolo del amor cortés.
[350] Heroici furori, G. Bruno.
[351] En su delirio, el personaje se equivoca, pues quería decir “la morte di bacio”.
Otra lectura contemplaría la identificación de Tantris con Orfeo, como sacerdote de
un Dionysos diferente al adorado por sus enemigas las Bacantes.
[352] Idea de Dalí según la cual Adán y Eva eran albinos. En Mártir, el heresiarca se
vuelve albino en el momento de su redención.
[353] Alusión a la leyenda de Lohengrin.
[354] Cita del Cantar de los Cantares.
[355] Filosofía gnóstica en la que se basa la herejía cátara.
[356] Título de un texto de Dalí, publicado en 1935.
[357] Misión del heresiarca en Mártir.
[358] Título de un óleo de Dalí, Vestigios atávicos después de la lluvia (1934).
[359] La palabra “gatillo” atrae la palabra “gato”. La expresión coloquial “tener gato”
equivale a “tener gracia”, aproximadamente.
[360] Tema recurrente en la pintura de Dalí.
[361] Empleado por Dalí en Dream of Venus (1939).
[362] Pierre Boulez, El martillo sin dueño, basado en un poema surrealista de igual
título de René Char.
[363] Profecías de San Malaquías (1094-1148), citadas por Jean Cocteau en Portraits
souvenirs (1900-1914), Le Livre de Poche, nº 8308, p. 307.
[364] “Declarar la guerra a Roma” es lo que hace Norma en la ópera de Bellini que
Dalí compara con la ópera Tristán e Isolda de Wagner en un artículo publicado en
1985 y recogido en el libro de Marius Carol, El último Dalí.
[365] Gustav Mahler, al casarse con Alma Schindler que era compositora, exigió que
ella dejara de componer, considerando que era indecente un matrimonio de dos
compositores, como si hubiese alguna clase de competencia o rivalidad entre ellos.
Quizás porque el matrimonio Schumann terminaría roto por la locura de Robert,
Gustav desearía exorcizar este posible maleficio pidiéndole a su esposa un sacrificio,
del cual más adelante se arrepentiría por cierto y ya demasiado tarde para salvar su
propio matrimonio.
[366] Cita de Gustav Mahler.
[367] “Le révolver à cheveux blancs”, texto de André Breton.
[368] Se presupone que todas las copas existentes que pasan por ser el Santo Grial
son apócrifas, si se puede decir así, puesto que se basan en textos no auténticos.
[369] Sería “Thelema”, el deseo-voluntad, la fuerza creadora del Absoluto (Dios), si
se admite que la etimología de “grial” sea el francés “gré” / “agréer” / “agréable”,
puesto que según se dice el Grial otorga a todos los que piden un deseo aquello que
han pedido con fe.
[370] Cojear es un signo de la locura debido al empleo del MPC. La cojera del
iniciado es un tema simbólico muy difundido. En este personaje, la cojera es
simulada y tiene el objetivo de seducir y tentar a su antagonista.
[371] Escena que recuerda la de la joven que toca una mano cortada con un bastón en
la calle, en el film de Buñuel y Dalí Un chien andalou.
[372] “Die Zeit ist da”(Pazival).
[373] Declaración de Dalí, en contra de los viajes de algún Papa: “Un Papa ha de
permanecer sentado”. Del mismo modo, criticaba los móviles de Calder diciendo que
“Lo mínimo que se le debe exigir a una escultura es que se quede quieta”.
[374] “La Terre est bleue comme une orange”, verso famoso del poeta surrealista
Louis Aragon.
[375] Se refiere a la llamada “magia pneumática”, véase Ioan Peter Culianu, Eros y
magia en el Renacimiento. Dalí clasificaba los Papas en dos categorías:
“comestibles” y “respiratorios”, que aquí se traduce por “pneumático”, concepto del
Gnosticismo tantas veces aludido.
[376] Idioma de los iniciados antiguos, especialmente de los Esenios, similar al
Esperanto, o al sabire, o al javanés (argot). El Sci vias de Hildegarda von Bingen
también está escrito en un idioma cercano al incolida. En el filme de Jean Cocteau,
Le testament d’Orphée (1959), Cégeste (Edouard Dermit) habla este mismo idioma,
ininteligible y desconocido de los no iniciados, que la Princesa, un poco más
adelante, le prohíbe volver a hablar jamás ante los seres humanos mortales mientras
viva.
[377] Véase este texto en apéndice.
[378] Cita de Marcel Duchamp.
[379] La pareja “a la moda” en 2014 es la “pareja DINKI”, es decir: “Dual income,
no Kids”, encarnados por Johannes Huebl y Olivia Palermo. Al lema “Ni Dios ni
amo”, el surrealismo daliniano sustituye el lema “Ni familia, ni jefe”, como “receta
de inmortalidad” para la “salvación” a la que Salvador (Dalí) se creía predestinado.
[380] Gottfried von Strassburg: En el episodio de la “Minnengrotte”, se dice que
Tristán es un “caballero” tendido, dormido “junto a una diosa”, que es Iseo, claro.
[381] Alusión al Buda histórico.
[382] Jacques Lacan dijo, después de George Sand, que “La mujer no existe”. En
Rostros ocultos, Dalí incluye como personaje secundario a Lacan, a quien conoció y
trató en los años treinta en París, dándole el nombre de Alcan. Ydasal es una especie
de Lady Gaga, lo que permite un juego de palabras conceptual: “La-Ga-Khan”.
[383] “Estamos en falta, porque en efecto algo nos falta: somos poco o nada frente al
ser que es todo. Nuestra falta no es moral: es insuficiencia original. El pecado es poco
ser.” Octavio Paz, El arco y la lira, p. 145.
[384] Jakin y Boaz, las dos columnas del templo masónico, basado en la Cábala.
[385] El personaje sigue con su costumbre de deformar palabras con la intención de
hacerse pasar por surrealista, pero se queda en la superficie de lo que sería el
verdadero surrealismo, encarnado por Tantris-.
[386] El catarismo.
[387] Compostela.
[388] Jirafas en llamas y elefantes con patas de arácnido, especialidades maison de
Dalí.
[389] La escena que tiene lugar detrás de una sábana está descrita por Dalí en su texto
de 1938 e ilustrada en numerosas obras suyas.
[390] Alusión a una escena de Babaouo. Aquí, se le añade la idea del acto gratuito.
[391] Laberinto es el título de un ballet de Dalí, fechado en 1941.
[392] Igual que en el óleo de Dalí Paisaje con elementos enigmáticos (1934, nº 506).
[393] Así es cómo Tristán mata a Morholdt en la leyenda: en una isla.
[394] Este pasaje es la transposición surrealista del “escondit” de Isolda en la Blanche
Lande, cuando cruza un lodazal llevada a hombros (como un torero victorioso) por
Tristán previamente disfrazado de leproso.
[395] El surrealista “Yellow Submarine” cantado por The Beatles, lo cual permite
llegar a la mención de las “cucarachas” al final de la tirada.
[396] En la época surrealista, Dalí estudiaba las propiedades “atmosféricas” de los
objetos de “funcionamiento simbólico” que fabricaba empleando el método paranoico
crítico.
[397] Santo catalán de gran ayuda en los partos complicados.
[398] Gran óleo de Dalí.
[399] Se trata del Smoking Afrodisíaco, objeto famoso donde los haya.
[400] Fotografía de Man Ray. Coincide con un dibujo de Dalí para una escena del
ballet Mad Tristan y con una litografía posterior, en la que Isolda está sentada en una
carretilla empujada por Tristán. Los dos visten harapos pues están mostrados como
los describen los textos antiguos, cuando se fugan al bosque de Morrois para vivir su
amor clandestino.
[401] Para recordar la introducción de la obra, en la que se escuchó música de Lord
Berners, Dispute entre le papillon et le crapaud.
[402] Así es cómo se presenta la obra de Dalí Smoking afrodisíaco (1936) y sus
réplicas posteriores.
[403] La mecedora rodeada con biberones o vasos de leche caliente ya aludida.
[404] Estilo de danza contemporánea japonesa de gran predicamento en el momento
en que se escribió esta obra.
[405] En ese momento, Idasol se revela como la espía rusa que era amante de Albert
Einstein en los años cincuenta. En el estreno, el actor decía en ruso algo que equivale
a “amor mío” justo antes de la pregunta, para que se entendiera mejor la alusión al
tema del espionaje científico.
[406] Dalí explicó cosas similares en su famosa conferencia del 17 de diciembre de
1955 en la Sorbona. La información científica sólo se ha actualizado.
[407] En 1968 Dalí proponía que la ONU fuese “cuantificada” con un quantum “de
libido”.
[408] “Logos alogon”, de Aristóteles.
[409] Sic.
[410] Los catalanes repiten con frecuencia en sus conversaciones “Yo pienso”.
También se caracterizan por el hecho de “tener una teoría” para casi todo.
Recordemos que hay algo de Dalí en todos y cada uno de los personajes.
[411] Dalí dixit. Demostrable por el MPC. No cabe aquí dicha demostración.
[412] Detalle de la colchoneta emprestado al óleo Torero alucinógeno (1968-1970, nº
1290). Se titula esta sección “Finale”, con la palabra italiana usada en música.
[413] Una de las ocurrencias más logradas del pintor para su ballet Mad Tristan:
véase ilustración adjunta a nuestro texto, cortesía de una coleccionista chilena.
[414] Este monólogo se sitúa en paralelo al “tonólogo” anterior, del otro personaje.
Aquí Ydasal está haciendo, sin saberlo, la experiencia mística de la “Noche Oscura”
(San Juan de la Cruz); lo mencionamos por la importancia que concedía Dalí a San
Juan.
[415] Tariel es nombre masculino georgiano; así se llama el Caballero de la Piel de
Tigre, en el poema de amor cortés de Shota Rustavely, contemporáneo de Chrétien de
Troyes (Elvira Roca Barea, “Amor cortés en Chrétien de Troyes y el Caballero de la
Piel de Tigre, 2017).
[416] La multitud de nombres deja suponer que subyace una creencia New Age en la
reencarnación. Todos los nombres devienen seudónimos del Heresiarca de esta
ficción.
[417] De acuerdo con lo estipulado por Dalí en su texto de 1938.
[418] Dalí sentía fascinación por Luis II de Baviera, “el rey loco”, que fue hallado
muerto en un lago junto al psiquiatra que le acompañaba en un paseo, tras su cese
como rey por enfermedad mental.
[419] Sic. Se trata de la deformación del nombre de una clínica de Marbella en la que
Dalí hizo una estancia en 1980.
[420] Sic, por Tintagel, obviamente.
[421] Texto contenido en Mártir.
[422] Este súbito cambio emocional deja suponer que todo lo anterior era una
representación teatral, siendo típicamente surrealista la confusión entre sueño y
realidad.
[423] Populus Alba, personaje de Mártir, ya mencionado.
[424] Federico García Lorca, en una carta a Salvador Dalí, 1927.
[425] El quark “charm”, del que Dalí decía que le había “encantado completamente”.
[426] Palabras de Salvador Dalí, levemente transformadas.
[427] Este dialogo sigue la técnica del juego surrealista llamado “cadáver exquisito”.
[428] Sic. Invento apócrifo de Dalí: suerte de cyborg formado por un helicóptero y un
ovocípedo. El espejo es el que interviene en el experimento mental de Einstein
conocido como reloj de luz.
[429] En la materia de Bretaña es Parsifal quien omite hacer la pregunta que se espera
de él en el castillo del Grial.
[430] Ortografía real del apellido del pintor malagueño rival de Dalí. El “telón de
motos” es conocido como “El fin de Parzival” y de él hizo una instalación Vostell,
que se conserva en el museo Malpartida de Cáceres.
[431] El apellido Ionesco convertido por el MPC en el “eón éste” es decir, en Ecce
Homo surrealista y sacrílego: el “rinoceronte” que es “la encajera”.
[432] Richard Wagner lo escribió refiriéndose a su ópera Tristán.
[433] Dalí se interesaba por los estudios de los Físicos sobre el helio.
[434] Dalí disponía de un gran tubo de lona en su jardín de Port Lligat y se divertía
haciéndolo recorrer por sus invitados. Tenía para él un significado simbólico,
vinculado a la alquimia.
[435] El nombre de Isolda, para los ocultistas, está formado por esos dos nombres de
divinidades del amor, egipcia y germana, respectivamente (Mario Roso de Luna,
Wagner mitólogo y ocultista, 1917, p. 204 y p. 216).
[436] Nombre formado con la contracción de los del pastor troyano Paris y de Tantris.
[437] Véase una de las pinturas de Dalí perteneciente a la serie Las siete artes. El
suicidio de las ondinas equivale al fracaso de las sirenas con Ulises. Es necesario
invertir el desenlace de la Tetralogía de Wagner.
[438] Sic. Tristram es Tristán, en Le lai du chèvrefeuille de Marie de France. Este
último cambio de nombre marca la última etapa de la iniciación del héroe que va a
morir para resucitar.
[439] Es el desenlace que daba Dalí a su tragedia Mártir.
[440] Siendo la tonalidad de La Mayor “de gran sensualidad y asociada
habitualmente al amor” (Benet Casablancas, El humor en la música, 2014, p.78), el
recurso a la tonalidad vecina de Si es irónica, y necesaria para que las cosas sean
“hechas al revés”, según la norma daliniana.
[441] Conviene “traducir”: dalinitis se entenderá como “obsesión por imitar a Dalí”.
Al tratarse de una “enfermedad” artística, consideramos que presenta un estado
“agudo”. La “L” intercalada permite una segunda lectura, que remite al apellido
Gulda de un pianista excéntrico en quién encontramos un referente surrealista
comparable con el ejemplo del propio Dalí y como él destinado a inspirarnos y
estimularnos en nuestro quehacer artístico.
[442] Se trata de un audio libro, pero fabricado de un modo artesanal, y con la auto
exigencia estricta de no repetir tomas sonoras, para cumplir con el propósito de hacer
un acto auténtico por su carácter único, lo cual le otorga el valor de la obra de arte en
un solo ejemplar.
[443] Los números de las pinturas de Dalí se corresponden con la catalogación hecha
por Robert Descharnes para la editorial Taschen, 1997, y constantemente reeditado,
de fácil acceso, pues está en la mayoría de las bibliotecas públicas.
[444] No modificamos esta frase, pero el lector entenderá que se trata de la actual
reedición aumentada de este texto.