Tema 4. Afrontamiento de La Frustración

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TEMA 4: AFRONTAMIENTO DE LA FRUSTRACIÓN

Introducción

La frustración es una variable psicológica que recorre el ámbito deportivo en todas sus
etapas, desde la iniciación hasta el alto rendimiento o élite; sin embargo, no se limita al
área deportiva, sino, también al área social, área personal, área laboral, área académica,
área familiar, etc.; es decir, en todo aspecto que el ser humano se implica.
Esta variable psicológica es muy conocida por la sociedad, suele emplearse para
referirse a acciones como errores o fallos y a estados críticos, por lo general negativos,
lo cual no está alejado de las definiciones conceptuales que los especialistas; sin
embargo, es más que necesario clarificar y desarrollar las diferentes aristas que posee la
frustración en “su estructura”.

Existen diversas investigaciones y con ellas experimentos que pretenden explicar las
conductas de frustración, su origen, las estructuras neurológicas y fisiológicas que
engloba, las diferentes manifestaciones en la persona, y, por último, las conductas; es
decir, todo aquello que podemos observar, aquello que hace el ser humano. En este
contexto, es prudente señalar al pionero y más grande estudioso de esta variable
psicológica en cuestión, hablamos de Abram Amsel, hombre de nacionalidad
canadiense, quien, durante la expansión de la corriente experimental de la psicológica,
dedicó sus esfuerzos a estudiar los Efectos Paradójicos de la Recompensa, y de modo
muy especial, el Efecto del Refuerzo Parcial de la Extinción, como lo mencionan
Baquero y Gutiérrez, 2009, citando a Amsel (1958).

Nos referimos a Amsel porque a futuro se convertiría en la guía para replicar y


desarrollar nuevas investigaciones en el estudio de la frustración. Tal como señalan
Baquero y Gutiérrez (2009), el rol fundamental de Abram Amsel fue la formulación de la
Teoría de la Frustración. Dentro de su postulado, construido en base a la
experimentación con animales, condicionando sus conductas en base a reforzadores y
luego, variando la aparición de los mismos de modo sorpresivo; nos da luces sobre una
característica de la frustración, nos referimos a la respuesta emocional innata y aversiva.
La cual forma parte de las definiciones y otros puntos importantes, los cuales pasaremos
a detallar a continuación.

Conceptos Relevantes

El ser humano es un animal racional, pero un animal, al fin y al cabo. Un aspecto


importante dentro de la frustración es la relación con la expectativa; es decir, eso algo
que espero que suceda por realizar algo.

Tal como Ruetti y Justel, 2010, citando a Tolman (1959), refieren que en función de los
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eventos a los que están expuestos, los animales desarrollan expectativas y en base a
dichos sucesos se conducen a futuro o en el presente. Y de la comparación entre lo
esperado con lo que se obtiene, desarrollará emociones como desilusión, euforia o
frustración.

Repasaremos algunas de las definiciones para conocer las diferentes aproximaciones de


acuerdo al o a los especialistas que la conceptualizan. En un primer lugar, Kamenetzky,
Cuenya, Elgier, López Seal, Fochaseca, Martin y Mustaca (2009, citando a Maier, 1949)
informan que la frustración engloba las situaciones en donde el problema sea insoluble
para el animal, en donde no pueda escapar y se encuentre muy motivado para
responder. Esta aproximación hace foco en la condición de la situación y la respuesta
forzada de un individuo. Por otro lado, Kamenetzky et al. (2009, citando a Amsel, 1992)
dicen que

“Estado o respuesta del organismo que se desencadena cuando el sujeto


experimenta una devaluación sorpresiva en la calidad o cantidad de un
reforzador apetitivo, en presencia de señales previamente asociadas a un
reforzador de mayor magnitud” (pag,193).

En este párrafo observamos que el psicólogo canadiense habla de una respuesta que da
un sujeto a nivel de todo su organismo cuando un estímulo de valor para él se va o
disminuye en sus características. Para compararlo con un evento propio de la vida
regular de los seres humanos, diremos que se parece al estar laborando por un sueldo
“X” y, de la nada, sin previo aviso, esta cantidad “X” disminuye; esto produciría una
respuesta de frustración porque aquello que tiene un valor para esta persona,
sorpresivamente, lo pierde.

Otra acepción de la frustración, una que se inclina hacia el dominio común de esta
variable. Mustaca (2018, citando a Dollard, Doob, Miller, Mowrer y Sears, 1939)
menciona que la frustración como una respuesta relacionada con la interferencia de
entre una secuencia de acciones dirigidas hacia una meta.

En definitiva, se pudieron conocer diferentes aproximaciones para definir la frustración,


cada una de ellas nos da nociones para entenderla, ya sea, como una respuesta general
del organismo a nivel neural, fisiológico y conductual, como la diferencia que puede
existir entre las expectativas y la realidad, y como la interrupción en las acciones que
tiene como propósito una meta.

Se emplearon términos como “neural”, “fisiológico” y “conductual”, tres nomenclaturas


que dan entender las formas de manifestación de la frustración. Cuando hablamos de
neural, se relaciona directa con las estructuras que forman parte del Sistema Nervioso
Central, por ejemplo, la amígdala, el hipocampo, el núcleo pontino parabraquial, etc.,
todas ellas regulan la respuesta del ser humano de cara a los reforzadores (eso que
tiene valor para nosotros y genera una respuesta continua, piensen en el ejemplo
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mencionado anteriormente, el valor del salario para un trabajador). La razón de
mencionarlas y que usted, como lector, sepa que la respuesta de frustración es más que
la emoción negativa que surge por el momento, los pensamientos negativos y cómo
valoramos dicha situación; a nivel psicológico las respuestas que tenemos como
humanos siempre tienen un correlato estructural en algún sistema, en este caso, el
Sistema Nervioso Central. De aquí se desprende la función de los psiquiatras, quienes
son los únicos que pueden prescribir, en caso sea necesario, un medicamento que va a
intervenir sobre alguna estructura o algunas estructuras para regular la acción de estas,
en cambio, el psicólogo va a trabajar sobre las manifestaciones de las estructuras, se
busca desarrollar en la persona estrategias para mejorar su capacidad de respuesta,
cabe añadir que según la casuística ambos profesionales pueden trabajar de la mano.
El segundo aspecto, es el fisiológico, tal como refiere Kamenetzky et al. (2009) se
refieren a respuesta del organismo como la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca o
la respuesta galvánica de la piel. Todas ellas son variables medibles que comunican el
nivel de activación de la persona debido a un evento, además, de relacionarse con
emociones como la alegría, el miedo, la frustración o enojo. El motivo de hablar sobre la
respuesta fisiológica es, como detallaremos más adelante, que toda emoción genera una
respuesta fisiológica (comúnmente llamada corporal) y esta, a su vez, nos lleva a actuar
de una manera. Para poder comprender mucho mejor, vamos a una situación en el
deporte; una persona que suele hacer actividad deportiva (correr) y entrena con relativa
disciplina quiere participar en una media maratón (21 km). Días previos al evento,
empieza a sentirse nervioso, preocupado sobre su rendimiento, le vienen a su mente
ideas como “¿y si me cansó y no puedo más?” o “¿habré entrenado lo suficiente?” (todas
ellas son manifestaciones emocionales de la ansiedad), esto empieza a generar en él
sensaciones de rigidez en el cuerpo, percibe pesadez debajo de su cuello, las piernas le
tiemblan, la respiración se acelera en ritmo, es más agitada, y reconoce que sus
pulsaciones están elevadas más que lo regular. En este ejemplo, podemos visualizar el
papel de las respuestas fisiológicas como manifestaciones de un estado emocional,
ahora es curioso, pero prudente señalar que un estado de frustración provoca señales
similares a las que causan estados emocionales negativos como el miedo o el enojo.
Como tercer aspecto, hallamos al conductual. Otorguemos a esta variable, a modo de
definición, que son los comportamientos que realizamos hacia nosotros mismos, los
demás o nuestro entorno. En definitiva, es el producto observable. Mustaca (2018) en su
trabajo de revisión de las investigaciones sobre la frustración y el modo de respuesta de
los organismos (animales y humanos), señala que cuando estos son sometidos a
situaciones de frustración, en su mayoría se evidencias conductas hostiles hacia ellos
mismos y los demás, por ejemplo, aplicar castigos más severos, aislamiento social o
agresiones físicas. Sin embargo, no es una relación directa; en otras palabras, las
conductas hostiles son reguladas por la emoción que vivencia el sujeto y el nivel de
activación que experimente el sujeto (respuesta fisiológica).
Habiendo repasado los tres aspectos, es importante indicar que, de acuerdo al modelo
Cognitivo Conductual en psicología, una situación o un momento específica, nos llevará
a evaluarlo (surgiendo pensamientos), estas ideas o pensamientos nos llevarán a sentir

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una determinada emoción (puede ser “positiva” o “negativa”), respondiendo a nivel
fisiológico y, finalmente, actuaremos de alguna manera, pudiendo ser adaptativa o no.
Para ejemplificar esta relación entre los componentes pensamiento-emoción-respuesta
fisiológica-conducta, centrémonos en el contexto actual, una persona aislada en su casa
debido a la pandemia del Covid-19. Dicha persona está acostumbrada a un ritmo de vida,
de acuerdo a lo que hace, pero el estar encerrada le ha quitado posibilidades de acción.
Pueden surgir pensamientos como “todo lo que hecho hasta ahora se va a perder”, “no
puedo salir y despejarme”, “quisiera ejercitarme, pero encerrado aquí es imposible”, esto
la lleva a sentirse triste, ansiosa y frustrada, produciéndole dolores de cabeza, tensión
muscular, sensación de intranquilidad, agitación en su modo de respirar, todo esto incita
a acciones como comer fuera de sus horas y más de lo normal, dormir más y tarde, no
hacer sus actividades programadas.

Frustración y Necesidades
Existe una relación entre la manifestación de frustración y las necesidades que tenemos
los seres humanos, las mismas que se relacionan con el componente motivacional. Aquí
se desarrollará la Teoría de la Autodeterminación formulada por Deci y Ryan. Esta teoría
mucha relevancia en contextos deportivos y su aplicación en este campo es más que
relevante.
Sicilia, Ferriz y Sáenz-Álvarez (2012, citando a Deci y Ryan, 2000) argumentan que,
según la Teoría de la Autodeterminación, las necesidades se definen como nutrientes
fundamentales para el crecimiento, la integridad y la salud de todo ser viviente. Existen 3
nutrientes son las necesidades de autonomía, de competencia y de relación.
Disgregando cada uno de ellos, Sicilia et al. (2012) explican cada uno de ellos. Cuando
hablamos la necesidad de autonomía, se refiere involucrarse con las actividades que a
una persona le interesan, poder elegir y tomar decisiones orientadas hacia su
crecimiento. La necesidad de competencia, se vincula con el percibirse y sentirse capaz,
ver como los objetivos se logran. Por otro lado, la necesidad de relación es la importancia
de desarrollar un adecuado vínculo con los demás y la pertenencia a un grupo, ser
aceptado. Entonces, la frustración de una necesidad se entendería como que la
satisfacción de la necesidad es baja y que también está siendo obstruida (aquí podemos
observar cómo la meta no es un objetivo únicamente deportivo, sino, también son
propósitos con diferentes valores, en este caso, uno de tipo social).
Cabe mencionar que cuando una necesidad no es satisfecha, la Teoría de la
Autodeterminación también sugiere que el ser humano produce una respuesta como
organismo; es decir, hay repercusiones a nivel cognitivo (pensamientos), a nivel
emocional, fisiológico y a nivel conductual (recordemos lo mencionado anteriormente, el
vínculo entre estos 4 factores).
Hay estudios que sugieren la asociación entre la frustración y la experiencia de
emociones negativas. Mars, Castillo, López-Walle y Balaguer (2017) en un estudio sobre
estilo de liderazgo (controlador) de los entrenadores sobre su medio y la relación con la
frustración, hallaron que, si el jugador percibe su contexto como frustrante, suelen surgir

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emociones negativas. Además, el malestar no sólo se extendió a nivel emocional, sino
también a nivel fisiológico. Y a nivel conductual, otros estudios concluyen que
aparecieron conductas aversivas, como hostilidad, deserción o pérdida de motivación.
Para comprender mejor la Teoría de la Autodeterminación, vamos a aterrizar en una
situación de deportiva. Una persona practica regularmente un deporte que es correr y,
además, también suele entrenar en un gimnasio. Sin embargo, en el gimnasio no le va
bien, no suele responder a la carga de trabajo, usualmente no lo cumple, esto la lleva a
evaluar la situación como nada productiva y una pérdida de tiempo (necesidad de
competencia), el instructor no suele ser flexible en su manera de entrenar, no considera
los ejercicios que domina ni ve los ejercicios que le generan dificultad (necesidad de
autonomía), además, esta persona no suele hacer amigos o vincularse con nadie ya que
su entrenamiento es muy intenso y no deja margen para relacionarse con las otras
personas del gimnasio, no ayuda que la falta de capacidad hacia sí misma la lleve a
sentirse menos que los demás (necesidad de relación). Todo lo antes dicho le produjo un
estado de frustración que repercute negativamente en su calidad de sueño, descanso,
recuperación, adherencia al entrenamiento en gimnasio, apatía, desmotivación y
conductas de evitación, así como, estados negativos como la ansiedad.

FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA MANIFESTACIÓN DE LA


FRUSTRACIÓN

Hemos visto que la respuesta de frustración genera en el ser humano que piense de
alguna forma, sienta, que el cuerpo reaccione y que se comporte. Cabe señalar que el
patrón de respuesta que la persona emitirá depende mucho de la genética, el contexto, el
aprendizaje y todas las experiencias previas que tuvo a lo largo de su vida.
Por ejemplo, algunos estudios sustentan que los niños expuestos a situaciones de
privación (frustración) pueden desarrollar conductas aversivas y mayor sensibilidad
cuando experimentan situaciones negativas, tal como señala Mustaca (2018, citando a
Williams, Cheung y Choi, 2000), las personas socialmente excluidas tienen reacciones
depresivas, ansiedad, sentimientos de soledad y desamparo.
Desde la psicología se pueden emplear diferentes técnicas psicológicas, las cuales, con
la guía de un profesional, se aprenden para afrontar adecuadamente manifestaciones
cognitivas, emocionales, fisiológicas y comportamentales.
Hemos escuchado que los psicólogos en los medios de comunicación o redes sociales
proponen respirar cuando alguna persona se sienta estresada o atraviese periodos de
angustia. Pues bien, la respiración ayuda y acciona sobre el aspecto fisiológico (como
vimos anteriormente, suele variar durante estados negativos, sea de frustración o de
ansiedad), pero sabemos que estos factores no se presentan solos. También, sería más
que prudente trabajar sobre los pensamientos negativos de la persona, el reconocimiento
de las emociones.
Todas estas medidas que buscan el aprendizaje de técnicas psicológicas que con la
práctica se transformarán en estrategias y que, luego de practicarlas, se transformarán
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en hábitos, los cuales pueden desarrollarse hasta ser habilidades o capacidades que la
persona posee, este es el objetivo de la psicología, dotar a las personas de herramientas
para responder adecuadamente a las cosas que vivencia, no es responder bien, porque
eso es relativo, se trata de actuar adaptativamente (de acuerdo a la realidad).
En definitiva, este conjunto de estrategias construye aquello que se conoce como la
tolerancia a la frustración, la cual, de acuerdo a Ventura, Caycho, Vargas y Flores (2018,
citando a Dryden y Matweychuk, 2009) es la capacidad que posee la persona para
demorar la respuesta impulsiva con el fin de resistir a los eventos estresantes,
dificultosos y adversos, con el fin de continuar.
Continuando con las técnicas psicológicas y las manifestaciones que pueden regular
dentro del patrón de respuesta. Técnicas como la respiración abdominal o respiración
diafragmática van a tallar, principalmente, sobre el aspecto fisiológico. En la misma línea,
la técnica de relajación muscular progresiva apunta a generar estados de relajación a
nivel musculo-esquelético. Por otro lado, poder detectar pensamientos negativos,
cuestionarlos para cambiarlos por otros más adaptativos que permitan solucionar
problemas son clasificados como técnicas cognitivas. En cuanto a las técnicas
emocionales, están el reconocerlas, calificar la intensidad de las mismas, describirlas en
sus manifestaciones o sensaciones. Todas las técnicas impactarán en la conducta del
sujeto, sin embargo, la técnica de establecimiento de objetivos también es una forma de
influir sobre la conducta, ya que las acciones que la persona se proponga servirán de
estímulo para ir superándose hasta llegar a esa gran meta.

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Referencias

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Mustaca, A. E. (2014). Respuesta de Frustración en Humanos. Terapia Psicológica, 27.
10.4067/S0718-48082009000200005.
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