Hipoteca y Prenda Civil 5 Clase
Hipoteca y Prenda Civil 5 Clase
Hipoteca y Prenda Civil 5 Clase
1º. Como derecho real accesorio que grava los bienes inmutables, o ciertos bienes
muebles (buques y aeronaves), para garantía del cumplimiento de una obligación,
del pago de una deuda.
2º. Como contrato, en virtud del cual una persona, el deudor hipotecario, grava
una finca, o ciertos bienes, propios o ajenos, a favor de otra, el acreedor
hipotecario, para que ésta, en caso de no poder o no querer aquél cumplir la
obligación asegurada, una vez que sea exigible, proceda, para hacerse pago del
principal y demás gastos, a la pública enajenación de la cosa que constituye la
garantía
3º. Como obligación legal, cuando la ley impone la forzosa constitución expresa o
tácita, con objeto de responder de determinadas gestiones o prestaciones.
4º. Como finca, o bien mueble especial, que garantiza la obligación hipotecaria
convenida entre las partes o exigida por el legislador”16 . 3.1.2. Características
Como las restantes garantías de las obligaciones, desde la personal de la fianza al
15 Cabanellas, Guillermo. Op. Cit. Pág. 590. 16 Ibid. 28 apoderamiento o depósito
de lo ajeno en la prenda típica, la hipoteca surge ante la experiencia y el temor del
incumplimiento del deudor, para precaverse de la probable o posible insolvencia,
incluso de los potentados al contratar, pero víctimas eventuales del infortunio en el
lapso intermedio hasta el pago o ejecución. De tal manera, el deudor hipotecario
ve su propiedad sujeta a una condición resolutoria: la de que, si no paga, se le
enajena, en una expropiación de utilidad privada; pero, al realizarse la operación,
lo fue de su provecho, por haberle facilitado el crédito para la obtención de un
préstamo o para una prestación jurídica equivalente, por lo que la garantía del
crédito es la hipoteca del bien. Cuatro características posee esta figura jurídica: 1º.
Como derecho real accesorio que grava los bienes inmutables, o ciertos bienes
muebles (buques y aeronaves), para garantía del cumplimiento de una obligación,
del pago de una deuda. 2º. Como contrato, en virtud del cual una persona, el
deudor hipotecario, grava una finca, o ciertos bienes, propios o ajenos, a favor de
otra, al acreedor hipotecario, para que esta, en caso de no poder o no querer
aquél cumplir la obligación asegurada, una vez que sea exigible, proceda, para
hacerse pago del principal y demás gastos, a la pública enajenación de la cosa
que constituye la garantía. 3º. Como obligación legal, cuando la ley impone la
forzosa constitución expresa o tácita, con objeto de responder de determinadas
gestiones o prestaciones. 29 4º. Como finca, o bien mueble especial, que
garantiza la obligación hipotecaria convenida entre las partes o exigida por el
legislador. 3.1.3. Antecedentes En sus comienzos, en el derecho romano, la
hipoteca se confundió con la prenda, bajo La designación genérica de “pignus”;
pero más adelante se dio el nombre de prensa a garantía que pasaba a poder del
acreedor, y el de hipoteca, aquella que permanecía en poder del deudor. Tal
distinción entre ambos derechos de garantía real (frente a la fianza, garantía
personal, salvo consistir en depósito de dinero u torso valores), se estableció
fundándose en que la hipoteca recaía sobre inmuebles y la prenda sobre mueble.
Hoy día, tal terminología se encuentra en bancarrota, luego de la prenda agraria
(que es en esencia hipoteca sobre muebles), y con las hipotecas sobre buques y
aeronaves, que sólo a efectos hipotecarios presentan, por ficción naturaleza
inmobiliaria. Posiblemente, el lindero más seguro dentro del Derecho moderno se
encuentre en la inscripción registral de la hipoteca, sin excluir que la prenda
común pueda establecerse por documento público, ante notario o escribano, no
ante registrador, como la garantía hipotecaria. Además, en la prenda subsiste la
trasferencia de la posesión inmediata al acreedor pignoraticio; mientras en la
hipoteca lo resulta excepcional, salvo cláusulas especiales del contrato
constitutivo, lo cual elimina la complejidad hipotecaria que alcanza a terceros
poseedores, en caso de enajenar el bien o cosa gravados con hipoteca. 30 3.1.4.
Elementos Para que haya hipoteca se requieren diversos elementos: a) Que exista
una obligación; o sea, que una persona se halle ligada con respecto a otra a dar, a
hacer o a no hacer una cosa; porque, de no estarse ante una conducta ajena
jurídicamente exigible, no tiene razón de ser la garantía, que es accesoria con
respecto a la obligación principal. b) De no ser válida la obligación, tampoco lo
sería la hipoteca, con automática extinción de la misma si es que se había llegado
a concretar. c) Por imperativo hipotecario, tiene que ofrecerse y gravarse un bien
propio o ajeno, con la voluntad del que se asocia así a la garantía hipotecaria. d)
Sólo surten efecto para terceros los gravámenes que constan por fe pública, la
hipoteca no pasa de compromiso personal, de no estar asentada en el Registro de
la Propiedad. 3.1.5. Regulación de la hipoteca en la legislación guatemalteca
Conforme el Artículo 822 del Código Civil, la hipoteca es un derecho real que
grava un bien inmueble para garantizar el cumplimiento de una obligación.
Conforme la legislación civil guatemalteca, son características de la hipoteca: a)
Afecta únicamente los bienes sobre que se impone, sin que el deudor quede
obligado personalmente ni aún por pacto expreso. (Esto quiere decir que del 31
cumplimiento de la obligación solamente responde el bien inmueble hipotecado).
b) La constitución de la hipoteca da derecho al acreedor, para promover la venta
judicial del bien gravado cuando la obligación sea exigible y no se cumpla (Artículo
824 del Código Civil). c) La hipoteca es indivisible y como tal, subsiste íntegra la
totalidad de la finca hipotecada aunque se reduzca la obligación (Artículo 825 del
Código Civil). El Artículo 826 contempla un caso de excepción al permitir la
reducción de la garantía, a solicitud del deudor, cuando hubiese pagado más del
cincuenta por ciento de la deuda y siempre que el valor de los inmuebles que
continúen gravados, guarden una justa relación con el saldo deudor). d) Quien
hipotecare un bien sobre el cual tuviere un derecho eventual limitado, o sujeto a
condiciones suspensivas, rescisorias o resolutoria, que consten en el Registro de
la Propiedad, lo hace con las condiciones o limitaciones a que está sujeto ese
derecho que así no se exprese. La hipoteca surtirá efectos contra tercero
(cualquier persona ajena a su constitución) desde su inscripción en el Registro, si
la obligación llega a realizarse o la condición a cumplirse (Artículo 829 del Código
Civil). e) La constitución y aceptación de la hipoteca deben ser expresas (Artículo
841 del Código Civil). Esta característica se refiere al acto de formalización de la
hipoteca. Conforme a la extensión de la hipoteca, el Artículo 830 del Código Civil,
la hipoteca se extiende: 32 1º. A las accesiones naturales y mejoras. 2º. A los
nuevos edificios que el propietario construya y a los nuevos pisos que levante
sobre edificios hipotecados. 3º. A los derechos del deudor en los excesos de la
superficie del inmueble 4º. A las indemnizaciones que se refieran a los bienes
hipotecados, concedidos o debidas al propietario por seguros, expropiación
forzosa o daños y perjuicios. 5º. A las servidumbres y demás derechos reales a
favor del inmueble. En caso de indemnizaciones, los acreedores harán valer sus
derechos sobre el precio que se pague, si fuere por expropiación por utilidad
pública. Si la finca estuviere asegurada y se destruyere por incendio u otra
eventualidad, subsistirá la hipoteca en los restos de la finca y además el valor del
seguro quedará afecto el pago que está obligada la institución que protege el bien.
Si fueren varios los acreedores hipotecarios, el monto de la indemnización hasta el
límite de las obligaciones que consten en el Registro se depositará a la orden del
Juez para que verifique los pagos de conformidad al orden de preferencia que les
corresponda legalmente a los acreedores hipotecarios (Artículos 831 y 832 del
Código Civil).
Con relación a quienes pueden hipotecar, dispone el Artículo 835 del cuerpo legal
citado, que solo puede hipotecar el que puede enajenar, y que únicamente pueden
ser hipotecados los bienes inmuebles que pueden ser enajenados. Una excepción
a este 33 último principio (bienes que pueden ser hipotecados) ésta contenido en
el Artículo 852 del Código Civil. El dueño de los bienes gravados con hipoteca
podrá siempre enajenarlos o hipotecarios no obstante cualquiera estipulación en
contrario, salvo lo que se establezca en contratos que se refieran a créditos
bancarios. (Estos contratos generalmente exigen la autorización de la institución
bancaria para constituir otra hipoteca sobre el bien inmueble hipotecado a su favor
en garantía de un préstamo). El predio común no puede ser hipotecado sino con el
consentimiento de todos los propietarios. Sin embargo, pueden hipotecarse los
derechos que el condómino (copropietario) tenga en el predio común (Artículo 837
del Código Civil). Es decir que cuando hayan varios propietarios del inmueble no
puede hipotecarse si cada uno da su consentimiento. Con relación a los bienes
que no pueden ser hipotecados, estipula el Artículo 838 del Código citado, que no
podrán hipotecarse: 1. El inmueble destinado al patrimonio de familia (artículo 353
del Código civil); 2. Los bienes adquiridos por herencia, legado o donación,
cuando el causante haya puesto dicha condición, pero ésta no podrá exceder del
término de cinco años. Para los menores de edad dicho término se cuenta desde
que cumplan la mayoría de edad. 34 Asimismo, dispone el Código Civil que la
hipoteca del edificio o parte del edificio construido en suelo ajeno, no afecta los
derechos del propietario del suelo (Artículo 839 Código Civil). Puede ocurrir que el
valor de un inmueble dado en garantía hipotecaria sea, cuando se constituyó la
obligación, superior al monto de esta, pero que con el tiempo, por cualquier razón,
se devaluaron en tal manera que ya no responda al objeto de la hipoteca. En ese
caso, el Código ha previsto que si la garantía ya no fuere suficiente por haber
disminuido el valor de la finca hipotecada al acreedor podrá exigir que se mejore la
garantía hasta hacerla suficiente para responder de la obligación; y que si quedare
comprobada, mediante prueba pericial la insuficiencia de la garantía y el deudor
no la mejorare dentro del término que señalare el Juez, el plazo se dará por
vendido y procederá el cobro del crédito (Artículo 845 del Código Civil). Los bienes
rematados por ejecución de un acreedor hipotecario, pasarán al rematario (la
persona que adquiere en remate el bien hipotecado) o adjudicatario (el acreedor a
quien se adjudica en pago el bien rematado) libres de las hipotecas de grado
inferior que sobre ellos pesaren y también de los demás gravámenes,
inscripciones y anotaciones inscritas con posterioridad a la inscripción de la
hipoteca motivo de la ejecución (Artículo 846 Código Civil). También tiene derecho
el rematario o adjudicatario a que se cancelen las hipotecas 35 anteriores, siempre
que pagare íntegramente los capitales e intereses hasta el fenecimiento de los
plazos o la fecha de pago, si ya hubieren trascurrido los plazos (Artículo 847
Código Civil). Los bienes inmuebles rematados en virtud de ejecución no
hipotecaria, pasan al adquirente con los gravámenes, anotaciones y limitaciones
inscritos con anterioridad a la anotación de la demanda ejecutiva o del embargo,
es su caso (Artículo 848 Código Civil). De acuerdo con lo dispuesto en el Artículo
850 del Código, se pagarán del precio que se obtenga en la venta judicial de los
bienes gravados: 1. Los gastos de rigurosa conservación que haya autorizado el
Juez; 2. La deuda por contribuciones de la finca o fincas objeto de la ejecución,
correspondientes a los últimos cinco años; 3. La deuda por seguros vigentes de la
finca o fincas rematadas; 4. Los gastos del procedimiento ejecutivo,
comprendiendo honorarios de abogado, procurador, depositario o interventor y
expertos, regulados conforme a la ley; y, 5. Los acreedores hipotecarios,
subhipotecarios o prendarios, conforme al lugar y preferencia legal de sus títulos.
Subhipoteca, denomina el Código lo que algunos civilistas denominan hipoteca de
36 crédito. Figura que, como en el Código civil del Perú, es rechazada
expresamente. Conforme el Artículo 852 del Código Civil, el crédito garantizado
con hipoteca puede subhipotecarse en todo o en parte, llenándose las
formalidades establecidas para la constitución de la hipoteca. La subhipoteca
deberá notificarse al deudor (originario) para que pueda inscribirse en el Registro
(Artículo 853 del Código Civil). Si el crédito estuviere subhipotecado o anotado (en
el Registro de la Propiedad, por demanda judicial), el deudor (quien constituyó la
hipoteca para garantizar el crédito) deberá hacer el pago con intervención judicial,
si no hubiere acuerdo entre los interesados. El Juez ordenará los pagos
correspondientes y la cancelación de los gravámenes o anotaciones que los
garantizaren (Artículo 854 Código Civil). Si la finca pasare en propiedad al
acreedor hipotecario (quien obtuvo la garantía por el préstamo que otorgó), la
hipoteca se extingue, pero la subhipoteca (hipoteca de ese préstamo) ocupará su
lugar como hipoteca, a favor del acreedor respectivo, sin que la responsabilidad
del inmueble pueda exceder del crédito hipotecario gravado (Artículo 855 Código
Civil). “La hipoteca para garantizar un crédito en cuenta corriente constituye una
modalidad, pues en lugar de una cantidad determinada que se entrega al deudor,
éste retira y entrega cantidades parciales y responde por el saldo que resulte en el
momento de la liquidación de la cuenta, pero no pueden exceder las sumas
entregadas de la cantidad 37 máximas fijada al celebrarse el contrato. La
inscripción en el Registro se hace por la cantidad máxima a que tiene derecho el
deudor y esa inscripción persiste cualquiera que sea el saldo que arroje la cuenta
cortada en la época fijada sin que disminuya la garantía por los abonos que el
deudor haga en su cuenta. Sólo la cancelación otorgada en la forma legal o la
ejecución en su caso pueden cancelar la inscripción hipotecaria que produce los
mismos efectos si es por cantidad fija o por créditos concedidos en otra forma”17 .
La cédula hipotecaria es el documento título en que consta un crédito, o parte de
él, garantizado con hipoteca sobre uno o más bienes inmuebles. Puede
constituirse hipoteca para garantizar un crédito representado por cédulas dice el
Artículo 860 del Código Civil sin que sea necesario que haya acreedor y emitirse
las cédulas a favor del mismo dueño del inmueble hipotecado.
f) Las materias propias de toda clase y los productos en cualquier estado de las
fábricas o industrias; y g) Los productos de las minas y canteras.