Transmision de La Detonacion Del Explosivo
Transmision de La Detonacion Del Explosivo
Transmision de La Detonacion Del Explosivo
Una buena transmisión dentro de los pozos es la garantía para conseguir la completa detonación
de las columnas de explosivo. Pero cuando esos pozos se hallan próximos o las cargas dentro de
ellos se diseñan espaciadas, se puede producir la detonación por simpatía por medio de la
transmisión de la onda de tensión a través de la roca, por la presencia de aguas subterráneas y
discontinuidades estructurales o por la propia presión del material inerte de los retacados
intermedios sobre las cargas adyacentes. En todos estos casos los resultados de fragmentación y
vibraciones se verán perjudicados seriamente.
En la mayoría de los explosivos industriales las distancias máximas hasta las que se produce la
detonación por simpatía están entre 2 y 8 veces su diámetro, dependiendo del tipo de explosivo.
Los factores que modifican la transmisión de la detonación del explosivo son: el envejecimiento y
el calibre de los cartuchos
Desensibilización
Para los hidrogeles y las mezclas tipo ANFO la variación de sensibilidad con la densidad es mucho
mayor que para los explosivos gelatinosos.
En la figura a continuación se observa la influencia de la densidad del ANFO sobre la «VD». Por
encima de valores de 1,1 [g/cm3 ] la velocidad cae drásticamente, por lo que a las densidades y a
las presiones que producen esos niveles de confinamiento se las denominan como «Densidades y
Presiones de Muerte».
- Presiones hidrostáticas.
- Presiones dinámicas.
El primer caso sólo se suele presentar en pozos muy profundos y no es por esto muy frecuente
Es la habilidad para resistir una prolongada exposición al agua sin perder sus características, es
decir su capacidad para rechazar la penetración del agua. La unidad de medida empleada es la de
“horas”.
Los explosivos de fase continua como las dinamitas plásticas, los slurries, las emulsiones o las
cargas iniciadoras coladas (casa primers) son resistentes al agua debido a que prácticamente no
tienen poros a través de los cuales podría filtrarse el agua.
Cuando la temperatura ambiente se encuentre por debajo de los 8 [°C], los explosivos que
contienen nitroglicerina tienden a congelarse, por lo que se suele añadir una cierta cantidad de
nitroglicol que hace bajar el punto de congelación a unos -20°C.
HUMOS
La detonación de todo explosivo comercial produce vapor de agua, nitrógeno, dióxido de carbono,
y eventualmente, sólidos y líquidos. Entre los gases inocuos citados existe siempre cierto
porcentaje de gases tóxicos como el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno. Al conjunto
de todos esos productos resultantes se le designa por «humos».
La detonación de todo explosivo comercial produce polvo, vapor de agua (H2O), óxidos de
nitrógeno (NO-NO2) óxidos de carbono (CO-CO2) y eventualmente gases sulfurosos (H2S, SO3 y
ALO2) si contenía azufre o aluminio. Entre los gases inocuos generados hay siempre cierto
porcentaje de productos irritantes tóxicos o letales llamados en conjunto “humos”, como el
monóxido de carbono y el bióxido de nitrógeno. De acuerdo a la proporción contenida de estos
gases tóxicos se ha establecido escalas de clasificación por grado de toxicidad para la exposición
del personal trabajador después del disparo, teniendo como ejemplo a la siguiente del USBM
(Buró de Minas de USA):
Según el Instituto de Salud Ocupacional, los límites permisibles para exposición normal de 8 horas
en labores subterráneas son:
la minería a cielo abierto es una actividad en extremo venenosa y contaminante porque -además
de utilizar ingentes cantidades de sustancias tóxicas disueltas en enormes cantidades de agua para
separar los minerales de la roca extraída- dispersa en el aire el polvillo, polvo fugitivo o material
particulado, levantado por las explosiones de dinamita realizadas para demoler las rocas en las
minas. Es una consecuencia de la actividad extractiva que los mineros no pueden ni podrán nunca
controlar o manejar. Los vientos o corrientes aéreas arrastran ese polvillo a grandes distancias,
depositándolo sobre extensas regiones, incluyendo ciudades y pueblos.
El polvillo levantado de las minas está formado por partículas que contienen decenas de
elementos químicos (Ver Tabla Periódica de Elementos). La Geomedicina nos dice que si bien
algunos de ellos son indispensables para la vida en el Planeta (Hierro, Calcio, Cloro, Magnesio,
Iodo, Selenio, Fósforo, Potasio, Sodio, Azufre, etc.), otros son venenosos y tóxicos (Arsénico,
Cadmio, Plomo y Mercurio) y finalmente los temibles radioactivos (Uranio, Torio y Cesio).