Cuento El Sapo Dentudo

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Cuento

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Hace mucho, mucho tiempo, hubo un mago que por casualidad inventó un

hechizo un poco tonto, capaz de dar a quien lo recibiera una

dentadura perfecta. Como no sabía qué hacer con aquel descubrimiento,

decidió utilizarlo con uno de sus sapos. El sapo se transformó en un

sonriente y alegre animal, que además de poder comer de todo,

comenzó también a hablar.

- Estoy encantado con el cambio- repetía el sapo con orgullo- prefiero mil

veces las dulces golosinas que seguir comiendo sucias y asquerosas

moscas.

Viendo el ragalo tan maravilloso que suponía aquella dentadura para el

sapo, y el poco cuidado al elegir sus comidas, el mago no dejaba de

repetirle:

- Cuida tus dientes, Sapo. Lávalos y no dejes que se enfermen ni

tengan caries. Y sobre todo no comas tantas golosinas...

Pero Sapo no hacía mucho caso: pensaba que su dentadura era demasiado

resistente como para tener que lavarla, y las golosinas le gustaban

tanto que ni intentaba dejar de comerlas.

Así que un día aparecieron las caries en su dentadura y se fueron


extendiendo por su boca poco a poco, hasta que al descuidado de Sapo

descubrió que tenía todos los dientes huecos por dentro, y se le empezaron

a caer. Intentó cuidarlos entonces, pero ya poco pudo hacer por ellos, y

cuando el último de sus relucientes dientes cayó, perdió también el

don de hablar.

¡Pobre Sapo! Si no lo hubiera perdido, le habría podido contar al mago

que si volviera a tener dientes los cuidaría todos los días, porque no

había nada más asqueroso que volver a comer bichos ¡puaj!

En la sede Dejando Huella del municipio de Nocaima

Agradezco la atención prestada.


Quedo atento a comentarios.
Cordialmente,
Lizeth J. Benavides Pinzón

Auxiliar Pedagógica.

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