CUENTO - "El Oso Melocotoso"

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 2

CUENTO: “El oso Melocotoso”

personajes:

Narradora: Betty

Osos: Elan

Papa oso: Carmen

Mamá oso: Medaly

Doctora: Naysha

El oso melocotoso

Narradora :Érase una vez, en un bosque muy lejano, vivía una familia de osos muy feliz. Ellos eran
mamá oso, papá oso y su hijo, el oso melocotoso. El oso melocotoso se llamaba así porque le
encantaba comer melocotones, y siempre tenía las manos y la cara manchadas de jugo.

Un día, el oso melocotoso estaba jugando con sus amigos en el río, cuando vio un árbol lleno de
melocotones. Sin pensarlo dos veces, se subió al árbol y empezó a comer los melocotones más dulces
y jugosos que había probado nunca. Se los comía con tanta ansia que no se dio cuenta de que se
estaba ensuciando todo el pelo y las patas.

Cuando terminó de comer, bajó del árbol y corrió a su casa para contarle a sus padres lo que había
encontrado. Pero al llegar a la puerta, se encontró con una sorpresa: la doctora osa estaba allí,
esperándolo con una sonrisa.

Hola, oso melocotoso - dijo la doctora. He venido a hacerte un chequeo para ver cómo estás de
salud.

Hola, doctora osa - dijo el oso melocotoso -. Estoy muy bien, acabo de comer los mejores
melocotones del mundo.

¿Los mejores melocotones del mundo? - preguntó la doctora osa -. ¿Y dónde los has encontrado?

En un árbol cerca del río - respondió el oso melocotoso -. Había tantos que no podía parar de comer.

Ya veo - dijo la doctora osa -. Y dime, ¿te has lavado las manos antes de comer?

Eh… no - dijo el oso melocotoso, bajando la cabeza.

¿Y te has lavado la cara después de comer?

Eh… tampoco - dijo el oso melocotoso, poniéndose rojo.

¿Y te has cepillado los dientes?

Eh… menos aún - dijo el oso melocotoso, casi sin voz.

Ay, ay, ay - dijo la doctora osa -. Eso no está nada bien, oso melocotoso. Tienes que saber que
lavarse las manos, la cara y los dientes es muy importante para mantenerse sano y evitar
enfermedades. Los melocotones pueden estar muy ricos, pero también pueden tener gérmenes que
te pueden hacer daño si no te limpias bien.
¿Gérmenes? - preguntó el oso melocotoso -. ¿Qué son los gérmenes?

Los gérmenes son unos bichitos muy pequeños que no se ven a simple vista, pero que pueden entrar
en tu cuerpo y hacerte enfermar - explicó la doctora osa -. Por eso, hay que lavarse las manos con
agua y jabón antes de comer y después de ir al baño, lavarse la cara con agua y una toalla después
de comer y cepillarse los dientes con pasta y un cepillo después de cada comida. Así, mantendrás los
gérmenes lejos de ti y tendrás una buena higiene.

Vaya, no sabía eso - dijo el oso melocotoso -. Gracias por decírmelo, doctora osa. A partir de ahora,
me lavaré las manos, la cara y los dientes todos los días.

Muy bien, oso melocotoso - dijo la doctora osa. Me alegro de que hayas aprendido la lección. Ahora,
vamos a ver cómo estás por dentro. Abre la boca y dice “ah”.

El oso melocotoso abrió la boca y dijo “ah”. La doctora osa le miró la garganta con una linterna y le
tomó la temperatura con un termómetro.

Buenas noticias, oso melocotoso - dijo la doctora osa -. No tienes fiebre ni inflamación. Parece que
los gérmenes no han llegado a tu cuerpo todavía. Pero tienes que tener cuidado y seguir mis
consejos si quieres estar sano y fuerte.

Lo haré, doctora osa - dijo el oso melocotoso -. Gracias por cuidarme.

De nada, oso melocotoso - dijo la doctora osa. Es mi trabajo. Y ahora, si me disculpas, tengo que ir a
visitar a otros pacientes. Hasta pronto.

Hasta pronto, doctora osa - dijo el oso melocotoso -. Y gracias otra vez.

La doctora osa se despidió de la familia de osos y se marchó. El oso melocotoso le dio un abrazo a
sus padres y les dijo:

Mamá, papá, lo siento por haberme ensuciado tanto. No sabía que era tan importante lavarse las
manos, la cara y los dientes. Pero ya he aprendido la lección y no volveré a hacerlo.

No te preocupes, hijo - dijo mamá oso -. Todos cometemos errores. Lo importante es que
reconozcas tu error y lo corrijas.

Así es, hijo - dijo papá oso -. Estamos orgullosos de ti por haber escuchado a la doctora osa y haber
cambiado tu actitud. Te queremos mucho.

Yo también los quiero mucho - dijo el oso melocotoso -. Son los mejores padres del mundo.

Y así termina la historia del oso melocotoso, que aprendió a cuidar su higiene y su salud gracias a la
doctora osa. Y desde ese día, siempre se lavaba las manos, la cara con agua y jabón, y no se olvidaba
de cepillarse los dientes, y es así que disfrutaba de los melocotones sin miedo a los gérmenes.

y colorín colorado este cuento de lavado de manos a acabo

También podría gustarte