03 - La Capacidad para Estar A Solas
03 - La Capacidad para Estar A Solas
03 - La Capacidad para Estar A Solas
WINNICOTT
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No nos es posible albergar la esperanza de a mucl10ls Capitulo .egundo
de aquellos que ya se han convertido en pcr.o
sí nos es dado esperar el llegar a comprender como lmpedlr
el desarrollo de la tendencia antisocial. Cuando menos po-
demos evi tar que se interrumpa el desarrollo de la relación La capacidad
entre la madre y el bebé. Asimismo, aplicando eslOs pnncl-
pios a la crianza normal de los niños nos es pos lble ver la
para estar a solas l (1958)
necesidad de cíerlo grado de rigor en el tratamiento de los
niños cuyo propio sentimiento de ha supe-
rado la fase primitiva. Imponiendo unas prohlblclOnes de ca-
rácter limitado daremos oportnnidad a que se produzcan
esas travesuras, de índo le igualmente limitada, que llam amos
normales y entre las que se halla una gran parte de la es-
pontaneidad del niño. . '
Freud, más que cualquier otro fue qUlen
el camino para llegar a la comprenslón del
antisocial y del crimen en cuanto secuelas una Quisiera llevar a cabo un examen de fa i!!(jh'.i_-
criminal inconsciente y síntomas de un defiCIente cUIdado del __ partiendo del supuésto de que esla
Iriño. Me atrevo a decir que, al proponer estas ideas y c.pacidad constituye uno de los más importantes de
tramos de qué modo podemos ponerlas a prueba para apro- madurez dentro del desarrollo emoclolÍiiC" -- _. -- - - .' -
vecharlas, Freud hizo una gran aportación campo de la la
En c así to t'ália",fife ios¡r"iiim,eiitos psicoana líticos lIe·
psicología social, aportación que puede rendIr unos resulta- ga un mo mento en que la apt itud para estar a solas resulta
dos de gran trascendencia. importante para el paciente. Desde el punto de vista clínico,
ello puede estar representado por u'na fase o ;.ses ión e n si-
lencio que, lejos de indicar resistencia por parte de) pacien-
te, es en realidad un logro. casi diría que una proeza. Quizá
sea la primera vez que el paciente ha sido capaz de estar a
solas. Precisamente es sobre es te aspecto d e la transferencia,
cuando el paciente se encuentra a solas durante la sesión ana-
lítica, que deseo llama r la atención.
Probablemente puede afirmarse que la literatu ra psicoana-
lítica ha dedicado mayor atención al temor y de estar
a solas que a ello;- asimismo, se han hecho
considerables trabaJOS sobre -erestado de replegamientO, o r -
ganización defensiva que presupone el temor del a
ser perseguido. Muchp me parece que desde hace tiempo
echa de menos un estudio de los aspectos posi!ivos la
pacidad para estar a ,salas. Puede-"cj"Lie-jos· escritos ·psk:oa na-
líticos hayan ¡rata-do" cre- defini r esta capacidad, pero yo no
tengo constancia de ello. Qui siera remitirme al conceplo freu··
diana de la relaciól1 anaclítica (Freud, 1914; ef, Winnicotl ,
1956 a).
J
B ritbih Psyc ho·Annlytlcal Sociely, <.:J 24 de julio de 1957, y 11Ubllc;W:.1 por
vez p rimera en' - In!. J_ Psycho·Anal.., 39, pp. 416-420,
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" Lis relaciones triangulares y bicorporalcs Paradoja
Rickman fue el primero en hablar de las relaciones trian- Pasaremos a enunciar seguidamente el punto principal del
gulares y bícorporales. A menudo nos referimos al complejo presente estudio: si bien la capacidad para estar solo es fnHu
de Edipo como la fase en que las relaciones triangulares do- de diversos tipos de experiencias, sólo una de ellas es funda·
minan el campo de)a e.x periencia, Todo intento de describir mental, sólo hay una que, de no darse en grado suficiente,
el complejo de Edipo en base a una relación entre dos per- impide el desarrollo de dicha capacidad; se .!rqla de
sonas fracasará inevitablemente. Sin embargo, la relación bi· rienda, . .infancia y. ..
personal existe en realidad, si bien restringida a fases relati- Jet J:1:lIldre:AsT,-'pífés;'1'¡-capacidad para estar solo
vamente tempranas de la historia del individuo, La primera se basa en una paradoja: estar 8:.s,olas cuando otra persona se
halla presente. . .. .. ... .... ... ...
relación bipersonal es la del niño con la madre real o sustitu-
tiva, antes de que el niño haya escogido alsuna de las pro- Ello lleva implícita una relación de índole bastante
piedades de la madre para forjarse con ella la idea de un cial: la que existe entre el pequeño que está solo y la madre
padre. El concepto kleiniano de la posición depresiva puede real o sustitutiva que está con él, aunque lo esté representada
describirse en términos de relaciones bipersonales, siendo tnl momentáneamente por la cuna, el cochecito o el ambie nte
vez posible afirmar que este tipo de relación constituye un general del entorno inmediato. Quisiera proponer un nomo
rasgo esencial de dicho concepto. bre para este tipo especial de relación.
Ya que hemos hablado de relaciones bipersonales y trian- A mí, personalmente, me gusta emplear el término
"'gulares, ¿ no sería lo natural que hablásemos de relaciones ción del ego, ya que ofrece la ventaja de contrastar con bas·
unipersona les? De buen principio parece que el narcisismo, tante claridad con el término relaci¡ltl del id, tratándose ésta
ya sea secundario o primario, constituye la relación unlper· última de una complicación qué-aparece con periodicidad en
sonal por antonomasia. Pues bien, es üuposjblt! pasar lo que podríamos denominar vida del ego». La relación
mente de las relaciones bipersonales a la relación unipersonal del ego se refiere a la relación entre dos personas, una de
sin infringir gran parte de lo que hemos llegado a saber me- las cuales, cuando menos, está sola; tal vez las 'dos Jo estén,
diante nuestros trabajos analíticos y a traVés de la observa- pero, de todos modos, la presencia de cada una de ellas es
ción directa de madres y niños. importante para la otra. Creo que si comparamos el signifi·
cado de los verbos «gustar» y «amar», veremos que el pri-
mero se refiere a una relación del ego, mientras que el
La soledad real do tiene más que ver con las relaciones del id, ya sean sin
ambages o en forma sublimada. A
Mis lectores se habrán dado cuenta de que no estoy Antes de proceder a desarrollar estas dos ideas a mi Ola·
riéndome a l hecho de estar realmente solo. Así, habrá perso- nera, quisiera recordar al lector de qué modo posible
nas incapaces de estar a solas. Escapa a la imaginación la referirnos a la capacidad para estar solo sin salirnos de la
intensidad de sus sufrimientos. No obstante, son muchas las trillada fraseología psicoanalítica.
personas que, antes de salir de la niñez, ya han aprendido
a gozar de la soledad y que incluso llegan a "alorarla como
uno de sus bienes más preciosos. . Después de la cópula
. La capacidad para la soledad' es susceplible de presentar-
se bajo dos aspectos: o bien como un fenómeno sumamente Tal vez sea justo decir que después de una cópula satis·
que aparece en el desarrollo de la persona des- factoria cada uno de los componentes de la pareja está solo
pués de la instauración de las relaciones triangulares o, por y contento con su soledad. El ser capaz de gozar .!a.
el contrario, como un fenómeno de las primeras fases de la al lado de otra persona que . ..Q.e
vida que merece un estudio especial por tratarse de la base por sí un indicio de salud. La ausencia de la tensión del id
sobre la que se ed ificará la capacidad para el tipo de soledad puede producir angustia, pero la integración de la persona·
descri to en primer lugar. lidad en el tiempo permite al individuo esperar a que la ci-
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D. W. WINNICOTT EL PROCESO DE MADURACIÓN EN El. NIÑO 35
tada tensión regrese de forma natural y, al mismo tiempo, paz de sentirse satisfecho incluso en la ausencia temporal <le
le permite disfrutar de la soledad compartida; es decir, de objetos y estímulos externos. La madurez y la capacidad para
una soledad- que --se balta "relativamente libre del rasgo que estar solo implican que el illdiyidu?hatenido la oportuni·
denominamos «retraimiento». dad, gracias a una buena formarse poco
a poco la creencia en un meaIo-ñffioitmte benigno. Esta
da va desarrollándose paulatinamente, mediante la repetición
La escena originaria de la satisfacción de los instintos.
Al emplear este lenguaje, uno se encuentra hablando de
Cabría decir que la capacidad del individuo para estar a so- una fase del desarrollo individual que es anterior a aquella
las depende de su aptitud para asimílar los sentimientos en la que rige el complejo de Edipo de la teorla clási·ca. No
citados por la escena originaria. En esta escena, el niño per· obstante, se da por sentado un grado considerable de madu·
cibe o imagina una relación violenta entre los padres y, si se rez del ego. Lo mismo sucede con la integración del individuo
trata de un niño normal, de un niño que es capaz de dominar en una unidad; de lo contrario no tendr1a sentido hacer re-
lo que en ella hay de odio y ponerlo al servicio de la mas· ferencia al interior y al exterior, ni lo tendría el dar una sig- .
turbación, entonces la asimilación no ofrecerá problemas .. niiicación especial a la fantasía del interior. Dicho en térmi·
la masturbación, la responsabilidad total de la fantasía cons· nos ne8!'tivos:el individuo debe estar relativamente libre del
Ciente es aceptada -pnr el nifío", que e.flater- delirio o- angustia ' "Planteado"en ' lérriiiiu)s .pósl-
cera persona en una relación triangular. El hecho de poder '- tivos: los objetos interiorizados buenos se encuentran en el
estar solo en circunstancias como éstas denota madurez del mund() personal e interior del individuo, dispuestos a ser
deserrollo erótico y potencia genital o, si se trata de una proyectados en el momento oportuno.
niña, la correspondiente capacidad de recepción; denota la
fusión de los impulsos e ideas agresivos y eróticos y, asimis·
mo, da a entender la existencia de una tolerancia de la am- Estar aolo ea estado de iamadurez
bivalencia; junto a todo esto habría. naturalmente, la capa·
cidad del individuo para identificarse con Jos dos componen· La pregunta que surge al llegar aquí es la siguiente: ¿Es
tes de la pareja padre-madre. posible que un niño o un bebé estén solos en una fase muy
El planteamiento en estos términos o en otros es suscep- temprana, cuando la inmadurez del ego hace imposible des·
tible de convertirse en algo de una complejidad casi infinita, cribir el hecho de estar solo mediante la fraseología que
debido a queJa capacidad para estar solo es casi sinónimo acabamos de emplear? Es precisamente la parte principal de
de madurez emocional.) mi tesis la afinnaclón de que nos es necesario poder hablar
de una fonna pura -o ingenua, si así lo prefieren- de eslar
solo, y que, incluso de acuerdo en que la capacidad
El objeto bueno Interiorizado de estar verdaderamente solo constituye un síntoma de ma·
durez de por sí, esta capacidad' tiene por fundamento las
A continuación trataré ge. con otro lenguaje: experiencias infantiles de a solas en presencia de al·
tar solo .
el derivado de la obra de{Melanie Kleiri. La capacidad para es-
.Ia_.!:2<istenéia de un .
realidad p§Jquica del individuo. El concepto de la interion:-
guien . Estas experiencias puedenleñet1ugan;¡j ',ma fase muy
temprana, cuando la inmadurez del ego se ve compensada
de modo natural por el apoyo del ego proporcionado por la
zaclonce un pecho o· perié-··"¡;lienos., o de unas buenas rela· madre. Con el tiempo, el individuo introyecta la madre sus·
ciones, ha sido lo suficientemente defendido como para que tentadora del ego y de esta forma se ve capacitado para estal'
el individuo (al menos de momento) se sienta seguro ante el solo sin necesidad de buscar con frecuencia el apoyo de la
presente y el futuro. La relación entre el individuo, de uno madre o del símbolo materno.
u otro sexo, y sus ubjetos interiorizados, junto con su con-
fianza hacia las relaciones interiorizadas, proporciona de por
sí suficiencia para la vida, de manera que el individuo es
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