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Peligro Sismico Jose Manuel Jara Guerrero 1 PDF

Este documento presenta un libro titulado "Peligro Sísmico" escrito por José Manuel Jara Guerrero y Manuel Jara Díaz. El libro describe la metodología para evaluar el peligro sísmico en una región utilizando un enfoque probabilístico y determinista. Incluye información sobre la sismicidad en México y los resultados de estudios de zonificación sísmica realizados en varias ciudades mexicanas. El libro está dirigido a ingenieros, geofísicos y estudiantes interesados en el diseño

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Este documento presenta un libro titulado "Peligro Sísmico" escrito por José Manuel Jara Guerrero y Manuel Jara Díaz. El libro describe la metodología para evaluar el peligro sísmico en una región utilizando un enfoque probabilístico y determinista. Incluye información sobre la sismicidad en México y los resultados de estudios de zonificación sísmica realizados en varias ciudades mexicanas. El libro está dirigido a ingenieros, geofísicos y estudiantes interesados en el diseño

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PELIGRO SISMICO

PELIGRO
SÍSMICO

José Manuel Jara Guerrero C'ECYT'


Manuel Jara Díaz

Universidad Michoacana de San Nicolás de


Hidalgo
Morelia, Michoacán, México
QE539.2.S4 J37 2007
Peligro sísmico
Jara Guerrero, José Manuel

Autor personal Jara Guerrero, José Manuel


Título Peligro sísmico/José Manuel Jara
Guerrero Manuel Jara Díaz
Edición l a ed.
Pie de imprenta Morelia, Mich, México: Universidad
Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo, c2007
Descripción física : xii, 185 p. : ils. ; 23 cm.
Materia 1. Modelos sísmicos - Desastres
naturales
2. Ingeniería sísmica
Autor secundario Jara Díaz Manuel coaut.
La edición y diseño de la portada estuvo a cargo de Manuel Jara y José M. Jara
Imagen de cubierta: Efectos de sitio en una ciudad

Primera edición, diciembre de 2007


Morelia, Mich., México.
Derechos reservados conforme a la ley
@ 2007 Los autores.

Impreso en México — Printed in Mexico


ISBN 978-970-703-595-9

Los autores y la casa editorial de este libro han hecho su mejor esfuerzo en la
preparación de este libro. Sin embargo, ni los autores ni la casa editorial son
responsables del cualquier error omisión o daño que surjan por el uso de la
información contenida en el libro.
"en el año I Pedernal, en el que vivieron los gigantes todo
se destruyó por un gran temblor de tierra que los tragó y
mató, reventando los altos montes volcanes, de suerte que
se destruyeron todos, sin escapar ninguno."

Fernando de Alva Ixtlixochitl


íNDlCE

PREFACIO xi

1 INTRODUCCIÓN 1
1.1 Protección contra sismos de un sitio 3

1 .1.1 Fuentes sísmicas 3


1.1.2 Peligro sísmico 4
1.1.3 Riesgo sísmico 4
1.1 .4 Medidas preventivas 4

1.2 Descripción y organización del contenido 5

2 SISMICIDAD 7
2.1 Historia del origen de los temblores 7

2.2 Tectónica de placas 10


2.3 Fuentes sísmicas 15

2.4 Ondas sísmicas 26


2.5 Aparatos de medición 28

2.6 Localización de un temblor 31


viii Peligro sísmico

2,7 Escalas de medición 32

2.8 Sismicidad en el mundo 38


2.9 Sismicidad en México 40

3 ZONIFICACIÓN SÍSMICA 45
3.1 Introducción 45
3.2 Zonificación sísmica 48
3.3 Estimación de los efectos de sitio 49
3.3.1 Vibración ambiental 50

3.3.2 Uso de registros sísmicos 52


3.3.3 Estrato equivalente homogéneo 53

3.3.4 Método del elemento finito 54

3.3.5 Modelo de una región sísmica semiinfinita 55

3.3.6 Efectos topográficos 56

3.4 Zonificación sísmica de ciudades en México 61


3.4.1 Acatlán, Puebla 62

3.4.2 Chilpancingo, Guerrero 62

3.4.3 Ciudad de México 64


3.4.4 León, Guanajuato 65

3.4.5 Maravatío, Michoacán 66

3.4.6 Morelia, Michoacán 66

3.4.7 Puebla, Puebla 67


3.4.8 Toluca, Estado de México 69
3.4.9 Tecomán, Colima 69

3.4.1 0 IJruapan, Michoacán 70

3.4.11 Veracruz, Veracruz 70

3.4.12 Zamora, Michoacán 71

índice ix

4 PROBABILIDAD APLICADA AL PELIGRO SÍSMICO 73


4.1 Introducción 73
4.2 Estadística de los datos 74
4.2.1 Recopilación de datos 75
4.2.2 Presentación de datos 75
4.2.3 Descripción de datos 78
4.2.3. I Medidas de tendencia central de datos sin
79
agrupar
4.2.3.2 Medidas de dispersión de datos sin agrupar 81
Medidas de simetría de datos sin agrupar 83
4.2.3.4 Medidas de tendencia central con datos 84
agrupados
4.2.3.5 Medidas de dispersión con datos agrupados 88
4.3 Probabilidad 89
4.3.1 Ley de los grandes números 90
4.3.2 Densidades de probabilidad 90
4.3.3 Momentos de una variable aleatoria 91
4.3.4 Densidades de probabilidad más usadas en 94
ingeniería
4.3.5 Estimación de parámetros 102
4.4 Estadística bayesiana 109
x Peligro sísmico

5 CRITERIOS DE EVALUACIÓN DEL PELIGRO 113


SÍSMICO
5.1 Introducción 113
5.2 Riesgo y peligro sísmico 114
5.3 Enfoques para evaluar el peligro sísmico 115
5.4 Parámetros para estimar el peligro sísmico 117

5.4.1 Fuentes sísmicas 120


5.4.2 Potencial sísmico de las fallas 124
5.4.3 Procesos de ocurrencia 131
5.4.3.1 Proceso de Poisson 133

5.4.3.2 Proceso del temblor característico 135

5.4.4 Atenuación de las ondas sísmicas 141

5.4.5 Cuantificación del peligro sísmico 147

5.5 Espectros de respuesta 150


5.5.1 Teoría de vibraciones aleatorias 152

5.5.2 Tasa de excedencia y vida útil 158

6 ESTIMACIÓN DEL PELIGRO SÍSMICO DE UN 161


SITIO
6.1 Introducción 161
6.2 Descripción del sitio 161
6.3 Evaluación del peligro sísmico probabilista 162
6.3.1 Procesos de ocurrencia 162

6.3.2 Probabilidad de ocurrencia a la distancia R 163


6.3.3 Estimación de magnitudes 163

6.4 Evaluación del peligro sísmico determinista 167


6.5 Probabilidad de excedencia en la vida útil 168

REFERENCIAS 171
ANEXO "A" 183

PREFACIO

Los últimos grandes temblores ocurridos en el mundo han


mostrado la alta vulnerabilidad sísmica de distintos tipos de
estructuras tales como: edificios, puentes, obras industriales,
sistemas de tuberías, carreteras, casas habitación, subestaciones
eléctricas, etc. Aunado a lo anterior, el número creciente de obras
civiles con características especiales o poco comunes, muchas de
ellas construidas en zonas de alta sismicidad y el incremento de la
población en zonas urbanas, han dado origen a la necesidad de
realizar estudios del peligro sísmico en una región y en sitios
específicos donde se tiene proyectada una obra de importancia. El
resultado principal de estos estudios, desde el punto de vista de la
ingeniería, es el de conocer las características de la intensidad del
movimiento del suelo, generalmente la variación de la aceleración
del terreno en el tiempo, para determinar los efectos que se
producen en las construcciones.

Para estimar el peligro sísmico en una región es necesario


identificar todas las fuentes generadoras de sismos que pueden
tener un impacto significativo en la región. A partir del
xii Peligro sísmico
conocimiento de las características de los sismos que pueden
producirse en cada fuente sísmica, se estima la atenuación de las
ondas sísmicas hasta el sitio de interés, de acuerdo con la
distancia y características de la fuente sísmica. Una vez que se ha
estimado el efecto que cada una de las fuentes sísmicas produce
en la región de acuerdo con su distancia, se evalúan los efectos de
sitio para determinar los niveles de aceleración que pueden
presentarse al nivel de la cimentación de la construcción.

Dado el ambiente de incertidumbre de todos los fenómenos que


intervienen en la estimación del peligro sísmico, su evaluación
debe realizarse por medio de las técnicas de la probabilidad y la
estadística. La metodología de evaluación que se presenta
considera el grado de incertidumbre con un enfoque probabilista,
pero también se describe el procedimiento determinista de
evaluación del peligro sísmico.

Aunque la metodología que se presenta es aplicable a cualquier


región del mundo, se hace énfasis en las leyes de atenuación que
se consideran aplicables al territorio mexicano. Al final se
presenta un ejemplo que ilustra la aplicación de la metodología a
una población específica.

Se ofrece también al lector una explicación sucinta del origen de


los temblores en el mundo y de las fuentes sísmicas identificadas
en la República Mexicana. Se incluye una breve descripción de los
principales resultados de los estudios de zonación sísmica
realizados hasta la fecha en diversas ciudades del país.

El libro va dirigido a ingenieros civiles, geofísicos y estudiantes de


licenciatura y posgrado, dedicados al diseño sísmico, por lo que es
conveniente que el lector esté familiarizado con los conceptos
básicos de ingeniería sísmica.

Por último, queremos expresar nuestro agradecimiento a los


alumnos de la Facultad de Ingeniería Civil Juan Carlos Manríquez
Negrete y Rodolfo Daniel Álvarez Cervantes por su colaboración
en la preparación de gráficas y dibujos, y a la Facultad de
Ingeniería Civil de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo y al Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Estado de
Michoacán (COECYT) por el apoyo recibido para elaborar este
libro.

CAPíTULO 1

INTRODUCCIÓN

En los inicios del siglo XXI se puede afirmar que la causa principal
de daños ocurridos en la infraestructura de las ciudades, a nivel
mundial, proviene de los movimientos generados por las ondas
sísmicas. Varias veces al año, las noticias generadas en distintas
partes del mundo, reportan pérdidas derivadas de la actividad
sísmica. En algunos casos, los daños son menores y se limitan
únicamente a los costos de rehabilitación de las construcciones
averiadas, en repetidas ocasiones se refieren a enormes pérdidas
materiales, y en los peores casos, pérdidas humanas que
ascienden a miles, decenas de miles e incluso centenas de miles,
como ocurrió recientemente en el sismo de Sumatra de 2004, en
el que perdieron la vida 227,898 personas, de acuerdo con la
información de la United States Geological Survey (USGS). De
acuerdo con Bolt (Naeim, 2001), cada año pierden la vida 10,000
personas en promedio como resultado de una catástrofe sísmica,
y la UNESCO contabiliza pérdidas económicas que ascienden a $
de dólares entre los años 1926 a 1950.

De igual manera, a principios del siglo XXI, se debe reconocer la


incapacidad del conocimiento científico para predecir la
xiv Peligro sísmico
ocurrencia y efectos de un temblor destructivo. En la actualidad,
no es
2 Peligro sísmico
posible estimar con la precisión necesaria, cuando se producirá un
gran temblor, ni cual será su magnitud, las coordenadas del sitio
donde se originará el movimiento, ni las consecuencias en las
distintas poblaciones asentadas en zonas de actividad sísmica
reconocida. Si bien es cierto que mucho se ha avanzado en las
últimas décadas para comprender la naturaleza, origen y efectos de
los temblores en las regiones afectadas por este fenómeno, todavía
es mucho lo que falta por aprender.

El importante avance en la comprensión de las causas y efectos de


los sismos en los últimos años, se debe en parte a las herramientas
que el desarrollo tecnológico ha proporcionado a esta área del
conocimiento. Los aparatos de registro (sismógrafos y
acelerógrafos), las enormes bases de datos que es posible almacenar
y compartir, los sistemas de información y comunicación actuales y
el uso de computadoras cada vez más poderosas y eficientes, han
incrementado notablemente la información disponible. En
contraparte, los grandes sismos, aquellos que causan mayores daños
a la sociedad, se producen en la misma región con periodicidades
que abarcan decenas, centenas o millares de años, lo que hace que
el conocimiento sobre ellos sea todavía muy limitado.

Para minimizar los efectos destructivos de los temblores se requiere


más información que la aceleración máxima del terreno que se
ofrece en los mapas de las normas y guías de diseño actuales.
Algunas características relativas al movimiento sísmico que deben
también ser conocidas son: la duración del temblor, el contenido de
frecuencias y los efectos de amplificación en el lugar.

Para evaluar apropiadamente el movimiento del terreno durante un


sismo es necesario modelar los mecanismos focales, la liberación de
la energía, la propagación de las ondas y los efectos locales.

Una vez estimado el movimiento sísmico en una localidad, es


necesario estimar las consecuencias que dicho fenómeno induce en
una ciudad. Es evidente que las consecuencias derivadas de un sismo
actuando con la misma intensidad en dos sitios, será distinto si las
características físicas y sociales de las comunidades
Cap 1 Introducción 3
afectadas no son las mismas. Por tal motivo, es necesario determinar
la vulnerabilidad de la infraestructura y estimar el riesgo para la vida
humana y las construcciones en cada localidad. Como última medida
de protección sísmica deberán establecerse finalmente las medidas
preventivas para reducir los efectos destructivos en temblores
futuros.

1.1 PROTECCIÓN CONTRA SISMOS DE UN SITIO


El concepto de protección contra sismos que se describe en este
apartado, se refiere a la evaluación del peligro, del riesgo y de la
prevención a largo plazo de un sitio contra eventos sísmicos. Para
completar este proceso es necesario desarrollar las siguientes
etapas:

a) Identificar las fuentes y los procesos generadores de


temblores

b) Estimar la intensidad del movimiento sísmico mediante


modelos de evaluación del peligro sísmico

c) Evaluar el riesgo mediante el análisis de la vulnerabilidad


del sitio
d) Adoptar medidas preventivas para mitigar el daño en sismos
futuros

El presente libro trata primordialmente con la segunda fase y de


forma somera con la primera etapa. La estimación del riesgo sísmico
y las medidas preventivas no se incluyen.

1.1.1 Fuentes sísmicas


El primer paso consiste en identificar todas las fuentes generadoras
de temblores que puedan afectar a la región de interés. Es
importante realizar estudios de monitoreo de la deformación
acumulada y la deformación de los eventos, así como los cambios
temporales en las propiedades físicas de la roca. El análisis de los
datos y de modelos de simulación del mecanismo de generación de
4 Peligro sísmico
sismos. Este aspecto desarrollado por estudiosos de las ciencias de
la tierra, particular geofísicos, sismólogos y geodésicos.

1.1.2 Peligro sísmico


La evaluación del peligro es el análisis de un fenómeno natural, a
partir de modelos analíticos, numéricos y estadísticos. Con base en
los modelos de fuente y de la estimación de la energía liberada, se
determina la propagación y atenuación de las ondas en su viaje al
sitio de interés y la transferencia del movimiento en el basamento
rocoso a la superficie. El peligro describe el potencial de daño debido
al efecto sísmico.

1.1.3 Riesgo sísmico


A diferencia del peligro, que se limita al estudio natural del
fenómeno, el riesgo involucra la evaluación de los efectos del
movimiento del terreno en la infraestructura que constituye una
ciudad. Como resultado se obtiene la probabilidad de distintos
niveles de daño en las estructuras y en la pérdida de vidas. En otras
palabras, el riesgo sísmico es la expresión probabilista del producto
del peligro sísmico y sus consecuencias. Para evaluar el riesgo es
necesario estimar la vulnerabilidad física de las construcciones. Es de
gran utilidad en esta parte conocer y estudiar el efecto de sismos
pasados sobre las estructuras, la realización de pruebas dinámicas de
laboratorio, y el uso de modelos numéricos para predecir la
respuesta de estructuras tipo que involucre el efecto de interacción
suelo-estructura cuando sea significativo. En esta etapa deben
estimarse las pérdidas económicas derivadas de los posibles daños y
estimar el valor futuro de las pérdidas.

1.1.4 Medidas preventivas


Las principales medidas preventivas comprenden los siguientes
aspectos: a) incremento de la capacidad y disipación de energía de
las estructuras; b) identificación de zonas de riesgo especial en
Cap 1 Introducción 5
las ciudades y reglamentación adecuada de la planeación y uso del
suelo; c) predicción de la ocurrencia de un sismo mediante
precursores y anticipación de la llegada de las ondas destructivas
mediante sistemas de alarma; y d) elaboración de mapas de riesgo y
escenarios de daño, y en general, difusión y práctica de acciones de
prevención, tales como desalojo de inmuebles, suspensión de
actividades riesgosas, de procesos industriales, etc.

1.2 DESCRIPCIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL CONTENIDO


El propósito fundamental de este libro es ofrecer a los ingenieros
involucrados en el diseño sísmico de estructuras, las herramientas
básicas y conceptos fundamentales que se aplican en a evaluación
del peligro sísmico en un sitio. También puede ser de utilidad a los
geofísicos interesados en estimar el efecto de los temblores en
localidades específicas.

El segundo capítulo, destinado a los conceptos de sismología,


contiene información elemental que sirve para entender los
conceptos y fenómenos que intervienen en la evaluación del peligro
sísmico.

El tercer capítulo está destinado a la zonificación sísmica y describe


de manera sucinta los métodos que se utilizan para estimar los
efectos de sitio, en particular, la forma de obtener los periodos
naturales del terreno con fines de proponer mapas de zonificación
sísmica o microzonificación de ciudades. La segunda parte del
capítulo resume la principal información de los estudios de
zonificación realizados por distintos investigadores para algunas
ciudades del país ubicadas en zonas de actividad sísmica reconocida.
El objetivo es el de contar en un solo documento información básica
sobre las propiedades de los suelos en varias ciudades del país y las
referencias correspondientes. La información que se incluye en este
capítulo es la que tuvieron disponible los autores, aunque
seguramente, existen otras ciudades del país en las que se han
realizado estudios de zonificación sísmica.

El siguiente capítulo proporciona bases elementales de conceptos de


estadística y probabilidad necesarios para el correcto entendimiento
de los enfoques probabilistas para estimar el peligro sísmico de un
6 Peligro sísmico
sitio. Se comentan en general las medidas más usuales que la
estadística descriptiva proporciona para describir el comportamiento
de una variable aleatoria y se muestran las principales densidades de
probabilidad que se utilizan para modelar fenómenos de ingeniería
civil, y en forma particular de ingeniería sísmica. Finalmente, se
mencionan algunos métodos para determinar los parámetros de una
densidad de probabilidad con base en los datos aportados por una
muestra estadística.

El capítulo relativo a la evaluación del peligro sísmico (capítulo 5),


incluye la descripción de los criterios deterministas y los criterios
probabilistas que se utilizan en la actualidad. Se comentan los
modelos más empleados para obtener la intensidad sísmica de un
sitio, con base en el estudio de las fuentes sísmicas que puedan
afectar el lugar, el potencial sísmico de las fallas, los modelos de
ocurrencia y la atenuación de las ondas sísmicas con la distancia. Se
comenta también la manera en que se elaboran curvas de tasas de
excedencia y espectros de respuesta. Al final del capítulo se
proporciona una metodología utilizada para obtener espectros de
respuesta en lugares donde la información instrumental es muy
escasa o nula.

Finalmente se presenta un ejemplo de aplicación de la evaluación


del peligro sísmico en un sitio específico del país. La aplicación
rigurosa de las técnicas expuestas en el capítulo 5 requieren de una
evaluación numérica extensa y resultaría impráctico y poco
ilustrativo presentarla como ejemplo. Normalmente la evaluación
del peligro con el uso de funciones continuas se realiza con
programas para computadora que permiten resolver
numéricamente las integrales del modelo resultante. Para solventar
la situación se decidió ejemplificar el proceso mediante la aplicación
de distribuciones de probabilidad discretas, simplificando, de esta
manera, el proceso numérico y utilizando íntegramente la
metodología descrita en el texto para evaluar el peligro sísmico.
CAPÍTULO 2

SISMICIDAD

2.1 HISTORIA DEL ORIGEN DE LOS TEMBLORES

Los temblores han sido siempre un constante tema de preocupación


de la humanidad debido a las graves consecuencias que generan. Los
sismos han ocurrido desde hace millones de años, se siguen
produciendo en la actualidad y continuarán generándose en el
futuro. En la actualidad, los grandes temblores dan origen a
cuantiosas pérdidas humanas y materiales, sin que hasta la fecha sea
posible predecir su ocurrencia, por lo que gran parte de los esfuerzos
que se realizan van encaminados a mitigar sus efectos.

En la antigüedad, los movimientos del terreno eran directamente


asociados con la mitología de la región y con la furia de los dioses,
quienes los provocaban como un castigo divino por el mal
comportamiento humano. De esta manera, las leyendas señalan que
los japoneses asociaban la ocurrencia de temblores al movimiento
de un enorme pez gato (namazu) que habita en esa parte del mundo
a grandes profundidades. La creencia era que el pez no se movía
mientras el Dios Daimyojin lo vigilaba, sin embargo al menor
descuido de éste, se desplazaba, produciendo los sismos. Los Indios
de Norteamérica creían que la tierra estaba soportada por una
tortuga gigante que al caminar ocasionaba los temblores. En China
se pensaba que quien soportaba la tierra era un buey, que de igual
forma que la tortuga, al caminar producía los eventos sísmicos.
8 Peligro sísmico
La mitología griega asumía que Poseidón (Dios de los mares)
provocaba los temblores y por extensión en la mitología romana se
le atribuía a Neptuno. Probablemente la asociación de los dioses de
los mares con los temblores se debe a que en algunos casos los
eventos sísmicos van acompañados de grandes olas, que al llegar a
las costas, producen también enormes daños. La propagación del
movimiento de enormes olas durante un temblor es conocido como
maremoto o tsunami . Ejemplos de maremotos que han provocado
grandes pérdidas humanas y materiales en la historia son: el temblor
de Lisboa de 1755, en donde se produjo una enorme ola como
consecuencia del temblor, la devastación de la población de Hilo, en
Hawai, la gran ola de Kanagagua, en Japón, a finales del siglo XIX y,
más recientemente, el maremoto provocado por el temblor de
Sumatra en 2004, causando más de 280,000 muertes.

En el hemisferio occidental, la evidencia de la ocurrencia de eventos


sísmicos está plasmada en la Biblia, en donde la primera alusión se
relata cuando Moisés se encuentra en el Monte Sinaí.

En Mesoamérica, el temor de los habitantes a los movimientos


sísmicos se refleja en la creencia de que el fin del mundo sería
consecuencia de un temblor de tierra, como se describe en los
Anales de Cuauhtitlán, en la leyenda del Quinto Sol (León-Portilla,
1983). La fecha en que nuestro mundo terminará con un temblor de
tierra está señalado en el Calendario Azteca con la fecha 4
movimiento y el símbolo que identifica este periodo es el Nahui
Hollín (figura 2.1).

Fernando de Alva Ixtlixochitl refiere que en el año I Pedernal en la


que vivieron los gigantes todo se destruyó por un gran temblor de
tierra que los tragó y mató, reventando los altos montes volcanes,
de suerte que se destruyeron todos, sin escapar ninguno . Gran
parte del conocimiento sobre los fenómenos
Cap 2 Sismicidad 9

naturales ocurridos en la época prehispánica proviene de los


códices elaborados por los pueblos mesoamericanos y que se
conservan gracias a la tradición de indígenas tlamatini que
continuaron con su escritura después de la colonia.

Figura 2.1 Nahui Hollín , símbolo de la mitología azteca que se asocia con los
movimientos de tierra

Los primeros intentos para explicar racionalmente el fenómeno,


provienen de los filósofos griegos. Anaxágoras y Demócrito (siglo V
a.c.) postulaban que en el interior de la tierra existía agua, aire y
fuego, que al encontrar salida al exterior, provocaban erupciones
volcánicas (Nava, 1987). Aristóteles pensaba que el aire encerrado
en cuevas subterráneas limitado en su movimiento por el agua del
interior de la tierra, generaba desplazamiento de la corteza
terrestre, produciendo los temblores. Alberto Magno (siglo XII d.c.)
consideraba que la influencia del sol y las estrellas hacía que los
gases del interior de la tierra intentaran salir, dando origen a los
eventos sísmicos. Las ideas asociadas con el movimiento de vapores
y fuego en el interior de la tierra se mantuvieron hasta el
Renacimiento, como se refleja en las obras de Descartes.

Newmann (siglo XIX) diferenció por primera vez el origen de los


temblores y el de los volcanes. Alfred Wegener desarrolló en 1912
la teoría de la Tectónica de Placas, también conocida como la teoría
de la Deriva Continental, que es aceptada actualmente como la
explicación científica del origen de los sismos (CONACYT, 1982).

2.2 TECTÓNICA DE PLACAS


Aunque el interior de la tierra no se conoce todavía con precisión, la
medición de las ondas sísmicas ha dado información para conocer la
10 Peligro sísmico
composición de su interior. Se reconoce actualmente que la tierra
está formada por un núcleo, rodeado por el manto, y en el
perímetro exterior se encuentra la corteza terrestre, cuyo
movimiento constante da explicación al origen de los eventos
sísmicos y volcánicos (figura 2.2). La temperatura crece hacia el
interior de la tierra, de manera que bajo la corteza la temperatura
alcanza los 10000C y en núcleo interno hasta valores cercanos a los
50000C.

Composición de la tierra
De acuerdo con estudios de propagación de ondas, se considera en
la actualidad que la corteza terrestre o litósfera está formada por
roca sólida fragmentada con espesor variable en el continente y en
los mares. En los continentes la corteza tiene espesores superiores
a los 40 km mientras que en los mares llega a tener espesores de 10
km. Los fragmentos en los que se divide la corteza se conocen como
placas tectónicas o simplemente placas. Bajo la corteza se
encuentra la astenósfera (parte externa del manto) sobre la cual se
deslizan las placas que forman la litósfera. El manto está compuesto
por roca fundida y es de esta parte del planeta donde se origina la
lava que arrojan los volcanes. Hacia el interior de la tierra la
temperatura y densidad se incrementan, de manera que se estima
que el centro del núcleo alcanza temperaturas de 4200 0C y su
densidad es de alrededor de 13 veces la densidad del agua.

Campo magnético en la tierra


El campo magnético de la tierra se ha tratado de explicar de
diversas maneras. En el siglo XVII se propuso que la tierra en su
conjunto era un magneto. Una teoría posterior postulaba que en el
centro de la tierra se encontraba un pequeño pero potente
magneto. No obstante que esta teoría explicaba adecuadamente el
campo magnético terrestre, quedó invalidada cuando Pierre Curie
demostró que a temperaturas mayores de 500 0 C se pierde el
magnetismo de un material. Hacia el interior de la tierra la
temperatura se incrementa, originando que se alcancen los 500 C a
Cap 2 Sismicidad 11

profundidades de 20 0 30 km (figura 2.2), punto a partir del cuai se


pierde cualquier campo magnético.

FRAGMENTADA EN SEGMENTOS

35
12,740 km CO
NOCIDOS COMO PLACAS

Figura 2.2 Composición interna de la tierra

Cuando los materiales se encuentran sometidos a altas


temperaturas (por arriba del punto Curie) y después se enfrían,
quedan magnetizados en la dirección del campo magnético
existente. Esto ha permitido estudiar la dirección del campo
magnético de piedras volcánicas, encontrándose que la dirección
actual es distinta a la que guardan piedras de cierta antigüedad,
llegando inclusive a invertirse la dirección.
12 Peligro sísmico

Figura 2.3 Erupciones volcánicas fotografiadas en el fondo del lecho marino


(http://www.noaanews.noaa.aov/stories2006/s2635.htm)

En el siglo pasado se hicieron mediciones del campo magnético de


la corteza de los mares, encontrándose que existen zonas donde la
dirección del campo magnético es la actual y zonas en la que la
dirección del campo magnético apunta en dirección contraria. Esto
muestra que la corteza se ha formado en diferentes épocas y que
continúa naciendo nueva corteza. Se localizaron, cercanamente al
centro de los océanos, líneas de simetría de corteza de distintas
edades, lo que significa que en estos lugares nace magma que al
salir al exterior se solidifica y al enfriarse guarda el campo
Cap 2 Sismicidad 13

magnético correspondiente a la época en que se forma, dando un


mayor sustento a la teoría de la tectónica de placas.

Actualmente es posible filmar algunas de las erupciones volcánicas


que ocurren en distintas zonas del lecho marino y que dan origen a
la salida de nuevo material proveniente del manto. En la figura 2.3
se muestran dos erupciones volcánicas tomadas en el fondo del
océano. En la figura 2.4 se muestra una fotografía de lava volcánica
que emergió de una dorsal oceánica tomada cinco años después de
la erupción.

Figura 2.4 Lava volcánica en una dorsal oceánica de cinco años de antigüedad
(oceanexplorer.noaa.gov/.../' media/nw rota.html)

Deriva Continental
Debido a la gran diferencia de temperaturas entre el núcleo y la
corteza terrestre, y a que el material que forma el manto es mal
conductor de calor, se producen corrientes de convección
provocando el desplazamiento de la corteza sobre la parte viscosa
del manto y a su vez el nacimiento de nueva corteza en los océanos
(figura 2.5).

El movimiento constate de la corteza terrestre ha originado la


distribución de los continentes que conocemos en la actualidad.
14 Peligro sísmico
Este movimiento es también responsable de la formación de las
distintas fuentes sísmicas de la tierra.

Figura 2.5 Corrientes de convección que producen el movimiento de la corteza


(adaptada de http://www.ssn.unam.mx)

Con base en la medición del campo magnético de la corteza en los


mares, se ha calculado la edad de cada una de las zonas aledañas a
los lugares donde nace nueva corteza. Esto ha permitido estimar la
tasa de deslizamiento de cada una de las placas en que se
encuentra fraccionada la corteza terrestre y con base en la
dirección de movimiento actual conocer como se encontraban hace
millones de años.

La figura 2.6 muestra las placas tectónicas y la frontera entre ellas,


que corresponde al lugar donde con mayor frecuencia ocurren los
temblores.

De acuerdo con el movimiento actual de las placas, se estima que


hace alrededor de 200 millones de años, todos los continentes se
encontraban unidos formando un solo continente llamado Pangea.
La configuración de Pangea muestra que Sudamérica se encontraba
unida con África lo que explica la existencia de ciertas razas de
animales terrestres y plantas que no viven en ninguna zona del
planeta excepto en África y Sudamérica (figura 2.7).

Figura 2.6 Placas tectónicas


(adaptada de http://www.ssn.unam.mx)
Cap 2 Sismicidad 15

2.3 FUENTES SÍSMICAS


Las principales fuentes sísmicas originadas por el movimiento de las
placas tectónicas son las siguientes:

Fallas de subducción o convergencia. Estas fallas son originadas


cuando las placas oceánicas se introducen por debajo de las placas
de los continentes (figura 2.8). Este fenómeno se presenta debido a
que las placas oceánicas tienen menor espesor que las placas de los
continentes. La mayoría de estas fuentes se encuentran en la zona
comprendida entre el Océano Pacífico y los continentes que lo
rodean, y se encargan de disipar poco más del 90% de la energía
sísmica producida por los temblores en todo el mundo. En la misma
figura se observa también que al introducirse la placa oceánica en el
continente, se incrementa la temperatura produciendo vapores que
deforman la corteza terrestre lo que explica el origen de los
volcanes. Dada la gran actividad sísmica y

volcánica de esta zona, se le llama el Cinturón de Fuego o


Cinturón Circumpacífico. Algunos países con elevada actividad
sísmica tales como: Chile, Perú, El Salvador, México, Japón,
Indonesia, Nueva Zelanda, etc., se encuentran en el Cinturón
de Fuego (figura 2.9).
16 Peligro sísmico

Figura 2.7 Continente Pangea


(adaptada de http://vmw.recursos.cnice.mec.es)

En México, los temblores de subducción se originan en una zona


que se encuentra comprendida entre el Golfo de Tehuantepec y el
estado de Jalisco en la frontera con el Océano Pacífico. De acuerdo
con la sismicidad histórica de la región, ésta zona se ha dividido en
trece subzonas que se mueven independientemente entre sí y que
originan los temblores que con mayor frecuencia y magnitud se
presentan en la República Mexicana (Nishenko y Singh, 1987).

Los sismos se producen en la frontera de la Placa de Norteamérica,


con las fronteras de las Placas de Cocos y de Rivera. La Placa de
Rivera es de menor tamaño y su tasa de desplazamiento es también
más baja que la de la Placa de Cocos. A pesar de lo anterior, en la
zona de contacto entre la Placa de Rivera y la Placa de
Norteamérica, se originó el temblor que se considera de mayor
magnitud en la historia sísmica reciente del país, ya que en 1932 se
produjo en las costas de Jalisco, un sismo con magnitud estimada
entre 8.2 y 8.4, según distintas referencias.
Cap 2 Sismicidad 17

Trinchera.
Volcánicó

Corteza Océanica
Corteza Continental
Litósfera Litósfera

Frontera de converqencia
Figura 2.8 Proceso de subducción de las placas tectónicas (adaptada de
http://www.ssn.unam.mx)

Por otra parte, el temblor que mayores pérdidas económicas y de


vidas ha ocasionado, es el sismo del 19 de septiembre de 1985, con
epicentro frente a las costas de Michoacán. En la figura 2.10 se
muestran las isosistas (líneas que encierran zonas en las que la
intensidad sísmica es la misma) correspondientes al temblor de
1985.

Se observa que las mayores intensidades se localizan en las


proximidades del epicentro, frente a las costas de Michoacán.
Conforme la zona se encuentra más alejada del epicentro, la
intensidad sísmica se reduce, hasta alcanzar valores muy bajos en la
zona noreste del país y en la península de Yucatán. La forma de las
isosistas del temblor de 1985 es típica de los temblores de
subducción que se generan frente a las costas del pacífico
mexicano. Una excepción a la forma en que se distribuyen las
isositas se presenta en el caso de la Ciudad de México y en Ciudad
Guzmán, Jalisco. En estas ciudades la intensidad sísmica fue la más
alta registrada durante el sismo de 1985, a pesar de que no se trata
de las ciudades más próximas al epicentro. La razón por la cual se
presenta este comportamiento anómalo, es debida a los efectos de
sitio que se producen en algunas regiones, asociadas
fundamentalmente a las características del suelo, que pueden dar
18 Peligro sísmico
origen a amplificaciones importantes de la respuesta de las
construcciones. Este fenómeno es ampliamente conocido y se
encuentra muy bien documentado en la bibliografía existente
(Bazán y Meli, 2000).

Figura 2.9 Epicentros de temblores donde se observa el Cinturón


de Fuego

Fallas de transformación. Las fallas de transformación se originan


por el movimiento relativo transversal de dos placas tectónicas
(figura 2.11). El tiempo de recurrencia de este tipo de sismos es
mayor que el de los temblores de subducción, sin embargo, se
originan a pequeñas profundidades, lo que los convierte en eventos
de gran peligrosidad para las poblaciones cercanas a las fallas. Este
tipo de sismos se produce en el norte

del país, en la península de Baja California y se extienden hasta


el estado de California en los Estados Unidos.
Cap 2 Sismicidad 19

Figura 2.10 Mapa de isosistas correspondientes al temblor del


19 de septiembre de 1985

Las fallas regionales del norte de Baja California se dividen en dos


grupos principales: las peninsulares que se ubican en tierra
emergida y las de borde que se localizan en el mar (Cruz-Castillo,
2002). El riesgo en el estado es mayor hacia el oriente, en el Valle
de Mexicali, en especial la fallas de: Agua Blanca por el tiempo
transcurrido sin actividad sísmica, la de Ojos Negros por su intensa
actividad microsísmica, y el sistema de fallas Cerro Prieto e Imperial,
por su cercanía a zonas económicas importantes (Cruz-Castillo,
2002).

Fallas normales. Cuando la placa del océano se introduce por


debajo de las placas del continente, su peso propio y los esfuerzos
de tensión debidos a la flexión de la placa por efecto de las
corrientes de convección, origina que eventualmente se produzca
una falla por tensión, dando origen a un movimiento sísmico. El
foco de estos eventos se encuentra dentro del continente a
profundidades mayores que 45 km. Las fallas normales pueden
generar magnitudes de consideración, pero menores que las
máximas esperadas en las fallas de subducción, y con una
20 Peligro sísmico
frecuencia de ocurrencia considerablemente menor que la de los
temblores de subducción.

Figura 2.11 Falla de transformación

Algunas poblaciones del centro del país, situadas a cierta distancia


de la zona de subducción, no siempre resultan afectadas por sismos
originados en la costa. Este hecho, favorece la existencia de un
clima de confianza entre la población, que considera que la ciudad
es segura al no verse afectada por sismos de gran magnitud
originados en la zona de subducción. Desafortunadamente, el
peligro sísmico puede ser mayor de lo que se concluye de la
observación anterior, ya que los sismos de fallamiento normal,
aunque ocurren con mucha menor frecuencia que los sismos de
subducción, y a pesar de que sus magnitudes suelen ser inferiores,
se generan a distancias menores y han dado origen a pérdidas de
vidas y económicas de consideración en varias poblaciones del país.

En la República Mexicana se han presentado eventos provenientes


de esta fuente, fundamentalmente en el sureste del país. Una falla
normal pudo ser el origen del temblor del 19 de junio de 1858
(Singh et al. 1996), que provocó daños importantes asociados a una
intensidad IX en la escala de Mercalli (Jara et al. 1996). La
Cap 2 Sismicidad 21

descripción que se presenta en las crónicas sobre los daños que


produjo este sismo es la siguiente (Contreras, 1989): donde se hizo
sentir más fue en Pátzcuaro, donde el sacudimiento causó terribles
efectos, arruinando varios templos y casas. En Morelia, se sintió de
una manera muy violenta, sufrieron mucho las casas y edificios,
entre ellos la catedral y la Compañía de San Agustín . En la figura
2.12 (Suárez, 1986) se presentan las isosistas correspondientes a
este evento; la forma y distribución de las curvas sugiere que se
trata de un sismo diferente a los que se originan en la costa (figura
2.10) y muestran que las máximas intensidades se presentaron en
Morelia y en sus alrededores.

Figura 2.12 Isosistas del temblor de 1858


(adaptada de Suárez, 1986)

En la figura 2.13 se muestran los focos y epicentros de distintos


tipos de sismos, en los que se observa la distancia a la costa y la
profundidad a la que pueden producirse. En la parte superior de la
figura se observa la ubicación de los epicentros de temblores de
fallamiento normal, localizados en el interior del continente y los
temblores que se producen en la costa, que son temblores
superficiales debidos a la subducción de las placas. La Placa de
Rivera, localizada frente a las costas de Jalisco y Nayarit, queda
delineada por la posición de los epicentros originados en su
frontera.
22 Peligro sísmico

1100 1050

Distancia de la Trinchera (Km)

Figura 2.13 Ubicación de epicentros y focos de temblores


(http://www.ssn.unam.mx)

En la Península de Baja California y Mar de Cortés, los temblores


están asociados a fallas de transformación. Cabe aclarar que
algunos de los temblores del interior pueden tener su origen en
fallas locales. En la parte inferior de la figura se muestra la
profundidad y distancia del foco de distintos temblores.
Cap 2 Sismicidad 23

Los temblores de Morelia en 1858, Oaxaca en 1931 y Orizaba en


1973, son tres sismos destructivos que se consideran como sismos
de fallamiento normal. En las figuras 2.14 y 2.15 se observa la
ubicación estimada de sus focos y la posición de los epicentros
respectivamente.

FOSA t». WBDVCCION ORIZABA


OCEANICA COSTA

FOCCS OE SISMOS
NORU'LES

50 OAXACA
(1931) MORFI.IA (_)RIZABA
(1858) 1973)

ZOO 100 km

Figura 2.14 Ejemplos de focos de temblores destructivos de


fallamiento normal (modificada de Suárez, 1986)

En la tabla 2.1 se muestran los principales temblores destructivos


de que se tiene noticia, que se han producido en el país desde el
siglo XVIII.

Fallas Locales. La corteza terrestre dentro del continente se


deforma por el empuje de la subducción de la placa oceánica y por
el nacimiento de volcanes. Las características morfológicas de la
superficie de la tierra como son las cadenas montañosas, los
volcanes, los pliegues, las fracturas, las fallas, las fosas, y en general,
las estructuras geológicas, se deben en buena medida a los efectos
entre las placas tectónicas.

Las deformaciones debidas al empuje de las placas activan fallas


que generalmente se encuentran a profundidades prácticamente
superficiales y que su movimiento genera temblores de magnitud
intermedia de gran peligrosidad para las poblaciones cercanas al
epicentro.
24 Peligro sísmico

Figura 2.15 Ejemplos de epicentros de fallamiento normal

Tabla 2.1 Sismos de fallamiento normal que han producidos


daños severos en el país

FECHA MAGNITUD
16 de a osto de 1711 desconocida
2 de febrero de 1856 desconocida
19 de •unio de 1858 desconocida
3 de octubre de 1864 7.5 estimada
2 de noviembre de 1894 7.3 estimada
3 de a osto de 1937 7.3
28 de a osto de 1973 7.0
28 de a osto de 1973 7.3
24 de octubre de 1980 7.1
15 de •unio de 1999 6.7
En el occidente del país existen cuatro zonas sísmicas dentro de la
placa de Norteamérica, asociadas a la evolución dei Eje
Neovolcánico: Graben de Acambay, Semigraben de Aljibes, Graben
del Mezquital y el fracturamiento de Pedro Escobedo (Arroyo et al. ,
2001 ).

El principal evento debido a una falla local es el del Graben de


Acambay que se prolonga hasta Pátzcuaro y que dio origen a un
temblor de magnitud 7.0 en 1912, causando graves daños a la
Cap 2 Sismicidad 25

población de Acambay en el estado de México. A los temblores


originados en este tipo de fuente sísmica se les conoce también
como temblores corticales.

De acuerdo con Arroyo et al. (2001), se han identificado también los


sismos locales que se describen a continuación. El 11 de febrero de
1875 se produjo un sismo al noroeste de Guadalajara al que se
asignó una magnitud de 7.1, a partir de regresiones Mw
— intensidad. En la frontera entre el Graben de Chapala, el de Tepic
y el de Colima, se originó un evento el 27 de diciembre de 1568 al
que se le estimó un magnitud de 7.0 con base en la información
histórica disponible. El 3 de enero de 1920 ocurrió un sismo en
Jalapa con una magnitud estimada Ms = 6.4, causando daños
importantes en la ciudad. El 22 de febrero de 1979 se presentó un
sismo de magnitud 5.3 en la falla de venta de Bravo, al sur de
Acambay, causando daño en las poblaciones vecinas.

Frontera Divergente o de Crecimiento. IJna parte del material del


magma que emerge a la superficie de la tierra, lo hace a través de la
frontera entre dos placas tectónicas. Esta actividad tiende a
producir una separación entre las placas vecinas, como sucede en la
frontera entra placas tectónicas que se localiza en el Océano
Atlántico, situación que produce un alejamiento de 7 cm al año en
promedio entre los continentes americano y europeo.

Este mismo fenómeno da origen a la formación de cadenas


montañosas. En la frontera del Atlántico que se menciona, se
encuentra la cordillera más larga que existe actualmente en el
mundo. Algunos sismos se producen en este tipo de fronteras entre
placas, sin embargo, su frecuencia, magnitud y ubicación de sus
epicentros, los hace poco importantes desde el punto de vista de la
ingeniería civil.
En las referencias siguientes se puede encontrar una descripción
completa de los sismos que han ocurrido en el país (Acosta, 1996,
Del valle, 1992 y Suárez, 1986).
26 Peligro sísmico
2.4 ONDAS SÍSMICAS
Al ocurrir un evento sísmico, se producen ondas que se propagan
en todas direcciones desde el origen o foco del temblor. Las ondas
que se transmiten en el interior de la tierra, conocidas como ondas
de cuerpo, son fundamentalmente de dos tipos: de compresión,
también llamadas ondas P y {as de cortante, llamadas ondas S. Las
ondas P viajan comprimiendo el material (figura 2.16) y causando
deformaciones volumétricas.

Trayectoria de las partículas

Figura 2.16 Propagación de ondas sísmicas de compresión (P)

A diferencia de las ondas de compresión, las ondas S no pueden


transmitirse en líquidos o gases y provocan deformaciones
transversales en los materiales por los que viajan (figura 2.17).

Trayectoria de las partículas

Figura 2.17 Propagación de las ondas de cortante (S)

La velocidad con la que viajan las ondas P es mayor que las de las
ondas S, debido a ello, las primeras ondas que se registran en un
instrumento de medición son las ondas R En una amplia gama de
Cap 2 Sismicidad 27

tipos de roca la velocidad de las ondas P es alrededor de 1.73 veces


la velocidad de las ondas S. La velocidad de las ondas P es de 5 km/s
en granito y llega a ser superior a 10 km/s en el interior de la tierra.
Al transmitirse el movimiento de la corteza a la superficie, la
refracción y reflexión de las ondas origina que las ondas que llegan
a la superficie sean distintas a las que se viajan a través de la
corteza.
Las principales ondas superficiales son las Love y las Rayleigh. Las
primeras se transmiten similarmente a las ondas S con
desplazamientos horizontales (figura 2.18).

Trayectoria de las partículas

Figura 2.18 Propagación de las ondas superficiales Love

Las ondas Rayleigh mueven al terreno vertical y horizontalmente y


las partículas describen movimientos elípticos semejantes a las olas
del mar (figura 2.19). Estas últimas ondas viajan más lentas que las
ondas Love y por la forma en que se transmiten, sólo las Ondas
Rayleigh se propagan en los líquidos.

Trayectoria de las partículas

Figura 2.19 Propagación de las ondas superficiales Rayleigh


28 Peligro sísmico
En suelos estratificados, las ondas sísmicas se transmiten mediante
reflexión y refracción, originando que el terreno de sustentación se
mueva como una combinación de las distintas ondas anteriormente
descritas.

2.5 APARATOS DE MEDICIÓN


Desde la antigüedad se ha buscado contar con medidas
cuantitativas de los temblores para estimar su tamaño . De los
primeros intentos por conocer alguna característica de los eventos
sísmicos se encuentra el sistema desarrollado en China en 132 A.C.
que consistía en una semiesfera con dragones ubicados en todo el
perímetro. En las bocas de los dragones se colocaba una esfera y
bajo cada dragón existía una rana sobre la que caía la esfera al
ocurrir un temblor (figura 2.20). El aparato permitía conocer la
dirección principal de movimiento del evento.

Figura 2.20 Aparato de medición Chino de 132 A.C. (Museo de


ciencias, Hong Kong)

En la actualidad se han desarrollado diversos instrumentos que


registran los movimientos del terreno. Sus características son muy
diversas dependiendo de la sensibilidad del instrumento.
Fundamentalmente, se utilizan sismógrafos y acelerógrafos. Los
Cap 2 Sismicidad 29

primeros consisten en colocar una masa suspendida en un marco


sujeto al terreno. El desplazamiento relativo de la masa con
respecto al marco de referencia se imprime sobre un cilindro
envuelto por papel que gira a cierta velocidad (figura 2.21). El
registro así obtenido se le llama sismograma. Existen también
sismógrafos que registran en cinta magnética y más recientemente
el movimiento relativo se mide a través de impulsos eléctricos que
se amplifican electrónicamente para producir el sismograma
correspondiente.

Bolígrafo
Tambor
Giratorio

M0\imientoH01izontal
Figura 2.21 Sismógrafo horizontal
(adaptada de htpp://www.w3.ualg.pt)

Los sismógrafos son instrumentos con alta sensibilidad por lo que


permiten registrar eventos de magnitud pequeña, sin embargo
pueden exceder su escala de medición ( se saturan ) al registrar
movimientos fuertes. Los sismógrafos encuentran sus principales
aplicaciones en el campo de la sismología y en los estudios de las
características del interior de la tierra (CONACYT, 1982). Debido a
que desde el punto de la ingeniería civil interesan más los
temblores con probabilidad de causar daños a las estructuras, se
utilizan en estos casos los acelerógrafos. Estos instrumentos
registran la aceleración del terreno de temblores de gran magnitud
30 Peligro sísmico
sin el problema de saturación de los sismógrafos, aunque no se
activan en el caso de movimientos sísmicos muy pequeños.

Los acelerógrafos no registran continuamente, su funcionamiento


inicia momentos antes del temblor (memoria de pre-evento) y
terminan después de que el sismo ha concluido (memoria de
posevento). Tienen adicionalmente la posibilidad de asignarle un
umbral de disparo que elimina el registro del ruido ambiental y los
sismos de menor magnitud que no aportan datos de mayor
importancia desde el punto de vista de la ingeniería sísmica. Se han
fabricado aparatos que son capaces de registrar movimientos con
aceleraciones mayores que la gravedad.

En la figura 2.22 se muestra parte del equipo de registro de


aceleraciones de la Universidad Michoacana (UMSNH). La consola
que se observa en la figura permite conectar acelerómetros
externos que se utilizan para el registro, en campo, del movimiento
de suelos y de estructuras.

Figura 2.22 Vista de un acelerógrafo en primer plano. Al fondo se observan


cuatro acelerómetros uniaxiales.
Equipo de la Facultad de Ingeniería Civil (UMSNH)
En la ciudad de Morelia se cuenta con tres acelerógrafos ubicados
en zonas con suelos de distintas propiedades para registrar los
Cap 2 Sismicidad 31

movimientos sísmicos que ocurren en los diferentes tipos de suelo


que existen en la ciudad. En la figura 2.23 se presenta la estación
ubicada en Ciudad Universitaria.

Figura 2.23 Estación acelerográfica ubicada en Ciudad IJniversitaria de la


UMSNH

2.6 LOCALIZACIÓN DE UN TEMBLOR


La localización de un temblor se da a través de la determinación de
su foco o de su epicentro. El foco es el punto en el cual se inicia el
movimiento de las placas tectónicas y el epicentro es la proyección
vertical de este punto sobre la superficie terrestre. Aunque la
energía que se libera al ocurrir el temblor está relacionada con el
área de la corteza que se fractura (área de ruptura), la cual puede
alcanzar cientos o miles de kilómetros cuadrados, el foco es el lugar
donde se considera que se origina el movimiento.

La distancia de ocurrencia de un temblor se estima con base en la


diferencia del tiempo de arribo de las ondas P y las ondas S. Con
base en el estudio de distintos registros, se han elaborado tablas
que relacionan distancia con estos tiempos. La localización
32 Peligro sísmico
geográfica se realiza estimando las distancias al epicentro de al
menos tres estaciones, dibujando tres círculos con radio
correspondiente a las distancias calculadas. El lugar en el que
coinciden las líneas que definen los tres círculos que indican la
distancia obtenida en cada estación, se considera la posición del
epicentro del temblor (figura 2.24).

Ri radio o
distancia
epicentral en la
estación i
(ATsp)i Desfase
temporal entre
ondas "S" y "P" en
la estación.

Vs y Vp Velocidad de
las ondas "S" y "P"
respectivamente

Figura 2.24 Ubicación del epicentro de un temblor mediante las distancias


calculadas en tres estaciones sísmicas

2.7 ESCALAS DE MEDICIÓN


Existen dos tipos principales de escalas para medir la intensidad de
un sismo. Las escalas de magnitud, que representan una medida
indirecta de la energía liberada por el temblor, y las escalas de
intensidad que miden el efecto del temblor en personas y objetos,
en un sitio determinado. Por tal motivo, para cada sismo se cuenta
con una sola medida de magnitud, a pesar de que los valores que
Cap 2 Sismicidad 33

reportan las diferentes estaciones sísmicas en el mundo no son


exactamente iguales. En contraparte, la intensidad es diferente en
cada lugar, ya que los efectos del sismo son función de la distancia
del sitio al epicentro y del tipo de terreno, entre otras
características.

a) Escalas de magnitud
Magnitud de Richter o magnitud local (ML). Esta propuesta para
describir el tamaño de un temblor fue introducida por Richter en la
década de 1930, a partir del estudio de sismos en California. De
acuerdo con ella, un temblor que produce una amplitud de 0.001
mm, en un sismógrafo del tipo Wood Anderson localizado a 100 km
del epicentro del evento, tendría magnitud O. A partir de esta
propuesta, la magnitud se calcula con:

ML =K+logA (2.1 )
en donde A es la máxima amplitud registrada por el sismógrafo y K
es una constante que toma en cuenta la distancia y profundidad
del epicentro. La definición anterior implica incrementos de una
unidad en la magnitud para amplificaciones de diez veces en la
amplitud del movimiento.

Con el propósito de extender la idea de magnitud para sismos en


otras partes del mundo, medidos con diferentes instrumentos,
para distintas distancias epicentrales y para sismos con
características diversas, se han propuesto otras escalas de
magnitud. La fórmula general de estas propuestas es:
M =LogA cs+ CR (2.2)
En donde A se refiere a la amplitud de cierto tipo de onda, f(d,h) es
una función que tiene en cuenta la distancia epicentral y la
profundidad del foco, Cs es una corrección de acuerdo con el tipo
de estación y CR es una corrección de acuerdo con la región. A
continuación se describen brevemente las escalas más empleadas.
34 Peligro sísmico
Magnitud de ondas superficiales (Ms). Esta es una de las
magnitudes más utilizadas a escala mundial y se calcula con base en
las ondas Rayleigh con periodo cercano a los 20 seg. Dada la forma
en que se obtiene, no describe adecuadamente los temblores
originados a profundidades mayores que 70 km ni temblores
cercanos de magnitud pequeña.

Magnitud de ondas de cuerpo (Mb). Se obtiene a partir de la


máxima amplitud de las ondas P de la componente vertical de un
sismograma con periodo cercano a un segundo. Estas ondas se
observan claramente en registros con distancias mayores que 1000
km., tienen el inconveniente de no describir adecuadamente a
temblores que liberan mucha energía con áreas grandes de ruptura.
Una medida similar es la magnitud de ondas de cuerpo MB, cuya
principal diferencia con la anterior es que utiliza ondas con periodos
entre uno y diez segundos e incorpora otras ondas (adicionalmente
a las ondas P).
Magnitud de coda (Mc). Esta magnitud se determina con las ondas
registradas al final del registro. Es conveniente para la medición de
temblores de origen local o eventos que por alguna razón no
registren la amplitud máxima.

Cada una de las magnitudes anteriores describe los eventos


sísmicos en un cierto intervalo, lo que limita su uso en general. En la
descripción de los grandes temblores, la magnitud de ondas
superficiales es probablemente la más utilizada. Con la finalidad de
tener una medida que reduzca las limitaciones de las magnitudes
anteriores, se ha propuesto a la magnitud de momento.

Magnitud de momento sísmico (Mw). El momento sísmico se


define como:

(2.3)

en donde es la rigidez a cortante, A es el área de ruptura y D es el


deslizamiento promedio. Como se observa, esta medida es la única
que tiene en cuenta parámetros físicos de la falla. Con el fin de
mantener una escala semejante a las escalas de magnitud, se
Cap 2 Sismicidad 35

propone la magnitud de momento a partir del momento sísmico.


Esta medida se determina con:

Mw = 0.667 * (log MO - 16.05) (2.4)


Las distintas escalas de magnitud son consistentes en intervalos de
magnitud intermedia, entre 5 y 6.5 aproximadamente, sin
embargo, todas las escalas, con excepción de la magnitud de
momento Mw, alcanzan un tope o límite máximo aún cuando la
energía liberada por el sismo siga creciendo. La magnitud de ondas
de cuerpo tiene como límite valores de MF6.5. La magnitud de
ondas superficiales alcanza valores máximos de Ms=8.3. Lo anterior
se debe a que la amplitud de las ondas sísmicas empleadas para
definir los distintos tipos de magnitud, no se incrementan
conforme se incrementa la energía liberada. Esto sucede cuando la
longitud del tipo de onda utilizado, es mucho más pequeña que la
fuente sísmica. Esta saturación o límite de las escalas explica
porque, sismos con áreas de ruptura y energía sísmica distintas,
resultan con igual magnitud. Por ejemplo, al sismo de 1906 en San
Francisco y al sismo de 1960 en Chile se les asigna el mismo valor
de Ms = 8.3, a pesar de que el área de ruptura del temblor de San
Francisco se estima en 5800 km , mientras que al sismo de 1960 se
le asigna un área de ruptura 35 veces mayor, equivalente a la
mitad del área del estado de California. La magnitud de momento
para ambos sismos es en cambio, A,'lw = 8.0 para el temblor de San
Francisco y Mw = 9.5 para el temblor de Chile.

b) Escalas de intensidad
Antes del uso extendido de los sismógrafos, la medida del tamaño
de un temblor mediante escalas de magnitud era muy limitada. Es
por ello que se propusieron previamente escalas de medición
basadas en los efectos que el temblor provocaba en distintas
regiones. Éstas son las escalas de intensidad, que ofrecen un
panorama general de los efectos del sismo y proporcionan
información que no describen las escalas de magnitud. Aun en la
actualidad en sitios instrumentados, las escalas de intensidad
siguen usándose ampliamente.

Las escalas de intensidad consideran, entre otras cosas, los daños


producidos por el temblor en las construcciones, los deslizamientos
36 Peligro sísmico
del terreno, así como la sensibilidad de la gente y animales (ver
anexo A). Por esto, a diferencia de las escalas de magnitud, se
tienen diferentes intensidades para un mismo temblor en cada
población o incluso distintos grados de intensidad en una misma
localidad.

Intensidad de Rossi y Forel


Esta fue una de las primeras escalas de intensidad utilizada para
describir las consecuencias de los temblores y se medía en grados
del I al X. Esta escala de medición ha servido como base de las
escalas de intensidad que actualmente se utilizan.

Intensidad de Mercalli Modificada


Esta escala es de las más utilizadas en América y fue propuesta
inicialmente en la década de 1930. Posteriormente, se modificó,
quedando en la actualidad descrita por los grados I al XII que se
describen en el anexo 1. El grado I corresponde a un temblor que
muy poca gente percibe y el grado XII se asocia a la destrucción
total. La escala de Mercalli modificada se presenta en el anexo A.

Intensidad de Mercalli Cancani Sieberg


Es una escala de 12 niveles que tiene en cuenta en parte de la
definición de los grados de intensidad el porcentaje de edificios
dañados. Esta escala es de utilidad en poblaciones con grupos de
edificaciones con estructura y calidad de construcción estándar. Se
usa en el sur de Europa.
Intensidad MSK
La escala MSK fue propuesta por Medvedev, Sponheuer y Karnik y
es ampliamente usada en Europa. Se describe con doce grados, I al
XII, y a diferencia de la escala de Mercalli modificada, incorpora
algunos valores cuantitativos en la descripción de cada grado.
Cap 2 Sismicidad 37

Intensidad JRA
Es una escala propuesta por la Agencia Meteorológica Japonesa,
JRA por sus siglas en inglés, que cuenta con 8 niveles o grados de
intensidad y que hace referencia al efecto del sismo en objetos y
construcciones típicas del Japón
MERCALLI NEC)VEDEV
MERCALLI ROSSI CANCANI SPONHEUER
MODIFICADA FOREL SIEBERG

1 1 11 1
11
11 111

111
111
11

111

VI
VIII VII

VIII

VII x IX

VIII XII x
VII

XII
x
XI

XII
Figura 2.25 Magnitud de temblores en el periodo 1980 - 2000 (adaptada
de Reiter, 1991)
38 Peligro sísmico
El uso de distintas escalas a nivel mundial puede llevar a errores en
la interpretación de los efectos de un sismo. De ahí la importancia
de conocer las distintas escalas y la relación entre ellas. En la figura
2.25 se muestra una comparación entre las escalas mencionadas.
Puede verse, por ejemplo, que la intensidad de Mercalli Modificada
y la MKS son prácticamente equivalentes.

2.8 SISMICIDAD EN EL MUNDO


Del año 1900 al año 2000 se han generado 3574 eventos sísmicos
en el mundo con magnitud mayor que 6.0, concentrándose la
mayor parte en el cinturón de fuego (figura 2.9). La figura 2.26
muestra los eventos sísmicos con magnitud mayor que 5.0, desde
1980. Es notorio el gran número de temblores y la relativa
uniformidad en todos los años. Se observa, además, que los
temblores de mayor magnitud son superficiales y que los temblores
profundos son, en su mayoría de menores

magnitudes.

Year
Figura 2.26 Magnitud de temblores en el periodo 1980 al año 2000 (U.S.
Geological Survey)

En la tabla 2.2 se muestran los temblores de magnitud mayor o


igual que 8.0 que han ocurrido de 1900 a 2007, de acuerdo con
información proveniente del USGS (United States Geological
Survey). En total se reportan 84 temblores en un periodo de 107
años, es decir, un temblor de magnitud mayor o igual a 8.0 cada
1.27 años. El temblor de Chile de 1960 es el de mayor magnitud
Cap 2 Sismicidad 39

estimada (Mw = 9.5), le siguen el temblor de Alaska de 1964 y el de


Sumatra de 2004. En México, el temblor más grande es el ocurrido
en las costas de Jalisco en 1932, con una magnitud de 8.1, aunque
otras referencias asignan valores hasta de 8.4 al mismo temblor.
Además del temblor de Jalisco, los temblores de

Michoacán de 1985, de Oaxaca de 1928 y de Jalisco de 1995,


han alcanzado una magnitud de 8.0. Al temblor de Michoacán
de 1995, se le asigna un magnitud de Ms=8.1 en algunas
referencias.

Tabla 2.2 Sismos de magnitud mayor o igual que 8.0 (1900-2007)


No. Año Magnitud Región
1 1960 9.5 Chile
2 1964 9.2 Alaska
3 2004 9.1 Sumatra
4 1952 9.0 Rusia
5 1906 8.8 Colombia
6 1965 8.7 Alaska
7-9 3 sismos 8.6
10-13 4 sismos 8.5
14-19 6 sismos 8.4
20-26 7 sismos 8.3
27 15 8.2
sismos
42-60 19 sismos.
Entre
ellos
1932 Jalisco
61-84 24 sismos.
Entre
ellos 8.0 Jalisco
los de: 8.0 Michoacán
1995 8.0 Oaxaca
40 Peligro sísmico
1985
1928
Una de las razones por las que es importante estudiar los procesos
generadores de temblores y el comportamiento sísmico de las
estructuras, es por el elevado número de pérdidas humanas que
suelen presentarse cuando ocurren estos eventos. En la tabla 2.3 se
muestran los temblores con más pérdidas humanas ocurridas de
1900 a 2007. El temblor de Sumatra de 2004 supera con mucho el
número de decesos (227,898) que cualquier otro sismo en el
periodo comprendido en la tabla. Si se acude a los datos de sismos
históricos, se encuentra que otros sismos del pasado han producido
un mayor número de muertes que el sismo de Sumatra de 2004,
entre ellos destaca el temblor de China de 1556 que originó la
muerte de 830,000 personas aproximadamente.

Tabla 2.3 Sismos con mayores pérdidas de vidas (1900-2007)


Pérdida
No. Año Magnitud Región
de vidas
1 2004 9.1 Sumatra 227,898
2 2005 7.6 Pakistán 80,361
3 1990 7.4 Irán 50,000
4 2003 6.6 Irán 31 ,000
5 2001 7.7 India 20,023
6 1906 8.2 Chile 20,000
7 1999 7.6 Turquía 17,118
8 1934 8.1 India 10,700
9 1993 6.2 India 9,748
10 1985 8.0 México 9,500
11 1976 8.0 Fili inas 8,000
12 2006 6.3 Java, 5,749
Indonesia
13 1960 9.5 Chile 5,700
Una conclusión interesante a la que se llega al observar los datos de
la tabla 2.3 es que el número de muertes no ha disminuido en las
últimas décadas. Los cinco temblores que más decesos han
Cap 2 Sismicidad 41

provocado en los últimos 107 años, son eventos ocurrido en los


últimos 17 años. Lo cual nos debe hacer recapacitar sobre las
medidas que hemos tomado para prevenir este tipo de desastres.

2.9 SISMICIDAD EN MÉXICO


Las principales fuentes sísmicas en la República Mexicana son: la
zona de subducción, la zona de transformación, la zona de
temblores de fallamiento normal y las zonas de fallas locales.
La figura 2.27 muestra los epicentros de temblores ocurridos en
México entre 1964 y 1995. Se observa claramente la frontera de las
fallas geológicas: los epicentros localizados frente a las costas del
Pacífico, desde Jalisco hasta Chiapas, corresponden a la subducción
de la Placa de Cocos y de la Placa de Rivera; la falla normal, cuyos
epicentros se encuentran dentro del continente, como una
prolongación de los epicentros de subducción hacia el interior del
país); la falla de transformación en el norte del país con epicentros
paralelos aproximadamente a la Península de Baja California; y en
menor número, los eventos producidos en fallas locales, con
epicentros dentro del continente. La mayor actividad sísmica se
presenta en la zona de subducción localizada en la costa del pacífico
entre Jalisco y Chiapas.

30
Norteamérica

7
Pacifico
15
42 Peligro sísmico
-120 ,115
Longtnuie

Figura 2.27 Epicentros de temblores en México en el periodo 1964-1995


(http://www.ssn.unam.mx)

La ocurrencia de temblores de subducción rompe un área


importante del contacto entre la placa oceánica y la placa
continental. La figura 2.28 muestra las áreas de ruptura de los
temblores de mayor magnitud ocurridos en esta zona en las últimas
décadas según se reporta en el Servicio Sismológico Nacional. Las
dos mayores superficies corresponden a los temblores de 1932
(Ms=8.2), con epicentro en Jalisco, y al temblor de 1985 (Ms=8.1),
con epicentro en Michoacán.

Figura 2.28 Zonas de ruptura de los temblores más importantes ocurridos los
últimos años en México
Cap 2 Sismicidad 43

Brecha sísmica de Guerrero


Cuando ha transcurrido un largo periodo sin que se produzca un
gran sismo, en una zona considerada sísmicamente activa, se dice
que se ha formado una brecha sísmica o gap (en inglés) en esa
región. Como ejemplo, consideremos el sismo de septiembre de
1985, cuyo epicentro se localizó en la costa de Michoacán. Anterior
a este, se presentaron dos temblores originados en Colima en 1973
y en Petatlán en 1979, cuyas áreas de ruptura se muestran en la
figura 2.29.
En el área comprendida entre ambas zonas de ruptura, no se había
generado un temblor importante en más de 80 años, a pesar de que
los periodos medios de recurrencia de los sismos para esa región
son menores. Por lo tanto, la región mencionada fue identificada
como una brecha sísmica por la ausencia de un gran sismo, Si bien
es cierto que se produjo un temblor en 1981 en Playa Azul, el área
de ruptura mostrada en la figura, es indicativa de un temblor de
pequeña magnitud que no fue capaz de liberar la energía potencial
que se estimaba para dicha región. Finalmente, el 19 de septiembre
de 1985 se produce un temblor con magnitud Ms=8.1.

MÉXICO
Colima, 1973
(M 7-5)

Playa Azul, 1981


(M = 73)
Petatlán, 1979
(M = 7.6)

Tasa de deslizamiento
Placa de Cocos 00
promedio 6
cm/año
44 Peligro sísmico
Figura 2.29 Brecha sísmica de Michoacán antes del sismo de septiembre de
1985. (modificada de http://www.ssn.unam.mx)

Las áreas de ruptura del 19 de septiembre y de la réplica principal,


ocurrida el 20 de septiembre, se muestran en la figura 2.30. Se
observa la relación entre las dimensiones de las áreas de ruptura y
la magnitud estimada para los sismos que han ocurrido en la región.
Existen tres zonas en las que hace tiempo que no se produce un
evento importante: el Golfo de Tehuantepec y en la costa de
Guerrero. En la primera zona, dada la falta de información histórica
sobre la generación de grandes sismos, se considera poco probable
que se produzcan temblores de gran magnitud, y que el
movimiento de las placas genere únicamente eventos de magnitud
pequeña.

En la zona de Guerrero no se ha producido un terremoto de


gran magnitud desde 1911, a pesar de que la historia sísmica
muestra que hay temblores importantes con epicentros en este
lugar. Debido a ello, se acepta que uno de los lugares en los que
existe mayor probabilidad de que se produzca un próximo gran
temblor es la brecha de Guerrero, señalada en la figura 2.28.

Réplicas Sismos 19 Sep


0
1985
19 N
Cap 2 Sismicidad 45
10,10 W 1030 w 1020 W 1010 W

Figura 2.30 Zonas de ruptura de los sismos ocurridos los días 19 y 20 de


septiembre de 1985 (http://www.ssn.unam.mx)
CAPÍTULO 3
ZONIFICACIÓN SÍSMICA

3.1 INTRODUCCIÓN

Uno de los aspectos relevantes para estimar el peligro sísmico de


una localidad, son los efectos de sitio que se producen por efecto
de las características dinámicas y topográficas del terreno. Dichas
características son responsables de las variaciones en la duración,
frecuencia y amplitud del movimiento del suelo con respecto a lo
que sucede en el lecho rocoso, dando origen, en algunos casos, a
grandes amplificaciones en la respuesta de las estructuras
construidas en el lugar. Es bien sabido que las propiedades
dinámicas del suelo pueden variar en forma importante dentro de
una misma ciudad, por lo que los efectos de un temblor
determinado suelen ser diferentes para cada zona de la ciudad.

En la figura 3,1 se ilustra un caso de amplificación del movimiento


debido a las características del terreno. La estación que se ubica a
la izquierda, sobre el terreno firme, registra una historia de
aceleraciones con menor amplitud y duración que las del registro
que se observa a la derecha, obtenido en una estación localizada
sobre un terreno formado por estratos blandos de espesor
considerable. Un ejemplo notable de los efectos de sitio es el caso
de la ciudad de México, en la que los daños se concentran en la
antigua zona del lago de la ciudad, donde existen depósitos
profundos de suelo arcilloso, con altos contenidos de agua, en los
Cap 3 Zonificación sísmica 47

que las múltiples reflexiones y refracciones de las ondas a través de


los diferentes estratos de suelo, concentran la energía en las
frecuencias bajas del movimiento. Estudios de amplificación en el
valle de México muestran que en la zona del lago, para ciertas
frecuencias, la amplificación es de 55 veces con respecto a la zona
de lomas de la ciudad. Estos efectos de sitio explican el porqué la
ciudad de México experimenta daños considerables a pesar de
estar alejado de las fuentes sísmicas en el país.

Figura 3.1 Efecto de amplificación del movimiento debido a las propiedades


dinámicas del terreno

El mapa de intensidades sísmicas del temblor de 1985, muestra que


las mayores intensidades se presentaron en los lugares más
próximos al epicentro. En estos sitios se asignó una intensidad de IX
en la escala de Mercalli. La intensidad va disminuyendo conforme
las poblaciones se alejan del origen del temblor (ver figura 3.2), de
manera que, en la zona en la que se localiza Ciudad Guzmán, en el
estado de Jalisco, la intensidad se reduce a VII. Sin embargo, debido
a las amplificaciones que se producen en algunas áreas de Ciudad
Guzmán, la intensidad asignada alcanzó el nivel IX en la escala de
Mercalli. El caso de la ciudad de México es semejante, su ubicación
48 Peligro sísmico

corresponde a una región en la que se asignó una intensidad V, no


obstante, los efectos de sitio en la zona del lago de la ciudad,
dieron origen a amplificaciones que llegaron a niveles de intensidad
VIII y IX en la escala de Mercalli.

CO.
GUZMÁN
VIII - IX

Figura 3.2
Efecto de
sitio en
Ciudad
Guzmán y en la ciudad de México durante el temblor de 1985

NO sólo las características del subsuelo condicionan posibles


amplificaciones locales del movimiento; de la misma manera, las
características topográficas de un lugar pueden producir
amplificaciones importantes. Un caso de amplificación topográfica,
en la parte superior de un promontorio, se presentó en el registro
de Pacoima Dam durante el temblor de San Fernando (Ms = 6.6),
en el cual se registró una inusual elevada aceleración de 1.25g.
Reiter (1991) menciona el caso de Italia durante el sismo de 1980
(ML = 6.5), en el que se asignó una intensidad sísmica (en la escala
MSK), sobre la parte superior de una loma, dos niveles superior al
valor de la intensidad que se asignó al valle circundante. Paulay y
Priestley (1991) hacen referencia a una situación semejante,
ocurrida durante el temblor de Chile en 1985, en la que se
Cap 3 Zonificación sísmica 49

obtuvieron amplificaciones de la aceleración en la loma, de diez


veces respecto a la aceleración registrada en el valle. Como
consecuencia de estos efectos de amplificación local, los edificios
sobre la loma, con características semejantes a edificios localizados
en el valle, sufrieron daños considerables, motivo por el cual
tuvieron que ser abandonados, mientras que los edificios en el valle
no tuvieron daño, como se ilustra en la figura
3.3.

Edificios con daños

severos

Figura 3.3 Edificios dañados durante el temblor de 1985 en Valparaíso, Chile,


como resultado de las amplificaciones topográficas

Aunque los estudios teóricos indican que las amplificaciones en la


parte superior de un promontorio con respecto a su base es de 1.5
veces, Reiter (1991), menciona que se han registrado
amplificaciones hasta de diez veces y, en un caso, hasta de 30

veces.
50 Peligro sísmico

3.2 ZONIFICACIÓN SÍSMICA


En vista de las grandes amplificaciones del movimiento que se
producen en áreas determinadas de una ciudad o región, es
necesario que los reglamentos de construcción indiquen las zonas
en las que pueden producirse estos efectos. Para ello, es de gran
utilidad contar con mapas de zonificación sísmica, en los cuales se
indiquen las distintas regiones de acuerdo con las potenciales
amplificaciones que pueden producirse desde el punto de vista
sísmico.

Debe aclararse que los mapas de clasificación geotécnica que se


incluyen en muchos reglamentos de construcción, se construyen
con un objetivo distinto y no coinciden necesariamente con los
mapas de zonificación sísmica. Esta confusión también se presenta
cuando se realizan estudios de mecánica de suelos para cimentar
alguna construcción, y se pretende deducir de la información de la
estratigrafía superficial, el tipo de suelo para clasificarlo
sísmicamente. Para ilustrar lo anterior, consideremos un terreno
clasificado como blando, según un estudio de mecánica de suelos
realizado a una profundidad limitada, por ejemplo, cinco metros.
Este suelo tiene una baja capacidad de carga y pudiera
considerarse también, desde el punto de vista sísmico, como un
terreno blando. Si el estrato, o los estratos de suelo con baja
capacidad, tienen espesores de 6 metros, 20 metros 0 40 metros, la
respuesta sísmica será distinta en los tres casos. Sin embargo, el
estudio de capacidad de carga, limitado a 5 metros de profundidad,
no permite distinguir la posible amplificación dinámica de cada
caso.

De acuerdo con lo anterior, es conveniente contar con mapas de


zonificación sísmica que reflejen las variaciones en las propiedades
dinámicas de los suelos y las posibles amplificaciones en cada
región, y proponer, a partir de ellos, los coeficientes de diseño
sísmico apropiados.
Cap 3 Zonificación sísmica 51

3.3 ESTIMACIÓN DE LOS EFECTOS DE SITIO


Los efectos de sitio en una región pueden ser estimados a través de
métodos teóricos y empíricos.

Los métodos empíricos desprecian los efectos bidimensionales y


tridimensionales, y consideran que los efectos de sitio se deben a
un solo estrato de suelo blando sobre un semiespacio rígido
infinito. Bajo esta simplificación, los efectos de sitio pueden
estimarse mediante el periodo que resulta de la relación de
impedancias entre el estrato blando y el estrato rígido. Los
métodos empíricos emplean registros de sismos fuertes obtenidos
mediante redes acelerográficas permanentes; registros de sismos
moderados o débiles obtenidos con un conjunto de estaciones
acelerográficas temporales; o registros de vibración ambiental.

Los métodos teóricos establecen una función de transferencia que


modifica la señal obtenida en el lecho rocoso a la superficie del
terreno. Para ello es necesario contar con las propiedades de los
estratos que conforman el terreno, tales como: el espesor del
estrato, su densidad, el amortiguamiento y la velocidad de ondas
de corte. La técnica más empleada es la teoría unidimensional de
propagación de las ondas, en la que se consideran dimensiones
laterales infinitas. Las propiedades del terreno pueden obtenerse
mediante sondeos profundos o pruebas de prospección geofísica
(refracción sísmica, "cross hole", etc.). Es común realizar este tipo
de exploraciones del subsuelo en la construcción de edificios altos y
estructuras importantes, por lo que en muchas ciudades se cuenta
con este tipo de información, aunque sea de manera limitada.
Actualmente se utiliza también un sistema de sonda suspendida,
que a diferencia de los métodos de prospección tradicionales, no
tiene prácticamente problemas en cuanto a la profundidad de
investigación, aportando datos más confiables para la obtención de
la función de transferencia.

3.3.1 Vibración ambiental


Debido a la escasez de registros de sismos fuertes, en las
poblaciones localizadas en zonas sísmicamente activas, se
52 Peligro sísmico

desconocen las posibles amplificaciones del movimiento que


pueden generarse durante temblores reales. Una forma de resolver
el problema consiste en instalar una red completa de acelerógrafos
que midan directamente los valores de amplificación en distintos
tipos de terreno. Sin embargo, esta posibilidad requiere que se
produzcan movimientos intensos en la ciudad que se pretende
estudiar, lo cual puede llevar tiempo y no permite adelantarse a la
ocurrencia de un sismo destructivo. Por otro lado, la instalación de
una red de instrumentos de medición es costosa, lo que puede ser
un impedimento para su instalación, sobre todo en países en vías
de desarrollo.

Una alternativa a la medición de sismos fuertes en una ciudad,


consiste en realizar mediciones de vibración ambiental. La
vibración ambiental, se genera principalmente por la actividad
humana, y se debe, entre otras, al tránsito de vehículos, a la
vibración de equipo y a la actividad industrial. La vibración
ambiental, que suele llamarse también microtemblores,
microvibraciones, ruido cultural o "microtremors" (en inglés), son
vibraciones de muy pequeña amplitud con periodos comprendidos
entre 0.1 y 10 s.
El análisis de los registros obtenidos con vibración ambiental, se ha
realizado directamente, a partir de las amplitudes espectrales.
También se ha empleado la técnica de Kagami, a través de los
espectros relativos de amplificación de las estaciones en suelo
blando y suelo firme, y la técnica de Nakamura, consistente en el
cálculo de las relaciones espectrales entre la componente
horizontal y vertical del movimiento en un mismo sitio. Los
máximos de dichos cocientes indican el periodo dominante del
terreno.

La técnica de vibración ambiental adquirió un gran impulso a partir


de la publicación de la técnica de Nakamura (1989) y puede
considerarse un procedimiento rápido y económico para
determinar las frecuencias predominantes de suelos y estructuras.
Su uso se ha extendido al control de calidad, control de daños,
Cap 3 Zonificación sísmica 53

estudio de los efectos de rehabilitación de estructuras, monitoreo,


etc.

La propuesta parte del principio de que las pequeñas vibraciones


registradas se propagan como ondas Rayleigh en un estrato único
blando sobre un semiespacio infinito. De acuerdo con Nakamura,
se supone que el movimiento de la componente vertical es igual al
de la horizontal en la base y no es amplificado por la capa de suelo
blando. Si se acepta que las fuentes locales no afectan el
movimiento de las vibraciones en la base, el período fundamental
del suelo (Ts), se obtiene mediante el cociente espectral entre las
componentes horizontal y vertical en la superficie.

Algunos inconvenientes de la vibración ambiental es que la


medición se basa en amplitudes muy pequeñas y no permite
estimar el comportamiento no lineal del suelo, ni es posible
identificar apropiadamente los factores de amplificación del suelo.
En contraste, un sismo fuerte inducirá grandes deformaciones del
terreno, que pueden llegar a ser en términos porcentuales del
orden de 10-1 , o incluso más. En un modelo teórico sería necesario
estimar las propiedades mecánicas del suelo correspondientes a los
niveles de deformación compatibles con el temblor de diseño, lo
cual es sumamente complejo.

Algunos investigadores consideran que la técnica de Nakamura no


es teóricamente rigurosa, no obstante, los resultados obtenidos en
diversos estudios muestran que se puede estimar el periodo
dominante del suelo de forma apropiada.

Una vez que se han obtenido los períodos a partir del análisis de
los registros, se establecen varias zonas con base en las curvas de
isoperíodos. Para ello, pueden emplearse métodos estadísticos de
aproximación. Finalmente, se definen las zonas teniendo en
cuenta las características geotécnicas y la geología local.
54 Peligro sísmico

3.3.2 Uso de registros sísmicos


El registro de eventos sísmicos pequeños o moderados también ha
sido empleado para estimar los efectos de sitio. Esta técnica
requiere de la instalación de un conjunto de estaciones
acelerométricas durante un periodo acotado de tiempo, que
normalmente abarca entre cuatro meses y un año. En este caso
también se emplean los cocientes espectrales de los registros con
respecto a un sitio de referencia.
La otra técnica empleada consiste en la inversión paramétrica de
los espectros de Fourier de sismos registrados en una red
permanente, con temblores de magnitudes intermedias o fuertes.
Tejeda y Chávez (2007), comparan las técnicas anteriores y
concluyen que el uso de los cocientes espectrales HIV con registros
de sismos y ruido ambiental producen resultados confiables de
forma económica.

3.3.3 Estrato equivalente homogéneo


El modelo más utilizado para estimar la amplificación sísmica que
se produce en terreno blando con respecto al basamento rocoso,
es la teoría de propagación unidimensional (vertical) de las ondas S,
en un estrato homogéneo único, apoyado sobre un semiespacio
que representa la roca basal. Con este criterio se consideran
solamente las amplificaciones producidas en depósitos de suelo
con estratificación horizontal.

Es común reemplazar el perfil estratigráfico real por un estrato


homogéneo equivalente, con el mismo espesor, caracterizado por
su periodo fundamental y por su velocidad de transmisión de las
ondas. La relación entre el periodo dominante del estrato
equivalente Ts, su espesor Hs y la velocidad efectiva de
propagación de las ondas de cortante vs, está dada por la ecuación:

(3.1 )
Cap 3 Zonificación sísmica 55

La profundidad del semiespacio se considera a partir de una


velocidad de ondas de al menos 720 m/s, ya que la amplificación de
las ondas originada por los depósitos profundos, con velocidades
mayores, resulta generalmente despreciable. Esta velocidad está
asociada a un módulo de rigidez al cortante G = 90,000 t/m 2

Para determinar la velocidad de propagación efectiva de las ondas,


puede usarse el promedio de lentitudes (ecuación 3.2), siempre y
cuando no existan intercalados estratos con velocidades mayores
con estratos con velocidades inferiores.

(3.2)

donde:

hl = Espesor del estrato i.


Vi = Velocidad del estrato i.
Número de estratos.

Si existen estratos de velocidades altas intercalados con estratos de


velocidades bajas, el periodo dominante del sitio puede estimarse
con (Pérez-Rocha et al. , 2007):

(3.3)

wo = 0 en la roca basal, en el estrato superficial y, en estratos


intermedios,

(3.4)
56 Peligro sísmico

donde:
= Peso volumétrico del estrato n.
Gn = Módulo de rigidez en cortante del n—ésimo estrato.
g = Aceleración de la gravedad.

3.3.4 Método del elemento finito


Una alternativa para evaluar los periodos de vibración de un
depósito de suelo es la técnica del elemento finito. La
discretización del terreno se realiza en la dirección vertical hasta la
profundidad del basamento rocoso. Cada uno de los estratos que
conforman el depósito se representa por una serie de subestratos,
cuyo espesor debe ser menor que la longitud de la onda de
cortante que se propaga verticalmente. Entre cada subestrato se
supone que la variación de las ecuaciones características es lineal y
el problema de eigenvalores queda entonces definido por la
ecuación clásica para un sistema simétrico y definido positivo.
3.3.5 Modelo de una región sísmica semiinfinita
También se ha propuesto modelar una región sísmica que incluya la
falla causante de la actividad, la estructura geológica, el valle y la
infraestructura de una ciudad (Fernández-Ares et al. , 2007), con el
propósito de examinar el efecto de la distribución espacial del
movimiento del terreno. Fernández-Ares et al., utilizaron el método
de reducción de dominio para modelar, además de la distribución
espaciai del movimiento dentro del valle, el efecto de interacción
suelo — estructura, el efecto de las estructuras sobre el
movimiento del terreno y la respuesta de un grupo de estructuras.
De esta manera se intenta estimar una potencial contaminación del
movimiento de terreno de campo libre por la presencia de
construcciones.
Cap 3 Zonificación sísmica 57

Figura 3.4 Modelo de una región en la que se incluye la falla sísmica, la


estructura geológica, y el efecto de las estructuras en la amplificación
de las ondas

El análisis de la propagación de onda se realiza mediante el método


de elementos finitos en conjunto con el Método de Reducción de
Dominio, que consiste en una metodología de elementos finitos de
dos pasos, para modelar movimientos sísmicos de terreno en
regiones con grandes contrastes.

Los resultados numéricos (Fernández-Ares et al. , 2007) muestran


fuertes efectos de borde y variaciones considerables en el
movimiento de campo libre entre distintos lugares, aun cuando
sólo los separen unas decenas de metros.

3.3.6 Efectos topográficos


Diversos estudios de amplificación sísmica por efectos topográficos
han mostrado que en zonas localizadas sobre este tipo de
estructuras geológicas suelen existir amplificaciones del
movimiento sísmico respecto a las zonas planas del lugar (Stewart y
Liu, 2000; Maugeri y Maximino, 2001; Montalvo, 2001; y Camarillo
et al., 2003). Aunque los resultados de estos estudios indican
valores de amplificación muy variables, dependiendo del tipo de
terreno que forma la irregularidad topográfica, en suelos rocosos
58 Peligro sísmico

se han medido amplificaciones de 1.5 a 2.0 veces el movimiento


que se presenta en la parte inferior de la loma.
Un ejemplo de este tipo de amplificación es el que se ha medido en
la loma de Santa María, ubicada al sur de la ciudad de Morelia,
Michoacán, mediante los registros obtenidos por la red
acelerográfica que existe en la ciudad y que son coordinados por la
Red Interuniversitaria de Instrumentación Sísmica, de la cual forma
parte la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Michoacana,
quien se responsabiliza del manejo, adquisición y análisis de los
registros. La red de acelerógrafos está formada por tres estaciones
acelerométricas localizadas en la ciudad de Morelia. La primera se
ubica en terrenos de Ciudad Universitaria (CU), la segunda al
oriente de la ciudad, en la escuela Luz Alou de Torres Manzo (LA) y
la tercera al sur de la ciudad, en la loma de Santa María, dentro de
las instalaciones de la Universidad Vasco de Quiroga (VQ). La figura
3.5 muestra la estación sísmica localizada en los terrenos de Ciudad
Universitaria.

Para estimar la amplificación medida con los acelerómetros, se


revisaron los acelerogramas que se han obtenido en tres distintos
eventos sísmicos, registrados en las estaciones de CU y VQ.
Las figuras 3.6 a 3.8 muestran los acelerogramas registrados
durante los temblores del 20 de abril de 1998, 28 de diciembre de
1999 y 13 de abril de 2007 respectivamente. Los tres eventos
sísmicos provienen de la fuente sísmica de subducción, el primero
de ellos de magnitud Ms=6.0, tuvo su epicentro a 131 km de la
ciudad de Morelia; el segundo de magnitud Ms=6.1 con epicentro a
168 km y el tercero de magnitud Ms=6.3 y distancia epicentral de
289 km. En la figura 3.6 se muestran las componentes este-oeste
del temblor del 20 de abril de 1998 registrado en las estaciones de
CU y VQ. En el eje de las abscisas se graficó el tiempo en segundos
y en el eje de las ordenadas la aceleración del suelo en cm/s 2 .
Ambas figuras tienen la misma escala vertical y horizontal, lo que
muestra claramente la amplificación del movimiento en la loma de
Santa María.
Cap 3 Zonificación sísmica 59

Figura 3.5 Estación sísmica localizada en los terrenos de Ciudad Universitaria en


la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán

Como se observa, no sólo la duración del registro es mayor en la


estación Vasco de Quiroga, sino también la aceleración máxima del
terreno. La amplificación máxima en esta dirección fue de 2.36
veces. La amplificación fue menor en las otras direcciones
ortogonales, en la dirección norte-sur y vertical, este valor fue 1.67
y 1,37, respectivamente,

La figura 3.7 muestra los registros correspondientes al temblor del


28 de diciembre de 1999. Nuevamente se muestra la componente
que tuvo la mayor amplificación, 2.92, correspondiente a la
dirección este-oeste. Las direcciones norte-sur y vertical tuvieron
amplificaciones máximas de 1.11 y 1.58, respectivamente.
60 Peligro sísmico

15.0

Figura 3.6 Acelerogramas del temblor del 20 de abril de 1998. Componente E-


W de las estaciones de Ciudad Universitaria (arriba) y Vasco de Quiroga (abajo)

Finalmente, la figura 3.8 muestra los registros del temblor del 13 de


abril de 2007. En este caso, la mayor amplificación en la estación
VQ fue de 2.64 y se registró en la componente norte-sur. El
movimiento se amplificó 1.95 veces en la dirección vertical y, sin
embargo, tuvo una reducción en el movimiento en la dirección
este-oeste, siendo el valor máximo 68% del valor máximo
registrado en la estación de CU (figura 3.9). Lo anterior es
entendible viendo la ubicación del epicentro del evento sísmico
que, respecto a la Ciudad de Morelia, se posiciona en una línea
norte-sur. En todos los casos la amplificación máxima ocurre en la
dirección del movimiento en la que se registran las mayores

aceleraciones.

Considerando que la información acelerómetrica es todavía escasa,


un valor indicativo de la máxima amplitud entre las dos estaciones
es el promedio de la amplificación de las tres estaciones,
considerando para ello la aceleración cuadrática media entre las
dos componentes horizontales del movimiento en CU y VQ.
10.0
Cap 3 Zonificación sísmica 61

-10.0

10.0

-10.0

Figura 3.7 Acelerogramas del temblor del 28 de diciembre de 1999.


Componente E-W de las estaciones de Ciudad Universitaria (arriba) y
Vasco de Quiroga (abajo)

La aceleración cuadrática media se calcula como,

0.5 (A N_s2 + A{-w)


(3.5)

La tabla 3.1 muestra los valores máximos de aceleración en cada


estación, para cada uno de los eventos analizados. Finalmente, la
tabla 3.2 proporciona la aceleración cuadrática media para cada
estación y la amplificación de la estación Vasco de Quiroga con
respecto a la estación de CU.

De acuerdo con estos resultados, el factor de amplificación medio


es entonces,
62 Peligro sísmico

= (2.05+1.84+1.74) / 3 = 1.88 (3.6)


6.0

Figura 3.8 Acelerogramas del temblor del 13 de abril de 2007.


Componente N-S de las estaciones: CU (arriba) y VQ (abajo)

4.0

4.0

Figura 3.9 Acelerogramas del temblor del 13 de abril de 2007.


Componente E-W de las estaciones CU (arriba) y VQ (abajo)
Tabla 3.1 Aceleración máxima del terreno registrada en los eventos
sísmicos analizados
Cap 3 Zonificación sísmica 63

ACELERACIÓN MÁXIMA DEL TERRENO )


emblor/Est Estacón de CU Estación de VQ
VERT N-S VERT
20-Abr-98 5.91 3.27 6.09 9.85 4.47 14.35
28-Dic-99 505 2.54 3.27 5.61 4.02 9.56
13-Abr-07 2.53 I .72 3,13 6.68 3.36 2.12
Tabla 3.2 Aceleración cuadrática media de las estaciones de Ciudad
Universitaria (CU) y Vasco de Quiroga (VQ) y amplificación
entre ambas estaciones
ACELERACION CUADRATICA MEDIA cm/s
AMPLIFICACION
CU VQ
VQ/CU
6.00 12.31 2.05
4.25 7.84 1 .84
2.85 4.96 1 74
3.4 ZONIFICACIÓN SÍSMICA DE CIUDADES EN MÉXICO
En esta sección se presentan los principales resultados obtenidos
por diferentes investigadores que se han dedicado a estudiar las
propiedades dinámicas de los suelos de varias ciudades del país.
El propósito es el de agrupar en un solo documento la
información básica sobre los estudios tendientes a zonificar las
ciudades del país. Esta sección sirve como referencia general y los
detalles de cada estudio se presentan en las referencias que
acompañan las descripciones de los estudios realizados en cada
ciudad.

Las ciudades que se incluyen en este capítulo están localizadas en


zonas de alta y moderada sismicidad, en las que existen
antecedentes de daños provocados por sismos. Cabe aclarar que
sólo se presenta la información disponible para los autores, de
manera que no se incluyen todas las ciudades en las que se han
realizado este tipo de estudios.

3.4.1 Acatlán, Puebla


La ciudad de Acatlán se localiza al sur del estado de Puebla,
cerca de la frontera con los estados de Oaxaca y Guerrero. Es
64 Peligro sísmico

una ciudad que se ve afectada principalmente por sismos


tensionales o de fallamiento normal. Algunos sismos que han
causado daños a la ciudad son: el sismo del 28 de agosto de
1975, el sismo del 24 de octubre de 1980 y el sismo del 15 de
junio de 1999, los tres eventos con una magnitud Mv = 7.0. En
el sismo más reciente (1999), la ciudad de Acatlán fue la más
dañada, y se le asignó una intensidad de VIII (Iglesias, 1999 y
Juárez García et al. 1999).
Para estimar los efectos de sitio en la ciudad, Vega y Lermo (2005)
midieron la vibración ambiental en 57 sitios y realizaron un estudio
de refracción sísmica. Encontraron periodos comprendidos entre
0.08 y 0.26 segundos. Los periodos van creciendo hacia el centro de
la población.
Los daños observados en la ciudad después del sismo de 1999 se
concentran en la zona donde existen suelos aluviales, ubicados en
las proximidades de los arroyos en la ciudad, y coinciden
razonablemente con la zona de mayores periodos del suelo.
Los bajos periodos del terreno pueden favorecer la amplificación
de la respuesta en caso de sismos de foco cercano como los que
experimenta la ciudad. Cabe resaltar que los valores máximos del
espectro de respuesta obtenido para el sismo de 1999 se localizan
en valores aproximados a 0.2 segundos (Vega y Lermo, 2005).

3.4.2 Chilpancingo, Guerrero


La ciudad de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, se ha
visto afectada a lo largo de su historia por temblores generados por
la subducción de la Placa de Cocos bajo la Placa de Norteamérica.
Asimismo, los sismos de fallamiento normal, asociados al
fenómeno de subducción, han provocado daños en la ciudad.
Algunos de los temblores que más han afectado a la ciudad se
presentan en la tabla 3.3, tomada de Figueroa (1972).
Tabla 3.3 Sismos que han afectado a la ciudad de Chilpancingo
Cap 3 Zonificación sísmica 65

Fecha Magnitud estimada Intensidad


7 de abril de 1845 7.0 VIII
19 de •ulio de 1889 7.5 VI
16 de enero de 1902 7.0 IX
26 de marzo de 1908 7.5 VI
30 de •ulio de 1909 7.7 VIII
31 de octubre de 1909 7.0
31 de ma o de 1910 6.5 VI
16 de diciembre de 1911 7.0 VII
28 de •ulio de 1957 7.5 VIII
En el momento de elaborar el mapa de zonificación de la ciudad
(Gama et al., 1994) se contaba con siete sondeos profundos. El
valor del módulo de cortante de los materiales obtenido en dichas
pruebas estaba comprendido entre 180 y 600 kg/cm 2 . El periodo
fundamental del terreno se determinó con la ecuación 3.1 y se
encontró que el periodo más bajo fue de 0.47 s para el sondeo
realizado en el Zócalo. El valor más alto fue de apenas 0.72 s, en
los sondeos ubicados en las calles de Belisario Domínguez esquina
con 5 de febrero y el de la Plaza de las Banderas.
Adicionalmente se registró la vibración ambiental en 27 sitios de
la zona urbana de Chilpancingo, dos en el aeropuerto y uno
rumbo a la carretera a Tixtla. Se encontraron cuatro sitios con
periodos entre 0.6 y 0.7 segundos, mientras que el periodo más
bajo, Ts=0.11 s, se obtuvo en la carretera a Tixtla.
Con base en la información anterior se propuso un mapa con dos
zonas sísmicas. La primera, clasificada como terreno firme
coincide con el desarrollo urbano de la ciudad y cubre la zona con
periodos hasta de 0.4 s. La zona blanda, rodeada por el terreno
firme, es aproximadamente paralela al río Huacapa y abarca la
mayor parte de la traza urbana actual.

La zona con periodos mayores que 0.4 s, no es propiamente una


66 Peligro sísmico

zona blanda en la ciudad, pues los periodos de vibrar más altos no


llegan a 1.0 segundo, valor empleado comúnmente como frontera
entre una zona blanda y una intermedia.
3.4.3 Ciudad de México
La primera ciudad en el país en contar con una zonificación sísmica
fue la ciudad de México. La zonificación se propuso con base en la
distribución de daños provocada por el sismo de 1957, y distinguía
tres áreas: la zona del lago (suelo blando), la zona de transición
(suelo intermedio) y la zona de lomas (terreno firme). Esta primera
clasificación permaneció prácticamente sin modificaciones hasta la
aparición de las Normas Técnicas Complementarias para Diseño
por Sismo del Reglamento de Construcciones para el Distrito
Federal, en la versión de 1987 (NTC-1987). En estas normas se
incluyen dos sub-zonas dentro de la zona del lago, a las que se les
denomina zonas de alta intensidad sísmica.

En 1985 la red de acelerógrafos en la ciudad era muy limitada, y el


sismo del 19 de septiembre fue registrado únicamente en ocho
estaciones, y sólo tres de ellas se ubicaban en la zona en la que
ocurrieron los mayores daños (zona del Iago). El reducido número
de estaciones de registro fue un obstáculo para establecer una
zonificación sísmica de la ciudad. Por tal motivo, la zonificación
sísmica propuesta en las NTC-1987, se estableció con base en la
evaluación de la resistencia de los edificios que resultaron dañados
durante los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985. A diferencia
de las zonas propuestas a partir de la distribución de daños en
1957, en esta ocasión se utilizó la resistencia de los edificios
dañados, es decir, se emplearon los edificios como instrumento de
registro al relacionar su capacidad sísmica, su nivel de daño y su
distribución geográfica (Iglesias, 1989). Esto fue posible gracias a
que se observó una clara correlación entre la capacidad de los
edificios, los niveles de daño experimentados y la zona en la que se
ubicaban.

Como resultado de los grandes daños provocados por el temblor y


a las grandes variaciones en la distribución de daños en la ciudad,
el gobierno del Distrito Federal financió la instalación de una nueva
Cap 3 Zonificación sísmica 67

red de acelerógrafos en distintas zonas de la ciudad. En el año de


1999 se contaba ya con 122 acelerógrafos instalados en estaciones
sobre el terreno y en pozo (Espinoza et al., 2005). Existen además
equipos instalados en estructuras. La red de acelerógrafos que
constituyen la "Red Acelerográfica de la Ciudad de México" ha
podido registrar más de 3447 acelerogramas hasta el año de 2004,
correspondientes a 144 eventos sísmicos (Espinoza et al., 2005).

Con esta información se ha podido estudiar con mucha mayor


precisión los efectos de amplificación en distintos puntos del valle
de México. Los resultados de los estudios realizados se han
incorporado en la zonificación propuesta actualmente en la última
versión de las Normas Técnicas Complementarias NTC-2004. Los
periodos fundamentales de vibrar del suelo de la ciudad alcanzan
valores de 4.0 segundos y la profundidad del lecho rocoso hasta 60
metros, en una zona próxima al aeropuerto. El nuevo mapa de
zonificación sísmica incluye las siguientes zonas: zona l, para
periodos hasta 0.5 s; zona ll para periodos comprendidos entre 0.5
y 1.0 s; zona III para periodos superiores a 1.0 s. La zona III está
dividida en cuatro subzonas (Illa, Illb, 111c y Illd) en las que el
coeficiente de diseño es de 0.3g para la subzona Illd, 0.4g para las
subzonas Illa y 11 1c y 0.45g para la subzona Illb.

3.4.4 León, Guanajuato


La ciudad de León, Guanajuato, se encuentra cerca de la frontera
entre la Mesa Central y el Cinturón Volcánico Mexicano. Por tal
motivo, los sismos que se generan en el Cinturón Volcánico
Mexicano pueden generar movimientos fuertes en las ciudades del
estado de Guanajuato. Los sismos de subducción que se originan
en las costas de Colima y Jalisco, también deben ser considerados
en la evaluación del peligro sísmico de la ciudad.
De acuerdo con la información histórica (Villegas, 2007), el sismo
del 19 de junio de 1858, con posible origen en una falla normal con
epicentro en las proximidades de la ciudad de Pátzcuaro,
Michoacán, y el sismo del 11 de noviembre de 1874, con epicentro
en las cercanías de la ciudad de Guanajuato fueron sentidos
fuertemente en León.
68 Peligro sísmico

De acuerdo con Villegas (2007), entre 1912 y el final del siglo


pasado se han reportado cerca de 100 sismos en la zona de
influencia del Bajío. El temblor de junio de 1932 (7.8 grados) y
el
de abril de 1941 (7.7grados) son los de mayor intensidad en la
región.

La zonificación sísmica de la ciudad de León fue propuesta por


Villegas (2007) a partir de las curvas de isoperiodos que obtuvo
mediante pruebas de vibración ambiental realizadas en 70 sitios de
la ciudad. Se obtuvo además la información estratigráfica
proveniente de once pozos de abastecimiento de agua. Los
periodos máximos de vibración fueron de 1.0 segundo, motivo por
el cual la ciudad quedó dividida en dos zonas. La Zona l, para suelos
con periodos máximos de 0.4 segundos y las Zona ll, que
corresponde prácticamente a la parte plana de la ciudad, para
periodos entre 0.4 y 1.0 segundos. Al igual que en otras ciudades
del país, no existe una zona de terreno blando.

3.4.5 Maravatío, Michoacán


La ciudad de Maravatío se encuentra en una región con gran
cantidad de cuencas lacustres. La ciudad en particular se asienta
sobre una depresión lacustre y fluviolacustre perteneciente al
graben Chapala - Cuitzeo (Vázquez et al., 2007).
La ciudad de Maravatío ha sido afectada por sismos en el pasado y
se le han estimado intensidades hasta de grado VII. Vázquez et al.
(2007) realizaron mediciones de vibración ambiental en 21 puntos
de la ciudad y encontraron valores del periodo fundamental del
terreno entre 0.1 y 2.5 segundos. Los periodos más altos se
localizan hacia el Noroeste de la ciudad.

3.4.6 Morelia, Michoacán


El estado de Michoacán es una de las regiones de mayor sismicidad
en el país, prueba de ello son los ocho eventos con magnitud mayor
o igual a 7.0 en la escala de Richter, que se originaron en el estado
Cap 3 Zonificación sísmica 69

en el siglo XX. La ciudad de Morelia, capital del estado, se ve


afectada fundamentalmente por tres fuentes sismogénicas: los
sismos de subducción, que son lo más frecuentes y de mayor
magnitud (los ocho temblores con magnitud mayor de 7.0 que se
mencionan pertenecen a este grupo); y los sismos de fallamiento
normal, que pueden originarse a una distancia significativamente
menor que la correspondiente a

los sismos de subducción y los sismos corticales asociados con


fallas locales. El sismo del 19 de junio de 1858 que provocó
daños importantes a las ciudades de Morelia y Pátzcuaro
parece tener su origen en una falla normal (Singh, et al.
(1996).
Para determinar los periodos de vibración del terreno en la ciudad
de Morelia se tomaron registros de vibración ambiental en 84 sitios
de la traza urbana (Jara et al., 1996). Los periodos obtenidos
quedaron comprendidos entre 0.24 s y 0.58 s.
Como información complementaria se obtuvieron los datos de 16
sondeos profundos distribuidos en distintas zonas de la ciudad. Los
periodos naturales del terreno que resultaron al emplear la
ecuación 3,1, estuvieron comprendidos entre 0.18 y 0.53 s. Se
observa que los valores encontrados coinciden razonablemente
bien con los valores estimados partir de los registros de vibración
ambiental.

En vista de los valores obtenidos se propuso una zonificación


sísmica dividida en dos zonas, una de terreno firme y otra de
terreno intermedio. La zona de terreno firme se ubica en las
fronteras de las partes bajas de la ciudad con las lomas de Santa
María al sur, y con las lomas de Santiaguito al norte. La zona de
terreno intermedio se localiza en las partes más bajas de Morelia y
sigue en forma bastante aproximada el cauce de los ríos Grande,
Chiquito y Arroyo de las Tierras.
70 Peligro sísmico

3.4.7 Puebla, Puebla


Al igual que otras ciudades del centro del país, los sismos de
fallamiento normal son los que mayores problemas han causado a
la ciudad de Puebla a lo largo de su historia. La tabla 3.4 presenta
las intensidades de algunos sismos que han afectado a la ciudad.
Las magnitudes de sismos históricos fueron estimadas a partir de
las intensidades por Figueroa (1974) y Suárez (1986).

De acuerdo con el estudio realizado por Ruiz et al. (1994), se


obtuvo la información de 18 sondeos y se determinó el periodo
natural del terreno considerando un estrato de suelo equivalente y
la propagación unidimensional de las ondas de cortante (ecuación
3.1). Los valores del módulo de cortante de los distintos estratos
quedó comprendido entre 180 y 1500 kg/cm2 . Los periodos
calculados se encuentran entre 0.24 y 0.78 segundos.
Adicionalmente se tomaron registros de vibración ambiental en 98
puntos del valle de Puebla, y se obtuvieron periodos en el intervalo
de 0.23 a 0.74 segundos.
Tabla 3.4 Sismos que han afectado a la ciudad de Puebla
Magnitud
Fecha Intensidad
estimada
25 de a osto de 1611 7.5 VI
30 de 'ulio de 1667 7.0 VII
16 de a osto de 1711 7.5 VIII
22 de noviembre de 1837 6.5 VI

3 de marzo de 1845 6.0 VII


3 de octubre de 1864 7.5 IX
19 de •ulio de 1882 7.5 VII
24 de ma o de 1959 6.8 VII
28 de a osto de 1973 7.3 VIII
15 de 'unio de 1999 6.7 VII
La curva que representa un periodo de 0.4 s coincide
apreciablemente con la configuración topográfica de lomeríos
Cap 3 Zonificación sísmica 71

suaves. Los suelos formados por depósitos eólicos de origen


volcánico, las tobas alteradas y los suelos granulares se ubican
dentro de las curvas de 0.4 y 0.7 s. Los suelos arcillosos, los
depósitos de travertino y los depósitos de origen aluvial
corresponden a valores mayores que 0.7 s. Con base en la
información disponible se decidió dividir la ciudad de Puebla en
dos zonas: terreno firme y terreno intermedio. Posteriormente,
Ferrer y Ramírez (2003), realizaron mediciones adicionales en la
ciudad y obtuvieron periodos comprendidos entre 0.1 y 2.77
segundos, lo cual hace pensar en la existencia de una zona de
suelo blando dentro de la ciudad. Ferrer y Ramírez concluyen que
deben continuarse la investigación sobre los posibles efectos de
sitio en la ciudad con el fin de afinar una futura zonificación
sísmica.
3.4.8 Toluca, Estado de México
La ciudad de Toluca se localiza en una zona de actividad sísmica
moderada con una altitud promedio de 2650 metros. La
estratigrafía de la región permite distinguir tres regiones: a) cerros
y lomeríos constituidos por roca basáltica o extrusiva intermedia;
b) las faldas de los cerros, que conforman una zona de transición;
y c) terrenos aluviales sobre los que se asienta la mayor parte del
área urbana.

Se aplicó la teoría de propagación unidimensional mediante la


idealización de un estrato equivalente de suelo (ecuación 3.1), con
la información procedente de 18 sondeos profundos realizados en
distintos puntos de la ciudad. Los periodos naturales del suelo
quedaron dentro de los siguientes límites: 0.22 s y 0.57 segundos.

Se midieron las vibraciones ambientales en 81 sitios del valle de


Toluca y se estimaron periodos entre 0.2 y 0.54 s. Con ios valores
obtenidos se llega a la conclusión de que la ciudad se asienta
sobre un suelo firme e intermedio.

3.4.9 Tecomán, Colima


El estado de Colima se ve afectado por la confluencia de tres
placas tectónicas: las placas de Cocos y de Rivera, que quedan
72 Peligro sísmico

subducidas debajo de la Placa de Norteamérica. A pesar de que la


región es considerada menos activa que en los estados costeros
septentrionales, los dos sismos más grandes que han ocurrido en el
país en los últimos doce años se generaron en la región: en 1995,
con magnitud Mv = 8.0, y el sismo de Tecomán en 2003, con
magnitud 7.6.

Tejeda y Chávez (2007) estudiaron los efectos de sitio en Tecomán


mediante registros de vibración ambiental y de pequeños sismos
(PGA< 100 gal). Los registros sísmicos se obtuvieron con una red
temporal de 9 sismógrafos instalados en la zona urbana por un
periodo de cuatro meses y de dos estaciones acelerográficas. Los
registros de vibración ambiental se obtuvieron con otro
acelerógrafo de tres componentes.

Tecomán es una ciudad asentada sobre un valle aluvial con un


terreno de características similares pero de espesor variable. La
diferencia en el espesor de los estratos es la causa de las
variaciones observadas en los periodos del terreno. Del estudio se
concluye que los periodos de vibración quedan comprendidos
entre 1.4 y 1.82 segundos, con valores de amplificación de 3 a 8. De
acuerdo con estos valores se puede considerar que Tecomán es
una ciudad asentada sobre un suelo blando con amplificaciones
significativas del movimiento.

Los resultados obtenidos por Tejeda y Chávez indican que los


registros de vibración ambiental no muestran el pico de baja
frecuencia que domina los resultados en los registros de la red
temporal. Por lo que respecta al factor de amplificación, los
resultados muestran mayores amplificaciones en los registros
sísmicos que en las mediciones de vibración ambiental. El estudio
presenta un caso interesante de comparación entre distintas
técnicas de estimación de periodos y factores de amplificación del
movimiento.

3.4.10 Uruapan Michoacán


La historia sísmica de la ciudad indica que los mayores daños
presentados en Uruapan fueron resultado del temblor del 19 de
Cap 3 Zonificación sísmica 73

junio de 1858, asociado a una falla normal (Singh et al., 1996). En


vista de la región en la que se ubica la ciudad, que puede verse
afectada tanto por los sismos de fallamiento normal, como por los
sismos de subducción en la costa, Vázquez et al., (2005)
determinaron los periodos fundamentales de vibración del terreno.
Los periodos obtenidos tienen un valor mínimo de 0.1 s y un valor
máximo de 0.6 s.

3.4.11 Veracruz
De acuerdo con Torres et al. (2005), el sismo con mayores
consecuencias en la ciudad de Veracruz fue el sismo del 11 de
marzo de 1967, con 5.7, en el que aproximadamente 50 edificios
sufrieron daños, entre los que destacan el desplome de la cúpula
del hotel Victoria y el descuadre de la cúpula del edifico de la
aduana. El temblor también causó daños en las ciudades de Boca
del Río, Medellín, Antón Lizardo y Alvarado. Otros sismos que han
afectado a la ciudad según Torres et al. (2005) son: el sismo de
Xalapa del 3 de enero de 1920; el del 14 de enero de 1931, que
causó gran alarma y algunos daños; el sismo del 25 de julio de
1937, que provocó daños en la parroquia de la Asunción, en una
torre del antiguo café de La Parroquia, en el Hospital de Mujeres y
en el Palacio Municipal; y el sismo de Orizaba, del 28 de agosto de
1973, que destruyó un tramo del acueducto de Tembladeras, la
cúpula de la parroquia de la Purísima Concepción, cuarenta casas
con agrietamientos y la cristalería de comercios severamente
dañadas.

De acuerdo con los resultados de microzonificación sísmica


realizados para la ciudad de Veracruz encabezados por la
Universidad Veracruzana, se distinguen dos zonas de acuerdo con
sus características dinámicas: la Zona l, con periodos dominantes
comprendidos entre 0.1 y 0.3 segundos y la Zona ll con periodos
de entre 0.3 y 0.6 segundos. En la Zona ll se observaron
amplificaciones con respecto al terreno firme de 300 a 500%. Esta
zona coincide con el centro histórico de Veracruz y con las
regiones más densamente pobladas de la ciudad (Torres et al.
2005).
74 Peligro sísmico

Para delimitar las zonas sísmicas se realizaron mediciones de


vibración ambiental es más de 200 puntos de la ciudad, además de
los registros grabados por las estaciones de monitoreo
permanente. En la tabla 3.3 se presentan los periodos obtenidos en
20 sitios del centro histórico de la ciudad (Torres et al. 2005). Se
observa una gran uniformidad en los valores obtenidos con
periodos comprendidos entre 0.4 y 0.5 segundos. Nuevamente se
hace la observación de que los tipos de suelo en la ciudad de
Veracruz, como en muchas ciudades del país, no cuentan con suelo
tipo III para el diseño de las construcciones.

3.4.12 Zamora, Michoacán


La ciudad de Zamora, en el estado de Michoacán, se ha visto
sometida a movimientos fuertes a lo largo de su historia. Su
ubicación, a una distancia moderada de la costa del Océano
Pacífico y en una región en la que pueden producirse sismos
tensionales y superficiales, la convierten en una ciudad de
potenciales daños sísmicos (ver capítulo 2). Por tal motivo, Vázquez
et al. (2005), realizaron mediciones de vibración ambiental en 30
sitios de la ciudad. Aplicaron la técnica de Nakamura para
identificar los periodos fundamentales del suelo y encontraron
valores comprendidos entre 0.5 s y 3.0 s. De acuerdo con estos
valores la ciudad de Zamora puede clasificarse en tres zonas desde
el punto de vista sísmico. Un mapa con las curvas de isoperidos
puede encontrarse en (Vázquez et al. , 2005).
Tabla 3.3 Periodos obtenidos con vibración ambiental en el centro de la ciudad
de Veracruz
Punto Ubicación Periodo s
1 MONTESINOS Y FCO. l. MADERO 0.45
2 MONTESINOS ESQ.-CALLEJÓN 0.50
3 MONTESINOS Y PUERTO 0.40
4 EMPARAN- INDEPENDENCIA 0.50
5 EMPARAN- CORREO 0.40
6 EMPARAN-MADERO 0.45
7 LERDO-MADERO 0.40
Cap 3 Zonificación sísmica 75

8 LERDO-INDEPENDENCIA 0.50
9 GÜERO 0.40
10 MOLINA-MADERO 0.45
11 MOLINA-INDEPENDENCIA 0.50
12 MOLINA-LANDERO 0.40
13 ARISTA-REFORMA 0,50
14 ARISTA-CALLEJÓN 0.50
15 ARISTA-LANDERO 0.50
16 CANAL-INDEPENDENCIA 0.50
17 CANAL-IVEC 0.50
18 PARQUE ZAMORA 0.50
19 CALLEJÓN DEL CRISTO 0.45
20 CAÑONERO TAMPICO 0.50
CAPÍTULO 1

PROBABILIDAD APLICADA
AL PELIGRO SÍSMICO

1 .1 INTRODUCCIÓN

La ingeniería sísmica está irremediablemente ligada a procesos


en los que existe incertidumbre en las variables que intervienen
en el fenómeno. Cuando se conoce el valor de estas variables
con cierta precisión, puede hacerse caso omiso de su
incertidumbre sin que esto modifique de forma importante los
resultados. Sin embargo, dado el estado actual del conocimiento y
las características propias de los movimientos sísmicos, estamos
muy lejos de conocer en forma determinista el comportamiento
de las variables asociadas con la ocurrencia de los temblores y
de los parámetros relacionados con la respuesta sísmica de las
estructuras, lo que conduce al necesario uso de la probabilidad y
estadística como herramienta fundamental para cuantificar y
tratar la aleatoriedad de los fenómenos sísmicos.
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 77

El presente capítulo tiene como principal objetivo proporcionar los


conceptos fundamentales de estadística y probabilidad necesarios
para el mejor entendimiento de los enfoques probabilistas en la
evaluación del peligro sísmico de un sitio.

Se mencionan inicialmente las medidas más usuales para describir


estadísticamente el comportamiento de una variable.
Posteriormente, se describe la relación entre estadística y
probabilidad y se introducen conceptos de probabilidad para
determinar y analizar el comportamiento de variables aleatorias.
Se muestran también los métodos más usuales para determinar
los parámetros de una densidad de probabilidad y las formas
funcionales de las densidades más usadas en la descripción del
peligro sísmico.

4.2 ESTADíSTlCA DE LOS DATOS

La estadística tiene como objetivo general recopilar y analizar


datos observados que permitan tomar decisiones. Los métodos
utilizados para organizar y resumir datos caen dentro de la
llamada estadística descriptiva. Los pasos que se siguen para
inferir el comportamiento de una variable, requieren definir
inicialmente los siguientes conceptos.

UNIVERSO. Se conoce como universo al conjunto de elementos de


los que se estudia una característica particular.

POBLACIÓN. La población está representada por todos los posibles


valores de una característica del universo.

MUESTRA. La muestra es una parte de la población elegida con


cierta regla y obtenida de un experimento aleatorio.

De manera que al elegir una muestra y hacer uso de la inferencia


estadística, se determina el comportamiento de la variable en la
población.
78 Peligro sísmico

En la elección de la muestra pueden recopilarse datos nominales o


datos en intervalos. En el primer caso, se da información
cualitativa de la variable (por ejemplo, sin daño, poco daño,
mucho daño, etc.) y en el segundo se proporciona información
cuantitativa que puede ser a través de variables discretas o
continuas.

4.2.1 Recopilación de datos

En la recopilación de datos se debe utilizar toda la información


disponible que entre otras fuentes son:

Uso de datos históricos


Observación directa de la variable
Creación de un experimento
Dada la breve historia de la instrumentación sísmica en el mundo,
en los problemas de ingeniería sísmica es siempre necesario
recurrir a fuentes históricas. La observación directa suele ser muy
importante cuando es posible realizarla, como por ejemplo la
observación de daños provocados por temblores cuando se
realizan estudios de vulnerabilidad sísmica. Finalmente es también
deseable, cuando esto es posible, obtener información sobre una
variable a través de la creación de un experimento.
Como resultado de la recopilación de datos se obtiene un espacio
muestral cuyo comportamiento es más fácil describir mediante el
uso de alguna de las medidas que se describen en la siguiente
sección.

4.2.2 Presentación de datos

Cuando se obtiene una muestra es conveniente presentarla


gráficamente para observar cualitativamente el comportamiento
de la variable muestreada.
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 79

Histograma. Una de las formas más utilizadas para presentar los


datos son los histogramas, que son diagramas de barras con los
datos agrupados. Para ejemplificar la construcción de un
histograma, se considerará la muestra de la tabla 4.1,
correspondiente a la resistencia a compresión de un conjunto de
cilindros de concreto.

Como se observa el valor mínimo obtenido de la resistencia a


compresión es de 152 kg/cm2 y el valor máximo es de 210 kg/cm2
Para observar la muestra gráficamente, se propone agrupar los
valores cada 10 kg/cm2 considerando los valores máximo y mínimo
obtenidos (tabla 4.2).

Tabla 4.1 Muestra estadística de la resistencia a compresión de


cilindros de concreto
Cilindro f'c (kg/cm 2 ) Cilindro f'c (kg/cm 2 )
1 152 11 193
2 165 12 155
3 171 13 210
4 182 14 193
5 185 15 198
6 192 16 203
7 195 17 184
8 168 18 183
9 178 19 192
10 174 20 202
Tabla 4.2 Datos agrupados de la resistencia a compresión de cilindros
de concreto
Intervalo Marca Número
de clase de clase de
muestras
150-160 155 2
160-170 165 2
170-180 175 3
180-190 185 4
80 Peligro sísmico

190-200 195 6
200-210 205 3
Se define como marca de clase al valor medio de cada intervalo de
clase en el que se agrupan los datos. Es conveniente seleccionar el
número de intervalos de clase de manera que este sea mayor que
el promedio de datos por intervalo de clase.
En este caso se seleccionaron 6 intervalos de clase, por lo que se
cumple que el número de intervalos, num int es adecuado, es

decir,

20 num
int > número de datos/intervalo ; 3.33
6

El histograma es entonces,
6

155 165 175 185 195 205

Marcas de clase
Figura 4.1 Histograma de la resistencia a compresión de cilindros de concreto

Histograma de frecuencia relativa. Una manera más conveniente


de presentar un histograma es a través del llamado histograma de
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 81

frecuencias relativas (figura 4.2). La figura se elabora


normalizando un histograma con respecto al número total de
datos de la muestra, lo que hace que cada columna represente el
porcentaje que contribuye cada intervalo de clase con respecto al
número total de datos.

La figura 4.2 muestra, por ejemplo, que en la marca de clase de


195 (intervalo de clase de 190-200) se concentró el 30% de los
datos de la muestra.
0.3

155 165 175 185 195 205

Marcas de clase
Figura 4.2 Histograma de frecuencia relativa de la resistencia a compresión de
cilindros de concreto

Histograma de frecuencia acumulada. Un histograma de


frecuencia acumulada es la gráfica que acumula los valores del
histograma de frecuencia relativa, de manera que la última
columna tiene siempre el valor de uno (figura 4.3). Esta figura
tiene relevancia ya que aporta información respecto a algunas
medidas de descripción de los datos como las que se describen a
continuación.
82 Peligro sísmico

4.2.3 Descripción de datos

Para la mejor descripción del comportamiento de una variable, se


utilizan fundamentalmente tres tipos de descriptores: medidas de
tendencia central, medidas de dispersión y medidas de simetría.

155 165 175 185 195 205

Marcas de clase
Figura 4.3 Histograma de frecuencia acumulada de la resistencia a compresión
de cilindros de concreto

4.2.3.1 Medidas de tendencia central de datos sin agrupar

Estas medidas dan información con respecto a los valores medios


de la muestra. El valor promedio de los datos o media aritmética
es el parámetro más utilizado como medida de tendencia central.
Media aritmética. Si la variable de la muestra que se está
estudiando es el tiempo entre temblores t, la media aritmética se

define como:
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 83

4.1
donde:

t = Valor medio de la variable t. n =


Número de datos de la muestra. ti =
Tiempo entre temblores i.
Para ejemplificar estas medidas considérese que se obtuvo la
muestra de tiempos entre temblores de gran magnitud en México de
la tabla 4.3.
Tabla 4.3 Muestra estadística del tiempo transcurrido entre grandes temblores
TIEMPO ENTRE
DATOS
TEMBLORES
1 30
2 25
3 15
4 10
5 35
6 22
7 18
8
9 29
10 21
11 19
12 21
13 26
14 27
15 28
El número total de datos es n: 15 y la suma de todos los tiempos de
la muestra es de 353, de manera que el valor de la media aritmética
es entonces,
84 Peligro sísmico

15
= 23.53 años
n
Mediana. La mediana es el valor de la variable que divide el
número de elementos de la muestra en dos. Es decir, es el valor
intermedio de un conjunto de datos ordenados secuencialmente.
Si se ordenan los datos de la tabla 4.3 se obtiene,
19 21 21 22 25 26 27 27 28 29 30 35

Como son quince valores, siete de ellos quedan a la izquierda y


siete a la derecha, siendo el valor medio (octavo valor) el que
corresponde a la mediana, es decir 25 años. Para el caso de una
muestra de tamaño par, los dos valores centrales se promedian
para obtener la mediana.

Moda. La moda es el valor de la variable que más se repite en la


muestra. Observando los datos de los tiempos entre temblores se
concluye que la muestra tiene dos modas: una en 21 años y otra
en 27 años.

4.2.3.2 Medidas de dispersión de datos sin agrupar

Las medidas de dispersión son también necesarias para describir


el comportamiento de una muestra. La variabilidad que tiene un
conjunto de datos se puede describir con estas medidas.
Rango. La diferencia entre el valor mayor y menor de la muestra
se le conoce como rango. Este valor proporciona información de la
amplitud de valores de la muestra. Para los datos de la tabla
4.1, el rango es:

Rango = 35 — 10 = 25 años
Varianza. Esta medida de dispersión es de las más usadas y se
define como el promedio aritmético de los cuadrados de las
desviaciones con respecto al valor promedio de las observaciones,
es decir,
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 85

s -02
donde:

s2 = Varianza
La varianza mide la variabilidad de los datos con respecto a su
valor medio, al elevar al cuadrado se considera por igual la
variabilidad de los valores mayores y menores que la media
muestral. La desviación estándar, en las mismas unidades de la
muestra, se define como la raíz cuadrada de la varianza. En este
caso, con la muestra de los tiempos entre temblores, la varianza
es (ecuación 4.2),
1 s2 :--
= 38.5
15

y la desviación estándar,

= 6.21 años
Una medida que expresa la variabilidad como una fracción del
valor medio, es el coeficiente de variación, definido como,

4.3

En este caso,
6.21
= 0.26
23.53
Desviación media absoluta. Esta medida de dispersión mide en
valor absoluto la desviación de cada elemento de la muestra
respecto a la media. Se define de acuerdo con la ecuación 4.4, es
decir,
86 Peligro sísmico

1
DMA = - 4.4 n

Para la muestra que se está analizando,


15

1 77.47
DMA = 5.16 años
4.2.3.3 Medidas de simetría de datos sin agrupar

Normalmente se utilizan dos medidas de simetría para determinar


la sensibilidad de los datos a los valores extremos de los datos.
Estas medidas son el sesgo y la kurtosis.
Coeficiente de sesgo. El sesgo de una muestra se define con la
ecuación 4.5. Este parámetro mide la simetría de los datos y es
sensible a la información de las colas de la muestra. Valores
mayores que 1 0 menores que -I indican claramente asimetría en
los datos, mientras que un coeficiente de sesgo nulo indica
simetría en los datos.

cs= — 4.5
El sesgo, por lo tanto para la muestra de análisis es,
15 3
1 cs=
—= -0.35
15

El signo negativo indica que los datos están sesgados hacia la


izquierda de la media.
Coeficiente de Kurtosis. Este coeficiente mide lo robusto de las
colas de la muestra y por lo tanto la concentración de datos en un
intervalo, dando origen a distribuciones planas (poca
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 87

concentración) o distribuciones angostas (mucha concentración).


La medición de la concentración se hace con respecto a un modelo
de distribución de probabilidad normal. El coeficiente se define
como,

4.6

En este caso,

= 1.47
Un valor de CK=O significan datos con forma igual de plana que la
distribución normal; CK>O implica que los datos son menos planos
que la distribución normal y CK<O significa una distribución de
datos más plana que la distribución normal.

4.2.3.4 Medidas de tendencia central con datos


agrupados

Cuando los datos están agrupados en intervalos de clase, las


medidas anteriores de descripción de los datos son también
adecuadas para estos casos. Para mostrar la obtención de las
medidas de tendencia central, dispersión y simetría en un
conjunto de datos agrupados, se utilizarán los tiempos entre
grandes temblores de la tabla 4.3. Para crear el histograma de
frecuencias se proponen quince intervalos de clase que cumplen
con la recomendación de ser un mayor número que el promedio
de datos por intervalo de clase (15 datos/15 intervalos=l ).

Media aritmética. Cuando los datos están agrupados, la media


aritmética se obtiene con,

4.7
i=l
88 Peligro sísmico

donde:

tc, = Marca de clase del intervalo de clase i.


fi = Frecuencia de eventos en intervalo de clase i.
La tabla 4.4 muestra los intervalos de clase seleccionados, así
como la frecuencia de los eventos en cada intervalo, la frecuencia
relativa y la frecuencia acumulada y en la figura 4.4 se muestra el
histograma de frecuencias de los datos agrupados. Dado el valor
máximo y mínimo de la muestra, los datos se agruparon iniciando
con una marca de clase de 11.25 años y terminando con 36.25
años.
Tabla 4.4 Datos agrupados de la muestra del tiempo entre grandes temblores
Intervalo Marca Frecuencia Frecuencia Frec rel
de clase de clase de eventos relativa acumulada
10.0-12.5 11.25 0.067 0.067
1
12.5-15.0 13.75 0.000 0.067
15.0-17 5 16.25 0.067 0.133
1
17.5-20 0 18.75 2 0.133 0.267
20.0-22.5 21.25 3 0.200 0.467
22.5-25.0 23.75 0.000 0.467
25.0-27.5 26.25 4 0.267 0.733
27.5-30.0 28.75 2 0.133 0.867
30.0-32.5 31.25 0.067 0.933
1
32.5-35.0 33.75 0.000 0.933
35.0-37.5 36.25 0.067 1.000
1
Utilizando los datos anteriores y aplicando la ecuación 4.7,
obtiene,
n

(358.75) = 23.92 años


Mediana. Recordando que la mediana divide el número de datos en
dos, si el valor de n/2 coincide con algún valor de la frecuencia
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 89

acumulada, la mediana es simplemente el valor de la abscisa en


este punto. En caso contrario, la mediana se calcula como,
tmed = ai—l + p 4,8

(al — ai-l) 4.9


donde:
tmed
Mediana de la variable t
Valor superior del intervalo de clase posterior a donde se
encuentra la mediana
Cli-l —
Valor inferior del intervalo de clase anterior a donde se
encuentra la mediana
Fi = Frecuencia acumulada del intervalo i
Frecuencia acumulada del intervalo i-l

El lugar donde se localiza la mediana se encuentra considerando


que,
n
Fi_l < -<Fi 4.10

4
90 Peligro sísmico

Marcas de clase
Figura 4.4 Histograma de los tiempos de ocurrencia entre grandes temblores

Con los datos de la tabla 4.4 y considerando que n/2 es 7.5, se


obtiene,
Tabla 4.5 Frecuencia acumulada de la muestra del tiempo entre grandes
temblores
Intervalo Marca Frecuencia Frecuencia
de clase de clase de eventos acumulada
10.0-12.5 11.25
1 1
12.5-15.0 13.75
1
15.0-17.5 16.25 2
1
17.5-20.0 18.75 2 4
20.0-22.5 21.25 3 7
22.5-25.0 23.75 7
25.0-27.5 26.25 4 11 Fi
27.5-30.0 28.75 2 13
30.0-32,5 31,25 14
1
32.5-35.0 33.75 14
35.0-37.5 36.25 15
1
De aquí que,

n/2 = 7.5; _ ; = 22.5; 27.5;


sustituyendo,

15
(27.5 - 22.5) = 0.625
11—7
y la mediana es,
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 91

= 22.5 + 0.625

tmed = 23.12 años


Moda. Para datos agrupados, la moda se obtiene observando la
tabla de frecuencias de la muestra. En el intervalo donde se
encuentra la mayor frecuencia, se determina la moda como,

tmod = CZi_1 + C 4.11

donde:
ai-f — Valor inferior del intervalo de clase anterior en donde se
encuentra la moda.
Tamaño del intervalo de clase.
Frecuencia de los eventos del intervalo 1-1
Frecuencia de los eventos del intervalo i
En la tabla 4.5, se observa que la moda corresponde a la marca de
clase de 26.25 años (intervalo de mayor frecuencia con 4 eventos).
Para este caso,

co. = 22.5; C = 2 5• fi-l O f 2 sustituyendo,

tmod ¯- 22.5 + 2.5

0-2
tmod = 25 años

4.2.3.5 Medidas de dispersión con datos agrupados

Varianza. Esta medida de dispersión para datos agrupados se


calcula como,

s2 4.12
92 Peligro sísmico

Con los valores de ia tabla 4.5,

1
s2 15(15 l)) [15 - (358.75) 2]
s2 = 40.60

y la desviación estándar es,

s = 6.37 años
Coeficiente de variación. Determinada la media y la desviación
estándar, esta medida se calcula igual que para los datos sin
agrupar, es decir,

6.37
= 0.27
23.92

4.3 PROBABILIDAD

El conocimiento acerca de fenómenos naturales como los


huracanes y temblores es todavía incipiente y persisten enormes
incertidumbres respecto a estos fenómenos. Adicionalmente, el
conocimiento sobre el movimiento de los suelos y el
comportamiento de las edificaciones ante eventos sísmicos es
bastante limitado. Los modelos deterministas permiten describir
valores específicos de variables dependientes mediante una
expresión que las relaciona con valores conocidos de las variables
independientes. Dado nuestro estado de conocimiento,
prácticamente ninguna de las variables que intervienen en la
ingeniería sísmica pueden calcularse en forma determinista.

Cuando las variables independientes no se conocen con precisión


y existe también incertidumbre en el modelo, la descripción del
fenómeno debe darse en términos de probabilidad que considere
las posibles variaciones asociadas a nuestro estado del
conocimiento.
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 93

La probabilidad es una medida que expresa la verosimilitud que


asigna un individuo a un fenómeno. Es decir, nos permite conocer
el grado de confianza que se tiene con respecto al
comportamiento de ciertas variables de un fenómeno.

Cuando solo es posible conocer el valor de una variable mediante


la experimentación, a esta se le llama variable aleatoria. La
descripción de su comportamiento se da a través de su densidad
de probabilidades, que es el conjunto de valores que la variable
puede tomar.

4.3.1 Ley de los Grandes Números

Si B es un posible resultado de un experimento, P(B) su


probabilidad de ocurrencia y gg la frecuencia con que se presenta
el evento B al repetir n veces el experimento aleatorio,

4.13
cuando n -i 00.
Esto significa que cuando el valor de la muestra n crece, gdn tiende
a la probabilidad de que el evento B ocurra, esto es, gnB =
fB 4.14

Con lo anterior se muestra la manera en que la Ley de los Grandes


Números relaciona las medidas estadísticas (G), con la
probabilidad de ocurrencia de un evento P(B).

4.3.2 Densidades de probabilidad

La gráfica que relaciona en el eje de las abscisas el valor de una


variable con la probabilidad asociada a ese valor en el eje de las
ordenadas, se le llama densidad de probabilidad continua.
Esta función debe cumplir con los dos axiomas siguientes:
94 Peligro sísmico

p(t) 0 4.15
p(t)dt 1 4.16

Esto significa que no existen probabilidades negativas y que la


distribución de probabilidad o densidad de probabilidad
acumulada integra uno en el intervalo de validez de la variable. La
distribución de probabilidad se define como,

t2

P(t) = P(tl t2) = 4.17

Por su parte una distribución de probabilidad discreta se define


como, tst2

P(t) = P(tl < T t2) = PT(ti) 4.18 tist

Cuando existe una densidad conjunta de dos variables aleatorias,


se define como densidad marginal de la variable x, a,

px(x) = y) dy 4.19
y como densidad condicionada de la variable x dado el valor de la
variable y, a,

PXIY = 4.20

4.3.3 Momentos de una variable aleatoria


El comportamiento de una variable aleatoria queda totalmente
descrito a través de su densidad de probabilidad. Similarmente a
las medidas de tendencia central, dispersión y de simetría de una
muestra estadística, se pueden obtener estas medidas de una
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 95

densidad de probabilidad, que proporcionan valores indicativos de


la variable aleatoria. Estos parámetros se determinan a través de
momentos de la variable.
Esperanza de una densidad de probabilidad. El primer momento
es la esperanza que proporciona el valor medio y se obtiene, para
una variable T definida desde O hasta 00, como,

t PT(t) dt 4.21
0

donde:

rnt= Esperanza de la variable aleatoria T E =


Operador esperanza de la variable aleatoria pr(t)
= Densidad de probabilidad de la variable T
Varianza de una densidad de probabilidad. La medida de
dispersión más utilizada es la varianza de la densidad de
probabilidad y corresponde al segundo momento respecto al
centro de gravedad de la densidad, esto es,

4.22

donde:

Desviación estándar de la variable aleatoria T de


donde se obtiene,

a; = E[T 2 ] —m} 4.23

Coeficiente de variación de una densidad de probabilidad. El


coeficiente de variación de la variable aleatoria T es entonces,

4.24
96 Peligro sísmico

En forma general, el momento de grado n respecto al origen de


una densidad de probabilidad es,

tn PT(t) dt 4.25

Similarmente, los momentos de grado n respecto a la media,


también llamados momentos centrales, son ,

= -mxYl] = (t — ntT) 71 PT(t) dt 4.26

Nótese que el primer momento central es siempre cero y que el


segundo momento corresponde a la varianza de la densidad.
Coeficiente de asimetría de una densidad. La simetría de una
densidad de probabilidad se cuantifica a través del tercer
momento central, definiendo el coeficiente de asimetría como,
(3)

4.27

donde:

= Coeficiente de asimetría de la variable aleatoria T


(3) = Tercer momento central de la variable aleatoria T =
Deesviación estándar de la variable aleatoria T
Coeficiente de apuntalamiento de una densidad. Un parámetro
similar al coeficiente de kurtosis de una muestra, es el coeficiente
de apuntalamiento de una densidad de probabilidad. Este
coeficiente se define como,
(4)
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 97

4.28

donde:

= Coeficiente de apuntalamiento de la variable aleatoria T gr


(4) = Cuarto momento central de la variable aleatoria T
= Desviación estándar de la variable aleatoria T

4.3.4 Densidades de probabilidad más usadas en ingeniería

Existen en la literatura un gran número de funciones propuestas


para modelar la aleatoriedad de muchos fenómenos. En la
ingeniería sísmica, sin embargo, se han usado con frecuencia
algunas de las densidades de probabilidad siguientes.
Densidad exponencial. Esta densidad depende únicamente de un
parámetro y se define como,

PT(t) = ne—At 4.29

donde:

PT(t) = Densidad de probabilidad de la variable T.


Parámetro de la densidad de probabilidad.

a densidad se define sólo en el intervalo de valores de t de 0


a ra 4.5). La esperanza y la varianza de la densidad, son,
1
4.30

4.31
98 Peligro sísmico

La distribución de probabilidad o función de densidad acumulada


exponencial es,
PT(t) = e—At 4.32

PT(t)
0.10

0.09
0.08
0.07
0.06
0.05
0.04
0.03
0.02
0.01
0.00
o 5 10 15 20 25 30 35
40 t
Figura 4.5 Densidad de probabilidad exponencial con mT = = 10

Esta densidad de probabilidad se le identifica como carente de


memoria, que significa que la probabilidad de que la variable T se
encuentre en un cierto intervalo, es independiente de los valores
que con anterioridad esta adopte. Esto se puede demostrar con el
siguiente ejemplo: si se considera que el tiempo entre temblores es
la variable aleatoria y que ha trascurrido un tiempo to sin la
ocurrencia de ningún temblor, la densidad de probabilidad del
tiempo entre eventos, dado que no ha existido ninguno en un
tiempo to, se calcula de acuerdo con lo siguiente.
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 99

La probabilidad de que trascurra un tiempo t cualquiera, mayor que


el valor de la variable aleatoria T, cuando ha trascurrido un tiempo
to, sin temblar es:

PT(T tlT > to) = 4.33

De acuerdo con la definición de densidad acumulada de la densidad


exponencial, se obtiene,

1 - PT(t0)
esto es,

e-Àto 4.35

como,

4.36

(t) = Àe -À(t-to) 4.37

4.34
100 Peligro sísmico

si se hace un cambio de variable de T = t — to, es decir, midiendo


el tiempo a partir de ta

+ T) = Àe ¯Àr 4.38

Esto significa que aunque no ocurra ningún temblor en el tiempo


to (por largo que sea el periodo sin temblar), no se modifica la
predicción al futuro. Es decir, la densidad de probabilidad queda
exactamente igual midiendo el tiempo a partir de to.
Densidad gamma. Esta densidad de probabilidad es más versátil
que la densidad exponencial por contar con dos parámetros que la
definen, se ha utilizado en algunos estudios de peligro sísmico
para modelar el tiempo entre grandes temblores. La función
densidad está definida como,

tk-l
PT(t) = 4.39
r(k)
donde:

k y A = Parámetros de la densidad de probabilidad.


T es la variable aleatoria definida entre 0 e y. r(k) es la función
gama, que se calcula integrando una variable u como se define a
continuación,

r(k) = e -U u k- l du 4.40

La media y desviación estándar de esta densidad, son,


k
4.41
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 101

4.42

La densidad gamma tiene una variedad importante de formas


dependiendo de los parámetros que la definen. La figura 4.6
muestra tres curvas para tres conjuntos de parámetros. Es
importante notar que para k=l la densidad gamma adquiere la
forma de la densidad exponencial.

PT(t)
0.05

80

0.04

0.03

0.02

0.01

0.00

t
Figura 4.6 Densidad de probabilidad gamma para tres conjuntos de parámetros

Densidad lognormal. La densidad lognormal es también una


densidad cuya variable aleatoria está definida en el mismo
102 Peligro sísmico

intervalo que la densidad gamma. Se le ha dado un amplio uso en


los estudios de peligro sísmico para modelar variables como la
aceleración máxima del terreno y la aceleración espectral. En un
estudio realizado por Jara y Rosenbuleth (1988) se consideró un
conjunto de densidades de probabilidad para modelar la densidad
de probabilidad del tiempo de ocurrencia de grandes temblores
de subducción en México (M 7), y se determinó la mejor de ellas
con base en un método formal de toma de decisiones. Se
encontró que la mejor densidad para modelar esta variable
aleatoria es la densidad lognormal, por lo que ha sido empleada
frecuentemente en estudios de peligro sísmico. La función se
define como,
(In t—ln

PT(t) 1
m) 2

=201nT
21T
t
4.43
OinT

donde:

my Parámetros de la densidad de probabilidad


La media y la desviación estándar de esta densidad son,
= me ÚlnT 4.44

4.45

La figura 4.7 muestra dos curvas de la densidad lognormal con el


mismo parámetro m y dos valores de T. Como se observa,
mientras más grande es el parámetro aln T la densidad se vuelve
más plana.
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 103

Manteniendo ahora constante al parámetro aln T y modificando


para dos casos el parámetro m de la densidad, se obtiene la figura
4.8.
PT(t)
0.30

40
0.25

0.20

0.15

0.10

0.05

0.00

t
Figura 4.7 Densidad de probabilidad lognormal con mr=15

PT(t)
0.30 m=40

0.25

0.20

0.15

0.10

m=15
104 Peligro sísmico

0.05

0.00
10 20 30 40 so 60
t
Figura 4.8 Densidad de probabilidad lognormal con FO. 10

Como se observa en esta última figura, la modificación del


parámetro m de la densidad mueve de forma importante la moda
de la función e influye también en la forma plana o angosta de la
densidad.

Densidad normal. Esta es una de las densidades de probabilidad


más utilizadas en la ingeniería civil. Se ha utilizado para modelar
diversas variables cuyo comportamiento se espera en general
simétrico respecto a un valor medio. En la ingeniería sísmica, la
magnitud de los temblores es una variable aleatoria que se ha
modelado utilizado esta densidad. La función que describe esta
densidad es,

PT(t) = 4.46

donde:

mr y a,nT = Parámetros de la densidad, que en este caso son


también la esperanza y desviación estándar de la
variable, respectivamente.

La densidad es simétrica (figura 4.9) y, a diferencia de los casos


anteriores, está definida desde -DO hasta 00. Una de las razones
por las que se utiliza bastante esta densidad es porque se puede
demostrar que el comportamiento de la suma de un número
grande de variables aleatorias, sin importar el comportamiento de
cada una de ellas, tiende a una densidad normal. Este resultado,
de suma importancia en la teoría de la probabilidad, se le conoce
como Teorema del Límite Central.
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 105

PT(t)
0.14

40

0.12

0.10

0.08

0.06

0.04

0.02

0.00

t
Figura 4.9 Densidad de probabilidad normal
La densidad normal acumulada se suele presentar en tablas
normalizada con parámetros mT = 0 Y OT = 1 (figura 4.10). Con
estos parámetros, la densidad se expresa como,

1 12
PU(u) = 4.47

donde:

pu(u) = Densidad normal de la variable U con media cero y


varianza unitaria.
106 Peligro sísmico

Es decir,

4.48

PT(t)
0.45

6
0,40
0,35
0,30
0.25
0.20
0.15
0.10
0.05
0.00

t
Figura 4.10 Densidad de probabilidad normal con m-r= 0 y 1

Las densidades anteriores, tienen uno o dos parámetros que


definen su comportamiento. IJn solo parámetro, como
corresponde a la densidad exponencial permite, por una parte,
determinar más fácilmente el valor del parámetro con los datos
estadísticos con que se cuente, por otra parte, hace que los
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 107

valores medios y la dispersión de la variable tengan que


modelarse con un solo valor. Además, un solo parámetro reduce
las posibles formas funcionales de la variable aleatoria. Las demás
densidades mencionadas cuentan con dos parámetros,
característica que las hace más versátiles para modelar diversos
comportamientos de variables aleatorias.

Cuando la variable que se está modelando presenta más de una


moda, se pueden establecer densidades de probabilidad
bimodales e incluso multimodales (figuras 4.11 y 4.12), a través de
una combinación pesada de varias densidades de probabilidad.

10
0.025

0.020

0.015

0.010

0.005

0.000
108 Peligro sísmico

-0.005

Figura 4.11 Densidad de probabilidad bi-modal

4.3.5 Estimación de parámetros

Una de las mayores dificultades que se presentan al utilizar


métodos probabilísticos es el de decidir adecuadamente la
densidad de probabilidad que mejor se ajusta al fenómeno en
estudio. La elección de una densidad de probabilidad se basa
inicialmente en consideraciones cualitativas, que consideren,
entre otras cosas, los valores límite que puede adoptar la variable
del estudio, las opiniones de expertos, los modelos adoptados en
problemas similares, entre otras. Con base en estos criterios es
que las densidades gamma o lognormal resultan atractivas para
describir el tiempo entre temblores de subducción. Ambas
densidades son plausibles de utilizar, de acuerdo con los valores
que puede adopta la variable en estudio; las dos están definidas
de 0 a oo (no existen tiempos entre temblores negativos) y sus
parámetros les permiten adoptar variadas formas. El problema de
la elección de la densidad de probabilidad que mejor se adapte a
un conjunto de datos, es un problema de toma de decisiones en
ambiente de incertidumbre que se puede tratar como se
menciona en Jara y Rosenblueth, 1988 y en Jara y Rosenblueth,
1992.
0.045
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 109

80
0.040
0.035

0.030

0.025

0.020

0.015

0,010
0.005

0.000

Figura 4.12 Densidad de probabilidad multimodal

Una vez elegida la densidad de probabilidad con la que se


modelará el fenómeno, es necesario estimar sus parámetros. Los
métodos más usados para este fin, son el método de momentos y
el método de máxima verosimilitud.

Método de momentos. Este procedimiento consiste en obtener


los dos primeros momentos de la densidad de probabilidad
(esperanza y varianza) y considerar como estimadores de estos
parámetros a la media y varianza de la muestra estadística (t, s 2)
esto es,

ñiT = 4.49
110 Peligro sísmico

ÔT = s2 4.50
donde y ôT son los estimadores de los parámetros mr y OT de la
densidad de probabilidad.
Método de máxima verosimilitud. Se define como función de
verosimilitud de la muestra, L, a la siguiente expresión que se
obtiene de observar un conjunto de datos, asociados a un modelo
probabilístico con parámetros 6 desconocidos.

L(91t tPT(ti19) 4.51


i=l

donde:

Función de verosimilitud.
Parámetros de la densidad de probabilidad.
PT(t) = Densidad de probabilidad de la variable aleatoria T.
Datos de la muestra estadística de tamaño n.
Con base en la ecuación 4.51 se determinan estimadores de los
parámetros de las densidades de probabilidad, a través del
estimador de máxima verosimilitud que es aquel que hace que la
función de verosimilitud sea máxima.

Por ejemplo, para la densidad normal la función de verosimilitud


es,

21
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 111

4.52

El máximo de la función anterior se obtiene de derivar


parcialmente la ecuación, que se escribe primero en términos
logarítmicos por conveniencia, esto es,
n

a In L 1
- fiT) = O 4.53

a In L n
1 Y(ti
¯ ñiT)2 = O
4.54
ô0T
i=l
Resolviendo estas dos ecuaciones simultáneas, se obtiene,

4.55

(ti — 4.56
i=l
Como se observa, en este caso de la densidad normal, el resultado
corresponde a la media y varianza muestral, que además coincide
con la estimación que se obtiene con el método de momentos.

Con el método de máxima verosimilitud, se obtienen estimadores


no sesgados, lo que significa que si el número de datos tendiera a
infinito, la esperanza del estimador tiende al valor real del
parámetro.
112 Peligro sísmico

Ejemplo de estimación de parámetros. Para mostrar la manera en


que se determinan los parámetros de una densidad de
probabilidad, se utilizarán la muestra de tiempos entre grandes
temblores de la tabla 4.3. De acuerdo con Jara y Rosenblueth
(1988), la mejor densidad para modelar el tiempo entre grandes
temblores es la densidad lognormal.
Se había obtenido anteriormente que la media y la desviación
estándar de la muestra son,

r = — = 23.53 años n s
2
= 38.5

La densidad lognormal tiene dos parámetros que pueden


estimarse con los métodos anteriormente descritos.

Método de Momentos. Los parámetros de la densidad se eligen


de manera que la media y varianza de la densidad sean iguales a
los valores muestrales correspondientes. El primer momento de la
densidad lognormal es,

Etn = t pT(t)dt
sustituyendo la función de la densidad lognormal, PT(t),
(0.501nT)

el segundo momento respecto al origen de la densidad es,

E[T 2 1 =
de donde se obtiene,
E[T 2 ] =
de acuerdo con la ecuación 4.44,

mr = me 2 ãlnT
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 113

y de la ecuación 4.45,

OinT
Igualando la media muestral con la esperanza (valor medio) de la
densidad de probabilidad rnr, se obtiene,

23.53 = me

Similarmente, igualando la varianza muestral s2 con la varianza de


la variable T, se obtiene,

38.52 = - 11 4.58
como en este caso rnr = = 23.53 años, de la ecuación
4.58 se despeja a y se obtiene la varianza del logaritmo
de T,

alnT2 = 0.067

y la desviación estándar del logaritmo de T,


= 0.259

al sustituir la varianza en la ecuación 4,57, se obtiene el


otro parámetro m de la densidad,

m = 22.75
Para comparar el comportamiento de los datos con la densidad
PT(t), se grafica en la figura 4.13 la densidad acumulada de la
muestra y la correspondiente de la densidad de probabilidad.
Método de máxima verosimilitud. Se estimarán nuevamente los
parámetros de una densidad de probabilidad lognormal utilizando
114 Peligro sísmico

ahora el método de máxima verosimilitud. La función de


verosimilitud para la densidad lognormal es,
n

L(91t t t ) = APT(ti19)

20 25 30 35
PT(t) 1
0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1

40

Tiempo de ocurrencia de temblores (años)


Figura 4.13 Comparación de la densidad lognormal acumulada con parámetros
estimados con el método de momentos y los datos de la muestra estadística del
tiempo de ocurrencia de grandes temblores

Es decir,
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 115

L (mr, aln Tltl' t2' tn)

de donde se obtiene,
1
InL (mr, OinTlt1, t2 , t n ) = —nln(t) —n In(v'Eñ) — n In(atnr) — 20 2 In•r(In(ti)

el máximo de la función se obtiene con base en,

ôlnL ô1nL ôm
Ô ãlnT

Calculando las derivadas parciales, los parámetros de la


densidad son,
1717. = e n In (ti)]

donde,

In (t) = In (ti)

Sustituyendo los datos de la muestra de tiempos entre temblores


t„ se obtiene,

m = 22.75
116 Peligro sísmico

alnT = 0.259

La figura 4.14 muestra, finalmente, la densidad lognormal con


estos parámetros conjuntamente con la frecuencia relativa
acumulada de los datos.

4.4 ESTADíSTlCA BAYESIANA

La estadística Bayesiana, a diferencia de la estadística clásica,


incorpora incertidumbre en los parámetros de una densidad de
probabilidad. Esto crea un proceso que permite un marco formal
para incorporar nueva información dentro de un modelo
probabilístico. De acuerdo con Bayes los parámetros que definen
el comportamiento de la densidad de probabilidad del fenómeno
se consideran como variables aleatorias por lo que se deben
establecer densidades de probabilidad sobre estos.
Peligro sísmico
I IO
Para ejemplificar el uso del teorema de Bayes, se considerará
nuevamente el tiempo entre grandes temblores en México T como
una variable aleatoria cuya densidad se determinará haciendo uso del
teorema de Bayes. Asumiendo que la densidad PT(t) tiene parámetros
e, y que estos son variables aleatorias, debe asignarse a estos una
densidad de probabilidad pa(9).
PT(t) 1

0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1

10 15 20 25 30 35 40

Tiempo de ocurrencia de temblores (años)


Figura 4.14 Comparación de la densidad lognormal acumulada con parámetros
estimados con el método de máxima verosimilitud y los datos de la muestra
estadística del tiempo de ocurrencia de grandes temblores
118 Peligro sísmico
Se debe elegir primeramente una densidad inicial de los parámetros
9, con base en opiniones de expertos o el conocimiento de
fenómenos similares al estudiado. En este caso se puede recurrir a
catálogos de ocurrencia de grandes temblores en otros lugares del
mundo. Una vez seleccionadas las densidades iniciales de los
parámetros (densidades a priori), se obtiene la densidad final (a
posteriori) de éstos como,

p[BIZ] = 4.59
donde:

p[8iIZ] = Densidad final de los parámetros 9.


Densidad inicial de los parámetros e de la variable aleatoria T.
Conjunto de datos ti de la muestra. i
Función de verosimilitud.
La ecuación 4.59 determina la densidad final de los parámetros con
base en dos fuentes de información: la densidad inicial de los
parámetros y la función de verosimilitud de los datos. El denominador
de la ecuación cumple la finalidad de normalizar la densidad p[91Z]
para que al integrarla en el intervalo de validez de los parámetros e,
se obtenga la unidad.

Finalmente, la densidad final de la variable T, se obtiene como,

pT(tlZ) p(zlt) pce V) 4.60

donde:

pT(tlZ) = Densidad final de la variable T


Una de las dificultades en la aplicación de la estadística Bayesiana es
la adecuada elección de las densidades iniciales de los parámetros ya
que esto puede sesgar la densidad final obtenida. Regularmente se
recurre a la opinión de expertos y a procesos similares que sean
independientes del conjunto de datos con que se cuente. La opinión
Cap 4 Probabilidad aplicada al peligro sísmico 119
de personas ampliamente reconocidas en el tema permite fijar
algunas características de las densidades iniciales como: los valores
límite de la variable, los valores más probables y valores cualitativos
de la dispersión. Es conveniente, sin embargo, realizar un análisis de
sensibilidad de los resultados con los valores extremos de los
parámetros elegidos, para cuantificar su contribución en los análisis
realizados.

Existen algunos estudios encaminados a la búsqueda de densidades


iniciales de los parámetros de la densidad de probabilidad de la
variable en estudio, que contribuyan lo menos posible en la densidad
final obtenida (Jara y Rueda, 1989). Esto no necesariamente es lo que
se busca siempre en una densidad inicial, como sucede cuando existe
suficiente información que justifique la elección de ciertas densidades
iniciales de los parámetros que deben usarse. Sin embargo, si los
parámetros de la variable aleatoria que se estudia son totalmente
desconocidos, es conveniente buscar densidades iniciales que
aporten poco a la densidad final, dejando que los datos muestrales
sean los que gobiernen la densidad final obtenida.
CAPÍTULO 5

CRITERIOS DE EVALUACIÓN
DEL PELIGRO SÍSMICO

5.1 INTRODUCCIÓN

El número de pérdidas humanas y las pérdidas materiales asociados


con los fenómenos sísmicos ha sido una preocupación constante en
toda la historia de la humanidad. No obstante los grandes avances
que en sismología e ingeniería sísmica se han tenido en las últimas
décadas por la información proporcionada por instrumentos de
medición, siguen presentándose en la actualidad daños que superan
enormemente las expectativas del comportamiento que una
sociedad espera de sus construcciones. De ahí que resulte
imprescindible cuantificar el estudio de la actividad sísmica de un
sitio y su efecto sobre las construcciones, para obtener parámetros
de diseño que proporcionen un grado de seguridad mínima a las
construcciones.
Una parte muy importante de la República Mexicana se encuentra
ubicada en una zona de alto peligro sísmico como lo muestran los
catálogos de temblores recopilados en México. La evaluación del
peligro sísmico de una población y la determinación de la
vulnerabilidad de las estructuras existentes es una actividad
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 121

indispensable si se desea mitigar los daños provocados por


temblores.

El peligro sísmico se evalúa considerando todas las fuentes sísmicas


que afectan al sitio, se determina su potencialidad, se describen los
procesos de ocurrencia, se eligen modelos de atenuación de las
ondas sísmicas y se consideran características específicas del lugar
para estimar posibles amplificaciones por efectos topográficos y/o
por las propiedades dinámicas de los suelos del sitio en estudio.
Finalmente, se determinan los valores esperados de las variables
con base en las cuales se describe el peligro sísmico del sitio.

En este capítulo se comentan los criterios que más comúnmente se


han aplicado para evaluar la peligrosidad sísmica de una región, y se
comentan, en forma general, los parámetros que se requieren
estimar para cuantificar el peligro.

5.2 RIESGO Y PELIGRO SÍSMICO


La estimación del movimiento del terreno producido por los
temblores en un lugar, se realiza con base en estudios de peligro
sísmico. La evaluación del peligro sísmico arroja como resultado la
máxima intensidad esperada de una variable en el sitio y/o el
número de veces que se excede una cierta intensidad en un
determinado intervalo de tiempo. La medida de intensidad elegida
es normalmente algún parámetro que esté ligado con las
características del movimiento del terreno y que se relacione con la
respuesta dinámica de las estructuras.
La incorporación de las consecuencias, medidas como función de las
pérdidas económicas que originan los temblores, conduce a los
estudios de riesgo sísmico. Es claro que un estudio de esta
naturaleza debe necesariamente determinar como una de sus
etapas el peligro sísmico del lugar. Un estudio de riesgo sísmico
debe, por lo tanto, estimar el costo de las construcciones de la zona
de estudio, así como proponer modelos de comportamiento que
permitan determinar las pérdidas esperadas ante diferentes
escenarios sísmicos. Es por esto, que un estudio de riesgo sísmico
122 Peligro sísmico

incorpora regularmente un mayor número de variables que un


estudio de peligro sísmico.

5.3 ENFOQUES PARA EVALUAR EL PELIGRO SíSMlCO


La evaluación del movimiento sísmico del terreno en una región
requiere recopilar toda la información sobre la sismicidad
registrada, tanto instrumentalmente como históricamente. En
general, deben identificarse todas las fuentes de temblores que
pudieran afectar al lugar, proponer modelos para describir los
procesos de ocurrencia y la potencialidad de las fallas, estudiar la
manera en que las ondas sísmicas se propagan de las fuentes al sitio
en estudio y determinar las características particulares de los
terrenos del lugar para estimar posibles amplificaciones del
movimiento del terreno. Con toda esta información se determinan
los valores máximos de las variables de intensidad elegidas para
describir el peligro sísmico. Una de las medidas de intensidad más
utilizada es la aceleración máxima del terreno, aunque en ocasiones
se utilizan otras variables como la velocidad máxima o el
desplazamiento máximo del terreno o incluso, cuando existe
suficiente información instrumental, las amplitudes de un espectro
de respuesta.

Para describir el peligro sísmico se han utilizado fundamentalmente


enfoques deterministas y con mayor frecuencia enfoques
probabilistas. Los enfoques deterministas basan su estimación del
peligro en los máximos valores que las variables pueden alcanzar o
que han sido registradas históricamente, Esto es, se elige la
magnitud máxima que puede dar origen cada falla identificada, la
distancia mínima del área de ruptura al sitio y los valores máximos
de amplificación posible en el lugar, con lo que se obtiene la
intensidad máxima del terreno como el mayor valor obtenido para
todas las fuentes en estudio. Por su parte los criterios probabilistas
parten de la primicia de que el proceso generador de temblores y
sus efectos se producen en un ambiente de incertidumbre y que el
conocimiento es incompleto, por lo que las variables asociadas con
el fenómeno deben ser consideradas como variables aleatorias. De
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 123

esta manera, la única forma de abordar el problema es a través de


un enfoque probabilista.
Ambos enfoques tienen ventajas y desventajas propias de la
metodología empleada. La descripción determinista del peligro
considera que la potencialidad de una fuente sísmica es descrita
únicamente con la información registrada en el pasado,
determinando con esto la magnitud máxima esperada en el futuro.
No obstante que los catálogos de temblores en la actualidad son
mucho más completos y confiables que en décadas pasadas, la
información recopilada es todavía bastante limitada como para que
esta estimación sea lo suficientemente confiable.
Otro de los inconvenientes de los criterios deterministas es que el
resultado de su aplicación conduce normalmente a la estimación de
un solo valor de la intensidad máxima esperada en el lugar, sin
proporcionar mayor información relativa al número de veces que
esta intensidad puede ser excedida en un cierto intervalo de
tiempo.

No obstante estas desventajas, el enfoque determinista es todavía


muy empleado con el objeto de adquirir sensibilidad respecto al
estudio que se realiza, ya que al trabajar únicamente con variables
deterministas, se tiene un mayor control sobre la contribución de
cada uno de los parámetros en la estimación de la intensidad del
sitio.

Por su parte, el enfoque probabilista requiere de toda la


información utilizada en los criterios deterministas y asume que
algunas o todas las variables que contribuyen en la estimación del
peligro, son variables aleatorias. De esta manera, su descripción se
da a través de densidades de probabilidad cuyos parámetros son
determinados con la información estadística con que se cuente.

A diferencia del enfoque determinista, el criterio probabilista


conduce a la obtención de una familia de valores posibles de
intensidad en el sitio, con las probabilidades de excedencia
asociadas a cada uno de ellos. Esto permite, entre otras cosas, elegir
el nivel de riesgo que se desea adoptar para grupos de estructuras
en particular, como función de su importancia.
124 Peligro sísmico

El primer inconveniente que se encuentra al utilizar el criterio


probabilista se relaciona con la estimación de los parámetros de las
densidades de probabilidad que describen cada variable que
contribuye al fenómeno. Su determinación requiere de información
estadística que describa valores medios y valores de dispersión.
Cuando existe información histórica suficiente esto no representa
mayor problema, sin embargo cuando esta es escasa, cosa que
regularmente ocurre, debe ponerse especial cuidado en estimar
adecuadamente los parámetros, ya que de estos depende el
resultado obtenido. En ocasiones, en ausencia de suficiente
información en el lugar se utilizan dos fuentes de información que
mejoran la estimación de las densidades de probabilidad. Por una
parte, se recopila la información histórica del sitio y de lugares
similares en el mundo, y por otro lado, se hace uso de las opiniones
de expertos. Ambas fuentes de información se combinan a través
del uso de la estadística Bayesiana.
Uno de los aspectos que más críticas recibe en el enfoque
probabilista, es que mientras más refinado es el modelo de
evaluación del peligro, este resulta más complejo, lo que en
ocasiones reduce la claridad de la contribución de cada una de las
variables en la estimación final del riesgo. No obstante, debe
reconocerse que el estado del conocimiento actual respecto a los
fenómenos sísmicos, está todavía bastante alejado de poder
predecir de forma determinista los valores de las variables que
contribuyen al fenómeno. De esta manera, es plausible utilizar los
criterios probabilistas y, para fines de sensibilización del estudio,
recurrir también a criterios deterministas.

5.4 PARÁMETROS PARA ESTIMAR EL PELIGRO SíSMlCO


La evaluación del peligro sísmico precisa la determinación de la
localización de ocurrencia de los temblores, su potencialidad en
términos de magnitud o energía y su frecuencia, lo que a su vez
implica modelar las fuentes sísmicas en términos de espacio, tiempo
y procesos de generación.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 125

La figura 5.1 muestra esquemáticamente un sitio en que se desea


determinar el peligro sísmico como función de las fuentes sísmicas
conocidas (en este caso tres) que pueden afectar al lugar.

Figura 5.1 Fallas sísmicas que contribuyen al peligro sísmico de un sitio

Como se observa esquemáticamente, en la determinación del


peligro del sitio intervienen las fuentes, la distancia de las fuentes al
sitio y el tipo de fuente sísmica. La elección del periodo de retorno
de diseño (inverso de la tasa de excedencia) debe considerar la
importancia de cada grupo específico de estructuras del lugar.

En el caso determinista el peligro queda determinado por la


combinación del máximo temblor esperado, la distancia mínima al
sitio y la estimación de la atenuación del movimiento con la
distancia. De esta manera, como se comentó con anterioridad, el
resultado no incorpora ningún parámetro relativo a la frecuencia de
ocurrencia de los temblores ni al nivel de movimiento esperado
para cierto intervalo de tiempo, De manera formal estas variables
pueden incorporarse utilizando enfoques probabilistas.

Las siguientes figuras muestran en forma general, los pasos que


deben seguirse para evaluar en forma probabilista el peligro sísmico
de un sitio. Como se observa, la primera etapa (figura 5.2), consiste
en determinar la localización de fuentes sísmicas que puedan
afectar al sitio en estudio. Una vez localizadas, se determina su
126 Peligro sísmico

longitud y área posible de ruptura con base en los cuales se estiman


las distancias posibles entre la fuente y el sitio y se propone una
densidad de probabilidad de la distancia. En la mayoría de los casos,
si no existe mayor información al respecto, se asigna una
distribución de probabilidad uniforme a cada fuente, lo que implica
que los sismos tienen igual posibilidad de ocurrir en cualquier punto
dentro de la fuente.

pg(r)

Figura 5.2 Densidad de probabilidad de la distancia de la fuente al sitio en


estudio en un enfoque de peligro sísmico probabilista

La evolución de la longitud y área de falla de las fuentes sísmicas


conducen a estimar las magnitudes máximas esperadas, que
combinadas con información de catálogos sísmicos, ofrecen los
elementos para proponer la densidad de probabilidad de la
magnitud de los temblores.

El estudio de los catálogos conduce también a determinar la


frecuencia de los temblores para diferentes magnitudes y los
procesos de ocurrencia asociados (figura 5.3). Con base en los
catálogos debe caracterizarse la distribución temporal de la
recurrencia de los terremotos, que normalmente consiste en
proponer una relación de recurrencia, que especifica la tasa
promedio en que un terremoto de algún tamaño será excedido. A
partir de esta información se determinan la densidad de
probabilidad que describe el proceso de ocurrencia de los eventos
sísmicos, y la densidad de probabilidad de la magnitud de los
eventos.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 127

Una vez determinadas las magnitudes posibles en cada una de las


fallas, y las distancias entre la fuente y el sitio en estudio, es
necesario proponer leyes de atenuación del movimiento (figura
5.4). Estas son formas funcionales que relacionan parámetros
máximos esperados en el sitio de estudio, como función de la
magnitud y distancia a la fuente. Cuando se cuenta con un número
importante de registros sísmicos en el sitio, originados en las
fuentes sísmicas que afectan al lugar, es posible proponer leyes de
atenuación específicas.
PM(m)

mmtn
Magnitud CM)

Figura 5.3 Tasa de ocurrencia de temblores (izquierda) y densidad de


probabilidad de la magnitud de los temblores (derecha) en un enfoque de peligro
sísmico probabilista

Finalmente, para calcular la probabilidad de que el parámetro


seleccionado del movimiento del suelo sea excedido durante un
tiempo determinado (figura 5.4), se combina la incertidumbre de las
variables anteriores haciendo uso del teorema de probabilidad
total. Debe incorporarse la contribución de todas las fuentes
sísmicas a través de la evaluación de tasas de excedencia de cada
zona, y sumando todas ellas para evaluar el peligro total. Una tasa
de excedencia de una intensidad es el número de veces por unidad
de tiempo que el valor de la intensidad sísmica estudiada se excede.

5.4.1 Fuentes sísmicas

La primera etapa en un estudio de peligro sísmico consiste en


identificar todas las fuentes sísmicas que contribuyen al peligro
sísmico del lugar en estudio. Una fuente de información inicial son
128 Peligro sísmico

los catálogos de temblores cuya localización de epicentros permite


identificar fuentes sísmicas activas. No obstante que esta es
información estrictamente necesaria, debe considerarse que la
instrumentación sísmica en el mundo es relativamente joven, por lo
que esta información debe complementarse con una investigación
histórica de la ocurrencia de temblores. Es conveniente recurrir a
fuentes bibliográficas, informaciones históricas sobre el tema y a
hemerotecas que proporcionen información adicional a los
catálogos sísmicos, especialmente para tiempos anteriores a la
instrumentación sísmica actual.

Figura 5.4 Ley de atenuación de las ondas sísmicas (izquierda) y probabilidad de


excedencia de la aceleración (derecha) en el sitio de estudio en un enfoque de
peligro sísmico probabilista

En general, las fuentes sísmicas que mayor energía liberan están


asociadas con las fronteras de las placas oceánicas y continentales.
Sin embargo, otros temblores originados dentro de los continentes
han producido también enormes daños en la historia sísmica del
mundo.

Existen diversos métodos para identificar fallas geológicas, entre los


aspectos más importantes considerados dentro de la búsqueda de
fallas se encuentran:

I . Observación directa. La observación de fracturas en la


superficie es uno de los parámetros que se consideran para
la identificación de fallas geológicas. Con base en el
movimiento observado en ambos lados de la fractura se
puede identificar el tipo de falla.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 129

2. Indicadores Geológicos. Los estratos de un suelo pueden


evidenciar la existencia de una falla. Existen indicadores
geológicos identificados con cambios bruscos en la
estructura de rocas, o con cambios de nivel abruptos en
paredes verticales, que muestran evidencias de posibles
fallas sísmicas.

3. Topografía del sitio. Observar la topografía del lugar es


también un recurso importante para identificar fallas. Este

es un parámetro que en conjunto con los anteriores permite


identificar fallas.

4. Paleosismicidad. Con frecuencia se determina la ocurrencia


de temblores históricos mediante esta técnica que considera
los tres puntos anteriores, y cuyo objetivo es buscar
evidencias de la ocurrencia de grandes eventos sísmicos,
mediante la observación de cambios geomorfológicos del
paisaje y el registro estratigráfico.

5. Indicadores geofísicos. La medición de la velocidad de ondas


de cortante y la determinación de gradientes magnéticos en
los suelos permiten determinar fracturas no visibles en la
superficie terrestre.

6. Registros sísmicos. Los focos y epicentros de los temblores


son la evidencia más clara para localizar fallas sísmicas. El
conjunto de epicentros de los temblores precursores, el
temblor principal y los temblores réplica, permiten acotar las
fronteras de fallas sísmicas, su longitud y área de ruptura.

Las fallas pueden abarcar varios kilómetros y pueden ser


sísmicamente activas o inactivas. Normalmente se clasifican como
función de su geometría y su dirección de deslizamiento.
En México, se han identificado varias fuentes generadoras de
temblores. En la zona del pacífico se localiza una fuente sísmica de
subducción que abarca desde el Estado de Chiapas al Estado de
Jalisco, y que origina los eventos de mayor magnitud en la República
130 Peligro sísmico

Mexicana (Singh, et al., 1983). El contacto e inclinación de las placas


produce temblores que normalmente se originan a profundidades
de entre 15 km y 45 km. La placa de Cocos se mueve en dirección
N350 E con respecto a México, a una velocidad promedio de entre 5
y 8 cm/año. La placa de Rivera es una pequeña placa litosférica que
esta al noroeste de la placa de Cocos y subduce por debajo del
estado de Jalisco a una velocidad de aproximadamente 2.5 cm/año.

La historia sísmica de estos eventos muestra que en el siglo pasado


han ocurrido varios temblores con magnitud mayor que
8.0, lo que sugiere que el temblor de Michoacán de septiembre de
1985 no es un caso extraordinario.
A profundidades mayores se presenta la fuente sísmica de los
temblores de fallamiento normal que se origina por el rompimiento
de la placa oceánica debajo de la placa continental (Singh, et al.
1985; Suárez, 1986). La inclinación de la placa subducida varía
considerablemente entre Jalisco y Chiapas (Suárez, et al. , 1990;
Singh y Pardo, 1993); por ejemplo, en la zona de Guerrero se
introduce con una inclinación de alrededor de 12 grados y en la
zona de Chiapas con valores cercanos a los 45 grados. Estos eventos
pueden regir el peligro sísmico de poblaciones dentro del
continente. Pueden tener magnitudes grandes, aunque con una
periodicidad mayor que los temblores de subducción. Ejemplos de
estos eventos son el temblor de Orizaba en 1973, de Huajuapan de
León de 1980, y muy probablemente el temblor de 1858 que dañó
varias poblaciones entre las que se encuentran Morelia y la Ciudad
de México (Sing, et al., 1996).

En la corteza continental se presentan también fallas sísmicas


asociadas con el nacimiento de las cordilleras volcánicas. Este tipo
de eventos, llamados corticales, producen normalmente temblores
con magnitudes inferiores a 7.0 pero con origen prácticamente
superficial. Particularmente importante para el centro del país es la
falla tipo graben conocida como falla de Acambay que dio origen a
un evento de magnitud importante en 1912 (Mooser, 1987;
Pasquare et al., 1991; suter, 1992 y 1995).
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 131

El peligro sísmico en la zona norte-oeste del país se ve fuertemente


influenciado por la falla de transformación que divide la Península
de Baja California con el resto del país. El movimiento de las placas
tectónicas es transversal y es la fuente de la mayor parte de
temblores fuertes en esa región.
Finalmente, existen también temblores de origen local asociados a
varios sistemas de fallas, algunos de ellos relacionados con el Eje
Volcánico Trans-Mexicano. Este tipo de eventos tienen
periodicidades grandes y magnitudes moderadas. Mooser (1987)
describe algunos sistemas de fallas de este tipo en el Valle de
México. En el norte de Baja California existen también fallas
sísmicas locales de tipo lateral derecho que se deslizan con
velocidades de entre 1 y 60 mm (Cruz-Castillo, 2002).

5.4.2 Potencial sísmico de las fallas


La determinación de la magnitud máxima que una fuente sísmica
puede dar origen, se hace considerando la sismicidad histórica
conjuntamente con la estimación de parámetros de la fuente
relacionados con el fenómeno físico de la ruptura. Normalmente
resulta de interés conocer la longitud, el área y/o el deslizamiento
promedio de la falla. Diversas relaciones empíricas han sido
propuestas en la literatura con base en el estudio de una cantidad
importante de temblores. Algunas de ellas utilizando medidas
indirectas como las zonas identificadas por los temblores réplica, o la
longitud y área de ruptura, y otras con medidas directas derivadas de
modelos de ruptura asociados a la radiación de las ondas sísmicas
(Wells y Coopersmith, 1994; Hanks y Bakun, 2002; Somerville, et
al. , 1999; Somerville, 2006; Mai y Beroza, 2000; Bonilla et al.,
1984; Chen, 1984; Singh, et al., 1980; Dowrick y Rhoades, 2004).
Una de las fuentes sísmicas en México con mayor información
histórica e instrumental es la zona de subducción. Rosenblueth y
Ordaz (1989-a) realizaron un estudio para determinar la magnitud
máxima asociada a los temblores de subducción generados en la
costa del Pacífico en México. Reconociendo que el fenómeno es
aleatorio y enfocando el problema desde la perspectiva de la
estadística Bayesiana, se determinó la esperanza de la magnitud
132 Peligro sísmico

máxima que puede dar origen cada una de las subzonas de la falla de
subducción (tabla 5,1). Como se observa, la región del Pacífico, de
Oaxaca a Jalisco, ha sido dividida en trece zonas que de acuerdo con
la sismicidad histórica de México se mueven de manera
independiente una de otra (Nishenko y Singh, 1987). En la zona de
Tehuantepec no se determinó ninguna magnitud esperada, dada la
ausencia de grandes temblores en la historia sísmica de la región.
La brecha de Guerrero se considera como uno de los segmentos de la
falla de subducción con mayor potencial de producir otro gran sismo
en México, similar al de Michoacán de 1985. La posible área de
ruptura podría generar un sismo de magnitud 8.0 a 8.2 si se rompe
en un solo evento, o magnitudes de 7.3 a 7.7 si se rompe en una
serie de eventos. En su porción noroeste (Zihuatanejo-Acapulco) se
originaron grandes sismos en 1899, 1907, 1908, 1909 y 1911, sin
embargo, en los últimos 96 años no se han presentado temblores
importantes. En la porción sureste de esta brecha (desde Acapulco
hasta los límites con Oaxaca) tampoco se han presentado eventos
importantes después de los terremotos de 1957 y 1962.

Para cuantificar la contribución de los temblores de subducción en


el peligro sísmico de un sitio, normalmente se discretiza la zona del
pacífico en al menos el número de sub-zonas que, de acuerdo con la
sismicidad histórica, se mueven de manera independiente entre si,
como se muestra en la figura 5.5.
Tabla 5.1 Magnitud máxima esperada en la zona de subducción de México
(Rosenblueth y Ordaz, 1989)

LOCALIZACIÓN M máx.

TEHUANTEPEC 94.000-95.200
OAXACA ESTE 95.200_96.400 8.20
OAXACA CENTRAL I 96.400-97.300 8.31
OAXACA CENTRAL ll 97.300-97.700 8.36
OAXACA ESTE 97.700-98.200 827
OMETEPEC 98.200-99.300 8.16
SAN MARCOS 99.300-100.000 8.28
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 133

GUERRERO CENTRAL 100.000-101.000 822


0 0
PETATLAN 101 ,00 -101.50 8.17
0 0
MICHOACAN 101 50 -103.00 8.31
COLIMA I 103.000-103.700 8.23
COLIMA ll 103.700-104.300 8.12
JALISCO 104.300-105.700 8.36
La escasa información instrumental de temblores de fallamiento
normal origina que exista una mayor incertidumbre para determinar
la magnitud máxima a la que este tipo de falla puede dar origen.
Temblores en México originados en esta fuente sísmica han tenido
magnitudes importantes. Destacan entre los temblores asociados a
esta fuente sísmica, el de Huajuapan de León en Oaxaca en 1980
(M=7.0), el de Orizaba, Veracruz en 1973 (M=7.3), el de Oaxaca en
1931 (M=7.8), los de Chiapas en 2001 (M=6.1) y 2003 (M=5.8) y el
de Oaxaca en 2004 (M=5.7) entre otros. De acuerdo con los datos
disponibles, pueden generar magnitudes máximas cercanas a 8.0
grados en la escala de Richter. Aun cuando estos sismos son menos
frecuentes que los sismos de subducción y generalmente de menor
magnitud, los temblores profundos en el interior de la placa han
causado daños de consideración en el pasado debido a que sus
epicentros se presentan dentro del continente y por ende, cerca de
las zonas de alta densidad de población. Estudios de peligro sísmico
para distintas regiones en México han considerado como magnitud
máxima para este tipo de fuente sísmica magnitudes en el intervalo
de 6.5 (Rosenblueth, et al, 1989-b) a 8.1 (Ordaz, et al. , 1989; Jara y
Jara, 2001).

La discretización de esta fuente sísmica se hace con áreas dentro del


continente que consideren la inclinación de la placa oceánica al
introducirse dentro del continente. La figura 5.6 muestra una
posible consideración de esta fuente sísmica dentro del estado de
Michoacán.
134 Peligro sísmico

Figura 5.5 Sub-zonas para cuantificar el peligro sísmico de la fuente sísmica


de subducción
Los temblores corticales ocurren con poca frecuencia, sin embargo
la cercanía de estas fallas a las poblaciones hace que su
contribución a la evaluación del peligro de un sitio deba ser
cuantificado. En México, este tipo de eventos está asociado con el
nacimiento del Eje Neovolcánico Transmexicano. La magnitud de
estos temblores puede llegar a ser grande, como el ocurrido en la
población de Acambay del Estado de México en 1912, cuya
magnitud en la escala de Richter se estima en 7.0. Con mecanismos
similares han ocurrido eventos de magnitud menor en Jalapa,
Veracruz y Guadalajara. En 1979 se produjo un evento sísmico de
magnitud 5.3 cuyo epicentro se localizó cerca de la población de
Maravatío (Garduño et al., 2001). Esta fuente sísmica, tiene
influencia fundamentalmente para la evaluación del peligro sísmico
en poblaciones localizadas en la región central de la República
Mexicana.

La figura 5.7, muestra algunas zonas que podrían ser


consideradas para la cuantificación del peligro sísmico
asociado a la fuente sísmica de temblores corticales. Las zonas
que se muestran son sólo esquemáticas, ya que esta fuente
sísmica atraviesa del país de este a oeste.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 135

Figura 5.6 Sub-zonas para cuantificar el peligro sísmico de la fuente sísmica de


fallamiento normal en Michoacán

La información instrumental de temblores locales originados dentro


del continente es todavía más escasa. La magnitud máxima de estos
eventos suele ser moderada con focos prácticamente superficiales.
De acuerdo con Mooser (1987), en el valle de México esta fuente
sísmica puede dar origen a eventos con magnitud de hasta 5.5. Por
su parte, en la zona norte de Baja California se presenta un sistema
de fallas locales con potencial sísmico para temblores de magnitud
incluso mayores que 6.0 (Cruz-Castillo, 2002). A un mecanismo de
falla local pertenece el temblor originado el 10 de octubre de 2007,
cerca de la ciudad de Morelia, en Michoacán, con magnitud de 3.8.
La magnitud máxima asignada a este tipo de eventos en estudios de
peligro sísmico en México es cercana a 5.0 (Rosenblueth, et al.,
1989-b).
La fuente sísmica de transformación localizada en el norte del país
ha dado origen también a grandes temblores. Destacan entre ellos
el temblor del 3 de mayo de 1887 con una magnitud de Ms=7.5, el
del 12 de diciembre de 1902 de magnitud Ms=7.0 y el del 19 de
mayo de 1940 con magnitud Ms=7.1.
136 Peligro sísmico

Figura 5.7 Sub-zonas para cuantificar el peligro sísmico de la fuente sísmica de


temblores corticales

Diversas expresiones analíticas han sido propuestas en la literatura


para estimar la magnitud máxima a la que puede dar origen una
falla. Naeim (1989) proporciona una tabla en la que, de acuerdo con
la longitud de la falla, se estima la magnitud máxima esperada (tabla
5.2). Por ejemplo, para longitudes de falla de entre 10 y 15 km
(mínima longitud de la tabla) se predice una magnitud máxima
ML=6.0.
Tabla 5.2 Magnitud máxima esperada como función de la longitud de ruptura
(Naeim, 1989).
MAGNITUD LONGITUD DE
MAXIMA RUPTURA (km
5.5
5- 10
6.0 10-15
6.5 15-30
7.0 30-60
7.5 60 - 100
80 100 - 200
8.5 200 - 400
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 137

Reiter (1991) proporciona una expresión (tomada de Wyss, 1979)


que permite estimar la magnitud máxima de una falla como función
del área de ruptura. La expresión relaciona la magnitud máxima con
el logaritmo del área de ruptura (ec, 5. I),

M =logA+4.15 5.1 donde:

M = Magnitud máxima esperada en la


falla A = Área de ruptura de la falla

La magnitud máxima esperada en una falla puede también


estimarse con base en el momento sísmico (Bozorgnia,
2004), definido como,

5.2
y la magnitud máxima esperada es,

logM0 -16.05
5.3
1.5

en las expresiones anteriores,


Mo = Momento sísmico
Rigidez de la roca
Deslizamiento de la falla
Mmax = Magnitud máxima esperada
Si por ejemplo, se desea estimar la magnitud máxima que puede
dar origen una falla de 6 km de longitud y 5 km de profundidad, con
un deslizamiento máximo esperado de 50 cm, las expresiones
anteriores conducen a lo siguiente.
La tabla 5.2, para una longitud de falla de 6 km, proporciona una
magnitud máxima ML = 5.5.

Con un área de ruptura de 30 km2 la magnitud máxima, de acuerdo


con Reiter (1991), es:
138 Peligro sísmico

Finalmente, con v=3.0X1011, de acuerdo con Bozorgnia (2004),

lo que conduce a una magnitud de momento,

log 4.5xl()24 -16.05


= 5.74
1.5

Al determinar la localización de las fuentes sísmicas y determinar su


potencial sísmico, se obtiene la información con la cual se
determinan la densidad de probabilidad de la magnitud fM(m), y la
densidad de probabilidad de la distancia del origen de los temblores
al sitio en estudio fR(r). Para ciertos procesos de ocurrencia de los
temblores (temblores característicos), la magnitud de los eventos es
dependiente del tiempo que transcurre sin temblar, por lo que es
necesario en estos casos determinar la densidad de la magnitud
dado el tiempo transcurrido desde el último evento sísmico
importante.

5.4.3 Procesos de ocurrencia

Los procesos de ocurrencia de temblores tienen especial relevancia


para evaluar el peligro sísmico de un lugar. Para hacer una
evaluación adecuada del peligro sísmico, difícilmente puede
separase el potencial sísmico de una fuente del proceso de
ocurrencia respectivo. La contribución al peligro de una fuente con
potencial de generación de temblores de gran magnitud cada 1000
años, no puede ser, desde luego, cuantificada de forma similar a
una fuente de grandes temblores cada 50 años, por ejemplo.

De los primeros trabajos importantes que se realizaron para


determinar la forma funcional del proceso generador de temblores,
destacan las contribuciones de Gutenberg y Richter (1954) que
recopilaron un gran número de catálogos de temblores de la
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 139

sismicidad mundial, con la finalidad de determinar la relación entre


el número de temblores que ocurren y la magnitud de estos.
En general los procesos generadores de temblores se han
considerado en la mayoría de los estudios a nivel mundial como
procesos de Poisson, cuya densidad de probabilidad del tiempo
entre temblores queda descrita por la densidad exponencial. Esta
hipótesis es adecuada para los casos en que los temblores son de
magnitud moderada, se tiene poca información de la fuente (por lo
largo del periodo de retorno) o bien temblores grandes que
provienen de un conjunto independiente de fuentes sísmicas con
contribuciones similares todas ellas. En México, esta hipótesis ha
sido utilizada para describir el proceso generador de temblores
corticales, para los temblores de falla normal, para las fuentes
locales y para los eventos de subducción con magnitud menor que
7.0.

El estudio de la ocurrencia de grandes temblores de zonas de


subducción ha mostrado que el proceso generador muestra
diferencias respecto a un proceso de Poisson. Cuando se grafica el
número de temblores que exceden una magnitud dada con
respecto a la magnitud de los eventos sísmicos, se identifica una
magnitud umbral a partir de la cual el proceso cambia
considerablemente. La figura 5.8 muestra una curva típica de tasa
de excedencia de magnitudes para temblores de subducción en
México; en el eje de las abscisas se grafica la magnitud de los
temblores y en el eje de las ordenadas el número de temblores que
exceden cada una de las magnitudes del eje horizontal, en un
periodo dado.

Como se observa, la tendencia es lineal para magnitudes pequeñas


y moderadas; existe un cambio importante de la pendiente de la
recta a partir de cierta magnitud (cercana a 7.0) y la curva cae
cuando las magnitudes se acercan a la magnitud máxima a la que la
falla da origen. La magnitud a partir de la cual cambia la tendencia
recta de comportamiento, invalida la hipótesis del proceso de
Poisson y es a partir de esta magnitud que se elige un proceso de
ocurrencia distinto, denominado proceso del temblor característico
(Jara y Rosenblueth, 1988).
140 Peligro sísmico

1 2 3 4 5 6 7 8 9
MAGNITUD

Figura 5.8 Tasa de excedencia de magnitudes de temblores de


subducción en México

5.4.3.1Proceso de Poisson

Gutenberg y Richter (1954), al estudiar procesos de ocurrencia de


la sismicidad mundial, encontraron la siguiente relación que hasta la
fecha se reconoce como una función válida para describir la forma
que tienen las tasas de excedencia de la magnitud de temblores
para eventos que no sean descritos por el proceso del temblor
característico.

logo N(m) = a — bm 5.4

donde:

N(m) = Número de temblores de magnitud "m" o mayor por unidad


de tiempo, (generalmente de un año).
Constante que representa el logaritmo del número total de
temblores considerado en el análisis.
Pendiente del logaritmo que decae en forma lineal.

Una modificación de la expresión propuesta por Gutenberg y


Richter, para considerar que los catálogos son confiables sólo a
partir de cierta magnitud, y que la expresión debe truncarse en una
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 141

magnitud máxima, al reconocer que las fuentes sísmicas generan


temblores de magnitud acotada en función de las dimensiones
propias de la falla, fue propuesta por Cornell y Vanmarcke en 1969.

La magnitud mínima que se debe considerar en el análisis de los


catálogos de temblores, para obtener los parámetros que definen la
actividad sísmica de una fuente, se determina con base en la fecha a
partir de la cual se consideran confiables los datos registrados, en
virtud de que en épocas anteriores no existía instrumentación
sísmica, y era frecuente que temblores de magnitudes pequeñas no
se registraran en los catálogos sísmicos. El problema no existe para
los grandes temblores ya que estos suelen aparecer en todos los
catálogos sísmicos debido a los daños que en su momento
originaron.
La expresión propuesta por Gutenberg y Richter puede escribirse
como,
N(m) = (loa ) (10 5.5

Al considerar únicamente la información confiable de los catálogos,


para los temblores registrados con magnitud mayor que mo resulta,

N(m) = N(mo) (10 5.6

si se acota el límite superior de la magnitud a mu, Y N(m) se


renombra como

5.7

donde:

À(m) = Tasa de excedencia de magnitudes. Número de temblores


con magnitud mayor o igual a m por unidad de tiempo. Número
de temblores con magnitud mayor o igual que mo. Pendiente
descendente de la curva de tasa de excedencia de magnitudes.
142 Peligro sísmico

mu = Magnitud máxima que se considera puede originar la fuente


sísmica considerada.

Para la zona de subducción y de fallamiento normal de la República


Mexicana, Rosenblueth y Ordaz (1987 y 1989-a) y Ordaz y
Rosenblueth (1989), estimaron los valores de Mm), p y mu para los
temblores con magnitud entre 4.0 y 7.0, considerando que se trata
de variables aleatorias y tratando la incertidumbre a través del
teorema de Bayes.

En estudios recientes (Gómez, 2007), con base en catálogos de


temblores actualizados, se han reevaluado las variables anteriores
para las fuentes sísmicas que afectan al centro del país.
Dada la definición de la tasa de excedencia i(m), y el núrnero total
de temblores con magnitud mayor o igual a m, la distribución de
probabilidad de las magnitudes es entonces,

1 dÀ(m)
PM (m) = 5.8
integrando con respecto a la magnitud se obtiene su densidad de
probabilidad,

pe -Pm
PM (m) = e—pmo — e —pmu 5.9

El proceso de ocurrencia del proceso de Poisson se caracteriza por


ser un proceso con "falta de memoria", lo que significa que la
probabilidad de ocurrencia de un próximo temblor es
independiente de los instantes de ocurrencia de temblores pasados.
La densidad de probabilidad del tiempo entre temblores para este
proceso de ocurrencia es la densidad exponencial, con parámetro
i(m),

5.10

donde:
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 143

t = Tiempo entre temblores.


El valor esperado de sismos con magnitud mayor o igual que m, es
por lo tanto 1/À(m).

5.4.3.2 Proceso del Temblor Característico

Cuando los grandes temblores provienen fundamentalmente de una


sola falla geológica, o existe una falla que tiene mucho más
contribución que las demás, su tasa de excedencia exhibe un
intervalo en el que la pendiente disminuye tendiendo a la
horizontal, para posteriormente incrementarse de forma
importante hasta llegar a la magnitud máxima de la falla (figura 5.8).
El intervalo de magnitudes a partir del cual la tasa de excedencia
presenta una disminución importante de la pendiente, se le ha
identificado como proceso de los temblores característicos. De
acuerdo con la sismicidad histórica, este tipo de eventos suele
presentarse con cierta periodicidad, de forma que el tiempo que
transcurre sin temblar incrementa la probabilidad de ocurrencia de
eventos futuros. Por este motivo, el modelo de estos eventos no es
posible suponerlo como el de un proceso de Poisson (carente de
memoria).

Los temblores con epicentro en las fallas de subducción de la Costa


del Pacífico de México presentan este comportamiento, por lo que
los eventos originados en las subzonas en que se divide esta fuente
sísmica deben considerase dentro del proceso de temblor
característico. La tabla 5.3 muestra los tiempos de ocurrencia de
grandes temblores en la zona de subducción de México en el
periodo de 1900 al año 2007.
Jara y Rosenblueth (1988) estudiaron, entre un conjunto de
densidades de probabilidad, la que mejor se ajusta a la densidad del
tiempo entre temblores característicos, utilizando la estadística
Bayesiana y un método formal de toma de decisiones basado en las
consecuencias económicas de adoptar cada una de las densidades.
Con esta metodología y empleando catálogos de temblores de
México y de otras partes del mundo de grandes temblores
144 Peligro sísmico

originados en zonas de subducción, se determinó que la mejor


densidad de probabilidad es la lognormal, dada por,

1 (Int—lnmt

PT(t I to) — kt 2,Tãlnt 2Clnt5.11

donde la constante k es,


1

1 S (Int—lnmt
2C71nr

5.12
t 2zqnt
y en donde,
Densidad de probabilidad del tiempo entre temblores dado
to.
Tiempo entre temblores característicos.
Tiempo transcurrido desde la ocurrencia del último temblor
característico,
Mt = Mediana del tiempo entre temblores característicos.
Desviación estándar del logaritmo de t.

La constante k tiene como objetivo considerar el tiempo to que ha


transcurrido en una zona en particular sin generarse un evento
sísmico. Por esta razón, la densidad de probabilidad del tiempo
entre temblores característicos se modifica incorporando esta
constante (menor que 1.0), que para fines prácticos incrementa la
probabilidad de ocurrencia en el futuro. Desde luego que en un sitio
gobernado por el proceso de temblor característico, en el que se
acaba de presentar un evento sísmico de gran magnitud, tozo, k
resulta igual a la unidad y la densidad del tiempo entre temblores
no se modifica. El valor de to, para cada una de las subzonas de la
falla de subducción hasta el año 2007, se muestra en la tabla 5.4.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 145

Con base en la información sísmica de la zona de subducción,


considerando como variables aleatorias al tiempo entre temblores y
a los parámetros de la densidad, y aplicando estadística Bayesiana,
Jara y Rosenblueth (1988) concluyen que los mejores parámetros
deterministas de la densidad son: mt = 40.6 años y qnt=o.39.

El proceso de los temblores característicos muestra también que


existe una relación entre la magnitud esperada con el tiempo
transcurrido sin temblar. A este modelo se le ha llamado de
deslizamiento predecible (Shimazaki y Nakata, 1980; Kiremidjian y
Anagnos, 1984).

De acuerdo con los catálogos disponibles de la sismicidad de


subducción de grandes temblores hasta la fecha del estudio, Jara y
Rosenblueth (1988) encontraron que la magnitud de un próximo
evento sísmico se relaciona con el tiempo transcurrido sin temblar
como,

t] = max(7.5, 5.36+O.6211n t) 5.13


donde,
E(Mlt) = Esperanza de la magnitud del temblor característico dado el
tiempo sin eventos de esta naturaleza.
Tabla 5.3 Tiempo de ocurrencia de temblores característicos en la zona de
subducción de la República Mexicana en el periodo 1900-2007

Aho Mes Dia Aho Mes Di Zona


a
DE 1908 3 27 7.0 COSTA DE GUERRERO
190 14 7.7 COSTA OAXACA
12 COSTA GUERRERO
3 29 COSTA DE OAXACA
191 16 7.5 DE
191
1
7 12
1943 2 22 7.4 COSTA DE GUERRERO
192 3 22 7'0 COSTA DE OAXACA
1979 3 14 COSTA OE GUERRERO
8 8
1965 23 7.4 OAXACA 6 COSTA GUERRERO-MICH
1928 6 17 7.6 OAXACA 1913 4 7 7.6 COSTA DE MICHOACAN
1941 15
9
1981 10 25 7.3 COSTA DE MICHOACAN
192 10 7.5 OAXACA
1985 9 19 8.1 COSTA DE MICHOACAN
8 7.8 OAXACA
193 15 7. 1985 g 21 7.6 COSTA DE GUERRERO
OAXACA 1
1 1997 7.1
29 6 COSTA DE MICHOACAN
197 11 30 7.4 COSTA DE OAXACA 8 COSTA GUERRERO-MICH
146 Peligro sísmico
8 9 2000 9 7.0
199 1932
6 18 7.8 JALISCO-COLIMA
9
1973
1 30 7.6 COSTA DE MICHOACAN
4 7.4 OAXACA
1986 4 30 7.0 COSTA DE MICHOACAN
192 8
8 1995 10 9 B.O COSTA COLIMA
23 7.4 GUERRERO-OAXACA
193 12 6 7.0 2003 21 7.6 COSTA COLIMA
7 GUERRERO.OAXACA
1 g48 GUERRERO.OAXACA
1900 1 20 7.4
COSTA JALISCO-NAYARIT
195 12 14 7.2 OAXACA
0 8 2 7.3 1900 5 16 7.4
196 1932 6 3 8.2 COSTA JALISCO-COLIMA
8 1934 COSTA DE JALISCO
199 2 25 7.1 COSTA DE OAXACA11 30 7.0
6
190 4 15 7.6 COSTA DE GUERRERO
7
190 3 26 75 COSTA DE GUERRERO
8
190 3 27 7.5 COSTA DE GUERRERO
8 DE
190 7 30 7.4 COSTA GUERRERO
9 7 28 7.8 GUERRERO
1957
198 6 7 7.0 COSTA GUERRERO-OAXACA
2
199 9 14 COSTA GUERRERO-OAXACA
5
190 16 7.0 GUERRERO
2
1 gog 7 30 7.2 COSTA DE GUERRERO
5 19 7.1 GUERRERO
196 5 72 GUERRERO
2
1962
1964 7 6 7.4 GUERRERO
La desviación estándar obtenida fue de out) = 0.27. Esta expresión
ha sido corroborada y utilizada en estudios posteriores (Ordaz et al.,
1989; Sánchez y Jara, 2001; Jara y Martínez, 2002).
Con información actualizada, Gómez (2007), propone que la
esperanza de la magnitud se evalúe como,
max(7.5, 4.71+O.7571nt) 5.14

Si se grafican ambas expresiones se observa que proporcionan


valores similares para tiempos transcurridos grandes y difieren más
para valores inferiores del tiempo (figura 5.9).
Tabla 5.4 Tiempo transcurrido desde el último temblor característico en las zonas
de subducción de México (hasta 2007)
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 147

ZONA LOCALIZACIÓN TO (AÑOS)


TEHUANTEPEC 94.000-95.200 Desconocido
OAXACA ESTE 95.200-96.400 42
OAXACA CENTRAL 96.400-97.300 8
I
OAXACA CENTRAL 97.300-97.700 79
ll
OAXACA ESTE 97.700-98.200 11
OMETEPEC 98.200-99.300 12
SAN MARCOS 99.300-100.000 45
GUERRERO 100.00 0-101
96
CENTRAL .ooo
101.ooo-101 .500 28
PETATL N
MICHOAC N 101.500-103.000 7
COLIMA I 103.000-103.700 21
COLIMA ll 103.700-104.300 4
JALISCO 104.300-105.700 73
Si se utiliza la ecuación 5.13, como la relación entre magnitud y
tiempo y se asume que la magnitud condicionada al tiempo tiene
densidad normal con parámetros E(Mlt) y o(Mlt), se obtiene (Ordaz
et al. , 1989),
5.15
t] = max(7.3, 5.36+0.621 t)

(M) = (M t) + (0.621 mn t) 2 5.16


Considerando todo lo anterior, la tasa de excedencia de la magnitud
para los temblores característicos es entonces,

Número de temblores con magnitud mayor o igual que


mo.
Mu = Magnitud máxima esperada en la falla,
EM = Esperanza de la magnitud
148 Peligro sísmico

Mo = Magnitud umbral a partir de la cual se consideran los

5.17

donde:

temblores característicos (normalmente 6.5 0 7.0).


Desviación estándar de la densidad de probabilidad de la
magnitud.
Densidad normal acumulada.

Gómez
Jara (1988)
(2007)

8.3
8.2

8.1
8 g 7.9
7.8
7.7
7.6
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 149

7.5
20 30 40 50 60 70 80 90 100

TIEMPO ENTRE TEMBLORES (AÑOS)

Figura 5.9 Relaciones para determinar E(ml t) para la fuente de subducción


en México

5.4.4 Atenuación de las ondas sísmicas


La todavía escasa instrumentación sísmica de suelos y estructuras,
imposibilita contar con suficiente información en el lugar para
evaluar la respuesta sísmica empleando únicamente información
del sitio. Por esta razón, se requiere determinar modelos que
cuantifiquen el movimiento del sitio como función de parámetros
de la fuente, llamados leyes de atenuación de las ondas sísmicas. Se
conoce como ley de atenuación a una función que relaciona
características sobresalientes del movimiento máximo del suelo en
el sitio que se estudia (desplazamiento, velocidad, aceleración), con
parámetros de la fuente sísmica como la magnitud del temblor y la
distancia epicentral. Las leyes de atenuación más comunes son las
que relacionan la magnitud y la distancia al epicentro con la
aceleración o velocidad máxima del terreno.

No obstante que la aceleración máxima del terreno es la variable


más utilizada como parámetro a predecir en las leyes de
atenuación, es también cada vez más señalada su poca relación con
los daños estructurales. Por esta razón han ido desarrollándose
también leyes de atenuación para predecir los valores máximos de
otras variables como el desplazamiento, la velocidad, las ordenadas
de espectros de respuesta, o incluso parámetros relacionados con la
energía sísmica como son los espectros de potencia.

Varias de las leyes de atenuación desarrolladas para ordenadas


espectrales recurren con frecuencia al uso de ciertos tipos de
espectros preestablecidos, cuya forma y amplitud dependen de los
parámetros máximos de respuesta de los suelos (Newmark et al.,
1973; Newmark y Hall, 1982).
150 Peligro sísmico

Para estimar el movimiento del suelo se han propuesto modelos


empíricos, procedimientos teóricos y procedimientos híbridos.
Cuando existen suficientes registros sísmicos en el lugar, es posible
obtener leyes de atenuación que relacionan parámetros de la
fuente con la respuesta máxima del sitio. Sin embargo, cuando esta
información es reducida o nula, es necesario recurrir a un modelo
empírico o semiempírico para obtener valores esperados de la
respuesta en terreno firme y posteriormente la amplificación en
suelos blandos y la respuesta espectral esperada. Dentro de los
procesos semiempíricos más utilizados por la ausencia de registros
sísmicos, destaca la obtención de leyes de atenuación de
intensidades sísmicas que requiere relacionar parámetros del
movimiento de la fuente con la intensidad (Trifunac y Brady, 1975;
Werner, 1978; McGuire, 1978; Atkinson, 1984).

Las expresiones que típicamente se utilizan para describir la


atenuación de las ondas sísmicas dependen fundamentalmente de
dos variables: la magnitud y la distancia. Diversas medidas de
magnitud de un temblor se han utilizado en la propuesta de las
leyes de atenuación. Destaca el uso de la magnitud ML (para
magnitudes menores que 6.0) y la magnitud de ondas de superficie,
Ms, para eventos de mayor magnitud (Joyner y Boore, 1981 ).

La segunda variable independiente es la distancia del sitio en


estudio a la fuente sísmica. Dependiendo de la ley propuesta, la
distancia puede ser epicentral, hipocentral o la más cercana a la
ruptura que originó el evento sísmico, entre otras. Cuando el sitio se
encuentra muy alejado de la zona de ruptura, no existe una
diferencia muy importante en la distancia que se elija para obtener
la ley de atenuación. Sin embargo, cuando la longitud de ruptura es
del orden de la distancia al sitio, resulta muy relevante la manera en
que se mida la distancia en la ley de atenuación. En sitios cercanos,
la elección de la medida de la distancia seleccionada influye en
forma importante en la dispersión de los datos de la ley de
atenuación (Huang et al., 1982).
La mayor parte de las leyes de atenuación propuestas en la
literatura corresponden a terrenos firmes, dado que son estos
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 151

lugares donde más estaciones sísmicas existen y por lo tanto se


cuanta con un mayor número de registros. En otros sitios donde
existe alguna amplificación del movimiento por el tipo de suelos o
por aspectos topográficos, ha sido frecuente partir de los
parámetros máximos de respuesta estimados para terreno firme.

En general la forma funcional de las leyes de atenuación es similar a


la propuesta por Campbell (1985), donde se propone que la
atenuación se evalúe como función de parámetros que
dependen de manera independiente y de manera conjunta de la
magnitud y distancia a la fuente sísmica (ecuación 5.18).

5.18

donde:

Parámetro del movimiento que será determinado. bi =


Constante que toma en cuenta la escala.
Función de la variable independiente M (magnitud del
temblor).
f2(R)= Función de la variable independiente R (distancia de la fuente
sísmica al sitio en estudio).
Función conjunta de M y R
Función que representa parámetros de la fuente, lugar, y/o
efectos en las construcciones.
Término que representa el error debido a la incertidumbre en la
variable Y.
La forma del término fl(M) suele ser frecuentemente del tipo,

fl(M) = 5.19
La forma más común utilizada para la segunda variable, f2(R) es,
152 Peligro sísmico

f2(R) = (R 5.20
Que considera la atenuación geométrica del movimiento y la
atenuación anelástica. Por su parte la función conjunta de magnitud
y distancia es frecuente que tenga la siguiente forma funcional
(Esteva, 1970; ldriss, 1978; Campbell, 1981; Sadigh, 1983).

5.21

Finalmente, la forma que se ha usado para el término f4(pi), es,

f4(pi) 5.22
La incertidumbre en la estimación del error E y de la variable Y,
suele tratarse asignando una densidad de probabilidad, que en la
mayoría de los casos es lognormal, de manera que la expresión
anterior es conveniente escribirla como,

+Lnfl (M) + Lnf2(R) 5.23

Diversas leyes de atenuación han sido propuestas con base en


diferentes catálogos y registros sísmicos, destacando entre ellas las
de Campbell y Duke (1974); Seed et al., (1976); Trifunac (1976);
McGuire (1978); Corneli (1979); Boore (1980); Joyner y Boore
(1981); Nuttli y Hermann (1984), entre otras.

Para estudios en México, se han utilizado leyes de atenuación


propuestas en diferentes épocas, como las de Esteva y Villaverde
(1973), quienes desarrollaron leyes de atenuación para
aceleraciones y velocidades máximas del terreno, considerando en
su base de datos algunos registros de temblores mexicanos. Por su
parte, Bufaliza (1984), desarrolló leyes de atenuación para los
temblores de subducción usando exclusivamente datos de registros
mexicanos.

Singh et al., (1987) realizaron un estudio en el que emplearon datos


de temblores costeros (de subducción) registrados en un solo sitio
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 153

(estación CUIP) ubicado en Ciudad Universitaria,


correspondiente a terreno firme de la ciudad de México. Con
esta información, se apoyaron en la siguiente forma funcional para
determinar el máximo movimiento horizontal del suelo (ecuación
5.24),

= -clog(R) + p 5.24
donde:

Ymax = Respuesta máxima esperada del suelo (aceleración o


velocidad).
Magnitud de ondas de superficie
Distancia más cercana del área de ruptura al sitio donde se
encuentra ubicada la estación (en este caso CUIP).
a, c y p = Valores que deben estimarse de acuerdo con los datos de
registros que se tengan.

Para la aceleración y velocidad máxima en esta estación, se obtuvo


mediante una regresión lineal (Singh et al., 1987),

Log a= 0.429 Ms -2.97610g(R) + 5.396 5.25

Log v= 0.348Ms -2.439 log(R) +4.052 5.26

con desviación estándar y igual a 0.15 y 0.16


respectivamente.

En la evaluación de las expresiones anteriores se consideraron


únicamente datos de temblores correspondientes a los intervalos
de distancias y magnitudes de 282< R < 466 km y 5.6 < Ms < 8.1,
respectivamente.
154 Peligro sísmico

Con datos más recientes de los catálogos, se obtuvo una ley de


atenuación para los temblores de subducción de la Costa del
Pacífico en un estudio de peligro sísmico para el Estado de
Michoacán (Sánchez y Jara, 2001). Para obtenerla, se tomó
como base el catálogo de temblores publicado por la Sociedad
Mexicana de Ingeniería Sísmica en la Base Nacional de Datos
de Sismos Fuertes (1992).
En la primera etapa se depuró el catálogo considerando únicamente
los eventos con magnitud mayor que 4.0 para los temblores de
subducción. Por lo tanto, se desecharon todos los eventos con
profundidad mayor que 50 km, quedando un conjunto de 415
eventos.

Posteriormente, se limitó la muestra a un área de influencia


particular comprendida entre los 15 y 21 grados de latitud norte y
96 a 106 grados de longitud oeste.

Esta ley de atenuación se estimó para estaciones acelerográficas


localizadas en terreno firme. Se consideraron fundamentalmente las
estaciones localizadas hacia el continente, debido a las diferencias
importantes en la atenuación de las ondas sísmicas como función de
su dirección de propagación (Singh, et al., 1988).

Con la información depurada del catálogo, las estaciones


seleccionadas y la forma funcional de la ley de atenuación
propuesta por Singh et al. (1987), se estimaron los parámetros que
relacionan la aceleración en terreno firme con los parámetros de la
fuente sísmica, para temblores de subducción (ecuación
5.27).

Log amax = 0.444 Ms —2.454 log(R) + 4.059 5.27

Ecuación válida para distancias epicentrales en el intervalo de 150 a


300 km.
donde:
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 155

CImax = Aceleración máxima del terreno.

Distancia medida desde el epicentro del evento hasta el sitio en


estudio.

Para las fuentes sísmicas de temblores de fallas normales en


México, García et al. (2005), estudiaron un conjunto de temblores
originados en este tipo de fuente, registrados en distintas
estaciones de la República Mexicana. Con una base de 16 temblores
y 277 registros propusieron una ley de atenuación espectral para
este tipo de eventos, localizados a distancias menores que 400 km.
La ley de atenuación propuesta tiene la forma de la ecuación 5.28.

LnY=q R-C4 5.28


donde:

Aceleración espectral.
Mvv = Magnitud de momento (Kanamori, 1977).

Distancia promedio a la superficie de falla.


Profundidad focal.
Desviación estándar de los residuos.
Ci = Coeficientes que se obtienen realizando una regresión con la
información de los registros utilizados.
Para la aceleración máxima del terreno, la ley de atenuación resulta
(ecuación 5.29),

log A = -0.2 + 0.59Mw -O.0039R-10gR+ 0.29 5.29


Otros trabajos relacionados con leyes de atenuación para este tipo
de fuente sísmica se encuentran en Atkinson y Boore (2003) y
Takahashi et al. (2004).
156 Peligro sísmico

Para los temblores originados en fuentes sísmicas superficiales


como los corticales y locales, Abrahamson y Silva (1997) proponen
una ley de atenuación con base en el estudio de 853 registros
sísmicos. Los registros se clasificaron dependiendo del tipo de suelo
y de la estación sísmica llegando finalmente a la siguiente forma
funcional (ecuación 5.30),

Lnsa (g) = fi 5.30

Los parámetros de la ley de atenuación anterior los proporcionan


los autores en varias tablas.

5.4.5 Cuantificación del peligro sísmico

Con la estimación de los parámetros de la fuente, de los procesos


de ocurrencia y de la atenuación de las ondas sísmicas, la
probabilidad de excedencia de una aceleración en el sitio se calcula
haciendo uso del teorema de probabilidad total (ecuación
5.31).
J J J JfA M,R (a)fM (m t)fR (r)fT (t)dmdrdtda 5.31

donde:

p(A>a) = Probabilidad que la aceleración A sea mayor que a.


Densidad de probabilidad de la aceleración dado My R.
Densidad de probabilidad de la magnitud dado el tiempo
de ocurrencia del temblor

Las densidades de la magnitud, distancia y tiempo, PR(r) y P7(t)


fueron descritas anteriormente. La densidad de la aceleración dada
la magnitud y la distancia se obtiene partiendo de asignar una
densidad de probabilidad a la aceleración máxima del terreno, que
frecuentemente es una densidad lognormal, esto es (ecuación
5.32),
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 157

I Ina—lnm, ,
1 5.32
PA (a) = a 2Z

donde:

Aceleración máxima en terreno. ma =


Mediana de la aceleración.
Desviación estándar del logaritmo de la aceleración.
Para evaluar la variable In ma se utiliza una ley de atenuación como
las descritas anteriormente,
Si adicionalmente, la magnitud de los eventos sísmicos es
considerada también una variable incierta, resulta conveniente
asignar a esta una densidad de probabilidad normal (ecuación
5.33), es decir,

5.33
Incorporando la densidad de probabilidad de la magnitud y la ley de
atenuación en la ecuación 5.32, resulta finalmente que la densidad
de PA(al m,r) es,
[Ina —In(a mm
+ alna ) 5.34
pA M SR (am,r) e

5.35

donde:

a mm + Kl = Mediana de la aceleración a
158 Peligro sísmico

Olnm = Desviación estándar del logaritmo de la magnitud,


De esta manera, como se observa en el denominador de la ecuación
5.35, la incertidumbre en la aceleración y magnitud del movimiento
se cuantifica a través de la raíz cuadrada de la varianza de ambas
variables.

Es costumbre expresar el peligro sísmico de un sitio con curvas de


tasas de excedencia, que se definen como el número medio de
veces por unidad de tiempo en que cierta intensidad es excedida. La
tasa de excedencia de una fuente sísmica se determina con,

5.36

donde:

Vi = Tasa de excedencia de aceleraciones de la fuente sísmica i


Pi] = Peso asignado a cada elemento j de la fuente i como función
de su tamaño

La tasa de excedencia considerando todas las fuentes sísmicas que


contribuyen al peligro en el sitio se obtiene con la expresión 5.37,
que es la suma de la participación de cada una de las fallas, es decir,

v(a) = i(a) 5.37

El eje de las ordenadas de una curva de tasa de excedencia tiene


como unidades 1/año, de manera que el inverso de estas
cantidades representa el valor medio del periodo de retorno para
exceder las aceleraciones que se presentan en el eje de las abscisas.
Es probablemente este significado el que ha mantenido vigente el
uso de las tasas de excedencia para representar el peligro de un
sitio.

Como un ejemplo de la forma típica de curvas de tasas de


excedencia, las figura 5.10 y 5.11 muestran curvas para la ciudad de
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 159

Puebla (Aguirre et al., 1999) y Morelia (Jara y Jara, 2007),


respectivamente.

5.5 ESPECTROS DE RESPUESTA


Los espectros de respuesta se construyen considerando los
resultados que proporciona el estudio de peligro sísmico. Cuando el
estudio determina únicamente aceleraciones máximas esperadas
del suelo, una opción utilizada en algunos estudios es aplicar reglas
generales propuestas, con base en el estudio de un número
importante de temblores, por Newmark y Hall (1982). Con estas
reglas, las ordenadas espectrales dependen de la aceleración
máxima del terreno, identificando claramente tres zonas del
espectro: zona sensible a la aceleración, zona sensible a la velocidad
y zona sensible a los desplazamientos.

0 50 100 150 200 250 300


Figura 5.10 Tasa de excedencia de aceleraciones en roca para la
ciudad de Puebla, Puebla
((http://nisee.berkeley.edu/mexico/tehuacan2.PDF)
160 Peligro sísmico
10.00000

A max (gal)
Figura 5.11 Tasa de excedencia de aceleraciones en terreno firme para la
ciudad de Morelia, Michoacán

Existe, sin embargo, cada vez mayor información instrumental que


ha permitido generar leyes de atenuación espectrales como las
propuestas por Abrahamson y Silva (1997), García et al. (2005),
Ambraseys, et al. (1996), Benito (1993) y Sabetta y Pugliese (1996).
Cuando se proponen modelos de atenuación de ordenadas
espectrales, el resultado de la estimación del peligro sísmico son
espectros de respuesta.

Cuando existe un número limitado o no existen registros sísmicos


en un sitio donde se desea evaluar el peligro sísmico, se puede
recurrir a metodologías como la teoría de vibraciones aleatorias
para determinar los espectros de respuesta.

5.5.1 Teoría de vibraciones aleatorias

La teoría de vibraciones aleatorias se basa en la estimación de la


respuesta máxima de un oscilador de un grado de libertad,
considerada esta como una variable aleatoria. Rice (1954) y
Cartwright y Longuett-Higgins (1956) determinaron la densidad de
probabilidad y los momentos estadísticos de esta variable.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 161

Posteriormente, Hanks y McGuire (1981) y Boore (1983) aplicaron


esta teoría para obtener la respuesta máxima de osciladores
elásticos.

A diferencia de un espectro de respuesta que proviene de obtener


la respuesta máxima de un sistema de un grado de libertad
sometido a un acelerograma, la teoría de vibraciones aleatorias
permite estimar los espectros sin contar con acelerogramas, pero
disponiendo de espectros de amplitudes de Fourier.

El método propone determinar la esperanza de la seuoaceleración


espectral como (Vanmarcke, 1976 y Boore, 1983),

E(Amax)
1
2

5.38

donde:

,nax) = Esperanza de la aceleración máxima del terreno.


— Aceleración cuadrática media.
Número estimado de veces que el acelerograma cruzaría el eje
de las abscisas. Constante de Euler = 0.577

El valor de N se propone que se obtenga con la ecuación 5.29, que


depende de los dos primeros momentos estadísticos de la variable
aleatoria.

1/2

5.39

donde:
162 Peligro sísmico

Tf = Duración de la fase intensa del movimiento.


M2 = Segundo momento estadístico. Ml
= Primer momento estadístico.

ntk = 1 cok AE(CD) 2 do 5.40

donde:

Momento estadístico k de la variable aleatoria. w =


Frecuencia circular ú) = 2 m/T. AE(w) = Espectro de
densidad de energía.

El espectro de densidad de energía se obtiene con base en el


espectro de amplitudes de Fourier de aceleración, esto es,

AE (CO) = 5.41
2

donde:

A(w) = Espectro de amplitudes de Fourier de aceleración,


Incremento de tiempo usado en la obtención del espectro de
Fourier.

Una vez estimada la aceleración máxima del terreno con la teoría de


vibraciones aleatorias, se hace uso de la función de transferencia de
un sistema de un grado de libertad para obtener el espectro de
respuesta correspondiente.

Aunque la teoría de vibraciones aleatorias hace la hipótesis de que


la señal es estacionaria y ergódica, lo que no es rigurosamente
cierto para un acelerograma, su utilidad para determinar
espectros de respuesta se ha comprobado por diversos autores
(Ordaz y Reinoso, 1987; Singh et al., 1989; García, 2007).
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 163

La aplicabilidad de esta teoría se observa en las figuras 5.12 y 5.13,


donde se grafican espectros de respuesta obtenidos en forma
tradicional (con un acelerograma) y los obtenidos con la teoría de
vibraciones aleatorias a través de conocer el espectro de amplitudes
de Fourier y la duración de la fase intensa del movimiento.

La figura 5.12, muestra los espectros correspondientes al registro


sísmico de SCT del temblor del 19 de septiembre de 1985 (Ms=8.1)
para 5% del amortiguamiento crítico.
1200

2 3 4
1
Periodo (s)

Figura 5.12 Espectros de respuesta del temblor del 19 de septiembre de 1985,


registrado en la estación de SCT, calculado tradicionalmente y con la teoría de
vibraciones aleatorias
Los espectros calculados con los dos procedimientos para el
acelerograma del 9 de octubre de 1995 (Ms=7.5) se muestran en la
figura 5.13.

1600
164 Peligro sísmico
—Vib Aleat

Exa
cto

1400
1200

400
200

1 2 3 4
Periodo (s)
Figura 5.13 Espectros de respuesta del temblor del 9 de octubre de 1995,
registrado en la estación de Manzanillo, calculado tradicionalmente y con la
teoría de vibraciones aleatorias

Al no contar con acelerogramas, se debe contar con un espectro de


amplitudes de Fourier. Boore (1983) propone un modelo

general que está definido como,


Ro • e-t»R/2QP
5.42

R .FS.PRTITN
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 165

5.43

A(w) = Espectro de amplitudes de Fourier. Mo =


Momento sísmico.
wc) = Filtro para frecuencias altas.

Ro = Distancia de referencia.
Parámetro de atenuación del espectro.
Velocidad media de propagación de las ondas.
Reo = Patrón medio de radiación.
FS = Amplificación debida a la superficie libre.
PRTITN = Factor de reducción que considera la partición de energía
en dos componentes horizontales. Densidad del medio.

S(w, wc) es el espectro de fuente para el que normalmente se usa el


modelo de w2 (Brune, 1970; Ordaz y Singh, 1992; García, 2007).
2

5.44

El filtro P(w, wc) toma en cuenta el rápido decremento de las


aceleraciones para frecuencias mayores a cierta frecuencia, y se
obtiene como,

5.45

La frecuencia de esquina se relaciona con el momento sísmico y a


través de la caída de esfuerzos (La), como,

(Dc =2.z.4.9x106 .p. 5.46


Mo
166 Peligro sísmico

El momento sísmico puede relacionarse con la magnitud M del


temblor utilizando la expresión 5.47, esto es,

5.47

Para evaluar el parámetro de atenuación Q se ha utilizado lo


propuesto por Boore (1983) o en ocasiones la expresión propuesta
por Singh y Herrmann (1983).
La obtención de la duración de la fase intensa del movimiento Tf, se
obtiene normalmente con base en la intensidad de Arias (Arias,
1969). Esta duración se define como el intervalo de tiempo en el
que se concentra entre el 5% y el 95% de la energía, que se define
como,

a2 (t)dt 5.48
donde:

IA = Intensidad de Arias. a
= Aceleración del suelo. t =
Tiempo.
La figura 5.14 muestra la intensidad de Arias para un evento sísmico
en donde se observa que, para este evento, la intensidad entre el
5% y 95% (líneas horizontales) corresponde al lapso de la señal
sísmica entre 20 s y 46 s.
Cap 5 Criterios de evaluación del peligro sísmico 167
0.9

0.7

70
0.8

0.6

0.5

— 0.4

0.3

0.2

0.1

Tempo

Figura 5.14 Curva de intensidad de Arias para un evento sísmico. Las líneas
horizontales se localizan en el 5% y en el 95% de la intensidad

La forma tradicional de obtener espectros de respuesta con base en


la estimación de la aceleración máxima del terreno, conducen a
tasas de excedencia distintas para cada ordenada espectral.

Con el uso de leyes de atenuación espectral, a últimas fechas se han


propuesto espectros de respuesta de peligro uniforme en ios que
todas las ordenadas están asociadas a una misma tasa de excedencia.
En estos casos, los espectros resultantes presentan la intensidad
(aceleración, velocidad, desplazamiento) correspondiente a valores
medios de periodos de retorno específicos (inverso de la tasa de
excedencia).

5.5.2 Tasa de excedencia y vida útil

Los estudios de peligro sísmico tienen, entre otros objetivos,


proporcionar las bases necesarias para establecer criterios
reglamentarios que proporcionen seguridad mínima a las
construcciones de una población. Para utilizar más eficazmente los
168 Peligro sísmico

resultados de un estudio de peligro, las curvas de tasas de excedencia


se pueden relacionar con parámetros físicos de las estructuras como
lo es su vida útil.
Si se acepta que las tasas de excedencia de la aceleración provienen
de un proceso de Poisson, entonces su comportamiento queda
descrito a través de una densidad exponencial,

PA(alt) = Àe-Àt) 5.49

donde:
PA(alt) = Densidad de probabilidad de la aceleración dado el tiempo.
Tasa de excedencia. Tiempo.
la probabilidad de que la aceleración a sea excedida en un tiempo
t, es,

PA(A > alt) = 1 — e -Àt 5.50


recordando la definición de la tasa de excedencia, se obtiene,

PACA > t P (A>aanual) 5.51


es decir, la relación entre la probabilidad de excedencia para una
vida útil de t años, dado que se conoce la probabilidad de
excedencia anual, se calcula como,
PA(A > al taños) I — e —taños P(A>aanual) 5.52
CAPÍTULO 6

ESTIMACIÓN DEL PELIGRO


SÍSMICO DE UN SITIO

6.1 INTRODUCCIÓN

Para ejemplificar algunos de los conceptos tratados en los capítulos


anteriores, a continuación se presenta el análisis del peligro
sísmico de un sitio específico. La ubicación es tal que el sitio se ve
afectado sísmicamente por tres posibles fuentes de temblores, de
acuerdo con la información que se proporciona. La estimación del
peligro termina con la obtención de las tasas de excedencia de
aceleraciones, y la probabilidad de excedencia para diferentes
valores de la vida útil de las estructuras,

6.2 DESCRIPCIÓN DEL SITIO

El sitio se localiza en una zona afectada por tres fuentes sísmicas


como se muestra en la figura 6.1. Las fuentes sísmicas 1 y 3 tienen
dimensiones tales que es conveniente subdividirlas para

considerar la ocurrencia de los temblores para dos posibles


distancias.
162 Peligro sísmico

Figura 6.1 Fuentes sísmicas que afectan al sitio y distancias de las fuentes al lugar
en estudio

6.3 EVALUACIÓN DEL PELIGRO SíSMlCO


PROBABILISTA

6.3.1 Procesos de ocurrencia

De la revisión de catálogos sísmicos de cada fuente, se obtiene la


información de la tabla 6.1, relativa a los procesos de ocurrencia de
temblores anuales en cada zona.
Tabla 6.1 Tasa de ocurrencia de temblores en las tres fuentes sísmicas
FUENTE ZONA A, 1/año
1 1-1 0.03
1-2 0.03
2 2 0.30
3 3-1 0.50
3-2 0.50
6.3.2 Probabilidad de ocurrencia a la distancia R
Cap 6 Estimación del peligro sísmico de un sitio 163

De acuerdo también con los catálogos, se determinó que la


probabilidad de que, dada la ocurrencia de un temblor, se presente
en una u otra zona, es lo señalado en la tabla 6.2.
Tabla 6.2 Probabilidad de ocurrencia a la distancia R.
FUENTE ZONA Distancia R
1-1 8 0.4
1
1-2 6 0.6
2 2 5
3-1 7 0.50
3
3-2 6 0.50
6.3.3 Estimación de magnitudes

Con el estudio de la sismicidad histórica de las fuentes sísmicas y


con la información analítica disponible, se obtuvieron las longitudes
y áreas máximas de ruptura con base en las cuales se determinó que
las tres fuentes sísmicas pueden originar un temblor con magnitud
8.0 como máximo. Adicionalmente, se estimó que desde el punto de
vista del análisis realizado, sólo interesa estudiar la peligrosidad
para magnitudes mayores que 6.0. De acuerdo con los datos
disponibles, se determinó que la probabilidad de que se presenten
temblores en el intervalo de las magnitudes seleccionadas para cada
fuente sísmica, es la que se señala en la tabla 6.3.
Finalmente, con la información instrumental disponible se eligieron
tres leyes de atenuación de aceleración máxima del terreno (una
para cada fuente sísmica), con base en las cuales, dada una distancia
al sitio y una magnitud, se calculó la esperanza de la aceleración en
el sitio de estudio. La incertidumbre en la aceleración obtenida con
las leyes de atenuación, dada la distancia y magnitud de un temblor,
se incorporó al considerar que la aceleración que se presenta puede
ser con cierta probabilidad: a) la aceleración que predice la ley de
atenuación (Aprom); b) la aceleración de la ley de atenuación
reducida un 15% (Amin); c) la aceleración de la ley de atenuación
incrementada un 15% (Ama), tal y como se especifica en la tabla
6.4 como función de la gravedad, g.
Tabla 6.3 Probabilidad de la magnitud de los temblores
FUENTE ZONA Ma nitud M
164 Peligro sísmico

6 0.3
1-1 7 0.3
8 0.4
6 0.4
1-2 7 0.3
8 0.3
6 0.2
2 7 0.6
8 0.2
6
3-1 7 0.8
8 0.1
3 6 0.2
3-2 7 0.7
8 0.1
Tabla 6.4 Probabilidad de la aceleración mâxima en el sitio en estudio (g)
FUENTE ZONA Amin
A p Arnax

0.183 0.210 0.242


I-l 0.270
0.391
0.15 0.310
0.450
0.70 0.357
0.518
0.15
1 0.261 0.300 0.345
1-2 0,391 0.15 0.450 0.70 0.518 0.15
0.565 0.650 0.748
0.174 0.200 0.230
2 0.261 0.20 0.300 0.60 0.345 0.20
0.348 0.400 0,460
0.113 0.130 o. 150
3-1 0.165 0.25 0.190 0.50 0.219 0.25
0.209 0.240 0.276
3 0.130 0.150 0,173
3-2 0.191 0,25 0,220 0.50 0,253 0.25
0.243 0.280 0.322
Con la toda información anterior, se evalúa el peligro sísmico del
sitio de acuerdo con lo señalado en el capítulo 5 (fórmulas 5.31,
5.36 y 5.37), que para este caso se resumen en,
Cap 6 Estimación del peligro sísmico de un sitio 165

PA(A > alM,R) 6.1

La tasa de excedencia se obtiene variando en un intervalo la


aceleración a. Para cada valor, se aplica la ecuación 6.1, que para
este caso de probabilidades discretas, es,

> alM'R) 6.2

donde:

Vi(a) = Tasa de excedencia de la fuente sísmica i.


e incluyendo todas las fuentes sísmicas,

v(a) =
6.3

La tabla 6.5 ilustra la obtención de la tasa de excedencia para


dos valores de la aceleración a=0.20 g y a=0.45 g (196 y 441
gales, respectivamente).
En la tabla, cada renglón cuantifica la tasa de excedencia de la
aceleración, para cada valor de la aceleración esperada en el sitio,
de acuerdo con las leyes de atenuación y la incertidumbre de este
parámetro. Se presenta en tres columnas la probabilidad de
excedencia de la aceleración a relativa a los valores señalados en la
tabla 6.4 (amin, aprom y amax). Cuando se muestra una celda con
valor cero, significa que la aceleración esperada es menor que la
aceleración a del análisis, por lo que este valor no contribuye para
la tasa de excedencia. Finalmente, se suman en la última columna
la contribución de todas las zonas con lo que se obtiene la tasa de
excedencia final para la aceleración a.
Tabla 6.5 Tasa de excedencia de aceleraciones para a=0.20 g
166 Peligro sísmico

ZONA (Amin>a) P (Aprom>a) P Ama, (Amax»a)


0.20 000000
1-1 6.0 000054 o.ooooo o.ooooo o.ooooo
7.0 0.00252 000054 0.00360
8.0 0.00072 0,00336 0.00072 0.00480

1-2 6.0 000108 0,00504 0.00108 0.00720

7.0 000081 0.00378 000081 0.00540

8.0 000081 0.00378 000081 0_00540


2 0.00000
6.0 o.ooooo o.ooooo 0.00000 0,18000
7.0 003600 0.10800 0,03600
8.0 001200 0_03600 0,01200 0.06000

3-1 6.0 0,00000 0.00000 0,00000 0.00000

7.0 0,00000 0.00000 0,05000 0.05000

8.0 0,00625 0.01250 0.00625 0_02500

3-2 6.0 o.ooooo o. 00000 o. 00000 o.ooooo

7.0 o.ooooo 0.08750 0.04375 0.1312S

8.0 0,00625 0.01250 000625 0_02500

SUMA TOTAL v(a) : 0.49765

Por ejemplo, el segundo renglón de la tabla 6.5, para Ann, se


obtiene como,

VI(A > 0.2g) = i(zotta 1—1) PACA > 0.2glM - ¯ 7.0,R = = =


50)
Vi(A > 0.2g) = = 0.00054

La tabla 6.6 muestra el caso correspondiente a una aceleración


a=O.45 g.
Tabla 6.6 Tasa de excedencia de aceleraciones para a=O.45 g
ZONA P Am„-, (Aprom>a) (Amax>a)
p P
(Amin>a)
0.45 1-1 6.0 0 00000 0.00000 000000 0.00000

7.0 0 00000 O_ooooo 000000 0.00000


8.0 000072
1-2 6.0 o.ooooo o.ooooo o.ocooo 0.00072
0 00000 o. 00000 o.ooooo
7.0 0 00000 o.ooooo 0.00081 0.00081

8.0 0.00081 0.00378 0,00081 0.00540

2 6.0 o_ooooo 0.00000 000000 0.00000

7.0 0.00000 0.00000 0.00000 o.ooooo

8.0 o.ooooo o.ooooo o. 00000 o.ooooo

3-1 6.0 0.00000 o. 00000 000000 o_ooooo

7.0 o.ooooo 0.00000 o.ooooo o.ooooo


o.ooooo o.ooooo 0.00000
Cap 6 Estimación del peligro sísmico de un sitio 167

8.0 000000
3-2 6.0 0,00000 0 00000 0,00000 o.ooooo

7.0 o.ooooo o.ooooo 0,00000 o.ooooo

8.0 0.00000 0.00000 000000 0.00000

SUMA TOTAL v(a) : 0.00693

En forma similar se calculan las tasas de excedencia para la


aceleración a en el intervalo de 0.05g a 0.80g, obteniéndose la tabla
6.7 y la curva que se muestra en la figura 6.2.
Tabla 6.7 Tasa de excedencia de aceleraciones de las tres fuentes sísmicas
a v(a)
(g) (gales) 1/año
0.05 49 0.830000
0.10 98 0.830000
0.15 147 0.716440
0.20 196 0.497650
0.25 245 0.181970
0.30 294 0.081850
0.35 343 0.027600
0.40 392 0.026070
0.45 441 0.006930
0.50 491 0.006930
0.55 540 0.005400
0.60 589 0.005400
0.65 638 0.004590
0.70 687 0.000810
0.75 736 0.000810
6.4 EVALUACIÓN DEL PELIGRO síSMlCO DETERMINISTA

Para la estimación determinista del peligro sísmico se debe


considerar la combinación más desfavorable, desde el punto de
vista de la máxima aceleración, magnitud-distancia de todas las
fuentes sísmicas. La tabla 6.8 muestra valores extraídos de la tabla
168 Peligro sísmico

6.4 para obtener en forma determinista la aceleración máxima del


suelo.

Como se observa, la combinación de valores que produce la mayor


aceleración esperada en el sito es la correspondiente a la fuente 1,
zona 1-2, para una magnitud de 8.0 y distancia de 40 km. En este
caso la estimación determinista del peligro nos llevaría a elegir
Amax=0.70 g, es decir Amax=686 gales.
La estimación determinista imposibilita saber el periodo de retorno
para la aceleración así elegida. Si observamos sin embargo la tasa
de excedencia obtenida con el esquema probabilista para una
aceleración de 686 gales, esta corresponde a un valor de
0.00081, es decir a un periodo de retorno de 1,235 años.

1.0000

0.1000

TASA DE
EXCEDENCIA 0.0100 (llaño)

0.0010

0.0001
Cap 6 Estimación del peligro sísmico de un sitio 169

200 400 600


1000
ACELERACIÓN (gales)
Figura 6.2 Tasa de excedencia de aceleraciones del sitio en estudio

6.5 PROBABILIDAD DE EXCEDENCIA EN LA VIDA ÚTIL


La probabilidad de excedencia de una cierta aceleración máxima en
la vida útil de una estructura se obtiene con la ecuación 5.52, que
aquí se reproduce.
PA(A > altaños) I — e¯taños P (A>aanual)
Las tablas 6.9 y 6.10 muestran la probabilidad de excedencia para
dos valores de vida útil (vu) de grupos de estructuras. En el primer
caso para 50 años y en el segundo para estructuras de mayor
importancia, con un valor de vida útil de 100 años. La tabla
presenta la aceleración en porciento de la gravedad g y en gales, la
tasa de excedencia anual anteriormente calculada, su inverso ( que
normalmente se denomina periodo de retorno o temblor de x
años) y la probabilidad de excedencia en la vida útil de las
estructuras.

La probabilidad de excedencia es de casi 4% (3.9%) durante la


vida útil de 50 años para una aceleración de 0.8 g,
correspondiente al temblor de 1235 años. Este valor se
incrementa al 20% si se considera la aceleración de 0.65 g
(temblor de 218 años).
Si la vida útil de las estructuras se incrementa a 100 años, las
probabilidades de excedencia son también considerablemente
mayores. Por ejemplo, para el temblor de 1235 años la probabilidad
de excedencia es ahora del 7.8% y para el temblor de 218 años es
ahora del 37%.
Tabla 6.8 Aceleración máxima esperada en cada una de las zonas sísmicas
de acuerdo con las leyes de atenuación
LOCALIZA
MAGNITU ACELERACIÓ
CI N DE D N
FUENTES
170 Peligro sísmico

ZONA R (km) Aprom


6.0 0.150
1-1 50.0 7.0 0.240
8.0 0.450
6.0 0.240
1-2 40.0 7.0 0.450
8.0 0.700
6.0 0.150
2 90.0 7.0 0.250
8.0 0.350
6.0 0.130
3-1 120.0 7.0 0.190
8.0 0.240
6.0 0.150
3-2 105.0 7.0 0.220
8.0 0.280
Tabla 6.9 Probabilidad de excedencia de la aceleración máxima a, para una vida
útil (vu) de las estructuras de 50 años
a a Temblor
de I vu)
ales 1/año (años)
0.05 49 0.830000 1.2 1 .0000000
0.10 98 0.830000 1.2 1 .ooooooo
0.15 147 0,716440 1.4 1 .ooooooo
0.20 196 0.497650 2.0 1 .ooooooo
0.25 245 0.181970 5.5 o. 9998882
0.30 294 0.081850 12.2 0.9833026
0.35 343 0.027600 36.2 7484214
0.40 392 0.026070 38.4 o. 7284204
0.45 441 0.006930 144.3 0.2928412
0.50 491 0.006930 144.3 0.2928412
0.55 540 0.005400 185.2 0.2366205
0.60 589 0,005400 185.2 0.2366205
0.65 638 0.004590 217.9 0.2050690
0.70 687 0.000810 1234.6 0.0396908
0.75 736 0.000810 1234.6 0.0396908
0.80 785 0.000810 1234.6 o. 0396908
Tabla 6.10 Probabilidad de excedencia de la aceleración máxima a, para una vida
útil (vu) de las estructuras de 100 años
Cap 6 Estimación del peligro sísmico de un sitio 171

a a Temblor
de
ales 1/año (años)
0.05 49 0.830000 1.2 1 .ooooooo
0.10 98 0.830000 1.2 1 ,0000000
0.15 147 0.716440 1.4 1 .ooooooo
0.20 196 0.497650 2.0 1 ,0000000
0.25 245 0.181970 5.5 1 ,0000000
0.30 294 0.081850 12.2 0.9997212
0.35 343 0.027600 36.2 0.9367082
0.40 392 0.026070 38.4 0.9262445
0.45 441 0.006930 144.3 0.4999264
0.50 491 0.006930 144.3 O. 4999264
0.55 540 0.005400 185.2 0.4172517
0.60 589 0.005400 185.2 0.4172517
0.65 638 0.004590 217.9 0,3680848
0.70 687 0,000810 1234.6 0.0778063
0.75 736 0.000810 1234.6 0,0778063
0.80 785 0.000810 1234.6 0,0778063
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ANEXO "A"

ESCALA DE MERCALLI MODIFICADA

Grado I
Sacudida sentida por muy pocas personas en condiciones
especialmente favorables.

Grado ll
Sacudida sentida sólo por pocas personas en reposo, especialmente
en los pisos altos de los edificios. Los objetos suspendidos pueden
oscilar,

Grado III
Sacudida sentida claramente en los interiores, especialmente en los
pisos altos de los edificios, muchas personas no lo asocian con un
temblor. Los vehículos de motor estacionados pueden moverse
ligeramente. Vibración como la originada por el paso de un carro
pesado. Duración estimable.
184 Peligro sísmico
Grado IV Sacudida sentida durante el día por muchas personas
en los interiores, por pocas en el exterior. Por la noche algunas
despiertan. Vibración de vajillas, vidrios de ventanas y puertas; los
muros crujen. Sensación como de un carro pesado chocando contra
un edificio, los vehículos de motor estacionados se balancean
claramente.

Grado V
Sacudida sentida casi por todo el mundo; muchos despiertan.
Algunas piezas de vajilla, vidrios de ventanas, etcétera, se rompen;
pocos casos de agrietamiento de aplanados; caen objetos
inestables. Se observan perturbaciones en los árboles, postes y
otros objetos altos. Se detienen de relojes de péndulo.

Grado VI
Sacudida sentida por todo mundo; muchas personas
atemorizadas huyen hacia afuera. Algunos muebles pesados
cambian de sitio; pocos ejemplos de caída de aplanados o
daño en chimeneas. Daños ligeros.

Grado VII
Advertido por todos. La gente huye al exterior. Daños sin
importancia en edificios de buen diseño y construcción. Daños
ligeros en estructuras ordinarias bien construidas; daños
considerables en las débiles o mal planeadas; rotura de algunas
chimeneas. Sentido por las personas conduciendo vehículos en
movimiento.

Grado VIII
Daños ligeros en estructuras de diseño especialmente bueno;
considerable en edificios ordinarios con derrumbe parcial; grande
en estructuras débilmente construidas. Los muros salen de sus
armaduras. Caída de chimeneas, pilas de productos en los
almacenes de las fábricas, columnas, monumentos y muros. Los
muebles pesados se vuelcan. Arena y lodo proyectados en pequeñas
cantidades. Cambio en el nivel del agua de los pozos. Pérdida de
control en las personas que guían vehículos motorizados.
Anexo A Escala de Mercalli Modificada 185

Grado IX
Daño considerable en las estructuras de diseño bueno; las
armaduras de las estructuras bien planeadas se desploman; grandes
daños en los edificios sólidos, con derrumbe parcial. Los edificios
salen de sus cimientos. El terreno se agrieta notablemente. Las
tuberías subterráneas se rompen.

Grado X
Destrucción de algunas estructuras de madera bien construidas; la
mayor parte de las estructuras de mampostería y armaduras se
destruyen con todo y cimientos; agrietamiento considerable del
terreno. Las vías del ferrocarril se tuercen. Considerables
deslizamientos en las márgenes de los ríos y pendientes fuertes.
Invasión del agua de los ríos sobre sus márgenes.

Grado XI
Casi ninguna estructura de mampostería queda en pie. Puentes
destruidos. Anchas grietas en el terreno. Las tuberías subterráneas
quedan fuera de servicio. Hundimientos y derrumbes en terreno
suave. Gran torsión de vías férreas.

Grado XII
Destrucción total. Ondas visibles sobre el terreno.
Perturbaciones de las cotas de nivel (ríos, lagos y mares).
Objetos lanzados en el aire hacia arriba.
Peligro Sísmico de
José Manuel Jara Guerrero y Manuel Jara Díaz, se terminó de imprimir en
diciembre de 2007, en los talleres gráficos de
Fondo Editorial Morevallado S.R.L. de C.V., con un tiraje de 300 ejemplares.
Las grandes pérdidas humanas y económicas derivadas de los
sismos en las últimas décadas, así como el número creciente de
obras civiles de grandes dimensiones, de estructuras con
características especiales y/o construidas en entornos difíciles,
exigen la evaluación de un estudio específico del peligro sísmico
del sitio donde se proyecta edificarlas. La estimación del peligro
sísmico permite determinar los niveles de aceleración con los
que deben proyectarse las estructuras teniendo en cuenta todas
las fuentes sísmicas potenciales que pueden afectar a la región y
los efectos de amplificación del movimiento del terreno. Así
mismo, es la base para conducir estudios de vulnerabilidad
sísmica de estructuras existentes, que cuantifiquen las pérdidas
esperadas en una región por la ocurrencia de sismos en el
futuro.
Esta obra presenta de manera clara y concisa los conceptos que
se emplean en la evaluación del peligro sísmico en un sitio. Se
describen en forma explícita los procedimientos para la
estimación del peligro bajo los conceptos determinista y
probabilista. Aunque la metodología que se presenta es
aplicable a cualquier región del mundo, se hace énfasis en los
procesos de ocurrencia y leyes de atenuación que se consideran
aplicables al territorio mexicano. Al final se presenta un ejemplo
que ilustra la aplicación de la metodología a una población
específica del país.
Se ofrece también al lector una explicación sucinta del origen de
los temblores en el mundo y de las fuentes sísmicas identificadas
en la República Mexicana. Se incluye una breve descripción de
los principales resultados de los estudios de zonación sísmica
realizados hasta la fecha en diversas ciudades del país, y una
introducción a la probabilidad y estadística necesaria para
conducir estudios de peligro sísmico probabilistas.

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