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Las obras recopiladas de Watchman Nee, Set 1, Volumen 7: El cristiano (5)

Capítulo 6 de 34, Sección 1 de 3

LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS

(5)
Volumen 11, Noviembre de 1926
(Eventos actuales a la luz de las Escrituras)

CELEBRAR LA NAVIDAD

Al llegar diciembre, aquellos que están en las denominaciones comienzan a celebrar la

navidad de nuevo. En la opinión de muchos creyentes, celebrar la navidad y apartar un día del
año para recordar el nacimiento del Salvador es algo muy bueno. No me atrevo a despreciar
la opinión de los hijos de Dios. Sin embargo, además de la opinión del hombre, todavía existe
una única norma--La Palabra de Dios, la Biblia. Nuestro interés y lo que nos preocupa no es
lo que diga el hombre, sino lo que diga Dios. “Así ha dicho el Señor” es el juicio más elevado
para todo.

¿Existe algún mandamiento en la Biblia para que recordemos el nacimiento del Señor? Si los
hijos de Dios se hicieran esta pregunta, serían alumbrados con la luz de Dios. Qué pena es
que el hombre ha olvidado hacerse esta pregunta. De acuerdo a la Biblia, el Señor únicamente
nos ordenó que recordáramos Su muerte en Su cena. ¡Él no nos ordenó que celebráramos la
navidad o la pascua! ¡Estas fiestas son el veneno que nos dejó el catolicismo! Una persona
que cree firmemente en la Biblia estará seguramente de acuerdo con que lo que Dios no ha
ordenado es tan significativo como lo que Él ha ordenado. Muchos han dicho: “Dios no nos
prohíbe celebrar la navidad”. Pero, ¿ha ordenado Dios que la celebremos? Una de las cosas
más lamentables es que los creyentes escudriñen en las Escrituras para encontrar justificantes
para sus pecados y su lujuria. “Ya que la Biblia no nos prohíbe esto, ¿por qué no podemos
hacerlo?” ¡Oh, cuánto quisiera que los hijos de Dios no dijeran tales palabras! Que Dios nos
fortalezca para decir: “Si Dios no lo ha ordenado, ¿cómo podría atreverme a hacerlo?”.

En esta era de apostasía, los hijos de Dios deben ser muy cautelosos. La norma de nuestro
andar no es si Dios ha prohibido algo o no, sino lo que Dios haya o no haya ordenado. No
sólo nos debemos de restringir de aquello que Dios ha prohibido, sino que no debemos hacer
aquello que Dios no ha ordenado. Si los hijos de Dios obedecieran la Palabra de Dios de esta
manera, ¿habría algún terreno disponible para la tradición y el sistema del hombre? Es
lamentable que el hombre siempre quiere evadir el filo agudo de la espada del Espíritu.
¡Mientras algo no haya sido prohibido, incluso si no hay algún mandamiento de Dios, e
incluso si ese asunto es absolutamente contrario al espíritu de la cruz del Señor Jesús, el
hecho de que no haya una prohibición explícita significa que uno puede actuar conforme a la
carne! ¡Cuán débil es tal corazón en obedecer la Palabra de Dios!

Regresemos al tema de la “navidad” del Salvador. Nuestro sabio Señor sabe que tal
remembranza de este día es inútil. Ésta es la razón por la que no podemos encontrar en la
Biblia la fecha del mes y día en los que Cristo nació. Al escribir la Biblia, el Espíritu Santo
intencionalmente omitió esta fecha. Esto muestra la intención del Señor en cuanto a este
asunto. Qué lamentable es que muchas personas aún conjeturan de acuerdo a su mente. La
Biblia no menciona el 25 de diciembre. ¿Cómo es que el hombre obtuvo esta fecha?

El Sr. Greswell ha realizado un estudio profundo en esta cuestión. De acuerdo a su

investigación y razonamiento, Cristo debió haber nacido el 5 de abril. Pero esto es solamente
una conjetura, no es un hecho histórico. Dado que en la Biblia no dice nada, nadie puede
decir de manera definida cuándo nació el Señor Jesús. Sin embargo, podemos afirmar
definitivamente que el 25 de diciembre no es la fecha del nacimiento de Cristo. Lucas 2:8 nos
dice que cuando nació el Señor, los pastores vigilaban las ovejas. De acuerdo a la costumbre
y los hábitos de ese tiempo, cuando llegaba octubre, los pastores ya no vigilaban al rebaño
por las noches. No hubieran podido haber pastores en el desierto al final de diciembre.
Incluso, si el Señor Jesús hubiera nacido a la mitad del invierno en diciembre, ¿cómo es que
María, que había estado embarazada por diez meses, pudo haber viajado de Nazaret a Belén?
las palabras de nuestro Señor dicen, «Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en
el Sábado» (Mt. 24:30).

Ya que el nacimiento del Señor no fue el 25 de diciembre, ¿de dónde viene la navidad?
¿Quién estableció la fecha del 25 de diciembre?

Podemos leer las palabras del antiguo padre, Tertuliano. Lo que él dijo caracteriza la
condición de los cristianos al final del segundo siglo y al comienzo del tercero:

Si no tenemos el derecho de guardar las fiestas paganas con los paganos, cuán
pecaminoso sería que los hermanos se reunieran con tal propósito. ¿Quién puede
soportar esto? El Espíritu Santo causó que los judíos se avergonzaran de sus fiestas.
Les dijo, «Vuestras lunas nuevas (Sábados) y vuestras fiestas señaladas las aborrece
Mi alma» (Is. 1:14). Nosotros que no celebramos las lunas nuevas, Sábados, y fiestas
señaladas, las cuales Dios amaba, ¿cómo podemos regresar a celebrar la fiesta de
Saturno, el año nuevo, y el solsticio de invierno? ¿Deberíamos llevar regalos, los
regalos de año nuevo, los fuegos artificiales y el ruido de las fiestas? ¡Oh, si los
paganos fueran más fieles a la religión a la que ellos sirven, no tendrían la necesidad
de que los cristianos se unieran a sus ceremonias! Incluso, si ellos entendieran el día
del Señor... ¿se unirían ellos a nosotros? Ellos estarían temerosos de que otros los
identificaran como cristianos. ¡Pero nosotros no tememos ser identificados como
paganos!

Este pasaje nos muestra que el origen de muchas celebraciones cristianas provienen de la
adoración de ídolos. Los cristianos no estuvieron dispuestos a ser puestos sobre un monte
(Mt. 5:14). Como resultado, ellos retrocedieron a los valles profundos y trataron de ser
discretos e invisibles para el mundo. (Aquí añadiremos una palabra de amor: la presente
Sociedad para la Promoción de la Cristiandad, junto con aquellos que son ignorantes del
corazón de Dios y Su palabra, tratan de hacer uso de las festividades nacionales al
«cristianizarlas». Esto es secularizar a los cristianos. ¡Qué lástima da esto!). Ellos siguieron a
los paganos para celebrar sus fiestas con nombres y títulos alterados. ¿Por qué establecieron
el nacimiento del Señor el 25 de diciembre? Tres días antes de esta fecha es el solsticio de
invierno, el cual es el día más corto del año. Después del veinticinco, los días comienzan a ser
más largos. Los idólatras en todas partes del mundo toman este día como el nacimiento del
dios del sol. En ese entonces en Roma, las festividades se llevaban a cabo en los grandes
teatros para celebrar esta fecha. Los cristianos trataron de tomar esta fecha para celebrar el
nacimiento del Salvador. Si leemos las palabras del antiguo padre, nos daremos cuenta que
esta fecha fue ordenada por el hombre solamente:

“Este día (25 de diciembre) fue establecido recientemente en Roma como el nacimiento de
Cristo, para que mientras los adoradores de ídolos están ocupados con sus ceremonias
mundanas, los cristianos puedan cumplir sigilosamente sus ceremonias santas. Ellos le llaman
a este día el nacimiento del Infalible (i.e., el sol). Pero ¿quién puede ser infalible como
nuestro Señor que anuló la muerte? Ellos llaman a este día el nacimiento del sol, pero ¡El
Señor es el verdadero sol de justicia!” Ésta fue la manera en que la iglesia en aquel tiempo
adoptó la fiesta de los idólatras como su propio hijo ilegítimo. Ésta es la causa de la deshonra
de la verdad de Cristo.

¡Cuán claro es que la navidad fue inventada por el hombre! Ya que fue invención del hombre,
¿por qué tenemos que celebrarla? ¡Dios no ha ordenado que los hombres recuerden el
nacimiento de Su Hijo! Ya que Él no nos ha ordenado hacerlo, ¿por qué debemos recordarlo?
Todos los fieles hijos de Dios deben saber cómo contestar esta pregunta.

¿Por qué los hombres celebran la navidad? Me temo que se debe a que hay más conciencia de
la carne que de recordar las cosas espirituales! Las bromas, risas, diversión, y muchas otras
atrocidades que afectan la quietud del espíritu no sólo son dañinas al cuerpo, sino que
también causan heridas mortales al espíritu. Después de que fui salvo, asistí a algunas de
estas celebraciones. Cuando regresé a casa después de tales reuniones, no estaba contento. Al
contrario, debía confesar mis pecados ante el Señor por participar en esas reuniones.
Hablando estrictamente, las fiestas navideñas por el lado negativo son sólo oportunidades
para la carne, y por el positivo, son algo para motivar el alma y causar confusión. Lo más
benéfico para el espíritu es guardar la Palabra del Señor, recordar solamente la muerte del
Señor y nada más. Por tanto, para recibir el mayor beneficio, no debemos celebrar la navidad.

No sé hasta cuándo los hijos de Dios separarán las cosas mundanas de las espirituales, las
cosas humanas de las divinas. Si nuestros hermanos y hermanas se separan un día felizmente
de los grupos literarios, conciertos, fiestas de bienvenida, centros de entretenimiento, de las
fiestas sociales y deciden separarse definitivamente del mundo, ellos recibirán el poder para
ser los testigos de Dios. ¡Cuidado! ¡Bromear es el mayor destructor de un vivir santo y el
festejar disolutamente (la parranda) es un parásito en el vivir espiritual de cada uno! ¡Las
celebraciones y reuniones sociales son armas que acorralan el vivir santo y el poder de los
creyentes! ¡Los creyentes jóvenes deben cuidarse de estas cosas!