La Mujer Cananea

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COMO PERSISTIR EN LA FE

LA MUJER CANANEA. Mateo 15:21-28 Marcos 7:24-30

Oración:
Saludos:
V.21-22
Vemos claramente que esta mujer cananea se presentó con ruego delante de Dios. Estaba
pasando por una situación terrible, y se sentía impotente al ver a su hija en un estado tan
lamentable. No sabemos exactamente que había escuchado esta mujer acerca de Jesús,
pero ella reconoció que este era el hijo de Dios y tenía la seguridad que solo él podría
ayudarla.
Lo primero que esta mujer hizo fue:
1. Reconocer quien era Jesús: «¡Señor, Hijo de David!» Aunque esta mujer no era
judía, reconoció que este hombre verdaderamente rea el Hijo de Dios. Esta madre
golpeada por el dolor reconoció la autoridad y la deidad de aquel cuyo nombre era grande
en Israel y también entre los gentiles. Con el título real que ella utilizó estaba implicando
que solo Jesús era capaz de sacar el demonio de su hija.
Le pidió misericordia, ya que el Señor Jesús está lleno de compasión.
2. Su petición: «Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada». El evangelio de
Marcos dice que tenía «un espíritu maligno». Esta madre no malgastó palabras a la hora
de declarar la terrible prueba que ensombrecía su hogar.

Reconozcamos quien es Dios, pero aún más, se debe tener mucha fe en su poder Y
recurrir a él.
Seamos claras con nuestras peticiones: El lenguaje elocuente no es necesario a la hora
de presentarle nuestras necesidades a Aquel que las conoce antes que las planteemos. Él
sabe que necesitamos, sabe nuestras aflicciones. Seamos humildes al pedir socorro a
Dios.

v.23a
Negativa de Jesús.
El Salvador compasivo, que nunca rechazó una petición de misericordia, no respondió a
la oración de la suplicante mujer. Jesús no le respondió palabra; a esta mujer, no le dijo si
tampoco no… Quizás con esta respuesta, esta madre el rechazo de Jesús era para probar
su fe,

Por todo lo que sabemos sobre el amor y la compasión de Cristo, no podemos creer que la
intención de él Señor Jesús fuera ignorar por completo su grito de ayuda de esta madre.

Muchas veces el problema de la oración no contestada es grave, para las personas de poca
fe. Porque creen que Dios las abandono.

v. 23bSu firmeza
Impulsada por una necesidad apremiante, esta mujer estaba decidida a no aceptar un ¡no!
como respuesta. Ella sabía que Cristo era capaz de curar a su hija y estaba resuelta a
obtener la ayuda que pedía.
Fue tan firme en su fe, que los discípulos de Jesús le dijeron: despídela que da voces tras
nosotros.

v. 24
Segunda negativa de Jesús
: «No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel».
Esta palabra de Jesús no es de total rechazo, pero le dijo que tenía que primero salvar a
los judíos. Y ella no era judía, ella era una mujer cananea.
Con estas palabras esta mujer seguramente se iría y los dejaría tranquilo.

v. 25 Sin embargo nada la desalentó.


Postrada delante de Jesús, le siguió pidiendo por sanidad para su hija, le siguió rogando
por misericordia, le siguió pidiendo socorro. Su fe en Dios seguía firme, quien podría
ayudarla… Ella sabía que solo él le devolvería la sanidad a su hija.

Tercera respuesta de Jesús


v. 26: no está bien quitarles el pan a los hijos y darle a los perrillos.
Decir perrillos era la manera de hablar común de los judíos con respecto a los gentiles.
Otra vez Jesús le dice, no puedo darte algo que ahora les corresponde a los judíos.
Realmente esta prueba está muy fuerte, más para una mujer gentil, que adoraba antes a
otros dioses.

¿Cómo estaría la fe de nosotras con estas 3 respuestas del Señor Jesús?

v. 27 Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus
amos».
Su fe en Jesús seguía firme.
Esta mujer llena de fe, no había pedido una barra entera de pan, ni tan siquiera una tajada
grande, solo las migajas que caían al piso. Jesús sintió y vio, la fe de esta decidida mujer
quien se atrevió a insistir en su desesperada petición.

Detrás del semblante aparentemente frio de Cristo, estaba la misericordia del amor. A
pesar de que él se había dirigido a la indefensa mujer de una manera un tanto áspera. Él
quería ver si realmente su fe en el seguiría intacto, pese a sus respuesta.

v. 28: «¡Mujer, qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que quieres».


Su premio
Que alegría habrá tenido esta madre, su hija su sanada. Su angustia ya había terminado.
La La fe de esta mujer fue en ascenso, cada vez que Jesús le respondía ella seguía más
firme en su fe.
Ese es exactamente el propósito de Cristo, que nuestra fe en él, crezca atreves de las
pruebas y aflicciones de la vida.
Muchas veces preferimos la seguridad, pero las dificultades de la vida son buenas para
acercarnos y llevarnos a los pies de Dios.
La crisis, siempre debe llevarnos a recurrir de Jesucristo.
La crisis es un instrumento de Dios para hacernos pensar diferente acerca de él.
Una mujer cananea anónima nos recuerda que en la crisis de nuestra vida, podemos
perseverar y confiar en Dios, porque Dios siempre responderá en el momento oportuno.

Spurgeon: La fe
La gran fe puede ver el sol en medio de la noche
La gran fe puede segar una cosecha en pleno invierno.
La gran fe puede encontrar ríos en los lugares más altos.
La gran fe no depende de la luz del sol.
La gran fe ve lo que es invisible para cualquier otra luz.
La gran fe espera en Dios.

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