Crisis Economica

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DEFINICIONES Y TEORIA EN BASE AL TEMA DE LA

CRISIS ECONOMICA

Una crisis económica, por lo tanto, hace referencia a un periodo de escasez en la


producción, comercialización y consumo de productos y servicios. La economía es cíclica,
es decir, combina etapas de expansión con fases de contracción. Estas fluctuaciones
sucesivas se conocen como ciclo económico.
Estos principios permiten afirmar que todo descenso culmina en un ascenso y viceversa.
Las cuatro grandes fases de un ciclo económico son el ascenso (donde aumenta la
actividad económica hasta el momento del auge), el descenso (caen los indicadores), la
recesión (cuando el descenso se extiende por más de dos trimestres consecutivos) y la
reactivación (los índices vuelven a subir y comienza el ascenso).
La crisis económica tiene lugar en algún momento del descenso. Puede tratarse de una
crisis generalizada, con caída de todos los índices, o de crisis que afectan en especial a
ciertos sectores (crisis de la oferta, crisis de la demanda). Por otra parte, se habla de
crisis de subsistencia cuando un grupo social no puede satisfacer sus necesidades
básicas.
Una de las crisis económicas más importantes de la historia es la que tuvo lugar en el
año 1929. Gran Depresión o Crack del 29 son otros dos de los nombres que se otorga a
dicho fenómeno que trajo consigo consecuencias de gran gravedad mundial, y
especialmente en lugares tales como Estados Unidos.
La palabra crisis llegó a nosotros a partir del latín crisis, y ésta, del griego crisis. El
vocablo griego se derivó del verbo crinen, que entre otras cosas significa ‘separar’.1 Una
crisis, en su acepción actual, es un momento que marca un cambio importante, sin
prejuzgar para bien o para mal. Pero también tiene un sentido más restringido: el de
“situación dificultosa o complicada”. 2 Para el economista, sin embargo, su significado
es algo más preciso. Una crisis económica es el momento en que la economía de una
nación o región pasa de una fase de crecimiento a una de recesión (o depresión).
Cuando se analiza la historia económica del capitalismo se observan dos hechos
fundamentales concernientes a su desarrollo: 1) que el volumen de la producción de
bienes y servicios ha sido un fenómeno continuo e irreversible, y 2) que esta tendencia a
largo plazo (tren) no excluye la existencia de puntos de inversión (crisis) a corto plazo.
En palabras del historiador de la economía Maurice Niveau: “El desarrollo del
capitalismo industrial ha venido acompañado de una gran inestabilidad. A los períodos
de prosperidad y de expansión de la producción han sucedido períodos de depresión y
de paro.” 3 En las primeras décadas de desarrollo del modo de producción capitalista, lo
economistas consideraron a estas crisis que interrumpían las fases de expansión como
catástrofes aisladas. Estas crisis se asimilaban a “incidentes patológicos en un proceso
fisiológico”, según la expresión de un economista famoso, Joseph Schumpeter. Pero
hacia 1860 el estudioso Clément Juglar expuso de forma detallada que las crisis se
insertaban en unos mecanismos más fundamentales de comportamiento cíclico. Según
su hipótesis, los períodos de prosperidad estarían automáticamente seguidos por
períodos de ‘liquidación’ de los fenómenos ligados a la prosperidad. Las crisis ocuparían
los puntos de inversión de la tendencia, en una serie de oleadas sucesivas de expansión
y de depresión.

CARLOS JAVIER BUGALLO SALOMÓN


Licenciado en Geografía e Historia
Diplomado en Estudios Avanzados en Economía

PRINCIPALES CRISIS ECONOMICAS MAS RESALTANTES


A NIVEL MUNDIAL
El martes negro (1929)
Durante los años previos a 1929, nadie se imaginaba lo que
pasaría el martes 29 de octubre de dicho año. Después de
que el Dow Jones enriqueciera a una gran parte de la
población norte americana, la bolsa era considerada por
mucho como un juego, en el que no hacía falta conocer las
reglas para ganar. Los bancos y miles de inversores, con
escasos conocimientos, invertían en empresas que no
conocían, sin pensar dos veces en lo que estaban haciendo.
Hasta que llegó el martes negro: 10.000 millones de dólares
desaparecieron. La actuación del Gobierno para solucionar
lo que estaba a punto de pasar llegó tarde. Subió los tipos de
interés, los inversores querían liquidar sus acciones y los
bancos se vieron sin liquidez y en quiebra. Como
consecuencia, el país se vio sumido en la Gran
Depresión y, poco después, arrastró al resto del mundo.
El lunes negro (1987):
Esta crisis mundial todavía sigue sin haberse
esclarecido, aunque una teoría bastante difundida
entre los expertos asegura que fue consecuencia de la
contratación programada inmediata y de la creciente
influencia de los ordenadores en Wall Street. Lo que
sí es seguro es que, en casi dos meses, el Dow Jones
perdió un 64% de su valor. El lunes 19 de ocutubre
de 1987 bajó un 11% más y volvió a desaparecer, de
manera repentina, una enorme cantidad de dinero de
la Bolsa neoyorquina: 500.000 millones de dólares.
Ese mismo mes, otras cuatro bolsas del mundo se
hundieron: la de Hong Kong, un 45,8%; la australiana,
un 41,8%; la inglesa, un 26,4% y la de Canadá un
22,5%.

La crisis petrolera de 1973


En octubre de 1973, durante la guerra de Yom Kippur
(fiesta judía), que enfrentaba a Israel con Egipto y Siria, los
miembros de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) utilizaron el petróleo como arma contra
los que estaban a favor de Israel. Embargaron el crudo áabe
y el precio siguió creciendo mientras las producción no
avanzaba. Aunque el embargo fuera tan sólo de cinco
meses, fue el tiempo suficiente para que los miembros de
la OPEP se enriquecieran y para que la Bolsa de Nueva
York perdiera 97.000 millones de dólares. Como
consecuencia, en 1977, el presidente Carter creóla
Secretaría de Energía para llevar a cabo la reserva
estratégica de petróleo de EE.UU.

La crisis de 2008
Es la crisis por la que estamos pasando actualmente y ha afectado,
sobre todo, a los paíes desarrollados. Muchos analistas afirman
que la bancarrota de Lehman Brothers, lo que The New York
Times denominó como “uno de los días más dramáticos en la
historia de Wall Street” fue el punto de partida de todo lo que
estaba por venir. En el año 2008 se empezó a notar un fuerte
deterioro en los grandes indicadores macroeconómicos y, en el
caso de España, se sumó la explosión de la burbuja inmobiliaria,
la crisis de 2010 y el aumento del desempleo, por lo que la crisis
es también política y social. Todo esto ha provocado que se ponga
en entredicho el sistema y la democracia en los que vivimos.
Los tulipanes de Holanda
(1634)
A principios del siglo XVI, los holandeses se dieron
cuenta de que su popular flor, el tulipán, podría
hacerles pasar a la historia a la vez que recaudar
importantes beneficios con su venta y exportación. El
embajador holandés en Turquía los había puesto de moda
y se llegaron a pagar 6.000 florines por una única flor,
un precio desorbitado teniendo en cuenta que el salario
medio oscilaba entre los 200 y los 400 florines. En 1637,
se creóun mercado de futuros, bautizado como el negocio
del viento, y se compraban bulbos todavía inexistentes
que se plantarían en la siguiente primavera. Los rumores
no hicieron ningún bien a los holandeses y se desató una nueva crisis.

El Dorado americano (1720)


Ya en el siglo XVII los europeos, sin importar su
clase social, ganaban dinero gracias a la compra
de participaciones en las denominadas
compañías de acciones, como Mississippi
Company, en París, y South Sea Company, en
Londres. Ellas invertían en América y en Europa
se emitían billetes y se concedían créditos para
comprar todas esas acciones. Todo apoyado y
avalado por el valor del oro. Sin embargo, la
realidad era que las inversiones al otro lado del
Atlántico no eran suficientes para ponerse a la
altura de los altos precios de las acciones. La
falta de confianza volvió a dar paso a la crisis.

Crisis en el Sudeste Asiático


(1997)
En julio de 1997 los inversores dejaron de
confiar en la moneda que tan bien había
funcionado durante el conocido como
milagro económico asiático, durante el cual
las altas tasas de rendimiento de las
inversiones en estos países resultaban muy
llamativas para la población mundial. La
crisis asomó la cabeza en Tailandia y se
extendió posteriormente por las Filipinas,
Hong Kong, Indonesia y Malasia, entre otros, dando lugar a una crisis sin precedentes en esta
zona.

La crisis del ferrocarril (1830)


En 1830 el primer ferrocarril logra recorrer 56
kilómetros en aproximadamente una hora y
media. El nuevo invento impresionó a todo el
mundo y comenzó la “Tailwaymanía”, el principio
de esta crisis. Mútiples empresarios crearon
empresas relacionadas con el ferrocarril sin tener
en cuenta las grandes inversiones que requerían,
pero como los inversores apostaban por ellas y
los dividendos eran reales, no parecía haber
ningún problema. Sin embargo, todos los
proyectos que se presentaban y todas las
acciones que se vendían, resultaron no ser tan reales como se pensaba. Una vez más, los valores
cayeron de manera rotunda y la falta de liquidez era una moneda comín para una buena parte de
la población.

La crisis argentina
También conocida como el cacerolazo y
corralito. Argentina, en los ochenta, tenía varios
frentes complicados abiertos: la dictadura, el
colapso económico, una inflación exagerada y la
guerra de las Malvinas. La deuda siguió creciendo
hasta finales de los noventa y, unido a la
corrupción, los argentinos se vieron metidos de
lleno en una recesión en 1999. Como en toda
crisis, los inversores dejaron de confiar en las
empresas del país y el Gobierno decidió congelar
las cuentas bancarias durante un año: se formaron
revueltas y manifestaciones sociales que hicieron
caer el gobierno del momento.
EFECTOS QUE HAN TENIDO ESTAS CRISIS ECONOMICAS
La Crisis de 1997-1999 –el ciclo de shocks externos adversos-- aceleró el proceso
de contracción económica, que estaba experimentando la economía doméstica a raíz de
los
efectos desfavorables del fuerte Fenómeno del Niño, y lo transformó en una recesión
económica interna bastante generalizada. En esta oportunidad, la recesión interna se
dio en
una situación en que no había mayor inflación, sino estabilidad de precios;
posteriormente
el des aceleramiento de la economía y la recesión interna generaron una marcada
tendencia
deflacionaria de precios en 1999. Tampoco los shocks externos produjeron una grave
crisis
de balanza de pagos, ya que esta vez la economía peruana contaba con suficientes
reservas
internacionales (provenientes del proceso de privatización de las empresas públicas en
la
década de los noventa) para compensar la fuerte sequía de capitales de corto plazo del
exterior y la salida de éstos del país, generadas por la desfavorable coyuntura
internacional.
Con relación a la inflación interna, ésta fue descendiendo hasta ser la más baja en
varias décadas: el Indice de Precios al Consumidor (IPC) descendió ligeramente de 6,5%
en
1997 a 6,0% en 1998, hasta llegar al 3,7% en 1999. Esta última gran caída de la inflación
se
debió a dos tendencias deflacionarias bien marcadas: una importada del exterior y otra
interna. La primera estuvo influenciada por los bajos precios de los productos básicos y
del
petróleo en particular, consecuencia de la menor demanda global generada por la Crisis.
La
deflación interna se derivó de la mayor oferta de productos agrícolas --una vez superado
los
efectos del fenómeno del Niño-- y de la caída en la demanda agregada interna,
particularmente del consumo privado; lo que dio lugar a la acumulación de existencias
en
las empresas. Por el lado del sector público, el déficit fiscal era aún manejable en 1998
(0,8% del PBI con año base 1994).4
Lo que nos mueve a considerar que la economía peruana, previa a la Crisis, ya no
era exactamente la misma de décadas anteriores; se había logrado una meta económica
muy
importante y difícil de alcanzar en épocas pasadas: la estabilidad macroeconómica,
tanto
fiscal como monetaria. Pero el entorno internacional tampoco era el mismo de varios
años
atrás. Es decir, tanto los factores externos como los internos de la economía peruana,
que
propiciaron la difícil coyuntura de la económica peruana durante 1998-1999, se dieron
en
un entorno internacional más globalizado, pero también muy volátil y turbulento; con
una
economía interna más estable pero cada vez más dolarizada, una política
macroeconómica
bastante tímida y tardía para contrarrestar los efectos desfavorables de los choques
externos y la recesión interna, y con un gran número de empresas nacionales altamente
endeudadas a corto plazo y con patrimonios muy débiles.
El Déficit en Cuenta Corriente La balanza de pagos es, ante todo, un registro estadístico-
contable de las transacciones económicas internacionales de un país con el resto del
mundo. El principal componente de este registro es la balanza de cuenta corriente, que
incluye cuatro partidas: 1. La balanza comercial (exportaciones e importaciones visibles);
2. Los servicios (exportaciones e importaciones invisibles); 3. La renta de factores
(privada y pública); y 4. Las transferencias (unilaterales) corrientes. En todas estas
partidas, salvo la última de donaciones en especie recibidas de otros países --que no se
verá en este trabajo--, el Perú es y ha sido casi siempre un país deficitario. A
continuación se tiene la siguiente identidad de la cuenta corriente: SCCBP = XP - MP +
YN + TCN (1) donde: SCCBP es el saldo de la balanza de pagos en cuenta corriente; XP las
exportaciones de bienes y servicios; MP las importaciones de bienes y servicios; YN la
renta neta procedente del exterior; y TCN las transferencias corrientes netas. 20 A lo
largo de su historia reciente, la economía peruana siempre ha tenido un déficit
persistente y (a veces) preocupante en la cuenta corriente de carácter estructural, cuya
mayor o menor magnitud ha dependido principalmente de la prevalencia de ciertas
variables exógenas o endógenas, o de la conjunción de algunas de ellas. Se señalan a
continuación las más importantes: 1. Las condiciones favorables o desfavorables de la
demanda externa y los precios de nuestros principales rubros de exportación en los
mercados mundiales; 2. La evolución y las fases (de expansión o contracción) de los
ciclos económicos en que se encontraban los países desarrollados; 3. La abundancia o
escasez de flujos financieros del exterior para financiar el comercio exterior, que además
influenciaban en menor o mayor costo del crédito externo e interno; 4. El desempeño y
la situación coyuntural de la economía peruana (del PBI y sus agregados); 5. La política
de crecimiento económico vigente con respecto al sector externo (primario-
exportadora, ISI, promotora de las exportaciones); 6. La evolución de la política fiscal
(del gasto publico) y de la política monetaria (manejo de la oferta monetaria y tasa de
interés) de los gobiernos de turno; 7. La mayor o menor apertura de la política comercial
al exterior (el nivel arancelario vigente); 8. El régimen de tipo de cambio vigente
(mercado libre o control de divisas). El efecto de estas variables en el déficit en cuenta
corriente de la balanza de pagos del Perú está representado por la siguiente expresión:
DCCBP = F (DXP , PXP , PBIPD , KCPF , TiF, PBIP , CP , IP , GP , OMP , TiP , tP , TC$) (2)
Es decir, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos del Perú (DCCBP) es una
función de las siguientes variables: 1. La demanda externa de las exportaciones
tradicionales, principalmente las mineras y pesqueras, del Perú (DXP); 2. Las
cotizaciones de estas exportaciones (PXP); 3. El nivel del producto bruto interno de los
países desarrollados (PBIPD); 4. Los flujos de capitales de corto plazo del exterior (KCPF);
5. La 21 tasa promedio de interés externo (TiF ); 5. El producto bruto interno del país
(PBIP); 6. Los componentes de la demanda agregada interna (CP ,IP, GP); 7. La oferta
monetaria interna (OMP); 8. La tasa de interés interna (TiP); 8. El nivel arancelario
vigente (tP ); y 9. El tipo de cambio del dólar (TC$ ). Por ejemplo, al analizar las cifras de
balanza de pagos, publicadas por el BCRP, tanto en cifras corrientes como en
porcentajes del PBI,6 vemos cómo algunos de los factores señalados en el párrafo
anterior han jugado un papel más importante que los otros en cada período. En nuestro
caso (ver cuadro 3), los efectos de la Crisis y del Fenómeno del Niño (que dieron lugar a
la recesión interna) se manifestaron principalmente en 1998 y 1999. El déficit en la
cuenta corriente se incrementó entre 1997 y 1998 en un 18,8%; es decir, subió de US$ 3
059 millones (5,2% del PBI) a US$ 3 634 millones (6,4% del PBI). La volatilidad de la
brecha en la cuenta corriente, como porcentaje del PBI, fue mayor por períodos
trimestrales que por años (véase gráfico 2). Así, fue subiendo desde el tercer trimestre
de 1997, para luego alcanzar el déficit máximo de 7,9% del PBI en el primer trimestre de
1998, y luego ir descendiendo en forma gradual (a 7,3%, 5,7% y 4,5% del PBI) en el
segundo, tercer y cuarto trimestres de 1998, respectivamente. Posteriormente, en 1999,
continuó esta tendencia decreciente de la brecha deficitaria en la cuenta corriente
durante los tres primeros trimestres de dicho año (3,5%, 3,6%, 2,7% del PBI). El déficit
fue disminuyendo por las menores adquisiciones del exterior -- consecuencia de la
recesión interna-- y no por una mejora sustancial en las exportaciones peruanas. Esta
tendencia decreciente del déficit de la cuenta corriente se comenzó a revertir a partir
del cuarto trimestre de 1999 (4,1% del PBI). Para todo el año 1999, el déficit decreció en
US $1,817 millones, el 50,0% del déficit en cuenta corriente de 1998.
CONCLUSION
Es vasta la cantidad de condicionantes que la literatura
nos ha brindado respecto a la problemática abordada,
además de controversial toda vez que se analizan
respecto a la legitimidad democrática. Es decir, frente a la
siguiente pregunta: ¿Qué factor condicionante es el de
mayor influencia en la legitimidad democrática?, existe
un fuerte desacuerdo en las arenas eruditas, sobretodo
dado las diferentes corrientes teóricas sobre las cuales
los autores se sustentan. No obstante, estas discusiones
no han destacado el espacio ni tiempo de estudio, por
consiguiente, es imposible dilucidar el factor más
influyente de la legitimidad democrática durante un
período de crisis económica. Es decir, éste dependerá de
una serie de acontecimientos: el momento político,
económico y social.

Sin embargo, existe una complicación en el estado actual


de la discusión. En muchos antiguos artículos, donde gran
parte de la región latinoamericana estaba bajo sistemas
autoritarios, y donde la mayoría de las transiciones se
daban frente a profundas crisis económicas, se pensaba
en una fuerte correlación entre una crisis severa y el
quebrantamiento democrático. Hoy en día, la región
cuenta con un sistema democrático que ha demostrado
estabilidad, donde igualmente se han producido fuertes
crisis económicas, pese a ello, no han existido amenazas
de un quebrantamiento de este sistema de gobierno. Por
lo tanto, dado la consolidación del sistema democrático
en Latinoamérica, el factor económico ha perdido
relevancia
Por consiguiente, la región ha otorgado luces de un
cambio de paradigma. Es decir, hoy no es posible ver con
claridad qué factor condicionante podría afectar la
legitimidad democrática, con la capacidad de lograr un
quebrantamiento del sistema político, sin embargo, ésa
no es la problemática actual, sino qué factores más han
dañado la legitimidad de la democracia.

Frente a ello, es enorme el vacío en la literatura empírica,


relacionada a otorgar respuestas a base de correlaciones
múltiples, dado a que no consideran factores
pertenecientes al manejo macroeconómico y la
gobernabilidad de los países.

Para un estudio acabado de las influencias de los factores


condicionantes en la legitimidad democrática, únicamente
un análisis empírico no es suficiente para sacar
conclusiones, sino el complemento de un análisis teórico.
Existen condicionantes que deben ser incluidas dentro de
la teoría. Por ejemplo, los factores internacionales han
sido débilmente investigados como influyentes en la
legitimidad o apoyo a la democracia durante las crisis
económicas, considerando que los orígenes de éstas,
durante los últimos años, han sido fuera de la región
latinoamericana.

La psicología política es otro tema ignorado en estudios


comparativos, considerando que gracias al estudio de la
socialización política sería posible analizar las diferencias
individuales y de personalidad que existe entre los
habitantes de la región, y la influencia de estas en la
evaluación de la legitimidad o apoyo a la democracia.

Además, a través de esta condicionante, se animaría el


estudio de la capacidad de liderazgo de los actores de
gobierno y la influencia del marketing político.

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