Fragmento Aron La Libertad PDF

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LA LIBERTAD,

¿LIBERAL O LIBERTARIA?

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RAYMOND ARON

LA LIBERTAD,
¿LIBERAL O LIBERTARIA?

LA NUEVA IZQUIERDA
Y LAS REVUELTAS DEL 68

Traducción y notas
de Luis González Castro

PÁGINA INDÓMITA
Democracia y dictadura

Título original: Liberté, libérale ou libertaire?

© Éditions Gallimard, 1972


© de la traducción y las notas, Luis González Castro
© de la presente edición, página indómita, s.l.u.
Providencia 114 bis, 4º 4ª. 08024 Barcelona
www.paginaindomita.com

Diseño de cubierta y composición: Ángel Uzkiano


Impresión y encuadernación: Romanyà Valls
Primera edición: mayo de 2018

Todos los derechos reservados

ISBN: 978-84-948167-0-3
Depósito legal: C-331-2018

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ÍNDICE

Nota a la presente edición


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La libertad, ¿liberal o libertaria?


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raymond aron

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NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN

El texto incluido en el presente volumen proviene de


una conferencia pronunciada por el autor el 5 de sep-
tiembre de 1969, en los Encuentros Internacionales
de Ginebra, en los que participaron también Herbert
Marcuse y Paul Ricoeur. Ese mismo año la conferen-
cia fue impresa en el volumen colectivo La liberté et
l’ordre social. Textes des conférences et des entretiens
organisés par les Rencontres Internationales de Ge-
nève, publicado por Éditions de la Baconnière. Pos-
teriormente sería incluida en la obra de Raymond
Aron Études politiques (pp. 235-274), publicada por
Éditions Gallimard en 1972.

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LA LIBERTAD,
¿LIBERAL O LIBERTARIA?

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raymond aron

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Me gustaría comenzar mi intervención agradeciendo


a los organizadores de los Encuentros Internacionales
que me hayan invitado a participar. Me ofrecen una
tribuna de prestigio, ocupada antes de mí por muchos
conferenciantes ilustres, quienes debieron de sentirse
orgullosos de intervenir en ella. Las malas lenguas
acusarán sin razón a estos Encuentros por sus víncu-
los con el establishment ginebrino o helvético, pero
esos censores deberían reconocer al menos que dicho
establishment ha mostrado sabiduría, clarividencia e
imparcialidad en tal grado que ha sido capaz de reu-
nir, en los peores momentos de la Guerra Fría, a in-
terlocutores llegados de todas las partes de Europa,
tanto del Este como del Oeste. Incluso este año nos
ha ofrecido lo que, después de dos décadas, consti-
tuye ya una tradición que sigue siendo igualmente vá-
lida en los tiempos de la protesta.

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raymond aron

Tras los agradecimientos, quisiera presentar mis


disculpas. Probablemente muchos de ustedes hayan
recibido el resumen de esta conferencia, que fue re-
dactado hace algunas semanas. Les ruego que lo ten-
gan en cuenta lo menos posible. Tras dicho resumen,
escribí un texto demasiado largo, que no podría leer
sin someter la paciencia de ustedes a una prueba que
incluso los no contestatarios podrían juzgar acerta-
damente como intolerable. Por tanto, estos últimos
días he decidido que me dirigiré a ustedes en una im-
provisación libre, con todos los riesgos que conlleva
improvisar sobre un tema tan delicado, frente a un
público tan numeroso y en un clima tan cargado de
pasiones a punto de explotar.
Pasemos ya a lo esencial: ¿cuál es el tema de esta
conferencia? Ninguno de ustedes dudará de que su tí-
tulo, «La libertad, ¿liberal o libertaria?», me fue su-
gerido por los acontecimientos de los últimos años,
pues la Nueva Izquierda ha hecho una entrada es-
pectacular en el campo ideológico, y participa en
los debates filosófico-ideológicos que se desarrollan
de forma permanente en las sociedades modernas.
Queda por saber desde qué ángulo me propongo en-
focar el debate.
Hace unos años dediqué un pequeño libro no a

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la libertad, sino a las libertades,1 a la dialéctica entre


las libertades llamadas formales y las llamadas reales;
por un lado, las libertades personales y políticas; por
el otro, las libertades sociales o derechos sociales.
Una dialéctica, si así se quiere decir, entre el libera-
lismo tradicional y la crítica socialista, o también,
como veremos dentro de un instante, entre la libertad
como derecho y la libertad como capacidad efectiva
de ejercer un derecho. En ese libro, me había pro-
puesto mostrar que los regímenes democráticos no
se caracterizan por una definición de la libertad, sino
por un diálogo permanente en el que los interlocu-
tores retienen distintas definiciones de la libertad o
las libertades. Dicho diálogo se funde, traducido en
instituciones, con la dialéctica de las libertades. Di-
gamos, asimismo, que el diálogo sobre las definicio-
nes de la libertad ilumina las luchas políticas o socia-
les mediante las que, en circunstancias favorables,
florecen las libertades.
Al mismo tiempo, yo sostenía la tesis, propia-
mente política y no ya filosófica, de que la síntesis de-
mocrático-liberal representa en nuestra época, en Eu-
ropa, en las sociedades industrialmente avanzadas

1. Essai sur les libertés, Calmann-Lévy, París, 1965.

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(insisto en este último punto: no abordaré las socie-


dades que pudorosamente llamamos subdesarrolladas
o en vías de desarrollo), la expresión más satisfactoria
o menos insatisfactoria del ideal liberal. A mi juicio,
esta síntesis democrático-liberal había triunfado inte-
lectualmente sobre las versiones que hoy conocemos
de los regímenes bautizados como socialistas. Para ser
más preciso, se trata de una victoria por entero inte-
lectual, que, para quienes no se consideran como los
confidentes de la Providencia, no implica una victoria
histórica. Desde 1956, tras la desestalinización y el re-
conocimiento del culto a la personalidad, los marxis-
tas de Occidente renuncian a presentar los regímenes
europeos de tipo soviético como realizaciones ejem-
plares de la libertad o como la consumación de las li-
bertades. Sin embargo, no dejan de justificarlos con
otros argumentos. La sociedad moderna, como he
tratado de mostrar en otro libro, Les Désillusions du
progrès,2 no se fija como único objetivo la libertad o
las libertades. También quiere ser productivista, igua-
litaria. La ambición prometeica y la denuncia de las
desigualdades económicas o sociales no excluyen en

2. Les désillusions du progrès. Essai sur la dialectique de la


modernité, Calmann-Lévy, París, 1969.

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teoría el respeto a las libertades personales o a la ciu-


dadanía burguesa. Ahora bien, esos objetivos no pa-
recen compatibles en todas las circunstancias. Al tér-
mino del debate ideológico de la Guerra Fría, a
comienzos de los sesenta, las sociedades de tipo occi-
dental, por muy diversas que fuesen, parecían haber
alcanzado un compromiso tolerable, o mejor dicho
(si osase recurrir a un modo de pensamiento histori-
cista), el compromiso más avanzado. Dicho compro-
miso había «recuperado» una parte de la crítica socia-
lista; le reconocía cierta legitimidad y se esforzaba por
refutarla dándole la razón, o, si se prefiere, le daba la
razón llevando a cabo ciertas reformas inspiradas
por ella.
He aquí, pues, la cuestión para la que esta confe-
rencia buscará elementos de respuesta. ¿Constituye
la Nueva Izquierda una nueva etapa de la dialéctica
de la libertad?, ¿debe la síntesis democrático-liberal
responder a este desafío tal como respondió al desafío
de la vieja izquierda, reformándose a sí misma y, por
tanto, «recuperando» a los contestatarios o al menos
a algunos de ellos?
Me gustaría hacer una última observación antes
de comenzar el análisis: emplearé el término libertad
sobre todo en plural, y lo tomaré en su acepción po-

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lítica y social. Seguiré pues un orden inverso al de


Paul Ricoeur;3 partiré del sentido político y social
para terminar realizando algunas observaciones, bre-
ves e insuficientes, sobre el sentido filosófico.

3. La intervención de Paul Ricoeur, titulada «Le philo-


sophe et le politique devant la question de la liberté», tuvo lugar
el 4 de septiembre, un día antes de la de Aron.

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