Interculturalidad

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Interculturalidad

Introducción: Para entender con mayor claridad la interculturalidad y su ámbito de aplicación,


resulta imprescindible abordar el concepto precedente: cultura

El concepto de cultura es uno de los más difíciles de entender porque tiene múltiples abordajes
desde diversas disciplinas científicas que tratan de integrar una definición común. No obstante, más
allá de su definición, lo cierto es que no podemos hablar de la existencia de una cultura sino de una
diversidad de culturas que conviven e interactúan en un espacio.

Se puede afirmar que el ser humano nace incompleto puesto que parte de una esencia biológica. Es
con los primeros contactos sociales, que se llevan a cabo con la madre, el padre o ambos, y con el
resto de las personas que viven en su medio y que van acompañándolo en su desarrollo, como
adopta conductas, fruto de la cultura que adquiere y asimila a lo largo de su existencia de múltiples
maneras. La cultura, a partir del pensamiento, es lo que nos hace humanos y nos distingue del resto
de las especies que habitan el planeta.

¿Qué es interculturalidad?

Interculturalidad

La interculturalidad conduce a la coexistencia de las culturas en un plano de igualdad (Soriano,


2004). El término interculturalidades polisémico, por lo que tiene múltiples interpretaciones, que
dependen del contexto de quien lo usa.

La interculturalidad es una herramienta de emancipación, de lucha por una igualdad real, o equidad
real, en el sentido no solo cultural muy superficial sino también material. Esto resulta patente en la
identidad de los pueblos indígenas, que nunca se identifican solamente por su origen sino también
por su ocupación, campesina y obrera. Entonces, esas identidades son duales por lo menos en el
sentido en el que unen la clase y la etnia (Marakan, 2012).

La actual interculturalidad tiene que ver esa realidad con dos ojos; no solo etnia, no solo cultura, en
el sentido de folclore, sino también como clase; y la interculturalidad crítica, además de intentar
cambiar esos modelos que hasta hace poco se consideraban inmutables, únicos, también presenta
de otra manera las culturas, no como entidades cerradas históricas que solo pueden aportarnos
tradiciones históricas culturales, raíces, sino como sociedades, pueblos, culturas vivas que pueden
aportar mucho, mucho más de lo folclórico a nuestras sociedades.

Según Araceli Mondragón (2010), el concepto de interculturalidad:

...surge un poco después del concepto de multiculturalidad y como una forma de complementarlo;
el uso de ambos como categoría analítica de las realidades sociales y políticas se hace común y
recurrente a finales del siglo XX. Así, si la propuesta multicultural se refiere a la coexistencia de
distintas culturas dentro de un mismo territorio e incluso compartiendo un mismo marco jurídico, la
interculturalidad apela a la relación simétrica y dialógica entre culturas diversas en un intento de
conocimiento y aceptación, trascendiendo la simple tolerancia.

Para el Consejo de Europa (2008), el diálogo intercultural consiste en un intercambio de opiniones


abierto y respetuoso, basado en el entendimiento mutuo, entre personas y grupos que tienen
orígenes y un patrimonio étnico, cultural, religioso y lingüístico diferente. Contribuye a la integración
política, social, cultural y económica, así como a la cohesión de sociedades culturalmente diversas.
Fomenta la igualdad, la dignidad humana y el sentimiento de compartir objetivos comunes. Tiene
por objeto facilitar la comprensión de las diversas prácticas y visiones del mundo; reforzar la
cooperación y la participación; permitir a las personas desarrollarse y transformarse, además de
promover la tolerancia y el respecto por los demás.

Dicho lo anterior, cabe mencionar la existencia de dos dimensiones relacionadas con la


interculturalidad, una desde la acepción funcional o neoliberal y otra desde la dimensión crítica.
Resulta evidente que en el mundo existe un vacío sobre las ideologías derivado de los nacionalismos
modernos, que propician la cohesión social y la construcción de identidades de forma tal que
eclipsan la diversidad cultural y construyen identidades homogéneas a partir de la lengua y la cultura
de la élite hegemónica. Ante la tendencia globalizadora al cosmopolitismo, se produce el retorno a lo
étnico como espacio de resistencia cultural y de construcción de nuevas identidades políticas
(Tubino, 2012).

La interculturalidad de estirpe funcional o neoliberal postula la necesidad del diálogo y el


reconocimiento sin darle peso a la pobreza crónica y extrema en que se encuentra la población que
pertenece a culturas subalternas de la sociedad. Su discurso invisibiliza las crecientes asimetrías
sociales, los grandes desniveles culturales internos y todos aquellos problemas económicos y
sociales dado que no cuestiona el sistema poscolonial vigente y facilita su reproducción.

Por el contrario, la interculturalidad crítica se presenta como una nueva tarea intelectual y práctica
que cuestiona la teoría del reconocimiento y la igualdad social para evitar su dicotomía toda vez que
los aspectos culturales son inherentes a lo económico y por tanto no pueden estar separados. Se
requiere pues una construcción de ciudadanía enraizada en la esencia de la gente, que incorpore los
conceptos que los pueblos tienen sobre sus derechos y que sea culturalmente diferenciada. Ser
intercultural implica asumir la identidad cultural que mejor convenga y “no limitarse a reproducir en
uno mismo ni la identidad heredada ni la identidad que la sociedad mayor nos fuerza a adoptar por
todos los medios” (Tubino, 2012).

Entre las condiciones para que ocurra un diálogo intercultural se encuentran el respeto a los
derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho; así como propiciar la igual dignidad y el
respeto mutuo, incluida la de género, y superar las barreras que lo impiden.

La construcción de la interculturalidad

La interculturalidad no surge de modo espontáneo sino que es parte de un proceso histórico dentro
de la etapa de la modernidad, que comúnmente se asocia a partir del siglo XVI con el Renacimiento
europeo y hasta la etapa actual con el capitalismo tardío. Por ello, es imprescindible referirse a tres
conceptos anteriores al de la interculturalidad: la tolerancia, el pluralismo y el multiculturalismo.

Tolerancia

La tolerancia es uno de los conceptos creados desde distintos ángulos que está ligado al concepto de
dignidad de la persona humana. La tolerancia significa la no interferencia en los comportamientos
ajenos por respeto a la dignidad de los demás, en palabras de Ramón Soriano (2004), que sirve de
base a las libertades.
Pluralismo

Es el que se vincula con los valores culturales y sociales. Sartori (2008) menciona que “el intento
primario del pluralismo es asegurar la paz intercultural, no fomentar una hostilidad entre culturas”

El pluralismo “trata cualquier identidad de la misma manera y por ello en términos de respeto y de
reconocimiento recíproco”.

El pluralismo también se refiere a una sociedad no disociada, fragmentada y conflictuada, sino que
se establece a partir de las denominadas asociaciones múltiples de carácter voluntario y abierto, por
decisión propia y no construidas artificialmente. Un buen ejemplo de esto es la comunidad, que es la
construcción sociopolítica primigenia. No podemos decir que el Estado-nación en este contexto es el
que se vincula con los valores culturales y sociales. Sin embargo, para llegar a él no podemos
desligarlo del análisis histórico del concepto.

Multiculturalismo

El multiculturalismo, según Bokser (2010), comprende diversas dimensiones entre teóricas y


prácticas. En primera instancia, es descriptiva que alude a la presencia de diversos grupos étnicos y
culturales en el seno de la misma sociedad; en segunda, es filosófica referente a su dinámica
normativa y prescriptiva frente a la realidad; y en tercera, al ubicarse en las políticas públicas que se
formulan frente a la existencia multicultural.

En palabras de Alejandro de la Fuente (2008), el multiculturalismo “surgió como un modelo de


política pública y como una filosofía de reacción frente a la uniformización cultural en tiempos de la
globalización, pero que encierra un problema de origen: la visión del ser humano es de igualdad no
de diferencia”.
Los sujetos de la interculturalidad

Pueblos indígenas originarios

El concepto de pueblos indígenas originarios refiere al procesom construido históricamente a partir


de la lucha y decisión que diversos miembros que estos pueblos propiciaron para hacerse escuchar
en las máximas tribunas internacionales a partir del siglo XX, tanto en la Liga de Naciones como en la
Organización de las Naciones Unidas.

Afrodescendencia

Los pueblos de origen africano que fueron traídos como esclavos durante la Colonia para sustituir la
mano de obra de los pueblos indígenas, constituyen la mayoría de la población en los países del
Caribe y un porcentaje elevado de la población de Brasil, Colombia y los Estados Unidos. En Brasil y
otros países de la región, el mestizaje como vía al “emblanquecimiento” dio origen a los llamados
mulatos, los que en los Estados Unidos son asumidos como negros junto con los no mestizos.

Migrantes internacionales y sus comunidades

La migración entre los seres humanos es el movimiento voluntario o involuntario de residencia de


manera temporal o permanente entre comunidades, estados o países. Cuando esta ocurre de forma
voluntaria, es, en la mayoría de los casos, motivada por el deseo de encontrar mejores
oportunidades de vida

Refugiados, asilados, transmigrantes y apátridas

Contexto mundial

La tendencia del desplazamiento forzado en todo el mundo se ha incrementado de manera


considerable. De acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR),
“al término de 2012, había 45.2 millones de personas desplazadas forzosamente en el mundo, de las
cuales, 35.8 millones eran refugiados, apátridas, asiladas o solicitantes de asilo. Esta cifra contrasta
con los 19.2 millones registrados en 2005, lo que significa un incremento de 86 por ciento en sólo
siete años” (ACNUR, 2012).

También podría gustarte