CRONICA Aonzo Alias
CRONICA Aonzo Alias
CRONICA Aonzo Alias
Sagrado Corazón” allá por la década del ochenta cuando actuaba su papel de
prior – superior en Mercedes, Pcia. De Buenos Aires. Por cierto, para perjuicio
de quienes lo tratamos, se mostraba como el buen y sufrido fraile franciscano.
En esa época, avalado y financiado por quien fuera su mecenas por más de
una década, el Ingeniero Mateo Roberto Gorostiaga, había “fundado” un
convento de Frailes Menores Franciscanos a escasos 150 mts de la ruta
provincial 41. Quienes estuvimos por allá, sabemos que la calle que llegaba al
“convento” nace en la misma ruta donde estaba el almacén “Río Luján”.
Según sus dichos, luego de ser ordenado por Monseñor Marcel Lefevbre en
Francia, quien por ese tiempo era el máximo representante del tradicionalismo,
el padre Eugène, superior del convento de la localidad de Ecône, le había
encomendado fundar en Argentina un convento de Frailes Menores
Franciscanos. Como testimonio de esa supuesta misión, este pseudo religioso,
exhibía una foto enmarcada, donde un padre franciscano bendice a un
desconocido religioso al que no se le vé la cara, con el detalle que los
franciscanos, como todos sabemos, usan barba según la regla escrita por San
Francisco de Asís; por lo que se dificulta más saber de quién se trata.
Pero, además de cuestiones como éstas, que en todo caso serían anecdóticas
en comparación a la gravedad del “caso Aonzo” retomando el tema de su
mecenas, sabemos quién era el Ingeniero Gorostiaga. Hombre que había
ocupado el cargo de funcionario en el gobierno del Gral. Onganía, quien era un
valuarte del pensamiento liberal contemporáneo al Concilio Vaticano II.
Considero, a su vez muy importante para el caso, resaltar las vinculaciones que
este señor siempre tuvo con el poder de turno: cuñado de la famosa periodista
Magdalena Ruiz Guiñazú (estaba casado con su hermana), miembro de la
presidencia de E.A.C.A. (Empresa Argentina de Cemento Armado) quien
consiguió licitaciones millonarias de rutas en la época del menemato, y entre
otras cuestiones, claramente partidario y colaborador con los alzamientos
carapintadas ocurridos entre 1987 y 1990.
Éste era uno de los feligreses más devotos del simulador Aonzo, su principal
sostén, que primero adquirió el terreno donde se instalaría la misión religiosa
de “Fray Bernardo” a nombre de la Fundación San Pío X de la cual él era uno
de los principales colaboradores, luego lo benefició con la compra de vehículos
en varias oportunidades, dinero en efectivo, pasajes para que viajara tanto
dentro como fuera del país y hasta logró, como producto de su ambición
enfermiza, que Gorostiaga financie por completo, para total beneficio de Inés
Emilia Aonzo de Distante, su hermana, la instalación de un negocio de
usufructo privado en la localidad de San Andrés, Pcia. De Buenos Aires.
Tengamos en cuenta que, éstas son algunas de las licencias del “Padre
Bernardo”, porque con su caballo de batalla de la caridad y la supuesta vida
mendicante, sacaba a cada feligrés lo que podía: ya sean influencias, favores,
recomendaciones, servicios profesionales, comida, viajes en coche (nunca lo ví
caminar como hacían los frailes subordinados a su abusiva autoridad).
Por junio del ´88 se produce el cisma de Lefevbre, que determina el alejamiento
de Gorostiaga de la Fraternidad San Pío X – a quien en el pasado también
había financiado- y re denomina la Fundación San Pío X y la llama “Fundación
San José” declarándose al mismo tiempo presidente vitalicio de la misma. Es
importante tener en cuenta que la antes mencionada Inés E. Aonzo y su marido
Alfredo Distante, se contaban en la comisión directiva de la fundación.
Parece que la vejez se acerca y el gurú mercedino está con un leve principio de
mal de Alzheimer pues ya no se acuerda de las grandes estafas de hace
tiempo cuando explotaba la compasión y estafaba sin escrúpulos…