Cuartetos de Cuerda
Cuartetos de Cuerda
Cuartetos de Cuerda
El cuarteto de cuerda
El cuarteto de cuerda fue desarrollado por Joseph Haydn, al cual se sigue haciendo referencia
como “el padre del cuarteto de cuerda” en la actualidad. Sus obras compuestas alrededor de
1750 establecieron el conjunto de cuatro instrumentos, todos con un rol de igual importancia.
Desde Haydn, el cuarteto de cuerda es considerado una forma que pone a prueba el arte de un
compositor, pues este debe escribir para cuatro instrumentos con características muy
similares, lo que a priori podría limitarlo.
La estructura estándar del cuarteto de cuerda, tal y como se estableció en la era Clásica, es de
cuatro movimientos. El primer movimiento tiene forma Sonata, es un Allegro y está en
tonalidad de tónica. El segundo movimiento es un movimiento lento y está en una tonalidad
relacionada. El tercer movimiento es un Minué y Trío, de nuevo en la tonalidad principal. Por
último, se encuentra una forma Rondó o Rondó Sonata, también en la tonalidad principal.
Los cuartetos de cuerda diferían de las orquestas sobre todo por su mayor libertad de
expresión respecto a estas. El formato de cuarteto alentaba a la aparición de solos
independientes, mientras que en la orquesta debía seguir una dirección más estricta por parte
del director. Esta libertad permitía más independencia y posibilidad de expresar las
emociones por parte de cada uno de los miembros del cuarteto.
Por otro lado, el cuarteto de cuerda tenía la ventaja de continuar teniendo los dos violines y el
cello de las trío sonata, solo que además incorporaba la viola. Las obras que utilizaron esta
combinación de manera más temprana fueron sobre todo divertimentos, pero los
compositores no tardaron en darse cuenta de las amplias posibilidades que ofrecía trabajar
con cuatro instrumentos de timbres semejantes y su repertorio comenzó a ampliarse.
Algunos compositores, entre los cuales se encontraba el joven Haydn, hicieron accesibles las
partes individuales para los instrumentistas menos experimentados. Pero alrededor de 1770
Haydn comenzó a componer obras más complicadas que necesitaban, como mínimo, un
primer violín dotado de una gran solidez técnica. Incluso se experimentaba con texturas más
contrapuntísticas como es el caso de la fuga cuando se daba la ocasión de contar con cuatro
instrumentistas cualificados.
Para Haydn, el cuarteto fue un género mediante el cual pudo expresar sus sentimientos más
personales, siempre confiando en que el público vienés podría seguirlo. A partir de sus
Cuartetos Op. 33, todos los intérpretes son considerados igual de capacitados los unos
respecto de los otros, excepto en casos puntuales en los que componía para intérpretes
especialmente virtuosos.
Los orígenes del cuarteto de cuerda se sitúan a partir de la sonata en trío barroca. El bajo
contínuo cayó en desuso a finales del Barroco, y como consecuencia de esto fue necesario
componer una voz intermedia que hacía cumplía el rol de acompañamiento obligado. La
supresión del clave propició la aparición de una escritura para cuerda con carácter propio.
Hasta ese momento el cometido de la viola se había limitado a reforzar el sonido, y fue
entonces cuando esta adquirió una nueva importancia.
J. Haydn compuso más de 70 cuartetos de cuerda. Sus primeros cuartetos son los Cuartetos
de Juventud Op. 1 y 2, seis cuartetos en cada caso, y fueron compuestos para una
interpretación privada en el Palacio del Barón de Fürnberg, en la cual tocaba el propio Haydn
junto al sacerdote y el administrador.
Cabe destacar la Op. 9, Op. 17 y Op. 20 o Cuartetos del Sol. Cada colección contiene seis
cuartetos en cuatro movimientos, y se caracterizan por un minueto más sobrio e íntimo. Los
Cuartetos Op. 20 cuentan con un final característicamente Barroco, con fugas y dobles fugas.
Los 6 Cuartetos Rusos Op. 33 ya contienen scherzi en lugar de minuetos, por lo cual fueron
denominados Scherzi y Cuartetos de las doncellas. Haydn los describió como unos cuartetos
“de un tipo completamente nuevo y especial, pues hace 10 años que no he escrito ninguno”,
refiriéndose con esto a la elaboración temática, que desplaza por primera vez del plano
sinfónico al cuarteto de cuerda.
El Op. 33 supusieron una forma nueva de concebir los cuartetos para Haydn. Este reinventó
el género en lo que respecta a carácter, tono y dificultad técnica. El conjunto hace hincapié
ahora en el sentimiento, en la sencillez melódica, la transparencia estructural y la
accesibilidad general. La animación rítmica y las bromas de conjunto, así como una
exuberancia notoria en los finales sugieren la influencia de la ópera buffa. Se percibe la
aparición de nuevos conocimientos sobre la técnica de los cuartetos de cuerda, sobre todo en
lo que concierne a la textura temática de los primeros movimientos. Los movimientos lentos
se centran ahora en el primer violín como solista. Los movimientos de danza, ahora
denominados scherzi, son más lúdicos y entretenidos.
En el inicio del Op. 33 núm. 2 suena el tema principal en el primer violín sobre el resto de la
cuerda en spiccato. Se despliega partiendo de dos motivos, los cuales delimitan el ritmo y la
melodía. Cada uno de los instrumentos presenta motivos del tema en posiciones nuevas de
manera constante. La enrevesada armonía, los inusuales sf y la combinación de las voces
simbolizan la intensidad de este cuarteto.
Beethoven y Haydn trabajaron juntos a finales de 1780 y principios de 1790, cuando Haydn
estuvo en la escuela de Beethoven. Se formó una breve relación profesor-alumno, pero la
relación se enfrió y pronto cortaron los lazos. Aun así, Beethoven mantuvo su interés en los
cuartetos de cuerda, y compuso su primer cuarteto, el Opus 18 Número 3 en Re Mayor, en
1798.
Se distinguen tres estilos de composición en los cuartetos de cuerda de Beethoven. Los
primeros cuartetos son fieles al estilo de Haydn, el segundo período está caracterizado por los
Cuartetos rusos, encargados por Razumovsky, y por último encontramos sus seis últimos
cuartetos, encuadrados en una última etapa que se ha llegado a denominar como “esotérica”.
El Beethoven maduro revolucionó casi todos los géneros que tocó. Con sus cuartetos de
cuerda de su período medio, Beethoven aumentó enormemente la longitud, complejidad,
virtuosismo y profundidad del cuarteto de cuerda. En el proceso, sus cuartetos de cuerda se
volvieron demasiado difíciles para ser tocados por músicos aficionados, y comenzaron a
requerir un conjunto de músicos profesionales. Compuso cinco cuartetos épicos en su período
heroico. En su último período, tras sinfonías, conciertos y sonatas, Beethoven volvió de
nuevo al cuarteto de cuerda, y pasó sus últimos años componiendo sus cuartetos tardíos.
Bibliografía y webgrafía
Alier, R. (2000). Guía universal de la ópera. De Adam a Mozart. Ediciones Robinbook, S.L.
Grout, D.J.; Palisca, C.V. (1984). Historia de la música occidental, I y II. Alianza Editorial.
Michels, U. (1982 y 1985). Atlas de la música vol. 1 y vol. 2. Alianza Editorial.
Pajares, R (2013). Historia de la música en seis bloques- bloque 2- géneros musicales. Visión
libros.
ESTÁ BIEN EN GENERAL SALVO ALGÚN DETALLE PARA AMPLIAR. AÑÁDEME A
CONTINUACIÓN LA ACTIVIDAD DE MOZART Y BEETHOVEN EN ESTE GÉNERO.