Ataque de Satanas

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EL ATAQUE DE SATANÁS A NUESTRA IDENTIDAD COMO HIJOS DE DIOS.

Objetivo: Entender que Satanás puede utilizar muchas y variadas formas para tentarnos y
hacernos caer, pero el fondo de su ataque siempre estará dirigido a hacernos dudar de
nuestra identidad como Hijos de Dios.

Textos: Lucas 4: 1 – 13, Mateo 4: 1 – 11.

Esquema Para El Desarrollo Del Tema:

1) 1
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al
Desierto, 2 Por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos
días, pasado los cuales, tuvo hambre.

2) 3 Entonces el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios”, di a estas piedras que se conviertan
en pan; 4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el Hombre,
sino de toda Palabra de Dios. (Dt: 8:3)

3) 5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la


tierra, 6 y le dijo el diablo: A ti te daré todo esta potestad, y la gloria de ellos; porque a
mí me ha sido entregada, y a quién quiera la doy. 7 Si tú postrado me adorares, todos
serán tuyos. 8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al
Señor tu Dios Adorarás y a Él sólo servirás.

4) 9
Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del Templo, y le dijo: “Si eres Hijo
de Dios”, échate de aquí abajo; 10 porque escrito está: a sus ángeles mandará acerca de
ti, que te guarden, 11 y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en
piedra. 12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

5) 13
Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se aparto de Él por un tiempo.

Nota: La separación en estos grupos de versículos responde a la forma en como se


desarrolla el tema. Se recomienda sacar en transparencia esta hoja para que te guíes
durante la exposición del tema.

Introducción:
A partir de estos pasajes se quiere simbolizar y graficar el tema de la tentación que
sufre todo cristiano en manos de Satanás. Considero que, en la tentación que sufre Jesús
en el desierto, se plasma el fondo o contenido último que el diablo utiliza en contra de tu
vida y en contra de mi vida. No vamos a analizar las formas de la tentación utilizadas por
Satanás, que la vemos expresada tanto en la tentación adánica y en la de Jesús (ojos, carne
y poder), sino más bien, intentaremos profundizar la temática en el sentido de que la
tentación diabólica, a nuestras vidas, se centra en dos aspectos principales: 1) poner en
entredicho tu identidad espiritual, como criatura re-constituida por Dios, redimida y
restaurada en Cristo, es decir, poner en entredicho nuestra identidad como Hijos de Dios,
y, 2) Poner en entredicho la veracidad de la palabra de Dios.
La experiencia única vivida por Jesús en el desierto, nos dará luz respecto al tema
de la tentación, y nos veremos reflejados en este padecimiento que él sufrió, guardando,
obviamente, las proporciones.

Desarrollo.

1) Jesús fue tentado en todo, eso nos dice la escritura. Jesús fue tentado de todas las
formas, imaginables e inimaginables, y en este pasaje se clarifican o resaltan, sólo tres de
las tentaciones sufridas por Jesús en el desierto. Pero el texto hace referencia a que Jesús
fue tentado por Satanás y sus huestes durante los 40 días de ayuno en el desierto, “luego
de los cuales tuvo hambre”, momento crítico y crucial, en que el diablo prepara su última
batería de tentaciones. Si tú meditas en el pasaje, te das cuenta que éste dice en forma
textual, y era tentado por el diablo, durante sus cuarenta días en el desierto, Jesús era
tentado por el diablo. Aquí se hace referencia que fue una lucha permanente y en forma
diaria, además en el versículo 13, la palabra dice “Y cuando el diablo hubo acabado toda
tentación, se aparto de Él por un tiempo”. La frase toda tentación viene a reafirmar que
Jesús fue tentado en todo tiempo y de todas las formas posibles.
Jesús para cumplir su ministerio y su rol salvífico, debía desarrollar una vida santa,
sin mancha, sin pecado, debía vencer todas las tentaciones para poder llegar a la cruz y ser
ese Cordero Santo, que expiara nuestras faltas, debía llegar como la única ofrenda
fragante y acepta por Dios. Debía vencer el pecado que entró al principio de la humanidad
por Adán y Eva en el paraíso. Jesús no sólo debía morir por nosotros, sino que también
debía vivir una vida santa por nosotros. Si comparamos ambas tentaciones (Adán y
Jesús), similares en la forma, nos damos cuenta de que la condición de Jesús, como
Hombre – Dios, era más bien de desventaja que de ventaja, en por lo menos dos aspectos
respecto a la situación vivida por Adán.

A) Adán y Eva estaban acompañados el uno por el otro, se podían fortalecer, animar,
podían discutir y reflexionar en torno a la situación que estaban viviendo. De hecho lo
hicieron, pero no fue suficiente. Además estaban bien alimentados y en un lugar
precioso llamado paraíso. Jesús por su parte, se encontraba solo en el desierto,
acompañado de bestias salvajes, escorpiones, serpientes, etc., en uno de los lugares
más difíciles de la tierra y que brinda escasas posibilidades de sobrevivencia, además
estaba ayunando desde hace cuarenta días.

B) En el momento que Adán y Eva pecan, no existía el pecado, era la primera experiencia
de la humanidad frente al pecado. No existía un contexto social y cultural de pecado.
No existía la presión de las masas que incitan al pecado. En cambio, en el momento en
que Jesús se enfrenta a la tentación, el mundo y la humanidad estaban llenas de
pecado.
Sin embargo Jesús debía enfrentar la lucha espiritual en esa adversa condición, y
resistir la presión, de que la humanidad y su salvación dependían de ese momento, si
Jesús hubiese cedido, su sacrificio en la cruz no hubiese cumplido el objetivo prediseñado
por Dios. Era un momento en que las fuerzas terrenales y espirituales estaban en tensión,
expectantes para ver cual iba a ser el desenlace de toda esta historia.

VEAMOS EL COMIENZO DE LA LUCHA.

2) Entonces el Diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios”, di a estas piedras que se conviertan
en pan. Esta sentencia nos lleva a entender que el ataque de Satanás va dirigido a poner en
duda la Identidad de Cristo, y es la misma táctica que el diablo utiliza para poner en duda
tu identidad como Hijo de Dios, redimido, salvo por gracia, adoptado por Dios, y
constituido heredero junto con Cristo del reino celestial. “Si eres Hijo de Dios” di a estas
piedras que se conviertan en pan. Satanás tienta a Jesús para que éste le demuestre que
realmente es Hijo de Dios. Demuéstrame tu poder, demuéstrame que puedes hacer cosas
grandes y maravillosas, quiero ver un hecho visible para creer que eres Hijo de Dios.
Gracias a Dios Jesús responde, “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra de
Dios”. ¿Cuál fue la última palabra que Jesús recibió de parte de Dios antes de ir al
desierto?. Que Dice Mateo 3:17. Jesús no tenía por qué dudar de su identidad como hijo
de Dios, y no tenía que hacer nada para demostrarlo. Él era Hijo de Dios porque el Padre
celestial lo había declarado y punto, fue una declaración divina, y eso le daba el valor a su
identidad. Y esa declaración, es la misma que Dios hace cuando tú entregas tu vida a
Jesús, Tú eres mi hijo, y en el cielo hay fiesta porque tú eres declarado hijo de Dios. No
tienes que demostrarlo, sólo tienes que creerlo.

TÚ ERES UN HIJO DE DIOS.


Hay situaciones que nos hacen dudar, por ejemplo: Es que oro por enfermos y no
pasa nada, en cambio mi hermano ha sanado por oración, es que él habla en lenguas, y a
mí no me sale ni el habla, es que él predica bien, llora cuando adora, y a mí no me da
nada. Para mí que estoy mal. Hermano, tú eres un hijo de Dios y punto, la experiencia
espiritual con Dios es particular y diferente en cada uno de nosotros, no dejes que el
Diablo te haga dudar un segundo, porque ese es el inicio para que pierdas tu batalla en
contra de la tentación.

3) Luego la palabra dice: “Y le llevó el Diablo a un monte...”. Esta tentación esta dirigida
al sentido y cumplimiento de la misión de Jesús en la tierra, atenta directamente al
llamado ministerial que tenía el Hijo de Dios. Y por supuesto, también es parte de la
definición de la identidad de Cristo. Nosotros cuando somos salvados, adquirimos
identidad como hijos de Dios, y luego somos llamados a algo, al cumplimiento de un rol
en la obra, y eso es parte de la reafirmación de nuestra identidad como hijos del Dios del
cielo. Si no cumples ese llamado, no encontrarás tu lugar en el cuerpo de Cristo, no
estarás definido plenamente.
Jesús era, es y será el Rey y Señor de toda la creación, visible e invisible, pero
Jesús para ser glorificado y exaltado por Dios como el rey de reyes, debía cumplir un
ministerio terrenal, de servicio, de humildad, de dolor y sacrificio, y sacrificio de muerte
en la cruz. Él debía llevar una vida en santidad para llegar a ser esa ofrenda perfecta y
transformarse en el sacrificio único y verdadero a través del cual nosotros podamos
recibir salvación y perdón de nuestros pecados. Luego de esto, nuestro Señor es exaltado
y hoy está sentado y señorea a la Diestra del Padre sobre todo lo que hay.
¿Qué es lo que le propuso Satanás?. Mira Jesús, yo te doy todo lo que quieras, a la
larga todo va a ser tuyo, pero evítate el sufrimiento, para qué vas a sufrir tanto, el fin será
el mismo, tú tendrás dominio sobre todo principado y potestad. Sólo adórame y listo, todo
es tuyo, y en forma limpia y sin sufrimiento.
Jesús fue fiel y obediente a su llamado ministerial, por amor a ti y a mí. Porque él
creía en la palabra de Dios y obedecía a su Padre sobre todas las cosas. Él debía
desarrollar su ministerio de santidad, sufrir y ser sacrificado por nosotros, de otro modo el
plan de salvación de Dios no se hubiese cumplido.
Cuando Jesús es bautizado en el desierto, desciende el Espíritu Santo en forma de
Paloma, ¿Qué significado crees tú que tiene esa paloma en la vida de Cristo?.
Sufrimiento y Sacrificio, ofrenda sacrificial a Dios, el camino ministerial de Jesús
desde ese momento iba a ser de un sacrificio vivo, perfecto y agradable a Dios, para la
salvación de muchos.

4) “Y le llevo a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo y le dijo: “Si eres Hijo de
Dios”. Nuevamente la trampita. ¡Ya, tú crees que eres Hijo de Dios!, no me lo tienes que
demostrar, quieres cumplir tu ministerio, no me hagas nada milagroso para creerte. Pero si
tú me demostraste que crees ser hijo de Dios, demuéstrame que realmente Dios es tu
Padre (Satanás invierte la estrategia). Lánzate, porque si él es tu Padre te enviará ángeles
para rescatarte, está escrito es su palabra. En el fondo le estaba diciendo prueba que él es
tu Padre. Tírate, quiero ver cómo tu padre te rescata. Jesús le responde. No tentarás al
Señor tu Dios. Jesús no hizo nada, ni espero nada como para acreditar que Dios era su
Padre, no lo necesitaba, él confiaba y creía plenamente en Dios, porque la palabra de Dios
es fiel y verdadera, no cambia ni muda, y Dios lo había declarado “Este es mi hijo amado,
en quien tengo complacencia”.
Satanás utiliza la escritura en forma descontextualizada, saca un pasaje de
contexto, pero Jesús le cita otro pasaje, para recontextualizar la palabra de Dios a su
experiencia de vida. Ten cuidado amigo, porque muchas veces Satanás ocupará la
escritura para confundirte, por lo tanto si tú no lees la Biblia y no estudias en forma seria
y responsable los libros bíblicos, entonces caerás fácilmente, serás devorado. Oración y
lectura de la palabra, son armas fuertes, contra la cuáles Satanás no tiene poder. Sobre la
vida de un hijo de Dios establecido, con su identidad clara, y con seguridad de los que es,
Satanás no tiene poder. Eso no quiere decir que no te molestará, esto quiere decir que
cuando te moleste, se alejará de tu vida, porque Cristo será tu fortaleza.
No debes dudar de tu identidad como hijo de Dios, el día que lo haces, estarás
perdido, habrás sido derrotado en una batalla, no podrás saborear la victoria en Cristo
Jesús.

CONCLUSIÓN:

Jesús no hizo nada sobrenatural para vencer al Diablo, no hizo uso de ningún poder
divino, sino que humanamente repelió el ataque de Satanás. Él en su condición de
hombre, nos enseña a triunfar sobre la tentación y sobre el pecado. Para que nosotros no
digamos, “ah, pero ese era Jesús, él pudo porque era el Hijo de Dios...” Sí, él es el Hijo de
Dios, pero aquí nos enseña la forma más eficaz y natural de vencer sobre la tentación.
¿Cuáles son estas armas que nos muestra Jesús?
1) La fe y confianza en la palabra de Dios, no en lo que Dios hace, sino en lo que Dios
dice.
2) Certeza y seguridad: Afirma su identidad en Dios, no en sus fuerzas ni en lo que él
cree ser, sino en lo que Dios dice que es.
3) La Palabra: Buen manejo de la Palabra de Dios. Un profundo conocimiento de la
Escritura.
4) Oración y ayuno.

Como hijos debemos aferrarnos a Dios, redefinir nuestra identidad en Cristo para
vencer la tentación y al pecado.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, y recuerda, cuando el diablo haya


acabado la tentación se apartará de ti por un tiempo, no bajes la guardia porque él estará
esperando un momento para contratacar. Que Dios te bendiga

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