Violencia Intrafamiliar Marco Referencial

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Marco referencial

La violencia intrafamiliar es aquella que tiene lugar en el ámbito familiar, no solo entre las

cuatro paredes de una casa. El término "familiar" habrá de entenderse también en sentido

amplio. Normalmente se considera que la violencia doméstica se da entre adultos de una

edad similar o de descendientes a ascendientes. El termino agresión está ligado al concepto

de violencia. Deriva del latín (agreditor – agredí) que originalmente significaba acercarse o

aproximarse. Solo en la época moderna se conoce la agresión como comportamiento de

ataque latente o manifiesto y se diferencia del término agresividad en vista de que este es

una predisposición o actitud hostil. Los conceptos de agresividad y violencia no se

excluyen, sino que se complementan. Violencia es una manifestación de agresividad

“Toda acción u omisión cometida por algún miembro de la familia en relación de poder, sin

importar el espacio físico donde ocurra, que perjudique el bienestar, la integridad física,

psicológica, sexual o la libertad y el derecho al pleno desarrollo de otras personas en la

familia”.

La violencia hacia los niños suele denominarse abuso de menores. Este tipo de violencia

(doméstica) puede ser ejercida por una persona hacia su cónyuge o hijos, por un hijo hacia

sus progenitores o entre hermanos (fenómeno asociado generalmente a las adicciones).

Puede denominarse así también a la existente en parejas homosexuales (entre dos hombres

o entre dos mujeres), etc.

Por otro lado, violencia de pareja, término utilizado a partir de 2001, es un concepto que

mantiene exclusividad en el ámbito marital, igualmente, el término violencia sobre la mujer

también se ha llegado a utilizar. Sin embargo, el término de violencia doméstica engloba al


resto de posibles habitantes del hogar y no sólo a la mujer como sujeto pasivo respecto del

marido como sujeto activo, aunque tendría precisamente la ventaja de aludir, entre otras

cosas, a los trastornos y consecuencias que esa violencia causa no sólo en la persona de la

mujer sino del hogar en su conjunto podemos encontrar algunas características primordiales

en esta problemática que se presenta en la mayoría de casos de pareja.

Al principio de la mayoría de las relaciones es muy difícil que aparezca la violencia.

Durante este período se muestra un comportamiento positivo. Cada miembro de la pareja

muestra su mejor faceta. La posibilidad de que la pareja termine es muy alta si ocurriera

algún episodio de violencia.

La familia es una de las instituciones en la que identificar el fenómeno resulta más

complejo porque los integrantes lo niegan ante el temor de ser cuestionados o lacerar la

imagen familiar. En dichos eventos, las mujeres, los niños y las niñas suelen ser los más

afectados. La violencia familiar es un grave problema que tiene consecuencias sobre la

salud física, psicológica y emocional de las personas, pues destruye las posibilidades de

vivir en un clima de paz y armonía. El problema de la violencia en sus diversas formas es

considerado un asunto

de salud pública “1”

La violencia intrafamiliar y el maltrato infantil han sido una constante en las sociedades

llamadas “modernas”, que aún no han logrado avances significativos en su erradicación.

Aunque hay muy pocos datos fiables,

referencia

“1” OMS, Informe mundial sobre la violencia y la salud, 2012


Por la forma en que se expresa, la violencia intrafamiliar puede ser:

Física: es la agresión en contra del cuerpo físico y que puede provocar hasta la muerte;

traducida en golpes, puñetazos, pellizcos, arañazos, mordeduras, empujones, patadas,

jalones de pelo, palizas, quemaduras, lesiones por estrangulamiento, lesiones por armas de

fuego y otras. Ravazzola María Cristina (1997)

Psicológica o Emocional: es la agresión que una persona ejerce sobre otra a través de

acciones que disminuyan la integridad de su autonomía y que signifique su desvalorización

física, moral e intelectual, expresada en celos, aislamiento, agresividad, hostigamiento y

degradación verbal, humillación, acosamiento, amenazas a la persona directamente de

palabra o con arma o indirectamente de dañar a sus seres queridos, quitar a sus hijos / as y

otras formas de tortura psíquica. Ravazzola María Cristina (1997)

Sexual: es la agresión que una persona ejerce contra otra mediante actos sexuales. Significa

obligar a la persona a participar en actividades sexuales que lastimen su integridad física,

sexual y emocional, utilizando la manipulación afectiva, intimidación, el soborno, o la

fuerza física. Sus manifestaciones son de abuso sexual, incesto, violación, acoso sexual,

violación dentro de la pareja. Ravazzola María Cristina (1997)

Económica o Patrimonial: es una forma de violencia psicológica ligada a los aspectos

financieros. Es la agresión que una persona ejerce contra otra a través del control

económico o financiero, sobre el salario de la víctima, sus pertenencias, negación del

agresor a asumir sus responsabilidades económicas y desviación de su salario para fines

ajenos a la manutención de la familia, robo, y destrucción de bienes de la víctima o

adquiridos en común. Ravazzola María Cristina (1997)


Por Negligencia o Descuido: todo acto de omisión a través del cual no se satisfacen las

necesidades básicas como alimentación, protección, cuidados higiénicos, vestimenta,

educación, atención médica (tendiendo la posibilidad y hacerlo), de toda persona con

necesidades especiales por parte de las personas que tiene a su cargo la guarda, crianza o

tutela de esas personas.

La terapia sistémica considera como personajes de los contextos de la violencia no solo al

agresor, sino también al agredido, a las familias de ambos, a los hijos, a la familia extensa,

los sistemas sociales, el sistema judicial, etc. Todos los miembros de la familia están

presentes en el escenario de la violencia con diversos papeles (maltratador, víctima,

espectador) que inician, precipitan, mantienen o aumentan el nivel de violencia y lo sufren

de manera ferenciada, Podemos afirmar con C. Ravazzola (1997) que las estructuras

sociales están “reificadas”, en muchas ocasiones las propias mujeres están educadas para

ser incondicionales y tienen muy difícil la salida de los circuitos de la violencia si no

cuentan con operadores sociales muy potentes. Las estructuras “reificadas” y consolidadas

favorecen la posición del hombre y justifican el abuso de poder.”2”.

La violencia desde un punto de vista sistémico será un signo de dificultades estructurales y/o

funcionales que producen tensiones relacionales. Ravazzola María Cristina (1997)

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