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Antigua Roma

La Antigua Roma es tanto la ciudad de Roma como el Estado


que fundó en la Antigüedad. La idea de la Antigua Roma es
inseparable de la cultura latina. Se formó por una agrupación de
pueblos en el siglo VIII a. C. y dominó el mundo mediterráneo y
la Europa Occidental desde el siglo I hasta el V mediante la
conquista militar y la asimilación de las élites locales. Su dominio
ha dejado importantes huellas arqueológicas y numerosos
testimonios literarios. Todavía hoy da forma a la imagen de la
civilización occidental. Durante estos siglos, la civilización
romana pasó de una monarquía a una república oligárquica y
luego a un imperio autocrático.

La imagen de una ciudad en continuo progreso no se


corresponde plenamente con la complejidad de los hechos. Su
Expansión del dominio romano:
historia no ha sido de crecimiento continuo: el progreso (a ritmos República romana
muy diferentes) ha sido seguido por el estancamiento y a veces Imperio romano
incluso el retroceso. Pero los romanos lograron resolver las Imperio romano de Occidente
dificultades internas nacidas de la conquista bajo la República Imperio romano de Oriente
transformando sus instituciones republicanas. La fundación del
Imperio por Augusto marcó el inicio de un período en el que la
conquista romana alcanzó los límites del mundo conocido en aquel tiempo. La civilización romana, en parte
influida por los griegos, tuvo una influencia duradera en las regiones conquistadas. A partir del siglo III, el
mundo romano sufrió las grandes invasiones de los bárbaros del norte de Europa y Asia. Para resistirse a ellos,
el Imperio necesitaba crear una nueva estructura burocrática y militar. En este marco se produjo la renovación
del siglo IV, así como el establecimiento del cristianismo como religión del Estado. Después de la separación
de Oriente y Occidente en el año 395, nuevas invasiones terminaron con el Imperio de Occidente en el año
476.

Presa de la inestabilidad interna y de los ataques, principalmente, de los pueblos germánicos, la parte
occidental del Imperio (que incluía Hispania, Galia, Britania, África del Norte e Italia) se dividió en reinos
independientes a finales del siglo V. La parte oriental del Imperio, gobernada desde Constantinopla (que
incluía Grecia, Anatolia, Siria y Egipto) sobrevivió a esta crisis. A pesar de la pérdida de Siria y Egipto por el
naciente imperio árabe-islámico, el Imperio oriental continuó desarrollándose hasta que fue finalmente
destruido por el Imperio otomano. Este imperio medieval y cristiano, llamado Imperio romano por sus
habitantes, pero que los historiadores modernos llaman Imperio bizantino, es la última etapa evolutiva, sin
interrupción en el poder imperial y la administración del Imperio romano.

La civilización romana se estudia a menudo en la Antigüedad clásica con la Antigua Grecia, una civilización
que inspiró gran parte de la cultura de la Antigua Roma. Además de su modelo original de ejercicio del poder
(hay innumerables príncipes que quisieron imitarlo o se inspiraron en él), la Antigua Roma contribuyó en gran
medida al desarrollo del derecho, las instituciones y leyes, la guerra, el arte y la literatura, la arquitectura y la
tecnología, así como los idiomas en el mundo occidental.

Índice
La fundación según la leyenda
Primera parte
Segunda parte
Muerte
La fundación según la historiografía
Monarquía electiva
República romana
Imperio romano
Caída del imperio
Estructura social y política
La ciudad
Ciudades dependientes de Roma
El rey
El senado
Divisiones de la población romana: las gens, las curias y las tribus
Los comicios
Ciudadanos plenos, honorarios y clientes
El Ejército
Instrucción y entrenamiento
Efectivos
Clases sociales
En la Monarquía
En la República
En el Principado
En el Dominado
La constitución de Servio Tulio y las nuevas divisiones de población
Las tribus
El censo
La justicia
La propiedad y los contratos
Cultura
Situación de la mujer
Homosexualidad en la Antigua Roma
Provincias romanas
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Fuentes clásicas
Fuentes modernas
Enlaces externos

La fundación según la leyenda


Según la tradición romana, Rómulo (c. 771 a. C.1 -c. 717 a. C.) y su
hermano gemelo Remo (c. 771 a. C.-c. 753 a. C.) fueron los
fundadores de Roma y del Senado romano. Parte sustancial de la
investigación sigue siendo escéptica frente a esta tradición, fijando el
origen de la ciudad a finales del siglo VII a. C.2 Las posibles bases
históricas para la narración mitológica en su conjunto permanecen
confusas y a debate.3 n 1

Primera parte Según la leyenda, la fundación de


Roma en el año 753 a. C. se debió a
Numitor era el rey de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Fue los hermanos Rómulo y Remo,
destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad y quienes habían sido amamantados
procedió a matar a todos sus hijos varones excepto a su única hija Rea por la loba Luperca.
Silvia. Como no quería que Rea Silvia tuviera hijos, la obligó a
dedicarse al culto de Vesta, asegurándose de esta forma de que iba a
permanecer virgen.

Rea Silvia se encontraba durmiendo a la orilla de un río y el dios Marte se quedó prendado de ella, la poseyó y
la dejó embarazada. Como resultado tuvo dos gemelos a los que llamó Rómulo y Remo. Antes de que el rey
Amulio se enterara del suceso, colocó a sus hijos en una cesta en el río Tíber para que no sufrieran el mismo
destino que sus tíos. La cesta embarrancó y los pequeños fueron amamantados por una loba, Luperca, y más
tarde recogidos por el pastor Fáustulo y cuidados por su mujer, Aca Larentia. Se decía que habían sido
educados en Gabio, localidad del Lacio; más tarde estos decidieron fundar Roma.

Segunda parte

Cuando crecieron, descubrieron su origen, por lo que regresaron a Alba Longa, mataron a Amulio y
repusieron a su abuelo Numitor en el trono. Este les entregó territorios al noroeste del Lacio. En 753 a. C. los
dos hermanos decidieron fundar una ciudad en ese territorio en una llanura del río Tíber, según el rito etrusco,
en el preciso lugar en donde embarrancó la cesta. Delimitaron el recinto de la ciudad (pomoerium) con un
arado que sería la supuesta Roma quadrata del Palatino. Rómulo juró matar a todo aquel que traspasara los
límites sin permiso.

Discutiendo sobre el nombre de la ciudad decidieron que lo elegiría aquel que avistase más pájaros, prueba
que superó Rómulo y otorgó a la ciudad el nombre de Roma (muy similar a su nombre y en parte basado en la
heroína Roma). Remo, enojado, discutió con Rómulo y borró el surco de los límites de la futura ciudad.
Cumpliendo el juramento, Rómulo lo mató.

La ciudad fue levantada en el pomoerium palatino, y Rómulo quedó como único soberano. Creó el senado,
compuesto por cien miembros (patres) cuyos descendientes fueron llamados patricios y dividió la población en
30 curias. Para poblar la ciudad, Rómulo aceptó todo tipo de gente (asylum): refugiados, libertos, esclavos,
prófugos, etcétera.

Muerte

Rómulo murió en 717 a. C. Existen varias versiones de su muerte, ya arrebatado por los cielos en medio de
una tempestad provocada por su padre Marte o bien asesinado por unos senadores discrepantes, pero los
romanos relataron este hecho como su asesinato por parte de su gemelo Remo, pero no existen datos de forma
concreta. En honor a la fecha de su desaparición se celebraban las fiestas Nonas Caprotinas. Acabará
divinizado y adorado bajo la advocación de Quirino.
Tras su muerte se producirá un año de interregnum hasta que el senado elige como rey a Numa Pompilio.

En la cronología actual la fecha de la fundación de Roma se fijó el 21 de abril de 753 a. C. Esta fecha era el
año 0 para el Imperio romano, ya que se la tomaba como punto de referencia para fechar eventos en el mundo
romano. Se lo aludía como el Nacimiento de Roma (200 aUC: Anno 200 ab Urbe Condita: «En el año 200
desde la Fundación de la Urbe o del Nacimiento de Roma»).

Recientemente, en noviembre de 2007, se produjo el hallazgo de la cueva que en la Antigüedad era


reverenciada como el lugar donde se creía que habían sido amamantados los gemelos Rómulo y Remo.

La fundación según la historiografía


La ciudad de Roma surgió de los asentamientos de tribus latinas,
sabinas y etruscas, situándose los primeros habitantes de Roma en las
siete colinas, en la confluencia entre el río Tíber y la Vía Salaria, a
28 km del mar Tirreno. En este lugar el Tíber tiene una isla donde el
río puede ser atravesado. Debido a la proximidad del río y del vado,
Roma estaba en una encrucijada de tráfico y comercio.

Alrededor del siglo VIII a. C. los asentamientos se unificaron bajo el


nombre de Roma Quadrata. La leyenda cuenta que Roma fue fundada
por Rómulo el 21 de abril de 753 a. C. Rómulo, cuyo nombre se dice
habría inspirado el nombre de la ciudad, fue el primero de los siete
reyes de Roma en haber sido elegido. Los historiadores romanos
dataron la fundación en 753 a. C., y desde esa fecha contaron su edad
o calendario particular. Asimismo, también existe una teoría crítica de
la fundación de Roma, aparte de la teoría legendaria. La teoría crítica, Expansión etrusca.
sostenida por muchos autores viene a decir que Roma surge a partir 750 a. C.-500 a. C.
del forum romanum.

Véanse también: Calendario romano y Ab urbe condita.

Monarquía electiva

La naciente ciudad estado es gobernada por un rey (rex) elegido por un consejo de ancianos (senatus). Los
reyes míticos o semi-míticos son (en orden cronológico): Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco
Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Lucio Tarquinio el Soberbio. El último de ellos, Lucio
Tarquinio el Soberbio, fue derrocado en el año 509 a. C. cuando la República fue establecida.

República romana

La República fue establecida el año 509 a. C., según los últimos escritos de Tito Livio, cuando el rey fue
desterrado, y un sistema de cónsules fue colocado en su lugar. Los cónsules, al principio patricios pero más
tarde plebeyos también, eran oficiales electos que ejercían la autoridad ejecutiva, pero tuvieron que luchar
contra el senado romano, que creció en tamaño y poder con el establecimiento de la República. En este
periodo se fraguarían sus instituciones más características: el senado, las diversas magistraturas, y el ejército.
Una nueva Constitución estableció un conjunto de instituciones de control así como una clara separación de
los poderes.
Los romanos sometieron gradualmente a los ocupantes de la península
itálica, la mayoría emparentadas con las tribus itálicas (de origen
indoeuropeo; como los samnitas) pero también etruscos. La última
amenaza a la hegemonía de Roma en Italia llegó cuando Tarento, una
gran colonia griega, pidió ayuda a Pirro de Epiro en 282 a. C. en su
lucha contra Roma.

En la última mitad del siglo III a. C., Roma se enfrentó con Cartago
en las dos primeras guerras púnicas, conquistando Sicilia e Iberia.
Después de derrotar a Macedonia y al Imperio seléucida en el siglo
II a. C., el naciente estado logra una enorme expansión tanto política
como económica, extendiéndose por todo el Mediterráneo.

Mientras, los conflictos entre patricios y plebeyos caracterizaron la


pugna política interna (ver Secessio plebis) durante todo el periodo
republicano, y solo paulatinamente lograrán los plebeyos la plena
equiparación política (aunque no social).
Busto de Lucio Junio Bruto, fundador
de la República romana en 509 a. C.
La expansión trae consigo profundos cambios en la sociedad romana.
La inadecuada organización política (pensada para una pequeña
ciudad-estado y no para el gran territorio que es ya Roma) se hace
patente para algunos, pero todos los intentos de cambio son bloqueados por la ultraconservadora élite
senatorial. El enfrentamiento entre las diversas facciones produce en el siglo I a. C. una crisis institucional, que
conducirá a diversas revueltas, revoluciones y guerras civiles.

Imperio romano

El vencedor ulterior de todas estas guerras civiles, César Augusto,


abolirá de facto la República y consolidará un gobierno unipersonal y
centralizado de todo el territorio, conocido como Imperio romano. A
partir de este momento, la estabilidad política del Imperio quedará
ligada al carácter de los emperadores que sucederán a Augusto,
alternándose los periodos de paz y prosperidad con las épocas de
crisis.
El Imperio romano durante el
Augusto, que inaugura la dinastía Julio-Claudia, representa el periodo gobierno de Trajano.
de máximo esplendor del Imperio Romano. A esta dinastía, terminada
en el año 68 por el infausto Nerón, le seguirá el periodo de
inestabilidad conocido como el año de los cuatro emperadores, donde se impondrá Vespasiano, que
inaugurará la dinastía Flavia, de origen no patricio. Les seguirán del año 96 al 180 los llamados "cinco
emperadores buenos" (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio), en la considerada "edad de
plata" del Imperio.

Septimio Severo comienza el periodo de monarquía militar, y el fin de su estirpe llevará al periodo conocido
como anarquía militar, que se prolonga durante el resto del siglo III, hasta la llegada de Diocleciano, un largo
periodo de luchas internas por el poder donde los emperadores, nombrados por sus legiones, se suceden
ininterrumpidamente.

Véase también: Emperador romano

Caída del imperio


Diocleciano (284-305) emprenderá una gran reorganización del
Imperio, instituyendo la Tetrarquía. Su sucesor Constantino I el
Grande fue el último emperador del imperio unificado. Poco después,
el emperador Teodosio I el Grande divide el Imperio entre sus dos
hijos, Arcadio y Honorio, dando como resultado la división en el
Imperio romano de Oriente, con sede en Constantinopla, y el Imperio
romano de Occidente, con capital en Roma y después en Rávena.

El Imperio romano de Oriente fue muy rico y avanzado culturalmente


y sobrevivió durante aproximadamente mil años más. Invasiones bárbaras del Imperio
romano.
Teodosio institucionalizará el cristianismo, al hacerlo religión oficial
del Imperio.

Las invasiones bárbaras pondrán la puntilla a un moribundo Imperio Occidental, dando paso a la Edad Media.
El último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo, será depuesto en 476 por Odoacro, un hérulo. El
Imperio romano de Oriente (posteriormente denominado Imperio bizantino por el historiador Hieronymus
Wolf en el siglo XVI) proseguirá su existencia hasta la caída de Constantinopla en el año 1453.

Estructura social y política


La primera estructura social y política de los latinos fue la familia: el padre (pater familias), la esposa (unida al
padre de familia por el rito sagrado de la torta), los hijos, las esposas de los hijos, los hijos de los hijos, y las
hijas no casadas. De la agrupación de algunas familias del mismo tronco, surgieron las gens, y de un conjunto
de familias surgieron las tribus.

La familia está formada por los más próximos (agnados) pero, a medida que la familia se extiende, se forma la
gens o raza de un tronco común, integrada por la familia completa propiamente dicha (adnati) y por los
gentiles, todos aquellos procedentes del mismo antepasado.

¿Cómo se produce la unión de los diversos grupos, sea de gens o de tribus? Cada grupo tiene un punto común
de encuentro, generalmente para el culto religioso (aunque no exclusivamente para tal fin), punto que
constituye el embrión de las cívitas (ciudades).

La ciudad

La fundación de Roma se atribuye a tres tribus: los ramnes, los ticios


y los lúceres. Estos tres grupos fundaron la llamada Roma Quadrata
en el Monte Palatino. Otra ciudad fundada por otro u otros grupos en
el Quirinal, se unió a la Roma Quadrata, surgiendo así la civitas
('ciudad') llamada Roma.

A los primeros ciudadanos romanos se les llama patricios (o patres),


porque o bien son padres de familia (páter familias) o bien son hijos
de padres de familia vinculados a la obediencia paterna (los hijos
varones no alcanzaban la condición de padre de familia hasta que el
padre moría y se independizaban, pero se daba por descontado que
Maqueta de la antigua ciudad de
alcanzarían esta condición).
Roma, donde se aprecian el Teatro
de Marcelo y el Teatro de Balbo
Los hijos de los patricios, al cumplir 17 años (más tarde la edad fue
rebajándose hasta los 14 años) adquirían la condición de ciudadanos
plenos (con tal motivo celebraban una festividad en que dejaban de
vestir la toga praetexta propia de los muchachos y se colocaban la toga virilis, propia de los hombres), pero
continuaban sujetos a la potestad del padre hasta que este moría.

A los patricios corresponde el derecho pleno de ciudadanía: forman el pueblo y son de entre los habitantes los
de clase social más elevada. Sus derechos eran: el sufragio, el desempeño de cargos públicos políticos o
religiosos, el derecho a asignación de tierras públicas, los derechos civiles propios de las gens (tutela, sucesión,
potestad, etc.), el derecho de contraer matrimonio con otros miembros de las gens, el derecho de patronato, el
derecho de contratación (el único que se extendía también a los no patricios libres) y el derecho a hacer
testamento (el conjunto de estos derechos constituía el ius qüiritium o ius cívitatis). Como obligaciones
citaremos: el servicio militar, y el deber de contribuir con ciertos impuestos al sostenimiento del Estado.

Ciudades dependientes de Roma

Iniciada la expansión territorial romana muchas ciudades pasaron a depender de Roma. Cuando una ciudad se
sometía a Roma a discreción, sus ciudadanos quedaban con el estatuto jurídico de dediticios (Dediticius).
Aunque la mayoría de las ciudades sometidas a discreción lo fueron después de la primera guerra púnica,
probablemente la institución es anterior.

Roma se reservaba la soberanía eminente sobre estas ciudades, pero les devolvía el usufructo, con excepción
del ager publicus. Roma reconoció la autonomía de alguna de estas ciudades pero sus tierras quedaron
sometidas al diezmo de la cosecha, y en caso de exenciones, estas se daban a título personal (por ejemplo a los
habitantes de una ciudad aunque cultivaran tierras en otra ciudad). El diezmo se pagaba generalmente en
especie y el beneficio permitido al recaudador era limitado.

Las ciudades sometidas a Roma, con su territorio rural incluido, no tenían derecho a declarar la guerra por su
cuenta, pero debían declararla forzosamente cuando Roma lo hiciera. También tenían prohibido hacer
convenios de ningún tipo con otros Estados o Ciudades. Además no podían acuñar moneda y eran las
monedas romanas las que tenían curso legal en todas estas ciudades.

Había varios tipos de ciudades vinculadas a Roma:

Ciudades de derecho romano. Algunas ciudades recibieron el derecho completo de


ciudadanía romana (civitas óptimo jure), especialmente las antiguas ciudades aliadas de la
Liga Latina, las ciudades sabinas y gran parte de las del País Volsco. Junto a ellas estaban las
colonias que disfrutaban del derecho de ciudadanía.
Ciudades latinas. Las ciudades sujetas llamadas Latinas eran las otras ciudades de la Liga
Latina que no habían recibido el derecho de ciudadanía, y las colonias de derecho latino (es
decir las colonias que no tenían derecho de ciudadanía). Los latinos y los romanos eran
iguales en sus relaciones privadas, en los negocios, el comercio y las sucesiones.
Ciudades sin voto. Estaban en tercer lugar las ciudades con derecho de civitas pero sin voto
(civitas sine suffragio), que aunque podían llamarse ciudadanos, debían soportar todas las
cargas cívicas (reclutamiento militar, impuestos ordinarios, servicios y contribuciones
especiales) sin compensación (sin derecho a votar). Estas ciudades estaban administradas
para los asuntos judiciales por un Prefecto anual designado por el Pretor de Roma. Su
administración civil estaba en manos de sus propios magistrados locales, generalmente de la
aristocracia.
Ciudades confederadas no latinas. Finalmente estaban las ciudades confederadas no
latinas, cuyos derechos quedaban establecidos por los tratados particulares concertadas con
cada una de ellas. Estas ciudades suministran contingentes al ejército en cuantía prefijada de
antemano, siendo el equipamiento del contingente a cargo de la ciudad. Estaban gobernadas
por magistrados locales surgidos de la aristocracia.
El rey

Roma es gobernada por un rey, representante de la institución monárquica, al que corresponde todo el poder
(imperium) y dicta las órdenes (dictador), el cual era elegido entre el pueblo como jefe de una gran familia
política (magister populi).

Auxilian al rey los lictores, alguaciles que le precedían en sus actuaciones con el hacha y las varas. En su
ausencia los poderes administrativos correspondían a un delegado (praefectus urbis). Si el rey no designaba
sucesor los ciudadanos designaban en el interregno, por un periodo de cinco días, a un interrex, y después se
elegía un nuevo rey, o bien se designaba un nuevo interrex por otros cinco días con facultad de designar nuevo
jefe.

El senado

Frente al rey se erige la institución del Consejo de Ancianos (senatus)


para contrabalancear a la institución real.

Los primeros senadores son los representantes designados por cada


gens. Tienen carácter vitalicio. Como el número de gens es invariable
(las sucesivas familias surgen siempre de un tronco común y por tanto
se integra en alguna de las gens existentes) también es invariable el
número de senadores. Representación de una sesión del
Senado: Cicerón denuncia a Catilina.
No obstante había una excepción: cuando un senador moría el rey Fresco de Cesare Maccari (Palazzo
estaba facultado para nombrar un sustituto temporal (hasta la Madama, Roma, 1880).
designación del sustituto designado por la gens). La costumbre del
nombramiento real acabó concediendo al rey la elección de los
senadores.

El senado era un órgano meramente consultivo, pero siendo emanado del pueblo, el rey lo convocaba a
menudo y consideraba sus propuestas. Sus reuniones se celebraban en el comitium (foro) en una sala llamada
bule.[cita requerida] Más adelante había un grupo de gente que decidía quien iba a enfrentar al rey y quien
manejaría las entradas de plata.

Divisiones de la población romana: las gens, las curias y las tribus

La división de la población se hacía desde las gens:

10 gens constituían una curia.


10 curias constituían una tribu.
10 tribus constituían una "civita".

El sistema decimal está presente en otros aspectos de la sociedad romana:

Cada gens contribuía con diez soldados de infantería (miles o milicia), uno de caballería
(eqües) y un senador.
En las ciudades sometidas por Roma se establecía un Consejo de Cien Ancianos (céntum-
viri), cada uno de los cuales era el cabeza de diez casas (diez gens = una curias), de donde
surge la denominación de decuriones.
El sistema decimal pues rige en la sociedad romana, aunque, si bien al principio debieron responder a una
realidad, con el tiempo derivaron en una mera división teórica: pronto fue inexacto hablar de curias con diez
gens al introducirse nuevas familias, que aumentaban el número de gens de las curias existentes y más tarde el
número de curias. Tampoco correspondía a cada decurión el mando sobre diez casas. En cambio la aportación
al ejército se mantiene básicamente. Así pues, al pasar los años, los números primitivos dejan de
corresponderse con la realidad pero se mantiene la tradición y así las gens y familias son aumentadas o
divididas por decreto, pero la realidad se impone y la división deja de ser geométrica e inflexible.

Así, cuando el número de senadores quedó fijado en trescientos, no quería decir que existieran solo trescientas
gens, sino que entre todas las existentes (cuyo número podía ser mayor o menor) se designaban únicamente
trescientos senadores. Las curias dejaron de ser diez para pasar a un número indeterminado (hasta 30), cuyo
conjunto formaba la ciudad. También los 3000 infantes y 300 caballeros que formaban el ejército salían del
conjunto, y no considerando cada gens (así unos aportaban más y otros menos). La misma situación se
reprodujo en las ciudades sometidas a Roma.

Las curias (diez gens) constituyeron muy pronto la base de la ciudad. Las curias se reunían en una asamblea
dirigida por el curio, y en presencia de un sacerdote (flamen curialis). El reclutamiento y los impuestos se hizo
desde muy pronto sobre la base de las curias.

Los miembros de las curias eran los ciudadanos que votaban, y a las votaciones se las llamaba "comicios
curiales", celebrándose las votaciones por separado en cada curia. Normalmente se celebraban comicios el 24
de marzo y 24 de mayo de cada año.

Los ciudadanos romanos estaban divididos en treinta y cinco tribus diferentes; cuatro eran en origen urbanas,
propias de la ciudad de Roma (Collina, Esquilina, Palatina y Suburana) y diez rurales, de los alrededores de la
ciudad. Durante la conquista de la península se fueron agregando el resto. En el año 395 a. C. existían ya
veintiuna tribus y veinticinco en el año 389 a. C.; pasó finalmente a treinta y cinco en el año 241 a. C. Las
tribus se dividían en grupos de votos en los diferentes comitia, desde las que se elegían magistraturas y
oficiales que se pondrían al servicio del estado. Algunas tribus tenían más poder de voto que otras, por ejemplo
la Palatina era una de las más importantes e influyentes. Estas treinta y cinco tribus eran:

Aemilia, Aniensis, Arnensis, Camilia, Claudia, Clustumina, Collina, Cornelia, Esquilina, Fabia, Falerna,
Galeria, Horatia, Lemonia, Maecia, Menenia, Oufentina, Palatina, Papiria, Pollia, Pomptina, Publilia, Pupinia,
Quirina, Romilia, Sabatina, Scaptia, Sergia, Stellatina, Suburana, Terentina, Tromentina, Velina, Voltina y
Voturia.

Los comicios

Las decisiones en Roma se adoptaban en los comicios, es decir en las votaciones de las asambleas.

Los comicios más antiguos son los comitia calata, convocados por el rey para solemnizar ciertos actos
religiosos.

Los comicios políticos eran aquellos en los que votaba la población organizada en curias (inicialmente una
curia eran diez gens). Se convocaban el 24 de marzo y 24 de mayo y cuando el rey lo consideraba
conveniente. Decidían sobre la elección de monarca, asuntos políticos importantes y la concesión del derecho
de ciudadanía. El convocante presentaba una propuesta y los ciudadanos de la curia con derecho
(probablemente un voto por cada padre de familia) la votaban. Cada curia era un voto y se precisaba el de 16
curias (de un total de 30) para la aprobación.

Ciudadanos plenos, honorarios y clientes


Junto a los ciudadanos plenos o patricios —entendiéndose como tales los cabeza de familia (páter familias) y
sus hijos varones— estaban los ciudadanos «honorarios», invitados de otras ciudades que renunciaban a su
antigua ciudadanía y aceptaban la ciudadanía honoraria romana. También estaban los clientes de los patricios y
los esclavos.

El grupo de los clientes estaba formado básicamente por esclavos liberados por sus amos patricios, y que
después de su liberación permanecían vinculados (ellos y sus descendientes) a su antiguo amo (y a sus
herederos), quien ejercía sobre ellos cierta tutela y proteccionismo paternalista, a cambio de ciertos servicios y
lealtades. En este grupo se integraron también algunos extranjeros (habitantes de ciudades derrotadas a los que
no se permitía residir en su ciudad pero tampoco habían sido declarados esclavos, y que constituían como un
grupo cliente de toda la ciudad de Roma) y exilados sujetos al patronazgo de un patricio.

El Ejército

Instrucción y entrenamiento

Durante cuatro meses los nuevos reclutas eran sometidos a un entrenamiento implacable. Al concluir este
período los supervivientes ya podían llamarse soldados —milites—. Los que no podían resistir el
entrenamiento eran rechazados.

Primero se les enseñaba a desfilar marcando el paso. Luego se les llevaba de marcha, forzándolos al máximo
hasta que fueran capaces de recorrer 20 millas romanas —30 km— en cinco horas. Después tendrían que
recorrer la misma distancia cargados con todo su equipo, que incluía armas y armaduras, utensilios de cocina,
estacas para la empalizada, instrumentos para cavar y provisiones para varios días, pues al final de cada
marcha tenían que levantar un campamento con terraplenes y fosos de defensa.

En un principio los legionarios utilizaron bestias de carga y carros


para transportar el equipo. Pero el célebre general Cayo Mario
impulsor de grandes reformas en el ejército, les obligó a transportar
personalmente casi toda la impedimenta necesaria para reducir el
tamaño de las caravanas de intendencia (los llamaban "las mulas de
Mario"). El equipo completo debía pesar por lo menos 30 kg, y las
armas y armaduras más de 20.

Los legionarios realizaban marchas tres veces al mes durante 25 años.


Recreación de soldados romanos de
Este entrenamiento y capacidad de desplazamiento fue una de las
70 a. C. en formación de ataque
causas por la que el ejército romano fuera tan superior a otros
ejércitos. Esto era solo parte de la instrucción, puesto que el programa
de entrenamiento también incluía carreras, saltos, equitación y
natación. Cuando se consideraba que se encontraba en buena forma física comenzaba la instrucción en el
manejo de las armas.

Los reclutas aprendían a atacar a una gruesa estaca clavada en el suelo con una pesada espada de madera y un
escudo de mimbre que pesaba el doble que un escudo normal. Se les insistía en que golpearan de frente, sin
describir arcos con la espada, que pueden evitarse con más facilidad. También se les entrenaba en el
lanzamiento de pesadas jabalinas de madera contra las estacas.

Una vez superado este paso, se les consideraba dignos de empuñar armas auténticas forradas de cuero para
evitar accidentes, que les parecerían ligerísimos en comparación con las pesadas armas de madera.

Efectivos
Una legión estaba formada por diez cohortes de 480 hombres cada una, a no ser que fuera una corte de asalto
o invasión (formadas por unos 20 o 30 hombres), lo que da la cifra de 4800 hombres en total; eso en teoría, ya
que no parece seguro que las legiones hayan estado con sus cuadros completos, ni mucho menos.

Normalmente cada centuria formaba como un cuadro de 10 x 8 hombres. Como la segunda centuria de cada
manípulo bajaba para cerrar el hueco, la profundidad de la línea de combate de la legión era de 8 hombres.
Puesto que tres eran las líneas que una legión podía presentar, el frente de combate quedaba estructurado como
una sucesión de líneas con ocho hombres de profundidad. Recordemos que en Cannas los manípulos formaron
con su profundidad doblada, es decir, con 16 hombres; un experimento que costó a los romanos 50 000
muertos. Puesto que el secreto táctico de la legión no era otro que su flexibilidad, la línea de combate con ocho
hombres de profundidad era la más racional y la que mejor se adaptaba a esa característica esencial. Pero si
había que reducir la profundidad, esa misma flexibilidad operaba el milagro de permitir "adelgazar" las líneas.

Clases sociales

La sociedad romana, como muchas otras sociedades antiguas, se


basaba en la desigualdad.

Las clases que se distinguieron fueron cinco: patricios, plebeyos,


esclavos, clientes y libertos. La tensión entre patricios y plebeyos y las
rebeliones de los esclavos fueron las más importantes noticias
políticas; las tres primeras fueron las clases con mayor actividad
política; las otras dos, menos.

Esta organización social no fue estática durante toda la historia de la Ruinas del Foro Romano
Antigua Roma. Hubo tensiones, cambios, evolución.

Véase también: Esclavitud en la Antigua Roma

En la Monarquía

En los primeros tiempos la desigualdad social se basaba en el nacimiento y en la religión. La sociedad romana
presentaba dos grandes tipos de ciudadanos: los libres y los no libres (los esclavos, lat. serví).

Los ciudadanos libres, a su vez, se dividían en privilegiados (los patricios, en lat. patricii) y en no
privilegiados.

Los ciudadanos no privilegiados podían ser independientes (los plebeyos, en lat. plebeii) o dependientes (los
clientes y los libertos, en lat. liberti).

Patricios

Eran las primeras familias asentadas en Roma y sus descendientes. Cada una pretende descender de un
antepasado más o menos divinizado (pater). Los que tienen un mismo pater forman una gens, llevan el mismo
apellido (nomen gentilicium) y celebran un mismo culto (sacra gentilicia).

Desde el principio de Roma, los patricios y sus familias constituyen el primer eslabón social. Estos patricios
poseían esclavos, probablemente muchas veces en gran número. Los patricios están en la base de la fundación
de Roma y, por tanto, son ciudadanos romanos. Tiene la exclusiva de los cargos públicos, y dirigen la vida de
Roma.
Más tarde el derecho de ciudadanía se extiende a las llamadas minores
gentes, es decir a los que procedentes de otras ciudades o dentro de la
misma ciudad sin ser patricios, adquirieron la ciudadanía romana. Los
patricios decían que eran los parientes de los fundadores de Roma.
(Rómulo fue el fundador y primer rey de Roma).

Clientes

Los clientes eran los extranjeros o refugiados pobres, sujetos a


patronazgo de un patricio, el cual le brindaba ayuda económica, lo
defendía ante la ley, y lo dejaba participar de las ceremonias religiosas
a cambio de que este lo acompañe en la guerra y lo ayude en todos los
trabajos en el que el patricio lo solicitara. Los patricios se
enorgullecían de tener clientela grande o importante.
figura ilustrativa de un Patricio
Romano
Plebeyos

Constituyen la mayor parte de la población (la multitud), compuesta


también con extranjeros, refugiados pobres o clientes que se habían enemistado con sus "patronos". Eran
considerados hombres libres, por lo que no podían participar en lo político ni en lo religioso.

Esclavos

Es el destino normal de los presos de guerra. Legalmente, carecían de todo derecho: eran instrumentum vocale
("herramienta que habla"). Hacían gratis los peores trabajos y de por vida. El trato dependía del carácter
personal del amo. Llegaron a ser numerosísimos con la expansión de Roma.

En la República

En esta etapa (509-27 a. C.) hubo fuertes tensiones sociales. Puede que de comienzos de la misma sea una
reforma social (atribuida por los historiadores antiguos al rey Servio Tulio) consistente en fundar la jerarquía
social no en el nacimiento ni en la religión, sino en el dinero y en la demarcación territorial.

La plebe lógicamente crecía más que el patriciado, porque en ella entraban las poblaciones anexadas por Roma
y los extranjeros que venían a vivir a la Urbe. Pero tan gran número de habitantes no se resignaba a estar en la
vida pública de comparsa; y tampoco era rentable que ni pagasen impuestos ni fuesen al servicio militar por no
ser cives (ciudadanos). Los plebeyos lucharon mucho por su equiparación política con los patricios. Algunos
de los pasos que hubieron de dar fueron los siguientes:

Lucha de los plebeyos para conseguir la igualdad de derechos:

año 494. Huelga general. Los plebeyos se marchan de Roma, al Monte Sacro, ante la
negativa de los patricios a la igualdad política. Roma quedó colapsada. Los patricios
tuvieron que ceder y pactar. Los plebeyos regresaron con este pacto:

no se perderá la libertad por impago de deudas;


se aceptan como magistrados ordinarios dos 'tribunos de la plebe' (tribuni plebis)
con derecho de veto a cualquier actuación del Senado, o de los otros
magistrados, que perjudique a la plebe, y con capacidad de acudir legalmente a
cualquier plebeyo en apuros. Los tribunos serán después los líderes de todo el
movimiento reivindicativo;
se acepta la legalidad de una asamblea exclusivamente plebeya (concilium
plebis).
años 451-449. Ley escrita. Hasta este momento en Roma, los patricios juzgaban cada
conflicto conforme a la costumbre y a la tradición oral, lo que daba lugar a muchas
irregularidades, porque no había ley escrita. En esta época se redacta el primer código
que ocupa 12 tablas (lex XII tabularum) y se promulga a pesar de la resistencia inicial de
los patricios. De aquí arrancará la obra jurídica de los romanos que será uno de sus más
importantes legados culturales para la humanidad.

año 448. Canuleio consigue los dos cónsules alternen año a año con dos tribuni militum
consulari potestate de los que uno ya puede ser plebeyo, aunque este cargo no da la
consideración de consularis (para poder acceder al Senado).

años 440. Matrimonio legal. La lex Canuleia sanciona el derecho al casamiento entre
patricios y plebeyos, que hasta el momento estaba rigurosamente prohibido por orgullo
de casta y para vetar el acceso de los plebeyos a la vida política.

año 409. Cuestura. En este año los plebeyos acceden por primera vez a la magistratura.

año 367. Consulado. En este año la Ley Licinia admitirá el principio, y en 342 por
primera vez los dos cónsules serán plebeyos.

años 356, 337 y 300. Se suceden la dictadura, la censura, la pretura y el pontificado


(último reducto del patriciado).

años 287. El Senado reconoce fuerza de ley a las decisiones de las asambleas de la
plebe, y admite que estas prevalezcan sobre sus decisiones.

Llegado este momento, se puede decir que plebeyos y patricios tienen igualdad de derechos. Pero quedan las
diferencias económicas y religiosas. Patricios y plebeyos ricos se van a entender entre ellos en perjuicio de los
plebeyos pobres, los proletarii (cuya única riqueza es su prole, los hijos). La reforma social, que intentaron
Tiberio y Cayo Graco y por la que fueron asesinados, intentaba ayudar a estos hombres que tenían todos los
derechos políticos pero carecían de comida.

Clases sociales en la época republicana tras lo anterior:

Cives (ciudadanos): patricii (patricios) y plebeii (plebeyos)

Non cives: liberti (libertos) y serví (siervos)

La ciudadanía romana:

Durante siglos es el título más deseado. Consiste en unos derechos (iura) y unas obligaciones (munera). En
esta época abarca:

ivra pvblica (derechos políticos): ius sufragii (derecho de voto); ius honorum (derecho de
ser elegible); ius sacrorum (derecho a tener religión o ser elegible para funciones
sacerdotales); ius provocationis (derecho de apelación al pueblo en procesos
criminales).

ivra privata (derechos civiles): ius commercii (derecho de propiedad: comprar, vender,
testar...); ius connubii (derecho a contraer matrimonio legal); ius legis actionis (derecho a
ejercer acciones judiciales).
mvnera (obligaciones): census (obligación de inscribirse en el censo periódicamente);
militia (obligación de servir en el ejército durante el tiempo previsto); tributum (obligación
de pagar los impuestos; hasta 167 a. C.).

Adquisición del derecho de ciudadanía (civitas)

por nacimiento: naciendo de matrimonio legítimo (iustae nuptiae) de un civis; siendo hijo
de liberto o extranjero favorecido con la concesión de la ciudadanía (civitatis donatio);

por concesión legal: v.gr.: por hacer una casa en Roma, o construir un barco capaz para
10 000 modios de grano, o por hacer condenar a un magistrado;

por concesión del estado, representado, para el caso, por los comicios, el general
vencedor, las comisiones encargadas de fundar una colonia romana o el emperador.

Pérdida del derecho de ciudadanía (civitas)

perdiendo el status libertatis: por condena penal (venta pública trans Tiberim) por
insolvencia, pronto suprimida; por privación de agua y luz (interdictio aquae et ignis) o
deportación; o por negarse al censo, al servicio militar, por desertar, por caer preso en
una guerra, o por violar los derechos de gentes;

perdiendo el status civitatis: renuncia a la ciudadanía (reiecto civitatis) o por hacerse civis
de otra ciudad.

Los caballeros (equites) y la nobleza senatorial (nobilitas)

La caballería del ejército romano estaba formada por ricos que traían el caballo o que utilizaban caballos del
Estado. Formaban un grupo social distinguido (caracterizados por un anillo de oro y una túnica bordada de
púrpura), pero pronto fueron insuficientes y hubo que sustituirlos con soldados pagados. Quedaron así como
una burguesía dedicada no tanto a la compra y explotación de tierras, como a los negocios bancarios. Raras
veces se dedicaron a la política, donde los consideraban despectivamente homines novi (sin antepasados
ilustres). Frente a este ordo equester, está la nobilitas u ordo senatorius, formado por patricios y plebeyos que
tuvieron algún antepasado que desempeñase en su tiempo alguna magistratura cural (cónsul, pretor, censor o
edil). Esta nobleza senatorial es distinta de la nobleza patricia, y se va a confundir en el Senado.

Clientes, libertos y esclavos

Los clientes que fueron absorbidos por la plebe, llegaron a desaparecer al comienzo de la República, pero
después reaparecieron al arruinarse la clase media con las guerras y con los productos que gratis mandaban a
Roma los pueblos sometidos. Muchos no llegan a tener lazo jurídico con un patronus y andan por Roma sin
rumbo, detrás del rico o del político que más les ofrezca.

Los esclavos, en cambio, protagonizan en esta época importantes rebeliones.

En el Principado

Con Augusto se modifica algo la jerarquía, pero sigue estando basada en la riqueza.

Se distingue entre cives y no cives. Los cives, a su vez, pueden ser honestiores (los ricos) o humiliores (los
pobres). Dentro de los honestiores, se encuentran los clarissimi o pertenecientes al ordo senatorius, y los
egregii o pertenecientes al ordo equester. Los no cives, por último, son los liberti y los servi.
El ius civitatis que ya en 88 a. C. se había concedido a los itálicos, en 212 d. C. se va a ampliar
a todos los libres del Imperio, para resolver problemas fiscales y militares que tenía Roma. Ser
ciudadano deja de ser importante y, de paso, desaparece la posición privilegiada de Roma y
de Italia en el Imperio.
Augusto reforma los ordines, colocando en el senatorius a los ciudadanos con más de un
millón de sestercios (desempeñan las magistraturas republicanas y tendrán sandalias rojas,
túnica laticlavia y, desde Marco Aurelio —161-180—, título de clarissimi); y en el equester
coloca a quien tenga 400 000 (desempeñarán cargos nuevos: prefecto, procurador; llevan
túnica angusticiavia y anillo de oro; desde Aurelio tendrán título de egregii).
Los esclavos aumentaron mucho en número. Se dice que algunas familias tenían más de 500
y que en Roma había unos 250 000. El trato se va suavizando por influencia estoica y
cristiana. Adriano y Antonino Pío legislan contra el mal trato.
Los libertos aumentaron porque hubo muchas manumisiones. Augusto llegó a prohibir liberar
por testamento a más de 100. Algunos jugaron importante papel político.
Los clientes siguen existiendo, en el sentido de que todo el mundo es cliente de alguien más
importante. El emperador tiene como clientes a los 150 000 proletarios inscritos en la lista de
necesitados para el reparto gratuito de alimentos cada mes (annona).

En el Dominado

Si en la República y en el Principado había solo dos categorías (libres y esclavos), en el Dominado aparecerá
una clase social nueva, intermedia entre libres y esclavos: los colonos. La jerarquización se hace más fuerte y
estanca: casi un sistema de castas. Los cives, entonces, podían ser libres o colonos, generalmente pobres. Los
cives libres abarcaban a la familia imperial (nobilissimi), a los senadores (clarissimi, spectabiles), a los
caballeros (egregii, perfectissimi) y a la gente corriente, pobre a diferencia de los otros tres. Los no cives, por
su parte, eran los esclavos y los libertos, en ocasiones muy ricos.

Las novedades de esta época son:

equivalencia del ordo senatorius y del equester (estos entran en el Senado);


los humiliores quedan desde el IV fijados hereditariamente a su profesión (gremios);
la esclavitud disminuye porque las nuevas formas de producción ya no la hacen
indispensable; muchos huyen y se hacen salteadores;
los colonos son pobres y libres, pero quedan sujetos a la tierra del amo que ellos
trabajan: tienen que cultivarla perpetuamente, no pueden dejarla ni un día; no pueden ir
a casarse fuera del dominio; los hijos siguen la condición de los padres. Está naciendo
así un nuevo sistema: el feudal.

La constitución de Servio Tulio y las nuevas divisiones de población

Las tribus

El rey Servio Tulio estableció la división en Tribus y que el servicio al ejército y el pago del tributum (cuando
por razones de urgencia se impusiere) no afectaría solo a los ciudadanos personalmente, sino que se tendría en
cuenta sus propiedades: todos los ciudadanos que cultivaran un dominio (adsidui) o lo poseen (locupletes),
sean o no ciudadanos romanos, están obligados a la prestación del servicio militar. Los designados para
cumplir las tareas militares se elegirían entre una nueva división por propiedades. Así los soldados (entre 20 y
60 años) serían distribuidos en cinco clases (classes):
1ª clase: Los que por sus posesiones aportaban una armadura (classici). Correspondía esta
clase a los que poseían un heredium en pleno dominio (la mitad de las tierras romanas
correspondían a los heredia poseídos en pleno dominio, mientras la otra mitad se había ido
fraccionando por sucesivas particiones hereditarias o por ventas; un heredium era una finca
rústica cuya extensión mínima era de veinte yugadas, es decir 5,4 ha, o sea que la medida
romana de la yugada era equivalente a 2700 metros cuadrados). Iban armados con lanza
(hasta), yelmo (galea), coraza (lorica), escudo redondo (clipeus) y polainas (ocreae). Esta
primera clase debía comprar y mantener un caballo de donde fueron llamados eqüite, es decir
caballeros.
2ª clase: Los que poseían tres cuartos de un heredium (o sea al menos 40 500 metros
cuadrados).
3ª clase: Los que poseían la mitad de un heredium (al menos 27 000 m²).
4ª clase: Los que poseían un cuarto de heredium (al menos 13 500 m²).
5ª clase: Los que poseían un octavo de heredium (al menos 6750 m²).

El armamento de las clases sucesivas era cada vez más ligero. Tras las cinco clases estaban los que no poseían
nada (capite censi) que colaboraban en la milicia como carpinteros, herreros, músicos, etcétera. Por cada 80
soldados de 1ª clase, debían salir 20 de clase 2ª, 20 de clase 3ª, 20 de clase 4ª y 28 de clase 5ª. Los soldados
eran movilizados para la campaña, y terminada esta eran licenciados. En cambio los caballeros permanecían en
el ejército de forma continuada, y sus integrantes salían de las familias de ciudadanos con mayor riqueza.

Las diversas clases formaban la población susceptible de actuar militarmente y se reunían en asamblea, en los
llamados comicios centuriados (comitia centuriata). A fin de facilitar las levas la constitución de Servio Tulio
dividió la ciudad en cuatro circunscripciones territoriales llamadas tribus, cada una con una población similar.
Los soldados fueron divididos en dos categorías: los jóvenes (iuniores) entre 16 y 25 años; y los veteranos
(seniores), de más de 25 años.

Se estructuraban en Legiones, formando una legión 3000 soldados (classes) y 1200 auxiliares (vélites). Las
legiones operaban en formaciones constituidas por filas de soldados: las cuatro primeras filas estaban
integradas por soldados con armadura completa (hóplites u hoplitas). Una legión (4200 hombres) se dividía en
centurias (hasta un total de 42). Casi la mitad de los hombres de una legión disponían de armadura completa
(el número de hoplitas era de 2000 por cada legión). Otros mil hombres eran soldados de 2ª y 3ª clase. El resto,
los auxiliares (velites) eran soldados de 4ª clase (en número de 500) y de 5ª clase (en número de 700). En una
legión había 1050 hombres de cada una de las cuatro tribus en que se dividía la ciudad; y en las centurias, cada
tribu aportaba 25 hombres.

En esta época Roma disponía normalmente de cuatro legiones (dos de ellas en campaña y dos de guarnición).
Cada legión contaba con trescientos caballeros. Todo lo que los soldados ganaran en la lucha, fueran muebles
o inmuebles, pasaba al Estado romano.

El censo

Este sistema de reclutamiento en razón de los bienes poseídos, hizo necesario establecer un censo de
propiedades y transmisiones, que se revisaba cada cuatro años. Un efecto inmediato fue el de dividir a la
sociedad romana: a la división ya existente entre patricios y plebeyos, se añadía ahora la división entre
propietarios (los que tienen tierra, sean ciudadanos o no) y proletarios (es decir los que crían hijos,
mayoritariamente plebeyos, pero también con algunos ciudadanos arruinados o desposeídos por sucesivas
particiones). El censo se hacía cada cuatro años. Al año siguiente se hacían sacrificios (lustrum) y los
encargados del censo o censores renunciaban a sus cargos.

La justicia
El censo se creó en el año 212 a. C.

La jurisdicción se concentra en la ciudad, y en la fase monárquica en el rey,


que tiene su “tribunal” y ordena (jus o ius) en los días establecidos (dies
fasti) sentándose en la llamada "silla curul" (sella curulis) auxiliado por los
alguaciles (lictores), y frente a las partes litigantes (rei).

Algunos delitos tienen jueces especiales:

Los duoviri perduellionis para la insurrección.


Los quaestores paricidii para el asesinato.
Unos funcionarios especiales, llamados los tres viri nocturni se
ocupan de las cuestiones relacionadas con incendios
nocturnos, policía de seguridad y vigilancia de ejecuciones.

La tortura solo puede aplicarse a los esclavos.

La detención preventiva es la norma general.

La pena capital era aplicable a quien alterara la paz pública, y por otros Diosa romana de la justicia .
delitos. Tenía varias formas:

A los testigos falsos se les arrojaba desde una altura (la Roca Tarpeya) era el destino de los
traidores.
A los ladrones de mieses se les colgaba.
A los incendiarios se les quemaba vivos.

Existía el derecho de recurso (provocatio). El indulto correspondía al pueblo.

Se daban además algunos tipos especiales de indultos:

El que se arrodillaba ante un sacerdote de Júpiter no podía ser apaleado en veinticuatro horas.
El que entraba encadenado en su propia casa debía ser desatado.
El criminal que al dirigirse a una ejecución se tropezaba con una vestal (virgen, especie de
sacerdotisa), era perdonado.

Las penas aplicadas más frecuentemente eran las multas (pagadas con la entrega de bueyes u ovejas) y el
apaleamiento.

Los juicios civiles eran juzgados por el rey o por un comisario designado por este. La reparación se verificaba
a menudo por vía de transacción, y si no había acuerdo la pena (poena) era fijada por el juzgador.

En caso de robo el ladrón podía pagar una reparación satisfactoria. Si no podía o era irreparable el ladrón se
convertía en esclavo del robado. En los casos de injurias se concertaba una indemnización. En los casos de
lesiones podía reclamarse el Talión (es decir provocar el mismo daño).

La propiedad y los contratos

Según el depósito era adjudicado a los sacerdotes para sacrificios públicos. La parte perdedora tenía treinta
días para el pago de la prestación o de la deuda reclamada; si no lo hacía, se pasaba a la vía de ejecución y se
le obligaba a pagar salvo que aportara nuevos testigos que justificaran su derecho (vindex).
Si se obstinaba en no pagar o no podía hacerlo, se convertía en esclavo, pero durante un periodo de sesenta
días la sentencia quedaba en suspenso por si alguien se compadecía de él y pagaba la deuda, en cuyo caso
quedaba libre. Si nadie se compadecía y pagaba, el vencedor del juicio lo recibía en propiedad, y podía
matarlo, venderlo como esclavo en el extranjero o guardarlo para sí (en tal caso, al pasar a ser esclavo, esta
condición se transmitía a sus descendientes), pero siempre para usarlo fuera de los muros de Roma. Más tarde
desapareció el paso a la esclavitud en favor del acreedor, y aquel que no podía o no quería pagar era
encarcelado en las llamadas lautúmiae (cárceles).

El Estado ejercía la tutela de los menores y de los incapaces.

Los esclavos podían ser manumitidos, esto es liberados. La liberación podía ser privada (en cuyo caso el amo
tenía derecho a retractarse y recobrar al esclavo), o pública (en cuyo caso era perpetua e irrevocable).

Cultura
Esta fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones
diferentes: la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente
(Mesopotamia y Egipto, sobre todo) contribuyeron a formar la cultura
y el arte de los romanos. Uno de los vehículos que más contribuyó a
la universalización de la cultura romana, que pronto fue la de todo el
Imperio, fue el uso del latín como lengua común de todos los pueblos
sometidos a Roma. En los dos siglos que siguieron a la guerra de
Augusto, el Imperio romano alcanzó su mayor extensión y realizó una
intensa labor civilizadora. La cultura romana ya no quedó limitada a
Roma e Italia, sino que se extendió hasta las más lejanas provincias
fronterizas. Arte Paleocristiano · Pintura mural
de Jesucristo · Catacumbas de
Se destacaron en la tecnología, los edictos de los pretores, las Comodila, Roma · s. IV.
disposiciones del senado, de la asamblea popular y de los
emperadores y las opiniones de los jurisconsultos romanos. Los
principios fundamentales se han incorporado a la legislación de todos los pueblos civilizados por Roma.

Véanse también: Arte de la Antigua Roma, Literatura romana, Calendario romano, Costumbres de la
Antigua Roma y Religión en la Roma antigua.

Situación de la mujer
En las familias ricas, la mujer debía llevar una vida de obediencia. El trabajo le era ajeno, excepto el hilar y
tejer. Como ama de casa debía supervisar las tareas domésticas, cumplidas por los esclavos. Para los romanos,
el crimen más grande que podía cometer una mujer era el adulterio, considerado no solo un crimen de carácter
moral, sino una traición para los dioses tutelares.

Las mujeres esclavas eran consideradas objetos y debían hacer lo que les ordenase su dueño; incluso, tener
relaciones sexuales.6

A diferencia del varón, la mujer estaba exenta del reclutamiento en el ejército y de combatir en las campañas
militares.

Homosexualidad en la Antigua Roma


Las fuentes históricas disponibles sobre la práctica de la
homosexualidad en la Antigua Roma, sus actitudes y aceptación del
hecho son abundantes. Hay obras literarias, poemas, grafitos y
comentarios sobre las predilecciones de todo tipo de personajes
incluso de emperadores solteros y casados. Sin embargo, las
representaciones gráficas son más escasas que en la Grecia clásica.

Las actitudes hacia la homosexualidad fueron cambiando con los


tiempos, según el contexto histórico, oscilando desde la fuerte
condena hasta una considerablemente amplia aceptación. De hecho,
fue considerada una costumbre cultural en ciertas provincias.

Tratando estos comportamientos, es fundamental recalcar que el


Mujer romana tocando una cítara.
término homosexualidad es problemático e impreciso aplicado al
Fresco del siglo I a. C. hallado en la
mundo antiguo, ni siquiera había una palabra traducible como tal en Villa Boscoreale.
latín ni en griego antiguo, con el mismo significado que el moderno
concepto de homosexualidad. La bisexualidad parece que
era la norma, pero ya autores antiguos reconocen que en la
Antigua Roma había hombres que mantenían relaciones
sexuales exclusivamente con hombres.

Provincias romanas
Todo territorio anexionado se convertía en
provincia y era confiado a un pretor o a un
promagistrado.
Sicilia (227 a. C.).
Córcega-Cerdeña (227 a. C.).
Hispania: Citerior y Ulterior (197 a. C.).
Detalle en la copa Warren de un joven
Grecia: Macedonia (148 a. C.) e Iliria (60 a. C.).
manteniendo relaciones sexuales con un
Africa: Africa Vetus o Proconsular (146 a. C.). hombre.
Africa Nova (46 a. C.).
Asia: Asia (129 a. C.), Cilicia (101 a. C.), Bitinia
(74 a. C.), Ponto (63 a. C.), Siria (63), Chipre (58 a. C.).
Galia: Galia Narbonense (120 a. C.) y Comata (50 a. C.).
Cirenaica (74 a. C.).
Egipto (30 a. C.).
Britania (43 d. C.).
Véase también: Administración provincial romana

Véase también
Portal:Antigua Roma. Contenido relacionado con Antigua Roma.
Gobierno de la Antigua Roma
Latinos
Cronología de la Antigua Roma
Medidas y pesos en la Antigua Roma
Indumentaria (Roma Antigua)
Graco
Cayo Sempronio Graco
Periodo de los Gracos
Censor romano
Vivienda (Roma Antigua)
Edificación pública (Roma Antigua)
Derecho romano
Mitología romana
Imperio romano
Comercio romano

Notas
1. El arqueólogo Andrea Carandini es uno de los escasos académicos contemporáneos que
acepta a Rómulo y Remo como personajes históricos, basado en el descubrimiento en 1988
de una antigua muralla en la ladera norte de la colina Capitolina en Roma. Carandini fecha la
estructura a mediados del siglo VIII a. C. y la denomina Murus Romuli.4 5

Referencias
1. La fecha exacta del nacimiento de Rómulo y Remo resulta desconocida. Algunos autores
antiguos, como Plutarco, afirman que Rómulo tenía 53 años en el momento de su muerte, en
717 a. C. De ser cierto, Rómulo y Remo habrían nacido en el año 771 a. C., y habrían fundado
Roma a los dieciocho años.
2. Bravo Castañeda, Gonzalo: Historia de la Roma antigua, capítulo 1.
3. Carandini, Andrea (2007). Rome: Day One (https://books.google.es/books?id=5B0S2lSVRGA
C&printsec=frontcover&source=gbs_atb#v=onepage&q&f=false) (2011 edición). Nueva Jersey:
Princeton University Press. ISBN 9780691139227. Consultado el 31 de enero de 2016.
4. Carandini, Andrea (2003). La nascita di Roma: dèi, lari, eroi e uomini all'alba di una civiltà (htt
p://books.google.com/books?id=IDJJSAAACAAJ). Einaudi. ISBN 978-88-06-16409-6.
5. Carandini. Remo e Romolo. Dai rioni dei Quiriti alla città dei Romani (775/750-700/675 a. C.
circa) (Torino: Einaudi, 2006)
6. «La mujer romana en la antiguedad» (http://www.culturaclasica.com/mujerantiguedad/mujerro
mana1.pdf).

Bibliografía

Fuentes clásicas
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español. Madrid: Editorial Gredos.

1. Volumen I: Libros I a XXXV. 1° edición revisada, 1° reimpresión; 2004. ISBN 978-84-249-2728-8.


2. Volumen II: Libros XXXVI a XLV. 1° edición revisada, 1° reimpresión; 2004. ISBN 978-84-249-2729-
5.

JULIO CÉSAR, CAYO. Guerra de las Galias. Obra completa. 3 volúmenes en latín con dos
traducciones al español. Madrid: Editorial Gredos.
1. Volumen I: Libro I & Libro II & Libro III. Traducción de Valentín García Yebra y de Hipólito
Escolar. 2° edición revisada, 3° reimpresión; 1980. ISBN 978-84-249-3547-0.
2. Volumen II: Libro IV & Libro V & Libro VI. Traducción de Valentín García Yebra y de Hipólito
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3. Volumen III: Libro VII. Traducción de Valentín García Yebra y de Hipólito Escolar. 2° edición
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----------. Guerra Civil. Obra completa. 1 volumen en latín con traducción al español. Buenos
Aires: Editorial Malke.

1. Volumen I: Libro I & Libro II & Libro III. Traducción de Eugenio López Arriazu. 1° edición
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----------/HIRCIO, AULO/OPIO, CAYO. Guerra Civil. Guerra de Alejandría. Guerra de África. Guerra
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1. Volumen I: Obra completa. 1° edición revisada, 1° reimpresión; 2005. ISBN 978-84-249-2781-3.


LIVIO, TITO. Historia de Roma desde su Fundación. Obra completa. 8 volúmenes traducidos al
español. Madrid: Editorial Gredos.
1. Volumen I: Libros I a III. 1° edición revisada; 1997. ISBN 978-84-249-1434-9.
2. Volumen II: Libros IV a VII. 1° edición revisada; 1990. ISBN 978-84-249-1429-5.
3. Volumen III: Libros VIII a X. 1° edición revisada; 1990. ISBN 978-84-249-1441-7.
4. Volumen IV: Libros XXI a XXV. 1° edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1608-4.
5. Volumen V: Libros XXVI a XXX. 1° edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1609-1.
6. Volumen VI: Libros XXXI a XXXV. 1° edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1620-6.
7. Volumen VII: Libros XXVI a LX. 1° edición revisada; 1993. ISBN 978-84-249-1629-9.
8. Volumen VIII: Libros XLI a XLV. 1° edición revisada; 1994. ISBN 978-84-249-1643-5.
PLUTARCO, MESTRIO. Vidas Paralelas. Obra completa. 8 volúmenes traducidos al español.
Madrid: Editorial Gredos.
1. Volumen I: Teseo & Rómulo; Licurgo & Numa. 1° edición revisada; 1985. ISBN 978-84-249-0985-7.
2. Volumen II: Solón & Publícola; Temístocles & Camilo; Pericles & Fabio Máximo. 1° edición
revisada; 1996. ISBN 978-84-249-1796-8.
3. Volumen III: Coriolano & Alcibíades; Paulo Emilio & Timoleón; Pelópidas & Marcelo. 1° edición
revisada; 2006. ISBN 978-84-249-2860-5.
4. Volumen IV: Arístides & Catón; Filopemen & Flaminino; Pirro & Mario. 1° edición revisada;
2007. ISBN 978-84-249-2867-4.
5. Volumen V: Lisandro & Sila; Cimón & Lúculo; Nicias & Craso. 1° edición revisada; 2007. ISBN
978-84-249-2870-4.
6. Volumen VI: Alejandro & César; Agesilao & Pompeyo; Sertorio & Eumenes. 1° edición
revisada; 2007. ISBN 978-84-249-2881-0.
7. Volumen VII: Demetrio & Antonio; Arato & Artajerjes; Galba & Otón; Dión & Bruto. 1° edición
revisada; 2009. ISBN 978-84-249-3597-9.
8. Volumen VIII: Foción & Catón el Joven; Demóstenes & Cicerón. 1° edición revisada; 2010.
ISBN 978-84-249-0865-2.

SALUSTIO CRISPO, CAYO. Conjuración de Catilina. Obra completa. 1 volumen en latín con
traducción al español. Buenos Aires: Editorial Losada.
1. Volumen I: Obra completa. Introducción, traducción y notas de María Eugenia Steinberg. 1°
edición revisada, 1° reimpresión; 2007. ISBN 978-950-03-9523-6.
----------. Guerra de Jugurta. Obra completa. 1 volumen en latín con traducción al español.
Madrid: Editorial Gredos.
1. Volumen I: Obra completa. Traducción de Joaquín González Álvarez. 3° edición revisada, 5°
reimpresión; 1990. ISBN 978-84-249-3420-2.
----------. Conjuración de Catilina. Guerra de Jugurta. Historias. Cartas a César. Contra Cicerón.
Obra completa. 1 volumen traducido al español. Madrid: Editorial Gredos.
1. Volumen I: Obra completa. Introducción, traducción y notas de B. García Ramos. 1° edición
revisada, 1° reimpresión; 1997. ISBN 978-84-249-1879-8.
SUETONIO TRANQUILO, CAYO. Vidas de los Doce Césares. Obra completa. 2 volúmenes
traducidos al español. Madrid: Editorial Gredos.
1. Volumen I: César & Augusto & Tiberio. Introducción de Ramírez Verger. Traducción de Rosa
María Cubas. 1° edición revisada, 2° reimpresión; 1992. ISBN 978-84-249-1492-9.
2. Volumen II: Calígula & Claudio & Nerón & Galba/Otón/Vitelio & Vespasiano/Tito/Domiciano.
Traducción de Rosa María Cubas. 1° edición revisada, 2° reimpresión; 1992. ISBN 978-84-249-
1494-5.

Fuentes modernas
La Lucha por Roma, hecho por la BBC para Discovery Channel.

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Antigua Roma.
Atlas del Imperio Romano (https://web.archive.org/web/20170808012018/http://dare.ht.lu.se/)
Portal Antigua Roma en Wikipedia.
Antigua Roma (https://web.archive.org/web/20080303132332/http://www.artehistoria.jcyl.es/his
toria/contextos/cont3.htm) en Artehistoria.com (http://www.artehistoria.com).
La lectura en el mundo romano (https://web.archive.org/web/20061115000520/http://www.inde
xnet.santillana.es/rcs/_archivos/Documentos/lenguasclasicasdoc/codex.pdf)
Historia de Roma (http://historicodigital.com/historia-de-roma.html)
The Roman Law Library (https://web.archive.org/web/20120831060912/http://web.upmf-grenob
le.fr/Haiti/Cours/Ak/) de Yves Lassard y Alexandr Koptev.
Rome Reborn (https://web.archive.org/web/20180118182922/http://romereborn.frischerconsulti
ng.com/gallery-current.php), una reproducción 3D de Roma entre los años 1000 a. C. y
550 d. C. Consultado el 18 de enero de 2018
Samuel Ball Platner (1863 - 1921) y Thomas Ashby (1874 - 1931): A Topographical Dictionary
of Ancient Rome (Diccionario de lugares de la Antigua Roma).
Texto inglés (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3atext%3a1999.04.0
054), con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.

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