Monografia Derecho Penal - Morón Diaz Pablo

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“AÑO DE LA UNIVERSALIZACION DE LA SALUD”

UNIVERSIDAD DANIEL ALCIDES CARRIÓN


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS
E.A.P.: DERECHO

MONOGRAFIA
DERECHO PENAL
DOCENTE:
MEJIA OLIVAS ELEAZAR
ALUMNO:
MORÓN DIAZ, Pablo

17/06/2020
INDICE
INTRODUCCION.................................................................................................................................3
DEFINICION DE DERECHO PENAL:......................................................................................................4
DENOMINACION................................................................................................................................5
EL DERECHO PENAL EN SENTIDO OBJETIVO......................................................................................5
EL DERECHO PENAL EN SENTIDO SUBJETIVO....................................................................................5
DERECHO PENAL SUSTANTIVO O MATERIAL.....................................................................................5
DERECHO PENAL ADJETIVO O DERECHO PROCESAL PENAL..............................................................5
DERECHO PROCESAL..........................................................................................................................5
RELACIONES DEL DERECHO PENAL CON OTRAS DISCIPLINAS...........................................................6
CIENCIA DEL DERECHO PENAL...........................................................................................................6
HISTORIA DEL DERECHO PENAL.........................................................................................................7
PREHISTORIA...............................................................................................................................10
ANTIGÜEDAD...............................................................................................................................11
EDAD MEDIA................................................................................................................................13
CONTENIDO TRADICIONAL Y CONTENIDO ACTUAL DEL DERECHO PENAL......................................17
EL PROBLEMA DE LA VALIDEZ ACTUAL DE LA DESIGNACION “DERECHO PENAL”..........................18
BIBLIOGRAFIA..................................................................................................................................19
INTRODUCCION
El derecho penal es una rama del derecho, por lo que plantear su concepto
presupone inevitablemente aludir al concepto mismo del derecho en general.
Ahora bien, el concepto del derecho está muy lejos de ser inequívoco. Por
una parte, la filosofía del derecho puede abordar esta cuestión con
perspectiva distinta a la que ha de adoptar la teoría general del derecho, en
la medida en que ambas disciplinas se aproximan al derecho con objetivos
distintos. Por otra parte, el examen de las definiciones del derecho que se
proponen dentro de cada uno de esos dos niveles muestra la enorme
variedad de sentidos en que se puede entender el derecho. Puede decirse
que cada dirección filosófica y metodológica concibe en términos diferentes
el concepto de derecho. Para poner sólo un ejemplo extremo, piénsese en la
distancia que separa a los conceptos de derecho propuestos por el
iusnaturalismo y por el positivismo jurídico.
Buena parte de las mencionadas divergencias desaparecen si la cuestión del
concepto se plantea limitada de antemano al derecho positivo. A esta
limitación obliga, por de pronto, el objeto de nuestra disciplina, que más que
ninguna otra parcela del derecho se halla necesariamente restringida a las
normas positivas, ante todo por la exigencia, de significado político, del
principio de legalidad: la única fuente primaria del derecho penal es la ley
formal, en cuanto expresión -al menos teóricamente de la voluntad popular
emitida por el Poder Legislativo.
DEFINICION DE DERECHO PENAL:
La ciencia penal ha seguido casi siempre el último camino. No se ha
preguntado por la esencia material del derecho penal, sino por su
caracterización formal. Se entiende en este sentido el concepto de derecho y
de derecho penal cuando se define a éste como "conjunto de normas", pues
nada se dice con ello de la esencia material (ontológica, funcional,
teleológica) de dichas normas. En principio, el proceder es perfectamente
legítimo, porque la ciencia del derecho penal no puede abordar el concepto
del derecho penal de la misma forma que la filosofía del derecho lo hace
respecto del derecho en general. La ciencia del derecho penal no es "filosofía
del derecho penal". Pero el penalista tampoco puede renunciar a penetrar en
los aspectos materiales que de modo específico afectan al derecho penal.
Nadie mejor que él puede y debe dar respuesta a cuestiones como: ¿qué
función corresponde al derecho penal?, ¿qué finalidad persigue? Un modo de
hacer compatibles el planteamiento formal tradicional del concepto de
derecho penal y la necesidad de considerar los referid os aspectos
materiales, es distinguir entre concepto formal del derecho penal, como
acotación formal de lo que es derecho penal frente a lo que no lo es, y
concepto material de derecho penal, destinado a la esencia de la norma
penal y a la función del derecho penal previamente definido. Ésta será una
primera gran distinción sistemática.
Ahora bien, incluso ampliada en el sentido indicado la problemática del
concepto de derecho penal, cabe entender este concepto en dos sentidos
distintos: en sentido objetivo y en sentido subjetivo. Es una distinción que
procede del concepto general del derecho, que puede entenderse no sólo
como conjunto de normas (derecho en sentido objetivo), sino también como
facultad de un sujeto (derecho en sentido subjetivo). Aplicada al derecho
penal, significa que: a) en sentido objetivo es derecho penal el conjunto de
normas que regulan la específica parcela del comportamiento humano
propia de su disciplina, que habrá que precisar aquí, y en sentido subjetivo es
derecho penal la facultad del Estado de dictar y aplicar dichas normas. Ésta
será la segunda división en el seno del concepto del derecho penal.
DENOMINACION
En término Derecho Penal, no es el único con el que se denomina a esta
disciplina; la cual recibe los nombres de Derecho Criminal, Derecho de
Defensa Social, etc. Sin embargo, estos últimos nombres no son adecuados
ya que el primero se presta a confusiones; por cuanto algunas legislaciones
hacen distingos entre crímenes, delitos y faltas. Respecto al segundo, se
entiende que el derecho ha sido elaborado para la defensa de la sociedad.

EL DERECHO PENAL EN SENTIDO OBJETIVO


Es el conjunto de normas jurídicas establecidas por el Estado; determinan los
Delitos, las Penas y las Medidas de Seguridad con que aquellos son
sancionados.

EL DERECHO PENAL EN SENTIDO SUBJETIVO


Es el derecho de castigar, consiste en la Facultad del Estado de conminar la
realización del delito con penas y en su caso, imponerlas y ejecutarlas.

DERECHO PENAL SUSTANTIVO O MATERIAL


 Concreta la noción del delito y determina las consecuencias. Cabe señalar
que lo correspondiente a medidas de seguridad y los tratamientos especiales
para niños o enfermos, autores de actos típicos, se deben considerar como
reglas paralelas al Derecho Penal.

DERECHO PENAL ADJETIVO O DERECHO


PROCESAL PENAL
Es la reglamentación cuyo objetivo es el de aplicar en forma ordenada y
sistemática el Derecho Penal Sustantivo; por lo que se considera que
el Derecho Procesal Penal, es el conjunto de normas relativas a la forma de
aplicación de las reglas penales a casos particulares.

DERECHO PROCESAL
Es el conjunto de reglas que norma la actividad estatal que tiene por objeto
el eslabonamiento del delito con la sanción.
RELACIONES DEL DERECHO PENAL CON OTRAS
DISCIPLINAS
El Derecho Penal es parte de un todo jurídico por lo que se relaciona con las
demás ramas del Derecho, pero principalmente con el Derecho
Constitucional, que es la disciplina que estructura al Estado y sus funciones y
reconoce las garantías de los particulares frente al Estado.
El Derecho Constitucional sienta las bases de todo sistema Político o Jurídico,
otorgando facultades e imponiendo los alcances en la actuación de las
autoridades frente a los particulares y a su vez, estableciendo garantías y
formas de persecución y protección que no podrán ser transgredidas.

CIENCIA DEL DERECHO PENAL


Se define como el conjunto sistemático de principios relativos al delito, las
penas y las medidas de seguridad.
Esto es que la ciencia del Derecho Penal está constituida por principios, cuyo
objeto es el estudio de las normas positivas; así como de fijar
la naturaleza del delito, las bases, la naturaleza y los alcances de
la responsabilidad y de la peligrosidad, la adecuación y los límites de la
respuesta respectiva por parte del Estado.

 
HISTORIA DEL DERECHO PENAL
En una época primitiva, anterior a la organización de los pueblos en
ciudades-estados, estados o imperios, no se puede hablarse
propiamente de la existencia de un Derecho Penal, pero sí existía la
venganza, siendo ésta algo parecida a la pena y que se cumplía su
función.
Varios autores coinciden en que la venganza debió ser la primera
manifestación de la Justicia Penal, teniendo la pena un sentido
individualista. La venganza también se puede visualizar, no sólo como
una manifestación o equivalente del apena, sino como una guerra
entre grupos sociales, siendo éstos organismos políticos primarios
dotados de un rudimentario sistema de prohibiciones y sanciones.
Pero esta venganza, ya sea individual o realizada por un grupo familiar
contra otro, no puede considerarse como una auténtica forma de
reacción propiamente penal, ya que ostenta un carácter puramente
personal o familiar, permaneciendo el resto de la sociedad indiferente
a ella. Sólo cuando la sociedad se pronuncia a favor del vengador, se
pone de su parte y le ayuda, reconociendo la legitimidad de su
reacción, es cuando ya se puede hablar de la venganza equivalente de
la pena.
La venganza dio lugar a sangrientos enfrentamientos y al exterminio de
numerosas familias. Para evitar este mal, surgió una institución, a
primera vista cruel y bárbara, pero que supuso un considerable avance
estableciendo límites a la venganza: El Talión.
En virtud del muy conocido principio “ojo por ojo, diente por diente”, o
principio talionar, no podía responderse a la ofensa con un mal
superior al inferido a la víctima.
Otra importante limitación al primitivo sistema de la venganza fue la
Composición, calificada como el “primer progreso en área punitiva”,
mediante la cual el ofensor y su familia rescataban del ofendido y su
familia el derecho de venganza mediante el pago de una cantidad. “La
enardecida venganza de sangre entre las tribus, se concilia, la
reconciliación, basada sobre la reparación en metálico a la tribu
ofendida, negociada primero, se convierte después en obligatoria. Así
nace el segundo grado en el desenvolvimiento de la pena: el sistema
de composición”
Esta ley se encontraba escrita en el código Hammurabi, 1927 a 2000
años antes de Cristo y con mayor desarrollo y perfección en algunas
legislaciones antiguas, tales como la hebrea, la griega y la romana.
La aplicación de ésta ley creó grandes conflictos, ya que no siempre era
posible hacer cumplir al reo tal pena cual delito, en algunos delitos de
lascivas, contra la propiedad o contra la honestidad, o en
circunstancias especiales, como la de que el agresor le cortara un brazo
a un manco o sacara un ojo a un tuerto.
El derecho penal, como rama del ordenamiento jurídico, es aquel
conjunto de normas jurídicas que determina las conductas delictivas y
les asigna una sanción. Ahora bien, no siempre ha tenido el contenido
ni la forma que actualmente se le atribuye, dependiendo éstos del
concreto ámbito histórico y cultural en el que uno centre su atención.
Así, a lo largo de la historia se ha pasado del reconocimiento de una
responsabilidad colectiva y objetiva a una responsabilidad individual y
subjetiva; de un sistema de arbitrio judicial a un sistema de legalidad.
Esta evolución no ha sido para nada lineal, sino que se ha caracterizado
por una sucesión de marchas y contramarchas que dificultan
enormemente la delimitación de los diferentes períodos que ha
atravesado el derecho penal hasta nuestros días. Por esta razón vamos
a publicar una pequeña serie de artículos en los que estudiaremos
dichos periodos bajo una óptica simplificadora, empezando por el
derecho de las sociedades primitivas hasta el movimiento codificador
de los siglos XVIII a XX. Todo ello desde la perspectiva del derecho
continental europeo o romano-germánico en el que se enmarcan la
mayor parte de los países europeos, entre ellos España.

Este primer artículo lo empezaremos con unos breves apuntes sobre la


prehistoria del derecho penal, para pasar luego a reseñar, con mayor
detenimiento, el derecho de las antiguas civilizaciones y las
contribuciones que éstas hicieron a la tradición jurídica occidental (en
especial Grecia y Roma). Terminaremos con un análisis del derecho en
la Edad Media, desde la caída del Imperio romano hasta el desarrollo
de las escuelas de los Glosadores y Postglosadores
PREHISTORIA

En las sociedades prehistóricas toda norma de conducta tenía


carácter consuetudinario, basado en la repetición de los usos y
costumbres seguidos por cada comunidad, y se presentaba de
forma indiferenciada, entremezclándose normas jurídicas con las
religiosas, morales y las del trato social. Las normas penales se
enfocaban sobre todo a sancionar las conductas que resultaban
lesivas para el grupo tribal, que reaccionaba mediante una
declaración de guerra ante la ofensa cometida por otra tribu. La
responsabilidad, por tanto, era colectiva. Dentro del propio grupo la
sanción se aplicaba al individuo, quien, en caso de transgredir las
normas sociales establecidas, podía enfrentarse a un castigo físico e
incluso a la expulsión (que equivalía a la pena de muerte, ya que no
tendría un grupo que lo protegiese).
ANTIGÜEDAD

Cuando las sociedades empezaron a organizarse en estructuras


políticamente más sofisticadas, en las que confluían los elementos
de autoridad, población y territorio, nació la noción del Estado. Se
hizo entonces necesaria una regulación de las distintas relaciones
interhumanas a fin de facilitar la convivencia social, lo que
significaba reglamentar las sanciones y dar publicidad al castigo
para evitar futuras infracciones. Las primeras codificaciones de este
tipo provienen de Asia, en especial de Mesopotamia, siendo la más
destacada el Código de Hammurabi. Se trata de una recopilación de
leyes y costumbres anteriores que, según las últimas
investigaciones, fue promulgada por el rey babilónico Hammurabi
en el siglo XVIII a. C. En ella regía la “ley del talión”, un principio de
justicia retributiva que identificaba el castigo con el crimen
cometido, de forma que al ofensor se le infringía un daño igual al
que causó (“ojo por ojo, diente por diente”). Fue la primera forma
histórica de punición que suponía la existencia de un poder público
que limitaba la venganza y se encargaba de aplicar las penas.

Otras expresiones legislativas procedentes de Asia fueron el Código


de Manú, cuyo origen se sitúa en el valle del Ganges (India) entre
los siglos VI y III a. C., y el código impulsado por la dinastía Zhou en
la China del año 223 a. C. (aunque apenas dos años después fue
sustituido por otro). En el norte de África y Medio Oriente también
son destacables, por una parte, la legislación de los egipcios,
respecto de los cuales no faltan evidencias de una práctica
elaborada del derecho desde el reinado de Seneferu (unos 3500
años a. C.); y por la otra, el derecho de los antiguos hebreos, que se
encontraba recogido en la Biblia, particularmente en el Levítico y
el Deuteronomio. Al igual que el Código de Hammurabi, estas
legislaciones imponían un sistema talional, y en todas ellas
perduraba una concepción teocrática del derecho (aunque no en la
misma medida). El delito aparecía siempre como un atentado a lo
divino, y el fin de la pena era la expiación.

Fueron los griegos quienes empezaron a separar lo jurídico de lo


divino. A través de las obras de autores como Sócrates y Platón, de
las que solo se conservan algunos fragmentos, sabemos que la
legislación penal griega se alejó de la divinización del derecho
propia de las culturas anteriores. El delito ya no se consideraba una
afrenta a los dioses, sino una afrenta a la sociedad y al Estado, que
aplicaba la pena con el fin de corregir al delincuente y prevenir el
delito. Esa separación adquirió su máxima expresión en el derecho
romano, religioso en su origen, pero secularizado a partir de la Ley
de las XII Tablas (siglo V a. C.). Dicho texto establecía una distinción
entre delitos públicos (delicta publica), perseguidos por el Estado en
interés del mismo, y delitos privados (delicta privata), perseguidos
por los particulares en su propio interés. No obstante, con la llegada
del Imperio el derecho penal en su integridad adquirió carácter
público.

En el siglo VI de nuestra era, el emperador Justiniano mandó a


elaborar el que sin duda es el cuerpo legal más importante de la
historia del derecho romano, el  Corpus Iuris Civilis. Se trata de una
compilación dirigida por los juristas más destacados de la época
(entre los que destaca Triboniano), y está compuesta por cuatro
obras: a) el Digesto, que recoge fragmentos de las obras de
jurisconsultos anteriores; b) las Instituciones, obra destinada a la
enseñanza del derecho; c) el Nuevo Código, una recopilación de
constituciones imperiales prejustinianeas; y d) las Novelas, que
contienen las constituciones imperiales promulgadas por Justiniano
hasta su muerte. La importancia del Corpus Iuris Civilis reside haber
servido de base para gran parte de los sistemas jurídicos modernos
que pertenecen a la tradición continental europea.
EDAD MEDIA

El declive del Imperio romano de Occidente, marcado por la pérdida


de control político sobre su vasto territorio, dio paso a la soberanía
de los pueblos invasores bárbaros (en su mayoría de origen
germánico), que se extendió desde el siglo V al XI d. C. Durante ese
tiempo, el derecho penal germano fue evolucionando por el
contacto con la cultura romana, llegando a perder su carácter
privatístico e individualista para adquirir, poco a poco, un carácter
más público.

En la etapa anterior a la conquista, los bárbaros se regían por un


derecho de tipo consuetudinario, propio de los grupos tribales
primitivos. La organización social giraba entorno de la Sippe (el
grupo familiar), que tenía el deber, que no el derecho, de vengar
cualquier ofensa cometida contra uno de sus miembros. Esta
obligación era la llamada Blutrache o “venganza de sangre”, y no
solo se podía obtener a través de la muerte o lesión del ofensor,
sino también con la celebración de un acuerdo de composición que
consistía en pagar una multa (Busse) al ofendido o su familia. El fin
último era reestablecer el equilibrio entre las familias enfrentadas.

Tras asentarse en suelo del antiguo imperio, los bárbaros


convivieron con la población romana y paulatinamente fueron
aceptando su derecho, sobre todo en las provincias de Hispania,
Italia y las Galias. Así, el derecho romano sobrevivió, aunque de
forma vulgarizada, en las codificaciones romano-germánicas
elaboradas por los bárbaros, siendo algunas de las más importantes
el Código de Eurico o Codex Euricianus (480) Edicto de
Teodorico (503), el Breviario de Alarico o  Lex Romana
Visigothorum  (506), la Liber Papiensis o  Lex Romana
Burgundiorum (516), y el Libro de los Jueces o Liber
Iudiciorum (654).

Durante los siglos IX a XI florecieron en la Europa occidental los


sistemas feudales, en los que la jurisdicción de la Iglesia católica,
que hasta ahora solo se limitaba a cuestiones de organización y
jerarquía dentro de la propia Iglesia, empezó a ir más allá para
abarcar también ciertos aspectos de la vida secular, entre ellos el
derecho penal. De este modo, a la Iglesia se le atribuyó la
competencia penal exclusiva en materia de delitos religiosos, así
como una competencia concurrente con los tribunales seculares en
los llamados delitos mixtos, que violaban tanto el orden humano
como el divino.

El derecho penal canónico limitó la venganza de sangre germana


permitiendo el asilo en los templos, y exigió la igualdad ante la ley
por considerar que todos eran hijos de Dios. No obstante, supuso
una regresión respecto de la laicidad del derecho romano al volver
a introducir un elemento religioso en la legislación penal, ya que no
distinguía entre delito y pecado. La pena se concebía como una
penitencia que redimía del pecado, lo que llevó a la Inquisición a
introducir la prisión mediante la reclusión en celdas monásticas (de
aquí se deriva la palabra “penitenciaría”).

En cuanto a las fuentes del derecho penal canónico, encontramos


una profusa cantidad de cánones o decretos, emanados de los
concilios, y decretales o epístolas papales, surgidas de las consultas
hechas al papa, que, junto con otras fuentes seculares como
el Breviario de Alarico y el Código Teodosiano, fueron recopilados a
mediados del siglo XII en una obra que pasó a la historia como el
“Decreto de Graciano”, llamado así por el monje que la elaboró.
Esta compilación marcó el punto de partida del movimiento
recopilador del derecho canónico, que culminó en el siglo XV con
el Corpus Iuri Canonici. Lo integraban el propio Decreto de Graciano,
las Decretales de Gregorio IX o Liber Extra (1234), el Liber Sextus de
Bonifacio VIII (1298), las Clementinas o Liber Septimus  (1314),

las Extravagantes de Juan XXII  (1500) y las Extravagantes


comunes (1503).

El inicio del proceso recopilador del derecho canónico coincidió en


el tiempo con el descubrimiento, por parte de un jurista italiano
llamado Irnerio, de un manuscrito del Digesto, la obra más extensa
de la compilación del emperador Justiniano, en una biblioteca de
Pisa. A raíz de este hallazgo, Irnerio fundó la Escuela de los
Glosadores (siglo XII) en la Universidad de Bolonia con el fin de
estudiar el derecho romano justinianeo, empleando para ello un
método de trabajo basado en la glosa, esto es, incorporar
aclaraciones a los textos estudiados. Los Glosadores fueron
sucedidos por la Escuela de los Postglosadores o Comentaristas
(siglos XIII y XIV), que convirtieron las construcciones jurídicas de los
primeros en un derecho aplicable por los tribunales de la época.
Crearon un nuevo sistema jurídico integrado principalmente por el
derecho romano y canónico que, gracias al apoyo de los reyes
feudales, al impulso de su estudio en las universidades medievales y
a la aparición de la imprenta, logró una gran difusión hasta
convertirse en el ius commune o “derecho común”, durante varios
siglos, de toda Europa. Sus principales características podemos
resumirlas de la siguiente forma:
o Protegía los intereses de los monarcas, nobleza y clero.
Asimismo, fundaba el tratamiento penal en la posición
estamental de las personas.
o La instrucción del proceso era secreta, lo que se traducía en una
falta de garantías procesales.
o Arbitrio judicial sin marco legal, el juez tenía la facultad de
aplicar las leyes que juzgaba conveniente.
o La pena no era individualizada (alcanzaba a terceros) y
excesivamente cruel (pena de muerte, torturas y mutilaciones,
trabajos forzados, etc.).

Llegados a este punto, damos por terminado este primer artículo de


la serie “Historia del Derecho Penal”. En la próxima entrada
estudiaremos la época de la Ilustración y las repercusiones que tuvo
la Revolución francesa para el conjunto de las naciones europeas.
Asimismo, analizaremos el movimiento codificador y el
enfrentamiento que mantuvieron las diferentes escuelas del
pensamiento penal hasta llegar a la época actual.
CONTENIDO TRADICIONAL Y CONTENIDO ACTUAL
DEL DERECHO PENAL

A fines del siglo pasado VON LISZT propuso una definición de derecho
penal que ha servido de base a la mayor parte de las formuladas con
posterioridad: "Derecho penal es el conjunto de las reglas jurídicas
establecidas por el Estado, que asocian el crimen, como hecho, a la
pena, como legítima consecuencia" Esta definición es, desde hace ya
tiempo, excesivamente estrecha, porque no da cabida a las medidas de
seguridad, que a lo largo de este siglo han ido ingresando en la mayor
parte de los sistemas penales, entre ellos el español. Por esta razón, las
definiciones actuales de derecho penal suelen añadir a la fórmula de
VON LKZT una referencia a las medidas de seguridad: el derecho penal
es el conjunto de normas jurídicas que al delito como presupuesto
asocian penas y/o medidas de seguridad como consecuencia jurídica”.
En el derecho penal español, que tanto en el Código Penal como fuera
de él en la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 4 de agosto de
1970, sucesora de la Ley de Vagos y Maleantes de 4 de agosto de 1933
prevé un sistema amplio de medidas de seguridad, esta extensión de la
definición es absolutamente necesaria, salvo que se admita que las
medidas de seguridad no pertenecen al derecho penal, sino que
poseen sólo naturaleza administrativa''. Pero nótese que entonces
quedaría sin explicar que ciertas medidas de seguridad se incluyan en
el Código Penal. En cualquier caso, la doctrina absolutamente
dominante en España incluye las medidas de seguridad, junto a la
pena, en la definición de derecho penal.
EL PROBLEMA DE LA VALIDEZ ACTUAL DE LA
DESIGNACION “DERECHO PENAL”

El derecho penal ya no es hoy, pues, sólo el derecho de la pena. Se


plantea con ello la cuestión de si la denominación "derecho penal" es,
a la vista del nuevo contenido de nuestra disciplina, lo suficientemente
amplia como para dar cabida a una de sus dos integrantes
fundamentales, las medidas de seguridad. La respuesta a esta cuestión
parece, a primera vista, que ha de ser negativa: "derecho penal"
parece expresión demasiado estrecha para abarcar todo lo que
pretende significar hoy. Como dicen MEZGER-BLEI, el "derecho penal
ha desbordado el marco de su designación literal”. ¿Quiere esto decir
que es aconsejable sustituir la fórmula derecho penal por otra, como la
de "derecho criminal", que responda mejor a su contenido? La
doctrina suele considerar preferible mantener la terminología
"derecho penal", por mucho que reconozca su actual inexactitud. Sin
duda, el argumento de la tradición de que actualmente goza en España
y en otros países, como Alemania (Strafrecht) e Italia (Diritto pénale)'',
la expresión "derecho penal", juega en esta decisión un importante
papel. Pero suele argumentarse acudiendo a otros puntos de vista. El
de mayor peso es posiblemente el de que la pena sigue siendo la
integrante esencial del derecho penal común. En él las medidas de
seguridad no ocupan ni en la legislación ni en la ciencia, como tampoco
en la práctica, más que un lugar secundario. Por eso, en aquellos
sectores especiales en que esa relación se invierta, pasando a primer
plano la medida de seguridad como en el derecho de menores-, la
designación derecho penal debe dejar paso a otras, como la de
derecho tutelar de menores.
BIBLIOGRAFIA
 https://crimeandlawblog.com/2016/08/31/historia-del-derecho-penal-i/
 https://www.corteidh.or.cr/tablas/r30052.pdf
 https://www.corteidh.or.cr/tablas/r30052.pdf
 https://www.monografias.com/trabajos73/derecho-penal/derecho-
penal2.shtml

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