El Matrimonio

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Universidad Autónoma de Santo Domingo

(UASD)
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Derecho

Derecho Romano I
Profesor:
Miguel A. Compres Gómez

Sección:
04
Tema:
El Matrimonio en el Derecho Romano

Estudiantes:
Ramón Adoni Brazoban Almonte 100470265
Daysi Emilia Javier Silfa 100431754
Santo A. Navarro AB-0010
Eliana Sención De los Santos 100479825

Fecha:
Santo Domingo,
25 de junio del 2019

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Índice
 Introducción -------------------------------------------------------------------------------- 3
 El matrimonio en la antigua roma ---------------------------------------------------- 4
 Solemnidad del matrimonio y las distintas Formas de celebración --------- 6
 Efectos del matrimonio ------------------------------------------------------------------ 7
 Condiciones de validez del matrimonio --------------------------------------------- 8
 La incapacidad para contraer matrimonio ------------------------------------------10
 Ley canuleya ------------------------------------------------------------------------------ 11
 La filiación ---------------------------------------------------------------------------------- 12
 Razones de la disolución del matrimonio romano ------------------------------- 13
 El divorcio ---------------------------------------------------------------------------------- 16
 Causas del divorcio ----------------------------------------------------------------------17
 Conclusión ---------------------------------------------------------------------------------19

Introducción

El matrimonio en Roma era una de las principales instituciones de la sociedad y


tenía como principal objetivo generar hijos legítimos que heredasen la propiedad
y la situación de sus padres.
Actualmente El matrimonio sigue siendo una institución social que crea un
vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido socialmente, ya
sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres. El
matrimonio establece entre los cónyuges, y en muchos casos también entre las
familias de origen de éstos una serie de obligaciones y derechos que también son
fijados por el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad.
De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos
procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de

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parentesco vigente. Quienes se casan no lo hacen con el fin principal de obtener
esos placeres sexuales.
El matrimonio es la base de la unidad familiar. En esta sociedad y en esta época,
la familia es la unidad más integrada, la que mejor logra perpetuarse y la que se
auto protege mejor. Tal y como está establecida en la actualidad, es necesaria
para la sociedad; tanto desde el punto de vista económico como el de cualquier
otro. La cultura se desintegraría si su piedra angular, la familia, dejara de tener
validez como tal. Podríamos decir con bastante seguridad que aquel que destruye
el matrimonio destruye la civilización.

EL MATRIMONIO EN LA ANTIGUA ROMA


Hecho por Santo A. Navarro

El matrimonio en la Antigua Roma era una de las principales instituciones de la


sociedad y tenía como principal objetivo generar hijos legítimos que heredasen la
propiedad y la situación de sus padres.
En principio, no era necesario un acto jurídico o religioso para que el matrimonio
fuera reconocido como tal, bastando la convivencia entre un hombre y una mujer.
La estructura del matrimonio se desarrolló en la época de la República, pero fue
modificada durante el Imperio.
Varios ritos del matrimonio en la Antigua Roma fueron heredados por el mundo
occidental contemporáneo, como la existencia de un anillo de compromiso, el
consentimiento de los padres, el uso de velo por parte de la novia, la unión de las
manos de los contrayentes o el acto del beso con la novia después de que quien
dirigía la boda le pusiera término a la ceremonia.
La estructura jurídica del matrimonio se desarrolló en la época de la República,
pero fue modificada durante el Imperio.
Hasta el 445 a. C., los únicos que tenían derecho a contraer matrimonio eran los
patricios. En ese mismo año, a través de la  lex Canuleia, el matrimonio les fue
permitido a todos los ciudadanos, así como la unión entre los patricios y
los plebeyos.
En la época de Augusto, primer emperador romano, la legislación relativa al
matrimonio sufrió cambios. En ese momento había en Roma un declive
demográfico que sintieron particularmente las clases sociales aristocráticas. Por
un lado, se debió a que la fecundidad de las parejas había descendido, hecho
causado por la presencia de plomo en las tuberías de los acueductos que llevaban
el agua potable y porque las mujeres usaban maquillaje, que también contenía
dicho elemento químico. Además, las parejas evitaron procrear más de dos hijos
para evitarles el perjuicio de la devaluación social que les causaría el reparto de
los bienes, dado que la posición social dependía de la riqueza personal.

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Por otro lado, muchas patricias por no casarse, puesto que preferían seguir bajo la
potestad de un padre o un hermano, que podían ser relativamente flexibles, antes
de someterse a la voluntad de un marido.
Para fomentar el matrimonio, Augusto promulgó dos leyes, la lex Iulia de
maritandis ordinibus (18  a.  C.) y la lex Papia Poppaea (9 a. C.) Estas leyes
determinaron que todos los hombres con una edad comprendida entre los
veinticinco y los sesenta años y todas las mujeres entre los veinte y los cincuenta
años pertenecientes al Senado y al orden ecuestre (que constituían la clase
dirigente del Estado romano) tendrían que casarse obligatoriamente, siendo
penalizados en caso de no hacerlo.
La penalización consistía en impedir que recibiesen legados o herencias de
personas ajenas a su familia. También se estableció el ius trium liberorum a
través de la cual los padres con tres o más hijos legítimos gozaban de
determinados privilegios, como la reducción de la edad mínima para el acceso a
las magistraturas. Para las mujeres, la concesión de ius trium liberorum
permitía la gestión propia de sus bienes sin la interferencia del marido o del
padre, pudiendo legalmente heredar y legal. Las medidas tuvieron poco efecto y
el propio ius trium liberorum fue muchas veces atribuido como recompensa
para los hombres que no querían tener hijos, como ocurrió en los casos de
marcial, Plinio el viejo o el joven suetonio.

Solemnidad del matrimonio y las distintas


Formas de celebración
Hecho por Ramón Adoni Brazoban Almonte

Existían dos formas jurídicas para contraer matrimonio: el cum manu y el sine
manu.
A través del matrimonio cum manu, la mujer romana pasaba de la autoridad de
su padre a la del marido. Quedaban por tanto bajo la potestad de sus maridos,
aunque en menor medida que su progenie, quienes quedaban bajo la patria
potestad.
El matrimonio cum manu cayó en desuso, incluso antes del final de la República,
lo que dio lugar a una nueva forma, el sine manu, bajo lo cual la mujer
permanecía bajo la tutela de su padre (sería un tutor en caso de que su padre
muriera), disponía de sus bienes y recibía sus herencias; en caso de producirse el
divorcio, la dote no sería solo para el marido. El matrimonio cum manu se
manifestaba en tres formas:
La confarreación, que implicaba la realización de una ceremonia ante el fuego
sagrado, con la concurrencia de los esposos, del pontífice Máximo, de los
parientes directos y diez testigos donde se pronunciaban palabras solemnes y se
comía un pan en común. Los esposos debían ser patricios. En Época de Gayo,

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esta forma solemne, ya casi había desaparecido reservándose para los miembros
de clase senatorial a quienes esta modalidad de celebración les era impuesta
obligatoriamente.
La coemptio: era una especie de compra venta simulada, por la cual el esposo
compraba a su futura esposa, el páter de esta, entregándole el novio, un trozo de
cobre, simbólicamente, que pesaba en una balanza.
El matrimonio por usum: o usus era una de las tres formas de matrimonio,
junto a la confarreatio y la coemptio admitidas en el Derecho Romano para la
celebración del matrimonio. Para poder llevar a cabo esta forma de matrimonio la
novia debía haber estado un año con su novio. Para disolver el matrimonio era
necesario que la novia durmiera durante tres noches seguidas fuera de su casa.

Efectos del matrimonio


Con respecto a los esposos, la mujer tenía la misma condición social del marido.
Sin embargo la condición de plebeya o manumitida no se borraba por casarse con
un patricio. Por sí sólo el matrimonio no hacia entrar a la mujer en la familia civil
del marido, se requería la manus. Al existir la manus, la mujer ocupaba la
calidad de "loco filiae" (en el lugar de una hija) respecto del marido o de la
persona que ejerciera la potestad sobre éste.
Se deben fidelidad. Constantino castigaba el adulterio con la muerte. En época
de Justiniano se suavizó este rigor.
Con respecto a los bienes. En la época antigua el matrimonio casi siempre estaba
acompañado de la manus, razón por la cual la esposa adquiría la categoría de
hija de familia y por tanto sus bienes pertenecían a su esposo. En el matrimonio
sin manus los bienes seguían siendo de cada uno, siendo costumbre entonces que
la mujer constituyera una dote a favor del marido para contribuir a las cargas del
hogar. Esta práctica se generalizó cuando la manus cayó en desuso.
Con respecto a los hijos. Los hijos nacidos de justae nuptiae son legítimos.
Estaba bajo la autoridad del padre o del páter familias si el padre era alieni juris.
Forman parte de la familia civil del padre a título de agnados y de la madre sólo
como cognados (de sangre) a no ser que ella fuera in manu (recuérdese que era
un requisito para ingresar a la familia civil del marido) en cuyo caso también era
agnado de la madre.

Condiciones de validez del matrimonio


Cuatro condiciones son necesarias para que el matrimonio sea válido: 1.La
pubertad de los esposos; 2. Su consentimiento; 3 El consentimiento del jefe de
familia; 4. El connubium.

Pubertad.-Es la edad en que las facultades físicas del hombre y de la mujer están
suficientemente desarrolladas para permitirles realizar el principal objeto del

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matrimonio: tener hijos que perpetúen la familia. En el origen, la pubertad se fijó
a los doce años para las hijas; en cuanto a los hijos, se les reconocía púberos en la
edad en que el padre de familia encontraba en ellos, por el examen de su cuerpo,
las señales de la pubertad.

Bajo el Imperio, los Proculeyanos, quisieron que los hombres fuesen declarados
púberos a los catorce años; pero los Sabinianos prefirieron permanecer
partidarios de las antiguas prácticas. Algunos jurisconsultos exigían a la vez a los
catorce años un desarrollo físico suficiente. Este sistema mixto parece que fue el
que prevaleció hasta Justiniano, que sancionó la opinión de los Proculeyanos.

Consentimiento de los esposos.-Las personas que se casan deben consentir


libremente. Es probable que durante mucho tiempo la energía de la autoridad
paterna permitiera al jefe de familia violentar a sus hijos al matrimonio; pero
también es cierto que bajo el Imperio ya no les pertenecía este derecho. El
demente que razonablemente no puede consentir mientras este en estado de
lucido, puede, sin embargo; casarse en un intervalo lúcido.

Consentimiento del jefe de familia.-Los que se casen siendo sui juris (a aquel
que no se encuentra sometido al mando de otros) no tienen necesidad del
consentimiento de nadie. Los hijos Bajo autoridad deben tener el consentimiento
del jefe de familia.

Esta condición no está fundada en el interés y la protección de los esposos, sino


tan solo en la autoridad paterna y los derechos del jefe que está siendo investido,
cuyas consecuencias son las siguientes; a) este consentimiento es necesario sea
cual fuera la edad del descendiente; b) el de la madre nunca se exige por no tener
autoridad; c) el jefe de familia debe consentir, aunque solo sea abuelo del
descendiente qué vaya a casarse, y en igual caso. El consentimiento del padre
también se exige para sus nietos, puesto que, a la muerte del abuelo, los hijos
nacidos del matrimonio caen bajo la autoridad del padre, siendo un resultado al
cual tienen que haber consentido. En cambio, para las hijas es de otra manera:
éstas entran en la familia la civil de su marido, no exigiéndoles el consentimiento
del padre; es suficiente el del abuelo, que tiene la autoridad.

Estando loco el jefe de familia, cautivo, o bien rehúsa su consentimiento Sin


legítimo motivo, el hijo en un principio no podía casarse, aunque, sin embargo,
más tarde hubo algunas moderaciones sobre esta regla, admitiendo con bastante
frecuencia el matrimonio de la hija, y acabando por hacer valido también el del
hijo. Durante el bajo Imperio, y hacia el fin del siglo IV de nuestra era, una
importante decisión, y más conforme con las ideas modernas, tiende a organizar
de una manera completa, es cierto, una especie de protección para el hijo que se
casara antes de haber llegado a la edad de la madurez. Dos Constituciones exigen
para el matrimonio de la hija, o viuda menor de veinticinco años, aun suis juris,
el consentimiento del Padre o de la madre, o de sus parientes más próximos.

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Connubium.-Es la aptitud legal para contraer las justae nuptiae (matrimonio)
Lo primero que se necesita para disfrutarla es ser ciudadano romano. Por tanto,
en el Derecho antiguo estaban privados del connubium los esclavos, los latinos,
salvo los latini veteres y los peregrinos, excepto concesiones especiales. Bajo
Justiniano, y con motivo de la extensión del derecho de ciudadanía, los únicos
que no tuvieron el connubium fueron los esclavos y los bárbaros. Pero puede
ocurrir que alguna persona, teniendo en absoluto el derecho de casarse, no lo
puede hacer válidamente con otra persona determinada, Pues el Derecho
Romano, en efecto, admite ciertas causas de incapacidad Relativa, fundadas, unas
por causa de parentesco y de alianza, otras sobre motivos de moral o de
conveniencia, y otras, en fin, por razones de orden político.
La incapacidad para contraer matrimonio
Parentesco.- entre parientes descendiendo unos de otros, el matrimonio está
prohibido hasta lo infinito, Semejantes uniones están reprobadas por todas las
legislaciones, pues violan descaradamente la moral y el respeto debido a los
ascendientes, tanto, que aun después de la ruptura de alguna adopción, el
adoptante no puede casarse con la que fue su hija adoptiva.

En línea colateral, es decir, entre parientes descendiendo de un mismo autor


común, el matrimonio está prohibido únicamente entre hermano Y hermana, y
entre personas de las cuales alguna sea hermano o hermana de un ascendiente del
otro; por ejemplo, entre tío y sobrina, tía Y sobrino, pues los tíos y las tías tienen
en algo la situación de padres y madres.

Los primos hermanos podían casarse, y estas uniones desconocidas en un


principio, se hicieron después bastantes frecuentes. Luego fueron prohibidas por
Teodosio el Grande, siendo finalmente levantada esta prohibición por Arcadio y
Honorio.

Afinidad. Se llama así al lazo que une cada esposo a los parientes del otro
esposo. Entre afines, está prohibido hasta lo infinito el matrimonio en línea
Directa; en cambio en línea colateral, y desde el Constantino sólo hubo
prohibición entre cuñado y cuñada, manteniendo Justiniano esta disposición.

Otras prohibiciones: Desde el origen de Roma, el matrimonio estaba prohibido


entre patricios y plebeyos, pero la ley de las Xll tablas sancionó esta
interdicción, que fue alzada por la Ley Canuleia en el año 308. Bastante tiempo
después estuvo también prohibido el matrimonio entre ingenuos y manumitidos
LEY CANULEYA
Hecho por Daysi Emilia Javier Silfa
Propuesta por C. Canuleyo el 445 a.c, permite el legítimo matrimonio entre patricios y
plebeyos.
Ley Canuleia en Roma es la dispensación en la época romana era la ley expedida en el año
445 antes C que permitió el matrimonio entre patricios y plebeyos. La estructura jurídica del

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matrimonio se desarrolló en la época de la República Romana, pero fue modificada durante el
Imperio. Hasta el 445 a. C., los únicos que tenían derecho a contraer matrimonio eran los
patricios. En ese mismo año, a través de la Ley de Canuleia, el matrimonio les fue permitido a
todos los ciudadanos, así como la unión entre los patricios y los plebeyos. Unión que se dio
entre los plebeyos ricos que habían sobrepasado a algunos miembros de la clase aristocrática
patricia que habían perdido sus ingresos. Favorecía el matrimonio por mutua conveniencia de
ambas partes. A partir de entonces la brecha entre ambas clases disminuyo La Ley de las XII
Tablas y la Ley Canuleia La ley de las XII Tablas fue un texto legal que contenía normas
para regular la convivencia del pueblo romano. También recibió el nombre de ley decemviral.
Por su contenido se dice que pertenece más al derecho privado que al derecho público.
Entonces en las Tablas XI, XII, llamadas las Tabulae Iniquae (Tablas de los injustos)Lo que
contenía ese "cajón de sastre" entre otras cosas, era la prohibición del connubium (matrimonio
desde el punto de vista jurídico, entre patricios y plebeyos). Posteriormente con la Lex
Canuleia esta prohibición queda derogada.

LA FILIACION
La filiación de los hijos en relación a la madre no presentaba problema alguno
por el hecho evidente del parto. Sin embargo, la filiación por línea paterna
presenta algunas peculiaridades que dan lugar a una clasificación de los hijos.

Existían dos líneas de parentescos: el parentesco cognaticio fundado en los


vínculos de la sangre y el parentesco agnaticio basado en la ley. Ahora bien el
parentesco de la sangre tiene dos líneas: la línea recta que va de ascendientes a
descendientes y la línea colateral que elevándose hasta el tronco baja nuevamente
hasta el pariente en línea horizontal que corresponda.

RAZONES DE LA DISOLUCIÓN DEL MATRIMONIO


ROMANO.
Existían dos razones por las cuales disolver el matrimonio: Por razones ajenas a
la voluntad de los cónyuges o bien por la voluntad de estos.
DISOLUCION DEL MATRIMONIO POR CAUSAS AJENAS A LA
VOLUNTAD DE LOS CONYUGES.
MUERTE DE UNO DE LOS CONYUGES:
Producida la muerte de uno de los cónyuges se disolvía el vínculo matrimonial y
el cónyuge sobreviviente recuperaba la aptitud nupcial. Si bien el hombre podía
casarse en forma inmediata, la mujer debía esperar un plazo mínimo de diez
meses para contraer nuevas nupcias. Ello debido a la presunción romana que
establece que se consideran hijos matrimoniales a los concebidos dentro de los
trescientos días siguientes a la disolución del matrimonio.
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PERDIDA DE LA CAPACIDAD DE LOS CONYUGES.
CAPITIS DEMINUTIO MAXIMA.
La Capitis Deminutio máxima implica la pérdida de la libertad de una persona y
su caída en esclavitud. Esta se podía dar en los siguientes supuestos: a) cuando
uno de los cónyuges cae en poder del enemigo. b) cuando se hace esclavo de un
particular o por Servitus Poenae por condena.
CAIDA EN CUATIVERIO:
En época clásica el matrimonio se disolvía por la cautividad, tanto de uno solo o
de ambos cónyuges. Si lograban regresar a Roma no pueden utilizar el ius
postlimini; esto es así porque el matrimonio no es un derecho, sino una situación
de hecho. Por lo que si al quedar libres, quisieran volver a ser marido y mujer
debían celebrar un nuevo matrimonio. Esto sucede en el derecho clásico, ya que
el matrimonio se funda en la voluntad continua y duradera de los cónyuges. Pero
en el derecho postclásico con la influencia de las ideas cristianas y por ser
considerado el consentimiento como acto inicial, esto se va a modificar.
En el derecho Justinianeo la cautividad no disuelve ipso iure el matrimonio. El
cónyuge que quedó en la patria debe esperar cinco años, transcurridos los cuales
puede ser disuelto el vínculo conyugal y contraer nuevas nupcias, siempre que
fuese incierta la supervivencia del cautivo. En cambio fue prohibido el nuevo
matrimonio si constaba realmente que el marido o la mujer vivía en cautividad.
Si a pesar de la prohibición, el cónyuge libre hubiera contraído segundas nupcias,
se lo consideraba como si se hubiera divorciado y se le aplicaban las penas
establecidas para el divorcio ilícito.
La legislación romana contemplando algunos supuestos especiales, consideró que
si ambos cónyuges hubieran sido cautivos y no hubiera cesado la cohabitación
entre ellos, el matrimonio subsistía si regresaban juntos.
CAIDA EN ESCLAVITUD POR SERVITUS POENAE.
En derecho romano, se disolvía el matrimonio por cualquier causal de esclavitud.
En derecho Justiniano, el matrimonio subsistía para los condenados a ad metalla
(trabajos forzados en las minas del Estado) y o a remar en las galeras el Estado.
Para llevar a la práctica el principio de la indisolubilidad del matrimonio, se
establece que los condenados ad metalla no son Servi Poenae, sino que
conservan su status de liberi.
CAPITIS DEMINUTIO MEDIA:
Con la pérdida de la ciudadanía, se disolvía el legítimo matrimonio, pues perdía
el connubium, pero subsistía como matrimonio iuris gentium el que, si cesaba la
causa que había provocado la pérdida de la ciudadanía de alguno de los
contrayentes, readquiría la condición de matrimonio justas nupcias. En derecho
justinianeo se estableció que la deportatio, que daba causa a la capitis deminutio
media no disolvía al matrimonio. Tampoco se disolvía el matrimonio en esta

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época si el conyugue cuyo status no hubiera sufrido modificación conservaba la
affectio maritali.
CAPITIS DEMINUTIO MINIMA:
No causaba en principio la disolución del matrimonio, salvo cuando sobrevenía
un impedimento matrimonial entre los cónyuges. Por ejemplo cuando el suegro
adoptaba al yerno o nuera, lo que crea un vínculo adoptivo matrimonio
incestuoso, por eso se disolvía. En derecho Justiniano se impuso necesariamente
la emancipación del cónyuge del adoptado.
OTRAS CAUSALES.
En derecho clásico el matrimonio se disolvía, cuando el marido de una liberta es
nombrado senador; Justiniano suprimió esta consecuencia. El matrimonio
Romano era Monogámico, por lo que si una persona se encontraba unida en
justas nupcias, no podía constituir con una tercera otra unión conyugal. Pero si se
unía a otra persona, subsistiendo el primer matrimonio, no se hablaba de bigamia,
se entendía que el nuevo matrimonio disolvía ipso iure el anterior, juzgándose
que con las segundas nupcias había cesado y quedaba automáticamente disuelto
el primero. Porque se entendía que cesaba la Affectio Maritalis.
En el derecho posclásico el nuevo matrimonio no disuelve el anterior. Esto es así
ya que en esta etapa el matrimonio se considera basado en el consentimiento
inicial de los cónyuges.

El Divorcio
Hecho por Eliana Sención De los Santos

La palabra divortium  representa, en el sentido jurídico, la ruptura del vínculo


matrimonial que une a dos cónyuges. Este sentido es muy general y recoge todos
los medios que permiten la disolución del matrimonio: Stricto sensu, si es por
mutuo acuerdo entre los cónyuges, o Repudium, si es por la voluntad de un solo
cónyuge.

Sin embargo, con frecuencia se habla indistintamente de divortium y repudium.


En alguna ocasión se ha dicho que el término repudium debe utilizarse cuando es
hecho por el marido, y divortium cuando lo hace la mujer; también se ha
mencionado que el repudium se aplica sólo a los que se han prometido
esponsales, viniendo a indicar el repudio entonces la decisión de no casarse con
la persona a la que se está prometido.

En cuanto a la evolución de estos términos, Bonfante nos contaba que en un


principio la palabra divortiumse aplicaba de forma activa para el esposo, hasta la
admisión de divorcio por parte de la mujer, se le adjudicó este término a ella,
siendo para el marido el repudio. Finalmente se acabó por dar un sentido general
a ambos términos. Según este mismo autor, en la época clásica, el repudio es la
manifestación de voluntad de uno de los cónyuges de no continuar con el
matrimonio, y el divorcio el efecto que produce la pérdida de la affectio
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maritatis en uno de los cónyuges o en ambos, y el cese de la vida en común. En
el derecho posclásico, el divorcio supuso la disolución matrimonial por mutuo
acuerdo y el repudio por voluntad de una sola parte.

Los romanos admitieron siempre la posibilidad del divorcio. Esto es una


consecuencia de la concepción romana del matrimonio, puesto que se exigía un
acuerdo continuo y si ese acuerdo faltaba , el hombre y la mujer no podían ser
considerados más como marido y mujer.

El matrimonio se disolvía por falta de la affectio maritalis, al respecto Bonfante


dice: "Declarar que el matrimonio perdura, no obstante el divorcio, que significa
la cesación de la affectio maritalis, era una cosa que no podía caber en un
intelecto romano."
En las primeras épocas de Roma, la sola pérdida de la affectio maritalis hacía
cesar el vínculo matrimonial. Lo que permitió que el matrimonio pudiera
disolverse por voluntad de ambos cónyuges o por voluntad de uno solo.
Algunos autores establecen que se utiliza el término Repudium, cuando sucede
por la voluntad de uno solo de los cónyuges (en principio del marido luego se
extiende a la mujer) y el término divorcio cuando es por mutuo consentimiento.
Así, Modestino explica "se dice divorcio entre marido y mujer" "pero se
considera que a la esposa se le envía repudio".
Existe una antigua ley atribuida al primer rey de Roma, Rómulo, que prohíbe a la
mujer dejar a su marido, pero permite al marido repudiar a su mujer en caso de
envenenamiento de la prole, o de sustracción de las llaves y por causa
de adulterio. Esta ley ordena que si el marido repudia a su mujer por otros
motivos, la mitad de su fortuna pertenezca a la mujer y que la otra sea consagrada
a Demeter, y que a aquel que ha repudiado a su mujer ofrezca un sacrificio a los
dioses infernales. .

Causas del Divorcio


El divorcio podía efectuarse de dos maneras: a) Bona qratia, es decir, por la
mutua voluntad de los esposos, no siendo requerida de esta manera ninguna
formalidad, pues el desacuerdo disuelve lo que el consentimiento había unido.
b) Por repudiación, es decir, por la voluntad de uno de los esposos, aunque sea
sin causa. La mujer tiene este derecho lo mismo que el marido, excepto la mujer
manumitida y casada con su patrono y para facilitar la prueba de la repudiación,
la ley Julia de adulteriis exige que el que intente divorciarse notifique al otro
esposo su voluntad en presencia de siete testigos, oralmente o por una acta
escrita, que le era entregada por un manumitido.
Las leyes de Augusto exigían las siguientes condiciones:

Manifestación de voluntad. Debía ser una voluntad verdadera, firme y


definitiva, debiendo proceder de una persona juiciosa, haber sido reflexionada y
con intención de separarse de por vida (en caso de haber sido expresada la
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voluntad de divorcio en un momento de arrebato, posteriormente puede
permanecer en su decisión, en cuyo caso el divorcio será válido, o arrepentirse, lo
cual anula el divorcio), debe permanecer hasta que se haga la notificación al otro
cónyuge (en caso de arrepentirse, se actúa en base a lo que manifieste el cónyuge
que recibe la notificación). La voluntad podía expresarse bien oralmente, bien
por escrito (generalmente por medio del libellus, compuesto de hojas de
pergamino con un cuerpo escrito).

Intervención del liberto. La declaración del divorcio era transmitida por medio
de un liberto, probablemente con objeto de evitar enfrentamientos entre los
propios esposos. Durante el Imperio, la expresión libertum remittere es sinónimo
de repudium. La notificación carecía de carácter jurídico (excepto por la
inscripción del divorcio en las acta publica), y podía ser hecha directamente al
otro cónyuge, a su paterfamilias (si se trata de un alieni iuris), o la persona que
esté bajo su poder (si es sui iuris).

Intervención de los testigos. El divorcio requiere la presencia de siete testigos,


todos ellos ciudadanos romanos y púberes, previamente convocados para la
ceremonia, no pudiendo contarse el liberto que notificó el divorcio como testigo.

Conclusión
En conclusión El matrimonio en Roma era una de las principales instituciones de
la sociedad y tenía como principal objetivo generar hijos legítimos que heredasen
la propiedad y la situación de sus padres. Y actualmente sigue siendo una
institución social
Existían dos tipos de matrimonios, el matrimonio con manus y sin manus en el
matrimonio con manus la esposa pasaba a ser hija de la familia del esposo por lo
que el esposo quedaba con todos los bienes de la esposa y el matrimonio sin
manus los bienes seguían perteneciendo a la esposa.
Cuatro condiciones eran necesarias para que el matrimonio fuera valido la
pubertad de los esposos, su consentimiento, el consentimiento del jefe de familia
y por último El connubium.
Con la ley canuleia fue permitido el matrimonio entre patricios y plebeyos y
permitía a los hijos habidos de tales matrimonios heredar el status o condición
social del padre.
El divorcio no es más que la ruptura del vínculo matrimonial entre los
conyugues, pero en Roma, para que esta voluntad de separarse de los esposos o
uno de ellos puede efectuarse podía ser de dos maneras: Se conocía como la
Bona gratia el divorcio por mutuo acuerdo de los esposos y por repudiación la
voluntad de uno de los esposos, sabiendo que si la esposa estaba bajo la autoridad
o manus del marido no contaba con el derecho se repudiarlo pero la mujer que no

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era manumitida si tenía el mismo derecho que su esposo repudiar aun sea sin
causa.

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