HORA SANTA Corpus Christi

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HORA SANTA / SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI

EXPOSICION

CANTO:
YA NO ERES PAN Y VINO

ESTACION AL SANTISIMO

Ministro:
En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

CREEMOS EN TI SEÑOR… PERO AUMENTA NUESTRA FE.


Padre Nuestro, Ave María y gloria al Padre.

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.


El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

ESPERAMOS EN TI SEÑOR…PERO AUMENTA NUESTRA ESPERANZA.


Padre Nuestro, Ave María y gloria Padre.

En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.


El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

TE AMAMOS SEÑOR…PERO AUMENTA NUESTRA CARIDAD.


Padre Nuestro, Ave María y gloria Padre.

Comunión Espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te
amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Mas no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente, ven a lo menos. Espiritualmente a mi corazón.

(Pausa en silencio para adoración)

Y Como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno enteramente a TI. No permitas, Señor,


que me separe de Ti. Amén.

CANTO
YA NO ERES PAN Y VINO (2DA PARTE)
MINISTRO: Señor mío Jesucristo, …
TODOS: Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser tú quién eres y
porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y
propongo firmemente enmendarme y confesarme a su tiempo. Ofrezco cuanto bueno
hiciere en satisfacción de mis pecados. Confió en tu bondad y misericordia, que me
perdonaras y me darás gracia para nunca más pecar. AMEN

PROCLAMACION DE LA PALABRA
DEL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN. 6,52-66.
Discutían entre sí los judíos: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”. Jesús les dijo:
“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último
día. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come
mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Lo mismo que el Padre que vive y
me ha enviado, y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí” … Muchos de
sus discípulos dijeron: “Muy duro es este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?” … Desde
entonces, muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él… Pero Simón
Pedro respondió: “Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna”.
PALABRA DE SEÑOR. TODOS: GLORIA A TI SEÑOR JESUS.

RELEXION
¿Qué significó la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, aclamado por el pueblo, montado
sobre un asnillo, y recorriendo los caminos, alfombrados con ramos verdes y con las
vestiduras de sus entusiastas seguidores?…

Allí se juntaron la grandeza con la humildad, la fe con la incredulidad, el amor de unos con
el odio de otros… Allí se reveló ya lo que iba a ser la presencia de Jesucristo, el “Dios hecho
hombre”, en medio de su pueblo cuando se quedase con nosotros en la Santa Eucaristía.
Unos iban a rodear su Sagrario mientras lo adornan con las flores más bellas y entonan en
torno suyo las canciones más ardientes. Otros lo iban a desconocer de la manera más
incomprensible, y habría muchos que lo aborrecerían con odio satánico y cometerían contra
Él unos sacrilegios inconcebibles también.

La Palabra de Dios puede iluminar este hecho singular, cuando le dice a Israel: “No hay
nación tan grande que tenga sus dioses tan cercanos como Yahvé, nuestro Dios, lo está de
nosotros” (Deuteronomio 4,7). Y, con Jesús ya en el mundo, viene la acusación del Bautista
en el Jordán: “En medio de ustedes está uno a quien no conocen” (Juan 1,26)

Dos realidades que vivimos en la Iglesia. Por una parte, Jesús, el “Dios con nosotros”, no
puede estar más cercano. ¿Qué más podemos pedirle si se ha quedado día y noche en la
morada de su Sagrario, quieto sin moverse nunca, esperando a todos y recibiendo a cuantos
desean visitarlo?…

Por otra parte, el Jesús del Sagrario es el gran desconocido. Para muchos católicos, como si
no existiera. Para otros cristianos, negado en el Sacramento.
Ante estas actitudes, se alza la nuestra de verdaderos creyentes, por la gracia de Dios.
Creemos en la presencia de Jesús, y lo adoramos. Creemos, y nos unimos a Él en el Altar.
Creemos, y lo recibimos en la Comunión. Creemos, y lo acompañamos en su Sagrario.
Creemos, y hoy lo paseamos triunfalmente por nuestras calles, para que bendiga nuestros
pueblos, nuestras casas, a nuestras familias y a todos los conciudadanos nuestros, creyentes
y no creyentes, llevando a todos su salvación…

CANTO EUCARISTICO:
EL MEMORIAL (ADORO TE DEVOTE)

ORACION
MINISTRO:
Señor Jesucristo, el manso y humilde de Corazón,
hoy quieres que te tributemos un honor espléndido,
digno de tu majestad infinita. Lo que en el Jueves Santo
nos impiden hacer las lágrimas por tu Pasión,
hoy se nos convierte en gozo desbordante.
Nosotros queremos agradecerte en este día
el amor inmenso que te movió en la Última Cena
a quedarte Sacramentado hasta el fin del mundo.
Aquí estamos, Señor, mirándote, amándote,
y unidos a toda la Iglesia que hoy te aclama jubilosa.

ACLAMACIONES
LECTOR: Jesús, Dios cercanísimo que moras entre nosotros.
TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, Pan de los Ángeles, hecho Pan de los hombres.


TODOS (Cantando): Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, Amor de los amores, Dios que estás aquí.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, manso y humilde, que aceptas nuestros homenajes.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, desconocido del mundo y vivo para los creyentes.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, Hostia pura de nuestros Altares.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, alimento nuestro en la comunión.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!
LECTOR: Jesús, Amigo nuestro en la intimidad de tu Sagrario.
TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, Rey amoroso en el esplendor de nuestras Custodias.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, que gozas con nuestras flores y nuestros cantos.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, reconocido por la fe viva que nos infundes.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

LECTOR: Jesús, a quien esperamos ver sin velos en la Gloria.


TODOS (Cantando): ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

MINISTRO: Señor Jesús….


TODOS: que en este admirable Sacramento te has quedado presente Tú mismo para que
nos sea un imposible olvidarnos de ti. Haz que yo viva pendiente de tu presencia adorable,
para corresponder con amor al amor inmenso que has derrochado al darte en Pan de Vida
y al hacerte el compañero de nuestra peregrinación.

MINISTRO: Madre María,….


TODOS: en cuyo seno se amasó el Pan celestial que ahora nos comemos en la Comunión.
Tú, que en la primitiva Iglesia eras comensal asidua cuando los Apóstoles de Jesús partían
el Pan, enséñame a tener hambre de este manjar del Cielo y a hacer compañía al Jesús que
se queda en el Sagrario.

COMPROMISO
La crítica de hoy en la Iglesia ha hecho que muchos católicos dejen de lado el culto solemne
y clamoroso al Señor Sacramentado. Ciertamente, que Dios quiere ante todo nuestro culto
íntimo, serio, más que el que se queda en simples y vanas exterioridades. Pero, ¿quiere
decir esto que está mal el homenaje espléndido y sincero que tributamos al Señor en la
Eucaristía?… ¿Soy yo de esos que no participan en las solemnidades por creerlas de gente
vulgar o poco preparada?… ¿No coopero a la alegría del culto con mis cantos, las flores y el
entusiasmo que derrochan los pobres y sencillos, que suelen ser los mayores amantes de
Jesús?…

CANTO EUCARISTICO
MI ORACIÓN DE HOY
PRECES

MONITOR:
Cristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su Cuerpo y su Sangre para la vida del
mundo. Nosotros le decimos ahora:

TODOS: Cristo, Pan celestial, danos la vida eterna.

LECTOR: Cristo, maná del cielo, que haces que formemos un solo cuerpo todos los que
comemos del mismo pan.
TODOS: refuerza la paz y la armonía de todos los que creemos en ti.

LECTOR: Cristo, médico celestial, que por medio de tu Pan nos das un remedio de
inmortalidad y una prenda de resurrección.
TODOS: devuelve la salud a los enfermos y la esperanza viva a los pecadores.

LECTOR: Cristo, Rey venidero, que mandaste celebrar tus misterios para proclamar tu
muerte hasta que vuelvas.
TODOS: haz que participen de tu resurrección todos los que han muerto en ti.

Ahora, unidos a Cristo, como él esta unido al Padre, elevemos nuestra voz a Dios con la
oración que Jesús nos enseñó cantando.

PADRE NUESTRO (CANTANDO)

MINISTRO:
Señor Sacramentado, Pan de los Ángeles y Pan nuestro celestial, que te nos das como
prenda del banquete del Reino y que permaneces con nosotros día y noche en tu Sagrario.
Nosotros queremos vivir de ti para que nos llene la vida de Dios. Jesús, si nuestra fe te ve
ahora oculto en los velos sacramentales, que un día te veamos cara a cara en los
esplendores de la Gloria. Así sea.

Algunos testimonios.
Es conocida la ilusión que la procesión del Corpus le causaba a Santa Teresa del Niño Jesús:
“Me encantaban sobre manera las procesiones del Santísimo Sacramento. ¡Qué dicha
sembrar flores al paso de Dios! Pero antes de dejarlas caer, las lanzaba lo más alto que
podía; y cuando mis rosas deshojadas tocaban la sagrada custodia, mi felicidad llegaba al
colmo”. Un alma tan escogida tuvo que sentir algo muy especial al recibir por primera vez a
Jesús. “Mi Primera Comunión ha quedado grabada en mi vida como un recuerdo sin nubes…
El más hermoso de los días, fue una jornada de Cielo… No me cansaba de repetir
interiormente las palabras de San Pablo: “¡Ya no vivo yo; es Jesús quien vive en mí!”…
El Profesor Clot Bay, fundador de la Facultad de Medicina en Egipto, va por las calles de
Marsella acompañado por un grupo de discípulos y topan con el sacerdote que lleva el
Viático. Bay se detiene y hace una profunda inclinación, que suscita el comentario de un
alumno descreído:
¿Pero, usted cree que el Todopoderoso puede estar en las manos de un sacerdote?
A lo que contesta el insigne Profesor:
Sí, lo creo. Ustedes sólo conocen el poder de Dios, pero no su amor.

Señor Jesús, permítenos experimentar tu amor, a través de tu presencia entre nosotros.

CANTO EUCARISTICO Y BENDICIÓN


ESTARÉ CONTIGO – JON CARLO

SACERDOTE: Les diste Pan bajado del Cielo.


PUEBLO: Que contiene en si toda dulzura.

OREMOS:
Oh Dios, que bajo este admirable sacramento nos has dejado el memorial de tu Pasión: te
pedimos, venerar de tal modo los Sagrados Misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre que
sintamos continuamente en nuestras almas el fruto de tu Redención, tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
TODOS: AMÉN.

ALABANZAS DE DESAGRAVIO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

Sagrado corazón de Jesús… en ti confió.


Santa María de Guadalupe Reina de México… salva nuestra patria y aumenta nuestra fe.

CANTO EUCARISTICO FINAL.


CUAN GRANDE ES MI DIOS – JON CARLO

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