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Concierto de Aranjuez
en todas partes, fue mejor así. Segovia me encargó después una obra, la
Fantasía para un gentilhombre. La estrenó en San Francisco, EE.UU., en 1958.1
Ha transcurrido casi un cuarto de siglo desde la entrevista de Hart-
man y aún hoy la relación de Andrés Segovia (1893-1987) con el Con-
cierto de Aranjuez que, por supuesto, llevaba planteándose desde años
antes de la conversación entre Rodrigo y el periodista, sigue siendo
tema de debate. Resulta sorprendente que el guitarrista más famoso de
su época sea casi el único intérprete importante que no ha grabado ni
tocado en público la más aplaudida de las composiciones escritas para
nuestro instrumento, algo que aún extraña más conociendo el compro-
miso de Segovia con la recuperación de esa formación instrumental: el
concierto para guitarra y orquesta.
Zarabanda lejana
Joaquín Rodrigo y Andrés Segovia se conocieron en París «en las
reuniones semanales de la Revue Musicale».2 Joaquín Rodrigo, que ya
había compuesto algunas obras, incluida la Zarabanda lejana para gui-
1. Entrevista realizada por Thomas Hartman a principios de marzo de 1986 y publicada en Guitar
International, vol. 15, nº 1, agosto, 1986, p. 11. Este es el original en inglés:
—Of all those who haved played the Concierto de Aranjuez…
—Everybody!
—Well, almost everybody. Everybody minus one, right…?
—Yes, minus one.
—Of all those who have played it, whose version do you prefer?
—Many (pause)
—You’re not going to say who you prefer, are you?
—No, no. It’s impossible, there are so many. They all have their personalities, the great
guitarists. Since all the great guitarists have done it…
—Of course, the very interesting thing, for many people, is the one who doesn’t play it.
—(Laughs) Yes.
—Clearly the Concierto de Aranjuez didn’t need Segovia…
(Laughs)
—Perhaps Segovia needed the Concierto?
—No, I sent it to him, but as it had already been premiered and he likes to give the first
performance himself…, then, of course, as it began to become popular, to be played all over
the place, it was better that way. Afterwards he did commission a work from me, the Fantasía
para un Gentilhombre. He gave the premiere of that in San Francisco, USA, in 1958.
2. Joaquín Rodrigo: «Adiós a Andrés Segovia», notas al programa de mano del concierto
«Homenaje a Andrés Segovia» celebrado el 7 de octubre de 1987 en el Teatro Real de Madrid.
En este homenaje, Narciso Yepes actuó como solista en tres conciertos para guitarra dedicados
a Segovia: Concerto de Castelnuovo-Tedesco, Concierto del sur de Ponce y Fantasía para un
gentilhombre de Rodrigo. Agradezco esta información a Javier Suárez-Pajares.
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3. Rafael Díaz Gómez y Vicente Galbis López (eds.): Eduardo López-Chavarri Marco, correspondencia,
vol. 2, Valencia: Generalitat Valenciana, 1996, pp. 192-193.
4. Alberto López Poveda afirma que en 1924 Andrés Segovia y su primera esposa Adelaida
Portillo fijaron su residencia en Lausana (Suiza), en la pensión Le Crépuscule: «en 1926 en
Ginebra (Florisant, 15) y, posteriormente, en París (12 rue de l’Étoile)» (Alberto López Poveda:
Andrés Segovia: vida y obra, vol. 2, Jaén: Universidad de Jaén, 2009, p. 983). En una carta a Ponce,
que Miguel Alcázar fecha en marzo de 1928, Segovia dice que acaba de firmar el contrato de
un piso en Ginebra (Miguel Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, Columbus: Orphée, 1989,
p. 27). El 22 de abril de 1928 se publicó en El Imparcial una noticia explicando que Segovia iba a
establecer su residencia en Ginebra.
5. Véase noticia en el Journal de Genève de 22-xi-1927.
6. Ese día Segovia embarcó en el puerto francés de Cherburgo rumbo a EE.UU., donde iba a
actuar por primera vez (Allan Clive Jones: «The Judgement of Paris». Part 3: ‘Incontestably a great
artist’, Classical Guitar, vol. 17, nº 2, octubre, 1998, p. 22).
126 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
7. Agradezco esta información a Salvador Alamar. Rafael Balaguer fue de 1950 a 1977 presidente
de la sociedad «Amigos de la guitarra» de Valencia. Sin embargo, Amparo Martínez, tesorera
de esa misma sociedad, nos explica cómo desde 1961 (es decir, durante la presidencia de Rafael
Balaguer) José Balaguer desempeñó «los cometidos de Presidente de la sociedad, aunque siempre
firmaba las actas como 1er. Vocal-Presidente o Presidente Accidental». Véase Amparo Martínez
Gil: «Sociedad ‘Amigos de la guitarra’, 50 años de historia», <http://www.uv.es/~hontanga/
AmigosGuitarra/historia.htm> (consulta realizada el 1 de mayo de 2010). También sabemos
que el padre de Rafael Balaguer, de quien desconocemos el nombre, estaba relacionado con el
mundillo de la guitarra (Andrés Segovia: An autobiography of the years 1893-1920, Londres: Marion
Boyars, 1977, pp. 90 y ss). José Balaguer estudió guitarra con Joaquín García de la Rosa (1873-
1945) que fue a su vez alumno de Tárrega. Este dato lo ofrece Rafael Balaguer el 11 de julio de
1944 en la emisora Radio Valencia con motivo de un homenaje a García de la Rosa (agradezco la
información a Francisco Herrera quien la incluirá en la actualización –de próxima publicación–
de Francisco Herrera: Enciclopedia de la guitarra, tercera edición, Valencia: Piles, 2006).
8. Joaquín Rodrigo: «El vuelo actual de la guitarra», Ya, 9-vii-1961. Reproducido en Antonio
Iglesias: Escritos de Joaquín Rodrigo, Madrid: Alpuerto, 1999, p. 286. En 1934 se publicó una segunda
edición de la Zarabanda lejana, digitada por Emilio Pujol, en la colección para guitarra que dirigía
este último para la editorial Max Eschig de París. De 1993 es la tercera edición, digitada por Pepe
Romero, en Ediciones Joaquín Rodrigo de Madrid.
9. Joaquín Rodrigo: «El vuelo actual de la guitarra», op. cit. Josep Mª Mangado (a quien agradezco
que me haya facilitado una copia de la primera edición de la Zarabanda lejana) nos ofrece datos
de interés sobre esta obra de Rodrigo en su artículo: «Concierto de Aranjuez. Prima esecuzione:
Barcellona, 9 novembre 1940», Parte prima, Il Fronimo, nº 127, julio, 2004, pp. 21-22. Véase también,
Javier Suárez-Pajares: «El encuentro de Rodrigo con la guitarra», Centenario Joaquín Rodrigo. El
hombre, el músico, el maestro, (catálogo de la Exposición del Centenario), Madrid: Sinsentido, 2001,
pp. 38-49.
10. Leopoldo Neri ha encontrado la referencia a un concierto de Sainz de la Maza en Buenos
Aires, en el que interpretó la Zarabanda el 25 de septiembre de 1929 (Leopoldo Neri de Caso:
«Joaquín Rodrigo e la Toccata para guitarra», Il Fronimo, nº 133, enero, 2006, p. 17).
11. Graham Wade: Joaquín Rodrigo - A Life in Music. Travelling to Aranjuez: 1901-1939. Withernsea:
GRM Publications, 2006, p. 34.
Julio Gimeno 127
12. Agradezco a Francisco Herrera que me haya facilitado una copia de esta fotografía.
13. En una carta a Rodrigo, de 7 de noviembre de 1954, Segovia dice que la Zarabanda «ya está
impresionada en disco», Victoria Kamhi de Rodrigo: De la mano de Joaquín Rodrigo, segunda
edición, Madrid: Ediciones Joaquín Rodrigo, 1995, p. 225.
14. Citado en Frédéric Zigante: «Joaquín Rodrigo e i Tres piezas españolas para guitarra», Il
Fronimo, nº 109, enero, 2000, p. 26.
128 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
15. Corazón Otero: Alexandre Tansman, su vida y obra para guitarra, segunda edición, México:
Ediciones Yólotl, 1997, p. 21. Es posible que también allí escuchase Joan Gibert Camins (1890-
1966), pianista, clavecinista y compositor catalán, a Segovia tocando la Chacona de Bach. Gibert
había llegado a París en 1920 y desde allí «colaboró con la Revista Musical Catalana» (Montserrat
Bergadà: «Gibert Camins, Joan», Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. 5, Madrid:
SGAE, 1999, p. 595). En 1928, el año de su vuelta a Barcelona, en una crónica para esa publicación
en la que comenta el regreso de Segovia tras su primera gira americana de enero a marzo de 1928,
Gibert afirma que es algo inaudito escuchar a Segovia tocar la Chacona (Revista Musical Catalana,
julio, 1928, p. 243. Agradezco esta información a Josep Mª Mangado). Precisamente en las
reuniones de la Revue Musicale escuchó Alexandre Tansman a Segovia interpretando esa misma
obra, en 1925 (Alexandre Tansman: «Homage to Andrés Segovia», Guitar Review, nº 52, invierno,
1983, p. 37). En una carta de 20 de julio de 1927, Segovia le cuenta a Ponce que está trabajando en
la Chacona «con delirio» (M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 11), pero el estreno
público en París de esta transcripción de Segovia no se produciría hasta varios años después, el
4 de junio de 1935, en la Salle Gaveau, si bien Segovia ya la había tocado en público en diferentes
ocasiones con anterioridad a esa fecha (en Madrid, en EE.UU. y quizá en algún otro lugar).
16. Ver nota 8. Si Rodrigo le hizo entrega a Segovia de un ejemplar de la primera edición de
la partitura en años anteriores, éste podría haberse extraviado durante el saqueo del domicilio
barcelonés de Segovia en 1936 (ver más adelante en el texto principal) o cuando dejó su casa en
Montevideo para irse a vivir a Nueva York con Olga Praguer de Coelho.
17. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid. La cursiva es nuestra.
18. Se trató de un concierto a beneficio de la Société Française de Musicologie. La crónica de
Rodrigo se publicó en la Revista Musical Catalana, junio, 1929, pp. 250-51 (agradezco esta
información a Josep Mª Mangado).
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principal y nota 30). El Concerto para guitarra y orquesta, op. 99, de Mario Castelnuovo-Tedesco
se estrenaría el 28 de octubre de 1939 en Montevideo. Matanya Ophee escribió un artículo en
1985 en el que demuestra que el de Castelnuovo-Tedesco no fue el primer concierto para guitarra
del siglo xx. El Sr. Ophee también se pregunta si Segovia, que llegó a México para una gira el 13
de febrero de 1933, pocos días después de que Rafael Adame tocase su Concierto para guitarra
y orquesta (el 5 de febrero de 1933), pudo haber tenido noticia de ello. Véase, Matanya Ophee:
«The First Guitar Concerto... And Other Legends», Classical Guitar, vol. 3, nº 11, julio, 1985, p. 23.
24 «From the beginning of my career». El propio Segovia matiza en su discurso que estos
propósitos se formulan en principio sin precisión «dado que era un niño de nueve años», pero
que conforme se fue familiarizando con el instrumento y sus posibilidades, fueron definiéndose
con mayor claridad (Discurso de aceptación del doctorado honoris causa por la Florida State
University, Guitar Review, nº 32, op. cit.).
25 M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 44.
26 Ibíd., p. 47. En el diario Abc, 4-vii-1930, se habla de una «sinfonía para guitarra y orquesta» de
Moreno Torroba «de la que será primer intérprete Andrés Segovia». En 1933, Segovia le cuenta a
Ponce que Moreno Torroba «ha ido trabajando para reparar el fracaso del intento de hace años» y
que también Joaquín Turina y Joan Manén tienen la intención de escribir sendos conciertos para
guitarra (M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 146).
27 En la Fundación «Andrés Segovia» de Linares se conservan varios manuscritos de Moreno
Torroba con obras para guitarra y orquesta. Véase, Luigi Attademo: «El repertorio de Andrés
Segovia y las novedades de su archivo», Roseta, nº 1, octubre, 2008, pp. 69-100.
28 Andrés Segovia también grabaría y tocaría en actuaciones públicas sendos arreglos para guitarra
y orquesta de dos conciertos de Luigi Boccherini, originales para violonchelo y orquesta. Los arreglos
fueron hechos por Gaspar Cassadó. Véase A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 2, p. 1073.
Julio Gimeno 131
bos (compuesto en 1951), fue grabado por Segovia pero en público sólo
lo interpretó el día de su estreno el 6 de febrero de 1956.29
En una última etapa de su carrera, Segovia se desligó de esta forma
instrumental y en la entrevista mencionada antes, de 1977, declaró que
nunca más tocaría conciertos para guitarra y orquesta:
Nunca más. Por numerosas razones. Primero, yo introduje la guitarra con la
orquesta –pidiéndole a Castelnuovo-Tedesco que escribiese el primer concier-
to de nuestra época– porque quería elevar la guitarra a un primer nivel, como
el violín, el piano o el violonchelo. Pero, aunque los conciertos de Castelnuo-
vo-Tedesco, de Ponce y de Rodrigo son muy bellos –bellos con y sin guitarra–,
cuando se coloca la guitarra al lado de la orquesta, nos llevamos cierta decep-
ción. La guitarra a solo es capaz de sugerir muchos colores distintos, aludiendo
a varios instrumentos, como el oboe, la flauta, el violonchelo, el violín, etc. Esto
produce la impresión de una rica orquestación. Pero si colocamos la guitarra
frente al hecho real –al oboe real, la flauta real, el violonchelo real– desaparece
esta cualidad especial de la guitarra, se torna poco convincente. Y además, el
sonido de la guitarra se vuelve un tanto chillón y monocromático. Por tanto,
en cuanto he logrado colocar la guitarra en un primer nivel, he decidido no
volver a tocar nunca más con orquesta.30
the guitar on the first level, I decided not to play any more with orchestra. («A Conversation.
Andrés Segovia – Vladimir Bobri», op. cit., pp. 3-4).
31. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 274.
32. Leopoldo Neri dice que la sonorización de la guitarra fue un problema que «obsesionó a
Sainz de la Maza desde el estreno del Concierto de Aranjuez» (Leopoldo Neri de Caso: «En torno
al estreno del Concierto para guitarra y orquesta de Fernando Remacha», en Javier Suárez-Pajares
(ed.): Joaquín Rodrigo y la creación musical en los años cincuenta, Valladolid: SITEM-Glares, 2008,
p. 254). Neri nos informa de que Sainz de la Maza amplificó la guitarra en el estreno, el 4 de
octubre de 1956, del Concierto para guitarra y orquesta de Fernando Remacha (ibíd). También hay
referencias sobre el empleo de la amplificación por este guitarrista en actuaciones a solo anteriores
a su primera confrontación con la orquesta en 1940, en el estreno del Concierto de Aranjuez, como
por ejemplo en su debut en EE.UU., el 13 de agosto de 1937. Sobre ese concierto, Sainz de la
Maza escribió a su cuñado Víctor de la Serna: «Toqué ante más de 5.000 ó 6.000 personas –con
micrófono, naturalmente–» (Leopoldo Neri de Caso: «La guitarra como símbolo nacional: de
la música a la ideología en la España franquista», Congreso La Guerra Civil Española 1936-1939,
2006, <http://actascongresoguerracivil.secc.es/archivos/pdf/22_3_neri_de_caso.pdf > consulta
realizada el 5 de mayo de 2010). Sobre este tema véase también el artículo de Leopoldo Neri en
este mismo libro.
33. En 1958 Segovia iba a interpretar en París el Concerto para violão de Heitor Villa-Lobos y sobre
este tema escribió su autor: «…si bien la guitarra se basta por sus propios medios para colmar
una sala en recital –sobre todo con un Segovia–, ella no puede en un concierto enfrentarse con
Julio Gimeno 133
toda una masa orquestal. En mi opinión, la guitarra puede y debe ser amplificada con la ayuda
de un micrófono. La técnica ha hecho enormes progresos y se puede afirmar que el carácter del
instrumento no sería de ningún modo desnaturalizado. ¿Por qué privarse de esta posibilidad que
nos ofrece? Pero Segovia no quiere oír hablar de ello, y yo lo lamento sinceramente» (Artículo
de Heitor Villa-Lobos en Guitare et Musique, junio-julio-agosto, 1958. Citado por Carlos Usillos:
Segovia, Bilbao: Dirección General de Bellas Artes, 1973, p. 86). A pesar de estar programado en
varias ocasiones, tras su estreno en Houston en 1956 Segovia no volvería a interpretar en público
el Concerto de Villa-Lobos ni en París ni en ningún otro lugar. Curiosamente, en febrero de 1968
un periódico publicó la noticia de que Segovia había amplificado la guitarra en un concierto que
tuvo lugar en Washington. Al parecer la amplificación se llevó a cabo sin que Segovia se percatase
de ello (Oscar Ghiglia: «A Decade Near the Maestro», Guitar Review, nº 52, invierno, 1982, p. 35).
34. «A Conversation. Andrés Segovia – Vladimir Bobri», op. cit., p. 4.
35. George Clinton: «John Duarte», Andrés Segovia, an Appreciation, Londres: Musical New
Services, 1978, p. 63. Este es el original en inglés: «I remember seeing him at the Festival Hall
play the Rodrigo Fantasia, and the conductor obviously had not absorbed Segovia’s method and
phrasing and tempos, and many were the times when Segovia was a beat or two away from the
orchestra, which was purely the conductor’s fault. It was his job to follow the soloist. I remember
Segovia giving him some very black looks out the corner of his eye».
36. John W. Duarte no nos da una fecha de este concierto, pero seguramente tuvo lugar a finales
de los años cincuenta o principios de los sesenta del pasado siglo.
134 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
Concierto de Aranjuez
Volviendo al Concierto de Aranjuez, de las respuestas que Rodrigo le
da a Thomas Hartman en la entrevista citada al principio, podemos de-
ducir la razón de que, según Rodrigo, Segovia nunca tocase en público
ese concierto: «…yo se lo envié, pero como ya había sido estrenado y
a él le gusta dar las primeras audiciones…».39 Por su parte, Segovia
habló del tema con María Antonia Iglesias.40 En una extensa entrevista
que le concedió en 1973, dice Andrés Segovia:
37. «I have no style, I change every time… In the past the public did not understand music,
but now, through records, cassettes, they know so much, you no longer have to exaggerate.
My playing has become simpler, and simplicity is wisdom» (Edward Behr: «Bravos for and
Old Master», Neesweek, 31-v-1982, p. 76. Citado en Matanya Ophee: «Some Considerations of
19th Century Guitar Music and its Performence Practice Today. Part ii: Performance Practice
–Concluded–», Classical Guitar, vol. 5, nº 4, diciembre, 1986, p. 27).
38. «Similar wisdom on the part of the leading guitarists today is a quality which one is hard
pressed to find. The guitar, much to our loss, has not enjoyed the same growth and maturity as
the piano did in the same time period. It stagnated instead in a hopeless discrepancy between
the stated aims of his prophets to elevate it to a lace of honour and respect in the family of music,
and the reality of their parochial shortsightedness and their preference of the personality cult
over the cultivation of scholarship and knowledge». Matanya Ophee: «Some Considerations…»,
op. cit, p. 27.
39. Guitar International, vol. 15, nº 1, op. cit., p. 11.
40. Periodista nacida en 1945, hija de Antonio Iglesias Álvarez (1918), pianista, musicólogo y
crítico gallego, amigo de Segovia.
Julio Gimeno 135
41. María Antonia Iglesias: «Andrés Segovia», Los Españoles, nº 23, Madrid: Publicaciones
controladas, 1973, pp. 249-50.
42. [Nota del traductor]. Duarte escribe «chord tremolo» seguramente para indicar que la voz
superior del acorde en cuestión va alternando entre dos notas.
43. John W. Duarte: «Letters to the Editor», Classical Guitar, vol. 11, nº 9, mayo, 1993, p. 55. Este
es el original en inglés:
«Many years ago I asked him why he had never played it; he said that certain passages lay too
high on the fingerboard and sounded like a mandolin, and he did not like the loud passages
of chord tremolo with which the orchestra was spurred to action near the end of the slow
movement».
136 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
escuchado, como usted dice, que el Sr. Segovia suele tocar conciertos que
le hayan dedicado, pero no sé si es éste o no el caso con mi concierto».44
Veremos más adelante que, a pesar de lo que Rodrigo le dice a Duar-
te, él y Segovia sí que trataron sobre hacer cambios en la partitura del
Concierto de Aranjuez, tanto por carta como cara a cara. Sobre el tema
de la dedicatoria del concierto, Antonio Iglesias menciona «la leyenda
de que, Andrés Segovia, estuviese dolido con él [con Rodrigo] por no
haber sido destinatario de su Concierto de Aranjuez», a lo que Rodrigo
contestó en una entrevista de 1959:
No creo, ni he creído nunca, que [Segovia] estuviera dolido. Él ha com-
prendido muy bien que no tratándonos mucho, como no nos tratábamos,
en el año 38 y 39, separándonos unos océanos, separándonos unas guerras,
separándonos una serie de cosas como la guerra mundial nada menos,
era imposible que este Concierto hubiera sido para él. Estoy seguro de que
nunca ha tenido la sensación de estar dolido…45
Antes de examinar la correspondencia entre Rodrigo y Segovia, y
otras fuentes, para intentar arrojar más luz sobre todas estas cuestio-
nes, veamos el texto verdaderamente llamativo que escribe Alberto
López Poveda sobre el particular:
Es en este año, 1940, cuando Joaquín Rodrigo estrena el Concierto de Aran-
juez para guitarra y orquesta que representa una preciada y preciosa aporta-
ción al repertorio de guitarra. El preclaro compositor ofreció a Segovia su
intervención en el estreno. El maestro examinó la partitura y consideró la
segunda parte perfecta para interpretar con su instrumento. Sin embargo,
en relación con la primera parte objetó al compositor que los tonos eran
demasiado agudos, aconsejándole la conveniencia de su aminoración. Ro-
drigo no aceptó esta sugerencia. También le indicó Segovia que demorase
su inauguración ya que se encontraba estacionado en América del Sur con
motivo de la guerra, mas Rodrigo estaba impaciente, pues su deseo era
que se llevara a efecto el estreno cuanto antes, y no admitió el aplazamien-
to. Estas fueron las causas de que en el Concierto de Aranjuez para guitarra y
orquesta no interviniese Segovia como solista.46
44. John W. Duarte: «Letters to the Editor», op. cit. Este es el original en inglés: «Concerning
the Conciertos de Aranjuez, I truly ignore why Mr. Segovia never played it, and we never talked
together about making any changes on it, for which I am glad, because I would never have
agreed. I also heard, as you say, that Mr. Segovia used to play concerts that were dedicated to
him, but I do not know whether it was the case with my concerto or not».
45. Diario SP, Madrid, 2 de marzo de 1959. Citado en Antonio Iglesias: Escritos de Joaquín Rodrigo,
op. cit. p. 45.
46. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, pp. 305-06.
Julio Gimeno 137
En nuestra opinión, esta explicación del Sr. López Poveda, tan fuer-
temente divergente con toda la documentación conocida y que tan mal
parado deja a Rodrigo en algunos puntos, precisaría de un detallado
aparato crítico señalando minuciosamente las fuentes utilizadas en su
redacción, y más si tenemos en cuenta que proviene de una persona de
la total confianza de Segovia, depositaria de un interesantísimo mate-
rial legado por el maestro de Linares. Lamentablemente, no encontra-
mos en el libro del Sr. Poveda indicación precisa y explícita sobre la
procedencia de los datos aportados en el fragmento que citamos.
Vemos cómo Rodrigo señala en la entrevista referida con anteriori-
dad, para el diario SP de 1959, que en los años de gestación del Con-
cierto de Aranjuez (1938-1939) no tenía contacto con Segovia, del que
lo separaba el océano y la guerra. En esa época Rodrigo cambió de
residencia varias veces, siempre en países europeos,47 mientras que Se-
govia vivía en Montevideo. Fueron años muy convulsos en la biografía
de Segovia. Vamos a tratar de ello, más detenidamente, en las páginas
siguientes.
47. Primero en Alemania, luego, en enero de 1938, en París y a partir de septiembre de 1939, en
España. Véase el artículo de Josep Mª Mangado en este mismo libro.
48. Antes había actuado en el domicilio de los Proctor en la localidad del mismo nombre en
Vermont («Streets of marble», The Hatford Courant, 23-xii-1928, p. E2).
49. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 21.
138 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
50. Los días 7 de febrero (firmada por H. T.) y 7 de marzo (firmada por N. S.), respectivamente.
Alberto López Poveda habla de un concierto más en el Town Hall el 6 de enero (A. López Poveda:
Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, p. 288), pero se trata de un error. El 6 de enero de 1938, Segovia
actuó en Ginebra (ver más adelante en el texto principal).
51. «An audience smaller than Mr. Segovia is accustomed to face here was warmly responsive»,
N. S.: «Recital by Segovia», The New York Times, 7-iii-1938, p. 12.
52. Elizabeth Papas Smith: Sophocles Papas. The Guitar His Life, Chapel Hill: Columbia Music
Company, 1998, p. 129. Original en inglés: «in the ten years during which I have played in a large
part of the Unites States, I have had only a single concert with poor attendance: the last one in
New York, and you know very well the political reasons».
53. Hemos encontrado referencias a conciertos posteriores en EE.UU. pero en lugares distintos
a Nueva York (el día 13 de marzo en Chicago y el 20 de marzo en Pasadena). En abril de 1938,
Segovia está de regreso en Montevideo, donde recibe la visita de representantes del Centro
Guitarrístico que están organizando un concierto homenaje a Miguel Llobet (A. Escande: Don
Andrés y Paquita, la vida de Segovia en Montevideo, edición del autor, 2009, p. 219) y donde se le
expide su cédula de identidad y una credencial como chauffeur el 27 de abril de 1938 (A. López
Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, p. 289).
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54. Beatriz Isabel Segovia Madriguera (1938-1967), la primera y única hija del matrimonio Segovia
(aunque Paquita Madriguera tenía tres hijas más de un anterior matrimonio y Segovia dos hijos
de su relación con Adelaida Portillo) nacería poco después, el 5 de junio (A. Escande: Don Andrés
y Paquita…, op. cit., p. 233).
55. Véase Marta Rey García: «Los españoles de los Estados Unidos y la Guerra Civil (1936-1939)»,
REDEN, nº 7, 1994, p. 119 (véase <http://dspace.uah.es/dspace/handle/10017/4865> consulta
realizada el 10 de mayo de 2010).
56. Unos meses antes, el 21 de octubre de 1937, también en Abc de Sevilla se habla de un concierto,
que no llegó a celebrarse, «a beneficio de la España nacional». En el mismo iban a participar
Lucrecia Bori, José Iturbi y Andrés Segovia (ver más adelante en el texto principal).
140 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
64. Louis Kraft, (ed.): Aspects of the Jewish Community Center, Filadelfia: National Association of
Jewish Center Workers, 1954, p. 239.
65. Véase <http://www.americanjewisharchives.org/aja/FindingAids/Weil.htm> (consulta
realizada el 23 de abril de 2010) y Ellen Graff: Stepping Left, second printing, Durham: Duke
University Press, 1999, p. 172.
66. «…I can do nothing against the monopolists which have declared me persona non grata» («…
no puedo hacer nada contra los monopolistas que me han declarado persona non grata»). Carta a
Sophocles Papas de 16-xii-1940, en E. Papas Smith: Sophocles Papas…, op. cit., p. 129.
67. A. Escande: Don Andrés y Paquita…, op. cit., p. 241. Según Escande, llegaron a su destino
«veinte días después».
Julio Gimeno 143
68. E. Papas Smith: Sophocles Papas…, op. cit., p. 123. Las cartas de Segovia a Papas se escribieron en
español, francés e inglés, aunque en el libro de la hija de Papas se reproducen todas traducidas al
inglés. No sabemos, por tanto, si lo de que Coppicus le había ocultado el golpe a Segovia durante
«todo el verano» es un error de traducción por «toda la temporada», en todo caso indicaría que
las razones del incidente venían de atrás. Este es el original en inglés: «I played in Europe with
great success: England, Germany, Italy, and Hungary. We were ready to leave London for the
U.S. on 18 January, when we received a cable from the reptilian Mr. Coppicus telling me that he
had obtained four concerts for me to given over a period of three months. You can imagine my
reply.
For reasons concerning my Nationalist affiliation, and also because I played in Germany and
Italy, and, finally, for other reasons whose source one must seek within the Columbia Concerts
Corporation, I already know that it will be particularly difficult for me to play in North America
this year. I must tell you that all summer Mr. Coppicus hid from me this blow which he was
preparing, no doubt with the aim of making it more effective».
69. Ernesto de Quesada (1886-1972) y Segovia se conocieron en España (los presentó el
violonchelista Gaspar Cassadó, véase A. Segovia: An autobiography…, op. cit., p. 131), donde
Quesada había establecido una agencia de conciertos llamada Conciertos Daniel y donde fundaría
también la Asociación de Cultura Musical.
144 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
70. Ernesto de Quesada Jr.: «Ernesto de Quesada fundador de los conciertos Daniel», p. 10
<http://www.hispaniaclasica.com/Noticias/Ernesto%20De%20Quesada%20Lopez%20Chaves.
pdf > (consulta realizada el 8 de mayo de 2010).
71. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, p. 222.
72. E. de Quesada Jr.: «Ernesto de Quesada…», op. cit., p. 18. En 1946, Hurok le comunicó a
Segovia la dificultad para mantener los quince conciertos que le había asegurado para la siguiente
temporada (carta a Sophocles Papas de 14 de octubre, en E. Papas Smith: Sophocles Papas…, op.
cit., p. 136). Aunque está claro que una cosa eran los conciertos contratados y otra los que luego
se daban realmente y que iban surgiendo sobre la marcha, en las dos primeras temporadas de
Segovia en los EE.UU., a finales de la década de 1920, el número de conciertos fue bastante más
elevado. En una entrevista publicada en el Washington Post, el 25 de febrero de 1937, Paquita
Madriguera afirma que Segovia había dado en EE.UU. treinta y tres conciertos el año de su debut
en 1928. En una carta a Ponce de 27 de febrero de 1929, es decir en medio de su segunda temporada
de conciertos por EE.UU., Segovia escribe: «desde que llegué he dado 20 conciertos» (M. Alcázar
(ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 43). Segovia llegó a Nueva York a finales de diciembre
de 1928, dando su primer concierto en el Town Hall el 30 de ese mes. El concierto estaba previsto
para el día antes, pero hubo que retrasarlo, probablemente porque el barco de Segovia no llegó
a tiempo (ver M. Alcázar (ed.): ibíd., p. 41). Por un artículo en The New York Times de 5 de mayo
de 1929, sabemos que el número total de conciertos en esa segunda temporada en EE.UU. de
Segovia, fue de cuarenta.
73. E. de Quesada Jr.: «Ernesto de Quesada…», op. cit., p. 18.
Julio Gimeno 145
74. Ibíd. Quizá las gestiones de Quesada, como representante de Segovia y por tanto como parte
interesada, se hicieron sin demasiado entusiasmo. En la carta a Ponce que ya hemos mencionado,
de 23 de febrero de 1939, leemos: «Quesada quiere todavía sacar tajada de esta situación.
Conociendo que no puedo tocar en los EE.UU. ni en Europa y que sólo me quedan los países de
América Española [sic], que él distribuye, me quiere imponer condiciones aún más leoninas que
las del año pasado». M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 241.
75. «The war in Spain is almost won, with the victory of our ideals! I cannot finish this letter
without setting down, in Spanish, our Nationalist cry: ¡Arriba España!» (E. PAPAS SMITH:
Sophocles Papas…, op. cit., p. 124).
76. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., pp. 163-166. Para la datación véase A.
Escande: Don Andrés y Paquita…, op. cit., p. 186.
146 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
77. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 173. Carta de 7-ii-1937.
78. M. A. Iglesias: «Andrés Segovia», op. cit., pp. 244-245.
79. José Muñoz Vargas (1880-?), conde de Bulnes, fue nombrado cónsul general de España en
Génova en 1933 (el 7 de junio de 1933, el diario La Vanguardia publica la noticia de la partida
hacia Génova del nuevo cónsul). Al poco del inicio de la Guerra Civil, en agosto de 1936, Muñoz
Vargas fue cesado en su puesto por el gobierno de la República (la noticia de su cese se publicó
en La Vanguardia, 2-viii-1936). El bando nacionalista lo repuso en su cargo. En mayo de 1943 fue
nombrado embajador de España en Argentina (Lorenzo Delgado Gómez-Escalonilla: Imperio de
papel. Acción cultural y política exterior durante el primer franquismo, Madrid: CSIC, 1992, p. 338).
80. A. Escande: Don Andrés y Paquita…, op. cit., p. 194.
81. Murió el 20 de julio de 1936 en un accidente de aviación en Estoril (Portugal).
Julio Gimeno 147
82. El Decreto con dicha proclamación fue firmado por el general Miguel Cabanellas el 29 de
septiembre y fue publicado en el Boletín al día siguiente, 30 de septiembre de 1936.
83. The New York Times, 23-x-1936. A decir verdad, tal como se cuenta la noticia en el diario, el saqueo
también podría referirse al domicilio de Francisca Rodón (suegra de Segovia). Este es el original en
inglés: «Among the passengers arriving yesterday on the French liner Lafayette were Mrs. F. Rodon
Madriguera, mother of Enric Madriguera, the orchestra leader, and her two daughters, Maria and
Mercedes. Three small nieces, Pitusa, Sofia and Maria Rosa Puig, aged respectively 12, 10 and 9
years, also were in the party. The family escaped from Spain after their home in Barcelona had been
ransacked. Andrés Segovia, celebrated Spanish guitarist, who is the husband of a third Madriguera
sister, Paquita, helped them in their escape. The Segovias are now in Italy».
84. A. Escande: Don Andrés y Paquita…, op. cit., p. 195. Alfredo Escande sitúa el encuentro el 1 de
octubre. Es posible que tuviese lugar el día 2, viernes, fecha de llegada a puerto del barco francés
Anfa que hacía la ruta Barcelona-Marsella.
148 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
85. Carta a Ponce de 28-i-1937, en M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 165.
86. Comunicación personal de Alfredo Escande, 23-vi-2009.
87. Christopher Fifield: Ibbs and Tillet. The Rise and Fall of a Musical Empire, Aldershot: Ashgate,
2005, p. 189.
88. Vicente Llorens: Estudios y ensayos sobre el exilio republicano de 1939, Sevilla: Renacimiento, 2006,
p. 27. En el Archivo Eduardo Ranch se conserva una foto donde vemos a los hijos de Segovia y
otros alumnos de la Escuela Internacional Prurilingüe junto a su director, Vicente Llorens (1906-
1979), amigo de Segovia que fue su profesor de guitarra (<http://www.secc.es/media/docs/
FOLLETO2.pdf>, consulta realizada el 27 de mayo de 2010).
Julio Gimeno 149
89. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., pp. 164-65.
90. Ibíd., p. 186. Segovia nos cuenta que Adelaida se trasladó de Ginebra a París a instancias de
su amiga, la abogada y política republicana Victoria Kent (1892-1987). Durante la Guerra Civil,
Victoria Kent, que era diputada del Frente Popular, estuvo destinada en la embajada española
en París. Según Segovia, la amistad de Adelaida con Victoria Kent, impidió que la ex-mujer del
guitarrista pudiese regresar a España tras la guerra. Mercedes Salisachs dice que la primera
esposa de Segovia se instaló en París «porque sus ideas políticas no congeniaban con las de
Franco» (Mercedes Salisachs: Derribos, Esplugues de Llobregat: Plaza y Janés, 1987, p. 143).
91. J. L. Alcofar Nassaes: La marina italiana en la guerra de España, Barcelona: Euros, 1975, p. 317.
92. Ian Gibson: Queipo de Llano. Sevilla, verano de 1936, Barcelona: Grijalbo, 1986, p. 405.
93. Josep Benet: Exili i mort del president Companys, Badalona: Empuries, 1990: 67-68. Agradezco
esta información a Josep Mª Mangado.
94. Fueron los tres únicos pasajeros de esa nacionalidad (J. L. Alcofar Nassaes: La marina italiana,
op. cit., p. 318 y A. Escande: Don Andrés y Paquita…, op. cit., p. 188).
95. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, p. 278. Sin embargo, en unas declaraciones
de Segovia en Suiza, en 1938, habla de que un cónsul extranjero solicitó el visado de su pasaporte
(ver más adelante en el texto principal).
Julio Gimeno 151
que él nos ayudaría a salir. Pero dijo que no podía dejar a dos artistas como
ella y Andrés, para que quedaran en aquel infierno. Así que salimos las
tres metidas adentro de un ropero, de madrugada, en un camión que lleva-
ba una bandera uruguaya (que nadie sabía de dónde era, y la respetaron).
Y Mamá y Andrés también pudieron escapar ahí.96
En algún momento de la estancia en Génova de Segovia, que duró
dos meses (desde su llegada el 1 de agosto hasta su partida hacia Mar-
sella el 1 de octubre), debió de tener lugar el encuentro con el cónsul
español, el conde de Bulnes, que Segovia menciona en la entrevista de
1973.
El 12 de septiembre de 1936 se reproducía una noticia en el Diario de
Cádiz que hablaba de la huida de Segovia a Italia:
El famoso guitarrista español Andrés Segovia se ha visto obligado a
huir precipitadamente de su hogar en Barcelona, habiéndose refugiado
en Italia. En Génova ha hecho las siguientes declaraciones: «He tenido
que escaparme a toda prisa. Yo no he sido, soy, ni seré nunca político
y no recuerdo tener ni un solo enemigo conocido en el mundo; pero en
una ciudad dominada por el anarquismo hay que temerlo todo, has-
97. Reproducido en Juan Antonio Pérez-Bustamente de Monasterio: Tras la huella de Andrés Segovia,
Cádiz: Universidad de Cádiz, 1990, p. 137. Dos días más tarde, el 14 de septiembre de 1936, el
diario Ideal de Granada también hablaba de la huida de Segovia de Barcelona, pero por error se
decía que había llegado a Córdoba en lugar de a Génova.
98. «Algunos datos y reflexiones sobre la biografía de Andrés Segovia», en el foro de guitarra.
artelinkado 11-ii-2006 (<http://guitarra.artelinkado.com/foros/showthread.php?3902-Algunos-
datos-y-reflexiones-sobre-la-biograf%EDa-de-Andr%E9s-Segovia&p=20531#post20531>
consulta realizada el 9 de mayo de 2010).
99. A. Escande: Don Andrés y Paquita…, op. cit., pp. 197-199.
100. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 165.
Julio Gimeno 153
101. Esto explicaría el comentario de que Segovia «ha marchado ahora a Sudamérica». Tras su
gira norteamericana Segovia partió para México (A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1,
p. 281) y después a Venezuela donde ofreció varios conciertos en abril (Alejandro Bruzual: «Las
siete visitas de Andrés Segovia», Revista musical de Venezuela, nº 37, 1998, pp. 163-186). Segovia no
regresaría a los EE.UU., para una nueva gira, hasta enero de 1938.
154 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
op. cit., p. 112). El 15 de mayo de 1933 parece que Segovia tiene decidido tomar él solo una casa
en París, pero al final llega a un acuerdo con Adelaida para que su madre abandone la casa de
Ginebra, al menos mientras Segovia permanezca allí entre viaje y viaje. Escribe Segovia a Ponce
«Todo esto me proporciona gran satisfacción porque de una vez para siempre se ha sajado la
pústula y creo resuelta la curación» (Ibíd. p. 140). Pero unos días más tarde, el 29 de mayo, Segovia
le escribe a la esposa de Ponce: «Mis asuntos con Adelaida –inútil es recomendarte la discreción–
no van nada bien. Su madre ha salido de casa, estamos solos con los niños, y todo continúa
como si tal. Nuestros caracteres no se avienen. Y hay un fondo de sequedad en su naturaleza y
un trastorno de nervios –herencia paterna– tan insoportable que nuestra vida es un infierno sin
respiro» (ibíd., p. 143).
115. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 2, p. 983. López Poveda utiliza el término
separación, pero dado que Segovia se casó poco después con Paquita Madriguera, parece que se
trataría de un divorcio.
116. Ibíd., p. 986.
117. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 186.
118. Ibíd., p. 203.
119. Mercedes Salisachs: Derribos, op. cit. p. 143.
120. Ibíd.
121. Sobre Andrés Segovia Portillo, puede consultarse Gregory D’Alessio: «The Other Segovia»,
Guitar Review, nº 43, primavera, 1978, pp. 6-11 y A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol.
2, p. 984.
122. Así apareció anunciado en el Journal de Genève, 9-x-1937.
Julio Gimeno 157
Concierto en Ginebra
Ya hemos visto que, debido al fallecimiento de su hijo Leonardo
en Suiza, Segovia anuló su gira por ese país accediendo sólo a ofrecer
un concierto el día 6 de enero. El cuatro de enero, dos días antes de su
concierto, Andrés Segovia concedió una entrevista a Amy-Châtelain,
del diario La Suisse, explicando su proceder:130
128. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, pp. 286-87.
129. Ibíd., p. 287.
130. Original, en francés, en el Apéndice. Agradezco a Francisco Herrera que me haya facilitado
una copia de esta entrevista.
Julio Gimeno 159
Andrés Segovia, que es nuestro invitado aún por unos días, me ha re-
cibido con la sencillez de un gentilhombre castellano, y con eso está todo
dicho.
—Se comenta que yo he sido comunista (me explica de entrada),
pero es falso yo fui republicano… bajo la monarquía, y eso es distin-
to. Fuimos nosotros, los intelectuales, quienes preparamos la llegada al
poder de la República española. Pero no tardamos en quedar decepcio-
nados, primero, y alarmados, después. Por medio de unas elecciones
amañadas, se ha hecho creer al mundo que el pueblo más individua-
lista que existe ¡ha demandado libremente la dictadura del embajador
de los soviets! Ya sabe usted lo que vino después: los incendios de las
iglesias y de los conventos, el pillaje (últimamente he recibido una nota
comunicándome que mi domicilio ha sido «limpiado»), las masacres y
las violaciones. Y cosas tan atroces y viles como esos cientos de niñas
de diez a quince años desfilando por las calles de Barcelona y procla-
mando con el puño en alto: «¡Hijos sí, maridos no!». Comprenderá us-
ted que ante tales horrores, auténtica expresión de la bajeza humana,
en un lugar donde desde siempre los hombres han demostrado una
y mil veces su bondad, todos nos hayamos pasado a Franco. Todos o
casi todos –añade el gran músico– porque faltan algunos intelectuales
que militan realmente a favor de la España roja. Es decir, que batallan
heroicamente… en la retaguardia, en los ministerios. Se solicitará para
ellos, a la manera de Champfort [sic. por Chamfort], ¡la cruz de guerra
por su talento y un sillón de académico por su valor!
—¿Se sabe qué ha pasado con la colección del Prado?
—Los Rojos aseguran que está intacta en Madrid, esperemos que ¡por
una vez digan la verdad! ¡Hay tantas obras maestras que han sido destruidas
o, simplemente, robadas y enviadas a Rusia!
—Fue en Barcelona donde le sorprendió a usted la revolución ¿no es
así?
—Sí; pero tengo que precisar que aunque la revolución me pilló por
sorpresa, no me ha sorprendido puesto que cuando estalló (en julio de
1936) yo regresaba de Rusia donde, en mayo y en junio, había dado 22
conciertos, y durante esos dos meses numerosos indicios y ciertas conver-
saciones me habían hecho comprender que los rusos preparaban la escla-
vitud de mi desgraciado país.
—¿Y no se vigila a los extranjeros?
—Evidentemente, pero se desconfía menos de un artista invitado a una
gira de conciertos que de los clientes de Intourist [una agencia rusa de tu-
rismo] o de los políticos extranjeros que, por afinidad, van a recabar infor-
160 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
mación y a los que se les oculta la verdadera situación. Así que he podido
ver y comprender muchas cosas. La terrible miseria del pueblo ruso y el
estado de esclavitud al que se ve reducido se manifiestan claramente a los
ojos de quien quiere verlo.
—¿No obstante el régimen ha llevado a cabo un esfuerzo considerable
por la música, el teatro y las bellas artes?
—Esto es innegable. Los rusos siempre han tenido el sentido del tea-
tro; el pueblo que sufre tanto encuentra en él su consuelo, una forma
de olvidar. Pero es exagerado presentar el régimen soviético como par-
ticularmente comprensivo con las necesidades del artista. El caso de
Shostakóvich, por el contrario, prueba el sectarismo que los amos del
país muestran en este ámbito: la genialidad o no de este joven composi-
tor es algo que tendrá que decidir la posteridad. Sin embargo, durante
todo el tiempo que fue admitido en el círculo de amigos de Stalin, le
reconocieron al autor de Lady Macbeth todas las cualidades, pero en
cuanto cayó en desgracia –algo que ocurrió precisamente en la época en
la que yo estuve en Moscú– se le trató como al mayor de los fracasados.
Sin comentarios.
—Volviendo a su caso ¿usted pudo abandonar Barcelona en los prime-
ros días de la revolución?
—Diez días después gracias a un cónsul extranjero que solicitó el visa-
do de mi pasaporte. Fue una suerte ya que, una semana más tarde en lugar
de un visado «legal» hubiese tenido que obtener el permiso de los distintos
tipos de soviets (¡incluidos los comunistas antisoviéticos, es decir los trots-
kistas!) que se estaban ocupando de los servicios públicos. Y como, tras
regresar de Rusia, no había ocultado mis sentimientos, no hubiese podido
marcharme y…
Un gesto elocuente termina la frase. Continúa el Sr. Segovia:
—Desembarqué en Italia y no podría describirle el modo admirable en
el que fui acogido por esa gran nación. En octubre de 1936 inicié una gira
de conciertos en el transcurso de la cual visité casi toda Europa, después
América desde el norte hasta California. En Miami tomé el avión para Bue-
nos Aires, durante el trayecto me iba parando en todas partes para tocar.
—¿Han escrito obras nuevas para usted?
—Castelnuovo-Tedesco me ha enviado un Concerto para guitarra y pe-
queña orquesta. Casella acaba de prometerme un Concertino para la misma
combinación instrumental. Por último, un joven compositor austriaco, Al-
fred Uhl me ha dado una Sonata en cuatro movimientos, una obra extrema-
damente interesante, de una gran riqueza melódica y armónica. También
continúo con mis búsquedas en el repertorio antiguo de laúd, de vihuela y
Julio Gimeno 161
de clave ¿No fue Debussy quién dijo que la guitarra era «un clavecin avec
l’expression en plus»?131
—¡Y así es! Pero son pocos los que se atreven a decir que el clave ofrece
un interés más musicológico que artístico. ¡Así que vamos a tener la suer-
te de escucharle! Por mi parte quería transmitirle la gran solidaridad que
suscita en nuestra ciudad su reciente luto.
—Ha sido a causa de esa desdicha –me dice entonces Andrés Segovia–
por lo que esta vez no quería dar el concierto en Ginebra. Pero finalmente
he cedido al ruego de damas nacionalistas. Porque me debo también a mi
país. Ya no hay duda del resultado final de esta nueva guerra de reconquis-
ta y debemos colaborar a la inminente victoria.
Y, haciendo alusión a todos esos viles extranjeros naturalizados de ofi-
cio, este verdadero español añade:
—Esta victoria está en la naturaleza de las cosas; porque si ganase Ru-
sia ¡seríamos nosotros los que ya no podríamos considerarnos españoles!132
Esta entrevista provocó una respuesta inmediata en el diario socia-
lista suizo Le Travail:133
Andrés Segovia estuvo en Rusia en 1936 donde dio veintidós concier-
tos. Segovia reconoce que allí fue muy bien recibido y admite que el pue-
blo ruso ama y conoce la música.
Pero después de esa gira rusa de mayo y junio de 1936, Segovia se ha
cambiado de chaqueta. Se dijo comunista en 1936, pero el día de la revuel-
ta de los generales traidores a su país, se volvió nacionalista –parece que
creyó y que sigue creyendo en la victoria de éstos–.
Por eso le ha concedido una entrevista al fascista cien por cien Amy-
Châtelain, colaborador de La Suisse.
Segovia no se atreve a afirmar que el tesoro artístico de España haya
sido destruido. Ha tenido que reconocer –los informes de los expertos in-
gleses le han obligado a ello– que las colecciones del Prado permanecen
intactas. Pero Segovia se aferra a las historias fáciles de desfiles de niños
en Barcelona. ¿Qué sabe él? ¿No dice que abandonó la España republica-
131. [Nota del traductor] Parece que Debussy dio su opinión sobre la guitarra tras escuchar a
Llobet, quien nos transmite, en una carta a Benvenuto Terzi del 9 de enero de 1934, una versión
de la frase algo distinta: «La Guitare est un clavecin expressif». Véase Angelo Gilardino:
«An Unknown Version of a Well Known Phrase», Guitar and Lute Issues, 1997 <http://www.
guitarandluteissues.com/llobet.htm> (consulta realizada el 13 de junio de 2009).
132. Amy-Châtelain: «El Sr. Andrés Segovia nos dice por qué actuará para la Cruz Roja nacionalista»,
La Suisse, 4-i-1938. Traducción: Julio Gimeno, junio de 2009. Revisión: Francisco Herrera.
133. Original, en francés, en el Apéndice. Agradezco a Francisco Herrera que me haya facilitado
una copia de este artículo.
162 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
134. [Léon Nicole?]: «Recital Segovia. Mancillar a la verdadera España», Le Travail,, nº 2, 4-i-1938,
p. 4. Traducción: Julio Gimeno, junio de 2009.
135. Journal de Genève, 24-xi-1937.
Julio Gimeno 163
Hotel Pagoda de Nervi (Génova), donde se alojó Segovia y su familia tras la huida de
Barcelona.
Segovia y el comunismo
Vemos cómo la entrevista que Amy-Châtelain le hace a Segovia,
comenzaba así: «Se comenta que yo he sido comunista (me explica de
entrada), pero es falso yo fui republicano… bajo la monarquía, y eso
es distinto». No sabemos dónde se comentó que Segovia había sido
comunista, quizá se publicase en algún periódico francés antes del
concierto en la sala Gaveau de 20 de diciembre de 1937 (ver antes).
Precisamente tras un concierto en París, pero cinco años atrás (el con-
cierto tuvo lugar en la sala Pleyel el 10 de noviembre de 1932), Artemio
Precioso le hizo una entrevista a Segovia en la que el guitarrista habló
de sus ideas políticas:
He sido un hombre que siempre se ha preocupado por las ideas y por la
política. Soy de la izquierda, sin extremismos. De Rusia vine desengañado
del comunismo que considero un fracaso en todos los órdenes. El obrero
en Rusia trabaja más que nunca y gana menos que jamás. Amigo y admi-
rador de Unamuno, de Madariaga, de todos nuestros intelectuales, con
alguno de los cuales he convivido, considero el régimen republicano como
el único lógico y justo para los pueblos.139
138. [Nota del traductor] Se refiere a André Gide (1869-1951) y a su libro Regreso de la URSS,
publicado en 1936. La conversión de Gide al comunismo tuvo una amplia repercusión en España.
Tras su viaje a la URSS, Gide regresó desencantado y publicó su polémico libro.
139. Artemio Precioso: «Andrés Segovia, el mago de la guitarra, es un hombre de izquierda e
166 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
Andrés Segovia había dado dos giras por Rusia en 1926 y 1927, pero
es posible que su desengaño con el régimen comunista se produjese un
poco después, en 1929, año en el que Segovia, que regresaba de una gira
por Japón en el transiberiano, ofreció un recital privado para profesores y
alumnos del conservatorio de Moscú. Parece que en un primer momento
Segovia tenía un concepto más positivo del régimen soviético. Manuel
Azcárate, que vivía cerca del matrimonio en los años en que el guitarrista
y Adelaida Portillo residían en Ginebra (López-Poveda dice que se mu-
daron allí en 1926, ver nota 4) y que explica cómo Segovia asistía a las
veladas que se celebraban en su casa,140 comenta que:
En casa no se hablaba mal de la Unión Soviética. Más bien con curiosidad,
como un país extraño, diferente de los otros. A Andrés Segovia le oí hablar
elogiosamente de Lunacharski, el comisario del pueblo responsable de
Cultura al que conoció cuando estuvo en Moscú en los años veinte; y con
entusiasmo del público ruso, que con una sensibilidad musical extraordi-
naria, le había acogido calurosamente en los inicios de su carrera.141
A pesar de las críticas de Segovia sobre el comunismo ruso, en la entre-
vista de Artemio Precioso, el guitarrista realizaría una gira más por aquel
país en mayo y junio de 1936, justo antes del estallido de la Guerra Civil
española. En el transcurso de ésta, que sería su última gira por Rusia, Se-
govia fue invitado a un almuerzo al que asistió la madre de Stalin.142
Instituto de España
El concierto de Segovia en Ginebra, el 6 de enero de 1938, tuvo una
amplia repercusión mediática en la España nacionalista, donde duran-
te el mes de enero y primeros días de febrero los periódicos publicaron
143. De la politización del concierto por parte de los medios españoles, tenemos un ejemplo en
la crónica del mismo publicada por Abc de Sevilla, el 8 de enero de 1938, en la que se señala que,
además de su carácter benéfico, «el concierto fue al mismo tiempo una respuesta a las repetidas
manifestaciones de los Círculos marxistas de que Segovia se mostraba a favor de la España roja»,
así mismo se destaca que «entre los asistentes figuraban los representantes diplomáticos de los
Estados que simpatizan con la España nacional y personalidades de la vida cultural».
144. Sobre la creación de esta entidad y sobre los esfuerzos de Manuel de Falla para que se le
apartase de la misma, véase Gemma Pérez Zalduondo: «El nacionalismo como eje de la política
musical del primer gobierno regular de Franco (30 de enero de 1938-8 de agosto de 1939)», Revista
de Musicología, vol. 13, números 1-2, 1995, pp. 247-273.
168 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
[…] Los tres artistas cuyos nombres he mencionado antes llenan toda
una época musical en el universo. «Tres reaccionarios» —ha dicho un co-
mentarista. ¿Tres reaccionarios? ¡Bendita, en este caso, la «reacción»! […]
Todos, por lo visto, los que no queremos ser esclavos del Materialis-
mo, somos reaccionarios. Enhorabuena. Lo es sin duda, Andrés Segovia, el
guitarrista sin par, de quien acaba de escribir Vuillermoz: —«Segovia no
toca la guitarra; toca el alma de la guitarra […]». Este artista español acaba
de escribir: [sigue el texto de adhesión de Segovia que hemos reproducido
antes en la versión de la revista Occidente].
145. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, pp. 512-13. López Poveda habla también de
un fugaz viaje a España de Segovia en 1936, después de su huida de Barcelona en agosto de ese
mismo año. Según López Poveda, tras una actuación de Segovia en el Teatro de la Ópera de París
(sabemos que el 20 de noviembre Segovia actuó en París, pero en la sala Gaveau, por lo que López
Poveda puede estar en un error o bien referirse a otro concierto), recibió un telegrama de su tía
Gertrudis, que era monja de un convento de Málaga. Hasta esa ciudad, vía Gibraltar, se habría
desplazado Segovia que se llevaría a su tía con él a su regreso a París (Ibíd., pp. 280-81).
146. Carlos A. Segovia: «Algunos datos y reflexiones sobre la biografía de Andrés Segovia,
su formación intelectual y sus ideas políticas», <http://guitarra.artelinkado.com/guitarra/
reflexiones_segovia.htm>, consulta realizada el 13 de mayo de 2010.
147. «After that I was to play in Switzerland, Norway, Sweden, Denmark, Germany,
Czechoslovakia, Hungary, Lithuania, Romania, Yugoslavia, Italy, France, Spain and Portugal».
Julio Gimeno 169
Carta de Segovia a Sophocles Papas escrita desde Montevideo el 1 de octubre de 1939 en E. Papas
Smith: Sophocles Papas…, op. cit., p. 126.
148. La guerra finalizó en septiembre de 1945, Segovia no volvería a actuar en Europa hasta 1947.
149. Carta de Segovia a Ponce escrita el 26 de agosto de 1939. M. Alcázar (ed.): The Segovia-
Ponce Letters, op. cit., p. 187. Después del estreno en Londres, se iba a tocar en Suiza, la península
escandinava y París (E. Papas Smith: Sophocles Papas…, op. cit., p. 126). Finalmente, el concierto de
Castelnuovo-Tedesco acabó estrenándose en Montevideo el 28 de octubre de 1939.
150. M. Alcázar (ed.): The Segovia-Ponce Letters, op. cit., p. 187.
151. Ya a finales de 1937, se anuncia que Ernesto de Quesada ha llegado a España y que va a viajar
«uno de estos días» a América: «Y a su regreso y contando con la ya segura liberación de Madrid,
Barcelona y Valencia volveremos a las magnas veladas musicales de las que fue inolvidable
templo la Sociedad de Cultura Musical de Madrid, uno de cuyos principales elementos, coronel
de Artillería y activo miembro de la Junta directiva de dicha corporación señor Fernández
Quintana, es una de las víctimas de los fusilamientos de los ruínes y cobardes asesinos rojos. En
este plan entra el propósito de que actúen con preferencia artistas españoles de la talla de Iturbi,
Casadó [sic], Quiroga, Segovia…» (Ángel María Castell: «La música renace», Abc de Sevilla, 5-xi-
1937, p. 28).
170 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
152. «I had thought of going to Europe, because I have received letters proposing concerts in
Italy, Spain, England, Switzerland, and Sweden. But Portugal, which I forgot to mention, is rather
restless; Spain will be, I fear, from one moment to next, and the other countries will be in a better
situation in the spring in both food supplies and politics. Thus I have decided to stay here and
wait until time for my departure for the U.S.» (E. Papas Smith: Sophocles Papas…, op. cit., p. 136).
153. Sonsoles Cabeza Sánchez-Albornoz: «La oposición democrática a las dictaduras ibéricas
(1940-1965)», Cuadernos de Historia Contemporánea, nº 21, 1999, p. 299, <http://www.ucm.es/
info/hcontemp/revista.htm> (consulta realizada el 13 de mayo de 2010).
154. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid.
Julio Gimeno 171
157. El matrimonio se separó en 1946, aunque el divorcio no se consumaría hasta 1948. Véase, A.
López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 2, p. 988.
158. Olga Praguer de Coelho (1909-2008), brasileña, fue cantante y guitarrista. En 1936 (1931,
según otras fuentes) se casó con el poeta Gaspar Coelho y en 1938 el matrimonio se instaló en
EE.UU., donde Gaspar Coelho trabajó de locutor de radio. En 1944, Olga Praguer y Segovia
se conocieron en Nueva York (Fábio Zanon: «Olga Coelho, 1909-2008», Classical Guitar, vol.
26, n. 11, julio, 2008, p. 30; López Poveda da 1945 como el año de encuentro, A. López Poveda:
Andrés Segovia…, op. cit., vol. 2, p. 982) y tras un viaje a Washington del matrimonio Coelho,
en el que Segovia se empeñó en viajar en el mismo vagón de tren que la pareja (para disgusto
del marido), se inició una relación entre Olga y el guitarrista (Luís Antônio Giron: «A soprano
insaciável», Digestivo Cultural, 6-viii-2007, <http://www.digestivocultural.com/ensaios/ensaio.
asp?codigo=220>, consulta realizada el 21 de mayo de 2010; este texto se publicó originalmente
en «Caderno Fim de Semana», de la Gazeta Mercantil, 4-v-2001). Esto acabaría rompiendo el
matrimonio de ambos con sus respectivos cónyuges. Segovia se divorció de Paquita Madriguera
pero Olga siguió oficialmente casada con Gaspar Coelho, ya que en aquellos años no existía el
divorcio en Brasil. Olga Praguer y Segovia mantuvieron su relación hasta que el guitarrista se
marchó con Emilia Corral, con la que se casó en 1962. Durante el tiempo de su relación con
Segovia, Olga Praguer tuvo dos hijos, Miguel y Olga, ambos con el apellido de su marido legal.
Miguel Coelho es en la actualidad compositor y editor de música. En una entrevista con Aramis
Millarch, Olga Coelho afirmó: «conseguí que Segovia dejase de ser franquista» («consegui fazer
com que Segovia deixasse de ser franquista»). Véase Aramis Millarch: «Olga, o canto brasileiro
que correu todo o mundo», Estado do Paraná, 1-v-1988, <http://www.millarch.org/artigo/olga-
o-canto-brasileiro-que-correu-todo-o-mundo>, consulta realizada el 21 de mayo de 2010.
159. 24 y 28 de noviembre y 12 y 30 de diciembre. Su primer concierto iba a tener lugar el 3 de
noviembre, pero tuvo que aplazarse hasta el 24 del mismo mes por problemas con el billete de
avión de Segovia, que tenía que desplazarse a Nueva York desde México (The New York Times,
3-xi-1943).
Julio Gimeno 173
ton, hace dos años, por el Embajador Sr. Aznar; pero estaba mutilada la
coordinación del primer tiempo y con groseros errores el resto de la copia.
No formé, pues, juicio exacto hasta que la escuché en Buenos Aires.160
En 1946, Segovia actuó efectivamente en Washington. El 27 de ene-
ro tocó allí el Concierto del Sur de Ponce.161 En esa época el embajador
español en Washington era Juan Francisco de Cárdenas, así que Se-
govia debe de referirse al segundo en la embajada española, el minis-
tro plenipotenciario Manuel Aznar Zubigaray (1894-1975).162 El que la
partitura se la entregase a Segovia un alto cargo de la Administración,
puede explicar lo que cuenta el hijo menor de Segovia, Carlos A. Se-
govia, en un mensaje en el foro guitarra.artelinkado de 14 de febrero
de 2006: «…a comienzos de los años 40, hubo quizá cierto interés por
parte de las autoridades culturales franquistas en aunar los nombres
de Rodrigo y de mi padre en un mismo acontecimiento, pero la cosa
no terminó de cuajar y mi padre, finalmente, no estrenó el Concierto de
Aranjuez».163
En cuanto a su cambio de parecer sobre la valía del concierto, ya
hemos hablado de ello. En julio de 1947, Andrés Segovia, que se en-
contraba en Argentina para ofrecer unos recitales en el Teatro Colón
de Buenos Aires, asiste a la actuación en ese mismo teatro de Regino
Sainz de la Maza, que interpretó el Concierto de Aranjuez. Sus impresio-
nes se las cuenta a Ponce en una carta que está fechada el 26 de julio
de 1947, unos meses antes del fallecimiento de Ponce el 24 de abril de
1948:164 «Anoche fui a oír el Concierto de Aranjuez tocado por Regino.
169. Javier Suárez-Pajares: «El epistolario entre Joaquín Rodrigo y Federico Sopeña. Una historia
entre líneas», en Javier Suárez-Pajares (ed.): Joaquín Rodrigo y la creación musical en los años
cincuenta, Valladolid: SITEM-Glares, 2008, p. 402. La carta de Sopeña sólo indica el lugar y día
en el que se escribió: Salamanca 17. El mes y el año (octubre de 1948) los presenta Suárez-Pajares
como probables.
170. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, p. 342.
171. Músico francés que seguramente fue el encargado de dirigir la orquesta en el concierto de Ida
Presti en la radio, mencionado con anterioridad.
172. Carta conservada en la Fundación Andrés Segovia de Linares.
173. Carta de Segovia a Rodrigo, 16-x-1948. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid.
174. Carta de Rodrigo a Segovia, 22-x-1948. Fundación Andrés Segovia de Linares.
175. En el texto también se hace referencia a otra carta de Segovia desde Londres y a un telegrama
176 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
enviado por alguien que no se menciona, probablemente un agente del guitarrista. Ninguno de
estos documentos se ha localizado.
176. Carta de Rodrigo a Segovia, 22-i-1949. Fundación Andrés Segovia de Linares.
177. J. Suárez-Pajares: «Joaquín Rodrigo y Julian Bream…», op. cit. p. 114.
178. Carta de Segovia a Rodrigo, 10-x-1950. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid.
179. A. López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, pp. 343-45.
Julio Gimeno 177
180. Carta de Segovia a Rodrigo, 24-ii-1949. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid.
181. Carta de Rodrigo a Segovia, 17-iii-1949. Fundación Andrés Segovia de Linares.
182. G. Wade: Joaquín Rodrigo - A Life in Music…, op. cit., p. 498.
183. Carta de Rodrigo a Segovia, 17-iii-1949. Fundación Andrés Segovia de Linares.
184. Citado en J. Suárez-Pajares: «Joaquín Rodrigo y Julian Bream…», op. cit. p. 115.
178 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
185. Ibíd., p. 123. Ese verano, Segovia actuaría en el Festival de Aix-en-Provence junto a Hans
Rosband pero interpretando el Concierto del Sur. de Ponce (La Vanguardia, 17-vi-1949, p. 12)
186. Joaquín Rodrigo: «Fantasía para un gentilhombre», en A. Iglesias: Escritos de Joaquín Rodrigo,
op. cit., p. 198: «Después del éxito que, en mi obra, constituyó el para mí bendito Concierto de
Aranjuez, me propuse no reincidir. Pero modificando el conocido refrán, podríamos decir: El
compositor propone y Segovia dispone. Un día, de paso por Madrid, Andrés Segovia, me invitó a
escribirle una obra para guitarra, no importaba la forma o el título; me indicaba tan solo que la
prefería con pequeña orquesta». La visita de Segovia en Madrid, mencionada por Rodrigo, tuvo
que producirse después de 1952, cuando Segovia regresa a España para unos conciertos, por
tanto es posterior a la carta de marzo de 1949. Veáse también Tristán La Rosa: «Españoles en la
capital» La Vanguardia, 3-vi-1949, p. 9.
187. En mayo de 1949, Segovia estaba de gira por Francia, actuando en París el 12 de mayo (A.
López Poveda: Andrés Segovia…, op. cit., vol. 1, p. 348). En el caso de Rodrigo, existe una carta de
Federico Sopeña a Rodrigo, de 11 de mayo de 1949, en la que leemos: «Ayer estuvo aquí Guinard
[…] Me dijo que salís para París el día 19» y en otra carta también de ese mes: «Mis queridos Viky
y Joaquín: recibí vuestra tarjeta antes de salir para París. Dumas vive en “Fundation Danoise”, en
la Ciudad Universitaria. El teléfono está en la guía. Ya le escribí anunciándole vuestra llegada»
(J. Suárez-Pajares: «El epistolario entre Joaquín Rodrigo y Federico Sopeña…», op. cit. p. 409 y p.
410). La «Fundation Danoise» es una residencia de estudiantes que se creó en París a finales de
la década de 1920 y aún sigue en activo (véase <http://www.fondationdanoise.org/xMdan_Fr/
maison.html>, consulta realizada el 16 de mayo de 2010).
188. Carta de Rodrigo a Segovia, 17-ii-1950. Fundación Andrés Segovia de Linares.
189. Carta de Rodrigo a Segovia, 22-ix-[1950]. Fundación Andrés Segovia de Linares. El año de
Julio Gimeno 179
la carta ha podido establecerse principalmente por la mención que hace Rodrigo de un viaje a
Londres «fijado para el primero de marzo». Rodrigo y su esposa viajaron a Londres el 26 de
febrero de 1951 (J. Suárez-Pajares: «Joaquín Rodrigo y Julian Bream…», op. cit. p. 120).
190. Rodrigo y su esposa embarcaron para la Argentina el 26 de agosto de 1949 y partieron desde
allí, de regreso a España, el 4 de noviembre de ese mismo año (Victoria Kamhi de Rodrigo: De la
mano de Joaquín Rodrigo, op. cit., pp. 183-86).
191. Carta de Segovia a Rodrigo, 10-x-1950. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid.
192. G. Wade: Joaquín Rodrigo - A Life in Music…, op. cit., p. 501.
180 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
193. Carta de Rodrigo a Segovia de 22-xi-[1950]. Fundación Andrés Segovia de Linares. Sobre su
datación, ver nota 189.
194. Carta de Segovia a Rodrigo, 10-x-1950. Archivo Victoria y Joaquín Rodrigo de Madrid.
195. Al final de esta nueva carta, que como las anteriores se conserva en la Fundación Andrés
Segovia de Linares, Rodrigo escribe: «Yo estaré en Londres del primero al 15 de marzo; si algo se
le ofrece puede dirigir la carta a la embajada». Esta seca y un tanto protocolaria despedida deja
patente que el proyecto de grabación del Concierto de Aranjuez, en la capital inglesa, se había ido
al traste.
Julio Gimeno 181
196. «Oscar Esplá, veut écrire un concertino, Halffter est en train de me composer une Fantasia
pour guitare et ochestre et Rodrigo, lui méme, puisque je lui ai dit que je ne joureai pas son
Concierto de Aranjuez veut en écrire un autre ». Citado en F. Zigante: «Joaquín Rodrigo e i Tres
piezas españolas para guitarra», op. cit. p. 28. Véase también C. Otero: Mario Castelnuovo-Tedesco, op.
cit., p. 111.
182 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
197. « Joaquín Rodrigo, l’auteur du Concierto de Aranjuez, composé pendant la guerre, veut que
je fasse une autre version pour la guitare et me laisse la liberté de le changer de ton, si je crois
necessarie, sans reculer devant l’idée de transporter et modifier l’orchestration. Il veut que je le
joue en amerique du nord et je l’y enregistre. Je crois qu’il aura là un grand succès. Si je ne l’ai pas
joué auparavant c’était parce que la guitare y sonnait trop a mandoline, a cause de l’orientation
trop aigue de la version présente… ». Citado en F. Zigante: «Joaquín Rodrigo e i Tres piezas
españolas para guitarra», op. cit. p. 28. Véase también C. Otero: Mario Castelnuovo-Tedesco, op. cit.,
p. 116.
198. Carta de Rodrigo a Segovia, 12-iv-1955. Fundación Andrés Segovia de Linares.
199. Esta carta de Segovia parece que también está perdida.
200. «This is the second Rodrigo orchestral concerto I have in my repertory,» remarked Segovia
(Alexander Fried: «3 Famous Spanish Musicians in S.F.», S. F. Examiner, 5-iii-1958, p. 12.
Reproducido en Javier Suárez-Pajares: Joaquín Rodrigo, imágenes de una vida plena, Madrid: SGAE,
2001, p. 185).
201. G. J. M.: «Rey de la Torre in American Premiere Rodrigo Guitar Concerto», Guitar News, nº
52, marzo-abril, 1960, p. 22. En agosto de 1947 hubo un intento fallido de estreno norteamericano
de la obra de Rodrigo por parte de Regino Sainz de la Maza y la Orquesta Sinfónica de México,
dirigida por Carlos Chávez (The New York Times, 13-vii-1947).
Julio Gimeno 183
época muy anterior, al insigne Sainz de la Maza, por y para quien nuestro
eminente Joaquín Rodrigo ha creado el Concierto de Aranjuez, una de las
más bellas composiciones de la música contemporánea.205
El 6 de julio de 1999, Joaquín Rodrigo fallecía en Madrid. Años an-
tes, el 3 de junio de 1987, Segovia había muerto de una insuficiencia
cardiaca. Al enterarse de la muerte de Segovia, Narciso Yepes que esta-
ba en Japón junto a la Orquesta Nacional de España, tocó en su recuer-
do el segundo movimiento del Concierto de Aranjuez…
Agradecimientos
Para la redacción de este artículo he contado con la inestimable ayu-
da de (por orden alfabético): Luis Briso de Montiano, Alfredo Escande,
Angelo Gilardino, Francisco Herrera, Josep Mª Mangado, Antoni Mir,
Leopoldo Neri, Silvestre Peña, Javier Riba, Elisa Romero Fernández-
Huidobro y Javier Suárez-Pajares.
205. Andrés Segovia: La guitarra y yo, Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando,
1978, pp. 20-21.
Julio Gimeno 185
Apéndice
AVANT UN RÉCITAL
Andrès Ségovia, qui est notre hôte pour quelques jours encore, m’a reçu
avec la simplicité d’un gentilhomme castillan — et c’est tout dire.
— On a dit que j’avais été communiste (me déclara-t-il d’emblée), mais
c’est faux ! J’étais républicain… sous la monarchie, et cela est tout autre chose.
C’est nous, les intellectuels, qui avions préparé l’avénement de la République
espagnole. Nous ne tardâmes pas à être déçus, puis effarés. Grâce à des élec-
tions truquées, on fit croire au monde que le peuple le plus particulariste qui
soit avait librement réclamé la dictadure de l’ambassadeur des Soviets ! Vous
savez ce qui arriva : des incendies d’églises et de couvents, des pillages (j’ai
reçu dernièrement un mot m’annonçant que ma demeure avait été « nettoyée
»), des massacres et des viols ! Et que de choses atroces, avilissantes, comme
l’aventure de ces centaines de petites filles de 10 à 15 ans, défilant au pas dans
les rues de Barcelone en scandant, le poing tendu : « Des enfants, oui ! Des
maris, non ! » En présence de telles horreurs, véritable expression de la bas-
sesse humaine, et dont, en tout autre époque, les hommes auraient mille fois
honte, vous comprenez que nous soyons tous passés à Franco. Tous ou pres-
que, ajoute le grand musicien : car il reste quelques intellectuels, qui militent
réellement en faveur de l’Espagne rouge. Ceux-là se battent héroïquement…
à l’arrière, dans les ministères. On demandera pour eux, à la façon de Cham-
pfort, la croix de guerre pour leur talent et un fauteuil d’académicien pour
leur courage !
— Sait-on ce qu’est devenue la collection du Prado ?
— Les Rouges assurent qu’elle est intacte, à Madrid, et il faut espérer que
pour une fois ils disent la vérité ! Tant d’autres chefs-d’œuvre ont été détruits ou,
plus simplement, volés et expédiés en Russie !
— C’est à Barcelone, n’est-ce pas, que la révolution vous a surpris ?
— Oui ; mais que je précise : j’ai été surpris par la révolution, mais cela ne
m’a pas surpris car, lorsqu’elle éclata (juillet 1936), je revenais de Russie où,
en mai et juin, j’avais donné 22 concerts. Et, pendant ces deux mois, maints
indices et certaines conversations m’avaient fait comprendre que les Russes
préparaient l’asservissement de mon malheureux pays.
— Les étrangers sont cependant surveillés ?…
186 Un viaje sin destino: Andrés Segovia hacia el Concierto de Aranjuez
clavecin. Debussy ne dit-il pas un jour que la guitare était « un clavecin avec
l’expression en plus » ?
— Comme c’est vrai ! Mais les gens qui osent dire que le clavecin offre un
intérêt plus musicologique qu’artistique sont rares. Nous allons donc avoir la
chance de vous réentendre ! Que je vous dise à mon tour combien vive est la
sympathie que suscita en notre ville votre deuil récent.
— C’est en raison de ce malheur, me dit alors Andrès Segovia, que je ne
voulais pas donner de concert à Genève cette fois-ci. Mais je cédai finalment
à la prière de dames nationalistes. Car je me dois aussi à mon pays. La fin de
cette nouvelle guerre de reconquête n’est plus douteuse et nous devons colla-
borer à la victoire proche.
Et, faisant allusion à toute cette lie étrangère naturalisée d’office, ce vrai
Espagnol dit encore :
— Cette victoire est dans la nature des choses ; car, si le Russe l’emportait,
c’est nous qui ne pourrions plus nous considérer comme Espagnols !
Amy-CH.
La Suisse, 4-i-1938.
Récital Sègovia
Le Travail, nº 2, 4-i-1938, p. 4.