La Juderia de Ubeda en La Baja Edad Media PDF
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LOCALIZACION GEOGRÁFICA
«E Don Remon Diaz, donadío so las casas de Don Per Ibañez de... e
sus casas fueron en el Alcázar e son agora judería...» «E Don Moro do-
nadío entre las dos carreras que son a la torre de San Joan e en Olvera
vinnas do el pozo de Domingo Leroño, sus casas que son del Cabildo
de Santa María a la puerta de la judería cerca del adarve» \
Así pues, hemos de localizar la judería cerca de las casas del Cabildo,
teniendo como puerta propia cerca del adarve la históricamente conocida
como Bahud o Abehud con su torre del mismo nombre. La arqueología
ha proporcionado interesantes testimonios tales como una portada de fi-
nes del siglo xv en cuyo alfiz hay estrellas de David, situada en el callejón
de Santa María, a espaldas del emparedamiento de Sancho Iñiguez; y en
el fondo del patio de una casa de la Plaza de Carvajal un ventanal con
arco lobulado de medio punto y decoración de tracería mudejar, estrellas
y la simbólica rueda del fuego persa. Según Vano Silvestre la judería
estaría situada en el terreno comprendido entre la parte trasera de Santa
María y la actual Plaza de Carvajal, extendiéndose hacia la cuesta de este
nombre hasta llegar a la muralla donde existe una puerta de arco de
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' VANO SILVESTRE, R. y SÁNCHES FERNÁNDEZ, E., Aportación al estudio dei Alcázar de IJbeda,
BIEG, año XXXI, pág. 25 m.s. 96, Academia de la Historia. Una más en apoyo de esta locali-
zacíón es una escritura de compra de unas casas en el alcázar «a junto con la sinagoga que
fue de A Solomon o la Iglesia de Santa María. El comprador fue Ramón García Torpero y el
precio 13.150 mrvs. (F. 70v-71r) actualmente hiay restos arqueológicos de otra sinagoga junto
a la Iglesia de Sto. Tomás.
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talmúdico es la base del juicio de los pleitos tanto civiles como criminales
entre judíos y cristianos. En este sentido la comuna tiene una cierta au-
tonomía jurídica sólo recortada por la Ordenación general del reino. Como
jueces los rabinos tenían poder para multar, ordenar castigos corporales,
e incluso lanzar excomuniones sobre sus correligionarios. En los casos
de blasfemia contra la religión cristiana los judíos eran encerrados en la
cárcel del concejo no en la judería^.
Una fuente de información esencial para el conocimiento de la orga-
nización administrativa y judicial de la aljama de Úbeda es el Fuero. El
Fuero de Úbeda determina que los pleitos de los judíos con los cristianos
sean juzgados por dos o cuatro alcaldes, judíos y cristianos. Si los judíos
perdían el pleito eran castigados con la cárcel o el pago de una multa
cuya cuantía estaba en relación al delito. Si el judío tiene algo empeñado
la justicia le daba nueve días de plazo para quitar el empeño, sino tenía
que pagar al juez diez maravedíes. Si un alcalde cristiano se niega a hacer
justicia a un judío, éste debe exigírselo pero con un vecino cristiano. Los
plazos para solicitar justicia en los pleitos que se produzcan entre judíos
y cristianos se abrían a la hora de la misa matinal y se cerraban a la hora
tercia.
Otros aspectos de la administración de la justicia que señala el Fuero
son los casos de empeños, la negativa de un juez cristiano o judío a
administrar justicia a judío o cristiano y los conflictos mixtos. Sólo los
judíos que habían alcanzado la categoría de vecinos podían ser testigos.
En los contratos entre judíos y cristianos, si se hacían empeños, el judío
o el albedino debía quitarlos en nueve días si no perdía la cuantía del
empeño y el albedino —juez judío— tendría que pagar al juez cristiano
diez maravedíes.
Ahora bien, si un cristiano se querellaba con un judío y lo encontraba
fuera de la «alcaicería» el dinero de las multas que el judío pague se las
repartirán el juez y el querelloso. Si un juez cristiano no quiere hacer
justicia a un judío pagará diez maravedíes al albedino. Si el judío es vecino
podrá quedarse con las prendas o fianzas del acusado pero si no es
vecino se las quedará el cristiano que lo acompañe. Si los alcaldes judíos
no quieren administrar la justicia a un vecino cristiano, éste tomará la
prenda en la casa del judío con un vecino judío, ahora bien si el cristiano
es vecino las prendas serán para él, pero si no es vecino de la ciudad,
las tendrá el judío con que prendare.
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En las contiendas tanto los judíos como los cristianos deben presentar
testigos que en el caso de los primeros deben ser cristianos. Si la con-
tienda es por una cantidad inferior a los cuatro menéales basta con que
los judíos presenten fianzas para ser creídos no precisando de testigos.
Las multas por la infracción de esta norma son siempre el doble de la
cantidad que es objeto de litigio. Los juicios que se celebren en la Cámara
de los alcaldes serán firmes, ahora bien si el judío presenta fianzas y el
cristiano quiere tomarlas conviene que demuestre las razones, ya que en
caso contrario el judío no tendrá obligación de ofrecer prendas o bienes
muebles y raíces como garantía. Si el cristiano no los desea puede en-
tregarlos a un corredor que los venda y dé la ganancia al cristiano.
En cuanto a la justicia criminal los cristianos estarán obligados a pagar
500 sueldos al Rey si hieren o matan a un judío. En el caso de heridas,
el cristiano debe probar el hecho con cuatro vecinos y en el de muerte
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En las ventas el judío deberá admitir fianzas del cristiano fuera o dentro
de la alcaicería, pagando el doble por ellos excepto si puede probar que
lo hizo de acuerdo con un vecino cristiano entonces los tendrá libres. Si
un cristiano quiere vender las prendas o bienes que le dé un judío los
dará a un corredor que responderá ante el judío de las fianzas dadas,
quedándose con un pequeño beneficio de la venta. En cuanto a la forma
de jurar ante la justicia, el cristiano podrá hacerlo sin cruz cuando la
cuantía de la demanda sea inferior a «cuatro mencales» y con cruz cuando
sea superior. El judío sin atora en el primer caso y con ella en el segundo.
La Torah es el Pentateuco o libro sagrado, más adelante fue el tributo
pagado por cada familia judía, que coincidía con el barrio concreto de la
aljama donde reside.
Otro documento de 1293 indica que a partir de esta fecha los alcaldes
de las villas serán quienes libren los pleitos entre cristianos y judíos".
" PESET, J., Ei Fuero de Ubeda, tít. Lili. Valencia 1979, págs. 362-363. RODRÍGUEZ MOLINA,
J., Colección diplomática del Archivo Municipal de Úbeda I. (s. Xlii). Granada 1990, págs. 41-
95. AMU 1252, junio, 21; AlVIU 1293 mayo, 25. Valladolid, caja 5, n.°9.
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2.^ Los judíos podrán demandar sus deudas a los ricos hombres y
caballeros que estén cautivos en todo tiempo. Para ello deberán
comunicar éstas a los alcaldes entregadores de los lugares que
se alzaron en tiempos de guerra.
^ PAREJO DELGADO, M. J., Baeza y Ubeda en la Baja Edad Media, ob. cit. Granada, págs.
179-180.
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Muy pocos son los datos que poseemos para evaluar cuantitativamente
la población judía en Ubeda durante la época bajomedieval, ya que la
contribución fiscal de ésta no siempre se correspondió a su población,
por las numerosas franquezas de que gozaron los vecinos de Úbeda dada
la situación «fronteriza» con Granada. De forma aproximada se puede in-
dicar que teniendo en cuenta el número de familias que del reino de Jaén
emigra al reino de Granada tras el pogrom de 1391 —unas 300— y la
población de Úbeda en 1407 unos 11.722 habitantes, los judíos no ex-
cederían del 2,5 por 100. El profesor Miguel Ángel Ladero Quesada trató
de reconstruir el tamaño de algunas aljamas a partir del reparto de los
pechos reales y concejiles. Según este profesor las contribuciones de los
judíos eran de escasa monta, dentro del conjunto hacendístico castellano,
y al quedar establecida su cuantía en una cantidad fija en maravedíes,
que luego se repartía por encabezamiento entre las aljamas, su valor des-
cendió.
•^ PAREJO DELGADO, M. J., Baeza y Úbeda en la Baja Edad Media, Letcom. Sevilla 1987, págs.
750-754. ROMANO VENTURA, D., Marco jurídico de la minoría judía en la Corona de Castilla de
1214 a 1350, Actas del II Congreso Internacional Encuentro de las Tres Culturas. Toledo 1985,
págs. 261-291. BAER, F., Historia de los judíos en la España cristiana. Madrid 1981.
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puede ir a Jaén por estar enfermo. Juan Fregenal presenta el escrito ante
el bachiller Alonso de Murcia, juez, en el que se indica que la demanda
no procede, pues su demandado compró la haza hace treinta años en
1480 y que dicha propiedad la había recibido en dote Beatriz Galana al
casarse con Fernando de Santisteban. A continuación expone que «ítem
sy saben que al tiempo que los susodichos casaron desde quatro o cinco
annos que se reconciliaron en esta cibdad tenían pocos byenes y fysieron
ynventario de cincuenta mil mrs. y pagaron doze mil mrs. que les fueron
ympuestos de penitencia». Diego Fernández indica que la haza no era
toda de Fernando de Santisteban, sino de su mujer Beatriz y que aunque
él fuera reconciliado ella no podía perder los bienes de su dote como lo
indican las leyes dadas por Sus Altezas. Igualmente dice que Fernando
de Santisteban era tenido por buen cristiano en Úbeda y no por hereje.
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' A.R. Chancillería de Granada, cabina 201, sec. Inquisición, leg. 5.180, pieza n.° 3, fols. 1-
14v. PAREJO DELGADO, IVI. J., Baeza y Úbeda..., ob. cit. Sevilla, págs. 753-755. Grupos urbanos
no privilegiados de Úbeda y Baeza en la Baja Edad Media, Actas del III Coloquio de Historia
Medieval Andaluza. Jaén 1984, págs. 165-177. Archivo de Protocolos de Úbeda. Carta de venta
de Francisco de Cazorla, curtidor, leg. 1.011, 31-12-1519; Cartas de arrendamiento de Diego
de Quesada, leg. 766, 1-11-1514; Cartas de arrendamiento de Pedro de Cazorla, leg. 766, 5-7-
1508; Cartas de dote de IVIaría Alonso, leg. 766, 17-1-1503 e Isabel Rodríguez, leg. 766, 1-1506;
Carta de arrendamiento de Rodrigo de Castro, mercader, leg. 1.279 a 23-2.-1507; Carta de venta
de Fernando de Baeza, leg. 1.011, 31-12-1519.
" MONTES ROMERO-CAMACHO, I., La minoría hebrea sevillana a Unes de la Edad Media, V
Coloquio Internacional de Historia Medieval Andaluza. Córdoba 1988, págs. 551-568. Hace un
análisis de la organización judicial y de la distribución de la población judía por sectores pro-
ductivos. CANTERA MONTENEGRO, E., Actividades socio-profesionales de la mujer judia en ios
reinos hispanocristianos de la Baja Edad Media. El trabajo de las mujeres en la Edad Media
hispana. Madrid 1988. En este artículo se recogen las distintas profesiones ejercidas por la
mujer judía. En nuestro caso la documentación es muy pobre aunque el Fuero de Úbeda nos
hiabla de nodrizas judías a las que se les prohibe amamantar a un niño cristiano, prostitutas y
arrendadoras de tierras, págs. 321-345.
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jeros dando primacía a los naturales del reino. En Úbeda tenemos cons-
tancia de un grupo de mercaderes dedicados al comercio interior de telas,
vino, e incluso esclavos. En la relación de penitenciados de 1494 el 12
por 100 son mercaderes, destacando a Alonso Gómez, Fernando de Bae-
za, Diego de Córdoba, Diego López de Benavides entre otros. En 1489
todavía hay constancia de judíos comerciantes como Natán Narboy y el
rabino Abraham, físico del adelantado, quien pide que las ciudades desde
Úbeda a Medina no cobren derechos por el traslado de su cuerpo.
La artesanía textil, la herrería y la medicina son otras profesiones de-
sempeñadas por los judíos ubetenses. En el primer sector destacan los
curtidores, los sastres y los tejedores, en el segundo los fabricante de
armas y herramientas agrícolas y finalmente los físicos y boticarios. Un
35 por 100 de los penitenciados de Úbeda de 1494 son trabajadores del
sector secundario. Uno de ellos, Luis de Cazorla, tundidor, penitenciado
número 141, hijo del condenado Diego de Cazorla, tintorero, penitenciado
número 5 1 , es hermano de Francisco de Cazorla, curtidor y pequeño pro-
pietario agrícola como lo testimonia la venta que hace en 1519 a otro
curtidor Martín García de un majuelo de 160 vides tempranas en el pago
de Nalda, linde con el olivar de Hernando Hidalgo, calderero por 800
maravedíes.
Quizás la actividad más conocida, pero ejercida por una minoría de
privilegiados dentro de la judería, es el arrendamiento de impuestos reales
y concejiles. En este sentido el Archivo Municipal de Úbeda nos ilustra
con varios ejemplos. En el siglo xiii destaca don Samuel, almojarife, vecino
de Úbeda, quien aparece en la documentación vendiendo unos bienes
porque el propietario había muerto sin comparecer heredero ninguno y
pasó el plazo que manda el Rey. En 1336 dos judíos, Simón Iñiguez y
Fraimen Aben Verga, son los arrendadores de la alcabala del vino de
Baeza. Años más tarde don Abraham Yaex es nombrado arrendador de
la renta de la escribanía pública de Baeza y don Moya Abeb Amices y
don Cas Abel Atabab son los arrendadores de la alcabala de Bailen. No
obstante, la legislación restrictiva de la monarquía castellana durante el
siglo XV limita el ejercicio de esta actividad a los judíos por lo que son
en 1494 tan sólo hay un 2,3 por 100 de los penitenciados que han ejercido
esta profesión ^.
' PAREJO DELGADO, M. J., Baeza y Úbeda..., ob. cit., Sevilla, págs. 750-752, 762. En el Fuero
de Úbeda, pág. 399, se hace referencia a como se descuenta a Adán Moyr Aben Megas del
almojarifazgo de Córdoba por la franqueza que el Rey hizo a los de Úbeda de 814 maravedís y
dan a Don Yucaf Aben Caparici e Adán, 204 maravedís del diezmo del aceite y le descuentan
del almojarifazgo de Jaén por la franquicia de Úbeda 860 maravedís por testimonio de García
Pérez, alcalde de la aljama de Jaén. La relación de penitenciados la incluimos en las págs. 765-
779. PIMIENTA, M. J,, ob. cit., págs. 297-313.
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'" PIMIENTA, M. J., ob. cit., págs. 159-161. PAREJO DELGADO, M. J., Baeza y Úbeda en la Baja
Edad Media. Sevilla 1987, Letcom. pág. 759. LADERO QUESADA, M. A., «Los judíos castellanos
del siglo XV en el arrendamiento de los impuestos reales», Cuadernos de Historia, VI, 1975,
págs. 417-439.
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" PIMIENTA, M. J., ob. cit., págs. 397-399. PAREJO DELGADO, M. J., ob. cit., Sevilla, págs.
743-749; El reino de Jaén en la Baja Edad Media según los Anales de Martin de JImena Jurado.
Sevilla 1977, en prensa, págs. 322-332. Mozo Y ORTIZ DE VILLAJOS, S., «LOS judíos castellanos
en el reinado de Alfonso Xl», Sefarad, XXXV, 1975, págs. 131-150 y XXXVI, 1976, págs. 37-120.
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PAREJO DELGADO, M . J., Baeza y Ubeda en la Baja Edad Media. Sevilla, págs. 750-758.
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Cortes de los Antiguos Reinos de León y Castilla. Cortes de 1371, págs. 203-214; Cortes de
1377, págs. 276-282; 1380, págs. 305-309. MONTES ROMERO-GAMACHO, I., «Antisemitismo sevi-
llano en la Baja Edad Media. El pogrom de 1391», Actas del III Congreso de Historia Medieval
Andaluza. La sociedad medieval andaluza. Jaén 1984, págs. 57-76. RAMÍREZ DE ARELLANO , R.,
«Matanza de judíos en Córdoba», 1391, BRAH, 38, 1901, págs. 294-311.
'° PAREJO DELGADO, M. J., Baeza y Úbeda en la Baja Edad Media, ob. cit. Sevilla, págs. 760-
762. MITRE FERNÁNDEZ, E., «LOS judíos y la corona de Castilla en el tránsito al siglo xv». Cua-
dernos de Historia, III, 1969, págs. 345-368. «Crisis de subsistencias y conflictividad social en
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úbeda, xv-xviii», Estudios sobre Úbeda I. Úbeda 1990, págs. 23-26, en colaboración con Adela
Tarifa Fernández. ESCABIAS, P., Crónica del Condestable Miguel Lucas de tranzo, capít. XXXVII.
Madrid 1940. LADERO QUESADA, M. A., «Los judeoconversos andaluces en el siglo xv», /Acias del
III Congreso de Historia Medieval de Andalucía. Jaén 1984, págs. 27-56. AM, Úbeda 1481, abril,
4. Valladolid, leg. 2, n.°41.
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los judíos xinogas e los moros mesquitas mandamos a las dichas per-
sonas que asy deputaremos para ello que eso mesmo dentro délas tales
ciruytos los sennalen otros tantos e tomamos suelos e casas para que
fagan los judíos xinogas... que de las xinogas... que tenían primero non
se aprovechen dendo en adelante para a quellos usos e los quales dichos
judíos e moros por la presente damos licencia e facultad para que puedan
vender e vendan a quierquesyeren las xinogas e mesquitas que dexa-
ran...»
«... IVlando que la dicha ley sea executada e trayda a deuido efecto,
pues el complimiento della rrendunde en seruicio de Dios... e confiando
de vos el dicho Garcia Fernández Manrrique del mi consejo que bien e
fiel 8 deligentemente faredes lo que por mi vos fuere mandado... vos
encomiendo e cometo la esecucion de la dicha ley en las cibdades e
villas e lugares de yuso contenidos porque vos mando que luego vayades
a la cibdad de Jahen e a la cibdad de Ubeda e a la cibdad de Baeca e
a la cibdad de Andujar ea los otros lugares de sus tierras e obispados
e a cada uno dellos e a los otros lugares que vos entendieredes que
cumplen donde oy biuen judíos e moros e qualesquier dellos tomedes e
juntedes con uos las personas que segund el thenor e firma déla dicha
ley and deentender en el sennalarles los sytios e lugares para las syg-
nogas e mesquitas e casas e solares en que han de beuír...».
" PIMIENTA, M. J., ob. cit, pág. 446. PAREJO DELGADO, M. J., Baeza y Úbeda en la Baja Edad
Media. Sevilla, pág. 779. AM, Ubeda, leg. 5, n.° 48, 1492, abril, 23. BEL BRAVO, M. Antonia, Los
Reyes Católicos y los judíos andaluces (1474-1492), Granada 1989. Universidad. Granada 1989.
SuÁREZ FERNÁNDEZ, L., Documentos acerca de la expulsión de los judíos. Valladolid 1964. CAN-
TERA MONTENEGRO, E., «LOS judíos en la Edad Media hispana». Cuadernos de Investigación Me-
dieval, n.°5. Madrid 1986.
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