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Resumen

LAS IGLESIAS QUE LOS APOSTÓLES NOS DEJARON.

1-La Era Sub-Apostólica en el Nuevo Testamento: La fidelidad de Browning a la


tradición que afirma que Juan fue el último discípulo puede parecer demasiado simple; no
obstante, el sentido inquietante de su pregunta es claro. ¿Qué sucedió cuando
desapareció el testigo apostólico y la iglesia ya no pudo depender del testimonio de
aquellos que dijeron, «Yo vi»? En el pasado tal cuestión se respondía acudiendo a las
obras escritas después de NT, ya que era aceptado por todos que el Nuevo Testamento y
la era apostólica eran sinónimos. Se pensaba que los libros del NT habían sido escritos
por los propios apóstoles, por lo que la era posterior al NT fue denominada
«subapostólica».
Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los investigadores sitúan el fin del periodo
apostólico en una fecha más temprana dentro de la época del Nuevo Testamento, quizás
sea necesario explicar esta cualificada afirmación. A pesar de que en el NT son muchos
los que reciben el nombre de «apóstoles», por esta razón, que el término, «época
apostólica», debería estar limitado a ese segundo tercio del siglo I, y que el último tercio
del siglo debiera ser denominado como «período sub-apostoheo».El NT habría sido
escrito en este último tercio de siglo, época en la que los autores que han permanecido a
través de los escritos del NT, escribieron sin utilizar sus verdaderos nombres, y en
ocasiones utilizando los nombres de sus predecesores apostólicos.
La tradición posterior tendió a asignar autores a los evangelios que originariamente eran
anónimos, pero los estudios actuales han puesto en duda la exactitud de tales
asignaciones, los cuales, en cualquier caso, pueden haber tenido la intención de
iluminarnos sobre la autoridad que había tras el trabajo individual.
A) Varias aproximaciones eruditas al periodo sub apostólico
Ninguna de estas interpretaciones es adecuada en su totalidad, y las deficiencias
existentes en algunas de las proposiciones que menciono, nos advierten del peligro de
esperar respuestas simples. La respuesta clásica, dada ya en / Clemente (42 y 44) es que
de la misma manera que Jesús eligió a sus apóstoles (se entiende que fueron los doce
junto con Pablo), así también estos nombraron obispos o presbíteros que les sustituyesen
consecuentemente, se creyó que había habido una ordenada sucesión de autoridad en la
era sub apostólica, dando lugar a una iglesia unificada únicamente estropeada por herejes
considerados rebeldes contra el sistema estipulado".
Esta tesis clásica comenzó a ser rechazada en tiempos de la Reforma y ha sido
impugnada de forma efectiva por las investigaciones modernas.
B) Diferentes iglesias detectables en el Nuevo Testamento
Antes de pasar a los capítulos dedicados en detalle a cada iglesia en particular, tal vez
sería bueno obtener una visión general de las comunidades o iglesias detectables en los
escritos de la época sub-apostólicas del NT
Vamos a comenzar con aquellas comunidades del periodo sub- apostólico descendientes
de Pablo. A pesar del gran impacto personal del apóstol sobre aquellos que él
convirtió,podemos encontrar una explicación lógica al hecho de

que, durante los veinte años posteriores a su muerte, se desarrollasen diferentes


corrientes de pensamiento entre las comunidades que habían recibido la influencia de
Pablo.: un ejemplo reconocido como el apóstol que puede dirigirse a las comunidades con
autoridad como si de hecho fuese uno de los apóstoles sobre los que se fundó la iglesia . 
Parece bastante claro que el autor de la carta a los Efesios conocía gran parte de las
cartas Paulinas, aparte de la de a los Colosenses, y que las utiliza para formular su propio
pensamiento, de esta forma, mientras que el autor de Lucas/ Hechos y el de Efesios han
continuado más allá del pensamiento de Pablo, uno lo ha hecho en aparente
independencia de los escritos de Pablo, y el otro lo ha hecho de tal forma que manifiesta
una marcada dependencia de ellos. Esta es una constante de la que carecen tanto
Colosenses/ Efesios como Lucas/Hechos, a pesar de que ambos escritos tiene
conocimientos de funcionarios eclesiásticos
Presumiblemente, las iglesias a las que se dirigían tales escritos, de estar en relación, lo
habrían estado en comunión mutua , pero sus concepciones son diferentes, ya que han
subrayado aspectos diferentes de la tradición Paulina. 
Si existen dichas tendencias dentro de la principal tradición, no es sorprendente que haya
también tendencias entre las distintas tradiciones del período Sub-Apostólico.

2-La tradición Paulina en las Cartas Pastorales: la importancia de la estructura


eclesial: La exposición sobre las iglesias que los apóstoles dejaron tras de sí con tres
epístolas que son de alguna manera las más formales, exprofeso tratamiento de la
continuidad sub-apostólica en el NT. 
Pablo pasó gran parte de su vida creyente como misionero, aumentando constantemente
el número de aquellos que habían comenzado a creer en Jesucristo, los intereses de
Pablo ahora no son tanto misioneros como pastorales; se preocupa por el cuidado del
rebaño existente. Por supuesto que no carecen de tal preocupación sus primeras
epístolas, pero estas tres cartas han sido denominadas adecuadamente «Pastorales» por
excelencia. En consecuencia, sus reflexiones se dirigen a los cristianos que deja a su
muerte.
Los consejos sobre la forma de sobrevivir que da Pablo en su agonía a Timoteo, Tito y, a
través de ellos, a las comunidades cristianas, constituyen de forma clara y precisa una
respuesta en términos de estructura. Algunas de las comunidades paulinas carecían de
autoridades locales, por lo cual se decidió nombrar obispos-presbíteros en cada ciudad .
La guía autorizada de estos hombres evitaría la desintegración de las comunidades-
iglesia locales.
Las sinagogas judías tenían grupos de ancianos o presbíteros que componían el gobierno
de estas. Sin embargo, los presbíteros cristianos desempeñaban una función de
supervisión pastoral que iba más allá de la correspondiente a sus homólogos judíos,
designándoseles con el nombre de episcopos, «inspector, supervisor, obispo». La
afirmación frecuentemente hecha de que la función de presbítero se tomó del judaísmo,
mientras que la de episcopos se tomó de la administración religiosa y secular de los
gentiles es excesivamente simplista e ignora los testimonios de los rollos del Mar Muerto.
Siglo y medio antes del cristianismo, los esenios descritos en los rollos tenían, además de
los llamados presbíteros, otros miembros llamados «inspectores», con funciones de
enseñanza, exhortación y administración, prácticamente iguales a las funciones de los
obispos de las Pastorales. Los inspectores de la religión esenia fueron descritos de forma
figurada como «pastores», lo mismo que los obispos cristianos, nada en las pastorales
indica que los obispos-presbíteros administrasen la eucaristía o el bautismo.
Que esta imagen estaba excesivamente simplificada queda indicado en Tito 1:5 donde
está claro cómo algunas ciudades de la misión paulina no tenían presbíteros. De acuerdo
con Didache 15:1 se invitaba a los cristianos a que nombrasen ellos mismos obispos y
diáconos.
Estos últimos requisitos reflejan el surgimiento de la iglesia como una sociedad con
normas establecidas que se imponen sobre sus figuras públicas. Jesús, durante su
ministerio, llamo a sus seguidores prominentes, procedentes de diferentes ocupaciones,
sin considerar el grado de estima que tenían en la sociedad los pescadores, cobradores
de impuestos y zelotes.
Aspectos positivos y aspectos negativos
Tras haber descrito brevemente el objetivo fundamental de las Epístolas Pastorales,
poniendo el acento sobre la estructura eclesial, permitidme señalar tanto los aspectos
positivos como los negativos de tal énfasis en su intento de dar continuidad a la iglesia
después de la muerte de los apóstoles.
Las pastorales han encontrado una forma de resaltar la singularidad del apóstol y al
mismo tiempo, extender su influencia más allá de su vida. Por lo tanto, encontramos en
las pastorales los antecedentes de la teología de una doctrina en depósito, y desarrollos
eclesiásticos como el de la elección de profesores, imprimaturs, índice de libros
prohibidos, y supervisión de la prensa eclesial. Estas características no son en modo
alguno exclusivas del catolicismo romano, aunque en otras iglesias no se utilicen los
mismos nombres y el control no sea tan manifiesto.
Las circunstancias históricas en las que se escribieron las Epístolas Pastorales implicaban
un gran peligro para aquella forma de cristianismo que finalmente sería denominada
«ortodoxia» .
Ya el «Pablo» de las pastorales había adivinado que, la mejor respuesta al cúmulo de
visiones que se proclamaban como reveladas e incluso tradicionales, era una tradición de
ascendencia verdadera que hiciese de enlace entre la era apostólica y las iglesias
oficiales aprobadas, hoy en día permitiría a las iglesias principales sobrevivir a los
sectarismos biblistas.
Las epístolas pastorales, concebidas en un momento de crisis doctrinal, se leen con
frecuencia al margen de su contexto histórico, como ofreciendo una política universal e
incondicional. En otras palabras, motivadas por la lucha, las pastorales presentan una
visión dualista de la verdad y de la falsedad, aunque en la vida ordinaria la iglesia es
apenas dualista.
3- La tradición Paulina en Colosenses/Efesios: la Iglesia que ha de amarse como
Cuerpo de Cristo: Las cartas a los colosenses/efesios constituyen otra corriente dentro
de la tradición sub-apostólica, aún más directamente conectada con Pablo que las
epístolas pastorales. La carta a los Colosenses debe haberse escrito dentro de la época
inmediatamente posterior a la vida de Pablo, más cercana a él en el tiempo que cualquier
otra de las cartas Deutero-Paulinas. Tiene tantos rasgos del pensamiento paulino más
genuino que incluso algunos investigadores críticos creen que Pablo la escribió, al menos
sirviéndose de un secretario.
El autor de la carta a los Colosenses, seguido por el autor de Efesios, adopta la imagen
de Pablo del Cuerpo y la desarrolla de forma nueva para adecuarlo al énfasis mayoritario
puesto en la iglesia. Cristo reconcilió a los que eran extraños, por medio de la muerte en
su cuerpo de carne , y han sido llamados a formar un solo cuerpo. A pesar de esta
comprensión corporal, la iglesia como cuerpo de Cristo no se convierte en una
corporación. El error fundamental es el perder contacto con la cabeza, de la cual todo el
cuerpo, alimentado y unido fuertemente por medio de juntas y ligamentos, crece en Dios .
Si existen diferentes ministerios, son «para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que
todos alcancemos la madurez y el desarrollo que corresponde a la estatura de la plenitud
de Cristo»
En esta aproximación a la iglesia, el tema del amor aparece con fuerza, Cristo alimenta y
cuida con cariño la iglesia . «Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella» .
Esta última cita puede contrastarse con las citas que aparecen en II Co 5:14 y en Rm 5
que afirman que Cristo murió por todos, por supuesto también por injustos y pecadores.
La vida y muerte de Cristo ha tenido como fin la iglesia.
La Santidad es una característica muy importante de la iglesia como cuerpo de Cristo.
Cristo murió para santificar a la iglesia y limpiarla de toda mancha para que pudiese ser
presentada como «una novia radiante sin mancha, arruga o cosa parecida, para que fuera
santa e inmaculada»
Por lo tanto, los cristianos son miembros de la iglesia liberada de las tinieblas y que es el
Reino del Hijo de Dios en el que «participan de la herencia de los santos de la luz» . Esto
es posible, porque, como parte de la escatología realizada de Colosenses/Efesios, se dice
a los cristianos, «con él también habéis resucitado por la fe»
Aciertos y limitaciones
Tras describir la exaltada eclesiología de Colosenses/Efesios, me voy a centrar ahora en
el modo en que ésta se refiere a la supervivencia de aquellas iglesias que el apóstol Pablo
dejó tras de sí. Permitidme ilustrarlo con una imagen personal y otra institucional sacada
de la experiencia corriente. En mi propia iglesia, antes del Concilio Vaticano II se podía oír
frecuentemente la expresión «madre iglesia». En parte, tal aspecto negativo explica el
hecho de que esta imagen no haya vuelto a ser popular; no obstante, no se ha encontrado
otra mejor que la sustituya. Las referencias a «la iglesia institucional» posteriores al
Vaticano II, a menudo incorporan el error de considerar que existen dos iglesias de las
cuales una no es institucional, Pero incluso en el caso de que las alusiones a «la iglesia
institucional» no impliquen tales equívocos, apenas inspiran simpatía o cálida admiración
La institución o la estructura esta inevitablemente influida por modelos seculares y
constituye ese aspecto de la iglesia al que no encontramos fácilmente relación con Cristo
o con Dios Con todos sus defectos, «la madre iglesia» abarcaba tanto un aspecto
personal como familiar, e incluso cuando una madre se excede en su cometido, sus hijos
continúan amándola.
Los escándalos por causa del pecado ponen en peligro la supervivencia de la iglesia, a
menos que la gente tenga una percepción de su santidad como algo que no es posible
destruir a través del pecado individual El autor de Efesios tenía conocimiento de gran
parte de las epístolas auténticas de Pablo y por consiguiente conocía la existencia de
escanda los en aquellas iglesias fundadas y supervisadas por el gran apóstol Sin
embargo, al escribir sobre la iglesia, lo hizo en términos de una novia inmaculada, santa e
irreprochable La apreciación que hace de la iglesia no corresponde a un ingenuo
romanticismo, sino a una visión mística.
4- La tradición Paulina en Lucas y los Hechos: la Iglesia y el Espíritu:

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