Memorias Encuentro Geometria 2011
Memorias Encuentro Geometria 2011
Memorias Encuentro Geometria 2011
Patricia Perry
Editora
Cítese como: Perry, P. (Ed.) (2011). Memorias
del 20º Encuentro de Geometría y sus
Aplicaciones. Bogotá, Colombia: Universidad
Pedagógica Nacional.
Website: http://encuentrogeometriaupn.com
Comité Editorial
Leonor Camargo
Carmen Samper
Patricia Perry
Apoyo editorial
Claudia Vargas y Andrea Pérez
Editora
Patricia Perry
ISBN 978-958-44-8826-8
Diseño y Diagramación
Grupo de Comunicaciones Corporativas
Universidad Pedagógica Nacional
Para esta versión del Encuentro, las actividades académicas se relacionan con alguna de las
siguientes temáticas: Geometría en la educación matemática, Geometría e historia, Geome-
tría y otras ramas de la matemática, Geometría y artes, Geometría y tecnología, y Tópicos
de geometría.
Las ponencias sometidas a consideración del Comité Académico del Encuentro fueron eva-
luadas por pares académicos. Este libro digital, que no es una compilación de documentos
sino una obra editada, incluye sólo los documentos que además de haber sido aceptados por
los evaluadores pasaron por un proceso adicional de evaluación y de edición académica,
este último con la participación de los autores.
Comité Editorial
Bogotá, junio de 2011
ORGANIZACIÓN DEL ENCUENTRO
COMITÉ ORGANIZADOR
Universidad Pedagógica Nacional
Mauricio Bautista, Leonor Camargo, Óscar Molina, Patricia Perry, Carmen Samper,
Benjamín Sarmiento
Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito
Carlos Álvarez, Alicia Guzmán
ENTIDADES AUSPICIADORAS
Belpapel Ltda., Grupo Editorial Norma, Gimnasio Moderno, ICETEX, Proyecto Didácticos
Creativos, Sociedad Colombiana de Matemáticas
vi
TABLA DE CONTENIDO
Carlos Vasco
La interacción entre modelos y teorías en la enseñanza de la Cronotopía 15
Reinaldo Montañez
De los espacios topológicos a las categorías topológicas 85
Reinaldo Núñez
Acerca del Triángulo de Pascal 93
Luis-Enrique Ruiz-Hernández
Geometría afín y topología del prismatoide pentagonal 99
Benjamín Sarmiento
Diseño de mecanismo con Cabri Plus para obtener ecuaciones paramétricas
de algunas curvas 119
Comunicaciones breves
Diana Acosta y Diana Rincón
Octágonos que teselan el plano 149
Sherly Alfonso
Las contribuciones de Hilbert y de Max Dehn a la geometría no arquimediana 155
viii
Sara Henao y Jhonny Vanegas
Sólidos platónicos y teoría de grafos en las clases de geometría 221
Julio Ocaña
Percepción y representación 245
José Quijano
Cabri como herramienta didáctica en una institución educativa rural 285
Eridson Rodríguez
GeoGebra como herramienta que facilita la comprensión y la generalización del Teorema de
Pitágoras 301
ix
Claudia Vargas, Leidy Cepeda y Carmen Samper
¿Se modifican los argumentos de los estudiantes cuando se prioriza
lo teórico sobre lo empírico? 315
Conferencias
Jenny Acevedo y Leonor Camargo
El Tetris como mediador visual para el reconocimiento de movimientos rígidos
en el plano (rotación y traslación) 333
Carlos León
El paso de la razón a la función trigonométrica: revisión de algunos elementos
históricos en la construcción de la función trigonométrica 371
Martha Mosquera
De la geometría a la biología: “una experiencia de investigación escolar” 379
Erdulfo Ortega
Contribución de la geometría a la formación de la noción de estructura de grupo.
Una visión histórico-epistemológica 397
x
Brigitte Sánchez y Jaime Fonseca
Algoritmos como herramienta en la búsqueda de nuevos datos para la resolución
de problemas sobre isometrías del plano 421
Cursillos
Francisco Córdoba y Pablo Ardila
La visualización en matemáticas con ayuda de la geometría dinámica y
sus aportes a la modelación 433
José Panqueva
Poliedros hechos con nudos ideales 445
Marisol Santacruz
Diseño de situaciones didácticas en educación primaria: el caso de la
transformación de rotación en un AGD 453
Pósters
Yadir Garnica
Análisis del fenómeno gravitacional a través de las formas diferenciales 459
Edward Latorre
Politopos: una primera aproximación 461
xi
Astrid Torregroza
Proyecto Silueta: delineando el mundo con Derive 5 465
xii
REFLEXIONES SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA GEOMETRÍA
EN LOS NIVELES DE PRIMARIA Y SECUNDARIA
Ángel Gutiérrez
Universidad de Valencia, España
angel.gutierrez@uv.es, www.uv.es/Angel.Gutierrez
INTRODUCCIÓN
Enseñar geometría en los grados de las educaciones primaria y secundaria es
una tarea compleja debido a las múltiples variables que influyen. Actualmente,
existe un acuerdo generalizado entre didactas de las matemáticas y profesores
de matemáticas en que la enseñanza de la geometría debe basarse en metodo-
logías que faciliten la actividad de exploración y descubrimiento de parte de
los estudiantes. Para facilitar a los profesores la tarea de planificar y gestionar
este tipo de clases, se han desarrollado diferentes modelos teóricos prácticos
que identifican y organizan diversos elementos intervinientes en los procesos
de enseñanza y aprendizaje. En este texto propongo reflexionar sobre algunos
de tales elementos, diversos y aparentemente desconectados pero que, en
realidad, presentan estrechas relaciones que ayudan a dar a los profesores una
visión más global y conexa de la geometría, de su enseñanza y de su aprendi-
zaje.
Gutiérrez, Á. (2011). Reflexiones sobre la enseñanza de la geometría en los niveles de primaria y secundaria.
En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 3-14). Bogotá, Colom-
bia: Universidad Pedagógica Nacional.
LAS FASE DE APRENDIZAJE DE VAN HIELE
El modelo de razonamiento matemático de van Hiele es en la actualidad el
principal marco de referencia para organizar la enseñanza de la geometría y
para entender y evaluar el aprendizaje de los estudiantes. Existen diversas pu-
blicaciones que presentan muestras de cómo utilizar el modelo de van Hiele,
tanto organizaciones curriculares completas de toda la enseñanza no universi-
taria (NCTM, 2003), como organización de unos contenidos matemáticos en-
señados a lo largo de los años (Jaime, 1993; Jaime y Gutiérrez, 1996) u orga-
nización de un tema específico de un grado particular (Corberán y otros,
1994). Un elemento del modelo de van Hiele son las fases de aprendizaje.
Constituyen una propuesta metodológica para los profesores que les indica
cómo organizar los diferentes tipos de contenidos de un tema específico, se-
cuenciándolos de manera que facilite el progreso de los estudiantes y gradúe
su aprendizaje1.
Van Hiele caracteriza el aprendizaje como un resultado de la acumulación de
la cantidad suficiente de experiencias adecuadas; por lo tanto, existe la posibi-
lidad de alcanzar niveles más altos de razonamiento fuera de la enseñanza es-
colar si se consiguen las experiencias apropiadas. No obstante, esas experien-
cias, aunque existen y no deben despreciarse, generalmente no son suficientes
para producir un desarrollo de la capacidad de razonamiento completo y rápi-
do, por lo que la misión de la educación matemática escolar es proporcionar
experiencias adicionales, bien organizadas para que sean lo más útiles posible.
La función de las fases de aprendizaje propuestas por van Hiele es sugerir al
profesor cómo realizar dicha organización. Las fases de aprendizaje son unas
etapas en la graduación y organización de las actividades que debe realizar un
estudiante para adquirir las experiencias que le lleven al nivel superior de ra-
zonamiento. A lo largo de estas fases, el profesor debe procurar que sus alum-
nos construyan una red mental de relaciones entre los diferentes contenidos
matemáticos que tiene que aprender, incluyendo en esta red las formas de ra-
zonamiento propias del nivel de razonamiento al que deben acceder. Es nece-
sario conseguir, en primer lugar, que los estudiantes adquieran de manera
comprensiva los conocimientos básicos necesarios (nuevos conceptos, propie-
dades, vocabulario, etc.) con los que tendrán que trabajar, para después centrar
su actividad en aprender a utilizarlos y combinarlos. Las fases de aprendizaje
propuestas por van Hiele son cinco:
1
El resto de esta sección se extrae de Jaime y Gutiérrez (1990).
4
a
1 fase: Información. Se trata de una fase de toma de contacto. El profesor
debe informar a los estudiantes sobre el campo de estudio en el que van a tra-
bajar, qué tipo de problemas se van a plantear, qué materiales van a utilizar,
etc. Así mismo, los alumnos aprenderán a manejar el material y adquirirán una
serie de conocimientos básicos imprescindibles para poder empezar el trabajo
matemático propiamente dicho.
Esta es también una fase de información para el profesor, pues sirve para que
éste averigüe los conocimientos previos de los estudiantes sobre el tema que
se va a abordar. Como decíamos antes, la experiencia extraescolar no debe
despreciarse, sino que puede aprovecharse como fuente de motivación; ade-
más, es conveniente evitar hacer un trabajo repetido o tratar de “enseñar” co-
sas que los alumnos ya saben. Por otra parte, muchas veces tendremos que
trabajar en un tema que no es absolutamente nuevo para los estudiantes, que
ya lo han estudiado en algún curso anterior, por lo que, para una buena utiliza-
ción del modelo de van Hiele, es imprescindible que el profesor sepa qué gra-
do de conocimiento de los contenidos del tema tienen sus alumnos y, sobre
todo, qué nivel de razonamiento son capaces de mostrar.
a
2 fase: Orientación dirigida. En esta fase los estudiantes empiezan a explo-
rar el campo de estudio por medio de investigaciones basadas en el material
que les ha sido proporcionado. El objetivo principal de esta fase es conseguir
que los estudiantes descubran, comprendan y aprendan cuáles son los concep-
tos, propiedades, figuras, etc. principales en el área de la geometría que están
estudiando. En esta fase se construirán los elementos básicos de la red de rela-
ciones del nuevo nivel. Van Hiele afirma, refiriéndose a esta fase, que “las ac-
tividades, si son escogidas cuidadosamente, forman la base adecuada del pen-
samiento del nivel superior” (van Hiele, 1986, p. 97).
Obviamente los estudiantes, por sí solos, no podrían realizar un aprendizaje
eficaz (en cuanto a los resultados obtenidos y al tiempo empleado), por lo que
es necesario que las actividades que se les propongan estén convenientemente
dirigidas hacia los conceptos, propiedades, etc. que deben estudiar. El trabajo
que vayan a hacer estará seleccionado de tal forma que los conceptos y estruc-
turas característicos se les presenten de forma progresiva.
a
3 fase: Explicitación. Una de las finalidades principales de la tercera fase es
hacer que los estudiantes intercambien sus experiencias, que comenten las re-
gularidades que han observado, que expliquen cómo han resuelto las activida-
5
des, todo ello dentro de un contexto de diálogo en el grupo. Es interesante que
surjan puntos de vista divergentes, ya que el intento de cada estudiante por
justificar su opinión hará que tenga que analizar con cuidado sus ideas (o las
de su compañero), que ordenarlas y que expresarlas con claridad. Este diálogo
hace que sea en el transcurso de esta fase cuando se forma parcialmente la
nueva red de relaciones.
Esta fase tiene también la misión de conseguir que los estudiantes terminen de
aprender el nuevo vocabulario, correspondiente al nuevo nivel de razonamien-
to que están empezando a alcanzar. En algunos casos, especialmente con niños
de enseñanza primaria, no es conveniente, desde el punto de vista didáctico,
introducir al mismo tiempo nuevos conceptos, nuevo vocabulario y nuevos
símbolos. Una técnica utilizada por los maestros para reducir este problema
consiste en permitir que, al principio, los niños denominen las nuevas figuras
o propiedades a su gusto, hasta que hayan adquirido un dominio suficiente de
las mismas. En la fase de explicitación se fomentará el paso del vocabulario de
los niños al término matemático usual.
a
4 fase: Orientación libre. Ahora los alumnos deberán aplicar los conoci-
mientos y lenguaje que acaban de adquirir a otras investigaciones diferentes
de las anteriores. El campo de estudio ya es en gran parte conocido por los
alumnos, pero éstos todavía deben perfeccionar su conocimiento del mismo.
Esto se consigue mediante el planteamiento de problemas por parte del profe-
sor que, preferiblemente, puedan desarrollarse de diversas formas o que pue-
dan llevar a diferentes soluciones. En estos problemas se colocarán indicios
que muestren el camino que se ha de seguir, pero de forma que el estudiante
tenga que combinarlos adecuadamente, aplicando los conocimientos y la for-
ma de razonar que ha adquirido en las fases anteriores.
Queremos remarcar que el núcleo de esta fase está formado por actividades de
utilización y combinación de los nuevos conceptos, propiedades y forma de
razonamiento. Los problemas que hay que plantear en la fase 4 no tienen nada
que ver con los ejercicios de “aplicación”, tan frecuentes en nuestros libros de
texto de enseñanzas primaria y secundaria, para cuya solución sólo hace falta
recordar algún hecho concreto y utilizarlo directamente; por el contrario, al-
gunos de los problemas de esta fase deben presentar situaciones nuevas, ser
abiertos, con varios caminos de resolución. Este tipo de actividad es la que
permitirá completar la red de relaciones que se empezó a formar en las fases
6
anteriores, dando lugar a que se establezcan las relaciones más complejas y
más importantes.
a
5 fase: Integración. A lo largo de las fases anteriores, los estudiantes han
adquirido nuevos conocimientos y habilidades, pero todavía deben adquirir
una visión general de los contenidos y métodos que tienen a su disposición,
relacionando los nuevos conocimientos con otros campos que hayan estudiado
anteriormente; se trata de condensar en un todo el dominio que ha explorado
su pensamiento. En esta fase el profesor puede fomentar este trabajo propor-
cionando comprensiones globales, pero es importante que estas comprensio-
nes no le aporten ningún concepto o propiedad nuevos al estudiante: Solamen-
te deben ser una acumulación, comparación y combinación de cosas que ya
conoce.
2
El resto de esta sección se extrae de Gutiérrez y Jaime (1996).
7
En ambos casos, los profesores suelen poner más énfasis en las definiciones
que en los ejemplos, sin darse cuenta de que son los últimos los que impactan
más en los estudiantes y los que producen un efecto mental más duradero y
profundo. Según Vinner (1991), cuando leemos o escuchamos el nombre de
un concepto conocido, se estimula nuestra memoria y se evoca algo, que ra-
ramente es la definición del concepto, sino un conjunto de representaciones
visuales, imágenes, impresiones o experiencias. Este “algo” es lo que Vinner
llama la imagen del concepto (o imagen conceptual). En el caso de conceptos
geométricos, la imagen conceptual que se crea en la mente de los estudiantes
está compuesta por las diversas figuras, dibujos o representaciones que re-
cuerdan los estudiantes como ejemplos de dicho concepto, junto al conjunto
de las propiedades que el estudiante asocia al concepto. Según esto, una ima-
gen de un concepto es correcta cuando le permite al estudiante discriminar sin
errores todos los ejemplos de ese concepto y cuando las propiedades que lleva
asociadas son todas relevantes. Dichas propiedades no son necesariamente
matemáticas puesto que, especialmente en estudiantes situados en el primer o
segundo niveles de van Hiele, también pueden ser propiedades irrelevantes de
tipo físico. Por ejemplo, la imagen del concepto de rectángulo que se forman
muchos estudiantes de enseñanza primaria está compuesta por una serie de
rectángulos concretos colocados en posición estándar (el par de lados más lar-
gos, horizontales) y por algunas propiedades derivadas de estas figuras, como
tener los ángulos rectos, los lados opuestos iguales, los lados verticales y hori-
zontales, siendo los horizontales más largos que los verticales, etc.
Por otra parte, fruto de los métodos de enseñanza que mencionábamos antes,
los estudiantes memorizan una cierta definición, que repiten cuando el profe-
sor les pregunta pero que no utilizan cuando les pide que pongan en acción
dicho concepto para resolver un problema. Vinner y Hershkowitz (1983) lla-
man definición de un concepto a esta definición verbal que un estudiante tiene
en su memoria y que recita cuando se le pide. La definición de un concepto
expresada por un estudiante no tiene por qué estar ligada operativamente a su
imagen de ese concepto en el momento de la realización de tareas. Por ejem-
plo, al preguntarles, muchos estudiantes recitan que un polígono regular es un
polígono que tiene todos los lados iguales aunque parte de estos estudiantes
son capaces de reconocer sin errores todos los ejemplos de polígonos regula-
res e irregulares que se les presenten. Inversamente, también es frecuente en-
contrar estudiantes de todos los niveles educativos que, aunque escriben la de-
finición correcta de polígono regular, identifican como tales los rectángulos
8
“porque tienen los ángulos iguales”. Ambas discrepancias ponen en evidencia
la diferencia que, para los estudiantes, hay entre la imagen y la definición de
un concepto y los diferentes usos que hacen de ambas, cosa que el modelo de
Vinner explica, como veremos más adelante.
En la formación de la imagen de un concepto que tiene una persona juegan un
papel básico la propia experiencia y los ejemplos que se han visto o utilizado
tanto en el contexto escolar como extraescolarmente. Con frecuencia estos
ejemplos son pocos y con alguna característica visual peculiar, convirtiéndose
en prototipos y en los únicos casos de referencia con los que el estudiante
puede comparar casos nuevos. Por lo tanto, la manera de mejorar la calidad de
las imágenes conceptuales es ofrecer a los estudiantes mayor variedad de
ejemplos, tratar de detectar los defectos de sus imágenes del concepto y hacer
especial incidencia en los ejemplos directamente relacionados con esos erro-
res. Uno de los objetivos de la investigación que describimos en este capítulo
es dar pautas concretas sobre cómo analizar y mejorar las imágenes de los
conceptos geométricos de los estudiantes.
En cuanto a la utilización que los estudiantes hacen de las imágenes y las defi-
niciones de los conceptos, está muy extendida entre los profesores de los dife-
rentes niveles educativos la creencia (casi siempre errónea) de que los estu-
diantes basan sus razonamientos principalmente en las definiciones verbales
(formales) de los conceptos y que sus imágenes del concepto tienen, como
mucho, un papel secundario, de apoyo. Sin embargo, la actividad de los estu-
diantes está, en una mayoría de casos, basada sólo en sus imágenes de los con-
ceptos. Hay un elevado número de estudiantes cuya definición del concepto es
inactiva o no existe (olvidaron o nunca aprendieron la definición enseñada por
su profesor).
3
El contenido de esta sección se extrae de Gutiérrez y Jaime (1996).
9
“visión espacial”, o “visualización”. El término elegido por una persona suele
dar indicios de la posición concreta que ha adoptado y del significado que le
da a ese término, aunque esta no es una regla general. Para aludir a este tipo de
habilidades, en Didáctica de las Matemáticas, cuando nos centramos en el es-
tudio de la geometría 3-dimensional, se emplean generalmente los términos
equivalentes de “visualización” o “visualización espacial”.
El elemento básico central en todas las concepciones de percepción visual son
las imágenes mentales, es decir las representaciones mentales que las personas
podemos hacer de objetos físicos, relaciones, conceptos, etc. En el contexto de
las matemáticas, Presmeg (1986) ha encontrado diversos tipos de imágenes
mentales:
1) Imágenes concretas pictóricas. Se trata de imágenes figurativas de objetos
físicos.
2) Imágenes de fórmulas. Consisten en la visualización mental de fórmulas o
relaciones esquemáticas de la misma manera como se las vería, por ejemplo,
en el libro de texto.
3) Imágenes de patrones. Son imágenes de esquemas visuales correspondien-
tes a relaciones abstractas. A diferencia del tipo anterior, no se visualiza la re-
lación propiamente dicha (una fórmula generalmente), sino alguna representa-
ción gráfica de su significado.
4) Imágenes cinéticas. Se trata de imágenes en parte físicas y en parte menta-
les, ya que en ellas tiene un papel importante el movimiento de manos, cabeza,
etc.
5) Imágenes dinámicas. Son imágenes mentales en las que los objetos o algu-
nos de sus elementos se desplazan.
Una determinada imagen puede ser de dos tipos diferentes pues, normalmente,
su clasificación como cinética o dinámica es independiente de su clasificación
como pictórica, patrón o de fórmula.
De acuerdo con la distinción que hace Bishop (1989), las imágenes visuales
(físicas o mentales) son los objetos que se manipulan en la actividad de visua-
lización, manipulación que se realiza según dos tipos de procesos:
10
Procesamiento visual (VP). Este es el proceso de conversión de in-
formación abstracta o no figurativa en imágenes visuales y también el
proceso de transformación de unas imágenes visuales ya formadas en
otras.
Interpretación de información figurativa (IFI). Este es el proceso de
comprensión e interpretación de representaciones visuales para ex-
traer la información que contienen. Por lo tanto, este proceso puede
verse como el inverso del anterior.
El tercer componente diferenciado de la visualización son las habilidades de
visualización utilizadas por los individuos para la creación y procesamiento de
imágenes visuales. Aunque Bishop no diferencia claramente entre procesos y
habilidades, otros investigadores sí han hecho esa distinción. Una relación
bastante detallada de las habilidades que pueden integrar la percepción espa-
cial de un individuo es la que nos proporciona Del Grande (1990), obtenida
uniendo las propuestas de diversos autores y que se refiere a un contexto más
amplio que el de la geometría:
1) Coordinación motriz de los ojos. Es la habilidad para seguir con los ojos el
movimiento de los objetos de forma ágil y eficaz.
2) Identificación visual. Es la habilidad para reconocer una figura aislándola
de su contexto. Se utiliza, por ejemplo, cuando la figura está formada por va-
rias partes, como en los mosaicos, o cuando hay varias figuras superpuestas.
Por ejemplo, ¿cuántos cuadrados hay en la figura de la derecha?
11
5) Reconocimiento de las relaciones espaciales. Es la habilidad que permite
identificar correctamente las características de relaciones entre diversos obje-
tos situados en el espacio. Por ejemplo, que están girados, son perpendicula-
res, simétricos, etc. Esta habilidad es necesaria para construir, con cubos Mul-
tilink, el cuerpo de la figura de la derecha.
12
(también cuando se usan con los tres tipos de imágenes mencionados antes).
Esta mayor relación con el contexto de la geometría 3-dimensional implica,
por una parte, que los estudiantes los utilizan directamente al realizar activida-
des o resolver problemas en los que intervienen objetos geométricos espacia-
les y, por otra parte, que la capacidad de los estudiantes –para usarlos– se pue-
de mejorar mediante una instrucción específica centrada en la resolución de
actividades geométricas.
REFERENCIAS 4
Bishop, A.J. (1989). Review of research on visualization in mathematics education. Focus
on Learning Problems in Mathematics, 11(1), 7-16.
Corberán, R. y otros (1994). Diseño y evaluación de una propuesta curricular de aprendi-
zaje de la geometría en enseñanza secundaria basada en el modelo de razonamiento
de van Hiele. Madrid, España: Ministerio de Educación.
Del Grande, J. (1990). Spatial sense. Arithmetic Teacher, 37(6), 14-20.
Gutiérrez, Á. y Jaime, A. (1996). Uso de definiciones e imágenes de conceptos geométricos
por los estudiantes de Magisterio. En J. Giménez, S. Llinares y M.V. Sánchez (Eds.),
El proceso de llegar a ser un profesor de primaria. Cuestiones desde la educación
matemática (pp. 143-170). Granada, España: Comares.
Jaime, A. (1993). Aportaciones a la interpretación y aplicación del modelo de van Hiele: la
enseñanza de las isometrías del plano. La evaluación del nivel de razonamiento. Te-
sis doctoral. Valencia, España: Universidad de Valencia.
Jaime, A. y Gutiérrez, Á. (1990). Una propuesta de fundamentación para la enseñanza de la
geometría: El modelo de van Hiele. En S. Llinares y M.V. Sánchez (Eds.), Teoría y
práctica en educación matemática (pp. 295-384). Sevilla, España: Alfar.
Jaime, A. y Gutiérrez, Á. (1996). El grupo de las isometrías del plano. Madrid, España:
Síntesis.
National Council of Teachers of Mathematics (NCTM) (2003). Principios y estándares
para la educación matemática. Sevilla, España: Sociedad Andaluza de Educación
Matemática Thales.
Presmeg, N.C. (1986). Visualization in high school mathematics. For the Learning of
Mathematics, 6(3), 42-46.
van Hiele, P.M. (1986). Structure and insight. A theory of mathematics education. Londres,
Gran Bretaña: Academic Press.
4
Varias de las referencias están disponibles en http://www.uv.es/Angel.Gutierrez.
13
Vinner, S. (1991). The role of definitions in the teaching and learning of mathematics. En
D. Tall (Ed.), Advanced mathematical thinking (pp. 65-81). Dordrecht, Holanda:
Kluwer.
Vinner, S. y Hershkowitz, R. (1983). On concept formation in geometry. ZDM, 83(1), 20-
25.
14
LA INTERACCIÓN ENTRE MODELOS Y TEORÍAS EN
LA ENSEÑANZA DE LA CRONOTOPÍA
Carlos Vasco
Universidad Distrital-Universidad del Valle
carlosevasco@gmail.com
LA CRONOTOPÍA
En el Encuentro XVI de Geometría y sus Aplicaciones en Bogotá en 2005, en
la XII Conferencia Inter-Americana de Educación Matemática en Querétaro,
México, y en el XXI Encuentro con la Matemática de Castel San Pietro en Ita-
lia en 2007, presenté un ambicioso programa de la disciplina matemática del
futuro que incluye todo lo que ahora llamamos “geometría”, y que llamé
“Cronotopía”. Para resumir brevemente lo dicho en las conferencias citadas,
propuse la ecuación siguiente:
Vasco, C. (2011). La interacción entre modelos y teorías en la enseñanza de la Cronotopía. En P. Perry (Ed.),
Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 15-35). Bogotá, Colombia: Universidad
Pedagógica Nacional.
llamamos “geometría” en sus aspectos lógicos está incluida en la Topología y,
si se incorporan los aspectos métricos, en la Topometría.1
MODELOS Y TEORÍAS
Cuando se habla de “modelos”, se suele entender “modelos con su teoría”, a
los que podríamos llamar “modelos teóricos”, y cuando se habla de “teorías”,
se suele entender “teorías con su modelo para interpretarlas”, a las que po-
dríamos llamar “teorías modélicas”.
La tesis central de este trabajo es que, al menos para la Cronotopía, los proce-
sos de enseñarla y aprenderla se facilitan y potencian con la ayuda de la dis-
tinción entre los modelos mentales, por un lado y, por otro, las teorías formu-
ladas en lenguaje articulado, simbólico o no, conectadas con los modelos por
medio de morfismos de interpretación.
Comencemos por un rápido recorrido histórico. Hacia 1930, con los teoremas
de Gödel, se empezó a distinguir explícitamente la verdad de una proposición
de la validez de un teorema en un sistema axiomático. En esa década, en Polo-
nia, sobre todo en el trabajo de Tarski, se empezó a distinguir la teoría como
un sistema de proposiciones o fórmulas enunciadas en un lenguaje formaliza-
do, y el modelo como un conjunto de elementos con ciertas operaciones y re-
laciones específicas, que se llamaba indistintamente colección, clase, conjun-
to, familia, sistema o estructura.
La palabra “grupo” no aparece en esa lista, porque ya se había especializado
durante el siglo XIX para ciertos sistemas de transformaciones invertibles y,
por ello, dentro de las matemáticas, “grupo” ya no se toma como sinónimo de
agrupación, agregado, clase o conjunto.
1
La Cronotopía, a la que llamé con tan poca modestia “el Programa de Bogotá” para lo que
se suele llamar “Geometría”, se proclamó por primera vez en una conferencia mía en el
XVI Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (Bogotá, junio 23-25 de 2005), y se publi-
có en las memorias de dicho encuentro (Vasco, 2006). Hablé de la Cronometría en el XII
CIAEM de Querétaro, pero el texto de esa conferencia no apareció sino en el año 2011 en
Costa Rica y en Internet (Vasco, 2011). Bruno D’Amore me invitó a dar a conocer la Cro-
notopía en Italia en el XXI Encuentro con la Matemática en Castel San Pietro Terme, (2-4
de noviembre de 2007), y publicó dos versiones en traducción suya al italiano (Vasco,
2007a; 2007b).
16
Desde los años 30, el grupo Bourbaki llamó a los grupos, anillos y cuerpos
“estructuras algebraicas”, que tenían un conjunto de elementos con una o dos
operaciones binarias. Las estructuras algebraicas se contraponían a las estruc-
turas de orden, que sólo tenían el conjunto de elementos y una relación refle-
xiva, antisimétrica y transitiva, y a las estructuras topológicas, que eran de se-
gundo orden, en el sentido de que, además del conjunto de elementos, tenían
un conjunto de subconjuntos de elementos llamados “vecindades”, con rela-
ciones entre los elementos y las vecindades, y relaciones y operaciones entre
vecindades.
En los fascículos iniciales de Bourbaki tampoco se precisó la relación entre los
conjuntos, las estructuras y los tipos de estructuras, y se intentó presentar la
matemática en singular como una teoría presentable exclusivamente en una
combinación de lenguaje verbal técnico y fórmulas simbólicas, pues se recha-
zaba explícitamente el uso de figuras e imágenes, incluso para la geometría.
Después de la guerra de 1939 al 45, con el trabajo en los lenguajes formales y
en los incipientes lenguajes de programación, se empezó a precisar una teoría
más fina sobre los modelos y las teorías, que históricamente se llamó “Teoría
de Modelos”. En ella se distinguía claramente entre teorías como conjuntos de
fórmulas con una relación de implicación, y modelos como subconjuntos de
elementos con sus operaciones y relaciones. La referencia fundamental sigue
siendo el texto de Chang y Keisler (1973).
A mi parecer, la motivación más fuerte para distinguir explícitamente entre
teorías y modelos vino precisamente de la geometría, y más precisamente, de
la pluralidad de las geometrías que sorprendieron a los matemáticos durante el
siglo XIX.
El cuestionamiento de la naturalidad y la hegemonía de la geometría euclidia-
na y la reaparición de la geometría proyectiva que ya venía desde Desargues y
Pascal en el siglo XVII obligó a reflexionar sobre las relaciones entre las
geometrías formalizadas con axiomas, teoremas y demostraciones y la reali-
dad física.
La dualidad de la geometría proyectiva plana proporcionó la motivación más
sorprendente para la separación entre teorías y modelos: si se interpreta “pun-
to” como una recta y “recta” como un punto, se mantiene la verdad de la pro-
posición.
17
El primer ejemplo lo proporciona el primer axioma de Euclides: “Dos puntos
diferentes determinan una única recta”. Su dual es: “Dos rectas diferentes de-
terminan un único punto”. Esto no se cumple en la geometría euclidiana, pero
si se agrega un punto en el infinito para cada haz de paralelas del plano eucli-
diano, sí se cumple en el plano proyectivo.
La desazón que produce darle sentido a los puntos en el infinito y la dificultad
para responder por qué se toma un solo punto en el infinito en vez de dos, uno
por cada extremo del haz de rectas, se pueden atenuar si uno piensa en el mo-
delo de la geometría de Riemann en la esfera, pero en la teoría identifica “pun-
to” como una pareja de puntos antipodales, y “recta” como una circunferencia
maximal, llamada imprecisamente “círculo máximo”, en la misma esfera, con-
siderándola como compuesta por sus parejas de puntos antipodales.
Ya “punto” no significa lo que antes pensábamos que era un punto, porque son
dos, ni “recta” significa lo que antes pensábamos que era una recta, pues es
curva, pero todas las demostraciones parecen funcionar perfectamente, y la
dualidad es comprobable por una inspección cuidadosa del modelo mental de
la geometría de la esfera.
Con ciertos refinamientos lingüísticos se puede comprobar que un teorema de
la geometría proyectiva plana sigue siendo teorema si se cambia la interpreta-
ción usual de “recta” y de “punto”, pues en una teoría en que todos los axio-
mas son duales, cada paso de una demostración sigue siendo válido formal-
mente con las dos interpretaciones.
Todo esto podría haberse formulado a comienzos del siglo XIX, antes de la
aparición de la geometría no euclidiana de Bolyai, Lobatchevsky y Gauss, que
ahora llamamos “hiperbólica”, pero esas reflexiones y preguntas no se concre-
taron en una teoría específica.
La geometría hiperbólica puso en tensión el campo de la geometría, pero fue
tenida sólo como una curiosidad lógica durante cuarenta años, hasta que, hacia
1860, Beltrami inventó un modelo tridimensional euclidiano para una región
del plano hiperbólico. La trompeta de Beltrami, generada por la revolución de
la tractriz, permitía interpretar “punto” y “recta” de manera que se pudiera
comprobar en ese modelo el cumplimento del axioma no-euclidiano de la mul-
tiplicidad de paralelas por un punto exterior a una recta dada.
18
En pocos años, Riemann, Klein y Poincaré inventaron modelos sólidos y pla-
nos y desarrollaron teorías rigurosas para estas y otras geometrías no euclidia-
nas, en particular la geometría de Riemann que ahora llamamos “elíptica”.
Aunque no podamos seguirlas en su totalidad por falta de tiempo, propondré
luego algunas experiencias tipo “taller” sobre estos temas, que diseñé para la
primera promoción del doctorado interinstitucional en educación en la Univer-
sidad del Valle. Nos apoyarán en lo que digo solamente en teoría, siguiendo
por el rabillo del ojo mis modelos mentales, con la esperanza de que el lector o
auditor puedan seguir lo que digo e interpretarlo en algunos de sus propios
modelos mentales.
La interacción entre modelos y teorías en geometría se extendió muchísimo
desde 1860 hasta 1960, pero no se formalizó explícitamente en la lógica hasta
los años 70. Lo que he aprendido al respecto lo debo más que todo a los semi-
narios con Xavier Caicedo en la Universidad Nacional.
Desde los tiempos de la renovación curricular en el Ministerio de Educación
de 1975 a 1993, trabajé las geometrías desde el enfoque de sistemas, con la
distinción entre tres tipos de sistemas: los sistemas concretos físicos o imagi-
nados a partir de los cuales se podían construir diferentes sistemas conceptua-
les, cada uno de los cuales, a su vez, se podía representar con sistemas simbó-
licos diferentes.
Propuse explícitamente el enfoque de sistemas desde 1980, pero se precisó en
una primera versión completa para los marcos teóricos de las áreas curricula-
res del MEN en 1984 y se perfeccionó en la introducción al programa de no-
veno grado en 1991, programa que nunca pasó de una limitada experimenta-
ción en Bogotá, Medellín y Cali (Vasco, 1980). La presentación rigurosa, con
la especificación a los sistemas geométricos, se publicó en la revista de la
Academia Colombiana de Ciencias Exactas y Naturales en el mismo año 1991
(Vasco, 1991).
Pero la relación entre los sistemas conceptuales y los sistemas simbólicos no
era todavía muy precisa; sólo pude formularla más rigurosamente con las
ideas de Raymond Duval, quien vino a dar un curso en el doctorado de la Uni-
versidad del Valle, y trajo su libro recién publicado en francés en 1995 sobre
semiosis y pensamiento humano. Myriam Vega lo tradujo al castellano en
1999 y en Colombia empezamos a utilizar sus ideas desde entonces, hoy ya
muy extendidas en el ámbito europeo y latinoamericano (Duval, 2004/1995).
19
Raymond Duval nos enseñó a distinguir las representaciones internas, como
imágenes mentales siempre traicioneras y escurridizas, producidas y procesa-
das por la actividad noética, de las representaciones semióticas externas y ma-
terializadas como productos de los registros semióticos de representación.
Los registros semióticos de representación completan la propuesta del enfoque
de sistemas que utilicé en la renovación curricular en matemáticas de 1978 a
1993, mostrando cómo articular los sistemas conceptuales y los simbólicos
con una distinción sutil pero potente: la distinción entre la representación se-
miótica como un sistema simbólico externo, materializado, producido por la
actividad semiótica, y el registro semiótico de representación como sistema
productor de representaciones semióticas materializadas, así sean efímeras.
Esa distinción permite otra muy potente también: el trabajo de transformación
de una representación semiótica particular a otra del mismo registro, lo que se
llama “tratamiento”, y la transformación de una representación semiótica par-
ticular perteneciente a un registro semiótico a otra perteneciente a otro, lo que
se llama “conversión”.
Otro aporte a la distinción entre modelos y teorías viene de las neurociencias.
Antonio Damasio (2010) en su libro Self comes to mind (en español Y el cere-
bro creó al hombre), propone distinguir “mapa” como el sustrato neuronal e
“imagen” como la contraparte consciente, percibida y conocida del mapa. Un
caso paralelo a esta distinción cognitiva es la distinción entre “emoción” como
sustrato neuronal, y “feeling” como contraparte consciente, percibida y sentida
de la emoción. Así, “feeling” ya podría traducirse como “afecto” o “afección”
en el sentido de “afectación subjetiva” por la emoción, en un sentido que pre-
cisa la propuesta de William James modificada por Baird (aunque me parece
que es más cercana a la de Magda Arnold).2
2
Es conveniente estudiar a este respecto el libro de Antanas Mockus (1988), Representar y
disponer. Toda la tetralogía de Antonio Damasio ha sido para mí una guía en la teorización
de estos temas de la representación, la cognición y la emoción en el Doctorado en Ciencias
Sociales, Niñez y Juventud de la Universidad de Manizales y el Cinde. Los cuatro libros
son:
Self comes to mind (2010). En español: Y el cerebro creó al hombre (2010).
Looking for Spinoza (2003). En busca de Spinoza (2005).
The feeling of what happens (1999). El sentimiento de lo que sucede (2000).
Descartes’ error (1994). El error de Descartes (1999).
20
Otro caso paralelo sería la excitación nerviosa aguda bioquímica y bioeléctrica
como patrón fisiológico y el dolor como fenómeno psicológico. Otro sería la
deprivación de nutrientes y los desequilibrios bioquímicos en los fluidos san-
guíneo y linfático, y el hambre como fenómeno mental experimentado por la
persona que lo sufre. Para precisar lo que entendemos por modelo mental te-
nemos pues que tener en cuenta esta idea de Damasio de distinguir el mapa de
la imagen, el primero como configuración materializada y el otro como fenó-
meno mental percibido por un agente consciente.
En metodología de la investigación, el mapa correspondería a los modelos ma-
teriales como prototipos o como facsímiles y a sus contrapartes neuronales, y
la imagen correspondería a los modelos mentales como fenómenos de la con-
ciencia. El mapa correspondería a las teorías escritas con sus axiomas, defini-
ciones, demostraciones y teoremas y sus contrapartidas neuronales, y la ima-
gen a las teorías mentales como habla silenciosa o subvocal en lo que un agen-
te-hablante experimenta como discurso interior.
En geometría, puede pensarse en la figura como dibujo en cuanto mapa, y la
figura como modelo mental o imagen mental, y así la expresión “razonar so-
bre la figura” tendría ahora una doble interpretación: sobre el dibujo como
mapa o sobre el modelo mental como imagen, y ambos tipos de razonamiento
se diferencian de “razonar en la teoría”, guiándose o no por el modelo o por el
dibujo (“con la figura” o “sin la figura”). Esto amplía y precisa la distinción ya
muy útil entre figura y construcción en geometría dinámica computacional; la
distinción entre figura y dibujo en la didáctica de la geometría, y entre “razo-
nar con la figura” y “razonar sobre la figura” en la geometría euclidiana usual.
Suele haber múltiples desfases y discrepancias entre la teoría y el modelo (por
ejemplo, lo que designo como “una recta” en mi modelo mental no puede ca-
recer de ancho o espesor, pues no sería perceptible) y entre el modelo mental y
el modelo materializado (una recta del modelo mental puede aparecer con li-
geras desviaciones en el modelo materializado o dibujo). Esto precisa lo que
todo profesor de geometría ha sabido desde siempre: se trata de demostrar teo-
remas rigurosos con la ayuda de figuras que no pueden cumplirlos. Pero toda-
vía no hemos mencionado la relación de todo esto con lo real, la realidad o mi
realidad.
Adelanto ahora una primera sugerencia metodológica: al “echar teorías”, no
dejemos de mirar por el rabillo del ojo al modelo y, de vez en cuando, haga-
21
mos el esfuerzo de enfocar la mirada sobre el morfismo de interpretación para
jugar con diferentes interpretaciones.
La segunda sugerencia metodológica es paralela a la primera: al “jugar con el
modelo”, hagamos el esfuerzo de refrenar la verbalización espontánea para
producir proposiciones formalizables y así poder, de vez en cuando, enfocar la
mirada sobre el morfismo de interpretación para ensayar diferentes expresio-
nes.
Ahora ya podemos precisar la diferencia entre modelo y sistema, pero esta dis-
tinción requiere la categoría representar. Todo modelo es un sistema utilizado
por un agente para representar otro subproceso u otro sistema, pero no todo
sistema es un modelo (aunque podría llegar a serlo si un agente lo utiliza para
representar algún subproceso o sistema). La diferencia está en el propósito con
el que se construye el sistema: un modelo se construye para representar a otro
sistema o proceso.
Representar no se reduce a ser una imagen de otro, sino que puede incluir mu-
chas otras maneras de actuar en lugar de otro, de prestarse a servir de sustituto
de otro, de fungir en vez de otro.
“Representar” tiene direcciones y sentidos diferentes cuando el agente detiene
momentáneamente su actividad para tratar de expresar algo intramental “hacia
afuera”, y produce una representación externa materializada (así sea efímera),
y cuando trata de interpretar una representación externa materializada para
reorientar su actividad con representaciones internas logradas “hacia adentro”.
Para diferenciar esos dos sentidos (en el doble sentido de “sentido”, en el
campo semiótico y en el campo de la física del movimiento) voy a utilizar
“expresar” en el sentido “hacia afuera” e “interpretar” en el sentido “hacia
adentro”. Al primero lo llamo “semiosis proyectiva” o “expresiva”, y podría
llamarse “proceso noético-semiótico” en ese orden; al segundo lo llamo “se-
miosis inyectiva” o “interpretativa”, y podría llamarse “proceso semiótico-
noético” en ese orden si quisiéramos insistir en el cambio de sentido.
Pero como esos cambios de sentido son muy frecuentes y cíclicos, es mejor no
cambiar el orden, sino hablar de perturbaciones de la actividad noético-
semiótica, la cual prosigue sin cesar, aun durante el sueño, como lo muestra la
rápida reinterpretación onírica de los primeros sonidos del reloj despertador.
22
PERTURBACIONES NOÉTICO-SEMIÓTICAS
El hecho de que en el flujo de la conciencia lo noético y lo semiótico siempre
vayan juntos no quiere decir que no sean diferentes. La actividad neuronal
cortical y subcortical que en el nivel conciente llamamos “pensar” precede, se
desvía y se transforma con las semiosis proyectivas y se guía por ellas a la vez
que busca nuevas formas de expresión al no encontrar recursos semióticos ya
preexistentes en la cultura.
Hay pues unos modelos mentales (“aquí adentro”) y otros extramentales (“allá
afuera”). Hay unos que son facsímiles, otros que son prototipos y otros que
son ambas cosas. Los facsímiles se diseñan para representar subprocesos se-
mejantes a ellos (en la dirección del pasado hacia el presente), y los prototipos
para iniciar subprocesos semejantes a ellos (en la dirección del presente hacia
el futuro). Un modelo determinado puede tener ambas funciones en distintos
momentos.
MODELOS Y SISTEMAS
Como todo modelo es un sistema, podemos precisar tres aspectos que tiene
todo modelo: son los tres aspectos que la Teoría General de Sistemas TGS
propone para todo sistema: el sustrato, la dinámica y la estructura.
El sustrato es el conjunto de componentes que seleccionamos y recortamos del
trasfondo o campo subyacente, llamado en inglés “background”. La dinámica
es el conjunto de operaciones, transformaciones o transiciones que construi-
mos mentalmente para reparar los cortes y congelamientos temporales y recu-
perar el dinamismo de los procesos. La estructura es el conjunto de relaciones
que construimos mentalmente para reparar los cortes espaciales y recuperar la
interconexión entre los componentes que recortamos.
Con la precisión de los tres aspectos que tiene todo sistema, podríamos descri-
bir más detalladamente un modelo mental como un sistema que construimos
para representar un subproceso en el que desagregamos, desglosamos, corta-
mos, recortamos o diseccionamos algunos componentes o elementos, e inten-
tamos reparar los cortes, in-cisiones o de-cisiones por medio de relaciones,
correspondencias, nexos, conexiones, lazos, enlaces (“links”) o referencias
entre ellos. Este sería un modelo con sustrato y estructura, pero sin dinámica,
que llamamos “modelo estático”. Si además tratamos de modelar las acciones
y actividades a través de operaciones o transformaciones mentales, tendríamos
23
un modelo con sustrato, dinámica y estructura, que llamamos “modelo diná-
mico”.
Estas consideraciones permiten precisar la diferencia entre un sistema estático
y un sistema dinámico, utilícese o no como modelo. Así puede develarse el
abuso de la expresión “sistema dinámico” en ciertos discursos que quieren va-
lorizarse por el uso impreciso y engañoso de la teoría matemática de los sis-
temas dinámicos.
La consecuencia central de lo anterior para la metodología de la investigación
es que todo proyecto de investigación tiene como propósito crear o modifi-
car un modelo mental del subproceso investigado con una teoría que lo
precise y refine en cuanto a la explicitación discursiva del sustrato, la es-
tructura y la dinámica de ese modelo.
En síntesis, un modelo M es un sistema en el cual se va a interpretar una teo-
ría:
LENGUAJES Y TEORÍAS
Desde la Teoría General de Procesos TGP, lenguajear es sólo un tipo de sub-
proceso, un cierto tipo de acción o actividad de algunos actores; no puede pues
agotar todas sus acciones o actividades ni las de todos los actores (Vasco,
1995).
Lo real incluye por supuesto los actores que lenguajean y cada modelo mental
va siempre acompañado por lenguaje y se reconfigura constantemente por el
lenguaje y por el intento de recordarlo, comunicarlo, describirlo y refinarlo.
No todo lenguaje es articulado, y hay lenguajes más apropiados para expresar,
comunicar y refinar modelos que otros, así como hay lenguajes más apropia-
dos para expresar, comunicar y refinar teorías sobre los modelos.
Al subconjunto de proposiciones de un lenguaje articulado (que llamaremos
“chomskiano”) que acompaña al modelo lo llamamos “su teoría”. Se suele
considerar como teoría no sólo el subconjunto sino un sistema de fórmulas con
24
operaciones de transformación de fórmulas y al menos una relación de impli-
cación entre fórmulas.
Un lenguaje L es articulado si tiene símbolos diferentes para términos, predi-
cados y proposiciones o fórmulas, y es chomskiano si todas sus proposiciones
o fórmulas básicas se generan por aplicación de un predicado a uno o más
términos.
Un lenguaje articulado L es un sistema:
= Conect Cuant.
Las relaciones entre proposiciones deben tener al menos una relación binaria
de inferencia |–– (“de … se deduce …”):
Rel = { |–– }.
Bas = gen[Pred](Term).
P1(t).
25
Si se hace un análisis paralelo sobre los términos y se distinguen los términos
atómicos (constantes y variables) de los moleculares (obtenidos de los atómi-
cos por aplicación de operadores), se ve la necesidad de introducir en los len-
guajes naturales la distinción entre sintagmas nominales simples y compues-
tos, siendo los segundos la aplicación de sintagmas transductores a sintagmas
nominales simples (ver Vasco, 2000).
Las proposiciones o fórmulas moleculares Prop (o Form) del lenguaje L se
obtienen por aplicación de las operaciones (conectivas y cuantificadores) a
las proposiciones atómicas o básicas Bas:
S = Subprop Prop
T = (S, |–– ),
T = S.
26
Considero la teoría T como un subconjunto de proposiciones de un lenguaje
articulado chomskiano, las cuales, si están ya formalizadas se suelen llamar
“fórmulas bien formadas” (“wff’s”) o simplemente “fórmulas”, ya sea con
operaciones que incluyen la conjunción, o también con relaciones que inclu-
yen la implicación sintáctica.
Como contraste con los lenguajes articulados no chomskianos, piénsese para-
lelamente en la teoría verbalizada respecto a un modelo mental y en la escritu-
ra musical de una melodía que surge en el cerebro, con los doce semitonos
como digitalizaciones de sonidos de un continuo (“pasar de la rampa a la esca-
la”), y con la notación musical en una partitura; las llamadas “frases musica-
les” no representan ni términos ni predicados, y sólo pueden superponerse en
la armonía o yuxtaponerse en la ejecución (“componer” = “superponer” +
”yuxtaponer”). No conforman pues un lenguaje articulado chomskiano.
Por eso, el morfismo de interpretación va de los signos de la teoría hacia los
componentes, operaciones y relaciones del modelo, pero no es suficiente por
sí solo para explicar el proceso (más bien lingüístico) de creación de nuevos
términos, transductores o predicados (fórmulas), y menos todavía para el pro-
ceso (más bien artístico) de producción de nuevas formas expresivas para
plasmar en forma materializada los modelos mentales todavía no verbalizados
(con frecuencia ni siquiera verbalizables en lenguajes articulados).
El proceso noético-semiótico de cambiar la terminología e inventar nuevas
formulaciones para intentar fijar, comunicar y cuestionar conceptualizaciones
requiere modelos más complejos y cíclicos, con fases de exploración, ensayos
de expresión, modificaciones de los morfismos de interpretación previos,
pruebas (“puestas-a-prueba”) de esos morfismo de interpretación recién modi-
ficados, simulaciones de comunicación externa (así parezcan sólo internas por
desdoblamientos alternantes del sujeto fenomenológico), materializaciones
con distintos medios, recursos y perturbaciones de los registros semióticos
previamente utilizados y otros recursos y rodeos. Aquí es donde la posibilidad
de escribir los nuevos términos, transductores y predicados y de diagramar los
nuevos modelos permite una objetivación de estos procesos noético-
semióticos.
En síntesis, los modelos son sistemas no lingüísticos que configuramos para
representar subprocesos. Las teorías son sistemas lingüísticos que configura-
27
mos para hablar sobre nuestros modelos. Los modelos son imaginados. Las
teorías son lenguajeadas. Los modelos son análogos. Las teorías son digitales.
La teoría de cada modelo tiene unos aspectos más descriptivos con los que
cada uno de nosotros trata de precisarse a sí mismo y de comunicar a otros su
propia construcción mental y otros más explicativos y prescriptivos con los
que precisamos, delimitamos, restringimos, extendemos o potenciamos el mo-
delo. Los aspectos más descriptivos se van configurando con una cierta inde-
pendencia hasta permitir que el mismo modelo pueda servir de interpretación
para varias teorías y los aspectos explicativos y prescriptivos se van configu-
rando con cierta independencia hasta permitir que la misma teoría se pueda
interpretar en varios modelos.
EL MORFISMO DE INTERPRETACIÓN
Ahora es necesario reflexionar sobre las formas de relacionar las teorías con
los modelos. Ya insinuamos la idea básica al respecto, que es la de morfismo
de interpretación, que tiene que ser triple: debe permitir interpretar los térmi-
nos, los transductores u operadores y los predicados o relatores.
Podría sustituirse la pareja modelo/teoría por la tríada modelo/teoría/morfismo
de interpretación.
En la pareja modelo/sistema, el constructo más abstracto es el de sistema, co-
mo agregado mental de tres aspectos: un conjunto de componentes o elemen-
tos (sustrato), un conjunto de operaciones o transformaciones mentales (diná-
mica) y un conjunto de relaciones o nexos (estructura).
Como recopilación de lo anterior, recuérdese que inicialmente se habló de los
modelos como construcciones mentales. Lo mismo sucedió con los sistemas.
Aun lo que parece ser un sistema “allá afuera”, extramental, es un proceso que
nos parece fácilmente modelable, generalmente porque fue construido por
otros o por nosotros mismos. En la TGP los sistemas son herramientas menta-
les que utilizamos para vérnoslas con los procesos: la actividad de los agentes
se reduce a evitar, desviar, frenar, mantener o acelerar subprocesos, directa o
indirectamente.
Terminemos esta sección con un estudio de caso. Hilbert analiza la lógica de
las demostraciones euclidianas y logra formular axiomas que capturan toda la
geometría plana euclidiana. Pero sólo puede hacerlo “mirando por el rabillo
28
del ojo” al modelo euclidiano en su imaginación. Por ejemplo, los axiomas de
dimensión no se podrían seleccionar, como lo muestro en el artículo sobre la
cronotopía. Algo parecido sucede con el intento de formular teoría sobre el
ángulo. Tiene que mirar de reojo al modelo y formular teoría, que le queda
mal en cuanto a distintas maneras de precisar el morfismo de interpretación.
El juego de definiciones permite experimentar la articulación de los modelos
mentales y las teorías por el morfismo de interpretación. En los artículos sobre
la Cronotopía mencioné las definiciones de cuadrado, como aquella que llamé
“la definición 4-3-2”: “Un cuadrado es un polígono de cuatro lados, al menos
tres de ellos iguales, que forman al menos dos ángulos rectos” (Vasco, 2006,
vol. 1, p. 18)
Si se quiere agregar otro acertijo para el juego de definiciones con modelos,
teorías y morfismos de interpretación, piénsese un poco en mi definición pre-
ferida de triángulo: “Un triángulo es una partición del plano en siete regiones
lograda con tres cortes rectos”. Es útil detenerse un momento y ensayar con
tres cortes rectos paralelos (se forman cuatro regiones), dos paralelos y una
recta secante (seis regiones), tres cortes por rectas concurrentes (seis regio-
nes), y…
1 2 3 4 …
La de los maestros comienza con un trazo vertical debajo del cual los maestros
escriben el cero, luego otro con el uno debajo, etc.
30
…
0 1 2 3 4
La primera no sirve para contar, pero sí sirve para modelar el tiempo: los si-
glos primero, segundo, etc. después de Cristo; el primero, segundo, etc. año de
vida; el primero, segundo, etc. día de la semana; la primera, segunda, etc. hora
del día, etc.
Parece que este modelo fue el que usó Descartes cuando inventó la geometría
analítica.
La segunda es la preferida de los matemáticos.
Pero el modelo mejor es el que llamo “la semifila numérica de bolitas”.
••••…
Ese sí sirve, porque en nuestra cultura empieza por el primero, el segundo, el
tercero, que antes se llamaban “números ordinales”, hasta que los matemáticos
los cambiaron por lo ordinales de Cantor que no son los mismos.
Ese modelo es más apropiado para contar la cardinalidad de colecciones dis-
cretas, y sirve también como el sistema más sencillo de numeración:
•, ••, •••, •••• …
Este sistema de la semifila numérica de bolitas es claramente isomorfo con el
modelo de la semifila numérica de barritas
||||…
Esta semifila produce los numerales I, II, III, IIII, etc. Los hemos visto que
perduran al menos durante toda la primaria y hasta en jóvenes y adultos para
los juegos y notaciones deportivas y cotidianas, talvez con una tachadura de
las cuatro primeras barritas para el número cinco.
Aquí el modelo mental tiene una estructura dada no sólo por el orden de iz-
quierda a derecha, sino por la alineación o colinealidad.
La colinealidad expresa propiedades del espacio mental generado por el cere-
bro, que no es espacial en el mismo sentido que el espacio del movimiento
cotidiano. El último estudio que conozco al respecto es uno sobre los niños
Mundurucú en el Amazonas (Izarda, Picad, Spelke y Dehaene, 2011). Estos
31
niños se desempeñan tan bien en temas de geometría euclidiana sin ninguna
escolaridad formal como adultos y niños europeos. Un ejemplo de pregunta
es. Imagínese una recta que corta una de las dos rectas de una pareja de rectas
paralelas; si prolonga la que corta la una, ¿corta la otra?
3. El tercer taller ejercita al tallerista en efectuar mentalmente el paso del mo-
delo del disco plano de Poincaré al disco de Klein por medio de la proyección
estereográfica al modelo esférico seguida de la proyección vertical para bajar
al de Klein.
Luego se ejercita el paso al modelo del semiplano de Poincaré por proyección
desde otro polo. Así se pueden inventar otros modelos, como el modelo para-
bólico de Minkowski, el modelo cónico y el modelo plano hiperbólico.
4. Otro taller se inicia a la manera usual de entender las superficies de Rie-
mann en análisis complejo, y enseña a comparar la esfera de Riemann con el
modelo hemisférico de Poincaré: si se dobla el ángulo, parece igual al de Rie-
mann, por el simple teorema del ángulo central y el ángulo inscrito.
5. Un taller muy ilustrativo de la distinción entre modelo y teoría es el que en-
seña a visualizar la dualidad de la geometría proyectiva por la idea del trompo
(no en el sentido usual del trompo de cuerda sino del giróscopo).
6. Diseñé otros talleres muy divertidos que llamé “de las geometrías de la Tie-
rra por dentro” y “de la Tierra por fuera”, para compararlas con la geometría
elíptica de Riemann. Pude lograr un resultado inesperado: la geometría de
Riemann en la esfera no es no-euclidiana por el quinto postulado de Euclides,
pero si se toma el quinto postulado con el enunciado de Playfair, sí es no-
euclidiana.
En estos talleres se puede modelar mentalmente el punto como disco y la línea
como segmento diametral; el punto como segmento diametral y la línea como
disco; el punto como bipunto y la línea como círculo maximal en la esfera, y
viceversa; el punto como recta y la línea como plano, y viceversa; el punto
como semirrecta sobre el plano horizontal y la línea como semiplano menos
una semirrecta del borde, y viceversa; el punto como segmento radial y la lí-
nea como semidisco menos un radio, y viceversa; el punto como punto y la
línea como semicírculo semiabierto en la semiesfera con medio ecuador, y vi-
ceversa. Basta una sola teoría e ir cambiando el morfismo de interpretación.
32
La mirada al modelo por el rabillo del ojo permite corregir el lenguaje y des-
cartar los no-teoremas.
La distinción entre modelos y teorías permite la exploración de los puntos
orientados (hacia adentro o hacia afuera) y las líneas orientadas; se hace girar
el trompo y la regla de la mano derecha y la doble cubierta de la esfera y las
representaciones de los grupos de Lie.
La extensión del trompo de tres a cuatro dimensiones puede hacerse de dos
maneras. La primera es considerar el segmento que imaginamos como eje del
trompo como la sombra o proyección de otro disco ortogonal al visible en un
espacio de cuatro dimensiones. Es el trompo simétrico, que podría llevar al
análisis de dos variables complejas.
La segunda manera es considerar el disco que imaginamos como la sombra o
proyección de una bola tridimensional en un espacio de cuatro dimensiones.
Es el trompo asimétrico, que podría llevar al análisis cuaterniónico.
CONCLUSIÓN
Piénsese finalmente en la dualidad de la mano derecha y la mano izquierda;
claramente las distinguimos con nuestra imagen mental corporal, pero esa
dualidad no se deja capturar por ninguna teoría formal. La regla de la mano
derecha en física es claramente discernible de la de la mano izquierda si hay
un modelo mental tridimensional en el que se ubique un modelo mental del
agente, con un morfismo preciso de interpretación; tiene una ventaja sobre
otros modelos: se puede proyectar sobre las dos esquinas del salón de clase.
Lo mismo puede decirse de la dualidad “arriba y abajo”. No hay teoría que las
distinga; más bien, cualquier teoría puede inducir a errores por la pulsión a
interpretarla inadecuadamente, como al hablar de “base” y “altura” en un
triángulo, etc. Un triángulo equilátero que “descansa” sobre la punta no parece
ser triángulo para los niños, quienes prefieren llamarlo “flecha”.
Un último ejemplo: el teorema de Desargues en el plano dice que si dos trián-
gulos son perspectivos desde un punto, lo son desde una línea. El modelo tri-
dimensional muestra que eso tiene que ser así, por tratarse de una pirámide
con base en el triángulo de mayor área, con el otro triángulo producido por un
corte de la pirámide por un plano; pero la sola teoría en el plano no permite
demostrarlo directamente.
33
La teoría muestra que el antecedente y el consecuente del teorema de Desar-
gues son duales: dos tripuntos producen por las parejas de vértices homólogos
tres líneas concurrentes si y sólo si dos triláteros producen por las parejas de
lados homólogos tres puntos colineales. Si la geometría proyectiva plana es
autodual, ambas proposiciones tienen que ser verdaderas o ambas falsas. Eso
es lo que dice el teorema… Todo esto puede hacerse con el solo tratamiento
de la teoría una vez formulada en lenguaje técnico formalizable. No hace falta
saber cómo se va a fijar el morfismo de interpretación. No hace falta modelo
ni demostración directa.
Con estos talleres y ejemplos, espero no necesitar más motivación para con-
vencer a lectores y auditores de la conveniencia, la productividad y la diver-
sión inagotable de jugar a la Cronotopía con la distinción explícita entre mo-
delos, teorías y morfismos de interpretación.
REFERENCIAS
Chang, C.C. y Keisler, H.J. (1973). Model theory. Amsterdam, Holanda: North-Holland.
Damasio, A. (2010). Self comes to mind. Constructing the conscious brain. New York,
USA: Random House/Pantheon Books. (Obra publicada simultáneamente en español:
Y el cerebro creó al hombre. Barcelona: Destino).
Duval, R. (2004/1995). Semiosis y pensamiento humano: Registros semióticos y aprendiza-
jes intelectuales. (Segunda edición. Trad. Myriam Vega Restrepo). Cali, Colombia:
Peter Lang/Universidad del Valle. [Original: Sémiosis et pensée humaine. Bern: Peter
Lang, 1995. Primera edición en español: Universidad del Valle, 1999].
Izarda, V., Picad, P., Spelke, E.S. y Dehaene, S. (2011). Flexible intuitions of Euclidean
geometry in an Amazonian indigene group. PNAS Online-Early Edition. Disponible
en el URL http://www.pnas.org/content/early/2011/05/18/1016686108.full.pdf
Mockus, A. (1988). Representar y disponer. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de
Colombia-Centro Editorial.
Vasco, C.E. (1980). El concepto de sistema como clave del currículo de matemática. Notas
de Matemática (Universidad Nacional de Colombia), 10, 1-14.
Vasco, C.E. (1991). Conjuntos, estructuras y sistemas. Revista de la Academia Colombiana
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en el URL: http://www.cimm.ucr.ac.cr/ojs/index.php/CIFEM/article/view/681.
35
LA CIRCULATURA DEL CUADRADO: UNA PERSPECTIVA
DESDE LOS MÉTODOS NUMÉRICOS
Los procesos para tratar de darle cuadratura al círculo con regla y compás per-
mitieron el desarrollo de ramas de estudio de las matemáticas como las deno-
minadas “curvas mecánicas”. Sin embargo, pensar el problema recíproco, esto
es encontrar la circulatura del cuadrado con los mismos instrumentos produjo
un conocimiento que desde la perspectiva geométrica y del análisis no es menos
importante. Se presenta acá la descripción de algunos intentos por lograrla y su
relación con aspectos básicos de los métodos numéricos.
Ahora bien, hacer la circulatura del cuadrado desde un punto de vista pragmá-
tico resulta más viable pues se podría, por ejemplo, considerando el diseño y
la ingeniería, construir una rueda (Figura 2). Así se puede empezar a hacer el
proceso desde dos opciones extremas, a saber: con una circunferencia inscrita
y luego con una circunferencia circunscrita.
Circulatura por acotamiento numérico
En el siguiente análisis se asumirá que L 1 . En el caso de la circunferencia
inscrita se tendría que, siendo AC el área de la circunferencia, AC 1 y como el
1
radio es r entonces el valor estimado de π , π * sería π* 4 . De otra parte,
2
38
2
para el caso de la circunferencia circunscrita se tendrá que el radio es r
2
1
y como AC 1 , entonces el valor estimado de π es: π * 2 ; así se tie-
2
2/2
ne un acotamiento para π : 2 * 4 (Figura 3).
*
Luego una buena aproximación podría darse por dos vías: una aritmética
( π* 3 ) y otra geométrica que consiste en trabajar con una radio equivalente al
determinado por el valor promedio de los radios de la circunferencia inscrita y
la circunscrita, procedimiento construible con regla y compás usando números
construibles o la bisectriz de un segmento.
1 2
En la Figura 4 se presenta uno de los procesos, donde r 2 2 1 2 .
2 4
1 16
Como se tiene que AC 1 , π * podría reescribirse
2 2
(1 2) / 4 1 2
como * 16(3 2 ) y sería aproximadamente * 2.7452 . Es decir, se tie-
ne un acotamiento para π* dado por 2.7452 * 4 o bien 16(3 2) π * 4 ,
según sea el procedimiento determinado. La segunda opción pareciera ser un
retroceso en la estimación lograda anteriormente pues el ancho del intervalo es
mayor; no obstante, su reiteración permite no sólo llegar a acotar adecuada-
mente a π* sino a mantener la interpretación geométrica del problema original.
La siguiente iteración del proceso se hará determinando el punto medio entre
1 2 1
1
los radios r y r
1 2
. Esto es un valor de r 4 2 3 2
con
2 4 2 8
39
1 64 64(11 6 2)
lo cual * . En aritmética de cinco ci-
3
2 2
3 2 2 49
8
64(11 6 2)
fras, π* 3.2845 ; se tiene un intervalo dado por 16(3 2) π * .
49
AC AD
Se tiene que , AD 1/ 4 , AO 1/ 2 y OD (OA)2 ( AD)2 , de donde
AO OD
OD 3 / 4 . Entonces, AC 3 / 6 . Se deduce que OC (OA)2 ( AC )2 . O sea,
1/ 2 1
2
OC 3 / 3 y la aproximación de π * es π * 3.
2
3/ 36
2
3/3
Eso da un error porcentual, con redondeo y aritmética de cuatro cifras, de
3 3.1416
E% 100% 4.51% .
3.1416
valor así determinado da, en aritmética de cinco cifras y redondeo, como error
3.1416 3.125
porcentual: E % 100% 0.53% .
3.1416
Tal vez la circulatura del cuadrado desde una obra artística más conocida y
curiosa es la que se atribuye a Piera en un análisis artístico de la obra “El
Hombre de Vitrubio” (Figura 11) de Da Vinci (1452-1519). Esta soportada
sobre una curiosa construcción oculta pero de la cual Leonardo dejó suficien-
tes evidencias como lo señala este analista artístico.
43
a) En el dibujo, los brazos horizontales del hombre indican unos puntos espe-
cíficos sobre los lados del cuadrado.
b) Los puntos anteriores determinan el segmento visible en la base de la cabe-
za.
c) Un segmento visible se encuentra en la base de la raíz del pene, y otro une
las tetillas. Si se considera el punto medio de cada uno de estos segmentos, el
primero (P) resulta ser el punto medio del cuadrado y el otro (Q) está ubicado
a su vez en el punto medio del segmento que une el centro con un punto del
lado superior del cuadrado. Es decir, Q estará ubicado a los 3 4 de la altura del
hombre.
Ahora se realizan los siguientes trazos (Figura 12):
(ii) Las rectas paralelas a los lados y que pasan por P. Con centro en P y radio
1 una circunferencia; se determinan los puntos R y S donde ésta interseca la
2
recta horizontal.
(iii) Los segmentos BS y CR que cortan a la circunferencia t en los puntos T y
U que, evidentemente, determinan una paralela a BC ; TU interseca al lado CE
precisamente en V que corresponde al índice de la mano izquierda del hombre.
44
(iv) VG (Figura 13) y luego la mediatriz m de este segmento. Se determina el
punto de corte de ésta con la FG y se denota por W.
(v) La circunferencia C con centro W y radio GW. Esta circunferencia corres-
ponde entonces a la circulatura del cuadrado.
Para calcular el valor de π * por esta aproximación, si X y Y denotan respecti-
vamente los puntos donde BS y CR y TU y FG se intersecan (Figura 14),
FQ 1/ 4 , FC 1/ 2 y FX 1/ 3 . Por tanto, aplicando el Teorema de Pitágo-
2 2 2 2
ras al XFC , XC XF FC 1/ 3 1/ 2 13 / 6 , y aplicádolo
2 2
al QYU , QU QY YU 1/ 4 (1) .
Figura 14. Detalle de la región para la Figura 15. Detalle para la determinación de
determinación de π r
45
1 1 4 3 3 32 8 3
De otra parte, FY FQ YQ YQ es decir, FY .
4 4 52 104
Dado que FY 1 GY , entonces GY 1 FY 1 ((32 8 3) /104) , lo que sim-
plificado da GY (9 3) /13 . Si se determinan los puntos Z y H como el punto
medio de VG y el punto donde la mediatriz de VG corta al lado CE , respecti-
vamente, se encuentran los siguientes hechos (Figura 15):
(i) GZW y VZH son congruentes
(ii) VZ VG / 2
DJ
(iv) Existen dos triángulos rectángulos determinados por VG, VE, GE, y el
2
punto H.
VG VH
(v) De lo anterior y por triángulos semejantes se tiene ; es decir
VE VZ
, de lo que se deduce que VG 2 2 VH VE .
VG VH
VE VG
2
2
1
(vi) VG VE EG VE
2 2 2 2
.
2
De los hechos (iii), (v) y (vi), junto con los resultados obtenidos anteriormente
333 11 3
104 9 3 624
.
Finalmente, como π *
1
entonces π *
1
8 333 11 3
.
r 2 ((333 11 3) / 624)
2
1417
Usando aritmética de cinco cifras y redondeo, esto equivale a * 3.1416 lo
que en esa misma aritmética da un error porcentual nulo. No obstante si se
aumentan las cifras decimales a ocho ya se aprecia una diferencia. El valor de
π * será π* 3.14162373 , lo que dará un error porcentual determinado por:
3.14162373 3.14159265
E% 100 % 0.00099 % .
3.14159265
46
A MANERA DE CODA
El desarrollo de métodos de aproximación alberga en sí mismo estructuras
matemáticas que han sido y deben seguir siendo exploradas. La utilización de
la circulatura del cuadrado y las posibles aproximaciones π * al número π
dentro del presente artículo sólo ha sido un pretexto para analizar la forma en
que se elaboran algunos métodos que procuran dos aspectos relevantes dentro
del estudio de los métodos numéricos; el primero es crear un proceso que re-
sulte algorítmico y el segundo es encontrar valores cada vez más próximos al
valor real.
Los actuales procesadores se disputan el honor de calcular números como
π , 2 , e con cada vez más cifras decimales y eso les da un cierto carácter de
prestigio y estatus. No obstante lo anterior, cualquier resultado que se obtenga
mediante un procesador, de un número trascendente, será sólo eso, una exce-
lente aproximación y sólo retardara el hacernos conscientes del error si no re-
conocemos esos procesos como procesos de aproximación.
REFERENCIAS
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enhttp://www.asociacionartistica.com/06_resegnas/articulos/leonardo.pdf.
48
IMPRESIÓN DE DISEÑOS SIMÉTRICOS EN LA OBRA DE ESCHER
INTRODUCCIÓN
El estudio de sólidos cristalinos y del principio que gobierna su crecimiento,
su forma externa y su estructura interna se llama cristalografía. El orden in-
terno o cristalino de un mineral se puede pensar como un motivo repetido so-
bre un retículo, que es un arreglo periódico de puntos en el espacio. Por esta
razón en cristalografía es fundamental estudiar los patrones de estas simetrías
en el espacio. Para ayudar a entender estos patrones en 3 dimensiones, es im-
portante estudiar el caso plano, que es el objetivo principal de este artículo.
Introducimos el tema dando un recorrido muy rápido en la vida de Escher.
Luego nos centraremos en los aspectos matemáticos de las teselaciones. Una
teselación o embaldosado de una superficie es cubrirla con una misma pieza
que se repite sin dejar espacios ni solapamientos. Aunque a simple vista se
piense que son infinitas las formas de producir diseños simétricos planos, bá-
Hilden, H., Montesinos, J., Tejada, D. y Toro, M. (2011). Impresión de diseños simétricos en la obra de Es-
cher. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 49-76). Bogotá,
Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
sicamente existen sólo 17 formas de producirlos, cada una de ellas asociada
con un grupo cristalográfico plano. Mostraremos que la ejecución de estas te-
selaciones sigue unas reglas sencillas y precisas, las cuales permiten imaginar
17 artefactos que están en correspondencia biunívoca con los 17 grupos crista-
lográficos planos y que pueden ser utilizados en la impresión de cualquier di-
seño simétrico plano. Veremos que los conceptos de translación, rotación y de
reflexión pueden enseñarse fácilmente por medio de la utilización de estos ar-
tefactos. Por otro lado, cada uno de estos artefactos es la ejemplificación con-
creta de un orbifold euclídeo y, por lo tanto, ellos nos permiten acceder en una
forma práctica al concepto de orbifold.
Al lector, le recomendamos no alejarse del computador, pues la lectura se de-
be hacer interactuando con muchos sitios en la web.1
1
Para apreciar algunos videos sobre los artefactos que imprimen diseños simétricos, reco-
mendamos una visita a la página web: http://www.atractor.pt.
50
En el período comprendido entre los años 1922 y 1935 vivió en Italia, donde
conoció a Jetta Umiker, quien sería su esposa desde 1924 y con quien compar-
tió la pasión por dibujar y pintar. Cada primavera emprendían largas excursio-
nes por los pueblos de Italia. La obra de estos años se enmarcó principalmente
en el tema de paisajes y grabados de pequeños pueblos, inspirados en las múl-
tiples excursiones hechas en Italia. Para esa época Escher era aún muy desco-
nocido.
En el año 1935 el clima fascista que se vivía en Italia le hace la vida insopor-
table y decide dejar Italia. Siendo Jetta de origen Suizo, se radican en Suiza
por corto tiempo y en el año siguiente hacen varios cruceros en el Mediterrá-
neo. Estos cruceros los financiaron con grabados de Escher, ya que el dueño
de la compañía de cruceros, quien era un amante del arte, le aceptó el canje
que Escher le propuso en una carta. En uno de estos cruceros visitó por segun-
da vez el Palacio de la Alhambra de Granada. Ya había estado allí 10 años an-
tes. Esta segunda visita le entregó a Escher las llaves de un mundo lleno de
nuevas posibilidades. En compañía de su esposa tomó nota cuidadosa de mu-
chos de los diseños de la Alhambra, notas que serían su inspiración en los
años venideros.
En Internet2 se pueden observar los primeros dibujos de teselaciones inspira-
das en la Alhambra. Allí vemos, por ejemplo, las acuarelas conocidas como
Niño chino (China boy), Ardillas (Squirrels) y Hombres fuertes (Strong men).
Todas ellas son del año 1936.
En 1937 se instaló en Uccle, cerca de Bruselas y en sus obras se ve ya la in-
fluencia de la Alhambra. En la misma página web podemos apreciar cómo él
comienza a hacer variaciones en las teselaciones para producir obras más
complejas. Por ejemplo, en el año 1937 produce los grabados Desarrollo I
(Development I) y Metamorfosis I (Metamorphosis I) en donde se ve clara-
mente la utilización dinámica que él hace de las teselaciones.
En enero de 1941 se trasladó para Baarn en los Países Bajos. Su clima frío y
húmedo obligó a Escher a trabajar en recogimiento, lo que a su vez dio pie
para que allí fuese la cuna de su obra más rica. En 1962 debió ser operado y su
producción se suspendió por un corto período. En 1969 terminó su última y
magistral xilografía: Serpientes3 (Serpents). Esta xilografía está llena de deta-
2
Consultar la galería (gallery) de la página web http://www.tessellations.org.
3
Véase http://www.arrakis.es/~sysifus/escher.html.
51
lles; se pueden apreciar algunos de menos de 2 milímetros. Murió el 21 de fe-
brero de 1971. Un estudio muy completo de la vida y obra de M. C. Escher se
puede leer en Le miroir magique de M.C. Escher (Ernst, 1978).4
TESELACIONES O EMBALDOSADOS
Sólo los dos últimos temas tienen interés para nosotros desde el punto de vista
matemático. El tema de los mundos imposibles merece un estudio completo
pero éste no es de nuestro interés en este espacio. Aquí queremos estudiar las
4
En http://www.mcescher.com/indexuk.htm y http://users.erols.com/ziring/escher_bio.htm
se encuentran también biografías muy completas.
5
Véanse, por ejemplo, Cascada, Arriba y abajo, Relatividad, Cóncavo y convexo y Triba-
rra de Penrose en http://aixa.ugr.es/escher/table.html.
52
teselaciones y tratar de entender las herramientas matemáticas que se usan en
el aparentemente complejo y misterioso mundo de ellas. Terminaremos el ar-
tículo dando un paseo por otras curvaturas y, a la vez, exhibiendo la grandeza
de la mente geométrica de Escher en otras obras relacionadas con las tesela-
ciones.
Una teselación o embaldosado de una superficie es cubrirla con una misma
pieza (baldosa) que se repite sin dejar espacios ni solapamientos. Mostrare-
mos, sin demeritar la complejidad del arte de Escher, que la ejecución de estas
teselaciones sigue unas reglas sencillas y precisas.
CALIDOSCOPIOS
Hemos dicho que queremos enseñar cuáles son las reglas simples que hay ve-
ladas detrás de los 17 patrones de diseños de simetría sobre un plano. Comen-
zaremos con un ejemplo que todos conocemos: un calidoscopio. Un calidos-
copio es un artefacto formado por espejos y que tiene la propiedad que con el
mismo artefacto se pueden producir infinitos diseños simétricos sobre el plano
simplemente cambiando la imagen que se mira a través de él. Para que el cali-
doscopio funcione y no se solapen las figuras unas sobre otras, los espejos de-
ben formar entre sí ángulos especiales. Por ejemplo, si los espejos forman un
triángulo equilátero, la obra de Escher llamada Lagarto, pez y murciélago (Li-
zard/Fish/Bat) se puede reproducir mirando una baldosa triangular que con-
54
tiene únicamente las mitades del lagarto, del pez y del murciélago. 6 En la Fi-
gura 2 representamos un esquema de dicha baldosa con su diseño simétrico.
Para estudiar diseños simétricos hay dos puntos de vista posibles. De un lado,
podemos usar el lenguaje algebraico, y en este sentido es que hablamos de
grupos cristalográficos o, por otro lado, nos es permitido usar el lenguaje
geométrico y topológico, y en este caso nos referimos en términos de orbifi-
cies, “orbifolds” o calidoscopios generalizados. En este artículo no definimos
6
Véase la baldosa y el diseño completo de esta obra de Escher en la teselación 85 de la
página web: http://britton.disted.camosun.bc.ca/jbescher2.htm.
55
explícitamente el concepto de orbifold, pues nuestro objetivo no es el de pro-
fundizar en este concepto. Nos limitaremos a dar los 17 orbifolds asociados a
los grupos cristalográficos planos. Por simplicidad en el lenguaje, el término
que nosotros usaremos será el de calidoscopio; entendiendo que nos referire-
mos a los calidoscopios generalizados y que los calidoscopios formados por
espejos son sólo ejemplos particulares.
56
MOVIMIENTOS RÍGIDOS Y ARTEFACTOS QUE LOS PRODUCEN
A continuación mostraremos cómo construir artefactos que permiten imprimir
una misma imagen que se repite, obedeciendo al efecto de alguno de los mo-
vimientos rígidos (para mayores detalles véase Hilden, Montesinos, Tejada y
Toro, 2011).
Traslación
Las rotativas utilizadas en la imprenta son un ejemplo del artefacto que produ-
ce traslaciones de una imagen. Cuando se tiene un rectángulo, hecho de mate-
rial flexible, hay dos maneras de pegar las parejas de lados opuestos para for-
mar dos cilindros diferentes. Y el efecto de impresión (véase Figura 4) usando
ambos cilindros es muy diferente. Uno producirá traslaciones horizontales
mientras que el otro las producirá en forma vertical. Ilustramos las dos opcio-
nes de impresión.
Rotación
Para producir rotaciones necesitamos un artefacto en forma de cono, que al
impregnarlo de tinta y ponerlo a rodar sobre un plano reproduzca el movi-
miento rígido de una rotación. Construimos el cono a partir de un sector circu-
lar con un ángulo de 360°/n, donde n es un entero positivo, con el fin de que al
ir imprimiendo no se solapen las imágenes. La Figura 5 representa el caso de
una rotación de 90º.
57
Figura 5. Rotación de 90º
Reflexión
En este caso, necesitaremos un artefacto que imite el efecto de un espejo
(véase la Figura 6). Para esto podemos usar el arte de la serigrafía, que usa
material poroso y delgado con el fin de poder imprimir una figura por cual-
quiera de los dos lados del material. Al hacer esto lo que se obtiene es la refle-
xión de la figura que se ve del otro lado, de igual forma como si la estuviése-
mos mirando en un espejo. Este artefacto lo debemos hacer con un material
delgado y poroso pero con cierta rigidez que permita el rodamiento. Además,
el artefacto debe tener bordes rectos, que actuarán como ejes de reflexión y
sobre los cuales nos apoyamos para darle vuelta al artefacto y poder ir impri-
miendo por ambos lados. Cuando el artefacto va rodando siempre se gira so-
bre alguna arista manteniéndola apoyada sobre el plano.
Figura 6. Reflexiones
Reflexión corrida
Para reproducir una reflexión corrida necesitamos un artefacto que combine la
posibilidad de hacer una reflexión, o sea que podamos imprimir por ambos
lados y que, además produzca también el efecto del cilindro en cuanto a tras-
58
laciones. Una banda de Möebius cumple ambas condiciones. Construimos una
banda de Möebius a partir de un rectángulo hecho de material poroso y flexi-
ble, al cual se le pegan dos lados opuestos en forma cruzada. En la Figura 7
mostramos la construcción de una banda y el efecto al imprimir con ella.
Así pues, cada movimiento rígido puede ser reproducido por un artefacto.
Como cada grupo cristalográfico es generado por algunos de estos movimien-
tos rígidos, una buena combinación de los artefactos anteriormente descritos
nos dará la posibilidad de tener 17 artefactos diferentes, uno para cada uno de
los 17 grupos cristalográficos.
Estos artefactos son justamente los 17 calidoscopios generalizados u orbifi-
cies.
59
4. Sólo hay centros de orden 2: S2222
Caso 3. Hay rotaciones y reflexiones o reflexiones corridas
1. Hay centro de orden 6: D236
2. Sólo hay centros de orden 3 y por todos ellos pasan reflexiones: D333
3. Sólo hay centros de orden 3 y por alguno de ellos no pasan reflexiones: D33
4. Hay centros de orden 4 y por ellos pasan reflexiones: D244
5. Hay centros de orden 4 pero por ellos no pasan reflexiones: D42
6. Sólo hay centros de orden dos
1. Por todos ellos pasan reflexiones: D2222
2. Sólo por algunos pasan reflexiones: D222
3. Por ninguno de ellos pasan reflexiones pero hay reflexiones: D22
4. Por ninguno de ellos pasan reflexiones pero hay reflexiones corridas: P22
Teselaciones planas
En lo que sigue estudiaremos los grupos cristalográficos junto con sus cali-
doscopios asociados (según la Tabla 1). Además los relacionaremos con algu-
nas de las obras de Escher.
7
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery20.htm.
60
una vez se ha impreso una cinta como la de la Figura 7, se consigue la impre-
sión de su reflejo en sus bordes al darle la vuelta a la cinta de Möebius como
si fuese un calcetín. El calidoscopio M corresponde al grupo cristalográfico
cm, que es generado por una reflexión y una reflexión corrida con ejes parale-
los.
Si en la misma obra de los escarabajos, tenemos en cuenta los colores, pode-
mos distinguir dos ejes de reflexión paralelos, uno que pasa por la mitad de los
escarabajos blancos y otro que pasa por el medio de los escarabajos cafés. Te-
nemos entonces dos ejes de reflexión paralelos y como no hay rotaciones, de-
ducimos que el calidoscopio correspondiente es A, llamado anillo. Un anillo
es un cilindro hecho de material poroso. La manera de operar con este cilindro
es la de imprimir primero una cinta como cualquiera de las de la Figura 4 y a
continuación darle la vuelta al cilindro como a un calcetín para imprimir el
reflejo de la primera cinta en una cinta paralela.
8
Ver http://britton.disted.camosun.bc.ca/jbescher3.htm y http://www.tessellations.org/eschergallery25.htm
61
Figura 8. Diseño impreso con un toro
11
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Reptiles_(boceto).jpg
64
S nos indica que se tiene una esfera topológica y cada número n nos dice que
hay un cono de 360°/n. Recordemos que el artefacto que nos reproduce una
rotación es un cono. Así, S333 es un artefacto parecido a una almohada o cojín
triangular con tres esquinas, que a su vez son conos de 120° cada uno. Lo
mostramos en la Figura 12.
Figura 13. Los dos primeros pasos para construir el lagarto de la baldosa básica
65
Este truco se puede aplicar cuando se tienen lados consecutivos iguales en el
polígono de la teselación original.12
13
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery2.htm.
14
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery14.htm.
15
Ver http://www.tessellations.org/eschergallery10.htm y http://www.tessellations.org/eschergallery26.htm.
16
En http://britton.disted.camosun.bc.ca/jbescher4.htm se aprecia la animación de la baldo-
sa básica de Lagartos II.
67
doscopio D 2222 estudiado anteriormente. Así, de S2222 hemos obtenido dos ve-
ces D2222 , por esta razón se dice que S2222 es el doble de D 2222 . Pero S2222 admi-
te otras dos clases de planos de simetría (véase Figura 16) y cada vez que cor-
temos por uno de ellos encontraremos otro artefacto que si lo pensamos de
material poroso nos permitirá imprimir diseños diferentes.
Al cortar por los planos anteriores obtenemos los calidoscopios D 222 y D22,
donde el primero de ellos se parece a un sombrero de fiesta de cumpleaños
con dos ángulos de 90° en su borde y el segundo a una funda de almohada.
Apreciamos estos calidoscopios en la Figura 17, junto con los diseños simétri-
cos que ellos producen. De la misma forma que anteriormente, los números de
la notación nos indican la esencia de los calidoscopios. Así, el número 2 sin
barra de D 222 nos dice que hay un centro de rotación de 180°, la letra D que
hay reflexiones y los dos números 2 con barra nos dicen que hay dos vértices
diferentes donde se tienen reflexiones a lo largo de ejes perpendiculares entre
sí, que son justamente ángulos de 90° en el borde del disco. Por otro lado, en
la notación D22, la letra D indica la existencia de un eje de reflexión y los dos
números 2, indican la existencia de dos centros de rotación de 180º. La obra
Cangrejos17 (Crabs) es un ejemplo de D22.
17
Véase en http://www.mcescher.com/indexuk.htm, página oficial de Escher.
68
LOS GRUPOS p4g, p31m Y LOS CALIDOSCOPIOS D42 Y D33
Los artefactos D42 y D33 correspondientes a los grupos p4g y p31m se aseme-
jan también a sombreros de fiesta de cumpleaños que aparecen al cortar, res-
pectivamente, los cojines triangulares S244 y S333 a lo largo de planos de sime-
tría (véase la Figura 18).
De nuevo D42 nos indica que se tiene un cono de 90° y que hay un ángulo de
90° en el borde. Mientras que D33 tiene un cono de 120° y un ángulo de 60° en
el borde. De esto podemos deducir que p4g se puede generar con una rotación
de 90° junto con dos reflexiones a lo largo de ejes perpendiculares y, por su
lado, p31m está generado por una rotación de 120° junto con dos reflexiones a
lo largo de ejes que forman un ángulo de 60° (obsérvese la Figura 19).
En Escher encontramos diseños con estos calidoscopios. Por ejemplo, la obra
Hombres fuertes18 y la obra Trabajo simétrico 45, conocida también como
Ángeles y demonios19, corresponden ambas al calidoscopio D42 . Por otro lado,
el Niño chino20 de 1936, se relaciona con a D33 .
18
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery3.htm.
19
Véase http://www.dartmouth.edu/~matc/math5.pattern/lesson7art.html.
20
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery1.htm.
69
Figura 19. D42 y D33 con sus diseños simétricos
21
Ambas obras se aprecian en http://www.tessellations.org/eschergallery2thumbs.htm.
22
Se aprecian en http://britton.disted.camosun.bc.ca/jbescher4.htm.
70
generar por dos reflexiones corridas paralelas, también es posible generarlo
con una sola reflexión corrida y una traslación.
Teniendo en cuenta la última observación, el artefacto K debe ser la combina-
ción de un cilindro, que produce traslaciones, con una cinta de Möebius que
produce una reflexión corrida. Para construirlo partimos de un rectángulo con
cierres en sus bordes, tal cual lo ilustramos en la Figura 20.
El proceso de impresión, consiste en cerrar primero los cierres marcados con
la letra A, hacer rodar la cinta de Möebius, para imprimir una cinta horizontal,
y luego abrir los cierres A y cerrar los B, para hacer rodar una vuelta completa
el cilindro, luego se intercambian los cierres, para imprimir de nuevo con la
cinta de Möebius, y así se continúa imprimiendo alternando los cierres.
23
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery1thumbs.htm.
71
Figura 21. Plano proyectivo y su diseño
Cuando observamos las dos primeras figuras, nuestra mente reconoce que la
primera de ellas cubre una superficie plana (euclídea) y que la segunda cubre
una esfera. Con respecto a la tercera nuestro cerebro no tiene la experiencia y
se confunde. Manteniendo la mirada sobre ella vemos a veces que los vértices
de los triángulos se salen del plano y otras que se hunden en el plano y no se
sabe muy bien de qué superficie se trata; esta última es una teselación del mo-
delo de Poincaré del plano hiperbólico.
Teselaciones esféricas
La mayoría de las teselaciones que hizo Escher son euclídeas, pero también
podemos encontrar en sus trabajos teselaciones sobre esferas. Son ejemplos
72
una esfera esculpida en madera y teselada con peces24, al igual que otra bella
esfera también esculpida en madera con una teselación hecha de ángeles y
demonios, cuya fotografía se encuentra en Ernst (1978, p. 41). También ubi-
camos una falsa teselación de una esfera25; decimos que es falsa porque la fi-
gura del pez cambia de tamaño sobre la esfera, lo cual no es permitido en una
verdadera teselación, ya que los movimientos son rígidos. Las teselaciones
esféricas pueden también ser producidas por artefactos similares a los calidos-
copios ya discutidos.
Teselaciones hiperbólicas
Escher estuvo muy obsesionado con la posibilidad de plasmar el infinito en
una superficie finita esta idea repetitiva lo llevó a hacer muchas teselaciones
del plano hiperbólico usando principalmente el modelo de Poincaré. El disco
de Poincaré es una especie de claraboya redonda que nos permite visualizar el
plano hiperbólico. Tiene la particularidad que a medida que nuestros ojos se
dirigen al borde de la claraboya las figuras que observamos están cada vez
más y más lejos y por eso su tamaño aparente es más pequeño. El borde co-
rresponde al infinito.
En la teselación del plano hiperbólico (tercera figura) de la Figura 22 debemos
entender que todos los triángulos tienen el mismo tamaño, sólo que los que
vemos más pequeños están más alejados. En las obras Límite circular III, Lí-
mite circular IV26 y Límite circular I27 debemos entender que en cada una de
ellas, todas las figuras son del mismo tamaño aunque las veamos de diferentes
tamaños.
Para visualizar el plano hiperbólico existen diferentes clases de ventanas (o
modelos). Además del modelo del disco de Poincaré, Escher usó el modelo del
semiplano superior en la obra División de superficie28. Lo mismo ocurre en la
obra División29. En este modelo el borde inferior está en el infinito y mientras
más cerca estén las figuras a dicho borde ellas realmente están más y más lejos
y por eso su tamaño aparente es más pequeño.
24
Véase http://www.dartmouth.edu/~matc/math5.pattern/lesson7art.html.
25
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Superficie_esferica_con_peces.jpg.
26
Ésta y la anterior se pueden apreciar en http://www.arrakis.es/~sysifus/escher.html.
27
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Limite_circular_I.jpg.
28
Se aprecia en http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Division_de_la_superficie.jpg.
29
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery21.htm.
73
Antes de enterarse de la existencia del modelo de Poincaré, Escher venía tra-
bajando en su obsesión de plasmar el infinito en sus dibujos. En trabajos como
Evolución II30 y Pequeño y más pequeño31, Escher estaba elaborando la misma
idea del infinito pero organizó las cosas de manera que las figuras más distan-
tes estaban más cerca al centro del dibujo y por eso su tamaño es cada vez más
pequeño mientras más cerca estén del centro. Estos dibujos los podemos pen-
sar como la visión que tendríamos a la entrada de un túnel que está teselado.
En su última y magistral obra Serpientes32 combina lo que ocurre en el disco
de Poincaré con la idea de túnel teselado. Allí vemos que, aproximándonos
tanto al borde como al centro del círculo mayor, los círculos que tejen la maya
donde se enredan las serpientes se achican, dando la impresión de lejanía.
Para más información sobre el plano hiperbólico y el modelo de Poincaré,
consúltese http://mathworld.wolfram.com/PoincareHyperbolicDisk.html y
http://math.youngzones.org/Non-Egeometry/poincare.html. Véase también
Montesinos-Amilibia (1987, 1992) y Ramírez-Galarza y Seade (2002).
30
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Evolucion_II.jpg.
31
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery22.htm.
32
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Serpientes.jpg.
33
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Division_cubica_del_espacio.jpg.
34
Véase en http://www.mcescher.com/indexuk.htm, página oficial de Escher.
35
Véase http://britton.disted.camosun.bc.ca/jbescher2.htm.
74
cómo Escher se maravillaba con la idea de poder hacer dibujos con la aparien-
cia de tres dimensiones en una superficie de sólo dos dimensiones. De forma
similar y magistralmente, Escher usa la teselación de los Leones alados (véase
la Botella de Klein K anteriormente estudiada) como parte central de su obra
El espejo mágico36 donde de nuevo se puede apreciar el juego de las tres di-
mensiones en dos dimensiones. Esta idea se repite en Encuentro37 siendo la
teselación del fondo también una Botella de Klein.38
La serie de Metamorfosis (I, II y III) además de utilizar algunas teselaciones
ya estudiadas por él involucra el desarrollo del concepto topológico de homo-
topía. Informalmente podemos decir que una homotopía es la deformación de
un objeto durante un período de tiempo.
En Metamorfosis I39, Escher retoma la teselación del Niño chino (véase el es-
tudio de D33 ) y la transforma gradualmente en un pueblo al lado de un acanti-
lado. En Metamorfosis II40 se observa la transformación de la palabra meta-
morphose pasando por diversas teselaciones y dibujos.
De carácter muy similar es la obra Metamorfosis III, la cual se aprecia en la
página web: http://en.wikipedia.org/wiki/Metamorphosis_III.
CONCLUSIONES
Hemos visto en este artículo varias cosas:
(1) Los grupos cristalográficos desde un punto de vista geométrico y práctico.
(2) Una forma divertida para entender los movimientos rígidos.
(3) Una forma práctica para imprimir diseños simétricos.
(4) Una introducción al concepto de orbifold.
(5) La obra de Escher como ejemplificación de los grupos cristalográficos.
(6) Una introducción rápida a otras curvaturas.
36
Véase http://aixa.ugr.es/escher/800x600/Espejo_magico.jpg
37
(http://www.tessellations.org/eschergallery17.htm)
38
Invitamos al lector a visitar http://www.mcescher.com/indexuk.htm, página oficial de
Escher.
39
Véase http://www.tessellations.org/eschergallery6.htm.
40
Véase la animación que recorre esta obra en http://www.3quarks.com/Applets/Metamorphose/.
75
(7) Interpretaciones diferentes, a las usuales en topología, del toro, de la cinta
de Möebius, de la botella de Klein y del plano proyectivo.
REFERENCIAS
Albis-González, V.S. y Valencia-Oviedo, J.A. (1990). Una aplicación de los grupos de si-
metría a la confirmación de períodos y subperíodos estilísticos en la cerámica de la
región central de Panamá. Revista de la Academia Colombiana de Ciencias, 17(67),
703-714.
Ernst, B. (1978). Le miroir magique de M.C. Escher. Berlín: Ed. Benedikt Taschen.
Ernst, B. (1991). Un mundo de figuras imposibles. Berlín: Ed. Benedikt Taschen.
Gutiérrez-Santos, M.V. (1992). Notas de geometría. Bogotá: Editorial de la Universidad
Nacional de Colombia.
Hilden, H.M., Montesinos, J.M., Tejada, D.M. y Toro, M.M. (2011). Artifacts for stamping
symmetric designs. American Mathematical Monthly, 118(4). 327-343.
Klein, C. y Hurlbut, C.S. (Jr.) (1999). Manual of mineralogy (after James D. Dana). (Edi-
ción 21, revisada). Nueva York: John Wiley and Son.
Montesinos-Amilibia, J.M. (1987a). Classical tessellations and three-manifolds. Berlin-
Heidelberg: Springer-Verlag.
Montesinos-Amilibia, J.M. (1987b). Caleidoscopios y grupos cristalográficos en la Alham-
bra. Epsilón, volumen extra, 9-30.
Montesinos-Amilibia, J.M. (1992). Las geometrías no euclídeas: Gauss, Lobachevski y
Bolyai. Historia de la matemática, 65-114.
Montesinos-Amilibia, J.M. (2003). Calidoscopios y 3-variedades. Bogotá: Editorial de la
Universidad Nacional de Colombia.
Montesinos-Amilibia, J.M. (2005). Geometría en los mosaicos del Palacio de la Alhambra
de Granada. Conferencia presentada en la Cátedra Pedro Nel Gómez, Universidad
Nacional de Colombia, 4 de agosto 2005, Vídeo institucional.
Ramírez-Galarza, A.I. y Seade, J. (2002). Introduction to classical geometries. Berlin:
Birkhauser Verlag.
Seymour, D. y Britton, J. (1989). Introduction to tessellations. Palo Alto, California: Dale
Seymour Publications.
Thurston, W. (1997). Three-dimensional geometry and topology (vol. 1). (Editado por S.
Levy). Princeton, NJ: Princeton University Press.
76
UN ENFOQUE GEOMÉTRICO DEL TEOREMA DE SHARKOVSKII
1. PRELIMINARES
La dinámica combinatoria encuentra su génesis en el artículo “Co-existencia
de ciclos de transformaciones continuas en un intervalo” de Oleksandr Mi-
kailovich Sharkovskii. Esta rama de los sistemas dinámicos estudia las rela-
ciones algebraicas y combinatorias de funciones de en con dinámica min-
imal. En este contexto, las permutaciones pueden ser utilizadas para describir
órbitas minimales (primarias). Por tal razón para el estudio de la dinámica
combinatoria se requieren algunas definiciones del álgebra y de los sistemas
dinámicos.
Pn xi , xi1 : xi xi1, i 1, ... , n 1 .
78
Perm ( f ) : f ( xi ) x
(i) , xi , x (i) Pn .
2. DINÁMICA COMBINATORIA
Un apartado importante de los sistemas dinámicos es aquel que corresponde al
estudio del comportamiento caótico. Previamente establecimos la posibilidad
de acercarnos a dicho comportamiento a través de órbitas periódicas. Veremos
como el Teorema de Sharkovskii relaciona (fuerza) la existencia de órbitas
periódicas y cómo estas pueden ser estudiadas a través de grafos de Markov y
funciones primitivas.
Esto quiere decir que al encontrar un ciclo de orden n en una función, existen
en ella ciclos de orden m , con n m .
Los grafos de Markov son utilizados para estudiar la estructura de las órbitas
periódicas. Estos describen a la órbita periódica a través de las relaciones exis-
tentes entre las particiones que la definen y sus imagines (ver Bernhardt, 1984;
Acosta-Humánez, 2008).
79
Definición 2.1.2. (Grafo de Markov). Sean xi , xi 1 , i 1, 2, ..., n 1 tales
que xi xi 1 , y Perm ( f ) . El Grafo de Markov (también conocido como
grafo dirigido) de f y tiene n 1 vértices J1, J 2 , ..., J n1 . Existirá una flecha
de J k a J i si y sólo si xl , xl 1 f xk , xk 1 .
Si bien es cierto que el teorema de Sharkovskii establece la existencia de órbi-
tas periódicas y garantiza la existencia de nuevos períodos a partir de períodos
conocidos, no es tarea fácil encontrar funciones continuas de en con di-
chos comportamientos (el lector puede tratar de encontrar una función conti-
nua con un punto de período 10, por ejemplo). Las funciones primitivas per-
miten encontrar ejemplos de funciones con comportamientos periódicos a par-
tir de una órbita establecida. Su construcción está inspirada en las funciones
que Sharkovskii utilizó para la demostración de su teorema.
Definición 2.1.3. (Función Primitiva): Dada una permutación S n la
función primitiva f asociada está definida de la siguiente manera:
1 f k k ;
2 f tk 1 t k 1 t k 1 t k 1 ;
3 f x 1, si x 1 ;
4 f x n, si x n ; donde k 1, ... , n y 0 t 1.
Definición 2.1.3. Función primitiva f asociada a f
80
6 si x 1
2 x 8 si 1 x 2
x 2 si 2 x 3
f x
4 x 17 si 3 x 4
x3 si 4 x 6
3 si x6
1 2 3 4 5 6
Ejemplo 2.2.1. Función primitiva f asociada a
6 4 5 1 2 3
Y su gráfica es:
1 2 3 4 5 6
Figura 1. Gráfica de función primitiva f asociada a
6 4 5 1 2 3
J1, f J 5 J 2 , f J1 J 4 , f J1 J 5 , f J 3 J1 , f J 3 J 2 , f J 3 J 3 ,
f J3 J 4 .
1 2 3 4 5 6
Figura 2. Grafo de Markov asociado a
6 4 5 1 2 3
81
Gracias a estas representaciones es posible evidenciar, por ejemplo, la existen-
cia de: un punto fijo en J 3 , una órbita de segundo orden en J1 y J 4 y una ór-
bita de orden 4 en J1, J 5 , J 2 y J 4 .
2 si x 1
x 1 si 1 x 3
g x
13 3x si 3 x 4
1 si x 4
1 2 3 4
Ejemplo 2.2.2. Función primitiva g asociada a
2 3 4 1
Y su gráfica es:
1 2 3 4
Figura 3. Función primitiva g asociada a
2 3 4 1
82
1 2 3 4
Figura 4. Grafo de Markov asociado a
2 3 4 1
REFERENCIAS
Acosta-Humánez, P. (2008). Genealogía de permutaciones simples de orden una potencia
de dos. Revista Colombiana de Matemáticas, 42(1), 1-13.
Acosta-Humánez, P. y Martínez, E. Simple permutations with order 4n+2. (Sometido a
consideración). http://arxiv.org/abs/1012.2076
Alseda, Ll., Llibre, J. y Misiurewicz, M. (2005). Combinatorial dynamics and entropy in
dimension one. Singapur: World Scientific Publishing.
Bernhardt, C. (1984). Simple permutations with order a power of two. Ergodic Theory and
Dynamic Systems, 2, 179-186.
Block, L. y Coppel, W. (1986). Dynamic in one dimension. Nueva York, USA: Springer
Verlag.
Devaney, R. (2003). An introduction to chaotic dynamical systems. Colorado, USA:
Westview Press.
Misiurewicz, M. (1995). Thirty years after Sharkovskii’s theorem. En Ll. Alseda, J. Llibre,
F. Balibrea y M. Misiurewicz (Eds.), Proceedings of the Conference “Thirty years af-
ter Sharkovskii’s theorem: New perspectives”. Singapur: World Scientific.
Sharkovskii, A. (1964). Coexistence of cycles of a continuous map of the line into itself,
Ukrain Math. Z, 16, 61-71.
83
Stefan, P. (1977). A theorem of Sharkovskii on the existence of periodic orbits of continu-
ous endomorphisms of the real line. Communications in Mathematical Physics, 54,
237-248.
84
DE LOS ESPACIOS TOPOLÓGICOS A LAS CATEGORÍAS TOPOLÓGICAS
Reinaldo Montañez
Universidad Nacional de Colombia
jrmontanezp@unal.edu.co
INTRODUCCIÓN
La esencia de una categoría topológica es la existencia de estructuras iniciales
y finales que generalizan los conceptos de topologías iniciales y finales.
Podemos decir que la topología categórica se inicia con los trabajos de Bour-
baki; trabajos más recientes se encuentran en Adámeck, Herrlich y Streker
(1990) y Preuss (1988). Las categorías de los espacios topológicos uniformes
y de proximidad son ejemplos de categorías topológicas fibradas sobre la ca-
tegoría de los conjuntos.
En este trabajo se pretende dar información acerca del uso de la estructura de
categoría topológica para construir endofuntores idempotentes en la categoría
de los espacios topológicos Top, que hemos denominado elevadores de es-
tructura. Las imágenes de estos funtores dan origen a subcategorías topológi-
cas, que además resultan reflexivas y correflexivas en Top. En particular, las
categorías de los espacios secuenciales y los espacios completamente regula-
res resultan de estas construcciones. Es de anotar que este trabajo toma como
base las referencias Montañez y Ruiz (2006) y Montañez (2007).1
1
El autor agradece al Dr. Carlos Javier Luis Salguero los comentarios y sugerencias para la
realización de este trabajo.
Montañez, R. (2011). De los espacios topológicos a las categorías topológicas. En P. Perry (Ed.), Memorias
del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 85-91). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica
Nacional.
NOCIONES BÁSICAS
(ii) Este trabajo toma como punto de partida la categoría de los espacios topo-
lógicos. Así que en adelante estará implícito el funtor olvido de estructura y su
codominio que corresponde a la categoría de los conjuntos. En particular la
categoría de los espacios topológicos es un constructo topológico (Adámeck,
Herrlich y Streker, 1990), lo cual significa que es una categoría topológica fi-
brada sobre la categoría de los conjuntos, en la cual sobre un conjunto unitario
hay una única estructura. Decir que K es una subcategoría topológica de Top,
significa que el funtor olvido restringido a K es un funtor topológico.
86
Ejemplos
1. La categoría Top de los espacios topológicos y funciones continuas es una
categoría topológica fibrada con el funtor de olvido, sobre la categoría de los
conjuntos. Este es el ejemplo que motiva la definición de categoría topológica.
2. Las categorías de los espacios uniformes, pretopológicos y pseudotopológi-
cos son categorías topológicas fibradas sobre la categoría de los conjuntos
(Adámeck, Herrlich y Streker 1990).
87
SUBCATEGORÍAS TOPOLÓGICAS GENERADAS A TRAVÉS DE
TOPOLOGÍAS INICIALES Y FINALES
88
De manera dual se obtienen los resultados para coelevadores idempotentes
definidos en Top.
Es natural que FS ( W, X )
resulte un espacio con topología más fina que la de X.
Otro detalles que se pueden resaltar es que las funciones continuas de W en X
y de W en FS coinciden. Estos hechos se consideran en los siguientes lemas,
( W, X )
Nótese que este lema está diciendo que el proceso de tomar estructuras finales,
con el proceso antes descrito, es idempotente.
Teorema: Sea W un espacio topológico. La aplicación EW :Top Top definida
por EW X: FS y EW f : f define a EW como un elevador idempotente
( W, X )
en Top.
De manera dual, haciendo uso de estructuras iniciales, un espacio topológico
da origen a un coelevador idempotente, con lo que se obtienen los resultados
duales a los del teorema anterior.2
2
A. Oostra (1995) ha publicado otros trabajos que relacionan subcategorías generadas a
través de estructuras iniciales y temas afines.
89
Observación
En general si Wi iJ es una familia de espacios topológicos, se determina un
elevador idempotente E(W ) , el cual se define asociando a cada espacio topoló-
i
Más aún, con este mismo método, una clase de espacios topológicos C deter-
mina un elevador idempotente EC en Top. En efecto, puesto que para todo con-
junto X la colección de topologías sobre X es un conjunto, para cada espacio
topológico X se determina el conjunto { EW X W C}; EC(X) corresponde a la
intersección de los elementos de este conjunto.
De manera dual se obtienen los resultados para coelevadores definidos en Top.
La siguiente proposición establece una adjunción entre las categorías genera-
das por un elevador y un coelevador representables por un mismo espacio to-
pológico.
Proposición: Sea W un espacio topológico. Existe una adjunción entre las ca-
tegorías CW (Top) y EW (Top) , más exactamente el funtor
CW : EW (Top) CW (Top)
EW : CW (Top) EW (Top)
Ejemplos
1. Consideremos el espacio de Sierpinski S S , donde τ 0 ,0,1
, 1. Enton-
ces, CS (Top) Top .
90
4. Consideremos ℕ∞ 0, 1, 1 2 , ... ,1 n ,... como subespacio del conjunto de los
números reales ℝ con su topología usual. La categoría Eℕ (Top) corresponde a
la categoría de los espacios secuenciales.
5. Sea I el intervalo [0,1] con su topología usual. La categoría C1 (Top) corres-
ponde a la categoría de los espacios completamente regulares.
6. La categoría de los espacios de proximidad Prox es isomorfa a la categoría
de los espacios completamente regulares, ver por ejemplo Willard (1970). Por
lo tanto Prox es una categoría topológica.
7. La categoría de los espacios uniformes Unif es isomorfa a la categoría de
los espacios completamente regulares, ver por ejemplo Willard (1970). Por lo
tanto Unif es una categoría topológica.
REFERENCIAS
Adámeck, J., Herrlich, H. y Streker, G. (1990). Abstract and concrete categories. New
York, USA: John Wiley and Sons Inc.
Ardila, V., Montañez, J. y Ruiz, C. (2000). Nociones equivalentes de categorías topológi-
cas. Boletín de Matemáticas, VII(1), 19-27.
Montañez, R. (2007). Funtores, elevadores y coelevadores de estructura. Tesis de doctora-
do no publicada, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
Montañez, R. y Ruiz, C. (2006). Elevadores de estructura. Boletín de Matemáticas, 13, 111-
135.
Oostra, A. (1995). Subcategoría generadas mediante estructuras iniciales. Lecturas Mate-
máticas, 16, 63-72.
Preuss, G. (1988). Theory of topology structures. Dordrecht, The Netherlands: D. Reidel
Publishing Company.
Willard, S. (1970). General topology. Londres, Gran Bretaña: Adison Wesley Publishing
Company.
91
ACERCA DEL TRIÁNGULO DE PASCAL
Reinaldo Núñez
Universidad Sergio Arboleda
reinaldo.nunez@usa.edu.co, reinaldonunez@gmail.com
RESEÑA HISTÓRICA
El Triángulo de Pascal debe su nombre al matemático Blaise Pascal, siglo
XVII, sin embargo, varios matemáticos antes de Pascal ya lo conocían y apli-
caban este conocimiento. Por ejemplo, en China y Persia lo descubrieron de
forma independiente alrededor del siglo XI. Chia Hsien (ca. 1050), un mate-
mático chino, demostró que el Triángulo se podía usar para extraer raíces cua-
dradas y cúbicas de números; varios algebristas chinos usaban el triángulo pa-
ra resolver ecuaciones de orden superior a tres. El Triángulo de Pascal fue es-
crito de la forma como lo conocemos por el matemático chino Zhu Shijie.
( a b) 3 (a b)(a b)(a b)
(aa ab ba bb)(a b)
1 a3 3 a2b 3 ab2 1 b3
Núñez, R. (2011). Acerca del Triángulo de Pascal. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geome-
tría y sus Aplicaciones (pp. 93-98). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
3 3 3 3
a3 a 2b ab 2 b3
3 2 1 0
A partir de esto se tiene que la última expresión está dada por la siguiente re-
gla de conteo: en cada desarrollo se cuentan las a que se encuentran en cada
factor, es decir:
94
Figura 3. Triángulo de Pascal rectángulo
EXPLORACIÓN
Triángulo de Sierpinski
El Triángulo de Sierpinski es un fractal construido a partir de cualquier trián-
gulo.
95
Sucesiones del Triángulo de Pascal
Sucesión de Número de Fibonacci
La sucesión de Fibonacci es 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21,... Cada número de la su-
cesión está dada por la suma de los dos anteriores. En el Triángulo de Pascal
se pueden encontrar los números de esta sucesión de la siguiente forma: pri-
mero debe situarse un uno en el triángulo, posterior a esto se toma el número
sobre éste y se traslada al lado derecho, obteniendo así un número de la suce-
sión de Fibonacci.
Otras sucesiones
En la siguiente representación del Triángulo de Pascal se pueden observar su-
cesiones como: la constante (en la primera columna); los números naturales
(segunda columna); números triangulares (tercera columna) y los números te-
traédricos en la columna cuatro.
96
REPRESENTACIÓN DEL TRIÁNGULO EN Z2 Y Z3
La siguiente es la construcción del Triángulo de Pascal en Z2 y Z3; estas cons-
trucciones tienen un patrón parecido al del triángulo de Sierpinski.
LA PIRÁMIDE DE PASCAL
La Pirámide de Pascal se construye de la siguiente manera: colocamos en la
punta un uno (1). Para el siguiente nivel colocamos 1 en cada esquina del
triángulo. El tercer y cuarto nivel se construyen sumando los números que es-
tán en los lados laterales del triángulo como se muestra en la Figura 10.
97
Ahora bien, desarrollando se puede ver que se obtienen los nú-
meros de la pirámide anterior.
( a b c) 0 =1
( a b c) 1 abc
( a b c) 2 a 2 2ab b 2 2ac 2bc c 2
MATRICES DE PASCAL
Las Matrices de Pascal son matrices infinitas que contienen los coeficientes
binomiales. Algunos ejemplos:
: Son matrices expresadas de forma triangular inferior.
1 0 0 0
1 0 0
1 1 1 1 0 0
L1 1 , L2 , L3 1 1 0 , L4
0 1 1 2 1 1 2 1 0
1 1
3 3
1 1 1 1
1 1 1
1 1 0 1 2 3
U 1 1 , U 2 , U 3 0 1 2 , U4
0 1 0 0 1 0 0 1 3
0 1
0 0
definida como
98
GEOMETRÍA AFÍN Y TOPOLOGÍA DEL PRISMATOIDE PENTAGONAL
Luis-Enrique Ruiz-Hernández
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
leruizh@yahoo.es
INTRODUCCIÓN
Por una ligera distorsión del prisma pentagonal recto de bases regulares, obte-
nemos un dodecaedro convexo de dos caras pentagonales regulares y parale-
las, conectadas por 10 triángulos isósceles. La altura del poliedro siempre
puede ajustarse de tal manera que los triángulos isósceles sean equiláteros.
Entonces el sólido así obtenido (de caras regulares) recibe el nombre de anti-
prisma (prismatoide, prismoide o prisma oblicuo) pentagonal (ver Figura 1).
No hay hasta el presente un estudio, diferente al clásico, del prismatoide pen-
tagonal que aporte una nueva concepción sobre su geometría. Razón por la
cual, en este documento, se emprende y se pone de manifiesto, la existencia de
una metodología que abre nuevos caminos en esa dirección.
En efecto, articulando profusamente nociones de análisis funcional y convexo,
se concibe un marco conceptual que permite abordar la topología y geometría
afín del sólido. En general, se indaga sobre el prismatoide pentagonal afín
(ver Definición 1.1 y Figura 3), introduciendo una norma sobre IR3 respecto
a la cual es una esfera (Teoremas 1.3 y 2.1). La representación de se da en
términos de tres vectores linealmente independientes en IR 3 , con la inefable
presencia del número de oro (Lema 1.2). Se construye así un modelo matemá-
Ruiz-Hernández, L.E. (2011). Geometría afín y topología del prismatoide pentagonal. En P. Perry (Ed.), Me-
morias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 99-118). Bogotá, Colombia: Universidad
Pedagógica Nacional.
tico, riguroso y versátil, que unifica y describe minuciosamente la geometría
de . El caso notable en que es un prismatoide pentagonal es tratado en el
Corolario 3.2. Posteriormente veremos cómo la ilustración 2.2 permite avizo-
rar el alcance de estos resultados.
Más adelante se aportan dos representaciones del prismatoide pentagonal en
términos de los centros de seis caras no paralelas, como también en términos
de las rectas perpendiculares a esas caras a través de sus centros (Corolario
3.1). Así, se describe (vía proyecciones ortogonales) el prismatoide pentagonal
como un lugar geométrico de puntos en IR3, resultado hasta hoy desconocido.
Finalmente se estudian algunos aspectos relevantes de la estereometría de , y
en particular, aplicando una importante propiedad de las transformaciones afi-
nes, se calcula el volumen de (Teorema 4.1).
Denotaremos con letra mayúscula los puntos o vectores (fila) de IR3 , su pro-
ducto interior usual por un punto · y el producto vectorial con una cruz x.
El Lema 1.2, los Teoremas 1.3, 2.1 y 4.1, como los Corolarios 3.1 y 3.2, con-
signados en la presente investigación son originales. Constituyen aportes con-
cebidos y demostrados por el autor.
100
De manera similar se define pentágono regular afín. El número
π 1+ 5
(1.1.1) τ = 2cos = = 1,6180339887....
5 2
fue llamado por los griegos el número de oro, y es la raíz positiva de la ecua-
ción cuadrática
(1.1.2) τ 2 τ 1= 0
(1.1.3) V4 = V1 – V2 + V3 V5 = V1 – V2 + V3
101
Λ k =
1
5 2τ k + 8τ 15 3τ 2 k 2 2τ 3 k 3 3τ 2 k 4
2
(1.2.1)
+ 5 2τ k 5 A +
1
2
3τ 1 k + 8τ 9 + 5τ 2 k 2
3
τ k 3 + 2τ 1
k 4 2τ 1
k 5 B +
1
2 3τ k +12τ
2
8 + 2τ k 2 τ k 3 + 5τ k 4 + 3 4τ k 5 C
1 3 2
para todo k = 1, . . ., 6. Entonces la función : IR3 IR representada por
φ X = máx Λk ·X
(1.2.2)
1 k 6
Λk ·X φ X = 0 k = 1,…, 6
Λ k ·X = 0 k = 1,…, 6
por ser
1 1 1
= det τ A + τ B C, 2A τ B τC, 5A B C
= - det (A, B, C) ≠ 0
Λk · X + Y = Λk · X + Λk ·Y k = 1, . . ., 6
Λk ·X + Λk ·Y φ X+ φ Y
lo que implica
102
φ X + Y φ X + φ Y
1.3. Teorema. Bajo todas las hipótesis del Lema 1.2, consideremos la norma
sobre IR3 representada en (1.2.1) y (1.2.2). Si r > 0, G IR3 y
hagamos
V1 = G + Δ τ A x B + B x C + C x A
r 3
V2 = G +
r
A x B + B x C + τ 3 C x A
Δ
V = G + r A x B + τ 3 B x C τ 3 C x A
(1.3.2) 3 Δ
V4 = G + Δ τ A x B τ B x C + τ C x A
r 3 3 3
V5 = G + r τ 3 A x B + τ 3 B x C + C x A
Δ
Vi 5 2G Vi , Vi i 1,...,5
(1.3.4) Λk · (X – G) = r k = 1, . . ., 6
r3
det V1 G, V2 G, V3 G = 35 22τ 0
Δ
(1.3.5) f (G’) = G,
f Vk' = Vk, k = 1, 2,
104
f Vi' = Vi i = 1, . . ., 10
Λ1·(V1 - G) =
Δ
r 1
τ A + τ 1 B C · τ 3 A x B + B x C + C x A por (1.2.1) y (1.3.2)
2G V
5 5
= λ j Vj + λ j + 5 j
j=1 j=1 Por (1.3.2),
V G + G λ V G G
5 5
última ecuación
= λj j j+5 j
j=1 j=1
λ V G
5
=G+ j λ j +5 j
j =1
donde
λ1 + . . . . + λ10 = 1 y cada λj ≥ 0
105
Se desprende
X G · Λk = r τ k + 6 τ τ k 3 + τ k 4
2 2 2 4
4
τ k 5 λ1 λ6 + 2τ k 3τ + 10 + τ
2 4
k-2
τ 2 k 3 k 5 λ λ + k + 5 + τ 2 k - 2
2 7
(1.3.6) τ 4
k 3 + τ 4
k 4 5 τ 1
k 5 λ3 λ8
+ 2τ 2 k + 15 8τ + τ 2 k 2 + τ 2 k 4
2τ k 5 λ4 λ9 + τ k + τ + τ k2
2 2 2 4
τ 4 k 3 + τ 2 k 4 λ λ
5 10
para todo k = 1, . . ., 6,
τ 2 k + 6τ 2 τ 2 k 3 + τ 4 k 4 τ 4 k 5 1,
2τ 2 k 3τ +10 + τ 4 k 2 τ 2 k 3 k 5 1,
k + 5 + τ 2 k 2 τ 4 k 3 + τ 4 k 4 5τ 1 k 5 1,
2τ 2 k +15 8τ + τ 2 k 2 + τ 2 k 4 2τ 2 k 5 1,
τ 2 k + τ 2 + τ 4 k 2 τ 4 k 3+ τ 2 k 4 1,
X G · Λk r τ 2
k + 6τ 2 τ 2 k 3 + τ 4 k 4 τ 4 k 5 λ1 λ6
+ 2τ 2 k 3τ + 10 + τ 4 | k 2 | τ 2 k 3 k 5 λ2 λ7
k + 5 + τ 2 | k 2 | τ 4 k 3 + τ 4 k 4 5 τ 1 | k 5 | λ3 λ8
+ 2τ 2 k + 15 8τ + τ 2 | k 2 | + τ 2 k 4 2τ 2 k 5 | λ4 λ9 |
+ τ 2 k + τ 2 + τ 4 | k 2 | τ 4 k 3 + τ 2 k 4 | λ5 λ10 |
r λ 1 λ6 + λ2 λ7 + λ3 λ8 + λ4 λ9 + λ5 λ10
r λ1 + λ6 + λ2 + λ7 + λ3 + λ8 + λ4 + λ9 + λ5 + λ10 = r,
106
para todo k = 1, . . ., 6, y por esto según (1.2.2), (X - G) ≤ r, es decir
Sr [G] la esfera cerrada de centro G y radio r respecto a la norma
Por ser (X - G) una función real convexa, propia y cerrada, para todo
XIR3 , entonces
X = λ1V1 + λ 5 V5 + λ 8 V8 + 0 Vj
j1,...,10 ~1,5,8
X G · Λk = r τ 2
k + 6τ 2 τ 2 k 3 + τ 4 k 4 τ 4 k 5 λ1
k + 5 + τ 2 k 2 τ 4 k 3 + τ 4 k 4 5 τ 1 k 5 λ8
+ τ 2 k + τ 2 + τ 4 k 2 τ 4 k 3 + τ 2 k4 λ5
k = 1,…,6, y en particular (X-G) · 1 = r, por lo cual según (1.2.2) ,
(X - G) = r
107
llar, 1972, p. 45 Teorema 6.1) y además por (1.3.7) P Fr (Sr [G]) lo cual
es imposible. Así que Sr [G] .
G=
1
Vi + Vi+5 i = 1, . . ., 5
2
Si
hagamos
1 3
A = τ V1 G x V2 G + V2 G x V3 G V1 G x V3 G
B = τ V1 G x V2 G + V2 G x V3 G τ V1 G x V3 G
1 3 3
(2.1.2)
1
C = V1 G x V2 G + τ V2 G x V3 G V1 G x V3 G
3
108
Ahora bien, dado que es la imagen automorfa afín de un prismatoide pen-
tagonal, entonces sus vértices (y los de S1[G], según se estableció en la de-
mostración del Teorema 1.3) son combinaciones lineales promedio de G, V1,
V2 y V3 como las indicadas en (1.1.3). Se dimana que los vértices de S 1[G]
son, justamente, V1, ..., V10, es decir, S1[G] = .
2.2. Ilustración. Consideremos el prismatoide pentagonal de centro el origen
0 y arista 2, de vértices
máx 2 2 2 3
x 2 ± τ x 3 , τ x 1 x 2 ± x 3 , x 1 τ x 2 , τ τx 1 + x 2 τ
condición necesaria y suficiente para que un punto (x1, x2, x3) en IR3 esté en
el sólido. La igualdad sólo ocurre en la frontera del poliedro.
máx C1 G · X G ,. . ., C 5 G · X G C G · X G
5τ 3 a τ
2 4
(3.1.1)
6
3 12
5 14 3
= X IR3 | máx 1 2 ( Proyección de XG sobre L 6 ),
3 2
(3.1.2)
3
máx Proyección de XG sobre L k a 2
1 k 5 6
(ver Figura 4)
Demostración. De acuerdo al Teorema 2.1, es la esfera cerrada unitaria
de centro G respecto a la norma sobre IR representada en (1.2.1) y
3
(1.2.2), bajo las condiciones en (2.1.2), donde V1, . . . ., V10 son los vértices
de dispuestos como en la Figura 3.
Si C1,..., C6 son los centros de las caras de listadas en (1.3.3), respecti-
vamente, y dado que se obtiene de un icosaedro regular 0 (Ver ilustra-
ción 2.2), entonces C1 - G, . . . , C6 - G son vectores normales a estas caras,
respectivamente (la insfera del icosaedro regular es tangente a cada cara (en
este caso a las diez caras triangulares del prismatoide) en su centro).
110
Figura 4. Si es un prismatoide pentagonal, macizo y cerrado de arista a, vértices V1…
5 14 3
V10 y centro G Vi Vi 5 , i=1,…,5, entonces
1
= X IR3 | máx 1 2
2 3 2
3
(Proyección de XG sobre L6 ), máx Proyección de XG sobre Lk a 2 ,
1 k 5
6
donde C1, …, C5 son los centros de cinco cara triangulares no opuestas y paralelas, y C6 el
centro de una cara pentagonal
De acuerdo a la última parte del Teorema 1.3 y a las relaciones en (1.3.4) con
r =1, existen escalares tk tales que
(3.1.3) Λk = t k C k G y 1 ik
t k C k G · Vj k G = 1
k = 1, . . ., 6, donde
i1 i 3 j3 2, i 2 i4 i 5 i6 j1 1 , j2 3 ,
j4 4 j5 j6 5
1
5 4 12
(3.1.5) Circunradio de 0 = Vk G = aτ
2
para todo k = 1, . . ., 5 (Coxeter, 1973, pp. 292 - 293, Tabla I), por lo cual
3
1
2 Λ · V
k jk G
aτ 2 =
2 Λk
1 ik
t k C k G · Vj k G
Por (3.1.3)
1i k t k C k G
1 2 3
t k Ck G aτ t k
2
y por ende
t = 12
k = 1, . . ., 5
a2τ 4
k
entonces
Λ · V 6 j6 G 1 i6
t 6 C 6 G · Vj 6 G
=
Λ6 1 i 6
t 6 C 6 G
Por (3.1.3)
1
t 6 C6 G
112
o bien, de acuerdo al Teorema de Pitágoras (Vk C6 G es un triángulo rectán-
gulo, recto en C6, para todo k = 1, . . ., 5),
1
= C6 G = Vk G Vk C 6
2 2 2
t 6
Por (3.1.5) y (3.1.6)
a2 5 τ
=
20
y por tanto
a
t 6 = 4 5 1 1
y C6 G = 5 4 τ 2
(3.1.7) a2τ 2
máx XG C1 G cos θ1 , ,
G=
1
Vi + Vi+5 k = 1, . . ., 5
2
Hagamos
113
A = b τ V1 G + V3 G
2
(3.2.1) B = b τ V1 G τV2 + τ V3
C = b
V1 G + τ V3 G
Λ1 = b τ V1 G V2 G
Λ2 = b V2 G τ V3 G
Λ3 = b τ V2 G V3 G
(3.2.2)
Λ4 = b
τ V1 G + τ 2 V2 G τ V3 G
Λ5 = b V1 G + τ V2 G
Λ = b
τ 3 V1 G + τ 2 V2 G τ 3 V3 G
6
donde es el ángulo entre los vectores V1' x V2' y V3' , esto es, entre
(V1 - G) x (V2 - G) y V3 - G. Entonces
114
(3.2.3) = det V1 G, V2 G, V3 G
V1 G x V2 G · V3 G
3 a3
2 · 5 4
R3 = τ por (3.1.5)
4
5s + 5t 5u = 0
5s + 5t + 5u = 0
5s 5t 5u = 5a
τ a
s = -t = u= τ2
2 2
es decir,
a
V G x V2 G = τ τ V1 G + τ V2 G 2 V3 G
2
1
a
V G x V3 G = τ 2 V1 G + τ V2 G τ V3 G
2
2
y
115
a
V G x V3 G = τ τ V1 G + 2 V2 G τ V3 G
2
1
(4.1.1) G=
1
Vi + Vi+5 k = 1, . . ., 5
2
Hagamos
W1 = (V1 - G) x (V2 - G)
(4.1.2) W2 = - (V1 - G) x (V3 - G) + (V2 - G) x (V3 - G) ,
W3 =- (V1-G) x (V2 - G) + (V1 - G) x (V3 - G) + (V2 - G) x (V3 - G)
(4.1.3) (X - G) L L T
(X - G)T = 5τ 2
(iii) El volumen de es 2 5τ 2
3
116
En particular, si es un prismatoide pentagonal de arista a, entonces su
volumen es 5 a τ 3 3
6
Demostración. Dado que
X G L LT X G T = X G L 2
,
X G L = X G · W1 , X G · W2 , X G · W3
y las dadas en (4.1.2) pueden utilizarse para probar que los vértices V1, V2 y
V3 satisfacen la ecuación (4.1.3). Para verificar que los otros vértices
V4,...,V10 de también la satisfacen, nos remitimos a (1.1.3) y (4.1.1).
Procediendo así también se demuestra, teniendo presente (4.1.4), que
f Vi = Vi' , i = 1,..., 10, los vértices del prismatoide pentagonal de la ilustra-
ción 2.2.
Ahora consideremos' en' la 'Figura 1 la pirámide de ápice G ' y base el trián-
gulo equilátero V 1 V 2 V 9 de centro C3, según se acordó en la demostra-
ción del Corolario 3.1. Su volumen es, de acuerdo al prismatoide pentago-
'
nal de la ilustración 2.2, con G = 0,
1
área de V 1
'
V2' V9' · C3 G '
3
por (3.1.4) con a = 2
τ2
3
'
Además, ' el volumen'
de la pirámide de ápice G = 0 y base el pentágono
regular V6 . . . . V10 de centro C6, según se convino en la demostración del
Corolario 3.1, es de acuerdo a la ilustración 2.2.
117
· área de V6' . . .V10' ·
1
C6 G '
3
por (3.1.7) con a = 2
5 2
τ
3
10 ·
τ2
3
5
+ 2· τ 2 =
3
2
3
5+ 5 τ 2
y por ende
2
3
5 + 5 τ 2 = v | det ( 1 L)| = 2 v τ
1
118
DISEÑO DE MECANISMO CON CABRI PLUS PARA OBTENER
ECUACIONES PARAMÉTRICAS DE ALGUNAS CURVAS
Benjamín Sarmiento
Universidad Pedagógica Nacional
bsarmiento@pedagogica.edu.co
INTRODUCCIÓN
El uso de ambientes virtuales o computacionales para el aprendizaje de la ma-
temática gana cada día un buen número de seguidores. Algunos docentes se
privan de aprovechar estas nuevas herramientas por el temor de tener que in-
vertir mucho tiempo y grandes esfuerzos en el aprendizaje de temáticas rela-
cionadas con la informática; los que se deciden a incursionar en estas nuevas
formas de presentar el conocimiento a sus estudiantes terminan concluyendo
que el quehacer del docente con ayuda de herramientas computacionales re-
quiere mucho tiempo, no para el aprendizaje de temáticas informáticas, sino
para idear las actividades dinámicas que ayuden a la comprensión de los con-
ceptos matemáticos y para encontrar nuevas maneras de construir los objetos.
A lo largo de esta conferencia los docentes verán que realmente no se requie-
ren conocimientos avanzados de programación, sólo disposición y ganas de
explorar los alcances de las construcciones de representaciones dinámicas de
los objetos matemáticos hechos con algún software de geometría dinámica.
R R
u u Q
P´ P P´ P
O O
Figura 1. Figura 2.
120
W
R Arco PQR
Q 1,74 cm
u
T
v P´ P Velocidad
O 2
Arco sobre Cr
3,47 cm
Figura 3
R R
u W
Radio 1 = 3
P´ P O
O
Radio 2 = 1 T
Velocidad = -1
121
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
4 1 3,53 cm -1 -3,53 cm
Arco PQR
Velocidad
2
Ej. 3. Hipocicloide de 5 cúspides:
1,74 cm Arco sobre Cr
W
3,47 cm
R
R
Radio 1 = 4 u
P´ P T O
Radio 2 = 1 O
Velocidad = -1
3,47 cm
W
R
R
Radio 1 = 4 u
T
P´ P O
O
Radio 2 = 1
Velocidad = -2
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
3 1 1,56 cm -2 -3,11 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
R W R
u
Radio 1 = 3 O
P´ P
O T
Radio 2 = 1
Velocidad = -2
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
3 2 2,60 cm -2 -5,20 cm
Arco PQR
Velocidad
Ej. 6. Trocoide 1,74 cm 2 Arco sobre Cr
3,47 cm
R
R
Radio 1 = 3 u
W
Radio 2 = 2 O
P´ P O
Velocidad = -2 T
3,47 cm
Ej. 7. Trifolium
R
u R
Radio 1 = 2 O
P´ P
O
W
Radio 2 = 2
Velocidad = -2 T
122
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
2 2 1,02 cm -3 -3,07 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
R
u R
Este lugar geométrico se obtiene cuando: O
P P´
O
Radio 1 = 2a W
R
u
Radio 1 = 2 R
P´ P O
O
Radio 2 = 2 W
Velocidad = -4 T
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
4 2 0,56 cm -8 -4,45 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
R
u
Radio 1 = 2 P´ P O
R
O
W
Radio 2 = 2 Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
2 1 1,56 cm
T
1 1,56 cm
Arco PQR
Velocidad = -8
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
3,47 cm
Ej. 11. Cardioide W
R
T R
u
Radio 1 = 2
P´ P O
O
Radio 2 = 1
Velocidad = 1
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
3 2 0,80 cm 2 1,60 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
W
R T
u
R
Radio 1 = 3 P´ P O
O
Radio 2 = 2
Velocidad = 2
123
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
2 2 1,37 cm 3 4,12 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
3,47 cm W
Ej. 13. Espiral de Durero
R T
R
u
Radio 1 = 2
P´ P O
O
Radio 2 = 2
Velocidad Arco de R2
Velocidad = 3 Radio 1 Radio 2
2
Arco PQR
1,37 cm 2 2,75 cm
2
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
W
Ej. 14. Caracol de Pascal 3,47 cm
T
R
R
u
Radio 1 = 2
P´ P O
O
Radio 2 = 2
Velocidad = 2 Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
3 1 0,57 cm 2 1,14 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
R W
u T
Radio 1 = 3 R
P´ P O
O
Radio 2 = 1
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
Velocidad
Arco PQR
= 2 3 1 1,49 cm 1 1,49 cm
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
3,47 cm
Ej. 16. Epicicloide de dos ciclos W
R
R
u T
Radio 1 = P´3 P O
O
Radio 2 = 1
Velocidad = 1
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
4 1 1,66 cm 1 1,66 cm
Arco PQR
Velocidad
Ej. 17. Epicicloide
1,74 cm
de tres ciclos 2 Arco sobre Cr
3,47 cm
W
R R
Radio 1 = 2;4 u
T
Radio 2 = 2 ;O 4 P´ P O
Velocidad = -2 ; 1
124
Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
5 1 1,62 cm 1 1,62 cm
Arco PQR
Velocidad
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
Ej. 18. Epicicloide de cuatro ciclos 3,47 cm
R
W
u
Radio 1 = 5 O
P´ P T R
Radio 2 = 1 O
Velocidad = 1
Arco PQR Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
Velocidad
2 2 1 1,29 cm 16 20,71 cm
1,74 cm Arco sobre Cr
3,47 cm
Ej. 19. Epitrocoide W
R
u R
T
Radio 1 =P´4 P O
O
Radio 2 = 2 Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
2 4 1,29 cm -2 -2,59 cm
Arco PQR
Velocidad = 14 1,74 cm
Velocidad
2 Arco sobre Cr
3,47 cm
P´ P R
O
Radio 1 = 2 O
W
Radio 2 = 4
Arco PQR Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2 T
Velocidad
Velocidad = -2
1,74 cm 2 Arco sobre Cr
3 3 4,28 cm 0,5 2,14 cm
3,47 cm
u
R
P´ P
O
Radio 1 = 3 T
Arco PQR Radio 1 Radio 2 Arco PQR Velocidad Arco de R2
Velocidad
3,6 0,6 0,50
Radio 2 = 3
1,74 cm 2 Arco sobre Cr 2,24 cmO 1,12 cm
3,47 cm
Velocidad = 0.5
R
u
Ej. 22. Ovalo de Casini
P´ P W
O
R
T
Radio 1 = 3.6 O
Radio 2 = 0.6
Velocidad = 0.5
Figura 4
125
PARAMETRIZACIÓN DE LAS CURVAS OBTENIDAS
Consideremos dos circunferencias concéntricas de radios R y r y centradas en
O, y tracemos el radio OM de la circunferencia CR.
Marcamos un punto móvil P sobre CR, determinamos el ángulo = MOP y
trazamos el vector u = OP.
Determinamos el ángulo = n, (n0), y trazamos el vector v = OT tal que
MOT = .
Las coordenadas del punto P son x = RCos(), y = RSen().
Las coordenadas del punto T son x = rCos(), y = rSen().
Construimos el vector suma OW = OP + OT, donde las coordenadas de W
son:
x = RCos() + rCos(), y = RSen() + rSen().
x = RCos() + rCos(n), y = RSen() + rSen(n).
T
P
O M
Figura 5 Figura 6
Ejemplo 1
Ejemplo 2
Ejemplo 3
Ejemplo 4
Ejemplo 5
Ejemplo 6
Ejemplo 7
Ejemplo 8
Ejemplo 9
127
Ejemplo 10
REFERENCIAS
Lehmann, Ch. (1994). Geometría analítica. México: Editorial Limusa.
Álvarez, J. (2006). Curvas en la historia. España: Nivela Libros y Ediciones.
Sarmiento, B. y Rodríguez, Y. (2009a). Los tres problemas clásicos de la geometría. Bogo-
tá, Colombia: El autor.
Sarmiento, B. y Rodríguez, Y. (2009b). Setenta curvas famosas. Bogotá, Colombia: El au-
tor.
128
EL LOGARITMO: ¿CÓMO ANIMAR UN PUNTO QUE RELACIONE UNA
PROGRESIÓN GEOMÉTRICA Y UNA ARITMÉTICA?
INTRODUCCIÓN
La investigación en Educación Matemática alrededor de los procesos de
aprendizaje de los estudiantes, relativos a los conceptos logaritmo y función
logarítmica se ha incrementado en los últimos años debido a que se detectó la
casi inexistencia de estudios sobre tal problemática a pesar de la importancia
que estos conceptos tienen a nivel de la educación superior, el sinnúmero de
aplicaciones en la modelación de fenómenos y cómo los profesores continúan
manifestando la existencia, en sus grupos, de estudiantes con dificultades rela-
cionadas con la notación y el significado de la palabra logaritmo (Kenney,
2005; Toumasis, 1993), el claro arraigo a los procedimientos memorísticos de
algoritmos (Kastber, 2002; Berezovski, 2004), el concepto de logaritmo desli-
gado de su génesis histórica (Berezovski, 2004; Toumasis, 1993) y, en el me-
jor de los casos, con inquietudes acerca de por qué, entre tantas opciones que
podrían existir, el número e es utilizado como la base de los logaritmos natura-
les (Toumasis, 1993; Fernández y Pacheco, 2000; Katz, 1995).
Desde el punto de vista de su enseñanza, en el caso de las funciones logarítmi-
cas se ha realizado una inversión respecto a su génesis histórica dado que lo
Vargas, J., Pérez, M. y González, M.T. (2011). El logaritmo: ¿cómo animar un punto que relacione una pro-
gresión geométrica y una aritmética? En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus
Aplicaciones (pp. 129-138). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
habitual es que se enseñe con posterioridad a la función exponencial, mediante
la función inversa cuando, en realidad, el concepto de logaritmo surgió previo
a la notación de los exponentes (Vargas y González, 2007; Fauvel, 1995) e
históricamente se identificaban como curvas logarítmicas las representaciones
gráficas que relacionaban las progresiones aritméticas con las geométricas o
viceversa. La presentación de las funciones logarítmicas, que se acostumbra
hacer en las aulas, como inversa de las funciones exponenciales ha conducido
a que se descuiden aspectos que la dotan de significado y que tienen que ver
tanto con dicha génesis histórica, como puede ser la relación entre la estructu-
ra multiplicativa de la variable independiente y la aditiva del logaritmo, como
con su importancia al ser una función que permite transformar multiplicacio-
nes en sumas.
El logaritmo definido por Napier (1550-1617) utilizando una representación
de dos puntos en movimiento –uno con velocidad constante y el otro con ve-
locidad variable que va disminuyendo proporcionalmente a la distancia del
punto inicial, desplazándose a través de una semirrecta el primero y a través
de un segmento el segundo– además de haber tenido una evolución en el ám-
bito de la matemática que le ha permitido su vigencia en esta ciencia, ha sido
sustituido, en las aulas, por oprimir una tecla en la calculadora o digitar ya sea
y log x o y ln x para obtener, de inmediato, en una pantalla gracias a algún
programa graficador, un número o una gráfica. Estas facilidades tecnológicas
usadas sin reflexión alejan al estudiante de la comprensión del concepto de
logaritmo y funciones logarítmicas, razón por la cual se requiere que los pro-
fesores e investigadores deban plantear opciones que permitan, mediante el
software, utilizar tanto las ideas de las construcciones de los conceptos origi-
nales como el concepto actual.
Si se considera como tarea del profesor, por excelencia, el acercar a sus estu-
diantes al estudio de una ciencia, se deben propiciar actividades de estudio que
ayuden a los estudiantes a hacer conexiones entre ideas y descubrir sus interre-
laciones lógicas. Esto, puede hacer más plausible contextualizar la enseñanza
de las matemáticas mediante la presentación de un concepto en donde se ex-
ploran respuestas a preguntas tales como ¿de dónde vino?, ¿quién, por qué y
cómo alguien pudo mencionar esto? En esta línea de ideas sobre elementos
que conforman el concepto de logaritmo desde su génesis histórica se pretende
desarrollar el contenido de este documento que puede brindar una estrategia
más de acercamiento a su estudio.
130
CONSTRUYENDO APROXIMACIONES A LA CURVA LOGARÍTMICA
131
racteriza por cambios que conllevan la aceptación de las igualdades log 1 = 0;
log 10 = 1, y la utilización de 10 como base de los logaritmos, situación que se
traduce en un esquema de logaritmo con propiedades como las que se conside-
ran actualmente. Se generaliza la idea y se define el concepto de logaritmo
como exponente, considerando la logaritmación como una de las dos opera-
ciones inversas de la elevación de potencias, lo cual hace posible aplicar a los
logaritmos procedimientos algebraicos. Finalmente, se llega a una de las prin-
cipales etapas del desarrollo matemático del concepto, puesto que el estudio
del logaritmo como área bajo la curva y, a través de series, elevó el concepto
de logaritmo al rango analítico. Esta etapa y el desarrollo del Análisis, dan pa-
so a la introducción de los logaritmos en el ámbito de las funciones trascen-
dentes (Vargas y González, 2007, p. 142).
En la presentación que hacemos, acogemos dos de las fases en la invención de
los logaritmos que estuvieron presentes en Napier (Moulton, 1915). Una pri-
mera, de carácter aritmético, como correspondencia entre progresiones aritmé-
ticas y geométricas y, la segunda, de carácter geométrico, que incorpora mo-
vimiento de puntos.
Definiciones de logaritmo como vínculo entre una progresión aritmética y una
geométrica fueron utilizadas en el siglo XIX. Serret (1887), por ejemplo, esta-
blecía la siguiente:
I. Dadas dos progresiones crecientes e indefinidas:
1, r, r 2, r 3, r 4…
0, d, 2d, 3d, 4d,…
una por cociente, comenzando por 1, y la otra con diferencia d comenzando por
cero, se llama logaritmos de los números que forman parte de la progresión por
cociente a los números que le corresponden respectivamente en la progresión
por diferencia.
Figura 2
Figura 3
133
Trazando ahora la perpendicular al eje x por Q se determina el punto de inter-
sección R con el rayo OP. El segmento OR tiene como longitud (sec )2 r 2 .
Si de nuevo se traza la perpendicular (Figura 3) al rayo OP por R y se deter-
mina la intersección S con el eje x se tiene que OS tiene longitud (sec )3 r 3 .
Continuando este proceso se construyen las potencias de r, con exponente en-
tero positivo.
Serret extiende luego el concepto de logaritmo a los números obtenidos para
las potencias de r que tienen exponente entero negativo: ; para
esto se amplía la progresión aritmética a los múltiplos negativos de d: -d, -2d,
-3d,…y decimos que el logaritmo de es –d, el logaritmo de es –2d,
etc… La construcción geométrica de estas potencias de r (Figura 4) se conti-
núa como antes pero hacia el interior del círculo:
Figura 4
134
Figura 5
135
Las longitudes YA,YC,YD,YE,YF ,... forman una progresión geométrica de
razón sec . Ajustando el ángulo se pueden conseguir las medias geométri-
cas que se deseen. En la figura se ha ajustado para conseguir 3 medias geo-
métricas. El ajuste puede conseguirse por medio de la intersección de la semi-
circunferencia de diámetro b con la curva descrita por el punto D al variar si
se trata de conseguir una media geométrica; con la curva descrita por F si se
trata de dos medias geométricas; con la curva descrita por H si se trata de tres,
etc. En un ambiente de geometría dinámica las curvas descritas por D, F, H,…
se determinan con la herramienta lugar geométrico.
En la Figura 7 se tiene una mejor aproximación a la curva logarítmica, obteni-
da al añadir los logaritmos de las dos medias geométricas entre potencias ente-
ras, sucesivas, de r.
Finalmente, define Serret el logaritmo de los números que no son potencias
fraccionarias de r con sucesiones convergentes de potencias fraccionarias de r.
Una aproximación a la base b del sistema de logaritmos que determinan las
dos sucesiones, o sea, el número b para el cual logb b1 se ve en la Figura 7:
Figura 7
136
basado en movimiento de puntos, podría usarse hoy en día como una alterna-
tiva para introducir los logaritmos naturales (Katz, 1995).
Asumamos que un punto P parte de 0 y se mueve hacia la derecha con veloci-
dad constante . Al mismo tiempo, parte un punto Q, desde 1, también hacia
la derecha, con la misma velocidad (Figura 8), la cual se incrementa de mo-
do que en cualquier punto es proporcional a su distancia de 0. Supongamos
que para el mismo tiempo transcurrido desde que salieron los dos puntos, P se
encuentra a una distancia y de 0 y que Q se encuentra a una distancia x de 0.
Definimos, de forma análoga a Napier, el logaritmo de x como y:
Figura 8
Con ayuda del cálculo podemos mostrar que el logaritmo así definido es el
logaritmo natural:
dy
Velocidad de P = v , y(0) 0 . Resolviendo tenemos: y vt
dx
dt
Velocidad de Q = kx , x(0) 1, x '(0) v . Resolviendo: ln x kt c . Como
dt
x(0) 1, c 0 y ya que x '(0) v , k v , luego ln x vt y
137
¿Admiten los pasos aquí detallados procesos de institucionalización del saber
que favorezcan el aprendizaje/comprensión de la función logarítmica?
¿El uso, en el aula de clase, del registro de representación gráfica y su coordi-
nación con otros registros de representación, llevará implícito la generación de
obstáculos didácticos?
REFERENCIAS
Berezovski, T. (2004). An inquiry into high school students’ understanding of logarithms.
Tesis de maestría no publicada, Simon Fraser University, Burnaby, BC, Canada.
Boyer, C. (2003). Historia de la matemática. Madrid, España: Alianza Editorial.
Descartes, R. (1637/1952). The Geometry (Trad. D.E. Smith y M.l. Latham). LaSalle, Illi-
nois: Open Court.
Fauvel, O. (1995). Revisiting the history of logarithms. En F. Swetz, J. Fauvel, O. Bekken,
B. Johansson y V. Katz (Eds.), Learn from the masters! (pp. 39-47). Washington,
DC, USA: Mathematical Association of America.
Fernández, I. y Pacheco, J. (2000). ¿Por qué son naturales los logaritmos neperianos? Epsi-
lon, 46-47, 107-116.
Hobson, E.W. (1914). John Napier and the invention of logarithms, 1614; a lecture (pp.
23-24). Cambridge: University Press.
Katz, V.J. (1995). Napier’s logarithms adapted for today’s classroom. En F. Swetz, J.
Fauvel, O. Bekken, B. Johansson y V. Katz (Eds.), Learn from the masters! (pp. 49-
55). Washington, DC, USA: Mathematical Association of America.
Kenney, R. (2005). Students’ understanding of logarithmic function notation. Ponencia
presentada en la reunión anual del North American Chapter of the International
Group for the Psychology of Mathematics Education, Roanoke, VA. Tomado el 14 de
marzo de 2011, de: http://www.allacademic.com/meta/p24727_index.html.
Moulton, L. (1915). The invention of logarithms, its genesis and growth. En C. Knott (Ed.),
Napier tercentenary memorial volume (pp. 1-32). London, UK: Longmans.
Serret, J.A. (1887). Traité d’arithmétique (séptima edición). París, Francia: Gauthier-
Villars.
Toumasis, C. (1993). Teaching logarithms via their history. School Science and Mathemat-
ics, 93(8), 428-434.
Vargas, J. y González, M.T. (2007). Segmentos de la historia: la función logarítmica. Ma-
temáticas: Enseñanza Universitaria, XV, 129-144.
138
LÓGICA Y GEOMETRÍA DINÁMICA: SU ARTICULACIÓN PARA
APRENDER GEOMETRÍA PLANA
140
asunto problemático (Samper, Perry, Echeverry y Molina, 2008). En su diseño
tuvimos en cuenta, entre otras cosas, que es necesario: aclarar la estructura
lógica de las proposiciones; enfatizar en la realización de acciones de carácter
heurístico para favorecer la construcción de conjeturas que establezcan rela-
ciones de dependencia que dan significado a la condicional o de contraejem-
plos para entender esquemas de razonamiento como la Ley de De Morgan y
Modus Tollendo Tollens; e identificar el papel que juegan las condicionales y
el estudio de casos en la construcción de demostraciones formales y en los
mecanismos para producir una cadena deductiva.
Durand-Guerrier (2003) propone usar reflexivamente la condicional abierta Px
→ Qx para ayudar a que los estudiantes tengan mejor comprensión de aspec-
tos lógico-matemáticos y porque ello propicia el desarrollo del razonamiento
plausible. Para una condicional abierta, se considera ejemplo cualquier caso en
el que el antecedente y el consecuente son verdaderos, mientras que es contra-
ejemplo cualquier caso en el que el antecedente es verdadero y el consecuente
falso. Si se aceptan proposiciones contingentes (i.e., en las que no puede deci-
dirse su valor de verdad) en los cursos de matemáticas, se abre un panorama
rico en posibilidades de análisis. Esta consideración enriqueció nuestras estra-
tegias.
Jones (2000) señala que la preparación para la demostración puede hacerse
con actividades de enseñanza que lleven a los estudiantes a tener consciencia
de la dependencia entre propiedades y agrega que ello hace que el razona-
miento deductivo sea significativo. Olivero (2002) asegura que el aprendizaje
de la demostración se favorece mediante procesos, apoyados en la geometría
dinámica, que focalizan la atención de los estudiantes en hechos particulares
de los cuales van emergiendo las conjeturas y los elementos para realizar una
demostración. Reconoce además que el papel fundamental del programa de
geometría dinámica es constituirse en instrumento con el cual el contexto in-
terno del aprendiz (que incluye el conocimiento previo y su experiencia) se
puede hacer explícito y puede ser compartido con los demás estudiantes.
EJEMPLOS DE ACTIVIDADES
En el cursillo se realizarán actividades de distinta índole con los asistentes:
análisis de respuestas de estudiantes, análisis de problemas propuestos, y reso-
lución de problemas con geometría dinámica.
141
Ejemplo:
REFERENCIAS
Bartolini Bussi, M.G. y Mariotti, M.A. (2008). Semiotic mediation in the mathematics
classroom: Artifacts and signs after a Vygotskian perspective. En L.D. English (Ed.),
Handbook of international research in mathematics education (pp. 746-783). New
York: Routledge.
Durand-Guerrier, V. (2003). Which notion of implication is the right one? From logical
considerations to a didactic perspective. Educational Studies in Mathematics, 53(1),
5-34.
Epp, S.S. (2003). The role of logic in teaching proof. American Mathematical Monthly, 110
(10), 886-899.
Jones, K. (2000). Providing a foundation for deductive reasoning: Students’ interpretation
when using dynamic geometry software and their evolving mathematical explana-
tions. Educational Studies in Mathematics, 44(1-3), 55-85.
Olivero, F. (2002). The proving process within a dynamic geometry environment. Tesis
doctoral no publicada, University of Bristol, Graduate School of Education, UK.
Perry, P., Camargo, L., Samper, C. y Rojas, C. (2006). Actividad demostrativa en la forma-
ción inicial del profesor de matemáticas. Bogotá, Colombia: Fondo Editorial de Uni-
versidad Pedagógica Nacional.
Samper, C., Perry, P., Echeverry, A. y Molina, Ó. (2008). Aprendizaje de la demostración
en geometría euclidiana con el apoyo de un programa de geometría dinámica. Re-
porte de investigación no publicado, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, Co-
lombia.
Selden, J. y Selden, A. (2009). Understanding the proof construction process. En F.L. Lin,
F.J. Hsieh, G. Hanna y M. de Villiers (Eds.), Proceedings of the ICMI Study 19 Con-
ference: Proof and proving in mathematics education (vol. 2, pp. 196-201). Taipei:
National Taiwan Normal University.
142
CONSTRUCCIÓN DE CÓNICAS, TANGENTES Y ENVOLVENTES
Benjamín Sarmiento
Universidad Pedagógica Nacional
bsarmiento@pedagogica.edu.co
CONSTRUCCIÓN DE ENVOLVENTES
En esta sección se construirán las cónicas como envolventes de familias de
rectas, usando dos métodos (ver Lehman, 1994; Oteyza et al., 1994; Sarmiento
y Rodríguez, 2009a, 2009b).
Primer método
Sarmiento, B. (2011). Construcción de cónicas, tangentes y envolventes. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º
Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 143-146). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Na-
cional.
Elipse: se utilizará una circunferencia con centro C (circunferencia principal)
y un punto F (foco) interior a la circunferencia (Figura 1b).
Hipérbola: se utilizará una circunferencia con centro C (circunferencia princi-
pal) y un punto F (foco) exterior a la circunferencia (Figura 1c).
Segundo método
Parábola: se utilizarán un punto F (foco) y una recta D (directriz) (Figura 2a).
Elipse: se utilizará una circunferencia con centro F1 (circunferencia focal) y
un punto F2 (foco) interior a la circunferencia, donde F1 y F2 son los focos
(Figura 2b).
Hipérbola: se utilizará una circunferencia con centro F1 (circunferencia focal)
y un punto F2 (foco) exterior a la circunferencia, en donde los focos son F1 y
F2 (Figura 2c).
CONSTRUCCIÓN DE TANGENTES
En esta sección se definirán los focos, las directrices y circunferencias focales
como lugares geométricos, y serán utilizados para la construcción de: tangente
a una cónica por un punto dado, tangentes que pasan por un punto exterior a la
cónica, y tangentes a la cónica que tengan una pendiente específica.
144
tangente a la parábola que tiene la misma pendiente de una recta dada. En la
Figura 3 se ilustran los resultados finales de las construcciones para los tres
casos.
145
Tangentes para la hipérbola
Aquí se considerarán tres casos: (1) Dada la hipérbola y sus focos, construir la
tangente por un punto T de la hipérbola. (2) Dada la hipérbola y sus focos,
construir las tangentes a la hipérbola que pasan por un punto exterior a la hi-
pérbola. (3) Dada la hipérbola y sus focos, construir la tangente a la hipérbola
que tiene la misma pendiente de una recta dada. En la Figura 5 se ilustran los
resultados finales de las construcciones para los tres casos.
REFERENCIAS
Lehmann, C. (1994). Geometría analítica. México: Limusa.
Oteyza, E. et al. (1994). Geometría analítica. México: Prentice-Hall Hispanoamericana,
S.A.
Sarmiento, B. y Rodríguez, Y. (2009a). Los tres problemas clásicos de la geometría. Bogo-
tá, Colombia: El autor.
Sarmiento, B. y Rodríguez, Y. (2009b). Setenta curvas famosas. Bogotá, Colombia: El au-
tor.
146
OCTÁGONOS QUE TESELAN EL PLANO
Esta comunicación breve surge del trabajo realizado en el curso Teselados del
Club de Matemáticas de la Universidad Pedagógica Nacional. La experiencia se
plantea desde una clasificación de algunos octágonos que teselan el plano, para
demostrar, a partir de técnicas de Escher, dos nuevos teoremas propuestos por
los estudiantes.
Figura 1. Cuadrado fraccionado por dos Figura 2. Recubrimiento del plano a partir
segmentos del cuadrado de la Figura 1
Acosta, D. y Rincón, D. (2011). Octágonos que teselan el plano. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuen-
tro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 149-154). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
Figura 3. Plano teselado por octágonos a partir de la Figura 2
150
Características de algunos octágonos que teselan el plano
Se presentó a los estudiantes la clasificación de los octágonos de la Figura 6,
encontrados en diferentes recubrimientos diseñados por ellos, de manera que
se pudieran estudiar las características comunes de los que sí teselan el plano.
Figura 7. Octágonos que tienen dos pares de lados opuestos, paralelos y congruentes
Figura 8. Octágonos que tienen tres pares de lados paralelos y congruentes, separados por
dos segmentos en una dirección y cuatro segmentos en la otra dirección
151
Validez de las conjeturas
Teniendo en cuenta las características que los estudiantes encontraron en los
octágonos que teselan el plano, se establecieron dos nuevos teoremas:
Teorema 1: Si un octágono tiene cuatro pares disyuntos de lados pa-
ralelos y congruentes que están separados por dos segmentos en una
dirección y por cuatro segmentos en la otra dirección, entonces este
octágono tesela el plano.
Teorema 2: Si un octágono tiene cuatro pares disyuntos de lados pa-
ralelos congruentes y exactamente dos de estos pares son opuestos,
entonces este octágono tesela el plano.
La justificación de la validez de los dos teoremas está basada en la aplicación
de la primera técnica de Escher:
Comience con un polígono que ya se sepa embaldosa el plano, y que tenga dos
lados paralelos y congruentes. Modifique uno de estos dos lados y traslade esa
modificación al otro lado. Si desea, aplique el mismo procedimiento a otro par
de lados paralelos y congruentes. La figura que resulta embaldosa el plano.
(Mariño, 2004, p. 70)
Los octágonos que se nombran en el Teorema 2 son de dos tipos. En los pri-
meros, los pares de lados opuestos paralelos y congruentes están separados por
un segmento; en los segundos, los lados que tienen otro lado paralelo, con-
gruente y opuesto, son adyacentes entre sí.
152
En el primer caso, estos octágonos se pueden obtener utilizando la primera
técnica de Escher, recortando un cuadrilátero sobre uno de los lados y aña-
diéndolo en su opuesto (Figura 10).
Teniendo en cuenta que las medidas de los ángulos interiores de cualquier he-
xágono suman 720° y que los ángulos opuestos de un par-hexágono son con-
gruentes, se tiene que:
153
De esta manera, si se hacen coincidir los ángulos cuya medida son y , se
puede diseñar una teselación como muestra la Figura 13, con lo cual queda
justificado que los par-hexágonos teselan el plano y el Teorema 2.
Figura 13. Inicio del recubrimiento de una porción del plano con par-hexágonos
REFERENCIAS
Mariño, R. (2004). La geometría en el arte y el diseño. Bogotá, Colombia: Pro-Offset Edi-
torial Ltda.
154
LAS CONTRIBUCIONES DE HILBERT Y DE MAX DEHN
A LA GEOMETRÍA NO ARQUIMEDIANA
Sherly Alfonso
Universidad Nacional de Colombia
spalfonsos@unal.edu.co
MOTIVACIÓN
En su obra Fundamentos de la geometría, Hilbert (1996/1899) presenta los
veinte axiomas de su construcción en cinco agrupamientos; el quinto, referen-
te a la continuidad, contiene el Axioma de Arquímedes. Se dice que una geo-
metría es arquimediana si en ella es válido el Axioma de Arquímedes; se lla-
ma no arquimediana si en ella no se satisface tal axioma.
Aunque, en la obra antes citada, Hilbert logró demostrar resultados acerca de
la independencia de los axiomas de continuidad, le confió varias preguntas
pendientes al matemático alemán Max Dehn, quien las respondió en su diser-
tación (tesis de doctorado), guiado por su director y maestro David Hilbert.
El meollo de la investigación emprendida por Dehn estaba en responder la si-
guiente cuestión: Dado que las demostraciones hechas por el matemático fran-
cés Legendre de sus teoremas se apoyan fuertemente en el Axioma de Arquí-
medes, ¿es necesario tal axioma para que sean válidos los teoremas menciona-
dos?
Las respuestas de Dehn fueron:
Alfonso, S. (2011). Las contribuciones de Hilbert y de Max Dehn a la geometría no arquimediana. En P. Perry
(Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 155-160). Bogotá, Colombia: Uni-
versidad Pedagógica Nacional.
Sin el axioma de Arquímedes no es posible demostrar el Primer Teo-
rema de Legendre según el cual la suma de los ángulos internos de un
triángulo no puede ser mayor que dos ángulos rectos.
Sin el Axioma de Arquímedes es posible demostrar el Segundo Teo-
rema de Legendre según el cual si en un triángulo cualquiera la suma
de los ángulos es igual a dos ángulos rectos, entonces lo es en todo
triángulo. Dehn demuestra este hecho mostrando un teorema más ge-
neral.
Dehn, además de llegar a responder contundentemente mediante las dos afir-
maciones anteriores, llega al siguiente resultado sorprendente:
156
dicha investigación. Este hecho motivó a que el trabajo de grado Contribucio-
nes1 (Alfonso, 2010) se enfocara en realizar un estudio directo de la diserta-
ción de Dehn, con el fin de poder entenderla y así exponerla con total claridad.
METODOLOGÍA
La metodología se describe a continuación. Primero se estudió de manera pre-
liminar la investigación de Hilbert ya que Dehn utilizó posteriormente algunos
de los resultados de aquél. Para esto se tomó como fuente su memorable obra
Fundamentos de la geometría.
Luego se estudió en profundidad la disertación de Dehn, Die Legendre’schen
Sätze über die Winkelsumme im Dreieck (Los teoremas de Legendre acerca de
la suma de los ángulos en un triángulo) (Dehn, 1900). Este estudio consistió
en la traducción de la disertación del idioma alemán al español, su entendi-
miento y posteriormente la realización de una exposición escrita.
Así, Contribuciones resultó una exposición cuidadosa de los teoremas estable-
cidos por Max Dehn, importantes para ilustrar una de las facetas del pensa-
miento axiomático de Hilbert: combinación y alcance de cada uno de los pos-
tulados en una axiomatización.
Con el fin de recordar dicha faceta, se recuerda que para la construcción de la
geometría se necesitan proposiciones fundamentales, las cuales reciben el
nombre de axiomas. El presentar de manifiesto dichos axiomas y estudiar sus
conexiones fue un problema discutido desde los tiempos de Euclides. Más
aún, en el siglo XIX con la creación de geometrías no euclidianas, los geóme-
tras se vieron obligados a hacer un estudio del estatus de la geometría, la cual
se consideraba una disciplina entre matemática pura y ciencia de la naturaleza.
Varios geómetras intentaron arreglar el problema, pero sólo fue Moritz Pasch
quien logró llegar a un avance en la investigación de los fundamentos de la
geometría al dar a esta ciencia la categoría de sistema formal. Sin embargo,
sólo Hilbert en Fundamentos de la geometría logra por primera vez exponer
la geometría de manera completamente axiomática. Según la apreciación de
Bourbaki (1974, citado en Campos, 1999),
Y es que, en efecto, HILBERT no contento con suministrar un sistema comple-
to de axiomas para la geometría euclidiana, clasifica los axiomas en diversos
1
Se abrevia como Contribuciones el trabajo en el que se basa este artículo.
157
agrupamientos de naturaleza diferente y pone todo su interés en la determina-
ción del alcance exacto de cada uno de tales agrupamientos, no solamente me-
diante el desarrollo de las consecuencias lógicas de cada axioma aisladamente,
sino más aún mediante la discusión de las diversas “geometrías” obtenidas al
suprimir o modificar algunos axiomas (las de LOBACHEVSKI o RIEMANN
devienen apenas casos particulares). (pp. 155-156)
RESULTADOS
Exponiendo de manera global los procesos que llevó a cabo Dehn para poder
responder la pregunta de Hilbert, se puede resaltar lo siguiente:
La demostración de Max Dehn se basó tanto en la obra citada de Hilbert como
en la de Pasch, 1882, Lecciones de geometría moderna.
Dehn no sólo tuvo que ampliar la geometría de la obra de Hilbert sino que de-
bió además construir una nueva geometría no euclidiana y otra geometría no
legendriana.
En la geometría ampliada de Max Dehn vale el Teorema de Desargues y con
base en este teorema, Dehn puede introducir nociones de pseudoparalelismo y
de pseudocongruencia así como de pseudomayoración, pseudoigualdad y
pseudominoración, junto con propiedades convenientes para poder resolver el
problema (ver Figura 1).
158
En el parágrafo 6 de su disertación, Dehn demuestra un teorema que relaciona
la congruencia con la pseudocongruencia y al iniciar el parágrafo 7 afirma que
dicha relación es la base para poder demostrar la independencia entre el Se-
gundo Teorema de Legendre y el Axioma de Arquímedes. Sin embargo, al
leer tal demostración no se observa fácilmente en qué momento se utiliza esta
relación, por esto en la página 81 de Contribuciones se resalta el momento en
el que ésta es necesaria.
Más aún, en la demostración de la relación entre congruencia y pseudocon-
gruencia, Dehn razona por medio de ecuaciones con razones dobles cuyos
cálculos no se presentan. Al explicitar los cálculos, no se logra la conclusión
de Dehn. No obstante, en Contribuciones se complementa la argumentación
obteniendo los consecuentes exigidos.
Más aún, en Contribuciones se logra hacer un trabajo expositivo detallado con
más de 80 ilustraciones en 113 páginas, lo cual motiva a un mejor entendi-
miento de las construcciones hechas por Dehn. Por ejemplo, la siguiente ilus-
tración (ver Figura 2) presentada en el Primer Teorema de pseudocongruencia,
se desglosa en más de 15 figuras.
CONCLUSIONES
Después de realizar el trabajo Contribuciones se logró reconocer la importan-
cia de las investigaciones de estos dos matemáticos alemanes para los funda-
mentos de la geometría, en particular en el estudio de la geometría no arqui-
159
mediana, ya que por medio del estudio de la combinación de axiomas se de-
termina el alcance del Axioma de Arquímedes.
Es un trabajo que además permite entender y materializar el carácter axiomá-
tico de la matemática, en particular de la axiomática hilbertiana, como lo hace
Dehn para demostrar la dependencia entre el Axioma de Arquímedes y el Pri-
mer Teorema de Legendre.
Las demostraciones de Max Dehn redactadas en alemán, en 35 páginas, en
Contribuciones se presentan en español, explicadas de manera minuciosa y
con ilustraciones en 113 páginas.
Contribuciones enfrenta puntos delicados de la investigación de Dehn por lo
cual su estudio y redacción son provechosos para la investigación en geome-
tría; más aún, es una invitación a retomar el estudio de los fundamentos de la
geometría por parte de estudiantes interesados en la matemática.
En Contribuciones además de dar descripciones de los aportes a la geometría
no arquimediana hechos por ambos matemáticos, se han hecho cálculos y ra-
zonamientos no explícitos en la disertación de Dehn, lo cual ha quedado con-
signado en material bibliográfico para todos aquellos interesados en los fun-
damentos de la geometría.
Además de esto, es un tema abierto ya que existen algunos hechos que fueron
admitidos y que para un apasionado por la geometría resultaría grato desentra-
ñar.
REFERENCIAS
Alfonso, S. (2010). Las contribuciones de Hilbert y de Max Dehn a la geometría no arqui-
mediana. Trabajo de pregrado no publicado, Universidad Nacional del Colombia,
Bogotá, Colombia.
Campos, A. (1999). 1899 Fundamentos de la geometría 1999. Lecturas Matemáticas, 20(2),
153-174.
Dehn, M. (1900). Die Legendre’schen Sätze über die Winkelsumme im Dreieck. Mathema-
tische Annalen, 53(3), 404-439.
Hilbert, D. (1996/1899). Fundamentos de la geometría. (Traducción de la séptima edición
en alemán publicada en 1930). Madrid: Publicaciones del Instituto “Jorge Juan” de
Matemáticas.
160
ANÁLISIS EPISTEMOLÓGICO DE SITUACIONES PROBLEMA QUE
CONTRIBUYEN A LA ENSEÑANZA DE LA GEOMETRÍA
A partir de este trabajo se busca establecer una relación entre el análisis episte-
mológico de la matemática y los procesos de enseñanza-aprendizaje de la geo-
metría, centrados en un estudio de los problemas que históricamente han fun-
damentado la integral, desde la postura de resolución de problemas, las ventajas
e implicaciones para el trabajo en el aula, el docente y el estudiante. Se hace
una presentación del trabajo realizado geométrica y analíticamente para obtener
las fórmulas del cálculo de área y volumen de algunas figuras, encaminado a un
estudio sobre la importancia del tratamiento de situaciones problema para la en-
señanza de la geometría, partiendo de los aportes que desde las situaciones his-
tóricamente abordadas se pueden realizar al conocimiento del profesor y los as-
pectos que puede tener en cuenta para orientar la enseñanza.
162
Tras reconocer la importancia de las situaciones problema para la enseñanza y
el aprendizaje de las matemáticas, y evidenciar que muchos conceptos se han
abordado de manera formal, aislados de la resolución de problemas, se plantea
el “análisis histórico-epistemológico” como herramienta que permite tomar
elementos de la génesis de la historia y la epistemología para aprovecharlos en
la didáctica de las matemáticas. Así lo menciona Filloy (citado en Godino,
2003), desde su aporte a la fundamentación del conocimiento del docente,
quien considera los resultados de este análisis a la hora de plantear situaciones
problema y orientar su proceso de enseñanza. No se pueden dejar de vincular
los fundamentos históricos que han aportado a la evolución del concepto con
el estudio de situaciones problema que promuevan la comprensión de un obje-
to matemático, ya que la epistemología ayuda a establecer la configuración
de los elementos constitutivos de la significación de un determinado concep-
to mediante el análisis de los diferentes sentidos con los que ha podido apare-
cer y su adaptación al tratamiento de situaciones que a lo largo de la historia
han preocupado a las personas (Gómez, 2003). Tal vinculación permite a los
docentes orientar los procesos de enseñanza: partir de la consideración del co-
nocimiento de aspectos relacionados con los objetos matemáticos, apropiarse
de un significado de la matemática y así mismo fundamentar los objetivos del
proceso de enseñanza y el saber qué quiere que sus estudiantes desarrollen.
Para poder definir la manera como el análisis epistemológico de la matemática
puede aportar al proceso de enseñanza-aprendizaje de la geometría, deben es-
tudiarse y tenerse en cuenta algunos aspectos que permiten una manera distin-
ta de presentar en el aula un concepto matemático, en este caso la integral, in-
cluyendo las situaciones que aportaron y pueden aportar a su comprensión
desde estudios geométricos y analíticos. Por ejemplo, Euclides propone en los
Elementos una reconstrucción de las áreas de figuras mediante el método de
exhaución, el cual fue base para procedimientos como las sumas de Riemann
y los sólidos de revolución (método de discos), los indivisibles de Cavalieri,
las cuadraturas de Eudoxo y Arquímedes, y su desarrollo a partir de ideas co-
mo la de límite, lo infinitesimal y la integral misma, que permiten llegar a
aproximaciones del área y el volumen de figuras. Todo esto pone en evidencia
una relación entre procesos geométricos y analíticos desarrollados a través de
la historia.
En este trabajo se busca establecer una relación entre los valores que se obtie-
nen por aproximación y la integración de las funciones, definida como antide-
rivada, dejando ver la importancia del trabajo geométrico, analítico y numéri-
163
co interrelacionado para generar comprensión sobre los procesos de integra-
ción y conceptos propios como figuras y áreas emergentes en la resolución de
situaciones problema específicas. Para evidenciar las relaciones previamente
descritas, se aborda el siguiente problema:
Obtener fórmulas de cálculo de áreas y volúmenes defiguras y sólidos.
164
Reconociendo que β 360 / n y que el triángulo es isósceles, pues sus lados
son radios del círculo, se deben calcular su base y altu-
ra, para lo cual se determina la apotema (una recta
perpendicular a la base del triángulo que pasa por el
centro del círculo o vértice del triángulo); así, se for-
man dos triángulos rectángulos que se pueden estudiar
por separado recurriendo a identidades trigonométri-
cas y al Teorema de Pitágoras, donde θ 360/ 2n .
El lado NM, que resulta ser la mitad de la base de los triángulos isósceles for-
mados inicialmente, es cateto opuesto del KNM que por ser rectángulo,
cumple:
De acuerdo con este cálculo se puede encontrar el área de cada triángulo isós-
celes que conforma al círculo, la cual depende de la base que ya se conoce y la
altura que se obtiene a partir de la aplicación del Teorema de Pitágoras (rela-
cionando el radio del círculo –hipotenusa del triángulo– y la base de los trián-
gulos). Todo esto conduce a que el área de cada triángulo rectángulo es:
Así mismo, el área del triángulo isósceles corresponderá al doble del área de
los rectángulos, es decir:
A (T. isósceles) =
Y una aproximación al área del círculo, será n veces el área de uno de los
triángulos isósceles, sabiendo que son congruentes, es decir:
165
una región curvilínea sobrante que irá disminuyendo conforme el polígono
tenga más lados; cuando sean infinitos lados, la diferencia de áreas será infini-
tamente pequeña, hasta que la diferencia sea nula. En términos matemáticos:
166
exhaución, el cual inicialmente hace uso de varios aspectos de la geometría
analítica para hacer deducciones y así mismo demostrar la validez de las res-
puestas, desde el estudio de magnitudes y relaciones de proporcionalidad.
La solución de problemas donde se requiere de la integración se basa históri-
camente en la relación que hay entre distintas representaciones. Consiste ini-
cialmente en una aplicabilidad donde la geometría analítica es el primer con-
texto en el que aparece, requiere de propiedades y axiomas, tales como la
conmensurabilidad de medidas, axiomas de continuidad y el reconocimiento
del límite en varios momentos, los cuales pueden configurar adecuadamente la
comprensión de la integral, esto pasando por ideas como lo infinitamente pe-
queño y lo indivisible.
Función. La actividad matemática es una actividad por excelencia educativa;
es utilizable en diversas tareas necesarias para la organización de una socie-
dad. Dar este contexto a los conceptos aporta al interés y validez que el estu-
diante le otorga. En el caso de la integral se debe hacer un reconocimiento de
su aplicabilidad al cálculo de áreas de figuras geométricas, áreas entre curvas,
cálculo del trabajo y otras magnitudes físicas, en la industria, la mecánica, la
medicina, etc. De esta manera se contribuye a superar esa falsa creencia de
que los aprendizajes en matemáticas son útiles sólo dentro del aula de clase
para resolver una serie de ejercicios.
Para concluir, es necesario reconocer que las cuestiones epistemológicas han
sido casi totalmente descuidadas por los profesores (Vergnaud, 1990), lo que
se ve reflejado en el tipo de situaciones que seleccionan para la enseñanza de
los objetos matematicos. A la hora de reconstruir el proceso conceptual de la
matemática, debe tenerse en cuenta el correspondiente análisis histórico-
epistemológico pues éste ayuda al docente a orientar los procesos de
enseñanza. Es necesario considerar múltiples aspectos de los objetos
matemáticos que permitan al estudiante construir su conocimiento y por ende
lograr una educación de calidad.
La resolución de problemas abre la posibilidad dentro del proceso de enseñan-
za-aprendizaje para que el estudiante se convierta en un “resolutor” de situa-
ciones en las cuales pone en juego no sólo los conocimientos previos, sino
también razonamientos heurísticos y estrategias, con lo que se desarrolla un
pensamiento matemático y se promueve que los aprendizajes sean significati-
vos y relacionados con la comprensión de los conceptos, la funcionalidad y
167
aplicación de los mismos. Desde el abordaje del problema relativo al área del
círculo se muestra una relación entre la geometría y la aritmética, que permite
al estudiante ver la matemática no como algo mecánico y trivial, sino que debe
haber una comprensión previa de los objetos, para que sea una herramienta a
la hora de enfrentar situaciones en distintos contextos.
REFERENCIAS
Campos, A. (2004) Acerca de la epistemología de la matemática. En Memorias del XV Encuentro
de Geometría y III de Aritmética. (Versión electrónica.) Bogotá, Colombia: Universidad Pe-
dagógica Nacional.
Carrillo, J. y Contreras, C. (2000). Resolución de problemas en los albores del siglo XXI: una visión
desde múltiples perspectivas y niveles educativos. Huelva, España: Hergué.
Gascón, J. (1989). Incidencia del modelo epistemológico de las matemáticas sobre las prácticas
docentes. Revista Latinoamericana de Investigación en Matemática Educativa, 4(2), 129-
159. Recuperado de:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=33540202
168
CONCEPTUALIZACIÓN DE ÁREA DEL RECTÁNGULO CON LA
MEDIACIÓN DEL PROGRAMA CABRI GEOMETRY
En esta charla se presentará el trabajo realizado durante el año 2010 por el gru-
po Nuevas Tecnologías de EDUMAT-UIS coordinado por el Dr. Martín Eduar-
do Acosta Gempeler. El grupo viene realizando un trabajo de capacitación a
profesores de varios colegios del área metropolitana de Bucaramanga en cuanto
a la implementación de software de geometría dinámica en la enseñanza de di-
ferentes conceptos geométricos en secundaria.
INTRODUCCIÓN
Como integrantes del grupo Nuevas Tecnologías realizamos el proyecto de
grado titulado “Análisis de la implementación de las actividades para la con-
ceptualización de área del rectángulo en el grado séptimo con la mediación del
programa Cabri Geometry”, dirigido por el profesor Martín Eduardo Acosta
Gempeler. El proyecto busca dar solución a una problemática identificada en
el grupo; pretende responder a la pregunta: ¿Las actividades planeadas en
Proyecto Institucional de Uso de la Geometría Dinámica logran cumplir a ca-
balidad los objetivos para los cuales fueran diseñadas? Para esto realizamos un
trabajo de ingeniería didáctica que consiste en hacer un análisis a priori y a
posteriori de cada actividad aplicada utilizando como marco de referencia la
Teoría de las Situaciones Didácticas. Para realizar el análisis a priori se tuvo
Ballesteros, I. y Rojas, D. (2011). Conceptualización de área del rectángulo con la mediación del programa
Cabri Geometry. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones, (pp. 169-
172). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
en cuenta la orientación realizada en el curso de capacitación y las guías que
se entregan a los profesores. Para realizar el análisis a posteriori se recogieron
registros en video de todas las actividades realizadas en el salón de clases.
En esta charla mostraremos dos actividades analizadas en nuestro proyecto de
grado tratando de mostrar las dos conclusiones más importantes a las que lle-
gamos y que responden claramente a la pregunta planteada por el grupo.
La primera actividad, titulada “Actividad de construcción de un rectángulo”,
consiste en construir un rectángulo de manera que cumpla la condición de que
al arrastrar sus lados o sus vértices siga siendo un rectángulo. A través del
análisis y resultados obtenidos en la aplicación de esta actividad, mostraremos
cómo cuando se está seguro del papel del medio como herramienta de valida-
ción y se prevén suficientemente todas las dificultades que se puedan presen-
tar en la realización de la actividad, ésta funcionará muy bien como situación
a-didáctica. El profesor se sentirá más seguro y podrá tener más confianza en
la actividad, pues sabrá cómo intervenir sin necesidad de entregar directamen-
te el saber, utilizando, más bien, el medio como herramienta de validación,
donde los alumnos a través de las retroacciones producidas por el medio lo-
gran observar e identificar las propiedades en juego llegando así a construir su
propio conocimiento sin la intervención directa del profesor.
Para dar claridad del marco teórico haremos un paralelo de la aplicación de
esta actividad con la TSD, basándonos en argumentos utilizados por Brous-
seau (2007) y Margolinas (1993):
Intención
SUJETO Acción
Validación Medio
Retroacción
Interpretación
170
Para que se pueda dar interacción entre el sujeto y el medio debe existir una
intención; en una situación a-didáctica la intención es producida por el pro-
blema que plantea el profesor: en este caso, construir un rectángulo. Para eje-
cutar esta intención el sujeto utiliza su conocimiento inicial y por lo tanto,
realiza unas acciones sobre el medio intentando reproducir una imagen mental
de rectángulo (por ejemplo, selecciona la herramienta segmento y traza cuatro
segmentos consecutivos con forma de rectángulo). La primera retroacción que
genera el medio es estática, esa retroacción muestra una figura que tiene for-
ma de rectángulo en la pantalla. El alumno interpreta que esta construcción es
un rectángulo y valida su construcción. En este momento interviene la segun-
da condición del problema que decía que el rectángulo debería resistir el arras-
tre (por ejemplo, el profesor recuerda esa condición y solicita que arrastre los
vértices), entonces el alumno realiza la acción de arrastrar los vértices. La re-
troacción del medio consiste en el desplazamiento de los puntos y de los
segmentos. El alumno interpreta ese nuevo dibujo como un no-rectángulo, y
por lo tanto invalida su estrategia de construcción. Al invalidar su construc-
ción el alumno debería abandonar dicha estrategia y buscar una nueva. El
alumno podrá intentar tantas veces como quiera, pero siempre que utilice su
conocimiento, es decir la asociación del rectángulo con una forma global, el
arrastre invalidará su construcción. Estas sucesivas invalidaciones lo llevarán
a plantearse la pregunta de cómo lograr que el rectángulo construido no pierda
su forma al arrastrar. Esta pregunta servirá de base al profesor para presentar
el saber: lo importante en el rectángulo es la relación de perpendicularidad en-
tre los lados consecutivos, y para lograr que esa perpendicularidad se manten-
ga durante el arrastre es necesario utilizar la herramienta „recta perpendicular‟.
En este punto, la responsabilidad del docente es utilizar como base los cono-
cimientos adquiridos por los estudiantes para acercarlos al saber (concepto
netamente matemático) en este caso definición y propiedades del rectángulo,
este proceso es conocido como institucionalización.
La segunda actividad, titulada “Actividad de área del rectángulo”, consistía en
rellenar un rectángulo dado con cuadrados de 1cm x 1cm utilizando la herra-
mienta “Simetría axial” y encontrar el número total de cuadrados utilizados
para rellenar exactamente cada rectángulo. El objetivo era deducir y compren-
der la fórmula para calcular el área de un rectángulo, cosa que no se alcanzó a
cabalidad debido a que no hubo un buen diseño y planeación de la actividad.
Esto trajo como consecuencia que se presentaran dificultades en la aplicación
por parte del profesor. Al implementar la actividad se pudo observar que el
171
éxito de ésta dependía directamente del uso del medio como herramienta de
validación. Por ejemplo, se observó que los estudiantes no tenían posibilidad
de validar o invalidar sus estrategias gracias a las retroacciones del medio.
Cuando los estudiantes formulaban hipótesis sobre el valor de una porción del
cuadrado que quedaba dentro del rectángulo se presentó la dificultad de que
no contaban con herramientas para poder validar dicho valor, por tanto era
necesario que el profesor interviniera para cumplir dicha función. Como el
medio no cumplió el papel de validar o invalidar las hipótesis de los estudian-
tes, en consecuencia no se logró generar una situación a-didáctica y, por tanto,
el profesor se vio obligado a intervenir para emitir un juicio sobre el trabajo de
los alumnos produciendo de inmediato una ruptura en el proceso de aprendiza-
je del estudiante para comenzar a hacer una institucionalización apresurada de
los conceptos en juego.
Para finalizar esta charla se enfatizará en la aplicación de unas condiciones
necesarias dentro del diseño de una actividad, para que está produzca una si-
tuación a-didácticas eficaz que beneficie la producción de conocimiento por
parte del estudiante.
REFERENCIAS
Brousseau, G. (2007). Iniciación al estudio de la Teoría de las Situaciones Didácticas.
Buenos Aires, Argentina: Libros del Zorzal.
Margolinas, C. (2009). La importancia de lo Verdadero y de lo Falso en la clase de mate-
máticas. (Trad. Martín Acosta y Jorge Fiallo del original De l’importance du Vrai et
du Faux dans la clase de mathématiques, publicado en 1993 por La Pensée Sauvage.)
Bucaramanga, Colombia: Ediciones Universidad Industrial de Santander.
172
CARACTERIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD DEMOSTRATIVA
EN BÁSICA SECUNDARIA
INTRODUCCIÓN
La comunicación que queremos socializar se deriva del trabajo de grado que
realizamos para optar al título de magister en Docencia de las Matemáticas en
la Universidad Pedagógica Nacional y que giraba alrededor de la actividad
demostrativa en educación básica secundaria, mediada por el uso de un pro-
grama de geometría dinámica. El proyecto se centró en caracterizar la activi-
dad demostrativa que llevan a cabo dos grupos de estudiantes de grado no-
veno, del Instituto Pedagógico Nacional, cuando se enfrentan a una tarea en la
que tienen que formular una conjetura y demostrarla, haciendo uso de un con-
junto de enunciados geométricos estudiados en clase.
Entre los objetivos que se plantearon en el proyecto para favorecer la actividad
demostrativa se encuentran: diseñar un conjunto de problemas geométricos;
analizar sus posibles soluciones, identificando el contenido geométrico que los
estudiantes podrían usar, propuestas de construcción y exploraciones en Cabri,
posible formulación de conjetura y argumentos geométricos; implementar los
problemas propuestos en un grupo de estudiantes de noveno grado del Institu-
to Pedagógico Nacional; analizar por fragmentos la interacción en clase profe-
sor-estudiante, del proceso llevado a cabo por los estudiantes en torno a la ac-
tividad demostrativa, sintetizar y caracterizar dicho proceso y evaluar sus
proyecciones para un curso completo.
MARCO DE REFERENCIA
Tomamos como referente teórico principal la conceptualización de actividad
demostrativa desarrollada por Perry, Camargo, Samper y Rojas (2006). Este
es un constructo que abarca más que la elaboración de una demostración for-
mal pues se ve como una actividad que apunta al aprovechamiento de la justi-
ficación como recurso para la comprensión de ideas geométricas y a la adqui-
sición de herramientas para la comunicación de éstas y para su validación. Es
decir, que para poder realizar una auténtica actividad demostrativa las accio-
nes deben ir dirigidas a desarrollar procesos tales como visualizar, explorar,
analizar, conjeturar y verificar, que son las que permiten movilizar el razona-
miento hacia la búsqueda de la validación, dar significado a la tarea de argu-
mentar para aceptar afirmaciones y proveerse de elementos para responsabili-
zarse de la verdad de dichas afirmaciones; además, se deben considerar las
acciones propias de la práctica de justificar, que movilizan el razonamiento
argumentativo hacia la formulación de explicaciones, pruebas o demostracio-
nes matemáticas. Desde nuestro punto de vista, es posible acercar significati-
vamente a estudiantes de secundaria a la demostración si ellos participan de
manera genuina en acciones asociadas a dicha actividad.
Uno de los aspectos relevantes que se constituye en objeto de análisis de quie-
nes se ocupan del aprendizaje de la demostración es el papel que juegan las
definiciones en la actividad demostrativa. Reflexiones hechas por autores co-
mo Vinner (1991) y Dreyfus (1990) destacan que aprender de memoria una
definición no garantiza comprender su significado y mucho menos su uso co-
rrecto en la producción de demostraciones, razón por la cual los estudiantes
174
tendrán dificultades a la hora de hacer uso de las definiciones dentro de una
cadena de argumentos. Destacan la necesidad de incluir el análisis de las defi-
niciones en el marco de la resolución de problemas en el momento en el que
los objetos geométricos que se van a definir se vuelven parte indispensable de
la argumentación. Efectivamente, en el curso de nuestra investigación encon-
tramos en los registros de las dos primeras sesiones de trabajo una intensa dis-
cusión acerca de las definiciones de rectángulo, cuadrado y trapecio dado que
las conjeturas formuladas por los estudiantes hacían referencia a dichos obje-
tos. Incluso, pese a haber acordado como definición de rectángulo que éste es
un cuadrilátero con dos pares de lados opuestos paralelos y cuatro ángulos rec-
tos, al momento de justificar una conjetura, un estudiante quiso usar como da-
do que dos lados opuestos de un rectángulo eran congruentes. Esto condujo a
revisar la definición y establecer qué propiedades explícitas en ella se podían
tomar como antecedentes de los pasos de la justificación.
DISEÑO METODOLÓGICO
Para realizar el proyecto, diseñamos un conjunto de problemas encaminados a
que los estudiantes identificaran propiedades comunes al rectángulo y al tra-
pecio isósceles (Bolívar y Martín, 2010). Estos problemas fueron propuestos a
dos grupos de tres estudiantes en cuatro sesiones de trabajo de dos horas cada
una, que se realizaron en horario extra-clase. Los dos grupos disponían de un
computador portátil con el software Cabri y de un listado de postulados, defi-
niciones y teoremas que se les entregó al iniciar la primera sesión. La dinámi-
ca seguida combinó: trabajo en grupo sin ayuda de la profesora, trabajo en
grupo con intervención de ella, discusión entre los estudiantes con interven-
ciones ocasionales de la profesora y puesta en común dirigida por la profesora.
Cada sesión fue grabada y se dispone del video y del audio del trabajo del
grupo y de las puestas en común. Al finalizar la implementación de la expe-
riencia, realizamos la transcripción de los archivos de audio y video, para su
posterior análisis. A partir de la transcripción de las interacciones de las sesio-
nes de trabajo, realizamos la organización y reducción de la información.
Dividimos las transcripciones de cada sección en fragmentos teniendo en
cuenta la acción de la actividad demostrativa que estaban realizando. Contex-
tualizamos cada fragmento escribiendo un encabezado que permitiera a cual-
quier lector ubicarse en la actividad que estaban realizando los estudiantes y
comprendiera la interacción comunicativa que se llevaba a cabo sin necesidad
175
de leer todos los fragmentos. Luego, propusimos una descripción general de
cada fragmento indicando la acción de la actividad demostrativa que se lleva-
ba a cabo y algunas ideas en torno al rol de los estudiantes y de la profesora.
Interpretamos y analizamos la interacción en cada fragmento. Además de la
descripción, analizamos la actividad demostrativa de los estudiantes, apoyán-
donos en los referentes proporcionados por el marco teórico.
EJEMPLO DE ANÁLISIS
A continuación, presentamos un ejemplo de los análisis realizados. El frag-
mento es tomado de la segunda sesión. Los estudiantes estaban investigando
qué tipo de cuadrilátero permitía afirmar lo siguiente: “si el cuadrilátero
ABCD es un ________ entonces la intersección de sus diagonales es vértice de
dos triángulos isósceles”. Cada grupo había construido un rectángulo, ya que
habían conjeturado que este cuadrilátero satisfacía la afirmación. Habían eti-
quetado los vértices con las letras A, B, C y D, respectivamente, y trazado sus
diagonales. También nombraron el punto de intersección entre ellas con la le-
tra E (ver Figura 1).
Figura 1
458. Diego: Pero falta mirar que los lados [de los triángulos] son congruentes.
459. Jordan: ¡Ah!... pero falta.
460. Nathaly: Faltan los segmentos [AD y BC].
176
461. Diego: Los segmentos son congruentes.
[…]
465. Jordan: […] [El segmento] BC es congruente a [el segmento] AD, por defini-
ción de rectángulo.
[…]
469. Profesora: ¿Sí? Y, ¿dónde dijimos en la definición de rectángulo que dos [lados
opuestos] son congruentes?
470. Jordan: ¡Ah, no!, eso era el trapecio [isósceles].
471. Nathaly: Sí, los [lados] paralelos son congruentes.
472. Profesora: Pero eso no lo dijimos en la definición que construimos.
473. Jordan: No.
474. […]
476. Profesora: Y como la definición es esa, no la podemos usar así. Tocaría demos-
trarlo. […]
[…]
492. Profesora: Miren [el criterio] ALA; si fuera ALA, necesitaríamos un [par de] lado
[lados congruentes].
493. Jordan: ¡Ah!
[…]
495. Jordan: ALA… yo ya lo tengo.
[Los estudiantes observan las construcciones de su respectiva mesa de
trabajo. Luego se retoma la socialización entre todos los integrantes].
497. Jordan: Eh…, uhm… Profe, cuando uno traza las...
498. Profesora: ¿Señor?
499. Jordan: ¿Al trazar las diagonales en un cuadrilátero, entonces, o sea, la inter-
sección de estas es el punto medio, de este segmento [de cada diago-
nal]?
500. Profesora: […] Puede que sí sea cierto, pero […] todo lo que no conozcamos en
este momento habría que demostrarlo, solamente podemos jugar con lo
que tenemos.
177
Diego, Jordan y Nathaly caen en cuenta de que deben afirmar que tienen un
par de lados congruentes [458-461], afirmación en la que se centra la argu-
mentación desarrollada en este fragmento. Jordan comienza por señalar que el
segmento BC es congruente con el segmento AD justificando la afirmación
con la definición de rectángulo [465]. La profesora interviene preguntándoles
si realmente pueden asegurar la congruencia recurriendo a la definición de
rectángulo que se ha construido en consenso [469]. Nathaly insiste en que los
lados paralelos del rectángulo son congruentes [471], quizá con base en la vi-
sualización de la figura o en la imagen conceptual que posee, por lo que pare-
ce no comprender por qué no se puede usar esta información en la justifica-
ción [474]. La profesora recurre a la norma establecida al comenzar la expe-
riencia recordándoles que sólo pueden afirmar propiedades del rectángulo que
estén explícitas en la definición que ellos adoptaron [476]; por lo tanto, deben
buscar cómo justificar la congruencia de los segmentos AD y BC. Propone re-
visar el criterio de congruencia ALA, haciendo ver a los estudiantes que hace
falta verificar la congruencia de un par de lados para poder aplicarlo [492].
Por tal motivo, Jordan, (probablemente buscando una alternativa que le permi-
ta encontrar un lado), pregunta si se puede afirmar que las diagonales de un
cuadrilátero se intersecan en su punto medio [499]. La profesora insiste en que
todo lo que se afirme y no se haya establecido o definido anteriormente debe
ser demostrado para poder ser usado [500].
El fragmento ilustra dos características de la actividad demostrativa que están
muy relacionados. De un lado, el papel que juegan las definiciones en la pro-
ducción de una justificación. A pesar de haber acordado una definición de rec-
tángulo, a la hora de usarla como garante de una afirmación, los estudiantes
recurren al conocimiento común que tienen del rectángulo y sus propiedades,
y no a la definición, ignorando el funcionamiento de un paso deductivo. Es
decir, los estudiantes asumen la definición como una descripción y no como
una expresión bicondicional que sirve de puente entre unos datos y una con-
clusión que se quiere obtener. A lo largo de la interacción, Jordan parece en-
tender a qué se refiere la profesora cuando les explica que sólo deben usar las
propiedades incluidas en la definición de rectángulo. En cambio, Nathaly se
muestra confundida al respecto e insiste en preguntar por qué no pueden afir-
mar que los lados paralelos de un rectángulo son congruentes. De otro lado, la
negociación de la norma de usar en las justificaciones sólo afirmaciones que
ya se tengan de antemano, es otro aspecto que genera dificultades a los estu-
diantes. En el fragmento, como Jordan ha entendido que no se puede valer de
178
la definición de rectángulo para afirmar la congruencia de dos segmentos, re-
curre a una propiedad del rectángulo reconocida visualmente, pero no demos-
trada: las diagonales se bisecan. Nuevamente viola la norma establecida y la
profesora debe insistir en ella.
Desde nuestro punto de vista, aunque los estudiantes logran sintetizar los ha-
llazgos relevantes alrededor de la demostración de la congruencia de triángu-
los que quieren establecer, es necesaria la guía de la profesora cuando buscan
las justificaciones de lo que desean afirmar. Ella centra su papel en enfocarlos
sobre los objetos relevantes para la demostración y también los ubica cuando
recurren a argumentos que no son válidos dentro de una argumentación deduc-
tiva, insistiendo en la norma. Parece que Jordan entiende mejor las reglas del
juego y se ve un avance en la actividad demostrativa que realiza con respecto
al resto de los estudiantes. A pesar de que aún utiliza afirmaciones que no se
han demostrado, recurre a la generalización y a hacer uso de sus conocimien-
tos previos. Es probable que un trabajo más sistemático y prolongado en ese
sentido le permita a él y a otros estudiantes entrar en el mundo teórico de la
geometría tempranamente.
CONCLUSIONES
Dentro de los alcances del proyecto se evidencia que fue posible plantear un
conjunto de problemas retadores que permitieron a los estudiantes
involucrarse de manera genuina en la actividad demostrativa, lo que se
analizó, extrayendo un conjunto de indicadores derivados de las interacciones
que se dieron en la actividad, logrando realizar una síntesis y caracterizar el
proceso que realizan los estudiantes.
Una característica central de la actividad demostrativa en la que se involucran
los estudiantes es que tienen mayor facilidad para elegir argumentos, que para
construirlos, aunque no necesariamente sean correctos. El nivel argumentativo
de los estudiantes permite explicar las diferencias en sus respuestas, ya que los
que le encontraban poco sentido a una demostración, casi siempre elegían ar-
gumentos empíricos; en cambio, los que reconocían la generalidad de la prue-
ba y su papel en el establecimiento de la verdad de una afirmación eran mejo-
res en la construcción de una demostración y en la selección de argumentos.
El uso del programa de geometría dinámica aportó a la acción de visualizar, lo
que posibilitó que los estudiantes completaran la conjetura sugerida en el se-
gundo problema. Sin embargo, los resultados no permitieron concluir cuál es
179
el efecto de la geometría dinámica en la construcción de una justificación,
quizá porque en el diseño metodológico no se previó que el manejo que tenían
los estudiantes de Cabri no era suficiente para poder aprovechar la opción de
arrastre para explorar, verificar y visualizar hechos geométricos que les permi-
tieran vislumbrar un camino para la justificación. Sin embargo, no debe deses-
timarse el papel de la geometría dinámica al crear un ambiente propicio para
la indagación y de construcción colectiva de las justificaciones, ya que permi-
tió que los estudiantes participaran en la solución de un problema abierto invo-
lucrándose de manera genuina en la solución y justificación del problema.
La experiencia favoreció un ambiente que permitió a los estudiantes participar
activamente en la construcción social del conocimiento, en el que el proceso
de enseñanza y aprendizaje fue una responsabilidad compartida y los estudian-
tes tuvieron un papel activo. Al escoger los problemas que se les proponen a
los estudiantes hay que tener en cuenta que la demostración de las conjeturas
que surgen no implique observar más de un elemento a la vez, pues esto puede
desviar su atención en lo que deben demostrar.
REFERENCIAS
Bolívar, C. y Martín, M. (2010). Caracterización de la actividad demostrativa. Una expe-
riencia en secundaria. Tesis de Maestría, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá,
Colombia.
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lum? En I. Schwank (Ed.), Proceedings of the First Conference of the European So-
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ción inicial del profesor de matemáticas. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.
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experiencia en un ambiente de geometría dinámica. Educación matemática, 15(2),
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Vinner, S. (1991). The role of definitions in the teaching and learning of mathematics. En
D. Tall (Ed.), Advanced mathematical thinking. Dordrecht: Kluwer.
180
SECUENCIA DIDÁCTICA PARA LA ENSEÑANZA DE
LA SEMEJANZA UTILIZANDO FRACTALES
MARCO TEÓRICO
Al hacer la revisión teórica del concepto de semejanza se encontró que es ne-
cesario que los estudiantes tengan nociones acerca de proporcionalidad, carac-
terización de figuras planas, medida de ángulos y lados, lo cual permitirá
construir, según Lemonidis (1991), una aproximación al concepto de semejan-
za desde las transformaciones geométricas y la relación intrafigural.
Respecto a las transformaciones geométricas, se tendrán en cuenta las trans-
formaciones isomórficas que se caracterizan por conservar la forma de la figu-
ra original, la proporcionalidad entre los lados homólogos y la congruencia
entre ángulos correspondientes. La relación intrafigural se da entre figuras
que forman parte de configuraciones de Thales en la que se consideran los as-
pectos proyección y homotecia con sus correspondientes razones, según Le-
monidis (1991).
Una vez revisado el proceso de enseñanza a partir de la propuesta de Lemoni-
dis, se organiza, con base en la teoría de jerarquía de aprendizaje de Gagné
(1975), un ideograma en el que se relacionan los objetivos asociados a discri-
minaciones, conceptos, reglas y reglas superiores que conducen al objetivo
Castro, C., Díaz, L. y Palacios, R. (2011). Secuencia didáctica para la enseñanza de la semejanza utilizando
fractales. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 181-188).
Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
general. Cada requisito se enumera y se asocia a los siguientes objetivos, que
permite proponer una secuencia.
1. Utilizar los conceptos de proporción y medida de segmentos.
2. Analizar la proporción de los lados de las figuras planas y encontrar la
constante de proporcionalidad.
3. Evidenciar el Teorema de Thales.
4. Introducir el concepto de semejanza en figuras separadas.
5. Comprobar los criterios de semejanza de triángulos.
6. Deducir las condiciones de semejanza entre figuras planas.
182
A partir de los objetivos y teniendo identificado el proceso de aprendizaje de
la secuencia, se organiza la jerarquía, empezando de abajo hacia arriba hasta
llegar al objetivo principal. Como recurso didáctico para lograr la compren-
sión del concepto semejanza, se utiliza la propiedad de autosemejanza de los
fractales, a través de la cual se abordarán las relaciones intrafigurales y las
transformaciones geométricas.
183
Teorema de Thales: Si tres o más rectas paralelas son cortadas por dos trans-
versales, los segmentos determinados sobre las transversales son proporciona-
les.
AB DE
BC EF
Triángulo de Sierpinski
184
ángulos correspondientes entre estos lados son congruentes, entonces
los triángulos son semejantes.
Criterio LLL (lado-lado-lado): Si los lados correspondientes de dos
triángulos son proporcionales, entonces los triángulos son semejantes.
Con las siguientes situaciones, en donde se presenta la construcción del trián-
gulo de Sierpinski con diferentes tipos de triángulos (escaleno e isósceles), se
pretende la construcción, medición y cálculo, de cada uno de los criterios de
semejanza.
185
a) Denomina como A al primer cuadrado del paso 1 y como A’ a uno de los cuadrados
del paso 2, y continua con el proceso hasta enumerar un cuadrado de cada paso.
b) ¿Cuál es la longitud del lado de cada uno de los cuadrados en cada paso? ¿Se conser-
va alguna relación entre las longitudes de los lados? Concluye
d) ¿Cómo son los ángulos de cada cuadrado y qué relación guarda con los ángulos de los
otros cuadrados?
METODOLOGÍA
El trabajo del profesor muchas veces se ve enmarcado en el diseño de activi-
dades que permitan potenciar la participación activa de los estudiantes en sus
procesos de aprendizaje, para lo cual resulta importante orientar actividades
que promuevan, entre otras: la interacción de los estudiantes, el uso de recur-
sos y materiales didácticos, el reconocimiento y uso de diferentes representa-
ciones y por último, el trabajo con situaciones o problemas significativos.
Para organizar la secuencia de actividades se toma como base la propuesta del
Grupo Deca (1992), que propone incluir:
Actividades de iniciación e introducción: En esta fase se observan
las ideas previas de los estudiantes y se da cuenta de la importancia
de trabajar nuevos conceptos.
Actividades de desarrollo y estructuración: El estudiante entra en
contacto con los nuevos conceptos y empieza a trabajar para asimilar-
los. Es importante tener en cuenta que en esta etapa el estudiante lo-
gra comprensión de algunas situaciones que le permiten la resolución
de situaciones problemáticas.
Actividades de aplicación y profundización: El estudiante aplica los
conocimientos adquiridos en situaciones problemáticas nuevas, refle-
xiona acerca de los procesos empleados en la resolución de los pro-
blemas y plantea nuevos problemas.
186
Actividades de evaluación: La evaluación es concebida como un
continuo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje; sin embargo,
las actividades planteadas en esta fase están diseñadas para conocer el
grado de apropiación y estrategias de resolución de problemas.
Tipo de
Actividad Intención Recursos
actividad
Se plantea una metodología de trabajo en grupo con el fin de que los estudian-
tes a través de la comunicación y la interacción, propongan estrategias de so-
lución a las situaciones planteadas. El profesor será un orientador en el proce-
so de construcción de los estudiantes, dará pautas para la realización de la so-
cialización y tendrá a su cargo la institucionalización de los conceptos. En la
evaluación se propondrán actividades en las cuales se hará uso de figuras
fractales y de otras de diferente naturaleza para verificar que el concepto de
187
semejanza se ha comprendido ya que los estudiantes pueden utilizarlo en dife-
rentes contextos.
REFERENCIAS
Castro, C. y Céspedes, Y. (2009). Concepciones de los estudiantes de grado octavo sobre
el concepto de semejanza. Tesis de maestría no publicada, Universidad Sergio Arbo-
leda, Bogotá, Colombia.
Gagné, R. (1975). Principios básicos del aprendizaje para la instrucción. México D.F.,
México: Diana.
Godino J. (2002). Uso de material tangible y gráfico-textual en el estudio de las matemáti-
cas: superando algunas posiciones ingenuas. En A.M. Machado et al. (Ed.), Actas do
ProfMat 98. Guimaraes, Portugal: Associaçao de Professores de Matemática.
Grupo Deca. (1992). Orientaciones para el diseño y elaboración de actividades de aprendi-
zaje y de evaluación. Revista AULA, 6, 33-39.
Lemonidis, Ch. (1991). Conception, réalisation et resultats d’une expérience
d’enseignement de l’ homothétie. Tesis doctoral no publicada, Université Louis Pas-
teur, Strasbourg, Francia.
Mandelbrot, B. (s.f.). Objetos fractales. Autosemejanza. Recuperado el 2 de marzo de
2011, en: http://coco.ccu.uniovi.es/geofractal/capitulos/01/01-04.shtm#Cantor.
188
EL TEOREMA DE BARROW COMO PROPUESTA PARA LA ENSEÑANZA
DEL TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CÁLCULO
JUSTIFICACIÓN
Uno de los conceptos fundamentales en el estudio del Cálculo es el de fun-
ción, a partir del cual se abordan los conceptos de derivada e integral. Si-
guiendo a Font (2005), las funciones tienen cuatro representaciones: la simbó-
lica, la tabular, la gráfica y la verbal. Entre ellas es posible establecer conexio-
nes “que marcan las diferentes etapas de aprendizaje en los estudiantes”
(Turégano, 1998, p. 45) y realizar cambios de unas a otras a través de lo que
Font denomina procesos de traducción y conversión.
En el Cálculo Integral se suele usar constantemente la representación simbóli-
ca, haciendo énfasis en el uso de algoritmos y distintos métodos para hallar las
antiderivadas de una función. Como consecuencia de este enfoque de ense-
ñanza, el uso de la representación gráfica queda relegado a un segundo plano,
lo que dificulta entender la integral de una función desde su interpretación
geométrica como el área acumulada bajo una curva, tal como menciona Turé-
gano (1998).
Con base en las ideas citadas, se diseñó una propuesta para analizar el Teore-
ma Fundamental del Cálculo como aquel concepto que relaciona el proceso de
integración con el de diferenciación, y que constituye un “robusto puente que
Devia, H. y Galvis, L. (2011). El Teorema de Barrow como propuesta para la enseñanza del Teorema
Fundamental del Cálculo. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones
(pp. 189-196). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
une estas dos estructuras matemáticas aparentemente independientes” (Turé-
gano, 1998, p. 236).
MARCO TEÓRICO
Font (2005) sólo considera cuatro representaciones del concepto de función (la
analítica, la tabular, la gráfica y la verbal) y afirma que a pesar de que éstas
hacen alusión a un mismo objeto matemático, en cada una se privilegia el uso
de algún proceso cognitivo, y la integración de éstos son los que hacen a una
persona competente en el estudio del objeto matemático llamado función.
Para la representación gráfica es indispensable el proceso de la visualización;
para la tabular, los procesos que incluyen aspectos numéricos y cuantitativos;
para la analítica, los procesos relacionados con la capacidad simbólica; y fi-
nalmente, la representación verbal, la asocia con los procesos que incluyen las
capacidades lingüísticas de una persona.
De acuerdo con Cantoral y Montiel (2003), la visualización es la habilidad
para representar, transformar, generar, comunicar, documentar y reflejar in-
formación visual en el pensamiento y el lenguaje del que aprende. Castro y
Castro (1997) presentan la noción de visualización como la capacidad para la
formación de imágenes mentales que permiten la evocación de un objeto sin
que el mismo esté directamente presente.
En el libro Semiosis y pensamiento humano. Registros semióticos y aprendiza-
jes intelectuales de Duval (como se cita en MEN, 2004) existen tres niveles de
visualización: el global de percepción visual, el de percepción de elementos
constitutivos y el operativo de percepción visual. El primero es el nivel más
elemental donde se observan los objetos de manera global para asociar figuras
geométricas a objetos físicos. En él se le da importancia a la posición del obje-
to o al tipo de trazo, sin tener en cuenta aspectos matemáticos como propieda-
des y relaciones. En el segundo nivel, además de retomar los aspectos del ni-
vel anterior, se consideran las relaciones entre los elementos constitutivos, es
decir, las figuras geométricas se enuncian con nombre propio, por ejemplo
como cuadrados y triángulos. Al tener nombre propio, tienen características
propias como lo son las relaciones de congruencia entre lados y ángulos; y
relaciones de perpendicularidad y/o paralelismo. Es importante en este nivel
orientar al estudiante para visualizar los objetos de manera no estandarizada.
Por último, el tercer nivel además de considerar la percepción de las caracte-
190
rísticas de una figura para operar en ella, se reorganizan los elementos que la
conforman para lograr la solución de un problema planteado; es el caso de las
conocidas pruebas sin palabras, donde la visualización se enfoca en la capaci-
dad de transformar la figura para dar validez a una proposición matemática.
Finalmente, la visualización se emplea para lograr un mejor entendimiento de
conocimientos abstractos, y se considera una habilidad que es necesario esti-
mular mediante el diseño de actividades que pongan en evidencia la interpre-
tación que da el estudiante en la construcción y descripción de un tópico ma-
temático.
1
Enunciado adaptado de Flashman (1996, p. 312).
191
curva Y, y en la Figura 2(b) se representa la gráfica de las abscisas que tienen
la misma magnitud que el área del triángulo OXQ de la Figura 2(a).
(a) (b)
Figura 2
192
TALLER IMPLEMENTADO Y RESULTADOS
Para introducir el Teorema Fundamental del Cálculo a partir de los registros
de representación algebraico y gráfico, en el siguiente taller se hace una adap-
tación de la propuesta de Zubieta (s.f.), en el que se plantea a los estudiantes
manipular una construcción realizada con el software Regla y Compás el cual
modela el Teorema de Barrow.
193
En el archivo Barrow1 se encuentra una construcción que ilustra al Teorema de Barrow. En éste, el
segmento OX es congruente con el segmento O’X’, al igual que el OT lo es con el O’T’. La recta T’P
es la tangente a la que hace referencia Barrow.
2) Trace una recta paralela a QX que pase por el punto T (donde PT ' es tangente a la curva
A en el punto P), y una recta paralela a OX que pase por Q. Denomine con R la intersec-
ción de estas rectas.
(a) ¿Qué debe representar el área del triángulo que se visualiza en el rectángulo TXQR, con
respecto a la curva A? Justifique su respuesta.
(b) El área del trapecio que se visualiza en el mismo rectángulo se interpreta como una lon-
gitud. Indique cómo obtener esa longitud analizando la gráfica de la curva A.
3) En el archivo Barrow2 se encuentra una variación del Teo-
rema de Barrow, en el que las semirrectas OX y OQ no se in-
tersecan, tal como se ilustra en la imagen de la derecha.
x
x
II. En el archivo Barrow2 rote la semirrecta ZQ alrededor de Z para hacer los modelos grá-
ficos presentados en (I) y verifique si el lugar geométrico que cada uno genera coincide
con los respectivos bosquejos que usted realizó de las funciones primitivas.
III. Para la gráfica (b), la construcción de Barrow2 genera una parábola como la que se
muestra a continuación. Trace en ella los segmentos tangentes en los puntos xi con i = 1, 2,
3 y 4.
194
IV. Relacione el comportamiento de las rectas tangentes a la parábola en los puntos xi con
la semirrecta ZQ cuando ésta modela la gráfica (b).
4) ¿Encuentra alguna similitud entre el Teorema de Barrow y el Teorema Fundamental del
Cálculo? ¿Sería correcto afirmar que la variación del Teorema de Barrow y el Teorema
Fundamental del Cálculo son los mismos? Explique su respuesta.
Para el desarrollo de este taller, cada estudiante tuvo la posibilidad de explorar
dos archivos correspondientes a las construcciones Barrow1 y Barrow2 reali-
zadas con el software de geometría dinámica Regla y Compás.
Con respecto a la intención del numeral 1, los estudiantes efectivamente cum-
plieron nuestras expectativas porque todos afirmaron que el punto T debe ser
el punto medio del segmento OX, para que efectivamente la curva A sea la
función de área acumulada de la curva Y, y sólo el 53% de ellos lo justifica-
ron.
En el numeral 2, todos los estudiantes concluyeron que el triángulo por el cual
se pregunta en el literal (a) es congruente con el que tiene por base el segmen-
to OT, sin embargo a la mayoría de ellos les fue dispendioso comprender que
el área del triángulo representa la altura de la curva A en el punto T’. Por esta
razón fue necesario intervenir y explicar a los estudiantes el significado de esa
área en la curva A.
Consideramos que la dificultad que mostraron los estudiantes fue causada por
dos factores: el hecho de que el Teorema de Barrow prescinde de ejes carte-
sianos y en consecuencia de los términos de abscisa y ordena, y en segundo
lugar por la redacción del enunciado del literal (a).
En el literal 2(b) los estudiantes manifestaron incomprensión o desacierto en
lo que se desea indicar, y fue necesario intervenir una vez más en el trabajo de
los estudiantes para que comprendieran lo que se espera con el enunciado.
El numeral 4, únicamente tres estudiantes lo respondieron. Los tres coincidie-
ron en responder la pregunta: ¿Encuentra alguna similitud entre el Teorema de
Barrow y el Teorema Fundamental del Cálculo?
195
Sus respuestas afirmaron que el Teorema de Barrow funciona igual que el
Teorema Fundamental del Cálculo, pero sólo uno de ellos manifestó que no
son el mismo, sin exponer la justificación de su respuesta.
REFERENCIAS
Cantoral, R. y Montiel, G. (2003). Visualización y pensamiento matemático. En J. Delgado
(Ed.), Acta Latinoamericana de Matemática Educativa (vol. 16, tomo 2, 694-
701). Comité Latinoamericano de Matemática Educativa A. C. Recuperado en agosto
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tecnologías computacionales. Bogotá, Colombia: Ministerio de Educación Nacional.
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Turégano, P. (1998). Del área a la integral. Un estudio en el contexto educativo. Enseñanza
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Zubieta, G. y Meza, R. (s.f.). El teorema fundamental del cálculo: la versión que aparece
en los textos de cálculo y la otra, basada en las ideas de Barrow, presentada con un
paquete de geometría dinámica. Documento recuperado en julio de 2008, de:
http://www.matedu.cinvestav.mx/~matedul/publicaciones/MemoriasPrimerEncuentro
/investigacion/articulos_pdf/Zubieta.pdf.
196
LA VERIFICACIÓN Y LA INTERPRETACIÓN DE ENUNCIADOS
EN LA ACTIVIDAD DEMOSTRATIVA
MARCO DE REFERENCIA
Nuestro trabajo está en consonancia con el constructo actividad demostrativa
(Perry, Camargo, Samper y Rojas, 2006), el cual ha sido desarrollado a partir
de diversas investigaciones realizadas por profesores del Departamento de
Matemáticas y estudiantes de Maestría de la Universidad Pedagógica Nacio-
nal. Este constructo propone una mirada amplia a la demostración en el ámbi-
to educativo, que incluye: el proceso de conjeturación y el proceso de justifi-
cación. En el proceso de conjeturación se realizan acciones que conducen a la
formulación de una conjetura que da solución a una tarea (visualizar, explorar,
conjeturar y verificar); estas acciones posibilitan la creatividad de los estu-
diantes, pues no existen reglas para llevarlas a cabo. En el proceso de justifi-
cación las acciones conducen a la búsqueda y organización de ideas para ex-
plicar, probar o demostrar la conjetura, es decir, para justificarla.
El constructo actividad demostrativa se circunscribe a la perspectiva sociocul-
tural, enfoque de referencia de la línea de investigación. En este sentido, son
de vital importancia las interacciones estudiante–estudiante y estudiante–
profesor en el desarrollo de tal actividad. Gracias a esa perspectiva, los profe-
sores de la línea de investigación dan relevancia a la argumentación, foco de
interés de nuestro trabajo de grado. De esta manera, cuando los estudiantes se
enfrentan a un problema y buscan una vía para su solución, pueden realizar
interacciones de diversa índole con sus compañeros, a partir de las cuales se
generan argumentos empíricos o teóricos que permiten proponer y validar una
posible solución del problema. En particular, Perry, Camargo, Samper y Rojas
(2006), definen la acción de verificación como la:
Comprobación empírica mediante acciones visibles sobre una representación,
como medir, construir y calcular, con el propósito de poner a prueba la conjetu-
ra establecida cuando un cuestionamiento suscita una duda frente a ésta.
Con ello suponen que la argumentación que los estudiantes despliegan, cuan-
do verifican, se realiza sólo al momento en que quieren poner a prueba el
hecho descubierto. Una posible explicación de esta caracterización es que las
198
investigaciones realizadas en la línea se han desarrollado principalmente con
estudiantes de los primeros semestres de educación superior, en la formación
inicial de profesores, quienes probablemente no tienen necesidad de verificar
la información contenida en los enunciados de los problemas. Nuestro trabajo
aporta a la línea de investigación al analizar las acciones de verificación que
despliegan estudiantes de secundaria en momentos previos a la producción de
la conjetura.
DISEÑO METODOLÓGICO
Dado que el interés de nuestra investigación se centra en buscar evidencias de
los procesos de argumentación que estudiantes de básica secundaria llevan a
cabo al involucrarse en la actividad demostrativa, nuestro trabajo se enmarca
dentro de una perspectiva naturalista; es decir, observamos estudiantes en el
espacio usual del aula interactuando en pro de solucionar un problema, y to-
mamos registro de las interacciones entre ellos.
Los primeros ejercicios de análisis de las interacciones dan evidencias del
fenómeno que queremos comunicar en esta ponencia. A continuación, descri-
bimos la población a la que se dirige el estudio y de la cual tomamos los datos,
el problema que se les propuso, los mecanismos que utilizamos para recoger la
información y por último la manera como la estamos analizando.
La investigación se realiza con estudiantes de grado octavo de básica secunda-
ria, en una clase de geometría que tuvo lugar al finalizar el año 2010. Uno de
los autores de esta ponencia era la profesora titular de dicha asignatura y por
lo tanto tuvo la posibilidad de proponer estrategias de trabajo en la clase para
favorecer la actividad demostrativa. Los estudiantes tenían conocimientos
básicos de geometría, tales como la identificación de figuras geométricas y sus
partes. Adicionalmente, gracias a las habilidades adquiridas en la asignatura
Dibujo técnico, manejaban la regla y el compás y conocían algunos procedi-
mientos para construir rectas perpendiculares y ángulos congruentes. Sin em-
bargo, no reconocían en las construcciones hechas los objetos geométricos
involucrados, pues en esa asignatura lo importante era seguir cuidadosamente
una serie de pasos para obtener la construcción deseada.
A ocho de los veintiocho estudiantes de grado octavo distribuidos en dos gru-
pos, se les propuso un problema en una sesión de clase, para la cual los estu-
199
diantes debían usar compás, regla sin medidas, lápices y borrador. El proble-
ma era el siguiente:
En la figura, el punto M es el punto donde se cortan las mediatrices del ABC
y AB es un lado del triángulo. Construya un triángulo tal que M sea corte de las
mediatrices.
M
B
A
PROCESO DE ANÁLISIS
Con la transcripción completa del proceso de resolución del problema, reali-
zamos una división de ésta en episodios. Entendemos por episodio un frag-
mento de la transcripción donde los estudiantes están desarrollando una idea
para solucionar el problema. Por ejemplo, en la transcripción del proceso rea-
lizado por el Grupo 1 propusimos, entre otros, los siguientes episodios: (i) In-
terpretan el enunciado y hacen un primer intento de comprobación de que M
está en la mediatriz; (ii) Comprueban que M está en la mediatriz; (iii) Propo-
200
nen una forma para ubicar C sobre la mediatriz de AB , para lo cual hacen un
triángulo equilátero; (iv) Identifican en la figura construida características
asociadas a la mediatriz.
El análisis de cada episodio tiene en cuenta tres aspectos. Primero, describi-
mos las acciones que hicieron los estudiantes y el diálogo sostenido entre
ellos. Segundo, identificamos los momentos de la transcripción en los cuales
los estudiantes desarrollan alguna de las acciones de la actividad demostrativa.
Tercero, identificamos y caracterizamos los argumentos que utilizan los estu-
diantes para justificar sus afirmaciones. El estudio pretende caracterizar, orga-
nizar y clasificar los argumentos que están usando los estudiantes y establecer
vínculos entre ellos y las diferentes acciones de la actividad demostrativa. En
esta ponencia, mostramos y analizamos un episodio en donde se evidencia qué
verifican los estudiantes y con qué objetivo.
EJEMPLO DE ANÁLISIS
Los estudiantes habían: leído el enunciado, revisado en sus apuntes la defini-
ción de mediatriz y discutido entre ellos cómo se construía una mediatriz. En
este episodio Sergio, Cristian, Felipe y Daniel retoman el enunciado y deciden
construir la mediatriz sobre el lado AB .
18. Felipe: Con la misma medida de M [arco de abertura AM] toca hacerlo abajo.
[Señala la parte de abajo del AB , como lugar para trazar otro arco].
19. Daniel: Toca sacar C.
20. Sergio: Toca mirar si M es... Por eso, haga las dos circunferencias y toca mirar
si M es la mediatriz.
21. Felipe: ¿Qué era? ¿Radio AM? [Con el compás hace centro en A y describe un
arco, sin trazarlo, con radio AB].
[…]
25. Felipe: No nos da [Se refiere a que M no quedó en dicho arco].
26. Cristian: Pero no, tocaría sacar entonces C.
27. Sergio: ¿C?
28. Felipe: Lo que yo les digo, tocaría hacerlo abajo, tocaría hacer la misma medi-
da de M abajo.
29. Daniel: Sí.
201
30. Sergio: Pero toca mirar primero si M sí pasa por la mediatriz o no pasa por la
mediatriz.
31. Felipe: Por eso, primero toca averiguar eso [Hace dos arcos en la parte de abajo
del AB con radio AM y con centro en A y B]
32. […]
33. Profesora: ¿Qué van a verificar?
34. Felipe: Si M es la mediatriz [Se refiere a verificar que el punto M esté en la
mediatriz].
35. Profesora: ¿Si M es la mediatriz?
36. Todos: ¡Ajá!, Sí.
37. Sergio: Dios mío, que sea la mediatriz.
38. Profesora: […]
39. Felipe: [Después de hacer los arcos]. ¡Ah!, sí es la mediatriz… sí, sí es la me-
diatriz. [Vuelve a marcar los dos arcos en la parte de abajo del AB con
radio AM y centros en A y en B].
40. Sergio: Sí, sí es la mediatriz.
41. Daniel: Sí, porque sube por toda la…
42. Profesora: ¿Qué comprobaron Sergio?
43. Felipe: Que era la mediatriz.
44. Sergio: Que M es un punto que equidista en A y B. O sea que M está formando
la mediatriz.
202
cualquier sujeto acepta como cierta la información dada en el enunciado de un
problema. Adicionalmente, evidenciamos que la acción de verificación no so-
lo está presente en la justificación de una conjetura, como lo proponen Perry,
Camargo, Samper y Rojas (2006), sino desde la misma interpretación del
enunciado, como se muestra en este episodio, pues los estudiantes tienen la
necesidad de poner a prueba lo que el enunciado propone.
Los argumentos que se identifican en este episodio están enfocados a justificar
que el punto M está en la mediatriz del AB . En una primera caracterización de
los argumentos, identificamos uno de tipo empírico –en el que los estudiantes
justifican que la recta construida es la mediatriz apoyándose en lo observado
en la construcción [41]– y un argumento de tipo teórico en el que justifican
que el punto M está en la mediatriz porque equidista de los extremos del seg-
mento [44].
REFLEXIÓN FINAL
El análisis que hemos hecho hasta el momento nos permite reflexionar sobre
las siguientes cuestiones:
La importancia de tener unas transcripciones que reflejen lo más
fielmente las interacciones; es decir, con solo la lectura de ellas se
debe poder reconstruir las acciones de los estudiantes. Lo anterior
permite hacer un mejor análisis de los diálogos que entablan los inte-
grantes del grupo, sin necesidad de revisar nuevamente los archivos
de audio y video.
El orden en que aparecen las acciones de la actividad demostrativa no
es lineal. En los fragmentos de las conversaciones de los estudiantes,
podemos evidenciar, por ejemplo, que los estudiantes visualizan, ex-
plorar, verificar, vuelven a explorar y luego otra vez verifican.
En cuanto a la acción verificar es necesario ampliar la caracterización
que de ella proponen Perry, Camargo, Samper y Rojas (2006), pues
no sólo cuando tienen una conjetura recurren los estudiantes a ella pa-
ra verificarla, sino que utilizan la verificación como medio para vali-
dar cualquier tipo de información dada o que surge en el curso de re-
solución del problema.
203
Los argumentos son producto de la necesidad recurrente de verificar
cualquier tipo de información dada o emergente del problema. Estos
argumentos permiten dar validez a las diferentes estrategias de solu-
ción.
La interpretación del enunciado propuesto en un problema, no es ob-
via y mucho menos inmediata. Por el contrario, los estudiantes nece-
sitan tiempo para comprender lo que se pide en el problema y por ello
cada vez que una estrategia no funciona, vuelven a leer el enunciado
y a interpretarlo nuevamente para buscar una estrategia diferente.
REFERENCIAS
Perry, P., Camargo, L., Samper, C. y Rojas, C. (2006) Actividad demostrativa en la forma-
ción inicial del profesor de matemáticas. Bogotá, Colombia: Fondo Editorial de la
Universidad Pedagógica Nacional.
204
UNA SECUENCIA DIDÁCTICA PARA POTENCIAR LA ELABORACIÓN DE
ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS QUE
INVOLUCREN LA IDENTIFICACIÓN DE PROPIEDADES DE
ALGUNOS POLIEDROS EN ESTUDIANTES DE CUARTO GRADO
206
Los sistemas geométricos se construyen a través de la exploración activa y
modelación del espacio tanto para la situación de los objetos en reposo como
para el movimiento. Esta construcción se entiende como un proceso cognitivo
de interacciones, que avanza desde un espacio intuitivo o sensorio-motor1 de
un espacio conceptual o abstracto relacionado con la capacidad de representar
internamente el espacio, reflexionando y razonando sobre propiedades geomé-
tricas abstractas; paralelamente también se tuvo en cuenta la utilización de los
siguientes estándares los permitirán que la secuencia didáctica no sólo este
fundamentada desde el aspecto didáctico, del saber matemático, sino que tam-
bién hacer uso del aspecto legal para sustentarla.
Comparo y clasifico objetos tridimensionales de acuerdo con compo-
nentes (caras, lados) y propiedades.
Construyo y descompongo figuras y sólidos a partir de condiciones
dadas.
Construyo objetos tridimensionales a partir de representaciones bidi-
mensionales y puedo realizar el proceso contrario en contextos de ar-
te, diseño y arquitectura.
Represento objetos tridimensionales desde diferentes posiciones y
vistas.
Utilizo técnicas y herramientas para la construcción de figuras planas
y cuerpos con medidas dadas.
METODOLOGÍA
El planteamiento metodológico para la planeación y la ejecución de la secuen-
cia de actividades se basa en la Teoría de Situaciones Didácticas propuesta por
Brousseau (1986), y en la que se proponen las siguientes fases para la ense-
ñanza de la matemática en el aula:
Fase de acción: En esta fase los estudiantes con sus conocimientos previos tra-
tan de dar respuesta a la situación, dándose cuenta de que con los conocimien-
tos que poseen no logran responder la situación.
1
Se relaciona con la capacidad práctica de actuar en el espacio, manipulando objetos, localizando situaciones
en el entorno y efectuando desplazamientos, medidas, cálculos espaciales, entro otros.
207
Fase de formulación: En cuanto a la comunicación en esta fase se plantea que
por medio del intercambio de ideas realizado por los estudiantes se llega a for-
talecer los conocimientos de cada uno de los estudiantes.
Fase 3: Explicitación: Los estudiantes, una vez realizadas las experiencias, ex-
presan resultados y comentarios. Durante esta etapa el estudiante estructura el
sistema de relaciones exploradas.
208
promoción y ha decidido vender 4 peluches en su caja por precio de 2, los cua-
les serán empacados en una caja más grande, para esto se requiere un estuche
donde entren las 4 cajitas con sus respectivos peluches. Ayuda a los empacado-
res a realizar la caja para cada peluche y la cajita de promoción. ¿Cómo las ar-
marías?
MODELO DE EVALUACIÓN
Los Estándares curriculares de matemáticas (MEN, 1998) proponen que para
evaluar a los estudiantes se debe aplicar una evaluación formativa, continua,
sistemática y flexible, además centrada en producir y recoger información ne-
cesaria sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar tanto en
el aula como por fuera de ella. Señalan que:
La evaluación educativa no sólo es una parte de la didáctica como estrategia
operacional de la pedagogía que se despliega en la ejecución de la enseñanza
real, sino que es también su conciencia crítica que analiza desde el diseño del
programa y del currículo hasta los logros de aprendizaje de cada alumno según
las expectativas de cada perspectiva y modelo pedagógico. (p. 86)
209
A partir de lo mencionado anteriormente llegamos a definir evaluación como
la actividad de acción, análisis y reflexión de los componentes del proceso
educativo donde se involucran el alumno, el profesor, el saber, la metodología
y el entorno. El evaluar adquiere sentido en la búsqueda de mejorar los proce-
sos y resultados que se obtienen en la escuela; además de permitir diagnosticar
el resultado de los procesos de desarrollo del alumno y pronosticar sus tenden-
cia. Por este medio se asegura el éxito del proceso educativo. Por otra parte,
evaluar permite identificar las dificultades, deficiencias y limitaciones que
puede llegar a tener el estudiante al momento de comprender un objeto ma-
temático.
Algunos referentes teóricos que fueron implementados para la evaluación en
el proceso de diseño y ejecución de la secuencia didáctica fueron los niveles
de Van Hiele, presentados por Dickson, Brown y Gibson (1991). Estos niveles
son:
Nivel 0: Los estudiantes perciben figuras geométricas como un todo global. No
reconocen las partes ni los componentes de la figura.
Nivel 4: Los estudiantes están capacitados para analizar el grado de rigor de va-
rios sistemas deductivos.
ANÁLISIS DE DATOS
Durante la ejecución de la secuencia didáctica, al finalizar cada sesión de cla-
se, cada practicante elaboraba un documento llamado protocolo, el cual incluía
varios elementos. Inicialmente, una descripción de la sesión, luego una re-
flexión acerca de los avances obtenidos en cada una de las sesiones; también,
un análisis de los errores presentados por los estudiantes. La siguiente tabla,
en la que se incluyen los niveles que se tuvieron en cuenta para evaluar tanto
en la actividad diagnóstica como en la evaluación final, permite ver los avan-
ces.
210
Nivel Diagnóstica Evaluación Final
CONCLUSIONES
Después de haber realizado esta experiencia didáctica, podemos concluir que:
El diseño y la planeación del docente son imprescindibles en la implementa-
ción de esta teoría. Nos damos cuenta desde la experiencia que es importante
el diseño de las situaciones problema, las cuales deben ser del interés del estu-
diante. Además del diseño y la planeación de las situaciones problema es im-
portante disponer apropiadamente cada una de las actividades que se dan en el
aula, pues gracias al enfoque que se les dé, el estudiante podrá llegar a cons-
truir el conocimiento.
La adecuada implementación de la Teoría de Situaciones Didácticas permite el
desarrollo de la comprensión, en este caso de las propiedades de algunos sóli-
211
dos en los estudiantes de cuarto grado. Esto se concluyó luego de las observa-
ciones realizadas en el aula y de las continuas evaluaciones que realizamos del
grupo de estudiantes frente a cuatro análisis: análisis de actuación, análisis
cognitivo, análisis de contenido y análisis de instrucción. Además, los buenos
resultados obtenidos a partir del trabajo con materiales didácticos demuestran
que una enseñanza diferente puede conseguir que los estudiantes trabajen, se
motiven y aprendan al mismo tiempo. Así que, a pesar del tiempo, trabajo y
esfuerzo que demanda la elaboración de los materiales didácticos, bien vale la
pena hacerlos.
Puesto que la creación de materiales didácticos es tarea de los docentes, es
nuestra intención difundir gradualmente una metodología práctica, activa, par-
ticipativa, cíclica, abierta, flexible, continua y motivadora, donde primen los
intereses de los estudiantes.
REFERENCIAS
Alsina, C. (1997). Invitación a la didáctica de la geometría. Madrid, España: Síntesis.
Brousseau, G. (1986). Fundamentos y métodos de la didáctica de las matemáticas. Recher-
ches en Didactique des Mathématiques, 7(2), 33-115.
Dickson, L., Brown, M. y Gibson, O. (1991). El aprendizaje de las matemáticas. Madrid,
España: Labor S.A.
Godino, J. y Ruiz, F. (2002). Matemáticas y su didáctica para maestros: Geometría y su
didáctica para maestros (pp. 445-603). Recuperado el 28 de marzo de 2010 en
http://www.ugr.es/local/jgodino/edumat-maestros/.
Ministerio de Educación Nacional (1998). Lineamientos curriculares de matemáticas. Bo-
gotá, Colombia: Magisterio.
212
PROCEDIMIENTOS DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
MULTIPLICATIVOS DE ISOMORFISMO DE MEDIDAS
214
METODOLOGÍA
El cuestionario que se aplicó (denominado cuestionario PIM) estuvo com-
puesto por doce problemas multiplicativos que tienen estructura de isomor-
fismo de medidas, los doce problemas fueron divididos en tres grupos tenien-
do en cuenta la representación empleada para el planteamiento del enunciado,
así: (a) verbal-icónica, cuatro problemas; (b) verbal-tabular, cuatro problemas
y (c) enunciado verbal, cuatro problemas. Además se tuvo en cuenta la clasifi-
cación de los problemas de isomorfismo de medida.
Este análisis se realizó esperando encontrar evidencias de procedimientos es-
calares o funcionales dentro de una concepción de relación ternaria de la mul-
tiplicación, de acuerdo con lo expresado por Vergnaud (2000/1991) y por lo
encontrado en las diferentes investigaciones ya documentadas. Para el análisis
se tuvo en cuenta la representación con la cual se enunció el problema, las re-
presentaciones entendidas como “las notaciones simbólicas o gráficas, especí-
ficas para cada noción, mediante las que se expresan los conceptos y procedi-
mientos matemáticos así como sus características y propiedades más relevan-
tes” (Castro y Castro, 2000, p. 96).
Como consecuencia del estudio de los procesos de resolución (procedimien-
tos) mostrados por los estudiantes en el cuestionario PIM, se diseñaron catego-
rías de análisis de acuerdo a la relación mostrada entre los datos dados en el
enunciado. Si en el dibujo, operación y/o explicación verbal expresada por el
alumno se notó que relacionó las cantidades de manera lineal bajo el esquema
a × b = c este procedimiento se considera dentro de la relación ternaria. En
cambio, si en el dibujo, operación y/o explicación verbal expresada por el
alumno se notó un procedimiento donde relacionó los dos espacios de medidas
teniendo en cuenta, las cuatro cantidades involucradas se clasifican como una
relación cuaternaria.
En la relación cuaternaria se categorizaron los procedimientos en tres clases:
(a) el procedimiento funcional, (b) el procedimiento escalar y (c) el procedi-
miento de iteración de unidades. Los dos primeros se definieron según la pro-
puesta de Vergnaud (2000/1991) y el tercero, cercano al concepto conocido
como uniticidad (unitizing) de acuerdo a lo expuesto por Lamon (1994).
En la relación ternaria se categorizaron los procedimientos en tres grandes
grupos: (a) multiplicación, (b) división y (c) suma repetida. Algunos procedi-
mientos que no se ubican dentro de las categorías anteriores y son tenidos en
215
cuenta sólo para efectos cuantitativos y para algunas observaciones particula-
res son: respuesta inmediata, respuesta incorrecta, no responde.
ANÁLISIS DE RESULTADOS
Los procedimientos identificados en la resolución de los problemas del cues-
tionario PIM se clasificaron en dos grandes categorías: relaciones ternarias y
relaciones cuaternarias. Los problemas P1, P5, P9 corresponden a problemas
simples de multiplicación planteados en tres tipos de representación diferente.
Los enunciados de estos problemas fueron clasificados de acuerdo con su re-
presentación así: P1 está enunciado de forma verbal-icónica; P5, de manera
verbal-tabular y P9 se representa con un enunciado verbal. Se pudo observar
que dentro de la relación cuaternaria se identificaron procedimientos categori-
zados como procedimientos funcionales y procedimientos escalares, además,
se logró identificar el procedimiento que se denominó iteración de unidades.
217
El dibujo que realiza el niño permite observar rasgos de habilidades de cons-
trucción de unidades múltiples, existe una organización en el procedimiento
del niño que sugiere la organización de unidades de unidades, en términos de
Lamon, pues ubica en cada fila 6 unidades y las numera con el número 1 y
sigue la secuencia numérica: 6 es 1 12 es 2 18 es 3.
Por otra parte, dentro de los problemas solucionados usando una relación ter-
naria sobresalen los procedimientos categorizados como multiplicación y su-
ma repetida; P9 fue el problema con mayor índice de procedimientos de este
tipo.
En las resoluciones de los estudiantes se presentaron mayor cantidad de pro-
cedimientos ternarios comparados con los procedimientos de relación cuater-
naria, posiblemente porque como afirman diversos autores (Freudenthal,
1983, en Puig y Cerdán, 1995; Vergnaud, 2000/1991) el modelo habitual
a b c tiene gran arraigo en la escuela, en particular, en el colegio donde se
realizó el estudio pues se observó este hecho en el análisis realizado a los pro-
blemas existentes en los cuadernos de los estudiantes. Para Vergnaud
(1991/2000) esta forma de escribir la multiplicación no es una representación
correcta y no permite ver la multiplicación como una operación cuaternaria.
En general, al comparar los problemas de división –de búsqueda del valor uni-
tario– en las tres representaciones se concluye que, al igual que en los proble-
mas simples de multiplicación, la representación verbal-tabular permite que
los estudiantes objeto de estudio muestren de manera evidente procedimientos
pertenecientes a la categoría funcional mientras que los problemas de repre-
sentación verbal-icónica permiten identificar procedimientos de la categoría
de iteración de unidades, lo cual concuerda con los estudios de diversos auto-
res (por ejemplo Lamon, 1994, Vergnaud, 2000/1991) y con los reportes de
investigaciones en el campo (e.g., Llinares y Sánchez, 1997). Las relaciones
ternarias categorizados como de multiplicación y de suma repetida son proce-
dimientos que se hacen visibles, con mayor frecuencia, en los problemas con
representación de enunciado verbal.
La tercera clase de problemas son los de división: búsqueda de la cantidad de
unidades. Al igual que en los problemas simples de multiplicación y en los de
división: búsqueda del valor unitario, el funcional es el más representativo de
los procedimientos categorizados dentro de la relación cuaternaria. Para Ver-
gnaud (1991/2000) los problemas simples de división búsqueda de la cantidad
218
de unidades son de un nivel de complejidad mayor. En el mismo sentido, para
Castro (1995) los resultados reiterativos donde los estudiantes evitan el proce-
so de división en los procedimientos pueden originarse debido a la mayor
complejidad que presenta su algoritmo con respecto a la multiplicación y en el
papel que pueden representar las cantidades del problema en los dos espacios
de medida de acuerdo a la estructura del problema. Finalmente, los problemas
referidos a cuarta proporcional no evidencian procedimientos de resolución
por lo cual se tomó la decisión de no incluir un análisis exhaustivo.
CONCLUSIONES
Al resolver problemas multiplicativos de isomorfismo de medidas se encontra-
ron dos clases de relaciones entre los datos presentados en el enunciado: cua-
ternarias y ternarias. En las relaciones cuaternarias se encontraron tres proce-
dimientos: funcional, escalar e iteración de unidades. Cuando el niño estable-
ció únicamente una relación ternaria se identificaron también tres procedi-
mientos diferentes: multiplicación, división y suma repetida.
Los problemas simples de división: búsqueda de la cantidad de unidades, pre-
sentan más procedimientos correctos que los problemas simples de división:
búsqueda del valor unitario. A su vez, el uso de la representación verbal-
tabular en el enunciado de problemas de isomorfismo de medidas favorece el
establecimiento de procedimientos propios de las relaciones cuaternarias, es
decir, escalares y funcionales, siendo dentro de estos más común el escalar
El procedimiento de iteración de unidades para encontrar la solución del pro-
blema, solamente es utilizado cuando el enunciado del problema se presenta
mediante una representación verbal-icónica, mientras que en los problemas en
los que se presenta el enunciado mediante la representación enunciado verbal,
los estudiantes utilizan mayor cantidad de procedimientos relativos a estable-
cimiento de relaciones ternarias que de cuaternarias.
A pesar de que las situaciones multiplicativas trabajadas en el aula y en los
textos de apoyo del profesor son planteadas empleando enunciados verbales,
se encontró que los problemas de isomorfismo de medidas en los que el enun-
ciado se presenta empleando representaciones verbal-icónica y verbal-tabular
son de más fácil comprensión para los estudiantes y por tanto presentan mayor
éxito en su solución.
219
REFERENCIAS
Almeida, I.M. (2001). Problemas verbais multiplicativos de quarta – proporcional: A di-
versidade de procedimentos de resolucao. Tesis de maestría no publicada, Pontificia
Universidad Católica, Sao Paulo, Brasil.
Bello, J. y Salazar, C. (2007). Evaluar las evaluaciones: el caso de la estructura multiplica-
tiva en las pruebas Saber. Trabajo de grado de maestría no publicado, Universidad
Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia.
Castro, E. y Castro, E. (2000). Representaciones y modelización. En L. Rico (Comp.), La
educación matemática en la enseñanza secundaria (pp. 95-124). Barcelona, España:
Universidad de Barcelona.
Gómez, B. y Contreras, M. (2009). Sobre el análisis de los problemas multiplicativos rela-
cionados con la división de fracciones. PNA. Revista de investigación en didáctica de
la matemática, 3(4), 169-183
Lamon, S. (1994). Ratio and proportion: Cognitive foundations in unitizing and norming.
En G. Harel y J. Confrey (Ed.), The development of multiplicative reasoning in the
learning of mathematics (pp. 89-122). Albany, New York: State University of New
York.
Llinares, S. y Sánchez, V. (1997). El aprendizaje desde la instrucción: la evolución de las
estrategias personales en tareas de proporcionalidad numérica. Enseñanza de las
Ciencias, 10(1), 37-48.
Ministerio de Educación Nacional (MEN) (1998). Matemáticas, lineamientos curriculares.
Bogotá, Colombia: Cooperativa Editorial Magisterio.
Ministerio de Educación Nacional (MEN) (2006). Estándares básicos de competencias en
lenguaje, matemáticas, ciencias y ciudadanía. Bogotá, Colombia: MEN.
Puig, L. y Cerdán, F. (1995). Problemas aritméticos escolares. Matemáticas: cultura y
aprendizaje. España: Editorial Síntesis.
Vergel, R. (2004). Organizaciones didácticas matemáticas y criterios de evaluación en
torno a la multiplicación. Trabajo de grado de maestría no publicado, Universidad
Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia.
Vergnaud, G. (1991/2000). El niño, las matemáticas y la realidad. (Reimpreso en 2000.)
México: Editorial Trillas.
220
SÓLIDOS PLATÓNICOS Y TEORÍA DE GRAFOS
EN LAS CLASES DE GEOMETRÍA
INTRODUCCIÓN
Los sólidos platónicos son objetos matemáticos de especial significación en la
historia de las matemáticas desde su aparición en la Grecia clásica.
Se señala que fue Euclides quien los formalizó y consagró como elementos
matemáticos, proponiendo en el Libro XIII construcciones de los mismos
(proposiciones 13 a 17), inscribiéndolos en la esfera y argumentando que exis-
ten sólo cinco sólidos platónicos (Quesada, 2006). Desde esa época se los aso-
cia a algunos aspectos y fenómenos de la vida real, idea que trascenderá en el
tiempo y que dará lugar a una presencia particular en la ciencia, la religión, las
artes y la tecnología.
El estudio de estos poliedros en la escuela se enmarca regularmente en la en-
señanza de la geometría del espacio, campo que infortunadamente ocupa aún
un espacio marginal en la escuela. Lo paradójico de esta situación es que se
considera como un contenido temático de gran potencial para el trabajo en dis-
tintos niveles de escolaridad (Nouche, s.f.) puesto que puede asociarse al desa-
rrollo de diversas habilidades y competencias matemáticas en relación con el
Henao, S. y Vanegas, J. (2011). Sólidos platónicos y teoría de grafos en las clases de geometría. En P. Perry
(Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 221-227). Bogotá, Colombia: Uni-
versidad Pedagógica Nacional.
estudio de distintos tipos de pensamiento matemático como el espacial, el va-
riacional y, por supuesto, el geométrico.
Por su parte, la teoría de grafos es considerada como uno de los diversos te-
mas matemáticos que han empezado a ser “revisitados” por parte de investi-
gadores y educadores en didáctica de las matemáticas, desde la perspectiva de
procesos matemáticos como la resolución de problemas y la modelación ma-
temática hasta la posibilidad de su integración a través de juegos durante las
clases de matemáticas.
En cuanto concierne a este último asunto, algunos elementos de la teoría de
grafos se revelan potencialmente útiles para el estudio de juegos de estrategia.
Se plantea por ejemplo, que es posible identificar un modelo matemático ba-
sado en la teoría de grafos para algunos juegos de este tipo, identificando es-
trategias ganadoras y tratando de generalizarlas para otros juegos que puedan
modelar de la misma manera (Novo y Méndez, 2004).
222
posible a la realidad, es evidente que estas representaciones no son suficientes
para caracterizar completamente el objeto matemático (Duval, 1999). Además
la perspectiva que comúnmente se utiliza, como la proyección en el plano no
permite ver eficientemente todas las caras, aristas y vértices del poliedro,
mientras que la presentación de la gráfica plana (grafo) es suficiente para vi-
sualizar en su totalidad estos elementos.
Igualmente se destaca la posibilidad de vincular el estudio de la teoría de gra-
fos al modelo de competencias, a partir del supuesto de que una aproximación
intuitiva y experimental podría llevar a una mejor comprensión de propiedades
geométricas de los poliedros regulares, constituyéndose en una alternativa
metodológica para la enseñanza y el aprendizaje de estos objetos matemáticos,
promoviendo la construcción en el estudiante de habilidades de resolución de
problemas y modelación matemática.
Más aún, el potencial de la teoría de grafos en el ámbito de la educación ma-
temática, suele asociarse con el campo de la matemática discreta y con la po-
sibilidad que entraña de introducir nuevos contenidos temáticos vinculados a
los procesos de modelización y resolución de problemas y nuevas formas de
representación de la información.
En este sentido, el uso de los grafos como herramienta conceptual en la ense-
ñanza de los polígonos desarrolla diferentes capacidades en el estudiante; es-
pecíficamente, permite que los alumnos elaboren razonamientos alrededor de
la matemática discreta a través de la intuición, exploración, descubrimiento y
diseño de hipótesis, lo cual contribuye al desarrollo lógico y a la visión espa-
cial del estudiante, así como a la formación de la intuición y el razonamiento
abstracto; asimismo la utilización de esta herramienta permite un aprendizaje
significativo para el estudiante ya que modeliza diferentes problemas y situa-
ciones de la vida cotidiana que pueden ser solucionados por medio de los co-
nocimientos que ofrece este concepto (Braicovich, s.f.).
Por otra parte, los grafos pueden ser utilizados como instrumento de modeli-
zación y representación de situaciones de la vida diaria. Un claro ejemplo de
ello se visualiza en el problema de los puentes de Königsber solucionado por
Euler en el siglo XVIII, en donde se plantea atravesar una ciudad compuesta
por siete puentes de tal forma que sólo se pueda pasar una sola vez por cada
puente llegando al mismo sitio en donde inició el paseo.
223
Así pues, los grafos constituyen una potente herramienta para la enseñanza y
comprensión de conceptos matemáticos asociados a la geometría discreta,
puesto que imprimen un significado real a los objetos matemáticos, además de
que favorecen la comprensión, el aprendizaje y la construcción de nuevos co-
nocimientos matemáticos a través de la resolución de problemas y la modela-
ción matemática. Muestra de este interés se refleja en el hecho que la teoría de
grafos sea un asunto de estudio de importantes publicaciones en didáctica de
las matemáticas, como por ejemplo la revista SUMA (e.g., Espinel y Sobrón,
1992; Espinel, 1994; Menéndez, 1998; Novo y Méndez, 2004).
DISEÑO DE LA ACTIVIDAD
A continuación presentamos una de las situaciones que se esperan presentar
durante la comunicación breve.
Ficha de los participantes
Los griegos fueron los primeros en considerar importante el estudio matemáti-
co de los poliedros; daban especial atención a cinco de ellos, los poliedros re-
gulares (cuyas caras son polígonos regulares), pues pensaban que el tetraedro,
el cubo, el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro, eran los componentes geo-
métricos constituyentes de los elementos fundamentales (agua, fuego, tierra,
aire, éter). El primero en hacer un tratamiento verdaderamente matemático es
Euclides de Alejandría en su conocida obra los Elementos.
Conozcámoslos:
224
tinuación le permitirá descubrirla, pero primero veamos un ejemplo. El cubo
es un poliedro regular de seis caras (C=6), ocho vértices (V=8) y doce aristas
(A=12).
Pensemos en un momento, ¿qué sucede si aplanamos el cubo, de tal forma que
no haya intersección entre sus aristas? Como es lógico, el número de aristas
permanecería constante y, por tanto, también el numero de vértices, aunque el
número de caras se reduciría. ¿Por qué? Veamos:
Actividad
1) Utilice las siguientes gráficas planas o grafos e identifique a qué tipo de po-
liedro pertenece y complete la tabla.
225
Poliedro regular plano Caras (C) Vértices (V) Aristas (A) Valor de C+V-A
Tetraedro
Hexaedro
Octaedro
Dodecaedro
Icosaedro
C = número de caras
pC = 2A = qV donde A = número de aristas
V = número de vértices
226
REFERENCIAS
Braicovich, T. (s.f.). Grafos y su potencial educativo. Documento para un curso de la Uni-
versidad Nacional del Comahue, Argentina. Recuperado el 6 de mayo de 2011, de:
http://ebookbrowse.com/curso-extenso-grafos-y-su-potencial-educativo-braicovich-1-
pdf-d108850619
Duval, R. (1999). Semiosis y pensamiento humano. (Traducido del francés por Myriam
Vega). Cali, Colombia: Universidad del Valle.
Espinel, M. (1994). El lenguaje de los grafos en los problemas de comunicación. SUMA,
18, 32-38.
Espinel, M. y Sobrón, M. (1992). Grafos a través de juegos. SUMA, 11-12, 88-94.
Menéndez, A. (1998). Una breve introducción a la teoría de grafos, SUMA, 27, 11-26.
Nouche, F. (s.f.). Teoría de grafos: propuesta para escuela secundaria. Recuperado el 20
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cos.pdf
227
CONCEPCIÓN DE ÁREA EN ESTUDIANTES DE GRADO SEXTO
LA FORMACIÓN DE CONCEPTOS
Muchos autores en Educación Matemática han contribuido con teorías sobre la
“formación de conceptos” (e.g., Skemp, 1980; Tall y Vinner, 1981; Vinner y
Dreyfus, 1989; Artigue, 1990; Vergnaud, 1990; Vinner, 1991; Godino y Bata-
nero, 1994; Sotos, 2004; D‟Amore, 2001; Turégano, 2006).
Jovel, D. y Rodríguez, M. (2011). Concepción de área en estudiantes de grado sexto. En P. Perry (Ed.),
Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 229-236). Bogotá, Colombia: Universidad
Pedagógica Nacional.
Tall y Vinner (1981, citado por Jaime, 1995) distinguen entre el concepto co-
mo conocimiento de los matemáticos y como conocimiento de quien lo apren-
de; este último lo denominan imagen del concepto. Por su parte, Artigue
(1990, citado por Azcárate, 1995) hace la misma distinción pero denomina
“concepción” al concepto del aprendiz. Hemos observado diferencias entre el
conocimiento del „matemático‟ y el del estudiante. En este estudio considera-
mos tres tipos de conocimientos asociados a un concepto matemático: formal,
curricular y personal. El conocimiento formal es aquel que, durante la historia
de la matemática, han producido los matemáticos sobre el concepto. El cono-
cimiento curricular es el conocimiento formal de un concepto matemático,
transformado para ser enseñado. Y el conocimiento personal es aquel que de
un concepto matemático tiene una persona que lo aprende.
Componentes de un concepto
Un concepto tiene atributos relevantes e irrelevantes (Tall y Vinner, 1981, ci-
tado en Turégano, 2006). Los atributos relevantes son las propiedades que
definen el concepto, mientras que los atributos irrelevantes son características
no necesarias para el concepto (sólo diferencian ejemplos). Artigue (1990, ci-
tada por Azcárate, 1995) precisa componentes para un concepto, que llamare-
mos: definiciones, problemas, representaciones, teoría y procedimientos.
En matemáticas, las definiciones son uno de los componentes de un concepto,
y sólo tienen atributos relevantes. En la imagen del concepto, cuando existen
definiciones, además de atributos relevantes, ellas pueden contener atributos
irrelevantes. En la actividad de los estudiantes se puede reconocer la presencia
de atributos relevantes o irrelevantes cuando ellos realizan, identifican o usan
ejemplos y contraejemplos. Para ilustrar cambios en atributos de la definición
de un concepto enunciaremos una definición formal y una curricular de área.
Definición formal de área. Apostol (1984) introduce el concepto de área me-
diante seis axiomas, partiendo de una clase M de conjuntos del plano medibles
y una función a de dominio M. Toma conjuntos S y T de M, indicando que
S T , S T y T S están en M, estableciendo que: Para todo S, a(S ) 0 ; si
S T entonces a(S ) a(T ) ; si S es rectángulo de lados h y k, entonces
a(S ) hk ; sea Q M S Q T (1), si existe uno y sólo un número
c a(S ) c a(T ) para todo S y T que satisfagan (1), entonces Q es medible y
a(Q) c . Además, a(S T ) a(S ) a(T ) a(S T ) y a(T S ) a (T ) a (S ) .
230
Definición curricular de área. En Gordillo (2006, p. 134) se lee: “Una línea
cerrada determina dos regiones, la interior y la exterior. La medida de la re-
gión interior es el área. Calcular el área es hallar la medida de la superficie
encerrada por la frontera”. El área, en tal texto escolar, es la medida de la re-
gión interior a una línea cerrada.
Nótese que área como concepto formal es un concepto primitivo cuyos atribu-
tos se introducen mediante axiomas en cuya formulación entran conceptos,
como el de función. Área como concepto curricular no es un concepto primiti-
vo; se define mediante otros conceptos, como el de región del plano. En este
caso, además de cambios en los atributos, también hay cambio en la naturaleza
del concepto.
1
Ver otras presentaciones de la EMR en Bressan, Zalkower y Gallego (2005) y Goffree
(2000).
231
cuada (las fases de aprendizaje para van Hiele y los seis principios para la
EMR) permitirá avanzar del nivel inicial al final2.
METODOLOGÍA
Se estudia la concepción de área en estudiantes de un curso de grado sexto de
la Institución Educativa El Jardín, colegio urbano de estrato dos de Ibagué. La
Institución consta de tres sedes que atienden aproximadamente 2.200 estudian-
tes; la tasa de mortalidad en bachillerato es aproximadamente de 25% y para
el año 2010, los resultados en las pruebas ICFES estuvieron entre 40 y 60 pun-
tos. El curso tenía 48 estudiantes, 23 hombres y 25 mujeres, con edad prome-
dio de 12 años. La investigación es de tipo cualitativo. Se hizo un estudio de
casos seleccionando dos estudiantes para profundizar en el análisis de la in-
formación, para comprender cómo piensa y razona un estudiante.
Instrumento aplicado
2
Enseñanza, que para el caso de la educación colombiana, se tienen once años (cinco de
primaria y seis de secundaria) para completar los cuatro niveles de comprensión de cual-
quier concepto matemático.
232
levante en la definición de área. No se esperaba que subdividieran cada figura
en unidades de superficie de forma cuadrada, por ejemplo, que dijeran que las
figuras 2 y 3 son de igual tamaño por tener siete cuadrados unidad; en cambio
se esperaba que, por ejemplo, concluyeran que dichas figuras tenían el mismo
tamaño porque eran resultado de una rotación, lo cual equivaldría a la con-
gruencia por rotación en la definición de área de Apostol (1984).
RESULTADOS
La prueba se entregó a los estudiantes en el primer bloque de clase de la ma-
ñana, dándoles hora y media para contestarla. Ese día faltaron a clase nueve
estudiantes, por lo cual la prueba fue aplicada sólo a 39 de los 48 jóvenes. Los
estudiantes rotularon la hoja entregada con el número de pupitre que, normal-
mente, tiene asignado en el salón y cada uno presentó las figuras pintadas
según sus propuestas de clasificación. Dos alumnos realizaron la clasificación
de las figuras bajo un solo criterio, mientras que los demás emplearon varios
criterios. A continuación se analizan las respuestas de dos estudiantes.
Alumno 47
Este alumno construyó nueve grupos de figuras, y los criterios de clasificación
establecidos por él, estaban relacionados en cierta medida con su cotidianidad.
233
la congruencia. De igual manera reconoce la propiedad aditividad cuando dice
“son rectángulos con un cuadrado salido” (figuras 16 y 17). En este caso, el
estudiante está reconociendo que cada una de estas figuras se obtiene a partir
de un “rectángulo” al que se le agrega un “cuadrado”; alude a la aditividad
cuando dice que está “salido”, dando a entender que al cuadrado se le debe
agregar el rectángulo. De nuevo, reconoce la propiedad aditividad cuando dice
“3 cuadrados salidos” (figuras 19 y 24). También deja entrever que reconoce
la propiedad de la diferencia cuando menciona que estas figuras “tienen un
hueco”, con lo que indica que ese “hueco” se le debe quitar a la superficie.
Alumno 45
Esta estudiante construyó 8 grupos, estableciendo diferentes criterios de clasi-
ficación guiándose por la forma o parecido de las figuras. Establece una con-
vención de colores para nombrar los grupos haciendo referencia a otros atribu-
tos relevantes para ella, que destacamos porque son importantes en la identifi-
cación de propiedades geométricas relacionadas con el concepto de área. Re-
saltamos que en cada grupo la estudiante identificó el número de lados de las
figuras. A continuación destacamos los siguientes criterios:
Número de lados: de color morado destaca diez figuras
que tienen “8 lados” (figuras 4, 7, 8, 10, 13, 14 15, 16, 20
y 22), con color rojo destaca 7 figuras que tienen estric-
tamente “12 lados” (figuras 2, 3, 6, 12, 19, 24, 26).
Objetos de la vida cotidiana: “Números” (figuras 24 y 26),
ella reconoce que las dos figuras son números pero no ex-
plicita ningún tipo de congruencia.
“Parecido”: Pinta con color verde oscuro (figuras 9 y 17), aquí se puede ver
un aspecto relevante para ella, pero que, en primera instancia, no lo habíamos
considerado importante porque no percibimos mucho parecido.
Propiedades geométricas: Se podrían ver cuatro grupos de figuras dado que la
estudiante reconoce la misma figura en distinta posición, cuando alude a algu-
nas de estas propiedades que se detallan a continuación.
Se puede entrever en esta alumna el reconocimiento de la congruencia por ro-
tación Por ejemplo, pinta un grupo de figuras en color amarillo (figuras 1, 18 y
29) diciendo “son la misma figura”, aquí se puede visualizar que la niña reco-
234
noce la propiedad de la congruencia. Además, observa que todas las figuras de
este conjunto tienen diez lados. También reconoce la congruencia en las figu-
ras que pinta de color violeta (figuras 5, 20 y 28) donde vuelve a afirmar que
“son la misma figura”, identifica en ellos 10 lados. Igual ocurre con un grupo
que pintó de color verde oscuro (figuras 11 y 27):
REFERENCIAS
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235
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236
LA ACTIVIDAD DEMOSTRATIVA EN UNA CLASE DE GEOMETRÍA CON
ESTUDIANTES EN EDAD EXTRAESCOLAR
A través de esta comunicación, queremos dar cuenta de parte del análisis que
hemos realizado de la actividad demostrativa de estudiantes en edad extraesco-
lar, cuando se enfrentan a una tarea en la que se les pide indagar sobre las pro-
piedades geométricas del triángulo isósceles. Este análisis tiene como sustento
teórico el constructo actividad demostrativa propuesto por el grupo Æ G de la
Universidad Pedagógica Nacional. Realizar el análisis de la actividad de los es-
tudiantes nos ha permitido plantear algunas reflexiones en torno a nuestra expe-
riencia investigativa y la posibilidad de involucrar a estudiantes en edad extra-
escolar en un ambiente de actividad demostrativa.
INTRODUCCIÓN
A través de esta comunicación, queremos socializar un avance de nuestro tra-
bajo de grado, el cual tiene como objetivo reconocer acciones de estudiantes
en edad extraescolar, que reflejan la emergencia de un ambiente de actividad
demostrativa en el aula de clase de matemáticas. Para cumplir con este objeti-
vo, diseñamos un conjunto de tareas en las cuales los estudiantes debían usar
el software de geometría dinámica Cabri, con el propósito de establecer su so-
lución. Las tareas estuvieron encaminadas a que los estudiantes identificaran
propiedades del triángulo; en particular, en este documento describimos y ana-
lizamos parte de la actividad que realizaron los alumnos al abordar una tarea
en la que se les pidió encontrar propiedades del triángulo isósceles. La imple-
mentación de las tareas se llevó a cabo durante el segundo semestre de 2011
en el Colegio Gabriel Echavarría de Madrid, Cundinamarca, en un grupo de
35 estudiantes que se encontraban nivelando los grados octavo y noveno de
básica secundaria, en jornada nocturna.
Hemos organizado esta comunicación de la siguiente manera: en primer lugar,
esbozamos el enfoque teórico que sustenta el estudio; luego describimos,
1
Estudiante de Maestría en Docencia de las Matemáticas.
Luque, C. y Robayo, L. (2011). La actividad demostrativa en una clase de geometría con estudiantes en edad
extraescolar. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 237-244).
Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
grosso modo, los aspectos metodológicos para el análisis y realizamos una
descripción breve de la población; en seguida exponemos parte del análisis de
la actividad de los estudiantes en relación con la tarea propuesta (éste se hizo
con base en el marco de referencia); por último, presentamos algunas reflexio-
nes relativas a nuestra experiencia investigativa y al desempeño de los estu-
diantes.
MARCO DE REFERENCIA
Uno de los referentes teóricos que sustentan nuestro trabajo de grado es el
constructo actividad demostrativa elaborado por el grupo de investigación
ÆG de la Universidad Pedagógica Nacional. Este constructo abarca dos pro-
cesos, conjeturación y justificación, los cuales no se constituyen como proce-
sos independientes ni las acciones que los componen se consideran secuencia-
les. El proceso de conjeturación se compone de acciones de tipo heurístico,
tales como: visualizar, explorar, generalizar y verificar. Estas acciones permi-
ten a los estudiantes reconocer el contenido geométrico y las propiedades que
subyacen en un enunciado matemático o en una figura geométrica, contribu-
yen al planteamiento de conjeturas y a la verificación empírica de las mismas
(Perry, Camargo, Samper y Rojas, 2006). La visualización es la acción por
medio de la cual el estudiante identifica, percibe o evoca propiedades geomé-
tricas de una representación gráfica dada o construida. Cuando la indagación
del estudiante incluye la visualización y otros modos de actuación tales como
tomar medidas, realizar construcciones auxiliares, etc., (e.g. utilizando Cabri),
se manifiesta que su proceder es de carácter exploratorio. Tanto en la visuali-
zación como en la exploración, el estudiante tiene la oportunidad de encontrar
regularidades en las figuras geométricas, que posteriormente se pueden comu-
nicar en forma de generalidades, las cuales eventualmente pueden ser cues-
tionadas y comprobadas a partir de la verificación empírica sobre la represen-
tación gráfica. Dado que el análisis realizado hasta el momento no nos ha
permitido identificar acciones del proceso de justificación, en este documento
no haremos una descripción de ellas; por ello nos centraremos en el proceso
de conjeturación.
ASPECTOS METODOLÓGICOS
Para dar cuenta de la actividad de los estudiantes se implementaron unas tare-
as durante diez sesiones de clase (de cuarenta minutos cada una), de las cuales
seis se registraron en audio y video. En particular, en este documento se da
238
cuenta de parte del análisis de la primera sesión grabada. Para efectos del aná-
lisis se realizó la transcripción de ésta, la cual contiene aclaraciones (en parén-
tesis cuadrados) que no pretenden interpretar sino aclarar o describir acciones
no verbalizadas que hacían estudiantes y profesor.
Realizada la transcripción, se hizo una lectura superficial de la misma con el
propósito de hacernos una idea global de la información, para luego seleccio-
nar episodios que podrían ser de utilidad en la fase de análisis de datos. La se-
lección de los episodios obedeció a dos aspectos: reconocimiento de acciones
de la actividad demostrativa e identificación de la forma de interacción duran-
te la clase (interacción profesor-estudiante, estudiante-estudiante). Esto últi-
mo, con el fin de identificar el nivel de autonomía 2 de los estudiantes. Las in-
teracciones profesor-estudiante se reconocieron en el marco de la clase, mien-
tras que las interacciones entre estudiantes se tomaron en el marco de la acti-
vidad llevada a cabo por un grupo de tres personas. La selección del grupo de
tres estudiantes (E1, E2 y E9) obedeció a su asistencia regular a las sesiones
de clase.
Descripción de la población
La población cuyas acciones fueron objeto de estudio, correspondió a un gru-
po de 35 estudiantes, con un rango de edad entre 24 y 57 años. Su ocupación,
en general, estaba relacionada con oficios operarios en empresas de flores, vi-
drios y panadería. Ellos tomaron la decisión de terminar sus estudios de bachi-
llerato (después de un período de desescolarización) porque las empresas en
las que laboraban así lo exigían; sin embargo, esto no implicó un desinterés
por parte de ellos en relación con su formación académica. Al ser una pobla-
ción en edad extraescolar y con experiencias académicas diferentes se hizo
necesario indagar acerca de sus conocimientos geométricos y manejo del
computador. Dicha pesquisa nos permitió concluir que sus conocimientos ge-
ométricos estaban ligados al reconocimiento de representaciones gráficas de
algunas figuras geométricas que asocian con sus respectivos nombres, con el
uso de fórmulas para hallar áreas y perímetros. En cuanto a su experiencia con
el manejo del computador, se encontró que su uso era esporádico y exclusivo
de la clase de informática.
2
Según Perry, Samper, Camargo, Echeverry y Molina (2008), “autonomía” hace referencia
a la capacidad de fundamentar con razones propias lo que se dice y lo que se hace indepen-
dientemente de otra autoridad.
239
UN EJEMPLO DE ANÁLISIS: LA ARMONÍA DE LAS TRIBUS INDÍGENAS
La armonía de las tribus indígenas corresponde a la primera tarea que se pro-
puso a los estudiantes, con miras a que ellos: (i) interpretaran el enunciado en
términos geométricos y se instruyeran en relación con cómo una situación
puede modelarse mediante una representación gráfica; (ii) realizaran una ex-
ploración en el entorno de geometría dinámica de una construcción que mode-
la la situación; y (iii) establecieran invariantes con base en la exploración rea-
lizada. El enunciado de esta tarea, fue el siguiente:
Algunas tribus indígenas para mantener la armonía de su pueblo distribuyen su
territorio de tal manera que todos los clanes de la tribu se organizan de la mis-
ma forma. Pueblos indígenas como los Huari, Nazca y Chimú han construido
las viviendas en su territorio de tal manera que cada clan (conformado por tres
familias) debe edificar sus casas logrando que éstas queden ubicadas en forma
triangular. La ubicación de las viviendas en estas tres tribus coincide en su for-
ma triangular, pero su disposición en cada clan para cada una de estas tribus es
diferente.
240
mento no hubo intervención del profesor debido a que se buscaba que los es-
tudiantes empezaran a vivenciar un ambiente de trabajo autónomo. Durante la
implementación de la tarea, los dos primeros autores de esta ponencia asumie-
ron un papel específico, siendo uno el profesor y el otro el encargado de reali-
zar las observaciones y grabaciones de la clase.
241
Las etiquetas facilitaron que los estudiantes manifestaran discrepancias entre
las dos representaciones. Básicamente, los alumnos se centraron en señalar
que lo diferente era el número de casas representado en cada ilustración (en la
ilustración 3, nueve casas y tres clanes y en la 4, tres casas y un clan). Para
descartar la segunda interpretación la profesora preguntó ¿en el enunciado se
decía que las casas también tenían que ser triangulares? Los estudiantes res-
pondieron que no, lo cual les llevó a escoger la Figura 3 como la adecuada, en
vista de que la Figura 4 suponía información que no está en el enunciado.
En este primer momento se destaca la interpretación como, quizá, una acción
previa a la actividad demostrativa, que prepara a los estudiantes para iniciar
acciones de visualización y exploración.
242
283. E9 Así lo mueva, es una figura invariante porque a pesar de que coja un punto
y lo arrastre no se deforma, sigue siendo la mismas medida.[Arrastran
vértices del triángulo IJH y observan que siempre se mantienen los dos
lados congruentes]
[…]
286. E1 Y eso es lo que tienen en los tres clanes en común es eso. Porque los tres
los movemos para todos lados y las medidas le siguen iguales.
287. E9 Pues eso es un invariante.
[…]
290. E9 Tómele medidas. Los ángulos también siguen igual. [Señala los ángulos
congruentes del triángulo DEF]
291. E5 Sí. Los ángulos tampoco no pierden su medida.
292. E9 Son invariantes.
REFLEXIONES FINALES
Dado que esta comunicación es producto de un trabajo en curso, más que
plantear conclusiones queremos señalar algunas reflexiones en relación con
nuestra experiencia investigativa y con la posibilidad que percibimos, a través
del desempeño de los estudiantes, de generar la actividad demostrativa en un
nivel de educación secundaria con estudiantes en edad extraescolar.
En relación con nuestra experiencia investigativa, el análisis de la actividad de
los estudiantes nos permito identificar que el constructo actividad demostrati-
va no presenta una acción particular referida a la interpretación del enunciado,
por lo cual nos surgen las siguientes inquietudes: ¿será que para el contexto
escolar (o incluso a nivel superior) es importante tener en cuenta la interpre-
243
tación como una acción que haga parte del constructo de actividad demostra-
tiva? O ¿será conveniente tener un referente teórico como complemento al de
la actividad demostrativa que tenga presente acciones como la interpreta-
ción?
Este análisis también nos llevó a reconocer la importancia de hacer una pla-
neación rigurosa de las intervenciones del profesor durante la implementación
de las tareas. Creemos que anticipar los momentos y las manera en la que
puede intervenir el docente favorece una participación más espontánea de los
estudiantes (específicamente en la puesta en común).
En cuanto a la actividad demostrativa de los estudiantes, consideramos que
con algunas pautas y direccionamientos del profesor es posible impulsar la
actividad demostrativa en estudiantes en edad extraescolar. Proponer tareas
que inviten al estudiante a realizar acciones de exploración contribuye a que
sientan la necesidad de comunicar sus ideas y verificar la validez de las mis-
mas en medio de la discusión con otros. En este primer análisis se evidencia
que los estudiantes realizan acciones tales como: visualizar, explorar y conje-
turar, las cuales son evidencia de su involucramiento en un ambiente de acti-
vidad demostrativa. Consideramos que dicho involucramiento estuvo favore-
cido por: (i) las intervenciones de la profesora, las cuales propiciaron la inter-
pretación y comprensión de los estudiantes en relación con la situación abor-
dada en clase, y (ii) el papel de Cabri, como herramienta que permitió a los
estudiantes explorar y descubrir propiedades invariantes de la figura geométri-
ca dada.
Por último, es pertinente destacar el compromiso de los estudiantes en relación
con: utilizar el lenguaje acordado durante la clase, nombrar los objetos y hacer
uso de Cabri para dar solución a la tarea propuesta.
REFERENCIAS
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la Universidad Pedagógica Nacional.
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versidad Autónoma del Estado de México.
244
PERCEPCIÓN Y REPRESENTACIÓN
Julio Ocaña
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
julio.ocana@utadeo.edu.co
1
Software de geometría dinámica.
Ocaña, J. (2011). Percepción y representación. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y
sus Aplicaciones (pp. 245-251). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
el objeto se puede reproducir ya que se conoce con precisión las medidas y la
forma.
Usando la herramienta Cabri o módulos en madera (Ocaña, en prensa), cada
estudiante hace su composición, en otras palabras, crea su propio modelo de
estudio. La idea es lograr que el estudiante descubra las relaciones entre la
percepción del objeto y su representación partiendo del modelo creado.
Para la realización de los talleres se han clasificado las representaciones o
proyecciones en dos grandes grupos: en el primero se incluyen las multiplana-
res u ortogonales y en el segundo, las monoplanares o pictóricas (Ocaña,
2011). En el caso de la proyección ortogonal debemos dibujar varios planos
para conocer la pieza; dibujamos las vistas principales de la pieza y si es nece-
sario, las vistas auxiliares que se requieran para tener una información com-
pleta. En las proyecciones pictóricas con un solo dibujo podemos dar a cono-
cer la pieza. El sistema de representación paralelo se divide en dos grupos: en
el primero se encuentra la representación paralela que cobija las axonométri-
cas, las oblicuas (por ejemplo, la caballera) y el caso especial de la perspectiva
militar; en el segundo grupo, se ubica la representación de las cónicas que de-
pendiendo del número de puntos de fuga se clasifican en: perspectiva paralela
con un punto de fuga, perspectiva cónica con dos puntos de fuga y perspectiva
oblicua con tres puntos de fuga.
Para este taller, trabajaremos con las vistas principales del plano y la represen-
tación paralela.
Como el objeto o modelo tiene tres dimensiones, la construcción propuesta en
Cabri permite controlar las coordenadas, X, Y y Z y los ángulos de proyección
del modelo. De esta forma al dibujar la vista superior del objeto y proyectarla
a la vista frontal, girando la superior obtendremos las cuatro vistas (F: frontal,
LD: lateral derecha, P: posterior y LI: lateral izquierda). Al proyectar la vista
superior y la frontal obtenemos un dibujo, que controlando los valores de los
dos ángulos, nos da como resultado las perspectivas axonométricas, oblicuas
y la caballera. Controlando X, Y y Z podemos aplicar las reducciones de repre-
sentación que se requieran.
ACTIVIDAD
El proceso de percibir un objeto para luego representarlo requiere de una prác-
tica dirigida, orientando a los estudiantes en el uso de las normas de represen-
246
tación (posición relativa de los objetos) y las normas de dibujo (formatos y
clases de líneas). La propuesta de talleres para desarrollar con los estudiantes
es la siguiente:
Taller 01. Construir una plantilla, en el programa Cabri, que permita controlar
las coordenadas X, Y y Z y simultáneamente los ángulos del modelo (plantilla
módulo).
Taller 02. Componer un modelo partiendo de módulos de madera para repre-
sentarlos en la plantilla desarrollada en el primer taller.
Taller 03. Hacer un modelo utilizando la plantilla módulo desarrollada en Ca-
bri. Esta hoja de trabajo contiene trece módulos que serán utilizados para la
composición y estará disponible un video para ilustrar cómo utilizarla.
Estas ayudas potencian en el estudiante la relación entre la percepción y la re-
presentación de un objeto, permitiendo que el estudiante cree nuevos diseños
ajustados a las necesidades planteadas.
Taller 1
Construcción en el programa Cabri de la plantilla (hoja de trabajo) y las ma-
cros necesarias para la construcción de la representación de un objeto. La vista
superior, la vista frontal y la representación paralela.
Se inicia la construcción de la plantilla 2D, trazando una recta vertical y sobre
ésta se levantan seis perpendiculares y un punto, los cuales se marcan de la
siguiente forma:
L recta vertical
S: recta sobre la cual montamos la vista superior
Oxy: recta origen del sistema coordenado X–Y
Punto F: base del modelo
Oxz: recta origen del sistema coordenado X–Z
Ux 0: recta que contiene la escala de los valores de X
Uy 0: recta que contiene la escala de los valores de Y
Uz 0: recta que contiene la escala de los valores de Z
247
F
OXZ
x = 0,7
UXO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
UYO 1 2 3 4 5
y = 0,82
6 7 8 9 10
UZO z = 0,90
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Las regletas (Ux, Uy, Uz) deben estar marcadas en forma independiente,
copiando la unidad de medida para cada una de ellas. Por ejemplo, para x la
unidad de medida es 0,7.
En la Figura 1 está el esquema de los elementos descritos.
OXY
Za
Ya
F
OXZ OA
x = 0,7
UXO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Xa
y = 0,82
UYO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
UZO z = 0,90
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Za
Figura 1 Figura 2
forma los ejes que llamaremos Xa, Ya, Za, origen del sistema econométrico
(Figura 2).
Taller 2
En este segundo taller se espera potenciar la creatividad del estudiante pues es
artífice de su propio modelo. Al estudiante se le entrega una caja acrílica que
contiende diez módulos y una guía de trabajo. Debe componer un modelo uti-
lizando sólo siete piezas o las que se designen para esa actividad, las cuales
deben estar dispuestas de tal forma que no sobrepasen el tamaño del cubo ini-
cial, de 6 cm de lado, ni queden espacios vacíos. Una vez terminada la activi-
dad de componer su modelo, debe proceder a dibujarlo.
Saca las vistas principales y la proyección paralela, partiendo del objeto real
compuesto por él. El estudiante tiene la posibilidad de apropiarse del objeto
manipulándolo de acuerdo a sus inquietudes visuales para formarse un con-
cepto claro de las características del objeto. Procede a nombrar los vértices
248
empezando desde abajo a la izquierda y en sentido contrario a las manecillas
del reloj, en forma ascendente. Luego debe dibujar las vistas y el objeto en 3D
en la hoja de trabajo construida en el Taller 1. Ahora debe identificar los vérti-
ces en las vistas principales y en el isométrico.
En la Figura 3 se observa una foto de las piezas para componer el modelo y un
ejemplo de composición.
Figura 3
Taller 3
En esta oportunidad al estudiante se le presentan los objetos para su diseño en
forma virtual, en un formato denominado hoja de componer. Encuentra trece
piezas o módulos con los cuales debe armar un modelo de siete piezas. Luego
hace la representación de la vista superior, frontal y el isométrico, todo en hoja
de papel, actividad que le permite rotular para luego pasar a la tercera parte de
este ejercicio que es representar en el programa Cabri las vistas superior y
frontal y el isométrico en la plantilla hoja de trabajo que debe tener en la pla-
taforma como resultado del Taller 1.
Este tercer taller afianza la relación entre percepción y representación; permite
igualmente comprender el proceso a través de la construcción de las macros
que requiere para agilizar la construcción en cabri.
En la Figura 4 se muestra un ejemplo de los trece módulos o piezas y la orga-
nización de un modelo de siete de esas piezas
249
Figura 4
250
REFERENCIAS
Black, E.D. (1976). Dibujo técnico. Buenos Aires, Argentina: Marymar Ediciones S. A.
Bertoline, G.R., Wiebe, E.N., Miller, C.L. y Mohler, J.L. (1999). Dibujo en ingeniería y
comunicación gráfica. México: Compañía Editorial Ultra S.A. de C.V.
Ocaña, J.C. (en prensa). Animaciones maquetas y material audiovisual para la enseñanza
de la geometría. Bogotá, Colombia: Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Ocaña, J.C. (2011). Geometría Descriptiva I. Bogotá, Colombia: Universidad Jorge Tadeo
Lozano.
Rowe, Ch.E. (1970). Geometría descriptiva. México: Compañía Editorial Continental, S.A.
251
APROXIMACIÓN A LAS CONCEPCIONES DE DEMOSTRACIÓN DE
ALGUNOS PROFESORES UNIVERSITARIOS DE MATEMÁTICAS
MARCO DE REFERENCIA
Godino y Recio (2001), presentan tres visiones para la demostración, que se
esbozan a continuación.
1
Estudiante de Maestría en Docencia de las Matemáticas.
2
Profesora titular.
Ospina, T., Plazas, T. y Samper, C. (2011). Aproximación a las concepciones de demostración de algunos
profesores universitarios de matemáticas. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus
Aplicaciones (pp. 253-260). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
componen el teorema, ya que están ligados a la validez de las reglas de la ló-
gica. Por ejemplo, [(p q) p] q es un teorema de toda teoría matemática
que se base en la lógica bivalente usual. En este caso, la demostración se redu-
ce a ser una actividad algorítmica que no involucra contexto alguno.
254
La enseñanza de la demostración
Éste es uno de los temas de interés de educadores matemáticos. Existen dife-
rentes ideas en torno a cómo debe ser el proceso de enseñanza. Generalmente,
los profesores proveen a sus estudiantes una visión limitada de qué es demos-
trar, pues esa actividad en sus clases se reduce a realizar ejemplos de demos-
traciones que los estudiantes deben entender y replicar (Recio, 2001). Como lo
expresan algunos autores, existe la necesidad de transformar el paradigma que
tienen muchos profesores respecto a la demostración:
La idea común formalista de muchos profesores de matemáticas de que la con-
vicción es una cartografía monocromática de la demostración deductiva (esto
es: una función biyectiva) debe ser, por tanto, completamente abandonada; la
convicción no se consigue exclusivamente con la demostración ni es la verifi-
cación/convicción la única función de la demostración. (de Villiers, 1993, p.
27)
255
Comunicación, que busca difundir resultados matemáticos entre per-
sonas de una misma comunidad. Por lo tanto, es una actividad social
que estipula ciertas normas para que el proceso comunicativo sea óp-
timo. Permite vislumbrar las demás funciones de la demostración.
La visión de la demostración que ofrece el grupo de investigación Aprendizaje
y Enseñanza de la Geometría (Æ•G ) de la UPN resalta que la demostración
es medio de descubrimiento, comunicación, explicación y sistematización.
(Camargo, Samper y Perry, 2006) El grupo propone el constructo actividad
demostrativa, según el cual ésta se compone de dos procesos: (1) construcción
de conjeturas y (2) producción de justificaciones. El primer proceso incluye
acciones como la visualización, exploración, generalización y verificación pa-
ra poder establecer conjeturas. El segundo proceso se centra en la justificación
a través de una explicación, prueba o demostración formal. La actividad de-
mostrativa tiene como fin descubrir hechos geométricos, propiciar mejor com-
prensión de la propiedad y el objeto matemático trabajado, y proveer elemen-
tos para la construcción de una justificación.
METODOLOGÍA
La población de estudio fueron once profesores del Departamento de Matemá-
ticas de la UPN, que tenían a cargo cursos de matemáticas en el segundo se-
mestre de 2008 y primero de 2009, dirigidos a estudiantes de la Licenciatura
en Matemáticas.
La recolección de información se realizó en dos fases. La primera fase fue una
entrevista de ocho preguntas que se le hizo a cada profesor. A continuación se
presenta cada pregunta junto con las razones por las cuales se formuló.
Pregunta Propósito
¿Qué es demostrar? Lograr una aproximación a lo que consideran
¿Es importante la demostración en ma- como demostración, desde su formación mate-
temáticas? ¿Por qué? mática.
Aspectos Propósito
Deja participar a los estudiantes en la cons- Evidenciar su visión del papel de la demos-
trucción de demostraciones. tración en la educación matemática de un
individuo.
Indaga para propiciar participación de estu- Establecer las ideas que tiene sobre lo que
diantes con ideas para la demostración. es aprender y enseñar a demostrar.
Busca la comprensión de los estudiantes pre- Determinar el papel que le asigna a la de-
sentando ejemplos o contraejemplos antes de mostración en el aprendizaje de las mate-
demostrar el teorema. máticas.
Usa expresiones que se refieren a la demos- Capturar la información que permita evi-
tración como validación/convicción. denciar las funciones que le otorga a la
Usa expresiones que se refieren a la demos- demostración en su práctica docente.
tración para la sistematización.
Usa expresiones que se refieren a la demos-
tración para la comprensión o realiza accio-
257
nes a través de las cuales se entrevé que con-
sidera la demostración elemento para la com-
prensión/explicación.
Da lugar a un espacio de actividad previa
para investigar una situación que lleve al des-
cubrimiento del teorema a demostrar.
Problematiza el teorema a demostrar con el Observar estrategias didácticas para la en-
fin de generar discusiones en torno a éste. señanza y el aprendizaje de la demostra-
ción.
Muestra interés en la refinación y rigurosidad Evidenciar el papel que le asigna a la de-
de la demostración. mostración desde la educación matemática.
Tabla 2. Registro audiovisual
ANÁLISIS
Se realizó el análisis de la entrevista que permitió categorizar a los docentes
entrevistados, teniendo en cuenta las funciones que en ésta le asignan a la de-
mostración y las ideas que proveen de cómo se enseña y se aprende a demos-
trar. Se establecieron tres categorías.
Tipo A
Corresponde a la visión de los docentes que le asignan a la demostración úni-
camente la función tradicional de verificación/convicción. Ellos consideran
que un individuo aprende a demostrar haciendo demostraciones o repitiéndo-
las. Las demostraciones en el aula de clase hacen parte esencial del contrato
didáctico. Sin embargo, no se percibe que tengan interés en realizar activida-
des que motiven a los estudiantes a producir y entender las demostraciones; es
decir, la demostración se convierte en un trabajo personal del estudiante quien
trata de imitar los ejemplos que el docente provee.
Tipo B
Es la visión de aquellos docentes que le asignan a la demostración todas las
funciones mencionadas por de Villiers (1993). Estos docentes consideran que
los estudiantes aprenden a demostrar a través de procesos de exploración, con-
jeturación y justificación. Además, como de Villiers (1993) lo menciona, al
reconocer la función de explicación /comprensión ligada a la de descubrimien-
to, expresan su interés en que la actividad que realiza el estudiante resulte sig-
258
nificativa para ellos. Sus visiones de la demostración coinciden con la activi-
dad demostrativa propuesta por el grupo de investigación Æ•G. Además re-
conocen la demostración como parte esencial del contrato didáctico; buscan
generar el interés en los estudiantes por la demostración. Consideran que la
importancia de realizarlas no está en presentarla de manera completa sino en
cómo se construye.
Tipo C
Es la visión de los docentes que reconocen la función de verifica-
ción/convicción como la principal de la demostración pero también le asignan
una o dos funciones más. Sin embargo, el hecho de que reconozcan otras fun-
ciones no lleva a pensar que su idea de demostración coincida con la actividad
demostrativa. Algunos de ellos reconocen que se deben generar procesos de
exploración y conjeturación para acceder a la justificación, pero no tienen en
cuenta que para llevar a cabo esto es necesario identificar las funciones de
descubrimiento y explicación/comprensión como acciones simultáneas. Ellos
también consideran la demostración como parte esencial del contrato didácti-
co, mas no se percibe algún interés en realizar actividades que motiven a los
estudiantes a producir y entender las demostraciones.
Teniendo estas categorías, se realizó el análisis de los registros audiovisuales
de los tres profesores. Dicho análisis llevó a modificar la primera clasificación
que se tenía de los profesores pues lo que expresaron en la entrevista no coin-
cidía, en algunos casos, con lo que hacían en la práctica.
CONCLUSIONES
Es usual que todos los docentes identifiquen la demostración como
medio para verificar la veracidad de una proposición matemática y/o
convencer a individuos de la misma comunidad académica de ello.
Como resultado del análisis de la información recogida, fue posible
establecer tres tipos de docentes, agrupados de acuerdo con sus ideas
respecto a la demostración.
En el proceso realizado se evidenció que para determinar la visión
que tiene un docente respecto a cualquier actividad matemática se re-
quiere no solamente tener en cuenta las respuestas proferidas en una
entrevista sino también observar su práctica en el aula. Con lo que hi-
259
cimos no se puede determinar la concepción que tienen los docentes
de la demostración. Únicamente se establece una aproximación a ésta.
Dado el análisis y las conclusiones de este trabajo, surge como in-
quietud: Si el grupo de docentes que está formando a los estudiantes
del Departamento de Matemáticas de la UPN tienen diferentes visio-
nes en torno a la demostración, ¿cuáles son las visiones que tienen los
estudiantes del Departamento respecto a dicha actividad? y ¿cómo
afecta la formación matemática y didáctica de los futuros educadores
matemáticos el hecho de que los docentes tengan diferentes visiones
de la demostración?
Este estudio nos permitió reconocer que nuestra concepción de la
demostración coincide con lo descrito como categoría C, pues ésta
promulga la actividad demostrativa. Surgió entonces otra inquietud:
¿será que podremos propiciar actividad demostrativa en nuestro
quehacer docente a nivel escolar? Responderla es la meta de nuestro
actual trabajo de maestría en Docencia de las Matemáticas en la UPN,
siendo lo aquí expuesto un elemento del marco teórico que usaremos.
REFERENCIAS
Camargo, L., Samper, C. y Perry, P. (2006). Una visión de la actividad demostrativa en
geometría plana para la educación matemática con el uso de programas de geometría
dinámica. Lecturas Matemáticas, volumen especial, 371-383.
de Villiers, M. (1993). El papel y la función de la demostración en matemáticas. Epsilon,
26, 15-29.
Godino, J. y Recio, A. (2001). Significados institucionales de la demostración. Implicacio-
nes para la educación matemática. Enseñanza de las ciencias, 19(3), 405-414.
Recio, T. (2001). La mecánica de la demostración y la demostración mecánica. Tomado de
http://www.uv.es/~didmat/angel/seiem.html
260
UN EJEMPLO DE ACTIVIDAD DEMOSTRATIVA DE ESTUDIANTES
DE SEXTO GRADO
MARCO DE REFERENCIA
En el Departamento de Matemáticas de la UPN, la demostración, como objeto
de estudio en la educación matemática, ha sido centro de interés del grupo
Æ•G. Durante los últimos años dicho grupo ha adelantado un buen número
de investigaciones con estudiantes de la Licenciatura en Matemáticas de la
misma universidad, sobre la enseñanza y el aprendizaje de la demostración.
El grupo Æ•G señala “la demostración como medio de descubrimiento, co-
municación, explicación y sistematización” Camargo, Samper y Perry (2006),
funciones estas que de Villiers (1993) asigna a la demostración. A partir de
ello, proponen el constructo actividad demostrativa conformado por dos pro-
1
Estudiantes de Maestría en Docencia de la Matemática.
2
Profesora titular.
Ospina, T., Plazas, T. y Samper, C. (2011). Un ejemplo de actividad demostrativa de estudiantes de sexto
grado. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 261-268). Bogo-
tá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
cesos: (1) producción de conjeturas y (2) producción de justificaciones. Nos
concentramos, en este momento, en el proceso de producción de conjeturas.
Las acciones que realizan los estudiantes dentro de este marco deben llevar a
que comprendan mejor la propiedad y el objeto matemático trabajado y que
posiblemente adquieran ideas que les ayude a construir la justificación corres-
pondiente.
La tarea propuesta
Como lo dicen Camargo, Samper y Perry (2006) uno de los factores que pro-
pician el desarrollo de actividad demostrativa en el aula es el tipo de tarea que
se propone a los estudiantes. En particular, es necesario diseñar tareas de ex-
ploración que no tengan respuesta inmediata, con el fin de propiciar las accio-
nes de tipo heurístico del proceso de producción de conjeturas. Ello concuerda
con las tareas que da Ponte (2004) cataloga como actividades de tipo de explo-
ración (abierto-accesible) o de investigación (abierto-difícil) en contextos ma-
temáticos, que según el investigador son las adecuadas para generar la activi-
dad matemática en el aula, ya que “este tipo de tareas permiten que el alumno
262
se dé cuenta de cómo se desarrolla la actividad matemática de los matemáticos
profesionales” (da Ponte, 2004, p. 33).
El tema central de la secuencia de tareas que se trabajó en esta ocasión fue el
triángulo y sus propiedades. Para el diseño de las tareas se utilizó como refe-
rencia el texto Geometría (Samper, 2008), dirigido a estudiantes de secunda-
ria. En particular, la tarea que presentamos es una modificación de un ejemplo
encontrado en el libro; el propósito de la tarea era ilustrar la propiedad cono-
cida como desigualdad triangular, según la cual la suma de las medidas de dos
lados cualesquiera de un triángulo es mayor que la medida del tercer lado del
triángulo. Específicamente, se transformó para que los estudiantes llegaran a
descubrir esa propiedad a través de la manipulación de materiales concretos.
La tarea propuesta fue:
Los palitos de color amarillo, azul y rojo, tienen diferentes medidas.
¿Podemos escoger uno de cada color y unirlos para formar un trián-
gulo? Anote en la tabla, en la columna del color correspondiente, la
medida del palito y si se formó o no un triángulo. Haga diez intentos
diferentes.
Con base en la información recolectada en la tabla, describa cuándo
se forma un triángulo y cuándo no se forma un triángulo. Por último,
escriba una conjetura.
ANÁLISIS
Para el análisis de las acciones de los estudiantes al resolver la tarea, se obser-
varon los videos que se realizaron cuando estaban trabajando y se tuvieron en
cuenta las respuestas consignadas por los estudiantes en la hoja.
Para comenzar, se expondrá el análisis que se realizó de la tarea previamente y
la razón por la cual se creía que propiciaría cada una de las acciones del pro-
ceso de conjeturación. Luego se presentará un fragmento del protocolo de cla-
se en donde se evidencian algunas de las acciones.
Visualización
El primer punto de la tarea propicia la visualización. Los estudiantes intenta-
rán construir una figura con forma de triángulo con los palitos. Para esto de-
263
ben evocar la definición de triángulo y ver si la figura formada con los palitos
satisface dicha definición.
Los estudiantes encuentran una combinación entre palitos que les permite
formar un triángulo: el que mide seis cm (amarillo), el de dos cm (azul) y el
que mide cinco cm (rojo). Los estudiantes recuerdan la forma que describe un
triángulo y observan que la representación lograda con los palitos coincide
con las características de un triángulo. Un segundo momento de esta acción se
puede evidenciar cuando descartan la figura formada por los palitos que miden
tres, cuatro y siete centímetros, puesto que la figura lograda no concuerda con
la imagen que tiene de triángulo.
Exploración
Al darles varios palos de cada color y solicitar que realicen diez intentos, se
favorece que el estudiante explore la situación. Dada la inexperiencia de los
estudiantes con este tipo de tarea, la profesora los guía en lo que se refiere a
264
cómo debe ser el proceso de exploración, y qué tipo de inquietudes deben
guiar ese proceso.
83 Profesora: Por ejemplo, tres [cm], uno [cm] y siete [cm]. ¿Ya están mirando? ¿Qué
tienen estos numeritos para que sea o no sea triángulo? Ya tienen las me-
didas… ¿qué pasa con esas medidas para que dé eso? Miren qué pasa con
las medidas.
84 Luisa: No se forman porque no se pueden unir los palitos.
85 Profesora: Pero, ¿por qué no se pueden unir? ¿Qué tienen de especial? y ¿Qué pasa
con las medidas? ¿Por qué no se puede?
86 Luisa: Es que no alcanza.
…
90 Luisa: Por ejemplo, acá el rojo es demasiado grande para poder unirlo… Sí. Di-
gamos es muy grande para que se formen, porque le falta mucho.
91 Profesora: Revisa que pasa con las medidas. A ver… Hay unos triángulos que no se
pueden hacer y hay unos que sí se pueden hacer. ¿Por qué se pueden y
por qué no se pueden hacer?
…
98 Luisa: Cuando sumamos… Se forma, cuando la suma de los más pequeños su-
pera al más pequeño, digo al más grande.
Ejemplo de exploración
Generalización
El segundo punto de la actividad tiene como objetivo que los estudiantes reali-
cen una generalización de la situación. Si bien en la exploración ya detectaron
la propiedad que les permite formar un triángulo con las medidas de los pali-
tos, aún no la han formulado explícitamente como una generalización de la
situación. Es importante aclarar que los estudiantes no cuentan con un lengua-
je formal matemático ni una estructura lógica que les permita escribir su gene-
ralización como una proposición condicional. Sin embargo, hacen uso de al-
265
gunas expresiones que la profesora ha convenido con ellos, como por ejemplo
referirse a las medidas de los lados y no a los palitos o intentar expresar la
condición que permite la formación de los triángulos con base en las medidas
de sus lados como una situación causa-efecto.
216 Laura: Digamos, las medidas menores son dos y cuatro. Las vamos a coger y las
sumo. Entonces cuando sumo dos y cuatro nos da seis y seis no alcanza a
superar al número de la medida mayor que es catorce.
…
233 Profesora: El que tiene siete, ocho y doce ¿se forma o no se forma [triángulo]?
234 Laura: Siii.
235 Profesora: ¿Por qué se forma?
236 Laura: Porque siete más ocho es igual a quince y supera a…
237 Profesora: ¿Cómo?
238 Laura: Porque siete más ocho es igual a quince y supera a doce
239 Profesora: Entonces en general vamos a decir que Si la suma de dos de los lados es
mayor que el tercer lado, no, la suma de la medida de dos lados es mayor
que la medida del tercero, del tercer lado, se forma el triángulo.
Ejemplo de verificación
CONCLUSIONES
En este análisis parcial pudimos evidenciar que las tareas propuestas permiten
propiciar las acciones de tipo heurístico del constructo actividad demostrativa.
Además se observa que la actividad genera una participación genuina en los
267
estudiantes a través de la propuesta de ideas, la discusión de éstas en los gru-
pos y la formulación de las conjeturas.
Es de aclarar que con las actividades propuestas no se pretendía que los estu-
diantes demostraran la propiedad descubierta, dado el nivel de escolaridad. Sin
embargo se esperaba que los estudiantes usaran la propiedad para resolver
otros problemas y justificaran la solución de éstos a partir de su conjetura.
El análisis de las acciones muestra que la actividad demostrativa evidenciada
en el trabajo de estudiantes universitarios se puede llevar a cabo con estudian-
tes de básica secundaria. Sin embargo, esto depende del tipo de tareas que se
propongan en el aula de clase.
Con este análisis podemos vislumbrar que las acciones de la profesora juegan
un papel importante en el desarrollo de la actividad, en la gestión de la clase y
participación de los estudiantes, en la construcción del conocimiento matemá-
tico, en la apropiación del lenguaje, y en el desarrollo de la cultura de argu-
mentar con razones matemáticas fundadas, asunto central de interés en nuestro
trabajo de grado.
REFERENCIAS
Camargo, L., Samper, C. y Perry, P. (2006). Una visión de la actividad demostrativa en
geometría plana para la educación matemática con el uso de programas de geometría
dinámica. Lecturas Matemáticas (volumen especial), 371-383.
da Ponte, J. (2004). Problemas e investigaciones en la actividad matemática de los alumnos.
En L. Santos, J. Giménez, y J. da Ponte (Coords.), La actividad matemática en el au-
la: homenaje a Paulo Abrantes (pp. 25-34). Barcelona, España: Graó.
de Villiers, M. (1993). El papel y la función de la demostración en Matemáticas. Epsilon, 6,
15-29.
Samper, C. (2008). Geometría. Bogotá, Colombia: Grupo Editorial Norma.
268
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA ENSEÑANZA DE POLIEDROS
EN ESTUDIANTES DE AULA REGULAR Y ESTUDIANTES
DE AULA EXCLUSIVA
Al tomar como referencia lo propuesto por los esposos van Hiele, se encuentra
una relación estrecha con las habilidades geométricas a desarrollar, expuestas
por Hoffer (1990), ya que él realiza una descripción de cada una de las habili-
dades, teniendo en cuenta los niveles de van Hiele. Esto se evidencia a la si-
guiente tabla tomada de Hoffer (1990):
271
dera –como lo indica Kennedy (1986, citado en Godino, 1998)– que los mate-
riales manipulativos contribuyen a la comprensión del significado de nociones
matemáticas y de sus respectivas aplicaciones contextualizadas con el mundo
real. Es así como Godino expone la siguiente clasificación en el manejo de
materiales didácticos, resaltando que un material didáctico es “entendido co-
mo cualquier medio o recurso que se usa en la enseñanza y aprendizaje de las
matemáticas:
Ayudas al estudio: Son recursos que el docente utiliza para el diseño y planea-
ción de una clase, como: ejercicios, tutoriales de ordenadores, entre otros.
DESCRIPCIÓN DE LA METODOLOGÍA
El desarrollo de la propuesta estará enmarcado desde la perspectiva de las si-
tuaciones didácticas de Brousseau (1986), donde se plantea la necesidad de
poner en escena no sólo las acciones del estudiante sino también la de los
maestros, y el conocimiento que se construye. A partir de ello se plantea cua-
tro etapas indispensables en la realización de la actividad matemática, en las
cuales el alumno no sólo contará con los diferentes recursos sino que a partir
de ellos debe logar la significación y apropiación del objeto matemático, en
este caso el de poliedros.
Acción: El estudiante debe actuar sobre un medio didáctico, teniendo en cuenta
únicamente los conocimientos implícitos, es decir, se entregará un problema del
272
que no obtendrá una respuesta inmediata, pero que a partir de sus conocimien-
tos previos tratará de brindar una solución, haciendo un proceso de retroalimen-
tación.
Validación: Para este momento, es necesario que los estudiantes hayan cruzado
por los anteriores, ya que es justo aquí donde el maestro hará intervención con
el fin de aprobar si los procesos llevados a cabo por los estudiantes en el uso del
medio didáctico es adecuado o no.
ANÁLISIS DE DATOS
A continuación se presentan los resultados obtenidos al implementar una se-
cuencia didáctica para grado cuarto de aula regular. Tal secuencia, cuyos auto-
res son una de las ponentes de esta comunicación y otros cinco estudiantes de
la Licenciatura en Educación Básica, se construyó como parte del trabajo
asignado en un espacio de formación de la carrera y se enmarca en la cons-
trucción del parque de diversiones “Charman diversiones”. También cabe se-
ñalar que fue planteada a partir de las dificultades conceptuales encontradas en
los estudiantes en la actividad de diagnóstico, y que para su diseño se procuró
tomar varios elementos expuestos por van Hiele y Hoffer, con el fin de identi-
ficar qué aspectos manejaban los estudiantes, haciendo referencia a figuras
planas y poliedros. Es por ello, que al realizar el análisis de los resultados se
evidenció que no se podría ubicar a los estudiantes de manera específica en
alguno de los niveles expuestos anteriormente, ya que daban cuenta de manera
esporádica del manejo de algunas habilidades. Por lo tanto, se recurrió a la
categorización por niveles según el desarrollo de cada ítem, es decir, depen-
diendo de las acciones que los estudiantes registraron en la resolución de cada
tarea planteada.
273
Escribe el nombre de las figuras geométricas que se encuentran en el parque de diver-
siones
Identifican figuras planas Reconocen únicamente las
y al menos una figura figuras planas en el parque
6 estudiantes 9 estudiantes
sólida en el parque de de diversiones (dibujo).
diversiones (dibujo).
¿Cuántas caras tiene la base que sostiene los aviones de la atracción de “Los Avion-
citos”?
Identifican que las figuras sólidas poseen caras
8 estudiantes
dentro de su estructura
Evaluación
La evaluación que se llevó a cabo durante la implementación de las activida-
des fue procesual, es decir, se tuvieron en cuenta aspectos conceptuales, pro-
cedimentales y actitudinales. Ya en la actividad de final (evaluación) dichos
niveles se plantearon teniendo en cuenta los niveles y las habilidades que fi-
nalmente se querían contemplar en el proceso de los estudiantes.
Dirigido al primer nivel de van Hiele y a las habilidades visual, verbal, lógica y
aplicada propuestas por Hoffer
274
Dirigido al nivel de análisis de van Hiele y a las habilidades visual, verbal y aplicada
propuestas por Hoffer
Reconoce un sólido de- No tiene en cuenta las
terminado dando ciertas propiedades dadas de un
características e identifi- 15 estudiantes sólido determinado y asig- 15 estudiantes
can la parte del robot al na nombres incorrectos a
que corresponde. éste y a la parte del robot.
CONCLUSIONES
A través del trabajo realizado se observa la importancia de contextua-
lizar e implementar en el aula de matemáticas la utilización de recur-
sos didácticos, debido a que a partir de ellos, los estudiantes logran
conceptualizar el objeto de estudio y así mismo realizan de manera
constante procesos de modelación matemática vitales para la com-
prensión de un concepto matemático.
275
En el proceso de implementación de la secuencia didáctica a estu-
diantes con NEES hasta el momento llevado a cabo, se ha evidencia-
do que es fundamental respetar los tiempos en los que ellos realizan
las actividades, es decir, debe haber una prevalencia por el respeto a
los estilos y ritmos de aprendizajes, para proporcionar un ambiente
de aprendizaje óptimo donde el estudiante cambia el papel pasivo por
un papel activo, es decir por ser agente de su propio aprendizaje.
Por medio de planeación y diseño de secuencias didácticas, el docente
debe ser consciente de las variables didácticas que se pueden generar
en la implementación de las actividades, y de la pertinencia y función
de cada uno de los materiales didácticos que se pondrán en juego, ya
que a partir de la motivación y los intereses que logre producir en
los estudiantes, se evidenciarán estrategias claras de resolución de
problemas lo que conduce al aprendizaje significativo deseado.
REFERENCIAS
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Recherches en Didactique des Mathématiques, 7(2), 33-115. (Traducido al castellano
como: Fundamentos y métodos de la didáctica de las matemáticas, por Julia Centeno,
Begoña Melendo y Jesús Murillo, en 1989).
Godino, J. (1998). Uso de material tangible y gráfico-textual en el estudio de las matemáti-
cas: superando algunas posiciones ingenuas. En A.M. Machado et al. (Eds.), Actas do
ProfMat 98 (pp. 117-124). Guimaraes, Portugal: Associaçao de Professores de Ma-
temática.
Hoffer, A. (1990). La geometría es más que demostración. Notas de matemáticas, 25, 10-
24.
Ministerio de Educación Nacional (1998). Lineamientos curriculares de matemáticas. Bo-
gotá, Colombia: Magisterio.
Ministerio de Educación Nacional (2007). Estándares curriculares de matemáticas. Bogo-
tá, Colombia: Magisterio.
Secretaría de Educación Distrital (2004). Modalidad educativa de atención exclusiva para
escolares con deficiencia cognitiva. Bogotá, Colombia: SED.
276
EL PAPEL DE LAS TAREAS PARA PROPICIAR
ACTIVIDAD DEMOSTRATIVA
INTRODUCCIÓN
Tanto en los lineamientos curriculares como en los estándares básicos de
competencias en matemáticas que deben orientar la educación matemática en
Colombia, se destaca la importancia del desarrollo de la argumentación como
medio apropiado para validar y rechazar conjeturas, y avanzar hacia la demos-
tración (MEN, 2003). Algunas investigaciones muestran que en diferentes
grados de escolaridad los estudiantes pueden realizar procesos de prueba. Ello
obedece a que se tiene una idea amplia de demostración, que permite desarro-
llar esa actividad en cualquier grado. La construcción de discursos de índole
argumentativa por parte de estudiantes de la educación básica depende del tipo
de mediación que lleva a cabo el docente junto con un adecuado diseño didác-
tico (Pinzón y Rodríguez, 2006), por un lado, y de lo que la comunidad del
aula acepta como demostración (Stylianides, 2007), por otro lado.
Con base en estas ideas surge como pregunta orientadora del trabajo de grado:
¿qué tipo de tareas debe proponer el profesor y cómo debe gestionar la activi-
dad en torno a ellas para propiciar actividad demostrativa en estudiantes de
grado noveno? En este artículo solamente nos referiremos al tipo de tarea.
1
Estudiante de Maestría en Docencia de la Matemática.
2
Profesora titular del Departamento de Matemáticas.
Pinzón, I., Rodríguez, J. y Samper, C. (2011). El papel de las tareas para propiciar actividad demostrativa. En
P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 277-284). Bogotá, Colom-
bia: Universidad Pedagógica Nacional.
MARCO CONCEPTUAL
Para realizar la construcción de nuestro marco conceptual nos basamos en
planteamientos que sobre la prueba y el uso de herramientas de mediación en
el aula hace el grupo de investigación Aprendizaje y Enseñanza de la Geo-
metría (Æ•G) de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
Actividad demostrativa
La actividad demostrativa se entiende como el conjunto de acciones que una
persona lleva a cabo para descubrir y mostrar que una afirmación puede justi-
ficarse dentro de un sistema teórico disponible, bajo condiciones establecidas
en el grupo ante el cual se hace esa justificación. La actividad demostrativa
está conformada tanto por acciones heurísticas, para descubrir, como por pro-
cesos de justificación, para validar (Perry, Camargo, Samper y Rojas, 2006).
A continuación nos referiremos a cada una de las acciones y procesos que
conforman la actividad demostrativa.
Acciones heurísticas
Visualización. Se entiende como una acción que, a diferencia del simple hecho
de observar, involucra el establecimiento de relaciones que permitan identifi-
car propiedades específicas de un objeto geométrico. Es decir, un objeto geo-
métrico se distingue, en primera instancia, a partir de las unidades figurales
que lo componen y luego, a partir de la identificación de propiedades relevan-
tes. En este sentido, la acción de visualizar potencia la construcción (o recons-
trucción) de definiciones, pues durante la visualización surge o se evoca imá-
genes mentales de conceptos.
Exploración. En esta acción se verifican propiedades y relaciones perceptuales
con el uso de una herramienta de mediación como regla y compás o geometría
dinámica, que genera interacciones entre el sujeto y el objeto geométrico, por
medio de acciones como medir, comparar, clasificar o arrastrar. Se puede in-
ducir la acción de exploración a partir de discusiones en las que se cuestionan
las afirmaciones que resultaron de la acción de visualización, es decir, se posi-
bilita la comprobación, de manera intuitiva, de la veracidad de lo observado.
Generalización. A partir de las acciones de visualización y exploración, el su-
jeto encuentra algunas propiedades que comprueba empíricamente por medio
de la exploración; ello lo lleva a formularlas de manera general. En esta ac-
278
ción, los procesos discursivos juegan un papel fundamental, pues interactúan
tres tipos de registro: el figural, el matemático y el discursivo (Duval, 1999).
Verificación. Es la acción en la que el sujeto ratifica las conjeturas elaboradas
usando sus conocimientos y los elementos que brinda la herramienta de me-
diación, a partir de acciones como las utilizadas en la exploración.
Procesos de justificación
Explicación. Corresponde a un proceso discursivo en el que se busca mostrar
la validez de una conjetura apoyándose principalmente en la figura y en las
acciones específicas que se hicieron sobre ella; es decir, los argumentos se ba-
san en percepciones y se expresan en lenguaje natural. Es un reporte del tra-
tamiento que se le hace al registro figural con la intención de proveer un regis-
tro discursivo (Duval, 1999).
Prueba. La conjetura que se quiere validar se considera general con base en
las acciones realizadas sobre una figura específica; por ende, las propiedades y
relaciones dependen exclusivamente de dicha figura y el proceso de justifica-
ción que se lleva a cabo no es suficientemente riguroso por la falta de genera-
lidad. Aquí, la discusión cobra importancia, pues puede servir para confirmar
la conjetura o encontrar contraejemplos; esto lleva a argumentos más estructu-
rados para la validación que los que se dan en la explicación, acercándose así
a la demostración formal.
Demostración formal. Es un proceso en el que se llevan a cabo pasos deducti-
vos de proposiciones, enmarcados en un sistema teórico, encadenados a partir
de esquemas lógicos válidos, que permiten llegar a la conclusión. No es nece-
sario remitirse a una figura específica y se privilegia el lenguaje matemático.
279
del dibujo, éste se deforma respetando las propiedades geométricas usadas pa-
ra su trazado y las que se deriven de ellas. El entorno impulsa a los estudiantes
a realizar construcciones que no se basan sólo en características visuales y a
establecer relaciones, deducir propiedades y determinar condiciones suficien-
tes para representar la situación. El arrastre es el componente que ofrece la
retroacción a las acciones del alumno, permitiendo así la experimentación para
verificar propiedades o relaciones.
Actividad 1
Objetivos
Propiciar el reconocimiento de propiedades del cuadrado.
Fomentar el desarrollo de la visualización.
Promover la exploración como herramienta para comprobar propie-
dades identificadas visualmente.
Primera Tarea
Construya un cuadrado KLMN en una hoja en blanco y luego describa el pro-
ceso que siguió.
280
Segunda Tarea
Tercera Tarea
Utilizando la función arrastre, mueva cada vértice de la figura dada. ¿Qué ocu-
rrió al mover cada punto? ¿Qué propiedades de las mencionadas se mantie-
nen? ¿Cuáles cambian?
Cuarta Tarea
Construya un cuadrado JKLM, a partir de las herramientas “segmento”, “per-
pendicular”, “compás”, “etiqueta” y “ocultar/mostrar”. Describa su proceso de
construcción.
Actividad 2
Objetivos
Propiciar el reconocimiento de propiedades y relaciones de cuadrilá-
teros.
Promover la acción de generalización a partir de la construcción y
exploración de cuadriláteros.
Impulsar la justificación de las conjeturas.
Primera Tarea
281
Segunda Tarea
A través del arrastre, convierta e RSTU en un cuadrilátero especial. Complete la siguien-
te tabla:
Tercera Tarea
Escriba una conjetura sobre el cuadrilátero XYZW a partir de los resultados
obtenidos en la tabla.
Actividad 3
Objetivos
Propiciar el reconocimiento de propiedades y relaciones de rectángu-
los y cuadrados.
Promover la acción de generalización a partir de la construcción y
exploración de rectángulos y cuadrados.
Impulsar la justificación de conjeturas usando conocimiento teórico.
Primera Tarea
Construya un rectángulo o un cuadrado RSTU; construya los puntos medios de
RS , ST , TU y UR y nómbrelos X, Y, Z y W, respectivamente.
Segunda Tarea
Tercera Tarea
Escriba una conjetura sobre el cuadrilátero XYZW, a partir de los resultados
obtenidos en la tabla.
282
ANÁLISIS DE TAREAS
Las tareas que se pueden plantear usando el entorno Cabri se dividen en dos
categorías: problemas de producción de dibujos o problemas de demostración
(Laborde, 1996). Bajo estas consideraciones, la Actividad 1 pretendía en pri-
mer lugar, familiarizar a los estudiantes con el entorno de geometría dinámica,
mediante la diferenciación entre el trabajo con papel y lápiz y el trabajo reali-
zado en el entorno Cabri; en segundo lugar, promover la visualización y la ex-
ploración desde la perspectiva de la actividad demostrativa. Las dos primeras
tareas permitieron evidenciar el concepto que los estudiantes tenían de cua-
drado. En la tercera, al arrastrar para verificar las propiedades observadas, los
estudiantes se dieron cuenta de que algunas de las que habían asumido como
válidas cambiaron, pues sólo un par de ángulos opuestos se mantenían rectos y
dos lados adyacentes congruentes. Ello los obligó a observar geométricamente
la figura, dando lugar a la acción de visualización. Las Tareas 1 y 4 corres-
ponden a la producción de dibujos y las Tareas 2 y 3 a problemas de demos-
tración.
La Actividad 2 exigía que los estudiantes visualizaran y exploraran para esta-
blecer conjeturas sobre propiedades que subyacen a la relación entre los dos
cuadriláteros, y que utilizaran propiedades que conocían de ellos para justifi-
car sus conjeturas. Corresponde, por ello, a los dos tipos de tareas propuestos
por Laborde. Además, las dos primeras tareas de esta actividad dieron lugar a
la visualización, es decir, a identificar propiedades y explorar por medio del
arrastre, para obtener otras propiedades y relaciones entre los dos cuadriláte-
ros, como consecuencia, a establecer conjeturas sobre lo que reconocieron en
las anteriores tareas.
En el momento de la aplicación, los estudiantes no proporcionaron una justifi-
cación. Por ello se propuso la Actividad 3, en la que se enfoca el trabajo en
dos cuadriláteros especiales, rectángulo y cuadrado, para brindar la oportuni-
dad de que se realizara el proceso de justificación. La Tarea 1 es del tipo cons-
trucción de dibujos y las Tareas 2 y 3 corresponden al tipo problemas de de-
mostración.
Luego de establecer conjeturas, los estudiantes tuvieron el espacio para justifi-
carlas. Se evidenciaron diferentes procesos de justificación: algunos estudian-
tes las explicaron, basándose en la figura; otros las probaron, o sea, establecie-
ron generalidades y las comprobaron a partir de un caso particular; y unos po-
283
cos las demostraron, utilizando conocimientos previos para encadenar deduc-
tivamente proposiciones y llegar a una conclusión.
CONCLUSIONES
El uso de geometría dinámica permite la identificación de propieda-
des relevantes para la construcción de figuras geométricas que no se
perciben cuando se hace un dibujo en el papel.
La herramienta de arrastre da lugar a la necesidad de una justificación
que no se limita al uso de la medida sino que implica el estableci-
miento de relaciones entre unidades figurales, con lo que se propician
acciones como la visualización y la exploración.
El tipo de tareas propuestas genera en el estudiante la necesidad de
observar geométricamente las figuras, realizar construcciones hacien-
do uso de propiedades relevantes y necesarias, establecer conjeturas y
comprobar la validez de sus afirmaciones, es decir, hacer actividad
demostrativa.
REFERENCIAS
Duval, R. (1999). Semiosis y pensamiento humano. (Trad. Myriam Vega del original publi-
cado en francés en 1995). Cali: Universidad del Valle.
Laborde, C. (1996). Cabri-Geómetra o una nueva relación con la geometría. En L. Puig y J.
Calderón (Eds.), Investigación y didáctica de las matemáticas (pp. 67-85). Madrid,
España: Ministerio de Educación y Ciencia.
MEN (2003). Estándares básicos de competencias en matemáticas. Bogotá, Colombia:
MEN.
Perry, P., Camargo, L., Samper, C. y Rojas, C. (2006). Actividad demostrativa en la forma-
ción inicial del profesor de matemáticas. Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica
Nacional.
Pinzón, I. y Rodríguez, A. (2006). Construcción de pruebas y argumentos en estudiantes
de grado quinto. Trabajo de pregrado no publicado, Universidad Distrital Francisco
José de Caldas, Bogotá, Colombia.
Stylianides, A.J. (2007). Proof and proving in school mathematics. Journal for Research in
Mathematics Education, 38(3), 289-321.
284
CABRI COMO HERRAMIENTA DIDÁCTICA EN
UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA RURAL
José Quijano
Universidad del Tolima
jqmatematicas@hotmail.com
Las razones que nos llevaron a dicha elección son: el lenguaje con el que se
presenta facilita su interpretación y en un triángulo los ángulos nunca son nu-
los ni llanos; en esta definición al igual que en la de Euclides se omiten los
ángulos llanos al imponer la condición de que los rayos no pueden pertenecer
a una misma recta, y por último la ventaja que presenta sobre otras definicio-
nes, es el omitir implícitamente que un ángulo sea la región comprendida entre
las dos semirrectas, así como lo afirma el autor, “al dibujar un triángulo no
estamos dibujando sus ángulos”, lo que nos indica que un triángulo no contie-
ne sus propios ángulos y debemos interpretar los ángulos de un triángulo co-
mo la prolongación de sus lados.
Aspecto didáctico
En este apartado se presentan los referentes teóricos para el estudio realizado
alrededor de la temática suma de ángulos internos de un triángulo, contando
con el software Cabri1 como herramienta didáctica, en la que se involucran
1
Cabri-Géomètre es un programa desarrollado por Ives Baulac, Franck Bellemain y Jean-
Marie Laborde del laboratorio de estructuras discretas y de didáctica del Instituto de Infor-
mática y Matemáticas Aplicadas de Grenoble, Francia. Es un programa netamente didáctico
geométrico, es decir un programa que ayuda a aprender cómo se hace geometría o mejor, a
286
aspectos que tienen que ver con las propiedades de verificación, representa-
ción y manipulación de elementos geométricos, brindados por el software.
TIEMPO Y ACTIVIDADES
El tiempo de duración de este estudio fue de dos semestres. En el primero se
trabajó con todos los grupos de secundaria de la institución (sexto a noveno);
los temas que se trabajaron son los dispuestos en el proyecto educativo institu-
cional de la Institución. La elaboración y la aplicación de las pruebas tuvieron
lugar en el segundo semestre. En este estudio se utilizó un computador por
estudiante, dado que el interés era ver cómo los estudiantes argumentan res-
pecto a la solución de un problema antes y después de la intervención hecha
por los docentes haciendo uso de Cabri como herramienta mediadora.
En este estudio se trabajaron elementos y actividades encaminadas a aportar
al estudiante herramientas que le facilitaran enfrentar situaciones problema y
búsqueda de soluciones, haciendo uso de herramientas tecnológicas, al mismo
tiempo que se tomaban ideas y apuntes que mostraran el mejor camino para
dirigirlo.
estudiar las propiedades geométricas de las figuras y sus múltiples componentes para luego
entender mejor la rigurosidad matemática de las demostraciones.
287
DEFINICIÓN DE CATEGORÍAS
Para estudiar los efectos de una intervención con el uso de Cabri, como me-
diador en el aula de matemáticas, se hace un análisis de la información obteni-
da a partir de la aplicación de pruebas, para las cuales se elaboraron un con-
junto de categorías que enmarcan las respuestas dadas por los estudiantes.
Estas categorías surgieron de una prueba piloto aplicada a un grupo de estu-
diantes diferente del que participó en el estudio, donde se evidenciaron errores
comunes cometidos por los estudiantes. Luego de discutir un gran número de
categorías, las logramos comprimir en las siguientes.
Hace uso de elementos o relaciones no indicadas en la gráfica (UEN). El es-
tudiante añade información a la presentada en la gráfica (e.g., medidas de lon-
gitud, ángulos) y hace relaciones de ser mayor, menor o igual que. De la mis-
ma forma, menciona operaciones como la suma de medidas de ángulos.
Por ejemplo, al presentarles la Figura 1 los estudiantes dicen: “Los dos trián-
gulos son iguales porque tienen igual tamaño e iguales medidas”.
Figura 1 Figura 2
ANÁLISIS DE RESULTADOS
La gráfica resume la frecuencia y el conteo de los códigos anteriormente men-
cionados, que fueron obtenidos para cada una de las preguntas. Se encontró
que los estudiantes después de la intervención dan mejores argumentaciones,
éstas sustentadas en las conclusiones que personalmente tomaron del desarro-
llo de las actividades de dicha intervención; no argumentan apoyados en lo
que ofrece la gráfica visualmente, sino que dan explicaciones en las que mues-
tran seguridad y apropiación de las definiciones inmersas en la suma de ángu-
los interiores de un triángulo.
289
Resultados totales
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
CONCLUSIONES
En una primera presentación de la situación, los estudiantes sustentan sus res-
puestas dando argumentos relacionados con lo que ofrece la gráfica.
Visualmente, los estudiantes sustentan su argumentación en elementos no im-
portantes como lo son el tamaño de las marcas de ángulo, la posición de letras
con las que se designan los ángulos, y la longitud de segmentos; en otros ca-
sos, añaden información que no está presente en las gráficas, lo que los lleva a
elegir una opción incorrecta y dar una explicación fuera de contexto.
A partir de la intervención didáctica en la que los estudiantes hicieron uso del
software Cabri, podemos concluir que éste contribuyó para que ellos llegaran
a lanzar hipótesis que los condujeran a la formulación de una conjetura sobre
la suma de los ángulos internos de un triángulo, gracias a las opciones de ma-
nipulación (arrastre), y comprobación (medidas, suma de medidas) ofrecida
por el software.
El potencial ofrecido por las herramientas computacionales en cuanto a repre-
sentación, modelación y animación de elementos geométricos, contribuyen a
la visualización de propiedades que no son fáciles de ver con las representa-
ciones hechas en papel y lápiz.
290
La elaboración de las categorías, en las que se incluyeron los estudiantes se-
gún las concepciones que tienen respecto a un objeto matemático, permitió
una mejor planeación de las actividades que se debían realizar.
REFERENCIAS
Alfonso, H. (1997). Geometría plana y del espacio. Desde un punto de vista euclidiano.
Bogotá, Colombia: El autor.
Laborde, J.M., Laborde, C., Moreno, L., Vasco, C. y Acosta, M. (2003). Conversatorio. En
C. Castiblanco et al. (Ed.), Congreso Internacional: Tecnologías computacionales en
el currículo de matemáticas. Memorias del Congreso Internacional (pp. 361-369).
Bogotá, Colombia: MEN.
Moise, E. (1986). Geometría moderna. (Trad. Mariano García, Universidad de Puerto Ri-
co.) Massachusetts, USA: Fondo Educativo Interamericano, Addison Wesley Iber-
americana S.A.
291
UNA EXPERIENCIA DE AULA CON TESELADOS, ARTE Y
GEOGEBRA EN EL COLEGIO CARLOS ARTURO TORRES PEÑA
(SANTA ROSA DE VITERBO –BOYACÁ)
INTRODUCCIÓN
Actualmente se sigue evidenciando en la escuela que los estudiantes no tienen
un conocimiento amplio de la geometría, bien porque ésta se ubica dentro del
plan de área de matemáticas como parte de algunos contenidos de enseñanza
que a veces son difíciles de alcanzar por el tiempo o porque es más importan-
te cubrir otros temas de matemáticas. Adicionalmente, los estudiantes conci-
ben la geometría escolar como una materia difícil a la que se dedica poco
tiempo; ellos confirman además que si se imparte, se hace al final de curso, lo
que concuerda con lo que señalan Corrales et al. (2001, citado en Blanco y
Barrantes, 2003, p. 16).
En la Institución donde se realiza la experiencia, lo mencionado antes no es
ajeno a ella, y se suma que todos los profesores consideran que es importante
el uso de la tecnología en la clase de geometría y manifiestan interés por co-
nocer propuestas encaminadas al manejo de herramientas tecnológicas como
apoyo a sus clases, aunque muy pocos hacen uso de algún software de geome-
Reyes, D. y Rojas, C. (2011). Una experiencia de aula con teselados, arte y GeoGebra en el colegio Carlos
Arturo Torres Peña (Santa Rosa de Viterbo-Boyacá). En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geo-
metría y sus Aplicaciones (pp. 293-300). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
tría como recurso didáctico en sus clases, por desconocimiento de la herra-
mienta.
Este proyecto busca fortalecer la enseñanza de la geometría en su aplicación al
arte y el uso de la tecnología. Se espera de este modo crear una nueva visión
de la geometría usando software de geometría didáctica (SGD) GeoGebra co-
mo instrumento mediador en la movilización de algunos conceptos básicos de
la geometría en los estudiantes de la I.E. “Carlos Arturo Torres Peña” (Figura
1). Se pretende que el estudiante descubra por sí mismo conceptos y procedi-
mientos mediante la exploración de situaciones prácticas, la realización de
construcciones, el desplazamiento de elementos, la validación y el análisis de
relaciones.
REFERENTES TEÓRICOS
Con el auge de las nuevas tecnologías de la información han surgido herra-
mientas para el trabajo con la geometría (SGD), que es importante conocer y
utilizar en las clases. Un medio como GeoGebra le brinda al profesor la opor-
tunidad de conocer más a sus estudiantes, al poder explorar acerca de sus difi-
cultades y poder generar un ambiente de confianza en donde los estudiantes
pongan en juego su creatividad sin temor a equivocarse.
Geometría dinámica
Castiblanco, Urquina, Camargo y Acosta (2004) señalan que “en particular,
los programas de geometría dinámica han revolucionado la manera de hacer
matemáticas y la forma de enseñarlas, proporcionando contextos de aprendiza-
je con nuevas y potentes posibilidades de representación” (p. xxv).
294
Los SGD son útiles para que el estudiante descubra por sí mismo conceptos y
procedimientos mediante la exploración de situaciones prácticas. ¿De qué ma-
nera se puede implementar SGD en el aula? Estos programas posibilitan reali-
zar construcciones, desplazar algunos elementos con el ratón para validar y
analizar relaciones centradas en preguntas tales como: ¿qué varía? ¿por qué?
¿qué es lo que no varía? ¿por qué?
Por otra parte, la opción de “revisar construcción” abre la posibilidad de bús-
queda de errores de construcción que afectan los resultados esperados; el pro-
grama de geometría dinámica GeoGebra cuenta con estas posibilidades que
son favorables en el desarrollo del proyecto.
GeoGebra como herramienta didáctica en el aprendizaje
GeoGebra es un software libre de matemática para educación en todos sus ni-
veles, disponible en múltiples plataformas. Reúne dinámicamente, aritmética,
geometría, álgebra y cálculo en un único conjunto tan sencillo a nivel operati-
vo como potente. Ofrece representaciones diversas de los objetos desde cada
una de sus posibles perspectivas: vistas gráficas, algebraicas, estadísticas y de
organización en tablas y planillas y hojas de datos dinámicamente vinculadas.
Plataforma Moodle, recurso favorable
La plataforma Moodle promueve, en su diseño, las ideas del constructivismo
en pedagogía, según las cuales el conocimiento se construye en la mente del
estudiante y no es transmitido, y del aprendizaje colaborativo. De acuerdo con
Baños (2007), un profesor que opera desde este punto de vista crea un ambien-
te centrado en el estudiante que le ayuda a construir ese conocimiento con ba-
se en sus habilidades y conocimientos propios en lugar de simplemente publi-
car y transmitir la información que se considera que los estudiantes deben co-
nocer.
METODOLOGÍA
La propuesta se enmarca en el enfoque cualitativo; se implementa la metodo-
logía de investigación acción. Se plantearon los siguientes objetivos:
1. Identificar fortalezas y debilidades en el aula de clase, alrededor de los con-
ceptos, propiedades y destrezas de construcciones geométricas, para caracteri-
zar a los estudiantes.
2. Seleccionar, adaptar y crear actividades de aprendizaje donde el estudiante
interactúe con el software geométrico y sea autor de su propio aprendizaje y
así genere un conocimiento geométrico útil.
3. Implementar la plataforma Moodle, que posibilita la “interacción”, creando
un aula virtual que permite el trabajo del estudiante.
296
4. Sistematizar los resultados obtenidos, y dar elementos para nuevas expe-
riencias.
1. Preconceptos geométricos
2. Primeros pasos con GeoGebra
3. Construcciones geométricas con GeoGebra
4. Estudio de ángulos
5. Transformaciones geométricas
6. Teselados, lápiz y papel
7. Tesela el plano usando transformaciones
1
Puede acceder a la cartilla a través del sitio web: http://geodinamica.mdl.gnomio.com,
ingresando como usuario: visitante con contraseña: 123456Gd.
297
Para el desarrollo y aplicación de las actividades se tuvo en cuenta que la sala
de cómputo contara con acceso a internet Explorer, se instaló el GeoGebra; el
único requerimiento para su funcionamiento es que el equipo de cómputo ten-
ga instalado JAVA.
Las actividades se diseñaron con reflexiones desde la didáctica de la geome-
tría, involucrando un lenguaje sencillo y agradable, con diseños coloridos y
llamativos para que el estudiante se motive y disfrute de un trabajo agradable
en la sala de cómputo con las clases de geometría (Figura 2).
CONCLUSIONES
El proyecto se convirtió en un punto de partida para la dinamización y el desa-
rrollo autónomo del trabajo del profesor y del estudiante de la Institución. En
particular, incentivó hacia nuevas y diversas formas de construcción del pen-
samiento matemático.
Permitió también al estudiante en formación para profesor como a los profeso-
res de la Institución, reconocer que la implementación de este tipo de activi-
dades con geometría dinámica, va mas allá del manejo de herramientas infor-
298
máticas, puesto que se reflexionó en torno a algunos aspectos de la enseñanza
de la geometría en cuanto a la actuación del docente en el aula y las caracterís-
ticas del conocimiento que construye el estudiante. Es decir, la incorporación
de materiales tecnológicos en la enseñanza lleva a un replanteo del acto de
cómo enseñar, pues no es tarea sencilla ya que exige una modificación en la
actitud del docente quien deberá transformarse en observador y orientador en
el sentido de acompañar e incentivar a los estudiantes en el descubrimiento de
conceptos, en todo el proceso de construcción del conocimiento.
No obstante, es necesario llevar a cabo una investigación más exhaustiva para
entender mejor el proceso de apropiación del software y analizar las técnicas
utilizadas por el SGD, como forma de mejorar las habilidades argumentativas
de los estudiantes de grado octavo y en general de secundaria. Aún existen
dificultades en el desarrollo de este tipo de propuestas; en el caso que nos
ocupa, no todos los niños cuentan con un computador personal con acceso a
internet en su casa, no todas las instituciones educativas cuentan con los recur-
sos informáticos necesarios y suficientes y la orientación suficiente para reali-
zar actividades que involucren el uso de un software en términos de potenciar
ambientes favorables para generar aprendizajes.
Este proyecto investigativo se constituye como producto de trabajo y entrega
profesional detrás de lo cual hay un gran deseo de que la geometría ocupe un
lugar importante en la enseñanza, no sólo como recurso de aprendizaje en el
nivel de la educación secundaria básica y media, sino como tema de reflexión
de los estudiantes en formación para profesores de matemáticas. La propuesta
complementó la enseñanza de la geometría con lápiz y papel, como una alter-
nativa para restablecer el estudio de los sistemas geométricos como herra-
mientas de exploración y representación del espacio.
Uno de los resultados al utilizar plataformas que implican el trabajo autónomo
y fuera del aula de clase se evidencia en que los estudiantes utilizan correcta-
mente las herramientas geométricas y de medida, y consideran que GeoGebra
les ayuda a visualizar situaciones geométricas que no hubiesen encontrado fá-
cilmente al trabajar en papel y lápiz también a evitar obstáculos en la descrip-
ción y registro de sus actividades.
En cuanto a la incorporación del SGD, se crea un nuevo ambiente de aprendi-
zaje en el aula de clase ya que se diseñan actividades que promueven en el es-
tudiante desarrollo de procesos cognitivos que favorecen el aprendizaje de la
299
geometría, tales como: visualizar, explorar, medir, comparar, clasificar, anali-
zar y explicar. También se ayuda a mejorar actitudes hacia el trabajo geomé-
trico. De otro lado, propicia el trabajo autónomo y colaborativo, ya que el es-
tudiante puede manipular e interactuar con los objetos matemáticos contribu-
yendo en la búsqueda de comprensión de los contenidos geométricos involu-
crados, mediante la exploración y manejo del GeoGebra.
Por último, se considera que abordar la geometría involucrando el estudio y
puesta en práctica de las transformaciones geométricas en el plano a través del
arte es interesante porque, además de estructurar el pensamiento espacial y los
sistemas geométricos, permite rescatar la identidad artística, admirar, valorar y
creer en lo significativo de su legado, ya que estudiar matemáticas a través del
arte, puede ser un contexto nuevo y motivador tanto para el docente como para
el estudiante.
REFERENCIAS
Baños, J. (2007). Moodle versión 1.8 - Manual de consulta para el profesorado. Madrid,
España: IES Satafi (Getafe). Disponible en:
http://es.scribd.com/doc/3086874/Moodle18-Manual-Prof
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Castiblanco, C., Urquina, H., Camargo, L. y Acosta, M.E. (2004). Pensamiento geométrico
y tecnologías computacionales. Bogotá, Colombia: Ministerio de Educación Nacio-
nal.
300
GEOGEBRA COMO HERRAMIENTA QUE FACILITA LA COMPRENSIÓN Y
LA GENERALIZACIÓN DEL TEOREMA DE PITÁGORAS
Eridson Rodríguez
LICEO V.A.L. (Vida, Amor, Luz)
cienciasbasicas.val@gmail.com
INTRODUCCIÓN
La idea de llevar a cabo la presente propuesta surge con el propósito de em-
plear una herramienta tecnológica, que facilite la comprensión de una temática
común en el currículo para el área de matemáticas. La herramienta permite
agilizar el quehacer matemático como centro de la actividad, donde también se
busca que los integrantes empiecen a adquirir conocimientos y hábitos en el
campo investigativo, y ¿qué mejor que hacerlo al interior de un club de mate-
máticas o semillero matemático?
En principio, el semillero de matemáticas de la Institución se creó para pro-
fundizar en algunas temáticas propias del área, explorar actividades comple-
mentarias y fortalecer el gusto por las matemáticas. Este año, un objetivo pri-
mordial que persigue dicho semillero es socializar los resultados obtenidos
mediante la exploración de la interpretación geométrica del Teorema de Pitá-
goras, utilizando los cuadrados construidos sobre los lados de un triangulo rec-
tángulo, y posteriormente emplear otras figuras geométricas regulares, para
observar los procesos de generalización en los integrantes del semillero.
El software utilizado en la propuesta contribuye en las clases de geometría pa-
ra los grados de bachillerato de la Institución, a la implementación de la meto-
Rodríguez, E. (2011). GeoGebra como herramienta que facilita la comprensión y la generalización del Teo-
rema de Pitágoras. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 301-
306). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
dología de autoaprendizaje que propone el colegio, según la cual el estudiante
es el actor principal en su proceso de enseñanza aprendizaje.
OBJETIVOS
Objetivo general
Observar el uso del software GeoGebra como herramienta facilitadora
en la interpretación geométrica del Teorema de Pitágoras y su genera-
lización.
Objetivos específicos
Explorar las propiedades del triángulo rectángulo.
Observar las habilidades y dificultades presentadas por los integrantes
al construir polígonos regulares y al determinar su área.
Identificar el concepto que tienen los integrantes del semillero acerca
del Teorema de Pitágoras y sus aplicaciones.
Dar a conocer y explorar el software de GeoGebra a los integrantes
del semillero que no lo manejan.
Utilizar el software para explorar características de figuras geométri-
cas.
Comprobar el teorema y propender por la generalización utilizando el
software.
303
Fomentar la reflexión acerca del uso del software con los integrantes
del semillero.
Temario
Elementos básicos de la geometría.
Triángulo rectángulo: construcción, propiedades.
Polígonos regulares: construcción, determinación del área.
Teorema de Pitágoras: conceptos, aplicaciones.
Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Software Geogebra.
METODOLOGÍA
Población
Estudiantes que hacen parte del semillero matemático del Liceo V.A.L.
Material
Instrumentos convencionales de geometría, tablero inteligente, computadores,
software GeoGebra,
Toma de datos
Grabaciones de voz, videos, fotografías, encuestas.
Fase inicial
Se observan los conceptos que tienen los integrantes acerca de los elementos
de la geometría, las figuras planas y su construcción, se proponen actividades
a desarrollar y consultas, se hace retroalimentación.
304
Fase intermedia
Se explora la construcción de polígonos regulares con implementos conven-
cionales y se hacen los correspondientes cálculos de área. Se indaga por el
concepto del Teorema de Pitágoras y sus aplicaciones, se hace la realimenta-
ción.
Fase final
Se explora el software de GeoGebra haciendo figuras, comprobando las pro-
piedades de éstas y verificando lo que sucede al variar algunas características
de las figuras. Se hace la demostración geométrica del Teorema de Pitágoras y
se explora con otras figuras para establecer la generalización. Finalmente se
socializa el uso del software.
Tiempo
Se trabaja una sesión semanal de dos horas. Cada fase se desarrolla en un
mes.
RESULTADOS ESPERADOS
Es importante aclarar que la propuesta está en plena ejecución, y que por lo
tanto no hay resultados ni conclusiones finalmente establecidas, sin embargo
para la fecha programada para la presentación este estudio ya habrá culmina-
do.
Los resultados esperados en los integrantes del semillero de matemáticas son
los siguientes:
Que reflexionen sobre la importancia de la utilización de la tecnología
como herramienta facilitadora para el aprendizaje de la geometría.
Que logren una motivación adicional.
Que comprendan la interpretación geométrica del Teorema de Pitágo-
ras.
Que lleven a cabo procesos de generalización.
Que se aumente el espíritu investigativo.
305
CONCLUSIONES
Se incorpora la tecnología al interior del aula demostrando que las
instituciones deben estar dispuestas a interactuar con esta herramienta
para fomentar el aprendizaje.
La utilización de un programa de geometría dinámica permite esti-
mular la creatividad de los estudiantes y minimiza la oposición exis-
tente a la manipulación consecutiva de implementos propios de la
geometría, en la construcción manual de los objetos.
Posibilita de manera particular ir al ritmo de los estudiantes, ya sea
con necesidades educativas especiales (habilidades excepcionales o
déficit cognitivo) y estudiantes típicos, ya que encuentran un soporte
para entender mejor los conceptos a partir de las construcciones reali-
zadas.
Siendo la geometría una disciplina que requiere de la observación y
medición reiterativa, tener y saber manipular un programa de geome-
tría dinámica, permite agilizar los procesos que llevan a la comproba-
ción y conocimiento de teoremas, leyes y regularidades.
Exige enseñar a pensar ya que se debe atender en todo momento este
importante objetivo que tiene la enseñanza de las matemáticas y de
las ciencias, más allá de los procesos mecánicos y de los algoritmos
repetitivos.
REFERENCIAS
Cortez, C. Desarrollo de actividades matemáticas de enseñanza media con GeoGebra.
Recuperado el 21 de febrero de 2011, de
http://departamento.pucp.edu.pe/ciencias/matematicas/irem/Coloquio-
internacional/Talleres/Taller%20geogebra-%20Carlos%20Cortez.pdf.
Martín, A. y Martín, M. (2009). Iniciación a la geometría con alumnado con necesidades
educativas especiales. Ponencia presentada en XIV Jornadas para el Aprendizaje y la
Enseñanza de las Matemáticas (JAEM), 1 al 4 de julio, Girona, España. Recuperado
el 25 de febrero de 2011, de http://www.aulacasio.com/ficheros/noticias/pdf_35.pdf
Peña, M. (2006). Educación: Visión 2019. Bogotá, Colombia: Ministerio de Educación
Nacional.
306
CONSTRUCCIONES DE POLÍGONOS REGULARES CON REGLA Y
COMPÁS CON LA ASISTENCIA DEL GEOGEBRA
EL PROBLEMA
Las construcciones con regla y compás siempre han llamado la atención de los
matemáticos y de los profesores de matemática, surgiendo de esta manera
múltiples interrogantes y resultados interesantes.
En cuanto a lo que en esta ponencia nos proponemos, partamos de la pregunta:
¿Será siempre posible construir un polígono regular (con regla y compás)? Y
en los casos que fuera posible, ¿cómo se construyen? Sabemos que la respues-
ta a la primera pregunta es no, y que los únicos polígonos regulares construi-
bles son aquellos cuya descomposición en factores primos del número de la-
dos es un producto de primos de Fermat por potencias de dos. Además, los
primos de Fermat que aparecen, lo hacen solamente a la primera potencia. La
justificación de estos hechos requiere un poco de esfuerzo y algún conoci-
miento de álgebra que no desarrollaremos en esta ponencia.
Responderemos la segunda pregunta con algún detalle. La construcción de
triángulos equiláteros, incluso de pentágonos regulares, se encuentra con al-
guna frecuencia en textos básicos de geometría, pero no es tan común la cons-
trucción, por ejemplo, del heptadecágono regular.
Sángari, A. y Pérez, C. (2011). Construcciones de polígonos regulares con regla y compás con la asistencia
del GeoGebra. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 307-
314). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
Pero además de justificar algebraicamente las construcciones, para lo cual nos
valimos de Hungerford (1974), estamos interesados en realizarlas con asisten-
cia del software libre GeoGebra. Esta decisión se fundamenta en la agilidad y
eficiencia del software en contraposición a los elementos de uso tradicional
en geometría (regla y compás).
Convenios y notaciones
A lo largo de este documento usaremos los siguientes convenios: a la recta
OU le llamaremos abscisa, a la semirrecta OU lado derecho o positivo; el
punto O diremos que tiene abscisa 0 y que es el origen y, al punto U le asig-
namos la abscisa 1.
Si a un punto cualquiera lo designamos con una letra mayúscula de imprenta,
a la longitud del segmento determinado por este punto y el origen lo designa-
mos con una letra minúscula de imprenta, por ejemplo a la longitud del seg-
mento OC lo designamos por c .
Si es posible construir las raíces complejas de la ecuación: x n 1 0 para algún
n determinado, podremos construir los vértices de un n-gono regular de radio
unitario. Si n cumple con las condiciones de constructibilidad enunciadas
más arriba, el problema se reduce a encontrar la primera raíz compleja de la
ecuación x n 1= 0 . Más concretamente, si encontramos la parte real de dicha
raíz, trazando una perpendicular al eje real por ese punto habremos encontrado
la raíz buscada.
Nos centramos primeramente en los casos en que n es un primo de Fermat
m
2 2 +1 con m .
308
En la sección Apéndice, explicamos el método utilizado para construir la raíz
cuadrada de un número y las raíces de una ecuación cuadrática.
y observando que
ζ 1ζ 4 = 1 ζ 2ζ 3 = 1
x1, 2 i 1 i 1,2
2 2
Por otro lado notemos que:
1 + 2 = 1 , pues 1 + 2 = 1 4 2 3 1 14 12 13 1
Y además que:
12 = 1 , pues 12 = (ζ1 + ζ 4 )(ζ 2 + ζ 3 ) 1 14 12 13 1
309
Así:
2 2
1 1 1 1
1 1 2 1
2 2 2 2
Construyendo 1 / 2 , teniendo en cuenta que 1 / 2 = Reζ 1 , trazamos la perpen-
dicular por ese punto a la recta OU , de tal manera que las intersecciones con
la circunferencia de radio unidad centrada en O , nos proporcionan las raíces
ζ1 y ζ 4
310
Llamemos: λ1 = ζ1 + ζ16 = 2Reζ1 ; λ2 = ζ 2 + ζ15 ; λ3 = ζ 3 + ζ14 ; λ4 = ζ 4 + ζ13 ;
λ5 = ζ 5 + ζ 12 ; λ6 = ζ 6 + ζ 11 ; λ7 = ζ 7 + ζ 10 ; λ8 = ζ 8 + ζ 9
y además:
ζ i y ζ j son raíces de x 2 i x 1 0 con i j 17 y 1 i 8
Ahora hagamos:
1 1 + 4 ; 2 2 + 8 ; 3 3 + 5 ; 4 6 + 7
Seguidamente, llamamos:
1 1 2 1 + 4 2 + 8 ; 2 3 4 3 + 5 6 + 7
311
mos 1 y su conjugada sin más que marcar las intersecciones con la circunfe-
rencia con centro en el punto O y radio unidad.
APÉNDICE
312
lar a OU por O . Notemos que el triángulo rectángulo AOE tiene un cateto de
longitud OC 1/ 4 y la hipotenusa de longitud OC 1/ 4 . Por esto la circunfe-
rencia de centro en O y que pasa por D es la circunferencia buscada.
y otra herramienta que construya otra circunferencia con el mismo centro que
la anterior pero con radio de longitud:
b / 22 4
2
c
313
cia con centro en M y que pasa por E es la buscada. Observemos que las in-
tersecciones de esta circunferencia con la abscisa tienen por abscisa.
b
c
2
b 2
± +
2 2
REFERENCIAS
Ivorra, C. (2009). Geometría. Recuperado de:
http://www.uv.es/ivorra/Libros/Geometria.pdf.
Hungerford, T.W. (1974). Algebra. Nueva York, USA: Springer.
314
¿SE MODIFICAN LOS ARGUMENTOS DE LOS ESTUDIANTES CUANDO SE
PRIORIZA LO TEÓRICO SOBRE LO EMPÍRICO?
INTRODUCCIÓN
El estudio que se presenta es relativo a la argumentación que realizan unos
estudiantes de la Licenciatura en Matemáticas de la Universidad Pedagógica
Nacional, cuando tratan de resolver un problema, que en esencia es el mismo,
en dos momentos: en el primer semestre de su formación y cuando cursaban el
tercer semestre. Para determinar semejanzas y diferencias, se analizan los ar-
gumentos usando el modelo de argumentación propuesto por Toulmin (1974,
citado en Boero, Douek, Morselli y Pedemonte, 2010).
1
Estudiantes de la Licenciatura en Matemáticas.
2
Profesora titular del Departamento de Matemáticas.
Vargas, C., Cepeda, L. y Samper, C. (2011). ¿Se modifican los argumentos de los estudiantes cuando se prio-
riza lo teórico sobre lo empírico? En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplica-
ciones (pp. 315-322). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
En ocasiones, en un argumento se evidencian otros tres elementos, también
contemplados en el modelo, que se denominan respaldo, refutador y califica-
dor. Cuando el garante en sí mismo no es suficiente para conectar la conclu-
sión con los datos, se hace uso del respaldo. Éste es una evidencia adicional
que le da fuerza al garante. En caso de que en un argumento exista una afir-
mación o hecho que invalide la conclusión, éste se denomina refutador. Por
último, el cualificador establece el grado de certeza que se tiene sobre la con-
clusión (Boero et al., 2010).
Además, el modelo de Toulmin es útil para distinguir entre argumentos forma-
les e informales; en un argumento formal, el garante es elemento de un siste-
ma teórico, mientras que en un argumento informal, el garante está basado en
interpretaciones de propiedades matemáticas que se infieren a partir de una
imagen visual o de una afirmación proferida por una autoridad externa, es de-
cir, una persona que es autoridad para el sujeto, como el profesor, un texto, un
compañero, un profesor de un curso anterior (Viholainen, 2011).
DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN
A continuación, se realiza una breve descripción de los dos experimentos. El
primero se realizó con un grupo de estudiantes (Camila, Pilar y Daniel) del
primer curso de la línea de geometría de la Universidad Pedagógica Nacional,
curso en el cual el acercamiento a los conceptos y relaciones geométricos se
hace de manera informal. Se centra en el desarrollo de competencias como la
visualización, el lenguaje y la argumentación informal. Se les propuso el si-
guiente problema cuyo propósito era que descubrieran el hecho geométrico
según el cual, en una circunferencia, los ángulos inscritos que subtienden el
mismo arco son congruentes, y que justificaran informalmente su conjetura.
Se tiene una circunferencia con centro en el punto O, y un punto fijo P en el in-
terior de tal circunferencia, AC y BD y son dos cuerdas cualesquiera de la
misma circunferencia que contienen a dicho punto P. ¿En qué casos se tiene
que AP/BP=DP/CP ?
ANÁLISIS
317
233. Camila: [Mirando la calculadora de Pilar.] Rótalo a ver si cambia algo.
234. Pilar: No, siempre da igual. Mira [Arrastra al punto D.] Está igual. Está muy
raro.
235. Daniel: Voy a volver a hacer lo de las razones a ver si fue que yo medí mal. Voy a
volver a medir los segmentos y volver a hacer la división. Debo tener en-
tonces algo mal, porque tiene que dar en éste entonces igual. [Se refiere a
la calculadora que él está usando.]
237. Pilar: Pero es que lo dividí tres veces los dos. Así mueva el punto P a cualquier
lugar. [Mueve el punto P por la pantalla.]
[…]
244. Pilar: [Arrastra la recta AB.] Vea, sí. Sigue siendo igual.
[…]
267. Daniel: Siempre dan igual. [Observa el nuevo resultado que obtuvo.]
318
había cometido un error al calcular los cocientes. Por otra parte, frases como
las proferidas en [236] y [237] muestran que la realimentación inmediata que
les da el software no siempre es suficiente para tener certeza de la conclusión.
Estas acciones de verificación eran necesarias para que ellos determinaran el
cualificador.
En el segundo experimento, Camila y Daniel determinan las medidas de los
segmentos AP y PB, y posteriormente calculan el producto de ellas. Al arras-
trar la cuerda AB, Daniel observa que la medida es constante. Establecen como
primera conjetura “No importa cuál sea la cuerda, el producto va a ser siempre
constante”.
27. Camila: [Toma las medidas AP y PB, y luego calcula el producto entre éstas.]
Ahora tocaría hacer otras rectas …
[…]
31. Obs1: ¿Por qué dices que tocaría hacer otra recta?
32. Camila: Para comprobar si sí es la misma. O sea ya tenemos como una cuerda y
ahora hacer otra por otro, sí otra recta que contenga a P y volver a medir
si es…
33. Daniel: [Desoculta la recta AB y la mueve haciendo varios giros completos sobre
la circunferencia.] O puedes mover la recta que construiste al principio
como estoy haciendo yo…
[…]
37. Daniel: No importa cuál sea la cuerda, el producto va a ser siempre constante…
319
En ambos experimentos, el garante utilizado se deriva de la evidencia que
brinda la calculadora. Por esta razón, los argumentos desarrollados son infor-
males.
En este fragmento podemos observar que los datos son los ángulos inscritos
que subtienden la cuerda CA, parcialmente implícitos porque Daniel no saca a
relucir que todos subtienden esa cuerda. Con la intención de usar como ga-
rante el HG Semicircunferencia, él desea llegar a la conclusión de que todo
ángulo inscrito en una circunferencia, que subtienda la misma cuerda, es recto.
No obstante, al arrastrar el punto D sobre el arco menor determinado por A y
C observa que este ángulo no es recto pero que su medida se mantiene. Por
tanto, la evidencia suministrada por la calculadora se convierte en un refuta-
320
dor de su primer argumento y en un garante que lo lleva a replantear su con-
clusión de la siguiente forma: la medida del ADC siempre se mantiene.
En el segundo experimento, en el intento de justificar la congruencia de dos
ángulos, Camila recuerda vagamente un teorema sobre ángulos inscritos que
le permite justificarla. Para estar totalmente segura de esto, se fija en la medi-
da de dos ángulos que había obtenido en la calculadora.
521. Camila: ¡Ay, sí!… Tú no te acuerdas una vez que… una vez Leo [un compañero
de Camila y Daniel] nos decía que la medida de los ángulos… que cuando
un ángulo estaba inscrito… o sea que compartían el mismo arco, eran
congruentes… ¿Sí te acuerdas?
[Pausa.] Es que no me acuerdo cómo era que decía Leo…
[…]
569. Camila: Bueno el otro, el segmento que está acá, ¿sí ves que A
E
[…] D
En este caso, los datos son los ángulos AED y ABD que subtienden el mismo
arco, y la conclusión es la congruencia de ellos. En este argumento, el garante
utilizado es el hecho de que en una circunferencia, los ángulos que subtienden
el mismo arco son congruentes. Como los estudiantes no están seguros de la
veracidad de este garante, recurren a la calculadora para comprobar el hecho.
Por esta razón, el respaldo es la evidencia que obtienen al medir los ángulos
en la calculadora.
En el primer experimento el garante para justificar la congruencia de los án-
gulos fue la evidencia suministrada por la calculadora. En el segundo caso, el
garante provenía de una autoridad externa, un compañero de Camila y de Da-
niel, quien en el primer experimento llegó a esa conclusión y la compartió
cuando socializó su respuesta al problema. Pero, Camila busca el respaldo a
ese garante con evidencia suministrada por Cabri. Por tanto, es posible decir
que ambos argumentos fueron informales. No obstante, en el primer caso la
321
exploración realizada en Cabri estuvo influenciada por el intento de generali-
zar un hecho geométrico que se conocía dándole un tinte de formalismo al
argumento.
CONCLUSIONES
Con el análisis realizado es posible determinar en ambos experimentos que el
papel de Cabri en los argumentos del primer momento, formulación de conje-
tura, es de garante ya que les permite tener certeza de ésta; actúa también co-
mo una herramienta para descubrir y explorar. En el segundo momento, difie-
re el papel de Cabri en los argumentos. En el primer experimento, resultado de
la exploración en Cabri, hubo un descubrimiento de un hecho geométrico, que
se convirtió en la conclusión de un argumento. Por el contrario, en el segundo
experimento los estudiantes recordaron vagamente el hecho geométrico que se
pretendía demostraran. En este caso, Cabri verifica el garante, enmarcado en
el sistema teórico, que quieren usar; Cabri actuó como una herramienta para
verificar pero no para descubrir.
En ambos casos los argumentos fueron informales a pesar de que los estudian-
tes en el tercer curso ya tenían un sistema teórico con el cual podían haber
respaldado sus argumentos. En el primer experimento Cabri actuó como ga-
rante para llegar a una conclusión, mientras que en el segundo, Cabri actuó
con verificador de un garante del cual no se tenía plena certeza.
REFERENCIAS
Boero, P., Douek, N., Morselli, F. y Pedemonte, B. (2010). Argumentation and proof: A
contribution to theoretical perspectives and their classroom implementation. En
M.F.F. Pinto y T.F. Kawasaki (Eds.), Proceedings of the 34th Conference of the In-
ternational Group for the Psychology of Mathematics Education (vol. 1, pp. 179-
205). Belo Horizonte, Brazil: PME.
Cramer, J. (2011). Everyday argumentation and knowledge construction in mathematical
tasks. Tomado de: http://www.cerme7.univ.rzeszow.pl/WG/1/CERME7_WG1_Cramer.pdf
Viholainen, A. (2011). The view of mathematics and argumentation. Recuperado de:
http://www.cerme7.univ.rzeszow.pl/WG/1/CERME7_WG1_Viholainen.pdf
322
GEOMETRÍA EN UNA PLAZA DE MERCADO
Etnomatemática
Como punto de partida, se quiere aclarar que el término “etnomatemática” fue
ideado primero por D’Ambrosio (1985), matemático y educador brasileño,
quien usó el término para referirse a “los procesos matemáticos, símbolos, jer-
gas, mitologías, modelos de razonamientos, etc., practicados por grupos cultu-
rales identificados, inclusive clases profesionales” (p. 16). Pero, la etnomate-
mática en sus inicios se utilizó en comunidades étnicas mientras que en la ac-
tualidad se acepta como cualquier tipo de matemática en una comunidad parti-
cular; puede ser “matemática en la escuela”, “matemática universitaria”, “ma-
temática profesional”, o la “matemática urbana”.
De acuerdo con Alberti (2007, p. 12), “la escuela no es el único foco de cono-
cimiento matemático” sino que es una parte de las prácticas cotidianas de los
seres humanos y, en este sentido, Bishop (1999) presenta seis actividades ma-
temáticas de índole universal: contar, medir, diseñar, localizar, jugar y expli-
car que se atribuyen a prácticas matemáticas.
324
Prácticas matemáticas
El planteamiento de Alberti (2007) nos indica que “una práctica se compone
de cuatro aspectos fundamentales: autores, procedimientos, tecnología y obje-
tivo”, en donde se entiende como autores a las personas que realizan la prácti-
ca; los procedimientos, como todas las acciones realizadas durante la práctica
(e.g., estimar, operar, calcular, organizar); la tecnología, como todos aquellos
instrumentos o herramientas que se utilizan en la práctica (e.g., calculadora,
pesas, metro); y por último, el objetivo es el propósito fundamental para reali-
zar una práctica.
Profundizando en la postura de Alberti, se puede decir que una situación ma-
temática tiene prácticas matemáticas inmersas; sin embargo, es necesario iden-
tificar ¿qué hace que una situación se califique como matemática? Lograr tal
precisión implica la necesidad de buscar problemas que se les presentan a los
trabajadores de Corabastos, en cuya solución se haga uso de las matemáticas,
luego interactuar con dichos trabajadores para identificar de qué manera son
conscientes de sus estrategias matemáticas para la solución de dichos proble-
mas. En este caso Bishop (1999), nos muestra que en toda actividad que se
considere matemática se deben evidenciar acciones como: contar, localizar
medir, jugar, explicar y diseñar.
En esta ponencia se hará una descripción de cómo los distribuidores de ma-
zorcas en Corabastos diseñan flores para dar a conocer su producto y llamar la
atención de sus clientes. En este sentido, tal práctica corresponde a la activi-
dad de diseño que según Bishop (1999), se refiere a la tecnología, los artefac-
tos y los objetos manufacturados, que todas las culturas crean para su vida
doméstica, para el comercio, como adorno, etc. Se hará una mirada a la acción
de diseñar que involucra conceptos geométricos y métricos a la vez.
METODOLOGÍA
La metodología está dirigida bajo las características de una investigación et-
nográfica, que Goetz y LeCompte (1988, p. 56) definen como “una descrip-
ción o reconstrucción analítica de escenarios y de grupos culturales intactos”,
orientado por el método cualitativo. Atendiendo indicaciones de estos autores,
en el proceso de investigación se llevaron a cabo las siguientes fases:
325
Fase de exploración
En esta fase se realizó una delimitación geográfica del área, se reconocieron
diferentes puntos de observación y se establecieron los instrumentos que se
utilizarían para recolectar los datos. Por otro lado, se realizó una observación
no participante, que permitió identificar los diferentes contextos o actividades
laborales a observar (mazorcas, huacales, auyamas, camiones y arvejas).
326
Proceso Imagen Conceptos geométricos
implicados
CONCLUSIONES
En el caso de las Mazorcas, es evidente que la necesidad de exhibir su produc-
to para atraer clientes, es lo que lleva a los trabajadores a desarrollar nociones
geométricas implícitas en los diseños de las flores de mazorcas, ya que día a
día toman un bulto al azar, y a partir de las mazorcas que salgan, (teniendo en
328
cuenta dimensiones del objeto como tamaño, color, maduración, forma etc.,)
imaginan y crean un nuevo y diferente diseño.
Aunque estos trabajadores tienen una escolaridad mínima (sólo llegaron a al-
gún curso de la básica primaria) y no reconocen su conocimiento matemático,
en su lenguaje, al explicar el proceso de construcción de la flor, utilizan pala-
bras como “punta de la mazorca” (noción de punto), “círculo que forma el bul-
to”, “borde del círculo” (noción de circunferencia y límite o borde), “base de
la flor”, “formamos una figura con las puntas de las mazorcas y las amarramos
con una pita” (noción de polígono y línea). Como también necesitan crear téc-
nicas para medir (medidas objetales para clasificar las mazorcas), al hacerlo se
evidencia que pueden con la construcción de polígonos a partir de circunfe-
rencias y tienen en cuenta la simetría en la teselación que realizan para hacer
una sucesión de figuras iguales. Estos conceptos implícitos son comprendidos,
pues son evidentes en las prácticas de diseño y elaboración de arreglos con
mazorcas.
Tales nociones se desarrollan gracias a sus actividades laborales y no a la en-
señanza en una escuela. Esta afirmación no es para decir que la escuela no es
importante, sino que nos invita a reflexionar en cómo se está llevando la geo-
metría y los demás conceptos matemáticos al aula, con situaciones creadas de
un imaginario o situaciones reales que viven personas día a día.
Esta mirada se lleva, para ver la importancia de la etnomatemática, como una
herramienta de investigación para el docente de matemáticas, quien exploran-
do en las diferentes culturas de los diferentes grupos sociales de nuestra socie-
dad, puede tener todo un laboratorio de matemáticas, donde lleve a sus estu-
diantes a ser una microsociedad científica que modele situaciones a partir de la
experiencia de conocer su entorno.
REFERENCIAS
Alberti, M. (2007). Interpretación situada de una práctica artesanal. Tesis doctoral no pu-
blicada, Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona, España.
329
Bishop, A. (1999). Enculturación matemática. La educación matemática desde la
perspectiva cultural. Barcelona, España: Paidós.
D’Ambrosio, U. (1985). Etnomatemática. São Paulo, Brasil: Atica.
Goetz, J.P. y LeCompte, M. (1988). Etnografía y diseño cualitativo en investigación educa-
tiva. Madrid, España: Editorial Morata S.A.
330
EL TETRIS COMO MEDIADOR VISUAL PARA EL RECONOCIMIENTO DE
MOVIMIENTOS RÍGIDOS EN EL PLANO (ROTACIÓN Y TRASLACIÓN)
INTRODUCCIÓN
El Gimnasio Los Robles, institución educativa de Bogotá, busca atender niños
que tienen dificultades de aprendizaje y/o emocionales, para lo cual considera
un modelo que incluye un conjunto de funciones intelectuales correspondien-
tes a estructuras cognitivas básicas, que sirven de soporte a ciertas acciones u
operaciones con las que se resuelven situaciones problema. Las funciones y
operaciones son de carácter general; por esta razón no se discriminan acciones
específicas asociadas al uso de conceptos y procedimientos matemáticos, he-
cho que dificulta poner en funcionamiento el modelo sugerido por el colegio.
Este hecho nos condujo a desarrollar un proyecto de investigación tendiente a
seleccionar, redefinir y caracterizar a partir del análisis de las actuaciones de
estudiantes, algunas funciones y operaciones del modelo que consideramos
más propias de la actividad geométrica y particularmente aquellas asociadas a
habilidades y procesos de visualización.
En esta conferencia presentamos un marco analítico para dar cuenta de proce-
sos y habilidades de visualización que se estimulan con el uso del videojuego
Tetris construido a partir de la selección de algunas categorías de visualiza-
Acevedo, J. y Camargo, L. (2011). El Tetris como mediador visual para el reconocimiento de movimientos
rígidos en el plano (rotación y traslación). En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus
Aplicaciones (pp. 333-344). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
ción sugeridas en la literatura de referencia. Además, presentamos algunos
resultados de una aproximación metodológica que busca aprovechar dichos
procesos y habilidades de visualización en una propuesta cuyo propósito es
acercar intuitivamente a estudiantes con necesidades particulares de aprendi-
zaje a los conceptos de rotación y traslación. Ilustramos, con ejemplos, el aná-
lisis realizado a algunos extractos de interacciones entre la profesora y un es-
tudiante de grado quinto. Por último, exponemos unas reflexiones frente al
trabajo investigativo desarrollado.
334
la adecuadamente en el tablero, y olvidan por un momento la ficha siguiente o
los elementos distractores del entorno.
Conservación de la percepción. Es la habilidad para reconocer que un objeto
tiene propiedades invariantes tales como forma y tamaño, a pesar de la varia-
bilidad dada por el movimiento. Por ejemplo, al jugar Tetris los estudiantes
reconocen que las fichas están compuestas por configuraciones iguales de cua-
tro cuadros de igual tamaño, y que el movimiento de giro o desplazamiento,
no cambia ni la forma ni el tamaño.
Reconocimiento de posiciones espaciales. Es la habilidad para relacionar la
posición de un objeto con uno mismo, es decir el observador. Por ejemplo de-
cimos que un estudiante tiene esta habilidad cuando logra identificar que una
ficha se ha desplazado hacia la derecha o izquierda de la pantalla, según la po-
sición del jugador.
Reconocimiento de relaciones espaciales. Es la habilidad que permite identi-
ficar correctamente las características de relaciones entre diversos objetos si-
tuados en el espacio. Por ejemplo, al jugar Tetris el estudiante es capaz de
identificar los giros y desplazamientos necesarios para hacer encajar la ficha
en un determinado espacio del tablero, e incluso, es capaz de predecir que la
ficha que va bajando en el tablero y la futura ficha, pueden unirse para encajar
en una determinada posición del tablero.
Discriminación visual. Es la habilidad que permite comparar dos o más obje-
tos identificando sus semejanzas y diferencias. Por ejemplo, esta habilidad es
evidente cuando los estudiantes son capaces de comparar un espacio del table-
ro con la configuración de una ficha en particular, estableciendo si la configu-
ración es igual o no.
Memoria visual. Es la habilidad para recordar las características visuales y de
posición que tenía un conjunto de objetos que estaba a la vista pero que ya no
se ve o que ha sido cambiado de posición. Por ejemplo, cuando los estudiantes
son capaces de proponer fichas que podrían llenar un espacio en particular, a
partir de su configuración, en caso de no tenerlas presentes y puede recordar la
dirección de los giros de las fichas.
En el momento de reconocimiento, ubicamos dos tipos de aprehensiones defi-
nidas por Duval (1995) y los procesos de visualización señalados por Bishop
(1983). Duval (1995) hace mención a la identificación visual de las figuras
335
con base en leyes de organización perceptiva, y que, a su vez, se pueden usar
para representar objetos reales u objetos matemáticos. Plantea tres tipos de
funciones cognitivas, que denomina como aprehensiones de las cuales sólo
hacemos referencia a la aprehensión operativa y la aprehensión discursiva,
pues son las que usamos en los análisis.
Aprehensión operativa. Se produce cuando el sujeto lleva a cabo alguna mo-
dificación a la configuración inicial para resolver un problema geométrico y
recuerda propiedades, movimientos y estrategias para llevar a cabo una tarea
propuesta. Por ejemplo, en el caso particular del videojuego Tetris, los estu-
diantes son capaces de organizar un conjunto de estrategias para ponerlas en
práctica a la hora de completar líneas del juego.
Aprehensión discursiva. Se produce cuando hay una asociación de una con-
figuración con afirmaciones matemáticas (definiciones, teoremas, axiomas).
Por ejemplo, cuando un estudiante es capaz de codificar y decodificar el len-
guaje que le plantea el videojuego haciendo asociaciones geométricas con los
controles. Además, el estudiante es capaz de expresar y argumentar sus pro-
pias ideas para resolver la situación planteada.
Por su parte, Bishop (1983) se refiere a dos procesos: Interpretación de la In-
formación Figural (IFI) y Procesamiento Visual (VP), procesos que incluimos
en el momento de reconocimiento.
Interpretación de la Información Figural (IFI). Es el proceso de interpreta-
ción de representaciones visuales para extraer información de ellas. Para que
haya Interpretación de la Información Figural debe existir un referente físico y
de esta forma el individuo puede empezar a hacer el respectivo análisis. Por
ejemplo, cuando los estudiantes, al enfrentarse al problema de escoger el ca-
mino óptimo para llegar a un espacio señalado en el tablero, son capaces de
interpretar y argumentar sobre la información que extraen para decidir cómo
hacer líneas y ganar más puntos en el juego.
Procesamiento Visual (VP). Es el proceso de conversión de la información
no figurativa en imágenes visuales o transformación de unas imágenes visua-
les ya formadas en otras. Por ejemplo, cuando un estudiante es capaz de inter-
pretar si una ficha, que está bajando en el tablero, encaja en un espacio señala-
do en el tablero.
336
En el momento de representación, ubicamos los tipos de imágenes mentales
sugeridos por Presmeg (1986), entendidas como las escenas mentales que des-
criben información visual o espacial de un objeto sin requerir su presencia u
otra representación externa. Presmeg diferencia tipos de imágenes con las que
un individuo puede interactuar en una situación, de las cuales nosotros sólo
presentamos dos: imágenes cinéticas e imágenes dinámicas.
Imágenes cinéticas. Son imágenes en parte físicas y en parte mentales, ya que
en ellas tiene un papel muy importante el movimiento de manos, cabeza, etc.
En nuestro estudio estas imágenes se hacen evidentes cuando los estudiantes
quieren expresar el giro de un objeto que tienen en su mente y señalan con sus
manos, u otra parte de su cuerpo o con un objeto externo a su cuerpo, como la
ficha del Tetris, la dirección de esta rotación.
Imágenes dinámicas. Son imágenes mentales en las que los objetos o algunos
de sus elementos se desplazan. Por ejemplo, estas imágenes se aprecian cuan-
do un estudiante está interactuando con imágenes del videojuego Tetris y pre-
dice los movimientos; estas predicciones corresponden a imágenes de su men-
te que están en movimiento.
UN EJEMPLO DE ANÁLISIS
El estudio investigativo se desarrolló analizando los procesos y habilidades de
visualización de los que hacen uso tres estudiantes de quinto grado del Gimna-
sio Los Robles, quienes participaron en la implementación de una secuencia
de actividades de enseñanza diseñadas con el fin de acercar intuitivamente a
estudiantes, con necesidades particulares de aprendizaje, a los conceptos de
rotación y traslación. La descripción detallada de las actividades puede con-
sultarse en Acevedo (2010). A manera de ilustración, presentamos dos extrac-
tos de conversaciones con el estudiante Juan David en las fases de entrada y
de elaboración de la secuencia. Este estudiante ingresó al Gimnasio a los nue-
ve años y siempre se ha caracterizado por su comportamiento hiperactivo.
Tiene dificultades para: fijar, mantener y distribuir la atención, clasificar ele-
mentos de acuerdo con atributos comunes, comprender y resolver situaciones
problema sencillas, así como analizar y sintetizar información. Se observa
buen desempeño en control oculomotor, fijación y seguimiento visual, respeto
de límites, uniformidad y direccionalidad, además de buenas habilidades de
percepción visual (figura-fondo, constancia perceptual, relaciones espaciales y
análisis y síntesis visual). Se observa aceptable memoria y buena motivación.
Al momento de participar en el presente estudio, Juan David tenía trece años y
se encontraba haciendo quinto de primaria.
Ejemplo 1 (Fase de entrada). El siguiente extracto de conversación está sa-
cado de una interacción con el estudiante, en la fase de entrada e ilustra la ma-
nera como Juan David se refiere a las características de la configuración de las
fichas que no pertenecen al videojuego Tetris, por medio de Interpretación de
la Información Figural.
338
La profesora muestra al grupo de estudiantes la representación de una figura
compuesta por cuatro cuadrados de igual tamaño, pero unidos por los vértices,
formando una cadena. Su intención es que los estudiantes reconozcan que las
fichas del Tetris están conformadas por cuatro cuadrados de igual tamaño que
están unidos por los lados. Después de mostrar la ilustración, la profesora les
pregunta a los estudiantes si la figura puede ser parte del juego. Responden
varios estudiante al tiempo pero la voz de Juan David se diferencia de las de-
más, a pesar de no ser el directamente interrogado.
1. Profesora: O sea que si yo pusiera esta ficha, [muestra la Figura 1(i)] ¿podría ser
parte del juego?
2. Juan David: No, porque está mal… armada
3. Profesora: ¿Por qué sabemos que está mal armada? [Muestra la Figura 1(i); los
estudiantes reaccionan con murmullos].
4. Juan David: Todos los cuadros tienen que estar rellenos [varios niños aprueban lo
que él dice]. Tienen que estar rectos. No se puede dejar ningún espa-
cio. [Muestra con su mano derecha y un movimiento sobre la horizon-
tal lo que parecen ser los espacios que deja la unión de los cuadrados
por los vértices].
5. Profesora: O sea que por ejemplo, esta ficha sí podría estar [muestra la Figura
1(iii)].
6. Juan David: No, se dejaron espacios.
7. Profesora: ¿Cuáles son los espacios a los que se refiere?, ¿estos? [Muestra los
espacios alrededor de los cuadros de la Figura 2(i) o ¿estos? [Señala
los espacios mostrados por las flechas de la Figura 2(ii).]
8. Juan David: No.
9. Profesora: O ¿estos? [Señala los espacios mostrados por las flechas de la Figura
2(iii).]
10. Juan David: [Afirma que son los espacios señalados en la Figura 2(iii) con movi-
miento aprobatorio con la cabeza.] Los cuatro.
11. Profesora: [Dibuja una de las figuras del Tetris.]
12. Juan David: Sí, así sí sirve.
13. Andrés: Tienen que estar unidas por los lados.
14. Profesora: ¿Todos están de acuerdo con lo que dijo Andrés?
339
15. Juan David: [Hace movimiento aprobatorio con la cabeza].
En un primer momento, Juan David reconoce que una figura no tiene la confi-
guración de las fichas del Tetris y se refiere a ella como “mal armada” [2].
Identifica visualmente la diferencia que existe entre las fichas del Tetris y la
figura que se muestra. A petición de la profesora, argumenta por qué no es una
ficha del Tetris. Para ello se refiere a que no se pueden dejar espacios [6] y
explica a qué se refiere con la expresión “los cuadros tienen que estar relle-
nos” [7]; entonces hace la comparación y posiblemente imagina los cuadros en
teselado formando una figura, para diferenciar las figuras del Tetris con la que
se le muestra, pero no usa el vocabulario adecuado para hacer la explicación.
Para confirmar que el estudiante se refiere a los espacios que dejan los cua-
drados cuando se unen por los vértices, la profesora muestra otra figura con
una configuración similar. Efectivamente, el estudiante responde que se si-
guen dejando espacios y lo confirma ante la insistencia de la profesora [8-13].
Finalmente, ella muestra una figura del Tetris que Juan David reconoce como
correcta [15]. Andrés, un compañero explica que los cuadrados se unen por los
lados, expresando con claridad lo que Juan David estaba tratando de decir, y
Juan David asiente.
El desempeño en la tarea confirma que Juan David interpreta la configuración
patrón de las fichas del Tetris, pero no hace uso del vocabulario adecuado ya
que lo que es más evidente es la dificultad de estudiantes para comunicar lo
que está pensando en relación con la operación identificar.
340
Juan David lleva a cabo la operación de identificación por medio de Interpre-
tación de la Información Figural aunque no expresa sus ideas de manera ade-
cuada, en la medida en que el estudiante logra extraer características generales
de la ficha que no pertenece al Tetris, la compara con las fichas que sí perte-
necen desde el referente físico mostrado en el tablero. El hecho de reconocer
la configuración de la ficha está muy relacionado con los invariantes se man-
tiene la forma y tamaño, en el caso de la rotación, y en traslación se conservan
forma, tamaño y orientación.
Frente al uso del videojuego, la manifestación muestra cómo el estudiante ha-
ce reflexionar al estudiante y estimula su capacidad deductiva para reconocer
las características de la configuración de las fichas que pertenecen o no al vi-
deojuego Tetris.
Ejemplo 2 (Fase de elaboración). El siguiente extracto de conversación está
sacado de una interacción con el estudiante, en la fase de elaboración de la
propuesta de enseñanza para analizar el proceso de aprehensión operativa.
Con las fichas en movimiento, la profesora pregunta si las fichas que van ba-
jando por el tablero llenan el espacio que se muestra y si además completan
alguna línea.
1. Profesora: ¿Usted cree que la figura que va bajando me completaría línea? [Pau-
sa.]
2. Juan David: Eh... No.
3. Profesora: ¿Por qué?
4. Juan David: Porque faltaría una acá para completar línea. [Muestra el espacio seña-
lado con una flecha amarilla en la Figura 3.]
5. Profesora: ¿Cuántos cuadritos harían falta por llenar?
6. Juan David: Dos.
7. Profesora: Dos cuadritos. Baje y compruébelo.
8. Juan David: ¡Ah! No. Uno. [Se pausa de nuevo el juego]
341
Figura 3. Pantalla del Tetris con respecto a la cual se conversa
ALGUNAS REFLEXIONES
Sobre el comportamiento de estudiantes con necesidades particulares de
aprendizaje. El videojuego permite que los estudiantes del estudio de caso
muestren desempeños exitosos al desarrollar las tareas propuestas en el dispo-
sitivo didáctico, en tareas que apuntan a la noción de traslación y rotación. La
componente visual de la herramienta del Tetris logra centrar la atención y dis-
342
tribuirla para realizar adecuadamente tareas que implican movimientos rígidos
en el plano, además de permitir la motivación del estudiante para que las estra-
tegias que plantee le ayuden a ganar el juego. Esto implica que algunas de las
dificultades de un estudiante con necesidades particulares de aprendizaje sean
compensadas con otras habilidades desarrolladas por él durante la actividad, al
utilizar el recurso tecnológico.
Sobre el videojuego y el aprendizaje en matemáticas. Se puede observar
que el videojuego Tetris, acompañado de un diseño pedagógico apropiado,
favorece el desempeño en el acercamiento a las nociones matemáticas de ni-
ños que tienen necesidades particulares de aprendizaje frente a reflexión, desa-
rrollo de competencias de resolución de problemas, y capacidad deductiva.
Vale la pena resaltar que aunque existen diferentes tipos de videojuegos que
son llamativos por su entorno visual, y de sumo interés para los estudiantes,
no todos ofrecen el entorno necesario para tratar con conceptos matemáticos
sencillos.
Sobre el manejo de grupo en la implementación de estas actividades . Es
muy probable que el uso de este tipo de actividades en grupos grandes no dé
resultados positivos, ya que la preparación y aplicación de las mismas deman-
dan tiempo y atención constante en cada uno de los “videojugadores”.
Sobre la actividad investigativa. La toma de decisiones frente a este tipo de
análisis es complicada, ya que hay que hacer una inspección minuciosa de la
información relevante, manteniendo presentes, de un lado el marco teórico, y
de otro, la actividad matemática que despliegan los estudiantes asociada a las
nociones de traslación y rotación. Esto es, se debe mantener el “lente investi-
gativo” para poder hacer el filtro de la información realmente importante. El
tiempo dedicado al análisis de los estudios de caso requiere de bastante tiem-
po, lo que nos hace reflexionar sobre la complejidad de los análisis cualitati-
vos.
REFERENCIAS
Acevedo, J. (2010). Modificabilidad estructural cognitiva vs. visualización: un ejercicio de
análisis del uso del Tetris en tareas de rotación y traslación. Tesis de pregrado no
publicada, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia.
Bishop, A. (1983). Spatial abilities and mathematical thinking. En M. Zweng, T. Green, J.
Kilpatrick, H. Pollak y M. Suydam (Eds.), Proceedings of the Fourth International
Congress on Mathematical Education (pp. 176-178). Boston, USA: Birkhäuser.
343
Del Grande, J. (1990). Spatial sense. Arithmetic Teacher, 37(6), 14-20.
Duval, R. (1995). Geometrical pictures: Kinds of representation and specific processings.
En R. Sutherland y J. Mason (Eds.), Exploiting mental imagery with computers in
mathematics education (pp. 142-158). Berlin, Heidelberg: Springer-Verlag. Consul-
tado el 16 de junio de 2010 en:
http://books.google.com/books?id=R6PC_8GCt2AC&printsec=frontcover&dq=Com
puters&as_brr=3&cd=90&source=gbs_slider_thumb#v=onepage&q&f=false
Gal, H. y Linchevski, L. (2010). To see or not to see: Analyzing difficulties in geometry
from the perspective of visual perception. Educational Studies in Mathematics, 74(2),
163-183.
Presmeg, N. (1986). Visualization in high school mathematics. For the learning of mathe-
matics, 6(3), 42-46.
344
APROXIMACIÓN AL TRATAMIENTO ESCOLAR DE LA GEOMETRÍA A
TRAVÉS DE MATERIALES MANIPULATIVOS
1
Entendemos por práctica de alternativas de intervención un hecho que sucede al interior
de las aulas en el que se tienen distintas visiones sobre cómo abordar un mismo contenido.
Puede considerarse como una opción y no como una imposición institucional para brindarle
a los estudiantes una o distintas maneras de asimilar un mismo contenido.
2
En este sentido las prácticas de alternativas de intervención se enriquecen a partir de los
distintos medios físicos o virtuales, de lectura o de exploración, de práctica o invención,
etc., con la intención de enriquecer los procesos cognitivos y metacognitivos no sólo de los
Cruz, G. y Montenegro, C. (2011). Aproximación al tratamiento escolar de la geometría a través de materia-
les manipulativos. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 345-
354). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
bien, aunque estas investigaciones cuentan con cierta tradición en el campo de
la didáctica de las matemáticas, el impacto en las prácticas de enseñanza toda-
vía parece débil y sólo recientemente han presenciado un interés renovado so-
bre sus alcances y proyecciones en los procesos de enseñanza y aprendizaje de
las matemáticas en el ámbito escolar.
En este punto se hace visible la importancia del estudio de las dificultades,
obstáculos y errores de los estudiantes en relación con el aprendizaje de la
geometría, el estudio y análisis de las concepciones y creencias de los docen-
tes de matemática en relación con la enseñanza, aprendizaje y evaluación de
las matemáticas, concretamente en geometría, y el papel de las propuestas cu-
rriculares vigentes sobre las iniciativas de integración de materiales didácticos
en las aulas de matemáticas y la indagación de otros que sirvan de realimenta-
ción a dichos procesos. De manera particular, se retoma el aporte de las inves-
tigaciones sobre el impacto de la integración de un tipo de recursos didácticos,
los manipulativos.
MARCO DE REFERENCIA
Al respecto puede señalarse que las investigaciones en didáctica de las mate-
máticas desarrolladas en las últimas décadas reconocen un interés creciente
por precisar el impacto de los recursos (material manipulativo) en el aprendi-
zaje y la enseñanza de las matemáticas, discutir las limitaciones de su uso y
estudiar las posibilidades de su integración en la clase de matemáticas (Post,
1981; Godino y Recio, 1998). En general, se señala la existencia de una im-
portante relación entre el uso de recursos y materiales didácticos y el desem-
peño de los estudiantes:
El uso de los manipulativos, un tipo particular de recursos, se presenta en el
marco de las investigaciones realizadas desde las primeras décadas del siglo
XX en relación con la formación y evolución de conceptos en los niños (Piaget,
1971; Dewey, 1938; Bruner, 1960; Dienes, 1969). Estas investigaciones sugie-
ren que en algunos momentos los conceptos de los niños evolucionan a través
de la interacción directa con el ambiente y que precisamente los manipulativos
son vehículos que permiten que esto suceda. La importancia de este tipo de es-
tudios, se asocia al reconocimiento de la posibilidad de que se proporcione un
conjunto de evidencia “persuasiva” para los docentes de matemáticas en rela-
Ahora bien, también puede señalarse que a finales de la década de 1990, como
resultado de la emergencia de nuevos modelos teóricos en Didáctica de las
Matemáticas, se plantean nuevos interrogantes en relación con el uso de mate-
riales manipulativos en el estudio de las matemáticas. En algunos casos, estos
plantean la necesidad de precisar: (1) la noción de material didáctico y sus ti-
pos; (2) las funciones semióticas e instrumentales de los sistemas de signos;
(3) las relaciones entre materiales manipulativos, problemas matemáticos y
347
situaciones didácticas; (4) la ingeniería didáctica como marco integrador de la
investigación científica y la práctica de la enseñanza (Godino y Recio, 1998).
Otra dimensión de análisis en relación con el uso de los recursos en la ense-
ñanza de las matemáticas se relaciona con las funciones asociadas a ellos, par-
ticularmente a los materiales manipulativos. Se suele referenciar fundamen-
talmente las funciones que pueden desempeñar estos materiales dentro del
marco más general del papel de los medios de expresión en la actividad ma-
temática, y de manera más general dentro del estudio de las relaciones entre
lenguaje y pensamiento (Vigotsky, 1934, citado en Godino y Recio, 1998). A
partir de esta aproximación, se plantea que los recursos expresivos desempe-
ñan un papel esencial en el triángulo epistemológico (signo, concepto, objeto),
en sus distintas formulaciones, y en las funciones semióticas que se establecen
entre dichos elementos (Godino y Recio, 1998).
En general, se considera desde la perspectiva de Brousseau (1983) que:
Un conocimiento, como un obstáculo, es siempre el fruto de una interacción del
alumno con su medio y más precisamente con una situación que hace el cono-
cimiento “interesante”, quiero decir “óptima” en un cierto dominio definido por
características numéricas “informacionales” de este conocimiento.
Reiterando que:
[…] en el conocimiento, el hombre y el medio siendo lo que son, es inevitable
que esta interacción desemboque a concepciones3 “erróneas”. De todos modos
estas concepciones son comandadas por las condiciones de la interacción que
uno puede más o menos modificar. Esta declaración tiene importantes conse-
cuencias, en principio para la enseñanza: así, si uno quiere desestabilizar una
noción bastante enraizada, será ventajoso que el estudiante pueda invertir sufi-
cientemente sus concepciones dentro de situaciones. (Brousseau, 1983)
3
En este sentido se guarda la perspectiva que Brousseau propone al respecto: la concepción
se constituye en una herramienta para el análisis del saber y el diseño de situaciones didác-
ticas que permitan analizar las actuaciones de los estudiantes en relación con un concepto
matemático.
348
ción clásica de aprendizaje, sobre todo en lo que concierne al rol y a la organi-
zación de las situaciones de problemas. En consonancia con esto, se señala
que:
Plantear un problema consiste en encontrar una situación con la cual el estu-
diante va a emprender una sucesión de intercambios relativos a una misma
cuestión que forma un “obstáculo” para él, y sobre el cual va a apoyarse para
apropiarse, o construir, un conocimiento nuevo. (Brousseau, 2007, p. 6)
4
Su contribución teórica esencial al campo de la Didáctica de las Matemáticas es la Teoría
de Situaciones Didácticas, una teoría cuyas primeras formulaciones fueron hechas a co-
mienzos de la década de los años setenta. Brousseau propone un modelo desde el cual pen-
sar la enseñanza como un proceso centrado en la producción y la validación de los cono-
cimientos matemáticos.
5
Esta teoría comenzó a gestarse en el Instituto Freudenthal a comienzos de los años setenta.
Propone que los estudiantes deben aprender matemáticas desarrollando y aplicando los
conceptos y herramientas matemáticas en situaciones que tengan sentido para ellos. Es de-
cir, que no necesariamente están ligadas a situaciones de la vida real sino a situaciones que
pueden imaginar pero que son “reales” para ellos.
349
rar ciertos conceptos de una manera diferente y en este sentido validar o no un
conocimiento que se ha puesto en un contexto diferente al habitual. Ahora
bien, así se reconoce, desde una perspectiva didáctica, que las concepciones y
prácticas escolares en relación con este tipo de prácticas docentes están estre-
chamente asociadas a las creencias y concepciones de los profesores sobre la
enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, y sobre la naturaleza y el rol
otorgado a las mismas en estos procesos. De esta manera, es posible reconocer
que para la integración de una propuesta docente que se inspire en la utiliza-
ción de materiales manipulativos se requiere de un enriquecimiento a nivel de
una cultura escolar, que responda al reconocimiento de las expectativas, nece-
sidades, ventajas y desventajas de docentes, estudiantes y directivos de una
institución educativa.
PRESENTACIÓN DE LA TESIS
En general, como maestros de matemáticas, la necesidad de reconocer las
concepciones, creencias, intereses y necesidades de los estudiantes surge co-
mo una manera de poder crear condiciones que les permitan a los estudiantes
usar los conocimientos adquiridos para resolver algunos problemas de su en-
torno escolar y de su entorno cotidiano a medida que avanza su proceso de
aprendizaje. Este presupuesto nos lleva a conceder especial valor al estudio de
los sistemas de creencias de profesores y estudiantes, dado que éstos inciden
en sus comportamientos, ayudan a explicarlos y ofrecen pistas para tratar de
modificarlos o mejorarlos. Se acepta que las creencias influyen en la forma en
que se aprende, se enseña y se aplica la matemática; a su vez, la forma de
aprender y utilizar las matemáticas, configuran las creencias y los sistemas de
creencias. De aquí que las creencias matemáticas de un individuo y su punto
de vista matemático, formen un sistema regulador de su estructura de conoci-
miento; dentro de este marco actúa y piensa, y a su vez este marco influye
fuertemente en su rendimiento. Este es un asunto central en la propuesta, que
permite plantear un escenario de indagación e intervención, más amplio en el
que se inscriben, el trabajo con materiales y recursos manipulativos, a saber, el
trabajo experimental en las clases de matemáticas. Ahora bien, como este
proceso es social y culturalmente condicionado –y muchas veces– determina-
do o limitado por la cultura escolar, se requiere un enriquecimiento colectivo
que tome en cuenta e integre de manera concertada las expectativas, necesida-
des, percepciones y creencias de docentes, estudiantes y directivos de una ins-
titución educativa.
350
A partir de estas consideraciones formulamos una propuesta de trabajo que
permita abordar desde las perspectivas epistemológica, matemática, didáctica
y curricular la integración de recursos y materiales manipulativos en los pro-
cesos de enseñanza y aprendizaje de la geometría en el ámbito escolar.
De igual manera, nos proponemos caracterizar algunas de las concepciones y
creencias de estudiantes, docentes y directivos de educación básica sobre el
aprendizaje de la geometría mediada por recursos manipulativos y su impacto
en el diseño y/o rediseño de planes de aula en una institución escolar. También
nos proponemos vincular los aportes que esto nos brindaría a una iniciativa de
carácter institucional, que nace en el marco del Laboratorio de Matemáticas.
Esta iniciativa se ha venido implementando de manera experimental, a partir
de la elaboración, por parte de los estudiantes, de algunos materiales como:
geoplanos, juegos de cartas poligonales, bloques poligonales, dominós poligo-
nales, entre otros. Materiales estos que han sido usados en distintas clases para
el fortalecimiento y enriquecimientos de estrategias didácticas enfocadas en la
práctica docente, obteniendo resultados que aportan a estrategias que poten-
cian y facilitan el proceso educativo de un conocimiento matemático en parti-
cular.
Así, el uso adecuado de materiales manipulativos puede llegar a ser un exce-
lente recurso didáctico para dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje de las
matemáticas, ya que le da la oportunidad al docente de mejorar su labor peda-
gógica, y a los estudiantes la opción de transformarse en personas originales6
junto con sus pares (compañeros, docentes, etc.): constructores del conoci-
miento, imaginativos, dinámicos, y creadores de ideas.
En consecuencia, es posible afirmar que es a partir de las concepciones que
surgen al momento de que los estudiantes son puestos a prueba dentro de las
prácticas escolares, como se evidencian las limitaciones teóricas e inclusive,
en el plano operativo, un nivel limitado de desempeños. Por esta razón, la
formación de los docentes se revela entonces como una alternativa para su-
perar este estado. Para el docente llegar a conocer las concepciones de los es-
tudiantes, podría dar puntos de vista más fundamentados sobre la enseñanza y
el aprendizaje de otros conceptos matemáticos en el ámbito escolar. De allí
que la mayoría de las dificultades que presentan los estudiantes en su vida es-
6
Originales, hace referencia al hecho de que los estudiantes se conviertan en personajes
propositivos y no sólo sea el maestro quien lo es.
351
colar, se deben a falencias conceptuales que le impiden apropiarse de nuevos
conceptos y/o relacionarlos con otros.
En la medida en que el profesor conozca las concepciones de los estudiantes,
propondrá ciertos problemas o situaciones que conduzcan a evidenciar, modi-
ficar o completar tales concepciones, de tal manera que éstas se aproximen
cada vez más al concepto en cuestión. El estudio de las concepciones es
igualmente revelador de la falta de conexión tanto en el plano de la enseñanza
como en el curricular de estos conceptos con aspectos de la realidad cotidiana
que podría abordarse ampliando los contextos en los cuales se les presenta el
concepto a los estudiantes. En general, los aportes y proyecciones de este tra-
bajo busca crear un nivel de comprensión y de compromiso en la comunidad
educativa, de tratamientos escolares que superen la manera convencional en
que se introducen ciertas temáticas en las clases y que sirva en un futuro para
hacer más visible una toma de conciencia en torno a lo que los estudiantes es-
tán considerando o no como relevante en su proceso de enseñanza y aprendi-
zaje, el por qué y el sentido del mismo. De esta forma se estaría mejorando la
labor docente de forma cualitativa y se estaría dotando a los estudiantes de
herramientas que les permitirían interactuar de mejor forma con el medio en el
que se encuentren inmersos.
Por otra parte, en un acto de enseñanza el lenguaje es el “medio” que regula la
interacción entre los individuos y permite la relación maestro-estudiante y vi-
ceversa; por esta razón en el proceso de construcción de un conocimiento se
hace necesario reconocer al estudiante como ser pensante, que puede llegar a
la apropiación de un conocimiento por la vía de la experimentación, el análisis
y la reflexión. Asimismo se hace necesario que durante este proceso el docen-
te tenga una participación activa y significativa, que motive y muestre al estu-
diante que, en su hacer matemáticas, un objeto matemático puede tener dife-
rentes formas de ser representado o abordado, según la situación o actividad
en la que se enmarque. Como lo plantea Bishop (1999): las actividades que se
consideran matemáticas son aquellas que producen distintas ideas matemáti-
cas; igualmente plantea que los cimientos del conocimiento matemático en
distintas culturas son las que se indican a continuación: contar, localizar me-
dir, dibujar, jugar y explicar. De esta forma se hace pertinente tener en cuenta
las siguientes consideraciones:
352
Se hace indispensable que el docente adquiera conciencia de la nece-
sidad que existe en el aula, de incorporar herramientas didácticas in-
novadoras para estimular la “creatividad· de sus estudiantes.
Por otro lado, le permitirá incluir interrogantes a través de actividades
por niveles, y trabajar tanto con las necesidades como con las poten-
cialidades de una manera personalizada.
Reconocemos que existen herramientas instructivas convencionales (e.g., la
“teoría” acerca de un tema específico sin contexto, la ejemplificación a través
de gráficos, etc.) que de igual forma contribuyen en el desarrollo cognitivo del
educando. Pero, a diferencia de éstas, mediante el uso del geoplano7 se busca
despertar el potencial creativo de los estudiantes y obtener resultados trans-
cendentes, que no sólo tendrán implicaciones en las matemáticas sino en otras
áreas de estudio. En este sentido, el geoplano, las cartas poligonales, los blo-
ques, etc., se convierten en un recurso didáctico para dirigir el proceso de en-
señanza–aprendizaje de la geometría, permitiendo a los estudiantes la verifica-
ción de propiedades, la socialización de ideas, la indagación sobre distintas
formas, la apropiación de nuevas ideas acerca de distintos objetos, figuras y
propiedades geométricas.
CONCLUSIONES
En general, es posible señalar que las actividades con materiales manipulati-
vos se pueden ver como una actividad humana que puede potenciar ciertas
capacidades humanas que podrían fortalecer y facilitar procesos de enseñanza.
Sin embargo, es necesario aclarar que no todos los juegos son significativos
desde el punto de vista matemático, ¿Qué los hace significativo? ¿Solamente
el hecho de emplear consciente o inconscientemente un conocimiento mate-
mático? Se considera que se debe ir más allá, pues dentro de una actividad
significativa que propicie la apropiación de un conocimiento matemático,
pueden reconocerse factores que en un futuro llevarían a facilitar la compren-
sión de un objeto matemático abstracto; por ejemplo, el reconocer las normas,
procedimientos estrategias modelos, etc. De igual manera, la implementación
de actividades matemáticas fundamentadas con materiales manipulativos re-
quiere de un análisis especial, pues como se pudo notar en los interrogantes
7
Se presenta como anexo una de las actividades diseñadas para la utilización del geoplano;
está orientada a reforzar los conceptos de perímetro y área.
353
planteados son muchos los factores que se deben estudiar para ver si en verdad
se pueden utilizar en pro de un conocimiento matemático o solamente como
algo lúdico que rompe el esquema de una clase magistral.
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análisis didáctico. Documento de trabajo en elaboración, Universidad del Valle, Cali,
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tional Society for the Study of Education and National Council of Teachers of Math-
ematics, McCutchan Publishing Corporation.
354
FIGURAS DE ANCHO CONSTANTE: UN TEMA POR EXPLORAR
CONTEXTUALIZACIÓN
Las figuras geométricas de ancho constante son aquellas que tienen el mismo
ancho en cualquier dirección. El ancho de una figura se refiere a la distancia
entre dos rectas paralelas entre sí y perpendiculares a la dirección dada; estas
rectas, conocidas como rectas soporte, intersecan a la figura en un solo punto
y son perpendiculares a una cuerda de la figura que indica dicha dirección
(Montejano, 1998). Si los extremos de esta cuerda están contenidos, uno en
cada una de las rectas soporte, la magnitud de esta cuerda indica el ancho de la
figura.
Las figuras de ancho constante son convexas y se pueden generar infinitas co-
piando métodos de construcción o simplemente modificando algunos pasos de
tales métodos. Por otro lado, estas figuras han sido estudiadas desde Euler,
quien las conocía como orbiformes; además se les han dado distintas aplica-
ciones en la ingeniería, la arquitectura y la mecánica.
Gil, L. y Orjuela, M. (2011). Figuras de ancho constante: un tema por explorar. En P. Perry (Ed.), Memorias
del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 355-360). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógi-
ca Nacional.
MÉTODOS DE CONSTRUCCIÓN DE FIGURAS DE ANCHO CONSTANTE
Exponemos a continuación algunos resultados de nuestro estudio exploratorio.
Para iniciar este apartado mostramos el método de construcción del Triángulo
de Reuleaux (figura de ancho constante presentada en 1976 por el ingeniero y
matemático Franz Reuleaux), generado a partir de su definición. Específica-
mente, dado un equilátero de lado L, un Triángulo de Reuleaux es la unión
de los tres arcos de circunferencia cuyos extremos son dos vértices del trián-
gulo, el centro de la circunferencia es el vértice restante y el radio de la mis-
ma es L”. El procedimiento se ilustra en el Gráfico 2.
Con base en este método, nos surgieron los siguientes interrogantes: ¿Se ori-
ginan figuras de ancho constante si en lugar de utilizar un triángulo equilátero,
utilizamos cualquier polígono regular? Si no es así, ¿qué cambios podríamos
plantear en el método para obtener figuras con esta propiedad? Gracias a la
característica esencial de Cabri, su dinamismo producto de la función de arras-
tre, logramos dar respuesta a esos interrogantes y encontrar generalidades que
nos permitieron obtener figuras de ancho constante. Por ejemplo, al partir de
polígonos regulares de un número impar de lados, observamos que utilizando
el mismo método de construcción para el Triángulo de Reuleaux, obtenemos
356
figuras de ancho constante tales que su ancho es igual a la longitud del diáme-
tro del polígono (ver Gráfico 3).
Por otro lado, con polígonos regulares de un número par de lados se mostró
que el método de construcción anterior no genera figuras de ancho constante,
pero que al utilizar nuevos arcos de circunferencia en el método, se obtienen
figuras de ancho constante, no sólo una por polígono, sino varias dependiendo
de su número de lados. Por ejemplo, si se parte del hexágono se obtienen dos
figuras de ancho constante (ver Gráfico 4).
357
c. Construcciones auxiliares que generan la curva de d. Curva de Euler, después de ocultar algunos
Euler objetos geométricos
a. Construcción de un arco del Triángulo de Reuleaux b. Construcción del punto P, de tal manera que al
animarlo genere nuestra figura de ancho constante
358
co 6). Es importante resaltar que la figura generada a partir de este método
tiene un parecido a la Curva de ancho constante de Euler, pero no contamos
con las herramientas suficientes para probarlo.
Un resultado importante que se estableció después de la exploración del méto-
do de construcción anterior, fue la relación existente entre el número de lados
y la cantidad de pétalos de las flores que se originan copiando este método
partiendo de cualquier polígono regular. Aunque estas flores no originan figu-
ras de ancho constante, ya que no son cerradas y no son convexas (Gráfico 7),
decidimos mostrar el resultado, primero porque poseen propiedades interesan-
tes, y segundo porque queríamos mostrar que no siempre se pueden generar
figuras de ancho constante copiando todos los métodos de construcción ex-
puestos.
a. Con base en un triángulo b. Con base en el cuadrado c. Con base en lugar geométrico de
escaleno circunferencias
Gráfico 8
359
CONCLUSIONES
Cada uno de los procedimientos que presentamos están justificados; las cons-
trucciones realizadas en Cabri nos proporcionaron ideas para justificar por qué
la figura construida tienen la propiedad de ancho constante debido a la rela-
ción existente entre el software y la teoría de la geometría plana euclidiana
(Marotti, 1997). Las exploraciones consistieron básicamente en la copia de
algunos procedimientos de construcción que son válidos y la modificación de
los mismos a través de ensayos para obtener figuras de ancho constante; estas
exploraciones nos permitieron plantear conjeturas, con lo cual Cabri se convir-
tió en un “motor del pensamiento deductivo, pues las propiedades explícita-
mente construidas se convierten en premisas, siendo las conclusiones otras
propiedades verificadas en la construcción” (Castiblanco, Camargo, Rodrí-
guez, Acosta, Urquina, Cuéllar y Moreno (2003).
REFERENCIAS
Castiblanco, C., Camargo, L., Rodríguez, F., Acosta, E., Urquina, H., Cuéllar, H., Moreno,
L. (2003). Tecnologías computacionales en el currículo de matemáticas. Memorias
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Montejano, L.P. (1998). Cuerpos de ancho constante. México, D.F.: Fondo de Cultura
Económica.
360
GEOMETRÍA EN EL ALFABETO LÓGICO DE ZELLWEGER
INTRODUCCIÓN
A lo largo del siglo XX, de manera desapercibida para las principales corrien-
tes de la matemática, diversos autores propusieron notaciones para los conec-
tivos proposicionales binarios de la lógica clásica. La primera de ellas fue la
que diseñó en 1902 el notable científico y filósofo norteamericano Charles S.
Peirce. Posteriormente aparecen muchas otras que, con el tiempo, pueden cla-
sificarse en las alfabéticas, las que emplean las letras del alfabeto común u
otros signos convencionales, y, por otro lado, las geométricas que, como la de
Peirce, representan cada conectivo mediante un dibujo que procura sintetizar
la definición del mismo.
La única notación que combina de manera armoniosa estas dos cualidades,
alfabética y geométrica según investigaciones recientes, es la propuesta por el
norteamericano Shea Zellweger1 desde hace casi cincuenta años, tiempo que
su autor ha dedicado a investigaciones profundas y progresivas sobre este sis-
tema de signos y sobre el simbolismo en general (Zellweger, 1997a, 1997b,
2003).
La idea tiene lugar en la ciudad de Chicago alrededor del año 1953, cuando el
profesor Zellweger se interesó por la lógica matemática, en un viaje maravi-
1
Shea Zellweger nació el 7 de septiembre de 1925 en Chicago Illinois, USA; se desempeñó
desde 1969-1993 como profesor y presidente del Departamento de Psicología en Mount
Union College en Alliance, Ohio. Probablemente es mejor conocido por la creación del más
sencillo y mentalmente intuitivo sistema de notación lógica, que bien llamó Alfabeto Lógi-
co o Alfabeto Lógico X-tremidad (XLA) por su sigla en inglés. El sistema de notación
XLA contiene un enfoque visual único e iconográfico para el aprendizaje y la realización
de las operaciones lógicas. Disponible en Internet: http://www.logic-alphabet.net/
Granados, L. y Aya, N. (2011). Geometría en el alfabeto lógico de Zellweger. En P. Perry (Ed.), Memorias
del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 361-369). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógi-
ca Nacional.
lloso y obsesivo que eventualmente lo llevaría a la invención y desarrollo
guiado por su innato amor por los patrones, a una nueva notación para los co-
nectivos proposicionales binarios como un sistema visual que llamó Alfabeto
2
Lógico, el cual se compone de dieciséis (16=22 ) formas o letras cuya clave de
interpretación está en las “extremidades”. Por ejemplo, la letra del Alfabeto
Lógico tiene cuatro extremidades, tiene una, y no tiene ninguna. Con la
convención adecuada, se puede pasar del signo a la tabla de verdad del conec-
tivo que representa y viceversa. Por otra parte, los movimientos rígidos de los
signos corresponden a operaciones lógicas, por ejemplo, a partir de la expre-
sión se pasa a donde N denota la negación y es equivalente a
, de hecho en general negar la primera proposición corresponde a refle-
jar el signo en el eje vertical. Esto a su vez conduce a interpretar en la lógica
las simetrías que tengan los signos, por ejemplo, un conectivo es conmutativo,
si y solo si, su signo en el Alfabeto Lógico es simétrico respecto a la diagonal
ascendente.
Zellweger en su larga investigación alrededor del Alfabeto Lógico demuestra
una sugestiva originalidad en la construcción de modelos físicos para el siste-
ma de signos. Elaboró modelos unidimensionales, bidimensionales y tridimen-
sionales que él insiste son proyecciones de modelos en cuatro dimensiones, y
de esta manera la lógica se conecta con la geometría en la búsqueda de la ver-
dad científica. Esa búsqueda nos ha permitido investigar y estudiar con mucho
detalle los movimientos rígidos de los diversos modelos que revelan sorpren-
dentes e insospechadas simetrías en el sistema de los conectivos binarios y su
posible extensión a cuatro dimensiones. Asimismo establecer corresponden-
cias explícitas de los movimientos rígidos de los modelos con los de las letras
del Alfabeto Lógico, y la proyección de 4 a 3 para la cual la imagen es un
rombododecaedro (Granados y Aya, 2010).
ALFABETO LÓGICO
362
Cuando en un conectivo alguna de las combinaciones de valores de verdad es
verdadera, el vértice correspondiente se marca con un punto aumentado, dan-
do lugar a 16 posibles casos, por ejemplo, . Estos diagramas a su vez se
reducen a una forma cursiva que es propiamente el Alfabeto Lógico. (La for-
ma cursiva de los diagramas está en la Tabla 1).
El mecanismo de construcción del Alfabeto Lógico consiste en ver la posición
de los puntos en las esquinas del cuadrado para fijar el número de extremida-
des y, con ello, la letra misma. Por ejemplo, la ausencia de puntos en las es-
quinas del diagrama , le corresponde una letra que carece de extremidades
como ; en este diagrama no hay combinaciones de los valores donde el co-
nectivo es verdadero y sus valores son FFFF. La presencia del punto en la
esquina superior izquierda en el diagrama indica una extremidad que co-
rresponde a FV y tiene asociada una letra con una extremidad que es . Los
valores de este conectivo son FFVF. El diagrama tiene tres puntos que
corresponden a una letra con tres extremidades: una en la esquina superior iz-
quierda y dos en las esquinas inferiores. La letra que corresponde a este dia-
grama es la letra .. Los valores de este conectivo son FVVV, que son los de
la “barra de Sheffer”. A continuación se expone la interrelación de los cuadra-
dos con las formas de letras del Alfabeto Lógico.
363
Una característica propia a la anatomía tiene su origen en el instante de com-
binar la conversión, cuando cambia a . El autor separa
las letras en otro par de conjuntos (8, 8) tomando como criterio los puntos del
cuadrado y las diagonales que pasan desde la esquina superior derecha a la
inferior izquierda, de este modo las letras adquieren la propie-
dad de simetría y conversión, mientras las otras carecen de la
propiedad de conversión. En ese sentido el criterio pone a todas las letras en
cuatro niveles de simetría y asimetría.
En la interacción de las funciones del Alfabeto Lógico, las letras toman dife-
rentes posiciones cuando participan en operaciones lógicas. Disponer de una
elegante y sencilla anatomía permite ver cómo ambas cualidades interactúan
de una forma armoniosa, para llevar a cabo las mismas operaciones de sime-
tría. La idea conduce a crear al interior del Alfabeto Lógico, sencillas reglas
que permiten llevar a cabo variados movimientos con las letras que generan
interesantes y elegantes representaciones de simetría, integradas por los mode-
los a partir de las propiedades del Alfabeto Lógico y los conectivos proposi-
cionales, como en los cálculos de simetría, porque al diseñar las letras se gene-
ra la interrelación entre la tabla, el punto en el cuadrado y la correspondiente
letra.
Las cuatro reglas de simetría o de movimiento vistas en acción, consisten en
general en tomar las letras y hacerlas girar o buscar su complemento (Zellwe-
ger, 2003). Ellas se aplican a todas las expresiones pero se trabaja con una ge-
nérica, denotada . Las cuatro reglas de simetría a exponer se expre-
san como sigue:
R1 Negar el miembro izquierdo del asterisco. El movimiento resultante
consiste en reflejar la letra de izquierda a derecha.
R2 Negar la letra del Alfabeto. consiste en el complemento de las
letras, es decir todas las posiciones de las extremidades se invierten.
R3 Negar el miembro derecho del asterisco. El movimiento consiste en
reflejar la letra de arriba hacia abajo.
R4 Convertir. Consiste en hacer una reflexión en la diagonal en el cua-
drado que viene desde la esquina superior derecha a la esquina inferior
izquierda.
364
R1 cambia a
R2 cambia a
R3 cambia a
366
yor facilidad los movimientos de cada signo según los cuatro ejes que en él se
encuentran, uno horizontal x, uno vertical y, y dos oblicuos, x = y (diagonal
ascendente) x = – y (diagonal descendente), como se muestran a continuación.
Así, los signos se pueden clasificar en seis diferentes grupos según el nivel de
simetría y asimetría, que surgen al llevar a cabo los movimientos al interior
del modelo. Es propio tener en cuenta la posibilidad de realizar las rotaciones
desde cualquiera de los 4 ejes señalados en sentido contrario a las manecillas
del reloj. Además todo conectivo tiene rotaciones, reflexiones y su comple-
mento, sin embargo no todos al realizar los anteriores movimientos quedan
invariantes como es el caso de los conectivos y .
De este modo, presentaremos una tabla con cada uno de los movimientos rea-
lizados por el modelo bidimensional para los signos, y la respectiva operación
lógica. El análisis es similar para los otros modelos.
367
Tabla 4. Movimientos y operaciones lógicas para un modelo bidimensional
RESULTADOS
El Alfabeto Lógico combina de manera armoniosa las cualidades alfabética y
geométrica de las notaciones para los conectivos proposicionales binarios. Los
signos tienen nombres naturales pues (casi todos) son letras del alfabeto occi-
dental; por otro lado, ellos tienen la forma adecuada para considerar sus mo-
vimientos rígidos, lo cual permite estudiar la simetría del sistema. Todos los
movimientos rígidos de las letras del Alfabeto Lógico corresponden a opera-
ciones lógicas efectuadas sobre la proposición compuesta. Más aún, todas es-
tas operaciones lógicas se pueden generar a partir de la negación y el inter-
cambio de las variables.
Los modelos físicos del Alfabeto Lógico permiten ver cómo, en algunos casos
excepcionales, los movimientos rígidos del modelo coinciden en alguna medi-
da con los movimientos rígidos de cada una de las letras y, en consecuencia,
corresponden a ciertas operaciones lógicas. De esta manera, las simetrías del
modelo muestran ciertas simetrías del Alfabeto Lógico y, por tanto, del siste-
ma de conectivos que representa.
Un detallado análisis geométrico y algebraico a los diferentes modelos pro-
puestos por Zellweger, permitió establecer distintos grupos de simetría según
sus movimientos en los diagramas. Un caso particular es el Poliedro lógico
que tiene la misma simetría de su figura envolvente, el rombododecaedro, cu-
yos movimientos rígidos a su vez son los mismos del cubo de dimensión 3. De
estos 48 movimientos, 16 corresponden a las operaciones lógicas. Queda aún
abierto el problema de dar una interpretación lógica a los otros 32 movimien-
tos del poliedro. Por otro lado, la deficiencia de este modelo se concentra en
368
los conectivos “centrales” y . Pues en todos los movimientos rígidos del
Poliedro lógico permanecen ambos en el centro del modelo, luego es imposi-
ble saber si cierto movimiento los intercambia o los deja invariantes. Quizás el
modelo físico más adecuado para el Alfabeto Lógico es el hipercubo o cubo
de cuatro dimensiones, dado que la cantidad de sus vértices coincide con la de
conectivos proposicionales binarios. Las dificultades para estudiar este mode-
lo incluyen la imposibilidad de visualizar sus movimientos y la incógnita de
cuál conectivo se debe asignar a cuál vértice. Una gran ayuda en este sentido
lo constituyen las proyecciones del hipercubo al espacio, de hecho se pudo
mostrar de manera explícita una proyección cuya imagen en el espacio es el
rombododecaedro, sobre el cual Zellweger ya había elaborado el mejor de sus
modelos tridimensionales. Se espera que este puente sirva como orientación
para investigaciones futuras sobre el Alfabeto Lógico.
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369
EL PASO DE LA RAZÓN A LA FUNCIÓN TRIGONOMÉTRICA: REVISIÓN
DE ALGUNOS ELEMENTOS HISTÓRICOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA
FUNCIÓN TRIGONOMÉTRICA
Carlos León
Universidad La Gran Colombia
carlos.leon@ugc.edu.co
INTRODUCCIÓN
En esta ponencia se pretende realizar una reseña de algunos momentos históri-
cos que resaltan el uso en ciertas mediciones que se le dio a la razón trigono-
métrica y su relación con algunos resultados geométricos que permitieron es-
tablecer un paso hacia el concepto de función trigonométrica.
La trigonometría es una rama de las matemáticas que cuenta con diversas apli-
caciones en campos como la topografía, la cartografía, la astronomía y la físi-
ca, haciéndose necesario su estudio en los niveles básicos de carreras relacio-
nadas con la ingeniería o la administración. Los estándares curriculares locali-
zan la trigonometría como un tema fundamental de la matemática de grado
décimo y la proponen como una herramienta para resolver problemas tanto de
las matemáticas como de otras disciplinas.
Por estas razones, es muy importante relacionar la trigonometría con otras
ciencias para responder a los requerimientos presentes en nuestro sistema es-
colar, tanto en el colegio como en la universidad. Además, esto revela una ne-
cesidad social del conocimiento escolar el cual, según Suárez (2008), el estu-
diante debe adquirirlo para que le sirva en ámbitos formativos y profesionales
y que le ayude a construir y transformar su vida.
León, C. (2011). El paso de la razón a la función trigonométrica: revisión de algunos elementos históricos en
la construcción de la función trigonométrica. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y
sus Aplicaciones (pp. 371-378). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
Sin embargo, es común en el ambiente escolar encontrar actividades alrededor
de la trigonometría desprovistas de significado para el estudiante. Según Or-
hun (2000, citado en Maldonado, 2005), en la educación secundaria, la ense-
ñanza de la trigonometría se limita, en buena medida, a la obtención de razo-
nes para un ángulo particular.
Esta falta de significación, especialmente de las funciones periódicas, la repor-
tan Cordero y Martínez (2001) como causada por privilegiar argumentos de
corte analítico en los que los conceptos matemáticos se consideran objetos
elaborados, alejados totalmente de argumentos situacionales.
Es en el tránsito entre diferentes disciplinas científicas como se puede estudiar
la generación de un conocimiento matemático, dotado de un contexto signifi-
cativo y de las actividades y herramientas que permiten su construcción
(Buendía, 2004). Por ejemplo, los conceptos trigonométricos han evoluciona-
do dando explicación a fenómenos físicos relacionados con el movimiento de
los planetas, el calor, el sonido, entre otros, y en donde a partir de las pregun-
tas que se plantearon para resolver un problema, nos situamos en una época y
en un contexto social para tratar de reconstruir el desarrollo de nociones trigo-
nométricas.
372
gitud, para lo cual utilizó la tangente como razón entre la longitud de la som-
bra y la de la estaca.
tan y s 1
tan x s 2
h h
Teniendo la longitud del arco entre las dos estacas y la medida del ángulo z se
puede establecer la siguiente regla de tres:
L 360 L 360
2 R , R
z 2 z
Eratóstenes pensó que si en alguno de los lugares en donde estaban las estacas,
los rayos solares inciden de forma perpendicular, el ángulo y sería 0 y ten-
dríamos que el ángulo central sería igual al ángulo x, y cuya medida se obtiene
373
con la utilización de la razón trigonométrica. Realizando los respectivos cálcu-
los, Eratóstenes estimó en 40.000 kilómetros aproximadamente, el radio de la
tierra y esta medida se estima actualmente en 40.075 kilómetros.
Estos cálculos y algunos otros fundamentaron la trigonometría al dar aproxi-
maciones del seno de ciertos ángulos y utilizar triángulos y relaciones entre
sus lados. Para Montiel (2005), el elemento más importante en la construcción
de nociones trigonométricas es la proporción expresada como razón en un sen-
tido matemático abstracto y no como la relación de dos catetos en un triángu-
lo.
Aunque existió un avance significativo en la visión de la trigonometría como
rama independiente, ésta aún mantiene una estrecha relación con algunos
cálculos astronómicos. Fue hasta el siglo XVII cuando adopta un carácter de
tipo analítico, al estudiar las razones trigonométricas desde una óptica distinta
al contexto geométrico representado por las cuerdas subtendidas en un arco.
Según Katz (1987) se debe interpretar esto como una mirada distinta de las
propiedades de las relaciones trigonométricas. Un ejemplo de esto son propie-
dades como la periodicidad y lo acotado de los valores de las cuerdas, ya que
en el contexto astronómico, una vez encontrados el período y la posición del
planeta no se estudiaba la relación trigonométrica que se involucraba en los
cálculos.
Este problema data de 1727 cuando Johann Bernoulli envía dos cartas a su
hijo Daniel en donde resume los avances alcanzados por él y por otros mate-
máticos acerca de la cuerda vibrante.
En 1749 D’Alembert en su obra Investigaciones sobre la curvatura que forma
una cuerda extendida puesta a vibrar estudia las oscilaciones pequeñas que
adquiere una cuerda homogénea de longitud fija l en sus extremos, hallando la
ecuación diferencial que rige este movimiento:
2 y t , x 2 y t , x
a2
t2 x2
y t , x h at x h at x
1 1
2 2
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378
DE LA GEOMETRÍA A LA BIOLOGÍA: “UNA EXPERIENCIA
DE INVESTIGACIÓN ESCOLAR”
Martha Mosquera
Universidad Surcolombiana
martha.mosquera@usco.edu.co, grupoe.mat.h@gmail.com
1
Entiéndase este término como uno genérico. El mismo comentario para el término “niño”.
[N.E.]
Mosquera, M. (2011). De la geometría a la biología: “una experiencia de investigación escolar”. En P. Perry
(Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 379-384). Bogotá, Colombia: Uni-
versidad Pedagógica Nacional.
Como coordinadora departamental del Programa, cargo que ejercí entre sep-
tiembre de 2010 y enero de 2011, me llamaron la atención algunas estadísticas
referentes a las temáticas de los problemas propuestos por los niños y los jó-
venes huilenses en la convocatoria abierta en 2010. Por ejemplo, la estadística
que generó el trabajo que aquí se reporta y otros del mismo tipo hace referen-
cia específica a que de 100 problemas planteados solamente 4 (4%) se refieren
al área de matemáticas. Al analizar detenidamente estos problemas hay una
situación que desalienta aún más: el hecho de que ellos no buscan desarrollar
temas o contenidos propios de la matemática, sino que hacen referencia a la
motivación, a la didáctica y otros aspectos que a nuestro modo de ver deberían
ser preocupaciones propias de los maestros y no de los aprendientes.
En el siguiente cuadro se presentan ejemplos de los problemas del área de ma-
temáticas planteados por aprendientes huilenses en la convocatoria de 2010.
Al hablar con niños y docentes para reconocer sus imaginarios y analizar las
bitácoras que recogen los antecedentes propios de cada situación problémica
380
encontramos cinco situaciones que se han tipificado como obstáculos y que
recogen en gran medida la problemática de la región2 huilense. Ellos son:
1) La carga de actividades para el maestro: en las instituciones educativas se
desarrollan cuatro proyectos pedagógicos obligatorios por ley, a saber: (i)
educación ambiental, (ii) recreación y buen uso del tiempo libre, (iii) educa-
ción sexual y (iv) educación para la justicia, la paz, …, y, en general, la for-
mación en los valores humanos; además de otros proyectos derivados del Pro-
yecto Educativo Institucional (PEI) y de otras políticas de orden institucional,
regional y/o nacional. La actividad de desarrollo de un proyecto se circunscri-
be en muchos casos al hecho de llenar una serie de formularios pero no hay ni
tiempo, ni recursos, ni orientación para investigar; los proyectos no son trans-
versales y en algunos casos inclusive no tienen en cuenta el PEI ni son parte
de él y mucho menos de la política institucional.
2) El desconocimiento de los preceptos del programa ONDAS (Manjarrés y
Mejía, 2009) implica que en algunos casos se crea que “dictar la clase y desa-
rrollar los contenidos” es una cosa e “investigar” es una actividad adicional y
por ello no se quiere asumir.
3) En otros casos: el considerar la ciencia que se enseña en la escuela como
algo terminado; el desconocimiento por parte de algunos maestros de las co-
nexiones entre su área del saber y las otras áreas que se estudian en la escuela
o del uso práctico de los contenidos y/o de las investigaciones que se adelan-
tan actualmente alrededor de su área de conocimiento, hacen que encontrar un
tema de investigación sea una labor destinada a “los científicos” porque según
ellos “no hay nada que investigar en el aula”.
4) Otra creencia frecuente de algunos maestros consiste en pensar que la única
forma de aprender es dentro del aula de clase o a través de tareas y ejercicios
repetitivos; esta situación impide el desarrollo de capacidades para leer y en-
tender la realidad y contextualizarla al área de trabajo.
5) Y otra que se presenta con alta frecuencia es que el maestro se considera el
dueño del saber y sus métodos generalmente apuntan a que los estudiantes re-
produzcan los contenidos que él enseña, convirtiéndose el “discurso del maes-
tro” en el único material educativo en el aula.
2
En algunos de los trabajos de investigación del Grupo E.MAT.H, se han encontrado estos
mismos obstáculos por ello hemos decidido tipificarlos.
381
Sin embargo, el hecho de que algunas preguntas consideren “la vinculación
del aprendizaje matemático a las actividades cotidianas de los niños” o “la
aplicación del álgebra a la vida cotidiana” además de los otros planteamientos
en los que se pretende mejorar el clima de la clase o la comprensión, me lleva-
ron a consultar y/o a desarrollar algunas investigaciones modelo (Bolt, 1992),
con el fin de presentar ejemplos que permitan a profesores y aprendientes bus-
car caminos de transformación para su práctica pedagógica, tendientes a que
los niños y jóvenes desarrollen tareas de investigación escolar, en el marco de
la IEP del programa ONDAS (Manjarrés y Mejía, 2009).
La propuesta consiste en formular una línea semiestructurada3, es decir, una en
la que las áreas de investigación se dan pero los niños y los jóvenes pueden
proponer sus trabajos alrededor de ellas, por ejemplo “Historia hoy”.
En ese orden de ideas lo que se espera es que los maestros progresen del mo-
delo tradicional centrado en la enseñanza de contenidos declarativos a otro
centrado en el desarrollo de habilidades de pensamiento y capacidades para
investigar en el aula.
Para el desarrollo del ejemplo, trabajo inicialmente la matriz de cambio con-
ceptual SQAT (S: ¿qué se?, Q: ¿qué quiero aprender?, A: ¿qué aprendí?, T:
¿cómo se aplican los conceptos?). Al diligenciar esta matriz pretendo que los
profesores y sus aprendientes aprendan a orientar el curso de la acción peda-
gógica identificando, en primer lugar, los conocimientos previos necesarios
para abordar el estudio de un tema; en segundo lugar, se tenga claro qué es lo
que se va a aprender y qué es lo que se va a aprender a hacer; en tercer lugar,
que se desarrollen estrategias cognitivas y metacognitivas para evaluar a los
aprendizajes y finalmente que se aprenda a transferir, es decir a aplicar los
conceptos en áreas diferentes de aquellas en las que se han aprendido. Vale
decir que en estos modelos se consideran los tres aspectos fundamentales: el
ser, el saber y el hacer.
El tema de trabajo en al área de geometría son las homotecias y la aplicación
en biología es en el crecimiento de los cuerpos. Se espera que al final de las
3
En el programa ONDAS, los proyectos de investigación corresponden a dos líneas: la de
proyectos preestructurados: derechos humanos y ambiental, y la línea de proyectos abiertos.
En la primera, la ruta de investigación viene preconcebida desde Colciencias y, en cambio,
en la segunda, las rutas de investigación son libres (Manjarrés y Mejía, 2009).
382
sesiones de trabajo cada participante desarrolle su propia tarea de investiga-
ción. En el siguiente cuadro se presenta la síntesis de la propuesta.
REFERENCIAS
Bolt, B. (1992). 101 Proyectos matemáticos. Barcelona, España: Labor.
Hogarth, B. (1989). Drawing the human head. New York, USA: Watson-Guptill Publica-
tions. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/959209/Burne-Hogarth-Drawing-the-
Human-head-eng
Hogarth, B. (1988). Drawing dynamic hands. New York, USA: Watson-Guptill Publica-
tions. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/2883561/Burne-Hogarth-Drawing-
Dynamic-Hands
Loomis, A. (1980). El dibujo de figura en todo su valor. (12ª edición). Buenos Aires, Ar-
gentina: Hachette S.A.
Manjarrés, M.E. y Mejía, M.R. (2009). Caja de herramientas para maestro(a)s On-
das. Bogotá, Colombia: Editorial Edeco.
383
Steen, L.A. (Ed.) (1999). Las matemáticas en la vida cotidiana. (Trad. Jody L. Doran y
Eugenio Hernández, del original Mathematics today). Madrid, España: Addison-
Wesley/Universidad Autónoma de Madrid.
384
REGLAS Y SÍMBOLOS CON L-SISTEMAS
En este artículo se presenta una síntesis del trabajo abordado en el grupo de in-
vestigación Fractales DMA-UPN, sobre la incorporación de los L-sistemas co-
mo objeto de estudio en el campo de la geometría fractal, en particular en la ge-
neración de algoritmos asociados a la representación gráfica de plantas, árboles
y estructuras fractales. Se adelantan reflexiones alrededor de la importancia de
introducir esta temática en la enseñanza de la geometría fractal, así como del
uso de software especializado (e.g., Fractal Time, L-system4, JFLAB) como he-
rramienta didáctica para su visualización; de manera paralela se abordan refle-
xiones alrededor de la experiencia investigativa realizada.
INTRODUCCIÓN
La inclusión de los fractales como objeto de estudio en el currículo de mate-
máticas está en desarrollo, y el grupo Fractales DMA-UPN contribuye en este
sentido. Para este artículo sólo se presentará el estudio de los L-sistemas como
una de las representaciones finitas del objeto fractal. Se pretende aportar en
primera instancia al campo de la Didáctica de las Matemáticas. Por otro lado,
se considera que con el estudio de la geometría fractal, específicamente con el
estudio de los L-sistemas, se logra establecer la relación entre el componente
geométrico y la mediación computacional como herramienta de apoyo a la
labor docente, con el fin de incorporarla al aula de clase acorde con el nivel de
formación de los estudiantes.
El equipo de trabajo ha abordado este objeto de estudio partiendo de la premi-
sa según la cual el estudiante es el centro de la actividad académica, razón por
la cual las actividades de aprendizaje deben llevar implícita una participación
activa del educando, que se distancia de la realización de ejercicios rutinarios,
mecánicos y repetitivos que poco aportan para la construcción de la compren-
sión en matemáticas. La población con la que se ha contado para la validación
de la propuesta del Grupo está constituida por los estudiantes del curso electi-
vo Fractales, ofrecido en la Licenciatura en Matemáticas de la Universidad
Pedagógica Nacional.
Orjuela, C., Rojas, C., Páez, J. y Ramírez, J. (2011). Reglas y símbolos con L-sistemas. En P. Perry (Ed.),
Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 385-395). Bogotá, Colombia: Universidad
Pedagógica Nacional.
En el curso ha tenido lugar el estudio de L-sistemas con el propósito principal
de que el estudiante comprenda, por una parte, cómo las reglas de sustitución
de símbolos ejercen sobre el axioma inicial el mismo efecto que tienen las re-
glas geométricas o algoritmos en la generación de curvas de estructura fractal,
y, por otra parte, cómo el uso de la tecnología, por ser ésta un recurso media-
dor, simplifica procesos y permite ser la interfaz gráfica con el estudiante.
En lo que sigue, se hará una exposición de índole conceptual sobre qué es la
teoría de L-sistemas, articulada con ejemplos gráficos que inducen al docente
a usar una forma de representación y generación de estructuras fractales que
simulan elementos de la naturaleza, para de este modo planificar actividades
de exploración, innovación e investigación en el aula de matemáticas.
La fundamentación de este trabajo tiene como referentes teóricos a Peitgen,
Jürgens, Saupe, Maletsky, Perciante y Yunker (1991), Mandelbrot (1982),
Rubiano (2002) y Prusinkiewicz y Lindenmayer (2004/1990), entre otros.
UN NUEVO LENGUAJE
Los L-sistemas se pueden definir mediante un conjunto de símbolos que for-
man cadenas generadas por un conjunto de reglas de sustitución; al respecto,
se puede resaltar que aunque estas cadenas no tienen un significado particular
se generan figuras de gran complejidad, para la cual se hace necesaria una in-
terpretación geométrica de los símbolos utilizados.
En consecuencia, los L-sistemas permiten abordar y profundizar en conceptos
geométricos conocidos por el estudiante, e introducirlo a una nueva geometría,
a un nuevo lenguaje que permite la interacción entre elementos propios del
currículo de matemáticas y los ambientes computacionales, favoreciendo los
procesos iterativos, la visualización de las cadenas, el proceso recursivo aso-
ciado; de esta manera, el uso de L-sistemas se convierte en una experiencia
motivadora para el estudiante.
D0L-sistemas
El más simple de los L-sistemas se llama D0L-sistema, y su concepto princi-
pal es el de re-escritura. Se parte de un objeto inicial simple, una cadena o pa-
labra definida sobre un alfabeto dado, y luego de manera determinista se van
sustituyendo cada uno de los símbolos; esta sustitución se realiza en paralelo
de acuerdo a un determinado conjunto de reglas de reemplazamiento. A ese
objeto inicial, que describe el sistema antes de que comience el crecimiento se
le denomina axioma o semilla. Al conjunto de reglas de reemplazamiento, que
van a determinar cómo se realiza la generación o la evolución del objeto se le
denomina reglas de producción.
De esta manera, se puede decir que un D0L-sistema está compuesto por:
Un alfabeto: es un conjunto finito de símbolos. Usualmente se usan letras
ordinarias del alfabeto como F, G, R, f, y algunos símbolos adicionales como
+ y -, que también fueron usados por Lindenmayer.
Un axioma: el axioma, también llamado iniciador o semilla, es una cadena o
palabra W compuesta de símbolos de . El conjunto de todas las cadenas de
símbolos de se denota * .
Un conjunto de reglas de producción: es un conjunto de funciones de en
* tal que cada función p asocia un símbolo a una cadena, es decir
p : *
1
La traducción de la expresión “D0L” hace referencia a que: el sistema es determinista, es
decir, cada regla de producción sustituye cada símbolo de manera única (D); la reescritura
es independiente del contexto (0); el creador del L-sistema fue Lindenmayer (L).
387
Cada D0L-sistema define una D0L-sucesión y a cada uno de los términos de la
sucesión se le puede asociar una representación gráfica.
D0L-sucesión: sea L , W , p , un D0L-sistema. La generación de L se
define como una sucesión l , n 0, 1, 2, ..., donde cada l es una cadena
n n
sobre * tal que ésta fue generada por l aplicando la regla de produc-
n 1
ción p a cada uno de los símbolos de l
n 1
. La primera generación l es el
0
axioma W .
Otra definición importante es la longitud de una cadena, que corresponde al
número de símbolos que conforman una cadena, y para una palabra H se de-
nota por H .
Ejemplo 1
D0L-sistema de Fibonacci: Sea F, G un alfabeto, W G un axioma y
dos reglas de producción dadas por p : F FG ; p : G F . La tripleta
1 2
, W , p es conocida como el L-sistema de Fibonacci. Los primeros cinco
i
términos de la sucesión y las longitudes del L-sistema de Fibonacci se mues-
tran en la siguiente tabla.
l0 G l0 G 1
l1 F l1 F 1
l2 FG l 2 FG 2
l3 FGF l3 FGF 3
l4 FGFFG l 4 FGFFG 5
l5 FGFFGFGF l5 FGFFGFGF 8
Funcionamiento de la Tortuga
Para convertir una cadena de símbolos en una imagen fractal, hay que reco-
rrerla de una manera particular. Para ello, a cada uno de los símbolos de la ca-
dena se le asigna un orden que será interpretado por una “tortuga” hipotética
que irá recorriendo el plano de un lado a otro, realizando una determinada ac-
ción, la cual dependerá del símbolo que lea. Algunas de estas órdenes única-
mente alterarán el estado interno de la tortuga, por ejemplo, la dirección le in-
dicará a la tortuga que se mueva por el plano dibujando una línea o que se
mueva en línea recta pero sin dejar rastro. Una vez que la tortuga ha recorrido
toda la cadena, la imagen fractal quedará definida; vale la pena mencionar y
aclarar que el resultado es una aproximación de la imagen fractal, ya que es un
proceso finito de su construcción.
Como se ha comentado anteriormente, la tortuga posee un estado interno y
una posición en el plano; estos dos elementos, junto con la cadena de salida,
serán los únicos elementos necesarios para generar la imagen fractal.
Estado de la Tortuga: es una tripleta x, y, , donde la coordenada cartesiana
x, y representa la posición de la tortuga y , el ángulo de dibujo, es la direc-
ción en que está mirando la tortuga, es decir, la dirección en la que dibujará la
siguiente línea.
Además, se definen una longitud, notada como d , que es la mínima distancia
que la tortuga puede recorrer, y un ángulo de incremento, que es el ángulo
mínimo que será capaz de girar la tortuga.
La tortuga responde a los comandos representados por los siguientes símbolos,
que son los más frecuentes para generar L-sistemas a partir de un software.
389
Símbolo Función
Ejemplo 2
D0L-sistemas de cuadrados: Sea (2,5, 45º) el estado inicial, d 1.0 la dis-
tancia y 90º o 4 ; y F F FF F F FF f una palabra, en-
tonces la interpretación de la tortuga se muestra en la Figura 1, donde las fle-
chas punteadas indican la dirección y la longitud.
Ejemplo 3
D0L-Triángulo de Sierpinki: Sea el D0L-sistema H , W , p , tal que:
F , X , Y , , , W YF p p : X YF XF Y , p :Y XF YF X .
1 2
La tortuga no realiza acción cuando encuentra el símbolo Y o X . El Estado de
la Tortuga es:
390
Parámetro Valor
D 1.0
60º 6
Coordenada x 0
Coordenada y 0
Ángulo 0º
h
3 XF YF XF YF XF YF XF YF XF YF XF
YF XF XF YF XF YF XF YF XF YF XF
YF XF YF XF
391
h No se escriben los símbolos por su cantidad
6
Ejemplo 4
Arbusto: Sea el D0L-Sistema H , W , p , tal que: F , , , ,
W F , p : F F F F F F , además, el Estado de la Tortuga es:
Parámetro Valor
D 1.0
36º 10
Coordenada x 0
Coordenada y 0
Ángulo 90º
392
Así las primeras generaciones son:
h F F F F F F F F F F F F F F F
2
F F F F F F F F F F
393
mento ideal para el trabajo con los fractales, en particular los L-sistemas. Con
su capacidad de interacción con el usuario, el software permite un ajuste rápi-
do entre las intuiciones establecidas en términos de procedimientos espaciales
y la formulación definitiva de estos procedimientos como algoritmos, median-
te contrastes sucesivos con variaciones en los parámetros y en las reglas de
producción. Hasta ahora la variación de las condiciones en los modelos sólo
se podían seguir mediante procesos realizados con lápiz y papel, que eran te-
diosos dada la complejidad en la generación de la cadena.
CONCLUSIONES
El estudio de los L-sistemas ha venido consolidándose como una línea de in-
vestigación, enmarcada en el estudio de los fractales y su incorporación en el
currículo de matemáticas. No se puede dejar de lado, la importancia de las
tecnologías en el desarrollo de los L-sistemas. Como se indicó, existe una va-
riedad de softwares que permiten ser la interfaz entre la representación visual
y la teoría de L-sistemas, posibilitando al estudiante reflexionar, visualizar,
relacionar y comprobar algunas propiedades de los objetos geométricos en
juego. Además, propicia condiciones para que el profesor pueda reforzar los
conceptos abordados en sus clases y establecer sus relaciones con otros con-
ceptos matemáticos como lo son los fractales.
Para terminar, se invita a los docentes a discutir e indagar sobre qué tipo de
actividades se pueden proponer a los estudiantes y hasta dónde se puede apro-
vechar la teoría de los L-sistemas para favorecer el aprendizaje o la construc-
ción de nuevos conceptos; también, a determinar el potencial y la dificultad
que implica el uso de recursos tecnológicos en la enseñanza de las matemáti-
cas. Para apoyarlos se sugiere consultar trabajos que son producto de las refle-
xiones del grupo de investigación en torno a este objeto de estudio (ver, e.g.,
Orjuela, Páez y Ramírez, 2010).
REFERENCIAS
Derlinchán, D. (2004). Generación gráfica de fractales. Proyecto de fin de carrera no pu-
blicado, Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática, Sevilla, España.
Mandelbrot, B. (1982). The fractal geometry of nature. (Primera edición.) San Francisco,
USA: W. H. Freeman.
Orjuela, C., Páez, J. y Ramírez, J. (2010). Generación de plantas, árboles y estructuras
fractales a partir de L-sistemas. Ponencia presentada en Primer Congreso Internacio-
394
nal y Tercero Nacional de Matemáticas Asistidas por Computador, 28 de septiembre
al 1 de octubre de 2010, Universidad de Caldas, Manizales, Colombia. Disponible en:
http://es.scribd.com/doc/45294881/15.
Peitgen, H.O., Jürgens, H., Saupe, D., Maletsky, E., Perciante, T. y Yunker, L. (1991).
Fractals for the classroom: Strategic activities. (Volumen 1). Nueva York: Springer-
Verlag & NCTM.
Prusinkiewicz, P. (1986). Graphical applications of L-systems. En M. Wein y E.M. Kidd
(Eds.), Proceedings of graphics interface ‘86/Vision interface ’86 (pp. 247-253). To-
ronto, Canadá: Canadian Information Processing Society.
Prusinkiewicz, P. y Lindenmayer, A. (2004/1990). The algorithmic beauty of plants. Nueva
York: Springer-Verlag. Versión electronica disponible en:
http://algorithmicbotany.org/papers/abop/abop.lowquality.pdf
Rubiano, G. (2002). Fractales para profanos. Bogotá, Colombia: Editorial Universidad
Nacional de Colombia.
395
CONTRIBUCIÓN DE LA GEOMETRÍA A LA FORMACIÓN
DE LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA DE GRUPO.
UNA VISIÓN HISTÓRICO-EPISTEMOLÓGICA
Erdulfo Ortega
Universidad de Nariño
veortegap@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
No cabe duda de que el surgimiento de la geometría analítica cartesiana, en el
siglo XVII, constituyó una ruptura metodológica con la geometría clásica
griega, sin embargo, las primeras etapas fundamentales que se orientaron a
hacer a un lado el viejo punto de vista acerca de la naturaleza de la geometría,
solamente tuvieron lugar hacia finales del siglo XVIII. Es claro también que el
álgebra y el análisis, antes que la geometría, fueron las disciplinas que asumie-
ron el liderazgo en superar las visiones clásicas. Se presentaba así un notable y
sorprendente contraste. Mientras que los cambios fundamentales en geometría
quedaron a la zaga, en el álgebra y el análisis los cambios se desarrollaron ex-
plosivamente, tanto en extensión como en profundidad, hasta la finalización
del siglo XIX.
398
una vez abandonada la idea de una única geometría, todo el trabajo se orientó
hacia la posibilidad de generalización o a la necesidad de revisión crítica. Me-
recen especial atención ciertos aspectos de esta evolución por cuanto fueron
puntos de partida u origen de un modo de pensamiento implícito en geometría
sobre teoría de grupos. Los cuatro aspectos más importantes que se señalan en
este sentido son:
1. La eliminación del aparentemente indisoluble lazo entre geometría y métrica,
y el surgimiento del problema de la conexión entre geometría proyectiva y
geometría métrica.
1
Es oportuno recordar aquí, como lo señala Bell, que “con la invariancia, íntimamente
relacionada con el concepto de grupo, la teoría de los grupos en el siglo XIX transformó y
unificó partes muy separadas de las matemáticas, revelando insospechadas analogías de
estructura en diferentes teorías” (Bell, 2002, p. 244). Por éstas y otras razones más, el con-
cepto de invariancia ha sido considerado como un notable y elevado aporte del siglo XIX
al desarrollo del pensamiento matemático.
2
Si A, B, C, D son cuatro puntos distintos de una recta, se designa la relación de las razones
(AC/CB)/(AD/DB) por el símbolo (AB,CD), y se llama razón cruzada o doble o relación
anarmónica del intervalo de puntos A, B, C, D, en este orden. Se demuestra que la razón
399
finición de coordenadas proyectivas, manteniendo de esta manera la depen-
dencia métrica. Esta brecha fue cerrada con la aparición de las obras: Geome-
tría de la posición (Geometrie der Lage) y Consideraciones sobre la geome-
tría de la posición de Von Staudt, sucesor de Steiner y profesor en Erlangen,
quien se interesó por la fundamentación de la geometría. Von Staudt es consi-
derado como el fundador de la geometría de posición pura, es decir, de una
geometría completamente libre de relaciones métricas. Se esforzó por tratar de
eliminar ciertas dificultades encontradas en la utilización de la geometría pro-
yectiva e intentó reconstruir el conjunto de la misma, independientemente de
toda noción métrica, con ayuda sólo de axiomas relativos a la posición o al
orden de los elementos fundamentales. Precisamente en la segunda de sus
obras realizó un tratamiento de la relación anarmónica3 exento de considera-
ciones métricas.
Las investigaciones de Poncelet tenían como propósito constituir una doctrina
geométrica general en la que intervendrían principalmente la relación anar-
mónica que se conserva en una trasformación proyectiva, los puntos imagina-
rios y el principio de continuidad. A su vez, con Chasles y Steiner, después de
constituida la doctrina proyectiva, surgieron dos ideas de gran relevancia co-
mo son: la distinción entre propiedades métricas y propiedades descriptivas,
por una parte y, por otra, el papel de las transformaciones. Von Staudt, al igual
que Poncelet y sus sucesores, se propuso desarrollar la geometría sin recurrir a
los métodos analíticos pero, a diferencia de los anteriores, entendió que debía
introducir las nociones proyectivas sin que intervinieran consideraciones mé-
tricas e inició la reconstrucción geométrica con base en los axiomas referidos
únicamente a la posición o al orden de los elementos fundamentales. Poncelet,
Chasles, Steiner y Von Staudt conocieron con nitidez la diferencia entre las
propiedades proyectivas y las propiedades métricas, pero no llegaron a expli-
car las relaciones entre ellas. Más tarde, Laguerre, en 1853, encaminado a es-
tablecer las propiedades métricas de la geometría euclídea sobre la base de
conceptos proyectivos, comenzó a desarrollar algunas investigaciones, rela-
cionando la medida de un ángulo con la razón anarmónica de sus lados y de
las dos rectas del mismo origen que unen su vértice a los puntos cíclicos. Las
doble de cuatro puntos es invariante en la proyección. La notación (AB, CD) fue introduci-
da por Möbius en 1827.
3
En la geometría proyectiva, el concepto de relación anarmónica se ha convertido en un
concepto básico, por cuanto su poder y aplicabilidad son de fundamental importancia.
400
ideas de Laguerre fueron desarrolladas independientemente por Cayley, de tal
manera que sus investigaciones generalizaron las de Laguerre. Entonces, la
medida proyectiva, por ejemplo, fue definida claramente, en dos dimensiones,
mediante la razón anarmónica de los cuatro puntos de una recta, de los cuales
dos son los extremos del segmento medio y los otros dos son los puntos de
intersección de la recta con una cónica sometida a la transformación. Al res-
pecto, Cayley consideraba que la geometría métrica se manifiesta como una
parte de la geometría proyectiva.
La base de la geometría de Steiner estaba constituida por la relación proyecti-
va entre las formas fundamentales en una dimensión. Por su parte, Von Staudt
se propuso desarrollar esta relación de una manera puramente descriptiva, esto
es, independiente del concepto de distancia. Así mismo, antes de Von Staudt,
fueron utilizados en geometría los llamados elementos imaginarios, de los
cuales sólo se sabía que no eran reales, como el punto en el infinito; no obs-
tante, Von Staudt intentó definirlos adecuadamente como elementos esencia-
les de la geometría proyectiva. Así, en su segunda obra los definió como ele-
mentos dobles de involuciones elípticas y demostró que satisfacían los axio-
mas fundamentales. En este orden de ideas, Von Staudt, con su teoría, llegó a
eliminar el concepto de longitud de la geometría proyectiva y en el mismo
sentido las operaciones usuales de la aritmética se traducían en construcciones
geométricas que operaban sobre las coordenadas de acuerdo con las leyes de
la aritmética. De este modo construyó una parte importante de la geometría
proyectiva clásica y la presentó como un tema independiente del concepto de
distancia. Sin embargo, su obra fue objeto también de análisis críticos debido,
principalmente, a que no aparecía en ella el postulado euclidiano de las parale-
las e igualmente a que la formulación del axioma de continuidad adolecía de
imprecisiones. Por último, Von Staudt resolvió expulsar los imaginarios de la
geometría, para lo cual los reemplazó por infinidades de puntos reales aseme-
jándose, en este caso, al pensamiento matemático de Dedekind de recurrir a
conjuntos infinitos para resolver un problema finito en aritmética, como en el
tema de los ideales.
EL APORTE DE PLÜCKER
Plücker, considerado el mayor especialista del enfoque algebraico de la geo-
metría, en una memoria titulada Sobre un nuevo sistema de coordenadas
(1829), marcó una nueva etapa de la geometría con el concepto de sistema de
coordenadas, entendido como todo procedimiento particular para fijar la posi-
ción de un punto con respecto a puntos o líneas considerados como de posi-
ción conocida. En esta memoria dejó de utilizar las coordenadas cartesianas e
introdujo las nuevas coordenadas homogéneas que posteriormente las aplicó,
de manera sistemática, al estudio de curvas en general. Así, Plücker encontró
lo que se podría llamar la contraparte analítica del principio geométrico de
dualidad, que había sido examinado detalladamente por Poncelet y Gergone.
Entonces, al sustituir, en geometría pura, el punto por la recta y viceversa, se
tendría el equivalente a intercambiar, en álgebra, las expresiones constante y
variable con respecto a la ecuación de una recta en coordenadas homogéneas.
Consecuencia lógica importante de esta radicalmente novedosa idea de
Plücker es que tanto el punto como la recta son elementos igualmente funda-
mentales para la geometría plana. Para el caso del espacio de tres dimensiones
los elementos fundamentales son el punto y el plano.
Hacia 1831, en el segundo tomo de una de sus obras, sobre el desarrollo de la
geometría analítica (Analytisch–geometrische Entwickelungen), hizo la preci-
sión y generalización de los conceptos de ecuación, de coordenadas tangencia-
les y de clase de una curva. Observó, en particular, que una misma curva pue-
de ser considerada como una colección de puntos o como una colección de
rectas tangenciales a la curva porque, según él, las tangentes determinan la
forma de una curva tanto como los puntos. La familia de las tangentes es una
curva de líneas y posee una ecuación en términos de coordenadas de líneas. La
clase de la curva la hacía corresponder al grado de la ecuación, mientras que el
grado de la ecuación, expresado en términos de coordenadas de puntos, lo de-
403
nominó el orden de la curva. Posteriormente, en sus obras Sistema de geome-
tría analítica, de 1835 y Teoría de las curvas algebraicas, de 1839, desarrolló
ampliamente el estudio y la clasificación de las curvas algebraicas utilizando
como nuevo principio la enumeración de las constantes, basado en sus fórmu-
las duales que relacionan el orden, la clase y los números de los diferentes ti-
pos de singularidades ordinarias de una curva de un género dado. Así mismo,
realizó un completo análisis de todos los sistemas lineales posibles de coorde-
nadas de punto en el espacio de tres dimensiones, expresado en términos de
que cada sistema de coordenadas planas está dado mediante ecuaciones linea-
les. La notable obra de Plücker, que con la extensión del concepto de coorde-
nadas dio una nueva orientación y contribuyó a la renovación de la geometría
analítica, fue proseguida por Hesse, en Alemania, mediante los determinantes
e igualmente aplicando la teoría de las formas algebraicas y la teoría de los
invariantes a la ordenación de los razonamientos de dicha geometría. De la
misma manera, en Inglaterra, Cayley y Salmon continuaron en esta nueva di-
rección, para lo cual utilizaron ampliamente los conceptos y procesos del ál-
gebra lineal, y así, además de realizar trabajos sumamente originales, aporta-
ron a la difusión de los nuevos métodos que el matemático italiano Chelini,
enriqueció y extendió. Igualmente, Hesse, Cayley, Salmon, Jordan, Klein,
Cremona entre otros, al emprender la utilización de la teoría de las formas al-
gebraicas y de los invariantes, posibilitaron el avance en el estudio de las cur-
vas y de las superficies algebraicas. También, como ya se ha dicho, Laguerre,
Cayley y Klein establecieron las propiedades métricas de la geometría euclí-
dea mediante conceptos proyectivos. En este orden de ideas, el desarrollo de la
geometría después de Plücker comprendería una complejidad de trabajos rela-
cionados con los comienzos de la geometría algebraica, con el surgimiento de
la topología, con las geometrías en n dimensiones, así como con la geometría
infinitesimal y diferencial entre otros.
Cabe recordar que la teoría de grupos se desarrolló, en primer lugar, a nivel de
teoría de grupos finitos de permutaciones, a raíz de la publicación que hizo
Hermite de los manuscritos de Galois. En 1870, Jordan publicó su Tratado de
las sustituciones y de las ecuaciones algebraicas, en el cual resumió y perfec-
cionó los trabajos de sus antecesores sobre propiedades especiales de los gru-
pos de permutaciones y estudió también grupos particulares, los grupos linea-
les y sus subgrupos. Introdujo además la noción de representación de un grupo
en otro y demostró parcialmente el denominado Teorema de Jordan-Hölder.
Entre 1868 y 1869 emprendió el primer estudio importante de los grupos infi-
404
nitos en su obra Memoria sobre los grupos de movimientos, en la cual estudió
las traslaciones y las rotaciones, dando origen así a los estudios de las trans-
formaciones geométricas por medio del concepto de grupo. Pero no hay que
olvidar la advertencia que hace Wussing cuando afirma que el avance logrado
por Cayley hacia 1854, orientado a la definición de grupo abstracto, resultó
históricamente prematuro, ya que no se habían desarrollado plenamente las
condiciones para una apreciación favorable de una aproximación abstracta y
formal. Igualmente, mientras los grupos de permutaciones eran los únicos en
investigación, no había interés en la generalización de dicho concepto, ni mo-
tivos para obrar en tal sentido. De tal modo que los artículos de Cayley de
1854 no tuvieron impacto inmediato en marcha hacia la abstracción.
405
A medida que se realizaban estos avances, el estudio de las relaciones geomé-
tricas entró gradualmente a una tercera fase, en la cual se investigó las cone-
xiones lógicas entre transformaciones. Esto condujo al problema de la clasifi-
cación de las transformaciones y hacia la síntesis “grupo-teorética” de la
geometría. Es importante tener en cuenta, en este caso, los esfuerzos de clasi-
ficación de Möbius en geometría. Al respecto, Wussing observa que a pesar de
que Möbius se había mantenido alejado de la comunidad matemática, sus in-
vestigaciones en geometría abarcaban todos los desarrollos de su tiempo en
este campo, razón por la cual en sus comienzos su trabajo fue ignorado, pero
posteriormente alcanzó la más alta consideración cuando se reconoció que sus
ideas, a pesar de haber sido desarrolladas silenciosa y aisladamente, anticipa-
ron la posterior evolución de la geometría y aún del mismo Programa de Er-
langen. Precisamente Wussing destaca dos elementos del pensamiento geomé-
trico de Möbius que dan testimonio de la lógica interna y la inevitabilidad del
desarrollo matemático. En primer lugar, hizo una significativa contribución a
la remoción del concepto tradicional de coordenadas y, en segundo lugar,
aunque sin tomar consciencia del concepto de grupo, condujo, como guiado
por instinto, la organización grupo-teorética de la geometría que más tarde
sería resuelta de manera clara en el Programa de Erlangen de 1872. Rasgos
distintivos estos, que estaban ya presentes en su principal trabajo inicial sobre
el cálculo baricéntrico. Sostiene además Wussing que la actividad creativa de
Möbius, en una segunda fase, estuvo dedicada principalmente a las matemáti-
cas aplicadas en temas que comprendían sistemas de lentes, mecánica celeste,
sistemas de cristales y equilibrio de fuerzas. Este último tema constituiría la
base de su texto sobre estática hacia 1837. El gran interés por los problemas
prácticos y las preguntas específicas relacionadas con los mismos, lo impulsa-
ron a continuar en la investigación acerca de relaciones geométricas más am-
plias. Con tal motivo se interesó por la generalización del tradicional concepto
de adición.
Es oportuno recordar aquí que a comienzos del siglo XIX, Argand, Wessel y
Gauss, independientemente, introdujeron la representación geométrica de los
números complejos, la cual no sólo hizo posible efectuar las operaciones fun-
damentales realizando sencillas construcciones, sino que contribuyó a disipar
la desconfianza y a clarificar las ideas sobre los que se consideraban números
ficticios o irreales, es decir, imaginarios, y además, anunciaba el principio de
una futura teoría científica rigurosa. En particular, la suma de números com-
406
plejos se construyó, desde entonces, utilizando la llamada regla del paralelo-
gramo para la suma de vectores.
REFERENCIAS
Bell, E.T. (2002). Historia de las matemáticas. México, D. F.: Fondo de Cultura Económi-
ca.
Eves, H. (1969). Estudio de las geometrías (tomo 1). México: Unión Tipográfica Editorial
Hispano Americana.
Ortega, V. E. (2010). Formación de la noción abstracta de estructura algebraica. A partir
del estudio histórico-epistemológico de los aportes de Cantor y Dedekind. Tesis de
maestría no publicada, Universidad del Valle, Cali, Colombia.
Wussing, H. (1984). The genesis of the abstract group concept. Londres, Inglaterra: The
MIT Press.
Wussing, H. (1998). Lecciones de historia de las matemáticas. Madrid, España: Siglo XXI.
408
SOMBREROS Y ZAPATOS PARA DESARROLLAR
EL PENSAMIENTO LATERAL
Esta conferencia tiene el propósito de que los participantes vivan una breve ex-
periencia que ilustre, mediante algunas situaciones geométricas, cómo constan-
temente, cuando nos encontramos con caminos sin salida, el pensamiento lógi-
co (llamado también vertical o convencional) no es suficiente para salir del
atasco, quedando limitados. Al dar pequeñas muestras de cómo abordar las si-
tuaciones, pretendemos que cada quien contemple la existencia de otra vertiente
del pensamiento para resolver problemas que parecen no tener solución. Enton-
ces se podrá establecer la pertinencia educativa que tiene la consideración de
formas para pensar y para actuar que desarrollan el pensamiento lateral, cuyo
estudio inicial se debe al doctor Edward de Bono.
PRESENTACIÓN
El Club de Matemática Recreativa de la Universidad Pedagógica y Tecnológi-
ca de Colombia es un escenario donde se experimenta con el enfoque de plan-
teamiento y resolución de problemas para acompañar los procesos de forma-
ción de licenciados en matemáticas y de cualificación de docentes en ejercicio.
Desde esta perspectiva, se enfatiza en la apropiación de conocimientos me-
diante la resolución de problemas y la reflexión acerca de lo realizado. Así, los
conocimientos matemáticos se ponen en juego a partir del abordaje de pro-
blemas que imponen desafíos. El trabajo no culmina, entonces, con la resolu-
ción de los problemas sino con diferentes instancias de explicitaciones, justifi-
caciones, confrontaciones, análisis y establecimiento de conclusiones.
Pero frecuentemente dicha actividad exige estrategias que no son convencio-
nales y como tal, inscritas en una manera de pensar unidireccional. Por ello
nos remitimos a la propuesta de Edward de Bono en la que encontramos nue-
vos elementos que acompañan o suplen las estrategias experimentadas pre-
viamente. Aquí se presentan algunas ilustraciones de esas formas distintas de
pensar y proceder.
Peña, L. y Torres, G. (2011). Sombreros y zapatos para desarrollar el pensamiento lateral. En P. Perry (Ed.),
Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 409-419). Bogotá, Colombia: Universidad
Pedagógica Nacional.
PENSAMIENTO LATERAL
El término “pensamiento lateral” fue introducido en 1970 por el médico inglés
especialista en psicología y fisiología Edward de Bono, quien lo acuñó para
establecer diferencia con respecto al pensamiento lógico, denominado por él
como vertical. Este autor encuentra en el pensamiento lógico (fundamental-
mente hipotético deductivo) una gran limitación de posibilidades cuando se
trata de buscar soluciones eficientes a nuevos problemas.
La mente tiende a crear modelos fijos de conceptos, lo que limitará el uso de la
nueva información disponible a menos que se disponga de algún medio de rees-
tructurar los modelos ya existentes, actualizándolos objetivamente con nuevos
datos. (de Bono, 1970)
410
La enseñanza del Pensamiento Lateral durante una hora a la semana a lo largo
de todo el periodo de asistencia a la escuela sería suficiente para desarrollar una
actividad creativa en los niños y mucho más eficaz que intentar introducir sus
principios en el transcurso de clases que versan acerca de otros temas.
Es selectivo. Es creador.
Se mueve sólo si hay una dirección en qué Se mueve para crear una dirección.
moverse.
Sabe lo que está buscando. Busca pero no sabe lo que busca hasta que
lo encuentra.
Es analítico. Es provocativo.
Cada paso ha de ser correcto. No es preciso que cada paso sea correcto.
411
El pensamiento es uno de los aspectos de las cosas. El otro es la acción. Muy
pocas personas toman asiento y se dedican a pensar. Usualmente la mayoría
entra inmediatamente en acción.
412
Los sentimientos de sombrero rojo se pueden mostrar en cualquier
momento durante el transcurso de una reunión.
Sombrero negro
La opinión mayoritaria cree que la función principal del pensamiento
consiste en usar el sombrero negro.
Este sombrero presenta el aspecto lógico-negativo: por qué algo no
funciona. Con este sombrero se deben dar razones lógicas y relevan-
tes.
La intención del pensador de sombrero negro es señalar las fallas en
forma objetiva.
El propósito del pensamiento de sombrero negro es ocuparse del pen-
samiento negativo serio y no de la complacencia negativa infantil.
Sombrero amarillo
No se trata sólo de dar un juicio positivo sobre algo que se plantea. Es
una búsqueda deliberada de lo positivo.
Respaldo lógico: discutimos los posibles beneficios y buscamos justi-
ficarlos. Esta justificación es un intento por fortalecer la sugerencia.
Las ideas, sugerencias y propuestas deben surgir de este pensamiento.
El pensamiento de sombrero amarillo se ocupa de la generación de
propuestas y también de la evaluación positiva de ellas.
La aplicación eficaz de ideas viejas constituye un ejercicio adecuado
de pensamiento de sombrero amarillo.
Sombrero verde
El sombrero verde para pensar se ocupa específicamente de ideas
nuevas y de nuevas formas de enfocar las cosas.
La creatividad implica provocación, exploración y riesgo.
Pensamiento lateral.
Podemos sentarnos a esperar provocaciones o podemos decidir pro-
ducirlas deliberadamente.
413
La naturaleza ofrece provocaciones. Su rol es sacar el pensamiento de
las pautas usuales.
Operación provocadora “op”: indicador simbólico de que se está ex-
poniendo una idea como provocación y por su valor de movimiento.
La búsqueda de alternativas implica una actitud creativa: el recono-
cimiento de que existe diversos planteos.
Sombrero azul
Con el pensamiento de sombrero azul nos decimos a nosotros mismos
o a otros cuál de los otros cinco sombreros usar.
El sombrero azul es el sombrero programador del pensamiento hu-
mano.
El papel del pensador de sombrero azul es también establecer tareas
específicas de pensamiento.
El pensador de sombrero azul considera el pensamiento que se desa-
rrolla. Él es el coreógrafo que diseña los pasos, pero también el crítico
que observa lo que acontece.
414
Utilizar rutinas en nuestra vida diaria nos permite ahorrar tiempo y
emplearlo en cosas que verdaderamente valen la pena.
Una rutina es tomar el teléfono celular y oprimir el botón para contes-
tar cuando éste timbra. Si no utilizáramos esta rutina, perderíamos
demasiado tiempo pensando cómo hacerlo.
Zapatillas de deporte gris
La forma de actuar con estos zapatos es obtener información y usarla.
Su acumulación requiere acción y hace falta capacidad para decidir
cómo buscarla, qué hacer con ella, y adoptar la mejor aplicación.
Estas zapatillas se utilizan cuando es necesario encontrar información
para apoyar o refutar cualquier idea que tengamos de un problema o
de la solución de dicho problema.
Zapatos marrones
La forma de actuar con estos zapatos es ser práctico y pragmático uti-
lizando la iniciativa y la efectividad. La flexibilidad es el aspecto cla-
ve. Usted va cambiando su comportamiento a medida que cambia la
situación.
La acción, con estos zapatos, se dedica a lo que es factible y valioso.
El pragmatismo se ocupa de la dirección de una acción: a dónde po-
dría conducirnos, y del efecto o las consecuencias de la acción.
La iniciativa: analice la situación y determine las prioridades y los ob-
jetivos. Compórtese de la manera más común y conocida.
La efectividad: actuar para conseguir resultados.
Las botas de goma naranjas
Del color y el estilo de las botas de goma tenemos la sensación de que
la forma de actuar con ellas concierne de manera directa a las situa-
ciones de emergencia. Una vez que algo ha sido clasificado como
emergencia cambian las prioridades. Aparecen reglas nuevas para la
acción.
415
Nos colocamos las botas de goma color naranja particularmente
cuando estamos estancados con un problema.
Es necesario diseñar las acciones naranjas. Debe actuarse con las za-
patillas grises de deporte para reunir información y luego desplazarse
a la forma naranja y diseñar una estrategia.
Las pantuflas rosadas
La forma de actuar con las pantuflas rosadas está relacionada con los
sentimientos humanos, la compasión, la simpatía y la atención tierna.
El sentimiento no basta. Debe expresarse con la acción. Si el senti-
miento está presente, la intención de ayudar será cristalizada en una
acción.
Escuchar es una parte importante de la atención. A veces la atención
es el propósito principal de la acción.
Nos colocamos estas pantuflas específicamente cuando nos estamos
dirigiendo a una persona o a un público con el fin de no herir suscep-
tibilidades.
Las botas de montar de color púrpura
La forma de actuar con las botas de montar color púrpura es autorita-
ria pero civilizada. Corresponde a las posiciones oficiales. Éstas no
son necesariamente superiores, pero cuando un oficial actúa dentro de
los límites de ese papel, tiene más autoridad que alguien que no las
tiene puestas. Lo que importa ya no es la persona que actúa sino el
papel oficial.
Nos colocamos estas botas cuando estamos dirigiendo una actividad
en particular. Representamos una autoridad pero sin abusar de ella.
416
SITUACIONES ILUSTRATIVAS DE ALGUNAS FORMAS PARA PENSAR Y
PARA ACTUAR EN EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO LATERAL
2. Cuadratura de la svástica (Gard- Mirar con una diferente perspectiva esta situa-
ner, 1996) ción, ser creativo y no selectivo, no crear límites
donde no los hay y no enfrascarse en una sola
solución.
Señalar y justificar lo que está mal, los riesgos y
peligros.
Demostrar optimismo, señalando que con respal-
do del pensamiento lógico una idea, por absurda
Corte la svástica en cuatro partes que parezca, sí puede funcionar.
que puedan formar un cuadrado. Implica provocación, exploración y riesgo.
417
4. La cruz y la luna creciente Siempre vemos las cosas o las personas desde el
(Gardner, 1996) mismo ángulo. Aquí se nos obliga invertir una o
varias piezas resultantes de la disección para
llegar a la solución.
Lograr identificar los diferentes caminos que se
pueden tener en cuenta en la búsqueda de solu-
ciones. Se nos advierte por lo menos la existen-
cia de dos.
Procurar avanzar desde una idea para alcanzar
otra.
Se necesita reunir información y luego diseñar
una estrategia.
Se necesita una agudeza visual especial.
Corte la luna en 6 o 10 partes, y
forme una cruz griega.
Tabla 2. Situaciones ilustrativas de algunas formas para pensar y para actuar en el
desarrollo del pensamiento lateral
CONCLUSIONES
El pensamiento lateral es un poder latente que todos tenemos; puede
desarrollarse mediante el entrenamiento, exigiendo sólo un cambio de
actitud mental y un enfoque abierto a la solución de problemas.
Cultivar el pensamiento lateral simultáneamente con el pensamiento
lógico en los docentes de matemáticas, tanto en formación como en
ejercicio; fomenta personas flexibles, creativas, de mente abierta; en
otras palabras, pensadores lógico-laterales dispuestos a generar nue-
vas e imaginativas soluciones a los diferentes problemas que propicia
el aprendizaje de la matemática.
El pensamiento lateral constituye una valiosa ayuda para enfatizar el
enfoque de planteamiento y resolución de problemas.
En cuanto nos vamos convirtiendo en mejores pensadores laterales
hacemos más conciencia de las formas para pensar y para actuar, y su
estrecha interrelación entre ellas.
418
El mundo necesita pensadores laterales, personas que den un nuevo
enfoque a los problemas que se presentan en todos los ámbitos de la
vida.
REFERENCIAS
de Bono, E. (1970). El pensamiento lateral - Manual de creatividad. Barcelona, España:
Paidós Ediciones.
de Bono, E. (1996). Seis sombreros para pensar. Barcelona, España: Paidós Ediciones.
de Bono, E. (1999). Seis pares de zapatos para la acción. Barcelona, España: Paidós
Ediciones.
Gardner, M. (1996). Nuevos acertijos de Sam Loyd - Colección de Mente. Madrid, España:
Zugarto Ediciones.
King, L. (1997). Ejercicios de inteligencia asociativa - Colección de Mente. Madrid,
España: Zugarto Ediciones.
Torres, A. (2005, septiembre). Pensamiento lateral. Boletín TRESS. Tomado de:
http://www.tress.com.mx/boletin/sept2005/lateral.htm
Townsend, C.B. (1988). Acertijos extraordinarios. México: Selector.
419
ALGORITMOS COMO HERRAMIENTA EN LA BÚSQUEDA
DE NUEVOS DATOS PARA LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
SOBRE ISOMETRÍAS DEL PLANO
INTRODUCCIÓN
En Fonseca y Sánchez (2007) se estudiaron los procedimientos que emplean
un profesor de matemáticas, un estudiante que se está preparando para ser pro-
fesor de matemáticas y un estudiante de educación media para resolver pro-
blemas, analizando, específicamente, el uso de algoritmos conocidos.
Como resultado se encontraron diversos usos, que se clasificaron en las si-
guientes dos categorías: solución del problema usando algoritmos para hallar
datos y solución del problema usando algoritmos para determinar relaciones
entre los elementos del problema. En este documento se desarrollarán los as-
pectos más relevantes de la primera categoría, tales como caracterización ini-
cial y evidencias obtenidas a partir de la aplicación de dos cuestionarios que se
validaron mediante pilotaje y revisión de expertos.
Problema Algoritmo
Datos: Datos iniciales:
Puntos C y X, [X] Puntos C y X, [X]
Condición: Pasos de un algoritmo de solución:
El punto resultante debe ser la reflexión Trazar XC .
de C a través de [X]; debe ser el punto C’ Trazar una circunferencia de centro X y radio
tal que C, X y C’ son colineales y
XC .
CX XC ' .
La circunferencia construida tiene dos puntos
de intersección con XC : C y C’ (que corres-
ponde a la reflexión de C a través de X).
Incógnita: Datos finales:
[X] (C) = C’ [X] (C) = C’
Tabla 1. Relación entre problema y algoritmo
422
incógnita o elementos adicionales que no pertenecen al problema inicial, pero
que aportan información importante para su solución. Estos últimos son de-
nominados elementos auxiliares.
Una revisión del trabajo de Polya condujo a proponer los siguientes usos de
algoritmos, que se verificaron en la experimentación y cuya caracterización se
amplió:
Solución inmediata del problema por medio de un algoritmo.
Composición iterada de un mismo algoritmo.
Composición de dos o más algoritmos diferentes.
Uso de un algoritmo análogo.
Uso de un algoritmo para determinar elementos auxiliares.
423
En el caso en que se conozca un algoritmo de solución del problema general y
se aplique sin mayores variaciones a los datos del problema particular dado, se
dice que se ha realizado una solución inmediata del problema por medio de un
algoritmo.
426
de esta manera, la composición iterada de un mismo algoritmo. La transcrip-
ción de lo expresado por el estudiante se encuentra a continuación:
[…] la reflexión la puedo ver como una rotación. Y después lo vuelvo a rotar y
vuelve a quedar en el mismo sitio pero más lejos, entonces estoy viendo en ésta
(señala la gráfica de la primera solución), debe haber algún punto especial (in-
dica [l1](ABC)) sobre el cual rotar, para convertir éste, y aquí ya pasarlo al
otro lado.
427
Figura 4. Evidencia de la composición de dos o más algoritmos diferentes
[…] Estoy pensando en si hago una reflexión central aquí (indica punto C) y
podría obtener una, hacer una después, o sea, primero hacer una reflexión cen-
tral teniendo como centro C ¿sí? obtenemos una figura y si me daría podría ob-
tener esta figura (posible imagen de ABC por [C]), también a partir de ahí o
sea, después hacer una reflexión axial. (Transcripción de lo dicho por el estu-
diante al resolver el problema.)
Durante esa búsqueda, la imagen de ABC por [C], le permitió observar que la
segunda isometría que debía usar no era una reflexión axial, sino una reflexión
central; también, usó esta imagen y el triángulo A’B’C’ para obtener el centro
de la reflexión. Por tanto, la imagen de ABC por [C] fue un elemento auxiliar
fundamental en la resolución del problema, obtenido por la aplicación del al-
goritmo de la reflexión central. Por ello, se usó un algoritmo para determinar
elementos auxiliares.
428
Una evidencia del uso de un algoritmo análogo para hallar datos, se obtuvo de
la aplicación del siguiente problema:
Dado tres puntos A, B y C, considere un punto X distinto de ellos. Si el punto X
tiene que ser reflejado por lo menos una vez por cada uno de los punto A, B y
C. ¿Qué isometrías se deben realizar para volver al mismo punto de partida?
Las isometrías deben definirse a partir de los puntos A, B o C, o de objetos
construidos con base en tales puntos.
Una solución propuesta por el estudiante que se está formando para profesor
fue:
Estoy pensando en este momento en otra solución, ya dejé a un lado lo que es-
taba pensando. Ahora estoy pensando en si influye el orden de las reflexiones
que haga respecto a cada punto; si yo digo que hago respecto a A (reflejar X’’’),
primero me quedaría el punto por acá (indica una aproximación de [A](X’’’))
(Transcripción de lo dicho por el estudiante al resolver el problema.)
429
CONCLUSIONES
En el estudio realizado se encontró que el profesor de matemáticas, el profesor
en formación y el estudiante:
reconocieron la existencia de algoritmos en geometría donde, las
construcciones son un caso particular de los mismos.
calificaron como importante el papel de los algoritmos al resolver
problemas de matemáticas en general.
concibieron los algoritmos en geometría en el mismo sentido conside-
rado en esta investigación y como la secuencia de acciones asociadas
a la resolución de los problemas.
usaron algoritmos de solución a problemas conocidos, en la resolu-
ción de problemas relacionados con este objeto matemático.
resolvieron problemas usando de diversas maneras, algoritmos para
encontrar datos o relaciones entre los elementos del problema.
Por otra parte, el estudiante para profesor privilegió el uso de algoritmo análo-
go para encontrar datos, la solución inmediata del problema por medio de un
algoritmo y la composición iterada de un mismo algoritmo y de algoritmos
diferentes, al momento de resolver problemas sobre isometrías del plano.
Finalmente, en términos generales, puede establecerse que al estudiar los pro-
cesos enmarcados en la resolución de problemas, un factor que se ha de consi-
derar son los algoritmos involucrados, así como el uso que se le dé a los mis-
mos.
REFERENCIAS
Fonseca, J. y Sánchez, B. (2007). Uso de algoritmos en la resolución de problemas sobre
isometrías del plano. Un estudio de caso. Tesis de maestría no publicada, Universi-
dad Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia.
Polya, G. (1965/2002). Cómo plantear y resolver problemas. México: Trillas.
430
LA VISUALIZACIÓN EN MATEMÁTICAS CON AYUDA DE LA
GEOMETRÍA DINÁMICA Y SUS APORTES A LA MODELACIÓN
FUNDAMENTACIÓN DE LA PROPUESTA
Cualquier propuesta que se precie de ser efectiva para la enseñanza de la geo-
metría y, en general, de las matemáticas debe considerar que el vínculo entre
la visualización, la experimentación, el razonamiento lógico, la argumentación
(comunicación matemática) y la aplicación es indisoluble (Abrate, Delgado y
Pochulu, 2006).
Para de Faria (2005), por ejemplo, y con el uso de Cabri:
La aplicación Cabri Geometry nos permite por un lado realizar “experimentos”
geométricos, de manera que los estudiantes lleguen a establecer las relaciones
adecuadas y obtener sus propias conclusiones, y por otro lado facilita la cone-
xión interna entre distintas representaciones matemáticas. (p. 1)
434
Para otros autores como Zimmermann y Cunningham (1991) (citados por
(Kerlegand, 2008) por ejemplo, la visualización es un proceso mediante el
cual se forman imágenes (mentalmente, con lápiz y papel, o con ayuda de la
tecnología) y se utilizan para una mejor comprensión de los objetos matemáti-
cos y para estimular el proceso de descubrimiento y construcción de las no-
ciones. La experimentación y la visualización permiten reorganizar el pensa-
miento matemático, elaborar más fácilmente conjeturas que promuevan la in-
vestigación y construcción de conocimiento. Balacheff (2000) (citado por
Scaglia y Götte, 2008) reflexiona en torno al uso de entornos informáticos en
la enseñanza de las matemáticas, señalando que “modifican el tipo de matemá-
ticas que se puede enseñar, el conjunto de problemas y las estrategias didácti-
cas. El conocimiento profesional del profesor también debe modificarse” (p.
36).
Para Scaglia y Götte (2008), un cambio de herramientas durante la enseñanza
conduce a un cambio en los problemas interesantes que se pueden plantear. En
este sentido plantea dos tipos de transformaciones que se presentan:
Por un lado, la tecnología informática ofrece la posibilidad de tratar
problemas y experimentar situaciones que sin ella no serían accesi-
bles para la enseñanza y el aprendizaje.
Por otro lado, dicha tecnología abre la posibilidad de adoptar un en-
foque experimental de las matemáticas que cambia la naturaleza de su
aprendizaje” (p. 36)
Para Suárez y Cordero (2005), el potencial de la graficación puede ir más allá
si se le considera en sí misma una modelación. Las características que debería
cumplir son: (1) las gráficas se obtienen a partir de una simulación que lleva a
cabo múltiples realizaciones y hace ajustes en el movimiento para producir un
resultado deseable en la gráfica, (2) tiene un carácter dinámico que permite
crear modelos gráficos que se convierten en argumentos para nuevas descrip-
ciones de movimientos, (3) propicia la búsqueda de explicaciones y enfatiza
los comportamientos invariantes en las situaciones. La práctica de la grafica-
ción soporta el desarrollo del razonamiento y de la argumentación y así mismo
se puede estudiar como categoría que sirva de vehículo para implementar el
trinomio modelación-graficación-tecnología en la construcción de conoci-
miento matemático en el salón de clases.
435
En este cursillo se pretende mostrar cómo el proceso de visualización se puede
favorecer mediante el uso de un software de geometría dinámica (GeoGebra1)
y de qué manera se pueden implementar algunas acciones en el aula que favo-
rezcan el aprendizaje de conceptos matemáticos y ayuden en la modelación.
REFERENCIAS
Abrate, R., Delgado, G. y Pochulu, M. (2006). Caracterización de las actividades de geo-
metría que proponen los textos de matemática. Revista Iberoamericana de Educa-
ción. Tomado de: http://www.rieoei.org/deloslectores/1290Abrate.pdf
Castañeda, F. (2004). Visualización y matemáticas. Universidad del País Vasco. Tomado
de: http://divulgamat.ehu.es/weborriak/TestuakOnLine/03-04/PG03-04-fcataneda.pdf
de Faria, E. (2005). Geometría con Cabri: un viaje con Voyage 200. Ponencia presentada
en X Congreso Nacional de Matemática Educativa. Universidad de San Carlos de
Guatemala, 21 al 25 de noviembre del 2005.
Kerlegand, C. (2008). Desarrollo de dos propiedades de la circunferencia usando el mode-
lo de van Hiele y la visualización. Tesis de maestría no publicada, CICATA, Instituto
Politécnico Nacional, México.
Scaglia, S. y Götte, M. (2008). Una propuesta de capacitación docente basada en el uso de
un software de geometría dinámica. Revista Electrónica de Investigación en Educa-
ción en Ciencias, 3(1).
Suárez, L. y Cordero, F. (2005). Modelación en matemática educativa. En J. Lezama, M.
Sánchez y J.G. Molina (Eds.), Acta Latinoamericana de Matemática Educativa (vol.
18, pp. 639-644). México: Comité Latinoamericano de Matemática Educativa. Toma-
do de: www.clame.org.mx/documentos/alme%2018.pdf.
1
Este software, de acceso gratuito, se puede descargar de: http://www.geogebra.org.
436
LOS NIVELES DE VAN HIELE, EJEMPLO EN UN MODELO DE
GEOMETRÍA EUCLÍDEA DONDE LAS RECTAS SON REDONDAS
Se presentan algunos resultados del trabajo realizado por estudiantes del curso
Didáctica de la Geometría, en el que se estudió la relación de las representacio-
nes de algunos axiomas en un modelo diferente al euclídeo, donde cualquier
recta debe pasar por un punto afín, con los niveles de razonamiento presentados
por van Hiele y las habilidades propuestas por Hoffer para estos niveles.
REFERENTES TEÓRICOS
En 1957, los profesores holandeses de matemáticas Pierre, M. van Hiele y Di-
na van Hiele-Geldof presentaron en sus tesis doctorales, respectivamente, un
modelo de enseñanza aprendizaje de la geometría (van Hiele, 1957 citado por
Jaime, 1993) y un ejemplo concreto de la aplicación de ese modelo en unos
cursos de geometría (Van Hiele-Geldof, 1957 citado por Jaime, 1993)
El modelo de van Hiele está dividido en dos partes: los niveles de razonamien-
to geométrico (aspecto descriptivo) y las fases de aprendizaje (aspecto instruc-
tivo). La descripción hecha por Wirszup (1957, citado en Jaime, 1993) de los
niveles de razonamiento propuestos por van Hiele muestra que son cinco –
aunque en un principio eran tres– y presenta un modo de estructurar el apren-
dizaje de la geometría de manera jerárquica –secuencial y ordenada. Estos
niveles son:
Cuevas, J., Gamba, J., Macana, S. y Puentes, J. (2011). Los niveles de van Hiele, ejemplo en un modelo de
geometría euclídea donde las rectas son redondas. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de
Geometría y sus Aplicaciones (pp. 437-440). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
Segundo nivel: Análisis
En este nivel se analiza el conocimiento de las componentes de las figuras, de
sus propiedades básicas. Estas propiedades van siendo comprendidas a través
de la observación realizada durante trabajos prácticos como medición, dibujo,
construcción de modelos, etc.
438
Axioma: Un triángulo queda definido por tres segmentos de la forma AB, BC y
CA. Dichos segmentos son los lados del triángulo, y los tres puntos A, B y C
son sus vértices. El triángulo divide el plano definido por sus tres vértices en in-
terior y exterior, con las mismas propiedades que en el caso de los ángulos. Al
ángulo definido por los dos semirrayos que salen de A y pasan por B y C res-
pectivamente se le denota por BAC , y su interior contiene todos los puntos del
interior del triángulo ABC.
439
CONCLUSIONES
A partir de este trabajo se concluye que al realizar las representaciones en un
modelo euclídeo donde cualquier recta debe pasar por un punto afín, se adap-
tan características de los niveles de van Hiele, realizando una transición que
empieza en el primer nivel y llega hasta el cuarto. Además se desarrollan más
las habilidades de visualizar, dibujo y lógica presentadas por Hoffer para los
niveles de van Hiele.
REFERENCIAS
Jaime, A. (1993). Aportaciones a la interpretación y aplicación del modelo de van Hiele:
La enseñanza de las isometrías del plano. La evaluación del nivel de razonamiento.
Tesis doctoral no publicada, Departamento de Didáctica de la Matemática, Universi-
dad de Valencia, Valencia, España.
440
CABRI 3D: INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE POLIEDROS DUALES,
ARQUIMEDIANOS Y REGULARES
Molina, Ó., Echeverry, A., Samper, C., Camargo, L. y Perry, P. (2011). Cabri 3D: introducción al estudio de
poliedros duales, arquimedianos y regulares. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y
sus Aplicaciones (pp. 441-444). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
Producto de la no existencia de softwares masivos que permitieran el estudio
de la geometría espacial, existía la dificultad de visualizar los objetos en 3D,
razón por la cual esta rama de las matemáticas fue, y quizá sigue siendo, un
dominio parcialmente explorado. Cabri 3D con su aporte de la tercera dimen-
sión, potencia entonces actividades matemáticas como la visualización, la ex-
ploración y la conjeturación en la geometría espacial. Proporciona a docentes,
alumnos e investigadores una herramienta precisa para investigar y descubrir
propiedades nuevas para ellos.
En ese sentido, desde meses atrás, ha sido interés del grupo Æ G comenzar
a incorporar este software en el curso Geometría del espacio del programa de
Licenciatura en Matemáticas de la Universidad Pedagógica Nacional. Ello con
el propósito de llevar a cabo un proceso de innovación curricular similar al
que ya se realizó en el curso Geometría plana en torno a la actividad demos-
trativa1 (Perry, Camargo, Samper y Rojas, 2006; Perry, Samper, Camargo,
Echeverry y Molina, 2007).
El uso de Cabri 3D en el aula de clase ha permitido que los estudiantes desa-
rrollen habilidades de visualización y exploración en tres dimensiones, hecho
que a su vez les ha permitido potenciar la actividad de conjeturar enunciados
de la geometría del espacio, algo que antes no se lograba. En definitiva, Cabri
3D se ha convertido en un artefacto que facilita el involucramiento de los es-
tudiantes en la actividad demostrativa: antes la realización de elegantes cons-
trucciones no estaba al alcance de los alumnos; ellos se limitaban a contemplar
construcciones realizadas por otros o presentes en algunos textos, debían creer
sus propiedades quizá sin observarlas y comprobarlas aún sin estar seguros de
ellas. El entorno Cabri 3D cambia esta perspectiva proveyendo a los estudian-
tes una herramienta mediante la cual pueden hacer actividad matemática en
los términos antes mencionados.
1
El constructo actividad demostrativa, elaborado por el grupo de investigación Æ G de
la Universidad Pedagógica Nacional, abarca dos procesos: conjeturación y justificación, los
cuales no se constituyen como procesos independientes; además las acciones que los com-
ponen no se consideran secuenciales. El proceso de conjeturación se compone de acciones
de tipo heurístico, tales como: visualizar, explorar, generalizar y verificar. En el proceso de
justificación las acciones son: explicar, probar y justificar.
442
DEFINICIONES
Antes de precisar algunas de las actividades que se pretenden desarrollar en el
cursillo, vale la pena precisar las definiciones de los objetos que en ellas se
encuentran involucrados, para lo cual recurrimos a Alfonso (1997) y a Sutton
(2005).
Poliedro regular convexo: Es un poliedro cuyos vértices tienen el mismo or-
den (i.e., en cada vértice confluye el mismo número de aristas del poliedro) y
cuyas caras son polígonos regulares. Las caras del poliedro regular convexo
deben ser congruentes.
Poliedro dual de un poliedro dado: Poliedro cuyos vértices son los centros
de las caras del poliedro dado.
Poliedro arquimediano: Poliedro convexo cuyas caras son polígonos regula-
res de dos o más tipos, y para el que todos sus vértices tienen el mismo orden.
ALGUNAS ACTIVIDADES
443
4. Repita el ejercicio pero tomando como poliedro base el tetraedro regular.
REFERENCIAS
Alfonso, H. (1997). Geometría plana y del espacio desde un punto de vista euclidiano.
Bogotá, Colombia: El autor.
Perry, P., Camargo, L., Samper, C. y Rojas, C. (2006). La actividad demostrativa en la
formación inicial del profesor de matemáticas. Bogotá, Colombia: Universidad Pe-
dagógica Nacional.
Perry, P., Samper, C., Camargo, L., Echeverry, A. y Molina, Ó. (2008). Innovación en la
enseñanza de la demostración en un curso de geometría para formación inicial de pro-
fesores. En Libro electrónico del XVII Simposio Iberoamericano de Enseñanza de las
Matemáticas: “Innovando la enseñanza de las matemáticas”. Toluca, México: Uni-
versidad Autónoma del Estado de México.
Sutton, D. (2005). Sólidos platónicos y arquimedianos. Barcelona, España: Oniro S. A.
444
POLIEDROS HECHOS CON NUDOS IDEALES
José Panqueva
raulpanqueva@yahoo.com
A partir de nudos hechos con tiras de papel se pueden obtener poliedros que
envuelven el espacio. El procedimiento teórico consiste en hacer un nudo cerra-
do con una tira de papel y reducir suavemente la longitud de la tira hasta obte-
ner una configuración mínima sin que el papel se arrugue. Esta configuración,
en que la longitud de la tira es mínima, se conoce como nudo ideal y en algunos
casos es un poliedro que envuelve el espacio. En la práctica, primero se identi-
fican los nudos ideales que pueden ser poliedros y previamente se hacen los
pliegues necesarios para luego hacer el nudo y formar el poliedro. Este tipo de
figuras son de gran importancia en la teoría de nudos, la teoría de poliedros y en
el origami.
Panqueva, J. (2011). Poliedros hechos con nudos ideales. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de
Geometría y sus Aplicaciones (pp. 445-448). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
triángulos rectángulos isósceles y el antiprisma cuadrado también conocido
como botón de cuero.
Figura 1. Algunos ejemplos de poliedros anudados, hechos cada uno con una sola tira de
papel y sin pegante
En la lista de poliedros que pueden hacerse a partir de una sola tira de papel se
cuentan también algunas pirámides, bipirámides, bipirámides elongadas y gi-
roelongadas.
Para hacer poliedros con esta técnica, el problema consiste en identificar los
nudos que puedan formar poliedros, buscar la configuración del nudo ideal, el
patrón de plegado y la forma de hacer el nudo. Experimentalmente existen tres
estrategias:
Hacer el nudo y reducir suavemente su longitud hasta identificar la
configuración ideal y el patrón de plegado, para posteriormente hacer
los pliegues y hacer el nudo.
Identificar otros poliedros anudados a partir de poliedros anudados
previamente conocidos.
Armar poliedros con los métodos tradicionales de cortar y pegar, e
identificar si es posible hacer con ellos poliedros anudados.
A nivel teórico y desde el punto de vista numérico se puede investigar la for-
ma que tiene una cinta anudada a medida que se reduce su longitud. Starostin
y van der Heijden (2007) identificaron la forma de una cinta de Möbius con
446
diferentes longitudes cuando se reduce su longitud y este procedimiento se
puede aplicar a otros nudos.
447
DESARROLLO DEL CURSILLO
El cursillo se desarrollará en dos sesiones. En la primera se describirá la técni-
ca empleada para hacer poliedros anudados, la forma de plegar el papel y el
método de anudarlos para hacer poliedros. En la segunda sesión se describirá
la técnica para hacer poliedros estrellados y poliedros que requieren de más de
una tira de cinta.
REFERENCIAS
Kauffman, L.H. (2004). Minimal flat knotted ribbons, 14. Recuperado 17/05/2011 de:
http://arxiv.org/PS_cache/math/pdf/0403/0403028v4.pdf
Panqueva, J.R. (2008). Nudo decorativo elaborado con cinta y procedimiento para elabo-
rarlo. Patente Colombia No. 8 83114. Bogotá DC. Superintendencia de Industria y
Comercio. Gaceta de Propiedad industrial. No. 598 P. 169.
Pedersen, J. (1973). Plaited Platonic puzzles. The Two-Year College Mathematics Journal,
4(3), 23-37.
Starostin, E.L. y van der Heijden, G.H.M. (2007). The shape of a Möbius strip. Nature ma-
terials. 6, 563-567.
448
TRANSFORMACIONES DE FUNCIONES Y
TRANSFORMACIONES GEOMÉTRICAS
PRIMERA SESIÓN
1) Se revisan los conceptos de transformación de funciones y de transforma-
ción geométrica (Breidenbach, 1992):
Transformación (T) de funciones: función cuyo dominio y rango son
funciones (consideramos las que tienen como dominio y rango, sub-
conjuntos de números reales): T: f → g .
Transformación geométrica τ: función uno a uno del plano ( ) en sí
mismo: τ: (x, y) → (x’, y’) (Eccles, 1971).
Se presentan algunos ejemplos.
2) Las transformaciones de funciones en las que se centrará la atención son las
de la forma T (f (x)) = A f (B (x + C)) + D y las de la forma T (f (x)) = | f (x) | ;
T (f (x)) = f(|x|).
3) Se pueden establecer conexiones entre algunas de las transformaciones
(Stewart, 2007) de la forma T(f (x)) = A f (B (x + C)) + D y las transformacio-
nes geométricas euclídeas, de manera “natural”, como se aprecia en los si-
guientes ejemplos:
Figura 1 Figura 2
450
en gráficas de funciones. De las transformaciones geométricas que tienen esa
propiedad diremos que conservan la funcionalidad.
SEGUNDA SESIÓN
1) Tanto la composición de transformaciones de funciones como de transfor-
maciones geométricas son operaciones asociativas pero no conmutativas. Se
examina por ejemplo el orden en que se pueden realizar transformaciones co-
mo:
T1(f (x)) = –2 f (x – 3) + 1; T2(f (x)) = – 2 f (–x – 3) + 1 ; tomando a f como: f
(x) = x; f (x) = x2; f (x) = √ x
2) Se determina los posibles órdenes en que se puede realizar las transforma-
ciones de la forma T (f (x)) = A f (B (x + C)) + D, para cualquier función f, con
su correspondiente contraparte geométrica.
3) Se examina qué transformaciones de la forma T( f ( x)) Af (B( x C)) D
aplicadas a las siguientes familias particulares de funciones las transforma en
funciones de la misma familia (con su correspondiente contraparte geométri-
ca).
451
ción g (x) = x3 – x no puede escribirse en la forma g (x) = A f (B (x + C)) = A
(B (x + C))3 + D pues si C es diferente de cero, en el desarrollo del cubo del
binomio aparece un elemento cuadrático y si C es cero entonces no hay ele-
mento lineal. Geométricamente se expresa esto diciendo que las transforma-
ciones geométricas de traslación, reflexión y estiramiento o compresión verti-
cal u horizontal no permiten transformar la gráfica de la función f (x) = x3 en la
gráfica de la función g (x) = x3 – x
Figura 3
REFERENCIAS
Breidenbach, D. (1992). Development of the process conception of function. Educational
Studies in Mathematics, 23(3), 247-285.
Eccles, F. (1971). An introduction to transformational geometry. Philippines: Addison-
Wesley.
Stewart, J. ( 2007). Precálculo. Matemáticas para el cálculo. México: Thomson Learning.
452
DISEÑO DE SITUACIONES DIDÁCTICAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA:
EL CASO DE LA TRANSFORMACIÓN DE ROTACIÓN EN UN AGD
Marisol Santacruz
Universidad del Valle, IE José María Córdoba
mary21391@yahoo.es
PRESENTACIÓN
La integración de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a la
enseñanza de las matemáticas representa algunos puntos de tensión para el
profesor: ¿cómo enseño?, ¿qué sentido tiene aprender matemáticas haciendo
uso de TIC?, ¿qué tipo de situaciones proponer?
En este sentido, investigaciones en el campo de la Didáctica de las Matemáti-
cas han reportado diversas reservas de los profesores frente al uso de TIC en la
clase de matemáticas, asociadas principalmente a una sensación de “despla-
zamiento” profesional, donde el profesor se siente en franca desventaja frente
a las “posibilidades técnicas” de ciertos artefactos computacionales.
La propuesta de este cursillo parte de estas concepciones y pretende, desde un
punto de vista didáctico, centrar la mirada en el papel del profesor cuando se
integran artefactos computacionales a la clase de matemáticas, como un Am-
biente de Geometría Dinámica (AGD).
De esta manera, se abordan algunos referentes teóricos y metodológicos que
sustentan la concepción, diseño, puesta en obra y evaluación, de una Secuen-
cia Didáctica (SD) en grado quinto de educación básica, en la cual se intenta
movilizar la transformación de rotación en un AGD como Cabri Géomètre.
454
El propósito de la SD propuesta en el cursillo recoge restricciones importantes
en relación con la actividad instrumentada de los estudiantes en relación con el
arrastre exploratorio (Restrepo, 2008): los componentes de la transformación
de rotación (figura que se va a transformar, centro de rotación y ángulo orien-
tado de giro) y la congruencia como propiedad invariante de la transforma-
ción.
El arrastre exploratorio aparece entonces articulado a un propósito de ense-
ñanza en términos de un Esquema Social de Uso (ESU) (Trouche, 2002) que
se pretende movilizar en la SD. De esta manera, se posibilita la delimitación
de determinadas variables microdidácticas relacionadas con la organización de
la SD y que van a aparecer reseñadas en los análisis a priori a realizar en cada
situación.
En el sentido que orienta este cursillo, los análisis a priori se realizarán a par-
tir de tres aspectos fundamentales: el análisis de las situaciones adidácticas
propuestas, retomando principalmente las dialécticas de la acción, la formula-
ción, la comunicación y la validación, en relación con las unidades de análisis
respecto a la consigna de la tarea, la intención que se determina para el medio
adidáctico, las reglas de juego que se determinan para la situación y la estrate-
gia ganadora propuesta, articulada a todas las anteriores.
Naturalmente, en estos análisis aparece la gestión didáctica del profesor como
aspecto central. El diseño de las situaciones propuestas propone una relación
directa entre la naturaleza de las situaciones adidácticas propuestas y la ges-
tión del profesor.
La estructura propuesta en este análisis a priori pone en juego no sólo el papel
del profesor respecto a la gestión didáctica del ESU del arrastre, sino que tam-
bién pone de manifiesto el papel de Cabri de acuerdo con el tipo de situación
que se propone, y especialmente en el medio adidáctico y las posibles retroac-
ciones, que el mismo pueda hacer frente a la actividad matemática de los estu-
diantes.
456
ANÁLISIS DEL FENÓMENO GRAVITACIONAL A TRAVÉS
DE LAS FORMAS DIFERENCIALES
Yadir Garnica
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
alex_garnica_417@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
En los cursos introductorios de mecánica newtoniana, el tratamiento usual del
campo gravitacional es netamente algorítmico, es decir, se enmarca en la ma-
nipulación de las magnitudes físicas como variables algebraicas. Sólo en algu-
nos textos formales hacen uso de herramientas vectoriales para su descripción.
Sin embargo, el formalismo vectorial no permite una representación lo sufi-
cientemente geométrica del fenómeno gravitacional con lo cual se pierde la
intuición (que es la que permite el acceso directo al conocimiento del fenó-
meno sin una previa formalización matemática) y la conceptualización física.
Por otro lado, las formas diferenciales brindan la posibilidad de una represen-
tación geométrica del campo gravitacional (Misner, Thorne y Wheeler, 1973)
permitiendo al estudiante una mejor comprensión e interiorización del fenó-
meno.
Las ecuaciones que describen los fenómenos gravitacionales (Kleppner, 1973;
Alonso, 1995) vienen dadas por:
U (r ) F
2 4G
.g 4
Garnica, Y. (2011). Análisis del fenómeno gravitacional a través de las formas diferenciales. En P. Perry
(Ed.), Memorias del 20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 459-460). Bogotá, Colombia: Uni-
versidad Pedagógica Nacional.
Las formas diferenciales permiten expresar el campo gravitacional como una
1-forma; el flujo del campo gravitacional como una 2-forma y la densidad vo-
lumétrica de masa como una 3-forma. Éstas permiten una interpretación geo-
métrica más amplia del fenómeno gravitacional.
CONCLUSIONES
El formalismo matemático de las formas diferenciales permiten un
análisis geométrico del fenómeno gravitacional mejorando la concep-
tualización de los estudiantes.
Desde la representación diferencial del cálculo vectorial la noción de
superficie no está explicita, por otro lado desde el punto de vista de
las formas diferenciales esta noción geométrica es evidente.
Las dos representaciones se complementan la una a la otra, pues exis-
te una correspondencia dual entre las formas diferenciales y los vecto-
res.
REFERENCIAS
Alonso, M. (1995). Física. México: Addison Wesley Iberoamericana S. A.
Kleppner, D. (1973). An introduction to mechanics. San Francisco, CA: McGraw-Hill.
Misner, C., Thorne K. y Wheeler J. (1973). Gravitation. San Francisco, CA: W.H. Free-
man.
460
POLITOPOS: UNA PRIMERA APROXIMACIÓN
Edward Latorre
Universidad Nacional de Colombia
edword183@hotmail.com
POLITOPOS CONVEXOS
Como politopo convexo definiremos a la envolvente convexa de algún subcon-
junto finito de un espacio afín de dimensión n. En bajas dimensiones tenemos:
un punto (0-dim.), un intervalo (1-dim.), un polígono (a-dim.), etc.
Politopos regulares
Un politopo P (n-dim.) se dice regular si sus celdas son regulares, todas igua-
les y existe una figura de vértice en cada vértice (politopo (n-1)-dim.) iguales
también. Gracias al geómetra suizo Ludwig Schläfli (1860), tenemos una sim-
bología especial para cualquier politopo regular P (n-dim.), mediante un vec-
tor dirigido conocido como símbolo de Schläfli: (p, q,…, v), donde cada com-
ponente es un número entero mayor o igual a 3, el cual es único salvo una
isometría o una homotecia. El símbolo de Schläfli de un n-gono es (n); su gru-
po simétrico es el grupo Dihedral D (n-dim).
En cada dimensión n > 2 existen tres politopos regulares “triviales” clasifica-
dos gracias a Schläfli, a saber: El n-simplex estándar cuyo símbolo de Schläfli
es (3,…, 3) = (3( n 1 veces)) auto dual, su grupo simétrico S asociado es el
n 1; El n-cubo o politopo de medida generado por [-1,1] (n-dim.), con sím-
bolo de Schläfli (4, 3,…, 3) = (4, 3( n 1 veces)) ; el n-octaedro o politopo
cruz con símbolo de Schläfli (3,…, 3, 4) = (3( n 2 veces), 4), sobre los últi-
Latorre, E. (2011). Politopos: una primera aproximación. En P. Perry (Ed.), Memorias del 20º Encuentro de
Geometría y sus Aplicaciones (pp. 461-462). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica Nacional.
mos dos anotamos que uno es el dual del otro pues sus símbolos correspon-
dientes son uno el inverso del otro, y como consecuencia comparten el mismo
grupo simétrico: el grupo Octaedral G (n-dim.). En general, el símbolo de
Schläfli de cualquier politopo regular permite describir una matriz simétrica
(matriz de Coxeter) que determina un grupo de Coxeter finito con lo cual la
clasificación de dichos politopos se centra en el estudio de estos grupos: gene-
ralizaciones de los grupos simétricos.
En particular para el caso 3-dim. existen otros dos politopos regulares además
del tetraedro, el cubo y el octaedro: el dodecaedro y su dual el icosaedro. Sus
símbolos de Schläfli respectivos son (5,3), (3,5). Para el caso 4-dim. existen
otros tres politopos no triviales: el 24-celda (3, 4, 3) auto dual; el 120-celda
(5, 3, 3) y su dual el 600-celda (3, 3, 5). Todos los politopos regulares tienen,
mediante proyección ortogonal, su representación en el plano conocida como
polígono de Petrie que para los “triviales” permite la visualización de todos
sus vértices. Como aporte estético e informativo presento los polígonos de Pe-
trie del 120-celda y el 600-celda:
462
ANÁLISIS DE LOS FENÓMENOS ELECTROMAGNÉTICOS A TRAVÉS DE
LAS FORMAS DIFERENCIALES Y LOS TENSORES
INTRODUCCIÓN
En los cursos introductorios de electromagnetismo comúnmente se hace uso
de las herramientas que brinda el cálculo vectorial para la descripción formal
de los campos electromagnéticos (Gibbs, 1901); pero el uso de tales herra-
mientas hace tediosa la manipulación de las ecuaciones que rigen estos fenó-
menos; además las nociones geométricas no son lo suficientemente explicitas.
Existen otras maneras alternativas de describir los fenómenos electromagnéti-
cos, las cuales resaltan su componente geométrico haciendo más intuitiva la
comprensión de estos (Misner, Thorne y Wheeler, 1973).
Las expresiones fundamentales que describen el campo electromagnético son
las ecuaciones de Maxwell que en forma integral vienen dadas por:
d
E d l dt B d A
A
d
H d l dt D d A J d A
A A
(1.1)
D d S qdv
S V
B d S 0
S
CONCLUSIONES
La notación tensorial deja invariante los fenómenos electromagnéticos
bajo transformaciones de coordenadas arbitrarias.
Las formas diferenciales omiten el uso de índices; es decir, de coorde-
nadas y así permiten el análisis de los fenómenos electromagnéticos,
sin necesidad de recurrir a las cartas coordenables.
El álgebra de las formas diferenciales reemplazan el conjunto de largas
y tediosas identidades vectoriales, facilitando los cálculos.
Las formas diferenciales proveen de un modelo visual a través de tu-
bos y cajas que representan las integrales de superficie y volumen
permitiendo entender el concepto de flujo electromagnético y densidad
que ayuda a los estudiantes a formalizar e interiorizar los fenómenos
electromagnéticos de mejor manera.
REFERENCIAS
Misner C., Thorne K. y Wheeler J. (1973). Gravitation. San Francisco, CA: W.H. Freeman.
Sommerfeld, A. (1952). Electrodynamics: Lectures on theoretical physics (volumen III).
New York, USA: Academic Press.
464
PROYECTO SILUETA: DELINEANDO EL MUNDO CON DERIVE 5
Astrid Torregroza
Colegio Abraham Lincoln
alizbel14@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
En el Análisis Matemático o Cálculo confluyen todos los aprendizajes previos
que han adquirido los estudiantes, y para desarrollarlo se requiere de la aritmé-
tica, el álgebra, la geometría euclidiana y analítica y la trigonometría. El len-
guaje matemático del cálculo es muy riguroso y es, para muchos estudiantes,
un monólogo del maestro, parece un idioma desconocido que no posibilita un
diálogo a nivel cognitivo entre maestro y estudiante.
¿Cómo lograr que los estudiantes se hagan conscientes de que las matemáticas
permiten modelar el mundo, describiéndolo con un lenguaje que utiliza unos
códigos especiales? ¿Qué herramientas se deben utilizar para traducir la mode-
lación matemática a imágenes significativas para los estudiantes? ¿Cuáles son
los mundos en los que viven y conviven los estudiantes? ¿Cómo conectar esos
mundos e intereses con el Cálculo?
LA PROPUESTA
La propuesta consiste en que los estudiantes, en equipos de trabajo, plasmen
en un dibujo algunos de sus intereses personales, de sus gustos y aficiones, los
cuales posteriormente serán ubicados en el plano cartesiano de manera estra-
tégica, buscando la simetría, de ser posible. Los estudiantes traducirán al len-
guaje matemático cada una de los segmentos y curvas de sus dibujos y delimi-
tarán los espacios que ocupan en el plano. Posteriormente utilizarán el softwa-
re Derive 5 para que al introducir sus modelaciones algebraicas logren darle
vida y precisión a su idea inicial, a su creación.
Torregroza, A. (2011). Proyecto Silueta: delineando el mundo con Derive 5. En P. Perry (Ed.), Memorias del
20º Encuentro de Geometría y sus Aplicaciones (pp. 465-466). Bogotá, Colombia: Universidad Pedagógica
Nacional.
Objetivos
El objetivo, específico, del Proyecto Silueta es generar investigación en el au-
la, a través de la implementación de herramientas tecnológicas, que al ingresar
al aula bajo un diseño curricular previo, impacten las prácticas pedagógicas,
dándoles un tinte innovador, pero lo más importante es que conviertan a los
actores del proceso educativo en agentes de cambio, para que promuevan en
la comunidad un aprendizaje significativo.
Metodología
El proyecto se divulga y promueve desde el primer período, se desarrolla y
expone durante el segundo, se comparte con la comunidad en el tercero y se
usan las habilidades adquiridas con el uso del Derive 5 en el cuarto período.
Entre los materiales empleados tenemos: fuentes que traen los estudiantes para
hacer sus dibujos, material bibliográfico para repasar los modelos funcionales,
carteleras, ploteados, Derive 5, Cabri Geometry, Paint, Power point, Word,
Bloggers.
RESULTADOS
El uso de las tecnologías de la información y la comunicación como
recurso didáctico (Derive 5, Cabri Geometry, calculadoras graficado-
ras TI 84 Plus, Paint, Power Point, creación de blogs, digitalización
de video, creación de marcas para productos comerciales, entre otras).
La formación de una actitud favorable al emprendimiento, la innova-
ción y la creatividad, mediante el desarrollo de nuevos productos y su
difusión utilizando tecnologías de la información y la comunicación.
IMPACTO
El proyecto beneficia a los maestros de matemáticas porque los moti-
va al uso de herramientas tecnológicas en la adquisición de conoci-
mientos, haciéndolos transitar de lo tradicional a lo moderno.
Para ver algunas de las evidencias del Proyecto Silueta visiten:
http://proyectosilueta.blogspot.com/
466