Varilleros
Varilleros
Varilleros
sin repintar
Los metodos más usuales para la reparación de pequeñas
y medianas abolladuras sin pintar
1 - Desabollado por medio de varillas (PDR)
La eliminación de abolladuras sin repintar se realiza desde la parte inferior del panel
dañado, así que el acceso es fundamental para introducir cualquier varilla. Por
ejemplo, si las abolladuras están en el techo, supone el desmontar o en parte el
guarnecido interior del techo para llevar a cabo la reparación.
Preparar la zona:
Asegúrese de que tiene suficiente espacio libre para montar la luz o el deflector (según
el caso..).
Debe poder abrir todas las puertas y ser capaz de mover la luz o el deflector alrededor
del coche, si por ejemplo se trata de una granizada en todo el vehículo. Este es un
paso importante, porque es la única manera de asegurarse de que ve perfectamente
las zonas dañadas desde todos los ángulos.
Deflector colocado en un lateral del coche para la reparación de la puerta
trasera
Seleccionar la herramienta adecuada:
Hay una gran variedad de herramientas (varillas) para ser utilizadas en diferentes
circunstancias. El objetivo principal del varillero es elegir la herramienta con la punta y
la longitud correcta para cada una de las abolladuras existentes en el vehículo a
reparar.
Algunas de estas herramientas (barras y varillas) van provistas con asas giratorias,
esto es una gran ventaja, ya que ahora permite que el usuario utilice una herramienta
para diferentes ángulos y un uso de la fuerza diferente para el apalancamiento sobre
las abolladuras.
También están disponibles puntas de nailon, teflón y otros materiales de diferentes
formas (redondeadas, puntiagudas, etc.) para acoplarlas a las varillas desabolladoras,
estas puntas se seleccionarán según la abolladura a tratar.
Ejemplo de uso:
Por ejemplo, las abolladuras en puertas tienen su propio desafío a la hora de reparar.
Lo primero, es el difícil acceso, refuerzos anti-intrusión, equipos de seguridad como
airbags de puerta, elevalunas eléctricos, etc.. Sin embargo, a menudo pueden ser
relativamente fáciles de reparar, trabajando verticalmente hacia abajo a través de la
abertura superior de la puerta.
Normalmente se baja a tope el cristal de puerta y se utiliza un protector para el cristal.
También es recomendable usar una pequeña cuña para lograr una separación entre el
cristal y la moldura lamelunas para poder maniobrar con la varilla apropiada.
En el caso de las abolladuras no superiores en las puertas, las varillas más
recomendadas son las de "cola de ballena", llamadas así por la forma de la cabeza de
la citada varilla. Estas estan diseñadas para ejercer el efecto palanca sobre cualquier
refuerzo interno. Para las abolladuras superiores de puertas son más recomendables
las varillas de tipo gancho o anzuelo.
Si todo lo anterior no es posible, será necesario el desmontaje del guarnecido de
puerta para el desabollado de la misma.
En el caso de que el coche lleve airbag en las puertas, se recomienda la desconexión
de los mismos siguiendo las recomendaciones del fabricante.
Cuando las abolladuras están muy pronunciadas, es recomendable y con mucha
precaución un atemperado previo de la zona con una pistola de aire caliente, para
evitar en cierta medida el agrietamiento de la pintura y favorecer el desabollado. Los
chapistas de la vieja escuela llamamos a esto "quitar el frío a la chapa"..
A veces el varillero ejerce más presión de la debida sobra la abolladura, lo cual
acarrea un efecto contrario al deseado, ya que se marca hacia afuera, estos
problemas se solucionan con un martillo pequeño y puntas sinteticas que traen
incorporadas los propios kit de varilleros profesionales.
Como norma, y por causas normales en estos daños, es casi imprescindible acabar el
proceso de desabollado sin repintado con un buen proceso de pulido.
El reflejo del reflector es de vital importancia para reparar las abolladuras una a
una.
Las luces especiales con muchas líneas paralelas son excelentes para una
óptima visión del proceso
Son muchas las ventajas de estos procedimientos entre las cuales las más
significativas son:
Reducción de tiempos de reparación.
Reducción del importe total de la reparación.
En muchos casos se evita el desmontaje de diversos elementos
No son necesarios materiales de pintura, salvo los propios del proceso de pulido.
Por otra parte, es lógico que existan diversos inconvenientes como:
La pintura debe estar intacta o como mínimo, se debe poder sanear con un posterior
proceso de pulido.
No es posible el desabollado con esta técnica en zonas con un estiramiento agudo del
material.
En algunos modelos de vehículos existen zonas en las cuales no hay forma posible de
llegar a ellas mediante este método.
Reparación de abolladuras con adhesivos mediante
tracción
Proceso de desabollado:
Preparación para la reparación:
Tanto la abolladura, como las ventosas
a utilizar, han de estar limpias y
desengrasadas antes de comenzar la
reparación.
Determinado por el tamaño de la
abolladura se elegirá la ventosa a
utilizar. Si la abolladura es pequeña,
elegiremos una ventosa en
consonancia.
Por regla general se utiliza una ventosa
de tamaño inferior al de la abolladura.
Pegado de la ventosa:
El primer paso es calentar la pistola
unos minutos antes de su utilización.
Cerca de la zona a reparar,
agregaremos una pequeña cantidad de
adhesivo a la ventosa y acto seguido la
colocaremos en el centro de la
abolladura. Esto debe hacerse rápido
para una correcta fijación.
Enfriamiento del adhesivo:
Una vez pegada la ventosa
esperaremos un tiempo prudencial para
que se enfríe el adhesivo, mínimo 5
minutos antes de incorporar el
extractor.
Si la ventosa no ha pegado bien tras el
tiempo de espera hay que empezar de
nuevo limpiando y desengrasando la
zona y la ventosa.
El desabollado:
La tracción se hará de forma gradual
hasta lograr la uniformidad de la zona.
Una vez realizado el tiro correctamente,
se retira el extractor y se despega la
ventosa. Para facilitar la tarea, en el
mercado existen diferentes
eliminadores de adhesivos que no
dañan la pintura del vehículo.
En muchas ocasiones es necesario
usar un puntero de nailon y un martillo
pequeño para enmendar una tracción
excesiva, o bien, para suprimir
tensiones en la zona a reparar.
Terminación:
Al igual que con la técnica de varillas a
veces es necesario finalizar el proceso
con un pulimentado final.