Giberti Violencia Familiar

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GIBERTI EVA

Sociedad

Domingo, 19 de Agosto de 2007

EXCLUSIVO: EL PROYECTO OFICIAL PARA COMBATIR EL MALTRATO


FAMILIAR

Un freno a las violencias

El gobierno nacional enviará al Congreso un proyecto de ley que apunta a


proteger del maltrato en todas sus formas a niños, niñas, mujeres, ancianos y
discapacitados. La iniciativa, encabezada por Eva Giberti, define la violencia en
las “organizaciones familiares” como una violación a los derechos humanos.
Las propuestas, las sanciones, los argumentos.

Imagen: Corbis

Por Mariana Carbajal

Un marido que le partió de un golpe los dientes a su esposa podrá ser


condenado a pagar la nueva dentadura y los demás gastos médicos que le
hayan ocasionado sus palizas. También podrán ser sancionados por la Justicia
el novio o una ex pareja –incluidas las del mismo sexo– que ejerzan violencia
emocional, o un hijo que le grita y humilla habitualmente a su padre internado en
un geriátrico, o una madre que tiene a un hijo discapacitado encerrado en una
jaula en el jardín de su casa, si prospera un proyecto de ley que en los próximos
días enviará el Gobierno al Congreso. La iniciativa, elaborada en el Ministerio del
Interior, define “la violencia y el abuso de poder en el ámbito de las
organizaciones familiares” como una violación de derechos humanos. Y apunta
a proteger del maltrato –en todas sus formas– a niños y niñas, mujeres,
ancianos y discapacitados. Contempla la violencia física, pero también la sexual,
la psicológica y la económica. Ordena capacitar en el tema a integrantes de la
Justicia y de las policías Federal y provinciales, y para que hagan una detección
precoz de estas situaciones de violencia, a docentes y personal de hospitales. Y
prevé que los tratamientos psicológicos para víctimas y victimarios sean
cubiertos por obras sociales y prepagas.

El proyecto es el resultado de tres meses de consultas con más de setenta


especialistas en el tema de todo el país, convocados por el Programa Las Víctimas
contra las Violencias, que coordina Eva Giberti. Se trata de una iniciativa que busca
convertir en política de Estado la prevención, sanción y erradicación de la violencia
familiar, una problemática extendida en el país, que afecta principalmente a mujeres.
De aprobarse, esta ley complementará las normativas ya vigentes en las provincias,
será de cumplimiento obligatorio en todo el territorio y ampliará el marco de protección
a cualquier integrante de un grupo familiar, independientemente de que haya o no
convivencia. “También contempla la violencia entre personas del mismo sexo”, aclaró
a Página/12 el abogado Silvio Lamberti, que coordinó las reuniones interdisciplinarias
con los profesionales que hicieron aportes para la redacción del texto, entre ellos,
Jorge Corsi, director de la Carrera de Especialización en Violencia Familiar de la
Facultad de Psicología de la UBA; el médico Norberto Garrote, jefe de la Unidad de
Violencia Familiar del Hospital Pediátrico Pedro de Elizalde; Cecilia Grosman,
investigadora del Conicet; Martín Baldinder, especialista en personas con

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discapacidad; la ex jueza Zulita Fellini; Raúl Mattio-zzi, coordinador del Grupo de
Autoayuda para Hombres Violentos del gobierno porteño; Héctor Raffo, ex juez de
menores de Morón; y Carlos Rozanski, juez del Tribunal Oral Federal de La Plata y
especialista en violencia familiar y abuso sexual infantil, y David Zolotow, trabajador
social especializado en gerontología.
El proyecto del Ejecutivo tiene varios aspectos novedosos. En principio, parte de
considerar el maltrato familiar como una violación de derechos humanos. Amplía su
definición más allá de los golpes como “toda acción, omisión o manipulación
crónica, permanente o periódica, generadora de riesgo actual, que afecte la
integridad física, psicológica, emocional, sexual, económica y/o la libertad de
un/a integrante de su grupo familiar o conviviente” (ver aparte).
Lamberti destaca otras “innovaciones” del proyecto:
- Prevé que haya un juicio “sumarísimo” por violencia familiar con la finalidad de
sancionar al agresor y reparar el daño sufrido por la víctima: el juez podrá condenar al
victimario “a hacerse cargo de los gastos generados con su conducta violenta”.
En el fallo, el magistrado podrá confirmar o modificar las medidas “protectivas”
dictadas previamente. También podrá instar al violento a ingresar a un programa
de “recuperación”.
- Se prohíbe expresamente la mediación como procedimiento para aplicar en
casos de violencia familiar.
- Se faculta a familiares o vecinos de la víctima a denunciar malos tratos en su
perjuicio, incluso con reserva de identidad. En estos casos el juez o tribunal citará a
la presunta víctima para ratificar la denuncia, tomando recaudos para su protección.
- Las niñas, niños y adolescentes pueden denunciar por sí los hechos que los
victimizan en cualquier sede judicial, policial o administrativa, a fin de pedir el
inmediato restablecimiento de derechos vulnerados por situaciones de violencia en el
ámbito de las organizaciones familiares.
- Cualquier juez –sin importar el fuero al que pertenezca– podrá intervenir ante una
situación de peligro y tomar una medida de protección de la víctima. Después derivará
las actuaciones a su par competente por materia.
Una vez recibida la denuncia, según el proyecto, el magistrado deberá adoptar una o
más medidas “protectivas”, sin necesidad de requerir ningún informe sobre el caso. El
proyecto prevé 22 medidas de protección de las víctimas, que van desde la
exclusión del hogar del agresor hasta el decomiso de las armas que posea en su
domicilio y la concesión a la víctima de una licencia extraordinaria por
situaciones de violencia familiar, que no puede ser causal de despido o
exoneración (ver aparte).
En aquellos casos en los que el agresor transgreda las “medidas protectivas” o
intimidase a los profesionales intervinientes en la causa, sea física o verbalmente, el
juez podrá aplicarle otras sanciones, entre ellas:
- Realizar un curso obligatorio de información y reflexión sobre la temática.
- Cumplir con tareas comunitarias en instituciones de salud o acción social
durante fines de semana, feriados o a continuación del horario laboral, durante
un máximo de un año.
- Multas pecuniarias en beneficio de la víctima, cuyo monto se fijará de acuerdo
con la situación patrimonial del agresor.
- Comunicación de los hechos de violencia al empleador, las asociaciones
profesionales, sindicales, intermedias y/o deportivas a las que pertenezca el
agresor. Se aclara que esta comunicación no puede derivar en el despido del
violento de su trabajo.
La secretaria de Seguridad Interior, Silvina Zabala, confirmó a Página/12 que el texto
será girado en los próximos días con la firma del ministro Aníbal Fernández a
Diputados. En el Congreso ya hay diversos proyectos presentados en ambas cámaras
por legisladoras de distintos bloques –ARI, PJ, UCR– que se ocupan del problema,
modifican la actual Ley de Violencia Familiar –vigente desde 1995– y amplían sus

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alcances. Sin embargo, a ninguno hasta ahora se le ha dado prioridad para llevarlo al
recinto. Uno de ellos, el de la diputada Marcela Rodríguez, tiene dictamen de la
Comisión de Familia pero quedó estancado en la de Justicia, y a diferencia del
proyecto del Gobierno se ocupa sólo de la violencia de género. Como el oficial,
también contempla la sanción judicial de la violencia psicológica y la económica. Es
justamente este punto el que encuentra mayores resistencias particularmente entre
diputados varones, según confiaron varias legisladoras a este diario. El proyecto del
Ejecutivo tal vez logre dar impulso al debate parlamentario y finalmente la prevención,
sanción y erradicación de la violencia hacia las mujeres, chicos, discapacitados y
ancianos, pueda convertirse –como se reclama desde las organizaciones de la
sociedad civil que trabajan en el tema– en una política de Estado.

EVA GIBERTI EXPLICA EL PROYECTO

“Incluye a todos”

Imagen: Daniel Jayo

Por Mariana Carbajal

“La violencia familiar incluye a todo el mundo, no sólo a las mujeres. Es


prioritariamente de género pero no podemos dejar afuera a los chicos, a los
discapacitados y a los ancianos”, sostuvo la psiconalista Eva Giberti,
coordinadora del Programa Las Víctimas contra las Violencias, que depende del
Ministerio del Interior, para explicar por qué el proyecto no se limita a la
violencia conyugal. Y desafió a los legisladores –una vez que la iniciativa que se
elaboró bajo su dirección llegue al Congreso en los próximos días– a demostrar
si quieren “trabajar en serio en contra de la violencia familiar”.

El proyecto, aclaró en diálogo con Página/12, se lo pidió personalmente el ministro del


Interior, Aníbal Fernández. “Quiero una ley que sirva, me dijo, porque la actual está
añeja y no sirve”, agregó. La ley 24.417 se aprobó en 1995. En su momento, significó
un gran avance legislativo, pero su aplicación en los tribunales demostró en los últimos
años que necesita algunas modificaciones como ampliar las definiciones de violencia.
–¿Qué sucede hoy con un agresor que es denunciado en la Justicia?
–En lugar de sancionarlo, se lo manda a hacer a psicoterapia. Es un grave error
técnico: nadie puede obligar a alguien a hacer un tratamiento. Al agresor no le interesa
en lo más mínimo. En nuestro proyecto de ley, el juez lo sanciona y además lo puede
instar a que realice un tratamiento.
–¿Sirven los grupos de recuperación de violentos?
–Existen grupos de contención cuyos resultados habrá que evaluar con los años.
Quienes los coordinan, si se les pregunta, no pueden dar estadísticas de agresores
rehabilitados. El hecho de que participen de esos grupos no significa que el agresor no
vaya a su casa y vuelva a golpear.
–¿El violento es un enfermo?
–No es ningún enfermo. No golpean porque son enfermos. Encuentran placer en
golpear, en humillar. No sé por qué. Hoy hay chicos que se están entrenando al
ver a su padre golpeando a su madre, pero algunos de ellos reproducirán esa
conducta y otros no.
Para Giberti “hoy la mayor complicación para sancionar la violencia familiar está en la
cabeza de algunos jueces”, que no entienden la problemática del fenómeno y a
quienes “no les han enseñado en la Universidad qué es la violencia psicológica”. “Si
encontramos jueces como los que dejaron en libertad a (Mario) Ochoa, se puede
esperar cualquier cosa”, apuntó Giberti, en referencia al caso del chofer de micro

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escolar condenado a 16 años de prisión por abuso sexual de menores discapacitados,
que tras la sentencia en primera instancia no fue encarcelado, estuvo un día prófugo
cuando una sala de la Cámara de Casación ordenó su detención y luego se entregó.
Políticas públicas

¿Quiénes serán protegidos por la ley de violencia familiar que impulsa el Ministerio del
Interior?

- Los cónyuges aunque estén separados y los ex cónyuges.


- Los convivientes o ex convivientes, de igual o distinto sexo y a todos los
vinculados por una relación afectiva y/o de convivencia y/o de cuidado y/o
atención.
- Los ascendientes y descendientes.
- Otros parientes consanguíneos o afines.
- Quienes tengan o hayan tenido una relación de noviazgo o pareja.
- Las personas bajo guarda, tutela y curatela.
Para la aplicación de esta ley no es requisito la convivencia.
El proyecto incluye en el Programa Médico Obligatorio (PMO) los tratamientos de
atención psicológica y médica para agresores y víctimas de violencia familiar.
También ordena la implementación de una serie de políticas públicas como la
ejecución de programas de capacitación de personal judicial y policial de todo el
país en la temática y también de médicos y docentes para la detección precoz de
víctimas de los diversos maltratos previstos en la iniciativa. Además, indica la
necesidad de que el tema de la violencia familiar se incluya en las currículas
escolares y universitarias, “porque los golpeadores y los violentos en general se
encuentran en todas las clases sociales, incluyendo a profesionales”, explicó Eva
Giberti. Y contó que la brigada contra la violencia familiar, que funciona bajo el
programa que coordina ella, y que responde al número 137, “en el mismo día
puede concurrir a la Villa 31 y a la calle Gelly y Obes, en Recoleta”.

La obligación de denunciar

Los profesionales que toman conocimiento de casos de violencia o abuso sexual


contra chicos tienen la obligación de denunciarlos a la Justicia, según la mayoría de
las legislaciones provinciales vigentes. El proyecto del Gobierno prevé la obligación de
denunciar cuando la víctima adulta –por cualquier motivo– estuviese “imposibilitada
física y/o psicológicamente” de requerir por sí el auxilio legal, como un anciano, o
cuando no puedan comprender el alcance de sus actos, como en el caso de personas
con discapacidad mental. Aquellos obligados a denunciar tendrán –de acuerdo con el
proyecto de ley– inmunidad civil y penal. “Este punto se incorporó para proteger a los
equipos de profesionales que trabajan en violencia infantil de juicios por daños y
perjuicios. Ahora ellos tienen que demostrar que actuaron de buena fe. Nuestro
proyecto plantea que quien los denuncie deba probar que lo hicieron de mala fe”,
explicó Silvio Lamberti, asesor del Programa Las Víctimas contra las Violencias, que
coordina Eva Giberti. En los últimos años, peritos que han actuado de parte de las
víctimas en juicios de abuso sexual infantil han sido denunciados luego por el
imputado en los casos en los que no se ha llegado a condena. Se sabe que suele ser
un delito difícil de probar. Esta avalancha de denuncias contra peritos ha causado que
muchos decidan no trabajar más en la temática.

Las medidas de protección

Entre las 22 medidas protectivas previstas en el proyecto de ley para que el juez
ponga a resguardo a la víctima de maltrato, están:

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- Exclusión del hogar del agresor.
- Prohibir su acceso al domicilio del que fue excluido o al que hubiesen fijado las
personas damnificadas.
- Restringir el acercamiento del agresor a la persona damnificada, de sus hijos, demás
parientes, como así también a sus lugares de trabajo y/o estudio y/o recreación.
- Suspender todo contacto del agresor -incluido el personal, el telefónico, el de correo
electrónico– con sus hijos y/o demás niñas, niños y adolescentes integrantes del grupo
familiar.
- Ordenar el allanamiento de la morada cuando esté en riesgo grave la integridad de
cualquiera de sus habitantes.
- Ordenar el reintegro de la persona damnificada al domicilio del cual ha debido salir
por razones de seguridad, previa exclusión del agresor.
- Disponer alimentos provisionales a favor de la persona damnificada, cuando el
agresor excluido fuese el sostén principal del hogar.
- Ingresar a la persona damnificada en casa-refugio o en hogares alternativos.
- Prohibir al agresor la ingesta de bebidas alcohólicas, estupefacientes, y/o
alucinógenos.
- Suspender al denunciado el permiso de portación de armas si lo tuviere y decomisar
las que posea en su domicilio, aun cuando sea legítimo usuario.
- Ordenar la prohibición de celebrar actos o contratos sobre bienes de la persona
damnificada o comunes, a fin de salvaguardar su patrimonio.
- Trabar embargo sobre los bienes del agresor.
- Transferir a la damnificada el plan social o equivalente del que es titular el agresor.
 
Definiciones del proyecto

El proyecto de ley del Gobierno entiende por violencia en las relaciones y


organizaciones familiares, “toda acción, omisión o manipulación crónica, permanente o
periódica, generadora de riesgo actual, que afecte la integridad física, psicológica,
emocional, sexual, económica y/o la libertad de un/a integrante de su grupo familiar o
conviviente”.

¿Cómo se definen las distintas formas de violencia?


- Violencia física: son “los actos de agresión dirigidos a la víctima, en los que se utilice
cualquier parte del cuerpo, objeto, arma, sustancia o elemento para sujetar, inmovilizar
o causar daño a la integridad física, cuyo fin es su sometimiento, control, intimidación o
impedimento de su fuga o de que pueda denunciar, tanto aquella como terceros
testigos de la violencia”.
- Violencia psicológica y/o emocional: es “la que deriva de acciones u omisiones
verbales o no, con el objetivo de doblegar las resistencias de la víctima y testigos,
consistentes en prohibiciones, coacciones, condicionamientos, intimidaciones,
amenazas, actitudes de abandono y desamparo, imposibilidad de contacto con
familiares, capaces de provocar inhibiciones o deterioro en su estabilidad emocional y
en su salud mental”.
- Violencia sexual: son “aquellos actos u omisiones de carácter forzado y
displacentero, que infrinjan burla o humillación a la integridad sexual, o la inducción,
coacción o sometimiento a la realización de prácticas sexuales no deseadas, que
afecten la integridad y/o los derechos sexuales y reproductivos de la víctima, o bien,
que se le impida su pleno ejercicio”.
- Violencia económica: son “aquellas acciones u omisiones que importan daño
patrimonial injustificado, con el propósito de coaccionar o impedir la autodeterminación
e independencia económica de la víctima y/o de su grupo familiar”.

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