L C D M: OS Armelitas Escalzos en Éxico
L C D M: OS Armelitas Escalzos en Éxico
L C D M: OS Armelitas Escalzos en Éxico
1
Art. Preparado con motivo del III centenario de la Cofradía de Toluca.
2
El capítulo provincial se celebró el 10 de mayo de 1585.
3
Tomó el hábito en la Reforma Teresiana el 25 de marzo de 1572, en el noviciado de Pastrana. Profesó en 25
de abril del año siguiente. Desde sus primeros días de descalzo gozó de la estima de la Madre fundadora. Fue
elegido primer provincial de la Descalcez en el Capítulo de Alcalá en 1581. El 21 de septiembre de 1614
murió casi repentinamente en Bruselas, vistiendo el hábito del Carmen Calzado.
4
Santa Teresa, Libro de las Fundaciones, 1,7
Navíos y navegación5
El único medio para ir a las nuevas tierras eran las naves que fueron perfeccionándose
poco a poco. La carabela era un velero largo, afinado, rápido, medía alrededor de 39 metros
de largo por 8 de ancho, liviano; pero no estaba hecha para el transporte masivo de hombres
o carga, por ello, durante el reinado de Felipe II se le sumaron en la carrera de las Indias
otros navíos, para asegurar las funciones de transporte y de combate: las carracas, y sobre
todo los galeones.
El arte de la navegación era cuestión de estima personal del piloto, de sentido marino, de
instinto, de talento en suma, para la Carrera de las Indias. No se partía hacia las Indias en
un solo navío, sino en una flota. Como regla general, las flotas se fueron haciendo cada vez
más pesadas debido a que llevaban una escolta organizada de barcos de guerra, entre ellos
la “nao capitana”, la “nao almiranta” y el “navío de aviso”. Partían de Sevilla dos veces por
año, una en enero y otra en agosto. En 1564 se reformó el sistema de flotas y de allí en
adelante se organizaron según un orden geográfico preciso desde el momento de su partida:
una flota salía hacia México, y otra hacia Tierra Firme (América del Sur); la de México
partía en mayo-junio, la de la Tierra Firme en agosto-septiembre.
Durante el reinado de Felipe II los productos como textiles, ropa, calzado, cueros, arneses,
muebles, vinos, pescado seco, materiales de cocina, armas, artículos de caballería y libros
eran en su mayoría españoles, después entraron masivamente los productos extranjeros en
el comercio con las Indias. Al regreso, en la carga destinada a Sevilla, los metales preciosos
representaban hasta el 90% del valor de los cargamentos, pero no viajaban en los galeones
comerciales sino en naves de guerra.
La duración de la trayectoria de Sevilla a los puertos americanos oscilaba entre 30 y 33 días
para la parte más significativa del viaje de ida, es decir de las Canarias a las Antillas, y
entre 60 y 100 días para regresar -el trayecto de La Habana a Sanlúcar de Barrameda. Dos
grandes peligros constituían el terror de las flotas: en primer lugar las tormentas y los
naufragios; en segundo lugar los corsarios6.
Los primeros en llegar
Los primeros religiosos que se establecieron en México, fueron los Franciscanos,
que en 1525 ya tenían una Custodia que fue erigida en provincia con el título del Santo
Evangelio en 1535. Los Dominicos llegaron en 1526 y para 1532 erigían la primera
provincia con el título de Santiago. Los Agustinos llegados en 1533, se independizaron al
erigirse en Provincia autónoma el año de 1545. La Compañía de Jesús, llegó a Nueva
España en 1572.
Los 11 primeros carmelitas
5
Los detalles los tomé de un art. Del padre Rafael Guzmán.
6
Georges BAUDOT, La vida cotidiana en la América española en tiempos de Felipe II Siglo XVI, Fondo de
Cultura Económica, México 1992. 343 pp.
Los frailes que se embarcaron en san Lúcar de Barrameda fueron los siguientes: Fr. Juan de la
7 8
Madre de Dios , que venía como comisario en la expedición; Fray Pedro de San Hilarión , Fr.
9 10
Pedro de los Apóstoles, Natural de Bonilla . Fr. Ignacio de Jesús, de Toledo . Fr. Francisco
11
Bautista de la Magdalena , Estos cinco religiosos eran sacerdotes. Vinieron además los siguientes
hermanos coristas:
12 13
Fr. José de Jesús María, natural de Lisboa , Fr. Juan de Jesús María (Robles), natural de Sevilla .
14
Fr. Hilarión de Jesús, de Prado Longo . Añadimos también a los tres hermanos donados que
vinieron en la expedición:
15
Fr. Arsenio de San Ildefonso (nativo de Jaén) , Fr. Gabriel de la Madre de Dios (de Baeza), quien
volvió a España y allá murió. Fr. Anastasio de la Madre de Dios (también de Baeza). Volvió a
16
España .Venía también el hermano diácono Fr. Cristóbal del Espíritu Santo, pero cuando iba a salir
la expedición, enfermó y murió en San Lúcar de Barrameda.
7
Natural de Medina Sidonia. Docto, elocuente y muy de Dios. El padre Fray Juan venía al mando de la
expedición, y una vez establecidos en México, fue confesor del virrey. Murió en Calatayud (España) el 10 de
mayo de 1606, porque de España lo mandaron regresar muy pronto a la Península.
8
Nativo de Valdepeñas. Tomó el hábito en la Peñuela. Fue discípulo de San Juan de la Cruz. Murió en México
en 1615.
9
En tres ocasiones gobernó la Provincia. Murió en México en 1630.
10
Volvió a España muy pronto y murió en allá.
11
Nativo de Porto Alegre (Portugal), fue el primero que murió en México.
12
Primer Procurador General enviado a España por parte de la Provincia de san Alberto. Murió en México en
1629.
13
Fue Maestro de Novicios durante varios años en Puebla; escritor, fundador del desierto de Santa Fe (de los
leones) y dos veces Provincial. Murió en México.
14
Primer Vicario del Convento de Morelia. Murió en México en 1630.
15
Murió en olor de Santidad en México en 1636.
16
Intentó regresar a México, pero en el viaje de 1595 murió ahogado en el mar en la expedición que
encabezaba Fray Eliseo de los Mártires, primer provincial.
17
Tesoro escondido en el Monte Carmelo mexicano mina rica de exemplos y virtudes en la historia de los
carmelitas descalzos de la provincia de la Nueva España descubierta cuando escrita por fray Agustín de la
Madre de Dios, religioso de la misma orden, Versión paleográfica, introducción y notas por Eduardo Báez
Macías, Universidad nacional autónoma de México, 1986.
18
Doc. Ined. Torres de Mendoza, t. 15, p. 448, citado por Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas y la
conquista espiritual de México, Porrúa, 19, p. 67.
Una vez que se presentaron a las autoridades virreinales, al arzobispo y demás personajes a
los que tenían que ver, incluyendo al virrey, aunque con él habían viajado desde España, en
la misma flota. También fueron con él, a cumplir con las formalidades del caso, una vez
que se su hubo instalado en su nuevo cargo. Como dijimos en esa expedición venía con
ellos el nuevo virrey a gobernar la Nueva España, don Álvaro de Manrique y Zúñiga.
"Honrosa fue la devoción del Marqués a nuestros navegantes--comenta un autor-- pero
cuanto tuvo de honra llegó a tener de fatiga; pues por venir tanta gente en el navío y las
cámaras de popa con un Virrey y una Virreyna, se hubieron de acomodar nuestros
religiosos en un rincón debajo de escotilla"19
“Llegaron a México entrando por la calzada de Guadalupe, en cuya ermita debieron hacer
alto y venerar a la Inmaculada del Tepeyac, el jueves 17 de Noviembre de 1585”20.
Otros documentos dicen: "El 17 del mes de noviembre, domingo, llegó y entró a México -
dicen las Relaciones de Chalco- el Visurrey don Álvaro Manrique de Zúñiga...También
traían con ellos unos apreciables religiosos de la Orden de Nuestra Señora del Carmen, de
pies desnudos, de los que llaman descalzos”. 21
El primer hospedaje que recibieron los carmelitas recién llegados a la capital del virreinato
fue en el palacio del marqués del Valle; ahí permanecieron mientras les buscaban lugar de
acomodo en la ciudad de México. Esto se logró el 18 de enero de 1586, cuando se
trasladaron solemnemente a lo que sería su primera fundación, la ermita de Thumatlán
(Atzacualco)22 cedida por los franciscanos, al noreste de la ciudad y cuyo patrón era San
Sebastián. El debido permiso lo había otorgado el arzobispo que regía la iglesia de México,
don Pedro Moya de Contreras, además del virrey.
Primer destino en la ciudad de México
Recordemos que los carmelitas descalzos fueron una de las últimas órdenes que llegaron a
la Nueva España, 15 años antes de cerrarse el siglo de la primera y gran evangelización.
Los anteriores en llegar habían sido los jesuitas que arribaron al nuevo mundo en 1572, y al
llegar los carmelitas ya estaban ellos bien establecidos y mejor recomendados por el
servicio que prestaban. De alguna manera los jesuitas rompieron el monopolio, que por así
decirlo, habían establecido las tres primeras órdenes que llegaron a la Nueva España. A los
carmelitas llegados después, les va a costar trabajo encontrar acomodo, porque
prácticamente estaba ya distribuido el territorio misional de toda la Nueva España entre
ellas.
División del territorio
Las tres Órdenes que trabajaron durante este período se habían dividido instintivamente el
amplio terreno de la Nueva España.
19
Tesoro escondido, op., cit., p. 31
20
Dionisio Victoria, op., cit., p. 68
21
CHIMALPAHIN, Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan, Ed. de Silvia Rendón, Fondo de
Cultura Económica, México, 1965. p. 290. Cit. Dionisio Victoria, p. 68.
22
Este era uno de los cuatro barrios de la ciudad de México, donde estaban establecidos los indígenas.
Los Franciscanos se encontraban predominando en la parte centro-norteoccidental del
México actual: Puebla, México, Michoacán, Jalisco, Zacatecas, Durango.
Los Agustinos predominaban en el centro siguiendo la línea Michoacán, México, Tampico.
Los Dominicos se encontraban en la parte centro-sur-oriental: México, Puebla, Oaxaca. De
México quedaba prácticamente solo el norte que en esos años se estaba descubriendo:
California y luego Nuevo México.
Campo misional en sentido estricto para fin de siglo quedaba casi todo el norte de la Nueva
España que se iba descubriendo. Aunque estaban también por domeñar y cristianizar los
belicosos chichimecas que habitaban entre los Estados de San Luis Potosí y Zacatecas.
Al trabajo de los religiosos, pioneros de la evangelización, se unió también el de los
Obispos -muchos de ellos también religiosos-. Y si bien no faltaron las dificultades entre
unos y otros, las Juntas Eclesiásticas, primero, y más tarde los Concilios unificaron bastante
sus esfuerzos.
La ermita de san Sebastián
Una vez recibida la ermita y cuando comenzaron a prestar el servicio a los indios de habla
náhuatl del barrio de Atzacualco, también comenzó a crecer el número de los religiosos.
Ese año de su llegada recibieron al primer prospecto para la orden, que llevó el nombre de
Fray Diego de la Madre de Dios23 luego varios más; este joven había sido discípulo del
venerable ermitaño Gregorio López en la ciudad de México, y que vivía como ermitaño por
santa Fe.
Prosiguen las fundaciones
Al año siguiente de la llegada de los Carmelitas a México, ya les estaban ofreciendo
fundación en la Puebla de los Ángeles, al donarles la ermita de nuestra Señora de los
Remedios. Leemos en el libro de capítulos provinciales: “Fundóse con licencia del Marqués
de Villamanrique, Virrey de Nueva España24, y con licencia del obispo de Tlaxcala, siendo
Vicario Provincial el reverendo padre fray Juan de la Madre de Dios, el cual vino a tomar
posesión del dicho convento. Quedó como Vicario el padre fray Pedro de san Hilarión y
quedaron con él dos hermanos legos: el uno, profeso que se llamaba fray Gabriel de la
Madre de Dios25 y el otro, novicio que se llamaba Fray Eliseo de Jesús26
23
Sus padres eran Diego Pérez de Rivera y Constancia del Castillo. “El (año) de 1634 acabó su carrera en este
convento de México el P. Fr. Diego de la Madre de Dios, criollo y profeso de la misma casa, donde fue
también prelado vigilantísimo dando a la oración y lección el tiempo que de las ocupaciones podía excusar.
En el coro fue constante, nunca se le oyó murmurar de los ausentes”, escribe el P. Diego del Espíritu Santo en
sus Recuerdos Históricos, f. 297 v.
24
El 7° Virrey de la Nueva España gobernó de 1585 a 1590. Tuvo problemas con la secularización de algunas
misiones de la Audiencia de Guadalajara.
25
Parece que convivió con San Juan de la Cruz en Granada en 1582 en el convento de los Mártires. Y
seguramente fue de los designados a última hora para venir a México, pues no aparece en las listas de la Casa
de Contratación de Sevilla. Más tarde depuso en España depuso en la causa del Santo
26
En el siglo se llamaba Garcigonzález. Debió tomar el hábito antes del 31 de mayo de 1586; profesó el esa
fecha de 1587. “Libro I de capítulos, definitorios y fundaciones desta provincia de nuestra padres san Alberto
El 28 de septiembre de 1589, ya estaban fundando en la Villa de Carrión (Atlixco), no lejos
de la Puebla; en esta fecha el P. Pedro de san Hilarión, superior de Puebla hizo los trámites
necesarios y compró en cuatro mil pesos las casas que se habrían de convertir en convento.
El 22 de octubre de ese mismo año se hizo propiamente la inauguración del nuevo
convento, con la presencia del mismo padre Pedro, Fray Juan de Jesús María, maestro de
novicios, establecido en Puebla; y asistieron también los hermanos Juan Bautista, Elías de
San Juan Bautista, Martín de san Ángelo, Ángel de la Natividad y otros más para dar
solemnidad a la inauguración.
Además de las licencias del virrey, recabaron las del obispo de Tlaxcala, Don Diego
Romano, como lo habían hecho para la fundación en Puebla27.
Hasta 1593 hicieron la cuarta fundación, ahora en el obispado de Michoacán, en la ciudad
de Valladolid. El encargado de la nueva fundación fue el P. fray Pedro de los Apóstoles28,
quien recabó los permisos del virrey don Luis de Velasco y del obispo de Michoacán don
Alonso Guerra.
Desde 1590 había dejado de gobernar la Nueva España el marqués de Villamanrique, pues
fue llamado a España, por una intervención desafortunada que tuvo en la Audiencia de
Guadalajara; sus enemigos políticos, aprovecharon la oportunidad para acusarlo ante el rey,
que lo mandó llamar inmediatamente a España; con él fue también llamado a España, el
padre comisario de la expedición de los Carmelitas, fray Juan de la Madre de Dios, que era
su confesor, y con él perdió la orden en México, un personaje de mucha valía. Los
historiadores no han podido encontrar la razón para ese traslado, o cuál pudo ser la causa,
que fray Juan también se hubiera tenido que ir, como castigado a la península.
Después de Valladolid, tocó el turno a Guadalajara, provincia de Xalisco (Nueva Galicia), a
donde llegaron los Carmelitas en el mismo año de 1593. Dicha fundación no duró muchos
años, pues el visitador Tomás de san Vicente mandó suprimirla en 1608. Años después (en
1649) se volvió a erigir nuevo convento pero lo volvieron a suprimir en 1653. Hasta que se
abrió el definitivo.
La siguiente fundación tocó a la Villa de Zalaya en 1598; la región era, tierra fértil y
productora de granos, que ayudaba a abastecer a las necesidades siempre crecientes de
Zacatecas y su región, gracias al crecimiento y explotación de las minas. La villa de
Querétaro proveía de telas de algodón y la región de Zalaya y Salvatierra, parte de lo que
llamamos ahora el Bajío, de granos en buena escala.
Enumero las demás fundaciones que tuvo la provincia de san Alberto de los Carmelitas
descalzos en el resto de la colonia: Desierto de santa Fe (los Leones), dedicado a N. Señora
del Carmen en 1606. San Ángel, con la advocación de Santa Ana, 1613. Querétaro,
desde el principio que fue el año de 1596, hasta el año 1635”, el manuscrito se conserva en el archivo de
Antropología e Historia, sección Lira 9, fol. 3-3v.
27
Libro I de capítulos, fol. 4-4v.
28
Pedro de la Fuente, Hijo de Juan de la Fuente y María de Sevilla. Nacido en 1553 en Bonilla (prov. Y ob.
De Cuenca). Tomó el hábito en Pastrana. Profesó a los 21 años de edad. Profesó el 19.11.1575 en Pastrana.
Tiene el número 49 en el libro de profesiones. (1-A) - murió el 29.07.1630 en México.
dedicado a santa Teresa en 1614; la fundación la hicieron con motivo de su beatificación.
Salvatierra, con la advocación de San Ángelo, 1644. Tacuba, dedicado a san Joaquín, 1689.
Toluca, con la advocación de Nuestra señora de la Concepción, en 1698, Oaxaca, dedicado
a la Santa Cruz, 1699, fundación con la que se cerró el siglo XVII; Orizaba, nuevamente
dedicado a santa Teresa, en 1735. San Luis Potosí, con la advocación de San Elías, 1738.
Tehuacán, S. N. Señora del Carmen, 1745, y por último, el Desierto de santa Fe, se trasladó
a Tenancingo, actual estado de México, en 1801, antevísperas del comienzo de la guerra de
independencia.
El objetivo de la venida de los carmelitas a Nueva España
“La Reforma Teresiana, al llegar a México en 1585, se encontró una Nueva España que
comenzaba, como dice Ricard, una época nueva y le brindaba un campo de acción doble: al
norte las misiones; en el interior, la elevación espiritual de la sociedad. Nuestros
Carmelitas, como veremos, intentaron trabajar en el primero, pero la Providencia los
empleó casi exclusivamente en el segundo”29. Efectivamente, aunque los carmelitas habían
llegado a la Nueva España con la encomienda de pasar al Nuevo México, recién
descubierto, las circunstancias los obligaron a permanecer en los conventos que iban
edificando, sobre todo en las ciudades ya bien establecidas, y añadamos, ciudades
propiamente de españoles.
Echemos una mirada retrospectiva para entender mejor lo que solemos llamar el problema
misional en la orden del Carmen. “Las misiones se presentaron como un problema de
manera clara y oficial, en el famoso Capítulo que celebró la familia Teresiana en
Almodóvar del Campo el año de 1583. Para estas fechas ya había partido la primera
expedición misionera con rumbo al Congo, y se preparaba la segunda en vista de que la
anterior había fracasado”30 En esa reunión por fin se definieron las dos tendencias que
había en la orden, “el celo por la salvación de las almas”, como entonces se decía,
tendencia encabezada por el P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, y la otra tendencia,
extrema, de los “muy contemplativos y muy eremíticos”, que encabezaba el P. Nicolás
Doria, y que finalmente fue la que prevaleció en la orden.
Según los conocedores del asunto misional, para el P. Gracián las cosas estaban muy claras
y no había necesidad de discusión sobre el asunto. Oigamos sus expresiones: "El fin para
que se fundó esta Orden -escribe en una declamación de las virtudes de la Madre Teresa- y
el celo con que la Madre la fundó, fue para resistir a los herejes y convertir gentiles e
infieles a la fe. Con este celo vivió, y ese dejó escrito en sus libros y aconsejó de palabra a
sus amigos, súbditos y sucesores, mandando a sus religiosas que siempre rogasen por los
que defienden la fe y rogando a los religiosos que se ejercitasen en este ministerio, como en
su principal vocación. Porque aunque es verdad que unas Religiones tienen por principal in-
tento el celo, la predicación y el traer almas a Cristo, como los Dominicos y Jesuitas, y
otras el recogimiento, clausura y aspereza de vida, como la Cartuja, esta Religión del
Carmen (siguiendo el espíritu doblado de Elías) abraza por principal fin entrambos dos
29
Dionisio Victoria, op. Cit., LIII
30
Cf. Silverio de santa Teresa, Historia del Carmen Descalzo en España, Portugal e Iberoamérica, t. IV, p.
687-93. Cit. Dionisio Victoria, op.cit., 206 y ss.
ministerios, celo de almas y quietud de espíritu, predicación y aspereza de vida, amor de
Dios y del prójimo, oración y ministerio de almas, e imitando a sus antecesores, como a
Elías, Eliseo…, y los demás que (siguiendo vida áspera, espiritual y recogida) ganaron
muchas almas para Dios, convirtiendo infieles, gentiles y pecadores y defendieron contra
herejes la fe católica"31.
Habiendo visto este texto del P. Gracián no es para nada extraño que haya dado el permiso,
junto con sus consejeros, para pasar a la Nueva España a colaborar en la evangelización,
como ya lo habían hecho con las expediciones enviadas al Congo. Pero cuando continuó el
capítulo, ya con la presencia del nuevo provincial electo, el P. Nicolás Doria, las cosas se
complicaron. Él, en más de una ocasión llegó a manifestar que si él hubiera estado en esa
reunión, nunca hubiera permitido que los carmelitas pasaran al nuevo mundo. Luego, ya de
provincial, y más tarde, como primer general de la descalces, fue, si no estorbando, si
dilatando el envío de nuevos religiosos para que apoyaran las fundaciones que se fueron
sucediendo en la Nueva España.
Y además, quedó en la mente de todos los gobiernos sucesivos, que la orden no debía
extenderse mucho en la Nueva España, como se puede constatar todavía hacia 1775, en una
de las últimas visitas que la Congregación de san José de España hizo a la provincia de san
Alberto de México.
Con la muerte del P. Nicolás Doria, el defensor del eremitismo en la orden, algunos
creyeron que era llegada la hora de la misiones, pero no fue así, pues sus sucesores
siguieron defendiendo contra viento y marea esa tendencia que se arraigó en definitiva en la
Orden. En vano en P. Gracián, expulsado de la orden apenas murió fray Juan de la Cruz
(1991), siguió insistiendo en la necesidad de la “conversión hacia las misiones”, como lo
atestiguan muchos de sus escritos: "El celo de la mayor honra y gloria de Dios,
propagación de la fe y conversión de las almas -escribe- ... me movió siendo superior de la
Congregación de los Carmelitas Descalzos (a enviar misioneros al Congo y)….
entendiendo la mucha mies que se podía sembrar en almas aparejadas para el bautismo en
los reinos nuevamente descubiertos de Quivira y Nuevo México, envié doce religiosos a
México para que desde allí pudiesen pasar a las nuevas conversiones"….32 "Los que fueron
a México -dice todavía en 1609- han multiplicado en más monasterios que fue el número de
los sujetos que envié, con gran fruto de las Indias occidentales y esperanza de hacerlo en
tierras de otros gentiles".
No solo los superiores de España que mandaron frailes al nuevo mundo, tenían la idea clara
de que venían a evangelizar y misionar, sino también muchos de los primeros enviados, así
escribe uno de ellos: "todos los primeros padres que vinieron a este Reino (de Nueva
España) vinieron con gran celo del bien de las almas, a predicar a las gentes la fe de
Jesucristo y morir por él si la ocasión lo pidiese y para este propósito pasar a la China y a
31
Cf. Obras del P. Maestro Fr. Jerónimo Gracián, Madrid, 1616, p. 361, cit. Por Dionisio Victoria, op.cit., p.
207.
32
Biblioteca Mística Carmelitana, Monte Carmelo, Burgos, t. 17, Celo de la Propagación de la fe, p. 3.
otros reinos de que tenían licencia de los Reyes Católicos y están en el archivo de este
convento de México"33.
Nuevos intentos de misión en la orden
Más que España, en Italia comenzaron a aparecer nuevos brotes e intentos de misiones.
Uno de los iniciadores fue el P. Tomás de Jesús, que aunque era español trabajaba ya en
Italia en la provincia que los Carmelitas habían fundado allá.
Parroquia de indios de Atzacualco
Cuando los carmelitas recibieron la parroquia de indios que hemos indicado (de
Azcacualco), procuraron aprender el náhuatl para poder mejor atenderlos e instruirlos, es
decir, fueron poniendo las bases para ser de veras misioneros. Afortunadamente quedaban
muchos con esa inquietud, y deseosos de que se pudiera llegar a misionar, a pesar de la
tendencia clara hacia otro rumbo que tomaba la Congregación española.
A lo largo de unos veinticinco años los carmelitas estuvieron atendiendo la doctrina a ellos
encomendada por el obispo de la ciudad Moya de Contreras, pero llegó en 1606 el
momento de la elección como provincial del padre Fr. Juan de Jesús María34, uno de los 11
que llegaron a México y ese servicio se dejó, alegando que no era tarea de la orden ese
servicio.
Más tarde se les impidió ir al Nuevo México y finalmente a las Californias, que aunque tres
de ellos asistieron en 1604 a una primera expedición de descubrimiento, e iban como
cosmógrafos, ya no pudieron volver a emprender la evangelización como ellos deseaban.
El viaje a las californias
Por mandato de Felipe III, hijo y heredero de Felipe II y con el conde de Monterrey, como
virrey de la Nueva España se “puso en ejecución el mandato del rey previniendo tres
embarcaciones (para navegar por lo que llamaban el estrecho de Anián), la Capitana y
Almiranta con una fragata ligera y habiendo nombrado por general de esta escuadra a
Sebastián Vizcaíno, persona de toda satisfacción muy versado en las cosas del mar y
noticioso de la costa de California; al capitán Toribio Gómez le dio el oficio de almirante y
por acompañantes al capitán Alonso Esteban Peguero, soldado viejo de mucho valor y
experiencia que se había hallado en la jornada de Magallanes.
El capitán Pascual de Alarcón, el capitán Jerónimo Martín que llevaba plaza de cosmógrafo
para demarcar y pintar las tierras que se fueran descubriendo, el alférez Juan Francisco
Soriano, el piloto mayor Francisco de Bolaños; juntamente se levantaron compañías de
soldados de los más lucidos que se habían visto en la Nueva España; también proveyó el
virrey de ministros eclesiásticos para el consuelo de las almas y reformación de costumbres
de la gente que había de ir a esta navegación, los cuales fueron el Padre Fr. Andrés de la
33
P. Alonso de la Cruz, Ms. Tlacopac, 2, n. 15.
34
Vide nota 10. Era el más joven de los llegados en 1585; terminó sus estudios en México; prior del Carmen
de México en varios trienios; prior del Desierto de santa fe; consejero provincial, también varios trienios;
Provincial en dos ocasiones, aunque en la primer renunció a los dos años de servicio en 1608; la segunda
elección fue en 1621; dejó escritos espirituales, dos de los cuales han sido publicados.
Asunción, el Padre Fr. Antonio de la Ascensión y el P. Fr. Tomás de Aquino, religiosos
Carmelitas Descalzos de mucha virtud y letras, de vida ejemplar, tales cuales para
semejante jornada se requería.
Salió pues la dicha escuadra del puerto de Acapulco a los cinco días de mayo del año de
1602; navegóse con vientos contrarios y forcejando contra el ímpetu de las corrientes hasta
el Puerto de Navidad donde surtieron las tres naos: Capitana, Almiranta y Fragata, domingo
19 de dicho mes de mayo (1602). [25]
Detúvose aquí la escuadra en recoger bastimentos solo tres días y el miércoles 22 de mayo
salió de este puerto en busca de las islas de Mazatlán a donde llegó a 2 de junio, y pasando
adelante en su derrota, el domingo nueve de junio llegó a reconocer la tierra de Californias
y el martes 11 del corriente tomaron puerto las naos, que por ser día de San Bernabé, le
pusieron a la ría este nombre.
Descubrióse luego en la marina gran número de indios desnudos con arcos y flechas,
algunos con dardos en sus manos los cuales con gran grita y vocerío arrojando arena de la
playa a lo alto, parecían hacer señas a la gente de los navíos para que saliesen a tierra”.
Hiciéronlo así el general y muchos soldados junto con los religiosos que pusieron todo
cuidado en amansar a los indios que vinieron a la estancia donde se hallaban los españoles
y asistieron a las misas que celebraron los religiosos; trajeron muchas cosas que dieron a
los soldados, conviene a saber: pieles aderezadas de venado, de tigres y leones, capillas de
algodón y redecillas curiosamente labradas.
Estos indios andan desnudos, usan copetes donde guardan cuantas cosas les parece bien,
algunos tienen rubio el cabello, usan pintarse de blanco y negro, son afables, alegres y
agradecidos, de natural dóciles, gente de buenas entrañas35.
Después que la gente de la nao se refrescó, salió la escuadra de esta bahía, a cinco del mes
de julio y habiéndole cargado un temporal muy extraño se perdieron de vista los navíos sin
reconocerse unos a otros en mucho tiempo. La Almiranta llegó a surtir junto a la isla de
cedros a los 19 de agosto y el día siguiente salieron a tierra el almirante Toribio Gómez, el
Padre Fr. Antonio de la Ascensión y algunos soldados.
Encontraron una senda angosta y en ella estampados pies de hombres descalzos. Siguieron
este camino hasta encontrar unos juncos donde hicieron pozos y sacaron agua
proveyéndose asimismo de leña. Volvióse a embarcar la gente de la Almirante, y a los 31
de agosto descubrieron la Capitana y Fragata con grande alegría de todos, en la Bahía de la
isla de Cedros, donde saltaron en tierra y se edificó un toldo para que los religiosos dijesen
misa.
En el ínterin que se tomaba agua y leña, el general ordenó que la fragata rodease toda la isla
como se puso en ejecución y hallaron tener 30 leguas de largo, vieron grandes pinos y
cedros eminentes en las coronas de los más altos cerros y reconocieron estar poblada por
35
Diego del Espíritu Santo, Recuerdos históricos del Carmelo mexicano, México, 19
muchos indios que se asomaban por las quebradas y puertos que hace la [26] isla
amenazando con arcos y flechas a los españoles haciendo señas que se fuesen y les dejasen
su tierra.
Reconocida y demarcada la isla, volvió la fragata a juntarse con las dichas dos naos y todos
juntos salieron a los 9 de septiembre del año dicho de 1602 de la isla de Cedros”. Pero
dejemos de lado la narración de la aventura que vivieron los descubridores y primeros
viajeros de las Californias, entre los que iban tres carmelitas, pues eso nos llevaría mucho
tiempo y no nos lo podemos conceder.
Conclusión
Ahora nos preguntamos ¿Cómo contribuyeron los carmelitas a la evangelización del pueblo
de México ya que no pudieron realizar la misión? En sus manos quedó contribuir a afianzar
lo que había dado la evangelización y a elevar la espiritualidad en la práctica del pueblo.
Según el autor de la conquista espiritual de México, en este segundo momento
(aproximadamente a partir de 1572) los religiosos, como los carmelitas ayudaron a afianzar,
lo que se había sembrado en la primera evangelización. En ese campo, jugaron un buen
papel, en las poblaciones en donde estuvieron establecidos durante la colonia (casi tres
siglos), tarea interrumpida primero por la independencia, luego la expulsión de los
españoles y finalmente por las leyes de Reforma.
De las leyes de Reforma en adelante, el porfiriato, revolución mexicana y siglo XX esa ya
es otra historia que dejamos para otra ocasión.