Agricultura Incaica
Agricultura Incaica
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Índice
1Materiales agrícolas
o 1.1Herramientas
o 1.2Fertilizantes
o 1.3Los Andes
o 1.4Los Camellones
o 1.5Las Cochas
2Sistemas de riego
3Productos agrícolas
4Referencias
5Bibliografía
6Véase también
Materiales agrícolas[editar]
Herramientas[editar]
Los antiguos peruanos del Cusco, al no tener yunta por la falta de animales, para realizar sus
labores agrícolas utilizaron, el arado de tracción humana que denominaban
a tajlla o chaquitaqlla, que es un palo puntiagudo, con una punta un tanto encorvada, que a
veces era de piedra o de metal. Antes de su terminal tenía esta herramienta otro palo
transversal, el agricultor apoyaba su pie para hundirlo en la tierra y luego hacer el surco. Las
herramientas manuales incas empleadas en la agricultura no han podido ser superadas, sobre
todo cuando se trata de trabajar en las laderas andinas o en ámbitos limitados.
Fertilizantes[editar]
La importancia de la agricultura llevó a los indígenas a buscar fertilizantes para sus cultivos.
La información que poseemos sobre abonos procede de la costa y manifiesta el
aprovechamiento de recursos naturales renovables. Los principales abonos empleados son
nombrados por los cronistas y fueron usados sobre todo para la producción de maíz lo cual
confirmaría la sugerencia de Murra acerca de la prioridad de este cultivo. Un primer abono
consistía en enterrar junto con los granos, pequeños peces como sardinas o anchovetas. Una
representación de este sistema estaba pintada en los muros de uno de los santuarios
de Pachacámac donde figuraba una planta de maíz germinando de unos pececitos. El
segundo abono usado era el estiércol de las aves marinas que por millares anidan en las islas
del litoral. El recurso llamado guano se formaba por las deyecciones de las aves y los
costeños tenían por costumbre extraer el guano de las islas. El tercer recurso renovable
provenía del mantillo de hojas caídas de los algarrobos y guarangos utilizadas para mejorar
los suelos.
Los Andes[editar]
Artículo principal: Andén (agricultura)
Vista de andenes incas.
Los incas tuvieron una especial preocupación por encontrar formas para mejorar las
condiciones del suelo para la agricultura. La variedad del clima y del territorio difícil, los
llevaron a buscar soluciones diversas, y fueron muchas las formas que encontraron para
hacer frente al problema. Entre las medidas más conocidas se encuentran la construcción de
andenes, que durante el gobierno incaico se le dio una gran importancia. Aunque
demandaban movilizar grandes cantidades de mano de obra, que el estado inca podía realizar
con relativa facilidad.
Los andenes son terrazas agrícolas artificiales que sirven para obtener tierra útil para la
siembra en las laderas andinas. Permitían aprovechar mejor el agua, tanto en lluvia como en
regadío, haciéndola circular a través de los canales que comunicaban sus diversos niveles,
con esta medida evitaban al mismo tiempo la erosión hidráulica del suelo. Los andenes no
sólo servían para el cultivo del maíz, sino para el cultivo de diferentes productos agrícolas, y
aún para diferentes usos: para sembradíos, para evitar la erosión, para el lavado de la sal
mineral.
Los andenes han merecido amplias investigaciones e inclusive se trata actualmente de
reconstituirlos para beneficio de la agricultura. Ellos permiten cultivar las laderas empinadas
de las quebradas y evitar la erosión producida por las lluvias.
La tierra acarreada en los andenes después de la construcción de los muros de piedra y del
canal hidráulico que lleva el agua para el regadío desde el primer andén hasta el último, es
labrada con la chaki-taclla, típico "arado" de pie indígena que es una herramienta para
remover la tierra y para abrir huecos donde poner las semillas.
En la costa, algunos angostos andenes que carecen de agua y de canales de riego fueron
utilizados como tendederos para secar algunos productos agrícolas como el ají (Capsicum
sp.). Ejemplo de esto son los andenes que están detrás del edificio de Puruchuco en Lima.
Otros como en Carquín, cerca de Huaura, servían para secar pescado.
Los Camellones[editar]
Artículo principal: Camellón (agricultura)
Sistemas de riego[editar]
Artículo principal: Hidráulica en el Imperio Inca
Productos agrícolas[editar]
Junto con la ganadería, la agricultura fue la actividad más importante que representó la base
de la economía inca. Las poblaciones que habitaron el área andina lograron domesticar y
aclimatar una gran variedad de productos a diversas condiciones, sacando provecho de
terrenos considerados más bien difíciles para la producción agrícola. El principal producto que
cultivaron era la papa, con la cual preparaban diferentes tipos de chuño; también
otros tubérculos como la mashua, el olluco y la oca. El maíz era considerado un recurso de
tipo suntuario que otorgaba prestigio y era cultivado con fines burocráticos, militares y
ceremoniales. En la costa cultivaron el camote, frijol, etc.
Se estima que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales, entre
ellas, papas, camotes, maíz, ajíes, algodón, tomate, maní, oca y quinua.
Ganadería incaica
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Índice
1Crianza de camélidos
o 1.1Clasificación
1.1.1Domesticados
1.1.2No domesticados
o 1.2Reseña del consumo
2Crianza de otros animales
3Véase también
4Referencias
5Bibliografía
Crianza de camélidos[editar]
Los camélidos conformaban una fuente valiosa de recursos. Su carne se consumía fresca o
en charqui y chalona; con su lana confeccionaban hilos y tejidos; sus huesos, cuero, grasa y
excrementos tenían aplicaciones diversas como: instrumentos musicales, calzado, medicinas
y abono respectivamente. También eran animales preferidos para los sacrificios religiosos.
Los rebaños comunales de camélidos se encontraban al cuidado de jóvenes, cuyas edades
fluctuaban entre los doce y dieciséis años.
En zonas donde los rebaños comunales eran grandes, como la región del altiplano, a donde
los pastos estaban lejos, es probable que su cuidado haya estado en manos de un
especialista a dedicación exclusiva. Los cronistas mencionan dos nombres quechuas para los
pastores: llama michi -que Garcilaso asocia con una baja condición social- y llama camayos,
que designaba al cuidador de llamas o empleado responsable de los hatos. Los pastores
estatales respondían por los animales que se encontraban a su cargo, cuya contabilidad y
supervisión eran hechas por funcionarios designados por el Estado.
Clasificación[editar]
El jesuita José de Acosta menciona que en el Antiguo Perú se realizaba la división de los
hatos de camélidos según los colores de los animales. Había blancos, negros, pardos y
moromoros, como llamaban a los de varios colores. Además, el cronista decía que los colores
se tomaban en cuenta para los diversos sacrificios, de acuerdo con sus tradiciones y
creencias. Garcilaso de la Vega añade que en los rebaños, cuando una cría salía de color
distinto, una vez crecida la enviaban al hato que le correspondía. Esta división por tonalidades
facilitaba su cuenta en los quipus, que se confeccionaban con lana del mismo color que el de
los animales que querían contabilizar. 2
Domesticados[editar]
La llama y la alpaca eran especialmente importantes en la economía andina.
Llama: los recursos proporcionados por la llama fueron utilizados al máximo. Así,
su lana era hilada para transformarla en ropa para la gente de la sierra, pues los
pobladores de la costa utilizaban el algodón para confeccionar sus vestimentas. Su carne
era consumida tanto fresca como secada al sol y deshidratada (charqui); esto último
permitía su conservación y almacenamiento en los depósitos. Además, eran sangradas
por una vena de la quijada para preparar una comida especial con la sangre.
Los cueros eran utilizados para preparar cuerdas, sandalias y otros objetos, mientras que
su excremento seco era un excelente combustible, particularmente en las alturas donde
no había árboles para conseguir leña.
Tal vez uno de los usos más apreciados de la llama fue el de bestia de carga, ya que
podía acarrear hasta 40 kilos de peso y desplazarse fácilmente por las alturas más
empinadas. Las caravanas de llamas estaban conformadas principalmente por
machos. Para los viajes más largos, como entre el Collao y la costa, se prefería a
«machos nuevos» de más o menos dos años de edad. La recua viajaba desde la
madrugada hasta el mediodía, deteniéndose en lugares con agua y pastos. El
mantenimiento de los animales no era difícil, en vista de que no se les proporcionaba
otro forraje que los pastos encontrados en la ruta. Los animales se alimentaban
durante la tarde y rumiaban por la noche. Finalmente también eran sacrificadas como
ofrendas y sus órganos servían para leer los augurios.
Vicuña: los cronistas afirman que a las vicuñas nunca se les daba muerte. De ellas se
buscaba obtener su lana que era muy apreciada. La ropa del inca y la que sería
destinada a las ofrendas se confeccionaba de esta lana. Era cazada mediante los
chacos (cacerías colectivas) para ser esquiladas y luego puestas en libertad; así se
aseguraban que su cantidad se mantuviese. Los guanacos en cambio, eran cazados
por su carne, que era muy apreciada.
Guanaco: el camélido más difundido en términos geográficos era el guanaco, pues se
le encontraba desde los ámbitos sudecuatoriales hasta la Tierra del Fuego. Sobre los
guanacos, señala el cronista Pedro Cieza de León, se cazaban para hacer charqui,
que era almacenado en los depósitos «para alimentar al ejército». Eran cazados por
su carne, al ser esta muy apreciada.
Reseña del consumo[editar]
La visita de Garci Diez de San Miguel a la provincia de Chucuito es un documento que
proporciona interesante información con relación a la riqueza ganadera de dicha región.
De aquí sabemos que un indio del común, por ejemplo, podía poseer hasta mil cabezas
de camélidos, mientras que un señor principal podía llegar a tener hasta cincuenta mil. 3 La
ganadería ciertamente constituyó una fuente importante de riqueza en los tiempos
prehispánicos.
Los cronistas señalan que se comía la carne de todos los camélidos, pero debido a las
restricciones que existían para su matanza su consumo debió haber sido todo un lujo.
Probablemente la población tenía acceso a carne fresca sólo en el ejército o en ocasiones
ceremoniales, cuando se hacía una amplia distribución de los animales sacrificados.
En la época de la Colonia, los pastos fueron desapareciendo o empobreciéndose debido
exclusivamente a la presencia masiva de los animales introducidos por los españoles y los
hábitos alimenticios que estos tenían. El ambiente andino sufrió un cambio considerable
con los animales domésticos que llegaron con la Conquista.