Poemas de Edgar Bayley

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 39

otros verán el mar

otros verán el mar


la soledad del sueño
encenderán nuevos nombres
viajes felices al extremo de la mañana
otros tendrán secretos
olvido tolerancia
otra voz otras luces
un juego diferente
¿qué vida retendrás mientras tanto?
¿qué esperanza dirás todavía
en la calle o el bosque renacido?
¿en qué rostro o amor revivirás tu viaje?
otros tendrán la isla
conquistarán la inocencia
refundirán la noche la vigilia
el amo y el esclavo
entonces no habrá sido en vano
tanto descenso y tempestad y absurdo
tanto desprecio y lagos de sombra y brujas
tanto perdón y puerta sin llamado
entonces se amarán de nuevo de verdad
un hombre una mujer
al principio al fin del mundo
otros verán sin pausas
sin fronteras
inventarán el fuego y la confianza
¿qué día albergará tu nombre
en qué vena o qué metal
tendrá destino tu silencio?

A SER OTRO

he venido a ser otro


a ser el mismo
a entrar salir estar despierto
no quiero eternizarme en una cara
en un traspié canál en un cuidado

he venido a ser otro


a convertirme
en cal en hoy en calle
en mi enemigo
he venido a mezclarme
a estar parado
a darme a ser a no mirarme
a no decir ya está he terminado
he venido a estar a empobrecerme
a seguir con mi apuesta
entre los hombres

he venido a morir o no morir


enamorado

a partirme en cielotierra
entre dos pasos
habitando el desamor
y la alabanza

UN SENTIDO ILUMINADO Y CIERTO

digo amiga y digo lentamente


las formas del viento y la madera
digo un momento un fuego
una bondad un río una fé
un nacimiento un aire
un sentido iluminado y cierto

digo amiga con palabras con horas


con ojos con adioses
con claridad y sombras
y una estrella

y tan especial
tan solo
y verdadero
es este amor
y tan cumplido en sí mismo
tan abierto
y rico y generoso
que dejémoslo ya
sin tocarlo
mirándolo a distancia
o demósle la mano
y marchemos con él
adonde quiera
sin ver
y sin dudar
y sin cuidado.

Llego nadando
cuando alguien me escribe yo le escribo
cuando alguien me piensa yo lo pienso
cuando alguien me olvida yo lo olvido
tengo mi corazón la mano la araucaria
alianza y comunión
es mi destino

navego otra vez


este mar me lleva hacia mis bodas
brillo y oscuridad
llego nadando

Todo lo visto y vivido

todo lo visto y vivido


cabe en muy pocas palabras:
en la luz de una mañana
en un trompo saltarín
en una tarde de sol
en una silla vacía
en cada piedra y la casa

todo lo visto y vivido


fulgura
se va ocultando
tras las hojas
y entre el viento
al borde de la bahía

todo lo visto y vivido


cabe en la sal
y en la mano
de quien saluda
y me lleva
al caracol y la araña
a la verdad de este día
a mi sendero y mudanza

Certidumbre

un ladrido es un problema de garganta


de corazón más bien
es disonante en un coro de callados
concuerda con el estruendo y la violencia
¿para qué más? ¿qué otra certidumbre?
gota a gota cae el sentido
de las voces y ladridos

las cuerdas vocales han durado


en esta sonora certidumbre

Es infinita esta riqueza abandonada

Esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría


al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas
remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos
de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tú la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no importa tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
sube murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío

no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada

Decisión
partiremos la hogaza del abandono y la esperanza

para volver al acero al viejo abeto la avenida

para avanzar en el fulgor velado

porque no podemos ser ajenos a la estrella que nos une

no podemos abandonar el camino que nos marca

esa estrella

temer la batalla

seducidos por el engañoso estanque

por su falsa efímera comodidad

porque no compensa esa soledad cualquiera

el rico ahora de dos amantes reencontrados

somos nosotros y juntos quemaremos la lejana ruina

y unir nuestras bocas y cuerpos y frutos

de nuestros soles propios

de nuestras banderas silencios espumas bendecidas

nuestro amor es el único azar posible

el solo camino despierto

el único sueño que nos devora y alimenta

que nos da nombre y nos da impulso

para vencer el repecho

y vivir juntos

convencidos por fin del canto que nos guía

decididos en la esperanza en el cielo y la rosa

decididos
mi amor

decididos

Poema

cuando llegas

a la hora precisa

algo se despierta

es la hora de tu piel

de tu mediodía

el sol sigue su camino

los niños se agolpan

en los puntos cardinales

tu voz

tu puño vuelve a aclararse

dios mío

deja que por una vez sola

mi palabra ruede a la luz del día

todo es inmortal

ahora
y al viajero que llega

fatigado y tarde

le es permitido callar su nombre

comprendemos

le dicen

puedes sentarte a nuestra mesa

tanta libertad

tanta ardida mudanza

no ha sido en vano

los ojos se vuelven

a la mañana del sueño

han visto lo suficiente

en la calle

entre las sombras

en el aire

en el grito

en el pecado y la salud

han conquistado su alegría

Ni razón ni palabra

cada noche los sueños inmolan tu pena y tu culpa


de frente al olvido

a la pregunta y la canción inexcusable

es necesario empaparse herirse hundirse

buscar el estallido hasta decir: perdón no soy el mismo

pero el fuego desgrana tus razones de tierra

debes perder la luz plena

los motivos de la victoria

agrio pesado cruel

la ciudad te vuelca te vacía

corazón vacío

miseria burbujeante

no es preciso razón ni palabra

para este airado hogar

que nadie después sume su nieve o su festejo

despierto queda allí en su momento

en cambio y permanencia

en nube recia

en la libre mano

y el cabalgar del sueño

Cuando el aire
cuando el aire se puebla estoy presente

canta la puerta el fuego la esperanza

conoces tu nombre y la sangre de su sueño

la tierra donde amanece el día

cuando la luz llega canta mi silencio

es suficiente el lejano retumbar del trueno

la verde falda de la montaña

y este momento ayer mañana

es suficiente

confiar esperar

estar despierto

(De "Obras" de Edgar Bayley -Buenos Aires, 1919-1990-, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires,
1999. Este libro cuenta con presentación de Francisco Madariaga y prólogo de Rodolfo
Alonso. Asimismo, ofrece una revisión y estudio preliminar de la obra de Bayley a cargo de
Daniel Freidemberg. Incluye "En común" (1944-1949), "La vigilia y el viaje" (1949-1955),
"Ni razón ni palabra" (1955-1960), "El día" (1960-1963), "Celebraciones" (1968-1976),
"Nuevos poemas" (1977-1981), "Alguien llama" (1981-1983), "Algunos poemas más" (1984-
1990), "Otros poemas", "Poemas inéditos", "Vida y memoria del doctor Pi", "Otras historias".
También las piezas teatrales "Burla de primavera", "Farsa de Isopete y el sastre" y "Dulioto
-en cinco momentos-", y una serie de ensayos, reflexiones y relatos. También tres poemas en
honor a Bayley, uno de Enrique Molina y dos de Francisco Madariaga).

Entre un hombre y una mujer

entre un hombre y una mujer


la vida crece

y crecen las lunas

los techos

la intemperie

mientras se entrecruzan palabras halcones arañas

zigzagueos de la sombra y la espera

entre un hombre y una mujer

la pasión crece

el fulgor de una lucidez relampagueante

que traza en lo oscuro sus presagios

y cada uno teme al otro

y cada uno confía entrega una almendra al otro

y cada uno espera y dice: dios mío amor mío

y cada uno quisiera un reino azul para el otro

en cualquier parte del cielo o de la tierra

una magnolia

la arcilla

unos balcones que dan a un bosque espeso

mientras oscurece

pero el otro no sabe nada y calla

esto suele pasar entre un hombre y una mujer

que se aman

y que apenas se conocen


hasta que las caricias estallan

y se dicen todo sin decírselo

con las manos sus cuerpos

con la respiración entrecortada

la misma de la tierra toda

Los hombres y los años

a uno y otro lado de la muralla

los años quedan clausurados en su primer regazo

en los ojos abiertos hacia el amanecer

hablo de la sed y el sueño líquido del hombre

de los deseos la esperanza el insomnio en el extremo del valle

del enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes

del temblor la ronca membrana de los rieles

y el humo del poblado

hablo de los vidrios lentos a la madrugada

de la parturienta amenazando la medianoche

con sus gritos y sus cadenas puras

hablo de los fusiles y de la carne fluyente

herida

descompuesta
de las horas por llegar

de los frutos de la ternura

de los ojos digitales

mezclados a la multitud en las manifestaciones

hablo del amor adolescente

y de las ventanas del alba

de los expedicionarios perdidos

inmóviles en espera de la claridad

hablo de los niños y la demencia lindando la poesía

de la mentira la humillación las torturas renovadas

hablo de cosas simples

de las manos extendidas

gratuitas

es necesario inventar el mundo

iluminar los ojos

ver la extensión abierta a nuestro impulso

una rama en la luz

acunada por las voces de los héroes anónimos

castigada por el peso muerto de los consuelos


la alegría de las conversaciones ingeniosas

el contagio de los sentidos

el buen apetito la sed de buena ley

el olvido y la palabra absorbidos en la fronda

la siesta a ras del suelo

el debate moroso de los reptiles

el plácido quejido del pajonal

el polvo del camino ahogando las viñas

el apremio de las multiplicaciones

y el vacío irremediable

del signo viejo y nuevo

Abrir la puerta
me pregunto
y es una pregunta inmoral
si servirá de algo abrir esa puerta
que da al patio
a la tierra
al viento del mundo
a los pasos de la gente
me pregunto
si servirá de algo escribir
a estas horas de la noche
en el silencio de mi habitación
con la puerta cerrada

sería tan sencillo


me digo
abrir por fin la puerta
y asomarme y mirar
dejando que me lleven
los pasos y la sombras del camino
me pregunto si servirá de algo explicar
por qué no explico
cuando tanta palabra y confidencia
intentaron traducirme
y ponerme al descubierto
si servirá de algo abrir la puerta
me pregunto
y andar por el patio
por el mundo entre la gente
abrir de par en par la puerta
para que todo pueda cumplirse
como la hoja de un cuchillo al extremo de un puente
como la red y el roble que salvan la alegría al final del espectáculo
como el canto de las aguas y el susurro de la siesta
como la playa en sombras y el lecho infinito de los amantes reencontrados

para que todo pueda cumplirse


la luz la noche la inocencia
el nombre que pasa entre las ramas
la puerta se abrirá enteramente
se abrirá por fin la puerta
por si alguno
quiere volver a entrar o salir
o curiosear entre mis cosas
o esperarme mientras vuelvo
y si tardo y no regreso
salir al viento
y olvidarme

En El día, 1968
Luis Soler Cañás, Generación poética del 40
Buenos Aires, ECA, 1981

Fidelidad en la encrucijada

En el sol alto, sin ostentación ni impaciencia, se prolonga tu camino. Serenidad del ignorado:
Una emersión impura te salvará en cualquier hombre.

Ese relámpago que hace posible la fraternidad, tanto en la dimisión como en la inocencia y la
esperanza, es una de las propiedades de la poesía. Pero nada autoriza al poeta a darle nombre
definitivo y menos aun a convertirse en el profesional de su dicción o su descubrimiento.

Usura del alucinado. Este mundo es tuyo indudablemente. Pero sólo existe en tu
desprendimiento. El poeta, testigo de su propia existencia, coexiste con el mundo.

Todo poeta sabe que la palabra no es instrumento. Es vida con los demás. Y en común.
Soledad común. La declamación y la ortopedia de espíritu quedan a sus márgenes.
Imposibilidad, por lo tanto, el poema fabricado de acceder a la tierra de los hombres, de
alimentar su viaje.

Quehaceres de la poesía: hacer innecesaria toda justificación.


Toda ayuda menos la retórica de la pureza y la organización de los elegidos. Es preciso
intercambiar a la intemperie nuestras señales de reconocimiento con las cosas y con nuestros
hermanos.
Arriesgar la incongruencia para conocer tu realidad, la realidad de los otros. Lo más opuesto a
tu fluir propio es la adopción de certidumbres de superficie.

Finalidad de las apariencias. A mitad de camino entre la concesión y la protesta, expuesto a


todos los excesos de la ingenuidad y el cálculo, este amigo verdadero, este amante fiel, este
lúcido conocedor, es confundido a menudo con sus enemigos: el Narciso, el borracho y el
inconsecuente.

Forzosidad de una voz, de un hombre real en la encrucijada, sin desprecio ni excesiva


consideración por los márgenes. La incandescencia de la palabra -su logro mayor- es función
de los ademanes silenciosos, a menudo ignorados, del nadador sobreviviente y fraternal.
Poesía -modo de nadar, de estar presente, ajena a las retribuciones del espectáculo. Poesía
hermana en la soledad y el olvido. Poesía- esperanza viril entre los hombres.

En La vigilia y el viaje (1949-1955)


Antología personal
Buenos Aires, CEAL, 1983

El casamiento
falta poco para el casamiento
si fuera como antes no es que pretenda explicarlo no estoy contando nada un día cada uno
sabe en estos días presentarse en estas horas como si fuese cada uno cada uno para toda la
vida y saberlo te felicito ahora empieza de verdad empieza el sueño otro me vuelvo al sueño
al uno del todo
de golpe gracias
porrón rastra compañía encontré lo que buscaba
cuesta un testón el viaje el día en que te conocí me
doy cuenta a mediodía hay un momento en que todo
está bien las calles el trompo bajo la lluvia
mucho más como tus manos como la siesta
el sol castiga tus rodillas el empedrado
cuesta un testón este viaje esta medusa
ida y vuelta
a orillas del mar una amatista un ciervo
un brasero a orillas del mar
un hilocarril y luego la puerta tallada el incensario
cuesta poco subir cuesta bienteveo
miró de nuevo la calle
miró el porrón vacío
todo está igual
como en tiempos de
con olor a desinfectante
a polvos de arroz
y azúcar quemada y canela
el casamiento
mis espaldas mi juventud
me voy en serio
hay pocas oportunidades para un hombre así
el coronel que no sabía
años pasaron el lenguaje de los dioses
¿por qué te casas conmigo?
caían lentamente cada uno en la vida secreta
esperas demasiado de la obediencia de un hacha
de un arpón
falta poco para el casamiento

En Nuevos poemas 1977-1981


Antología personal, Buenos Aires, CEAL, 1983

Los desiertos reales


los desiertos reales
los mares imaginarios:
no hay palabras para elogiar a esta magnolia
tampoco hay forma de destruir las palabras
ni el oficio de florista
(guarden compostura:
en la soga de colgar se agita la flor blanca)
una tez de flores de cerezo
la última gota de sangre
los desiertos reales
los mares imaginarios
no pueden compararse a esta magnolia

En Nuevos poemas 1977-1981


Antología personal, Buenos Aires, CEAL, 1983

Me doy cuenta

ahora que viví entre dos labios


ahora me doy cuenta que no es nada
que no es nada cantar cuando se han ido
que no es nada tanto ambiguo color tanta pereza
pisar mi ambigüedad mi gallo insomne
equivocar mi bandera y mi osamenta
ahora que viví oculto abajo
ahora me doy cuenta que no es nada
mirar hacia el fondo si ha quedado
la muerte al fin trajeada de ambrosía
ahora que viajé de noche solo
y subí de un salto a la colina
ahora me doy cuenta que no es nada
pensar que mañana o que pasado
me doy cuenta claramente que no es nada
que no es nada el desamparo y la volanta
que no es nada no haber visto
haber quedado en tanto imaginar y no haber sido
ahora me doy cuenta que no es nada
ahora que miré a mi hermano cara a cara
y le vi el perdón y la pobreza
me doy cuenta claramente que su avío
que su modal su lucha se despegue
anuncian por estanques y por cuartos y burbujas
la prenda venidera el duro filamento de ser hombre

Extraído de Antología personal


Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983

Es infinita esta riqueza abandonada


esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría
al fondo de las calles encuentras siempre otro
cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas
distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza
abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha
extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos
islas remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de
todos de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tú la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no importa tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza
abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas
vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas
veces
el río llega a los dioses
sube murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío
no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza
abandonada.

Reconquista
1
esto lo digo por el flamenco y el polen
por el aire
por el viaje
que de tanto recorrer
y desandar
se me ha vuelto pan todo romero
2
si estoy o no estoy
(quimera verdad campana)
lo mismo da
para el mar y la araucaria
3
avanzan las sombras y las luces
poco a poco
en la bahía
¿estoy despierto?
¿juego mal?
¿elijo bien la flor de mi destino?
todo es igual
victoria o exterminio
igual al fondo de la gruta

4
la casa la partida
el comején la duda
y engaño altar portón estría
nada importan al topo y al orante
5
florecer florecer
una y otra vez
en la tormenta
agridulce escozor
molienda diaria
todo sirve
6
en este salir entrar
en este incendio
ni esparto ni exorcismo
ni manantial
ni cuenca taza
ni escafandra:
sin auxilios
nada más que el rumbo cierto
7
¿pero en qué ribera
hachón
o salamandra
surgirá la fe o la pregunta?
8
¡qué difícil el rostro
el ademán
la altura!
¡oh qué bueno es estar
de verdad
en todo instante
conservar el bastón en la borrasca
aventar la duda
la señal aciaga
madurar
cobijar la adormidera
inocencia y vigilia en una mano!
9
volver
entonces volver
al sueño
al mediodía
y dejar que convivan los jazmines
con los ojos de buey y los lagartos
10
dejar que un rostro oval
un piano
la sentina
surjan de improviso
en la negra muralla embanderada
11
esto veo lentamente
reconozco el monte y el camino
Al Conde de Lautremont
al que ha dejado abierta la mirada de seda del pulpo
el ojo saliente del sapo y el higo comedor de asnos
al que fue hasta el extremo de la sangre donde hierve la inocencia
y rescató la bujía del sueño y la cuerda tensa de la libertad
un cielo de cabellos mojados
una noche de alabastro
un buey rojo de alas batientes
un arriate de leña y carbón
una marsopa ocular
una ciudad resucitada
al que ha dejado abierta la herida del vampiro aullante
las garras y los órganos chupadores
los reinos flemáticos del viejo océano
las quijadas del tiburón y ls entrañas acuosas de la raya
un granero con todos los nombres del mundo a la luz de la luna
una caracola de inocencia
un encanto lúcido después de la fiebre
unas pupilas de sol naciente
un golpe de tambor al extremo del punzante azul
al que ha dejado abierta la larga cicatriz sulfurosa
la boca cuadrada de baba oscilante
la lámpara sumergida con alas de ángel
el vientre de la araña de donde emergen dos adolescentes vestidos de azul
un estallido de naipes
un lecho de ondas claras en todas direcciones
un puerto sin solapas para abordar ensueños
un alfabeto de puertas
una llama de ojos azules
al que ha dejado abierta la esperanza vencida renaciente
la sorda ciénaga la inmensa esquimosis sobre el cuerpo de la tierra
y la crueldad recorriendo como un cometa aterrador
el espacio sanguinolento
un trompo ardiente que flota en el lago a medianoche
un domador que avanza con su ojo de humo
un rosario de espejismos en una cajafuerte
un verano sin fronteras que aniquila a los guardianes
la tea de los jueves que abre todas las puertas
al que sostuvieron los vientos los arrebatos de cólera y las enfermedades del orgullo
la gota de esperma y la gota de sangre
que corren lentamente a lo largo de las secas arrugas
y el pedestal de gigantes acuáticos en el vientre vacío
un cielo en pie que almacena nuestras memorias
el amor oculto a la vera del camino
un atardecer un rastro de plumas y de hocicos
una infancia rescatada liberada extendida como una risa un zumbido un arco una espuma
un fruto un cráter un nido una aurora una rama en la constelación de nuestro sueño
porque al fin
la eternidad que brama como un mar
distante se aproxima a grandes pasos

Extraído de Antología personal


Buenos Aires, Centro Editor de America Latina, 1983

Cambio de estación

los ruidos de la calle


tan diversos
la agitación del follaje
de los árboles cercanos
el ir y venir de las hormigas
el fin del verano
ponen un orden nuevo
en el peldaño
el estribo
en la cabellera de la noche
un balcón entreabierto
la luz crece como un río
rodando por escaleras
es el primer paso del sueño
en la fogata lejana
un hombre camina solo
se detiene a ratos
observa
escucha una risa
la fiesta está por comenzar
y baila finalmente
con la mujer que lo llamaba en sueños
en la luz y el aire
y en la noche despierta
*

EL BRAZO

Entrega tu sueño
al pájaro del alba.
Tú ya no puedes penetrar el aire.
Vuelve
con los brazos abiertos,
en silencio.
No despiertes al mar.
Entrega tus tambores.
No te expliques nada,
deja al cielo la noche.
Ya es hora.
Cada recuerdo queda
con su guerrero propio.
No te expliques nada,
no pidas el rescate
ni la palabra justa.
El nido abre su piel
para alojar tu voz.
La rosa del viento
aclara tu alfabeto.
Los coros descienden
a la luz de otra luna.

Yo entrego mi temor
y la esperanza.
Toda noche vuelve
al borde del espejo.

Vuélvete,
deja tu nombre
y tu defensa.
En el claro del viento
otra palabra te sorprende.
Los árboles giran
quince años atrás.
La espesura del alba
ha cambiado los tiempos.

Abandona más todavía;


espanto,
trinos,
el agua de siete colores,
tu mano sumergida,
aquella rosa,
estos labios
y el sombrero
de los cuatro puntos cardinales.

Deja fluir tu brazo


sobre el mundo.
Nada más que tu brazo.

(de Buenos Aires, poesía, Buenos Aires, 1954)

OFICIO DE VIENTO Y SOMBRA


frente a las pruebas de la noche
coraje de prolongar con tu voz
el silencio opulento

por aquí he marchado


al alba
retenido
pasajero
entre el viento y la sombra
entre las ramas

no relegar a un mundo aparte


las donaciones del viaje

me tiendo a su costado
conozco el fluir de este camino
esta mezcla de mí mismo
de mis manos
esta ignorancia

coraje otra vez para ser


al mismo tiempo
la piedra y el horizonte
y descubrir entre los anuncios del desprecio
los indicios del sol
de un camino abierto
reconquista del mar y la intemperie

(de La vigilia y el viaje - Poemas 1944-1960, Buenos Aires, La Razón Ardiente, 1961)

MARTES DE CARNAVAL

a Jorge Souza
a Paco Urondo

lejos de helena de troya


del hotel notre dame
de hans de islandia
y del mar de hojas desiguales y motores ahogados
lejos del sombrero olvidado en la última estación
lejos de las madrugadas y los días siguientes
de las cruces y el pálido fuego
circuido por vagabundos
lejos de la sonrisa del bien perdido
de la bahía y la noche rectangular
lejos del sol piel del amor
de la eugenia posible
de la madurez esquina posible del mundo
lejos del ascenso de la incisión más bien
de la ternura a la raíz del sur
lejos del punto de vista y los párpados lentos
de algunas islas detenidas para siempre
en el corazón y en las manos
lejos de algunas calles
de algunos dolores y compromisos
de escenas a la luz de las estrellas
y de conversaciones entre caballeros
lejos del rostro
lejos del trapecista internacional
lejos de la cascada
por donde corre tu vida
lejos de los nombres
de los días sumergidos en la amistad y el amor
lejos de las líneas telefónicas
de los precios módicos y los sueldos mensuales
lejos de las organizaciones
y de las plazas a la hora del amor
lejos del insulto
del olvido y las intemperancias
de algunas trompadas y grescas
de algunos incidentes policiales
lejos de la pálida existencia
de la oscura o la brillante
lejos de la caída o el ascenso
de algunas noches en blanco
de algunas pasiones en procura de lo absoluto
de canales por donde iban tus días sin saberlo
hoy recorres las calles de tu ciudad
es un martes de carnaval
quisieras ver otra vez algunos rostros
hace unos años pasaste la treintena
y procuras dominar unas pocas palabras
desconoces el nombre del porvenir
y el horario de los trenes
tengo hijos y amigos
voy al encuentro del día siguiente
las máscaras me rodean
bebo en un viejo vaso
entro en la caravana
oh mis lecturas mis embarcaderos
abro las puertas de par en par

(de Obra poética, Buenos Aires, Corregidor, 1976)


ABRIR LA PUERTA

me pregunto
y es una pregunta inmoral
si servirá de algo abrir esa puerta
que da al patio
a la tierra
al viento del mundo
a los pasos de la gente
me pregunto
si servirá de algo escribir
a estas horas de la noche
en el silencio de mi habitación
con la puerta cerrada

sería tan sencillo


me digo
abrir por fin la puerta
y asomarme y mirar
dejando que me lleven
los pasos y la sombras del camino
me pregunto si servirá de algo explicar
por qué no explico
cuando tanta palabra y confidencia
intentaron traducirme
y ponerme al descubierto

si servirá de algo abrir la puerta


me pregunto
y andar por el patio
por el mundo entre la gente
abrir de par en par la puerta
para que todo pueda cumplirse
como la hoja de un cuchillo al extremo de un puente
como la red y el roble que salvan la alegría al final del espectáculo
como el canto de las aguas y el susurro de la siesta
como la playa en sombras y el lecho infinito de los amantes reencontrados

para que todo pueda cumplirse


la luz la noche la inocencia
el nombre que pasa entre las ramas
la puerta se abrirá enteramente
se abrirá por fin la puerta
por si alguno
quiere volver a entrar o salir
o curiosear entre mis cosas
o esperarme mientras vuelvo
y si tardo y no regreso
salir al viento
y olvidarme

(de El día, 1968. Luis Soler Cañás, Generación poética del 40, Buenos Aires, ECA, 1981)

LOS DESIERTOS REALES

los desiertos reales


los mares imaginarios:
no hay palabras para elogiar a esta magnolia
tampoco hay forma de destruir las palabras
ni el oficio de florista

(guarden compostura:
en la soga de colgar se agita la flor blanca)
una tez de flores de cerezo
la última gota de sangre
los desiertos reales
los mares imaginarios
no pueden compararse a esta magnolia

(de Nuevos poemas 1977-1981, Antología personal, Buenos Aires, CEAL, 1983)

TODO EL VIENTO DEL MUNDO

No he de volver al aire. Caminos. Caminos del libre odio, sombras, torpezas que rescatas en la
espiral. Serpiente del lanzamiento. Odio, razón de vida, vino del sueño del sueño vidente,
cosecha entre las rocas. No he de volver al aire. Condena, sospechas, abolición del hermano,
cuerpo renegado de un pan sin justicia, cielo negro, tronco hostil, heridas del alba, floración
lenta del rechazo.

No he de volver a la playa secreta ni cosecharé en la noche los frutos ocultos. Caminos del
delirio mudo. Separación. Golpes en la muralla. Ilusión taciturna de la palabra-calle de la
furia. Allí mismo, flor de la guerra, destrucción del valle, lógica del poder. Tierra de nadie,
aridez del rechazo propio. Rechazo de los otros, sangre del desamor. Dominio del cuidado.
Estrategia del desprecio. Libre serpiente, sembradora de la renuncia y la negación.

Nadie se consuela, nadie se compadece en las arenas del desprecio. Los días no colman
ninguna ternura. Con los ojos abiertos, con la memoria vacía, asistimos a la fiesta de la
destrucción. Ni ellos ni yo. No será parea nadie la patria verdadera. No serán para nadie las
linternas y la confianza. Reino de la traición, sin dudas ni dioses. Juegos del odio, milagro de
la crueldad.
Pero el viento prosigue, más allá de la humillación y la alegría, cantando la transformación de
los colores, igualando el desprecio con la esperanza, el cuidado con la inocencia. El rechazo,
al quedar solo, se hace habitable. Se establece, habla sin declamación ni cálculo.

Es mi propiedad en la arena. Es una voz al borde de la destrucción. La negación que hace un


hombre, todos, más allá del cuidado. Va a nacer del asco un rostro.

Los ojos abiertos mirarán por fin.

Alguien es finalmente para sí mismo, para los otros. La catedral del desprecio abre sus
ventanas. La libre serpiente llama, descubre. No hay caídas ni impaciencias en esta luna fría.
No hay temor en las fronteras del bosque. El reflejo cede ante el agua de la fuente.

Un nombre. Una lucidez fraternal. Un nacimiento. El mundo llega a ser un tú. Canto. Luz en
la piedra fecundada. Nos reconocemos. Luminoso cielo oscuro. Sangre del desamor
enamorada. Rostro del hermano. Admisión del sí mismo en el rechazo. Lentamente surge la
compañía de los otros. Un camino. Nos volvemos viento. Todo el viento del mundo.

(de Antología personal, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983)
Fuente: zoopat

EN COMÚN (fragmentos)

II

volvemos por horas a tantos silencios del mundo


nos despertamos para no desnudar la memoria
ninguna soledad existe
ningún eco de los ojos
unidos sobre las manos los nombres
para sostener lo mejor de cada uno

tu evidencia prolonga la tierra


tus labios halagan el sobresalto
tu alegría tu tristeza extreman la libertad de los refugios
tus puertas han desplegado sus molinos vivientes
tus palabras guardan para todos el hábito de las pupilas

esta noche acrece el curso que que te rodea

IV

lento acero interrumpe el sueño


los ojos abiertos
los labios a que llegamos los dos
un día cualquiera un vínculo cualquiera
el humo empeñoso
el roble y su apoyo más allá de los meses
un día cualquiera y el claro entendimiento
las buenas nuevas de los muros

en el ámbito del roble


en el rostro del alba
en el paso contraído de la lluvia
en la cita secreta
en la cita pública
en el comienzo y ahora
ahora
en todas las fuentes del reloj
en sus órdenes despiertas
en la hierba húmeda
y en la fría de la violencia y el arrojo del azar
nuestra libertad futura hace su nombre
y el curso de sus manos

IX

en tu misma confianza como un astro


como tus sueños alrededor de mis palabras
mis ojos no cambian
mi horizonte abre tus brazos

en los cinco días del cielo


tu confianza disuelve los ponientes

es esta claridad la que buscaba


esta rueda persuadida por el aire

(de La generación poética del 40, Buenos Aires, Ediciones culturales argentinas, 1981)
Fuente: Ignoria

DE TODOS MODOS

ella se va sintiéndose llamada


abre este sol su mano extiende
rechazo amor
una quimera

su oficio es ser de todos modos


aquí estará
su nombre sabe
nada la oculta
ni destello falaz
tormenta sol
ni la avenida

vuelve a ser furor helada fauce


presagio estrella nacimiento
aplomo y ansiedad
dulzura imprecación testigo
aquí está
para ser de todos modos

ESTADO DE SITUACIÓN

(poema inédito)

Quieres sostener en pie los pilares


de un barracón caduco.
Por el techo
y las paredes
entran el viento y el agua.
Se confunden el río y el mar cercano.
Quieres mantener sobre las olas
el muelle semihundido,
mientras el tumulto de la corriente
arrastra flores,
troncos,
un mascarón de proa.
Todos se han ido,
estás solo
en una lucha insensata.
No tienes más que una débil camisa,
un pantalón raído y una pala en la mano,
entretanto el agua supera tu cintura
y las olas grandes te voltean y sacuden;
te vuelves a levantar
y esperas tontamente la salida de la luna.
Nada queda del pueblo ya,
lo que plantaste se fue,
los amigos,
los compañeros no están;
se ahogaron los animales.
Las líneas que escribiste,
las promesas que hiciste
se ahogaron también
y,
sobre todo,
se ahogó el amor cruel,
refugiado en la copa del árbol.

(de Intramuros, n° 8, octubre 1998, Buenos Aires; Argentina)


Fuente: MundoPoesía

LOS HOMBRES Y LOS AÑOS

a uno y otro lado de la muralla


los años quedan clausurados en su primer regazo
en los ojos abiertos hasta el amanecer

hablo de la sed y el sueño líquido del hombre


de los deseos de la esperanza el insomnio en el extremo del valle
del enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes
del temblor la ronca membrana de los rieles
y el humo del poblado

hablo de los vidrios lentos a la madrugada


de la parturienta amenazando la medianoche
con sus gritos y sus cadenas puras
hablo de los fusiles y la sangre fluyente
herida
descompuesta
de las horas por llegar
de los frutos de la ternura
de los ojos digitales
mezclados a la multitud en las manifestaciones

hablo del amor adolescente


y de las ventanas del alba
de los expedicionarios perdidos
inmóviles en espera de la claridad
hablo de los niños y la demencia lindando la poesía
de la mentira la humillación las torturas renovadas

hablo de cosas simples


en las manos extendidas
gratuitas

es necesario inventar el mundo


iluminar los ojos
ver la extensión abierta a nuestro impulso
una rama en la luz
acunada por las voces de los héroes anónimos
castigada por el peso muerto de los consuelos
la alegría de las conversaciones ingeniosas
el contagio de los sentidos
el buen apetito la sed de buena ley
el olvido y la palabra absorbidos en la fronda
la siesta a ras del suelo
el debate moroso de los reptiles
el plácido quejido del pajonal
el polvo del camino ahogando las viñas
el apremio de las multiplicaciones
el vacío irremediable
del signo viejo y nuevo

(de En común (1944-1949), Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999).

ÚNICOS

la única mujer que me ha querido


el único hombre que ella ha querido
la única mujer que yo he querido
el único hombre que la ha querido
y el tiempo
el paso
y una serena piel
la u
laud
au
por siempre

(de Poemas inéditos, Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)

DE LA POESÍA

El poeta Madariaga había adquirido un haras. Con caballos de raza. Caballos de mucha
alzada, petisos, y caballitos muy pequeños obtenidos a través de sutiles entrecruzamientos y
técnicas refinadísimas. Su intención no era preparar caballos de carrera, aunque los tenía
velocísimos y muy codiciados por varios studs. Su propósito aparente era obtener nuevas
especies de caballos. Caballos que en realidad no iban a parecer caballos.
Tenía padrillos de diversas razas: enormes, silenciosos, de impresionante apostura y yeguas
ardientes, huidizas y buscadoras a la vez. Tenía peones y técnicos avezados y tenía también un
proyecto muy audaz que mantenía en absoluta reserva. Sí, había mucha actividad en ese haras
(“Don Eusebio” se llamaba).
Al término de la jornada, y tras la cena, se producían discusiones, a veces enconadas, entre los
biólogos, los zoólogos y Madariaga.
-A ustedes les falta imaginación -solía decir Madariaga-, formación literaria, les falta saber
mitológico.
-Puede ser -le respondían-, pero sabemos lo que no puede hacerse.
-No es sólo eso; ustedes no creen que sea posible ahora lo que alguna vez fue posible -insistía
Madariaga.
-Hay un límite para los cruzamientos y las hibridaciones, y, en todo caso, no están dadas las
condiciones para que aparezca un nuevo animal sobre la tierra. Además nada sabemos sobre la
clase de animal que usted pretende conseguir -le respondían.
Al llevar a este punto de la conversación, Madariaga callaba prudentemente.
El doctor Pi, que solía asistir a esas reuniones, poco a nada decía, pero lo intrigaban los planes
de Madariaga. Cierta noche en que Pi permanecía, como de costumbre, ajeno a la
conversación de Madariaga con los sabios y se dedicaba a observar los distintos objetos que
decoraban el amplio salón comedor, se sintió atraído por una porcelana.
-Una porcelana valiosa, no hay duda -se dijo.
Pero ¿por qué le había interesado tanto? Se acercó a la porcelana, la tomó entre sus manos;
era una hermosa pieza. Sin embargo, algo le decía que ese objeto lo atraía por algo más que
por su valor artístico. La porcelana tenía la forma de un centauro. Quizá fuese Quirón, el
prudente.
-Una pieza de valor, ¿verdad, Madariaga?
Este se limitó a asentir y prosiguió conversando con los sabios.
-Hasta estamos obteniendo caballos que cada vez se parecen menos a caballos: las cabezas,
especialmente, son cada vez más diferentes de las cabezas de los caballos comunes.
-¿Qué se propone usted? -preguntó el profesor Héctor Maldonado.
-Todavía es prematuro decirlo. Prosigan sus experiencias en esa dirección y luego
hablaremos.
Fue entonces cuando tomó la palabra el profesor von Krausen.
-Hemos de acompañarlo -dijo-, hasta un cierto punto de su investigación, experimento o como
quiera llamarlo. Le daremos un plazo (un mes, digamos), si al cabo de ese lapso usted no nos
confiesa cuál es el fin que persigue con todo esto, le anunciamos desde ya que no tendremos
más remedio que abandonarlo.
-Sería una lástima, una gran lástima, me vería obligado a recurrir a servicios menos eficientes
y eso lo echaría todo a perder.
El doctor Maldonado, más conciliador, se acercó a Madariaga.
-Comprenda -dijo- que no es posible que trabajemos a oscuras. Debe darnos alguna pista para
descifrar este enigma.
-Bien -contestó Madariaga-, les daré esa pista que me piden: la solución de ese enigma, como
usted lo llama, está en esta misma habitación.
Los científicos se miraron asombrados. Sólo el doctor Pi encontró en esas palabras la
confirmación de una ligera sospecha, que había surgido al observar la porcelana. Ahora veía
claro: el poeta Madariaga se proponía volver a la vida al centauro Quirón.
Nada dijo Pi al respecto. Tampoco comentó nada sobre el particular con los científicos. Otras
ocupaciones, obligaciones o vocaciones lo absorbieron. Nunca supo cómo habían terminado
esos experimentos. Pi tiene una curiosidad intensa, pero muy diversificada, por eso no
podemos saber hoy si el centauro es sólo una porcelana junto a un tapiz o ha vuelto a vivir, y
aconseja y orienta. Quizá Madariaga pueda decirlo.

(de"Vida y memoria del doctor Pi", Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)
Fuente: Otra iglesia es imposible
NI RAZÓN NI PALABRA

cada noche los sueños inmolan tu pena y tu culpa


de frente al olvido
a la pregunta y la canción inexcusable

es necesario empaparse herirse hundirse


buscar el estallido hasta decir: perdón no soy el mismo
pero el fuego desgrana tus razones de tierra
debes perder la luz plena
los motivos de la victoria
agrio pesado cruel
la ciudad te vuelca te vacía
corazón vacío
miseria burbujeante

no es preciso razón ni palabra


para este airado hogar
que nadie después sume su nieve o su festejo
despierto queda allí en su momento
en cambio y permanencia
en nube recia
en la libre mano
y el cabalgar del sueño

CUANDO EL AIRE

cuando el aire se puebla estoy presente


canta la puerta el fuego la esperanza
conoces tu nombre y la sangre de su sueño
la tierra donde amanece el día
cuando la luz llega canta mi silencio

es suficiente el lejano retumbar del trueno


la verde falda de la montaña
y este momento ayer mañana
es suficiente
confiar esperar
estar despierto

(de Obras 1919-1990, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)


Fuente: Alcanza para todos
LA VIOLENCIA

la violencia al sofocar el día


al arrojarte fuera del camino
te hace crecer por dentro un cliente helado
violencia reina de una madrugada oscura
olvido entre palabras calcinadas

estoy aquí debo comprender


decir correctamente organizar
no ceder posiciones al tumulto

debo salir cruzar no detenerme


compartir otra vez una alegría
venida del más alto corazón
entre los hombres

debo seguir cavar un nuevo surco


buscar buscar la voz del otro
escuchar extender
la morada y el aire

II

entretanto el horror
la confusión el miedo y la codicia
extendidos de costa a costa
socavan el ademán más puro
de la tierra al cielo

no sé nada
sólo veo las vías de la violencia
la fe el odio sordo del rechazo
y alguna esperanza no bien fundamentada

pero llegará un día en que las grandes floraciones del sueño


el amor resurrecto la cabellera distante del ave multicolor
el pífano del dios enmarañado y próximo
den otro rumbo a nuestra andanza
un día un día no contaminado

y el entretanto cae gota a gota


en la pulida oscuridad
(de Celebraciones 1968-1976)

UNA VOZ SOLAMENTE

Este juego tuyo


esta ventana

Puedes mirar más lejos


conversar

Otros miran por ti


aprenden
conversan con los dioses

He aprendido
he vivido
hago mi propio juego
es todo lo tengo

Humilde es el camino
del corazón del hombre
te es dado un solo juego
una voz solamente

He jugado
he mirado
es todo lo que tengo.

ALGUIEN SERÁ

es muy difícil decirlo


no es asunto de una playa desierta
o del presente o del pasado
es cosa del viento
de la voz que pasa y viene
y del rocío y del acuerdo
y la pregunta
alguien es
alguien será

ES INFINITA ESTA RIQUEZA ABANDONADA

Es infinita esta riqueza abandonada


esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría
al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos
de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tu la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no impota tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
suben murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío

no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada

(de La vigilia y el viaje , 1961)


Fuente: Otras criaturas poéticas

LLEGO NADANDO

cuando alguien me escribe yo le escribo


cuando alguien me piensa yo lo pienso
cuando alguien me olvida yo lo olvido
tengo mi corazón la mano la araucaria
alianza y comunión
es mi destino
navego otra vez
este mar me lleva hacia mis bodas
brillo y oscuridad
llego nadando

TODO LO VISTO Y VIVIDO

todo lo visto y vivido


cabe en muy pocas palabras:
en la luz de una mañana
en un trompo saltarín
en una tarde de sol
en una silla vacía
en cada piedra y la casa

todo lo visto y vivido


fulgura
se va ocultando
tras las hojas
y entre el viento
al borde de la bahía

todo lo visto y vivido


cabe en la sal
y en la mano
de quien saluda
y me lleva
al caracol y la araña
a la verdad de este día
a mi sendero y mudanza

CERTIDUMBRE

un ladrido es un problema de garganta


de corazón más bien
es disonante en un coro de callados
concuerda con el estruendo y la violencia
¿para qué más? ¿qué otra certidumbre?

gota a gota cae el sentido


de las voces y ladridos

las cuerdas vocales han durado


en esta sonora certidumbre

Fuente: Artesanías literarias


CUANDO ELLA

Cuando ella abre los ojos las horas despiertan


respiran como matas de hierba al amanecer
como pájaros en la mañana del día siguiente
cuando ella extiende sus brazos la máscara cesa
el olvido cesa las orugas reinician su marcha
cuando ella vuelve a nadar en el agua dormida
la tierra entrega sus llaves sus momentos propicios
su amapola su maíz
una lluvia de azufre una bandera en llamas
cuando ella mira a lo lejos
se disuelven las sombras y el nacimiento llega

MI AMADA ESTANQUE AZUL HUERTO CABELLOS

fulgurante viva fluvial origen buscada reencontrada


como un islote un puente una manzana un tatuaje
en la noche hendida en la marmita en la estrella marina
en la mano párpado llamado reflejo de mi amada
en forma de estanque azul
de miel
de estornino
de gota de agua
de cabellos
regresamos una y otra vez al centro del fuego
del dolor
del huerto
la distancia la desgarrada higuera
y eternamente otra y eternamente igual
en la corriente en el llanto
salitre otoño alba rota soledad escondido silencio brisa furia
años sombra desventurado niño simiente
paredes de olvido lluvia y grito y casa
roja estancia andenes
te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda noche toda celda
súbito amanecer canal del sueño
lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos
tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable
sin memoria sin nombre
abierto al dios que nos recrea
en cada espasmo de labios azules de piedras azules
en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo
desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial
por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido
pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo
y otra vez te amo soy el día cerca de tus hojas
un río una voz

También podría gustarte