Ensayo Noción Responsabilidad Civil Iii1

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ENSAYO NOCIÓN RESPONSABILIDAD CIVIL

Facilitador: José Miguel Fernández. 829 924-2013. josefernandezute.edu@gmail.com Twitter @JMCodait

MATERIA: RESPONSABILIDAD CIVIL


RESPONSABLE: ALFONSO DE LOS SANTOS PEREZ 2015-00087
AMBIENTE: 214 JUEVES 6-10
FACILITADOR: JOSÉ MIGUEL FERNÁNDEZ

INTRODUCCIÓN

En el lenguaje corriente la noción responsabilidad civil tiene diferentes acepciones,


pero aplicada al derecho significa una de las formas en que se manifiesta la coacción
de la ley, imponiendo al responsable de causar daño la obligación de su reparación. En
el siguiente ensayo para conocer de una manera más amplia vamos a indicar que
analizaremos la Noción de la responsabilidad civil, Etapas de la responsabilidad civil
dominicana; responsabilidad civil y responsabilidad penal, responsabilidad contractual,
delictual y cuasidelictual, la acción en reparación de daños y perjuirios y la importancia
de la responsabilidad civil.

Nociones sobre la responsabilidad civil

Podemos indicar que la responsabilidad, Es la obligación de reparar el daño a una


persona sea por culpa o no según el art. 1382 y ss) sea en ciertos casos determinados
en la ley, por el riesgo resultante en la actividad del responsable (accidentes de trabajo
responsabilidad en caso de motín etc.). Algunos autores la definen como la obligación
de reparar el daño a una persona por infracción a la ley penal. Esta responsabilidad se
ejerce mediante la acción penal. Es la expresión empleada para designar la
responsabilidad por el hecho ajeno, en razón de que la persona responsable no puede
en principio ser obligada penalmente.
A modo de ejemplo: el padre es civilmente responsable por los actos de su hijo menor
de edad.

La noción de responsabilidad civil de acuerdo a las lecciones de Derecho Civil


(Mazeaud) se define así:

 Una persona es responsable civilmente cuando queda obligada a reparar un


daño sufrido por otro. Es decir, esa persona responde de ese daño.

 Entre el responsable y la víctima surge un vínculo de obligación: el primero se


convierte en acreedor, y la segunda en la deudora de la reparación. Uno y otra,
fuera de su voluntad.

 Es una fuente de obligaciones que establece un vínculo obligacional entre el


responsable y la víctima, de donde resulta que el primero se convierte en deudor
del segundo, el acreedor que lo es la víctima tiene el derecho de exigirle al
deudor, que lo es el responsable la reparación del daño causado por este.

Es oportuno indicar que para que haya responsabilidad civil es necesario que haya
daño y perjuicio.

El Dr. Jorge Subero Isa, indica en su libro “Tratado practico de responsabilidad civil”
que para “comprender hacia donde quiero llevarlos es preciso abordar brevemente la
evolución por etapas que ha seguido la responsabilidad civil en nuestro país. A mi fiel y
leal entender la responsabilidad civil en nuestro país ha atravesado por diferentes
etapas que son: primera etapa, cuando el artículo 1382 del Código civil predominaba
como fundamentación del orden de la responsabilidad civil delictual o cuasidelictual;
segunda etapa, cuando el artículo 1382 se hizo transversal en toda nuestra
responsabilidad civil; tercera etapa, la responsabilidad civil objetiva, y cuarta etapa,
constitucionalizarían de la responsabilidad civil:”

Primera etapa: predominio del artículo 1382 del Código Civil. La falta como su razón
de ser.
No obstante, a que el artículo 1382 de nuestro Código Civil, que constituye el texto
básico de la responsabilidad civil, nos habla de culpa, desde los tiempos de Jean
Domat (en quien los redactores del Código Civil se inspiraron), la jurisprudencia,
doctrina, práctica y varias leyes posteriores han preferido el término falta al de culpa.
Pero de todas maneras la culpable de la existencia de la falta es precisamente la culpa.

En principio, la falta no es más que la imputación que se le hace a una persona por una
actuación u omisión o conducta que ha generado un daño no permitido por la
Constitución, por la ley o por el contrato.

En esa primera etapa el referido artículo 1382 era monopolio exclusivo de la


responsabilidad civil delictual. Se sancionaba el delito civil como manifestación del
hecho causado intencionalmente.

Segunda etapa: el artículo 1382 se hizo transversal en toda nuestra responsabilidad


civil.

Como hemos dicho anteriormente, la responsabilidad civil puede tener su origen en el


incumplimiento de una obligación nacida directamente del contrato, o derivada del
contrato.

La diferencia entre la responsabilidad civil contractual y la delictual o cuasidelictual es


importante porque la prescripción de la acción entre un orden y otro es diferente, pero
también en cuanto a la competencia para conocer de la demanda y las convenciones
de responsabilidad, entre otras diferencias.

En esta etapa la jurisprudencia comienza a flexibilizar la importancia de distinguir entre


el orden delictual o cuasidelictual y el orden contractual. Ya no es tan notoria la
diferencia entre esos dos órdenes. Pero tampoco tan importante, como sí lo era en la
primera etapa.

Tercera etapa: tendencia a la responsabilidad civil objetiva.


Recordemos que al principio establecimos que la responsabilidad objetiva es aquella
en que la falta del responsable se presume, o bien no se requiere.

A consecuencia de los fenómenos económicos, la tecnología, la ciencia médica, la


concentración urbana de la población y el aumento de los riesgos, entre otros, el
dominio de la falta como reina indiscutible de la fundamentación de la responsabilidad
civil ha ido modernamente perdiendo terreno, observándose un avance hacia la
responsabilidad objetiva, es decir, la que considera que el fundamento de la
responsabilidad no es la falta, sino el daño mismo. Que se está obligado a reparar el
daño, no porque se es culpable, sino porque ha ocurrido, porque se ha causado.

Cuarta etapa: constitucionalizarían de la responsabilidad civil:

Quiero comenzar con un pensamiento de Hernán Gustavo Drab, que a mi modo de ver
recoge fielmente el concepto de Juan Jacobo Rousseau, en su Contrato Social:

“Existe un contrato social al que todos nos sometemos y entendemos que debemos
vivir en comunidad con todo lo que ello conlleva, que es restringir nuestra propia
libertad a fin de respetar el derecho del otro. Por tanto, en pos de esa convivencia
pacífica, es necesario establecer un mínimo de límites a fin de posibilitar el ejercicio y
goce de los derechos”

La Constitución de la República ha dejado de ser un pacto meramente político para


convertirse en la fuente primigenia de todos nuestros derechos. De ellas se derivan las
garantías fundamentales que el Estado ofrece a las personas. Se pretende un Estado
Social y Democrático de Derecho.

Responsabilidad civil y penal.

Podemos decir que la responsabilidad civil ;es la obligación de resarcir que surge como
consecuencia del daño provocado por un incumplimiento contractual (responsabilidad
contractual) o de reparar el daño que ha causado a otro con el que no existía un
vínculo previo (responsabilidad extracontractual), sea en naturaleza o bien por un
equivalente monetario, habitualmente mediante el pago de una indemnización de
perjuicios. Y la responsabilidad penal; es la consecuencia jurídica derivada de la
comisión de un hecho tipificado en una ley penal por un sujeto imputable, y siempre
que dicho hecho sea contrario al orden jurídico, es decir, sea antijurídico; además de
punible. Generan responsabilidad penal todas aquellas acciones humanas (entendidas
como voluntarias) que lesionen o generen un riesgo de lesión a un bien jurídicamente
protegido por el ordenamiento jurídico

Responsabilidad Civil Responsabilidad Delictual Y Responsabilidad Contractual

El ámbito de la responsabilidad civil engloba la responsabilidad contractual y la


responsabilidad delictual o cuasidelictual. Las reglas de esta última son las reglas del
derecho común.

Entre responsabilidad delictual y contractual, no existe diferencia fundamental entre las


dos órdenes de responsabilidad. Sobre todo, la noción de culpa es la misma;
igualmente los son las reglas de la carga de la prueba. Pero existen algunas diferencias
accesorias que con frecuencia conceden un interés práctico a la delimitación de sus
esferas. Las reglas de la responsabilidad delictual son una veces más ventajosas para
la víctima y otras ocasiones menos favorables que la de la responsabilidad contractual.

La responsabilidad civil se divide en dos partes: Responsabilidad contractual;


Responsabilidad delictual o cuasidelictual.

La responsabilidad contractual; Es cuando el perjuicio resulta de la inejecución o del


incumplimiento de la obligación nacida de un contrato. Cuando un contratante no
cumple la obligación puesta a su cargo por el contrato, puede causar un perjuicio al
otro contratante, acreedor de la obligación. En ciertas condiciones, el autor del daño
está obligado a repararlo; estamos en presencia de una responsabilidad contractual.

Art. 1147.- Código civil. El deudor, en los casos que procedan, será condenado al pago
de daños y perjuicios, bien con motivo de la falta de cumplimiento de la obligación, o
por causa de su retraso en llevarla a cabo, siempre que no justifique que el no
cumplimiento procede, sin haber mala fé por su parte, de causas extrañas a su
voluntad, que no pueden serle imputadas.

La responsabilidad delictual; Es cuando el autor ha querido causar el daño, o sea si


ha tenido la intención dañar. El término de delito posee aquí un sentido muy distinto del
que reviste en derecho penal, donde designa una categoría de inflaciones. La falta
delictual se caracteriza por la intención del autor del daño, quien ha querido realizarlo.
En materia contractual, se denomina falta contractual o delito y en materia extra
contractual, falta dolosa o dolo. En materia de responsabilidad contractual, como en
materia de responsabilidad delictual: la carga de la prueba pesa unas veces sobre la
víctima, y otras veces sobre el autor del daño. El perdón de la parte ofendida respecto
a la acción penal, produce la renuncia de la acción civil si no se ha hecho reserva
expresa. 

La responsabilidad   cuasídelictual; Es si el daño causado ha sido involuntario, o


sino se ha tenido la intención de dañar, o  un daño causado por otro, que aunque
siendo ajeno, debe uno responder  por el, por algún motivo.

Cuando se trata de una obligación de medios (de prudencia y diligencia), la víctima,


para establecer la falta de ejecución, debe de probar la negligencia o la imprudencia del
deudor. Cuando el daño es obra de varias personas: la víctima puede obtener, en
materia de responsabilidad delictual y Cuasidelictual, una condena in solidum de los
coautores: uno cualquiera de los coautores, aquel contra el que se dirija la víctima,
deberá reparar por entero el daño, sin perjuicio de repetir contra los restantes
coautores; la víctima evita así soportar las consecuencias de la insolvencia de uno de
los coautores.

Finalmente, en el siguiente párrafo vamos a explicar la “importancia del problema de


responsabilidad civil”.

Podemos iniciar diciendo que todo problema de responsabilidad civil supone un daño
cuya víctima pide reparación. Ahora bien, la vida moderna es cada vez más peligrosa;
las máquinas que ponen a nuestra disposición los nuevos inventos, para desenvolver
nuestra actividad (equipos industriales, medio de transporte, etc.), son fuerte de daños
cada vez más numerosos. Los pleitos por responsabilidad civil, relativamente raros
hace medio siglo, se amontonan hoy en los estrados de los tribunales.

Esa multiplicación de las acciones de responsabilidad civil: es tanto mayor por cuanto
antaño era lo más frecuente que la víctima de un daño no buscara un responsable. No
existe ahí el simple resultado de un cambio de mentalidad, sino también la
consecuencia del desarrollo de los seguros por responsabilidad. El número de pleitos
iniciado por las víctimas, la magnitud de las indemnizaciones que obtienen, incitan a las
personas cuya actividad es susceptible de causar perjuicios, a asegurarse contra las
consecuencias de su responsabilidad eventual.

Entre las causas de la multiplicación de las acciones de responsabilidad, hace falta


citar además la ayuda aportada a las víctimas por la jurisprudencia: los tribunales han
formado elásticas las reglas del código; y han incitado así a las víctimas a demandar
reparación.
Se formaría uno, por otro lado, una idea inexacta del ámbito de la responsabilidad civil
si se imaginara que se halla limitado a los accidentes. Otros daños más pueden afectar
a una persona. El vendedor que entrega con retraso la cosa vendida puede causar un
perjuicio al comprador. El escritor que ofende una reputación, causa un daño la lista de
los daños es, por desgracia, infinita. Todos ellos plantean un problema de
responsabilidad civil.

Los tribunales han tenido que resolver, con ayuda de esos textos legales, los
problemas más modernos (accidente de automóviles, daños causados por la
electricidad, etc.).

 Se explica así que los manuales de derecho civil que, todavía hace pocos años, no
dedicaban sino algunas páginas a la responsabilidad civil, le conocieron hoy amplio
lugar, y que varias obras se hayan consagrado a su estudio exclusivo. Comprueban
que las mayorías de las víctimas son asegurados sociales. El accidente que les
sobreviene les otorga, pues, el derecho a las prestaciones de la seguridad social. ¿Hay
que concluir diciendo que ya no existe problema de responsabilidad? En modo alguno.

El problema cambia de enfoque, sencillamente. En efecto, la seguridad social demanda


al autor del daño para el reembolso de las prestaciones que ha abonado. Si el perjuicio
es superior a ésas prestaciones la víctima tiene una acción por el resto. La situación del
autor del daño no se ha modificado, por lo tanto: sigue siendo responsable, y su
responsabilidad se encuentra sobre las mismas reglas que si fuera demandado
directamente por la totalidad por parte de la víctima.

CONCLUSIÓN

Al principio de este ensayo iniciamos diciendo que “la noción de la responsabilidad civil
tiene diferentes acepciones, pero aplicada al derecho, significa una de las formas en
que se manifiesta la coacción de la ley, imponiendo al responsable de causar daño la
obligación de su reparación.” Y es la obligación de reparar el daño a una persona sea
por culpa o no según el art. 1382 y ss) sea en ciertos casos determinados en la ley, por
el riesgo resultante en la actividad del responsable (accidentes de trabajo
responsabilidad en caso de motín etc.). Algunos autores la definen como la obligación
de reparar el daño a una persona por infracción a la ley penal. Esta responsabilidad se
ejerce mediante la acción penal. Es la expresión empleada para designar la
responsabilidad por el hecho ajeno, en razón de que la persona responsable no puede
en principio ser obligada penalmente.

Por los antes indicado podemos resumir esta conclusión diciendo que la
responsabilidad mira el pasado no el futuro, vale decir, los medios de resarcimiento se
refieren al defecto ya producido y no pueden convertirse en un mecanismo de política
judicial. Pese a ello, el ciudadano tiene el derecho a no soportar en su patrimonio los
defectos estructurales de la justicia, la cual es probablemente la más importante
función que debe cumplir el Estado frente a los particulares».
Es oportuno señala el art. 2284 del C. Civil que: Cabe advertir que uno y otro se
diferencian por un elemento psicológico "Intencionalidad". Delito, intencionalidad,
malicia, dolo art. 44 C. civil. Cuasidelito, culpabilidad y perjudicial. Cotidianamente hay
mayor daño por culpabilidad que por intencionalidad, por lo que la responsabilidad es
cuasidelictual.

Además, se entendió que esta responsabilidad contractual proviene del incumplimiento


de un contrato y consiste en tener que indemnizar los perjuicios resultantes de la
infracción.

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