Esteban Barroso
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UNLP
Fichas de lectura
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Material elaborado para la Cátedra Metodología de la Investigación Histórica (Metodología I), FaHCE-
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Precisamente, las fichas de lectura tienen como una de sus principales utilidades, el
permitirnos evitar al menos una parte de estos inconvenientes. Para cada texto que leamos,
debemos hacer una ficha. ¿Qué incluimos en ella? Según Eco (1993:87), “resúmenes,
juicios, citas; en resumen, todo lo que pueda servir para la utilización del libro leído en el
momento de la redacción de la tesis”, o, en nuestro caso, del proyecto de investigación.
La frase clave aquí es “todo lo que pueda servir” del texto en cuestión, para realizar el
proyecto. Mejor dicho, todo lo que crean, supongan, que pueda servir. Antes o durante
los momentos de lectura, debemos intentar preguntarnos, ¿Qué aspectos del textos me
convendría mirar más detenidamente?
Y con respecto precisamente a esta pregunta, no existe una sola respuesta, ni una sola
estructura o modelo de ficha de lectura posible. Eco propone incorporar en cada ficha lo
siguiente: indicaciones bibliográficas precisas, datos sobre el autor, resumen del texto,
amplias citas, comentarios personales sobre el texto. Sautu y Sautu y otros, en cambio,
sostienen que cada ficha debe incluir los objetivos del estudio, los conceptos y
proposiciones teóricas, la metodología utilizada, y un análisis crítico del texto en cuestión.
Los “modelos” de fichas planteados por estos autores son, por lo tanto, bastante
diferentes. Ahora bien, más allá de ello, quisiera remarcar algunos de los beneficios que
posee hacer una ficha de lectura, especialmente teniendo en cuenta lo propuesto por Sautu
y Sautu y otros. Estas fichas no solamente ordenan el proceso de lectura, permitiéndonos
tener un registro escrito de algunos de los aspectos centrales de cada uno de los textos
leídos. Si de cada uno de los libros o artículos que decidamos utilizar, hacemos una ficha,
incluyendo en ella los objetivos, el marco teórico o conceptual y la metodología, al
finalizar del proceso nos encontraremos con un compendio de objetivos, marcos teóricos
y metodologías relacionadas con nuestro tema de investigación. Demás está decir que
esto nos puede ser de mucha utilidad para poder afrontar de la mejor manera posible las
restantes etapas de la elaboración de nuestro proyecto. Analizando los objetivos
propuestos por los autores leídos, por ejemplo, podemos estar en mejores condiciones
para confeccionar los propios. Además, hasta podríamos ver, dentro del tema de
investigación que elegimos, qué objetivos se privilegiaron, y cuales otros recibieron
menos atención. ¿Por qué recibieron menos atención? ¿Podría nuestra investigación
centrarse en alguno de ellos? Algo similar se puede hacer en relación con las
metodologías y los marcos conceptuales.
Pero la confección de estas fichas también puede ser de mucha utilidad a la hora de
escribir el estado de la cuestión, y de realizar un análisis crítico de la bibliografía
abordada. Con respecto a lo primero, el estado de la cuestión es un repaso de las obras
existentes sobre el tema de investigación elegido. Pero esto no implica solamente colocar
una debajo de la otra a cada una de ellas, sino que es necesario analizarlas críticamente,
hacerlas dialogar entre sí, y agruparlas utilizando algún criterio. Las fichas nos pueden
ayudar a lograr esto. Por ejemplo, es probable que, luego de analizados y fichados varios
textos, descubramos que si bien se proponen objetivos similares, utilizan metodologías
diferentes, y llegan a conclusiones también distintas. Esto nos facilitaría el poder
relacionar los textos a la hora de escribir el estado de la cuestión. Y con respecto a lo
segundo, identificando en cada texto todas las cuestiones recién mencionadas, es muy
posible que estemos en condiciones de encontrar posibles cuestiones problemáticas. Es
posible, por ejemplo, que en una obra no todos los objetivos planteados en un principio
sean efectivamente desarrollados o cumplidos, o que la metodología no sea la más
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indicada teniendo en cuenta los objetivos planteados. De esta manera, haciendo esto,
estaremos en mejores condiciones para poner a prueba la coherencia interna de los
estudios abordados, y por lo tanto, de poder analizarlos críticamente.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, a continuación se propondrá un modelo o estructura
de ficha de lectura, en base fundamentalmente a lo desarrollado por Sautu y Sautu y otros.
Se desarrollara una breve descripción de cada uno de los apartados que se cree debe
incorporar una ficha como mínimo para que resulte de la mayor utilidad posible, y se
incorporaran también ejemplos a modo de ilustración. Dichos apartados son:
- Referencia bibliográfica.
- Objetivo general.
- Objetivos específicos.
- Breve resumen.
- Marco conceptual.
- Metodología.
- Análisis crítico/comentarios personales.
Lógicamente, y como ya quedo dicho, este es solo un modelo, de muchos posibles. El
objetivo principal de la ficha es que sea de utilidad para poder afrontar de la mejor manera
posible la elaboración del proyecto de investigación. Por lo tanto, podrían agregarse a
este modelo otros apartados, destinados, por ejemplo, a transcribir citas que se consideren
importantes, o datos del autor. Si se considera que estas cuestiones pueden resultar de
utilidad, sería recomendable incorporarlas. Lo que no sería conveniente, sin embargo, es
desarrollar la ficha como un texto de corrido, sin ningún tipo de estructura. Lo más
recomendable es poder tener en cuenta los apartados arriba propuestos, e intentar
completarlos a todos a partir de la lectura del estudio fichado. Como esto no es una tarea
sencilla, a continuación se hará una breve descripción de cada uno de ellos.
b- Revistas.
Una de las características principales del citado de artículos de revistas, es distinguirlas
apropiadamente de los libros. Para eso, su título no se escribe utilizando cursivas, sino
entre comillas. Solo la revista se escribe en cursiva. Además, es importante especificar
no solamente el año de su publicación, sino también el número de la revista, el número
de páginas, y, de existir, la serie o volumen a la que este número pertenece. Este es un
ejemplo de citado de artículos de revistas:
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De esta manera, al ver la presencia del (ed.), podemos saber que el libro es una
recopilación o colección de diversas obras de varios autores. Ahora bien, si lo que
deseamos es citar uno de los textos incorporados en libros de este tipo, la cita seria como
la que sigue:
Nicolosi, Alejandra Pía, “Crisis social e información televisiva en los sucesos del 20
de diciembre de 2001. El caso de Todo Noticias y Crónica TV”, en Alfonso, Alfredo
(ed.), Imágenes de la crisis en Argentina, La Plata, EDULP, 2007, pp. …
Ahora bien, ¿Qué pasa si lo que estamos leyendo forma parte de una obra colectiva de
varios tomos? En este caso, debemos citar tanto el texto particular que estamos leyendo,
como la obra general a la que pertenece, incluyendo el tomo particular en el que se
encuentra, y, de ser posibles, el número de páginas correspondiente:
e- Obras inéditas.
Con ello se hace referencia a las tesis, manuscritos y similares. Este podría ser un
ejemplo:
Estos no son todos los tipos de obras existentes, pero sí muy probablemente son con
los que más usualmente podemos toparnos. Ahora quisiera abrir un pequeño paréntesis,
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y decir alguna cuestión más con respecto a las normas de citado. Vimos las formas
correctas de realizar la referencia bibliográfica de un texto, y con esto seguramente sea
suficiente como para realizar el encabezado de una ficha de lectura. Ahora bien, a la hora
de realizar el proyecto de investigación, será necesario citar las diferentes obras utilizadas.
Siguiendo nuevamente a Eco, podemos decir que existen dos formas de citar:
a- Con llamado y envió a la nota.
b- Con el nombre del autor y fecha de publicación de la obra, todo entre paréntesis.
Mediante el primer sistema, cuando citamos a otro autor, textualmente o no,
abrimos un llamado que nos remita a una nota al pie de página, o al final del
capítulo/libro. Veamos el siguiente ejemplo, extraído del citado libro de Eco:
Estamos de acuerdo con Vásquez cuando sostiene que «el problema que
examinamos está lejos de ser resuelto»3 y, a pesar de la conocida opinión de Braun,
para quien «las cosas han quedado definitivamente claras en lo que respecta a este
viejo problema»,4 estamos de acuerdo con nuestro autor en que «queda mucho camino
por recorrer antes de alcanzar un nivel de conocimiento suficiente».5
3. Roberto Vasquez, Fuzzy Concepts, Londres, Faber, 1976, pág. 160.
4. Richard Braun, Logik und Erkenntnis, Munich, Fink, 1968.
5. Vasquez, op. cit., pág. 161.
Vemos aquí que en la nota número 5 se utiliza “op. cit.” (Que significa, “en la obra
citada”) para no repetir el libro de Vásquez ya citado en la nota 3. Si la frase hubiera
estado en la misma página, se hubiera podido colocar “Vásquez, ibídem”, que significa
“en el mismo lugar”. Si bien en el ejemplo aparecen solo citas textuales, lo mismo se
puede aplicar en el caso de citas no textuales, con la excepción de que en este caso no se
deberían aclarar al final de la cita el número páginas. Nótese también que las notas pueden
ser más simples que la referencia bibliográfica. Puede, por lo tanto, no incluirse la
información correspondiente a la edición, o a la existencia de traducciones. Esta
información, sin embargo, si debe aparecer en el apartado final del proyecto de
investigación correspondiente a la bibliografía.
El otro sistema de citado mencionado por Eco puede suponer algunas ventajas,
especialmente si debemos incorporar en el proyecto una cantidad importante de citas.
Mediante él, cuando deseamos realizar una cita, solo incorporamos el nombre del autor,
el año de publicación del libro, y la o las paginas correspondientes. Veamos algunos
ejemplos de diferentes situaciones que pueden aparecer:
1- Hace ya varios años Francoise Collin (1995:158) sostuvo que “la ausencia de las
mujeres en la historia significa más su evicción del poder que su falta de actividad:
lo que ellas producen y realizan, en el marco general de la dominación, no les
reporta reconocimiento alguno”.
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Estas son tres de las situaciones que se pueden presentar. En la primera, el nombre de
la autora aparece mencionado en el texto, por lo que la cita solo debe incluir, a
continuación y entre paréntesis, el año de publicación del texto en cuestión, y la página
de la que se extrajo la cita textual. En el segundo, en cambio, como el nombre del autor
no aparece mencionado, se lo coloca entre paréntesis conjuntamente con el año de
publicación. Véase que, a su vez, como no se trata de una cita textual, no se coloca el
número de página. Por último, en el tercer ejemplo, se ve cómo se pueden citar varias
obras a las que se hace referencia. Indudablemente, esta forma de citar debe
complementarse con la elaboración de un apartado final destinado a la bibliografía, que
contenga toda la información indispensable para hallar el texto. Como la cita incorpora el
apellido del autor o autora y el año de publicación, en la bibliografía debe colocarse dicho
año no al final, sino luego del nombre. Véase el siguiente ejemplo:
Por último, si se desean usar dos estudios realizados por un autor o autora el mismo
año, se agregan luego del año letras (1995a, 1995b, 1995c…) tanto en la cita como en el
apartado de bibliografía.
2. Objetivos.
- Los objetivos son aquello que el o la autora quieren analizar, descubrir, observar,
a la hora de efectuar su investigación. Pueden definirse como aquello que
específicamente desea conocer, y por lo tanto, investigar. No confundir con el
propósito más amplio que puede tener, con sus motivaciones personales, ni con el
campo más amplio en el que incluye su investigación.
- El objetivo general debe encuadrar, abarcar, incluir, a los objetivos específicos, y
estos se deben derivar de aquellos. Objetivos generales y específicos, por lo tanto,
deben estar vinculados.
- Posiblemente estén en el apartado introductorio del texto analizado.
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3. Resumen/contenido/análisis/conclusiones.
- Intentar incluir en este apartado todo aquello que dice el autor/a en el texto fichado,
que crean que les pueda resultar de utilidad para avanzar en su proyecto de
investigación.
- No necesariamente debe abarcar todos los temas tratados por el autor/a.
- Pueden incluir en este apartado citas textuales, siempre marcando la página de la
que las extrajeron.
- Según Sautu et. Al (2005:34) “El marco teórico constituye un corpus de conceptos
de diferentes niveles de abstracción articulados entre sí que orientan la forma de
aprehender la realidad. Incluye supuestos de carácter general acerca del
funcionamiento de la sociedad y la teoría sustantiva o conceptos específicos sobre
el tema que se pretende analizar.”
- Como dice Sautu ( :26) “no es necesario copiar, aunque si leer, todos los conceptos:
es suficiente con indicar en nuestra ficha la ubicación de las definiciones y los
contenidos del articulo o libro. Sí es muy importante establecer cómo se relacionan
los conceptos entre sí; esto permite conocer qué elementos privilegia el autor y
como aborda el tema”.
- En ocasiones, el marco conceptual no aparece explicitado de un modo claro en el
artículo/libro a fichar, pero sí puede ser reconstruido a partir de lo que sostiene su
autor/a.
- Prestar atención a qué conceptos teóricos utiliza, cómo los define, de qué manera
aparecen vinculados, qué nivel de abstracción poseen, y como operan dichos
conceptos a lo largo del libro/artículo analizado. Es posible que sean nombrados y
desarrollados en la introducción, pero que luego se diluyan en el resto de la
investigación, paro luego reaparecer en la conclusión sin retomar lo desarrollado
previamente.
5. Metodología.
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