El Mundo Antiguo. Actividad

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Consigna de Trabajo

1. Realice una lectura atenta del capítulo “El mundo antiguo visto desde abajo”, del
libro “Mundo Antiguo”, de Jerry Toner.

2. ¿Quiénes son considerados gente “corriente” en la Antigüedad?

El término “corriente” hace referencia a distintos grupos sociales en el que están


inmersos individuos muy heterogéneos, y constituyen la gran mayoría, es decir, entre un
noventa y cinco y noventa y nueve por ciento de población. Entre ellos se encuentra a
los jornaleros (trabajaban en la construcción de la ciudad o vivían humildemente en el
campo); los campesinos (dedicados a la cultivación de múltiples explotaciones rurales),
artesanos y pequeños comerciantes (ofrecían diferentes utensilios para la vida
cotidiana); artistas callejeros y narradores orales (brindaban servicios de
entretenimiento); adivinos, hechiceros y astrólogos (brindaban soluciones a problemas
religiosos). Entre esta gente “corriente” se encontraban las esposas e hijos de esos
hombres, y también estaban los esclavos y los caídos en desdicha, que vivían en
indigencia.

3. ¿Los textos clásicos reflejan la cotidianeidad de las clases populares y marginados?


¿Qué aporta a la comprensión del pasado la perspectiva de estos grupos?

Según Jerry Toner, se puede afirmar que los textos clásicos no reflejan la cotidianeidad
de las clases populares y marginados, simplemente lo que se ha hecho sobre estos
grupos son escritos muy superficiales e inclusive con un tinte despectivo, sin importar
que la gran masa de la población estaba constituida por esta gente. Los autores antiguos
consideraban que no era necesario documentarla. Por lo tanto, poner el foco en ellos
implica investigar un conjunto renovado de documentos y, a su vez, hacerlo de forma
inédita, es decir nueva y original, ya que se ha dado a conocer poco y nada sobre estos
grupos. Esos documentos pueden ser: fábulas, libros de chistes, oráculos, pinturas y
diversas representaciones visuales; que permiten comprender el mundo de la gente
“corriente” y por lo tanto tener otra mirada sobre ellos. Se puede comprender que su
mundo no estaba lleno de miseria, muertes y pobreza, sino que había todo tipo de
actividades que les permitía socializar e interactuar con distintas personas y pasar ratos
agradables, por ejemplo en los lugares de ocio: tabernas, tiendas de vino, asistir a
representaciones teatrales o reproducciones callejeras (grafitis, narradores orales), entre
otros. Sumado a esto, es fundamental no solo quedarse con lo que escribe la élite y
poder ver a las ciudades antiguas como un “todo” donde la mayoría de la población está
conformada por la gente “corriente”.

4. Describa su situación económica.

Según el autor, la situación económica de la gente corriente del mundo Antiguo era muy
inestable, y su mayor problema era la incertidumbre económica. Plantea que estaban
inmersos en una “pobreza artificial”, ya que adquirían dinero como para llevar un nivel
de vida básico, pero no mucho más que eso, y por lo tanto la pobreza siempre estaba al
acecho. Inclusive el grupo social que era considerado clase media en esa época (por
ejemplo, artesanos que vivieran de la renta) siempre estaban bajo la amenaza de
empobrecerse.

Una de las principales causas de esta fragilidad económica era la incertidumbre


climática, por ende nunca se sabía cómo iba a culminar la cosecha. Para las personas
que no poseían recursos de emergencia o no diversificaban sus fuentes de ingresos,
perder una cosecha podía ser catastrófico. Cuando esto ocurría el precio de los
alimentos aumentaba y había menos dinero para gastar, implicaba un empobrecimiento
generalizado.

5. Describa las condiciones de las viviendas y de la vida urbana.

La gente que con sus ingresos podía pagar el costoso alquiler que suponían las modestas
habitaciones de las ciudades antiguas, vivían en bloques de viviendas. Sin embargo, la
mayoría de la población posiblemente viviera en barrios de chabolas (según la RAE, es
una vivienda de escasas proporciones y pobre en construcción, es decir, con materiales
de mala calidad), o simplemente, donde encontraran para refugiarse. En este tipo de
viviendas vivían hacinados, dicho de otra forma, eran lugares donde se concentraba una
multitud de individuos; no poseían cocina ni calefacción.

La vida urbana en las ciudades antiguas se hacía fuera de la casa. Estar en el hogar y
disfrutar de los placeres de estar en la intimidad hogareña era un privilegio reservado
para la gente con dinero y la élite. Por lo tanto, la gran masa salía a la calle: al mercado,
a la peluquería, a la taberna, a la tienda de vino y a los baños

6. ¿Existían el ocio o los pasatiempos? Justifique su respuesta.

El ocio y los pasatiempos sí existían en la antigüedad. El autor plantea que las tabernas
y las tiendas de vino jugaban un papel importante en la vida social de estas personas,
debido a que las tabernas les ofrecían un lugar barato y accesible donde conseguir
comida caliente y vino. A su vez, brindaban distracciones como música, prostitución y
juegos de azar. A este tipo de lugares frecuentaba la mayoría de la población, inclusive
los esclavos. Sin embargo, la clase alta consideraba estos sitios despreciables, al que
concurría la gente vulgar.

Los lugares de ocio podían ser: las tabernas, las tiendas de vino, representaciones
teatrales, producciones callejeras, carreras de carros, dibujar tableros de juegos en el
suelo. Esto evidencia que la gente corriente contaba con una gran gama de maneras de
entretenerse.

7. ¿Cuáles eran las condiciones o comportamientos apreciados positivamente por los


romanos? ¿Y los negativos?

Los romanos tenían una concepción sobre las condiciones y comportamientos positivos
y negativos completamente diferente a los actuales, y estos se ajustan, por supuesto, al
contexto social, económico, cultural y religioso. Teniendo en cuenta esta afirmación, se
puede decir, que la práctica de abandonar a los bebés no deseados era conocida como
“exposición” y funcionaba como una forma aceptable de anticoncepción posparto. Es un
comportamiento considerado positivo por los romanos, ya que le daba una posibilidad
de sobrevivir al niño. Pues muchas veces eran recogidos por familias que no podían
tener hijos o que ya habían muerto. También, podían ser recogidos por traficantes de
esclavos, que criaban a los niños para luego venderlos.

En la antigüedad el humor negro y la burla tenían rasgos positivos, consideraban que el


humor reforzaba la moral del grupo. Los hombres “corrientes” debían ser bastantemente
curtidos como para soportar reírse de las burlas hacia su propia persona, aunque la burla
fuese una forma de interacción agresiva y controvertida.

8. ¿Cómo eran vistas y tratadas las mujeres romanas?

El mundo romano era muy machista y esto se refleja en los grafitis (según la RAE,
firma, texto o composición pictórica que se realiza en una pared) que han perdurado en
el tiempo. La mayoría recogen una visión machista del mundo antiguo en el que las
mujeres romanas quedaban relegadas al hogar, bajo la intimidación del hombre,
guardadas como un “trofeo”. A su vez estos grafitis dan cuenta del peligro que corrían
fuera del hogar; exhortaban a los “machos” a violarlas con este tipo de frases: “Que el
amor haga arder en una montaña solitaria al que quiera violar a mi novia”.

Cabe destacar que en aquella época había una mirada diferente de la sexualidad con
respecto a la de hoy en día sobre lo que es aceptable o normal. Teniendo en cuenta esta
afirmación, lo normal en la antigüedad era que un hombre buscase penetrar a cualquier
otro ser humano que le pareciera atractivo: hombre, mujer, niña o niño. Ser hombre
significaba estar en la cúspide en todos los sentidos.

El matrimonio era casi universal, sin embargo, quien decidía todo sobre él (con quién se
casaba, cuándo y demás) eran los padres de las jóvenes, ellas solamente podían opinar.
Surgían matrimonios “arreglados” en los que no interesaba si la mujer estaba de acuerdo
o no, o si había o no amor de por medio. Por lo tanto, generalmente, eran abusadas
sexualmente y maltratadas físicamente. La concepción de violación dentro del
matrimonio no existía para los romanos.

Hay cierta naturalización de patrones en el imaginario colectivo que una mujer debe
seguir dentro del matrimonio, estos las convierten en “buenas esposas”, y establece lo
que se espera de ellas. De las esposas se esperaba que fueran obedientes a sus maridos,
y la violencia doméstica sería frecuente y normal. En esa época se pensaba en el
certificado de matrimonio como un documento que las convertía en esclavas; y los
esclavos no eran insolentes ni se rebelaban para con sus amos.

De las mujeres también se esperaba que se comportaran en la cama, es decir, la esposa


debía entregarse al marido de buena gana, sin reclamar, completamente sumisa. Por
ende, en un contexto así las mujeres no pudieran expresar sus verdaderos sentimientos,
no tendrían voz. Era usual que los esposos fueran infieles con prostitutas e inclusive con
esclavos si les apetecía, el autor desconoce el pensamiento de estas mujeres con
respecto a estas situaciones. Sin embargo, plantea que la mayoría deberían permanecer
sin quejarse aunque no estuvieran de acuerdo.

De las mujeres jóvenes, la sociedad exigía que controlaran sus emociones en público y,
probablemente, también en privado. El autor plantea que esta cuestión sería como un
tipo de entrenamiento para los papeles emocionales que deberían cumplir en la vida
adulta.

9. ¿Cómo se valoraba la infancia?


La infancia era valorada completamente diferente de cómo se hace en la actualidad. La
actitud de los antiguos hacia los niños era mucho menos sentimental, y consideraban
que eran una inversión sumamente costosa y una clase de pensión para la vejez, ya que
podrían trabajar para ayudar los padres. La educación no estaba presente en la vida de
los niños, ya que era muy costoso, por lo tanto era un privilegio al que muy pocos
podían acceder. Eran mandados a trabajar a muy temprana edad y no se hacía diferencia
entre niño o niña, todos estaban destinados a esa vida. El maltrato físico extremo,
“palizas”, y el abuso sexual hacia niños y niñas posiblemente fuera rutinario y no sería
visto como algo fuera de lo normal. Inclusive algunos niños eran criados con el
propósito de que cuando crecieran fueran a mendigar, a trabajar, o eran vendidos como
esclavos.

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