CÓDIGO

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CÓDIGO NOMBRE

100071338 DIANA PAOLA CABEZAS QUIÑONES

ACTIVIDAD: 1

BIOGRAFIA DE MAX WEBER

Max Weber nació en Erfurt ciudad de la land alemán de Turingia, en 1864, en una familia
burguesa adinerada. Desde pequeño mantuvo una vinculación con la política, ya que su
padre había sido miembro del Parlamento alemán. Por ese motivo, fue frecuente para él
encontrarse en su propia con las figuras más influyentes de la intelectualidad alemana de
la época.

Max Weber es considerado una de las grandes figuras intelectuales de los siglos XIX y.
Mantuvo una incesante curiosidad por diversas disciplinas, como el derecho, la economía
y la historia. Su trayectoria académica e intelectual le han situado como uno de los padres
de la sociología. Uno de sus objetivos fue descubrir cuáles fueron las condiciones
culturales que permitieron el desarrollo del capitalismo. Hoy su pensamiento mantiene
sigue influyendo en multitud de disciplinas.

Max Weber se matriculó en la Facultad de Derecho y estudió en las ciudades de


Heidelberg, Berlín y Gotinga. Sin embargo, su gran pasión siempre fue la historia, materia
que cultivaba de forma paralela. También se interesó por economía, la filosofía y la
política.

Mientras trabajaba en su tesis fue creciendo su interés por la política social


contemporánea. Fruto de este interés, en 1888, se unió a la Asociación Profesional de
Economistas Alemanes. Esta entidad fue pionera en el uso de estudios estadísticos a
gran escala en el análisis económico.

Finalmente, en 1889 obtuvo el doctorado por la Universidad de Berlín. Su tesis se tituló


«El desarrollo del principio de solidaridad y los activos especiales de la empresa de
comercio abierto de las comunidades familiares y comerciales en las ciudades italianas».
En 1890 realizó un trabajo sobre la denominada ‘cuestión polaca’. El objetivo era analizar
el movimiento de trabajadores extranjeros al campo de Alemania Oriental. Un fenómeno
que se daba al mismo tiempo que los trabajadores del campo locales se trasladaban a las
ciudades. Este estudio fue elogiado como una de las grandes obras de la investigación
empírica.

En el apogeo de su carrera, en 1897, después de haber obtenido la cátedra de economía


política en dos universidades alemanas (Friburgo y Heidelberg) se vio afectado por una
grave depresión a causa de la muerte de su padre. Con su esposa, emprendió numerosos
viajes a lo largo de Europa. Hasta 1902 no fue capaz de retomar su actividad intelectual y
docente. Durante este período escribió algunos ensayos sobre la metodología de las
ciencias histórico-sociales. Por ellos, se le considera uno de los fundadores de la
sociología.

Del belicismo a la República de Weimar

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, Max Weber aceptó los argumentos para la
justificar participación alemana en el conflicto. De hecho, se desempeñó como director de
los hospitales militares de Heidelberg. Sin embargo, con el desarrollo de la contienda,
acabó por abrazar las tesis pacifistas. Cuando acabó el conflicto volvió a enseñar con
una cátedra de Economía, primero en Viena y en después en Múnich. En la capital bávara
dirigió el primer instituto universitario de sociología en Alemania. También jugó un
importante papel al contribuir a la redacción de la nueva Constitución del país. De ella
nacería la conocida como República de Weimar.

En 1920, murió de forma repentina en Múnich. Por ello, quedó inconclusa su obra
Economía y sociedad, que fue recopilada y publicada de forma póstuma años más tarde.

El pensamiento de Max Weber

Max Weber es uno de los grandes intelectuales de la Edad Contemporánea. Sus obras y
su pensamiento han influenciado en todas las ramas de las ciencias sociales.

Las características de las ciencias sociales

Para Weber, las ciencias sociales en su conjunto poseen unas características que las
diferencian de otros ámbitos de estudio. En primer lugar, su objeto. Alega que estas no se
ocupan de fenómenos regidos por una ley universal (por ejemplo la Ley de la gravedad),
simo que los hechos que estudian las ciencias sociales se caracterizan por estar dotados
de una singularidad irrepetible.
En segundo lugar, señala que los campos de estudio en las ciencias sociales se crean y
definen por la voluntad del investigador. De tal forma, siempre quedan influenciados por
determinados principios, valores o intereses subjetivos.

Por todo ello, afirma las ciencias sociales nunca podrán comprender la totalidad de la
realidad histórico-social.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo

La investigación metodológica llevada a cabo por Weber encontró una aplicación concreta
en uno de sus trabajos fundamentales: «La ética protestante y el espíritu del capitalismo».
Esta obra fue publicada como una colección de ensayos entre 1904 y 1905.
Posteriormente, se recopilaría con un formato de libro. Por estos ensayos, Max Weber ha
sido considerado el ‘Marx de la burguesía’. Con su compatriota compartió la consideración
de que el capitalismo era el aspecto dominante de la civilización moderna. Sin embargo,
son infinitas las diferencias entre estos dos grandes pensadores.

Weber quiso analizar las condiciones culturales que permitieron el desarrollo del
capitalismo. En su opinión, remarcó que el capitalismo se desarrolló en aquellos lugares
en los que lograr riqueza se consideraba un deber moral. Esta concepción ética nació con
las reformas religiosas del siglo XVI. Y más específicamente en la ética económica del
protestantismo calvinista, que Weber vinculaba con desarrollo económico y civil de las
sociedades en que se había triunfado la reforma, como el caso de Países Bajos e
Inglaterra. Por tanto, la reforma protestante es la que permitió las condiciones culturales
necesarias que permitieron el desarrollo del capitalismo.

Esta postura ética era incompatible con la mentalidad tradicional del cristianismo católico
medieval. Muy al contrario, el dogma exigía que cada individuo debía ganar solo lo
necesario para sobrevivir. En cambio, pretender lograr más riqueza o posesiones de lo
necesario se consideraba un pecado.

Predestinación, ética y riqueza

Al contrario que para los católicos, para los calvinistas la riqueza dependía de la
predestinación divina a la que todo ser humano se encuentra sometido desde su
nacimiento.
Si todo estaba predestinado, la acumulación de riqueza no era más que la plasmación de
la voluntad divina. Ello, a su vez, era una muestra de que individuo enriquecido había sido
bendecido por la gracia de Dios. Ello tenía otras importantes implicaciones éticas
personales, como que esa riqueza no debía usarse para el lujo o el disfrute personal, sino
que debía servir para aumentar la propia fortuna. Esto explicaba, según Weber, de esta
forma el típico aspecto resignado y demacrado de los puritanos. Ya que incluso los que
poseían riquezas, debían seguir trabajando y manteniendo una vida austera, para mayor
gloria de Dios.

En definitiva, para Weber, todos los aspectos típicos de la mentalidad capitalista y


burguesa están cargados de significado religioso protestante. Entre ellos, la laboriosidad,
el celo, el rechazo al lujo y la adopción de una conducta rígida y metódica de la vida

Sociología y religión

David Hume (1711-1774) fue el primer intelectual en señalar la dualidad de la naturaleza


humana. Por una parte, Hume descubrió una serie de características universales e
inalterables que podían aplicarse a cualquier ser humano: la necesidad de alimentarse,
reproducirse, e interactuar, y en un nivel más filosófico, los principios epistemológicos que
gobiernan el comportamiento humano. Fue en estos principios universales e inalterables
en los que Thomas Malthus se basó para crear el primer tratado de demografía
moderno, Ensayo sobre el principio de la Población, publicado en 1798. La parte
inalterable de la naturaleza humana se convertiría en las bases del pensamiento
económico y Darwinista del siglo XIX

No obstante, Hume también reconoció que el comportamiento humano está condicionado


por la cultura, la historia, y el discurso ideológico de la sociedad en la que vino a nacer.
Esta parte de la naturaleza humana es cambiante, y se encuentra en perpetua
evolución. La interacción entre ambas partes de la naturaleza humana es el componente
principal del comportamiento humano, y llevó a la creación de la sociología moderna.

3 obras más importantes

1. La ética protestante y el espíritu de capitalismo

(Die protestantische Ethik und der 'Geist' des Kapitalismus) es un libro escrito por Max
Weber, un economista y sociólogo alemán entre 1904 y 1905 como una serie de ensayos.
Más tarde se publicó como libro, que no debe verse como un estudio detallado del
protestantismo, sino como una introducción a sus trabajos posteriores, sobre todo a sus
estudios de otras religiones. Define el espíritu del capitalismo como aquellos hábitos e
ideas que favorecen el comportamiento racional para alcanzar el éxito económico.
Enfrentado ideológicamente a Marx, Weber estaba convencido de que no era el
materialismo (la búsqueda del dinero), el "auri sacra fames", el mecanismo social más
importante, sino que la ideología, sobre todo religiosa, era el principio fundamental que
regía la vida de las personas y los pueblos.
En La ética protestante y el espíritu de capitalismo, Weber expone su tesis de que la ética
puritana ha influido en el desarrollo del capitalismo. No obstante la religiosidad profunda
normalmente va acompañada de un rechazo a las actividades mundanas incluyendo las
económicas. ¿Por qué no fue éste el caso del protestantismo? Weber intenta explicar esta
paradoja en su trabajo: El comportamiento lógico es conseguir el máximo beneficio con el
mínimo esfuerzo no habiendo alicientes para seguir trabajando cuando se ha conseguido
lo suficiente para llevar una vida modesta. Esta actitud estaba reforzada por la idea del
trabajo como castigo por el pecado original (en el ensayo señala que si a un campesino
católico polaco se le duplica el sueldo, trabajará la mitad).
El protestantismo hizo salir a la calle el comportamiento de los conventos, donde los
monjes trabajaban para glorificar a Dios. El trabajo era una actividad buena en sí misma al
margen del enriquecimiento personal. El sacrificio en el trabajo y el éxito económico no
era seguido por una recompensa con bienes terrenales sino como una prueba de ser los
elegidos: la predestinación. Weber hace la observación de que los calvinistas no hacían
ostentación de sus riquezas, gastándolas en tierras u objetos de lujo sino al contrario
(todos vestían de forma modesta) y los beneficios los reinvertían continuamente
generando así un círculo virtuoso, convirtiendo en pocas generaciones un pequeño
negocio familiar en una próspera empresa.
Intentando responder a la afirmación de que en sus días (1905) no era la ética protestante
la que regía el sistema económico, Weber argumentó que cuando el capitalismo ya estuvo
consolidado, los principios puritanos que originaron la nueva economía ya no fueron
necesarios, ya que el sistema se pudo mantener a sí mismo.

2. Economía y sociedad

Se presenta como esbozo titánico de la llamada sociología comprensiva. A lo


largo de una exposición no por compleja y detallada menos dueña de una
cohesión estructural, Max Weber estudia desde los conceptos fundamentales de la
sociología y la economía hasta los diversos tipos de dominación, desde la
evolución de derecho hasta los fundamentos sociológicos de la música, amplio
apéndice que orienta a los estudiosos por una senda que el mismo autor no pudo
ya recorrer. Uno de los méritos mayores de esta obra reside en la amplitud de una
perspectiva capaz de dar cuenta del modo más comprensivo -para emplear el
término de Weber- de la evolución social, política y cultural de la humanidad.
Economía y sociedad también adelanta una ruptura que sólo habría de
generalizarse años después. Weber se abstuvo de reducir el juego de tensiones y
distensiones de la historia humana al horizonte occidental, como sucede en tantos
otros autores; su obra dedica particular atención a las culturas orientales China e
India, con lo cual proporciona sólido fundamento al examen justo de una de las
situaciones críticas de nuestros días: la tensión Oriente-Occidente.

3 .El político y el científico

Precedidos en esta edición por un prólogo de Raymond Aron?, Max Weber (1864-
1920) reflexiona acerca de la contraposición entre el quehacer del investigador y el
comportamiento del hombre de acción. Por una parte, las virtudes del político
parecen incompatibles con las cualidades del hombre de ciencia; por otra, sin
embargo, existe una comunicación dialéctica entre conocimiento y acción, ya que
el saber objetivo favorece un comportamiento racional y aumenta las
probabilidades de conseguir las metas que el político se propone. Otras obras de
Max Weber en esta colección: ?La ética protestante y el ?espíritu? del
capitalismo?, ?Conceptos sociológicos fundamentales?, ?Sociología del poder?, ?
Por qué no se deben hacer juicios de valor en la sociología y en la economía?, ?La
?objetividad? del conocimiento en la ciencia social y en la política social? Desde la
aparición del Estado constitucional y más completamente desde la instauración de
la democracia, el demagogo es la figura típica del jefe político en Occidente. Las
resonancias desagradables de esta palabra no deben hacer olvidar que no fue
Cleón, sino Pendes, el primero en llevar este nombre. Sin cargo alguno u
ocupando el único cargo electivo existente (en las democracias antiguas todos los
demás cargos se cubrían por sorteo), el de estratega supremo, Pericles dirigió la
soberana ecclesia del demos ateniense. La demagogia moderna se sirve también
del discurso, pero aunque utiliza el discurso en cantidades aterradoras (basta
pensar en la cantidad de discursos electorales que ha de pronunciar cualquier
candidato moderno), su instrumento permanente es la palabra impresa. El
publicista político, y sobre todo el periodista, son los representantes más notables
de la figura del demagogo en la actualidad. Sería totalmente imposible intentar en
esta conferencia ni siquiera un esbozo de la sociología del periodismo moderno,
tema que constituye, desde cualquier punto de vista que lo consideremos, un
capítulo aparte

Conceptos de poder weber y emociones

Max Weber fue jurista, economista, sociólogo y politólogo alemán. Es el fundador de


la sociología comprensiva y se destacó por su monumental obra plasmada en
“Economía y Sociedad” (Wirtschaft und Gesellschaft), donde estudió la especificidad de
la economía capitalista a partir de sus orígenes culturales, religiosos, formas de vida y el
análisis del tipo de “poder” prevaleciente en esta etapa del desarrollo histórico. Fue un
erudito que abarcó el estudio de los fenómenos sociales de su tiempo sobre la base de un
conocimiento profundo de las sociedades antiguas de la China, de la India, de Europa y
de América.

Para Kelsen no era el “poder”  mediante la coacción física lo que definía al Estado, sino
que éste se explicaba mediante la realización del derecho  y el contenido de las normas
jurídicas

Además enriqueció con las teorías psicoanalíticas de Freud la comprensión del tema de
los valores y naturaleza humana como motores del accionar social. De la misma manera
reflexionó sobre el Estado desde el concepto psicoanalítico de la “masa”, indagando si
estas dos formaciones sociales tendrían características similares. En 1922  publicó el
ensayo titulado “El Concepto del Estado y la Psicología Social,  teniendo como referencia
especial la teoría de las masas según Freud”.

La racionalidad occidental había logrado regular todos los ámbitos de la vida humana y
fue así justamente como fue surgiendo el hombre moderno.  Su existencia estaba
destinada a una estricta regulación en un marco de “poder” legal, desprovisto ya de una
espiritualidad y sentido íntimo de la vida

Concepto de weber

Weber nunca tuvo una posición  hostil hacia la cultura ya que veía el avance del
racionalismo occidental  como un proceso irrefrenable e inevitable. Haciendo frente a la
“violenta seriedad” (gewaltiger Ernst) de este estado de cosas, Weber estaba convencido
que aquel que quisiera conocer al mundo y comprenderlo debía atenerse a estas
circunstancias: “ el que quiera espectáculo que vaya al cine,... el que quiera sermones
que vaya al monasterio” ( Wer Schau wünscht, gehe ins Lichtspiel,... wer Predigt wünscht,
gehe ins Konventikel), pero aquel que quiera  entender los motivos de por qué la sociedad
funciona así y no de otra manera, debía ceñirse a un tipo de pensamiento ligado a la
ciencia  de los hechos objetivos y sus posibilidades técnicas de aplicación en lapsos
históricos delimitados

Algo parecido encontramos en las obras weberianas  “La ciencia como profesión” (1918) y
“La política como profesión” (1919). En ésta última Weber presentaba al individuo político
enfrentado a las contradicciones del “poder” de la siguiente manera: “... el demonio de la
política convive con el Dios del amor, (...) en una tensión interna, que puede
desencadenar un conflicto irreconciliable en cualquier momento”16. Esto sobre todo
cuando la ética de los principios (Gesinnungsethik) no mide sus consecuencias y deja de
lado la "ética de la responsabilidad" (Verantwortungsethik) provocando daños
irreparables. Weber planteaba que el político profesional solo podía ser aquel que
combinara estas dos éticas en forma equilibrada  por la fuerza de la voluntad personal.  

El tema de los valores tuvo un significado central en la sociología comprensiva de


Weber. Las visiones del mundo determinaban la manera en que los individuos se
relacionaban tanto a nivel personal como social aún con la presencia de un “poder”
burocrático con pretensiones uniformadoras de la conducta humana. Por esta razón las
investigaciones weberianas nunca dejaron de lado el juego subjetivo entre racionalidad e
irracionalidad, entre conflicto social y conflicto individual a pesar de su carácter positivista.

BIOGRAFIA https://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-
historia/2014/11/17/5469e26322601d77098b457c.html
https://economipedia.com/definiciones/max-weber.html

https://www.traficantes.net/libros/el-pol%C3%ADtico-y-el-cient%C3%ADfico-0

https://journals.openedition.org/polis/2028

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