Material de Lectura: Olga A. Cribilleros Shigihara Ciudadania Y Derechos Humanos
Material de Lectura: Olga A. Cribilleros Shigihara Ciudadania Y Derechos Humanos
Material de Lectura: Olga A. Cribilleros Shigihara Ciudadania Y Derechos Humanos
García Calderón, escritor peruano, tiene una obra llamada El Alfiler, historia de un
hacendado que con las palabras: "Si ésta también te engaña, haz lo mismo.
¡Toma!, le entrega el alfiler con que éste había asesinado a su primera hija, por
una supuesta traición. Violencia hasta la muerte justificada por el padre. ¿Realidad
hecha ficción?
Estamos muy preocupados por el terrorismo, con razón; pero nadie está
preocupado por el terrorismo en los hogares. Decimos que la primera torre no cayó
el 11 de setiembre, sino cuando murió la primera mujer golpeada. Torre es un
baluarte y baluarte es sinónimo de amparo y de defensa. ¡No es acaso la mujer, un
baluarte! ¡No es acaso amparo y defensa!
Es correcto aceptar: la primera torre cayó cuando murió la primera mujer víctima
de violencia.
Cada mujer, una torre; muchas se yerguen imponentes, imbatibles, emblemáticas,
trasuntando la muerte. Otras caen, siendo fotos de primeras planas que unos
veremos con indignación y otros con indiferencia; tal vez recordando el alfiler del
cuento. La violencia está instalada socialmente, justificada y aceptada por unos,
ocultas por otros u otras.
Las mujeres hemos ganado espacios antes limitados a los varones. Nuestros
derechos en todo tiempo y espacio fueron menos, pero siempre hubo mujeres que
trabajaron y lucharon por la igualdad. En Francia, en 1791 Olympia de Gouges
escribió la "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”, que inicia
diciendo: "Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta".
Con el tiempo las mujeres accedemos al mundo profesional, académico y político.
Sin embargo, queda pendiente una batalla difícil, delicada; la batalla por conquistar
nuestro mayor derecho. "La dignidad". Que será ganada cuando no veamos caer
más "torres" y para eso nuestro campo de batalla son las mentes y corazones de
los peruanos y peruanas, mentes y corazones que simbolizan la razón y los
sentimientos; campo de una batalla para quebrar esquemas mentales, para
inculcar una cultura donde la agresión sea acto que degrade al agresor y al
agredido.
Trabajemos por nuestra dignidad y derecho a vivir sin violencia, es hora de
recordar la pregunta a los varones: ¿Son capaces de ser justos?