Estructura 1ra y 2da Tesalonicenses

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ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN CRISTIANA


INSTITUTO BÍBLICO KAIROS (I.B.K.)
CARACAS, VENEZUELA
MATERIA: EPÍSTOLAS I

ESTRUCTURA: 1 Y 2 TESALONICENSES

PROF. ROSALBA GARCÍA ALUMNO: CARLOS


SOSA
C.I.
22.523.425
BÁSICO V
CARACAS, OCTUBRE DE 2020
INTRODUCCION

El siguiente trabajo se ha preparado con la finalidad de dar a conocer lo referente a


las epístolas que el apóstol Pablo escribió a la iglesia establecida en la ciudad de
Tesalónica, capital de Macedonia.
Las Epístolas de Pablo y las Epístolas Generales constituyen 21 de los 27 libros del
Nuevo Testamento. Cada libro tiene sus propios antecedentes, razón de su existencia y
mensaje. Es importante entender que cada una de las cartas era un documento surgido
de una serie de circunstancias de una ocasión específica, esto es, eran documentos
ocasionales.
A veces escuchamos que esos 21 documentos son llamados cartas, y otras veces
son llamados epístolas. Estas palabras no son intercambiables sino que se refieren a dos
distintas formas de literatura. Una carta era un mensaje más personal y no con la
intención de ser pública o para la posteridad. Era para la persona o personas a quienes
fue escrita. Una epístola, por otra parte, es mucho más un artículo o un tratado teológico.
Las epístolas son una producción literaria en alguna manera parecida a las cartas pero
eran para publicación universal y amplios lectores.
Estas epístolas se encuentran casi al final de las escritas por el Apóstol Pablo, en
cuanto a su ubicación en el Nuevo Testamento. Sin embargo, ésta fueron las primeras
epístolas que escribió el Apóstol Pablo. Fueron escritas en el año 50 a 51 d.C. Así es que
hoy queremos presentar algunos antecedentes para que éstos nos ayuden a comprender
y apreciar más esta gran epístola.
ESTRUCTURA: 1 Y 2 TESALONICENSES

Trasfondo Histórico de las epístolas

Tesalónica, actual Salónica, era la capital de la provincia romana de Macedonia. Era


la ciudad más grande Grecia y una de las antiguas de Europa. Se piensa que fue fundada
en el 315 a.C., aproximadamente, por Casandro, Rey de Macedonia entre el 355 al 297
a.C.
Tesalónica se encontraba a unos 70 Km al oeste de Filipos y a unos 140 Km al norte
de Atenas. Fue Cicerón quien dijo: "Tesalónica se encuentra en el seno del Imperio".
Estaba justamente en el centro o el corazón del Imperio. Era una ciudad leal a Roma,
habiendo sido declarada ciudad libre en el 42 a.C. Una ciudad libre era aquella gobernada
por sus propios gobernantes locales, por eso era administrada por una serie de
funcionarios especiales, con base en Hechos 17: 6. Gozaba de una economía floreciente,
debida en gran parte a su magnífico emplazamiento, con un puerto que se abría al mar
Egeo y daba entrada y salida a buena parte del importante tráfico comercial entre Roma y
Asia Menor.
Era a su vez una base militar, admirablemente ubicada para la difusión del Evangelio.
En tiempos del Nuevo Testamento tenía una población de alrededor de 200.000
habitantes. La población tesalonicense era numerosa. Estaba formada por una mezcla de
residentes nativos y extranjeros, agrupados estos últimos en colonias de las más diversas
nacionalidades, entre las cuales se contaba la judía, que debía de ser importante puesto
que disponía de su propia sinagoga, según Hechos 17: 1. Cerca de ella estaba el Monte
Olimpo, el mítico monte de los dioses, y esto explicaba la devoción a los dioses del
panteón griego.
Aproximadamente a los mil seiscientos kilómetros en su segundo viaje, una noche
Pablo tiene una visión fascinante: ve a un hombre que le ruega que salga de Turquía y
vaya a Macedonia, una provincia romana en el norte de Grecia. El apóstol accede, y lleva
el evangelio a Europa. Llega a Filipos, pero al poco tiempo de estar allí lo acusan de
perturbar la paz, y lo obligan a salir de la población.
Viniendo de Éfeso por el camino que pasaba por Anfipolis y Apolonia, Pablo y Silas
entraron en Tesalónica. Pablo debatió durante tres sábados seguidos con los judíos de
aquel lugar. Algunos de quienes escuchaban se convirtieron a Jesucristo, entre ellos
muchos griegos y no pocas mujeres importantes de la ciudad. Los judíos comprenden que
con el tiempo sus enseñanzas acabarán con el judaísmo tradicional. Por tal motivo
ocasionan disturbios y obligan al apóstol a escapar a Atenas, trescientos veinte kilómetros
al sur.
Pero la iglesia se sostuvo y creció. Al mes o dos meses, mientras Pablo permanece
en Corinto, envía a su joven colaborador Timoteo a visitar a los creyentes tesalonicenses.
Timoteo regresa con un buen informe. Pero también lleva noticias de que están
enfrentando persecución y que tienen inquietudes acerca de la Segunda Venida.
Para esta época el apóstol está entregado totalmente al inicio de un ministerio corintio, y
no puede salir. Por tanto se idea una innovadora solución parecida a una escuela por
correspondencia. Decide animar y enseñar por carta a los creyentes de Tesalónica.
En la primera carta a los tesalonicenses, el apóstol los elogia por mantenerse firmes ante
la persecución que sufrían y los anima a seguir adelante. La recién nacida iglesia de
Tesalónica, en la antigua Grecia, desea que Jesús regrese pronto y la lleve a los deleites
eternos del cielo. Según parece, este es su gran deseo, el tema en el que más piensan.
Si bien los creyentes tesalonicenses permanecen unidos, están solos—o así debió
haber parecido—porque empiezan a cultivar un estilo de vida de santidad aunque viven
en una descontrolada ciudad portuaria colmada de inmoralidad, codicia y engaño.
Además, los cristianos adoran a Jesús como Hijo de Dios y gobernante del reino celestial,
mientras los judíos de la ciudad insisten en que Dios no tiene hijo y los romanos adoran al
emperador, gobernante del reino terrenal más extenso.
A los tesalonicenses, y a todos los cristianos que se sienten fuera de sincronización
en su mundo, Pablo los anima a no enfocar su energía en el regreso de Jesús. Al
contrario, debemos trabajar duro, llevar vidas honorables, y ganar el respeto de los
demás. Al hacer esto atraemos personas a Jesús, así como un faro atrae hacia la
seguridad a un barco extraviado tras otro.
Con base a esto, en la iglesia de Tesalónica había algunos que andaban enseñando
que Cristo ya había vuelto. Pablo les anima a cuidarse de esas falsas enseñanzas. Otro
asunto era que algunos se aprovechaban y no querían trabajar.
Autor, fecha y lugar de origen

Las cartas las escribió el apóstol Pablo, quien está acompañado de sus
colaboradores en el ministerio Timoteo y Silas (1ra Tes 1.1). Expertos bíblicos concuerdan
en que esta epístola parece una de las probadas misivas del apóstol. Antiguos escritores
cristianos, comenzando con Marción en el 140 d.C., confirman que Pablo fue el autor.
Ademas, dentro del libro se presentan las características conocidas de Pablo de
preocuparse por las iglesias (1ra Tes 3:1-2 y 8-11 comparados con Hechos 15:36 y 2
Corintios 11:28).
La segunda epístola empieza anunciando que viene de Pablo y sus colaboradores,
Timoteo y Silas. Termina con la firma del apóstol: “La salutación es de mi propia mano, de
Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo” (3.17).
Sin embargo, algunos eruditos bíblicos insinúan que quizás uno de los colaboradores
de Pablo escribió la carta en vez del apóstol, tal vez después de su muerte. Basan esto en
la observación de que la enseñanza acerca de la Segunda Venida es diferente de la que
presenta la primera misiva.
Además, la segunda epístola está escrita en un estilo más formal, y usa algunos
términos que no aparecen en ninguno de los otros mensajes de Pablo, tales como la
palabra traducida “inicuo” (2.9).
Otros eruditos sostienen que los cambios en la segunda carta reflejan la situación
cambiante en Tesalónica.
Desde Tesalónica, Pablo se dirigió a Berea, con base a lo dicho en Hechos 17: 10,
luego a Atenas (Hechos 17: 15) y finalmente a Corinto (Hechos 18: 1), donde alrededor
redacto la primera carta. Es la carta más antigua de las que se conocen del apóstol y
probablemente, también el documento más antiguo del Nuevo testamento.
Pablo escribió la primera epístola aproximadamente en el 51 d.C., durante su
segundo viaje misionero, cuando estaba iniciando una iglesia en Corinto. Aparentemente
fue en Corinto donde Timoteo y Silas vinieron a reunirse con él y le trajeron un mensaje
con noticias de los tesalonicenses. Timoteo también le trajo a Pablo algunas preguntas
sobre problemas que preocupaban a los creyentes de Tesalónica. Así que Pablo escribió
esta primera carta en respuesta a sus preguntas, para instruirles más detalladamente y
transmitirles el consuelo que necesitaban.
Una antigua inscripción griega añade evidencia de que Pablo en realidad estuvo en
Corinto aproximadamente en el 51 d.C., cuando escribió a los tesalonicenses. Hechos 18
dice que los judíos corintios llevaron a Pablo con acusaciones ante Galión, gobernador de
la sureña provincia griega de Acaya, y que el gobernante echó el caso fuera del tribunal.
Una inscripción hallada en Delfos, un centro de adoración, confirma que Galión fue
gobernador de Acaya más o menos del 51 al 53 d.C. Galión también era hermano de
Séneca, filósofo y profesor particular de Nerón. Séneca describe a su hermano como justo
y agradable. «Ningún otro ser humano es tan encantador tanto para una persona como
para todo el pueblo», escribe Séneca.
Esta carta está incluida en la Vetus Latina, figura en el fragmento de Muratori y es
citada por Ireneo de Lyon en el siglo II.
La segunda carta escrita a los cristianos de Tesalónica fue probablemente escrita
poco después de la primera. Por ello, también fue escrita desde Corinto, alrededor del 51
d.C.

Propósitos de las epístolas

La carta de Pablo a los tesalonicenses tiene un propósito triple:

1. Confirmar a los nuevos convertidos en la verdad elemental del evangelio


2. Condicionarlos para que vivieran una vida santa
3. Consolarlos con respecto al retorno de Cristo

El mensaje de Pablo presentaba un agudo contraste con el paganismo que había en


Tesalónica. Una inscripción pagana en esta ciudad decía: "Después de la muerte no se
revive, después de la muerte no hay reencuentro."
En la primera carta a los Tesalonicenses el énfasis recae sobre el arrebatamiento de
los creyentes, o sea, en la venida de Cristo a recoger a Su Iglesia de este mundo.
La mayoría de dudas en la mente de los nuevos convertidos en Tesalónica tiene que
ver con el regreso de Jesús. Son inquietudes como estas: ¿Cuándo ha de regresar?
¿Cómo podemos saber que él nos aceptará? ¿Qué ocurrirá a los cristianos que mueran
antes de la llegada de Jesús?
Pablo dice que nadie sabe cuándo regresará Cristo, pero asegura a los
tesalonicenses que no serán desilusionados mientras confíen en Jesús para su salvación.
En cuanto a cristianos muertos, el apóstol afirma que no perderán la vida eterna. Después
de su fallecimiento, «los muertos en Cristo resucitarán primero» (4.16).
Pablo trata varios temas en esta corta epístola, pero la Segunda Venida es la idea
principal. Cada capítulo finaliza con una referencia al respecto; y en 4.12—5.11 describe
cómo ocurrirá, comenzando con el llamado de un ángel y el sonido de una trompeta, y
concluyendo con cristianos que se elevan al cielo para encontrarse con el Señor en el
aire.
También en la primera carta, Pablo les da pautas para una vida santa. Tesalónica es
todo menos una ciudad de santos. Se trata de una próspera ciudad portuaria sobre una
importante ruta comercial; por lo que presenta todos los pecados de cualquier gran urbe,
junto con el énfasis sexual que se podría esperar en un pueblo que atrae mercaderes
viajeros y marineros que están de paso.
Pablo sabe que es difícil vivir en una población como esta sin ser arrastrados por la
poderosa corriente de la pasión y la codicia. De modo que advierte con cuidado a los
nuevos creyentes: “Que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera
santa y honrosa” (1ra Tes. 4.4, NVI). Luego les anima “a procurar vivir en paz con todos, a
ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos… para
que por su modo de vivir se ganen el respeto de los que no son creyentes” (1ra Tes.
4.11–12, NVI).
En la segunda carta a los Tesalonicenses el énfasis se desplaza a la venida de Cristo
a la tierra para establecer Su Reino. Así como 1 Tesalonicenses, el motivo principal de
que Pablo escriba esta carta es esclarecer la confusión acerca de la Segunda Venida.
Según parece el regreso de Jesús es lo único de lo que los cristianos quieren hablar.
Tal vez esta emoción está alimentada por la predicación anterior de Pablo sobre el tema,
por su carta en que los insta a estar alerta, y por una ola de persecución anticristiana.

Biografía del apóstol Pablo


Nació en Tarso, y originalmente fue llamado Saulo. Hijo de padres judíos, de la tribu
de Benjamín. Se cría en Jerusalén y estudia bajo la dirección de Gamaliel. Era un celoso
y fanático fariseo. Tenía la ciudadanía romana con formación griega. Conocía los idiomas
griego, hebreo y arameo.
Era teólogo, gran estudioso y conocedor de las escrituras. Aprendió el oficio de hacer
tiendas. Al parecer no tenia esposa.
Ayudo en el apedreamiento de Esteban, cuyas ropas guarda. Celosamente persiguió
a la iglesia, voto contra los cristianos y fue a Damasco para perseguirlos. En el camino a
Damasco, tiene un encuentro con Jesús resucitado y se convierte en cristiano.
Es llamado a ser un apóstol a los gentiles. Va a Arabia, predica en Damasco, de
donde escapa en una canasta. Luego va a Jerusalén, a Siria y a Cicilia.
Se establece en Antioquia, adonde es llevado por Bernabé, donde predica y enseña.
Lleva una ofrenda a Jerusalén y luego regresa a Antioquia.
Inicia su actividad misionera y lleva a cabo un primer viaje luego de ser llamado por
Dios. Luego asiste a una reunión o concilio en Jerusalén donde habla sobre la
circuncisión y tiene algunos problemas con Pedro.
Posteriormente, da inicio a su segundo viaje misionero, donde tiene un desacuerdo
con Bernabé sobre Juan Pablo, y se lleva a Silas. Visitan las iglesias ya establecidas, y
agrega a Timoteo a su equipo de trabajo. Vuelve a Antioquia.
Retoma su actividad misionera con un tercer viaje, que lo conduce finalmente a
Jerusalén, donde lo hacen prisionero. Da su testimonio al pueblo, y queda en manos del
tribuno. Comparece ante el concilio romano, y luego lo envían al gobernador Félix, ante
quien hace su defensa en Cesarea. Se defiende también ante Festo, el nuevo
gobernador, a quien pide que lo juzgue el emperador. También se defiende ante el rey
Agripa. Viaja a Roma y allí lo encarcelan.
Tanto la tradición eclesiástica como los análisis historiográficos y exegéticos
coinciden en señalar que la muerte de Pablo acaeció en Roma bajo el gobierno de Nerón,
y que tuvo un carácter violento. Eusebio de Cesarea describe que "está registrado que
Pablo fue decapitado en la misma Roma, y que Pedro también fue crucificado bajo
Nerón."
CONCLUSIONES

El siguiente trabajo se puede concluir diciendo que:

Durante el segundo viaje misionero de Pablo, que se lleva a cabo en lo que hoy día
es Grecia, el apóstol solo se queda pocas semanas en Tesalónica. Pero esto es suficiente
para convencer a muchas personas que el Mesías ha llegado, fue ejecutado, y resucitó de
los muertos. También es suficiente para infundir en los nuevos convertidos una sensación
urgente de expectativa: creer que Jesús regresará en cualquier momento.
Ante su salida intempestiva de la ciudad, y sin poder terminar de edificar a los nuevos
convertidos, en su corazón de padre preocupado, escribe una carta entre el 50 al 51 d.C.,
desde Corinto para atenderles. El apóstol Pablo escribía cartas a las congregaciones que
él fundaba para fortalecerlas, responder sus preguntas, y ayudar con las necesidades de
los miembros cuando él no podía estar con ellos. Ésta fue quizás la primera de sus
epístolas, y fue acompañada de la solemne petición de que esta carta debía leerse
públicamente en la Iglesia (5:27)
Una de las principales razones que llevó a Pablo a escribir esta carta fue alentar y
establecer la Iglesia que él recientemente había fundado en las verdades fundamentales
de Dios y su camino de vida. Era necesario animarlos ya que la oposición contra ellos
continuaba, aún después de que Pablo y sus compañeros se habían ido de Tesalónica.
Pabló termina cada capítulo con una referencia a la segunda venida de Jesucristo.
Meses después, Pablo les envía una nueva carta, la epístola más corta de Pablo. Así
como 1ra Tesalonicenses, esta segunda epístola fue escrita desde Corinto. La razón para
escribir esta carta fue un malentendido entre los Tesalonicenses acerca de la venida de
Cristo a los suyos (1ra Tes. 4:13-17), y el Día del Señor (1ra Tes. 5:1-10). Ya que estos
creyentes estaban siendo perseguidos duramente, ellos erróneamente concluyeron que el
Día del Señor ya había llegado (2:2). Pablo escribe para corregirlos acerca de esta
creencia equivocada.
BIBLIOGRAFIA

Benware, Paul. PANORAMA DEL NUEVO TESTAMENTO. Editorial Portavoz (1993).


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Miller, Stephen. COMO EXPLORAR LA BIBLIA. Editorial Caribe (2004). Nashville, USA.

Sanders, Phil. HERMENEUTICA PARA PREDICADORES. Traducida por Cesar


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