Conceptos de La Superintendencia Financiera
Conceptos de La Superintendencia Financiera
Conceptos de La Superintendencia Financiera
Seguros-servicios funerarios
no constituyen actividad aseguradora
Concepto 2013010872-002 del 22 de marzo de 2013
Síntesis: De conformidad con los lineamientos dictados por el artículo 111 de la Ley 795 de
2003, adicionada por el artículo 86 de la Ley 1328 de 2009, “No constituyen actividad
aseguradora los servicios funerarios, cualquiera sea su modalidad de contratación y pago”. De
acuerdo con la anterior directriz la actividad adelantada por las entidades de carácter
cooperativo o mutual, las entidades sin ánimo de lucro y las sociedades comerciales, que estén
relacionadas con una prestación de servicios exequiales no es actividad aseguradora.
«(…) consulta radicada bajo el número de la referencia, mediante la cual formula diversos
interrogantes relacionados con la aplicación de las leyes 795 de 2003 y 1328 de 2009 en aspectos
relativos a los seguros funerarios y los planes exequiales.
Al respecto, resulta procedente efectuar los comentarios que se exponen a continuación en el
siguiente orden, no sin antes aclarar que nuestro pronunciamiento está dirigido a absolver sus
cuestionamientos dentro del marco de nuestra competencia, que para efectos de su consulta se
circunscribe al ejercicio de la actividad aseguradora como operación autorizada a las compañías
de seguros:
1. “[¿] En Colombia los únicos autorizados para prestar servicios funerarios son las
sociedades cooperativas, mutuales y entidades sin ánimo de lucro?”
La previsión consagrada en el artículo 111 de la Ley 795 de 2003, adicionado por el artículo 86
de la Ley 1328 de 2009, hacen mención expresa de las entidades facultadas para la prestación de
servicios exequiales, en los siguientes términos:
Las entidades de carácter cooperativo o mutual, las entidades sin ánimo de lucro y las sociedades
comerciales, (…) podrán prestar directamente y en especie este tipo de servicios.
4. [¿] ¿Las aseguradoras no pueden prestar servicios, únicamente indemnizar después de la
prestación previa una reclamación del asegurado?” (SIC)
La modificación al mencionado artículo 111, introducida en la reforma financiera de 2009, ha
previsto en punto al pago de la indemnización en los seguros exequiales lo siguiente:
Del texto de la norma transcrita se infiere que para los seguros exequiales el legislador consagró
una excepción al principio general del derecho de seguros que reconoce a las aseguradoras la
opción de indemnizar la prestación debida en especie, limitando su pago únicamente en dinero.
De otra parte, precede indicar que para el cumplimiento del pago de la indemnización de seguros
exequiales aplica el precepto general contemplado en artículo 1080 del Código de Comercio, en
virtud del cual una vez realizada la reclamación al asegurador el pago del siniestro se deberá
realizar dentro del mes siguiente a la fecha en que el asegurado realice su reclamación.
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5 [¿]”Una sociedad comercial o cooperativa puede recaudar el dinero de sus empleados o
cooperados y pagarles en dinero el costo del servicio que utilice? [¿]No sería ejercer
actividad aseguradora?”
De conformidad con los lineamientos dictados por el ya mencionado artículo 111 de la Ley 795
de 2003, adicionada por el artículo 86 de la Ley 1328 de 2009, “No constituyen actividad
aseguradora los servicios funerarios, cualquiera sea su modalidad de contratación y pago”. De
acuerdo con la anterior directriz la actividad adelantada por las entidades de carácter cooperativo
o mutual, las entidades sin ánimo de lucro y las sociedades comerciales, que estén relacionadas
con una prestación de servicios exequiales no es actividad aseguradora.
Por otra parte, debemos resaltar que la actividad aseguradora al ser calificada como de interés
público por el constituyente primario, es objeto de intervención y supervisión del Estado y su
ejercicio atribuido exclusivamente a las aseguradoras autorizadas, se encuentra reglado por el
Estatuto Orgánico del Sistema Financiero y Código de Comercio (artículo 1037, señala como una
de las partes del contrato de seguro al asegurador, persona jurídica que asume los riesgos,
debidamente autorizada para ello con arreglo a las leyes y reglamentos y el artículo 1045,
prescribe como elementos esenciales: el interés asegurable, el riesgo asegurable, la prima o precio
del seguro y la obligación condicional del asegurador).
Por último, no está de más anotar que al no existir en la ley una definición de actividad
aseguradora se ha acogido por la doctrina, con referencia en ese marco normativo que esta es la
ejercida por empresas profesionales que asumen riesgos ajenos, con sujeción a la normatividad
propia del contrato de seguro, cuya suscripción en Colombia se encuentra reservada a las
entidades aseguradoras en los términos previstos en el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero.
Con el propósito de absolver su cuestionamiento procede indicar que la captación de dineros del
público podría configurarse en una actividad irregular e igualmente en delito de captación masiva
y habitual de dineros de que trata el artículo 316 del Código Penal.
La anterior descripción normativa se complementa con las previsiones contenidas en los decretos
2920 de 1982 y 1981 de 1988, en las cuales se establecen los supuestos fácticos que deben
concurrir para que se predique que una persona natural o jurídica está incurriendo en la conducta
de captación masiva y habitual de dineros del público.
No es del caso transcribir extensamente las diferentes normas respecto de la captación, que como
característica fundamental refiere que ocurre cuando en el pasivo de una persona haya más de
veinte (20) acreedores o más de cincuenta (50) obligaciones, o cuando en un periodo de tres
meses haya celebrado más de veinte (20) contratos de mandato para administrar dinero. Sin
embargo esto requiere que el valor de los dineros recibidos por esas personas sobrepase el 50%
del patrimonio líquido de la persona natural o jurídica que esté realizando esa actividad, o que las
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operaciones hayan sido el resultado de realizar ofertas masivas a personas innominadas.
Como se infiere del contexto normativo que acabamos de resumir, no se configura la captación
ilegal de dineros del público cuando esté claramente establecida la contraprestación de un bien o
servicio a cambio de la recepción del dinero, que en la hipótesis propuesta se traduce en la
prestación del servicio exequial, por ello no configuraría para el caso una captación masiva en los
términos de la normatividad citada.
Es necesario, advertir que si se llegare a establecer por parte de este órgano de control que se está
en presencia de una captación de recursos en forma irregular se adoptarán las medidas cautelares
previstas en el numeral primero del artículo 108 del citado Estatuto.
SUPERINTENDENCIA BANCARIA
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Superintendente Delegado para seguros y Capitalización.
ACTIVIDAD ASEGURADORA
A través del precitado literal d) del numeral 19 del artículo 150 de la Constitución
Política de Colombia, se asignó al Congreso la labor de “Regular las actividades
financiera, bursátil, aseguradora y cualquiera otra relacionada con el manejo,
aprovechamiento e inversión de los recursos captados por el público”, y mediante los
numerales 24 y 25 del artículo 189 corresponde al Presidente ejercer de acuerdo con la
ley la inspección, vigilancia y control sobre las personas que realicen actividad
aseguradora; así como ejercer la intervención sobre la misma, respectivamente.
Ahora bien, teniendo claro el marco normativo que regula la actividad de las
compañías de seguros, procedemos a continuación a analizar la contratación de los
seguros sobre los barcos de bandera extranjera y nacional, el ejercicio ilegal de la
actividad aseguradora, para referirnos por último a la actividad de los clubes de
protección e indemnización y en especial al caso de Throught Transport Mutual
Insurance Association Limited.
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2.1 Régimen general
De conformidad con el numeral 1 del artículo 188 del Estatuto Orgánico del Sistema
Financiero, “Cuando se tomen seguros sobre los barcos, aeronaves y vehículos
matriculados en el país y los bienes situados en el territorio colombiano, éstos deberán
contratarse con compañías legalmente establecidas en Colombia o con entidades
aseguradoras del exterior previa autorización que, por razones de interés general,
imparta la Superintendencia Bancaria” (Resaltado ajeno al texto).
Es así como de manera general los seguros sobre barcos matriculados en el país deben
contratarse con entidades aseguradoras colombianas.
Cabe mencionar que las razones de interés general que considera esta
Superintendencia, para efectos de la autorización de que trata el artículo citado,
deben estar ligadas en forma estrecha al desarrollo del país y, en especial, a la
adecuada protección contra los riesgos a los cuales se refiera la solicitud en particular.
Para tal efecto, frente a las solicitudes que los particulares eleven a la
Superintendencia Bancaria, se tendrá especial cuidado en analizar, además de la
situación del mercado y la oferta de las aseguradoras nacionales, el precio, la
suficiencia de los amparos ofrecidos, los servicios ofrecidos, la cobertura nacional,
regional o mundial de las entidades y el manejo del reaseguro.
Por lo anterior, dichos seguros pueden ser tomados con aseguradoras colombianas o
extranjeras, de acuerdo con la normatividad vigente en el país en donde hayan sido
matriculados dichos barcos, o aquella que les sea aplicable.
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• Artículo 108, Numeral 3 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero: “Sólo las
personas previamente autorizadas por la Superintendencia Bancaria se encuentran
debidamente facultadas para ocuparse de negocios de seguros en Colombia. En
consecuencia, se prohíbe a todas persona natural o jurídica distinta de ellas el ejercicio
de la actividad aseguradora”.
• Artículo 39 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero: “Queda prohibido celebrar
en el territorio nacional operaciones de seguros con entidades extranjeras no
autorizadas para desarrollar la actividad aseguradora en Colombia o hacerlo con
agentes o representantes que trabajen para las mismas”.
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Castelo Matrán y Guardiola Lozano1 definen la mutualidad como la “entidad
aseguradora constituida por la asociación de personas que se reparten entre sí los
riesgos que individualmente les corresponde, fijando las cantidades con que cada una de
ellas ha de contribuir al resarcimiento de los daños o pérdidas colectivas. El objetivo
fundamental de una mutualidad es la consecución de una cobertura colectiva y
mancomunada frente a los riesgos individuales de sus asociados, al mínimo coste
posible. Dentro del régimen asociativo, cabe distinguir a efectos prácticos entre mutuas
puras (a prima variable) y sociedades mutuas (a prima fija). Las primeras, al final de
cada ejercicio, realizan una distribución del coste de los siniestros entre todos los
asociados, en la proporción previamente determinada. Normalmente, cobran de cada
uno de ellos una cantidad inicial de entrada, para tener fondos con que ir haciendo
frente a los siniestros durante el ejercicio y reducir el trabajo administrativo (...) Por el
contrario, las sociedades mutuas de prima fija tienen características de trabajo y técnicas
semejantes a una aseguradora mercantil (...) puesto que cobran una prima inicial y
pueden efectuar al final del ejercicio un reparto de los excedentes entre los asegurados,
del mismo modo que las sociedades anónimas lo llevan a cabo entre sus accionistas en
forma de dividendos”.
En el mismo sentido Magee sostiene que la forma mutualista opera cuando los
asegurados y los aseguradores constituyen un grupo idéntico o, dicho de otra manera,
cuando los asegurados son los dueños del capital con que se pagan las pérdidas2.
Ahora bien, respecto de la actividad de estos Clubes, cabe advertir que si desean
ejercer actividad aseguradora en el país, resultan procedentes las siguientes
consideraciones:
De conformidad con el artículo 471 del Código de Comercio, para que una compañía
extranjera pueda emprender negocios permanentes en Colombia, debe establecer una
sucursal con domicilio en el territorio nacional, para lo cual debe dar cumplimiento a
los presupuestos contenidos en el artículo inicialmente citado. No obstante, el
procedimiento allí señalado, en lo que hace referencia a las sociedades sometidas al
control y vigilancia de esta Superintendencia, debe entenderse modificado en razón a
la existencia de un régimen específico para la operación de este tipo de instituciones,
tal y como se señaló en el numeral 1 de este oficio.
Así las cosas, para que una empresa aseguradora extranjera realice en forma
permanente operaciones propias de las compañías de seguros en el territorio nacional,
es indispensable la constitución en Colombia como sociedad anónima, o como
sociedad cooperativa, previo cumplimiento de los requisitos legales contenidos en el
1
Julio Castelo Matrán . Diccionario Mapfre de Seguros. Edit. Mapfre, Madrid .1992, págs. 241 y 242.
2
John H. Magee. Seguros Generales. Traducido por Carlos Castillo, Unión Tipográfica Editorial Hispanoamericana,
México, Tomo 1, Pág. 12.
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artículo 53 mencionado y la obtención del certificado de autorización por parte de la
Superintendencia Bancaria.
Sentencia C-432/10
El artículo 333 Superior dispone que la actividad económica y la iniciativa privada son
libres, dentro de los límites del bien común; que igualmente, la libre competencia
económica es un derecho de todos, que supone responsabilidades. La libertad de empresa
comporta entonces el derecho a instalarse para efectos de ejercer cualquier una actividad
económica, adoptado para ello una determinada forma empresarial. De allí que, como lo
precisa el mismo artículo 333 Superior, para el ejercicio de una actividad empresarial no
se podrán exigir permisos previos ni requisitos distintos a los señalados expresamente en
la ley. En este orden de ideas, el ejercicio de la libertad de empresa conlleva asumir un
comportamiento negativo por parte de las autoridades públicas, en el sentido de
abstenerse de entorpecer la realización de actividades empresariales lícitas. De tal suerte
que el empresario cuenta con la libertad de decisión, lo cual implica “establecer sus
propios fines u objetivos económicos y, en función de ellos, organizar la empresa y
orientar su actividad”.
LIBERTAD DE EMPRESA-Límites
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La libertad de empresa, como cualquier derecho, puede ser limitado válidamente por el
legislador, a efectos de preservar determinados bienes jurídicos constitucionales, tales
como: la seguridad, la salubridad pública, la preservación del medio ambiente, los
derechos de los consumidores, el patrimonio cultural de la nación, el interés general, entre
otros. En efecto, en los términos del artículo 333 Superior, el legislador intervine en la
economía, a efectos de asegurar la preservación del interés general, dentro de un sistema
económico de mercado.
El artículo 333 Superior dispone que el Estado, por mandato de la ley, “impedirá que se
obstruya o se restrinja la libertad económica y evitará o controlará cualquier abuso que
personas o empresas hagan de su posición dominante en el mercado nacional”, es decir,
que compete al Estado asegurar el ejercicio de la libre competencia entre los diversos
empresarios que concurren en un determinado mercado, es decir, entre quienes se dedican
a una misma actividad económica, comercializan idénticos o equiparables productos, o
bien prestan un mismo servicio. En tal sentido, asegurar la libre competencia conduce a (i)
garantizar una mayor oferta y calidad de los bienes y servicios disponibles para los
consumidores; (ii) permite evitar la creación de monopolios; (iii) permite la reducción de
los precios de los productos; (iv) asegura la innovación tecnológica; (v) conduce a un
mejor empleo de los recursos existentes; (vi) evita una concentración excesiva de la
riqueza; y (vii) comporta un mayor bienestar de la sociedad y de los individuos.
Sobre las libertades económicas baste recordar aquí que la jurisprudencia constitucional
ha señalado que (i) se encuentran reconocidas y garantizadas por la Constitución, dentro
de los límites del bien común y del interés social; (ii) la libertad económica comprende los
conceptos de libertad de empresa y libertad de competencia; (iii) la libertad económica es
expresión de valores de razonabilidad y eficiencia en la gestión económica para la
producción de bienes y servicios y permite el aprovechamiento de la capacidad creadora
de los individuos y de la iniciativa privada; (iv) la competencia se presenta cuando un
conjunto de empresarios (personas naturales o jurídicas), en un marco normativo, de
igualdad de condiciones, ponen sus esfuerzos o recursos en la conquista de un
determinado mercado de bienes y servicios; (v) la libre competencia, desde el punto de
vista subjetivo, se consagra como derecho individual que entraña tanto facultades como
obligaciones; (vi) las libertades económicas no son derechos fundamentales; y (vii) el juez
constitucional aplica un test débil de proporcionalidad para efectos de determinar la
conformidad de una intervención del legislador en las libertades económicas
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