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TARSSUS

REFUERZO CONTRA
INSECTOS
1. INTRODUCCIÓN

Los insectos son un grupo que engloba a cientos de miles de especies


distintas, que se han ido adaptando a las más variadas condiciones hasta
poder encontrarlos en la práctica totalidad del globo terrestre.

Tal variedad de especies prácticamente ha obligado a que cada plaga


deba tratarse de forma distinta. Sin embargo en ARVENSIS hemos tratado
de encontrar una solución a este problema buscando un producto con un
espectro de acción más amplio.

En los cultivos lo más corriente es que sean únicamente unas pocas


especies las que den problemas. El pulgón, quizá sea de los más habituales
y conocidos. Las arañas (rojas y blancas) son igualmente frecuentes, y
complicadas de erradicar. Vasate y Trips resultan especialmente molestos
junto con la mosca blanca.

Los áfidos o pulgones (Aphis gossypii, Myzus persicae) (Figura 1.a)


constituyen un grupo muy extenso de insectos. Pertenecen al orden
Hemíptera, suborden Homóptera y forman la superfamilia Aphidoidea.
Están distribuidos principalmente por zonas templadas.

Existen más de 3.500 especies de pulgones diferentes, de las cuales


500 son plagas de los cultivos. De todas ellas hay algunas que sólo afectan
a un solo cultivo (monófagas), y otras que lo hacen a gran número de ellos
(polífagas).

Suelen ser insectos de cuerpo blando, aspecto globoso y con un


tamaño medio entre 1-10 mm. Hay pulgones ápteros (sin alas) y alados.
Los ápteros tienen el tórax y abdomen unidos, y los alados los presentan
perfectamente separados. El color puede variar del blanco al negro,
pasando por amarillo, verde y pardo.

Los pulgones son insectos chupadores, y están provistos de un largo


pico articulado que clavan en el vegetal, y por el cual absorben los jugos de
la planta. Segregan un líquido azucarado y pegajoso por el ano
denominado melaza, que impregna la superficie de la planta impidiendo el
normal desarrollo de ésta.

La araña roja (Tetranychus urticae) (Figura 1.f) es un ácaro que se


encuentra ampliamente distribuido por toda España, especialmente en
aquellas zonas cálidas de clima suave, como es la costa mediterránea y
zona sur de España.
Se trata de un ácaro muy cosmopolita y polífago que afecta a
prácticamente todos los cultivos protegidos, al aire libre, ornamentales, y
plantas espontáneas. Los adultos tienen un tamaño de 0,5-0,6 mm de
longitud, y poseen una coloración variable en función de la planta de la
que se estén alimentando, clima y edad, pudiendo adoptar coloraciones
verdosas, amarillentas o rojas.

La especie de araña blanca (Figura 1.c) que provoca más daños de


importancia económica es Polyphagotarsonemus latus (Steneotarsonemus
latus), también conocida como la "araña blanca de los invernaderos o de la
begonia". Es una especie perteneciente al orden Acarina y a la familia
Tarsonemidae.

Se trata de una plaga muy polífaga y ampliamente distribuida en


zonas subtropicales y templadas del mundo. En las zonas subtropicales se
desarrolla al aire libre, y en las zonas templadas se localiza
preferentemente en cultivos bajo abrigo.

Es un ácaro de pequeño tamaño, con una longitud media de 0,2-0,3


mm. La hembra por lo general presenta un mayor tamaño que el macho,
diferenciándose fundamentalmente en el cuarto par de patas, que en las
hembras están más desarrollados de lo normal y ligeramente atrofiados, y
en los machos están transformados en pinzas que les sirven para sujetar a
las hembras en la cópula, y para transportar a las “pupas”.
La coloración de ambos sexos es blanquecina o amarillenta. Los
huevos de esta especie se diferencian claramente de los de otros ácaros
debido a que presentan unos dibujos muy característicos, en círculos, que
cubren el corión.

El VASATE (figura 1.d) es una plaga altamente abundante en tomate


que proviene de Ausralia. Existen varias especies, como Vasates
lycopersici, Vasates destructor y Phyllocoptes destructor, pero la más
frecuente es Aculops lycopersici. Se trata de un ácaro de pequeño tamaño,
patas cortas, aspecto corporal alargado y de coloración amarilla en
diversas colonias localizadas principalmente a lo largo de las venas de las
hojas u otros tejidos de crecimiento terminal de las plantas. Comúnmente
los ácaros se encuentran sobre el haz de las hojas, completamente
expuestas a la luz solar. Aparece fundamentalmente en condiciones de
otoño seco y en primavera. La propagación en el cultivo se realiza por
transporte en el material vegetal, herramientas de cultivo, y por el propio
hombre en ropa y calzado.

La MOSCA BLANCA (figura 1.e) es un insecto que afecta a gran


variedad de especies hortícolas. Se han descrito alrededor de
1.200 especies de mosquita blanca. La mayoría se alimentan de diversas
especies de plantas, siendo, normalmente, específicas del vegetal al que
atacan. Sólo unas cuantas especies son plagas de cultivos importantes
siendo las más relevantes Trialeurodes vaporariorum y Bemisia tabaci.

Los estados de desarrollo de la mosca blanca son huevo, cuatro


instares ninfales y el adulto. Los adultos de Bemisia argentifolii miden
entre 1 y 1,5 mm de longitud, su cuerpo es de color amarillo pálido y
poseen dos pares de alas de color blanco. Tienen un aparato bucal picador-
chupador, que les sirve para succionar la savia de las plantas. El cuerpo
está dividido en tres regiones cabeza, tórax y abdomen, y como todos los
integrantes de la clase insectos poseen tres pares de patas.

El TRIPS (Frankliniella occidentalis) fue introducido en España a


mediados de los años 80, teniendo actualmente una gran importancia
debido a la gran cantidad de cultivos huéspedes que infesta. Tiene una
enorme adaptación al clima mediterráneo, desarrollándose tanto en
cultivos protegidos como al aire libre, sin importar el estado de desarrollo
del cultivo.

Las plantas espontáneas que hay alrededor del cultivo sirven de


reservas de poblaciones que luego se dispersan sobre el cultivo. El tamaño
medio de Frankliniella occidentalis es de 1-1,5 mm de longitud pudiendo
ser de color amarillo a marrón-oscuro.
2. Efecto de las plagas en las cosechas

Hoy en día, la inmensa mayoría de la población mundial depende de


los productos agrícolas para su subsistencia, y poco más de una docena de
cultivos constituyen alimentos básicos en determinados países. Esto da
idea de la importancia de este sector y la necesidad de contar con métodos
que garanticen el control de las plagas, al tratarse de una fuente de
abastecimiento vital para gran parte de la humanidad. A pesar de todo,
más de una tercera parte de las cosechas anuales se pierden en todo el
mundo por efecto de las plagas, e incluso llega en ocasiones a suponer la
mitad de todas las producciones.

Los efectos destructivos de las plagas comienzan desde el mismo


momento de la siembra, continúan durante el desarrollo de las plantas, y
van incluso más allá tras la recolección y posterior almacenamiento. Los
efectos concretos van a depender de cada insecto en particular de los
analizados en el apartado anterior.

a. Daños causados por los ÁFIDOS o PULGONES.

Los áfidos o pulgones pueden ocasionar distintos tipos de daños al


cultivo, que pueden ser directos o indirectos:

Los daños de tipo DIRECTO (ver figura 2.a) se deben a la alimentación


sobre el floema de la planta. Las ninfas y los adultos extraen nutrientes de
la planta y alteran, sobretodo, el balance de las hormonas de crecimiento.
Esto origina un debilitamiento de la planta, deteniéndose el crecimiento,
las hojas se arrollan y si el ataque es muy severo puede incluso secar la
planta. La detención del desarrollo o la pérdida de hojas se traduce en una
reducción de la producción final.

Los daños de tipo INDIRECTO son:

 Reducción de la fotosíntesis. La savia es pobre en proteínas y rica en


azúcares, por lo que los áfidos deben tomar gran cantidad de savia para
conseguir suficientes proteínas. Así, los pulgones excretan el exceso de
azúcar como melaza que se deposita en el envés de las hojas y cae al haz
de la hoja de abajo. Este exceso de melaza favorece el desarrollo de mohos
de hollín, tizne o negrilla (Cladosporium spp.), dando lugar a una
reducción de la actividad fotosintética de la planta y un descenso de la
producción.

Cuando este hongo mancha los frutos, deprecia su valor comercial ya


que produce:

 Transmisión de sustancias tóxicas a las plantas.


 Vectores de virus fitopatógenos. Los áfidos pueden transmitir hasta
117 tipos de virus fitopatógenos. Los pulgones son el grupo de
insectos más eficaz en cuanto a la transmisión de virosis,
normalmente es realizada por las formas aladas. En los cultivos
hortícolas destaca la transmisión de los virus CMV y PVY en
solanáceas y CMV, WMV-II y ZYMV en cucurbitáceas.

b. Daños causados por ARAÑA ROJA

Al comienzo de la infestación los síntomas más corrientes son


punteaduras (decoloradas y mates) y manchas amarillas en hojas que
posteriormente se abarquillan, se secan y caen (ver figura 2.f). Aparecen
hojas con clorosis y puntitos amarillentos o pardos. Las hojas afectadas
presentan una zona amarillenta en el haz que se corresponde con la
existencia de colonias en el envés.

Los daños pueden ser importantes, sobre todo en tiempo seco y


caluroso, cuando las generaciones de araña se suceden con rapidez.
Debilitan a las plantas al dañar las hojas y si el ataque es fuerte y
prolongado puede provocar la caída de las mismas (defoliación).

c. Daños causados por VASATE

Los daños (ver figura 2.b) se deben a la succión de los fluidos


vegetales por parte de los ácaros. Los síntomas que produce se
caracterizan por un bronceado o herrumbre que comienza en el tallo y se
extiende por hojas y frutos. Normalmente se inicia en la parte basal de la
planta y evoluciona de manera ascendente. Con el desarrollo de la plaga
en las plantas se produce una desecación de las hojas que provoca su
caída.

En tomate, uno de los cultivos más afectados, la epidermis del fruto se


vuelve áspera y de color rojo castaño. En condiciones de temperatura
elevada y baja humedad los daños son importantes, pues el desarrollo de
las colonias es rápido y las hojas deterioradas se desecan rápidamente.

d. Daños causados por MOSCA BLANCA

A pesar de que no suelen ocasionar grandes daños (ver figura 2.d) si


no existen plagas importantes, pueden ser transmisoras de enfermedades
y virus lo cual crea un problema añadido.

Esta plaga suele localizarse en el envés de las hojas, provocando los


daños al alimentarse. Es durante la fase larvaria cuando más daños
producen a la planta hospedadora. Cuando las poblaciones de mosca son
elevadas se pueden observar desecaciones en las hojas, comenzando este
síntoma siempre por el borde de las mismas. También se puede observar
un debilitamiento general de la planta e incluso fenómenos de clorosis.

Los cultivos en los que mejor se desarrolla esta plaga por orden son la
berenjena, pepino, melón, judía y tomate.

e. Daños causados por TRIPS

Como daños indirectos el más importante es la trasmisión de virus, a


través de la saliva del propio insecto.

Los daños directos (ver figura 2.c) de esta plaga son producidos por
las picaduras que realizan. Los síntomas que presenta la planta son la
aparición de unas pequeñas punteaduras de color blanquecino o plateado,
que van oscureciendo hasta que acaba necrosándose.
También se pueden dar zonas arrugadas o decoloradas, ocasionadas
por el corte que realiza la hembra al realizar la puesta de los huevos. Este
último defecto se observa de forma más acusada en los frutos.

f. Daños causados por ARAÑA BLANCA

Los daños causados por P. latus (ver figura 2.e) son muy similares a los
de un ataque vírico. Los síntomas típicos del daño dependen de la planta
huésped, pero siempre consisten en deformación de tallos aéreos.

Los ácaros prefieren tejidos jóvenes, en desarrollo, tales como hojas y


flores jóvenes. La succión de savia produce deformaciones y cicatrices
acorchadas, y las flores pueden perder el color. Estas desviaciones en el
crecimiento son causadas por auxinas que secretan los ácaros mientras
chupan. En las hojas, la succión ocurre en la parte del pecíolo, lo que hace
que la hoja se enrolle. Se deforma la parte apical de la planta, y aparecen
localmente decoloraciones marrones, debidas a la formación de “corcho”.
También pueden acorcharse tejidos de los frutos e incluso presentar
deformaciones. Ataques prolongados pueden incluso provocar la muerte
de la planta.

Esta plaga es muy frecuente en tomate. Los síntomas que se producen


son muy característicos ya que se produce una coloración bronceada que
se extiende por el tallo, por los brotes terminales y por el envés de hojas
jóvenes. Las hojas de los brotes se secan, con lo que las partes altas de la
planta presentan apariencia de “quemadas”, con los tallos arrugados y
decolorados. Las hojas se abomban y presentan nervios salientes. En
patatas (plaga también muy abundante) forma manchas negruzcas de
aspecto aceitoso en el envés de las hojas jóvenes, adquiriendo éste una
coloración rojiza, y doblándose la hoja por los bordes de forma irregular.
Ocurre lo mismo en la planta de pimiento, donde además impide la
floración, o hace que caigan las flores.

En la planta de algodón, las hojas se vuelven rígidas y se doblan por


los bordes hacia abajo. En cítricos, afecta sobre todo a plantones jóvenes,
en los brotes tiernos, provocando enrollamiento de los bordes de las hojas,
pudiendo necrosar y caer. También pueden afectar al fruto provocando
una decoloración del mismo.
3. Evolución del control de insectos

A través de la historia se han utilizado diferentes medios de lucha


para el control de plagas. Los primeros agricultores empleaban como
insecticidas productos o derivados naturales debido a que era la fuente
más próxima de la que disponían.
Hay datos del empleo de extractos vegetales como insecticidas
recogidos en la literatura, encontrando la primera referencia bibliográfica
acerca del empleo de hojas de Persicaria acre para luchar contra insectos
en la Gazette d’Agriculture (1756).
La primera generación de moléculas vegetales empleadas para
combatir plagas de insectos fueron los alcaloides extraidos del tabaco
(Dajoz, 1969), los rotenoides (Mc Ewen y Stephenson, 1976), las piretrinas
(Ware, 1991) (Dajoz, 1969) y lo que comúnmente se conoce como aceites
vegetales, que principalmente son ésteres de ácidos grasos de elevado
peso molecular.
En la Segunda Guerra mundial (1939-1945) comenzaron a emplearse
en grandes cantidades pesticidas orgánicos de síntesis entre los que
destacan organoclorados, organofosforados y carbamatos. Esto supuso
una revolución a nivel agrícola.
A partir de los años cincuenta comienza un nuevo concepto de
agricultura ecológica en la cual se busca sustituir los pesticidas orgánicos
de síntesis por moléculas nuevamente de origen vegetal. Como sustancias
destacadas aparecieron las azadiractinas (Schmutterer, 1959), conocidas
desde la antigüedad con el pseudónimo de Nim, y que habían sido
ampliamente explotadas en la India desde hace más de 4000 años.
Los extractos vegetales aparecen como unos de los compuestos de
origen natural menos polémicos y más exitosos, debido a su buen
funcionamiento, su accesibilidad y a que su uso no plantea problemas
éticos.
4. ¿Plantas o laboratorios naturales?

Las plantas aparecen ante el


hombre como laboratorios naturales
en donde se biosintetizan una gran
cantidad de substancias químicas. El
metabolismo primario de las plantas
sintetiza compuestos esenciales y de
presencia universal en todas las
especies vegetales. Por el contrario,
los productos finales del
metabolismo secundario no son ni
esenciales ni de presencia universal
en las plantas.

Entre los metabolitos secundarios son frecuentes aquellos con


funciones defensivas contra insectos, tales como alcaloides, aminoácidos
no proteicos, esteroides, fenoles, flavonoides, glicósidos, glucosinolatos,
quinonas, taninos o terpenoides. Hay quienes sostienen que estos
compuestos no tienen un papel definido, e incluso se les llega a catalogar
como “basura metabólica”. Sin embargo, otros autores indican que
constituyen señales químicas importantes del ecosistema. Existe gran
variación en cuanto a la concentración de compuestos secundarios que los
individuos de una población pueden llegar a expresar. Además, no hay un
patrón de máxima producción, ni órganos especiales de almacenaje de
metabolitos secundarios. No obstante, muchos estudios realizados por
prestigiosos científicos han concluido que las mayores concentraciones de
este tipo de compuestos se encuentran en flores y semillas.

Tal y como se ha venido comentando el aprovechamiento de estos


laboratorios naturales ocasiona ciertas ventajas sobre los cultivos:

 Su rápida degradación puede ser favorable, disminuyendo el


riesgo de residuos en los alimentos por lo que pueden ser
usados poco tiempo antes de la cosecha
 Actúan rápidamente inhibiendo la alimentación del insecto
aunque a la larga no causen la muerte del insecto.
 Debido a su acción estomacal y rápida degradación pueden ser
más selectivos con insectos plaga y menos agresivos con los
enemigos naturales
 Muchos de estos compuestos no causan fitotoxicidad (al ser
propios de las plantas).
 Desarrollan resistencia más lentamente que los insecticidas
sintéticos.
5. Composición y acción de TARSSUS

Los laboratorios de ARVENSIS han elaborado TARSSUS como un


producto de origen vegetal polivalente a base de extractos de plantas de
origen tropical. Es un producto 100 % natural, obtenido a partir de
extractos vegetales mediante procesos de extracción sencillos de
naturaleza físico-química.

Debido al origen natural de los extractos, que poseen pequeñas


concentraciones de alcaloides, terpenos y fenoles, TARSSUS presenta
diferentes propiedades que refuerzan a la planta contra los ataques de
determinadas plagas y repelente de las mismas (Trips, Mosca blanca,
Pulgones, Orugas, Araña roja, etc).

Efecto de refuerzo: los derivados terpénicos presentes en el producto


afectan al metabolismo del
insecto. Se trata de un
producto que actúa cuando
entra en contacto con el
insecto, ya que bloquea los
procesos de respiración
celular, impidiendo que se
desarrolle el ciclo de Krebs, y
por lo tanto impide la
liberación de energía útil para
el insecto.

IMAGEN GRÁFICA DEL CICLO DE KREBS

El ciclo de Krebs consiste en una serie de reacciones químicas de gran


importancia, que forman parte de la respiración celular en todas las células
aerobias. Es parte de la vía catabólica que realiza la oxidación de hidratos
de carbono, ácidos grasos y aminoácidos hasta producir CO2 y agua,
liberando energía en forma útil (poder reductor y ATP).

Efecto asfixiante: el propio extracto, al ser de naturaleza oleosa, junto con


los adyuvantes naturales que incorpora, actúa como agente asfixiante,
debido a que tiene una acción física sobre la epidermis del insecto,
taponando sus espiráculos.

Efecto repelente: los derivados terpénicos al volatilizarse crean un


ambiente desagradable para las terminaciones sensitivas del insecto, a la
vez que bloquean la percepción química que usa como guía.
TARSSUS es útil para reforzar a la planta contra todo tipo de insectos
voladores y rastreros habiéndose realizado estudios fehacientes acerca de
su efectividad, con todos los insectos detallados en la introducción de este
informe.

TARSSUS puede ser empleado en árboles frutales (cítricos, bananos,


mangos, manzanas, melocotón, peras, etc.), verduras y hortalizas
(espárragos, tomates, cebolla, apio, espinaca, col, nabo, páprika, rabanito,
etc.), papas, menestras, y plantas ornamentales (flores).
6. Dosis y modo de aplicación de TARSSUS

TARSSUS es un producto de aplicación foliar. El tratamiento debe ser


uniforme para conseguir un alto rendimiento en la aplicación, se debe
mojar toda la superficie foliar, puesto que actúa por contacto con el
insecto.

Debe ser aplicado al atardecer con baja intensidad lumínica para


evitar posibles quemaduras en las hojas. Las dosis recomendadas en
función de los diferentes cultivos, aparecen detalladas en el siguiente
cuadro:

CULTIVOS DOSIS FOLIAR APLICACIONES

Frutales y cítricos 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el


(de pepita, de hueso, frutos secos) agua ciclo de cultivo

Hortícolas 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el


(tomate, pimiento, espinaca, agua ciclo de cultivo
acelga, coliflor, col, etc.)

Fresas y frutas del bosque 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el
agua ciclo de cultivo

Tropicales y platanera 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el


(mango, aguacate, piña, café, agua ciclo de cultivo
etc.)

Ornamentales 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el


(flor cortada, etc.) agua ciclo de cultivo

Parral y vid 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el


agua ciclo de cultivo

Industriales 150-200 cc/ 100 L de Aplicar durante todo el


(Patata, tomate, industrial, etc.) agua ciclo de cultivo

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