M5-La Capellania I & Ii - (T)

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US CHAPLAINS

CAPELLANES SIRVOS UNIDOS

ENTRNAMIENTO BASICO

El Capellán (líder) es esa persona comprometida


En asumir una posición de compromiso.

CAPELLANIA I

Breve Historia de la Capellanía en la Armada de


los Estados Unidos.
Recopilación por el Coronel Retirado Capellán Juan T. Loya, del Ejercito de los Estados Unidos.

La Necesidad de Guerreros Espirituales

Las personas, desde tiempos inmemorables, han clamado a poderes más


allá de si mismas, con la finalidad de ser rescatadas o liberadas en tiempos
de crisis. En momentos de inestabilidad e inseguridad nacional, el ser
humano siempre ha recurrido a sus líderes espirituales en busca de guianza
y consuelo. La guerra no es la excepción. Cuando los soldados han recurrido
a la religión para obtener consuelo, el público ha respondido a esta
necesidad y ha provisto el apoyo espiritual en medio de la batalla.
Sacerdotes, así como otros líderes religiosos han invocado a sus dioses y
espíritus, orando para obtener la victoria en la guerra. Por lo anterior, es
muy probable que hubiera capellanes antes de los inicios de los registros
históricos.

Los anales de las crónicas religiosas más antiguas, están repletos de


historias sobre batallas y hazañas poderosas de sacerdotes en el campo de
batalla. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes acompañaban a los
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soldados a la batalla. Un registro muy antiguo del rol que un héroe religioso
desempeñó en la guerra describe un incidente ocurrido en el siglo 13 a.c.
donde mientras Josué, encabezando sus tropas fue contra el ejercito de
Amalec, Moisés levantaba sus brazos sobre la cabeza. Al mantener esta
posición, Moisés infundía al ejercito Israelita con el espíritu de Yahweh,
asegurando así la victoria sobre los Amalecitas (Éxodo 17:11-13).

Más tarde esta función se hizo más formal. Yahweh le dijo a Moisés que
hiciera dos trompetas de plata, para ser usadas, entre otras cosas como
señal para la batalla: “Y cuando viniereis a la guerra en vuestra tierra contra
el enemigo que os molestare, tocareis alarma con las trompetas: y seréis en
memoria delante de Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros
enemigos” (Números 10:9). Cabe agregar, que la señal de las trompetas no
debía ser dada por Moisés, el líder político-militar. Si no que la
responsabilidad era dada por Yahweh a los Hijos de Aarón, los sacerdotes a
través de un “estatuto perpetuo”.

En el libro de Josué Capitulo 6 versículos del 2 al 5, siete sacerdotes, cada


uno portando un cuerno de carnero, marcharon alrededor de los muros de
Jericó diariamente por seis días. Ellos son seguidos por otros sacerdotes
que llevan el Arca de la Alianza y por ultimo las tropas. En el séptimo día, la
procesión marcho alrededor de la ciudad siete veces mientras los sacerdotes
hacían sonar los cuernos. Tras el sonar de los cuernos, los soldados
gritaron, los muros se colapsaron y la ciudad fue tomada.

La Biblia establece de manera clara que las funciones religiosas de una


campana militar debían llevarse a cabo no por el comandante militar, si no
por el hombre de Dios (Números 36:1; II Crónicas 13:12-20). Esta función
de capellanía, tal y como se establece en los tiempos de Moisés, se mantuvo
explicita por los siguientes 200 años, y fue restablecida con especial firmeza
durante el reinado de Saúl, 1033-1011 (I Samuel 13:10-14). Se había
establecido un patrón bíblico, en el que el rol del capellán pudiera ser
construido más tarde (Abercrombie III, 1977).

Existen numerosos relatos en nuestros libros de historia, acerca de


sacerdotes-guerreros y dioses que marcharon delante de sus soldados hacia
el campo de batalla. Una de las grandes batallas de los tiempos antiguos es

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la Batalla de Mejido, la cual ocurrió en 1479 a.c. En esta batalla, Thutmose
III del ejército Egipcio derroto a las fuerzas Sirias. Los registros egipcios
describen a Thutmose en términos religiosos cuando encabezada la
embestida final como “Horus armado con garras”. Un escritor moderno,
Thomas Mann, describe al exaltado sumo sacerdote de Atum-Re en la
batalla, ataviado con la “sacerdotal piel de leopardo…colgando de sus
hombros, con la cabeza y las garras delanteras colgando por su espalda y las
garras traseras cruzadas sobre su pecho”. El también llevaba puestas otras
insignias de su estado, una pañoleta azul y un ornamento de oro con un
complicado diseño de dos cabezas de carnero.

En el ejército romano, la presencia de un sacerdote jugaba un papel


significativo. Animales sagrados debían ser sacrificados ceremonialmente.
Después, los hígados de estos animales, debían ser removidos y leídos por
los sacerdotes en busca de señales proféticas favorables o desfavorables. En
el Imperio Romano, los sacerdotes, proclamaban la guerra por consejo del
senado; de modo, que cada guerra declarada era tanto justa como santa
(Hourihan, 2004).

Una leyenda del siglo cuarto sostenía que un soldado Romano pagano con
el nombre de Martín de Tours se topo con un mendigo temblando de frió y
le dio parte de su capa militar. Esa noche el soñó que aquel mendigo con
quien el había tenido un encuentro era Cristo mismo. Cristo estaba vestido
con la capa que el soldado le había dado. Como resultado, Martín se
convirtió al Cristianismo. Poco tiempo después, le renuncio al ejercito
diciendo, “Yo soy soldado de Dios; no se me permite pelear”, y consagró el
resto de su vida a la iglesia.

Tras su muerte, Martín fue canonizado y nombrado santo patrón de


Francia. Su capa, ahora una reliquia santa, fue llevada por los reyes
Franceses. Un sacerdote les acompañaba y custodiaba la sagrada reliquia, y
de manera incidental atendía las necesidades religiosas del rey. A este
sacerdote se le llamaba “capellanus” que deriva de la palabra en latín que se
refiere a capa (capella). El lugar donde se guardaba la capa se convirtió en
la capilla. Con el tiempo, a todos los lideres religiosos en la militar se les

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denomino “capellani”. En francés “chapelains”, en ingles “chaplains” [y en
español capellán] (Northtrup, 1990).

Origen de la capellanía militar en los Estados Unidos

El origen de la capellanía militar en los Estados Unidos, se encuentra


arraigado en la necesidad de consuelo espiritual en tiempos de
inestabilidad e inseguridad nacional. Cuando el soldado iba a la guerra,
expresaba su necesidad de contar con un líder espiritual. Como resultado
de lo anterior, el clero respondió de una manera tan abrumadora que dejó
una marca indeleble en las páginas de la historia de la humanidad. El
guerrero-sacerdote fue reconocido como un elemento vital y necesario en la
estructura organizacional de la militar.

Echemos ahora un breve vistazo a las diferentes fases del desarrollo de la


capellanía en la Armada de los Estados Unidos: Génesis del Cuerpo de
Capellanes, los años de incertidumbre, la Guerra Civil (1861-1865), Los
largos años de paz (1865-1917), La primera Guerra Mundial y sus
consecuencias, La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, La Guerra
Fría y la Capellanía.

Génesis del Cuerpo de Capellanes

Los inicios de la Capellanía Militar de los Estados Unidos se remontan a


dos eras históricas muy significativas de nuestro país: el Periodo Colonial,
que va desde 1607 hasta 1775 y el periodo de la Revolución que ubicamos
entre los años 1775 y 1783. Los Capellanes se encontraban en cada una de
las campanas así como en el campo de batalla en estos dos conflictos, desde
la guerra Franco-indígena hasta Bunker Hill, desde Saratoga hasta
Yorktown. Durante estos periodos, los capellanes militares proveían
atención a las necesidades espirituales de los soldados, en medio de la
batalla a través de la predicación, la atención a heridos y honrando a los
muertos.

El Periodo Colonial

El Periodo Colonial, de 1607 a 1775, fue un tiempo en el que la religión


desempeño un papel mucho más significativo en las vidas de los

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norteamericanos de lo que significa hoy en día. Para los habitantes de las
colonias, el ministro era una figura de poder dentro de la comunidad.
Operaciones militares, grandes o pequeñas, nunca eran planeadas o
llevadas a cabo sin el ministro. Al clérigo siempre se le pedía su consejo y
que inspirara a los colonos que servían como cuerpo militar.

En un periodo de tiempo de 68 años, emergió una civilización única en


Norte América, en la que oleadas de inmigrantes europeos (principalmente
de las Islas Británicas, pero también de Alemania) fueron transformados, a
menudo en una generación, en americanos. Durante este tiempo ocurría de
manera simultánea, una guerra con las tribus nativas de América y los
franceses, en busca de obtener el poder económico del continente.

Desde sus estadios iniciales, el capellán, ataviado con su traje negro


de gruesa tela, acompañaba a la milicia colonial al campo de batalla. Las
fuerzas coloniales eran reclutadas de los residentes de la localidad y cuando
estos iban a la guerra, se llevaban a un ministro local, casi siempre un
clérigo de los mas jóvenes y mas físicamente aptos.

El Reverendo Samuel Stone de la Iglesia de Cristo en Hartford,


Connecticut, es un ejemplo del poder y la autoridad ejercida por un
capellán. Mientras capellanes que le antecedieron, acompañaban
expediciones al Nuevo Mundo, el Capellán Stone fue el primer capellán del
servicio activo en la América Inglesa. El sirvió en la Guerra contra los
Pequot de 1637, el primer conflicto de gran escala con nativos
norteamericanos en Nueva Inglaterra.

Increase Maher escribió en su libro “Historia Temprana de Nueva


Inglaterra” que cuando los lideres militares de una expedición contra los
Pequots, estuvieron en desacuerdo acerca de cómo atacar a la tribu – ya
fuera realizando un ataque directo río arriba por el Río Thames (Ahora
conocido como Connecticut), o atacar rodeando por la Bahía de
Narragansett (lo que ahora es Rhode Island) – se le pidió al Reverendo
Stone su opinión. El Reverendo Stone se apartó de ellos embarcándose en
el Pink (un tipo de bote de vela) y busco la dirección de Dios. La siguiente
mañana, Stone les dijo a los comandantes que era la voluntad de Dios que
fuera tomada la ruta de la Bahía de Narrangasett.

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Los comandantes hicieron lo que les había sido sugerido y los Pequots
fueron derrotados.

Durante las Guerras con Francia, que ocurrieron durante el periodo de


1689 a 1763, los capellanes acompañaban a sus hombres al campo de
batalla. Treinta y un capellanes fueron a la guerra en el último y mayor
conflicto del periodo colonial: La Guerra Franco India de 1754 a 1763.

Durante este conflicto, el joven George Washington, se dio cuenta de


la necesidad que había en que cada unidad militar tuviera acceso a un
capellán. Por dos años el intento sin éxito, convencer al gobernador de
Virginia, Dinwiddie, para que este autorizara a un capellán para las tropas a
su cargo, las cuales se encontraban resguardando la frontera de Virginia. El
escribió:

“El querer un capellán, concibo humildemente, refleja deshonra en el


regimiento, en la medida que al resto de los oficiales les es permitido. Los
caballeros de cuerpo armado son sensibles a esto y propusieron sostener a
uno corriendo ellos mismos con los gastos que esto implique. Pero yo
pienso que se vería mejor que el fuera nombrado tal y como otros lo son”.

Las tareas de los capellanes durante la época colonial incluían:


Servicios Dominicales de Adoración, Servicios Diarios de Oración, y
Visitación a Enfermos y Heridos. Aun y cuando no había una organización
formal de capellanes, aquellos que representaban varias denominaciones se
reunían, compartían tareas durante las predicaciones y se apoyaban unos a
otros con compañía intelectual, oración y compañerismo.

La Guerra de Revolución

La historia sobre los capellanes de la armada durante la Guerra de


Revolución, (1775-1783), es una crónica de la total entrega al servicio de los
demás y sacrificio personal. Durante la Guerra de Independencia, pastores
locales organizaban unidades militares desde sus propias congregaciones o
localidades, y a menudo las encabezaban a la batalla. Ellos sobrellevaban
sus heridas y sufrimiento. Ellos comprendían el hambre y privaciones, el
encarcelamiento y la soledad, la victoria y la derrota de los soldados.

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La historia de los capellanes de la Guerra de Revolución tiene sus
inicios en Lexington Green y Concord Bridge el 19 de abril de 1775. Un
grupo de clérigos de Nueva Inglaterra sirvió en Concord: William Emerson,
que mas tarde murió mientras estaba en el servicio activo; Joseph Thaxter,
quien mas tarde fue herido en Bunker Hill; Edmund Foster, un estudiante
de teología; y el Reverendo Doctor Philips Paysón.

Los últimos tres no solo ministraron a los miembros de la Armada de


Ciudadanos Americanos, además con su rifle al hombro pelearon como
soldados comunes. Se escribió del Reverendo Paysón que el tomó su
mosquete, se puso al frente de su unidad y los encabezó al ataque. William
Emerson sirvió en Concord, solo como capellán y le ha sido dada la
distinción de ser el primer capellán de la Guerra de Revolución.

La Armada Revolucionaria fue erigida sobre el concepto del antiguo


sistema de milicia, un plan que utilizaba a cada hombre disponible sin
importar su edad u ocupación. Los primeros en ser llamados fueron los
miembros de la Armada de Ciudadanos Americanos, la porción mas joven y
activa de la milicia. Después, los propios de la milicia, y finalmente aquellos
aplazados hasta el final, la Lista de Alarma. Estos eran los adultos mayores,
magistrados, mendigos (quienes no podían hacerse de un arma ellos
mismos), y el clero.

Algunos clérigos se distinguieron, de hecho por pelear en la Lista de


Alarma, así como también lo hicieron aquellos que encabezaron al grupo
conocido como “Old Men of Monotomy” en Lexington y Concord. Un grupo
de otros clérigos no estaban contentos con estar en casa aguardando para
entrar en acción. Y en vez de esperar sentados en casa a que la acción
llegara a ellos, se unieron a la Armada de Ciudadanos Americanos. Algunos
se fueron a la batalla con la Biblia y su mosquete. Mientras que otros
sirvieron solo como ministros.

Todos los capellanes militares sirvieron sin rango militar. Todos ellos eran
voluntarios.

El reverendo Benjamín Balch de Danvers, de Massachussets, por ejemplo,


sirvió como teniente en una compañía se Alarma bajo el mando de un

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diacono, el Capitán Edmund Putnam. Después de Lexington, Balch se
ofreció como voluntario para ser capellán del regimiento del Coronel
Ephraim Doolittle. En 1778, el se convirtió en el primer capellán de la joven
e inexperta Naval Norteamericana.

Cuando George Washington asumió el comando de las Fuerzas


Armadas Continentales en Cambridge, Massachussets, 15 quince clérigos
estaban sirviendo como capellanes en los veintitrés regimientos reunidos
alrededor de Boston.

En julio 29 de 1775, el Congreso Continental reconoció oficialmente a los


capellanes al votar a favor de que se les pagara a varios oficiales, así como a
personal enlistado en la Armada Continental que no estaba previamente
cubierto en su resolución del 16 de julio. Al capellán se le pagaban $20.00
dólares por mes, la misma cantidad que les era pagada a capitanes y jueces
intercesores. Este fue el primer reconocimiento oficial que un gobierno
Norteamericano hizo a los capellanes. Como tal, es considerada como la
fecha de nacimiento de la capellanía.

Fue precisamente la paga lo que finalmente le dio al capellán el


reconocimiento y aprobación oficial dentro de las fuerzas armadas. Hasta
entonces, el capellán había sido un voluntario. El clero fue muy lejos con tal
de servir a su país. Estaba dispuesto a morir por lo que creía. De 1775 a
1783 la historia de la capellanía, se desarrolla de manera paralela a las
Fuerzas Armadas Revolucionarias. Entre 222 y 238 capellanes sirvieron la
causa Americana. Se podía encontrar capellanes en cada una de las
diferentes campañas y los campos de batalla durante este largo conflicto.
Ellos fueron con sus soldados a Bunker Hill, Québec, White Plains,
Trenton, Princeton, Brandywine, Saratoga, Monmouth, King’s Mountain,
Camden, Yorktown.

Ellos tenían numerosas tareas. Además de acompañar a los soldados a la


batalla, las vicisitudes de la guerra los encontraban predicando en el
campo, visitando y cuidando de los enfermos y los heridos y ministrando a
los moribundos. El Ministerio de Acompañamiento es la tarea de mayor
importancia para un capellán. Para poder obtener credibilidad con sus
soldados, el capellán debe estar dispuesto a morir en el campo de batalla

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con sus feligreses. El debe estar dispuesto a compartir en los mismos
sufrimientos de sus feligreses.

El dos de enero de 1777, John Rosbrough, se convirtió en el primer capellán


caído en batalla durante este conflicto. Murió en la segunda batalla de
Trenton.

La Revolución, que inicio con un sistema de predicadores voluntarios a la


buena de Dios, culminó con un sistema organizado en capellanes de
brigada. La paga aumentó de los originalmente $20.00 dólares que ganaba
un capitán al sueldo devengado por un coronel, (ver articulo 4to de las
Reglas Originales y Artículos de Guerra, adoptados el 20 de septiembre de
1776). A los capellanes también se les comisionó a regimientos, compañías
y cuarteles. De manera adicional, la Armada Continental tenía capellanes
de hospital, un capellán alemán en disponibilidad, un capellán misionero
para con los nativos amigables y un capellán de división en el cuartel
general (Israel Evans). Todos eran protestantes, excepto el capellán de un
regimiento canadiense y un capellán voluntario en el Oeste, que era
católico-romano.

Reflexión: La mayoría de los capellanes en los inicios de los capellanes de


las fuerzas armadas de los Estados Unidos eran protestantes. ¿Cuál es la
situación en Venezuela? ¿Qué tipo de barreras enfrenta usted conforme se
prepara para ingresar a las fuerzas armadas como guerrero-sacerdote?

Desde el principio hasta el fin, los capellanes desempeñaron un papel muy


importante y visible en la Revolución. Durante el sitio de Yorktown, el
capellán Israel Evans fue parcialmente enterrado por la explosión de una
bala de cañón. Washington al haber presenciado el incidente, recomendó
que el capellán conservara su maltrecho sombrero como souvenir para su
familia.

En aquel gran día, cuando la paz por fin llegó, el 19 de abril de 1783, ocho
arduos años después de Concord Bridge, el capellán John Gano dirigió en
oración al personal reunido ahí, dando gracias por la independencia y la
victoria, desde la puerta de la primera capilla militar, el “Temple of

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Virtue”1, localizado en el Cuartel General del Comandante en Jefe en
Newburg, New York.

Esta capilla fue construida para albergar a una brigada en un servicio de


adoración. El 15 de Febrero de 1783, las ordenes generales indicaban: “El
nuevo edificio, que ha sido terminado para permitir que las tropas puedan
asistir a los servicios públicos de adoración, a partir de mañana se ordena
que en el se deberán realizar servicios divinos cada domingo dirigidos por
los varios capellanes de la región de New Windsor de manera rotativa”.

Además de haber hecho una labor sobresaliente durante la revolución, los


capellanes también desempeñaron un rol fundamental en el desarrollo de la
nueva nación. El antes capellán Abraham Baldwin representó a Georgia en
1787 en la Convención Constitucional de Philadelphia y fue uno de los 39
que firmaron la Constitución. El fue senador y fundador de la Universidad
de Georgia.

Su cuñado, Joel Barlow, uno de los últimos capellanes de la cuarta brigada


de Massachussets, se convirtió en un distinguido poeta y escritor de himnos
y representó a su país en misiones diplomáticas en Francia, Inglaterra, y
durante la Guerra Barbaria

Nathan Strong obtuvo gran reconocimiento dentro de su iglesia y realizó


labores de edición en la Revista Evangélica de Connecticut. Timothy
Dwight, otro destacado escritor de himnos, se convirtió en uno de los
rectores más famosos de Yale University, y su participación fue decisiva en
el avivamiento religioso que mas tarde arrasaría al campus de la
universidad y toda Nueva Inglaterra. Y finalmente, Israel Evans se convirtió
en capellán de la Corte General de New Hampshire.

La pregunta que yo ahora le hago: ¿Qué tipo de compromiso tiene usted?


¿Esta usted dispuesto a hacer lo que sea necesario para ser un capellán?
¿Tiene lo que se requiere para ser un capellán de las fuerzas armadas? ¿Es
la capellanía militar para usted? El llamado a la capellanía militar no es
para todos.

1
Templo de Virtud

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Un Tiempo de Gran Incertidumbre, 1783-1861

El periodo que va desde 1783 a 1861 fue de gran incertidumbre para la


capellanía militar. Cuando el General Henry Knox sucedió a George
Washington el 4 de diciembre de 1783, como comandante de las Fuerzas
Armadas Continentales, el congreso tomo la drástica acción de disolver sus
fuerzas armadas.

El 3 de enero de 1784, el congreso redujo su ejército a menos de 700


hombres y cinco meses después, el 2 de junio de 1784, se deshizo de sus
fuerzas armadas permanentes. El congreso creía que durante tiempos de
paz, las fuerzas armadas eran “incongruentes con los principios de gobierno
republicano, peligrosas para las libertades de personas libres y
generalmente se convertían en maquinas destructivas para establecer el
despotismo”. Todos los soldados fueron despedidos, salvo 25 soldados
rasos para resguardar las tiendas en el Fuerte Pitt y cincuenta y cinco mas
para cuidar las tiendas en West Point. Un numero proporcional de oficiales,
capitanes y rangos menores, le fue permitido quedarse en el ejercito
(Hourihan, 2004).

El General George Washington al Rescate

Esta de sobra afirmar, que no se encontró a ningún capellán desempeñando


ningún papel en el nuevo ejercito de los Estados Unidos. No fue sino hasta
1791 que el gran visionario, el General George Washington vino al rescate
de la capellanía. Como su ángel guardián, el recomendó el establecimiento
de una armada con cuatro regimientos con un total de 2,631 oficiales y
hombres incluyendo a un capellán por cada regimiento. El General Rufus
Putnam hizo una recomendación similar para incluir capellanes dentro de
la estructura militar a nivel estatal. Cuando la Constitución entro en
funciones en 1789, la fuerza del ejercito era la de un regimiento de 595
hombres.

Aún con el aumento en tamaño y las recomendaciones de dos grandes


generales para incluir a capellanes en las fuerzas armadas, el Congreso
todavía no reconoció la necesidad de capellanes. A lo largo de la revolución,
el congreso fue de la opinión de que un regimiento era una unidad

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demasiado pequeña para un capellán. En vez de eso decidió colocar a un
capellán a nivel de brigada, una unidad igual en tamaño a un regimiento
moderno. No fue sino hasta la creación de un segundo regimiento el 3 de
marzo de 1791, que el Congreso le autorizó al presidente el nombramiento
de un capellán. El capellán tenía derecho a $50.00 dólares por mes,
incluyendo paga, viáticos y alimentación.

El siguiente día, el 4 de Marzo de 1791, el Reverendo John Hurt de Virginia,


un sacerdote episcopal, fue nombrado el primer capellán de la única
brigada del ejercito. El capellán Hurt brindo sus servicios, por más de siete
años, en la Revolución como capellán del sexto Regimiento de Virginia. El
también participó con el cuarto, quinto y sexto regimiento en la campana
de Nueva Jersey de 1777. El 18 de Agosto de 1778 el fue designado como
Capellán de Brigada, ostentando tal rango hasta el fin de la guerra. El
capellán Hurt renunció el 30 de abril de 1794 y fue sucedido en el cargo por
David Jones, un ministro Bautista de Pennsylvania, quien como su
predecesor fungió como capellán durante siete años durante la Revolución.

La supervivencia de la capellanía continúa luchando contra la


incertidumbre. En la “Iniciativa de Indagación y Corrección del
Establecimiento Militar de los Estados Unidos”, aprobada el 30 de mayo de
1796, el capellán no fue incluido. Sin embargo, Dos años mas tarde, se
enmendó para incluir a cuatro capellanes. Cada uno de estos capellanes
recibiría la paga y los privilegios de un mayor.

A pesar de las ratificaciones en cuanto al reconocimiento del capellán


militar, cuando el Teniente General George Washington y el Inspector
General Alexander Hamilton realizaron una descripción detallada de
personal necesario para un ejército provisional para una posible guerra
contra Francia, no se incluyó al capellán. Parece ser que George
Washington asumió que cada general brigadier nominaría al capellán
autorizado por el congreso. Sin embargo, ese obviamente, no fue el caso.

La historia de 1799 a 1812 es casi una pagina vacía, salvo por la Iniciativa
del 12 de Abril de 1808, la cual autorizaba capellanes de brigada. Los
registros del Departamento de Guerra fueron destruidos cuando en 1814 los

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Ingleses quemaron Washington, D.C. En 1856, el general adjunto no pudo
encontrar lista alguna de capellanes previo al 2 de abril de 1813.

Solo los nombres de once capellanes regulares de la armada, que brindaron


sus servicios durante la Guerra de 1812 sobrevivieron. Sin embargo, los
regimientos de milicia por lo regular eran acompañados por capellanes. El
capellán James J. Wilmer, oriundo de Maryland, es el único capellán que se
sabe murió en acción durante esta guerra.

No se han encontrado nombres de capellanes católicos en los registros de


esta guerra, aunque historiadores católico-romanos asumen que hubo
algunos sacerdotes presentes durante la Batalla de Nueva Orleáns.

Cuatro capellanes fueron retenidos tras la reorganización de las fuerzas


armadas. Los capellanes de brigada recibieron la autorización en 1816, pero
esta iniciativa fue derogada dos años mas tarde, y los cuatro capellanes en
servicio activo fueron despedidos honorablemente.

En una ley que entró en efecto en enero de 1813, el Congreso confirmó que
hubiera un capellán por brigada, con la paga y los privilegios de un mayor
de infantería. Mediante la iniciativa del 18 de abril de 1814, se tomaron las
medidas necesarias para tener capellanes de regimiento con el salario de un
capitán de infantería.

Entre 1818 y 1838, parece no haberse tomado ninguna medida en cuanto a


la provisión de capellanes de brigada o regimiento. Sin embargo, los
capellanes continuaron participando con las milicias estatales. “La
Iniciativa para Regular el Staff de la Armada” (fechada el 14 de Abril de
1818) daba cabida a “un capellán que será asignado a la Academia Militar
de West Point con responsabilidades adicionales como profesor de
Geografía, historia y ética, con la paga de un instructor de matemáticas.
Desde entonces ha existido por lo menos un capellán del Ejercito Regular,
asignado a la Academia, desde el nombramiento de Adam Empie como
capellán y profesor de ética el 9 de agosto de 1813. Por los siguientes 20
años, desde 1818 hasta 1838, el capellán de West Point fue el único capellán
en la armada regular.

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La ausencia de nombres de capellanes del Registro Anual de Ejercito indica
la contratación de clérigos civiles en establecimientos militares, similares a
los “cirujanos ciudadanos” quienes tomaban el lugar de cirujanos regulares
asignados, en tiempos de emergencia. Cuando se llegaban a realizar
servicios, estos eran conducidos por oficiales con inclinaciones religiosas
hasta incluir predicadores viajeros y misioneros con los indios.

Aun cuando los capellanes brindaron sus servicios en las milicias estatales
durante todo este periodo, la Iniciativa Militar del 8 de mayo de 1792
omitió a los capellanes de su lista de oficiales. Sin embargo, en su enmienda
del 2 de marzo de 1803, la iniciativa permitió a un capellán por regimiento.
En la sección 9 de la Iniciativa para Proveer para el Llamado de la Milicia a
Ejecutar las Leyes de la Unión, suprimir la insurrección, etc.”, aprobado el
18 de Abril de 1814, el Congreso declaró: “Capellanes de Regimiento de la
milicia que han sido o serán llamados al servicio de los Estados Unidos,
deberán recibir la misma paga mensual axial como raciones, que recibe un
capitán de infantería con forraje adicional para un caballo”.

Esto en contraste con los capellanes de brigada de la Armada Regular


quienes, mediante la Iniciativa del 27 de enero de 1813, tenían el derecho a
recibir la misma paga y privilegios que un mayor de infantería. En un
marcada separación del pasado, la armada estableció el 5 de Julio de 1813,
un sistema de capellanía de cuartel. El capellán asignado a la Academia
Militar desde 1813 era de hecho un capellán de cuartel. Inicialmente 15
puestos fueron capellanes autorizados; eventualmente el numero aumento
a 20 y en 1849 a 30. Sin embargo, el total de capellanes rara vez llego a ser
aun ni la mitad de los permitidos por la ley.

El Capellán John Axton, Jr., el hijo de primer capellán en jefe, afirmó que
desde 1838 hasta 1861 hombres que no habían sido ordenados como
ministros fueron asignados por el Secretario de Guerra como capellanes.
Una de sus cualidades mas sobresalientes era su habilidad para conseguir la
paga y los beneficios de un capitán de caballería, lo cual era el sueldo en
aquel tiempo.

Dom Aidan Henry Germain, un historiador católico afirma:


“ocasionalmente, algún sargento entrado en años o incluso aun un cocinero

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jubilado, le era asignada la tarea de realizar servicios religiosos para el
regimiento”. Por otro lado, había muchos clérigos concientes y altamente
calificados que fungieron como capellanes durante este periodo.

Además de sus tareas regulares, la Iniciativa de 1838, ordenaba que los


capellanes se desempeñaran como maestros y bibliotecarios. Al principio, la
instrucción era limitada a niños y oficiales así como a otro personal del
ejército asignado a ese cuartel. Mas tarde, más que una escuela de cuartel;
se convirtió en escuela gratuita y publica para todo aquel que tuviera edad
escolar. Se permitía a los capellanes contar con un asistente si era
necesario, pero eran totalmente responsables de la educación.

De manera adicional, los capellanes generalmente tenían servicios


religiosos en asentamientos civiles, establecían congregaciones con los
indios, oficiaban en diferentes eventos, visitaban a los enfermos, a
prisioneros y soldados en guarniciones; fungían como jardineros del cuartel
y ocasionalmente hacían labores de asesoría legal.

Contribuciones intelectuales de los capellanes

Aun y cuando este periodo puede haber sido un periodo de gran


incertidumbre, los capellanes no solo fueron de gran trascendencia
pastoral, sino que además, también realizaron contribuciones intelectuales.
Los capellanes asignados a la Academia Militar de los Estados Unidos en
West Point, por ejemplo, fueron asignados como predicadores y pastores
así como también profesores de historia, geografía y ética. Desde 1813 hasta
1896 ellos enseñaron historia americana y europea, geografía, moral y
filosofía política, ley constitucional, ley internacional y gramática inglesa a
cada una de las clases de graduados del cuerpo de cadetes.

Robert E. Lee, Thomas J. “Stonewall” Jackson y William T. Sherman fueron


algunos de los cadetes que mas tarde escribieron que “el curso del capellán”
les había introducido a importantes conceptos intelectuales. De Hecho, los
libros de texto que los capellanes usaban, argumentaban la mayoría de los
asuntos éticos de la Guerra Civil, guerra total, rendición incondicional,
desagravio y saqueo, veinte años antes que la primera arma fuera disparada
en el Fuerte Suéter.

M5- CAPELLANIA / 15
Walter L. Fleming, profesor de historia de la Universidad Estatal de
Louisiana a principios de siglo y un experto en educación temprana en
West Point, llegó hasta afirmar que a la luz de la historia posterior a la
Guerra Civil, el Curso del Capellán fue uno de los más importantes cursos
en la Academia.

La Guerra con México

En la víspera de la Guerra con México en 1846, hubo 13 capellanes con


responsabilidades en el servicio activo. Todos sirvieron en capacidad de
capellanes de cuartel incluyendo al capellán de West Point. A principios de
1847, el Congreso autorizo capellanes de brigada y permitió que los
capellanes de cuartel brindaran sus servicios con unidades tácticas de
campo. Cuando inicio la guerra, la capellanía de las fuerzas armadas de los
Estados Unidos era estrictamente protestante. La falta de sacerdotes
católicos pronto se convirtió en un problema político. La propaganda
Mexicana jugo un papel muy importante en la guerra como una especie de
cruzada anglosajona contra el México católico.

Para estimular la deserción, México ofreció 320 hectáreas de tierra a los


hombres que se enlistaran así como extensiones de tierra de acuerdo al
rango de los oficiales. Un número de inmigrantes irlandeses y alemanes
desertaron para formar el Batallón de San Patricio en la Armada Mexicana.

Para contrarrestar esto, el 20 de mayo de 1846 el Presidente Polo invito al


Arzobispo Hughes de Nueva Cork, al Arzobispo Kenrick de San Louis y al
Arzobispo Portier de Mobile a la Casa Blanca para discutir el problema. Los
Arzobispos estuvieron de acuerdo a que de manera inmediata se remediara
esta situación y se pusieron en contacto con el Reverendo Verhaegen,
visitador de la Sociedad de Jesús, con el afán de conseguir su ayuda. En un
periodo de seis semanas, dos sacerdotes Jesuitas se unieron en el Río
Grande a las fuerzas del General Zachary Taylor. Ellos eran John McElroy,
Pastor de la Iglesia de Santísima Trinidad, de Washington, D.C. y Anthony
Rey, profesor de filosofía en la Universidad de Georgetown. McElroy brindó
sus servicios durante lo que duro la guerra.

M5- CAPELLANIA / 16
El capellán Rey se desempeño con distinción en la batalla de Monterrey.
Mas tarde en enero 1847, mientras se encontraba solo en una zona
desprotegida, fue muerto por miembros de la guerrilla Mexicana. El se
convirtió en el primer capellán católico-romano en servicio de la Armada de
los Estados Unidos, en morir en combate. El fue también el único capellán
que murió durante la guerra.

El Desafió Constitucional

Mientras tanto, críticos de la capellanía, lanzaban en 1850, una ronda de


oposición afirmando que el empleo de capellanes por el gobierno federal
era anticonstitucional. Un comité judicial del congreso respondió a las
objeciones. Otra ronda de objeciones tuvo lugar en 1853 y en 1856. Y en tres
ocasiones el comité judicial defendió la constitucionalidad de la capellanía.
Durante este periodo los tres sacerdotes católico-romanos estuvieron en el
servicio como capellanes de cuartel. El Reverendo Samuel Milley ocupó el
puesto de capellán de cuartel en el Fuerte Monterey, California, de
septiembre de 1849 a febrero de 1850, y es considerado como el primer
capellán regular católico-romano de las fuerzas armadas. Otro sacerdote
católico, Ignacio Ramírez, le sustituyo y estuvo en servicio de 1850 a 1852.
De 1855 a 1859, el reverendo Michael Sheehan fungió como capellán en el
Fuerte Belknap en Texas.

También de acuerdo a los registros del Departamento de Guerra, el


Reverendo Meter John DeSmet, S.F. 1n 1858, ocupó el puesto de capellán
en la expedición Mormon, bajo el brigadier General William S. Harney.
Aparte de estos sacerdotes, todos los capellanes de las fuerzas armadas
regulares parecen haber sido protestantes.

Salvo por capellanes voluntarios, nombramientos presidenciales especiales,


y capellanes de la milicia, ochenta capellanes de la armada fueron
asignados entre el 2 de abril de 1813, (cuando inician los registros
recuperados) y el 26 de marzo de 1856, (cuando el General Adjunto Samuel
Cooper recopilo la lista de capellanes). De estos, 43 fueron episcopales, 11
presbiterianos, 5 bautistas, 3 metodistas, 3 católico-romanos, 1
universalista, uno de la holandesa reformada, 1 luterano y 12 de afiliación
desconocida.

M5- CAPELLANIA / 17
La Guerra Civil (o la Primera Guerra Moderna), 1861-1865

La Guerra Civil, 1861-1865 fue el evento histórico mas significativo que


afecto a la Norteamérica del siglo 19, de la misma forma que la Revolución
afectó al siglo 18. Justamente como la Revolución vio el involucramiento
del capellán, así fue en la Guerra Civil. La magnitud de esta guerra
empequeñeció la guerra de 1776. El tamaño de la Guerra Civil fue de tal
enormidad y su destrucción fue tan grande, que el conflicto ha sido llamado
la primera guerra moderna.

Abrazar la Capellanía

Fue durante la Guerra Civil que fue verdaderamente abrazada la capellanía.


Por casi cuatro años, grandes grupos voluntarios armados de ciudadanos-
soldados pelearon cuerpo a cuerpo unos con otros en una serie de
campañas y batallas a lo largo y ancho de vastas extensiones geográficas.
Gobernadores, oficiales de cuartel o de regimiento así como autoridades
federales asignaron un estimado de 3000 capellanes a las fuerzas de la
Unión. Fue aquí que se reconoció la necesidad de capellanes militares.
Conocemos el nombre de más de 2300 de estos capellanes. El numero mas
grande de capellanes activos que sirvieron en esta época fue de 1079. Hubo
930 capellanes de regimiento, 117 capellanes de hospital y 32 capellanes de
cuartel.

Sesenta y seis capellanes murieron en el servicio de su país durante este


conflicto, incluyendo al Capellán U.P. Gardner de la décimo tercera
infantería de Kansas, quien después de identificarse como capellán fue
acribillado por un miembro de la guerrilla de los bandidos de Quantrell, el
día 22 de noviembre de 1864, en el condado de Cherokee. El bandido era un
chico de diecisiete anos con el nombre de Jesse James.

Por el lado de los confederados los registros existentes también están


incompletos. El número de capellanes que participaron dentro de las filas
de los confederados era de entre 600 y 1000. 25 capellanes confederados
murieron en la guerra.

Los capellanes de la Guerra Civil caían dentro de tres categorías: capellanes


de regimiento, capellanes de cuartel y capellanes de hospital. Las treinta
M5- CAPELLANIA / 18
posiciones mencionadas anteriormente todavía existían, aunque con
algunas responsabilidades bélicas adicionales. El mayor flujo de capellanes
vino con el llamado de los estados a la formación de tropas. De acuerdo a
las antiguas leyes de milicia, cada regimiento debía tener un capellán. En
julio de 1861, cuando 500,000 voluntarios respondieron al llamado a
voluntarios para la batalla, hubo una clara necesidad de más capellanes. El
comandante de los regimientos tenía la autoridad para asignar capellanes
con el voto y recomendación de los oficiales de campo y comandantes de
compañía.

Los requisitos para el cargo de capellán de regimiento fueron especificados


en la Iniciativa del Congreso con fecha del 3 de agosto de 1861. Para poder
aspirar al puesto de capellán, la persona debía ser un ministro ordenado de
alguna denominación cristiana.

Al ver las limitaciones de esta ley, el presidente Abraham Lincoln, cambio la


iniciativa del congreso para que esta incluyera a otros grupos de fe, en
específico de la religión Judía.

La sección que indicaba los requisitos fue cambiada el 17 de julio de 1862,


para que indicara lo siguiente:

“Que ninguna persona que no sea un ministro regular ordenado de alguna


denominación religiosa y que no presente testimonio de su buena condición
como ministro, con recomendaciones de su nombramiento como capellán
de la armada por medio de algún cuerpo eclesiástico o no menos de cinco
ministros acreditados pertenecientes a la misma denominación religiosa,
no podrá ser designado capellán de la armada de los Estados Unidos”.

Este cambio vino como resultado de una solicitud que la Junta de


Delegados Israelitas Americanos hiciera al presidente Abraham Lincoln. La
Junta solicitaba que se incluyera una consideración que les permitiera a los
clérigos Judíos brindar sus servicios como capellanes militares.

La manera de designar y comisionar capellanes en los regimientos de


voluntarios variaba en gran manera, y muchos participaron aun sin haber
sido comisionados. La mayoría de los estados consideraba que las
comisiones fueran hechas por el gobernador, mediante el uso de la misma
M5- CAPELLANIA / 19
forma de comisión dada a los capellanes. Wisconsin y Rhode Island
comisionaron a algunos pero a otros no. New Hampshire dio una comisión
para que el capellán mantuviera su puesto a discreción del coronel del
regimiento.

Capellanes militares regulares eran comisionados de acuerdo a lo previsto


por los Artículos de Guerra. Los capellanes de hospital recibían una
comisión firmada por el presidente y el secretario de guerra. No se hicieron
consideraciones específicas en relación a las comisiones de capellanes de
cuartel, con excepción de que la designación fuera hecha por el consejo
administrativo del cuartel y que los mecanismos para la designación fueran
enviados de inmediato a la oficina del General Adjunto.

La falta de estandarización en el proceso de comisiones, resulto en la


presencia de un montón de capellanes extraoficiales en toda la armada.
Había tres tipos de capellanes extraoficiales: clérigos y evangelistas laicos
que simplemente llevaban a cabo servicios en los campos o hasta se hacían
seguidores de la armada; clérigos adheridos a las Comisiones Cristianas de
los Estados Unidos; y capellanes de hospital designados por el presidente.

La Iniciativa del 9 de abril de 1864 llevó a una considerable mejoría en la


organización de la capellanía. Esta iniciativa daba reconocimiento al rango
de capellán, sin mando, en el servicio regular y voluntario de los Estados
Unidos. Hasta ese momento a los capellanes se les había tratado por
costumbre, como capitanes.

Como resultado, algunos capellanes causaron controversia al vestir


uniforme e insignia de capitán hasta incluir espada y pistola. La Orden
General No. 112 (1861), había autorizado que “el uniforme de capellán de la
armada seria una levita negra sencilla, con cuello levantado y una fila de
nueve botones de bronce; pantalones negros sencillos, sombrero negro de
fieltro o gorra de la armada sin ornamentos”. Este se mantuvo como el
uniforme estándar aprobado por la duración del conflicto.

La Guerra Civil sirvió como el cimiento de la estandarización del Cuerpo de


Capellanes tal y como lo conocemos hoy en día. Durante este periodo la
Capellanía de la Armada desarrollo de manera primitiva muchos de los

M5- CAPELLANIA / 20
procedimientos que hasta hoy aun existen (Dickens, 1999). En los periodos
iniciales, el clero militar servia en capacidad de predicadores, pastores y
combatientes. La Guerra Civil vio menos énfasis en el “pastor-combatiente”
enfocándose más en su capacidad de ministro espiritual. Además, la Guerra
Civil por primera vez fue testigo del gran número de capellanes católicos en
el campo de batalla, el advenimiento de los primeros capellanes judíos y los
primeros capellanes negros e indios.

Héroes Espirituales Notables

A lo largo de la historia de esta guerra, existe un número de héroes


espirituales que destacan. El Capellán William Hoge, por ejemplo, que
dirigía una organización para traer biblias de Inglaterra para los soldados
sureños. En Capellán William Corby (Cuya estatua puede verse en el
cementerio Ridge) y que administro la extrema unción, bajo una lluvia de
fuego, a soldados que agonizaban, dándole la absolución a la Brigada
Irlandesa minutos antes que 506 de esos soldados yacieran muertos en
campo de Gettysburg.

El Capellán Charles McCabe quien rehusó escapar durante la retirada de


Winchester para de esa forma poder quedarse con sus soldados heridos y
más tarde como prisionero de guerra, mantenía la moral en la Prisión
Lobby. El Capellán Robert Browne del 100 Pensylvania de infantería, a
quien se le atribuye en la historia de su unidad, el haber caminado en el
frente de batalla con tal calma y valor que inspiraba a sus hombres a estar
firmes y pelear.

Tres capellanes ganaron el más alto reconocimiento en la Guerra Civil – La


medalla de Honor del Congreso. Al Capellán John Whitehead del Décimo
quinto Indiana de infantería, le fue otorgada la medalla por haber llevado
cargando soldados heridos a la retaguardia bajo fuego intenso en el Rió
Stone en Tennessee, en 1862. El capellán Francis O Hall, fue galardonado
en Salem Heights, Virginia en 1863, cuando servia como capellán de
regimiento del Décimo sexto New York de infantería. La tercera Medalla de
Honor la gano el Capellán Milton L. Haney del 55 Illinois de infantería
durante una dura pelea cerca de Atlanta en 1864. A diferencia de los
capellanes Whitehead y Hall, Haney, según la declaratoria, “de manera

M5- CAPELLANIA / 21
voluntaria llevo su mosquete en las filas de su regimiento y actuó de
manera heroica al retomar instalaciones federales que habían sido
capturadas por el enemigo”.

El espíritu de los clérigos combatientes, en la tradición de los Arzobispos


Tupín y Odo, todavía se mantenía vivo en esta guerra. Algunos 97 clérigos
de la Unión sirvieron en combate antes de su designación como capellanes.
Un buen número de clérigos se movieron en dirección contraria, sirviendo
como oficiales de línea. Uno, el Reverendo William A. Pile, quien fuera
originalmente asignado como capellán a un regimiento de Missouri en
1861, culminó la guerra como un valiente Mayor General de la infantería.

Capellanes y Minorías

Aunado al gran numero de sacerdotes católicos como capellanes, la Guerra


Civil también presenció la designación de los primeros capellanes negros y
judíos. Al primer capellán judío en servir en esa capacidad, fue Michael
Mitchell Allen, debidamente electo para el puesto por los oficiales del 65
regimiento, quinto Pennsylvania de caballería, conocido como los
“Dragones de Cameron”, y quien al darse cuenta del sobrenombre, renunció
argumentando “mala salud’ y así evitar la humillación de ser despedido.

El Capellán Allen fue descalificado de servir como capellán por dos razones:
no había sido ordenado y no era cristiano, sino cantante de himnos
litúrgicos en una sinagoga. El regimiento entonces eligió al Rabino Arnold
Fischel para de esta forma poner a prueba la constitucionalidad de la
consideración cristiana de la ley. Su solicitud para una comisión fue
negada. Muchas peticiones así como cabildeo siguieron. Como resultado el
17 de julio de 1862, el congreso cambio la ley, de modo que se permitía a
clérigos judíos fungir como capellanes militares. El destacado académico
judío Bertram W. Korn, escribe en su libro “Judíos Americanos en la
Guerra Civil” que hasta donde el sabe, esta fue la primera victoria de los
judíos norteamericanos que involucraban directamente al gobierno federal.

M5- CAPELLANIA / 22
Fischel fungió como capellán civil durante la guerra, sirviendo “por área” a
personal judío en la armada del Potomac.

El primer capellán judío autorizado en las fuerzas armadas de los Estados


Unidos, el Rabino Jacob Frankel, de la Congregación Roden Shalom de
Philadelphia, fue comisionado por el presidente Lincoln el 18 de
Septiembre de 1862.El estuvo en funciones hasta el 1 de Julio de 1865. El
primer rabino en participar como capellán de regimiento y presenciar
combate como capellán de las fuerzas armadas americanas fue el Capellán
Ferdinand Leopold Sarner. Oriundo de Alemania, fue electo capellán por
los oficiales del regimiento predominante mente alemán, el 54 New York de
voluntarios, el “Schwarze Jaeger”, prestando sus servicios entre el 10 de
Abril de 1863 y el 3 de Octubre de 1864. Su despido del ejército se debió a
razones médicas que resultaron de una seria herida que recibió en la Batalla
de Gettysburg.

La Guerra Civil y también marcó, por primera vez, el uso a gran escala de
tropas afro americanas en la armada de manera regular, tanto en combate
como en funciones de apoyo. Al término de la guerra había 158 regimientos
de afro americanos en las fuerzas armadas de la Unión. Y aunque todos los
oficiales y la mayoría de los capellanes con estos regimientos eran blancos,
doce de los regimientos tenían capellanes afro americanos.

El primer capellán afro americano se cree que fue el Reverendo Henry


McNeal Turner, un pastor de Baltimore, Maryland. En 1863 Turner se
convirtió en el capellán del primer regimiento de las tropas de color de los
Estados Unidos. El ocupó este sitio hasta 1865, mas tarde “formó parte del
cuerpo legislativo de Georgia, fue obispo de la Iglesia Episcopal Metodista
Africana, fundador de varias publicaciones religiosas y rector de una
universidad”.

La Primera Capellán Mujer

Otro hito fue la elección de la Señora Ella E. Gibson Hobart, miembro de la


Sociedad Religió-Filosófica de Saint Charles, en Illinois, como capellán del
primer regimiento de artillería pesada de Wisconsin. La capellana Hobart,
cuyo marido era también un capellán, ocupó esta posición por varios meses

M5- CAPELLANIA / 23
en 1864, hasta que el Secretario de Guerra Stanton se rehusó a reconocer su
estatus debido a su sexo y al deseo del Departamento de Guerra de no
establecer un precedente. El presidente Lincoln escribió que el “no tenia
objeción alguna a su designación”, pero sentía que la decisión final
dependía del Secretario Stanton.

Tareas y responsabilidades de un capellán

Las tareas de un capellán durante la Guerra Civil comprendían muchas


áreas. Entre lo mas importante se encontraban los servicios de adoración,
los cuales se realizaban en tiendas, al aire libre y alrededor de fogatas. Los
servicios a menudo eran por lo general ecuménicos, con capellanes
católicos y protestantes compartiendo el liderazgo. Los temas de los
sermones eran acerca del patriotismo a la causa o amonestaciones contra
“malas” conductas (por ejemplo decir malas palabras, practicar juegos de
azar, borracheras y cosas por el estilo). Tareas adicionales, incluían
servicios vespertinos de oración, oraciones en desfiles de gala y oficiar
ceremonias de boda, bautismos, funerales y entierros. Los capellanes
realizaban funciones pastorales mediante la consejeria, ofreciendo guianza
y consolando a los enfermos y heridos. Ellos formaban sociedades de
templanza y sobriedad y abrían escuelas informales para enseñar a los
soldados analfabetas a leer y escribir. Entre otras tareas asignadas a los
capellanes estaban las de cartero, escritor público para los heridos y los
soldados que agonizaban, redactor de cartas explicando la muerte de un
soldado, banquero, conductor de ambulancia, abogado defensor y
reclutador de la armada.

Con el fin del conflicto en abril de 1865, la gran maquinaria militar que era
el Ejercito de la Unión, fue rápidamente desmantelada y sus masas de
ciudadanos voluntarios-soldados, incluyendo a capellanes, regresaron a sus
actividades previas a la guerra.

Los Largos Años de Paz, 1865-1917

Durante los largos años de paz entre 1865 y 1891, los Estados Unidos
redujeron sus fuerzas armadas a 57,722 en 1866. Diez anos más tarde, en
1876, el ejército fue reducido aun más a 27,472, nivel que seria mantenido

M5- CAPELLANIA / 24
hasta la guerra contra España en 1898. De igual forma, como antes de la
Guerra Civil, el ejército se dispersó a todo lo largo y ancho del país, siendo
sus principales actividades dirigidas en contra de las tribus indígenas del
oeste así como a mantener las extensas fortificaciones costeras que
protegían los puertos nacionales.

Treinta capellanes se desempeñaron en este pequeño ejército durante el


tiempo de paz. Este era justo el mismo número antes de 1861, y el mismo
numero de efectivos para tiempos de paz casi el doble de grande. Hubo, sin
embargo, un cambio, la suma de seis clérigos como capellanes de
regimiento para los seis nuevos regimientos de afro americanos de las
fuerzas regulares. En 1869, esto se redujo a cuatro regimientos, el noveno y
décimo de caballería y el vigésimo cuarto y vigésimo quinto de infantería.

Capellanes Afro Americanos para Regimientos Afro


Americanos

Hasta 1884, los capellanes de estos regimientos eran blancos. La


designación como capellán, ese año de Henry V. Plumier, un clérigo afro
americano, del noveno regimiento, inicio un cambio que resultaría en 1898,
en que todos los regimientos afro americanos tenían capellanes. Allen
Allensworth se convirtió en capellán del vigésimo cuarto regimiento de
infantería en 1886, Theophilus G. Stewart se unió al vigésimo quinto de
infantería en 1891, George W. Prioleau reemplazo al capellán Plumier en
1895 y en 1897 William T. Anderson fue nombrado capellán del décimo de
caballería.

De los ocho afro americanos comisionados por el ejercito regular de los


Estados Unidos entre la Guerra Civil y la Guerra contra España, cinco eran
capellanes. El Capellán Allensworth, por ejemplo, participó con el vigésimo
cuarto de infantería por dos décadas, desde 1866 hasta 1906. Nacido como
esclavo en Kentucky en 1842, peleo en la Guerra Civil tanto el la armada
como la naval del ejercito de la Unión, siendo mas tarde despedido, al
termino del conflicto como oficial en jefe. Un exitoso pastor con la Unión de
Iglesias Bautistas de Cincinnati, Ohio, Allensworth antes de ingresar al

M5- CAPELLANIA / 25
ejercito era conocido como educador en capellanía, y cuando de jubilo en
1906 no era solo el segundo capellán de las fuerzas armadas en alcanzar el
rango de teniente coronel (de entre 54) sino que además era el afro
americano de mas alto rango en el ejercito norteamericano en aquel
tiempo.

Carencia de un superior eclesiástico

Así que entre 1869 y 1898, la capellanía de la armada se mantuvo con un


total de 34 hombres. Estos se encontraban dispersos desde West Point en el
noreste hasta el Fuerte Concho en el suroeste, y su ministerio era por
necesidad uno individual. Earl F. Stover en su escrito Up from Handymen:
The United States Army Chaplaincy, 1865-1920, describe de la siguiente
manera la posición en la que los capellanes se encontraban durante aquel
periodo: “Ninguno de ellos contaba con un superior eclesiástico dentro del
ejercito, como un Jefe de Capellanes o un Capellán General; eran
ultimadamente responsables ante el único a quien le enviaban sus reportes,
el General Adjunto del Ejercito. La oficina del General Adjunto llevaba los
registros, establecía sus asignaciones, aprobaba o desaprobaba sus
peticiones de licencia, y se aseguraba que cumplieran con sus tareas de
acuerdo a la legislatura del congreso y las normas del ejército. Sin embargo,
parecía manifestar poco interés, si acaso, el mejoramiento de la capellanía y
la guerra religiosa de los soldados y sus familias”.

Comisión Directa

Los capellanes del ejército eran directamente comisionados por el


presidente de los Estados Unidos, de acuerdo a la iniciativa del 2 de marzo
de 1867. Esta misma iniciativa les dio el mismo estatus que otros oficiales
en lo que se refiere a tenencia, jubilación, mesada y pensión. Para obtener
un nombramiento a la capellanía, el solicitante tenia que ser un ministro
regular ordenado y recomendado por “algún cuerpo eclesiástico autorizado”
o “cinco ministros acreditados” de su denominación. El también debía
presentar testimoniales que atestiguaran de su solvencia moral. A un
capellán se le requería que realizara un servicio religioso público en el
cuartel, por lo menos una vez cada domingo y que cerrara con un pequeño
sermón apropiado para los soldados. El debía llevar a cabo servicios en los

M5- CAPELLANIA / 26
entierros y ministrar a los enfermos. Como educador, el debía enseñar a los
niños y enlistar a los hombres. Finalmente, el debía enviar un reporte
mensual a la oficina del General Adjunto, en relación con la condición
moral de su regimiento o cuartel, incluyendo el numero de matrimonios,
bautismos, etc. que hubiera oficiado. Los capellanes tenían el rango de
capitán, pero no portaban insignia de rango.

El Uniforme del Capellán

Hasta 1884 los capellanes vistieron variaciones de la vestimenta sencilla


negra preferida por los clérigos de ese periodo, solo con la adición de un
cayado de pastor de plata en una correa al hombro hecha de terciopelo, la
cual fue autorizada en 1880 por la Orden General No. 10. Un cambio mas
marcado vino en 1884 cuando la Circular No. 1 indicaba que los capellanes
debían vestir el uniforme llamado “rasurado para oficiales” pero no debían
llevar puesto el uniforme completo de oficiales de estaf.

Tareas y responsabilidades

La expansión hacia el oeste de esta época le dio al ejército algunas misiones,


incluyendo la administración de políticas federales a los pueblos indígenas,
proteger la vida y propiedad de los colonizadores y aplicar las leyes
federales en los territorios. Los capellanes, también, fueron llamados para
proporcionar una variedad de tareas y servicios para las comunidades en
expansión. Legalmente, se requería que los capellanes condujeran por lo
menos un servicio en el cuartel cada domingo, entierro, visita a los
enfermos así como operar las escuelas del cuartel. Además, a menudo eran
llamados a desempeñar tareas como bibliotecario, jardinero, comisario y
administrador de panadería, tesorero del cuartel y abogado defensor. Y
eran precisamente estas tareas las que comúnmente eran la base de la
evaluación usada por el comandante de cuartel para medir el desempeño de
su capellán.

El papel de educador demandaba la mayor parte del tiempo del capellán.


Aun que soldados competentes eran en ocasiones asignados para ayudarle.
Era común que el capellán era quien de hecho impartía la clase. El también
supervisaba las escuelas del cuartel para niños de conscriptos. Las

M5- CAPELLANIA / 27
condiciones eran por lo general pobres. Libros, muebles y apoyos
pedagógicos eran a menudo inadecuados o inexistentes. Por lo general los
estudiantes estaban desinteresados o muy cansados como para poder
aprender.

En 1878, el Departamento de Guerra publicó una orden describiendo las


obligaciones de aquellas personas responsables de operar las escuelas de
los cuarteles. La orden contemplaba a un inspector como visitador de las
escuelas y para estandarizar los métodos de instrucción. El Coronel
Alexander McCook fue el primer inspector y su asistente fue el Capellán
George G. Mullins, un instructor efectivo que intento elevar el sistema
educativo del ejercito y establecer bibliotecas y salas de lectura mas
adecuadas en los cuarteles.

Ministerio a los Reclusos

Un aspecto muy importante del ministerio de cada capellán era el de visitar


las prisiones. Un capellán era asignado a la Prisión Militar de los Estados
Unidos en el fuerte Leavenworth, en Kansas. Aquí, el capellán Andrew D,
Mitchell auxilio a internos por medio de visitas individuales, organizando
una biblioteca, conduciendo servicios los domingos y distribuyendo libros
de texto y materiales de escritura a los prisioneros. El también encontró
reos que pudieran asesorar a otros reos dentro de la prisión. El capellán
John B. McCleery, quien sucedió a Mitchell, dispuso que se realizaran
servicios católicos mensuales, organizó una sociedad de templanza y
sobriedad y estableció una escuela que se reunía dos horas el domingo. Los
estudiantes de la escuela asistían a tres grados (primarios, elementales y
avanzados) y todos eran enseñados por compañeros prisioneros. Solo se le
permitió a 100 reos asistir. Su sucesor, el capellán Charles C. Pierce, con la
aprobación del Secretario de Guerra y el comandante de la prisión,
ampliaron la escuela. La escuela tenia áreas de aulas, se compraron
escritorios y las clases se reunían cada semana.

Ministrando a Nativos Americanos

Las actitudes de los capellanes hacia los indios eran ambivalentes. Aunque
algunos capellanes, tras haber sido directamente atacados o haber tenido

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que enterrar muchos cuerpos, consideraban a los indios como salvajes,
algunos capellanes les ministraron, les bautizaron y aun cabildearon a su
favor en Washington. Este ministerio a menudo empezó con los “scouts”2,
soldados o prisioneros en o cerca de los cuarteles.

El capellán Edgard J. Vattmann, un sacerdote católico le ministró a los


indios tanto en aspectos seculares como religiosos. El llevó a cabo, servicios
eclesiásticos especiales así como también de canto; impartió clases de
catecismo y bautizo a quien se lo pidió. El bendecía matrimonios y conducía
servicios funerales. Entre sus tareas seculares, Vattmann recopilo el
Vocabulario de un Soldado Sioux, tradujo un libro de geografía y otro de
historia de los Estados Unidos al lenguaje de los Sioux e inicio una escuela
para esposas de los indios enlistados en el ejercito.

El movimiento de templanza y sobriedad tuvo una influencia importante


sobre los capellanes que veían a la embriagues como un serio problema
entre las tropas. Los capellanes iniciaron sesiones grupales e hicieron que
los participantes firmaran Promesas de Abstinencia.

Las actitudes de los oficiales hacia los capellanes

Muchos oficiales del ejercito sentian que los capellanes eran de manera
frecuente ineficaces y que sus programas religiosos no tenían éxito.
Pensaban que clérigos sobre trabajados o enfermos se convertían en
capellanes por medio de amiguismos políticos. Otra área problemática era
la barrera social creada por la militar. Las costumbres militares separaban a
oficiales de otros no comisionados, hombres enlistados y sus familias. Era
difícil para los capellanes reunir en pleno a todo el cuartel a la hora de
adorar. De manera adicional, algunos oficiales objetaron el que se
comisionara al capellán en un grado equivalente al de capitán, cuando a
ellos les llevaba tanto tiempo alcanzar ese mismo rango. Otros se opusieron
a los movimientos de templanza y sobriedad así como a la observancia del
Sabbath.

Como medio para abordar la critica que se había levantado en torno a los
capellanes, el Capellán Orville J. Nave organizó “La Comisión Cristiana

2
indios rastreadores

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Unida” que era un grupo de representantes de la iglesia. Este grupo
persuadió a cada iglesia de la comisión a que formara un comité, “para
averiguar y certificar la condición, el carácter y las cualidades” de sus
aspirantes a capellán. En 1890, La Iglesia Católica, ya había establecido una
comisión de arzobispos para reclutar sacerdotes para capellanía. La Iglesia
Episcopal Metodista (Norte), formó una agencia de endoso eclesiástico en
1892. Ese año, la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana, hizo lo
mismo. Y esta a su vez fue emulada por la Iglesia Episcopal Protestante,
pero en el año de 1898.

La Guerra Hispano-Norteamericana

Como en la Revolución, La Guerra contra México y la Guerra Civil, la


Guerra Hispano-Norteamericana de 1898 fue testigo de un gran numero de
clérigos con un reavivado sentido patriótico para servir con regimientos de
voluntarios de reciente creación. Esta guerra fue la primera en la que los
capellanes acompañaron a las tropas a ultramar. También fue la primera
guerra en la que los capellanes fueron al conflicto oficialmente designados
como no-combatientes, Ya que los Estados Unidos habían firmado los
acuerdos de la Convención de Ginebra en 1882.

En esta breve guerra, que duro menos de cuatro meses, solo un limitado
número de capellanes vieron combate. Aquellos que lo hicieron eran
principalmente regulares del ejército. El Capellán Leslie R. Groves del
octavo regimiento de infantería, padre del Teniente General Leslie R.
Groves Jr.3, presencio acción con su unidad en Cuba en la batalla de El
Caney. El Capellán Henry Swift del décimo tercero regimiento de infantería

Fue recomendado como recipiente de la medalla de Honor durante su


participación en la campaña de Puerto rico. Henry A. Brown, el capellán
con la unidad de voluntarios más famosa de esta guerra, la primera unidad
de voluntarios de caballería de los Estados Unidos, también conocidos
como los “Rough Riders”4 fue felicitado públicamente en dos ocasiones por
su coronel, Theodore Roosevelt. El en aquel entonces futuro presidente,

3
Contribuyo a la construcción del Pentágono y fue director del Proyecto Manhattan, que dio lugar a la bomba
atómica durante la Segunda Guerra Mundial
4
N. del T. “Los Jinetes Rudos”

M5- CAPELLANIA / 30
endoso su solicitud para una comisión en la armada regular, diciendo que el
“había mostrado gran valor y humanidad al socorrer a mis heridos bajo
fuertes intenso fuego enemigo”.

El Capellán William D. McKinnon acompañó a las primeras tropas que


partieron de San Francisco con destino a Manila en 25 de mayo de 1898.
Mientras se encontraba en transito en la ciudad de Pekín, McKinnon visto a
las tropas, celebró misas diarias, dos veces en los Domingos, escucho
confesiones y condujo clases a conversos. El también dio sermones a no-
católicos. En Manila, McKinnon celebro misa, visito a las tropas en las
barracas, la enfermería, el hospital y campo de entrenamiento, y después de
que los Españoles iniciaron el ataque el 31 de Julio, condujo funerales para
los soldados muertos en combate. Con el consentimiento del Brigadier
General Thomas M. Anderson, McKinnon intento visitar al arzobispo de
Manila para negociar un acuerdo de paz. Y a pesar de que le disparaban, el
continuo caminando, alcanzo las líneas enemigas y con una escolta
Española, se reunió con el Arzobispo, desafortunadamente, su misión
fracaso. Sin embargo, las hostilidades en la Filipinas solo duraron 14 días y
los caídos en combate fueron relativamente pocos.

Solo uno de los cuatro capellanes afro americanos de regimiento se


desempeño en ultramar. William T. Anderson inicialmente se quedo atrás
cuado su unidad el décimo regimiento de caballería se dejo el Fuerte
Assiniboine. Como comandante de cuartel, mayordomo, comisario oficial y
oficial de intercambio del cuartel, Anderson se convirtió en el primer oficial
afro americano en tener un cuartel militar norteamericano bajo su mando.
Su sustituto llago dos meses después y Anderson se reincorporo a su
regimiento en Cuba.

El Nacimiento de la Capellanía Moderna

El periodo que siguió a la guerra entre España y los Estados Unidos no solo
presencio el nacimiento de la fuerza armada norteamericana moderna, sino
que también le toco ver el surgimiento de la capellanía moderna. Entre los
años 1899 y 1920, la capellanía pasó de ser un pobremente organizado
agregado del ejército a una pequeña rama profesionalizada. Este avance fue

M5- CAPELLANIA / 31
el resultado de las reformas que se hicieron debido al generalmente
deficiente desempeño del ejército en 1898.

En 1899, un nuevo Secretario de Guerra, Eliu Root, declaro: “El soldado


estadounidense hoy en día es parte de una gran maquinaria que llamamos
organización militar...La maquinaria hoy en día esta defectuosa; necesita
mejoras; debe ser mejorada”. En los siguientes años, las “Reformas de Raíz”
cambiaron el rostro del ejercito de los Estados Unidos. La reorganización
del ejército recibió fuerte apoyo del presidente Theodore Roosevelt. El
antes “Rough Rider” ayudo a subir los estándares para los capellanes.

En un memorando dirigido tanto al Secretario de Guerra como al Secretario


de la Naval, con fecha del 10 de junio de 1902, Roosevelt estableció su
criterio de lo que se requería para ser un buen capellán: “Quiero ver que en
lo sucesivo, a ningún capellán le sea dado el nombramiento dentro del
ejercito (y la naval) si no es un hombre de primera clase –un hombre
quien con educación y entrenamiento sea apto de asociarse con sus
compañeros oficiales, y del mismo modo, cuente con el entusiasmo y el
sentido práctico que le permita realizar una tarea genuina por los
hombres que se encuentran enlistados. Por encima de todo, quiero
capellanes que hagan su trabajo como los mejores oficiales de las líneas,
de la misma manera que los profesionales de la medicina harían el suyo.
Quiero ver, en la medida de lo posible, que nunca asignemos a un hombre
que desee la posición por que la considere un trabajo fácil”.

La creación de una capellanía profesionalizada durante este periodo, reflejo


los grandes cambios en las fuerzas armadas; una capellanía muy alejada del
estilo organizacional casual y descuidado que había tipificado su existencia
desde 1775. En 1899 los capellanes obtuvieron el derecho a usar una nueva
y distintiva insignia de la profesión, una Cruz Latina; la insignia de rango
(1914); una coherente metodología para tamizar y seleccionar candidatos
para la capellanía, y la creación de un comité de capellanes (1909), “para
recolectar y tabular sugerencias de capellanes y comandantes… [Y] para
hacer recomendaciones al Departamento de Guerra para una capellanía
mas eficaz”. En 1904 el Congreso permitió que los capellanes obtuvieran el
rango de mayor (mas tarde aumentado en 1905 al rango de teniente

M5- CAPELLANIA / 32
coronel). Los dos elementos finales de esta profesionalización –el
establecimiento de una escuela para el entrenamiento de capellanes, y la
creación de la Oficina del Jefe de Capellanes— ocurriría hasta la Primera
Guerra Mundial y sus consecuencias; sin embargo, el proceso mediante el
cual la capellanía evolucionaría hacia una rama del ejercito mas eficaz y
profesional ya había comenzado.

El Asistente de Capellán

Un hito importante en el desarrollo de la capellanía como una rama


profesional ocurrió cuando el ejército oficialmente reconoció el puesto de
asistente de capellán en 1909. La Orden General numero 253, extendida
por el Departamento de Guerra en 28 de diciembre de 1909 afirmaba: “Un
conscripto será asignado en servicio especial, por un oficial al mando de
cualquier organización a que un capellán haya sido asignado para servir,
con el propósito de auxiliar al capellán en el desempeño de sus tareas
oficiales”.

Lo anterior no quiere decir que conscriptos y oficiales no comisionados no


auxiliaran a los capellanes en diferentes momentos en los anteriores 134
anos de historia de la capellanía, pero este apoyo era esporádico,
extraoficial y generalmente basado en una relación individual entre el
capellán y el conscripto.

El capellán Allen Allensworth, por ejemplo, al desarrollar un programa


educativo para el vigésimo cuarto regimiento de infantería al final de 1880,
se apoyo en un pequeño grupo de soldados afro americanos como asistentes
de maestro.

La mayoría de las veces, la relación entre los conscriptos, los oficiales no


comisionados y el capellán, se desarrollo dada la inclinación religiosa de
este último. Ayuda al capellán por parte del personal enlistado era adicional
a las obligaciones militares regulares.

Un excelente ejemplo de este tipo de relación fu aquella entre el capellán


Leslie R, Groves y un músico del ejercito, el cabo Calvin P. Titus, cuando
ambos se encontraban acantonados con el décimo cuarto regimiento de
infantería en las Filipinas. El joven conscripto acompañaba a Groves
M5- CAPELLANIA / 33
cuando el capellán realizaba servicios para diferentes compañías del
regimiento dispersas a los alrededores de Manila. El ayudaba a preparar el
servicio y tocaba su violín, “para las canciones que se cantaban en cada
lugar”.

El Ministerio en el Extranjero

En respuesta a su nueva labor y responsabilidades de salvaguarda en el


Caribe y las Filipinas, la fuerza del ejercito regular aumento después de la
guerra contra España. Este crecimiento en el tamaño del ejército regular
también vio un aumento en el número de capellanes en servicio. Y aunque
el número era todavía pequeño, eran un incremento sustancial en
comparación al nivel previo a 1898. El número de capellanes aumentó de
34 a 57 en 1901 y ya para 1916 el número se mantuvo en 74.

Con la presencia del ejército de los Estados Unidos en las Filipinas después
de la guerra, las actividades de los capellanes cambiaron. El Capellán
McKinnon, por ejemplo, obtuvo el cargo de superintendente del sistema de
escuelas públicas de Manila. Fue también asistente oficial de
aprovisionamiento de cementerios. Otros capellanes establecieron un
sistema norteamericano de educación en las Filipinas y sirvieron en esa
capacidad como jefes del Departamento de Registros de Prisión y jefes de la
Oficina Norteamericana de Identificación y Morgue. En esa posición, el
Capellán Charles C. Pierce sepulto a todos los soldados norteamericanos,
preparo servicios funerarios completos y realizo funerales.

Sin embargo, fuera de Manila, los capellanes fungían principalmente como


lideres espirituales. Establecieron circuitos donde visitaban regularmente a
las compañías y realizaban servicios. El Capellán George D. Rice, estuvo en
la Batalla de Bayan, ministrando a los enfermos y heridos. Tres capellanes
afro americanos, Allen Allensworth, Theophilus G. Steward y George W.
Prioleau acompañaron a sus regimientos a las Filipinas. Allensworth,
estableció una escuela para conscriptos, organizo la Primera Sociedad de
Procuración Cristiana, distribuía correo a los pacientes e instruía en el
YMCA.

M5- CAPELLANIA / 34
La “Rebelión de los Boxers” en 1900, fue un levantamiento popular dirigido
a expulsar a todos los extranjeros de China. Una fuerza de ayuda
internacional fue enviada para auxiliar a extinguir la rebelión. Las unidades
norteamericanas enviadas desde las Filipinas fueron los regimientos
noveno y decimocuarto de infantería, la tropa “M” del sexto regimiento de
caballería, batería ligera “F” del quinto de artillería y algunos marinos.
Acompañando a las tropas estaban el Capellán Walter Marvine del noveno
y el Capellán Leslie R. Groves del decimocuarto. Un sacerdote católico civil,
Joseph M. Gleason, fungió como capellán en funciones de la tropa “M”.
Gleason, quien hablaba varios idiomas, condujo servicios para las fuerzas
internacionales así como las americanas. Visito a los enfermos y heridos y
realizo servicios de sepultura. Marvine se quedo en Tientsin (el puerto en
China donde las fuerzas expedicionarias habían desembarcado) tras haber
sido tomada el 13 y 14 de Julio de 1900. El procuro a los enfermos, heridos,
agonizantes y muertos. Permaneció en Tientsin trabajando en el hospital y
realizando tres servicios los domingos.

Groves acompañó al decimocuarto al sitio de Pekín. Durante la marcha,


atendía a los soldados que se desmayaban debido al intenso calor. A
menudo, los ponía en su propio caballo. El y un secretario del YMCA,
Robert E. Lewis, ministraron sin descansó a los heridos. Groves
identificaba a los muertos y los enterraba. Después de la batalla, Groves
cabalgaba de campo en campo realizando servicios y dirigiendo clases
bíblicas. El comandante de su regimiento, recomendó a Groves como
recipiente de la medalla de Honor del Congreso. Irónicamente, fue el
músico que proveía la música durante sus servicios, Calvin P. Titus, quien
recibió la condecoración por valor excepcional al trepar por uno de los
muros de Pekín. Groves por su parte recibió una “Mención Honorífica”.

Entre el final de la insurrección Filipina y el inicio de la Primera Guerra


Mundial, el ejercito se encontró emplazado en las Filipinas, China, México,
Puerto Rico y los Estados Unidos, especialmente en la frontera con México.
Durante este periodo, los capellanes eran asignados a unidades más que a
cuarteles, pero sus responsabilidades se mantuvieron mayormente igual:
programas religiosos, supervisión ocasional de escuelas de los cuarteles,
bibliotecarios, oficiales de cambio de guardia y asesoria legal. A menudo,

M5- CAPELLANIA / 35
los capellanes realizaban ministerio en las instalaciones de detención,
visitando y aconsejando a los prisioneros. En el campo, acompañando a las
tropas, los capellanes proveían servicios religiosos y ministraban,
proporcionaban entretenimiento y servían como cartero de la unidad y
oficial de propiedad.

Cuando se encontraban en el extranjero, las responsabilidades de los


capellanes eran generalmente similares. En china, el Capellán Joseph
Clemens administraba la escuela de la guarnición en Tientsin, en la que 100
conscriptos estaban inscritos. También operaba la biblioteca y ponía libros
al alcance de las tropas que se localizaban en cuarteles externos o en
hospitales. El aconsejaba a pacientes y prisioneros; así como también
organizaba sesiones de sobriedad, clases bíblicas, sesiones de oración e
instrucción religiosa. Las actividades recreativas que el preparo incluían
una sociedad de debate, presentación de conferencias y películas.

A México, acompañando a la fuerza expedicionaria durante 1916, los


capellanes realizaban servicios a bordo de barcos, en tierra y visitaban
hospitales. Los capellanes se unían para cubrir todas las unidades ya fuera
realizando servicios conjuntos o moviéndose de una unidad a otra. Además
de realizar matrimonios, funerales, etc., algunos capellanes también
auxiliaban a la iglesia católica local. Para contrarrestar el aburrimiento y el
estrés, los capellanes disponían de lugares para relajación. Algunos ponían
a disposición de las tropas sobres y papel y enviaban sus cartas por correo,
otros levantaban tiendas de campana para lectura, redacción de cartas y
juegos, proyección de películas y planeaban tours.

Ministerio Fronterizo

Con el afán de proporcionar un mejor ministerio en ambos lados de la


frontera, algunos capellanes sentian que su equipo necesitaba ser
incrementado. Timothy P. O’Keefe recomendó a sus superiores que la
tienda de campana del capellán, su proyector de películas, su fonógrafo, sus
discos, su órgano, su biblioteca del regimiento, vestimenta y otros artículos
fueran reconocidos oficialmente como parte del equipo de campo del
capellán. Era este esparcimiento, proporcionado por los capellanes, con la
ayuda de la YMCA, la que ayudaba a las tropas a lidiar con la monotonía

M5- CAPELLANIA / 36
que a menudo creaba un mercado para la prostitución, lo que repercutía en
enfermedades venéreas. Para contrarrestar esto se iniciaron programas de
educación sexual. Un capellán de la Guardia Nacional, James Naismith, del
primer regimiento de infantería, complemento estas actividades asociadas
con la educación sexual, organizando competencias atléticas para que los
soldados consumieran el exceso de energía.

En la frontera, en el Fuerte Bliss, en Texas, los Estados Unidos


establecieron un campamento de refugio para todos aquellos que huían de
México. Y aunque comida, abrigo y cuidado medico estaba siendo provisto,
el Capellán John T. Axton (quien mas tarde llego a ser el Jefe de
Capellanes) publico solicitudes de ayuda pidiendo ropa y recibió apoyo de
diferentes puntos de la unión americana. Para promover el aseo personal y
salubridad, distribuyo la ropa solo a aquellos refugiados que estaban
limpios. En el campamento, Axton estableció una tienda donde los
refugiados podían comprar artículos a un bajo precio, las ganancias el las
usaba para comprar leche para los niños, comprar útiles escolares para
ellos, instalar luz eléctrica, pisos de madera para el hospital y asegurar
herramientas para los trabajadores de una planta industrial que el había
establecido.

La Primera Guerra Mundial y sus Consecuencias, 1917-1941

En 1917, como en 1861, los Estados Unidos no estaban preparados para


pelear una guerra a gran escala. La fuerza total del ejército de los Estados
Unidos el 6 de abril de 1917, el día que se declaró la guerra, era de 213,557.
Esta cifra incluía las tropas del ejército regular, la guardia nacional y los
Escouts Filipinos. Durante el conflicto, los Estados Unidos establecieron
una economía de guerra que comprendía a todos los sectores y fue credo un
ejército de 3, 685, 458 oficiales y conscriptos durante el tiempo del
armisticio, el día 11 de noviembre de 1918. Woodrow Wilson, el presidente
que habría de dirigir al país a esta guerra, era hijo de un capellán del
ejército confederado.

Una Parte Integral de la Guerra

M5- CAPELLANIA / 37
La capellanía del ejército de los Estados Unidos fue una parte integral de
esta gran movilización. Para el final de la guerra a los 74 capellanes que
originalmente formaban parte del ejército y los 72 capellanes de la Guardia
Nacional, se agregaron 2,217 más capellanes. Veintitrés de estos capellanes
murieron sirviendo a su país durante este conflicto –once de ellos fueron
muertos en batalla. Veintisiete capellanes recibieron Corazones Púrpura,
cuatro con el racimo de Hojas de Roble. Veintisiete capellanes obtuvieron la
Cruz por Servicio Distinguido y dieciocho la Estrella de Plata. Francia, Gran
Bretaña y Bélgica también condecoraron capellanes norteamericanos.

La mención al Capellán Julios J. Babst, ejemplifica no solo sus acciones,


sino también las de otros capellanes. El Capellán Babst demostró
excepcional valor y devoción a su responsabilidad al salir repetidamente de
la estación de primeros auxilios de su batallón para atender heridos y así de
manera voluntaria exponerse a si mismo al intenso ataque de artillería y
metralla para administrar los sacramentos a los que morían. Bajo
inminente riesgo de perder su propia vida el trabajo para mejorar las
condiciones en la estación de auxilio y de manera temeraria condujo
servicios de sepultura bajo fuego.

Otro capellán, Coleman E. O’Flaherty, a quien se otorgo la Cruz por Servicio


Distinguido de manera póstuma, fue altamente exaltado por su
comandante al decir que las siglas de la condecoración en realidad querían
decir “Murió en el servicio de Cristo” (por sus siglas en Ingles DSC).

El capellán más famoso en participar en la Primera Guerra Mundial fue


Francis P. Duffy, un sacerdote católico de Nueva York. El Capellán Duffy,
cuya estatua se encuentra erigida en Times Square en la ciudad de Nueva
York, era el capellán de más antigüedad de la 42 división.

Antes de que su unidad fuera a la batalla, el Capellán Duffy siempre


realizaba servicios. El observaba especialmente los días santos, aun en el
campo de batalla.

El día de San Patricio de 1918 el le dijo a la 69 Irlandesa que ‘Nueva York


tomaría mas en cuenta y pensaría mas de ellos que si estuvieran de regreso.
El decía que los líderes de su nación les habían hecho el llamado a pelear

M5- CAPELLANIA / 38
por la libertad humana así como los derechos de las naciones pequeñas, y
que si ellos participaban de esa noble causa, ellos podían establecer su
demanda en los Estados Unidos y en la humanidad a favor de la
independencia de Irlanda.

La Naturaleza de Ministrar a los Soldados

Una vez que la pelea había empezado, los sermones se detenían. Capellanes
como Duffy, “viajaban con la unidad de primeros auxilios proporcionando
cuidado espiritual y físico a los heridos y a los que morían. Trabajaban
estrechamente con los otros no-combatientes: los cirujanos, los equipos de
ambulancias y los camilleros”.

El ministerio de capellanía en esta guerra estaba con las tropas


dondequiera que estuvieran acantonadas, incluyendo campamentos y
cuarteles en Europa, los Estados Unidos y Siberia. El ministerio era
ecuménico con capellanes de diferentes credos brindando atención a
cualquiera que necesitara el consuelo y distracción. Un capellán que
consolaba a un soldado moribundo podría haberle leído un salmo a un
protestante, llevado un crucifijo a los labios a un católico o guiado a un
soldado hebreo en su profesión de fe.

Las situaciones y las circunstancias influenciaban los servicios de los


capellanes y sus sermones. Los capellanes dirigían la adoración en las
trincheras, comedores, iglesias de las villas o en los bosques. Los sermones
respondían a la situación inmediata, los mejores eran simples, informales,
directos y presentados en el lenguaje de los soldados.

Tras la batalla, se requería que los capellanes recogieran a los muertos y les
dieran una sepultura digna. Una vez que se hacia eso, la tarea del capellán
incluía realizar sus tareas de registro de tumbas. Los capellanes se
aseguraban de que cada tumba fuera marcada con el nombre completo del
difunto, unidad y fecha de muerte, de modo que la información
correspondía con los registros de la unidad y la localización de la tumba era
registrada con las coordenadas, el nombre y la escala en un mapa. Una vez
concluido lo anterior, los capellanes regresaban al los hospitales para visitar
heridos y escribir cartas de simpatía a los parientes cercanos. Los

M5- CAPELLANIA / 39
capellanes hacían todo esto de manera adicional a sus tareas regulares de
consejeria, realización de servicios religiosos, redacción de cartas y reportes
semanales.

Algunos capellanes realizaban servicios religiosos para prisioneros de


guerra. Durante su servicio en Siberia, el Capellán Joseph S. Logran
organizo un coro y orquesta de prisioneros austriacos y alemanes. A
Loughran también se le atribuye el haber casado un grupo de jóvenes con
mujeres siberianas y haber escoltado a las 78 novias a Vladivostok. Al haber
completado esta tarea, fue recompensado al ser puesto a cargo de 105
novias rusas con rumbo a Manila.

Como en campanas anteriores y tiempos de paz, los capellanes eran los


oficiales y censores de correo de las unidades, leyendo cartas y editando
partes susceptibles. Además de esto los capellanes eran a menudo
historiadores de la unidad, bibliotecarios, oficiales de cambio de guardia,
oficiales del comedor, consejeros legales, oficiales del régimen estadístico,
oficiales de la venta de bonos, directores de orquesta, oficiales atléticos,
oficiales de moral, oficiales de control de enfermedades venéreas, oficiales
de educación, mensajeros, anotadores en el campo de tiro o oficiales de
entrenamiento para ciudadanía para tropas extranjeras que buscaban la
naturalización.

Organizaciones Religiosas Civiles

Una cantidad de grupos religiosos civiles proporciono guerra religiosa y


moral a los conscriptos tanto en los Estados Unidos como más allá de
nuestras fronteras. Se formaron tres organizaciones: La Comisión Judía de
Beneficencia. El Consejo Católico Nacional de Guerra y la Comisión de
Iglesias en Tiempos de Guerra. Cada organización reclutaba clérigos para la
capellanía, revisaba sus solicitudes y recomendaba a los mejores candidatos
para puestos y comisiones. El Comité General de Capellanes del Ejercito y
la Naval, compuesto por representantes de varias denominaciones, revisaba
aun mas las solicitudes y las hacia llegar a los departamentos de guerra y la
naval.

Capellanes de Minorías

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Como en la Guerra Civil, un gran número de tropas afro americanas
sirvieron en el ejército norteamericano. Ciento ocho capellanes afro
americanos ministraron a estos aun segregados norteamericanos durante
los diecinueve meses que duro la guerra y cincuenta y siete brindaron sus
servicios en ultramar con las fuerzas expedicionarias norteamericanas.

Ningún capellán judío había servido en el ejército desde la Guerra Civil; sin
embargo, con las aproximadamente 50,000 tropas judías de las fuerzas
expedicionarias norteamericanas, la necesidad de capellanes judíos era
urgente. El comité de capellanes del La Comisión Judía de Beneficencia
recibió las solicitudes de ciento cuarenta y nueve rabinos y recomendó
treinta y cinco al Departamento de Guerra; veinticinco de estos fueron
comisionados antes del armisticio. Al principio, los capellanes judíos
llevaban escritas las iniciales J.W.B.5 en el cuello de su vestimenta. Les fue
autorizado el 15 de octubre de 1918 que portasen una insignia distintiva
representando las “Tablas de la Ley sobre la Estrella de David”.

El Nacimiento de la Capellanía del Ejército como una


Organización

La Primera Guerra Mundial fue el conflicto que presenció el nacimiento de


la Capellanía del ejercito de los Estados Unidos como una organización.
Desde 1899, la capellanía se había estado moviendo, lentamente en esa
dirección; sin embargo, una rama de capellanía encabezada por un Jefe de
Capellanes era creaba controversia y fue aplazada antes de la guerra.
Movilizar un ejercito de dos millones de hombres a Francia; sin embargo,
creo dificultades organizacionales para capellanes individuales que
trabajaban con solo un mínimo de apoyo. Este problema se hizo obvio
cuando el cuartel general de las fuerzas expedicionarias norteamericanas
descubrió que no sabían cuantos capellanes había en Francia, que
denominaciones representaban o a donde habían sido asignados.

El General Pershing, comandante de las fuerzas expedicionarias


norteamericanas esperando rectificar la situación, solicito los servicios del
Reverendo de derecha Charles Henry Brent, un ministro episcopal, antes
obispo misionero a las Filipinas, amigo y pastor de Pershing, a que fungiera
5
por sus siglas en ingles La Comisión Judía de Beneficencia

M5- CAPELLANIA / 41
como director del comité de capellanes del cuartel general de las fuerzas
expedicionarias norteamericanas, bajo el rango de mayor, Brent se unió al
estaf de Pershing y se le permitió operar con un alto grado de
independencia.

Después de un exhaustivo estudio, Brent determino que los capellanes


deben estar organizados y que los días del trabajo de capellanía individual
fuera del sistema habían terminado. La organización de capellanía de las
fuerzas expedicionarias norteamericanas, siguió muy de cerca la de las
fuerzas armadas británicas y canadienses. A los capellanes que eran
elegibles para el rango de mayores se les asigno una división de capellanes y
coordinaban la cobertura religiosa de sus unidades, entrenaban a
capellanes con menos experiencia y obtenían provisiones para capellanes
que trabajaban bajo sus órdenes. Brent asigno a todos los capellanes con las
fuerzas expedicionarias norteamericanas, dispuso que los capellanes con
mayor antigüedad fueran asignados a mandos de mayor nivel, estableció
una escuela de capellanes de las fuerzas expedicionarias norteamericanas y
llevo a cabo investigaciones sobre las condiciones que afectan el bienestar y
el ánimo de las tropas.

El monumento de Brent en el cementerio de Bois de Vaux, en Lausana,


Suiza, le describe como “Jefe de Capellanes de las Fuerzas Expedicionarias
Norteamericanas, 1917-1919” pero el nunca ocupa ese cargo oficialmente.
En su funeral en 1929, el Obispo Perry quien se encontraba oficiando, dijo
de el: “Supongo que la historia de su trabajo en el frente nunca lograra
llegar a ser publicada…pero el mundo debe saber el secreto de su poder y la
influencia que el ejerció a lo largo de aquellos intensos y tremendos
anos…primero el Estaf General, después el cuerpo de capellanes y todas las
fuerzas expedicionarias norteamericanas, así como una gran parte de los
ejércitos de Francia y Gran Bretaña, se dieron cuenta del espíritu que
emanaba de su trabajo y de su persona”. La satisfacción del ejercito con el
trabajo del Obispo Brent fue un elemento desicivo en la creación de la
oficina del Jefe de Capellanes poco después de la guerra.

El Primer Jefe de Capellanes

M5- CAPELLANIA / 42
El capellán que fue electo como el primer Jefe de Capellanes fue Thomas
Axton, un congregacionista. El había sido un capellán desde 1902, y su
“habilidad administrativa y excelente reputación…hizo de su elección y
confirmación una buena decisión”. El inicio su labor como Jefe de
Capellanes el 15 de junio de 1920 con una oficina que consistía de tres
capellanes, tres asistentes administrativos del ejército y algunos empleados
civiles prestados por el general Adjunto. Axton fue ratificado como jefe en
1924 y se desempeño en el puesto por un segundo periodo de cuatro anos.
Robert L. Gushwa en “Los Mejores y los Peores Momentos: La Capellanía
del ejercito de los Estados Unidos, 1920-1945”, escribió:

Durante los ocho anos como Jefe, Axton, un articulado orador en sus
apariciones ante el comité del senado y escritos del estaf, estableció la
Oficina del Jefe de Capellanes, lucho batallas para tener una insignia que le
devolviera al uniforme de capellán su rango y para incrementar el tamaño
de la rama de capellanes, presidio sobre el crecimiento significativo en
numero de capellanes en la Oficina del Cuerpo de Reservas e inicio la
practica de visitas del jefe al campo.

El Capellán Axton fue sucedido por el Capellán Edmund P. Easterbrook, un


miembro de la Iglesia Metodista Episcopal. Designado jefe el 7 de abril de
1928, ocupo este puesto hasta su jubilación por motivos de salud y edad el
28 de diciembre de 1929. El Capellán Julian C. Yates, un bautista, fue su
sucesor y ocupo el puesto hasta 1933.

La Escuela de Entrenamiento de Capellanes

Con la intención de ayudar a completar la misión de la capellanía, el


ejército estableció una escuela para el entrenamiento de capellanes.
Durante los inicios de la guerra, el Capellán Orville J. Nave (jubilado),
Presidente de la Liga Religiosa de Beneficencia del Ejército y la Naval,
publico un manual sobre la capellanía del Ejército, el cual se basaba en sus
experiencias durante la guerra con España como capellán de cuartel. El
entrenamiento oficial inicio como resultado de una orden del Secretario de
Guerra el 9 de febrero de 1918, con el establecimiento de una escuela para
capellanes y candidatos a capellanes en el Fuerte Monroe en Virginia. Un
mes después, la nueva escuela se traslado al Campamento Zachary Taylor

M5- CAPELLANIA / 43
en Kentucky donde permaneció hasta el término de la guerra. El Capellán
Aldred A. Pruden, quien desarrollo el plan para la escuela y quien además
fue su primer comandante, estableció un currículo de cinco semanas que
incluía cursos en leyes internacionales y militares, primeros auxilios,
ejercicios, reglas de guerra terrestre y equitación.

Durante la operación de la escuela, mil seiscientos clérigos recibieron


autorización para asistir. De estos, mil trescientos quince se reportaron,
novecientos quince se graduaron, fueron comisionados y asignados a un
puesto y ciento veintitrés fueron asignados a la Oficina del Cuerpo de
Reservas. De modo que, mil treinta y ocho capellanes o candidatos a
capellanes se graduaron, de los cuales ciento veintitrés no les toco servicio
activo ya que no graduaron sino hasta después del armisticio. También se
estableció una escuela subsidiaria para capellanes en Francia durante 1918,
y en esta los capellanes recibían entrenamiento adicional. El curso de una
semana (que eventualmente se amplio a diez días) proporcionaba una
simulación realista del entrenamiento en el campo de batalla, incluyendo
practicas contra ataque de gas, identificación y sepultura de los muertos.
Aproximadamente 600 capellanes asistieron a la escuela durante sus ocho
meses que existencia.

Con el fin de la pelea, casi todos los oficiales y hombres del ejército
norteamericano, fueron elegibles para salir del este. En el primer mes
completo de desmovilización, el ejército relevo cerca de seiscientos
cincuenta mil oficiales y hombres y dentro de los siguientes nueve meses
había relevado cerca de tres millones doscientos cincuenta mil. En lo que se
refiere a los capellanes, a seis meses del armisticio, el número de capellanes
en servicio activo fue de dos mil trescientos sesenta y tres a mil doscientos.
Alrededor de 1920 solo ciento veinticinco permanecían en servicio activo.
Este numero se mantuvo relativamente igual por casi los siguientes veinte
anos.

La Iniciativa de Defensa del 4 de Junio de 1920, reorganizo al ejercito y


esencialmente sirvió como base para la organización de las fuerzas armadas
hasta la Segunda Guerra Mundial. Para los capellanes esta iniciativa fue
importante ya que, por primera vez en sus ciento cuarenta y cinco anos de

M5- CAPELLANIA / 44
historia, la capellanía surgió como una rama organizada del ejército. Una
cláusula en la iniciativa establecía que:

Un capellán, de rango no menor al de mayor, puede ser nombrado por el


presidente, por y con el consejo y consentimiento del senado, para ocupar el
puesto de Jefe de Capellanes. El desempeñara este puesto por cuatro anos,
y tendrá rango, paga y beneficios de coronel, mientras este en funciones.

Aun siendo una pequeña rama, la capellanía se estableció firmemente en


los veintes. La escuela de capellanes, que había sido desactivada después de
la guerra, fue restablecida en 1920. El entrenamiento de capellanes se
convirtió en un factor primordial en la profesionalización de la rama. Dado
que los seminarios transforman a los individuos en clérigos, dependía del
ejército, hacer de estos profesionistas civiles profesionales del ejército. En
1919, un comité recomendó el establecimiento permanente de una escuela
que condujera un curso básico para entrenar a los recién comisionados
capellanes para la ministración a soldados de denominaciones otras que la
propia. El curso también los prepararía para ser oficiales del ejército,
enseñándoles reglamentos del ejército y costumbres.

En 15 de Mayo de 1920, la Escuela de Capellanes abrió un campo en el


Campamento Grant en Illinois con un estaf de quince y un cuerpo
estudiantil de 15. La curriculae de 21 materias incluía entrenamiento físico
y lectura de mapas. En 1921 se traslado al Campamento Knox, en Kentucky,
al Fuerte Michigan en 1922, y después al Fuerte Leavenworth, en Kansas. El
estaf y los alumnos escribieron y distribuyeron cursos por correspondencia
para entrenar Capellanes de Reserva, con el tiempo, dado el bajo numero
de capellanes regulares del ejercito que tomaron el curso 9solo 125 en
servicio activo) y también debido a la falta de apoyo de los comandantes, la
escuela fue desactivada en 1928. Por los siguientes 18 anos, ochenta y cinco
por ciento de los clérigos que se enlistaron en el curso por correspondencia
fueron comisionados en las reservas, 14 por ciento en la Guardia nacional y
.4 en el ejercito regular.

Entrenamiento de Capellanes de Reserva

M5- CAPELLANIA / 45
Otro desarrollo más, comparable en importancia con la creación de la
Oficina del Jefe de Capellanes, fue el establecimiento de un programa eficaz
de respuesta. Esto fue resultado directo de la iniciativa de 1920. Esta
autorizaba a los tres componentes del ejército: el ejército profesional
regular, la Guardia Nacional civil y las Reservas Civiles Organizadas
(Oficina del cuerpo de reservas conscriptos). Los primeros capellanes en
recibir citas reservadas fueron 100 capellanes estudiantes de la escuela para
capellanes que se graduaron después del armisticio. Los capellanes que
habían servido en la Primera Guerra Mundial fueron invitados a que
solicitaran su comisión. Alrededor de 1925 más de mil cien aceptaron.

Nombramientos para Capellanes

Para que un clérigo pudiera aspirar un nombramiento de capellán tanto en


el componente regular como el de reserva, tenían que estar endosados por
algún cuerpo eclesiástico autorizado, esto estaba bien delineado en el libro
de normas del ejercito 605-30. Después los solicitantes se presentaban ante
una comisión que revisaba su endoso y aptitudes, seleccionando a los
mejores para las comisiones. Previo a 1920, los reportes mensuales de los
capellanes eran mandados a la oficina del general adjunto. Ahora, eran
enviadas a través de canales a la oficina del Jefe, permitiéndole monitorear
las labores de los capellanes.

Obligaciones Colaterales vs. Obligaciones Oficiales

Esto le permitía recomendar cambios que fortalecían la capellanía. Como


resultado directo fue la revisión de AR 60-5 en 1923, la cual definía el
trabajo del capellán: Los capellanes serian empleados sin más obligaciones
que aquellas requeridas por la ley, o que tengan que ver con su profesión
como clérigos, salvo cuando por exigencia del servicio…sea necesario. Los
capellanes no estarán disponibles para realizar asignación de tareas como
oficiales del cambio de guardia o como consejeros legales para la defensa en
corte marcial.

Este y los subsecuentes manuales de entrenamiento explicaban mas en


detalle sus obligaciones. Aun así, muchos capellanes todavía eran asignados
a trabajos que no tenían nada que ver con su entrenamiento. Oficialmente,

M5- CAPELLANIA / 46
los capellanes dirigían servicios los domingos, estudios bíblicos, reuniones
evangelisticas, bautismos, bodas y funerales. También visitaban a sus
soldados dentro y fuera de las áreas de entrenamiento, las barracas,
hospitales y empalizadas. Ellos programaban series de conferencias y
trabajaban con organizaciones civiles. Las pláticas sobre higiene sexual se
transformaron en una parte normal de las actividades de capellanía.

Ya que la educación era considerada como formativa moralmente como en


cuestión de carácter, los capellanes a menudo impartían conferencias en
temas como geografía e historia. Ellos introdujeron el uso de películas
como herramienta de enseñanza. De hecho el primer registro que se tiene
sobre la filmación de una película dentro del ejército es de un capellán.
También usaban diapositivas y fotografías en los entrenamientos. Los
capellanes impartían clases sobre ciudadanía, temas de patriotismo,
eventos actuales y temas sociológicos. Ellos patrocinaban dramas así como
clubes de debate y lectura. Además dedicaban una gran cantidad de tiempo
para enseñar a los soldados a leer y escribir.

La Controversia Acerca del Rango

En 1926, la rama gano una victoria importante para mejorar el estatus del
capellán como oficial. Se refería al capellán como “capellán” en vez de por
su rango, enfatizando el rol de capellán como clérigo en uniforme. En 1918,
bajo la dirección de Pershing, instrucciones especiales ordenaban quitar la
insignia de rango de los uniformes de los capellanes (un derecho que los
capellanes habían ganado en 1914). La cruz debía ser portada sobre las
hombreras. La controversia se incremento cuando miembros de la escuela
de capellanes, incluyendo el comandante, fueron quitados de sus cargos por
que se oponían a dicha política. Como Jefe de Capellanes, Axton apoyo la
reinstauración de la insignia de rango.

En una encuesta de 126 capellanes, 116 de manera enfática sentian que los
capellanes debían llevar la insignia rango. Algunos comentarios incluían:
“quitarla ha bajado el estándar de los capellanes a los ojos de los
conscriptos”. “El conscripto no va a confiar sus asuntos a un oficial a quien
su gobierno no confía con el emblema de su rango”. “sin insignia de rango

M5- CAPELLANIA / 47
el capellán, como el pobre empleado de campo, es mas o menos una
persona con poca o no importancia en el ejercito”.

Un comité convocado por el Jefe del Estado Mayor reviso el testimonio y


concluyo el día 19 de marzo de 1926 que: Se recomienda que la insignia de
rango sea reinstituida al uniforme del capellán. Esta recomendación se hace
bajo la creencia de que una inmediata contribución a la eficacia de los
capellanes vendrá como resultado.

Una iniciativa del congreso en 1926 proporcionaba a los capellanes aun más
nivel en el servicio armado. Esta garantizaba a los capellanes su rango, pago
y beneficios de los diferentes rangos hasta incluir el de coronel. También
decía que debían portar insignias distintivas, cruces latinas o tablas de la
ley con la estrella de David en la solapa de su saco.

Equipo Autorizado para Ministrar

Una bandera azul con una cruz latina en ella para marcar la tienda de
campana del capellán era el único equipo autorizado para estos. En 1923,
una nueva lista de equipo le permitía a cada capellán “un escritorio de
campo institucional, que contenía una maquina de escribir portátil; un
órgano plegadizo; 300 libros de cantos, religiosos y patrióticos; una gaveta
para transportar libros”. Una circular del Departamento de Guerra permitía
a los campamentos agregar una tienda de reunión, mesas y bancas
plegadizas, así como una bandera para ser usada solo en servicios del
campamento. De manera extraoficial, tanto iglesias como otras
organizaciones proporcionaban folletos religiosos, proyectores de películas
y transparencias, libros, revistas artículos de papelería y grabadoras.

El Cuerpo Civil para la Conservación Salva a la Capellanía

Durante esta década los estados Unidos se retrajeron a un periodo de


aislamiento que no terminaría sino hasta el final de la década de los
treintas. Uno de los resultados de esta política fue la serie de continuos
recortes en el presupuesto de personal del ejército. Una creciente ola de
pacifismo al final de la década de los veintes llevo a algunas iglesias a

M5- CAPELLANIA / 48
demandar el retiro de los capellanes del ejército y la reducción en el
número de las fuerzas armadas. El advenimiento de la Gran depresión
después de 1929 exacerbo aun mas esta tendencia, alrededor del principio
de los anos treinta, el tamaño del ejército era aproximadamente del que
existía en 1903. Los capellanes también sintieron la amenaza de las
reducciones.

En 1932 la propuesta iniciativa sobre distribución de los recursos del


ejército habría reducido la fuerza laboral de capellanes regulares del
ejército en 80 capellanes (de 125) o cerca de dos terceras partes de la fuerza
laboral autorizada para la rama de capellanes. El rescate de la capellanía
fue la acción del gobierno para estimular y revertir el desastre económico
de la Depresión.

Uno de los elementos del New Deal6, iniciado por la administración


Roosevelt en 1933 para combatir los altos niveles de desempleo, fue el
desarrollo del Cuerpo Civil de Conservación (CCC por sus siglas en ingles).
La CCC comprobó ser una providencia de Dios y fue el evento mas
significativo de la década para la capellanía. La CCC no fue diseñada para
rescatar a la capellanía pero sin lugar a dudas ayudo.

Originalmente concebida con solo un papel de subsidiaria del ejército, la


CCC rápidamente se hizo casi completamente administrada por este, bajo la
supervisión general de un director civil.

En un periodo corto de tiempo, había mas capellanes trabajando con la CCC


de los que había trabajando para el ejército. La función del ejercito en la
CCC era la de tomar a los inscritos, vestirlos, hacerles exámenes físicos,
ponerlos en condición física apta y después transportarlos a los diferentes
campamentos; mil trescientos campamentos fueron construidos en un
tiempo record, y dentro de un periodo de tres meses, doscientos setenta y
cuatro mil trescientos setenta y cinco hombres trabajaron en áreas tales
como combate de incendios forestales, control de inundaciones y apoyo en
situaciones de desastre. En contraste a los 125 capellanes del ejército

6
N. del T. El New Deal fue un plan económico que buscaba estimular la economía durante la crisis económica de
los treintas. Dicho plan contemplaba diferentes programas que involucraban a los diferentes sectores de la sociedad,
estimulando el empleo al mismo tiempo que se desarrollaba la infraestructura nacional.

M5- CAPELLANIA / 49
regular, más de 300 capellanes regulares y reservistas trabajaron en la CCC
en su momento más importante. “En el periodo de diez anos que duro la
CCC”, escribió Gushwa, “cientos de capellanes recibieron valioso
entrenamiento; trabajando con un gran numero de hombres en los
campamentos, con una variedad de jóvenes norteamericanos mas variada
que en una parroquia local”.

Dado que los campamentos casi siempre se encontraban a varias millas de


distancia unos de otros, y aunque clérigos civiles voluntarios ayudaron a
que el fardo fuera más ligero, los capellanes se distribuían lo más posible lo
que trajo la necesidad de la creación de crear circuitos. Esto les permitía ser
lo que habían sido entrenados para ser, clérigos en uniforme ministrando.
Cualquier otra tarea era realizada de manera voluntaria.

En 1942, la economía se recupero. El congreso voto para que se terminara


con la CCC. Durante su existencia, la CCC proporciono entrenamiento
invaluable tanto para capellanes regulares como para reservistas.

Durante este periodo, las actividades de capellanía continuaron, aunque a


una escala limitada. La escuela de capellanes se cerró en 1928 a
entrenamiento in-situ, pero continúo realizando programas por
correspondencia. La WPA proporciono los fondos para la construcción de 9
capillas. Una asociación de capellanes militares inicio una publicación, hizo
su aparición El Capellán del Ejercito. El entrenamiento de post-grado fue
introducido y el Himnario del Ejercito y la Naval se hizo una realidad.

Dos fuertes Jefes de Capellanes encabezaron la rama durante esta década.


El Capellán Alva J. Brasted, un bautista, se convirtió en el cuarto Jefe de
Capellanes en 1933 y lo fue hasta 1937. Ese ano, el Capellan William R
Arnold fue electo como cabeza de la capellanía. Arnold fue el primer
sacerdote católico en llegar a ser jefe. El encabezaría la rama de capellanes
por los siguientes ocho años y la dirigiría a través de la Segunda Guerra
Mundial.

La Segunda Guerra Mundial y sus Consecuencias

La Influencia del Capellán Arnold

M5- CAPELLANIA / 50
Pocos individuos han tenido el impacto en la capellanía que tuvo el
Capellán Arnold.

Nacido en Ohio de padres suizo-irlandeses, ordenado al sacerdocio en


1908, recibió su comisión como capellán en 1913. Para cuando recibió el
nombramiento como Jefe de Capellanes en 1937, el ya había tenido una
carrera distinguida, incluyendo una breve asignación como comandante de
la escuela de capellanes entre 1925 y 1928. Como el quinto jefe, presidio
sobre el número más grande de capellanes que hayan portado el uniforme
del ejército.

Cuando Arnold llego al puesto de jefe en 1937, el público norteamericano y


mucho de su liderazgo político, aunque todavía un tanto tendiente al
aislamiento, estaba siendo forzado a contemplar el hecho de que otra
guerra mundial estaba cerca. La agresividad de las dictaduras totalitarias en
Alemania e Italia así como las políticas expansionistas de Japón en Asia,
ponían en claro que los Estados Unidos tenían que reparar la decadencia
del ejército norteamericano causada por una generación de abandono. Fue
bajo Arnold que la capellanía lentamente inicio a prepararse para la guerra.

Para los europeos la invasión de Polonia por parte de Alemania el primero


de septiembre de 1939, dio inicio a la Segunda Guerra Mundial. Y aunque
se había mantenido neutral hasta el ataque a Pearl Harbor en diciembre de
1941, la guerra en Europa puso de manifiesto la necesidad de expandir
ejército norteamericano. El presidente Franklin D. Roosevelt rápidamente
declaro un limitado estado de emergencia nacional y autorizo un
incremento de las fuerzas armadas regulares, la Guardia Nacional y las
reservas. En 1940 la primera selección de civiles para servir en la guerra
(durante tiempo de paz) tuvo lugar, y para el final de ese año el ejército
había doblado su tamaño. En 1941 el congreso presupuesto ocho billones
para el ejercito, un monto mayor que el total de los veinte anos anteriores
combinados.

La capellanía también se expandió. En 1940, 137 capellanes del ejército


regular estaban en servicio activo. De los 1000 capellanes de reserva,
setecientos setenta eran elegibles para el servicio activo. Ciento cuarenta y
cinco estaban sirviendo en el ejército y ciento diez con la CCC. Para

M5- CAPELLANIA / 51
diciembre 7 de 1941, ciento cuarenta del ejército regular, doscientos
noventa y ocho de la Guardia Nacional y mil cuarenta de los capellanes en
reserva estaban activos.

Robert L. Gushwa escribe:

“Para la capellanía, la situación es muy diferente de aquella de abril de 1971


cuando el país entro a la primera guerra mundial. En aquella ocasión se
hicieron pequeños preparativos previos a la declaración de guerra. En el
inicio de las hostilidades en 1941, muchos campamentos de entrenamiento
se encontraban en operación y había un numero sustancial de soldados
bien avanzados en su entrenamiento básico”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, ocho mil ochocientos noventa y seis


capellanes sirvieron en el ejército de los Estados Unidos. El día en que
Japón se rindió en 1945 ocho mil ciento noventa y un capellanes se
encontraban en servicio (católicos dos mil doscientos setenta y ocho, judíos
doscientos cuarenta y tres, protestantes cinco mil seiscientos veinte).

Mientras que comités de selección escogían a profesionistas como médicos


o áreas legales, agencias civiles entrevistaban, seleccionaban y endosaban a
clérigos entrenados para la capellanía. La AR 605-30 establecía las
características para la comisión de capellán regular del ejercito, donde los
requisitos incluían edad entre veintitrés y treinta y cuatro anos, ordenado,
acreditado y en buena situación con alguna organización religiosa o
denominación; graduado de una institución de educación superior de
cuatro anos y tres anos de estudios teológicos de un seminario teológico y
activamente involucrado en el ministerio como su principal actividad.

El Ministerio en Pearl Harbor

Cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor, los capellanes y sus asistentes
se encontraban en medio del inicio de este violento ataque. En camino a
ofrecer misa, el Capellán Terence P. Finnegan vio el ataque y de inmediato
se dirigió al área de artillería para prevenir a aquellos que se encontraban
ahí reunidos para los servicios. Y aunque su carro fue ametrallado logro
dispersar a la mayoría, pero una bomba mato a seis. Finnegan le dio la
extrema unción a los muertos y después se fue a ministrarles a los muertos
M5- CAPELLANIA / 52
y agonizantes en el hospital. Ahí el fue auxiliado por capellanes de otros
credos. En el Campo ICAM, un asistente de capellán con antigüedad fue
muerto en el altar de un hangar que era utilizado como capilla. Otro
asistente murió mientras preparaba una ametralladora.

Reactivación de la Escuela de Capellanes

Dos días después de Pearl Harbor, se inicio la reactivación de la Escuela de


Capellanes. En 2 de febrero de 1942, setenta y cinco capellanes asistieron a
la primera clase en el Fuerte Benjamín Harrison, en Indiana. La sesión de
28 días incluyo doscientas horas de instrucción en organización militar,
costumbres y cortesía, legislatura militar, registro de tumbas, primeros
auxilios, administración militar y actividades de capellanía. Simulacros con
mascaras antigas, calistenia y ubicación mediante el uso de mapas, también
fueron parte de la curriculae.

Después de cuatro sesiones en el Fuerte Benjamín Harrison, la escuela se


traslado a la Universidad de Harvard en Cambridge Massachussets. El
numero de estudiantes se incremento de setenta y cinco a cuatrocientos
cincuenta y el cuerpo facultativo aumento de acuerdo a esa demanda. Las
sesiones se alargaron de cinco a seis semanas. Un film educativo de este
periodo, el cual fue realizado por Holywood y titulado “Por Dios y Por
Patria”7, representaba a cuatro capellanes siendo entrenados en Harvard
pero además mostrando sus carreras profesionales ulteriores. El actor que
interpretaba al capellán católico era Ronald Reagan. Para 1944, con la
reducción en el reclutamiento, la escuela se traslado al Fuerte Devens en
Massachussets y después al Fuerte Oglethorpe en Georgia esto en 1945. De
los ocho mil trescientos dos capellanes enlistados antes del final de 1945,
ocho mil ciento treinta y ocho se graduaron.

Generalmente, había entrenamiento adicional disponible para los


capellanes una vez que se graduaban. Aquellos que eran seleccionados para
servir con el cuerpo aéreo del ejército recibían dos semanas de
entrenamiento especial en la escuela de la fuerza aérea en San Antonio. Un
curso paralelo se estableció para reclutas que servirían como ayudantes de
capellán. En total, mil ochenta y nueve capellanes y novecientos treinta y
7
For God and Country

M5- CAPELLANIA / 53
nueve reclutas completaron el curso. Algunas escuelas condujeron
ejercicios donde los capellanes coordinaban sus actividades con las de
movimiento de tropas en el campo. Los capellanes tenían que encontrar
soldados con heridas simuladas y darles el tratamiento adecuado. También
tenían que seleccionar un lugar para cementerio, y hacían reportes de
sepultura y escribían cartas de condolencia. Los capellanes que ingresaban
a la escuela de salto se enfrentaron al condicionamiento físico más
demandante. Para poderle ministrar a los paracaidistas, los capellanes
necesitaban establecer lazos con los soldados y saltar con ellos era la
manera mas importante de establecer esos nexos. La revista Flying,
identifica a Raymond S. Hall como el primer capellán paracaidista.

La Construcción de Capillas

En 1941, Roosevelt firmo la iniciativa de ley HR-3617 que autorizaba la


construcción de 604 capillas dentro de un periodo de seis meses. Antes de
esto, solo diez y siete cuarteles tenían capillas y los servicios se realizaban
donde quiera que hubiera espacio. El proyecto masivo de construcción les
permitió a los capellanes desarrollar programas religiosos completos donde
los soldados pudieran venir en busca de consejera, devocionales privados o
para escapar de la soledad. Del otro lado del océano, muchos soldados
construyeron capillas extraoficiales hechas de materiales de deshecho. En
Inglaterra, el Capellán Edgard R Fitzgerlad construyo una capilla con cajas
de madera. Los capellanes acostumbraban realizar los servicios en lugares
que no eran ordinarios. Los capellanes conducían servicios de adoración,
donde quiera que pudieran encontrar el espacio: castillos con bóvedas,
establos, cavas, estaciones de tren, palacios, cavernas y en campo abierto.

Ministrando en la Guarnición

Los eventos del momento, daban forma al ministerio de tiempos de guerra.


La mayoría de los capellanes se vieron como clérigos en uniforme,
predicando, realizando bautismos, bodas, funerales y orando, aconsejando
y haciendo visitas pastorales a la enfermería.

El capellán militar se distinguió así mismo del clérigo civil. Ya que


ministraba a soldados que habían sido desarraigados de sus familias y los

M5- CAPELLANIA / 54
ambientes donde ellos se encontraban. Durante el entrenamiento básico,
ellos apoyaban moralmente a los hombres civiles que se convertirían en
soldados. Aunque los capellanes presentaban Sesiones de Instrucción
Obligatorias sobre conducta y enfermedades venéreas, las sesiones de
consejeria eran las de más valor.

El ministerio de acompañamiento fue el elemento clave para el éxito con los


soldados. El capellán acompañaba a los soldados en sus lugares de
entrenamiento, campos de tiro y comedores. Ellos se unían a las caminatas
y los simulacros con mascaras de gas. La frase “díselo al capellán” se
convirtió en una respuesta familiar en esta guerra. En cada posible
escenario, tanto oficiales como tropas buscaban al capellán en busca de
consejo pastoral.

En 1942, cada capellán conducía un promedio de 53 conferencias


personales por día. La mayoría de las consultas tenían que ver con
problemas personales y familiares e incluían extrañar el hogar, ideas
suicidas, matrimonio, alcohol, y enfermedad en el hogar. Problemas de
índole militar, principalmente para ajustarse a la vida militar, eran la
siguiente causa mas frecuente seguida de problemas religiosos.

Ministrando en el Frente de Batalla

En los frentes de batalla de Europa y el pacifico, los capellanes ministraban


a todos los niveles a los soldados en combate. Ellos trabajaban con los
hombres que enfrentaban la posibilidad de morir y por tal motivo,
inclinados a pensar de una manera mas profunda acerca de su fe. Los
capellanes le ministraban a los heridos, se ocupaban de los muertos y
auxiliaban con el registro de tumbas. Como siempre, realizaban
ministración religiosa, a menudo sin resguardo ni equipo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la capellanía sufrió cuatrocientas


setenta y ocho bajas. Esta rama ocupo el tercer lugar en porcentaje de bajas,
después de la infantería y la fuerza aérea. Esto es atribuible a la filosofía del
“estar ahí” que jugo un papel tan importante en el ministerio de la
capellanía a los soldados en combate.

M5- CAPELLANIA / 55
Los capellanes católicos sentian que su lugar era con los que estaban
muriendo y muchos murieron mientras ministraban a los que agonizaban.
Otros capellanes sentian que debían estar “allá en el frente” con los
soldados.

Los capellanes del frente de batalla a menudo padecían de exceso de


trabajo, terrores de guerra y exposición al peligro.

Ministerios Especializados

La Segunda Guerra Mundial también les brindo a los capellanes nuevos y


especializados ministerios. Trabajaban en hospitales, puertos de
embarcación, en empalizadas y embarcaciones de tropas. El que los
capellanes operaran en vehículos de transporte de tropas no era nuevo. Ya
desde los veintes, los capellanes habían sido asignados a embarcaciones que
viajaban con rumbo a las Filipinas, pero en la Segunda Guerra Mundial, los
números y los peligros eran mucho mayores.

La cooperación entre distintos credos en las embarcaciones de transporte


era la regla. A menudo, solo un capellán servia al personal. Y además de sus
tareas regulares, los capellanes organizaban peleas de box, orquestas,
eventos atléticos, proyectaban películas y organizaban clases.

Los Cuatro Capellanes

El incidente mas famoso durante la guerra que involucro capellanes ocurrió


en una embarcación de tropas el 3 de Febrero de 1943, un torpedo del
submarino alemán U456 le pego al Dorchster, que llevaba novecientos
cuatro hombres que atravesaban el atlantico norte con destino a Inglaterra.
Cuatro de los seiscientos setenta y ocho “perdidos en acción” eran
capellanes del ejército, todos tenientes Clark V. Piling, George Fox, John P.
Washington y Alexander D. Goode, (dos protestantes, uno católico y uno
judío). Ellos de manera heroica dieron sus chalecos salvavidas a otros,
ofreciendo oraciones y apoyo, preparando balsas y ya encarando a la
muerte, tomados de las manos y orando juntos conforme se hundían con la
nave. Su acto capturo la admiración del público y el espíritu de la
capellanía.

M5- CAPELLANIA / 56
Diversidad entre Capellanes

Como en las guerras anteriores la capellanía era representativa de la


diversidad ética y religiosa única de los Estados Unidos. El ejército autorizo
el nombramiento de setecientos noventa capellanes afro americanos;
alrededor de julio de 1942, doscientos cuarenta y siete estaban en el servicio
activo, cien fuera de nuestras fronteras. El total en la Primera Guerra
Mundial fue de solo 57. La mitad de los rabinos en Estados Unidos se
ofrecieron como voluntarios para la capellanía durante la Segunda Guerra
Mundial; cuatrocientos veintidós recibieron su endoso, trescientos once
sirvieron, dos murieron en acción, dos fueron heridos, cuarenta y seis
fueron condecorados por valentía. A un capellán griego ortodoxo se le
autorizo para ministrar a un batallón integrado únicamente por soldados de
origen griego. A un capellán budista se le autorizo pero nunca entro en
funciones con el 442 de infantería, compuesto por completo de japoneses-
americanos. En su lugar, capellanes cristianos de origen japonés les
ministraron a los budistas.

Cuando el Cuerpo de Auxiliares Mujeres del Ejército 8 fue establecido,


mujeres ministros desafiaron las limitaciones impuestas por un ambiente
meramente masculino hasta ese momento, y exhortaron a que las
capellanas fueran asignadas a contingentes grandes de mujeres. Una
encuesta indico que pocas integrantes del Cuerpo de Auxiliares Mujeres del
Ejército deseaban capellanes mujeres, de modo que se descarto el asunto.
Muchas mujeres ministras se convirtieron en asistentes de capellán y
directoras de educación religiosa.

Capellanes Prisioneros de Guerra y su Ministerio

Algunos capellanes, tanto en el pacifico como en Europa, fueron hechos


prisioneros de guerra. Los capellanes que se encontraban en las Filipinas,
fueron los primeros en experimentar el combate. Algunos se distinguieron
de manera heroica al llevar mensajes a través de las líneas enemigas o
rescatando heridos bajo intenso fuego. Con la caída de Bataan y Corregidor
a inicios de 1942, veintiún capellanes fueron hechos prisioneros en una
semana, el numero fue de treinta y dos.
8
Women’s Army Auxiliary Corps, WAACs (por sus siglas en ingles).

M5- CAPELLANIA / 57
La vida para los capellanes en la campos de prisioneros era bastante cruel.
Al principio, los japoneses no les permitían realizar servicios religiosos y
veían a los capellanes como propagandistas. A menudo los capellanes
escribían sermones, los ataban a piedras y los arrojaban al otro lado de las
cercas para que fueran leídos en diferentes ocasiones. Años mas adelante,
ellos organizaban sus propios programas religiosos. Iniciaron coros, así
como servicios bautismales y estudios bíblicos. Una organización laica así
fue como inicio.

A los capellanes que eran capturados en Europa corrían mejor suerte.


Eugene L. Daniel, por ejemplo, se pasó veintiséis meses como prisionero de
guerra en Alemania y le fue permitida libertad para predicar y ministrar a
los norteamericanos y tropas aliadas a lo largo de su cautividad.

Los capellanes no solo servían en condiciones de combate. Ellos


ministraban a las tropas detrás de líneas enemigas, ayudaban a refugiados,
en una caso consiguieron celebrar fiestas de navidad para tres mil niños
irlandeses. Algunos trabajaban con prisioneros de guerra alemanes,
italianos y japoneses. Otros ministraban a aquellos liberados de campos de
concentración.

Un sobreviviente, Abraham Feffer, fue rescatado de Dachau por un capellán


judío norteamericano. Después de arribar a los Estados Unidos y haber
completado sus educación, llego a ser capellán del ejército, para de esa
manera “pagar la deuda por haberme salvado la vida”.

El Asistente de Capellán

No fue sino hasta la Segunda Guerra Mundial que la norma del ejercito 60-
5 consideraba a los asistentes de capellán. Ellos estaban clasificados como
empleados mecanógrafos, pero su trabajo incluía mucho más. Los
asistentes de capellán, manejaban y mantenían los jeeps y los trailers,
escribían a maquina, tocaban el órgano, dirigían coros, portaban armas
para protegerse así mismos y a los capellanes, colocaban altares para los
tres diferentes grupos religiosos, llevaban registros y preparaban reportes.
Los asistentes eran la mayoría de las veces individuos versátiles que a
menudo, servían como intermediarios entre las tropas y los capellanes. Su

M5- CAPELLANIA / 58
estado de recluta les permitía informar a los capellanes acerca del estado de
ánimo de las tropas y sus opiniones, un fragmento de un reporta oficial
indicaba:

“se les debe dar tributo a los asistentes de capellán sin cuya energía los
capellanes no podrían haber seguido. Además de sus tareas regulares ellos
eran carpinteros, albañiles, ingenieros en jardinería…el buen humor y
paciencia de un asistente de capellán eran en ocasiones una bendición para
el estado anímico del capellán”.

El efecto de los capellanes y sus asistentes en el estado de ánimo y bienestar


de los soldados de la Segunda Guerra Mundial era inmensurable. Ellos
vivían y trabajaban con sus tropas y proporcionaban fuerza, valor y
consolación. Los capellanes recibieron dos mil cuatrocientas cincuenta y
tres condecoraciones durante la guerra; setenta y siete murieron.

El Ministerio Después de la Guerra

El hombre que dirigió la capellanía durante la guerra como Jefe de


Capellanes, el Capellán Arnold, vio crecer la rama de la capellanía de unos
cientos a más de ocho mil al término de la guerra. En 1942, el fue
promovido a General Brigadier y en 1944 a General Mayor. Su Asistente, el
Capellán George T. Rixey, recibió una estrella en 1944, de esa manera
estableciendo el rango de General Brigadier para el delegado del Jefe de
Capellanes.

Con el fin de la guerra, muchos capellanes solicitaron su liberación del


servicio activo. Seis meses después de la victoria sobre Japón, cinco mil
ochocientos siete se habían separado del ejercito quedando dos mil
trescientos treinta y cuatro en el servicio activo. Al termino de 1947, el
numero se nivelo en mil cien. Para aquellos capellanes que se quedaron en
servicio activo, el ministerio continúo. Algunos cambios administrativos
ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial. Conforme el Cuerpo de la
Fuerza Aérea se separaba de las fuerzas de tierra, la necesidad de una
capellanía separada surgió. Se nombro a un Capellán del Aire para que
encabezara el estaf de capellanes y un oficial de enlace de la fuerza aérea se
estableció en la oficina del Jefe de Capellanes.

M5- CAPELLANIA / 59
El periodo inmediato a la post guerra, presencio capellanes ministrando a
prisioneros, tanto de los Estados Unidos como extranjeros. La mayoría de
los prisioneros eran las miles de tropas capturadas y enviadas a
campamentos de internamiento, pero los criminales también eran parte de
esa misión. Se recluto a capellanes judíos específicamente asignados a
brindar ayuda a los desplazados recién liberados de los campos de
concentración, para que además pudieran reunirlos con sus familiares,
establecieran sinagogas y auxiliaran a huérfanos.

A pesar de la existencia de normas que prohibían fraternizar, los capellanes


organizaban grupos de jóvenes alemanes. Los programas fueron exitosos y
proporcionaba deportes, películas y fiestas. Los capellanes trabajaban con
exprisioneros de guerra estableciendo agencias de ayuda para civiles y
haciendo esfuerzos por restaurar la vida religiosa de Europa.

Como en el caso de guerras anteriores, los capellanes trabajaron con el


Comando Norteamericano de Registro de Tumbas para dar fe y orar por
aquellos soldados cuyos cuerpos habían sido recuperados de diferentes
campos de batalla y sepultados de nuevo en cementerios norteamericanos.

Mediante las políticas de no fraternización se fueron haciendo mas laxas,


algunos soldados norteamericanos solicitaron contraer nupcias con
ciudadanas alemanas. La burocracia y consejeria recayó en los capellanes.
En la medida que las fuerzas de ocupación establecieron comunidades
norteamericanas, las familias de los soldados llegaron de los Estados
Unidos. Estas comunidades necesitaron de capellanes y capellanes de tropa
fueron asignados a ellas. Tanto en Europa como en Asia, los capellanes
establecieron escuelas dominicales, construyeron capillas y organizaron
programas que promocionaban prácticas religiosas norteamericanas.

Ya desde la Revolución, el final de cada guerra en la que este país


participaba, traía consigo drásticas medidas de desmovilización de las
fuerzas armadas, incluyendo a los capellanes. Después de la Segunda
Guerra Mundial, por primera vez en la historia militar de los Estados
Unidos, esto no sucedió.

M5- CAPELLANIA / 60
Inmediatamente después de 1945, una nueva expresión se convirtió en
parte del vocabulario político – La Guerra Fría. Con la Guerra Fría surgió la
necesidad de mantener fuerzas militares de tiempo de paz a un nivel
superior de fuerza y disponibilidad que antes.

La Guerra Fría y la Capellanía

La política extranjera de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra


Mundial, particularmente después de 1948, se baso en el principio de
refrenar. Se crearon alianzas para crear un escudo protector contra
expansión comunista de la Unión Soviética y China a través de Europa y
Asia. Además de la Organización del Atlántico Norte, estaba la
Organización del Tratado Central, La Organización del Tratado de Sueste
de Asia y el Pacto de Río. Para implementar esta política de refreno, los
Estados Unidos mantuvo a un gran numero de contingente militar de
manera permanente a lo largo de todo el mundo. En dos ocasiones, una en
Corea y otra en Vietnam, la nación se enfrascaría en guerra como parte de
dicha política de refreno. Los capellanes tuvieron un papel muy importante
en el ejército durante estos años de la guerra fría.

Ciudadanía y Clase de Moralidad

Parte de la respuesta de la capellanía a la Guerra Fría fue la de emplear


capellanes como educadores y proveer entrenamiento moral para apoyar a
la democracia. “El Entrenamiento Militar Universal” evoluciono como un
principio. En este plan, a pesar de que nunca se implemento, los capellanes
prepararían e impartirían conferencias sobre temas relacionados a la
ciudadanía y la moral. La serie de ochenta y ocho conferencias, escritas por
el Capellán Martin H. Schalermann, fue conocida originalmente como
“Charlas sobre Ciudadanía y Moralidad”. Los temas incluían “Pureza de
Pensamiento, Palabra y Actos”, “El Matrimonio como Institución Sagrada”,
“Los Diez Mandamientos” y “Bases para la Conducta Moral”.
Eventualmente los capellanes recibían copias de las conferencias para
distribuirlas a sus soldados. “La Hora del Capellán” se publico de manera
conjunta con estas conferencias, que contenían materiales de lectura acerca
de ciudadanía y moral. En sus veinticinco anos de historia, temas como

M5- CAPELLANIA / 61
promiscuidad y comunismo, darían pie a la discusión sobre abuso de
drogas y relaciones étnicas.

El Establecimiento de otras Ramas

La ley de la Defensa Nacional de 1947 establecía que el Departamento de la


Defensa estaría compuesto de la Armada, La Naval, La Fuerza Aérea (como
entidades totalmente separadas. El diez de mayo de 1949, la Orden de
Transferencia Numero 35 les permitía a los capellanes su ingreso a la
capellanía de la Fuerza Aérea. Ya para el 26 de julio, cuatrocientos
cincuenta y ocho capellanes en servicio activo y quinientos setenta y tres
reservistas habían hecho su transferencia. El Capellán Charles I. Carpenter
se convirtió en el primer Jefe de Capellanes de la Fuerza Aérea. Durante
este periodo, se estableció el Servicio de Capellanes de la Administración de
Veteranos. Alrededor de 1947, había doscientos veintiséis capellanes de
tiempo completo con la Administración de Veteranos, siendo auxiliados por
otros ciento quince capellanes de medio tiempo. Y aunque no estaban
oficialmente afiliados a las fuerzas armadas, sus ministerios eran similares.

En 1945, El Comité Norteamericano de Capellanes del Ejército, fue creado.


Este probaba nuevos equipos y provisiones, determinaba técnicas de
operación y hacia las veces de enlace con otras ramas de las fuerzas
armadas. Mas tarde, también produjo películas históricas y de
entrenamiento relacionadas con la capellanía.

La Escuela de Capellanes

Mientras tanto, la Escuela de Capellanes, fue trasladada en 1946 del Fuerte


Oglethorpe, en Georgia, a Las Barracas de Carlslile, en Pennsylvania. El
curso básico fue extendido a tres meses, con la intención de darle al
capellán “una idea de su trabajo en tiempos de paz y las muchas
oportunidades que este representaba”. Con la intención de mejorar la
disponibilidad, los capellanes de la reserva y la Guardia Nacional, podían
ahora participar en cursos así como también recibir entrenamiento
extramuros mediante cursos de extensión. Aun después del establecimiento
de la capellanía separada, los capellanes de la Fuerza Aérea recibían
entrenamiento en la escuela de la armada. Con el tiempo, la Fuerza Aérea

M5- CAPELLANIA / 62
estableció su propia escuela, así como la Naval también lo hizo tiempo
después.

La Búsqueda y el Entrenamiento de Asistentes para Capellán

De manera frecuente, hacerse de asistentes para capellán calificados era


difícil. Los comandantes en ocasiones les asignaban a los capellanes
soldados problemáticos. Los soldados calificados que trabajaban con los
capellanes, por su parte, a menudo solicitaban su transferencia debido a la
falta de oportunidades de ascenso. Así mismo, los recortes de personal,
autorizaban a que civiles ocuparan estos puestos. En 1949, un estudio
recomendó que los asistentes fueran asignados en base a concluir un curso
especial de instrucción en la escuela de Capellanes del Ejercito, que
demostraran habilidad en el entrenamiento-en-el –trabajo por un periodo
no menor a 90 días, o entrenamiento civil o experiencia religiosa en música
y entrenamiento-en-el-trabajo por no menos de 90 días.

En su lugar, soldados ya calificados en el campo profesional de personal y


administración, fueron entrenados y se les designo como “Asistentes de
Capellán Calificados”. En 1950, la Escuela de Capellanes, instituyo su
primer programa de entrenamiento a reclutas. Futuros “Especialistas de
Bienestar” de la Fuerza Aérea fueron los primeros graduados. Este
programa continuo hasta 1954; luego, tras un lapso de dos anos, fue
reinstituido en el Fuerte Dix, en Nueva Jersey y en el Fuerte Ord de
California.

La Guerra Con Corea, 1950-1953

El 25 de junio de 1950, fuerzas norcoreanas invadieron Corea del Sur,


involucrando a los Estados Unidos en una guerra que habría de durar hasta
el fin del armisticio de 1953. Por primera vez desde 1945 el ejército se veía
involucrado en combate a gran escala. Y como en las pasadas guerras, la
capellanía se encontró justo en el conflicto. El Capellán Carl R. Hudson,
quien fue asignado al primer batallón del vigésimo primer regimiento de
infantería, fue el primer capellán de la guerra, en combate, cuando su
unidad se enfrasco contra las fuerzas norcoreanas el 5 de julio de 1950.

M5- CAPELLANIA / 63
Hudson auxilio y oro con los heridos consoló a los que agonizaban y junto
con el doctor, trato de infundir valor y esperanza.

El 16 de julio, el Capellan Herman G. Felhoelter y cien hombres mas


trataron, mientras transportaban a 30 heridos, de escapar de las tropas
norcoreanas que avanzaban después de la batalla de Taejon. El escape bajo
esas circunstancias parecía imposible y los heridos fueron dejados atrás.
Tras convencer a un oficial medico que se fuera con los demás, Felhoelter se
quedo atrás con los heridos. Desde lejos un sargento pudo ver como las
tropas enemigas vencían a y asesinaban tanto a los heridos como a
Felhoelter mientras este oraba sobre ellos. Un día antes de su cumpleaños
numero treinta y siete, Felhoelter se convirtió en el primer capellán del
ejército muerto en combate durante el conflicto en Corea.

La Guerra contra Corea tomo tanto al ejército como a la capellanía por


sorpresa. El número de capellanes activos en 1950 estaba cercano a los
setecientos setenta y cinco. Con el desencadenamiento de la guerra se vio
en la necesidad de incrementar su fuerza a novecientos cincuenta
capellanes. El Oficina del Jefe de Capellanes inicio un llamado involuntario.
Este incluía no solo a los capellanes que habían sido activados con sus
unidades de reserva y de la Guardia Nacional, sino también a doscientos
cuarenta capellanes de reserva con órdenes individuales para el servicio
activo. Dentro de un periodo de un ano, el número de capellanes subió a mil
doscientos ocho y para octubre de 1951, mil cuatrocientos cuarenta y ocho
estaban activos.

Un Conflicto Religioso

En muchos sentidos, la guerra contra Corea fue un conflicto religioso. Y


aunque la mayoría de los coreanos no externaban afiliación religiosa
alguna, los misioneros católicos y protestantes habían traído la cristiandad
a Corea ya desde los anos mil setecientos. Esta herencia se hizo manifiesta
en la lucha. La fuerzas comunistas se enorgullecían en perseguir
públicamente a los misioneros y profanar sus iglesias. Capellanes
acompañaron a las tropas en el sur de Corea. El 11 de abril de 1951, dos
misioneros que servían como capellanes auxiliares crearon el Cuerpo de

M5- CAPELLANIA / 64
Capellanes de la Republica de Corea 9. Estos capellanes eran voluntarios
civiles que servían sin recibir sueldo. Y no fueron oficialmente
comisionados sino hasta 1958.

Prisioneros de Guerra

Algunos capellanes fueron encarcelados en campos de prisioneros de


guerra. El Capellán Emil J. Kapaun fue encarcelado por seis meses. Bajo
condiciones extremas el lucho contra el adoctrinamiento comunista en
medio de muchos hombres, le ministró a los enfermos y agonizantes y
robaba comida para los hombres. El murió en el campo y se le otorgo de
manera póstuma La Legión de Merito. El Capellán Kenneth C. Hyslop
murió de inanición 38 días después de su captura, principalmente debido a
lesiones internas causadas por el maltrato de sus captores. El Capellán
Wayne H. Burdue fue tomado prisionero durante una emboscada en Kunu-
ri, el 30 de noviembre de 1950. Se reporto que el había muerto en prisión
ocho meses mas tarde. El ultimo de los capellanes en haber sido capturado
fue Lawrence F. Brunnert el 2 de diciembre de 1950. El como otros, murió
en cautiverio, no sin antes haber ayudado a sus compañeros de prisión.

Área de Cobertura en el Campo de Batalla

Ministrar durante la Guerra de Corea fue todo un desafió. La rápida


movilización de tropas y el constante cambio de frentes forzaron a los
capellanes a viajar frecuentemente a través de Corea. No era raro que
cubrieran casi 2000 millas por mes, para proporcionar consejeria y
servicios religiosos. Las actitudes y el estado de ánimo de los soldados eran
muy diferentes a los de las guerras pasadas. La guerra se fue haciendo cada
vez más impopular en los Estados Unidos, especialmente después de 1951
cuando el conflicto se había estancado y el ánimo tanto de soldados como
de los capellanes estaba siendo afectado por este estancamiento.

Esfuerzos Humanitarios

Capellanes que se encontraban lejos del campo de batalla, capellanes


auxiliares civiles, y capellanes voluntarios de la Republica de Corea

9
ROK por sus siglas en ingles, Republic of Korea

M5- CAPELLANIA / 65
trabajaron en iniciativas humanitarias y otros programas ministeriales. Un
capellán auxiliar, Harold Voelkel, sirvió ministro entre los prisioneros de
guerra norcoreanos, en busca de cristianos, estableciendo institutos
bíblicos y realizando servicios evangelisticos. Muchos prisioneros de guerra
permanecieron en Corea del Sur después del armisticio y más de ciento
sesenta se convirtieron en ministros, maestros de Biblia y capellanes. Otros
capellanes trabajaron exhaustivamente con huérfanos. Los soldados
ayudaban a vestirlos y darles de comer, les examinaban médicamente y los
transportaban a orfanatos. Muchos capellanes solicitaban provisiones a sus
iglesias y distribuían estos artículos de primera necesidad a la población
local. Los capellanes y os reclutas también contribuían con su propio dinero
y tiempo para ayudar al trabajo de asistencia a Corea.

El Fin de la Guerra con Corea

Con la firma del armisticio el 27 de julio de 1953, 13 capellanes habían


muerto, seis en los primeros meses de la guerra. Los capellanes fueron
altamente condecorados. Y para finales de 1953, ciento setenta y cinco
capellanes del ejército habían recibido doscientas dieciocho
condecoraciones incluyendo veintidós medallas de plata. Más tarde se
otorgaron más medallas.

El Ministerio Después de la Guerra

La política militar después de la guerra contra Corea se basaba en el


“desagravio masivo”. Los Estados Unidos no se permitirían enfrascarse en
otra guerra de agotamiento con los comunistas. En vez de esto, cualquier
intento por parte de las potencias comunistas, por atacar fuera de sus
fronteras, seria confrontado e inmediato uso de armas atómicas a gran
escala. Como resultado de este cambio doctrinal, el ejercito sufrió un
decaimiento tanto en su presupuesto como en su tamaño después de 1953,
mientras se hacia un énfasis en las fuerzas estratégicas de la nación,
particularmente la Fuerza Aérea y su Comando Estratégico.

El resto de esta década consistió básicamente de un tiempo de calma y


renovación para la capellanía. Con los miembros del ejército y sus familias
en cuarteles por todo estados Unidos y el extranjero, los programas

M5- CAPELLANIA / 66
patrocinados por los capellanes se hicieron parte vital de sus ministerios.
Estos grupos laicos se congregaban en reuniones sociales, estudios bíblicos
o proyectos de capillas y cada comunidad tenia uno o varios. Un plan que
tenía la intención de juntar a los que se habían creado en Europa y después
se esparcieron por los Estados Unidos. Bajo el nombre de “Hombres
Protestantes de la Capilla”, “Mujeres Protestantes de la Capilla” y “Jóvenes
Protestantes de la Capilla” ellos proporcionaban un vínculo común a lo
largo de todo el ejército. Personal Católico y judío siguió el ejemplo y
crearon sus propias organizaciones laicas.

Este mismo principio se aplico a la educación religiosa. Los capellanes


establecían escuelas dominicales, aunque al principio no había una
curriculae unificada. Se sugirió y se adopto un plan que proporcionaba un
programa continuo de instrucción religiosa para ser usado en todas las
fuerzas armadas. El “Currículo Protestante Unificado de las Escuelas
Dominicales de las Fuerzas Armadas” estuvo disponible en 1953 y 1954; el
“Programa Católico Familiar para Instrucción Religiosa” en 1954; y para
atender a todo el personal judío se publico, “El Currículo de Escuelas
Religiosas para Judíos de las Fuerzas Armadas”.

Los capellanes establecieron el concepto de retiros religiosos. Un retiro es


“un periodo de aislamiento grupal para orar, meditar, estudiar e instruir
bajo la guía de un director”. Sin embargo, los retiros no eran exclusivos
para capellanes, sino que eran también para los reclutas hombres y
mujeres. Para ir un poco más lejos, el capellán de staff del Ejercito de los
Estados Unidos en Europa, Edwin L Kirtley reconoció la necesidad de
asegurar un área aparte en la que el retiro grupal pudiera ocurrir. El escogió
instalaciones hoteleras en Berchtesgaden en Alemania en los Alpes de
Bavaria. Así fue que en 1954 fue establecido el Centro de Retiros Religiosos
de Ejercito, el cual fue oficialmente dedicado en el mismo lugar que antes
ocupaba un hotel de la fuerza aérea nazi. Muy pronto se convirtió en el
centro de actividades y de reunión de todo evento religioso militar de
relevancia en Europa. Capellanes de los tres diferentes credos programaban
cada año retiros para sus conscriptos. En diez anos, cien mil soldados y sus
familias habían hecho uso de las instalaciones del centro.

M5- CAPELLANIA / 67
En 1954, John A. Duna, Capellán del Staff de las Fuerzas armadas del
lejano oriente, visito Berchtesgaden. Impresionado con el centro, obtuvo la
aprobación para establecer un centro similar en Japón. Y en 1954, ubicado
en Osio se dedico en memoria del capellán Emil. J Kapaun la “Casa de
Retiros Religiosos Kapaun”. Continúo hasta 1957. El octavo centro para
retiros religiosos del ejército abrió un poco mas tarde en la Montana Nam
San, en Seoul Corea. Estas instalaciones como Berchtesgaden han
proporcionado el ambiente para la meditación y programas religiosos bajo
el patrocinio y dirección de los capellanes.

Reestructuración del Currículo de la Escuela

Durante 1951, la escuela de Capellanes se traslado del Fuerte Slocum, en


Nueva York, y después a inicios de la década de los sesentas al Fuerte
Hamilton, en Nueva York. Durante este periodo la escuela reestructuro su
currículo, combinando materias tales como mando y organización de staff,
con cursos de tareas de capellanía. Esto les permitió a los estudiantes
aprender más acerca de su papel en relación con toda la estructura militar.

Un nuevo concepto de entrenamiento fue introducido. El concepto de


“cursos de carrera” fue propuesto a finales de la década de los cincuentas.
Este incluía un programa detallado de nueve meses de estudio e iba dirigido
a estudiantes avanzados. Con el movimiento al Fuerte Hamilton, se hizo
una realidad. La escuela también publico cursos de extensión extramuros
por correspondencia que les daban a los capellanes de las reservas y la
Guardia Nacional instrucción más actualizada.

El entrenamiento especializado continuo fuera de la escuela. La Oficina del


Jefe de Capellanes hizo arreglos para que muchos capellanes pudieran
tomar los cursos en otras áreas como administración financiera y
periodismo, y que también se les permitiera asistir a otras escuelas
militares. Esto aumento en el conocimiento técnico necesario para lidiar
con un ejército tecnológicamente mas avanzado. Sin embargo era el rol del
capellán como consejero donde había mas necesidad de seguirse
preparando para aumentar las habilidades ministeriales. Para lograr esto,
se estableció la Educación Clínica Pastoral para los capellanes.
Entrenamiento para situaciones de angustia emocional, problemas de

M5- CAPELLANIA / 68
pareja y familia, relaciones humanas y uso y abuso de drogas y alcohol, se
convirtieron también en áreas importantes para la preparación como
capellanes.

Otros Aspectos Notables

Al final de la década de los cincuentas, la capellanía vio como se termino y


se publico el nuevo Himnario de las Fuerzas Armadas y la adopción del
sello de la capellanía del ejército. Al principio de la década de los sesentas,
la capellanía también enfrento nuevos retos a su constitucionalidad. Esta
critica continuo y se hizo más fuerte con el crecimiento de la impopularidad
del involucramiento de los Estados Unidos en una nueva guerra en el Asia
continental, Vietnam.

La Guerra de Vietnam, 1962-1973

El involucramiento de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam tuvo sus


inicios a mediados de los años cincuenta. Sin embargo, no fue sino hasta
diciembre de 1961 que las primeras tropas norteamericanas de apoyo al
combate, fueron enviadas a ese país. Para febrero de 1962 los Estados
Unidos establecieron un Comando de Asistencia Militar en Vietnam y mas
de tres mil efectivos fueron desplegados a todo lo largo de la Republica de
Vietnam. Fue en este punto donde se les unieron los capellanes. El 26 de
febrero de 1962, John A. Lindvall fue el primer capellán en arribar a
Vietnam. El fue asignado al Comando de Asistencia Militar en Vietnam, en
Saigon.

Dos días más tarde, otros dos capellanes llegaron. Ya que no había equipo,
Lindvall tuvo que solicitar en carácter de urgencia, cosas tan elementales
como himnarios, y equipos de campo para capellanes. Durante los primeros
días, los ocho capellanes asignados a Vietnam cubrían seiscientas millas del
país. Viajando en vehículos y helicópteros especiales, ellos se pasaban
varios días en cada cuartel, llevando a cabo servicios de adoración,
consejeria, dando conferencias sobre aspectos de la persona e
interactuaban con las tropas. Con mayor involucramiento, y más capellanes
de las Fuerzas Armadas llegando, Lindvall, organizo una sección del
Comando de Asistencia Militar en Vietnam, que establecía las directrices,

M5- CAPELLANIA / 69
organizaciones laicas y retiros espirituales. El Hecho de que los capellanes
tuvieran que cubrir áreas geográficas, más que unidades específicas, era el
resultado de la experiencia temprana en Vietnam. Respecto a esto, a los
capellanes de las fuerzas armadas se les animaba a que ministraran no solo
a su propio personal, pero que también a todo personal norteamericano
localizado en su extensión geográfica.

En la medida que el conflicto se extendió, el número de efectivos


norteamericanos en Vietnam también creció. Para fines de 1963 había
dieciséis mil quinientos efectivos en acción. En 1964, las primeras fuerzas
de combate arribaron, y el número de bajas empezó a crecer. Incluido en
estas estaba el Rabino Meir Engel, quien murió de un ataque al corazón en
1964, siendo el primer capellán en morir en Vietnam. Previo al
establecimiento de las fuerzas armadas norteamericanas en Vietnam, en
1965, los capellanes se encontraban bajo el mando del Comando de
Asistencia Militar en Vietnam. Con ambas organizaciones en operación
surgió la pregunta de quien tendría el control para supervisión de los
capellanes. Eventualmente, ya que se trataba de consejeros profesionales y
técnicos para la Republica de Vietnam, los capellanes y los oficiales con
antigüedad informaron de las adecuadas cortesías religiosas que se
merecían los Vietnamitas, por lo que todos los capellanes y sus asistentes
que fungían como asesores fueron puestos bajo la disposición del Comando
de Asistencia Militar en Vietnam.

Desde el final de 1965 en adelante, las demostraciones en los estados


Unidos contra la participación de los Estrados Unidos en el conflicto de
Vietnam se hicieron más numerosas y más expresivas. La crítica dirigida
hacia el ejército en ocasiones, era enfocada de manera más directa al cuerpo
de capellanes, etiquetándolos de partidarios de la guerra. Algunos
capellanes también sentian la necesidad de o apoyar o cuestionar la lucha
militar y lo hicieron de manera pública.

El año de 1966, trajo consigo la primera baja en combate de un capellán del


ejército en Vietnam, William J. Barragy. Desafortunadamente, no fue el
último. Michael Quealy murió tras haber administrado la extrema unción a
un soldado y mientras se encontraba de rodillas junto a otro herido. Este

M5- CAPELLANIA / 70
mismo ano, presencio la muerte del primer asistente de capellán Raymond
L. Bowen, Jr. Siete mas habrían de morir en Vietnam.

No era solo en la batalla que los capellanes y sus actividades se hacían


evidentes. Ellos, con la ayuda de las tropas y de sus iglesias, así como
organizaciones cívicas en los Estados Unidos, ayudaban a la población
vietnamita al proporcionarles ropa, comida, y dinero para escuelas,
orfanatos y asuntos de esa misma índole. Esto reflejaba el altruismo y la
preocupación del más desvalido, especialmente aquellos quienes su mundo
había sido hecho pedazos por la guerra.

Sin embargo, ministrar a las tropas era la procuración mayor de los


capellanes. De hecho, tantos eran voluntarios para ir a Vietnam que algunas
solicitudes tuvieron que ser desaprobadas. En agosto de 1966, había
doscientos diecinueve capellanes sirviendo; para 1967 había más de 300.

En el campo, los capellanes a menudo colocaban sus altares en las cajuelas


delanteras de los Jeeps o en claros. Mediante helicópteros ellos podían
visitar cuarteles remotos o aislados. En cuarteles y campamentos ellos
construyeron capillas para adorar.

Por primera vez desde la guerra civil, dos capellanes –Charles J. Watters y
Angelo J. Liteky – recibieron la medalla de Honor del Congreso de los
Estados Unidos, la mayor de las condecoraciones por valor bajo fuego.
Watters recibió la suya de manera póstuma. El murió en noviembre de
1967, mientras rescataba heridos durante un asalto cerca de Dak To. Liteky
recibió la suya en diciembre de 1967 por haber cargado a más de veinte
efectivos del campo de batalla cerca de Phuoc-Lac a un helipuerto de
evacuación.

Aunque los capellanes lidiaron con asuntos que tenían que ver con la moral
de las tropas como parte de su ministerio, la guerra frecuentemente
nublaba el juicio individual de los soldados y algunas acciones violaban
estándares éticos y legales. Frase como “no mataras” eran ignoradas
mientras se estaba bajo fuego. Estos lapsos asociados con incidentes más
grandes como el de My Lai habían manchado la imagen de la capellanía.

M5- CAPELLANIA / 71
Al mismo tiempo, los sentimiento anti bélicos aumentaban en los Estados
Unidos. Los críticos hacían un llamado al fin de la capellanía militar, la
alianza militar y consciencia religiosa, no podían existir de manera
simultánea. La capellanía se oponía agradando entrenamiento en lo que se
refería la reportaje de presuntas atrocidades y otros asuntos legales.

Ministrar a los Opositores Concientes

Como consecuencia del creciente sentimiento contra la guerra, muchos


soldados solicitaron su separación del ejército como Opositores Concientes.
A los capellanes se les requería que tuvieran una entrevista de consejeria
con ellos y determinar en base a su sinceridad y convicciones religiosas.
Una vez hecho esto los capellanes hacían un reporte en base a lo que ellos
habían visto. Los cambios el lo que definía constitucionalmente una
situación de oposición conciente confundía a los capellanes. Con el tiempo
se envió al campo para asistir a los capellanes en sus entrevistas y reportes
un set de instrucciones denominado “Guía de la Política de entrevistas para
el Opositor Conciente Solicitante del Ejercito” además de la “Guía
Suplementaria Sobre Opositores Conscientes”.

Consejeria sobre Drogas y Alcohol

Otra responsabilidad adicional de la lista de tareas del capellán era la


consejeria a personas con adicción a las drogas. Con la amplia
disponibilidad y uso de narcóticos en el oriente, los capellanes realizaban
talleres sobre como “Ministrar al que usa drogas”. Los capellanes también
establecieron programas educativos antidrogas en sus unidades y
trabajaron en centros para el tratamiento de adiciones. El ejército también
enfatizaba mejorar las relaciones entre diferentes grupos étnicos dentro del
ejército y asigno al Capellán Benjamín E. Smith a que desarrollara un
programa de relaciones humanas para ser usado en Vietnam. El programa
enseñaba a los soldados a reconocer y cambiar prácticas discriminatorias.

Establecimiento de la Especialidad en Asistencia de Capellanes

M5- CAPELLANIA / 72
Mientras la actividad militar continuaba en el otro lado del mundo, el
ejército estaba cambiando, afectando a la capellanía. Uno de los más
importantes cambios fue el establecimiento de la especialidad en ocupación
militar, que en especial se les otorgaba a los asistentes de capellán. Esto fue
apoyado por con los cursos de la Escuela de Capellanes para ayudar a los
asistentes de capellán en sus tareas dentro de unidades o cuarteles.

Nueva Curricula

La Escuela de Capellanes, ahora localizada en el Fuerte Hamilton, en Nueva


York, también instituyo nueva curricula para el curso básico de capellanía y
los cursos d carrera. Se introdujeron también nuevos cursos de
entrenamiento para residentes para miembros de la Guardia Nacional y de
las reservas, estos tenían continuidad con instrucción universitaria que
llevaba a programas de titulo de maestría. Se impartían clases adicionales
sobre Vietnam y los problemas que los capellanes enfrentaban allá.
También, el equipo de los capellanes mejoro. Equipos más ligeros
reemplazaron a las enormes gavetas metálicas usadas durante Segunda
Guerras Mundial y la Guerra de Corea. Órganos de aire que habían sido
sustituidos por órganos eléctricos eran ahora cosa del pasado conforme las
reproductoras de cassettes proveían los acompañamientos para los
servicios.

Otros Aspectos Sobresalientes

Conforme las fuerzas norteamericanas empezaron a abandonar Vietnam en


1969, el número de capellanes también empezó a disminuir. El 28 de marzo
de 1973, el Capellán Emil F. Kapusta y el sargento de primera clase Douglas
R. Carpenter, el último capellán norteamericano y el último asistente de
capellán salieron de Vietnam. En los once anos que los capellanes del
ejército sirvieron en Vietnam, trece murieron. Los capellanes en su
conjunto, obtuvieron un total de dos Medallas Honor, setecientas
diecinueve Estrellas de Bronce, quinientos ochenta y seis Medallas de
Elogio, trescientas dieciocho Medallas del Aire, ochenta y dos Corazones
Púrpura, sesenta y seis Legiones al Merito, veintiséis Estrellas de Plata y
muchas otras.

M5- CAPELLANIA / 73
Más importante, sin embargo, es el hecho de que el ministerio pastoral se
expandió. Los capellanes estuvieron mas involucrados en asuntos no
directamente relacionados con el combate. Ya fuera que lidiaran con
cuestiones éticas, morales o la incertidumbre causada por la critica de la
presencia de Estados Unidos en la guerra; o que si lidiaron con las mismas
preocupaciones que los soldados sentian en conflictos anteriores – Soledad,
fe, y asuntos afines – los capellanes estaban a la mano para aconsejar y
ministrar, motivar y amar los hombres y mujeres a quienes ellos servían.

La Capellanía Desde Vietnam

A partir de la Guerra de Vietnam, los cambios en la doctrina han afectado a


la capellanía. El ejército se ha movido hacia el concepto de batalla Tierra-
Aire (con sus variantes) con el énfasis en movimientos hacia delante. La
capellanía se ha visto ante estos cambios y se ha reestructurado para
cumplir con los desafíos de estas nuevas doctrinas.

Mujeres Capellanes

En 1974, mas de cien años después de que Ewin M. Stanton se negra


comisionar a la Señora Ella Hobart como capellán durante la Guerra Civil,
la Reverenda Alice M. Henderson acepto su comisión convirtiéndose en la
primera mujer en de manera oficial, servir en el cuerpo de capellanes. Con
la mujer como un elemento en crecimiento dentro de la capellanía era
inevitable que hubiera a un par de esposos sirviendo como ministros
militares. El 14 de enero de 1974, Georgette Beltran fue comisionada y se
unió a su esposo francisco como la primera pareja casada de esposos en
servir dentro del servicio activo.

Capellanes Ortodoxos del Este

Durante la Segunda Guerra Mundial, tres capellanes, ortodoxos del este


sirvieron dentro del ejército de los Estados Unidos. El 18 de octubre de
1943, el Reverendo Vladimir Borichesky fue nombrado capellán asignado a
servicio activo temporal el día 6 de noviembre, el primer representante de
la Iglesia Ortodoxa del este. Y aun que es clasificada como protestante,
estos capellanes proveen ministraciones especializadas para los Ortodoxos
del Este así como servicios al personal que representa a la Iglesia Ortodoxa
M5- CAPELLANIA / 74
Rusa, la Iglesia Ortodoxa Griega, y las iglesias Ortodoxas Siria y de
Antioquia.

Entre otras tareas, dado su conocimiento del ruso, los capellanes también
les ministraban a los prisioneros de guerra rusos liberados de los campos de
concentración alemanes, y actuaban como interpretes. Después del fin de la
guerra, los tres capellanes regresaron a sus parroquias civiles. En Vietnam
también sirvieron los capellanes ortodoxos, pero otra vez bajo la sombrilla
del protestantismo. No fue sino hasta 1979 que el ejército reconoció a la
Iglesia Ortodoxa del este como una grupo de fe distinto.

Instructores de Ética y Consejeros

En respuesta a los asuntos morales resaltados por incidentes como el de My


Lai y las violaciones al código de honor en West Point, el alcance de la
capellanía cambio y se expandió. Tradicionalmente, los capellanes darían
pláticas de líneas de conducta y enfermedades venéreas a las tropas. Estos
incidentes ponían en una situación comprometedora al cuerpo de oficiales y
enfatizaban la necesidad de aconsejar a los oficiales acerca de lo que su
liderazgo representaba en cuestiones éticas. Esto recayó en el capellán y su
provisión de consejos en ese sentido. Cada escuela de servicios y cada
academia se requerían que tuviera un capellán dentro del Staff para
enseñar a los oficiales sobre ética en la guerra. Ellos debían presentar bases
históricas y filosóficas, además de incorporar la ética con las nuevas
doctrinas emergentes. En 1970, el nombre de la Escuela de Capellanes fue
cambiado por el de “Centro de Capellanes de la Armada de los Estados
unidos”. Continuando con su odisea, en septiembre de 1974, se traslado al
Fuerte Wadsworth en la Isla Stanten, en Nueva York. En 1979, el “Centro de
Capellanes de la Armada de los Estados unidos” se mudo a donde se
localiza actualmente, El Fuerte Monmouth, en Nueva Jersey. Se han
agregado mas cursos tanto para capellanes como para asistentes de
capellán, preparándolos para el Equipo de Ministros de Unidad.

Doctrina de Batalla TierraAire

La doctrina de batalla TierraAire ha venido a ser la piedra angular de las


operaciones del ejército norteamericano. Se basa en asegurar o retener la

M5- CAPELLANIA / 75
iniciativa y ejercitarlas de manera agresiva para derrotar al enemigo. La
victoria se alcanza al desestabilizar al enemigo y evitando su recuperación.
Además de esto, esta la doctrina del ejercito denominada “Empujar Hacia
Delante”

Bajo la cual el apoyo religioso se empuja al campo de batalla. Para que esto
se logre, se propuso, el concepto de Equipo de Ministros de Unidad.

El Concepto de Equipo de Ministros de Unidad (EMU)

A nivel del batallón el EMU esta compuesto por un capellán y un asistente


de capellán. Este provee apoyo religioso a los soldados en combate
nutriendo a los vivos, cuidando de los heridos y honrando a los muertos.
Bajo la doctrina “Empujar Hacia Delante”, el EMU se mueve
continuamente entre los elementos delanteros, ministrando a los soldados,
antes durante y después del contacto con el enemigo en el batallón y
equivalente nivel de unidad. Para poder proveer un ministerio eficaz, el
capellán y asistente de capellán necesitan compartir los rigores de la
batalla. Con rangos superiores, el EMU provee un ministerio religioso
esencial para las áreas de la retaguardia.

Emplazamiento a Granada

En 1983, el concepto de EMU recibió su primera prueba en una situación


real de emplazamiento de tropas, Granada. La operación conocida como
“Furia Urgente” fue utilizada para evacuar ciudadanos norteamericanos de
la Isla de Granada, para neutralizar a las fuerzas armadas de la isla,
estabilizar la situación interna y mantener la paz. Miembros de la 82
división de paracaidistas, del Fuerte Braga, en Carolina del Norte fueron
puestos en alerta, aterrizaron en Granada, rescataron a estudiantes de
medicina y capturaron almacenes de armas, municiones y equipo
perteneciente a soldados cubanos que asesoraban a la Armada
Revolucionaria del Pueblo de Granada. Diecisiete capellanes y dieciséis
asistentes participaron en el emplazamiento. Durante los cinco días de
mayormente enfrentamientos menores, los EMUs fueron de unidad en
unidad o de compañía en compañía, en ocasiones quedándose por algunas

M5- CAPELLANIA / 76
horas o un día, ofreciendo consuelo, ya que el constante movimiento de las
unidades en Granada, hace que los soldados vean sometidos al estrés.

Los EMUs proporcionaron, durante este tiempo, la tan necesaria consejeria


a las tropas. Los EMUs realizaban rápidos servicios para las tropas antes de
su salida. Breves servicios de oración se llevaban a cabo antes de entrar en
acción. Durante las acciones en Granada, algunos soldados murieron. Se
realizo un servicio memorial durante los cinco días.

En respuesta a las necesidades siempre cambiantes del ejército, la


capellanía continúa su expansión y su crecimiento. En 1987, el
Departamento de Defensa, registro a las Iglesias Budistas de América como
una agencia eclesiástica con capacidad de endoso, abriendo así las puertas a
los capellanes budistas. Los EMUs también son entrenados para ministrar
pacientes con SIDA10 y ayudar a establecer redes de apoyo para ellos, sus
familias y amigos. Se ha hecho un especial énfasis en el ministerio de las
familias del ejército por medio de los Centros de Vida familiar. Los EMUs
lidian con temas tales como intervención en crisis, prevención de suicidios,
abuso familiar, consejeria en la aflicción y enriquecimiento matrimonial.
Estos y un énfasis agregado a la actividad de un soldado, habilidades
necesarias de supervivencia en combate, preparan a los capellanes y a los
asistentes de capellán para el ministerio a soldados del ejército de los
Estados Unidos y sus familias, tanto en la escena del combate como en la de
tiempos de guerra.

Retos Desde la Guerra de Vietnam

La década de los ochentas culmino con la capellanía enfrentando su mas


grande desafió desde la Guerra de Vietnam. Por un lado, hubo un
desplazamiento de tropas norteamericanas a gran escala al suroeste de Asia
durante la operación Tormenta del Desierto/Escudo del Desierto entre
agosto de 1990 a marzo de 1991, y por otro lado la propuesta de reducir y
cambiar la estructura de fuerza del ejercito debido a la reducción de las
tensiones de la Guerra Fría. El primer reto fue superado de manera éxitos.
En el punto más relevante de la operación más de quinientos sesenta
capellanes del ejército sirvieron a las fuerzas armadas en el sudoeste de
10
Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida

M5- CAPELLANIA / 77
Asia. Esta cifra fue mayor que el número de capellanes que sirvieron en
Vietnam en el cenit del conflicto. El segundo desafió que le ejercito y el
cuerpo de capellanes al término de la operación Tormenta del
Desierto/Escudo del Desierto, fue el término de la Guerra Fría. Por casi
cuarenta y cinco años, las hostilidades entre el mundo comunista y el
mundo libre han formado una amenaza bajo la cual el ejército
norteamericano había operado.

Los grandes cambios que han tenido lugar en Europa del este y la Unión
Soviética al final de la década de os ochenta llevo a una disminución de la
amenaza, que resulto a su vez en una reducción del tamaño del ejercito e
inevitablemente de la rama de capellanes.

Los capellanes y ahora los asistentes de capellán han servido en el ejercito


por mas de 215 años. La historia de la capellanía es una de grandes
desafíos, sin embargo, también es una historia de grandes oportunidades.
El futuro promete aun más grandes retos y oportunidades.

M5- CAPELLANIA / 78
CAPELLANIA II

El Capellán (líder) es esa persona comprometida


En asumir una posición de compromiso.

Un capellán cristiano oficiando el entierro del


General Maurice E. Rose
(1899-1945), CG 3D División Blindada, Alemania 03 1945

Religión y Moral: la libertad de que cada individuo pueda elegir su


religión y sus creencias religiosas, es parte de las doctrinas incluidas en la
filosofía del Gobierno de los EE.U.U. Por tanto, debe hacerse extensivo al
soldado, el respeto extendido a sus convicciones religiosas personales. Sin
contar con los diferentes cuerpos responsables de la moral de las Fuerzas
Armadas de Estados Unidos, tales como los "Servicios Especiales", la
"Sección de Relaciones Públicas", y el "American Red Cross", existió un
cuerpo encargado de velar por la fé de los soldados:
"El Cuerpo de Capellanes". El bienestar religioso y espiritual de los
miembros de la tropa es un factor importante en el desarrollo del orgullo
personal, la moral y la autoestima, imprescindibles todos ellos en una
organización militar.

El capellán promueve no solo la religión sino también la moral. Los


deberes del capellán militar, son los mismos que los realizados por un
clérigo en la vida civil. El capellán se encarga de las responsabilidades antes
citadas, además de llevar a cabo los servicios religiosos rutinarios, por
M5- CAPELLANIA / 79
supuesto esta facultado para impartir el bautismo, el matrimonio y sobre
todo funerales, pero su labor más importante se encuentra en que los
soldados sean capaces de establecer una relación personal con él, a la hora
de desahogarse y expresar sus miedos. Aunque los capellanes fueron
encargados de dirigir las conferencias de orientación, con carácter
obligatorio e incluso de impartir charlas sobre enfermedades venéreas, sus
sesiones de guía espiritual eran las más valiosas – También se les solía
asignar tareas relacionadas con el Departamento Médico y el Servicio de
enterramientos.

En 1917 se creo la "Escuela de Capellanes del Ejército de EE.UU." para


cubrir la necesidad de formar adecuadamente a los capellanes que
acompañarán a la gran fuerza expedicionaria estadounidense que
marcharía a Europa. Los datos revelan que los primeros capellanes en el
Ejército de Estados Unidos, entraron en servicio en 1849. Después de que el
WD aprobara sus planes, para la creación, se iniciaron los cursos, el 3 de
marzo de 1918, en el Fuerte. Monroe en Suffolk, Virginia. Como
complemento de las actividades escolares desarrolladas en la Primera
Guerra Mundial, se creó una pequeña filial de la "Escuela de capellanes" en
Francia, en el verano de 1918, situada muy cerca de la sede de la AEF en
Chaumont. La "Escuela de capellanes del Ejército EE.UU." suspendió
temporalmente su formación el 16 de enero de 1919 y no “se reactivó” hasta
abril de 1920 con el Cp. Grant, Rockford. Con la llegada de la 2 ª Guerra
Mundial, la Escuela se reactivó 02 de febrero 1942 (a pesar de que
oficialmente no había sido cerrada) en el Fuerte. Benjamin Harrison, en
Indianapolis, Indiana, más tarde se trasladó a la Universidad de Harvard,
Cambridge, Massachusetts, y terminada la Segunda Guerra Mundial se
estableció en el Fuerte. Devens, en Massachusetts. Durante la Segunda
Guerra Mundial se graduaron en esta escuela un total de 8.183 capellanes.

Insignia de Capellanes Cristianos y Judíos


La oficialidad de los capellanes, incorporados a las tropas no se dio hasta
1926, cuando el Congreso garantizó a los capellanes: el rango, los salarios y
las prestaciones proporcionales a las distintas escalas, incluyendo la de
coronel. Ahora tenían el derecho a llevar insignias distintivas, es decir:
cruces latinas o las tabletas con la estrella de David en la solapa de la capa

M5- CAPELLANIA / 80
usada para impartir los distintos servicios y obtener trajes y avíos Capellán
'especiales'.

El 1 de mayo de 1945, capellanes eran el número 2796 en el Teatro de


Operaciones Europeo (total para el Ejército de EE.UU. en WW2 era 8896),
con las siguientes subdivisiones entre las diferentes religiones:

Católicos romanos: 863


Bautista: 441
Metodista: 342
Luterano: 201
Presbiteriano: 171
Discípulos de Cristo: 127
Episcopal: 102
Congregacional: 91
Judío : 67
Evangélica Reformada: 60
Hermanos Unidos: 27
Ejército de Salvación: 23
Otros, varios y desconocidos:
281

El capellán del sexto Hospital General (MTO 26 diciembre 42 a 15


septiembre 45) llevando un bautismo, en el Marruecos francés,
septiembre 1943

Durante la 2 ª Guerra Mundial, los capellanes trabajaron en los hospitales,


en los puertos de embarque, en los Stockades, para el transporte de tropas.
M5- CAPELLANIA / 81
Ellos simplemente "estaban allí", y muchos sintieron gracias a ellos que
dejaban la vida en paz – A menudo mientras repartían la extremaunción,
resultaron heridos o incluso muertos. En la primera línea, de combate, con
exceso de trabajo, rodeados del terror y expuestos al peligro. Como
capellanes eran limitados en número, la cooperación entre religiones se
erigió como la regla, general a menudo, un solo capellán serviría a todo el
personal tanto de su religión como de las otras.

Hubo capellanes entre las tropas de tierra del ejército (AGF), y la mayor
parte se dividió entre los Servicios de Suministro (SOS) y las Fuerzas
Aéreas del Ejército (AAF), con un pequeño número de tareas diversas. El
Cuerpo de Capellanes vivió y trabajó con las tropas, proporcionando fuerza,
valor, ayuda y consuelo.
Este es su balance en datos, durante la Segunda Guerra Mundial: 24
muertos en acción - 66 heridos- 8 prisioneros (posteriormente liberados).
246 capellanes fueron condecorados (hasta el 1 de mayo de 1945) de la
siguiente manera: 4: Distinguished Service Cross - 6 Legión de Mérito - 48
Estrella de Plata - 133 Estrella de Bronce - 54 Corazones Púrpuras.

Durante la 2 ª Guerra Mundial, el general William R. ARNOLD fue


designado como la máxima autoridad, católica romana junto con el general
de brigada George T. Rixey, como Ministro Consejero de Capellanes.
William Richard Arnold, nació el junio de 10 1881, sirvió como oficial del
ejército estadounidense y prelado de la Iglesia Católica Romana desde 1937
hasta 1945 y como Delegado Militar de las Fuerzas Armadas desde 1945
hasta su muerte en 1965. William Arnold nació en Wooster, Ohio, fruto del
matrimonio entre Augustine Adam Arnold y Catherine Mary Daltón
Estudió en St. Joseph's College en Rensselaer, Indiana, donde se graduó en
1902. Antes de comenzar sus estudios para convertirse en sacerdote,
aprendió el oficio de su padre, en la industria tabaquera, más tarde trabajó
en una fábrica de acero en Muncie. Arnold estudió en St. Seminario de
Bernard en Rochester , Nueva York. Fue ordenado sacerdote para la
Diócesis de Fort Wayne el 13 de junio de 1908. Su primer destino fue como
coadjutor en la iglesia de San Carlos Borromeo en Perú. En abril de 1913,
entró a formar parte del Cuerpo de Capellanes del Ejército, con el rango de
primer teniente. Arnold sirve como sacerdote en Fort Washington en
Maryland, hasta 1915 fecha en la que es enviado a Fort Mills situado en
Corregidor en Filipinas. Regresa a Estados Unidos en 1918, sirviendo
durante un breve periodo en Fort Winfield Scott situado en California. Para
finalmente ponerse al frente de la Escuela de Formación para capellanes en

M5- CAPELLANIA / 82
Louisville , Kentucky. Arnold sirvió posteriormente en Fort Hancock en
New Jersey (1918-1919), y fue ascendido a capitán en mayo de 1919. Fue
director de la Escuela de Capellanes en Fort Leavenworth , en Kansas desde
1925 hasta 1929, y ascendido a Major en abril 1927. Tras su ascenso,
regresó a las Filipinas, donde sirvio como capellán en Fort McKinley de
1929 a 1931. Finalizada su segunda etapa en Filipinas, regreso a Texas,
donde permanecio en Fort Bliss, desde 1931 hasta 1937, allí fue capellán de
la Primera División de Caballería y encargado de la supervisión de los
capellanes en Arizona, Nuevo México, el Distrito Oeste de Texas, el Cuerpo
Civil de Conservación. Fue ascendido a Teniente Coronel en abril de 1933, y
sirvió de nuevo como director de la Escuela de Formación de capellanes en
Fort Leavenworth de junio a noviembre de 1937.

William Richard Arnold, nació el junio de 10 1881,


sirvió como oficial del ejército estadounidense y prelado de
la Iglesia Católica Romana desde 1937 hasta 1945
y como Delegado Militar de las Fuerzas Armadas desde 1945 hasta su
muerte en 1965

El 23 de diciembre de 1937, Arnold fue nombrado Jefe del Cuerpo de


Capellanes del Ejército por el presidente Franklin D. Roosevelt, con el
rango de coronel. Fue el primer católico en ocupar el cargo. También fue
nombrado chambelán papal por el Papa Pío XI, en agosto de 1938, y
elevado al rango de prelado local por el Papa Pío XII en enero de 1942. Fue
ascendido a general de brigada el 21 de noviembre de 1941, sin dejar de
servir como Jefe de Capellanes, Arnold alcanzó el grado de General de
División el 17 de noviembre de 1944. Continuó sirviendo como Jefe de

M5- CAPELLANIA / 83
Capellanes hasta el 1 de abril de 1945, cuando se convirtió en Asistente
Inspector General del Ejército. El 5 de mayo de 1945, Arnold fue nombrado
Delegado Militar de las Fuerzas Armadas y Obispo titular de Focea por Pío
XII. Recibió su diocesis episcopal el 11 de octubre de manos del Arzobispo
Francis Spellman, y rodeado de los obispos John F. Noll y John Francis
O'Hara sirviendo como co-consagrantes, en la Catedral de San Patrick . Él
viajó mucho durante su mandato de 19 años, visitando las instalaciones
militares estadounidenses en todo el mundo y administrando los
sacramentos a los miembros de las fuerzas armadas y sus familias. Arnold
falleció en el Hospital de Santa Clara en la ciudad de Nueva York , a los 83
años.

La oficina de formación de capellanes, quedo formada por las siguientes


subdivisiones: División de Control - Dirección de Gestión de Oficina -
Dirección de Información Técnica - División Técnica y de Planificación y la
División de Formación. El reglamento del Ejército 600-35 proporcionó una
serie de Insignia oficial para el uso en los uniformes. Los capellanes usarán
las siglas en mayúsculas U.S. en metal dorado, de 7/16 pulgadas de tamaño,
junto a esto se situara un símbolo religioso. Las insignias se pueden usar en
ambas solapas superiores del uniforme de oficial, o en la parte izquierda del
cuello de la camisa, cuando la cazadora este desgastada. Además podrán
portar una insignia en el brazo – Los capellanes usarán su insignia,
apropiada, es decir, para los capellanes cristianos: una cruz latina de plata,
de 1 pulgada de tamaño - para los capellanes judíos: un doble cojinete con
las tablas que contengan los números del I al X, coronada por dos
triángulos equiláteros entrelazados, de plata y también de 1 pulgada de
altura.

Insignia nacional e insignia de los oficiales capellanes.

Los capellanes militares llevarán, en su uniforme un cordón trenzado


color oro (o celofán metalizados) y seda negro entrelazados (al igual que
otros oficiales regulares). Sin embargo, algunos capellanes continuaron
llevando, únicamente un cordón negro, tal como se utilizaba en la Primera
Guerra Mundial.

Los capellanes cristianos a menudo tenían dibujado en la su frente del

M5- CAPELLANIA / 84
casco M-1 una cruz latina blanca, o una pequeña cruz latina blanca sobre un
fondo rectangular de color azul oscuro, similar al Bandera de los
Capellanes. Los capellanes judíos, tenían insignias similares, las tablas de
ley o la Estrella de David. La marca táctica para los oficiales, era una raya
vertical de 1pulgada por 4pulgadas, pintada en la parte posterior del casco.

La estola era una cuestión opcional, pero se puede extraer de los servicios
QMC que si era necesaria. La denominación oficial fue Bufanda, capellanes,
Christian Faith, RS 62-S-2505 y era un elemento prescindible. La estola
obedece a un patrón estándar eclesiástico, hecho de un material negro de 9
pies de largo. Era bordada en cada extremo con el escudo de armas de los
Estados Unidos de color dorado y con insignias de rama del Capellán
(espacio de ½ pulgada por debajo del escudo de armas). La estola judía,
tenía dimensiones similares, era blanca o negro, estos artículos eran a
menudo comprados de forma privada o facilitados por familiares,
parientes, o por su congregación en Estados Unidos. Los colores básicos
eran el púrpura, forrado de seda blanca, con una longitud de 4 pies 1
pulgada, y una anchura de 1 ½ pulgadas

Capitán Edwin J. Kozak, capellán católico,


del 504º Regimiento de Infantería Paracaidista
de la 82 ª División Aerotransportada

Aunque la cuestión de los brazaletes no fue oficial, algunos capellanes a


veces llevaban brazales, de 18 pulgadas de largo y 4 pulgadas de ancho, de
lana oscura empavesado azul (no negro), con una cruz latina blanca.
También se emitieron tarjetas de identificación del Departamento de
Guerra, para el personal militar y civil protegido, con la indicación ChC, en
lugar de la MC regular, DC, o ANC. De acuerdo con las instrucciones
emitidas por la sección de capellanes, estos contaban con asistentes
exclusivamente para el traslado, transporte y tratamiento de los heridos y
enfermos. A estos asistentes se les permitía llevar el brazal de la Cruz Roja

M5- CAPELLANIA / 85
para su protección. Existía otra versión del brazalete, la Brassard, Arm, Port
Oficial, Capellán - código RS 71-B-1352 con el fondo beige con ATS en
mayúsculas y la palabra CAPELLÁN en negro.

"Capellanes Inmortales"

Los cuatro capellanes, también conocidas como las veces "Capellanes


Inmortales", fueron cuatro capellanes del ejército de Estados Unidos que
dieron sus vidas para salvar a otros miembros del personal civil y militar
durante el hundimiento del buque de transporte USAT Dorchester el 3 de
febrero de 1943, durante la Primera Guerra Mundial II. Ayudaron a otros
botes salvavidas soldados y abandonaron sus propios chalecos salvavidas
cuando el suministro se agotó. Los capellanes se unieron a los brazos, dijo
oraciones y cantaban himnos mientras bajaban con el barco.

Los hombres: Los cuatro hombres eran relativamente nuevos capellanes


que todo tenía el rango de primer teniente. Incluyeron ministro metodista
del reverendo George L. Fox, el rabino Alexander D. Goode, sacerdote
católico el reverendo John P. Washington, y la Iglesia Reformada en
América ministro reverendo Clark V. Poling. Sus orígenes, personalidades y
creencias eran diferentes, aunque Goode, Poling y Washington Todo había
servido como líderes de los Boy Scouts of America. Se conocieron en la
Escuela de Capellanes del Ejército en la Universidad de Harvard, donde se
preparaban para asignaciones en el teatro europeo, navegando a bordo
USAT Dorchester para informar a sus nuevas tareas.

George L. Fox: George L. Fox nació el 15 de marzo de 1900 en Lewistown,


Pennsylvania, el mayor de ocho hijos. Cuando tenía 17 años, dejó la escuela
y mintió sobre su edad para unirse al ejército para servir en la Primera

M5- CAPELLANIA / 86
Guerra Mundial se unió al cuerpo de ambulancias en 1917, asignado a
Camp Newton D. Baker en Texas. El 3 de diciembre de 1917, George se
embarcó desde Camp Merritt, Nueva Jersey, y abordó la USS Huron
camino a Francia. Como un cuerpo auxiliar médico, fue condecorado por su
valentía y fue galardonado con la Estrella de Plata, el Corazón Púrpura y la
francesa Croix de Guerre.
Tras su puesta en libertad, regresó a casa para Altoona, donde terminó la
escuela secundaria. Entró Instituto Bíblico Moody en Illinois en 1923 - Él y
Isadore G. Hurlbut de Vermont se casaron en 1923, cuando comenzó su
carrera religiosa como un predicador itinerante en la fe metodista. Más
tarde se graduó de la Illinois Wesleyan University en Bloomington, fue un
estudiante alumno en Rye, New Hampshire, y luego estudió en la Facultad
de Teología, donde fue ordenado un ministro metodista en 10 de junio 1934
la Universidad de Boston - Sirvió parroquias en Union Village y Gilman,
Vermont, y fue nombrado capellán de estado e historiador de la Legión
Americana en Vermont.
En 1942, Fox se ofreció para servir como capellán del ejército, la aceptación
de su nombramiento 24 de julio 1942 - Comenzó el servicio activo el 8 de
agosto de 1942, el mismo día en que su hijo Wyatt se alistó en la Infantería
de Marina. Después de la escuela Capellanes del Ejército en Harvard,
informó a la Costa 411o Batallón de Artillería en Camp Davis. Luego fue
unido con capellanes Goode, Poling y Washington a Myles Standish Camp
en Taunton, Massachusetts, donde se disponían a partir hacia Europa a
bordo de la USAT Dorchester.

Alexander D. Goode: Rabí Alexander D. Goode nació en Brooklyn,


Nueva York el 10 de mayo de 1911, el hijo del rabino Hyman Goodekowitz.
Se crió en Washington, DC, asistiendo a la Escuela Secundaria del Este,
finalmente, la decisión de seguir los pasos de su padre, estudiando para el
propio rabino, en el Hebrew Union College, donde se graduó con una BH
grado en 1937 - Más tarde recibió su Ph.D. de la Universidad Johns
Hopkins en 1940. Mientras estudiaba para el rabinato en HUC, trabajó en
la Congregación Hebrea de Washington durante las vacaciones de verano.
En un principio se aplicó para convertirse en un capellán de la Armada en
enero de 1941, pero no fue aceptada. Después del ataque a Pearl Harbor en
1941, solicitó al Ejército, recibiendo su nombramiento como capellán el 21
de julio 1942 - Capellán Goode entró en servicio activo el 9 de agosto de
1942, y fue seleccionado para la Escuela de Capellanes en Harvard.
Capellán Goode fue asignado al Escuadrón de la Base Aérea 333a en
Goldsboro, Carolina del Norte. En octubre de 1942, fue trasladado a Camp

M5- CAPELLANIA / 87
Myles Standish en Taunton, Massachusetts y se reunió con los capellanes
Fox, Poling y Washington, que eran compañeros de clase en Harvard.

Clark V. Poling: Clark V. Poling nació el 7 de agosto de 1910 en


Columbus, Ohio, hijo del ministro evangélico Dan Poling, que fue
rebautizado en 1936 como un ministro bautista. Clark Poling estudió en la
Escuela de Teología de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut y
se graduó con su BD grado en 1936 - fue ordenado en la Iglesia Reformada
en América, y sirvió por primera vez en la Primera Iglesia de Cristo, New
London, Connecticut, y luego como pastor de la Primera Iglesia Reformada
en Schenectady, Nueva York. Se casó con Betty Jung. Con el estallido de la
Segunda Guerra Mundial, Poling decidió entrar en el Ejército, con ganas de
afrontar el mismo peligro que los demás. Su padre, que había servido como
capellán de la Primera Guerra Mundial, le dijo capellanes riesgos y dan su
vida, también-y con ese conocimiento, que aplicada a servir como capellán
del ejército, la aceptación de una cita el 10 de junio 1942 como capellán de
el 131 º Regimiento de camiones de Intendencia, dependiente de Camp
Shelby, Hattiesburg, Mississippi, el 25 de junio - Más tarde se informó al
Ejército Capellanes School de Harvard, donde se encontraría con capellanes
Fox, Goode y Washington.

John P. Washington: John P. Washington nació en Newark, New Jersey


el 18 de julio de 1908 - Estudió en Seton Hall en South Orange, Nueva
Jersey para completar su escuela secundaria y cursos universitarios en la
preparación para el sacerdocio católico. Se graduó en 1931 con un A.B.
grado, entrando en el Seminario de la Inmaculada Concepción en
Darlington, Nueva Jersey, donde recibió las órdenes menores el 26 de mayo
1933 - Se desempeñó como subdiácono en todas las misas solemnes, y más
tarde se convirtió en un diácono el 25 de diciembre 1934 - Fue elegido
prefecto de su clase y fue ordenado sacerdote el 15 de junio de 1935.
Primera parroquia del padre estaba en Washington St. Genevieve en
Elizabeth, Nueva Jersey. Más tarde sirvió en San Venancio durante un año.
En 1938, fue destinado a San Esteban en Kearny, New Jersey. Poco después
del ataque a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, recibió su
nombramiento como capellán en el ejército de Estados Unidos, la
presentación de informes para el servicio activo el 9 de mayo 1942 - Fue
nombrado Jefe de la Reserva de la piscina Capellanes, en el pie. Benjamin
Harrison, Indiana, y en junio de 1942, fue asignado a la 76 ª División de
Infantería en el pie. George Meade, Maryland. En noviembre de 1942, se

M5- CAPELLANIA / 88
informó a Myles Standish Camp en Taunton, Massachusetts y se reunió con
los capellanes Fox, Goode y Poling en la Escuela Capellanes en Harvard.

El barco: The Dorchester era una tonelada barco 5.649 civiles crucero,
368 metros de largo con una viga de 52 pies y un embudo, originalmente
construido en 1926 por Newport News Shipbuilding y Dry Dock Company,
para los comerciantes y los mineros de línea, los buques que naveguen
desde Baltimore a Florida , llevando tanto de mercancías como de
pasajeros. Era el tercero de cuatro forros que se están construyendo para la
línea. El barco se convirtió en el servicio militar en la Segunda Guerra
Mundial como transporte de tropas, y rebautizado Ejército de Estados
Unidos Transporte Dorchester. La conversión se realizó en Nueva York por
el Atlántico, el Golfo, y las Antillas SS Company, e incluyó los botes
salvavidas y las balsas salvavidas adicionales, pistolas, y los cambios a las
grandes ventanas de la cabina del piloto, por lo que se reducirían a ranuras
para dar más protección . Un revestimiento diseñado para 314 pasajeros y
90 tripulantes sería ahora capaz de llevar un poco más de 900 pasajeros y
la tripulación.

La historia: The Dorchester salió de Nueva York el 23 de enero de 1943,


en el camino a Groenlandia, que lleva los cuatro capellanes y
aproximadamente otros 900, como parte de un convoy de tres naves. La
mayoría de los militares no se les dijo destino final del buque. El convoy fue
escoltado por la Guardia Costera Cutters Tampa, Escanaba y Comanche. El
capitán del buque, Hans J. Danielsen, había sido alertado de que la Guardia
sonar Costa había detectado un submarino. Debido a los submarinos
alemanes estaban monitoreando las vías marítimas y habían atacado y
hundido barcos antes durante la guerra, el capitán Danielsen tuvo la
tripulación de la nave en un estado de alerta máxima, incluso antes de
recibir esa información, ordenando a los hombres a dormir en su ropa y
mantener su chalecos salvavidas en. "Muchos soldados durmiendo
profundamente en la bodega del barco pasó por alto el orden debido al
calor del motor. Otros ignoran porque los chalecos salvavidas no eran
cómodas."

Durante las primeras horas de la mañana del 3 de febrero de 1943, a las


12:55 am, el buque fue torpedeado por el submarino alemán U-223 de
Terranova en el Atlántico Norte. El torpedo eliminaron el sistema eléctrico
del Dorchester, dejando la nave oscura. Panic situado en uno de los
hombres a bordo, muchos de ellos atrapados bajo cubierta. Los capellanes

M5- CAPELLANIA / 89
trataron de calmar a los hombres y organizar una evacuación ordenada de
la nave, y ayudaron a los heridos de guía para la seguridad. A medida que se
repartieron chalecos salvavidas a los hombres, la oferta se acabó antes de
cada hombre tenía una. Los capellanes quitaron sus propios chalecos
salvavidas y les dio a los demás. Ayudaron a tantos hombres como podían
en botes salvavidas, y luego los brazos entrelazados y diciendo oraciones e
himnos de canto, se hundieron con el barco.

Mientras nadaba lejos de la nave, miré hacia atrás. Las llamaradas habían
encendido todo. El arco fue alto y se deslizó bajo. Lo último que vi, los
cuatro capellanes estaban allí rezando por la seguridad de los hombres.
Habían hecho todo lo que podían. No he visto otra vez. Ellos mismos no
tienen una oportunidad sin sus chalecos salvavidas. -Grady Clark,
sobreviviente Según algunos informes, los sobrevivientes pudieron
escuchar diferentes idiomas mezclados en las oraciones de los capellanes,
incluyendo oraciones judías en hebreo y oraciones Católica en América.
Algunos de los 230 904 hombres a bordo de la nave fueron rescatados. Los
chalecos salvavidas ofrecen poca protección contra la hipotermia, que mató
a la mayoría de los hombres en el agua. La temperatura del agua era de 34 F
y la temperatura del aire era de 36 F. En el momento en barcos de rescate
adicionales llegaron, "cientos de cadáveres fueron vistos flotando en el
agua, mantenido por sus chalecos salvavidas."

¡ Dios caminó en este avión !

El Curtiss P-40, es un caza estadounidense de la Segunda Guerra


Mundial

M5- CAPELLANIA / 90
Durante el luchar más violento en la II Guerra Mundial un capellán
volaba con la tripulación en un bombardeo dirigiéndose al territorio
enemigo en Alemania. Ellos acaban de entrar en peor extremadamente
amargo fuego enemigo cuando el capellán comenzó a hablar en el
intercomunicador.

Cuando las bombas antiaéreas estallaban por todas partes alrededor del
avión el capellán comenzó con lo mejor de sus habilidades a alentar la
tripulación. El dijo, "Los Hombres son valientes. ¡Dios está con nosotros en
este vuelo!" El fue interrumpido con un sonido que zumbaba y produjo un
movimiento rápido del lado del avión. Las bombas antiaéreas estallaban
por todas partes. Después que unos pocos momentos él continuó, "Ahora
estamos preparándonos para entrar a la parte realmente áspera de nuestro
vuelo. Manténganse allí. ¡Recuerden, Dios está con nosotros!" El oró.
Entonces todo era silencioso en el intercomunicador. El rugido de los
disparos antiaéreos estallaban por todas partes alrededor de ellos, y además
el vuelo estaba rebotante en el mal tiempo. Sentado en la cola del avión
estaba el artillero trasero. La cola del avión brincaba alrededor en
convulsiones. El no lo podría soportar más. El tomó el intercomunicador.
¡"Capellán!" dijo, "Dios puede estar arriba allí en el frente de este un
avión con usted, pero El no esta aquí atrás en esta cosa conmigo!" Acababa
de pronunciar estas palabras fuera de su boca cuando se escucho un rugido
enorme y el avión se sacudió violentamente. Milagrosamente, un proyectil
atravesó la bóveda del artillero, muy cerquita de el y abrió un tremendo
hoyo al atravesar el avión. Cuándo él se afianzo bien, él volvió y tomo el
intercomunicador. "Retiro lo dicho. ¡Dios caminó por este avión!"

M5- CAPELLANIA / 91
La creación revela a Dios

Cómo se revela Dios a sí mismo ?

Las personas que creen que no se puede llegar a conocer a Dios asumen
que Dios, por alguna razón, se esconde a sí mismo de su creación. Pero Dios
sí se revela a sí mismo, a través de su creación, en la historia, en las páginas
de la Biblia, y a través de su Hijo, Jesucristo.

Imagínese, por un momento, que usted es Dios. Usted creó todas las
cosas; incluyendo a los seres humanos. Usted hizo a los seres humanos a su
propia imagen (Génesis 1:26-27) y desea que se relacionen con usted en una
manera especial. ¿No les diría a esos humanos acerca de usted mismo? ¿No
les diría lo que usted espera de ellos? ¿No les diría como llegar a tener la
relación que usted quiere tener con ellos? Muchas personas ven el gran
cosmos y de ello concluyen que Dios existe, que Dios tiene todo el poder y
que Dios obra en orden y armonía. Romanos 1:20 nos dice: “Porque desde
la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno
poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él
creó, de modo que nadie tiene excusa”.

Al ver los fabulosos cielos de Dios el rey David se maravilló de que Dios
siquiera nota a los humanos, que parecen tan insignificantes al lado de
Dios: “Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las
estrellas que allí fijaste, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él
pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta? (Salmo 8:3-
4). El patriarca Job dudó de Dios? Dios contestó describiendo muchas de
sus maravillas; y así reveló su autoridad ilimitada y sabiduría. Job fue
humillado por el intercambio. Puede leer el “discurso” de Dios en los
M5- CAPELLANIA / 92
capítulos 38-41 del libro de Job. Job reconoció: “Yo sé bien que tú lo
puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes… Reconozco
que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado
maravillosas que me son desconocidas… De oídas había oído hablar de ti,
pero ahora te veo con mis propios ojos” (Job 42:2-3, 5).

El propósito de Dios para la humanidad:

¿Cuál fue la intención de Dios cuando hizo todas las cosas y nos dio vida?
Pablo le explicó a los ateneos: “De un solo hombre hizo todas las naciones
para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y
las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen
y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de
ninguno de nosotros, ‘puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos’.
Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: ‘De él somos
descendientes’ ” (Hechos 17:26-28). O, simplemente, como escribió Juan:
“Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).

La historia revela a Dios:

Los escépticos preguntan: “¿Si Dios es real, por qué no se muestra al


mundo?” Esta pregunta asume que Dios aún no se ha manifestado a la
humanidad. Sin embargo, el registro bíblico revela que no hay base para
esta suposición. Ya que, de hecho, desde el tiempo de la primera familia en
adelante, Dios frecuentemente se ha puesto en comunicación directa con
seres humanos. Pero ellos, en su mayor parte, ¡No han querido nada que
ver con Dios! La historia de Adán y Eva describe la reacción típica de la
humanidad. Dios había creado a esta gente y les habló directamente a ellos.
Pero ellos lo desobedecieron, y después se escondieron de Él. “Cuando el
día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba
recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles,
para que Dios no los viera” (Génesis 3:8). El libro de Isaías lo expresa de
esta manera: “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios.
Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”
(Isaías 59:2). La desobediencia nos separa de Dios, nos hace tener miedo de
Dios, nos hace desear una distancia entre nosotros y Dios. La Biblia está
llena de ejemplos de como Dios buscó a los humanos pecadores; pero ellos
lo rechazaron. Noé, un “predicador de la justicia” (2 Pedro 2:5), advirtió a
su mundo acerca del juicio venidero de Dios. Pero ellos no escucharon; y
perecieron en el diluvio. Dios destruyó a las pecaminosas Sodoma y

M5- CAPELLANIA / 93
Gomorra en despliegue de fuego (Génesis 19:28). Pero esta reprensión no
convenció a nadie a cambiar sus costumbres.

La mayor parte del Antiguo Testamento relata como Dios obró con la
nación de Israel. Pero Israel frecuentemente no quería escuchar a Dios.
“Háblanos tú, y te escucharemos. Si Dios nos habla, seguramente
moriremos”, dijeron (Éxodo 20:19). Dios también intervino en los asuntos
de grandes poderes como Egipto, Nínive, Babilonia y Persia. Pero los
efectos no duraron mucho. Muchos de los siervos de Dios sufrieron
muertes horribles en las manos de aquellos a quienes les trajeron el
mensaje de Dios. La gente rechazó a los mensajeros de Dios porque no les
gustaba el mensaje. No les gustaba lo que Dios estaba diciendo a través de
sus siervos, porque no le gustaba a Dios. En Hebreos 1:1-2 leemos: “Dios,
que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en
otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado
por medio de su Hijo”. Jesucristo vino al mundo a predicar el evangelio de
salvación y el reino de Dios. ¿El resultado? “El que era luz ya estaba en el
mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo
reconoció” (Juan 1:10). Jesús, como Dios en la carne, estaba expresando la
preocupación amorosa de Dios por su pueblo cuando exclamó: “¡Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos
debajo de sus alas, pero no quisiste! Dios se ha revelado a sí mismo en
muchas diferentes maneras, pero la mayoría de las personas no han
querido ver aun lo poco que han visto.

El registro bíblico:

La Biblia contiene declaraciones que Dios hace acerca de quien y que es


Él. La Biblia revela a Dios en estas maneras: En Éxodo 3:14, Dios le reveló
su nombre a Moisés: “YO SOY EL QUE SOY”. El nombre de Dios revela que
Dios es auto existente. Los otros nombres de Dios, los cuales se encuentran
a través de la Biblia, ofrecen una idea acerca de lo que es y quien es Dios.

“Yo soy el SEÑOR, y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios….


Fuera de mi no hay otro Dios; Dios justo y Salvador, no hay ningún otro
fuera de mí” (Isaías 45:5, 21), En Isaías 55:8, Dios nos dice: “Porque mis
pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos”. Dios
existe y actúa en un nivel más alto que el de nosotros los humanos. No
podemos entender todo lo que Él es, o todo lo que Él hace. Jesucristo se
describió a sí mismo como el “yo soy” quien vivió antes de Abraham (Juan
M5- CAPELLANIA / 94
8:58). Él era Dios encarnado. Él mismo se llamó “la luz del mundo” (Juan
8:12), “la puerta” hacia la vida eterna (Juan 10:9), “el buen pastor”
(versículo 11), y como “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Lo que
una persona hace revela bastante acerca de lo que él o ella es. De la misma
manera declaraciones bíblicas acerca de los hechos de Dios nos lo revelan
más completamente a nosotros.

“Yo soy el SEÑOR, que ha hecho todas las cosas, yo solo desplegué los
cielos y expandí la tierra”, dice Dios en Isaías 44:24. Dios hizo todo lo que
es. Y Dios gobierna lo que ha hecho. Dios también declara lo que hará en el
futuro: “Yo soy Dios, y no hay ningún otro, yo soy Dios, y no hay nadie igual
a mí. Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo
que está por venir. Yo digo: Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que
deseo” (Isaías 46:9-10). Dios ama al mundo, y envió su Hijo para la
salvación del mundo. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida
eterna” (Juan 3:16). A través de Jesús, Dios está trayendo hijos a su
familia. “El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios y él
será mi hijo” (Apocalipsis 21:7). Acerca de nuestro futuro Jesús dice:
“¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y la pagaré a
cada uno según lo que haya hecho” (Apocalipsis 22:12).

La Biblia registra las palabras de humanos que describen lo que Dios ha


hecho y está haciendo: Dios, como un Creador amoroso, formó a los
humanos a su propia imagen y les dio dominio sobre la tierra (Génesis
1:26). He aquí como se sintió Dios cuando vio la tierra corrompida por lo
malo que los humanos habían elegido hacer: “Se arrepintió de haber hecho
al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón” (Génesis 6:6). Dios
respondió a la maldad del mundo enviando el diluvio para comenzar la
civilización de nuevo a través de Noé y su familia (Génesis 7:23). Siglos
después del diluvio, Dios llamó al patriarca Abraham y estableció con él un
pacto a través del cual “¡por medio de ti serán bendecidas todas las familia
de la tierra!” (Génesis 12:1-3); una referencia a Jesucristo, un descendiente
de Abraham. Cuando Él formó a la nación de Israel, Dios
sobrenaturalmente los trajo a través del Mar Rojo y destruyó al ejército
egipcio: “Arrojando al mar caballos y jinetes” (Éxodo 15:1). Los israelitas
quebrantaron su acuerdo con Dios y se entregaron a la violencia y la
injusticia. Por eso Dios permitió que la nación fuera atacada por poderes
extranjeros y, finalmente, que fuera sacada de la Tierra de Promisión a la
esclavitud (Ezequiel 22:23-31; 36:15-21). No obstante, el Dios
misericordioso prometió enviar al mundo un Redentor quien establecería
M5- CAPELLANIA / 95
un pacto eterno de justicia con todos aquellos, israelitas o de otras
naciones, quienes se volvieran a Él en fe y se arrepintieran de sus pecados
(Isaías 59:20-21). A su debido tiempo Dios envió a su Hijo, Jesucristo al
mundo. Él proclamó: “Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que
reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día
final” (Juan 6:40). Dios aseguró: “Porque todo el que invoque el nombre
del Señor será salvo” (Romanos 10:13). Hoy, Dios habilita a su iglesia para
predicar el evangelio del reino “en todo el mundo como testimonio a todas
las naciones” (Mateo 24:14). El día de Pentecostés después de la
resurrección de Jesucristo, Dios envió al Espíritu Santo para unir a la
iglesia como el Cuerpo de Cristo y para habilitar la predicación del
evangelio, las buenas nuevas de lo que Dios está haciendo (Hechos 2:1-4).

La Biblia es un libro acerca de Dios y la relación de la humanidad con Él.


Su rico mensaje nos invita a un estudio de por vida para aprender más
acerca de Dios, incluyendo lo que Él es, lo que ha hecho, lo que hace, y lo
que piensa hacer. Pero conocemos de manera imperfecta. No podemos
saber todo lo que hay acerca de Dios, pero podemos entender lo que nos ha
revelado a nosotros. La Biblia nos muestra que Dios es:

 auto existente
 no restringido por el tiempo
 sin límites en cuanto a lugar
 sin límites en cuanto a poder
 sin límites en cuanto a conocimiento
 trascendente (existiendo más allá del universo físico)
 inmanente (involucrado con el universo)

Realidades espirituales:

Dios nos muestra facetas de sí mismo a través de la creación. Ha


intervenido muchas veces en la historia. La Biblia nos dice bastante acerca
de Él. Aun se manifestó a sí mismo en diferentes maneras a diferentes
pueblos en la Biblia. Sin embargo, ya que Dios es espíritu, su plenitud no
puede verse o escucharse o tocarse u olerse. La Biblia nos da verdades
acerca de Dios utilizando palabras que seres físicos en su esfera física
pueden captar. Pero aquellas palabras no son capaces de definir
completamente a Dios. La Biblia describe a Dios como una roca y amparo
(Salmo 18:2), como un escondite y un escudo (Salmo 144:2) y como un
fuego consumidor (Hebreos 12:29). Sabemos que Dios no es ninguna de
M5- CAPELLANIA / 96
estas cosas físicas en un sentido literal. Pero estas metáforas, basadas en lo
que nosotros como humanos podemos observar y entender, revelan
verdades importantes acerca de Dios. La Biblia hasta atribuye una forma
humana a Dios, revelando aspectos de su carácter y su relación con
humanos. La Biblia también describe como Dios desea que nos relaciones
con Él, frecuentemente utilizando lenguaje familiar. Jesús nos enseñó orar
a nuestro “Padre” que está en el cielo (Mateo 6:9). Dios confortará a su
pueblo como una madre consuela a su hijo (Isaías 66:13). En Apocalipsis
21:7, Dios promete: “El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su
Dios y él será mi hijo”. Sí, Dios llama a los cristianos a una relación
familiar; a ser sus hijos. La Biblia pinta el cuadro en una forma que los
humanos puedan entender. Pero el cuadro, para usar un término del
mundo del arte, es impresionista. No nos da un entendimiento total o
absoluto de la gloriosa realidad espiritual fundamental. El gozo y la gloria
de nuestra relación espiritual fundamental como sus hijos son mucho
mayor de lo que nuestras palabras finitas pueden expresar. “Más a cuantos
lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos
de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por
voluntad humana, sino que nacen de Dios” (Juan 1:12-13). En la
resurrección, cuando la plenitud de la salvación y el reino de Dios han
venido, por fin podremos conocer plenamente a Dios. Como escribió Pablo:
“Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero
entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero
entonces conoceré tal y como soy conocido” (1 Corintios 13:12-13).

Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.
12

Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el


13

mayor de ellos es el amor.

“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”:

La revelación de Dios de sí mismo, como hemos visto, abarca la creación,


la historia y la Biblia. Pero Dios también se reveló a sí mismo al hacerse un
humano. Él se hizo como nosotros y caminó y sirvió y enseñó entre
nosotros. El mayor acto de Dios de revelación propia fue en Jesucristo. “Y
el Verbo se hizo hombre”, Juan 1:14 nos dice, y este Verbo divino lo
conocemos como Jesucristo. El Hijo de Dios dejó a un lado las
prerrogativas de la divinidad y vino a la tierra como un humano;

M5- CAPELLANIA / 97
plenamente humano, quien murió por nuestros pecados, fue resucitado de
entre los muertos, y comenzó su iglesia. Jesús les dijo a sus discípulos, “El
que me ha visto a mi, ha visto al Padre” (Juan 14:9-10).

“En breve, Dios se había revelado a sí mismo en Jesucristo” Juan 14:6-14

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