Victoria Maxim Vengerov

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Maxim Vengerov

La importancia de la asignatura de repertorio con piano

Ideas principales de cada uno de los extractos


En el primer extracto Vengerov comparte dos ideas:
La primera es el hecho de que puedes obtener ideas para la interpretación de una
pieza simplemente a partir de su base armónica.
La segunda es que la parte orquestal de una obra sirve para ayudarnos a encontrar una
especie de «magia» (según llama él) que, de otro modo, no encontraríamos, puesto
que tocar solos nos lleva en la mayoría de casos a cometer errores.
En el segundo extracto habla sobre la importancia del estudio previo de la partitura
general antes del estudio técnico y práctico con el instrumento. Afirma que su
organización del estudio consiste en, antes que nada, leer la partitura y estudiar los
detalles, incluida la parte de piano u orquesta en caso de que la haya. Y solo una vez
tiene la partitura bien aprendida coge el violín e intenta expresar las ideas que ha
creado su mente y su percepción de la obra.
En el tercer extracto el violinista habla sobre la importancia del lenguaje corporal, de
saber mirar e interactuar con quien te acompaña. Afirma que, si como solista te
preocupas de simplemente tocar bonito y eres capaz de rebajarte, mirar a la gente que
te acompaña y participar con ellos, al final el otro se interesa. Y que debe ser trabajo
del propio intérprete llamar su atención.
De hecho, incide mucho en que se debe aprender a construir sobre lo que se tiene, y
esto implica tener que rebajarse a uno mismo alguna vez. Hay que tener en cuenta que
no siempre tenemos que estar llevando la carga de la música y lucirnos, sino que hay
mucho más allá, mucha más música. A pesar de que sea una obra para solista puede
haber momentos camerísticos e independientemente de lo que tengas en la partitura
no siempre es tu momento de solo.
Vengerov afirma que, aunque es el pensamiento común, no siempre somos los únicos
solistas y, por tanto, no hace falta pasarse haciendo música e intentando ser musical,
puesto que las otras personas deben poder expresarse también. Como solista,
independientemente de si tienes melodía o acompañamiento, las otras personas
implicadas en la música existen y hay que tenerlas en cuenta, aunque no sea todo el
rato (tampoco hace falta). De hecho siente que, aunque el solista no tocase, podría
disfrutar igualmente de la obra puesto que no solo hay música importante en la parte
solista.
Breve reflexión
Personalmente creo que es imposible no darle la razón a Vengerov. Un compositor
compone una obra, con sus respectivas voces (en el caso de) para concebirla como un
todo, eso para empezar. Es como si fuera un puzzle: por mucho que puedas ver la
imagen que se forma a medida que lo vas encajando, hasta que no están todas las
piezas en su sitio no está completo.
Siempre será importante escuchar el acompañamiento puesto que la armonía es una
gran ayuda al llevar implícito todo el tema de progresiones, tensiones… y es que, si no
empiezas a sacar las ideas de ahí, ¿de dónde? Vengerov se refiere a lo que se puede
llegar a encontrar en el acompañamiento como una especie de «magia», yo lo llamaría
«el trabajo del compositor».
Respecto al tema del estudio, creo que me he ido concienciando durante estos años de
superior de las lagunas con las que puedo llegar a aparecer en una clase de repertorio
con piano y de la importancia que tiene solucionarlas cuanto antes, puesto que es lo
básico para poder trabajar en la hora de clase. Me he dado cuenta de la diferencia que
marca tocar acompañado sabiendo qué pasa más allá de tu parte: entrelazar tus frases
con las del acompañamiento, ser capaz de tararear la música cuando tienes compases
de espera, saber crear una conversación entre las diferentes voces… modifica
completamente la experiencia y las percepciones, incluso tu nivel de seguridad y
comodidad en el escenario.
Y de hecho pienso que, dejando de lado la responsabilidad personal, quizá hay un fallo
en nuestra educación previa, o algo que no cuaja puesto que, al menos desde mi
experiencia, puedo decir que se ha aludido más bien poco a lo que tocar acompañado
se refiere. Ya sea por no tener los medios adecuados, puesto que siempre estamos
luchando por tener más tiempo con los profesores de repertorio o, en el mejor de los
casos, tener más profesores; o porque quizá se subestima la dificultad y no se cae en
que es una cosa a la que se debe dedicar tiempo, estudiar y practicar.
Las ideas que comparte Vengerov en el tercer extracto son las que requieren más
madurez musical o, al menos, es lo que siento personalmente. Puedes saberte entera
la partitura, haber elegido hacia dónde dirigir la música y cómo estarán organizadas tus
frases; pero ponerse en el escenario y saber transmitir de manera corporal, cuándo es
tu turno o no, si tienes que dar más o menos de ti, saber lo que la obra puede dar por
sí misma… me parece lo más complicado.
Y ojalá algún día ser tan musical que Vengerov me diga que me estoy pasando.

Victoria Perucho Núñez

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