Técnica de Encuesta
Técnica de Encuesta
Técnica de Encuesta
Con este trabajo se plantea el objetivo de familiarizar al lector con esta técnica de
investigación, describiendo brevemente los pasos que deben seguirse en la realización de una
encuesta, centrando el interés fundamentalmente en la elaboración de su instrumento básico,
el cuestionario. Por limitaciones de espacio, el tema va a ser tratado en dos partes. En esta
primera se van a tratar los aspectos preliminares de la investigación y el diseño del
cuestionario, y en la segunda parte se analizarán los aspectos referentes al trabajo de campo y
análisis estadístico de los datos.
Se puede definir la encuesta, siguiendo a García Ferrando, como «una técnica que utiliza un
conjunto de procedimientos estandarizados de investigación mediante los cuales se recoge y
analiza una serie de datos de una muestra de casos representativa de una población o universo
más amplio, del que se pretende explorar, describir, predecir y/o explicar una serie de
características». Para Sierra Bravo2, la observación por encuesta, que consiste igualmente en
la obtención de datos de interés sociológico mediante la interrogación a los miembros de la
sociedad, es el procedimiento sociológico de investigación más importante y el más empleado.
Entre sus características se pueden destacar las siguientes:
El primer paso supone partir de una definición clara y precisa del objeto de interés del
investigador, estableciendo los objetivos generales y específicos perseguidos con la
investigación, y realizar una revisión de las diversas aportaciones teóricas que ya existan sobre
el tema. En algunos casos se tendrá abundante información y bibliografía sobre el objeto de
estudio, pero habrá otros en que se tenga un conocimiento escaso, bien sobre el problema
planteado, bien sobre la población, o sobre ambos. En estas circunstancias, además de realizar
una revisión en temas relacionados, se tendrá que recurrir a técnicas cualitativas para recabar
la información que no se puede obtener por otros medios.
En este punto, el investigador debe considerar la planificación general del trabajo en función
del problema que se estudia y de los fines de la investigación. Así pues, dependiendo de los
objetivos perseguidos, de los recursos humanos, materiales y económicos, del tiempo de que
se disponga, de la disponibilidad de la/s muestra/s, etc., se decidirá qué tipo de estudio es el
adecuado. Muy brevemente se pueden clasificar los métodos de investigación en tres grandes
grupos: analítico experimental, analítico observacional o correlacional y descriptivo. En el
método analítico experimental el investigador puede ejercer control directo sobre las variables
independientes para comprobar qué efectos producen sobre las dependientes y determinar,
por tanto, la relación causal que existe entre ellas. En el caso de los estudios analíticos
observacionales, las variables de interés son seleccionadas para conocer la relación que existe
entre ellas, aprovechando su presencia o ausencia en grupos de sujetos escogidos
cuidadosamente, de modo que sea posible el control sobre las variables identificadas por el
investigador. Los estudios descriptivos suelen realizarse en los primeros pasos de una
investigación; con ellos se pretende detectar regularidades en los fenómenos objeto de
estudio, describir asociaciones entre variables y generar hipótesis que puedan ser contrastadas
en estudios posteriores, sin establecer relaciones de causa-efecto. En cada uno de estos
métodos pueden utilizarse distintas técnicas de recogida de datos. La técnica de encuesta
puede ser utilizada tanto en los denominados métodos analíticos observacionales como en los
descriptivos.
En los estudios longitudinales, que pueden ser tanto descriptivos como analíticos
observacionales, se realizan observaciones a lo largo de determinados espacios de tiempo para
apreciar posibles cambios en el comportamiento de los sujetos. Los diseños longitudinales
pueden ser prospectivos y retrospectivos. En los diseños longitudinales prospectivos se toman
varias medidas a lo largo de un determinado período con el fin de observar la evolución de un
fenómeno en la población objeto de interés del investigador, siendo el inicio del estudio
anterior a los hechos estudiados, que se van recogiendo a medida que suceden. En los estudios
longitudinales retrospectivos se estudia una variable dependiente y la influencia que sobre ella
han podido tener factores cuya ocurrencia es anterior al momento del estudio. El diseño es,
pues, posterior a los hechos estudiados y, por tanto, es habitual recurrir a bases de datos
preexistentes (como registros laborales de grandes empresas, historias clínicas, etc.). La
técnica de encuesta puede ser utilizada tanto en diseños longitudinales como transversales.
La definición adecuada de las variables (magnitudes cuyos valores son objeto de estudio)
permite operativizar y hacer susceptible de medida el objeto de la investigación. En el caso de
la técnica de encuesta, determinar los puntos de información de un modo preciso va a permitir
desarrollar las preguntas adecuadas para el cuestionario.
Selección de la muestra:
En este punto se tendrá que decidir si se van a realizar observaciones sobre todos los sujetos
que componen la población objeto de estudio o si se limitarán a una muestra. Por población se
entiende «el conjunto de todos los elementos que cumplen ciertas propiedades, entre las
cuales se desea estudiar un determinado fenómeno». Salvo en el caso de poblaciones muy
pequeñas, lo habitual será trabajar con muestras por razones de tiempo, coste y complejidad
en la recogida y análisis de los datos. La idoneidad de la muestra seleccionada dependerá de su
representatividad, es decir, de su capacidad para reproducir las mismas características de la
población de la que procede; si la muestra no es representativa de la población se dice que es
sesgada.
Se denominan técnicas de muestreo a los procedimientos que aseguran que los individuos que
componen la muestra son representativos de la población de la que proceden. Sin pretender
ser exhaustivos, se presentan a continuación las técnicas utilizadas más habitualmente.
El muestreo es aleatorio simple si garantiza que todos los componentes de la población tienen
las mismas probabilidades de formar parte de la muestra y cada una de las posibles muestras
del mismo tamaño tiene la misma probabilidad de ser escogida. Para realizar este tipo de
muestreo es necesario disponer de un listado de todas las unidades que componen la
población, lo que supone importantes dificultades si la población es amplia y no se dispone de
bases de datos completas.
En este tipo de muestreo, las unidades muestrales no son elementos individuales sino grupos
de elementos a los que se denomina unidades primarias o conglomerados, por ejemplo,
familias, colegios, granjas, etc. La forma de proceder consiste en seleccionar aleatoriamente
uno o varios de esos conglomerados y aceptar como muestra el conjunto de los elementos que
conforman el conglomerado.
En este caso se calcula en primer lugar la constante de muestreo, que se obtiene dividiendo el
tamaño de la población por el de la muestra deseado (K = N/n). Una vez obtenido este valor, se
selecciona la primera unidad de la muestra al azar, con la condición de que el número
seleccionado sea inferior a la constante de muestreo. A partir de este primer elemento elegido
al azar se obtienen los restantes sumando sucesivamente la constante de muestreo hasta
completar el tamaño muestral. Así pues, básicamente el muestreo sistemático consiste en
seleccionar uno de cada n individuos mediante una regla sistemática.