Estudio Bíblico Del Libro de Proverbios 1

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Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal.

Cada uno de nosotros posee una idea o una imagen mental de lo que es un hombre malo. Ante
esta limitación de ideas, es bueno dejar que la palabra de Dios nos muestre lo que es un
hombre malo.

Pues de esto justamente trata el primer pasaje del libro de Proverbios que vamos a estudiar el
día de hoy. Se encuentra en Proverbios 6:12 a 15.

Lo primero que vamos a notar es la conducta del hombre malo. Leo en Proverbios 6:12-13
donde dice: «El hombre malo, el hombre depravado, es el que anda en perversidad de boca;
que guiña los ojos, que habla con los pies, que hace señas con los dedos.»

Allí lo tiene mi amiga, mi amigo. Notemos varias cosas en este pasaje bíblico. Nos está
hablando de un hombre malo. Dice el texto que el hombre malo es un hombre depravado.

Esta palabra, depravado, es un adjetivo que tiene un significado bastante fuerte. Denota
alguien que es demasiadamente viciado en las costumbres. Así lo define el diccionario. Este
adjetivo tiene su raíz en el verbo depravar que significa viciar, adulterar, corromper. De este
mismo verbo proviene el adverbio depravadamente que significa malvadamente, con malicia
suma.

Es lógico que una persona así, manifieste una conducta especial. El texto leído nos da algunas
pautas. Dice que anda en perversidad de boca. Esta es la conducta más notoria de un hombre
malo o depravado. Tiene como norma de vida el vocabulario obsceno.

¿Ha visto personas así? Yo sí, y muchas. Son personas que no sueltan palabrotas solamente
cuando, de manera accidental, se dan un martillazo en el dedo en vez del clavo, sino que su
hablar normal está saturado de maldiciones y obscenidades. Cada vez que oiga a una persona
con un vocabulario de inodoro, Usted ya sabe que está ante una persona mala o depravada.

Además, el hombre malo o depravado guiña los ojos, habla con los pies y hace señas con los
dedos. No contento con usar el peor vocabulario imaginable, el hombre malo o depravado
echa mano del lenguaje corporal para enfatizar lo que sale de su boca. Usa ojos, pies y manos
para hacer gestos obscenos. Es la conducta del hombre malo. Esta conducta impropia parte de
un carácter impropio.

De modo que Salomón, el autor de estos proverbios nos mostrará el carácter del hombre
malo. Proverbios 6: 14 dice: «Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo
tiempo»

Este es el carácter del hombre malo. En este versículo se puede apreciar con claridad que el
corazón para la mentalidad oriental, es el intelecto, o la facultad de pensar, para la mentalidad
occidental.

El intelecto, o la facultad de pensar de un hombre malo está saturado de perversidad. Por eso
anda en perversidad de boca. Cuán importante es que cuidemos nuestra mente, o nuestro
pensamiento. Jesús, dijo lo siguiente a algunos fariseos de su tiempo, según Mateo 12:34
«¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la
abundancia del corazón habla la boca»

Si Usted quiere tener un hablar apropiado, para que nadie le tilde de hombre malo o
depravado, entonces debe alimentar su mente de cosas buenas, en esencia, debe llenar su
mente de la palabra de Dios. Si lo hace, automáticamente se erradicarán de su vocabulario las
palabras obscenas y también los gestos obscenos.

Finalmente encontramos la condenación del hombre malo. Proverbios 6: 15 dice: «Por tanto,
su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.»

El hombre malo piensa que, con su vocabulario soez y sus gestos obscenos, que son producto
de su carácter pervertido, tiene el mundo a sus pies. Lo que no se da cuenta es que
lentamente, paso a paso, se va acercando a un precipicio. Llegará un momento cuando al dar
un paso más caerá al vacío.

A esto se refiere la Biblia cuando dice que su calamidad vendrá de repente. Todo acontecerá el
momento menos pensado. Súbitamente será quebrantado dice el texto. Una vez que ha caído
al precipicio, no hay manera de salir de allí. Dice la Biblia que no habrá remedio. Pocas veces la
Biblia califica a las situaciones como: Sin remedio.

La condenación del hombre malo es una de ellas. Cuando el hombre malo muere en su
pecado, se le acaba la oportunidad que tenía para confesar su pecado y recibir a Cristo como
Salvador. Lo que viene a continuación es el castigo eterno, para lo cual no hay remedio.

a. El hombre malo, el hombre depravado: Salomón pasó de la idea del hombre perezoso
(Proverbios 6:6-11) al hombre inútil y malvado. Estas características pecaminosas a menudo
están relacionadas y combinadas.

b. Es el que anda en perversidad de boca: una de las principales características de la forma de


vida de la persona inútil y perversa (su caminar) es la perversidad de boca. Tiene una boca
perversa, que principalmente tiene la idea de corrupta o corrupta más de lo que podríamos
pensar como perversión moral. Lo que dice no es directo, honesto y correcto.

c. Que guiña los ojos: con los ojos, los pies y los dedos, el hombre inútil y malvado muestra su
carácter deshonesto y torcido. El mal y la discordia provienen de su vida.

d. Su calamidad vendrá de repente: Salomón no atribuyó directamente esta calamidad o


rompimiento (será quebrantado) al juicio de Dios, pero está implícito. Dios sabe cómo colocar
al hombre o mujer cínico y torcido en su merecido lugar.
Proverbios 6:16-23

Llegamos hoy, amigo oyente, otra vez a este capítulo 6, del Libro de Proverbios que iniciamos
en nuestro estudio anterior.

Esta sección que estamos estudiando comenzó en el versículos 12 y 13, 3n los cuales se
describió al "hombre malvado" ¿Ha notado usted en algunas personas que todo lo que hacen,
todos los gestos, tienen siempre una sugerencia grosera u obscena? Hay cristianos que en este
aspecto podríamos decir que son casos dudosos. En sus encuentros todo lo que dicen tiene un
doble sentido, especialmente sus chistes, sus observaciones. Les divierten esas frases
sugerentes y tenemos que aclarar que Dios ha hablado en contra de esas actitudes.

Después de estas consideraciones, en nuestro programa anterior leímos los versículos 14 y 15,
que decían:

"Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; siembra las
discordias. Por tanto, su calamidad vendrá de repente; súbitamente será quebrantado, y no
habrá remedio."

Aquí observemos que esta persona "siembra" o provoca o alienta discordias. Tenemos aquí
una persona que se supone ser hijo de Dios y sin embargo cada movimiento que hace con su
cuerpo no es absolutamente claro.

A veces solemos contemplar por televisión a personas que explotan hábilmente esa facilidad,
aprovechándose de su sentido del humor y de su capacidad para entretener a las personas.
Desafortunadamente, hay cristianos a quienes les entretiene y les causa mucha gracia
escuchar a tales personajes, hasta tal punto que les siguen semanalmente sin perder ninguno
de sus espectáculos.

Por ello, vemos a cristianos pendientes de seguir los dictados de la moda en su forma de vestir
o de hablar, utilizando las expresiones que están en boga para aparentar que están "al día" y
proyectar así una imagen supuestamente progresista. El problema es cuando no se tiene nada
positivo que transmitir a los demás, entonces tales personas lo disfrazan, lo maquillan, para
que pueda ser aceptable en un principio. Por otra parte, las que nosotros necesitamos en este
día, estimado oyente, son personas que vivan vidas claras, cristalinas, nítidas; que todo lo que
digan y hagan en su vida, sea tan claro y puro como el sol del mediodía. Esa es la clase de
gente que se necesita en el día de hoy. Estas son personas transparentes, que se revelan tal
cual son y su presencia infunde confianza. Al verlas, una se cuenta que puede confiar en ellas.
Estas son las compañías ideales para el camino de la vida, para disfrutar de la amistad y del
compañerismo cristiano. Esas son las personas que tienen a Cristo en sus vidas y lo reflejan a
los demás.

Pero para los que tienen la forma opuesta de ser, la Biblia tiene advertencias solemnes. La
carta de San Pablo a los Gálatas 6:7 ?8 dice: 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues
todo lo que el hombre siembre, eso también segará, 8porque el que siembra para agradar a su
naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; pero el que siembra
para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. De Dios nadie se burla. EL requiere
una vida santa. ¿Sabe usted por qué? Porque El es santo. Él es esa clase de Dios, y Él va a estar
interesado en esa clase de persona y va a bendecirla. Ah, estimado oyente, usted y yo
necesitamos reconocer que estamos tratando con un Dios santo.

En este capítulo 6 del libro de Proverbios que estamos considerando hoy, al entrar en un
nuevo párrafo de dicho capítulo, examinaremos siete cosas que Dios detesta. Alguien quizá
nos diga: "¿Cómo es eso? ¿Dijo usted que Dios aborrece siete cosas?" Así es, estimado oyente.
Bueno, alguien quizá diga: "Yo pensaba que Dios era amor, que solo tenía capacidad para
amar". Sí, claro, Él es amor. Pero El aborrece el mal y todo aquello que el mal ha causado y está
produciendo en la raza humana.

¿QUE ES UN HOMBRE DEPRAVADO?

El texto habla de seis y aún siete cosas que produce profundo malestar o desagrado en Jehová.
¿Cuáles son estas cosas? Proverbios 6:17-19 dice: «Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las
manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los
pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra
discordia entre los hermanos.»

Aquí van las seis y aún siete cosas que odia Jehová.

Número uno, los ojos altivos. Esto habla del orgullo, de esa actitud de mirar a todos por debajo
del hombro. Describe a la persona que quiere ser el foco de atención en todo. Hablando de un
príncipe en extremo orgulloso, su paje de armas se quejaba en estos términos: Quiere ser el
centro de la atención en todo. Si está en un bautizo, quiere ser el niño. Si está en una boda
quiere ser la novia, si está en un velorio, quiere ser el muerto. Que fatal ser altivo de ojos.

Número dos, la lengua mentirosa. La lengua ha sido creada para glorificar a Dios. Mentir es
pervertir el propósito de la lengua. Dios no miente y por eso abomina la mentira.

Número tres, las manos derramadoras de sangre inocente. Esto habla de quitar la vida a una
persona inocente. Me llama mucho la atención la progresión descendente en el mal. Los ojos
altivos llevan a la lengua mentirosa y la lengua mentirosa lleva a asesinar a un inocente.

Número cuatro: El corazón que maquina pensamientos inicuos. Esto habla de los malos
pensamientos. Todo lo malo comienza en el pensamiento. Para evitar hacer lo malo es
necesario primeramente evitar pensar en lo malo.

Número cinco: Los pies presurosos para correr al mal. Dios odia no solo la mente que maquina
pensamientos inicuos sino también los pies que hacen realidad esos pensamientos inicuos.

Número seis: El testigo falso que habla mentiras. Esto hace referencia a los falsos testimonios
ante un juez en un juzgado.

Número siete: El que siembra discordia entre los hermanos. La vida en armonía es deleitosa
para los hombres y para Dios, pero cuando se levantan hermanos que con sus chismes y sus
rumores ponen a los hermanos unos contra otros, muy pronto se producen discordias.

La actitud de estos hermanos chismosos que esparcen rumores falsos es aborrecida por
Jehová. La lista ha sido claramente especificada. Ahora depende de Usted hacer o no hacer lo
que consta en esta lista. Si lo hace, estará haciendo algo que Jehová aborrece y tendrá que
atenerse a las consecuencias. Si no lo hace, Dios estará complacido con Usted y ciertamente
recibirá una buena recompensa.

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