EL ELEMENTO FANTÁSTICO en Michael Ende PDF

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Segunda etapa - Volumen 5 - No.

7 - Julio/Diciembre 2001

EL ELEMENTO FANTÁSTICO
EN LA OBRA DE MICHAEL ENDE

Ángel DELGADO/ Donaldo GARCÍA/ Valentina TRUNEANU


Universidad del Zulia

RESUMEN
En el presente trabajo se analiza la forma en que Michael Ende utiliza
el elemento fantástico para elaborar su propuesta de literatura infantil y
juvenil. Para este estudio, se tomaron en cuenta tres textos de este autor
alemán: Momo, La historia interminable y Tranquila Tragaleguas. En cada
una de estas obras se trata el tema de la relatividad espacio-temporal
característica de lo fantástico: cómo maneja el autor dicha relatividad,
cuáles son las constantes en la literatura fantástica infantil y cómo se
manifiestan en la obra de Ende. Igualmente, se abordan otros conceptos
como la amistad, la soledad y el poder, y qué matices toman en la visión
del autor referido.
Palabras clave: espacio-tiempo, fantasía, literatura infantil y juvenil.

ABSTRACT
In this article, the author analyzes the way in which Michael Ende makes
use of fantastic elements to elaborate his proposal for children and adolescents’
literature. Three books of this German author are used for the purpose of this
study: Momo, la Historia Interminable, y Tranquila Tragalenguas. In each of
these works, this article deals with the theme of relativity in space and time
as a characteristic of fantasy. That is to say, how the writer uses the notion of
relativity, what are the common treads in fantastic children’s literature, and
how they are used in Ende’s work. Likewise, this article also elaborates on
other notions such as friendship, solitude, and power, and in the ways, the
author makes use of these notions.
Key words: space-time, fantasy, and children’s literature.

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RÉSUMÉ
Dans le travail présent on analyse la forme dans laquelle Michael Ende
utilise l’élément fantastique pour élaborer sa proposition dans le domaine de
la littérature pour enfants et adolescents. Pour cette étude on prendre compte
de trois textes de cet auteur allemand: Momo, La historia interminable y
Tranquila Tragaleguas. Dans chacune de ses œuvres on traite du thème de la
relativité espace – temps caractéristique du fantastique et comment l’auteur
utilise cette relativité, quelles sont les constantes dans la littérature fantastique
pour enfants et comme elle se manifeste dans l’œuvre de Ende. On aborde
également d’autres concepts comme l’amitié, la solitude et le pouvoir et quelles
nuances prennent – elles dans la vision de l’auteur en question.
MOTS CLEF: espace–temps, fantaisie, littérature pour les enfants et les
adolescents

1. La relatividad espacio-temporal de lo fantástico


En la obra de Michael Ende, lo real y lo ficticio e imaginario se
confunden y se mezclan. Las barreras son borrosas, indefinidas, no pre-
cisas; lo cual hace de la obra un mundo donde es difícil determinar una
relatividad espacio-temporal. Las tres obras analizadas (Momo, La his-
toria interminable y Tranquila Tragaleguas) son ajenas a una realidad
temporal y espacial y hasta carecen de continuidad vital, ya que los
referentes de tiempo-espacio adscritos al texto literario no son
isomórficos con el mundo perceptible. Los personajes comienzan, ter-
minan y existen sólo en el texto (Navarro, 1992: 112). Sin embargo, el
autor no construye el mundo de la nada, sino que busca en su mundo
interior, en su entorno, en las leyendas y relatos de tradición oral, ele-
mentos que le sirvan para edificar el espacio en el cual se desarrollan
las historias.

En Momo, la obra es iniciada con esa imprecisión tempo-espacial


propia de las obras fantásticas al decir:

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En los viejos tiempos, cuando los hombres hablaban todavía


muchas otras lenguas, ya había en los países ciudades gran-
des y suntuosas. Se alzaban allí los palacios de reyes y em-
peradores, había en ellos calles anchas, callejas estrechas y
callejuelas intrincadas, magníficos templos con estatuas de
oro y mármol dedicadas a los dioses (Ende: 1998: 11).

Sin embargo, a pesar de no precisar el espacio, es fácil deducir


que se refiere a una o unas de las grandes ciudades que se desarrolla-
ron en Europa durante el apogeo del Imperio Romano. Pudiera ser obje-
to de discusión la afirmación dicha anteriormente y pretender que di-
cha ciudad se ubica en algún punto inexacto de India, China o Japón,
donde surgieron ciudades poderosas, en las cuales también se escul-
pieron estatuas de oro. Pero hay elementos que nos ayudan a sustentar
nuestra afirmación, como son:

1.- Las ciudades con callejas estrechas y callejuelas intrincadas son


propias, más no exclusivas, de Europa Central.
2.- El arte escultórico chino, hindú y japonés se realizó con piedra
caliza, arenisca, madera pintada, cerámica, marfil, bronce, casos
aislados en oro; mientras que el mármol y el oro se emplearon con
mayor frecuencia en Grecia y de allí pasó a Roma.
3.- El elemento básico que sustenta es planteamiento es el paratexto1
presente en una de las primeras páginas de Momo (cf. Ende: 1998:
13). Dicho paratexto (realizado por el propio Ende) nos muestra el
anfiteatro donde vive Momo y puede apreciarse que es una cons-
trucción típica del Imperio Romano.

El tiempo en Momo también sufre de imprecisiones. En los capítu-


los Una persecución alocada y una huida tranquila, Cuando los malos
tratan de hacer lo mejor, Momo llega al lugar de donde viene el tiempo,
1 Paratexto: Elementos verbales y gráficos (dibujos, ilustraciones, etc.) que acompañan al texto, formando parte del
discurso literario que constituye la obra.

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Allí un día y aquí un año, se observa una serie de situaciones irregula-


res con el tiempo. En primer lugar, el tiempo que pasa Momo, la prota-
gonista, en la casa de Ninguna Parte no coincide con el tiempo que
transcurre en el pueblo.

No sabía que, durante mucho tiempo, no tendría otros oyen-


tes. No podría saber que esperaba en vano a sus amigos,
que había estado fuera tanto tiempo y que mientras tanto el
mundo había cambiado (Ende: 1998: 164).

El otro lugar donde hay esa intemporalidad lo observamos en el


momento en que Momo entra a la calle de Jamás donde no existe el
tiempo definido como tal. Aquí ya no era de noche, pero tampoco era de
día (Ende: 1998: 126). Se llega hasta el extremo de que, en un trayecto
de la calle, Momo tiene que andar de espaldas, porque de lo contrario
no lograría avanzar.

Como se observa en estos cambios, el tiempo se trasloca y se


subvierte la concepción del mismo.

Además, Ende convierte a un ente abstracto como el tiempo en un


objeto concreto, como son las flores horarias. Se habla de un tiempo,
no universal y global, sino propio y personal. Como objeto, el tiempo
(o las flores horarias) puede ocupar existencias espaciales y ser tras-
ladado. Originalmente, las flores horarias ocupaban un espacio en el
corazón de cada hombre y fueron guardadas por los hombres grises en
una bóveda secreta. Además, lo que salva al mundo de los villanos fue
el hecho de que Momo tuviera una flor horaria mientras el tiempo esta-
ba detenido.

Momo entró, con los ojos admirados en los inmensos alma-


cenes. Había incontables flores horarias, como copas de cris-
tal, alineadas en estanterías sin fin, la una más hermosa que

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la otra, y todas eran diferentes: cientos, miles, millones de


horas de vida. Hacía más y más calor, como en un invernade-
ro (Ende: 1998: 249).

En La historia interminable, podemos establecer dos espacios bien


demarcados; pero al igual que en Momo, no hay precisión en cuanto a la
ubicación geográfica. El primer espacio creado por el autor es el que sirve
de marco a los acontecimientos que le permiten a Bastián obtener el libro
de La historia interminable. Aquí otra vez el autor no precisa el lugar aun-
que sí el tiempo. Fuera hacía una mañana fría y gris de noviembre, y llovía
a cántaros. Las gotas correteaban por el cristal… (Ende: 1998: 7).

En esta obra, no podemos determinar con pruebas fehacientes


que se refiere a Europa porque también esas características las pode-
mos hallar en ciudades estadounidenses o latinoamericanas.

El segundo espacio creado por Ende es donde suceden los acon-


tecimientos de la lectura, en Fantasia, un mundo mágico, impreciso,
no definido por el autor; pero que debido a algunas descripciones de
áreas boscosas, oscuras, pudiera asemejarse a la Selva Negra; tam-
bién los paratextos (imágenes creadas por Roswitha Quadflieg) nos
ayudan a afirmar que el espacio creado por el autor se nutre de ele-
mentos de Europa Central (sur de Alemania, Austria, Liechtenstein,
Suiza). Sobre todo por la arquitectura que describe el autor en los
capítulos La ciudad de los espectros, Amarganz La Ciudad de Plata,
La Ciudad de los Antiguos Emperadores, Doña Aiuola, entre otros.
Sumémosle a esto el uso de personajes como: dragones, centauros,
trolls, elfos, caballeros, princesas, brujas, enanos, magos, campesi-
nos honestos, héroes, los cuales son constantes en los relatos mara-
villosos europeos.

En cuanto al tiempo, el autor lo precisa y lo delimita. Lo precisa en


el sentido de que al inicio de la obra el autor nos dice que es un día de

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noviembre, aunque no especifica el año. Lo delimita ya que establece


tres tiempos diferenciables que serían: el tiempo de los acontecimien-
tos que suceden en Fantasia (la búsqueda de Atreyu), el tiempo de
lectura de Bastián en el desván del colegio, el tiempo de lectura del
lector.

El primer tiempo es totalmente impreciso, incalculable; da la sen-


sación de que son muchos años los que transcurren. En los otros dos
tiempos que se refieren a la lectura, la de Bastián está definida en un
día, aunque debemos delimitar dos partes: La primera, desde antes de
las nueve de la mañana hasta las doce de la noche, que es el tiempo
usado por Bastián para leer el texto hasta el momento de entrar en
Fantasia. Y la segunda, desde las doce de la noche hasta antes de las
nueve de la mañana del día siguiente.

Este tiempo empleado por el lector dentro de la obra es impreciso,


ya que no se corresponde con las aventuras vividas por Bastián. De
hecho, el mismo autor plantea: ¿Cuánto tiempo podía haber pasado
desde que comenzó su gran viaje por la Historia Interminable? ¿Sema-
nas? ¿Meses? ¿Años quizás? (Ende: 1994: 411).

Además, el tiempo que precisa Ende (cada hora) que Bastián con-
sume mientras lee la primera parte del libro, al igual que la segunda
parte, no coincide con el tiempo del verdadero lector (bien sea niño,
joven o adulto).

En Tranquila Tragaleguas el espacio es totalmente impreciso, has-


ta el extremo de que no podemos determinar exactamente el lugar en
que se desarrolla el cuento. En cuanto al tiempo, Michael Ende vuelve a
trabajarlo de tal manera, que a pesar de que Tranquila parte quince días
antes de la boda del sultán Leo Vigésimo-Octavo, llega en el momento
justo de la boda del sultán Leo Vigésimo-Noveno. La lentitud de la tortu-
ga fue tal que tardó años en llegar a la boda, pero ella sólo tenía con-

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ciencia de haberse tardado quince días, lo cual causa asombro en el


lector y a la vez constituye un elemento humorístico.

Como se observa, los escritores de literatura fantástica constru-


yen su obra con una relatividad espacio-temporal que le permite al niño
ver que lo real y lo imaginario se corresponden muy de cerca y se inter-
pretan (Held: 1981: 52) sin importar las rupturas de los paradigmas
establecidos por la ciencia. A pesar de esta relatividad espacio-tempo-
ral, los autores construyen sus espacios siguiendo algunos parámetros
que Jacqueline Held define como:

- Un país inventado donde se observa un sustrato de elementos


conocidos.
- Un país real donde se inserta el elemento fantástico.
- Un país afectivo que se produce con la mezcla de los recuerdos de
infancia, experiencias, es decir, el universo mítico del autor.

En el caso de la obra de Michael Ende, los espacios creados por


el autor son variados:

1.- En Momo existen un espacio real, en donde se introducen los


elementos fantásticos (los villanos) que se yuxtaponen con un
espacio que bien pudiera ser afectivo o lo que otros denominan
espacio fantástico puro (En la calle Jamás), en el cual no hay
ningún elemento que lo asocie con la realidad. Aparentemente,
nos inclinamos por aceptar la hipótesis de un espacio fantástico
puro, pero debido a un desconocimiento biográfico sobre el au-
tor, no descartamos la otra. Esta suposición la basamos en la
siguiente cita:

En realidad se trataba de una callejuela estrecha. Las casas


que se alineaban a derecha e izquierda parecían pequeños
palacios de cristal, lleno de torrecitas, galerías y terrazas que

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hubieran estado muchísimo tiempo en el fondo del mar y de


pronto hubiera salido a la superficie cubierta de algas,
moluscos y corales. Y todos de colores suaves, nacarados
(Ende: 1998: 128).

2.- En La historia interminable, el autor yuxtapone un paisaje real con


un paisaje inventado, aunque al igual que en Momo, este paisaje
pudiera ser afectivo; pero el desconocer datos verdaderos del au-
tor nos impide mantener esta hipótesis.

3.- En Tranquila Tragaleguas hay un solo paisaje, que corresponde a


un paisaje inventado.

En estos espacios creados por el autor, se introducen los elemen-


tos extraordinarios. En Momo, lo fantástico es introducido en el paisaje
real por la aparición de los hombres grises (villanos de la obra) y por
Casiopea, que es el elemento que sirve de unión entre el paisaje real y
el fantástico puro.

En La historia interminable, el elemento que une lo fantástico con


lo real lo representa el libro de La historia interminable, que permite unir
el mundo real de Bastián y el de Fantasia mediante la lectura que hace
el niño. Sin embargo, Bastián logra entrar al paisaje inventado y se
produce una metamorfosis en un personaje de ese ambiente; el único
lazo de unión son los recuerdos, los cuales pierde gradualmente, y sólo
con la ayuda de doña Aiuola y su casa transformadora y del minero
ciego que trabaja en el pozo Menroud logra recobrar algunos atisbos de
recuerdo y volver al mundo real. En Tranquila Tragaleguas, el elemento
fantástico se logra mediante uno de los recursos más corrientes, como
lo es la humanización de los animales.

2. Los deseos humanos y los poderes


En la literatura fantástica infantil, se observa una serie de constan-

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tes que están estrechamente ligadas con los deseos humanos. Con-
ceptos sobre la inmortalidad, la amistad, el amor, la invisibilidad, la
soledad, el poder están en forma de sustrato en las obras fantásticas y
la obra de Michael Ende no escapa de estos planteamientos.

La noción de inmortalidad es demasiado conceptual. Es abs-


tracta. Para el niño más pequeño carece de sentido. Ante
todo porque tiene toda la vida por delante y porque la muerte
está más allá y es para los otros (Held: 1985: 100).

En la obra de Michael Ende, el deseo de la inmortalidad lo pode-


mos detectar, primero, en Momo, a través de las intenciones de los
hombres grises de obtener las flores horarias y de esta forma lograr el
dominio de los hombres y con ella la inmortalidad. Mientras que en La
historia interminable, hay dos personajes eternos, inmortales, la Empe-
ratriz Infantil o la Hija de la Luna y el Viejo de la Montaña Errante, aun-
que también son antiguos la Vetusta Morla y Uyulala. Este deseo no
está presente en los personajes principales, sino que es una cualidad
de algunos.

El otro deseo humano presente en la obra es el amor y la amistad.


En principio se considera el primero como una exclusividad del adulto y
el segundo, en el niño. Pero si eludimos en el amor lo carnal y erótico,
nos queda un sentimiento puro que se considera más que la amistad y
no es ajeno al niño. Este sentimiento duradero es al que el niño aspira. En
Momo, el amor puro de ella por sus amigos Bepo y Gigi trasciende ante
cualquier peligro. En La historia interminable existe un lazo indeleble entre
Bastián y Atreyu, que va desde la admiración mutua hasta el sacrificio
que adquiere Atreyu con el fin de que Bastián vuelva al mundo real.

– Dicen que, entonces, la serpiente blanca no te dejará


pasar, tendrás que volver a Fantasia y terminarlo todo.
– ¿Todas las historias? –balbuceó Bastián–. Entonces, no

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podré regresar nunca. Todo ha sido inútil. (…)


– Dicen que no hay nada que hacer, a no ser que haya
alguien que haga por ti ese trabajo.
– Pero si las historias son innumerables –exclamó Bastián–
, y en cada una aparece siempre otra. Una tarea así no puede
acometerla nadie.
– Sí –dijo Atreyu–. Yo puedo (Ende: 1994: 409).

La soledad es el otro deseo humano que está presente no sólo en


la literatura infantil del siglo XX, sino en la literatura en general. En la
sociedad actual, el niño vive relegado; se siente cada vez más conde-
nado al silencio, a la soledad. El ritmo de trabajo de sus padres y los
medios de comunicación social (entre otras causas) han provocado el
aislamiento en el seno familiar. Sin embargo, a pesar de todo, el niño se
ahoga con las curiosidades que querría experimentar, con los hechos
capitales para él, que querría contar, con los descubrimientos que se-
rían tan agradables de participar. Rebobina y rechaza. Se calla. Se calla
y el deseo de diálogo lo sumerge (Held: 1981: 110). Esta situación está
totalmente reflejada en las obras de Michael Ende.

En Momo, el deseo de ahorrar tiempo de los padres provoca el


descuido de sus hijos; los niños se aíslan y se refugian en el anfiteatro
donde vive Momo y la única forma de salir del tedio es realizar juegos
imaginarios en donde los niños logran hacer lo que no pueden en la
vida real, como en el caso de la hermosa escena del juego en que los
niños buscan al tifón andarín y se consiguen con un Sum-sum
gomalasticum.

En La historia interminable, Bastián Baltasar Bux es un niño huér-


fano de madre, muy solitario. El mutismo de su padre, el rechazo de sus
compañeros de clase por ser un muchacho pequeño, gordo y opacado,
lo hace refugiarse en la lectura y es por este medio que entra en la
fantasía y hace realidad todos sus sueños. Éste es el deseo humano

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que el autor explota con mayor maestría y en ella gira la crítica que
reproduce Ende a la sociedad actual.

Esta crítica no es imperceptible a los ojos de los niños; por lo tan-


to, estas obras le permiten reflexionar, interpelar a sus padres, desarro-
llar sensibilidad, inteligencia e imaginación, es decir, lograr un desarro-
llo equilibrado y armonioso y que lo diferencia de aquel en el cual no
existió, no se formó, ni se nutrió de un modo valedero (Held: 1981:139).

El poder es otro de los deseos humanos que está presente en la


literatura fantástica infantil. En la mayor parte de los casos, el poder se
obtiene mediante un objeto exterior, particular, que se lo da al protago-
nista un personaje especial (que sería el donante, según la clasificación
de Vladimir Propp).

En Momo, el don de la protagonista está representado en la capa-


cidad de escuchar y es el medio que le permite descubrir las verdade-
ras intenciones de los hombres grises. Sin embargo, la figura de Casiopea
viene a representar el elemento protector de ella y la flor horaria que le
otorga el maestro Hora sería el elemento externo que le concede el
poder para lograr vencer.

Pero tengo la facultad, Momo, de darte a ti sólo, sólo a ti, una


flor horaria, pero sólo una, porque sólo florece una cada vez.
Así que cuando se hubiera acabado todo el tiempo del mun-
do, tú todavía tienes una hora (Ende: 1998: 231-232).

En La historia interminable, el don del protagonista está centrado


en la capacidad de creer en la fantasía. El poder se obtiene por medio
del ÁURYN, joya circular que le otorga la Emperatriz Infantil, primero a
Atreyu para emprender la larga búsqueda y encontrar al salvador de
Fantasia; y, en segundo lugar, a Bastián una vez dentro de Fantasia, lo
cual le da el poder de lograr todo lo anhelado.

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Lo miró y lanzó una exclamación de sorpresa.


¡Era ÁURYN, la Alhaja, el Esplendor, el Signo de la Emperatriz
Infantil que hacía a los que lo llevaban representantes suyos!
La Hija de la Luna le había dado poder sobre todos los seres
y las cosas de Fantasia (Ende: 1994: 198-199).

Estos poderes agrupados que recibe Bastián lo hacen volverse un


ser ambicioso, prepotente, incapaz de pensar, lo que provoca la gran
lucha en los jardines de la Torre de Marfil. Pero, en esta historia, Bastián
recibe más de un objeto mágico, como lo es el cinturón Guémmal que le
permitía ser invisible y la espada mágica llamada Sikanda que le da
Graógraman. El mal uso de estos dones provocó la enemistad entre
Bastián y Atreyu.

Las consecuencias nefastas de la ambición de poder se ponen de


manifiesto en la Ciudad de los Antiguos Emperadores, donde habitan
todos los seres humanos que quisieron ser emperadores de Fantasia y,
al no lograrlo, enloquecieron y permanecerían allí por toda la eternidad.

– Y todos estos –preguntó sin aliento–, ¿fueron o quisieron


ser en otro tiempo emperadores de Fantasia?
– Claro –dijo Árgax–. Todo el que no encuentra el camino de
vuelta quiere ser tarde o temprano emperador, no todos lo
consiguieron, pero todos lo intentaron (Ende: 1998: 358).

Pero el poder que presentan todos los personajes de Michael Ende


y que es capaz de dominarlo todo es el poder de la imaginación que les
permite inventar historias, trascender el instante, lo dado, lo inmediato
(Held: 1981: 111).

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BIBLIOGRAFÍA

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VÉLEZ DE PIEDRAHÍTA, Rocío (1983). Guía de literatura infantil. Bogotá: Nor-
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