El documento es una carta dirigida a los jueces chilenos pidiendo el retorno del buque de guerra peruano Huáscar a Perú. Argumenta que tanto el almirante peruano Miguel Grau como el capitán chileno Arturo Prat fueron héroes que se respetaron mutuamente a pesar de estar en bandos opuestos durante la guerra del Pacífico. Recuerda que Grau devolvió las pertenencias de Prat a su viuda con respeto, por lo que pide que Chile devuelva el Huáscar como un gesto de un
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El documento es una carta dirigida a los jueces chilenos pidiendo el retorno del buque de guerra peruano Huáscar a Perú. Argumenta que tanto el almirante peruano Miguel Grau como el capitán chileno Arturo Prat fueron héroes que se respetaron mutuamente a pesar de estar en bandos opuestos durante la guerra del Pacífico. Recuerda que Grau devolvió las pertenencias de Prat a su viuda con respeto, por lo que pide que Chile devuelva el Huáscar como un gesto de un
El documento es una carta dirigida a los jueces chilenos pidiendo el retorno del buque de guerra peruano Huáscar a Perú. Argumenta que tanto el almirante peruano Miguel Grau como el capitán chileno Arturo Prat fueron héroes que se respetaron mutuamente a pesar de estar en bandos opuestos durante la guerra del Pacífico. Recuerda que Grau devolvió las pertenencias de Prat a su viuda con respeto, por lo que pide que Chile devuelva el Huáscar como un gesto de un
El documento es una carta dirigida a los jueces chilenos pidiendo el retorno del buque de guerra peruano Huáscar a Perú. Argumenta que tanto el almirante peruano Miguel Grau como el capitán chileno Arturo Prat fueron héroes que se respetaron mutuamente a pesar de estar en bandos opuestos durante la guerra del Pacífico. Recuerda que Grau devolvió las pertenencias de Prat a su viuda con respeto, por lo que pide que Chile devuelva el Huáscar como un gesto de un
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Carta a los hijos de Prat.
por David Quispe
Estimados dignísimos hermanos jueces y ciudadanos chilenos
de buena voluntad,
Un sagrado deber nos autoriza a dirigirnos a Ustedes.
En los combates navales del 21 de mayo y 08 de Octubre de 1879,
en las aguas de Iquique y Angamos, entre las naves peruanas y chilenas, fallecieron Arturo Prat y Miguel Grau, hombres de ejemplar civismo y héroes de nuestras respectivas naciones.
Ambos desde entonces hasta la actualidad en cada noche de
oscuridad en la escena política mezquina o corrupta han brillado hasta convertirse en símbolos de la más alta moralidad cívica y humana en conflicto de países vecinos en guerra. Y sin embargo un hecho tenebroso no puede dejar de palpitar soterradamente, el ejército que efectivamente mató a Prat fue el peruano y el ejército que efectivamente mató a Grau fue el chileno. Aunque estos grandes hombres no se odiaron, sino se respetaron y hasta admiraron mutuamente, se vieron envueltos en una tragedia de destino en el cual el juramento y la lealtad a la Patria estuvo por encima de su espontánea empatía en medio del oficial enfrentamiento en guerra, pero sin que ello signifique la renuncia en crucial ponderación al heroísmo humanista capaz de reverenciar a la vida y de reconocerse como hermanos de la misma especie humana.
En su victorioso momento cuando Grau era el vencedor de los mares
del sur, su grandeza de espíritu lo llevó a devolver la espada y pertenencias personales del Capitán Prat a la Viuda Carmela Carvajal con el inefable reconocimiento a su valentía heroica y patriótica renunciando con ello al efímero y ególatra "trofeo" de los vencedores de combate, al punto de expresar sus sinceras condolencias a la Señora Carvajal. Ella le devolvería el gesto con una no menos inefable respuesta reconociendo en el Almirante "un corazón tan noble" hasta el punto de afirmar: "se habría, estoy cierta, interpuesto, a haberlo podido, entre el matador y su víctima, y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su Patria como desastroso para mi corazón."
"Caballero de los Mares", pero también "Caballero de la
Comprensión", comprensión del diferente inclusive del oficialmente declarado enemigo de guerra, comprensión dirigida a Carmela Carvajal pero también a los tripulantes desarmados de la "Esmeralda" y ¿no es acaso la comprensión la expresión más elevada del "derecho a ser oído"?. La comprensión es la semilla y antesala de la decisión independiente e imparcial, por eso nosotros los jueces íntegros del Perú, reconocemos en Grau a nuestro padre, el padre de la decisión más justa que todo Tribunal o juez Peruano haya emitido en toda su historia, decisión que desborda la justicia para descubrir el auténtico significado y contenido de la misericordia, decisión que no muere sino que inicia e inspira inacabadas acciones renovadas y heroicas para el mejor destino de América del Sur!!, la humanidad entera!! y acaso para ¡¡mayor Gloria de Dios!!.
Es hora de declarar que los hombres de buena voluntad no deben
matarse entre sí que por el contrario debemos unirnos hasta experimentar la realidad de la frase del coro de los ángeles de la primera navidad: “paz a los hombres de buen voluntad”, paz aún en la circunstancia de diferencias de patria, clase, religión, credo, género, etc. como efectivamente ocurrió en la primera navidad de la historia, cuando alrededor de un pesebre se unieron los diferentes: aquellos sabios incircuncisos de países lejanos de oriente con los israelitas pastores y la familia de Nazareth .
Es hora que señalemos con el dedo al verdadero enemigo que no es
el país vecino sino la clase política corrupta que hace más de un siglo nos envolvió en una cruel guerra y que ahora gobierna o ejerce influencia seduciéndonos en un adormecimiento nacional y global que nos impide ver con claridad el grado y la magnitud de la corrupción del poder en nuestro país y en el globo.
Si los poderes ejecutivos de nuestros respectivos países, pese a
nuestra histórica hermandad, son aquéllos que nos enredaron hace más de un siglo en una cruel guerra fratricida, hoy los jueces probos del Perú percibimos en Ustedes, los no menos íntegros jueces de Chile a los auténticos hijos de Prat. Entonces advertimos la cualidad específica del común poder que ejercemos, un poder sin más armas que su discurso y su fuerza moral, que sin embargo cuando es íntegra y radical como sucedió en Núremberg poco importa la nacionalidad del juez para ser inspiradora de renovadas acciones, porque su fuerza descansa en los más altos y profundos ideales y valores comunes a toda la humanidad, sin importar las fronteras del espacio territorial del país, o el espacio temporal ubicado en el pasado, presente o futuro.
Entonces es el Poder Judicial, el llamado a iniciar victoriosamente una
lucha inacabada por la fortaleza e independencia moral de la clase política y el Poder Judicial en los países de América del Sur, una gesta heroica que colmada de un inicial patriotismo la desborda hasta desplegarse en la totalidad del globo terráqueo.
Es nuestra consciencia cívica como auténticos hijos de Grau la que
nos llama a caminar en el glorioso deber de continuar el ya iniciado movimiento ético continental de envíos entre Grau y Prat. ¿No corresponde acaso ahora que el país que detenta la nave del Caballero de la Comprensión del Perú, padre de los jueces probos del Perú lo devuelva a los auténticos peruanos hijos de Grau? No es el poder militar, ni el Ejecutivo el que se lo pide es el poder del discurso de los materialmente desarmados jueces probos del Perú que solo despliegan la potencia del verbo, la fuerza del pensamiento auténtico que reposa en el Ser, en Dios el que nos llama a una acción conjunta inusitada que nos reconcilie mutuamente y enciende un momento telúrico de Paz capaz de renacer al globo en la dirección correcta de la sobrevivencia y la iluminación.
Sin duda Ustedes dignísimos hermanos conocen el grado de
corrupción que hoy se está revelando en el Perú, ella también se manifestó en Chile cuando se han conocido escandalosos casos de la clase política durante la dictadura militar. Hoy Chile es bendecido percibiéndose mundialmente como uno de los países más distantes de la lacra de la corrupción en América Latina, por eso no es difícil advertir con vuestra consciencia proba, libre de todo prejuicio el enorme impacto de nuestro pedido, de retorno del Huáscar a los mares peruanos como símbolo de la victoria de la fortaleza moral y espiritual frente a toda tentación del poder. Ello para Ustedes significará el posicionarse al interior de su país como auténticos líderes de la consciencia cívica y ética y juntos nos abrirá al común destino, acaso intuido por Grau y Prat de liderar una gesta conjunta contra toda corrupción de la clase política en América del Sur.
No hay mejor manera de honrar la memoria de vuestros padres
cívicos: Arturo y Carmela que replicar en mayor magnitud los sentimientos magnánimos que fueron sustento de los envíos entre Grau y la familia Prat-Carvajal y hacer revivir en esta América el anuncio profético de una epopeya que a la vez de pasada, presente y futura es global justa y necesaria.
América del sur no saldrá del lodo de la corrupción y de los falsos
populismos mientras los hombres de buena voluntad más allá de nuestro patriotismo local, honrando el nombre y la gran herencia de nuestros padres avancemos juntos hacia esta gloriosa epopeya. No hay mejor manera en desplegar la herencia de Grau para nosotros que escribir esta carta que contiene esta petición y no hay mejor manera para Ustedes como dignos hijos de Arturo Prat y de Carmela Carvajal que devolver el Huáscar a los mares peruanos. ¿Sería el Huáscar en territorio marítimo peruano una amenaza militar para Chile en las actuales circunstancias? No! su presencia sería más insignificante incluso como lo fue la espada de Prat en territorio chileno que el almirante de América del Sur en maestra sabiduría osó devolver a la viuda Carvajal en plena guerra del pacífico. Por el contrario este gesto honrará como nunca antes a nuestros padres Grau y Prat, fortaleciendo vivamente el civismo de América del Sur hasta dar una lección digna de ser imitada por el Norte, Este y Oeste, y de ser aprendida imperecederamente a la humanidad presente y futura que sin duda estremecerá el globo desde estas Tierras hasta Nueva York y Siria, y quien sabe sea uno de los motivos de la futura sobrevivencia de la especie humana en nuestro precioso Planeta.
Demostraremos al mundo que los jueces probos de América del Sur
tienen auténtica fortaleza moral.
¡¡Por la unión y fortaleza ética de nuestros pueblos!!