DISFAGIA
DISFAGIA
DISFAGIA
La disfagia es la dificultad para tragar o deglutir los elementos líquidos y/o sólidos por afectación
de una o más fases de la deglución. La afectación puede presentarse en la preparación oral del
bolo o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago. Debe diferenciarse de
la odinofagia, que es el dolor desencadenado por la ingesta de determinados alimentos,
especialmente líquidos fríos o calientes. Como consecuencia de la disfagia puede producirse
penetración de material alimenticio en vías diferentes a la digestiva provocando, en ocasiones,
episodios francos de aspiración traqueal o bronquial (por paso de agua o alimentos a la tráquea y
bronquios) o aspiraciones silentes (penetración de saliva o comida por debajo de las cuerdas
vocales no acompañada de tos ni de otros signos observables de dificultad deglutoria). La actividad
de masticación y deglución normal es un rápido y complejo proceso de movimientos voluntarios e
involuntarios en el que participan al menos seis pares craneales, los tres primeros segmentos de
los nervios cervicales y los 26 músculos de la boca, faringe y esófago. El envejecimiento por sí
mismo no causa disfagia evidente clínicamente, aunque hay cambios asociados a la edad que
afectan a las diferentes fases de la deglución.
DISFAGIA EN PACIENTES CON ACCIDENTE CEREBROVASCULAR AGUDO (ACVA)
La disfagia es un problema común después de un ACVA, oscilando la incidencia recogida en los
diferentes estudios entre un 25 y un 55%. Si bien el centro de la deglución se encuentra localizado
en la sustancia reticular del tronco cerebral, la disfagia después de un ACVA no es exclusiva de
pacientes con patología vascular bilateral o de tronco. En las lesiones hemisféricas izquierdas
existe una mayor afectación de la fase oral, con dificultad para la coordinación motora y apraxia.
Cuando la lesión es en el hemisferio derecho existe una mayor afectación de la fase faríngea con
mayor frecuencia de broncoaspiraciones. Los estudios videofluoroscópicos dirigidos a determinar
la frecuencia y la naturaleza de estos problemas encuentran que el trastorno más común después
de un ACVA es el retraso en el inicio del reflejo deglutorio, seguido en frecuencia por la
disminución de la peristalsis faríngea y la alteración en el control lingual. La disfagia después de un
ACVA se asocia a un mayor número de infecciones pulmonares, mayor mortalidad
intrahospitalaria, peor pronóstico funcional y malnutrición, entre otras complicaciones.
Anamnesis
a) Duración y forma de inicio, relación con algún proceso clínico agudo conocido. 547 Situaciones
clínicas más relevantes. Disfagia
c) Modificación según la consistencia de los alimentos. Cuando existe alteración del control lingual
presenta una mayor dificultad para el inicio de la ingesta de sólidos que de líquidos. Cuando existe
retraso del inicio del reflejo deglutorio el paciente deglute mejor los alimentos en forma de purés
y se atraganta más con los líquidos, que caen hacia la vía aérea antes de que se desencadene el
reflejo. Cuando la disfagia es esofágica afecta precozmente a los sólidos con sensación de
detención de los mismos.
EXPLORACIÓN FÍSICA
Se puede realizar de forma sencilla la valoración motora de todas las estructuras que participan en
la deglución:
a) Movilidad labial: se explora pidiendo al paciente que pronuncie la vocales «I» (abriendo la
boca) y «U» (cerrando la boca). Observar también la capacidad de mantener los labios cerrados a
pesar de los cambios posturales.
c) Sensibilidad oral.
e) Maniobra de palpación externa: Existe una sencilla maniobra que puede ayudarnos a una mejor
valoración de la deglución: el explorador debe colocar su mano con los dedos extendidos debajo
del mentón del paciente: el dedo índice debajo de la mandíbula, el medio en el hueso hioides, y el
anular y meñique en la parte superior e inferior respectivamente del cartílago tiroides (no se debe
hacer presión pero sí con una discreta fuerza para valorar el movimiento de la mandíbula, hioides
y de la laringe durante la deglución).
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Aportan una información valiosa pero deben decidirse de forma electiva según los resultados
obtenidos en la anamnesis y exploración simple:
TRATAMIENTO
Los principales objetivos del tratamiento de los pacientes con disfagia van orientados a conseguir
una deglución eficaz y segura. Esto implica:
— Mantener postura erguida sentada con ligera flexión anterior del cuello, preferiblemente en
silla, si es en la cama elevar ligeramente las rodillas con almohada. Mantener la postura hasta
pasados 20 minutos tras la ingesta.
— Instruir al paciente para que no reprima la tos, dar tiempo suficiente para compensar los déficit
motores orales y el retraso del inicio del reflejo deglutorio.
— Seleccionar los alimentos en textura, sabor (mejor condimentados y cítricos), consistencia (no
mezclar líquidos y sólidos como sopa o cereales) y temperatura (mejor iniciar con alimentos fríos).
Intentar acercarse a las preferencias del paciente.
— En los pacientes con enfermedad de Parkinson, intentar horarios regulares fuera de la toma de
L. Dopa y en fases «ON».
— Si existe reducción del cierre labial: debe inclinarse ligeramente la cabeza hacia atrás.
— Cuando existe reducción de los movimientos de la lengua: debe inclinarse ligeramente la cabeza
hacia atrás y colocar los alimentos en la mitad posterior de la misma.
— Cuando hay un retraso en el inicio del reflejo deglutorio: debe inclinarse la cabeza hacia
delante para realizar los tragos supraglóticos.
— Cuando existe regurgitación nasal: se deben emplear texturas espesas (para ello se puede
emplear espesante artificial, adición de gelatinas, harinas instantáneas o yogur).
— Cuando hay un retraso en el inicio del reflejo deglutorio: se deben emplear consistencias
espesas y de alto contenido hídrico.
— También se recomiendan bolos fríos, helados, sabores ácidos para la estimulación sensoria.
TÉCNICAS INDIRECTAS
El programa de técnicas indirectas incluye la planificación de ejercicios bucolinguofaciales para
mejorar el tono, la sensibilidad, la velocidad y la motricidad de las estructuras orales y faríngeas.
La realización de estos ejercicios implica la práctica de todos los movimientos que dan lugar al
manejo del bolo alimenticio dentro de la cavidad oral. El diseño de estos ejercicios ha de
contemplar todas las estructuras que participan en el proceso de deglución: labios, lengua,
dientes, mandíbula, paladar y función respiratoria. Algunos ejemplos se reflejan en la tabla 5. Se
recomienda el ensayo de destrezas como el reconocimiento del sabor, la percepción de cantidad y
volumen del alimento y la capacidad para detectar la localización de alimento en el interior de la
cavidad bucal. Para ello pueden utilizarse objetos simples —previamente desinfectados— como
botones de distintos tamaño sujetos con hilo, regalices blandos o duros, piruletas, etc.
TÉCNICAS DIRECTAS
La práctica de estas técnicas persigue que el anciano recupere, en la medida de lo posible, el
control voluntario sobre la deglución y ésta se realice de forma segura y eficaz. Existen diversas
maniobras para el entrenamiento deglutorio. Inicialmente se enseña la deglución con saliva, y
progresivamente se introducen alimentos de mayor consistencia y tamaño según el grado de
conse551 Situaciones clínicas más relevantes.
— Idear comidas que se puedan tomar en trozos pequeños y coger con los dedos (croquetas,
taquitos de queso, sándwich troceado...).
— Enriquecer alimentos para que las cantidades pequeñas aporten más nutrientes: carbohidratos
(copos de puré de patata, sémola, tapioca), grasas (nata, aceite de oliva, mantequilla), proteínas
(queso rallado, clara de huevo, suplementos proteicos en polvo).
— Si se utilizan preparados artificiales seleccionar sabores según gustos y variar con frecuencia.
DEGLUCIÓN SUPRAGLÓTICA
El objetivo de esta técnica es conseguir que el paciente cierre las cuerdas vocales antes y durante
la deglución, para evitar aspiraciones en la vía aérea. Es importante que las indicaciones que se le
proporcionen al anciano sean claras y precisas, procurando que mantenga un nivel de atención
adecuado. Se le explicarán los pasos a seguir durante las distintas fases de la terapia, facilitando
que adquiera una perspectiva de las posibilidades de recuperación (que en escasas ocasiones será
a corto plazo).
3. Tragar aguantando la respiración e intentando forzar el trago para que éste sea audible.