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ESBOZOS

PIRRÓNICOS
SEXTO EMPÍRICO

Lucía Rosique Linares


48738415N
Historia de la Filosofía Moderna
Antonio Florencio Pérez-Ramos
​Introducción

El término griego ​Σκέψις​, de donde provienen palabras como escepticismo o


escéptico, significa literalmente ‘examinar, buscar con intensidad o ahínco, considerar’.
El término escepticismo hoy en día posee dos acepciones que no debemos confundir.
Por un lado tenemos la acepción mundana, que hace referencia a cierta actitud de
desconfianza o duda adoptada por una persona hacia la verdad de algo. A este respecto,
suele usarse este término en ámbitos de ciencia, medicina o religión. Sin embargo, la
acepción que aquí nos concierne es la que designa una doctrina o escuela filosófica que
busca establecer ​«​antítesis en los fenómenos ​y en las consideraciones teóricas; según
cualquiera de los tropos» (​Esb. Pirr.​ I 8). Es necesario explicar esta definición más
detenidamente:

El «establecer antítesis en los fenómenos según cualquiera de los tropos», quiere


decir que, dado un tipo de discurso, se observan sus pretensiones de verdad y se
demuestra su invalidez. Así, se crea al fin y a la postre una clasificación de esquemas
argumentativos que demuestran la invalidez; estos esquemas se denominan ​tropoi y​
suelen llegar a una contradicción argumentativa o a una falacia lógica que muestra la
imposibilidad de conocer la realidad tal y como es. El término griego ὁ τρόπος significa
‘dirección, modo’ (procedente del verbo τρέπω: ‘girar, convertir, desviar’). Esta palabra
también ha servido para denominar, dentro de la teoría de la literatura, a las figuras
literarias (v.g. la metáfora, el pleonasmo o la hipálage).

Gracias a la demostración de la invalidez discursiva, podemos encaminarnos hacia la


suspensión del juicio o ἐ​ ποχή (‘cesar’). Se define como el estado en el que no es
pertinente considerar los juicios que no son evidentes. Es decir, quedan en suspenso.
Este estado se adopta con la pretensión de alcanzar la ἀταραξία (‘imperturbabilidad del
ánimo’). Como curiosidad, cabe destacar que el término ​epokhē ​será nuevamente
popularizado en el siglo XIX por Edmund Husserl en el ámbito de la Fenomenología.

​Esbozos Pirrónicos y​ la historia del Escepticismo. De Pirrón a Sexto Emírico

Los ​Esbozos Pirrónicos ​conforman el legado escrito de toda una tradición que de la
que tenemos las primeras referencias hacia finales IV a.C. con Pirrón de Élide, de quien
procede el nombre de ​«pirrónicos», sinónimo de escépticos. Al igual que Pitágoras,
Pirrón posee una existencia semi-mítica. Diógenes Laercio, en sus historias de tipo
doxográfico (​Vidas de filósofos​) nos habla de la existencia de Pirrón y nos crea una
línea sucesoria de líderes del escepticismo que se extiende por todo el período
helenístico desde Pirrón hasta Sexto Empírico, aunque de veracidad dudosa, pues lo
más probable es que siguiera a través de la Academia (Arcesilao y Carnéades).
Heredero de Pirrón fue Timón, escritor de ​Sátiras ​donde da forma escrita a las
enseñanzas de Pirrón. En ellas suele describir escenas al modo homérico en las que
suelen aparecer las demás escuelas filosóficas, y el pirronismo derrotándolas. Entre ellas
encontramos varias contra Arcesilao. Las enseñanzas de Timón son coetáneas a los años
en los que Arcesilao fue escolarca de la Academia platónica (s. III a.C.), que se
convirtió en el centro del antidogmatismo. Así, a la muerte de Timón, solo queda la
Academia como principal foco escéptico, pues la existencia de dos escuelas de la misma
ideología habría sido un hecho absurdo. Arcesilao fue un dirigente excepcional de la
Academia; se esmeraba por explicar el pensamiento platónico sin que influyeran sus
propias convicciones en ello. Con él, el pirronismo deja de ser puramente moral y se
centra en ámbito gnoseológico: arremete contra la distinción parmediana entre
«opiniones» y «conocimiento verdadero» que rige el pensamiento de toda escuela
dogmática (resto de ecuelas filosóficas) y a la «representación cataléptica estoica». Fue
Arcesilao quien hace del término estoico ​epokhē ​uno de los emblemas del escepticismo.
Tras Lácides, Evandro y Hegésino, fue escolarca Carnéades (s. II a.C), con quien el
antidogmatismo toma un nuevo rumbo. Como embajador en Roma, poseemos amplios
datos sobre su doctrina que nos ha legado Cicerón en su ​Cuestiones Académicas,​ obra
que contiene subyacientes muchas de las discusiones que tuvo Cicerón con Antíoco
sobre Carnéades. Si bien Carnéades comprartía el pensamiento de Arcesilao sobre lo
inútil que resultaba la distinción entre opiniones y verdad o sobre la doctrina estoica,
este no secundaba el ya lema escéptico «Nada es más». Quería dejar atrás la dicotomía
«verdadero/falso» y hablar en términos graduales: distingue entre «conocimientos
probables y contrastados» y «conocimientos probables, contrastados y no
desconcertantes». Más tarde estos términos probabilísticos serán combatidos por los
sucesores de la escuela. El propio Sexto Empírico indica que para decir que «algo es
más probable que otra cosa» es necesario presuponer los términos de verdad y falsedad.

A partir del s. II a. C. es cuando podemos decir que comienza la «Escuela


escéptica», fundada por Ptolomeo de Cirenne. El término escepticismo comienza a
aparecer con esta escuela. Con ella progresivamente renacerá el pirronismo y se
producirá un abandono del antidogmatismo; llegando a su cénit con Antíoco (80 a. C).
Sin duda los líderes más importantes de esta escuela son Enesidemo, quien aporta los
diez primeros tropos, y Sexto Empírico, quien escribe los ​Esbozos pirrónicos.
Enesidemo dirige la escuela alrededor de los años 50 a.C. y escribe ​Argumentaciones
Pirrónicas ​y ​Esbozo del Pirronismo,​ obra esta última donde expone los famosos diez
tropos para la suspensión del juicio. En nuestros ​Esbozos Pirrónicos,​ Sexto Empírico da
a entender que Enesidemo no se consideraba puramente un escéptico, y que más bien
escribió los tropos como preludio a entender la teoría heraclitiana, en donde se dice que
«la Realidad es contradictoria». Estas alusiones de Sexto bien nos indican que el
heraclitateísmo de Enesidemo no congeniaba con la teoría escéptica.

En cuanto a Sexto Empírico, último escolarca a quien veremos en este breve barrido
histórico, es el autor de la obra que aquí estudiamos: ​Esbozos Pirrónicos. ​La
formulación del escepticismo que se impondrá en la Edad Moderna será sin duda la de
Sexto. Sexto nació hacia el I d.C. Como casi todos los dirigentes de la escuela

​TROPOI ENESIDEMO

I – Diversidad de los animales. ​El construir la realidad de una manera depende del
utillaje sensorial de una especie.

Así, los perros construyen el espacio a partir de toda una gama de olores mientras que
nosotros basamos la nuestra en la vista.

Respecto a esto, el filósofo estadounidense Thomas Nagel escribió un artículo con el


título ​What is like to be a bat? ​en donde describe cómo los murciélagos construyen su
realidad por medio del sonido.
Ante la imposibilidad de conocer la realidad como es en sí, nos es imposible
determinar nada cierto acerca de ella y primar un utillaje sensorial respecto a otro, por lo
que se debe proceder suspendiendo el juicio.

II – Diferencia entre los hombres. ​Hace referencia tanto a la distinta constitución del
cuerpo de los hombres como a la disensión de opiniones

En cuanto a la disensión de opiniones podemos poner como ejemplo la discusión del


biológica del s.XIX entre transformismo y fijismo respecto a las especies. El ​fijismo es
la hipótesis que sostiene que las especies animales y vegetales se mantienen idénticas a
sí mismas a través del tiempo; transformismo es la hipótesis contraria: de padres a hijos
se producirían variaciones que, de forma gradual o por saltos bruscos, darían lugar a
especies nuevas​. ​En el s. XIX ambas hipótesis poseían argumentos con la misma
validez, por lo que los escépticos recomiendan la suspensión del juicio.

III – Diferentes constituciones de los sentidos. ​Dos sentidos pueden decirnos cosas
contradictorias respecto a un mismo objeto.

Expondremos el ejemplo ya clásico de la vara en el agua que parece quebrada a la vista


(ilusión óptica), mientras que con el tacto observamos que no lo está.

IV – Según las circunstancias. ​Hace referencia a las circunstancias en las que se


encuentre una persona respecto a un objeto.

Así, podemos poner como ejemplo la enfermedad de la ictericia, ​un aumento de


bilirrubina en la sangre hace que las cosas las veamos con un tono amarillento o verdoso. Este
ejemplo es nombrado por ​Locke en su ​Ensayo sobre el entendimiento humano.

Otro ejemplo puede ser el de ciertas comunidades andinas que utilizan la coca para
restablecer la armonía corporal. El frío que sienten a esas alturas actúa en el sentido del
equilibrio y hace que se sientan vértigos. Para este caso, la planta hace que el cuerpo
vuelva a la normalidad, mientras que en otras circunstancias produciría efectos nocivos.

V – Según las posiciones, distancias y lugares.

En este ilustraremos este tropo con un ejemplo también clásico: el de la torre que en la
lejanía parece redonda y en la cercanía observamos que es cuadrada.
También podemos hacer mención del efecto óptico que obtenía Galileo al ver
desaparecer las estrellas cuando dirigir su ​cannochiale​ a estas.

VI – según las interferencias. ​Ninguno de los objetos se nos ofrece en sí mismo sino
junto con algo.

Podemos nombrar un ejemplo claro, y es el del distinto sonido de la voz en una cueva
respecto al del que se escucha en una clase.

Además, también podemos hablar de la distinción al juzgar si algo es verdad según la


tradición exegética o propia experiencia. Como no podemos saber cuál es la correcta,
hemos de suspender el juicio.

VII – según las cantidades y composiciones de los objeto. ​Al segmentar un objeto de
conocimiento observamos que las partes no son homogéneas con el todo. Puede ser que
sí o puede ser que no. Esto resta confianza en la percepción.

Por ejemplo, vemos que los granos de arena son ásperos pero cuando tocamos la arena
la encontramos suave.

VIII – a partir del con relación a algo. ​Atendiendo al que juzga.

Podemos ilustrar este tropo con la teoría acerca de las cualidades primarias y
secundarias en la Filosofía Moderna. Heredada del atomismo griego, la teoría defiende
que las principales cualidades de una cosa son la magnitud, la forma y la extensión.
Estas cualidades son objetivas y no dependen del sujeto que entra en contacto con el
objeto. Sin embargo, otras cualidades como el sabor o el olor son cualidades
secundarias, pues dependen del sujeto y están determinadas por la forma de los átomos
que componen el objeto: algo será dulce si sus átomos son lisos y será amargo si son
picudos.

IX – según los sucesos frecuentes o los raros. ​Este tropo se ve limitado por el tiempo
y el espacio.

Así, el sol es algo mucho más aterrador y grande que un cometa, pero como estamos
acostumbrados, nos impresiona mucho más presenciar la aparición del último.
X – según las formas de pensar. ​Hace referencia a lo ético, a las distintas formas
culturales.

Así, mientras que en los países occidentales se prohíbe la poligamia, en algunos países
de África y de oriente, como por ejemplo Afganistán, se permite.

​TROPOI AGRIPA

I – A partir del desacuerdo (‘‘diaphonia ton doxon’’). ​Dos teorías con la misma validez
argumentativa se enfrentan.

Así, podemos poner como ejemplo la ya citada confrontación entre el fijismo y el


transformismo biológico del s. XIX o la disputa empirista/racionalista sobre las fuentes del
conocimiento.

II – Caer en una recurrencia ad finitum.

Así, en el hinduismo se dice que la tierra está sostenida por cuatro pilares, que a su vez están
sostenidos por cuatro elefantes, que a su vez sostiene una tortuga que nada en un mar. Se trata
de una recurrencia ad finitum porque siempre podríamos seguir preguntando ​¿y quién sostiene
ese mar?

III – A partir del con relación a algo.

Se trata del mismo tropo que el de Enesidemo.

IV – Por hipótesis. ​Se construyen teorías sobre algo injustificado suficientemente.

Podemos ilustrar este tropo con la hipótesis a partir de la cual Descartes formula la ley de la
inercia completa: Dios imprime movimiento permanente en todos los cuerpos extensos. Es
decir, se basa en una hipótesis teológica para explicar una ley física.

V – Círculo vicioso

Lo ilustraremos con un ejemplo de ​El enfermo imaginario ​de Molière, donde se pregunta por
qué el opio hace dormir y se responde ‘‘porque tiene virtus dormitiva’’: ​Mihi a docto doctore/
Domandatur causam et rationem quare/ Opium facit dormire:/ A lo que respondeo,/ Quia est in
eo Virtus dormitiva,/ Cuius est natura/ Sensus amodorrativa​./
Distinción de los escépticos con el resto de escuelas dogmáticas

Finalmente, nos queda por indicar la distinción que se hace al final del I libro entre los
escépticos y la filosofía de Heráclito, de Demócrito y de la escuela Cirenaica.

En primer lugar, se indica que Heráclito se posiciona dogmáticamente al respecto de diversas


cosas no manifiestas. Sin embargo, muchos decían que, por indicaciones de Enesidemo, la
filosofía escéptica emprendía el camino de la filosofía de Heráclito, pues hablaba sobre que las
contradicciones que se dan en un fenómeno preparan las que se dan en la Realidad. Y en efecto,
los escépticos hablan sobre las contradicciones dadas en los fenómenos, pero en ningún caso
hablan de la Realidad como algo existente. El que la contradicción en una misma cosa se de
como fenómeno, sin embargo, no es un dogma de los escépticos, sino que es un problema
objetivo del que parten también todas las escuelas dogmáticas. Además, los dogmáticos se
oponen a la ​consunción por el fuego h​ eraclitiana.

En cuanto a la escuela de Demócrito, se ha indicado también que es muy parecida a la


escéptica, pues determina que algo no es ni dulce ni salado y utiliza el mismo emblema
escéptico de ​no es más​. Sin embargo, la diferencia radica en que el atomismo dice que no es
ninguna de ambas y los escépticos dicen que no podemos saber cuál es o si no es ninguna.

Por último, también se indica el parecido de los escépticos con la escuela Cirenaica debido a
que ambos defienden que lo único que es aprehensible son los estados de ánimo. Sin embargo,
el objetivo de la escuela Cirenaica es el placer y ​la suave agitación de la carne​, mientras que
para los escépticos es la serenidad del espíritu.

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