Trabajoesbo
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PIRRÓNICOS
SEXTO EMPÍRICO
Los Esbozos Pirrónicos conforman el legado escrito de toda una tradición que de la
que tenemos las primeras referencias hacia finales IV a.C. con Pirrón de Élide, de quien
procede el nombre de «pirrónicos», sinónimo de escépticos. Al igual que Pitágoras,
Pirrón posee una existencia semi-mítica. Diógenes Laercio, en sus historias de tipo
doxográfico (Vidas de filósofos) nos habla de la existencia de Pirrón y nos crea una
línea sucesoria de líderes del escepticismo que se extiende por todo el período
helenístico desde Pirrón hasta Sexto Empírico, aunque de veracidad dudosa, pues lo
más probable es que siguiera a través de la Academia (Arcesilao y Carnéades).
Heredero de Pirrón fue Timón, escritor de Sátiras donde da forma escrita a las
enseñanzas de Pirrón. En ellas suele describir escenas al modo homérico en las que
suelen aparecer las demás escuelas filosóficas, y el pirronismo derrotándolas. Entre ellas
encontramos varias contra Arcesilao. Las enseñanzas de Timón son coetáneas a los años
en los que Arcesilao fue escolarca de la Academia platónica (s. III a.C.), que se
convirtió en el centro del antidogmatismo. Así, a la muerte de Timón, solo queda la
Academia como principal foco escéptico, pues la existencia de dos escuelas de la misma
ideología habría sido un hecho absurdo. Arcesilao fue un dirigente excepcional de la
Academia; se esmeraba por explicar el pensamiento platónico sin que influyeran sus
propias convicciones en ello. Con él, el pirronismo deja de ser puramente moral y se
centra en ámbito gnoseológico: arremete contra la distinción parmediana entre
«opiniones» y «conocimiento verdadero» que rige el pensamiento de toda escuela
dogmática (resto de ecuelas filosóficas) y a la «representación cataléptica estoica». Fue
Arcesilao quien hace del término estoico epokhē uno de los emblemas del escepticismo.
Tras Lácides, Evandro y Hegésino, fue escolarca Carnéades (s. II a.C), con quien el
antidogmatismo toma un nuevo rumbo. Como embajador en Roma, poseemos amplios
datos sobre su doctrina que nos ha legado Cicerón en su Cuestiones Académicas, obra
que contiene subyacientes muchas de las discusiones que tuvo Cicerón con Antíoco
sobre Carnéades. Si bien Carnéades comprartía el pensamiento de Arcesilao sobre lo
inútil que resultaba la distinción entre opiniones y verdad o sobre la doctrina estoica,
este no secundaba el ya lema escéptico «Nada es más». Quería dejar atrás la dicotomía
«verdadero/falso» y hablar en términos graduales: distingue entre «conocimientos
probables y contrastados» y «conocimientos probables, contrastados y no
desconcertantes». Más tarde estos términos probabilísticos serán combatidos por los
sucesores de la escuela. El propio Sexto Empírico indica que para decir que «algo es
más probable que otra cosa» es necesario presuponer los términos de verdad y falsedad.
En cuanto a Sexto Empírico, último escolarca a quien veremos en este breve barrido
histórico, es el autor de la obra que aquí estudiamos: Esbozos Pirrónicos. La
formulación del escepticismo que se impondrá en la Edad Moderna será sin duda la de
Sexto. Sexto nació hacia el I d.C. Como casi todos los dirigentes de la escuela
TROPOI ENESIDEMO
I – Diversidad de los animales. El construir la realidad de una manera depende del
utillaje sensorial de una especie.
Así, los perros construyen el espacio a partir de toda una gama de olores mientras que
nosotros basamos la nuestra en la vista.
II – Diferencia entre los hombres. Hace referencia tanto a la distinta constitución del
cuerpo de los hombres como a la disensión de opiniones
III – Diferentes constituciones de los sentidos. Dos sentidos pueden decirnos cosas
contradictorias respecto a un mismo objeto.
Otro ejemplo puede ser el de ciertas comunidades andinas que utilizan la coca para
restablecer la armonía corporal. El frío que sienten a esas alturas actúa en el sentido del
equilibrio y hace que se sientan vértigos. Para este caso, la planta hace que el cuerpo
vuelva a la normalidad, mientras que en otras circunstancias produciría efectos nocivos.
En este ilustraremos este tropo con un ejemplo también clásico: el de la torre que en la
lejanía parece redonda y en la cercanía observamos que es cuadrada.
También podemos hacer mención del efecto óptico que obtenía Galileo al ver
desaparecer las estrellas cuando dirigir su cannochiale a estas.
VI – según las interferencias. Ninguno de los objetos se nos ofrece en sí mismo sino
junto con algo.
Podemos nombrar un ejemplo claro, y es el del distinto sonido de la voz en una cueva
respecto al del que se escucha en una clase.
VII – según las cantidades y composiciones de los objeto. Al segmentar un objeto de
conocimiento observamos que las partes no son homogéneas con el todo. Puede ser que
sí o puede ser que no. Esto resta confianza en la percepción.
Por ejemplo, vemos que los granos de arena son ásperos pero cuando tocamos la arena
la encontramos suave.
Podemos ilustrar este tropo con la teoría acerca de las cualidades primarias y
secundarias en la Filosofía Moderna. Heredada del atomismo griego, la teoría defiende
que las principales cualidades de una cosa son la magnitud, la forma y la extensión.
Estas cualidades son objetivas y no dependen del sujeto que entra en contacto con el
objeto. Sin embargo, otras cualidades como el sabor o el olor son cualidades
secundarias, pues dependen del sujeto y están determinadas por la forma de los átomos
que componen el objeto: algo será dulce si sus átomos son lisos y será amargo si son
picudos.
IX – según los sucesos frecuentes o los raros. Este tropo se ve limitado por el tiempo
y el espacio.
Así, el sol es algo mucho más aterrador y grande que un cometa, pero como estamos
acostumbrados, nos impresiona mucho más presenciar la aparición del último.
X – según las formas de pensar. Hace referencia a lo ético, a las distintas formas
culturales.
Así, mientras que en los países occidentales se prohíbe la poligamia, en algunos países
de África y de oriente, como por ejemplo Afganistán, se permite.
TROPOI AGRIPA
I – A partir del desacuerdo (‘‘diaphonia ton doxon’’). Dos teorías con la misma validez
argumentativa se enfrentan.
Así, en el hinduismo se dice que la tierra está sostenida por cuatro pilares, que a su vez están
sostenidos por cuatro elefantes, que a su vez sostiene una tortuga que nada en un mar. Se trata
de una recurrencia ad finitum porque siempre podríamos seguir preguntando ¿y quién sostiene
ese mar?
Podemos ilustrar este tropo con la hipótesis a partir de la cual Descartes formula la ley de la
inercia completa: Dios imprime movimiento permanente en todos los cuerpos extensos. Es
decir, se basa en una hipótesis teológica para explicar una ley física.
V – Círculo vicioso
Lo ilustraremos con un ejemplo de El enfermo imaginario de Molière, donde se pregunta por
qué el opio hace dormir y se responde ‘‘porque tiene virtus dormitiva’’: Mihi a docto doctore/
Domandatur causam et rationem quare/ Opium facit dormire:/ A lo que respondeo,/ Quia est in
eo Virtus dormitiva,/ Cuius est natura/ Sensus amodorrativa./
Distinción de los escépticos con el resto de escuelas dogmáticas
Finalmente, nos queda por indicar la distinción que se hace al final del I libro entre los
escépticos y la filosofía de Heráclito, de Demócrito y de la escuela Cirenaica.
Por último, también se indica el parecido de los escépticos con la escuela Cirenaica debido a
que ambos defienden que lo único que es aprehensible son los estados de ánimo. Sin embargo,
el objetivo de la escuela Cirenaica es el placer y la suave agitación de la carne, mientras que
para los escépticos es la serenidad del espíritu.