Resumen Autores IPMC PDF
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José de Souza Silva, “Otro paradigma para el desarrollo humano sustentable. Ascenso y declinación de la «idea de
desarrollo»”, en Revista PUCE Nro. 85, Quito, Centro de Publicaciones, 2008.
• Un paradigma de desarrollo: Es construido por humanos, por lo que es también portador de símbolos, códigos y
rituales culturales.
• Al adoptar un paradigma, adoptamos los significados que usaremos para construir nuestro mundo, emulando su
mundo de origen. No hay uno sino tantos mundos cuantos son los paradigmas disponibles.
• Debemos criticar los paradigmas dominantes en nuestros países, para reemplazarlos por otros de cuya
construcción debemos participar conscientemente.
• Un paradigma debe ser un camino hacia un lugar que tiene sentido para los caminantes. Como la creación de un
paradigma requiere justificar el reemplazo del anterior, se realiza la deconstrucción y descolonización del
“paradigma clásico” de desarrollo para generar comprensión sobre su ascenso lejano y declinación reciente. El
fenómeno deriva de la “idea de desarrollo” que a partir de 1492 se presentó como progreso para justificar el
intento de civilizarnos a través de la colonización, y a partir de 1949 se presentó como modernización para
justificar el intento de desarrollarnos a través de la globalización.
Deconstrucción, descolonización y reconstrucción de modos de vida: La realidad emerge de las verdades que
cultivamos sobre el mundo. A lo largo de sus historias, individuos, comunidades, sociedades y civilizaciones reconstruyen
sus verdades sobre la realidad. El proceso es cultural y condicionado por el contexto material e histórico; en contextos
diferentes, estos actores experimentan realidades distintas. La realidad es lo que nuestra concepción de realidad nos
permite percibir. Son las premisas constitutivas de nuestra visión del mundo – creencias, verdades que no necesitan ser
demostradas- las que definen las características del modo de vida de una familia, comunidad, sociedad y civilización. Si
queremos comprender para transformar nuestro modo de vida debemos realizar un esfuerzo consciente de
deconstrucción y otro de descolonización.
• Deconstrucción: Hace visible las verdades invisibles constitutivas de los modos de innovación (modo de
interpretación + modo de intervención).
• Descolonización: Revela el origen histórico y contenido politicoideologico del modo de innovación dominante en
un modo de vida.
a) Nosotros identificamos los aspectos insatisfactorios de la realidad, en seguida proponemos como estos deben
estar en el futuro, para finalmente planificar como salir de una e ingresar a la otra realidad.
b) Debemos diagnosticar tanto las cosas insatisfactorias como las verdades del modo de innovación que las
generaron.
c) Debemos proponer como los aspectos insatisfactorios deben estar en el futuro y concebir otro modo de
innovación para implementarlos.
La deconstrucción cambia las personas al cambiar sus premisas sobre la realidad y su dinámica. Se trata de un cambio
conceptual; un cambio de las verdades constitutivas de una visión de mundo.
El pensamiento binario causa graves daños a los modos de vida: Asume una realidad dual donde están separados mente
y cuerpo, razón y emoción, sociedad y naturaleza, sujeto y objeto, teoría y práctica.
También genera falsas dicotomías, donde uno asume que debe escoger entre los términos de una ecuación de
“opuestos mutuamente excluyentes”: política o moral, economía o política, Estado o mercado, lo público o lo privado,
capitalismo o socialismo, lo tradicional o lo moderno, Occidente y Oriente, como si no hubiera relaciones
complementarias, divergentes y contradictorias entre ellos. Cada uno de los términos de la ecuación necesita del otro
para construir su propia identidad.
La metodología de la Descolonización: En El Contrato Social, Rousseau revela que el más fuerte no está satisfecho en
ser apenas el más fuerte en su relación con el más débil. Cuando hay la intención de dominación para la explotación, el
más fuerte institucionaliza relaciones asimétricas de poder para asegurarse el derecho a la dominación y extender al
más débil la obligación de la obediencia. En América Latina, a partir de 1492, Europa Occidental ejerció su derecho de
jerarquizar a la humanidad en “civilizados” los superiores, y “primitivos” (barbaros, salvajes), los inferiores. Dicha
dicotomía fue construida a partir de las premisas del racismo y del universalismo.
Asumiendo que hay razas superiores e inferiores, dichos imperios usaron la idea de raza para la clasificación social de los
grupos humanos. Legitimado el reinado de la razón, Europa occidental creo su ciencia a partir de la actitud de la
civilización superior. Con su ciencia institucionalizada como la única fuente valida de conocimiento relevante, Europa
inicio el descubrimiento de las leyes “naturales” (mecánicas, invariables) que rigen el funcionamiento de la realidad.
Fundamentados en leyes universales descubiertas por la ciencia moderna, los “modelos globales” concebidos por el
superior son también universales.
Durante el colonialismo imperial, imperios europeos institucionalizaron la dicotomía superior-inferior para establecer su
hegemonía sobre África, América Latina y Asia en búsqueda de mercados cautivos, materia prima abundante, mano de
obra barata, mentes dóciles y cuerpos disciplinados. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos
emergen como potencia hegemónica y hacen una innovación semántica para beneficiarse de dicha dicotomía.
Reemplazaron el binomio: civilizados-primitivos, por desarrollados-subdesarrollados. Desde 1949 la misión de los
superiores ya no es “civilizar” a los primitivos sino “desarrollar” a los subdesarrollados. De esta manera se pone fin al
colonialismo imperial y se da paso a la era del desarrollo, ocultando la verdadera agenda, la creación de la era del
imperialismo sin colonias, uno de los objetivos del gobierno estadounidense era asegurar que los intereses económicos
de los Estados Unidos fueran ampliados en una escala planetaria.
El desarrollo de las ideas y de la “idea de desarrollo”: El desarrollo de muchas ideas estuvo vinculado al proyecto de la
modernidad-colinealidad de Europa occidental. Una de ellas ha sido la más exitosa desde 1942: la idea de desarrollo. Se
llamo progreso durante la colonización y ahora se llama desarrollo durante la globalización. Su racismo y universalismo
nutren la colonización del poder, colinealidad del saber y colinealidad del ser que imponen diseños globales sobre
historias locales. Por su carácter ambiguo, la idea de desarrollo es manipulable. Cuando las promesas hechas en nombre
del desarrollo bajo un adjetivo (ej.: sostenible), no son cumplidas, y las criticas crecen junto con propuestas para
reemplazarlo por otro adjetivo (ej.: territorial), los ideólogos del desarrollo, “se unen” a los críticos, “reconocen” los
límites del adjetivo, hacen un mea culpa por sus errores, y reconstruyen el “discurso del desarrollo”, adoptando un
adjetivo propuesto (ej. humano sustentable). Eso es hecho de forma que la función de la “dicotomía superior-inferior”
se mantiene intocable: el más fuerte mantiene su derecho a la dominación y la obligación del más débil a la obediencia.
No hemos cuestionado el desarrollo, cuando el problema no está en el uso o ausencia de adjetivos sino en el significado
oculto que condiciona su función de servir a los objetivos del sistema capitalista y no a los intereses de las sociedades.
Así no se puede llamar desarrollo humano y mucho menos desarrollo humano sustentable, a lo que resulto de la
aplicación del “paradigma clásico” de innovación bajo la institucionalización internacional del carácter racista y universal
de la dicotomía superior-inferior.
En vez del reino de la abundancia prometido por teóricos y políticos de los años 50, el discurso y la estrategia del
desarrollo produjeron lo contrario: miseria y subdesarrollo masivos, explotación y opresión sin nombre. La crisis de la
deuda, la hambruna… la creciente pobreza, desnutrición y violencia son apenas los síntomas más patéticos del fracaso
de 50 años de desarrollo.
El cambio de época y la insostenibilidad de los paradigmas: Los paradigmas no son eternos. Un paradigma construye
una explicación coherente sobre una realidad, que debe estar en correspondencia con dicha realidad. Cuando un
paradigma pierde correspondencia con la realidad que debe explicar, tienen inicio su crisis, que solo termina con la
emergencia de otro paradigma, que supera las limitaciones y equivocaciones del paradigma previo y presenta potencial
para trascenderlo de forma positiva. Detrás de la crisis de un paradigma esta la crisis de la visión de mundo que inspiro
su desarrollo. De una visión de mundo emerge un macro paradigma, que visibiliza su implementación al articular las
reglas que permiten condicionar una forma de ser, sentir, pensar, hacer y hablar, en fin, el modo de vida de una cierta
comunidad de actores. Las prácticas de desarrollo reflejan la influencia de una visión de mundo y de su paradigma,
teorías y conceptos correspondientes. Esta debería ser la secuencia para inspirar nuestras reflexiones, negociaciones y
construcciones colectivas. también se puede eventualmente segur la secuencia inversa, depender de las circunstancias y
de la naturaleza del esfuerzo a realizar. Sin embargo, no se deben discutir prácticas, conceptos, teorías o paradigmas de
forma aislada, como si fueran independientes, porque son derivados y, a la vez, constitutivos de una concepción de
realidad que influencia un cierto modo de vida.
Desde los años 60, la concepción de realidad, paradigmas, teorías y conceptos dominantes de la época del industrialismo
están en crisis. Está emergiendo otra época, y con el fenómeno del cambio de época emergen otras visiones de mundo y
como consecuencia, otros paradigmas, teorías y conceptos, además de nuevas contradicciones.
El modo clásico de innovación ya no es la única fuente paradigmática de inspiración para el cambio institucional. Los
cambios globales ya no responden a sus estímulos, sino que crean otra época, la del informacionalismo-dependiente de
la información. El cambio de época en curso no emerge de tendencias naturales. Una tendencia indica que ciertos
grupos de actores, bajo ciertos valores, intereses y compromisos, tomaron y continúan tomando decisiones y acciones
para viabilizar aspectos del futuro que les interesa. Los temblores del cambio de época tienen epicentros
antropogénicos; son creados por la acción humana. Dichos epicentros, emergen de tres revoluciones de origen
independiente, pero que ahora se influencian mutuamente y generan profundos efectos combinados.
Revolución tecnológica:
→ Otro sistema de técnicas para transformar la realidad: Están en curso revoluciones tecnico-cientificas, como la
biotecnología, la nanotecnológica y la Informática, todas dependientes de los avances de la ciencia moderna. Sin
embargo, la revolución de la tecnología de la información difiere críticamente de las otras, porque las demás
dependen de ella para sus avances. Su lógica digital transforma todos los medios y formas de comunicación. La
dimensión electrónica de esta revolución se manifiesta a través de su potencial para conectar diferentes medios
de comunicación próximos o remotos, permitir la traducción de distintos lenguajes (escritos, visuales, sonoros)
que antes no se vinculaban al lenguaje informático-digital y dinamizar, de forma comprensiva y en tiempo real el
flujo de distintos tipos de información entre actores que no precisan estar próximos ni conocerse previamente.
Su lógica instrumental reduce todo a procesos de acceso, consumo, procesamiento, producción y transferencia
de información.
Revolución económica:
→ La institucionalización del capitalismo corporativo global: La crisis económica a finales de los años 70 revelo la
crisis del régimen de acumulación de capital del industrialismo. La globalización económico-financiera es una
iniciativa para crear otro régimen de acumulación del capitalismo global, otra institucionalidad para su gestión y
otro discurso para legitimar sus contradicciones e injusticias. La liberalización, desregulación, privatización,
ajuste estructural son cambios que no tienen sentido en el industrialismo, sino que aportan a la creación de otra
época histórica. Bajo su racionalidad económica, el mercado, el sector privado y los países ricos-superiores- son
la única fuente plausible de solución para los problemas de la humanidad y el planeta; el Estado, el sector
público y los países pobres-inferiores- son la única fuente visible de dichos problemas. Con el reemplazo de la
ideología del Estado por la ideología del mercado, lo que antes era sagrado es ahora profanado, hasta la esencia
de la vida. La humanidad experimenta la mercantilización de la naturaleza y de la propia existencia.
Revolución cultural:
→ La relevancia de los modos de vida: A partir de los 60, movimientos étnicos, sociales y culturales desafiaron
premisas de la civilización occidental y valores de la sociedad industrial de consumo. Ellos (feminismo,
ambientalismo, derechos humanos, sociedad civil, cuestión indígena) rescatan la relevancia de lo humano, lo
social, lo cultural, lo ecológico y lo ético. Los cambios que privilegian lo humano, lo social, lo ecológico, lo
cultural y lo ético, no responden al paradigma del industrialismo, sino que contribuyen a la construcción de otra
época. Eso ocurre bajo una racionalidad comunicativa; la solución para problemas antropogénicos exige
interacción. Bajo esta racionalidad relacional, la sostenibilidad emerge de la interacción humana.
A partir de dichas revoluciones, una crisis de legitimidad del paradigma del industrialismo expresa la perdida de vigencia
de la regla del juego del desarrollo de la época creada bajo sus premisas. Igualmente, una crisis de percepción que nos
deja a todos perplejos refleja la perdida de vigencia del sistema de ideas de dicha época. La visión de mundo dominante
ha caducado; otras emergen para reemplazarla.
Turbulencias, inestabilidad, incertidumbre, fragmentación, perplejidad e inseguridad son evidencias del cambio de
época, que emerge de los cambios cualitativos y simultáneos que transforman la naturaleza de las relaciones de
producción, relaciones de poder, modos de vida y cultura del industrialismo.
→ Transformaciones en las relaciones de poder: Nuevas relaciones asimétricas de poder viabilizan el control de
corporaciones globales sobre los recursos y servicios críticos para la sostenibilidad de la vida. El capitalismo
corporativo se organiza en torno a reglas transnacionales y trata a las reglas nacionales como “barreras” a
derrumbar. La soberanía de los Estados es disminuida para funciones del régimen de acumulación del
industrialismo, y es fortalecida para funciones vinculadas a las reglas transnacionales del nuevo capitalismo. La
democracia representativa está en crisis. Con la creación de un Estado-red supranacional, emerge un gobierno
mundial –sin presidente ni elecciones- que formula políticas y toma decisiones ajenas a los intereses de la
mayoría. La democracia es ahora el arte de engañar al pueblo, los que deciden establecen reglas transnacionales
para crear un mundo legalmente unidimensional favorable a las corporaciones transnacionales.
→ Transformaciones en los modos de vida: La experiencia humana está siendo transformada, y puede incluso ser
extinguida, a menos que ocurra algo radicalmente diferente del neoliberalismo. Esta en deterioro el concepto de
familia, la heterosexualidad ya no es el único tipo de relación sexual aceptada y el planeta agoniza en una crisis
ecológica. La lógica de la mercancía penetra todas las esferas de la existencia, aumenta la mercantilización de la
naturaleza, se establece el mercado de la información genética, se avecinan guerras por acceso a recursos
naturales, el agua –que será la mercancía más cara de la historia de la humanidad- emerge como la principal
fuente de conflictos internacionales. La biología celular promete una vida más longeva y sana, pero no
necesariamente más feliz, mientras los genetistas nos proponen tener hijos sin hacer el amor. La sociobiología
promueve una discriminación genética más grave que la discriminación racial, al asumir el comportamiento
social a partir de la herencia genética, y la humanidad sale de la dictadura reduccionista de la física para la
dictadura reduccionista de la biología.
→ Transformaciones en la cultura: Vivimos la paradoja de estar ahogados en un mar de información, pero sin
comprender el contexto cambiante: información no es sinónimo de conocimiento. Esta en formación la
generación punto-con, a quien no le importa la historia ni el contexto, porque vive en un continente virtual
donde se relaciona más con máquinas que con sus semejantes. El mundo es una pantalla donde la vida se
presenta como espectáculo, lo que hace difícil distinguir entre la realidad real y la virtual: lo que no aparece en
una pantalla no existe, no es verdad o no es relevante. La internet hace innecesarias las relaciones sociales e
invisibles las relaciones políticas. La generación punto-con asume que no es necesario caminar para conocer el
mundo y transformarlo. Los poderosos ya no enfrentaran a las fuerzas vivas de la sociedad, sino a los mensajes
electrónicos sin tener la obligación de contestarlos. La domesticación cultural para transformarnos en
internautas y en consumidores cibernéticos. La humanidad experimenta un cambio de época, y no una época de
cambios. Eso significa la crisis de los paradigmas hegemónicos y la emergencia de otros paradigmas para
interpretar, transformar y controlar la realidad en la época emergente.
De los modelos globales a los modos de vida locales: El paradigma clásico en desarrollo, conveniente para los amos del
capitalismo defendido por las Naciones Unidas en 1951, es promovido con un cinismo sin precedentes.
Desarrollo es una palabra que tuvimos que usar para disfrazar los cambios deseables y necesarios, pues es muy fácil
resistirse al cambio, pero nadie se opone al desarrollo. La necesidad de disfrazar “el desarrollo” indica el fracaso de la
era del desarrollo. La idea de desarrollo se extingue. El cambio de época ha sido interpretado para revelar la crisis del
desarrollo. Sin embargo, persiste el fantasma de la desigualdad que hace de América Latina la más desigual región del
mundo.
¿Es posible el desarrollo humano cuando este es promovido por la misma institucionalidad que crea la desigualdad?
A principios del Siglo XXI el discurso hegemónico, reglas políticas, roles epistemológicos, arreglos institucionales,
practicas sociales y significados culturales, asociados al paradigma clásico de desarrollo de la época histórica del
industrialismo, ya no tienen legitimidad. Otros están emergiendo para prevalecer en la época histórica emergente.
Dichas propuestas reflejan las visiones-cibernética, mercadológica y contextual de la realidad generadas desde las
revoluciones tecnológicas, económica y cultural que dan origen también a los paradigmas neoracionalista,
neoevolucionista y constructivista de desarrollo, respectivamente.
José de Souza Silva, ¿Una época de cambios o un cambio de época?, Proyecto ISNAR Nuevo Paradigma, 1998.
Época de cambios
Sus características son reconocidas sin ser cuestionadas en sus consecuencias. Por su relativa estabilidad una época nos
permite identificarla de forma relativamente fácil. Tiene cambios internos para mejorar la época mediante
transformaciones positivas.
Características:
→ Visión del mundo y paradigma internacional de desarrollo claramente establecidos: Durante una determinada
época:
El desarrollo ocurre bajo la influencia de una visión de mundo y de un paradigma tecnológico
dominante. Por ejemplo: Alrededor del año 1500 la visión del mundo era una visión orgánica heredada
del agrarianismo medieval, le correspondía un paradigma tecnológico orgánico también dominante.
→ Aceptación de la naturaleza, rumbo y prioridades del desarrollo: En una determinada época:
La naturaleza, rumbo y prioridades del desarrollo están bien definidos.
Sus consecuencias no están bajo críticas generalizadas.
Hay satisfacción.
→ Estabilidad de los elementos de referencias para el desarrollo:
Se definen lo moderno estableciendo elementos de referencia para crear la contemporaneidad en la
forma de pensar y de actuar de los actores sociales, económicos, políticos e institucionales.
Esos elementos suelen ser valores, principios, conceptos, enfoque, modelos, paradigmas, premisas,
promesas que sirven como guías para los actores del desarrollo.
Durante la vigencia de la época que los estableció; estos son estables y confiables.
No son cuestionados.
→ Premisa interna para el cambio: En una época estable:
La premisa para el cambio de las organizaciones y naciones es interna.
Organizaciones y naciones deben cambiar por razones internas de sus estructuras y formas de
funcionamiento.
No existiendo turbulencias en su entorno, los cambios se basarán en sus limitaciones, necesidades,
potencialidades y aspiraciones internas.
→ Naturaleza incremental de los cambios: Cuando los cambios son internos, son de naturaleza incremental, pues
estos buscan:
Aumentar la eficiencia de los procesos internos y la eficiencia del uso de los diferentes recursos de las
organizaciones y naciones.
Los cambios dentro de una determinada época se concentran más en los medios que en los fines,
porque los fines no están en cuestionamiento.
→ Evolución tecnológica: Una determinada época:
No exige revolución tecnológica.
Ocurre es una evolución para atender a los cambios propios de la época.
Una época de cambios no es caracterizada por cambios radicales en las relaciones de producción, relaciones de poder,
experiencia humana y cultura.
Cambio de época
Momento histórico en que las características de la época vigente están en deterioro irreversible y sus consecuencias
están bajo cuestionamiento por toda la sociedad. No es fácil de identificar este cambio por su inestabilidad. Se puede
verificar que los elementos de la época en declinación están perdiendo su estabilidad y validez, una vez que los cambios
en marcha están transformando las relaciones de producción, las relaciones de poder, la experiencia humana y la cultura
de forma profunda e irreversible.
Características:
Revolución tecnológica: En el final del siglo XX, una revolución alrededor de la tecnología de la información, iniciada a
los años 70 cambió la visión del mundo y el paradigma de desarrollo. Mientras la visión no está clara, el paradigma
internacional moldeado alrededor de la revolución en la tecnología de la información conducirá a la humanidad de la
época del industrialismo a la época del informacionalismo. Esta revolución aportará muchas y profundas
transformaciones en las relaciones de producción, de poder, experiencia humana y cultura.
Época emergente
Estos 3 procesos de la época vigente fueron capaces de determinar transformaciones estructurales en las relaciones de
producción, poder, experiencia y cultura sobre las cuáles nuestras sociedades estaban establecidas. En la época
emergente algunas señales ya visibles nos permiten vislumbrar algunas de sus características más básicas que están por
consolidarse.
Características:
→ Poder: Fuerza, desde la invención de la agricultura hasta la Revolución Industrial, fue el elemento líder del poder
- Dinero, desde la revolución industrial hasta el presente, se convirtió en el líder del poder - conocimiento,
ahora, líder absoluto del poder.
El conocimiento se usará para producir más dinero y más fuerza, los que se utilizaron para generar más
conocimiento. Así se cambiará las realidades sociales y materiales. La revolución de la tecnología de la
información es la responsable de tal poder del conocimiento. Fuerza y dinero estarán bajo influencia de la
contribución del conocimiento. El poder estará con los que monopolizan cierto conocimiento vital para los
actores sociales. La mayoría de las formas de monopolios tenderán a debilitarse o hasta desaparecer para dar
paso al monopolio del conocimiento. El conocimiento es el poder.
El poder como fuente para influir el comportamiento social, económico y político va a residir en las redes de
intercambio de información y de manipulación de símbolos.
→ Transformación en la experiencia humana: Las formas básicas como las personas viven la experiencia humana.
La familia, las relaciones de género, la sexualidad, las relaciones personales y sociales, están bajo profunda
transformación bajo los efectos de la crisis del patriarcado. Los cambios en las relaciones de la experiencia
humana se desarrollan en la crisis de la autoridad patriarcal, que está siendo desafiada de diferentes formas,
dependiendo de los contextos sociales, culturales e institucionales donde ocurren.
El futuro de la familia es incierto, los medios de comunicación, la información y los símbolos promueven un
individualismo que hace que los valores de la familia sean blancos de ataque o de indiferencia. Las relaciones de
género están siendo profundamente alteradas por el ascenso de las mujeres en el mercado de trabajo, pero
ahora bajo la influencia de la cultura creada por el movimiento feminista. Los actores sociales van a producir
nuevas formas de sociabilidad para construir sus propias experiencias, para reemplazar los antiguos modelos de
comportamiento.
4) Reflexividad y compromiso social: Bajo la lógica del modo emergente, reflexividad social significa la capacidad
para reflexionar desde la perspectiva en intereses de cada uno de los actores participantes del esfuerzo. Bajo
esta lógica, compromiso social implica generar conocimiento comprometido con las realidades, necesidades,
problemas y desafíos de los actores sociales interesados en este conocimiento y que incorporará los impactos
positivos y negativos de su aplicación.
5) Control ampliado de la calidad: En el modo clásico, control o evaluación de la calidad es una actividad
desarrollada por los pares y es considerada como suficiente para determinar la calidad y validez de
conocimiento. En el modo emergente eso ya no es suficiente. La participación de otros actores y organizaciones
implica nuevos criterios y parámetros para definir lo que es conocimiento valido. Cada actor va a proponer sus
criterios y parámetros que considera relevantes para definir la calidad del esfuerzo y evaluar la validez de sus
resultados. Criterios ambientales, sociales, económicos, políticos, institucionales y éticos serán añadidos a los
criterios científicos y técnicos. También se implementará la creación de modelos de evaluación ya que bajo la
lógica del nuevo modo no podrá ser evaluado por modelos antiguos que evaluaban esfuerzos realizados bajo la
lógica del modo clásico.
Modo de Organización del capitalismo y las relaciones interestatales en la etapa previa al desarrollo neoliberal (1945
– 1975)
La instancia previa a la guerra fría (1945-1975) está marcada por un capitalismo organizado en torno a la producción en
masa y producción en serio (fordismo) bajo el paradigma liberal - La lógica para ganar mercados se organiza en torno a
la OFERTA - Producción a Escala.
En los años posteriores las políticas keynesianas pusieron el eje en la DEMANDA. Continuaron las lógicas fordistas, pero
con eje en la demanda. Dos procesos fueron sucediendo a la par: La guerra fría y la modificación de la lógica del
capitalismo gracias a Keynes y su “Estado de Bienestar”
La Guerra fría: La política de EE. UU. desde el fin de la segunda guerra mundial estuvo destinada a evitar la expansión
del socialismo: un tercio de la superficie mundial y un cuarto de la población vivía en sociedades no capitalistas. En este
sentido los recursos de EE. UU. apuntaron a:
Estos “créditos” otorgados a los derrotados (Alemania, Italia y Japón) así como al conjunto de los aliados permitieron a
la economía norteamericana dos cosas:
Keynes y el Estado de Bienestar: La Lógica que se extiende es la del “Pleno Empleo”. Políticas que apuntaban a sostener
la demanda como elemento central del mercado interno. El Estado es un Agente Económico Central - En un contexto de
aumento de la demanda y de protección del estado a la producción local, el empresariado no tendría problemas en
pagar buenos sueldos e impuestos que se invertirían en infraestructura, ya que todo se traducía en mayor demanda y
mano de obra a futuro. En este ambiente, el sindicalismo comenzó a fortalecerse.
En los 60 la economía norteamericana mostraba sus primeros signos de estancamiento debido a la saturación de los
mercados, la escasa innovación técnica y la durabilidad de los objetos en una sociedad de consumo. Para fines de la
década las inversiones industriales ya no dejaban las mismas ganancias que en la post guerra y los dos grandes
derrotados de aquella guerra, Alemania y Japón, se convertirían en grandes competidores en el mercado mundial.
Ante este escenario = Saturación de Mercados Internos + Crisis del Petróleo - La respuesta de EE. UU. fue:
Aumento de intervenciones militares en países periféricos - Patrocinio de Golpes de Estado sobre todo en
América Latina.
Reconfiguración Financiera: Los bancos norteamericanos eran los norteamericanos en las compras de petróleo.
(habiendo desarmado previamente la paridad con el oro, lo que le permitió imprimir dólares sin límite)
Aumento de localización de sus empresas en países periféricos - Reportan ganancias al país de origen con mano
de obra y costos más bajos.
Los bancos comenzaron a ser “La industria sin chimenea” - Generaban grandes ganancias en plazos en menos tiempo
por el endeudamiento de los países periféricos y la generación de intereses.
Este proceso de “Financiarización de la Economía” fue posible gracias a la transformación de la organización de la
producción - Consolidación del “Toyotismo” - Se produce según la demanda (no stock).
Industrialización acelerada en regiones periféricas (Sudeste Asiático y algunas regiones de América Latina)-
Países capitalistas especialistas en servicios, finanzas, marketing.
Así bajo las nuevas condiciones laborales (flexibilización laboral), más desarrollo informático, más desarrollo de
transportes, más innovación tecnológica igual Mayores márgenes de ganancias.
Mayor concentración del capital - Pocas empresas controlan muchos procesos productivos.
Estas transformaciones no resolvieron de forma inmediata la crisis que se inició en los 70, recién para los años 90 la
lógica financiera y de servicios se impuso como dominante, sin embargo, antes de consolidarse el NEOLIBERALISMO,
hubo que pasar la dura crisis de los 80 que afecto al sistema financiero norteamericano y que como respuesta se utilizó
al FMI como brazo ejecutor de las nuevas políticas económicas - Ajuste y disminución del aparato estatal en países
periféricos.
GLOBALIZACION: Pareciera que es una palabra de moda, la llave existente para todas las puertas y los males del mundo,
y está libre de cualquier tipo de cuestionamiento.
Algunos consideran que es causa de felicidad otros de infelicidad.
Es el destino ineludible del mundo - afecta por igual a todas las personas.
Divide de la misma forma que une
Lo que para algunos es globalización, es localización para otros
Lo que para algunos significa más libertad para otros es mayor estratificación.
Algunos se vuelven globales, otros locales. Pero los “globales” son los que imponen las normas. Ser local es
señal de penuria y degradación.
Segregación – Separación – Marginación social progresiva.
Cada vez menos comunicación entre las “elites” globales y los locales.
Los globales son los que marcan las pautas y valores socialmente aceptados, es decir, no solo concentran la MOVILIDAD
POR EL PLANETA y el PODER ECONOMICO DINERARIO, sino que son los que generan los VALORES por medio de LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Los locales carecen de movilidad, no generan los valores sociales que les estructura la vida cotidiana porque no tienen
acceso a los medios para hacerlo. PRODUCEN Y CONSUMEN, pero no marcan el paradigma con el que hay que hacerlo.
DIFERENCIA PRIMORDIAL ENTRE LOS DOS MOMENTOS HISTORICOS QUE MENCIONA BAUMAN EN SU TEXTO
ANTES: “DISCIPLINAR PARA PRODUCIR”
AHORA: “CONTROLAR PARA CONSUMIR”.
Toda forma de organización socio económica y cultural siempre se corresponde a una estructura jurídico-política:
instituciones y leyes - Un tipo de Estado.
A cada modo de generar excedentes le corresponde una forma particular de normas que lo mantengan en el tiempo.
Las unidades con mayor poder son aquellas que constituyen fuentes de incertidumbre para los demás.
La manipulación de esa incertidumbre es la esencia, lo que está en juego en la lucha del poder –> MODELO PANOPTICO
Supervisores ocultos en la torre central con constante visibilidad sobre los “presos” en las alas del edificio con forma de
estrella. Los presos nunca saben si están o no observándolos, entonces actúan en todo momento como si estuviesen
bajo vigilancia.
Ejemplo: catolicismo - hay un dios que todo lo ve y todo lo puede castigar.
IDEA CENTRAL DEL PANOPTICO - HACER DE LAS PAUTAS DE COMPORTAMIENTO UN HABITO POR TEMOR A UN CASTIGO
NUEVO PANOPTICO
La estrategia fundamental del Panóptico era hacerles creer a los súbditos o presos que jamás podrían estar
fuera de la mirada de los superiores y que ninguna falta quedaría impune; no había privacidad.
El surgimiento del almacenamiento de datos y por ejemplo el uso de las tarjetas de crédito conducen a un
nuevo SUPERPANOPTICO, pero con una diferencia con el anterior - El vigilado es complaciente de su
vigilancia.
Entrar en el SUPERPANOPTICO supone a las personas inmersas en él, ser más “creíbles” para el sistema - Ser
incluido es la primera condición para acceder a “todo lo que vale la pena” - Si hay algo digno en tu vida para
que seas registrado, podes ser incluido y sos un consumidor digno de confianza y fiable - Mayor segregación.
Conserva a los globales y separa a los locales.
A diferencia del Panóptico ser incluido en la base de datos, supone movilidad y no una cadena que sujeta. Las
nuevas formas de poder (a diferencia del panóptico donde pocos vigilaban a muchos) implican y seduce para
que muchos vigilen a pocos - EL SINOPTICO.
EL SINOPTICO NO NECESITA APLICAR COERCION, SINO QUE SEDUCE A LAS PERSONAS PARA QUE SE
CONVIERTAN EN OBSERVADORES. - Los locales observan a los globales.
El sinóptico funciona bajo una amenaza. Quien no forma parte del universo de consumo queda excluido - no deja de
ser una forma violenta de condicionar la vida cotidiana - Se vive una sociedad que expulsa de la producción (empleo) y
que solo integra a través del consumo.
Prevot Shapira, Marie-France, Segregación, fragmentación, secesión. Hacías una nueva geografía social en la
aglomeración de Buenos Aires, Economía, sociedad y territorio, Vol. II, 2000.
Esta investigadora va a tratar de trabajar fuertemente con tres conceptos, como son la fragmentación urbana, la
secesión y la segregación.
El concepto de fragmentación o del estallido –esta posibilidad de generar una enorme cantidad de archipiélagos de
espacios globales en lo que Baumann podría llamar un gran mar de espacios locales- tiene que ver con una de las ideas
más fuertes que recorre la unidad, que es el proceso de una metropolización de la economía. Es decir, las grandes
ciudades se convierten en los núcleos donde se genera este proceso económico que ya no tiene nada que ver o está
poco relacionado con el fordismo, que se había establecido y expandido en la primera mitad del siglo XX y muy
fuertemente hasta casi dos terceras partes del siglo XX y que ahora se denomina “acumulación flexible” (se va a tratar
en los artículos de clase y producción o de tecnología y sociedad).
¿Qué sucede con la fragmentación? La autora dice que podemos hablar de “fragmentación urbana” cuando la
urbanidad como conjunto no funciona como un sistema, no funciona como un todo, sino que está partida, disgregada, y
esto tiene que ver con la entrada en acción en la conformación de la urbanidad, del actor privado. Es decir, cuando la
ampliación del rol del peso de la economía financiera y de servicios en la gestión y administración de los espacios hace
que directamente funcionen como un todo urbano pequeños espacios que son integrados por servicios que son pagos.
De este modo, el proceso de privatización a la privatización de los servicios del Estado, van a jugar un rol muy
importante.
Para tratar de entender el proceso por el cual la privatización y la fragmentación, es decir la entrada en acción y el peso
de estos actores privados se dio en la Argentina, la autora va a tratar de sostener su argumento a través de tres procesos
paralelos.
El primero es los cambios que se registraron en el proceso laboral en la región metropolitana y Capital Federal, cómo
esto se transformó en un proceso de pauperización de las clases medias y genera su contraparte en la idea de la
apropiación del espacio y la imaginación del espacio, y al mismo tiempo que efectos tiene esa cuestión material concreta
–que podríamos denominar proceso productivo y simbólico o de la construcción de los sentidos del espacio por la
pauperización de las clases medias- en la conformación de una nueva urbanidad.
Arrancando por el punto uno, que tiene que ver con la constitución del mercado laboral, la autora dice que hay una
enorme paradoja. En los años ’90 se da un renacer económico, un crecimiento económico –que no es lo mismo que
desarrollo- a la par de un crecimiento del desempleo y de la pauperización; es decir, las peores condiciones de vida de
amplios sectores. En este sentido, la autora dice que lo que sucedió en los ’90 no es más que la coronación de un
proceso anterior. El proceso de desindustrialización selectiva y concentración de capital que se había dado en los ’70
rompiendo la industrialización sustitutiva, sumado a la hiperinflación de los ’80 –que también implicó ambos procesos
en los ’70 y en los ’80 la merma en el número de las pequeñas y medianas empresas de la concentración oligopólica del
capital, y en los ’90 las medidas de ajuste como por ejemplo la desregulación de la entrada de capitales, la
convertibilidad, la flexibilización laboral y la apertura económica irrestricta a todo tipo de mercancía con lo que sería la
convertibilidad en el hecho de un peso un dólar.
En este proceso –dice la autora- detecta algo que no es menor. A medida que aumenta el desempleo, producto de
todos estos cambios económicos, ese desempleo no se manifiesta en un aumento del sector informal; sino que influye
en la informalidad hacia adentro del sector formal. ¿Qué significa esto? Que el trabajador formal empieza a sufrir un
proceso de precarización laboral.
Cada vez peores condiciones de trabajo y hasta incluso dentro de la órbita de los trabajadores profesionales,
significando el retroceso de toda una serie de derechos y garantías que habían sido conquistados y sostenidos en las
décadas anteriores y garantizados por un tipo de Estado. Ante la presencia de un Estado neoliberal, estos derechos
adquiridos y garantizados empiezan a perderse por el peso que tiene la lógica del desempleo.
Por otro lado, esta lógica del desempleo y la precarización y la informalización al interior del trabajo formal pega muy
duro en los sectores medios. Este proceso de hiperinflación y el proceso de pauperización van a hacer, en buena
medida, que los sectores medios sean los que se vean más afectados por estas políticas. Por eso que la autora va a
hablar de que ya no es posible hablar de pobreza entre los que están integrados o no al mercado laboral, sino que para
ella la pobreza pasa a ser una cuestión de grado; es decir, puede haber diferentes grados de pobreza.
Si a esto le sumamos el hecho del retroceso del Estado, por ejemplo, en brindar servicios públicos como agua, gas,
teléfono, o salud y educación, esto implica que comienza un proceso donde la solidaridad social o por lo menos los
tejidos sociales hasta ese momento empiezan a disgregarse o a transformarse muy fuertemente.
En este contexto de pauperización social es que se da el tercer y último punto, que es el cambio espacial. Surgen nuevas
fronteras materiales, por ejemplo, entre barrios o intrabarrios, para separar esta nueva forma de pobreza. Pero no
solamente surgen fronteras materiales como puede ser un muro, un cerco, sino también fronteras simbólicas, que
tienen que ver con el acceso a los bienes: quienes acceden o no a determinados bienes y en determinadas
circunstancias.
Entonces, este proceso que venimos describiendo sirve para explicar aquello que la autora denomina la “segregación”;
es decir, toda esta gran batería de nuevas fronteras, utilizadas por quienes están cayendo o han caído, para
diferenciarse de los que siempre estuvieron caídos o de los que terminan de caer.
El proceso de la demarcación de fronteras o estas lógicas de demarcación, como dice la autora, tiene como finalidad
sostener el estatus de aquel sector que en algún momento había pertenecido a la clase media y seguir diferenciándose
de aquellos que han caído. Entonces, diferenciarnos de los otros implica que se genere no solamente un sentido común
y hasta una construcción simbólica de que solamente el ciudadano y el vecino es aquel que paga los impuestos y que
tiene una propiedad, sino que, además, también implica marcar una distancia y que la reafirmación de estos sectores se
basa en la degradación de los que han caído social y económicamente.
De este modo empiezan a solidificarse estas nuevas fronteras simbólicas que están en relación con las fronteras
sociales, que en este proceso de globalización empiezan a reformularse, y todo esto tiene un cuerpo en la materialidad
del espacio, es decir, en cómo se construye la especialidad; por lo tanto, explica de algún modo esta fragmentación o
este estallido de estos archipiélagos.
¿Cuáles son los archipiélagos? Algunos de esos archipiélagos son los que hablaba el texto anterior de Calello, que tenía
que ver con los nuevos espacios globales que eran integrados al espacio global determinadas fracciones del espacio local
o a través de enormes inversiones por capitales dedicados a la especulación financiera y a la renta a través del negocio
inmobiliario.
Si hay algo que este proceso acentúa es la pérdida de solidaridad. No solamente se pierde la idea de bien común, del
espacio público como bien común y se permite la privatización de los espacios, sino que además también se desgrana el
tejido social que de alguna manera había permitido cierta lógica de solidaridad.
Y por último, esta idea de segregación, de separar a los diferentes y de separarme en cuanto diferente y superior, se
articula con una nueva lógica que es la lógica de secesión, es decir de separación por Motus propio –por impulso propio-
, de aquellos sectores que tienen el dinero suficiente para poder irse físicamente de los espacios que se empiezan a
considerar peligrosos; porque en la nueva lógica liberal el discurso es que lo público es lo ineficiente, es lo sucio y es lo
peligroso. Entonces, la única solución es la instalación de lo privado y se genera una nueva lógica de ocupación del
espacio, que es la ocupación del espacio a través del encierro, es decir, generar espacios urbanos encerrados, aislados,
dentro de los cuales todo lo que podría tener presencia pública –desde el espacio de la diversión hasta los servicios- está
controlado y reglamentado por una lógica privada.
Ante esta lógica, esta nueva cultura urbana se secciona, se separa, y sigue una lógica, por ejemplo de aquello que
marcaba Colello, que es la lógica de las autopistas, porque estos sectores no utilizan el transporte público como los
colectivos o el tren, que tienen cierta radicalidad; sino que utilizan también otro medio que son las autopistas, que se
han ampliado en los ’90, que tienen cierta trama radial, pero como de algún modo ellos tienen transporte privado, por
ejemplo, auto, instalan sus casas de fin de semana en esos lugares.
Si seguimos el argumento que decía Calello, en los ’60 habían empezado con las casas de fin de semana; ahora, en los
’90, esas casas de fin de semana terminan siendo casas-habitación permanentes. Por eso hablamos de “nueva cultura
urbana”, porque hay un sector que directamente se desplaza a vivir a otro lugar, que decide apartarse de la civilidad de
la ciudad y decide conformar una nueva civilidad dentro de un nuevo espacio que es totalmente privado.
Entonces, existe esta idea o esta utopía urbana comunitaria de poder solucionar o de evadirse de aquel lugar que no le
gusta a través de la secesión.
• Deleuze, Gilles, “Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian Ferrer (Comp.) El lenguaje literario, Tº
2, Editorial Nordan, Montevideo, 1991.
Las conquistas del capitalismo actual se hacen por temas de control y no de formación de disciplina - Por fijación de
cotizaciones más que por baja de costos.
Se nos enseña que las empresas ahora tienen “alma” lo cual es algo terrorífico. El marketing es el instrumento de control
social.
Deleuze se centra en mostrar las diferencias entre un dispositivo de poder social organizado en torno a las instituciones
(matrices o moldes) respecto de otro en el que se forma de institución ya no es necesaria porque actúa por modulación -
De moldear sujetos a modularlos.
Del Encierro, donde las instituciones regulaban el tiempo y espacio, al AIRE LIBRE donde no hay límites físicos ni
temporales. - Las conductas se moldean por nuevas lógicas.
Se pasa de una sociedad organizada a partir de la PRODUCCION/FABRICA hacia otra estructurada sobre la
COMERCIALIZACION/EMPRESA en el que el marketing y la marca pasa a ser lo más importante.
Introducción
"El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no
puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión."
Detrás de todos esos cambios hay algo que se mantiene que sigue haciendo que ese sujeto sea quien es y no otra
persona.
Es aquello que perdura como idéntico a sí mismo y que sostiene todos los cambios.
Hay que entender la IDENTIDAD como una CONSTRUCCION - No es algo propio sino el resultado de un proceso social -
De allí que podemos relacionarlo con el CONSUMO.
Una de las formas habituales en las que solemos presentarnos frente a alguien que no nos conoce es hacer alguna
referencia a nuestros gustos personales, que no son otra cosa que ejemplo de lo que consumimos.
Han, Byung-Chul, Psicopolítica, Barcelona, Herder, 2014, Capítulos “La crisis de la libertad” y “Poder Inteligente”.
Psicopolítica: Sistema de dominación que no utiliza la opresión sino la seducción inteligente que consigue que los
hombres se sometan por si mismos a la dominación.
El sometido no es consciente de su sometimiento - Se cree libre cuando en realidad es el sistema el que está explotando
su libertad.
Se sirve del BIG DATA - Datos que los individuos entregan de forma efusiva y voluntaria.
Crisis de la libertad - La expresión libre y la hipercomunicacion se difunden por la red de tal manera que termina
convirtiéndose en control y vigilancia total.
Nuestro futuro va a depender de que seamos capaces de servirnos de lo que para los demás no sirve, de que podamos
ser esos “idiotas” que no participan ni comparten.
Crisis de la Libertad
La libertad del “poder hacer” genera más obligaciones que el disciplinario “deber hacer” - El deber tiene un límite, el
poder hacer no.
El individuo que se pretende libre es en realidad un esclavo - Es ABSOLUTO - No tiene “amo” y se explota a si mismo de
forma voluntaria. - Piensa que el trabajo lo hace libre, pero sigue siendo un esclavo del sistema.
Emprendedor/empresario lo cual hace que no sea capaz de establecer con otras relaciones sin intencionalidad - Elimina
la clase trabajadora sometida a la explotación de otro para convertirse en explotado por sí mismo.
Se proyecta la idea de que uno es libre porque es capaz de auto producir ilimitadamente.
Ya no se trabaja por las propias necesidades sino por el capital que, a su vez, genera sus propias necesidades, que la
persona percibe como propias.
Los políticos de hoy en día manifiestan que no son libres por sus niveles de endeudamiento, pero ello es porque si
fueran plenamente libres, van a tener que actuar de verdad - Lógica: Nos endeudamos permanentemente para no tener
que actuar, es decir, para no ser libres ni responsables.
Dictadura de la Transparencia
Cuando apenas nos libramos del panóptico disciplinarios nos adentramos en uno más eficiente.
La libertad y comunicación ilimitada se convierten en control y vigilancia total - Los residentes del PANOPTICO DIGITAL
Se comunican intensamente y se desnudan por propia voluntad.
Los individuos entregan sus datos no por obligación sino por la necesidad interna de PERTENECER.
La participación de la sociedad tiene lugar en forma de reclamo y queja, detrás de una pantalla, donde son espectadores
y consumidores - DEMOCRACIA DE ESPECTADORES.
Poder inteligente
El poder del Neoliberalismo es eficiente a que actúa en “complacer y colmar”. No hace a los hombres sumisos sino
dependientes. Es más afirmativo que negador, más seductor que represor. Se esfuerza en generar emociones positivas y
explotarlas, seduce en lugar de prohibir.
Exige compartir, participar, comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos y preferencias - contar nuestra vida.
EL NEOLIBERALISMO ES EL CAPITALISMO DEL “ME GUSTA”. Domina intentando agradar y generando dependencias.
América latina es un invento de los europeos - Ellos nos enseñaron a ser “ciudadanos” - con el paso del tiempo la
dependencia hacia EE. UU. nos enseñó a ser “consumidores”.
La intensificación de las relaciones económicas y culturales con EE. UU. impulso la adopción de un modelo de sociedad
donde las funciones del Estado desaparecen y son asumidas por las corporaciones privadas - la participación social se
organiza a través del consumo más que del ejercicio de la ciudadanía.
Se pasa de las identidades modernas (territoriales y mono lingüísticas) a las posmodernas (transterritoriales y multi
lingüísticas)
Ciudades: Las ciudades de nuestro continente son hoy escenarios caóticos de mercados informales donde multitudes
tratan de sobrevivir bajo formas arcaicas de explotación o en las redes de la solidaridad o de la violencia.
Comunicaciones: Desde hace más de medio siglo los intercambios culturales entre EE. UU. y América Latina ocurren más
que en la literatura, arte o cultura, en las industrias comunicacionales.
Multiculturalidad: Lo que en América Latina se ha llamado pluralismo o heterogeneidad cultural como parte de un país,
en el debate de EE. UU. “multiculturalidad significa separatismo”.
Consumidores del Siglo XXI, Ciudadanos del Siglo XVIII: Las luchas generacionales acerca de lo “necesario” y lo
“deseable” muestran otro modo de establecer las identidades y construir lo que nos distingue. Las identidades se
configuran más por lo que pueden consumir, por lo que poseen y por lo que pueden llegar a apropiarse.
¿Cómo vamos a estar felices con lo propio si ni siquiera se sabe que es? El valor simbólico de consumir lo “nuestro”
estaba sostenido por una racionalidad económica - buscar bienes o marcas extranjeras era sinónimo de prestigio y
calidad.
Los objetos pierden fidelidad respecto a su origen - Los componentes de los objetos se fabrican en diferentes países
según cual sea más barato.
Con la globalización se puede acceder a todo lo que se produce en el mundo y es aún más difícil saber que es lo propio.
Importa más la velocidad para recorrer el mundo que las posiciones geográficas desde las cuales se actúa.
Descontento contemporáneo producido por la Globalización: El problema no es lo que nos falta, sino que lo que
tenemos se vuelve fugaz y rápidamente obsoleto. Consumo incesantemente renovado, sorpresa y entretenimiento.
Lo que llega desde todo el mundo es ofrecido y se disemina para que algunos tengan e inmediatamente olviden.
Hay que mirar los sectores donde las carencias se multiplican - El modelo neoliberal consiste en reducir empleos para
reducir costos, mientras empresas multinacionales compiten sin saber hacia dónde se dirigen, y de esta manera los
intereses sindicales y nacionales casi no pueden ejercerse - Resultado: 40% de la población latinoamericana esta privada
de trabajos estables y seguridades mínimas.
Ser ciudadano no tiene que ver solo con los derechos reconocidos por los aparatos estatales a quienes nacieron en un
territorio sino también con las prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia y hacer sentir diferentes a
quienes posean una misma lengua, semejantes formas de organizarse y satisfacer sus necesidades.
Actualmente existe una insatisfacción con el sentido jurídico-político de “ciudadanía” lo que está llevando a que se
defienda la misma en un sentido más cultural, racial, de género, ecológica, etc. - multiplicidad de reivindicaciones.
El ejercicio de la ciudadanía se fue volcando más hacia los medios de comunicación y consumo. Las personas hoy
denuncian en redes, televisión, etc. para lograr atención por parte de las instituciones ciudadanas, algo que no
consiguen sino es haciendo “ruido” en los medios y que el resto de la sociedad empatice con ellos.
La nueva escena socio cultural: Pérdida de peso de organismos locales y naciones en beneficio de las empresas
multinacionales.
Nuevas formas de convivencia urbana - Vida en las grandes ciudades: Las actividades básicas quedan lejos del lugar de
residencia y el tiempo que se usa para trasladarse es más extenso que el de habitar dicho lugar.
Pasaje del ciudadano como representante de una opinión publica al ciudadano como consumidor interesado en disfrutar
de una cierta calidad de vida.
Saliendo del siglo XX las sociedades están organizadas para hacernos consumidores del siglo XXI y regresarnos a
ciudadanos del siglo XVIII - Somos subdesarrollados en la producción interna para los medios electrónicos, pero no para
el consumo.
Introducción
Actividades que implican algún tipo de esfuerzo (estudiar, tareas del hogar, etc.)
Clasificaba a las actividades a las que los hombres podían dedicar sus vidas en un esquema de tres niveles.
Cuestiones relacionadas con la vida en comunidad y con la toma de decisiones éticas y política
Este esquema de tres niveles tenía como objetivo establecer una jerarquía social. Para los clásicos el “ocio” era la
capacidad de disponer libremente del propio tiempo sin tener que atender obligaciones relacionadas con lo material.
Modernidad
Mediados del Siglo XIX - Marx: “El trabajo es la actividad en la que el hombre realiza su esencia transformando la
naturaleza y encaminándose al mismo tiempo hacia la libertad”. Veía al Capitalismo como un sistema deshumanizador.
Se refuerza la moral que se establece entre el desarrollo laboral y la dignidad de la persona - El esfuerzo, el sacrificio y el
ahorro son valores positivos, mientras que la pereza y holgazanería son negativas.
El mercado laboral comienza a exigirles a los trabajadores que muestren su disposición al compromiso con la
organización para la cual trabajan, es decir que se piensen a sí mismos como un objeto de consumo.
Alienación: Apartamiento de uno mismo frente a otros individuos, a la sociedad o al resultado del propio trabajo.
Taylorismo: Diseño de Ingeniería creado por F. Taylor que buscar organizar científicamente los procesos de producción
laboral a partir de la descomposición y recomposición de los movimientos de los obreros.
Fordismo: Modelo que busco combinar ingeniería y marketing creado por H. Ford, combinando líneas de montaje que
controle los tiempos de producción junto con una estrategia comercial que busco crear nuevos mercados más allá de los
actuales.
Toyotismo: Nuevo paradigma donde la Demanda es el criterio que rige para los procesos productivos.
Gorz, André, Miserias del presente, riqueza del porvenir, Paidós, Buenos Aires, 1997.
Se ha instaurado un nuevo sistema que tiende a abolir masivamente el trabajo - Restaura formas de dominación y
servidumbre al obligar a todos a luchar contra todos para obtener “ese trabajo”.
Hay que aprender a mirar diferente al trabajo: no pensarlo más como aquello que tenemos o no, sino como aquellos
que hacemos. - Debemos salir del “trabajo” y de la “sociedad del trabajo” para encontrar el gusto y la posibilidad del
“trabajo verdadero”.
Si una mujer cría a sus hijos, no se considera un trabajo. Si cría el de otros en un jardín de infantes, si se considera un
trabajo, es más se le paga por ello.
Para el capitalismo el trabajo debe ser cuantificable por las competencias definidas según procedimientos homologados
por la sociedad.
Los artistas “no trabajan” salvo que den clases o por algún encargo, sino no son considerados trabajadores porque no
aportan nada al “sistema”.
El reconocimiento de la sociedad ante nuevas actividades y competencias que responden a nuevas necesidades siempre
tuvo que ser impuestas por las luchas sociales.
Se abre una nueva era en la cual lo que podía servir para liberar a los hombres y a las mujeres de las necesidades y
servidumbres se volvió contra ellos para desposeerlos y someterlos - Las condiciones de vida del “tercer mundo” se
extendieron al “primer mundo” - El dinero se convirtió en un parasito que saquea la economía.
El capitalismo desmaterializo las principales fuerzas productivas: Trabajo y Capital. Entre el intelecto (Saber Vivo) y el
capital (Saber Maquina) hay una frontera vaga. Y si el intelecto, es decir el capital humano, no tiene utilidad, es
rechazado, considerado inexistente.
El hombre es valorado como tal en la medida que pueda servir como capital mundo dentro del sistema.
Del Estado Social al Estado de Capital: La Globalización no se explica por la revolución informática sino por la búsqueda
de nuevas salidas comerciales.
Había que sustituir al ordenador visible (Los Estados) por uno invisible y anónimo, cuyas leyes sin autor alguno se
impondrían a todos como “leyes de la naturaleza” de manera irresistible. Ese ordenador sería el MERCADO. - Esto
también se aplica para las grandes empresas con grandes masas de asalariados sindicalizados, había que sustituir esos
ordenadores que eran las “administraciones centrales” y quebrar el poder de los asalariados y los sindicatos, había que
“liberar el mercado de trabajo” a través de una palabra mágica “DESREGULACION”.
Entran en crisis las políticas keynesianas basadas en la demanda por saturaciones en el mercado interno, esto hace que
se torne inminente divorciar el capital del estado, es decir poner fin al nacionalismo económico. Nacen así las llamadas
empresas Transnacionales, aquellas que están dispersas por el mundo, pero con el aditamento que no tienen
restricciones respecto a incidir en los mercados financieros. Pueden estar en cualquier parte, su sede normalmente se
sitúa donde se paga menos impuestos y hay menos costos y se permiten negociar con los Estados mano de obra
disciplinada y barata, desgravaciones fiscales, mejores infraestructuras, etc.
La “globalización” sirve para legitimar cualquier cosa - disminución de salarios reales, precariedad de empleos, deterioro
de condiciones de trabajo, etc. Todo esto se dice “inevitable y necesario”.
En nombre de la “Globalización” en el cual las transnacionales debían destinar mayores inversiones y generar mayores
empleos, lo que sucedió fue que sus tasas de inversión bajaron, pero si aumento mucho la distribución de dividendos
entre los accionistas y las remuneraciones de los CEOS.
El poder planetario en nombre de la Globalización cada vez está en menos manos.
La Resistible Dictadura de los Mercados Financieros: La Lógica financiera puede más que la lógica económica - El poder
financiero en nombre del “mercado” impone sus normas de rentabilidad a empresas y estados. - Los políticos ahora
están bajo el control, no solo de los debates nacionales, sino también de los mercados financieros.
Las reducciones y desgravaciones fiscales no reflejan decisiones económicamente racionales. Pero los gobiernos las
toman para retener en sus países a capitales financieros para obtener beneficios económicos inmediatos - La idea es que
bajo ningún medio los capitales se vayan del territorio.
Para poner fin a la “Dictadura del Capital Financiero” haría falta una voluntad política común de los Estados.
Comprender que el “poder irresistible de los mercados” solo existe porque los Estados son sumisos al poder financiero.
Flexible: Una conducta humana flexible debería tener la misma resistencia a la tensión: adaptable a las circunstancias
cambiantes sin dejar que éstas se rompan. - Hoy las prácticas de la “Flexibilidad” se centran en hacer doblegar a la
gente.
La Repugnancia a la “Rutina Burocrática” y la búsqueda de flexibilidad han producido nuevas estructuras de poder y
control en vez de crear las condiciones de liberación. - El sistema de poder de las empresas actuales de flexibilidad está
compuesto por tres elementos:
Exagerar la eficacia de la Reingeniería puede conducir a un engaño. - Muchas veces las empresas no logran los
resultados esperados por reducir la plantilla de empleados y pierden dirección.
El nuevo régimen ha pretendido eliminar los males de la rutina en nombre de la eficiencia. - Estudios de empresas de
principios de los años 90 comprobaron que estos sistemas de reducción de plantilla condujeron a “menores beneficios y
productividad descendente” debido a que los trabajadores que no eran despedidos se sentían desmotivados y producían
menos ya que creían en que ellos eran los “siguientes”.
Hay buenos motivos para dudar que la época actual sea más productiva que el pasado reciente - Algunos economistas
afirman que, si se suman todos los costos del trabajo informatizado, en realidad, se produce un déficit de productividad.
Por lo inestable que es la demanda del consumo, el capitalismo busca siempre cambios radicales e irreversibles, por más
improductivos que sean - Esa inestabilidad da lugar a la ESPECIALIZACION FLEXIBLE DE LA PRODUCCION - Trata de
conseguir productos más variados cada vez más rápido.
CONCENTRACION SIN CENTRALIZACION - El control puede ejercerse fijando objetivos o beneficios de producción donde
cada área tiene una falsa creencia de libertad para conseguirlo - Falsa porque las mismas son presionadas para que
produzcan mucho más de lo que sus capacidades puedan hacerlo.
Los tres elementos del régimen los podemos visualizar en la manera en que se organizan los tiempos en el lugar de
trabajo - HORARIO FLEXIBLE - Impulsa la creencia de libertad de horarios, pero la realidad es otra. - El horario flexible o
trabajar desde casa son vistos como un privilegio de la jornada de trabajo. - Se visualiza un nuevo método de control. -
La vigilancia suele ser más estricta para los que no trabajan en la oficina que para los que si lo hacen. - Son sumisos
electrónicos del poder.
Las personas que se sienten cómodas en el nuevo capitalismo tienen dos rasgos:
- Son capaces de desprenderse del pasado y tienen la seguridad necesaria para aceptar la fragmentación.
- Esta espontaneidad se vuelve destructiva para quienes trabajan en los niveles más bajos del régimen flexible.
Botticelli, Sebastián, “El trabajo en los Tiempos modernos de Charles Chaplin”, en Mundt, Carlos (coord.),
Problemáticas contemporáneas. Ensayos sobre una época en transición, EDUNTREF, Buenos Aires, 2015, pp. 83-122.
El trabajo en los tiempos modernos de Charles Chaplin: El filme nos muestra las principales tensiones contenidas en la
forma predominante que el trabajo adopta desde el advenimiento del capitalismo industrial: de la masividad de la
producción mecanizada a la desmoralización de los obreros desocupados, del control panóptico de la línea de montaje a
la represión policial del las huelgas, de la alienación del protagonista (económica, física, mental) a su esperanzada
desesperación ante la posibilidad de volver a ser empleado.
Platón diría que es un personaje que a todas luces se ve impedido de llevar una vida libre no despertaría en el
demasiado interés.
San Benito de Nurcia diría expresaría su admiración frente a la sacrificada forma de vida que lleva el protagonista
Martin Lutero lo consideraría un hereje por buscar ganarse la vida de cualquier manera, llevando a cabo cualquier
actividad, lo condenaría moralmente, pues el ser humano se define por su profesión.
John Locke encontraría inverosímil el hecho de que el protagonista mucho trabaje y nada posea.
Adam Smith celebraría la condición de masividad que el trabajo alcanza con la producción industrial y reprobaría a los
huelguistas por considerarlos irracionales.
Karl Marx reprobaría severamente lo que para él solo podría entenderse como la completa realización de la alienación
humana.
Precisar de qué se habla cuando se habla de trabajo parecería no ser tan sencillo.
Los conceptos son construcciones que en tanto perspectivas generan y modifican nuestros diversos modos de ver, decir
y hacer, conformando nuestros mundos posibles.
Como toda producción humana, los conceptos que operan en nuestras formas de pensar y actuar y las disputas por los
sentidos que entorno a ellos se generan inscriben su devenir en una dimensión indefectiblemente histórica.
En la pantalla de nuestro cine vemos a Chaplin, empleado fabril, es convocado para la prueba de una maquina diseñada
con el fin de alimentar a los obreros de modo tal que estos puedan almorzar sin tener que abandonar sus puestos en la
línea de montaje.
Una única impronta gobierna las acciones y las decisiones: la de diseñar tareas cada vez más específicas y repetitivas
para encontrar la mejor manera de hacer más en menos tiempo. La eficacia y la eficiencia son los principales criterios
con los que rige la vida fabril
Para la cultura griega, aquello que hoy llamamos trabajo era identificado con tareas agradables. En las concepciones de
la Grecia clásica, las actividades que tenían por finalidad operar sobre la materia eran consideradas despreciables en
tanto que solo podían desarrollarse como tareas penosas que requerían esfuerzos físicos y que producían cansancio y
agotamiento. Los griegos consideraban que la reproducción material encadenaba a la necesidad; de allí que las
actividades laboriosas produjeran indefectiblemente formas de servidumbre.
Estas concepciones se reflejaban en las jerarquías a partir de las que los griegos estructuraban sus sociedades. Una
sociedad dividida en tres estamentos, el primero era el de los gobernantes (los filósofos que habían demostrado poseer
las capacidades más elevadas) el segundo era el de los guerreros (encargados de la protección del Estado a partir de su
valentía y de su disposición al sacrificio) el tercero quedaba reservado a los productores (campesinos, comerciantes y
artesanos, es decir, aquellos que disponían de habilidades naturales para la producción material). Dentro del modelo
platónico, este último grupo resultaba necesario en tanto que era el encargado de proveer a la sociedad de los medios
para su subsistencia material; pero le estaba completamente vedada la participación en la toma de decisiones políticas.
Aristóteles no vería a Chaplin como un campesino, ni un artesano, sino como un esclavo, es decir alguien que solo actúa
a partir de lo que otros le indican. Explica que hay hombres que por su naturaleza no se pertenecen a sí mismos, sino
que son objeto de propiedad de otros hombres. Resultaba impensable para el que esos casi-hombres que ni siquiera
eran dueños de su propia persona pudieran participar de las decisiones que afectaban a los destinos colectivos. Lo
mismo para aquellos que verían obligados a ganar su sustento a partir de su esfuerzo físico; estos solo estarían poniendo
en acto sus capacidades productivas para satisfacer las necesidades materiales y en respuesta al mandato de un amo (la
comunidad), por lo que nunca podrían ser considerados hombres libres.
Para Platón y Aristóteles el vínculo material obliga a individuos (dotados de aptitudes innatas y diferentes que se
reflejaba en sus oficios) a entablar relaciones de servicio y dependencia, es decir, a disponer de otros para subsistir. Esto
se contraponía con el vínculo político que se basaba en la igualdad y la identidad, en la philia (amistad) que unia a los
iguales. Esos iguales eran tales a partir de la liberación de la necesidad, es decir, de esa capacidad que los griegos
llamaban ocio. El ocio estaba relacionado con el tiempo y las energías que se dedicaban a la búsqueda de las verdades
supremas, la elaboración de la cultura y el crecimiento intelectual. Las actividades ociosas solo podían llevarse a cabo en
condiciones de completa libertad física y espiritual, el hombre expresaba su condición ética y política a partir del
desarrollo de sus capacidades más elevadas. El ocio poca tenía que ver con los momentos de descanso, como el que
ahora nos muestra Chaplin, tomándose una pausa de su trabajo en la línea de montaje, se encierra en el baño y a fumar
un cigarrillo y es sorprendido por la mirada vigilante del dueño de la fábrica, quien hablándole a través de una pantalla lo
manda a trabajar nuevamente.
Para los cristianos, el tiempo resultaba de por si sagrado en tanto que era el camino hacia una plenitud futura que habría
de realizarse en la vida entera. Esa sacralidad del tiempo se manifestó en la instauración del calendario que establecía al
domingo como “día del Señor” así como también los momentos de descanso, de contemplación y festejo.
San Agustín de Hipona no vería con malos ojos que Chaplin busque procurarse un sustento a partir de su trabajo
manual. Diferenciándose de la tradición platónica que influyo en su pensamiento, San Agustín sostenía que el campesino
y el artesano también tenían libertad en el alma pues para el resultaba perfectamente compatible pensar en Dios y
trabajar a la vez. Desde su perspectiva, la acción física y la reflexión espiritual bien podían considerarse dos dimensiones
necesarias de la vida humana.
Santo Tomas de Aquino, sentiría que el filme ha sido inspirado por la misma Divinidad. Solo de esa manera se podría
haber gestado una obra que muestre con tanta claridad que el trabajo es una de las formas más eminentes en las que el
hombre puede actualizarse como imagen del Todopoderoso, imprimiendo su creatividad a aquello que produce.
En las concepciones vigentes durante la Antigüedad o la Edad Media, las diversas tareas a las que los hombres podían
abocarse se diferenciaban cualitativamente. Las personas se identificaban plenamente con la actividad que realizaban,
ya fuera por pertenecer a familias abocadas a una misma especialidad a lo largo de generaciones, por ser discípulos de
un maestro cuyo prestigio aspiraban a compartir. Cambiar de profesión o dedicarse a profesiones diversas en un mismo
tiempo de vida resultaba impensado.
La acción de trabajar posee un carácter penoso para todos ellos, aun dentro del pensamiento religioso para el cual el
trabajo adquiere connotaciones morales positivas, este no deja de ser conceptualizado como una forma de sacrificio y
abnegación a la que los hombres –por desgracia o por voluntad divina- están condenados.
Recién en la Modernidad el trabajo comenzara a pensarse como algo preferible en sí mismo en tanto proveedor de
dignidad personal y generador de bienestar comunitario.
Si el trabajo es una forma de actividad que no puede ser sino desgraciada, sacrificada o penosa. ¿Por qué Chaplin busca
tan desesperadamente volver a trabajar? Quienes buscan un empleo ¿lo hacen solamente para asegurar sus medios de
subsistencia? Ni los griegos ni los medievales hubieran alcanzado a comprender que se trataría de una forma de
realización personal. Y parecería que esta realización no puede alcanzarse de ninguna otra manera que no sea mediante
el trabajo. Excede al plano económico.
Esta forma de concebir el trabajo empezó a gestarse en Europa en los SXV a XVIII, Estas transformaciones pueden
agruparse en 4 categorías generales:
- Desde una perspectiva moral, el eje de las preocupaciones dejo de girar en torno a la salvación del alma y la vida
eterna para desplazarse hacia el mundo terrenal y la vida secular. Las reformas religiosas conformaron un nuevo
esquema de valores que fomento las ambiciones personales y habilito la búsqueda del enriquecimiento económico.
- Desde una perspectiva política, el doble postulado de la libertad e igualdad de todos los hombres acentuó la
importancia de las voluntades individuales y transformo la organización de las sociedades. Las distintas revoluciones
civiles pusieron fin a la era de las monarquías y sentaron las bases de los estados modernos.
- Desde una perspectiva epistemológica, las revoluciones científicas sumadas a las nuevas caracterizaciones que
perfilaron al sujeto pensante fundado en la certeza de su propia existencia y de sus propias capacidades racionales
impulsaron nuevas maneras de concebir la producción de conocimiento y las relaciones del ser humano con su mundo
natural.
-Desde una perspectiva económica, la burguesía que había comenzado a concentrar riqueza desde fines de la Edad
Media impulso reformas legales que modificaron cualitativamente las dinámicas del comercio y fomentaron la aparición
de nuevas formas de producción. De la combinación entre estas y las desarrollos de las nuevas tecnologías surgirían más
adelante las primeras formas de capitalismo industrial.
Los liberarles británicos: Thomas Hobbes (padre del pensamiento político moderno) definió al ser humano a partir del
afán personal y del egoísmo: cada individuo desea poseerlo todo y esto hace más temprano que tarde se tope con la
ambición de otros con quienes deberá enfrentarse. En su condición natural, los hombres viven en una situación de
guerra constante. De allí que, con toda la fuerza de la racionalidad, se imponga que esos hombres se reúnan y pacten
para erigir un estado soberano que mande y ordene. Ese orden estatal surge, entre otras cosas, para proteger los frutos
del trabajo, haciendo que lo que era posesión devenga propiedad, legitimando las posesiones al interior del sistema
legal que el Estado articula y custodia.
Hobbes destaca que la riqueza del Estado depende del trabajo y la industria que los individuos puedan desarrollar para
aprovechar los recursos naturales que Dios les ha entregado. En ese sentido, introduce una distinción fundamental al
afirmar que el trabajo puede ser considerado una mercancía como cualquier otra, destacando los potenciales beneficios
que tareas como el comercio o las finanzas –anteriormente censuradas por la moral renacentista- pueden aportar al
bienestar común. Se articula así una concepción novedosa: en oposición a la reivindicación de la ociosidad que habían
propuesto los griegos, todos aquellos hombres que tengan buena salud deben ser forzados a trabajar sin que la
imposibilidad de conseguir un empleo pudiera ser considerada una excusa valida. De allí que Hobbes ve con buenos ojos
que la holgazanería se tipifique como un delito cuando a Chaplin se lo condena a realizar trabajo forzado en una prisión.
John Locke definió al hombre no tanto por su ambición irrefrenable sino a partir del ejercicio de su libertad
comprendida como el imprescriptible derecho de ordenar sus acciones y disponer de su persona y sus bienes. Una de las
formas de manifestar esa libertad es en el trabajo. El hombre es propietario de su cuerpo y de la fuerza de trabajo de la
que ese cuerpo es capaz. A diferencia de Aristóteles y Platón para quienes el trabajo (oficio) es lo que diferenciaba a las
personas, para Locke el trabajo (fuerza) es lo que las iguala en tanto que todos los hombres son potenciales
trabajadores. Dicha capacidad es la que garantiza la universalidad de las oportunidades de progreso ya que quien no
tenga ninguna posesión material siempre será propietario de su cuerpo y de su fuerza de trabajo que podrá se
intercambiada en el mercado. Lo producido por el trabajo es comprendido como la extensión de la propiedad que el
productor tiene sobre su persona.
De este modo la estrecha implicación entre trabajo y propiedad se presenta como una de las principales razones por las
que los hombres deciden pactar para erigir el Estado: antes de la aparición de la organización estatal, la posibilidad de
usufructuar sus propiedades es incierta y se ve constantemente expuesta a la invasión de terceros, ya que la mayoría de
los hombres no son estrictos observadores de la equidad y la justicia; de allí que se vuelva indispensable la erección de
un poder superior que funcione como garantía.
Se articula así la función estatal de proteger la propiedad con una nueva noción de valor: los objetos valdrán de acuerdo
con la cantidad de trabajo que se requiera para producirlos. Mientras que las materias primas son parte de la naturaleza
con las que Dios provee a la humanidad, los productos elaborados mediante el trabajo y el esfuerzo humanos son los
encargados de satisfacer directamente las necesidades materiales.
El trabajo se convierte así en el símbolo de la autonomía que permite al individuo satisfacer sus necesidades y negociar
su ubicación en la sociedad a partir del libre ejercicio de las facultades.
Jeremy Bentham comprende al trabajo como el equivalente económico de la actitud ética que implica buscar el placer y
rehuir al dolor. Lo esperable para él es que los hombres procuren obtener el máximo de riqueza para si implicando el
mínimo esfuerzo posible. Por eso afirma que si la gran fuente de riqueza es el trabajo (esfuerzo y dolor) la actitud
racional que el hombre debe adoptar es buscar que otros trabajen para él.
Adam Smith fue el primero en postular que los hombres pasan a formar parte de la relación social solo desde su
condición de trabajadores. El trabajo se convierte en un parámetro abstracto y despersonalizado capaz de dar cuenta
del valor que todo debe tener dentro de la lógica del mercado. En tanto que todo producto vale el trabajo que
representa, este pasa a representar solamente productos. De este modo el trabajo humano se vuelve traducible en
términos de cantidades y medidas. El trabajo se inscribe en el imaginario colectivo como la principal forma de gestar
relaciones comunitarias, de construir ciudadanía y de lograr reconocimiento social.
El trabajo pasa a funcionar como el medio que permite al individuo alcanzar su autonomía y entrar en el vínculo social,
genera además las condiciones a partir de las que la actividad humana puede separarse del sujeto para ser vendida o
alquilada. El trabajo pasa a ser concreto (cansancio, esfuerzo, sufrimiento, precio que se paga a cambio de poder
participar en la vida social) y abstracto (medida de toda equiparación mercantil). De este modo el paradigma mercantil
se instala en el centro de la dimensión social: las categorías mercancía y mercado pasan a ser la medida de todos los
intercambios que posibilitan –y hasta garantizan- la abundancia y el bienestar individual y colectivo.
Diferenciándose de los británicos, Hegel no piensa al trabajo desde el modelo de manufactura. Para la consideración
Hegeliana el trabajo es la actividad en la que se despliegan la historia y la cultura, es el proceso mediante el que se
desarrolla el conocimiento humano. Es en el trabajo en donde el ser humano se transforma a sí mismo en su propia
experiencia. Hegel ubica al trabajo en la base de las relaciones entre sujetos, por eso le adjudica un valor que para por el
reconocimiento antes que por la economía. El trabajo no aparece como un castigo sino como una actividad constitutiva
de la vida individual y social.
Marx denuncia que el reconocimiento intersubjetivo y social referido por Hegel no es posible si las expectativas de
quienes trabajan quedan indefectiblemente reducidas a la satisfacción de sus necesidades físicas, determinadas por la
urgencia de garantizar su subsistencia material. Dos maneras de entender el trabajo desde Marx: el trabajo como forma
eminente de la realización de la esencia humana y como fruto de una relación social particular.
El hombre solo puede subsistir trabajando, es decir, reemplazando la naturaleza por sus propias obras. El hombre solo
produce verdaderamente una vez liberado de las necesidades materiales. Por eso el verdadero trabajo no es el trabajo
físico –el que se realiza con esfuerzo y por necesidad- sino aquella actividad que conscientemente se acomete con el
propósito de humanizar la naturaleza. Así el hombre llega a convertirse en lo que es a partir de la actividad del trabajo.
El hombre expresa su personalidad a través de los productos de su trabajo y esa expresión reflejara tanto su singularidad
como su pertenencia al género humano; implicara al mismo tiempo la posibilidad de auto descubrirse, de generar la
propia sociabilidad y de transformar el mundo en el que vive.
El concepto trabajo abstracto configurado por el liberalismo abre la posibilidad de vincular genéricamente actividades
que difieren por completo de su implementación material. A partir de la aparición de dicho concepto, tanto el hilandero
como el alfarero o el herrero pasan a ser englobados en una nueva categoría social: la de los trabajadores.
La cristalización del trabajo abstracto puede entenderse al mismo tiempo como condición y consecuencia de las
dinámicas del capitalismo industrial, en tanto que uno de sus principales resultados tiene que ver con suprimir las
habilidades particulares requeridas para cada oficio. Al perder su especificidad, los trabajadores se vuelven
intercambiables y como tales pasan a relacionarse entre ellos y –lo que es mucho peor- a pensarse a sí mismos como
mercancías. La puesta en funcionamiento del concepto de trabajo abstracto realiza el ideal de la división y
especialización del trabajo planteado por Adam Smith.
Posteriormente ya en el momento del trabajo fabril de libre contrato, Marx denunciara el trabajo alienado: el trabajador
se siente extraño tanto frente a los productos de su trabajo como a los modos que se le imponen para realizarlo, lo que
equivale a sentirse extraño frente a sí mismo. El sujeto anula su condición, se cosifica y circula socialmente bajo la forma
de una mercancía que el propietario de los medios de producción empleara en el proceso de elaboración de bienes solo
en la medida en que pueda obtener un redito económico por ello. El hombre alienado se encuentra ajeno a sus
posibilidades de realización, vive desconociendo su propia esencia, huye del trabajo como la peste y solo se vuelca a la
actividad laboral porque es coaccionado a ello. Al negar el trabajo, el hombre termina negándose a sí mismo,
traicionando su condición humana y viviendo una existencia animalizada. La crítica que se desprende del pensamiento
de Marx apunta especialmente a las categorías de la propiedad privada y la dinámica mercantilista como condiciones del
modo de producción capitalista. también apunta a la alienación como consecuencia directa de este modo de
producción, dejando abierto un horizonte futuro en el que esos condicionamientos pudieran desaparecer.
Este pensamiento se opone al primero. Aquel entendía que producción y trabajo son categorías que se presentan como
prosociales y que luego son subsumidas bajo la lógica mercantilizante del capitalismo (responsable de la dominación y
explotación). Esta no aborda al trabajo tanto actividad humana genérica sino como mediación social que impone su sello
particular sobre el conjunto de los tiempos de producción y, por ende, de los colectivos sociales. Esta mediación resulta
del conjunto de relaciones que se sitúan histórica y espacialmente y que hacen visible al trabajo solo como un conjunto
de actividades autónomas. Este proceso de atomización del trabajo tiene por condición de posibilidad la separación de
los operadores respecto de sus medios de producción y de los resultados de sus operaciones, lo que conforma
simultáneamente la especificidad histórico-social de los dos elementos ahora escindidos: trabajadores y trabajos.
Desde esta mirada el trabajo seria antes que ninguna otra cosa una invención del capitalismo sobre la que debemos
tender un manto de sospecha. Trabajo y alienación deben abordarse ahora como productos inmanentes del capitalismo
y como instrumentos fundantes de las formas de dominación capitalistas.
Desde esta perspectiva, tiempos modernos sería una profunda y aguda denuncia de las dinámicas de la sociedad del SXX
ya no solo en lo que respecta a la producción económica, sino también a sus formas de organización legal y política, sus
modos de cohesión y de represión, sus parámetros educativos y morales, etc.
Si el trabajo es la forma eminente en la que el hombre expresa su humanidad, la condición humana y el trabajo no
pueden pensarse por separado. Por eso la problemática de la alienación laboral se extiende mucho mas allá del plano
económico para revestir, además un carácter profundamente político. Si pensamos al trabajo como relación social
generada al interior de un modo de producción determinado, quizás debamos preguntarnos si trabajo y capitalismo son
en última instancia dos caras de una misma moneda.
Desde la segunda mitad del SXX se sucedieron una serie de profundos cambios en las dinámicas productivas. El
abandono del patrón tuvo por consecuencia la financiarizacion del capital, lo que devino en la primacía de la
especulación financiera por sobre la producción material. La estructura del Estado de Bienestar dejo su lugar a las
nuevas formas del neoliberalismo, fomentando las dinámicas del consumo y estableciendo la necesidad de incrementar
la desigualdad como forma de intensificar las dinámicas de la competencia.
Las nuevas tecnologías comenzaron a reemplazar “trabajo vivo” por “trabajo muerto” inaugurando un nuevo formato
productivo que ya no requeriría del trabajo humano efectivo. El paradigma administrativo del taylorismo-fordismo,
basado en la acumulación de stocks de mercaderías y en el diseño de tareas específicas y repetitivas, es reemplazado
por nuevas ideas que buscan orientar la producción a partir de los cambios en las demandas del mercado (toyotismo).
Pareciera ser que desde fines de la década del 70 el obstáculo que debe enfrentar la producción económica ya no es el
problema de la dureza del material –distintivo de la etapa industrial del capitalismo- sino el problema del “elemento
humano”.
Pensadores contemporáneos
Una activad resultara tanto más humana cuanto más se aleje de la satisfacción de necesidades materiales. Entonces el
trabajo entendido como una actividad ineludible que se ejerce obligatoriamente con el fin de producir y reproducir las
condiciones necesarias para la supervivencia debe ser considerado como una forma de sufrimiento que reviste un
carácter netamente destructivo. El trabajo se ve superado cuando se abren los espacios para que el hombre lleve a cabo
una acción sobre el propio hombre. Criticando a Marx, Arendt señala que el trabajo no constituye el centro de la
sociedad ni el principal vinculo social, ni mucho menos una forma de expresión de lo humano. Cuando las acciones no
tienen mediación de objetos materiales, estamos en presencia de las actividades propiamente humanas: aquellas que se
vinculan con la vida política.
Habermas nos dice que el trabajo se ha extinguido (o está en vía de extinguirse) porque ahora es la tecnología la que
opera sobre la materia. La fuerza física del cuerpo humano ya no es necesaria para la producción de mercancías. Las
dinámicas de valorización del capital están cada vez más relacionadas con las innovaciones científico-tecnicas y cada vez
menos con el aporte del trabajo individual humano. Para Habermas el papel del trabajo como socializador va siendo
reemplazado por la esfera comunicacional.
Desde la década del 70 presenciamos un irreversible proceso de polarización que dividirá al mundo en una elite
tecnológicas bien informada encargada de gestionar la economía global y un conjunto siempre creciente de trabajadores
permanentemente desplazados de las dinámicas del empleo, con pocas perspectivas de futuro y aun menos esperanzas
de conseguir un nicho laboral aceptable en un mundo cada vez más automatizado. Así comprendida, esta elite
posfordista existirá a condición del aumento indefinido del desempleo.
Gorz piensa en el moderno concepto de trabajo como una categoría sociohistórica lo que permite afirmar que, si bien el
capitalismo no invento el trabajo, supo crear la ficción de que la fuerza de trabajo era una mecánica y por eso pudo
organizarlo bajo la lógica del mercado. Ya no podemos sostener que es quien trabaja el que debe ser útil para la
sociedad, sino que es la sociedad la que debe hacerse útil socializando (repartiendo) las horas de trabajo. Así, los
hombres podrían trabajar menos y esta reducción de las horas de trabajo necesarias redundaría en última instancia en
una liberación del potencial creativo humano.
Lo que pone de relieve este conjunto de teorías, son una serie de transformaciones que tendrían por resultado no ya la
desaparición del trabajo, sino quizás una reconfiguración
Del orden que postulaba el trabajo como la principal clave de inclusión social. En esta nueva dinámica el hombre queda
subsumido en el proceso de producción como un factor productivo más, como recurso humano o capital de trabajo. Sus
capacidades especificas humanas devienen mercancía y trabajo a la vez, quedando integradas en un mismo sistema con
la materia inerte de las maquinarias. Y en la medida en que estas capacidades pierdan utilidad para el sistema de
valorización del capital, el ser humano será rechazado, excluido, considerado prescindible. Por eso, ya no huira del
trabajo como la peste, como señalaba Marx. Por el contrario, pondrá todo su esmero en actualizar y reinventar su
posibilidad de seguir siendo viable en tanto factor de producción económica, en permanecer dentro del universo del
empleo, ese universo cuyas fronteras parecen reducirse constantemente.
Aquella impronta en la que el hombre encontraba su dignidad en tanto trabajador ha dejado su lugar a otra idea según
la cual el hombre se realiza como tal solo si puede constituirse en un empresario de sí mismo, es decir, solo si pude
cumplir la función de capital humano.
La mayoría de los predicados que se incluyen en el concepto de trabajo entre fines de S XIX y comienzos del S XX se
corresponden con las características y los requerimientos de la producción industrial.
La historización del concepto de trabajo lo presenta como una categoría específica del capitalismo, como una forma de
relación social propia y constitutiva de dicho modo de producción. Desde esta línea de reflexión, el carácter individual
que el liberalismo le adjudica a las actividades laborales se comprende como un obstáculo epistémico que obtura
las posibilidades de pensar que toda producción es en primera y última instancia, producción social.
Sostener que la tecnología volverá prescindible el trabajo humano y que a partir de eso se liberara a los hombres de la
obligación laboral implica un doble olvido: no se tiene en cuenta que, en tanto capital productivo, la tecnología es
trabajo humano y saber humano cosificado. Tampoco se tiene en cuenta que la impronta que ha marcado el desarrollo
tecnológico desde el surgimiento del capitalismo no escapa ni a la forma mercancía ni a la lógica de la propiedad
privada: su objetivo último ha sido aumentar la tasa de ganancias.
Cuando se acepta y se difunde que la idea de que la dignidad humana solo puede encontrarse trabajando, el trabajo
deja de ser un medio de satisfacción de necesidades para construirse el mismo en una necesidad.
Pero nuestra actualidad en devenir resignifica esa consideración: hoy asistimos al desplazamiento de la moral del trabajo
por parte de la impronta del consumo. La acentuación de las dinámicas consumistas genera nuevas formas identitarias
en las que los individuos ya no se definen a partir de su pertenencia –a un determinado gremio, aun determinado
partido político- sino en relación con su capacidad de consumir. La posibilidad de acceder a un mayor nivel de consumo
se impondría como el patrón de medida de los logros individuales y grupales. En ese contexto, la dinámica de la oferta y
la demanda ya no se conformaría tanto en el intercambio de bienes materiales como en la expansión de un mercado de
proveedores y usuarios.
Hoy, los sujetos volcados al mundo del trabajo se piensan a sí mismos desde la lógica del capital. Así, lejos de una
liberación del trabajo, estaríamos presenciando una extensión de sus fronteras, lo que marcaría la completad del
proceso de subsunción de la vida al capital. De allí que la caducidad de una moral del trabajo quizás no implique el final
de la explotación sino un desplazamiento o transformación de esta.
BOTICCELLI:
Este autor analiza las modificaciones del concepto de TRABAJO en el mundo occidental - europeo. Es decir, sus
implicancias conceptuales - políticas y también sus contextos históricos – sociales.
Como señala BOTICELLI en el inicio del texto, para los antiguos (griegos y romanos) la labor manual era una actividad
denigrante, dado que consideraban que lo específicamente humano estaba alejado del REINO DE LA NECESIDAD.
Por ello, quienes se dedicaban a esas tareas de producción no contaban con la posibilidad de realizarse como seres
humanos. Esto último solo era posible según los antiguos a partir del ocio: hacer política y filosofía.
Es decir, para los antiguos, el verdaderamente humano NO ESTABA en la generación / producción de lo necesario para
vivir (la labor física), sino en la política en tanto actividad “CREADORA” de la vida comunal, y la filosofía como espacio de
la búsqueda de la VERDAD CONCEPTUAL, en un contexto alejado de las necesidades inmediatas de la supervivencia…
Por ello, para los griegos (y en menor medida para los romanos) la política junto a la filosofía eran las actividades que
elevaban el espíritu corriéndolo de la ANIMALIDAD. Es decir, en esta primera etapa occidental, la actividad, la labor, se
asocia a la necesidad (lo estrictamente físico), es decir a lo no humano.
Esa noción de trabajo y COMUNIDAD (integrada a partir de la participación en la vida política y la reflexión filosófica
como seña de elevación espiritual) en el mundo occidental se mantuvo casi intacta hasta la caída del IMPERIO ROMANO
(V d.c) O sea, mil años aproximadamente (Grecia clásica 470 a.c - Caída del imperio romano 475 d.c)
Siempre pensemos que la producción mayoritaria del excedente social, es decir la producción de los bienes necesarios
para garantizar la reproducción de la vida en esas sociedades, tanto en Grecia como en Roma, estaba organizado a partir
de la producción de los esclavos (en ambas comunidades había entre un 50 y un 60 % de esclavos en el total de
población)
Esas nociones comienzan a modificarse a partir de la nueva realidad FEUDO - VASALLATICA desarrollada a partir del siglo
VII-VIII. Es decir, con la consagración de Carlo Magno como rey del SACRO IMPERIO –ROMANO GERMANO y la
consolidación del poder de la Iglesia Católica en el MUNDO OCCIDENTAL europeo.
La aparición de una aristocracia transformada en nobleza (con títulos de posesión de cargo y tierras), los campesinos
siervos “atados a la tierra” en tanto “siervos de la gleba” y la organización de una cosmovisión a partir de la doctrina
teológica
BOTTICCELLI explica que para los teóricos religiosos medievales (en especial entre los siglos X a XV) la LABOR (es decir la
producción a partir del intercambio con la naturaleza) comenzó a ser planteado como la manera que tenía “todo buen
creyente/FIEL” de expresar su amor al creador…tratando de imitar su obra.
De hecho, en esos términos era planteado el modo de vínculo humano por la IGLASIA CATÓLICA: la comunidad de
creyentes unidos en la tarea de producción, que era una forma DE ALABANZA, interactúa con la creación divina. Incluso
aquí el tiempo de ocio era planteado también en términos de comunidad y alabanza: el séptimo día no se trabaja y es
consagrado a dios.
Se comprende cómo las definiciones/concepciones de LABOR – OCIO – INTEGRACIÓN SOCIAL se modificaron a la par de
las relaciones sociales en estos dos momentos históricos???
No es lo mismo plantear esos conceptos en una sociedad ESCLAVISTA que en una sociedad FEUDAL DE SIERVOS. Por ello
no es posible aplicar indistintamente la noción de TRABAJO a todas las formaciones sociales
Por último, en esta serie histórica elaborada por BOTTICCELLI, se encuentran los pensadores modernos y liberales (XVII-
XIX) para quienes el trabajo es tanto el principal FACTOR DE LA PRODUCCIÓN económica, y por lo tanto el ÚNICO MEDIO
DE SUBSISTENCIA, por un lado, así como a su vez la forma de REALIZACIÓN PERSONAL E INDIVIDUAL, y por lo tanto el
MODO DE CERTIFICAR INTEGRACIÓN A LA SOCIEDAD.
Por ello, es esa concepción la que sostiene la noción de propiedad privada como el elemento que articula de modo
central las relaciones entre los sujetos (ahora vinculados estrictamente, o cada vez de un modo más ampliado, a partir
de la contratación laboral y la compraventa de objetos).
Aquí el discurso sobre el trabajo se transforma: ahora la realización personal tiene que ver con el mundo material, y no
en la lógica de lo ESPIRITUAL (alabanza a DIOS o consagración al debate FILOSÓFICO – POLÍTICO). Y, por otro lado, la
realización material del sujeto, el individuo, es la que redundaría en la realización de la COMUNIDAD.
Ahora se mide las labores a partir del parámetro / cálculo de la utilidad debido a la métrica tiempo-dinero/objetos y su
posibilidad de venta. Este cambio es central para poder comprender la legitimación de la modernidad occidental
capitalista. Por lo tanto, las lógicas de valorización de la producción y del ocio se modifican.
En este contexto (del desarrollo de las RELACIONES SALARIALES que son la columna vertebral del capitalismo) la relación
social que hace del EL TRABAJO un EMPLEO paso a ser mayoritaria frente a otras formas, y desde ese momento pasó a
ser teorizado como UN ELEMENTO CENTRAL DE LA INTEGRACION AL CUERPO SOCIAL,
COMO VERÁN, EN ESTE CASO, TANTO LA TAREA PRODUCTIVA (TRABAJO) COMO LA POSIBILIDAD DE REALIZACIÓN
HUMANA SON VARIABLES QUE SE UNIFICAN, PERO BAJO UN ELEMENTO CENTRAL: LA INDIVIDUALIDAD (Y MÁS
ESPECÍFICAMENTE a través de LA PROPIEDAD PRIVADA) Y EL EMPLEO EN RELACIÓN DE DEPENDENCIA
Todos estos elementos señalados más arriba forman parte de un concepto que los abarca, y que BOTICCELLI explica a
partir de lo señalado por MARX, que es el concepto de TRABAJO ABSTRACTO.
Sintéticamente es el proceso por el cual se consigue la anulación de las diferencias CUALITATIVAS de los
trabajos/labores, para reducirlos a una UNIDAD CUANTITATIVA: el tiempo USADO EN LA LABOR.
Es decir, CUALQUIER PARTICULARIDAD DE LOS TRABAJOS (Zapater@ / herrero@/ pastelero@) no tiene relevancia
CUALITATIVAMENTE, sino que se los equipara CUANTITATIVAMENTE: el tiempo que gasta para hacer su trabajo, en
relación con la tecnología disponible.
De este modo se consigue HOMOGENEIZAR todos los trabajos y reducirlos a un solo patrón de medida necesario para
agilizar el intercambio: la moneda en tanto síntesis de ese tiempo de trabajo.
Es decir, reducir todos los trabajos (cualitativamente distintos), igualarlos u homologarlos a partir del tiempo GASTADO
PARA PRODUCIR, por un lado, y a su vez reducirlo al único equivalente “universal” que permite cuantificar ese gasto de
tiempo y que a su vez permite que sus productos sean intercambiados como equivalentes: unidad de tiempo
equivalentes medida en DINERO.
Al realizar esta operación se igualan todas las mercancías más allá del TIPO de trabajo que implica cada una y es a partir
de “encontrarse” en el intercambio mercantil, que cada una de esas mercancías toma un precio por equivalencia con
otras. Así se consolida el sistema mercantil de intercambio articulado a partir del DINERO.
Lo central es que la capacidad de trabajo queda reducida al GASTO DE ENERGÍA en un tiempo determinado (con relación
a un conjunto de herramientas y de tecnología que cada sociedad dispone), y así se vuelve una mercancía igual a las
demás
Se trata de una de las condiciones fundamentales para la aparición y expansión el capitalismo en tanto sistema
productivo, dado que GENERA UNA LOGICA de EQUIVALENCIAS de mercancías (por ejemplo, fuerza de trabajo /te / oro /
lechuga) en la que el dinero es el eje de todas las equivalencias (que expresan las unidades de tiempo socialmente
necesarios para la producción).
LA IDEA ES DISOLVER LAS DIFERENCIAS CUALITATIVAS ENTRE EL HERRERO, EL ORFEBRE, EL CARPINTERO, EL CAMPESINO,
Y HACER QUE SU TRABAJO SE VALORE POR EL TIEMPO DESTINADO A LA PRODUCCIÓN MÁS ALLÁ DE LAS HABILIDADES
PARTICULARES DE CADA UNO, HACIENDO QUE SUS SALARIOS ESTÉN CON RELACIÓN A LA CANTIDAD DE RIQUEZA QUE
GENERA CADA UNO DE ESOS TRABAJOS.
Así, esas equivalencias de TIEMPO... esa HOMOGENEIZACIÓN DE LOS SUJETOS a una variable, el tiempo, puede ser
intercambiada de modo más sencillo en el mercado a partir de la mediación del DINERO...que es el EQUIVALENTE
UNIVERSAL propuesto por el capitalismo
Cabrera, Daniel, Lo tecnológico y lo imaginario: las nuevas tecnologías como creencias y esperanzas colectivas, Biblos,
Buenos Aires, 2006.
Las “nuevas tecnologías” aparecen en los discursos incentivando y estimulando la imaginación. Se busca que los
productos sean indispensables bajo la premisa de que “el éxito alimenta el éxito”.
Se estimula la imaginación con promesas - son superadoras a la política y la religión porque cumplen con lo que
promete. Bombilla, automóviles, avión, etc.
Se promete respecto de lo que ya se está haciendo dentro de las fábricas y laboratorios de ahí que las promesas de las
nuevas tecnologías siempre son cumplidas. - La empresa refuerza su “marca” y las “marcas” se convierten en depósitos
de confianza y en buenas realizadoras de las promesas - La fe en las marcas de productos de consumo es un sustituto de
las creencias religiosas en su posibilidad de dar sentido a la vida humana.
Las marcas exitosas son aquellas que transmiten creencias fuertes y originales.
Las imágenes se plasman en nombre de las tecnologías a través del ejercicio profesional del marketing, que corre por
cuenta del mercado y de los gurús empresariales.
Las imágenes publicitarias de las nuevas tecnologías se sitúan sobre el eje temporal “pasado-futuro”. La promesa en
nombre de la tecnología implica que quien promete se atribuye un poder de cumplimiento lo que es posible porque ya
se tiene “dominio” sobre el futuro, debido a que se convierte en “presente” porque EL FUTURO YA ESTA AQUÍ.
No es posible realizar una campaña de marketing de un nuevo producto tecnológico sin que la idea, implícita o
explícitamente, “futuro” no sea parte de ella.
No se puede estimular la imaginación sin que la idea de futuro sea parte de la promesa. - Si la paranoia es sentirse
perseguido cuando no se lo está, la sociedad actual tiene el síntoma contrario: es vigilada y perseguida y aun teniendo
indicios de que es así no lo siente ni lo sabe.
Las “nuevas tecnologías” aparecen en el mercado como un acontecimiento que no puede ser parado ni negado - Se trata
más que de una “fuerza de la naturaleza” que podría ser pronosticada, de un anuncio “mesiánico” de un acontecimiento
“necesario”. - Las nuevas tecnologías pueden ser pronosticadas porque ya están en fase de desarrollo.
Se las puede comparar con el relato del mesías porque - las nuevas tecnologías aparecen como “dotadas de voluntad
propia”, provienen de otro lugar más allá de la experiencia, son salvadoras y su presencia permite imaginar un mundo
mejor.
Los cambios provocados en las rutinas de la vida cotidiana gracias a las nuevas tecnologías hacen que toda promesa sea
creíble y todo incumplimiento, olvidable.
Las nuevas tecnologías se presentan como el destino de la humanidad. - El futuro entonces se convierte en predecible y
no hay lugar para la incertidumbre, lo cual resulta en que el futuro deja de ser tal y se afirma que “el futuro ya está aquí”
- LA IDEA DE NO PODER DETENER EL AVANCE, CONSTITUYE LA IDEA DE PROGRESO.
El presente desaparece como lugar de acción para convertirse en lugar de realización de promesas a través de la compra
y el consumo - Por eso nos dicen que es importante “vivir el instante”.
Hay una pérdida del significado de futuro como “horizonte” y una banalización del presente como lugar de acción.
Las nuevas tecnologías son neutras. No se las puede acusar de nada negativo, porque lo negativo es culpa del usuario no
de la tecnología.
El lema de las nuevas tecnologías es “confía, compra y usa y veras como cambia tu vida”. - El repliegue en lo privado, el
consumo y el disfrute, son el nuevo imaginario donde lo público – publico (política) ha sido conquistado por lo privado-
publico (mercado)
Las nuevas tecnologías requieren de un optimismo constante, y ese es el valor que tratan de demostrar. - Solo queda el
“sometimiento optimista”.
El imperativo tecnológico es una “profecía que se cumple a sí misma”, una fuerza irresistible que conduce a los seres
humanos a un destino inevitable - O se acepta y hay posibilidades de adaptarse, o no se la acepta y se es arrastrado por
ella. - El no poder negarse es una negación a la libertad - La adaptación es una salida solo cuando la realidad a la que
adaptarse es necesaria.
La industria de la información y de la comunicación se asemeja a una fábrica constante de importantes novedades a las
que “hay que estar atentos” porque “cambiaran nuestras vidas” - En la sociedad de hoy el tiempo tiene como significado
“periodo de transición permanente, siempre en camino hacia lo más nuevo”.
Las nuevas tecnologías tienen una temporalidad donde la novedad siempre proviene de la repetición - su novedad no
habla de comienzo sino de “lo nuevo siempre lo mismo”. - Las nuevas tecnologías son el rostro del nuevo optimismo
contemporáneo que se vale del corto plazo.
En este contexto, “demostrar el valor de algo, es estimular la imaginación de una promesa”. - Las nuevas tecnologías son
productos comerciales y el marketing de estos es responsable de su éxito o no. - El marketing define los perfiles
ideológicos de la sociedad actual por lo que deberían estudiarse desde una perspectiva social y política.
En la actual economía de mercado, las necesidades humanas son naturales, no se generan, pero su forma cultural, es
decir el deseo, debe estar respaldado por su poder adquisitivo. - Si algo está mal en actual sociedad de economía de
mercado, no es problema de ella sino de la organización de la cultura.
Sibilia, Paula, La intimidad como espectáculo, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2008.
La Megalomanía y la excentricidad ya no son vistas de manera negativa como antes.
Todos nosotros estamos transformando la era de la información, modificando las artes la política, el comercio, incluso el
modo en el que se mira el mundo. Nosotros y NO los medios de comunicación masiva.
Existe una extraña unión que, mediante la incitación permanente a la creatividad personal, la excentricidad y la
búsqueda de ser diferente, no se deja de producir copias descartables de lo mismo.
Por un lado, parece que estamos ante una verdadera “explosión de productividad e innovación”. Por el otro la capacidad
de creación se ve capturada siempre por el mercado que no deja de transformarla siempre en ganancias. - LA
CREATIVIDAD ES EL COMBUSTIBLE DE LUJO DEL CAPITALISMO ACTUAL.
En menos de una década las computadoras se han convertidos en los nuevos medios de comunicación. - Mediante el
uso de las redes, los correos electrónicos son el nuevo servicio postal, los perfiles en Facebook son nuestra vidriera, los
blogs los diarios íntimos que de íntimos no tienen nada, etc. - REVOLUCION DE LA WEB 2.0 - Mientras la primera
generación de internet deseaba vender cosas, la web 2.0 confía en los usuarios como “codesarrolladores”.
La subjetividad no es algo inmaterial que cada uno lleva adentro, sino que es moldeada por la experiencia y la
interacción de otros con el mundo - La cultura influye sobre lo que se es.
Nivel Particular/Intermedio: Son comunes para algunos, pero no inherentes a todos - La cultura, la historia, política,
económica y social.
El “espíritu del negocio” en el nuevo régimen es el pago por parte de grandes a empresas a usuarios “comunes” que
compartan su vida y/o invenciones. - Por lo general los usuarios no saben bien para que se los utilice, pero aun así son
los que demandan este tipo de prácticas.
Así como muchos jóvenes parecen no tener instinto de protección de su privacidad es que surgen nuevas prácticas
publicitarias mediante las cuales el envío de publicidad a los usuarios se hace según su comportamiento.
Mientras algunos festejan esta “democratización de los medios”, la brecha de desigualdad entre ricos y pobres no
disminuyen - EXCLUIDOS. - Esos miles de millones de personas que no acceden a este sistema, están condenados a la
gris inmovilidad local, y peor aún, es que en esta nueva “sociedad del espectáculo”, solo se es lo que se ve, es decir se
vuelven INVISIBLES.
PARTE “A”
Heredia, Mariana, Cuando los economistas alcanzaron el poder (o cómo se gestó la confianza de los expertos),
Capítulo “4. El laboratorio y las metamorfosis de la representación”, pp. 189-229, Siglo XXI, Buenos Aires, 2015.
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Muy bien, en paralelo a ello ocurrió el proceso que analiza HEREDIA, por medio del cual surgen nuevos ACTORES
POLÍTICOS, pero que discursivamente se presentan como “APOLÍTICOS” … los economistas.
Son los nuevos gurúes que interpretan los SIGNOS DEL MERCADO…desde una ciencia presentada como exacta y por
tanto objetiva (y supuestamente DESIDEOLOGIZADA)
La autora comienza señalando un elemento importante: que en los años 90 se consolidó la gobernabilidad (en jaque
desde mediados de los 80) a partir de “sortear la crisis económica” iniciada a mediados de los 70 a partir de una serie de
medidas neoliberales.
Es decir, pareciera ser una paradoja: se sostiene el régimen político representativo por medio de medidas que al largo
plazo fueron centrales en el proceso de su posterior deterioro. De hecho, el neoliberalismo requiere de reducir la
democracia a su aspecto formal, y de hecho llegado el caso, ni siquiera es preciso que se de esa forma de sistema
político
Para la autora, pensar las causas de este proceso es indisociable del incremento del poder político de un sector de
profesionales (los ECONOMISTAS) quienes implementaron toda una serie de DISCURSOS SOBRE LO REAL y DISPOSITIVOS
PARA LA REGULACIÓN SOCIAL, cuyo poder proviene del prestigio dado por centros de estudios y su carrera académica,
por un lado, y por su cercanía con el mundo empresarial.
El lugar de poder social de este nuevo “actor político” será galvanizado a partir de construir un discurso desde la
TÉCNICA como neutral, objetiva…lo que se elabora a partir de desarrollar la idea de que la economía es una ciencia
exacta y no social
La economía desde mediados de los setenta señala HEREDIA, se presenta como una ciencia exacta, técnicamente
impoluta e ideológicamente aséptica. Por lo tanto, quienes hablan en su nombre, en realidad lo hacen en nombre de un
saber sin parcialidades.
Lo que la autora quiere tratar de mostrar es cómo éste SABER técnico-científico-racional – objetivo (en tanto que se lo
supone desprovisto de intereses y subjetividades) permite construir la legitimación de una determinada forma de
ejercicio del PODER.
Precisamente la autora busca mostrar cómo el lugar de los expertos y la credibilidad de su palabra/pronóstico se da en
paralelo al aumento del descrédito de la política o del aumento de un discurso antipolítico
Sobre esto último, por los argumentos que presenta la autora, podríamos pensar que se trata de la traducción de un
movimiento más profundo: el incremento de una percepción cada vez más desocializada.
Es importante señalar que cuando la autora refiere a los factores que permitieron el incremento del poder de este
nuevo “actor social” con poder político, coincide con ADAMOVSKY al señalar que los procesos inflacionarios lanzados
desde 1975 (a partir del RODRIGAZO) y que terminan en 1991 con la convertibilidad, son el escenario base para ello.
Se trata, según HEREDIA, de un clima de imprevisibilidad que permitió instalar un discurso económico depurado de la
referencia AL BIEN COMÚN.Y a su vez se planteó la noción de la economía como un campo autónomo e independiente
de toda ideología (muy asociado a lo que ya conversamos sobre el FIN DE LAS IDEOLOGÍAS y el FIN DE LA HISTORIA)
De hecho, esa idea de tecnócrata trató de extenderla a todos los campos para poder "DEPURAR DE IDEOLOGIA" las
prácticas educativas, académicas, etc…
Pretender que alguien hable al margen de la ideología es lo mismo que creer que uno puede saltar fuera de su propia
sombra
En ese contexto de crisis e imprevisibilidad, HEREDIA señala que la concepción que estos expertos difundieron como
lectura de la realidad es que cada INDIVIDUO debía sacar el máximo posible de ventajas más allá de consecuencias
sociales.
Así, dice HEREDIA, se alentaron a conductas especulativas como el REFUGIO EN EL DÓLAR como medio de ahorro o a
comprar CALIDAD A BAJO PRECIO por medio de la importación
La autora señala que estas conductas, generar las acciones de ESPECULACIÓN – CONSUMO DE LO IMPORTADO, tuvieron
sus dispositivos pedagógicos en columnas de diarios o informativos, e incluso en la fundación de diarios especializados
en temas financieros que comenzaron a ser de cada vez más interés por parte del “hombre de a pie”.
De este modo se comenzaron a NATURALIZAR HÁBITOS en los sectores sociales mayoritarios. Si esto ocurrió desde
mediados de los 70, para los 80 con el clima de una MAYOR INFLACIÓN estos procesos se profundizaron
1º las nociones que naturalizaban el individualismo se profundizaron a la vez que se desarrolló un discurso antiestatal.
Aquí se profundiza el llamado a los sujetos para que ACTÚEN COMO INVERSORES (especulando con el dólar).
2ºPor otro lado se agravó el discurso de AUTODENIGRACIÓN NACIONAL, y desde allí se llamaba a actuar a los sujetos
como CONSUMIDORES de los bienes importados.
El punto 1 (actuar como inversores) implica la noción de que los sujetos de a pié puedan sentir que "están en el
negocio", que forman parte de los "sectores empresariales" por medio de la inversión…es una manera de generar la
ligazón de intereses de los sectores subalternos a los de las clases dominantes, hacer que imiten sus prácticas, que
sientan que forman parte de ese grupo
Según HEREDIA se consolidó el lugar de estos EXPERTOS por medio de la aparición de centros de estudio financiados por
capitales privados. Son los TANQUES DE IDEA que generan información a la vez que propaganda (como el CEMA o la
FUNDACIÓN MEDITERRÁNEA, por ejemplo)
De hecho, la autora dice que esos nuevos centros se transformaron en una nueva forma de “MILITANCIA” dado que son
centros de formación técnico-políticos para el ESTADO al margen de los partidos. Es decir, son espacios privados en los
que se forman los técnicos que después entrarán a diseñar y ejecutar políticas públicas.
Y como la financiación de esos CENTROS depende de capitales privados sus perspectivas, lecturas e interpretaciones de
“la realidad” así como sus propuestas/ recetas tiene una AGENDA acorde con sus patrocinadores
Adamovsky, Ezequiel, Historia de las clases populares en la argentina. Desde 1880 hasta 2003, Sudamericana, 2012.
A raíz de la problemática del gobierno de Alfonsín, era necesaria una reforma de manera inminente. A pesar de la
estrategia con las que los poderes dominantes inundaron los medios de comunicación, relativa a la de desmantelar el
estado, liberar la economía y terminar con los derechos laborales, con la cual convencieron al representante de la UCR e
hizo de esto sus promesas de campaña el ganador de las presidenciables de 1989 fue el candidato del PJ: Carlos Menem,
quien había incluido en sus promesas de campaña ideas bastante arraigadas al peronismo: industria nacional y
aumentos salariales.
Todos los analistas de la época coinciden que la terrorífica HIPERINFLACION sufrida en el gobierno de Alfonsín fue
provocada por los sectores empresariales y financieros más dominantes para poner de rodillas al sistema político, lo que
derivó en la renuncia del presidente.
Al asumir, Carlos Menem sorprendió a todos aplicando políticas que nada tenían que ver con sus promesas de campaña:
Se asoció estrechamente con los intereses de los bancos y de grandes empresas nacionales y extranjeras. Con la
complicidad de todo el PJ y los sindicatos se eliminaron en tiempo récord todas las protecciones a la industria nacional, y
se privatizaron casi todas las empresas que eran propiedad del Estado.
Efectos
El estado no tiene más injerencia sobre lo que hacen las empresas privadas, pudiendo hacer y deshacer como les plazca.
Comunidades enteras, por ejemplo, las que dependían del ferrocarril, se transformaron en pueblos fantasmas.
Sector Agropecuario - El aumento de las exportaciones, las políticas cambiarias y la creciente presión en el precio de las
tierras hicieron que muchos de los pequeños y medianos productores se vieran obligados a vender sus tierras a los
grandes terratenientes.
Fuerte expansión de la soja por los precios internacionales y por la posibilidad de cultivo en zonas menos favorables. -
Deterioro ambiental - Tala de árboles + inundaciones. - Sensación ficticia de bonanza económica - En los primeros años
de su presidencia y a partir del ingreso de capitales extranjeros, el poder controlar la inflación hizo suponer que el
sistema estaba funcionando, volvieron las compras en cuotas y generaron una breve fiebre de consumo.
Para 1995, fue la primera vez en toda la historia argentina en la que el candidato favorito de los sectores empresariales
llegaba al poder mediante elecciones limpias.
Desde ese momento la economía se derrumbó en caída libre. + Desempleo, + Pobreza, + fragmentación.
Luego de más de una década de neoliberalismo todos los cambios pueden resumirse en un enorme incremento de la
desigualdad. - Gracias a, en su momento las represiones militares, y en los 90 a las políticas neoliberales las clases altas
consiguieron apropiarse de una porción mucho mayor de riqueza.
El neoliberalismo significo reformular todos los aspectos de la vida social de los individuos intensificando la penetración
del capitalismo en la vida social.
La premisa de que el papel del estado debía reducirse al máximo, hicieron que las jubilaciones, atención de hospitales y
la educación bajaran drásticamente su calidad y acceso a las mismas - “Cada individuo debía acceder al bienestar por sus
propios medios”.
El Estado nacional transfirió muchas de sus responsabilidades a las provincias y municipios quienes no tenían los fondos
para hacerse cargo de estas.
Mediante entrega de subsidios o alimentos, la nueva política social identificaba posibles focos de conflicto y los
mantenía bajo control.
Las fábricas dejaron de ser los escenarios de política social y pasaron a ser los barrios.
Surge la actividad de militancia social en los barrios lo que dio lugar a la expansión del “Clientelismo”. - Los punteros al
servicio del Estado, cobrando favores personales por votos.
Los límites entre público, privado y partidario se borraron - Por un lado, los pobres dependían del vínculo que podían
tener con los punteros para poder “sobrevivir” y los punteros dependían de la movilización de los pobres hacia cierto
partido político con tal de acceder a un puesto en el Estado. - Dentro de los barrios y por la precarización de los empleos,
la policía comienza a jugar un papel impune - Comenzaron a relacionarse con los jefes de redes delictivas (prostíbulos,
juegos clandestinos, etc.) para “autofinanciarse” mediante el cobro de coimas, lo cual tuvo un crecimiento tal que les
permitió incluir en esta red a jueces y fiscales, convirtiéndose también en una fuente de financiamiento para la política
clientelar. Tal fue el grado de crecimiento de esta impunidad que para comienzos de los 90 los mismos gobernantes
hicieron un trato con la policía: a cambio de “no mirar” sus actividades de autofinanciamiento, les pedían que
garantizaran niveles “aceptables” de seguridad.
Los hogares entraron en una especie de desesperación ante los niveles de pobreza y desocupación. - La ayuda entre
familias que antes era común en un momento difícil se empobreció en su capacidad de ayuda mutua.
Los empleos eran precarios o de corta duración que no permitía hacerse de vínculos laborales.
Los jóvenes percibían el mundo como en un lugar que debía pelear para sobrevivir de la mejor manera posible - Se
comienza a valorar lo inmediato “cortoplacista” - Lo único que parecía tener sentido era sobrevivir el día o encontrar
una satisfacción momentánea.
En las clases más bajas, significo el rompimiento de los códigos éticos, al tener los jóvenes que involucrarse en la
delincuencia, sin nunca haberse dedicado a ello, hecho que la policía aprovecho para reclutar mano de obra para su red
delictiva. El aumento de la violencia e inseguridad fue tal que la Argentina llego a ubicarse dentro de las sociedades más
atemorizadas del mundo - La prensa lo mostro como que los pobres estaban fuera de control. - En los barrios, donde
antes todos se conocían unos a otros, comenzó a reinar la “desconfianza mutua”. - La violencia interpersonal se volvió
común en la vida cotidiana, nadie podía confiar en el vecino ni en la policía.
Para mediados de los 90, la supervivencia pasaba para la mayoría por la ayuda alimentaria y los subsidios estatales.
PARTE “B”
En su texto intenta reflexionar de forma histórica y teórica sobre la noción de REPRESENTATIVIDAD - Ha ido mutando -
Fines del XVIII – XIX Parlamentarismo.
Principios de Representatividad
Criterio de Elección de los Gobernantes
DEMOCRACIA DE LO PUBLICO: Las personas votan a un candidato por sus atributos individuales (Personalidad). El
discurso del candidato depende del “humor social” del momento y no de una ideología.
DEMOCRACIA DE PARTIDO: Las fuerzas sociales se ven representada en el PARLAMENTO. Los partidos disputan,
negocian y solucionan conflictos dentro del Parlamento (Institucionalmente)
DEMOCRACIA DE LO PUBLICO: La independencia es ALTA porque los gobernantes son elegidos “de individuo a
individuo” y además se eligen en base a imágenes de “lo que puede hacer el candidato según sus características”.
DEMOCRACIA DE PARTIDO: Los medios de comunicación funcionan respecto a las ideas de los partidos.
DEMOCRACIA DE LO PUBLICO: Los medios de comunicación tienen a los partidos a su disposición. Manin decía que los
medios de comunicación son relativamente “neutros” lo cual HOY no es así.
DEMOCRACIA DE PARTIDO: El debate se genera dentro de cada partido y es llevado al parlamento donde es discutido
con otras fuerzas políticas.
DEMOCRACIA DE LO PUBLICO: Se mantiene la disciplina del voto dentro del parlamento, pero el representante del
partido lleva a discutir ideas que tienen que ver más con la agenda pública que por lo discutido dentro del partido.
Castells, Manuel, “Comunicación, poder y contrapoder en la sociedad en red. Los medios y la política”, en Revista
Telos, abril -junio 2008.
Que es El poder:
El autor define el poder como la capacidad de influencia que tiene un actor social sobres las decisiones de otro actor
social todo con el fin de satisfacer los intereses del actor con mayor poder y delimita sus relaciones por instituciones que
se basan en la dominación.
Teniendo definido el concepto de poder se empieza a cuestionar los medios para poder alcanzarlo, planteando opciones
desde el punto de vista de la violencia o la fuerza, con base a esto se empiezan a generar teorías del poder, tomando los
aportes de autores como Max Weber, Michel Foucault, Habermas, entre otros.
Finalmente, el autor expone las características de la estructura social en las que opera el estado, sus relaciones de poder
y el contexto histórico en el que surge los procesos contemporáneos de la globalización y el nacimiento de la sociedad
red.
Partiendo que el estado es “Una nación es una comunidad de sentimientos que se manifestaría adecuadamente en un
estado propio; por tanto, una nación es una comunidad que normalmente tiende a crear un estado propio” se empieza a
hacer un análisis sobre el poder, las relaciones de poder dentro de este o entre varios estados.
Se determina que, si las relaciones de poder existen en estructuras sociales concretas que se constituyen a partir de
formaciones espaciotemporales, y estas formaciones espaciotemporales ya no se sitúan primordialmente a nivel
nacional, sino que son locales y globales al mismo tiempo, los límites de la sociedad cambian, lo mismo que el marco de
referencia de las relaciones de poder que trascienden lo nacional.
No obstante, bajo las condiciones de la globalización multinivel, el estado se convierte en un nodo más (si bien
importante) de una red determinada, la red política, institucional y militar, que se solapa con otras redes significativas
en la construcción de la práctica social.
Redes:
La red es el conjunto de nodos interconectados, pero algunos no pueden tener mayor o menor importancia dentro de la
red y los de mayor importancia son denominados centros de la teoría de redes y en la vida social las redes son
estructuras comunicativas.
las redes procesan flujos. Los flujos son corrientes de información entre nodos que circulan por los canales que conectan
los nodos. Una red está definida por el programa que asigna los objetivos y las reglas de funcionamiento de la propia red
Por lo tanto, se establece que las redes son complejas estructuras de comunicación establecidas en torno a un conjunto
de objetivos que garantizan, al mismo tiempo, unidad de propósitos y flexibilidad en su ejecución gracias a su capacidad
para adaptarse al entorno operativo.
Es por esto por lo que las redes se convirtieron en la forma organizativa más eficiente como resultado de
El Estado Red:
Debemos empezar por decir, que cuando nos referimos a estado, abarcamos todas sus instituciones elegidas de forma
democrática y constitucional. En la actualidad. el Estado-Nación debe articularse con los otros Estados y estar dispuesto
a realizar cambios estructurales en virtud del bienestar de los ciudadanos y sus intereses. Decimos entonces que los
Estados responden a dinámicas inducidas como las mencionadas a continuación:
1. Se deben asociar en redes de estados que responden a dimensiones particulares. Por ejemplo, tenemos la Unión
Europea (UE), la Unión Africana (UA) u organizaciones de índole militar como la OTAN.
2. Tenemos otro tipo de asociaciones como internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) o el Banco
Mundial.
3. Los Estados deben converger con ONG, como organizaciones civiles que fiscalizan la actuación del Estado.
El Estado Red, se caracteriza entonces por conformarse como un sistema de organizaciones y entidades con
responsabilidades compartidas.
Más allá de la explicación del concepto, debemos tener en cuenta sus contradicciones, pues las dinámicas entre Estados
son supremamente complejas causando problemas de coordinación en aspectos organizativos, técnicos y políticos.
Debemos tener en cuenta el pilar fundamental sobre el que se iergue la política internacional: "Los Estados responden a
sus intereses". Por lo que lograr una cohesión armónica en imposible.
El Poder de las Redes:
- El poder de conectar en red: Las redes son complejas, los actores en ellas tienen la posibilidad de unirse
o ser excluidos de una u otra red. Aquí tenemos que determinar las estrategias de los Estados para
entrar a una red, e impedir que otro Estados entren a dicha Red.
- El Poder de la Red: La red es valiosa en dos vías, en primera instancia, la fuerza de la red es proporcional
al número de actores que la utilizan; En segundo lugar, la red misma se vuelve un monopolio que no
permite un margen amplio de elección a los actores que están fuera de ella.
Castro-Gómez, Santiago, “Ciencias Sociales, violencia epistémica y el problema de la “invención del otro”, en La
colinealidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, CLACSO, Buenos Aires, 2000.
PROYECTO DE LA MODERNIDAD: Es el intento fáustico de someter la vida entera al control absoluto del hombre bajo la
guía segura del conocimiento. - Elevar al hombre al rango de “ordenador de todas las cosas
Existe una “instancia central” (El Estado) a partir del cual son dispensados y coordinados los mecanismos de control
sobre el mundo natural y social.
El Estado es entendido como el punto en común de todos los intereses de la sociedad, capaz de formular metas
colectivas y válidas para todos.
Nacen las Ciencias Sociales - Para observar de manera científica el mundo social que se pretendía ordenar.
Para ajustar a los hombres al aparato de producción - Disciplinar pasiones y orientarlas en beneficio del trabajo.
Sometimiento de los seres humanos a una serie de normas que estaban legitimadas por el conocimiento.
INVENCION DEL OTRO: Dispositivos de saber/poder a partir de los cuales las representaciones mentales del “otro” son
construidas.
La creación de las constituciones en su función jurídico-política permitió inventar la ciudadanía, es decir, crear un campo
de identidades homogéneas que hicieran viable el proyecto moderno de la gubernamentalidad.
No se escribieron manuales para ser un buen indio, un buen gaucho sino para ser “un buen ciudadano”.
El sujeto moderno debe reprimir sus instintos con el fin de hacer más visible la diferencia social. El proceso de
civilización implica también la definición de “vergüenza” ya que había que diferenciarse de todo lo considerado
“barbarie”. La enseñanza de la “buena escritura” y de la “buena oratoria” son ejemplos de prácticas disciplinarias para
diferenciarse de “la plebe”.
Una de las principales contradicciones del proyecto de modernidad es que para el ejercicio de “la libertad y el orden” se
implicaba sometimiento de los instintos, supresión de la espontaneidad, y el control de las diferencias.
La “invención del otro” y la “invención de la ciudadanía” están relacionadas genéticamente. Crear la identidad del
ciudadano moderno en América Latina implicaba generar una especie de vidriera a partir de la cual esa identidad podría
verse, medirse y afirmarse como tal.
La construcción del imaginario de “civilización” exigía necesariamente la construcción del imaginario de lo contrario: la
“barbarie”.
COLONIALIDAD DEL PODER: La injusticia de los colonizadores es legitimada por un imaginario que establece diferencias
irreconciliables entre colonizador y colonizado. El dispositivo taxonómico (significa que “clasifica”) que funciona para
esta generación de identidades opuestas es el de “raza” y “cultura”. La maldad, la barbarie y la incontinencia se
identifican con el colonizado mientras que la bondad la civilización y la racionalidad con el colonizador.
La modernidad dejo de ser operativa como “proyecto” en la medida en que lo social empieza escaparse del control del
Estado. - El proyecto de la modernidad llega a su fin cuando el Estado pierde la capacidad de organizar la vida social y
material de las personas, dando lugar al proceso que conocemos como GLOBALIZACION. - Cambio cualitativo en los
dispositivos de poder.
GLOBALIZACION - PODER LIBIDINAL: Moldea la totalidad de la psicología de los individuos para que cada cual pueda
construir su propia subjetividad sin oponerse al sistema.
Para cualquier estilo de vida que se elija, siempre hay una oferta en el mercado.
Si el poder disciplinar reprimía las diferencias, el poder libidinal las estimula y las produce.
Ya no es posible conceptualizar las nuevas configuraciones de poder con el instrumental teórico de la modernidad.
Sztajnszrajber, Darío, “Filosofía de la experiencia postidentiaria”, en Quevedo, Luis Alberto, (comp.), La cultura
argentina hoy. ¡Tendencias!, Siglo XXI, Buenos Aires, 2015, pp. 57-88.
En este sentido toma como punto de partida la aparición de acontecimientos que muestran fisuras en los
acontecimientos históricos, tampoco son pruebas concluyentes sino todo lo contrario. Dado esto, las irrupciones se
presentan en varias formas posibles, llegando a la frontera de lo permitido y lo ilegal. Donde no hace más que confirmar
la corrección del orden. Así la cuestión de identidad está ligada a una diferencia donde el único problema es definir
donde esta esa frontera. El problema se produce cuando la filosofía problematiza la lógica y lo hace de tal modo que su
propia frontera se vuelve irresoluble. En este sentido el problema de identidad oscila entre sus crisis empíricas y sus
paradojas conceptuales.
Cuando se pregunta por identidad decimos ¿quiénes somos? Muchas veces no llega a cerrar, entonces esa pregunta se
mueve de lugar.
Aunque utilicemos la palabra identidad habitualmente, esta es antes que nada una categoría lógica en que incluso
podríamos agregar ontológica.
Pensar en identidad es pensar en pensar en existencia de una esencia propia que hace de cada identidad lo que es y no
otra cosa, pero sobre todo una concepción de lo real y una conexión de las identidades a un nivel secundario.
Muchas veces suelen confundir identidad con igualdad, incluye la diferencia, es exactamente todo lo contrario, por lo
tanto, dos entes no pueden ser idénticos. Por eso hablar de igualdad es hablar de diferencia. La identidad es la misma
para todos, aunque todos tienen sus diferencias.
El paradigma de identidad se produce cuando los limites comienzan a aparecer incurriendo en una falla ontológica.
Entonces el otro, no puede tener identidad, no existe. Conducen a una conclusión paradójica nuestra imposibilidad de
acceder al otro. Donde el otro se vuelve tolerable concediendo su parte de otredad para ser aceptado. Esto implica una
pérdida de lo propio un desapropiamiento de lo negativo. Cuando el otro es soportado se deja de lado lo no tolerable. El
costo es despojarse de todos los elementos que resulten inadmisibles para quien tolera.
Una experiencia post- identitaria los obliga, antes que nada, a pensar en la identidad, despidiéndose del centro de su
hegemonía. Casi como si las fronteras ya no tuvieran límites entre las identidades, que no hubiera otra manifestación
identitaria donde no hubiera límites. En primer lugar, lo necesario define una esencia, por ello no hay lugar para la
contingencia o si la hay, es porque remite a características secundarias accidentales. O sea, nunca nada se nos presenta
en su totalidad que nos permita visualizar una supuesta esencia, sino que todo se presenta siempre a partir de un tipo
de vinculación.
No hay identidades desvinculadas, sino que su propio concepto tiene un vínculo posible. Si nuestra identidad es
contingente, entonces está siempre abierta al cambio a su propio concepto de reinvención una vez más, la clave es la
diferencia y cuanta más diferencia más discontinuidad. La clave es el otro, pero el otro tolerable ya que él no hace más
que afirmar lo que somos.
Las identidades contingentes se encuentran en permanente movimiento con una fuerza similar a las llamadas
identidades narrativas, en especial en sus formulaciones hermenéuticas.
Hermenéutica es básicamente, romper todo esencialismo en función de un acceso siempre interpretativo a cualquier
fenómeno.
El esencialismo entiende que los hechos costean la verdadera realidad que puede ser captada y expresada a través del
conocimiento.
Lo integrante del planteo hermenéutico llevado a su totalidad es la identidad, supone todas las características propias de
cualquier ejercicio literario.
La identidad no es una fija es una búsqueda, nos modificamos a cada instante, en contacto con el otro dentro de
nosotros. Nunca somos idénticos a nosotros mismos. El individuo busca conocerse a sí mismo, ejerciendo la posibilidad
de autoconocimiento. Preguntándose a sí mismo desde sí mismo. O peor un acto de transparencia por un lado este yo se
trata en ambos casos de este, de lo mismo. En segundo lugar, que ambos sean transparentes. La pregunta individual es
¿Quién soy? Una respuesta esencialista supondría la existencia de una esencia individual se definiría la identidad de cada
uno de nosotros. Como si existiera algo que nuestra interioridad y si es en lo que somos. El esencialismo individualiza, se
hace fuerte en las sociedades de hiperconsumo una defensa de la libertad individual.
Los seres humanos tenemos identidades individuales, dueñas de sí mismas autónomas e independientes, que visualizan
las fronteras que dividen lo esencial de lo occidental, lo más propio como un complemento contingente.
El esencialismo es lo que te define como tal. Como un ADN existencial único, propio y singular. Vivimos la identidad
como si hubiera unidad, como una repetición permanente de lo mismo y, sin embargo, todo el tiempo estamos
mutando.
La identidad es un hecho con otros incluso con esa misma otredad que somos nosotros mismos… Giorgio Agamben nos
recuerda la afinidad que existía entre la concepción de identidad y las de la persona previamente al desarrollo de la
modernidad. La identidad se hallaba en función del reconocimiento de los otros y ese reconocimiento tenía que ver con
nuestros textos, practicas, acciones tenía que ver con las diferentes posiciones que alguien tomaba en el vínculo con los
otros. Si lo que tenemos de personas se relaciona con los roles asumimos, casi teatralmente, en nuestra vida social,
entonces la identidad juega en ese movimiento por el cual alguien se encuentra todo el tiempo escapándose de sí
mismo.
Un cuerpo biológico puede definirse como tal, pero la identidad es siempre ese movimiento por el cual ese cuerpo se
construye a sí mismo.
La identidad de género propone desarmar las conexiones esenciales que se plantean este sexo biológico y género y
sexualidad y genitalidad nos permite romper las formas de identidad cerradas que decretan por la naturaleza un
determinismo sexual.
Salirnos de lo binario significa superar incluso la dicotomía como libre posibilidad de transexualidad. Es decir, el género
excede las dos posibilidades sexuales que se supone que existían por naturaleza, ya que, si no, se permanece en lo
binario y solo se puede dejar de ser varón para llanamente pasar a ser mujer.
Lo binario constituye una política sobre los cuerpos, y, por eso una contra sexualidad no solo es un cambio en las
costumbres sexuales, sino un acto político revolucionario.
En la postura esencialista, el problema se potencia cuando se trata de identidades colectivas, ya que se necesita afirmar
algo que está más allá de cada yo y que determinaría la esencia de cada uno. En las identidades colectivas, el
esencialismo necesita la afirmación de una esencia trascendente que rija lo común al conjunto de individuos que
involucra. Así es como cada individuo encuentra su identidad no en su propio ser individual, sino en una entidad que lo
trasciende y que lo contiene. Y en esa entidad trascendente se presenta como totalizante, por no decir totalitaria.
La cuestión de secularización es clave, ya que, a primera vista, se la concibe como una negación cuando, a la inversa,
puede pensarse más bien como una continuidad resignificada. Es algo notable “des ocultar” y evidenciar los modos en
que los dogmas religiosos continúan condicionando muchos de los ritos y practica del mundo moderno. Y, en este
sentido, resulta interesante replantearnos hasta qué punto se encuentran presentes en nuestra cultura las identidades
religiosas ¿No hay presencia religiosa en el matrimonio, en las formas de concebir el tiempo, en nuestra ética, en la
concepción del trabajo en la idea de que el propósito de la vida es cumplir con un fin?
El debate por la secularización excede la esfera intelectual, ya que inscribe sus consecuencias en los dispositivos que
estructuran nuestro orden social y político.
Si el fundamento religioso metafísico, ha sido a lo largo de la historia el causal de los peores exterminios, hoy parece,
paradójicamente, ser lo religioso el espacio de apertura a la otredad. Hay algunas problemáticas propias de las
identidades religiosas que exceden propiamente la esfera de las creencias y se vinculan más con las tradiciones
nacionales, étnicas y sobre todo pone en evidencia ciertos conflictos en el interior del estado secular moderno
democrático.
Hay casos más fáciles de resolver o que no llevan el conflicto extremo insalvables; por ejemplo, todo judío en una
sociedad moderna democrática tiene el derecho de no trabajar los días que, por sus costumbres y ritos se consideran no
laborables. Se trata realmente de un acuerdo formal que garantiza que cada uno pueda vivir sus creencias de manera
libre y autónoma o se trata de pensar hasta qué punto, en nombre de la neutralidad, de la formalidad y del
procedimentalismo, ¿se esconde secularizada toda una tradición cultural que niega en sus extremos la diferencia en
nombre de la diferencia?
¿Tal vez el otro lugar donde el esencialismo vive su crisis en las identidades nacionales? Los países o Estados nacionales
son sus hijos el nuevo modelo productivo; el capitalismo.
Los Estados nacionales construyen límites que los separan de otras naciones. Esos límites demarcan un espacio, un
territorio que siempre es artificial, es decir, que no responde a ningún rasgo natural de las poblaciones.
Las identidades nacionales, para el esencialismo, no funcionan en sus presentes en la medida en que suturas todo
conflicto, diferencia, otredad en función de una homogeneidad esencial. De allí que el rol del Estado sea clave, a partir
de políticas públicas tendientes a la integración de los diversos fragmentos originarios.
Las naciones, desde la perspectiva esencialista, afirma la pertenencia a una patria desde el hecho de haber nacido en un
territorio nacional específico. Somos argentinos o de cualquier nacionalidad según el territorio donde hallamos nacido.
Se asocia así la patria con nuestra casa y esa asociación supone una serie de connotación fundamental en la necesidad
de la construcción de identidades: suelo, territorio, la raíz, la sangre...
Está claro que los argumentos a favor del esencialismo se derrumban rápidamente, tanto su justificación metafísica, que
invoca una esencia de suelo que se encontraría presente en cada uno de nosotros como su justificación purista, que
entiende la diversidad cultural en términos de etnias puras con imposibilidad de contacto. O peor, que valora de forma
negativa la mixtura, mientras defiende la supuesta existencia de una pureza originaria en toda cultura, cuando en
realidad no hay cultura que no posea en sus orígenes la mezcla y la mixtura. El multiculturalismo se parece más a una
estrategia del turismo global en la cual la diversidad se mezcla en opciones de consumo y disfrute.
El nuevo capitalismo cultural se nutre con la diversidad y se presenta como defensor de las diferencias promoviendo un
tipo de libertad que nunca cuestiona la exclusión social de nuestros tiempos, cada vez mayor.
Jauretche, Arturo, Manual de zonceras argentinas, Peña Lillo, Buenos Aires, 1968.
Un amigo que hace muchos años percibió la contradicción entre nuestra tan mentada “viveza” y las zonceras, la
explicaba así: “El argentino es vivo de ojo y zonzo de temperamento”, con lo que quería significar paralelamente somos
inteligentes para las cosas de corto alcance, pequeñas, individuales, y no cuando se trata de las cosas de todos, las
comunes, las que hacen a la colectividad y de las cuales en definitiva resulta que sea útil o no aquella “viveza de ojo”
Es el caso de la zoncera el mal que aqueja a la Argentina es la extensión que, erigida en principio como consecuencia de
otra zoncera —Civilización y barbarie— llevó directamente una política de achicamiento del país que fue la presidió la
disgregación del territorio rioplatense.
Estas zonceras de autoridad confirmaron dos objetivos: uno es prestigiar la zoncera con la autoridad que la respalda,
como se ha dicho; y otro desafío la autoridad con la zoncera.
Muchos son excesivamente “vivos” porque ése es su oficio y conocieron perfectamente las multas de las zonas que
administran; otros no tienen ese propósito avieso sin ser zonzos congénitos: lo que les ocurre es que cuando las
zonceras se ponen en evidencia no quieren enterarse; es una actitud defensiva porque tienen la zoncera se derrumba la
base de su pretendida sabiduría y, sobre todo, su prestigio.
Así, por ejemplo, veremos oportunamente que política criolla, o el milagro alemán que aquí se han clasificado
respectivamente en las Zonceras de la auto denigración y en las Zonceras económicas, se agrupan a la inversa, en cuanto
el milagro alemán —utilizada para prestigiar con cierta política – encubre una conexión de finalidades disminuidas y
racistas, cosa que se verá a su tiempo.
Con esto digo que este libro es una segunda parte de “Los profetas del odio y la yapa” —es decir una contribución más al
análisis de la pedagogía colonialista—, en el cual se exponen las zonceras, para que ellas conduzcan por su
desenmascaramiento a mostrar toda la sistemática deformante del buen sentido y su finalidad.
Y como las zonceras se revisten de un aire solemne —que forma parte de su naturaleza—, les haremos un “corte de
manga” tratándolas en el lenguaje del común, que es su enemigo natural, escribiendo a la manera del buenazo de
Gonzalo de Berceo en su “Vida de Santo Domingo de Silos”:
Quiero fer una prosa en roman paladino, en qual suele el pueblo fablar a su vecino. Con este propósito, "fablar en roman
paladino", se vinculan mis frecuentes redundancias, que han motivado la crítica de algunos lecto res, tal vez demasiado
"aligerados", y que no piensan en que hay otros más lerdos. Las exige el difícil arte de escribir fácil, como ya lo he dicho
en otra ocasión. No pretendo ejercer magisterio, pero no puedo olvidar, como la maestra de grado, que se debe tener
en cuenta el nivel medio y no el superior, así que pido a los "más adelantados" que sean indulgentes y más bien que
ayuden a los otros en esta tarea en que estoy. Además, redundar es necesario, porque el que escribe a "contra
corriente" de las zonceras no debe olvidar que lo que se publica o se dice está destinado a ocultar o deformar su
naturaleza de tales. Así, al rato nomás de leer lo que aquí se dice, el mismo lector será abrumado por la reiteración de
los que las utilizan como verdades inconclusas.
También es intencionado el paso frecuente de la primera persona del singular a la primera del plural. Aspiro a no ser
más que un instrumento de una conciencia colectiva que se hace punta en la pluma del que escribe y que la transición se
produzca espontáneamente, según me diluyo, al escribir, en la multitud. El escritor, como el poeta —según dijo
Bergamin hablando de Machado, si la memoria no me engaña— no habla para el pueblo sino por el pueblo. Se logra, si,
diciendo de sí dice de nosotros, y entonces la cuestión se reduce a saber si hay algo más que un cambio de pronombres
en este caso.
Además, debe permitírseme esa licencia. En esta lucha larga y no motorizada venimos de un viejo galope... y con caballo
de tiro. Cuando me apeo del yo, hago la remuda en el nosotros. Y los dos están sudados.
Lo que se dice en esta zoncera es que se quiso transformar y modificar a la fuerza a argentina en un modelo europeo, ya
que se pensaba que Europa era sinónimo de civilización y todo lo americano era sinónimo de barbarie.
En esta zoncera se dice que sarmiento y Alberdi querían cambiar el pueblo. No educarlo, sino liquidar a los criollos y
rellenar el espacio con sajones. Luego de esto, los ingleses se agauchaban, los italianos, los alemanes, los polacos,
también.
Caruso, Marcelo y Dussel, Inés, De Sarmiento a los Simpsons. Cinco conceptos para pensar la educación
contemporánea, Kapelusz, Buenos Aires, 2001.
CARUSO Y DUSSEL
Hoy todo el mundo parece ocuparse de la educación - Políticos, padres, empresarios, etc.
Realidad muy distinta - Los políticos no invierten en el área por no tener buenos resultados
La modernidad enfatiza en la difusión de la razón para construir un nuevo orden social, capaz de criticar al anterior. - LA
EDUCACION - PAPEL CENTRAL.
Bajo un optimismo pedagógico se extendieron sistemas educativos que “formara al ciudadano”, basados en la creencia
que todo ser humano era educable. Esta educación podía fomentar los cambios económicos sociales y políticos que se
deseaba instaurar. Se promueven las ideas de escuela obligatoria, gratuita y laica, este último sobre todo para
coartar el poder de la iglesia.
(Civilización – Barbarie) había que eliminar a lo que él llamaba “barbarie” (indios, gauchos, etc.), algunas veces lo
propuso mediante represión y exterminio, otras propusieron la idea civilizarlos mediante la educación. Su propuesta
educacional entonces se basó en la eliminación de la barbarie. - Escolarización masiva sobre todo para aquellos que no
eran confiables.
CRISIS DEL OPTIMISMO PEDAGOGICO: Los primeros indicios aparecieron entre el 60 y el 70 cuando se percibe que el
desarrollo de la educación no ha terminado con el hambre, la guerra o las injusticias: prueba de esto es Auschwitz o
Hiroshima, síntomas que no se pueden procesar sin pensar en la cultura que los hizo posibles.
Mientras la escuela sostenía que distribuía conocimientos para toda la realidad reflejaba que era una poderosa agencia
para preservar el orden social de manera desigual - Conocimientos que parecían neutrales eran en realidad
discriminadores.
Las escuelas eran agencias de ideología dominante que distribuían valores que eran útiles para los grupos de poder. - La
escuela no era una palanca de transformación sino un mecanismo para reproducir el orden de injusticia actual -
Enseñaba lo que los grupos dominantes querían que se aceptara de forma generalizada.
TEORIAS REPRODUCTIVISTAS.
El termino posindustrial planea que el mundo industrial ordena cada vez menos la vida de los sujetos.
El posfordismo, otro término de actualidad plantea que la forma de organización laboral ya no pasa por la cadena
productiva y las líneas de montaje sino por la flexibilización laboral de los trabajadores para ocupar puestos similares en
mundos cada vez menos estables y más precarios.
La caída del muro de Berlín implico la desaparición del pensamiento dualista social: ya no hay más divisiones entre
comunismo-capitalismo, este-oeste, obreros-burgueses. Aparecen otros discursos que no hacen desaparecer las
cuestiones anteriores, sino que les dan un nuevo significado: derechos humanos, ecología, relaciones entre sexos, etc.
Estos cambios son lo que se discuten en la nueva era bajo el termino POSMODERNIDAD.
Posturas - MITO TRANSFORMADOR - Postura no absolutista sobre las posibilidades del conocimiento y del futuro de las
sociedades.
Optimismo localizado.
Implica ver que la relación educación-sociedad no es ya la promesa automática “Mas educación= mejor sociedad”, hay
que avanzar hacia optimismo locales, puntuales partiendo siempre de la posmodernidad vista más como posibilidad que
como peligro.
MITO DESALENTADOR: caída de los grandes ideales de progreso equivalen a la caída de un proyecto utópico, estamos
ante una etapa de disolución sin posibilidades de transformación.
Pesimismo Pedagógico.
Grimson, Alejandro y Tenti Fanfani, Emilio, Mitomanías de la Educación Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014
(selección).
¿Usted sabe por qué hay delitos en la Argentina? Porque la escuela no forma a los jóvenes en la cultura del trabajo. La
distancia abismal entre esta posición –que culpa de todas las desgracias del país a los déficits de la educación– y su
exacto reverso –la visión de la escuela como una institución sagrada e intocable– da una idea del atolladero en que nos
encontramos para pensar la cuestión. Por otra parte, podríamos parafrasear un conocido refrán y decir que cada uno
habla según como le fue en la “feria escolar”. Si bien hay países donde es vista como un medio para llegar lo más alto
posible en la estructura social (según el modelo del emprendedor o self - made man, que se abre camino en virtud de
sus méritos), en la Argentina ha prevalecido la idea de la educación como un derecho que tiende a igualar y permite la
tan ansiada movilidad social ascendente. Se trata de un derecho que el Estado debe garantizar para que no existan
excluidos y para que la formación de los ciudadanos sea la base de una sociedad democrática con mejor calidad de vida
para todos. Ahora bien, los argentinos oscilamos con facilidad entre el orgullo patriotero por las maravillas de nuestro
país y un pesimismo exagerado que insiste en convencernos de que somos un desastre. Ante semejante planteo,
respondemos con buenas y malas noticias: la Argentina actual no es ni perfecta ni desastrosa, y otro tanto ocurre con
nuestra educación.
Las escuchamos en muchos medios de comunicación, en los salones de clase, en las salas de profesores, en las reuniones
de padres, en la sobremesa del domingo o en la charla de café. Porque estamos convencidos de que esas creencias, hoy
y aquí, constituyen obstáculos para una mejor comprensión y un debate de calidad sobre la educación que tenemos y la
que necesitamos. Podríamos agregar que la duda es como un dispositivo automático, una especie de fuerza que
alimenta la curiosidad y la investigación, una insatisfacción con lo conocido cuando pretende una validez universal y para
siempre. Nosotros queremos usar y sugerir la duda como un mecanismo protector contra las verdades absolutas que
acechan en todas las mitologías.
Sin embargo, pueden ser sostenidas incluso por una misma persona, según el contexto, tal como suele ocurrir con el
repertorio de refranes, que tanto nos ofrece un “no por mucho madrugar se amanece más temprano” como un “al que
madruga Dios lo ayuda”, para usar según la ocasión. A esa obsesión de los argentinos por simplificar para sentirnos
satisfechos –si no con el resultado logrado, al menos con el diagnóstico exitista o catastrofista– la consideramos aquí
una manía: las mitomanías educativas. Son vallas difíciles de franquear para cualquier intento de instrumentar proyectos
de cambio concretos y viables. A veces, basta con cambiar el contexto de una afirmación para que deje de ser productiva
y estimulante y se convierta en lo contrario.
Por eso, el libro está organizado en grupos de creencias que giran en torno a temas fundamentales en el ámbito
educativo: los docentes, los alumnos, lo que la escuela debería enseñar, las soluciones mágicas de la educación, la
fantasía de un tiempo pasado siempre idílico. Así como en cada argentino hay latente un “director técnico de fútbol”, en
muchos casos también hay un “economista” o un “especialista en política educativa” capaz de diagnosticar y prescribir
recetas y hacer pronósticos. Obviamente no tienen la rigurosidad propia de la investigación científica, que está obligada
a conectar las distintas experiencias a partir de ciertas reglas metodológicas. Por lo tanto, es inútil (o perverso) pedirles
definiciones y conceptos “claros y coherentes” sobre las cosas de la educación (esto es lo que muchas veces hacemos los
sociólogos o antropólogos cuando les pedimos definiciones a nuestros encuestados, definiciones que, salvo que sean
pedagogos o especialistas en ciencias sociales, no revisten ningún interés práctico para ellos).
En un sentido socio - antropológico, un mito es un relato compartido por un número significativo de personas que
explica una dimensión del mundo. Por eso este libro pretende invitar a una reflexión crítica sobre ellos. Se supone que
un pedagogo o un especialista en educación tiene representaciones (más o menos “científicas”) de las formas de
enseñanza, de la organización de los contenidos del programa escolar.
Para desarmar la mitolandia educativa resulta más sencillo enfrentarse directamente con las grandes distorsiones o
falsedades antes que con las medias verdades. Cuando de un modo u otro están presentes en las conciencias y en el
inconsciente colectivo tienen una fuerza muy particular. Los que consideran que la educación privada es “naturalmente”
superior a la que ofrece el Estado no lo hacen por capricho o porque fueron convencidos o persuadidos de esa verdad
por algunos ideólogos sabios y todopoderosos. Sin negar la eficacia característica de lo que vulgarmente se denomina
“adoctrinamiento”, una creencia se instala, difunde y reproduce porque está apoyada en algún elemento objetivo.
El asunto radica en cuáles de esas evidencias se consideran más pertinentes, y en función de qué criterio: el interés
individual o particular de una familia, o bien el interés y el bienestar generales. Uno no cambia de creencia como cambia
de “teoría”, y no basta una “toma de conciencia” para lograrlo. Esta “preferencia” no es el resultado de una “teoría” o
“ideología” (que las hay, pues para eso están los teóricos e ideólogos del mercado, ¡que, atención, no son sólo
economistas … ¡) sino de una historia, una tradición y una experiencia. Al tomar distancia de nuestras propias creencias y
nuestros dichos más automatizados, los consideramos objeto de reflexión y, al hacerlo, los colocamos fuera del terreno
de aquello que se acepta naturalmente porque “no está en discusión” o “está más allá de toda discusión”.
Ese puede ser el comienzo de otro modo de ver las cosas, más ponderado, menos absoluto, menos certero quizá, pero
también más humano, más acorde con la diversidad y la complejidad de lo que aquí hemos dado en llamar “las cosas de
la educación”.
Desde hace mucho tiempo en Occidente se define la infancia y la juventud como etapas idílicas, ideales. Cuando en las
instituciones escolares se realizan talleres sobre adolescentes y jóvenes tiende a predominar una visión pesimista, y los
temas que se tratan están invariablemente asociados con problemas como el sida, el embarazo adolescente, la
drogadicción, el alcoholismo, la anorexia y la delincuencia. Sin embargo, la verdad es que “los alumnos” no son todos
iguales, aunque vistan el mismo guardapolvo o uniforme. Siempre podemos echarle la culpa a “cómo son” los niños o los
jóvenes, pero lo único que lograremos será generar la resignación del docente y su renuncia al proceso educativo.
Quizás uno de los interrogantes que deberíamos plantear es si nuestra propia formación como docentes incluyó buenas
herramientas para trabajar con la heterogeneidad y la diferencia, o si más bien tenemos que generarlas.
«A los alumnos de hoy no les interesa nada. Estos chicos no quieren esforzarse para estudiar. No tienen curiosidad ni
inquietudes, y es imposible motivarlos.»
En América Latina, la “ideología del interés” parecería haber reemplazado al paradigma de la “inteligencia” (que se ha
vuelto políticamente incorrecto). Diversas investigaciones realizadas en varios países de América Latina (Argentina,
Brasil, México, Perú y Uruguay) durante la última década muestran que la mayoría de los docentes de enseñanza
primaria y secundaria de áreas urbanas comparten una actitud de pesimismo respecto de las nuevas generaciones. En
cambio, en relación con valores más directamente relacionados con el desempeño escolar de las nuevas generaciones,
como “el sentido del deber” y “la disposición al esfuerzo”, las actitudes críticas alcanzan su máxima intensidad en el
cuerpo docente (más del 75% de los docentes cree que estos valores se debilitan irremisiblemente en la juventud actual
en la Argentina y Uruguay). A modo de hipótesis, pueden plantearse por lo menos dos variables: dificultades en la
construcción de la autoridad docente (hoy los alumnos exigen reciprocidad: yo te respeto y valoro si vos haces lo mismo
conmigo) y aumento de la conflictividad en la construcción del orden en las instituciones (nuevos y viejos problemas de
disciplina).
Pero el nudo del problema radica en saber si el maestro y la escuela solo tienen el deber de enseñar o bien deben
contribuir a suscitar el interés y la curiosidad de los jóvenes alumnos por la cultura y el conocimiento.
Este razonamiento supone que vale la pena aprender los contenidos del programa escolar, que su dominio significa una
ventaja para la educación tanto en el presente como en el futuro.
En las condiciones actuales, y suponiendo que lo que se enseña tiene valor para la vida de los niños y los adolescentes,
los docentes deben ser antes que nada "especialistas en despertar el interés (y ojalá la pasión) por el conocimiento" en
las nuevas generaciones.
No se trata de afirmar demagógicamente la validez de todos los intereses culturales (hay saberes más poderosos que
otros) sino de partir de nuestros que movilizan a los alumnos para llevarlos progresivamente a demandar esos
conocimientos que son básicos para conformar individuos autónomos, creativos, productivos y políticamente
participativos.
«Los pobres no pueden aprender. Hay niños que no son educables. Tampoco se puede pretender que todos los
adolescentes terminen el secundario. En el mejor de los casos, a los pobres hay que enseñarles oficios.»
Para tomar distancia de la visión "encantada" de la pobreza como reino inefable de la solidaridad y la acción colectiva, y
también de la visión "negativa" que la retrata como un submundo de imposibilidades, es preciso reconocer y definir
correctamente los problemas e identificar los espacios de posibilidad.
La experiencia indica que aun en estas condiciones sociales extremas la escuela "puede": siempre y cuando sea
conforme como una institución fuerte y adecuada (no estandarizada), no condescendiente, y constituida por agentes
profesionales que conjuguen, entre otras cosas, conocimientos especializados y ausencia de prejuicios, disposición al
trabajo en equipo, responsabilidad profesional y conciencia del sentido social del trabajo que realizan.
Quizás el principal obstáculo para alcanzar no sea la escasez de recursos materiales, sino la inadecuación de la oferta
educativa a las condiciones sociales y culturales de los adolescentes.
Los docentes que creen que no todos los adolescentes están en condiciones de terminar el secundario, y de aprender lo
que hay que aprender, no están haciendo un pronóstico simple
«La culpa de todo la tiene la familia. En el fondo la verdadera responsable de las dificultades del rendimiento académico
y de comportamiento de los alumnos es la familia.»
Sin embargo, la espiral de culpas de las dificultades académicas y de comportamiento de los estudiantes en la escuela
suele centrarse en un actor privilegiado: la familia.
Del mismo modo, en diversos talleres realizados con docentes, no solo de la Argentina sino de otros países de América
Latina, los maestros tendieron a participar en las familias para explicar los bajos rendimientos de aprendizaje en la
escuela primaria y secundaria.
Se dice que muchas familias “abandonan” a sus hijos a la escuela y le exigen que “los eduque”, y no solo que les enseñe
o los instrumentos, ignorando que la socialización entendida como interiorización de una serie de expectativas y
conductas que permite a los individuos interactuar con los demás en contextos sociales específicos es una condición
sociológicamente previa a la instrucción o desarrollo de competencias y conocimientos.
La tarea que se impone y demanda como prioritaria en este marco, y que sufren una gran parte del tiempo escolar, se
orienta a desarrollar el equilibrio emocional básico de los alumnos (muchas veces alterado por sus condiciones de
existencia), fortalecen una autoestima vulnerada por la discriminación y el abandono, y la desafío de la empatía o
capacidad de ponerse en el lugar del otro, condición básica de la convivencia.
Al mismo tiempo, como han señalado varias investigaciones - entre ellas, la encuesta de la Universidad Pedagógica
(UNIPE) sobre las relaciones entre “escuela” y “familia”, encabezadas recientemente por Bottinelli y un trabajo anterior
de Monica Pini–, estas demandas de las familias hacia la escuela y las acusaciones de inacción, apatía o permisividad que
los padres arrojan con frecuencia sobre los docentes, son enviados por estos como una sobre exigencia que los acusa de
no hacer y les demanda que hagan exactamente eso que las familias no pueden o no están en condiciones de resolver
(lo reconozcan o no).
Esto constituye un ejemplo más de esa tendencia a recuperar en la escuela lo que antes se esperaba de otras instancias
o instituciones (en este caso, la familia) y que, por lo tanto, debiera llevarnos a dejar los estereotipos e interrogarnos
sobre un posible rediseño de la distribución de responsabilidades y competencias específicas, y sus condiciones de
posibilidad.
Que "ya no tienen vocación y tienen solo por el dinero"; que "es más fácil estudiar para maestro que para médico o
economista"; que "ninguna familia de clase media o alta estimulante a sus hijos para que estudien las carreras
docentes"; que "tienen poco y tienen muchas vacaciones"; que "faltan mucho a su trabajo, en especial en las escuelas
públicas"; que son los "culpables de los bajos resultados que obtienen los alumnos argentinos en las pruebas nacionales
e internacionales de rendimiento escolar", etc.
También hay prejuicios de signo contrario; por ejemplo, que "los" maestros son víctimas del sistema y de las políticas de
destrucción de la educación pública "; que "se están empobreciendo, desprofesionalizando, proletarizando"; que "ya no
tienen el prestigio que tenían antes"; que "las familias y los niños no los respetan y los directivos escolares no los
defienden"; que "son cada vez más objeto de agresión física y moral"; que "están obligados a realizar tareas asistenciales
ajenas a su profesión"; que "las malas condiciones de trabajo producto cada vez más enfermedades profesionales", etc.
No olvidemos que, al igual que cualquier otro grupo o fenómeno social, los maestros existen de dos maneras: como
realidad objetiva que se deja medir y contar (por edad, antigüedad, género, lugar de trabajo, etc.) y como objeto
percibido, Es decir, por ellos mismos o por los demás, es decir, por todos aquellos que tienen algún interés en "hablar"
de ese objeto.
En cierta ocasión, un reconocido psicopedagogo español le pidió al ministro de Educación de la Argentina durante la
presidencia de Carlos Menem: “ministro, ¿cómo están los docentes en su país?”, Y el ministro le respondió: “Los
docentes argentinos están muy bien, fíjese que todos van a trabajar en auto”.
Para liberarnos de los mitos opuestos de "el maestro víctima versus el maestro culpable", nada mejor que superar las
frases hechas que condenan o elogian sin otro fundamento que un arsenal de viejos prejuicios.
«Lo que falta es vocación. Los docentes de hoy trabajan sólo para ganar un sueldo, no se comprometen con lo que
hacen.»
Son muchos los que acusan a los docentes de no tener vocación, de trabajar solo por dinero, de no querer la profesión.
Esta situación ha configurado el llamado “fenómeno de endogamia docente”, esto es, la reproducción de los docentes
en ciertas familias y círculos sociales o, lo que es lo mismo, otra forma de considerar la ocupación docente, no como una
profesión elegida por deliberación y cálculo, sino como resultado de una suerte de determinismo social.
La fuerza de la idea de la vocación, en sus tres dimensiones por lo general indiferenciadas, hace sentir en la mentalidad
de los propios docentes.
Sin embargo, todo indica que la vocación es una respuesta a una “presión social” o un “deber ser” antes de una realidad
efectiva. En muchas entrevistas no estructuradas es frecuente que los maestros afirmen que “nunca pensaron en ser
docentes” y que tuvieron éxito al desempeñar esa actividad llevados por las circunstancias, como aquellos que tienen los
títulos profesionales más diversos y ante las dificultades de inserción laboral específicas en la enseñanza un empleo
remunerado y estable que sustituye o bien complementa su “primera profesión”.
Al igual que cualquier otro agente social, el docente “hace lo que puede” y reviste esa acción de sentido vocacional,
satisfaciendo de esta manera una suerte de exigencia social que pesa más en ese oficio que en muchos otros.
«Hay que profesionalizar a los docentes. Los docentes son en realidad cuasi profesionales, ya que carecen de una
formación adecuada. Se necesitan maestros más competentes.»
Por esta razón, las políticas de profesionalización docente del menemismo recomendadas el rechazo masivo de los
sindicatos docentes, tenses defensores de la educación pública.
Todavía hoy, lo que se aprende en la práctica y los conocimientos técnicos impartidos en los institutos de formación
docente muchas veces van por carriles separados y, a la larga, el conocimiento práctico, espontáneo, aprendido en el
curso de la experiencia, tiene tal fuerza que termina por imponerse sobre cualquier teoría o discurso aprendido en las
instituciones.
Y observar lo que se estudian los programas nacionales de formación de docentes de los diversos países europeos lo que
se observa es un desacuerdo sobre lo que debe aprender un estudiante para convertirse en profesional de la enseñanza.
En la Argentina no se han realizado estudios de este tipo, pero hay un dato que debería preocupar a los responsables
políticos deformadores profesionales de la educación: el número sorprendentemente alto de institutos de formación
docente y de programas de formación en las universidades.
«Los maestros trabajan poco y tienen muchas vacaciones. Los docentes son unos privilegiados: trabajan cuatro horas y
tienen más días de descanso que el resto de los asalariados.»
El trabajo docente es un servicio personal intensivo que requiere no solo un conocimiento especializado sino también
una serie de cualidades personales como la paciencia, el control de las emociones, la perseverancia, la capacidad de
improvisación, la creatividad y otros rasgos de personalidad que se experimentan en competencias laborales.
El docente invierte su conocimiento y además todo lo que él es, incluso su propio cuerpo, pues la relación con los
alumnos se juega en un cuerpo a cuerpo que produce fatiga psíquica y física.
Así, pueden ser fuente de mucho desgaste y agotamiento la exposición sistemática y prolongada a las miserias y el
sufrimiento, el dolor, el hambre, la inseguridad y la violencia, muy frecuentes en ciertas poblaciones explotadas y
excluidas; desarrollar la tarea cotidiana en infraestructuras precarias, sin apoyo de otros profesionales como
psicopedagogos, mediadores, animadores culturales o asistentes sociales; la sobrecarga laboral, el desfase entre
expectativas y demandas sociales y la capacidad para satisfacerlas, los conflictos interpersonales, las retribuciones, los
estímulos y apoyos limitados o insuficientes, la excesiva burocratización que enfatiza las formalidades y la racionalidad
instrumental en desmedro del logro de las multas, etc. Estas situaciones son mucho más habituales justamente en las
actividades que, como la docencia,
Por otro lado, el trabajo docente mismo presenta una complejidad particular en la medida en que, lejos de limitarse a
resolver problemas de rutina con abundancia de recursos, debe afrontar el constante surgimiento de nuevos desafíos,
que concierne tanto a los cambiantes características culturales, sociales y emocionales de los alumnos como las
mutaciones del conocimiento y la tecnología.
Más aún, en ese nivel el 18% de los docentes declara trabajar en tres o más trabajadores.
«A los docentes hay que pagarles por rendimiento. El aprendizaje de los alumnos depende de los docentes, por lo tanto,
la remuneración debe estar atada al rendimiento o la productividad de los estudiantes en las pruebas.»
Para esta visión productivista, el salario docente es el principal costo de la educación, y para determinarlo, nada mejor
que pagar a los docentes según su rendimiento.
En el campo de la educación, los alumnos son la materia prima, el trabajo del maestro es el proceso, y el aprendizaje
logrado por los alumnos serán el producto.
Con la medición de conocimientos en pruebas de rendimiento, en el marco de una "ingeniería educativa" que busca
incentivar a los maestros para mejorar el proceso de producción del aprendizaje, premiándolos y castigándolos según
los resultados.
Ahora bien, como en los países con bajos salarios docentes “no se les puede pagar a todos lo que corresponde”, surge la
tentación de recompensar a los maestros más productivos.
Y si de medir “resultados” se trata, ¿cómo determinar cuánta “curiosidad”, ¿cuánto “interés por conocer”, ¿cuánta
“creatividad”, ¿cuánto “espíritu crítico” tuvo una buena clase de profesor?
La escuela debe enseñar absolutamente todo, debe brindar todas las herramientas y los conocimientos que deben
enfrentar la diversidad de situaciones de la vida.
Las escuelas que hacen tan maravillosos a los ciudadanos de los países serios son así de completos, una diferencia de las
escuelas argentinas que, tan deficitarias, son la causa misma de nuestros defectos.
No importa que en el país haya procesos de desindustrialización o reindustrialización, inclusión o exclusión social, que
los dirigentes sociales y políticos muestren trayectorias coherentes y conductas ejemplares: pase lo que pase, si la
escuela forma en valores, si desarrolla la conciencia crítica y si la política no entra en las aulas, el país será mejor en el
futuro.
Esta concepción insular de la escuela se encuentra en el origen de una serie de mitomanías acerca de lo que debe o no
debe ser enseñado.
Ya hemos dicho que la escuela está sobre la demanda y los objetivos específicos a ser difusos para la sociedad y los
distintos actores de la educación.
«Hay que adecuar la escuela a las demandas del mercado de trabajo. En el aula se debe formar para el trabajo. El
desempleo esculpa de la mala calidad de la educación.»
Que la escuela debata al mercado de trabajo es, entonces, una proposición que debe ser discutida.
¿Quiere esto decir que el mundo escolar debe desentenderse de lo que pasa en la economía, el desarrollo de la ciencia y
la tecnología y el mercado de trabajo?
Mejor sería decir "formar para el trabajo" en lugar de "para el mercado de trabajo", entendido como un conjunto de
puestos específicos de empleo.
Por eso la formación escolar se convierte cada vez en más básica y general, ya que debe preparar para el trabajo y para
el aprendizaje permanente y no para puestos de trabajo específicos.
En muchos colegios se estudia la forma de las hojas, las Guerras Púnicas y el nombre de los ríos más grandes del mundo,
y no cómo es y hacia dónde va el mercado de trabajo en la Argentina, cuántos están de ejemplos o subempleados,
muchos son asalariados, cuentapropistas o autónomos, muchos formales e informales, qué relación hay entre
escolaridad, empleo e ingresos, o los derechos laborales de los asalariados y trabajadores autónomos.
«A los pobres hay que enseñarles oficios, educarlos para la vida y el trabajo. A los que menos tienen no hay que
enseñarles teorías y conocimientos abstractos. Ellos necesitan aprender cosas prácticas que les sirvan para ganarse la
vida. Por eso tendrían que formarse como buenos plomeros, gasistas, mecánicos o electricistas, que hacen mucha falta.»
Esta tensión que tiene protagonistas sociales ubicados en diferentes lugares del espacio social está detrás de los debates
acerca de la calidad de la educación en contextos de masificación de las coberturas.
Las clases medias altas y altas reducen a denunciar la disminución de la calidad, la igualación hacia abajo, la pérdida de
nivel, etc., y reivindican el secundario “de antes”. Una forma de resolver esta tensión es diferenciar y jerarquizar la
oferta de enseñanza media.
En los "exclusivos" para los sectores de medios y altos predominantemente una preocupación por el "nivel académico",
la "excelencia", la formación disciplinaria.
La oposición “educación general / teórica”, “educación especializada y práctica” en cierta medida es falsa, ya que bien
podrían desarrollar competencias genéricas y abstractas mediante la resolución de problemas prácticos.
Lo peor que podemos hacer es especializar a la enseñanza media alentando la diferenciación entre instituciones que
a) forman individuos muy competentes, una suerte de gorilas amaestrados que "saben hacer", pero no entienden los
porqués ni se preocupan por las dimensiones éticas de su hacer;
b) forman individuos que dominan conocimientos abstractos y complejos, pero son incapaces de resolver problemas de
la vida cotidiana y carecen de conciencia moral, y
c) forman "buenas personas", pero llenan de creencias míticas y completamente inútiles para resolver problemas.
Heler, Mario, Ciencia Incierta. La producción social del conocimiento, Biblos, Buenos Aires, 2005.
Las innovaciones científicos-tecnológicas afectan profundamente nuestras formas de vida y la organización social. Lo
viejo aún no ha desaparecido y lo nuevo aun sin terminar de definirse, ya es irrumpido por una nueva innovación. -
Estamos en plena transición, en búsqueda de pautas, orientaciones, que guarden relación con las demandas éticas de
nuestra sociedad.
Una extensa y asentada tradición establece que la ciencia es la búsqueda desinteresada de conocimiento regida por la
verdad. Los cuestionamientos éticos a esto surgen cuando los conocimientos científicos son aplicados por la sociedad,
pero esto responde a decisiones ajenas a la ciencia, dado que los usos que le dan “decididores” (políticos, económicos,
etc.) son los responsables del mal uso de los conocimientos científicos.
Ocurre un desmoronamiento moral por efecto del desgaste generado por la inadecuación de sus mandatos y por
nuestros incumplimientos.
El texto de HELER se divide en dos partes, una que señala los PROBLEMAS ETICOS del desarrollo de la ciencia y la otra
donde hace un RECUENTO HISTORICO.
HISTORIA: Antes de la Modernidad, el hombre se entendía como parte de la naturaleza y de la creación; en la
Modernidad se coloca “encima de ella” a partir de destacar a la RAZON como distinción de todos los seres vivos. - En la
modernidad la explicación respecto a lo que existe se da a partir de la RAZON Y LA LOGICA y no del DOGMA y la FE.
SECULARIZACION.
Esto implicó un cambio en el registro del tiempo: del tiempo fuera de la tierra “El más allá” al aquí y ahora, es decir la
vida terrenal.
Hasta el Renacimiento el mundo se explicaba de manera religiosa, pero con los conceptos platónicos, es decir, lo que
existía, el “orden” era voluntad de dios, y el conocimiento implicaba un acto de esforzarse en conocer la naturaleza de
ese orden, entonces entre más conocía más me acercaba a dios.
Se da una ruptura EPISTEMOLOGICA Y ONTOLOGICA, desde el siglo XVI. - El hombre pasa a ser quien les da ENTIDAD a
las cosas, las ORDENA Y JERARQUIZA por medio del uso de la RAZON. - El hombre es quien hace que existan los objetos y
no dios. - Se modifica el concepto de la verdad dado que el SUJETO ES PROTAGONISTA DEL CONOCIMIENTO y no el
OBJETO - EL SUJETO PASA DE UN PAPEL PASIVO A UNO ACTIVO. - Esto implicaba el fin de la jerarquía social impuesta por
la iglesia: Nobleza – Clero – Resto de la población, como voluntad divina.
EL CUESTIONAMIENTO A LA VERDAD IMPUESTA POR LA IGLESIA, A SUS FORMAS SOCIALESY POLITICAS, serán las bases
del pensamiento que coloca a la IGUALDAD y a la LIBERTAD como los elementos centrales que fundarán el nuevo orden
a partir de establecer LEYES PRODUCTO DEL USO DE LA RAZON.
A partir de entonces comienza a verse al progreso indefinido como sinónimo de felicidad – ILUMINISMO - RAZON igual a
CIENCIA, igual a PROGRESO, igual a FELICIDAD.
Por medio de la ciencia, ahora institucionalizada y sistematizada, fundados en la razón que es fuente de objetividad lo
que se pretende es subordinar a la naturaleza y organizarla racionalmente igual que a la sociedad.
ETICA EN LA CIENCIA
En la versión oficial de los científicos la responsabilidad respecto al uso de la ciencia es de quien la aplica porque LA
CIENCIA ES NEUTRA. El cómo se use es responsabilidad de los políticos, económicos, militares, etc. y no de los creadores
de esa ciencia.
HELER critica esto, diciendo que la ciencia se lava las manos, y que es fundamental la reflexión ética - que no les
corresponderían a los científicos sino a quienes usan lo creado por la ciencia.
Argumenta en sentido opuesto a la VERSION OFICIAL - Las innovaciones que genera la ciencia alteran profundamente
nuestra forma de SER/ESTAR en el mundo y contribuyen a la transformación del mundo dado el grado en que estos
elementos científicos se meten en nuestra vida cotidiana, es por ello por lo que no pueden ser ajenos a la ética del uso
de la ciencia.
Sibilia, Paula, El hombre postorgánico, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2005.
La tecnociencia actual pretende instalar la idea de la OBSOLESCENCIA DEL CUERPO - El cuerpo ya no es un límite, la
biología no presenta un límite.
Para el PARADIGMA CIENTIFICO DOMINANTE (FAUSTICO) ya no alcanza con controlar la naturaleza, sino que ahora es
necesario modificarla, ya que el hombre puede hacerlo por su RAZON.
Se produce una SEDUCCION PERMANENTE para que los cuerpos se reactualicen constantemente. - Idea de estar en
forma de BAUMAN + SINOPTICO
El imperativo de esta época es lograr que los individuos se compatibilicen con el Tecnocosmos-digital.
El saber implica una relación de poder - forma de representar lo que existe y legitimarlo.
La verdad es una construcción histórica, son muchas tensiones que resultan en una explicación justificada de tal modo
que pueda ser creíble para el momento histórico en la que se formula. - ES LA SINTESIS DE LAS FUERZAS E INTERESES
QUE ENTRAN EN DISPUTA RESPECTO DE COMO PENSAR-REPRESENTAR LA REALIDAD.
EL SABER TECNO-CIENTIFICO es el que construye UNA FORMA DE VERDAD moldeando LAS SUBJETIVIDADES Y LOS
CUERPOS. Un mecanismo que acompaña los dispositivos de poder (PANOPTICO-SINOPTICO) - El modo en que se
moldean las subjetividades, hay dos paradigmas.
No quebranta las leyes de la naturaleza, no supera ciertos límites, solo pretende doblegarla. - Pretende la superación
humana, no desde lo biológico, sino en la condición de vida (el bien común) - Objetivo central - BUSQUEDA DE
CONOCIMIENTO.
EL PARADIGMA FAUSTICO: Pretende controlar la naturaleza dado que la ve como un elemento imperfecto.
En principio la teoría de la caverna sigue el mismo esquema ascendente que la línea dividida, pudiendo así, establecer
una comparación. En el nivel más bajo, se encuentran esclavos atados desde el nacimiento que ven la sombra o figura
de los objetos, o sea, se perciben las imágenes de las cosas que están a la vista, este. En ese contexto, entre ellos, se
formula la creencia de que lo que ven es la realidad, ignorando que son sólo sombras proyectadas por la luz que emana
el fuego. Esto se corresponde con el nivel más bajo de realidad y de verdad.
Ahora bien, a un esclavo se lo libera, y este sale de la caverna, comienza su ascenso en el conocimiento, y
probablemente, después de que se adapte a la luz mayor del sol, dice Stumpf, "distinguiría algunas sombras y se sentiría
cómodo con ellas" (Stumpf, 1975, 41). Luego, al ver el reflejo de los objetos en el agua, lograría un avance en su
conocimiento que le permitirá a futuro observar y analizar a los mismos. Más tarde contemplaría al sol directamente y
esto lo llevaría a generar conclusiones, como, por ejemplo, que este astro hace visible las cosas y hace posible la vida en
la tierra. A este nivel el prisionero llegó al nivel del pensamiento y, con más contemplación, llegará al nivel del
conocimiento, y por qué no, al nivel del bien supremo.
Casco, M., “Prácticas comunicativas del ingresante y afiliación intelectual”, en V Encuentro Nacional y II
Latinoamericano La Universidad como objeto de investigación, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de
Buenos Aires, Facultad de Ciencias Humanas, 2007.
En un trabajo singular por la síntesis teórica que alcanza a partir de supuestos provenientes de la sociología, el
interaccionismo y la etnometodología de la educación, el investigador francés Alain Coulon propone considerar la
entrada a la universidad como un tránsito o pasaje de un estatus social a otro, de una cultura a otra. Si el pasaje es
exitoso, el individuo progresa de su condición de novato a la condición de aprendiz, y de ella a la de miembro afiliado. La
primera tiene que ver con el conocimiento de los modos de funcionamiento de la universidad, su organización
administrativa y funcional, sus principios, y las normas que regulan la acción de sus actores.
Puede ocurrir que el ingresante supere las «pruebas» que le impone la dimensión institucional sin haber podido sortear
la etapa de alienación en lo intelectual. La afiliación se produce, en cambio, cuando el ingresante ha establecido una
consonancia parcial con la cultura universitaria y ha emprendido la construcción de una nueva identidad. El tránsito
hacia el estatus de estudiante comporta, entonces, un proceso de aculturación que para el ingresante significa la ruptura
con su pasado inmediato y el enfrentamiento con un futuro todavía opaco.
Tanto los actores involucrados en el ingreso como los especialistas coinciden en postular un mandato central de la
institución universitaria: alcanzar la autonomía. Romainville, "privado de guía externa fuerte, de incitaciones al trabajo
personal y de control regular del mismo, el joven salido de la secundaria debe rápidamente aprender a comandar él
mismo su nuevo oficio de estudiante".
Por nuestra parte concebimos la autonomía como una especie de suprarregla de la vida universitaria que adquiere
diferentes significaciones según se la estudie en la dimensión institucional o en la intelectual. A nuestro modo de ver, en
esa segunda dimensión la exigencia de autonomía se traduce en tres normas cuya «obviedad» es preciso desmontar
para entender las disonancias entre la cultura universitaria y la cultura estudiantil.
La afiliación intelectual depende, a nuestro juicio, del ajuste relativo del ingresante a tres grandes normas cuya
formulación más simbólica presentamos a continuación. Una segunda regla, derivada de la anterior, requiere la
utilización de categorizaciones propias del mundo intelectual. La tercera regla exige mostrar el dominio del trabajo
intelectual. Para ser considerado miembro afiliado es preciso exhibir «marcadores de afiliación» que acrediten esa
condición.
Para alcanzar entonces la afiliación intelectual tendrán que transitar un proceso de «aculturación a los discursos
universitarios».
Si en términos simbólicos ser admitido en la cultura universitaria es categorizar el mundo como sus miembros, ¿qué
significa en términos concretos? ¿Qué debe hacer el ingresante para asignarle sentido a los objetos cognitivos del
mundo académico de la manera esperada?
Coulon (1996) sostiene que las tres operaciones fundamentales del trabajo intelectual son pensar, clasificar y
categorizar. En esta formulación es central la relación del sujeto con el saber, algo que debe entenderse en dos sentidos:
1) la capacidad de control de la información (búsqueda, dominio y apropiación) y la «postura» adoptada en relación con
el trabajo intelectual. Por ello la relación con el saber depende tanto de las capacidades estratégicas de manejo de la
información como de la concepción que se tenga del acto de aprender y del propio aprendizaje (Marton & Säljö, 1984,
citados por Romainville, 2004b: 134). Esto determina aproximaciones diferentes a los objetos cognitivos, que pueden ser
vislumbrados «en superficie», «en profundidad» o mediante un «acercamiento estratégico» con vistas al éxito
(Entwistle, 1988, citado por Romainville, ibidem). Arnaud (1990), poniendo el énfasis en la formación integral por vía de
la autonomía intelectual, enumera facultades relacionadas con: «el análisis, la síntesis, el juicio, la crítica, la duda
científica; la capacidad de aprender, rápida y eficazmente; la concentración, la memorización, la conducta frente a una
situación problema, la modelización; las formas diversas del pensamiento: inductivo, deductivo, analógico; la
creatividad; el dominio de lenguajes diferentes y el pasaje de uno a otro (verbal, gráfico, esquemático); la adaptabilidad,
la capacidad de evolucionar; la comunicación, el trabajo en común» (23). Otras perspectivas resumen las condiciones
antes mencionadas en el imperativo de alcanzar un pensamiento crítico. La inteligencia crítica sería aquella que tiene en
cuenta todos los aspectos de la situación, considera otras posiciones, desarrolla un pensamiento dialógico y da un
tratamiento analítico a las partes de una materia compleja (Plantin, 1990). De acuerdo con ello la institución espera de
los ingresantes el establecimiento de una relación epistémica con el saber. Ellos deben ser capaces de reflexionar por sí
mismos, ejercer su espíritu crítico y comprometerse con el trabajo universitario. Este compromiso supone trascender la
visión instrumental de los estudios para acercarse a sus significaciones culturales e intelectuales (Boyer y Coridian, 2004:
151-152). Además, de acuerdo con la definición de pensamiento crítico antes presentada y los parámetros de la
actividad científica legítima, entablar una relación epistémica con el saber supone asumir que éste es abierto y hacer
frente a la incertidumbre.
Coulon la capacidad de control de la información la «postura» adoptada en relación con el trabajo intelectual. Arnaud ,
poniendo el énfasis en la formación integral por vía de la autonomía intelectual, enumera facultades relacionadas con:
«el análisis, la síntesis, el juicio, la crítica, la duda científica; la capacidad de aprender, rápida y eficazmente; la
concentración, la memorización, la conducta frente a una situación problema, la modelización; las formas diversas del
pensamiento: inductivo, deductivo, analógico; la creatividad; el dominio de lenguajes diferentes y el pasaje de uno a
otro ; la adaptabilidad, la capacidad de evolucionar; la comunicación, el trabajo en común» .
De acuerdo con ello la institución espera de los ingresantes el establecimiento de una relación epistémica con el saber.
Ellos deben ser capaces de reflexionar por sí mismos, ejercer su espíritu crítico y comprometerse con el trabajo
universitario.
No obstante, los cambios que ha experimentado a nivel mundial, en especial desde la segunda mitad del siglo XX, la
universidad mantiene una representación de la figura del estudiante bastante rígido. Conforme las mutaciones se
suceden, se amplía la distancia entre los requerimientos institucionales y las respuestas posibles de los ingresantes. Por
ejemplo, la expectativa de un estudiante ideal, «entregado» a los estudios, no es completamente satisfecha. Sobre todo,
se evalúa la rentabilidad de los saberes en el mundo laboral-profesional y la desilusión nace de la conocida degradación
de las certificaciones. Por supuesto, este tipo de representación instrumental del saber, calificada por algunos autores
como «utilitarista», está relacionada muy estrechamente con las condiciones de precariedad económica en la que viven
muchos de los nuevos estudiantes.
El estudiante esperado es, además, un sujeto de la cultura letrada. El acceso a los saberes legítimos en la universidad
sigue dominado por modalidades de adquisición propias de la cultura impresa o, en palabras de Debray, del grafo esfera.
Para evitarlo proponemos un análisis de tales problemas en función del choque que ellos revelan entre el ingresante y
un sistema comunicativo extraño. En palabras de Pollet, los discursos universitarios son «vectores de saber» y «objetos
concretizantes del sistema de comunicación universitario». Aprender a leer en ese sistema significará, entonces,
identificar los principios de racionalidad de los textos científicos debido a su estructura conceptual particular, su
ubicación en la especificidad de un campo científico, su realización de un modelo genérico, sus marcas de discursividad
científica. La iniciación a esos discursos constituye un desafío complejo frente al cual los estudiantes a menudo se
encuentran en un estado de suma fragilidad.
Por otra parte, interesa explorar qué sucede cuando los ingresantes de los que venimos hablando se enfrentan a tareas
de producción relacionadas con la adquisición de saberes. Esa suerte de cosificación de la palabra constituye una de las
formas más frecuentes de relación evasiva con el conocimiento. Se «cumple» con la tarea sin que se produzca
aprendizaje y se activa una conducta que, de volverse rutinaria, pondrá en peligro las posibilidades futuras de hacer
evolucionar los propios conocimientos en otros contextos y sin guía.
Los estudiantes universitarios, según esta investigadora, a menudo parecen no percibir esa distinción y "tratar" a las
conceptualizaciones como objetos concretos cuyas propiedades no es necesario desplegar –es decir, construir en el
texto–. Los dos fenómenos discursivos derivados son la "aceptación como objetos dados de objetos que deberían
construirse en el texto" y la "concretización de conceptos abstractos". Estas constantes de la escritura estudiantil serían
indicios de una valoración del lenguaje que inclina las preferencias del joven por la variante fiduciaria del mismo, más
que por su variante conceptual. Es decir, su tendencia a "valorar la palabra más como objeto cuantificable que como
pensamiento estructurado" estaría determinando esos desplazamientos de lo abstracto a lo concreto. A modo de
cierre: la necesidad de una pedagogía de la afiliación
La metáfora «oficio de estudiante» resalta el carácter no natural ni espontáneo del nuevo estatus que deberá alcanzar el
ingresante. El aprendizaje de ese métier se realiza en el terreno y es progresivo en el tiempo, de manera que las
disonancias intelectuales más arriba anotadas corresponden a lo que podríamos llamar el estado de membrecía
inestable. Esas propuestas se ubican en un espectro amplio, comprendido entre los polos de una formación
propedéutica general y una formación pre-disciplinar o preprofesional. Todas coinciden en una misma idea, aunque no
necesariamente en su expresión sintética: las reglas de la afiliación intelectual se deben enseñar.
Asegurar la democratización del ingreso y la calidad de la formación depende de una intervención didáctica orientada a
la explicitación de lo implícito universitario y al conocimiento de las preadquisiciones estudiantiles.
Escurra, A. M., Igualdad en educación superior. Un desafío mundial, Universidad Nacional General Sarmiento, Buenos
Aires, 2011.
La masificación es una tendencial estructural, intensa y global que persistirá. Ha sido catalogada como “la realidad
central”, la “fuerza principal” que modeló otros cambios críticos de la Educación Superior en el último medio siglo, una
“revolución académica”. También, como causa nuclear, que genera unos cambios sobresalientes, como la aparición de
sistemas académicos diferenciados, con una mayor variedad de instituciones, y el ascenso del sector privado, que
absorbe una porción considerable de la nueva demanda. Una primera hipótesis, la masificación franquea el ingreso a
sectores de población antes excluidos, conlleva otra tendencia estructural, medular: altas tasas de deserción. Otro
fenómeno global, de gran alcance.
Caso de EE. UU.: masificación temprana en la década del ’60. Ello abrió las puertas a un movimiento académico
poderoso, que tuvo origen a inicios de los años ’80. Un movimiento integral, que engloba tanto estudios e
investigaciones, con una producción muy vasta, cuantos dispositivos para esto, diseñados para primer año. Un
movimiento apuntalado por un soporte sólido. Un movimiento de alcance nacional, que adicionalmente puso y todavía
coloca un acento muy fuerte en la deserción, al punto que la dupla persistencia y abandono fue y es eje del movimiento,
con una investigación empírica abundante teórica sustancial.
Caso de América Latina: la deserción en la Educación Superior fue animada por el Banco Mundial con una óptica de
mercado en la década de los ’90. Con políticas como la limitación de acceso, con el aliento de ingresos selectivos y la
eliminación de la gratuidad, con el fomento de cobro de aranceles y de cotos a la inversión pública.
Hipótesis clave: en ese ciclo de masificación la deserción universitaria entraña una desigualdad social intensa y
creciente, tanto en América Latina como EE. UU., fue un proceso macrosocial, de alcance continental, global.
En EE. UU., los alumnos de primera generación sufren desventajas fuertes y variadas: una preparación académica más
baja, mayores dudas sobre sí mismos y un menor conocimiento de la vida universitaria. Una experiencia difícil y hasta
amenazante. Un conjunto de obstáculos que vulneran la permanencia y la terminación del grado.
El ciclo de masificación de la Educación Superior en América Latina, que comenzó fines de los ’80, comporta brechas
agudas en las tasas de graduación según estatus socioeconómico. Una inclusión excluyente, socialmente condicionada.
Una tendencia estructural. En EE. UU., el ingreso fue un proceso que benefició a estudiantes de bajos recursos y de un
estatus desfavorecido.
Dificultades académicas y estatus social: un condicionante primordial
Las dificultades académicas afligen a alumnos de estatus socioeconómico en desventaja. Una hipótesis sobre esto afirma
que esas dificultades son un factor dominante de deserción en dichas franjas. Las dificultades socialmente condicionadas
condicionan, provocan efectos. Ocasionan impactos adversos y serios. Deserción, reprobación, abandono de materias y
rezago, entre otros. Perfil del alumnado. Rol de una desigualdad cultural socialmente condicionada
La preparación para los estudios superiores se asocia con el estatus socioeconómico y entraña una desigualdad fuerte,
con disparidades de preparación rotundas entre segmentos sociales.
En EE. UU., según algunos investigadores, la relación es directa y lineal: a menor estatus, menor preparación. La
preparación académica en el punto de partida es un factor decisivo en la permanencia y en la deserción. También opera
como factor causal y conforma un resultado de condiciones sociales de producción. Es producto de la escuela media, de
su intensidad y calidad, que a su turno se ensambla con el estatus social.
En los ’90 se robusteció la segmentación de la oferta educativa y del ciclo medio. Se reforzó la división en circuitos de
calidad, muy dispar, según condición social (CEPAL, 2002). Clases y sectores en desventaja entran (al) y concluyen el
tramo en trayectos también en desventaja, de menor calidad.
Una segregación escolar (CEPAL, 2007), a partir de los años 2000 el Banco Mundial da prioridad al nivel secundario,
ahora calificado como piedra angular de los sistemas educativos en el siglo XXI (Ezcurra, 2009). Debido al peso que el
nivel cobra en la estrategia distributiva del Banco, con en la educación, catalogada como máxima prioridad y
herramienta principal para la merma de la desigualdad y la pobreza. El Banco ahora aprecia que en una economía de
orden global se requiere un mínimo de educación secundaria para competir arriba de salarios de subsistencia. El ciclo
medio escaló a la categoría de piso, como una traba nodal que restringe la distribución de oportunidades. Por la
desigualdad del nivel, el Banco remarca la irrupción de aquellas brechas de calidad, que en su visión no sólo gestan un
déficit de conocimientos y habilidades, sino que además perjudican la graduación, abandono, motivan fracaso escolar,
desalientan desinterés en permanecer.
El ciclo secundario se afianza la escisión en circuitos educativos dispares. Se extiende una preparación académica y un
capital cultural insuficiente en el punto de partida, de cara a las demandas usuales en las universidades, un obstáculo
para la permanencia y la graduación. Por consiguiente, una desigualdad cultural socialmente condicionada.
El capital cultural, noción de Bourdieu, como un principio de diferenciación social potente, como también el capital
económico, y por eso como constituyente primario de clases sociales.
Esta noción se refiere a las habilidades cognitivas y hábitos académicos críticos, como saber estudiar y saber aprender.
Puede estar ligado con la noción de compromiso o implicación estudiantil, referido al tiempo que los alumnos dedican al
estudio y a otras actividades académicas, su cantidad y calidad. Esto puede estar débil o ausente en estudiantes de
estatus desfavorecido, un déficit de capital cultural. Emilio Tenti (2007) argumenta que en América Latina durante los
’90 se refuerza un sistema de inclusión escolar y exclusión cultural, que a su turno suscita la reproducción ampliada de
una desigualdad cultural socialmente condicionada.
La óptica causal preponderante recae en los alumnos: fallan los estudiantes, no los establecimientos. Las instituciones
son descartadas como condicionantes de peso. Las intervenciones se orientan a los alumnos, consisten en actividades de
apoyo, como tutorías individuales o grupales. Es que se trata de una visión causal encubridora, que resguarda el statu
quo institucional. Enmascara el papel activo de los establecimientos. Los establecimientos también constituyen un
condicionante primario, poderoso, concluyente para el desempeño académico y la persistencia. El estatus primario
recae en la enseñanza, en un sentido amplio y también en las aulas, en las experiencias académicas cotidianas. En
contraste con la óptica causal prevalente, las organizaciones de Educación Superior desempeñan un rol dominante en la
construcción de fracaso o éxito académico de los alumnos. La enseñanza y el aula han ocupado un lugar marginal en las
teorías sobre la permanencia estudiantil, así como en las acciones en el rubro.
Los docentes en el aula ostentan un rol vital que delimitan el factor institucional dominante. Ningún esfuerzo en torno a
la deserción, y a los alumnos ingresantes, puede lograr impactos relevantes, y menos a largo plazo, sin el compromiso de
los profesores.
El alumno esperado se refiere a supuestos institucionales, a formaciones de sentido colectivas, latentes, y eficaces, que
producen efectos, que condicionan la enseñanza que a la vez estas pueden ser homogéneas o heterogéneas, como
diversas y contradictorias. Las desigualdades sociales aparecen como disparidad de talentos individuales. El privilegio es
transmutado en merito, que permea a los alumnos de clases desfavorecidas, que ante dificultades académicas suelen
inculparse a sí mismos. Bourdieu concibe al habitus como una estructura que opera como matriz o principio generador
de prácticas con poder causal. En las universidades se configura un habitus dominante, que privilegia a ciertos
estudiantes, con mayor capital cultural: el alumno esperado, mientras margina a otros, con menor dotación. Un habitus
que sí comporta una brecha con el capital de estudiantes de franjas desfavorecidas en el punto de partida. Una brecha
de clase. La enseñanza dominante comporta una lógica de reproducción de esa desigualdad cultural socialmente
condicionada que distingue a la nueva cuestión social latinoamericana.
Una reforma sistemática y crítica Los Seminarios de Primer Año, como también servicios de información y programa de
orientación, tutores y seminarios de escritura tuvo un impacto limitado esto se debe
Las innovaciones en los márgenes podrían mitigar las presiones sobre el establecimiento para promover un giro más
medular en la enseñanza. Una reforma educativa que comparte una ruptura con el habitus académico dominante, una
reforma sistemática. Frente a la aproximación “hundirse o nadar”, propia de aquel habitus, se ha de oponer una política
de compromiso con los estudiantes, con su logro. Los establecimientos son considerados responsables de asegurar a los
alumnos tengan la oportunidad de desarrollar los conocimientos y habilidades suficientes para afrontar las demandas
académicas de la institución. Hay que alentar una “pedagogía racional”, fundada en una sociología de las desigualdades
culturales (Bourdieu, 2005); una enseñanza critica. Un compromiso institucional, sí, pero con el alumnado real y con
población que sufre límites de preparación académica.
Las materias se articulan en torno a un tema común, organizador, que da sentido al enlace. Con ello se busca animar una
experiencia interdisciplinaria coherente, y también el trabajo de los docentes en equipo. Las Comunidades de
Aprendizaje no sólo forman parte del plan de estudios, como los Seminarios de Primer Año, sino que además
constituyen una intervención curricular que pretende aminorar la fragmentación académica. Esas comunidades
provocan impactos favorables en la persistencia de primero a segundo años. También en la implicación, ya que los
alumnos participantes consagran más tiempo y esfuerzo a las tareas académicas y adquieren mayor responsabilidad por
su propio aprendizaje. Estas comunidades se llevan a cabo a través de un ambiente de aprendizaje positivo, que da
sostén, valida y estimula. Una dimensión que se desagrega en cuatro factores básicos.
Los docentes que exhiben un rol concluyente, decisivo, con tres rasgos centrales: a) un compromiso con los alumnos; b)
realce de estrategias de enseñanza y de pedagogías activas y en colaboración; c) interacción intensa entre profesores y
alumnos.
2) grupos de pares: el montaje y jerarquización de grupos pequeños, de trabajo, para el desarrollo de tareas en clase y
fuera del aula. Grupos que poseen dos funciones vitales: 1) operan como una fuente sustancial de sostén: los alumnos se
auxilian unos a otros, aprenden juntos. Esos grupos constituyen estructuras poderosas de apoyo y a la vez de
conocimiento; 2) el desarrollo de algunos hábitos críticos.
3) El trabajo recorta dos factores adicionales: Cursos conectados y, por ello, más integración escolar; Unidades
curriculares de apoyo académico.
4) Las Comunidades de Aprendizajes suponen una estrategia integrada: a la vez académica y social, curricular y
didáctica, que modera la fragmentación académica y consigue una mayor implicación de los alumnos, en clase y fuera
del aula, entre pares y con los profesores, así como mejoras en la retención.
2) los establecimientos trascienden los programas aislados, y por eso encuadran al primer año como un todo, es decir
como una unidad de análisis e intervención. Una unidad con eje en la enseñanza. Las aulas y las experiencias académicas
cotidianas son el centro. Se hace hincapié en la dimensión didáctica.
4) riesgo de fracaso académico o abandono, se establece un enfoque universal, en el que los esfuerzos se encaminan a
todos los alumnos o a una masa crítica de ellos.
6) predomina una cultura que alienta la generación de ideas, proyectos piloto, la experimentación, los estudios
institucionales, sistemáticos y continuos, como un componente fundamental, una mirada interna, orientada al
mejoramiento. Una reforma educativa sistémica y critica, con eje en primer año y en una estrategia integrada académica
y social, curricular y didáctica, que ponga énfasis en las experiencias académicas cotidianas, que sustituya la focalización
por una aproximación universal, que articule las mejoras en la enseñanza con apoyo académico, y comprometida con el
logro estudiantil y con el alumnado real.