Fantasmas Del Arte Contemporáneo

Fantasmas del arte contemporáneo
Por: Carolina Martínez
Sueños del artista Luis Roldán es una obra en la que “la aproximación a la técnica no es más que
libertad para romper y formar un lenguaje propio desde la presencia de la materia, donde el trazo
está siempre regido por la regla de ese recuerdo pero también por la intimidad que acaba de
pasar”1 su obra es una interlocución de líneas que interactúan, se yuxtaponen, se cortan, se
extienden, dan forma a profundidades abstractas y meditan sobre el silencio y lo innombrable, en
una agrupación que deja vacíos y satura sectores de negro, y que como un sueño sigue un
torrente inconsciente de sentimientos que fluctúan en una narración sin inicio, pues, sus trazos
son la develación de historias implícitas que se extienden en el muro sin una cronología aparente.
Esta multitud de líneas negras agrupadas, como un cardumen de vectores, son la similitud visual
con la que he de comparar el concepto de arte contemporáneo, porque como aglomeración de
trazos fundamentales, o recorridos de un punto, el arte contemporáneo va a recibir esa magnitud
de micro narrativas para definirse. ¿Y por qué? El rasgo cualitativo va a ser el mismo contexto de
su manifestación, la globalización y el capitalismo, ambos son responsables de la movilidad de
artistas, valores y expresiones, así como de la pluralidad en la legitimación de la idea sobre arte.
Las líneas negras serán entonces un espacio dinámico donde ocurren sobrexposiciones, choques y
prolongamientos, entre el artista, el público y el crítico, es decir la relación de la sociedad y su
multiculturalidad. ¿Pero por qué es arte?
Si las líneas estuvieran sueltas en otro espacio, fuera del museo, yo no podría distinguirlo con la
categoría que se le otorga, sin embargo es claro decir que su composición incita a un sentimiento
de duda, de dispersión, de introspección, y su presencia busca metódicamente resolver una idea,
comunicar algo, gritar un sentido, susurrar una denuncia.
Para esa cuestión enfrentamos tres intenciones: 1) puede ser arte por estar en el museo,2) puede
ser arte por que el artista lo afirma, 3) puede ser arte porque corresponde a la temática de una
época. Por lo tanto la primera cualificación significaría la sobrevaloración de un espacio para
reconocer una narrativa como arte, afirmaría una distinción del museo como necesidad de
contextualización, (no nos basaremos en ella), la segunda implica el riesgo de que decir todo es
arte lleve a su devaluación en la medida que la desmedida legitimación exacerbe las obras e
igualmente los artistas, el peligro está en llegar a validar cualquier cosa (resulta inválida para la
1
Exposición “Retrospectiva1986-2016”a cargo de la Luis Ángel Arango
intención del texto). Lo último es la cuestión de encontrar relación del artista con un movimiento
u estilo, pero ya que justificar la obra en una corriente es buscar entre demasiadas concepciones
del arte, es fundamental encontrar un cómo clasificar los temas del arte contemporáneo y
limitaros en un criterio semejante que nos acerque a su concreción (esta es la opción elegida para
poder aclarar si es arte).
Entonces nos remitimos al libro Arte y hoy donde se explica la libertad de expresión que exigen
los artistas, y sus intenciones sobre expandir el medio del arte y acercarse a sus límites, también
el auge del rechazo hacia un tradicionalismo histórico de la forma, de la estética, del color, del
contenido, y una necesidad de fluir hacia nuevas formas de crear arte. El libro aclara su
fundamento en una extensa teoría social, que pretende de construir significados de la realidad
comunicacional.
Se entiende tras la lectura que la cantidad de intenciones afirman diversidad de desarrollos

producidos. Darle respuesta a la clasificación del arte, se vuelve posible en tanto se agrupen como
en una exposición las características principales que unen y dan sentido a un grupo de
exploraciones artísticas.
Así distinguimos que los 15 capítulos del libro resumirán los influyentes, los temas, los artistas, las
estrategias del arte contemporáneo. Mencionamos aquí desde el capítulo tres por su función
aclaratoria en la construcción de porque el trabajo de Roldán es arte.
El capítulo 3 y 4 resumirán la importancia de desmantelar el convencionalismo de la

representación, es decir no mostrare una persona dormida para enunciar el recuerdo, el
contenido psíquico, la transformación de la serie sueños de Roldán, al contrario buscare una
abstracción, una forma fuera de lo literal. O si especificamos en otro de sus trabajos que sirve en
este caso para entender las consignas con las que se desarrolla el arte, llamado tránsitos, vemos
que buscara la supresión del canon para mostrar la vida contemporánea al explorar lo cotidiano
con objetos encontrados en sus tránsitos por la ciudad. Sugiere que Roldán asume una postura
frente a lo rutinario, lo interpreta y expone con la potencia de unos objetos modificados y
resignificados distintos a una manera usual, como lo sería una foto urbana de la estructura de la
ciudad o una ilustración de alguien caminando por la calle.
El capítulo 5 y 6 hablarán del cambio con la relación temporal del mundo, citará los nuevos
avances tecnológicos que se utilizan para ahondar la idea; en nuestro caso se aplica en el uso de
nuevas técnicas sobre los materiales que permite una aproximación distinta sobre ellos.
El capítulo 7 y 8 narrarán sobre las inquietudes del artista ante los progresos tecnológicos, el
vínculo de la realidad, naturaleza y cuerpo, así como el retorno a la naturaleza animal y los ciclos
de construcción y destrucción. Resulta que en la obra sueños el tema es orientado a esos
impulsos intrínsecos del ser humano, y a una cualidad no añadida artificialmente, sino intrínseca
a su animalidad. Consecuentemente responde al tema de los capítulos en tanto le concierne la
destrucción de objetos como hojas, telas, afiches, cajas de cigarrillos, aluminio, entre otras, y los
lleva a la vista de los mismos ciudadanos que los arrojan. Menciono su otro trabajo en relación a
la memoria del salto de Tequendama y sus ruinas como icono del paisaje cercano a Bogotá, que
juzga los residuos y el abandono ecológico.
El capítulo 9 y 10 se referirán al cuerpo humano como sujeto del arte, los conflictos
contemporáneos de los conflictos sociales, un triunfo de la diversidad y un escepticismo sobre sí
mismo para postular la identidad. Roldán dejara ver esto en su proyección de si mismo en cada
obra y en especialmente en la exploración con sus sueños.
El capítulo 11 y 12, que son los dos últimos que trataremos aquí, presenta las tensiones por el fin
de las fronteras y la consecuencia de la globalización industrial y cultural. Al hablar de influencias
podemos decir que el mismo artista está resolviendo su expresión en base a la visualidad que lo
compone y las imágenes que ha visto. Su formación en L’École du Louvre en París y su vida en
Nueva York lleva a pensar en cómo se permean las dinámicas sociales que presencio junto con las
obras que vio y la instrucción que recibió. Es así que el tema social de vivir en una metrópoli y sus
conflictos internos provocan la reacción del artista y es allí cuando se producen y plasman sus
inquietudes.
Es decir que para Roldán y el arte contemporáneo las fuerzas externas afectan las intenciones de
su consigna y lo hacen reaccionar a los sucesos de la vida. Lo que comenzó por una asociación
visual del arte, sirvió como ejemplificación de un artista que aplica para varios de los temas que
define el libro Arte y hoy sobre el arte contemporáneo. Y sea arte porque está en un museo o
porque lo hizo un artista de formación, los ritmos visuales arrojan coincidencias temáticas, que
permiten entender la concepción de obra de arte, entre las que se encuentra su preocupación
hacia el mundo social, el contenido espiritual, la denuncia de la destrucción, el cuerpo como
recurso expresivo y motivo de sensibilidad y la re significación del objeto.
Sin embargo lo más fascinante es que al acabar distinguimos muchos temas que no se resumen
en lo que es el arte contemporáneo porque prescitamente lo que expone Arte y hoy es que no
hay una única narración, las verdades absolutas de un estilo están restringidas al pasado, hay un
tapiz de relatos sobre lo sublime, versátil y complejo que es el arte contemporáneo.

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